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En lo vertiginoso de la producción musical, así como la vivimos hoy por hoy, es muy común que el
músico sea compositor, musico de sesión, arreglista, productor ejecutivo, productor musical,
ingeniero de mezcla y mastering. Todo ello sin detenernos ni pensar que para que nuestro arte
mejore, es muy beneficioso tener otra visión del mismo, sin el sesgo personal ni la
autocomplacencia, al menos, es lo que creo.
El rol del productor musical está en utilizar una sensibilidad que permite unir lo técnico y lo
artístico, hacer que tu producto musical genere sentimientos en quienes la escuchen y siempre
mejorar ese producto.
Entendiendo el lenguaje y vocabulario del artista, saber interpretar los términos “medioso”,
“boomy”, “brillo”, “carácter”, entre muchos otros y poder llevarlo al vocabulario técnico para, por
otro lado, establecer ese diálogo con el ingeniero de mezclas, por ejemplo.
Po otro lado, desde lo musical es imprescindible saber desde lo musical, que significa, “pin”,
“pum”,” chunk chunk”,” pa tu pa tu”, “traca traca”, “para pan” y” tan taaaaaaaan “, por nombrar
algunos.
En resumen, producir música no se remite solo a creación, grabación y puesta en los medios de
difusión… sino que es esa capacidad de lograr transmitir el mensaje, la emoción de una creación
musical más todo lo anterior, desde mi humilde opinión.