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Se produce cuando la persona sufre patologías médicas importantes, estas patologías vienen
marcadas por enfermedades físicas y mentales que impiden que puedan realizar las
actividades de la vida normal y que la persona pueda llevar una vida independiente.
Un estudio de la Universidad de Iowa, Estados Unidos, establece una conexión entre una rara
enfermedad hereditaria del envejecimiento y el daño celular que se produce por el consumo de
tabaco.
Esta investigación, que se publica en American Journal od Respiratory and Critical Care
Medicine, ha descubierto que una proteína clave en el síndrome de Werner disminuye en los
fumadores con enfisema y este deterioro daña las células pulmonares que normalmente sanan
las heridas.
Aunque la gente sabe que fumar no es saludable, no comprenden los mecanismos por los
cuales este hábito daña el cuerpo, según Toru Nyunoya, profesor adjunto de medicina interna
en el Carver College of Medicine de la Universidad de Iowa. “Fumar puede acelerar el proceso
de envejecimiento y acortar el tiempo de vida en un promedio de hasta 10 años.
Nos hemos centrado en lo que pasa dentro de los pulmones por sus efectos envejecedores,
incluyendo enfermedades ateroscleróticas y cáncer, parecidos a lo que padecen los pacientes
con síndrome de Werner y las personas que fuman”
La evidencia demuestra que la consumición del alcohol puede causar ambos envejecimiento
acelerado - en aparecen qué síntomas del envejecimiento anterior que normales - y
envejecimiento exagerado, en el cual los síntomas aparecen en el momento apropiado pero en
una forma exagerada.
Cerebro
Piel
El alcohol causa los efectos sobre la piel que se asemejan a los del envejecimiento. En un
cierto plazo, el alcohol puede dañar permanentemente los vasos sanguíneos en la piel,
haciendo al consumidor del alcohol aparecer limpiado con un chorro de agua. El alcohol
deshidrata la piel y puede causar una tez embotada. El alcohol es también una fuente de
radicales libres. El alcohol dilata el vaso sanguíneo en la piel que conduce a la comba de la piel
y de arrugar. El producto excesivo del alcohol empeora acné y conduce a las erupciones de
piel, a los puntos rojos y las picaduras. La piel de las marcas del alcohol aparece enturbiada y
destruye la fuente del cuerpo de vitamina A. Beber demasiado puede también interrumpir su
sueño, causando una mirada cansada.
El 30% de la gente mayor de 35 años sufre envejecimiento prematuro, puesto que su edad
biológica supera en más de dos años a su edad cronológica, según datos manejados por
Biosalud, un instituto médico pionero de la Medicina Biológica en España.
Arrugas prematuras por el consumo de tabaco, manchas cutáneas por el efecto del sol, celulitis
por las drogas... Vicios como estos, junto con el estrés, el alcohol y la comida basura dibujan un
rostro al menos cinco años más envejecido en hombres y en mujeres. Así es como lo han
explicado expertos en el 37 Congreso Nacional de la Academia Española de Dermatología y
Venereología (AEDV).
El tabaco, por ejemplo, "es el vicio que más perjudica la piel", sentencia Julián Conejo-Mir,
presidente de la AEDV y jefe de servicio de Dermatología del Hospital Virgen del Rocío de
Sevilla. Según los estudios realizados hasta el momento, las mujeres fumadoras tienen un
riesgo casi tres veces mayor de presentar arrugas que aquellas que no fuman.
PROGERIA.
Son niños sin retardo mental, con talla baja, en los cuales aparecen signos de envejecimiento
prematuro. La sobrevida de estos pacientes es corta, su muerte ocurre en la adolescencia, la
mayoría de las veces por enfermedades cardiovasculares2.
Epidemiología
La incidencia de la progeria clásica ha sido estimada en 1/8 000 000 de recién nacidos vivos3.
No se ha evidenciado preferencia por ningún sexo en particular, pero se han comunicado
muchos más pacientes de raza blanca (97% de los pacientes afectados).
Por otra parte, resulta difícil confirmar un patrón autosómico dominante si se considera que la
mayoría de los pacientes fallecen en edades tempranas, sin haberse reproducido.
No se ha mapeado aún el gen responsable de la aparición de la enfermedad4, pero se ha
sugerido un gen candidato que se ubica en el brazo largo del cromosoma 1, pues en los
estudios citogenéticos de un par de gemelos monocigóticos con progeria se detectó una
inversión en esta localización5.
Otros autores incluso han propuesto que un déficit en el metabolismo de la vitamina E podría
ser el responsable de la alteración y recomiendan el uso de este antioxidante dentro del
tratamiento de la enfermedad; no obstante la evidencia actual no ha corroborado esta hipótesis.
Cuadro clínico
Los pacientes con progeria son niños sanos al nacer, quienes en el transcurso del primer a
segundo año presentan rasgos de envejecimiento precoz y progresivo. Se describe que
inicialmente aparecen placas esclerodérmicas en la piel de la cadera y región superior de las
extremidades inferiores, zonas que cada vez son de mayor tamaño y que comprometen casi
todo el cuerpo, respetando fundamentalmente los genitales y algunas áreas de los miembros
inferiores. Al tiempo disminuye la producción de sudor por parte de las glándulas sudoríparas y
empiezan a hacerse evidentes la hipotricosis y la alopecia. Como parte de los signos más
tardíos se encuentran la hiperpigmentación de la piel de áreas expuestas a la luz solar, así
como la hipoplasia de las uñas
Los criterios mayores incluyen facies de pájaro, alopecia, venas de la calota prominentes, ojos
grandes, micrognatia, dentición anormal y retardada, tórax en apariencia de pera
"acampanado", clavículas cortas, piernas arqueadas como al "montar a caballo" (secundaria a
una extensión incompleta de caderas y rodillas), extremidades superiores delgadas, con
articulaciones prominentes, talla baja, peso bajo para la talla, maduración sexual incompleta y
disminución de la grasa subcutánea.
Los signos que usualmente están presentes son piel esclerodérmica, alopecia generalizada,
alopecia de pestañas y cejas, orejas prominentes con ausencia de lóbulos, nariz ganchuda,
labios delgados con cianosis perioral, paladar alto, fontanela anterior permeable, voz de tono
alto y uñas distróficas
Por lo general, los síntomas iniciales son la inhabilidad de adquirir nuevas memorias y suelen
ser confundidos con actitudes relacionadas con la vejez o a estrés. Ante la sospecha de EA, el
diagnóstico se realiza con evaluaciones de conducta y cognitivas, así como neuroimágenes, de
estar disponibles. A medida que progresa la enfermedad, aparecen confusión mental,
irritabilidad y agresión, cambios del humor, trastornos del lenguaje, pérdida de la memoria de
largo plazo y una predisposición a aislarse a medida que los sentidos del paciente declinan.
Gradualmente se pierden las funciones biológicas que finalmente conllevan a la muerte.11 El
pronóstico para cada individuo es difícil de determinar. El promedio general es de 7 años,
menos del 3% de los pacientes viven por más de 14 años posteriores al diagnóstico. La causa
de la EA permanece desconocida. Las investigaciones suelen asociar la enfermedad a la
aparición de placas seniles y ovillos neurofibrilares. Los tratamientos actuales ofrecen
moderados beneficios sintomáticos, pero no hay tratamiento que retarde o detenga el progreso
de la enfermedad.
Etiología
Otra hipótesis propuesta en 1991, se ha relacionado con el acúmulo anómalo de las proteínas
beta-amiloide (también llamada amiloide Aβ) y tau en el cerebro de los pacientes con
Alzheimer. En una minoría de pacientes, la enfermedad se produce por la aparición de
mutaciones en los genes PSEN1, PSEN2 y en el gen de la APP, localizado en el cromosoma
21. En este último caso la enfermedad aparece clásicamente en personas con el síndrome de
Down (trisomía en el cromosoma 21), casi universalmente en los 40 años de vida y se
transmite de padres a hijos (por lo que existen, habitualmente, antecedentes familiares de
enfermedad de Alzheimer en los pacientes que desarrollan la enfermedad en edades
precoces). Esa relación con el cromosoma 21, y la tan elevada frecuencia de aparición de la
enfermedad en las trisomías de ese cromosoma, hacen que la teoría sea muy evidente.
Neuropatología
Tanto las placas amiloides como los ovillo neurofibrilares son visibles bajo el microscopio en los
cerebros de personas con la enfermedad de Alzheimer. Las placas son depósitos densos,
insolubles, de la proteína beta-amiloide y de material celular que se localizan fuera y alrededor
de las neuronas. Estas continúan creciendo hasta formar fibras entretejidas dentro de la célula
nerviosa, los llamados ovillos. Es probable que muchos individuos, en su vejez, desarrollen
estas placas y ovillos como parte del proceso normal de envejecimiento, sin embargo, los
pacientes con Alzheimer tienen un mayor número en lugares específicos del cerebro como el
lóbulo temporal.
Sintomatología
Los primeros síntomas, con frecuencia, se confunden con la vejez o estrés en el paciente. Una
evaluación neuropsicológica detallada es capaz de revelar leves dificultades cognitivas hasta 8
años antes de que la persona cumpla los criterios de diagnóstico. Estos signos precoces
pueden tener un efecto sobre las actividades de la vida diaria. La deficiencia más notable es la
pérdida de memoria, manifestada como la dificultad de recordar hechos recientemente
aprendidos y una inhabilidad para adquirir nueva información. Dificultades leves en las
funciones ejecutivas—atención, planificación, flexibilidad y razonamiento abstracto— o
trastornos en la memoria semántica—el recordar el significado de las cosas y la interrelación
entre los conceptos—pueden también ser síntomas en las fases iniciales de la EA. Puede
aparecer apatía, siendo uno de los síntomas neuropsiquiátricos persistentes a lo largo de la
enfermedad.
Demencia Inicial
Los síntomas en esta fase inicial van desde una simple e insignificante, pero a veces
recurrente, pérdida de memoria (como la dificultad en orientarse uno mismo en lugares como
calles al estar conduciendo el automóvil), hasta una constante y más persuasiva pérdida de la
memoria conocida como memoria a corto plazo, presentando dificultades al interactuar en
áreas de índole familiar como el vecindario donde el individuo habita.
En esta etapa es frecuente que la persona se desoriente en la calle y llegue a perderse, por lo
que se recomienda tomar precauciones:
Usando un localizador GPS para personas con alzheimer, con el que la familia siempre pueda
saber dónde está. Hay localizadores por teleasistencia, en los que el cuidador tiene que llamar
a una teleoperadora para saber la posición de la persona que lleva el dispositivo, y
localizadores directos, en los que el cuidador tiene un receptor con el que pulsando un botón ve
en la pantalla un mapa y la posición exacta de la persona.
Demencia moderada
Conforme la enfermedad avanza los pacientes pueden realizar tareas con cierta independencia
(como usar el baño), pero requerirán asistencia en la realización de tareas más complejas
(como ir al banco, pagar cuentas, etc.). Paulatinamente llega la pérdida de aptitudes como las
de reconocer objetos y personas. Además, pueden manifestarse cambios de conducta como,
por ejemplo, arranques violentos incluso en personas que jamás han presentado este tipo de
comportamiento.
Los problemas del lenguaje son cada vez más evidentes debido a una inhabilidad para recordar
el vocabulario, lo que produce frecuentes sustituciones de palabras erróneas, una condición
llamada parafasia. Las capacidades para leer y escribir empeoran progresivamente.
Demencia avanzada
Se están realizando experimentos con vacunas. Están basados en la idea de que si el sistema
inmune puede ser entrenado para reconocer y atacar la placa beta-amiloide, podría revertirse la
deposición de amiloide y parar la enfermedad. Los resultados iniciales en animales fueron
prometedores. Sin embargo, cuando las primeras vacunas se probaron en seres humanos en
2002, se produjo inflamación cerebral, concretamente meningoencefalitis, en una pequeña
proporción de los participantes en el estudio, por lo que se detuvieron las pruebas. Se continuó
estudiando a los participantes y se observó una mejora en lo que respecta a la lentitud del
progreso de la enfermedad. Recientemente se ha descubierto que la inflamación cerebral
estaba producida por una serie de péptidos que se incluían con la vacuna AN-179, por lo que
se está investigando en la creación de una vacuna que no tenga dichos péptidos en su
composición.