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Ficha 1

Cultiva un campo
Introducción al acompañamiento
1. Descubriendo los pasos del Sembrador

Con esta ficha los agustinos recoletos te invitamos a comenzar un tiempo especial de
acompañamiento y discernimiento vocacional. Se llama Cultiva un campo porque quisiéramos
que a través de estas fichas, y de tu trabajo personal de reflexión y oración con ellas, puedas
cultivar tu vida interior, crecer en autoconocimiento y descubrir el proyecto de Dios para tu
vida. En ti hay una semilla que el Sembrador busca hacer germinar con la esperanza de que dé
frutos. Hagamos este camino juntos para que esta esperanza se convierta en realidad.

2. A la escucha de la Palabra

Marcos 4,3-8: Parábola del sembrador


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«Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. 4Y sucedió que, al sembrar, una parte
cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. 5Otra parte cayó en terreno
pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra;
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pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. 7Otra parte cayó entre abrojos;
crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. 8Otras partes cayeron en tierra buena y,
creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.»

“¿Puede, acaso, el agricultor dar crecimiento, hacer que el germen brote, que
ahonde sus raíces en la tierra, que tome altura, añadir vigor a las ramas, cargarlas
de frutos y embellecerlas con las hojas? En cambio, nuestro agricultor, Dios
Padre, puede hacer todo esto en nosotros”
(Sermón 213,10).

3. Para que te preguntes

1. La llamada de Dios es tan especial que uno no siempre encuentra palabras para
explicarla y, mucho menos, definirla. Muchas veces los símbolos dicen más que las
palabras. Trata de hacer un dibujo que exprese lo que sientes hoy a propósito de la
llamada de Dios.
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2. ¿Qué elementos son los más importantes en el dibujo y qué es lo que reflejan?

3. Vuelve por un momento a la parábola del Sembrador. Probablemente la has escuchado muchas
veces, sin embargo, hoy tú eres una persona diferente, los oídos de tu corazón son distintos: ¿en
relación a tu discernimiento qué te dice hoy esta parábola?

4. ¿Qué crees que ha querido indicarnos san Agustín con la frase arriba citada?

5. ¿Qué crees que le corresponde hacer a Dios y qué le corresponde hacer al hombre en el cultivo
de la vocación?

6. ¿Alguna vez te has hecho este tipo de preguntas? ¿Hiciste algún tipo de acompañamiento con
otro Instituto o Congregación? ¿Cuándo?

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7. ¿Compartiste con alguien más tu inquietud vocacional? ¿Amigos, padres, en la parroquia, etc.?

8. ¿Cuál te gustaría que fuera el epitafio que pusieran en tu tumba? Fulano de tal… vivió…para…

9. Si tuvieras que hacer una oración de petición en este momento, ¿qué le pedirías a Dios?

4. Para que ores

“Señor, sana mis oídos para oír tu voz; sana y abre mis ojos para ver tus signos;
destierra de mí toda ignorancia para que te reconozca a ti. Dime adónde debo
dirigir la mirada para verte a ti, y espero hacer todo lo que mandares
(…) Ahora comprendo la necesidad de volver a ti; ábreme la puerta, porque
estoy llamando; enséñame el camino para llegar hasta ti (…) dame tú la fuerza
para el viaje. Si con la fe llegan a ti los que te buscan, no me niegues la fe; si con
la virtud, dame la virtud; si con la ciencia, dame la ciencia.
Aumenta en mí la fe, aumenta la esperanza, aumenta la caridad.
¡Oh cuán admirable y singular es tu bondad!”
(Sol 1,5)

A tu alcance están los siguientes textos bíblicos para que puedas seguir orando en clave
de discernimiento vocacional: ¿Mi vocación puede verse reflejada en alguna otra historia
vocacional?
* La vocación de Abraham (Gn 12,1-9) “Deja tu tierra y ve al lugar que te mostraré”
* La vocación de Moisés (Ex 3,1-22) “He visto cómo sufre mi pueblo”
* La vocación de Gedeón (Jue 6,11-16) “El Señor está contigo”
* La vocación de Amós (Am 7,10-17) “El Señor me sacó de detrás de las ovejas”
* La vocación de los Doce (Mt 3,13-19) “Llamó a los que Él quiso”
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A continuación te dejamos una especie de marcalibros que puede servirte para los
pasos de la oración en clave agustiniana. Lo podrás tener como ayuda, si te es útil, para
todas las oraciones que te propongas hacer con las fichas siguientes:

En este marcalibros se muestran los pasos En esta otra cara del marcalibros se ofrecen
generales para orar con la lecturas bíblicas las pautas para llevar por escrito la revisión
sugeridas. que podamos hacer luego de la oración bíblica
de cada día.

¡QUE YO TE CONOZCA! ¡QUE YO ME CONOZCA!


(Soliloquios II, 1, 1) (Soliloquios II, 1, 1)
EXAMEN DE LA ORACIÓN
PARA ORAR CON LA PALABRA…

1. No quieras derramarte fuera (VR 39, • ¿Durante la oración me sentí realmente


72). Busco un lugar y un tiempo tranquilos. acompañado? ¿Fue un diálogo con Dios o un
Dejo fuera todo aquello que me preocupe o monólogo?
me distraiga.
2. Entra dentro de ti (VR 39, 72). Relajo • ¿Qué sentimientos más fuertes tuve durante
mis músculos y sereno mi cuerpo. Enciendo la oración? Les doy nombre: paz, alegría,
mi corazón deseando este encuentro interior confianza, ánimo, valor, sentido de la vida,
(puedo servirme de un canto o imagen deseos de trabajar por los demás; ansiedad,
sugerente). Me descubro en la presencia de miedo, sentimiento de fracaso, angustia,
Jesús; en mi interior, Él visita mi vida. tristeza, desconfianza, desánimo, oscuridad,
3. ¡Dame lo que me pides! (Conf. 10, 31, confusión.
45). Dejo que su mirada amorosa pase por
mis vacíos y carencias. Le expreso lo que • ¿Qué frase, personaje o escena de la Palabra
siento que estoy necesitando; le pido que Él de Dios resonaron en mi corazón?
pueda empapar esta sequedad mía con su
Palabra. Le pido que se abran mi corazón y mi • ¿Hubo distracciones o imágenes que
entendimiento a su orientación y su mensaje. dispersaran mi oración? Si es así, ¿qué
4. Toma y lee (Conf. 8, 12, 29). Hago provocaron en mí?
lectura orante del texto propuesto; despacio,
con calma y sin apuro. Lo releo palabra por • Luego de esta oración, ¿ha cobrado fuerza
palabra. Me imagino el lugar donde sucede. alguna claridad para mi vida?
Tal vez me vea en alguno de sus personajes.
Me detengo en lo que más me llega, y lo • ¿Descubro alguna invitación de Dios:
identifico con mi vida y con lo que me está deseos, llamadas que haya experimentado?
pasando. Me dejo tocar. Me convenzo de ¿Cuáles son?
que en ello Dios está hablándome. Ante esta
Palabra suya, guardo silencio; lo escucho. • ¿Sentí alguna especial dificultad, miedo o
5. Trasciéndete (VR 39, 72). Saboreo la resistencia ante esas llamadas, inspiraciones o
sorpresa de este encuentro y las luces o nuevos deseos?
sentimientos que puedan surgir. Converso con
Jesús sobre lo que he sentido y descubierto.
No sólo mi voz; dejo hablar a mi corazón
en amistad, libertad y espontaneidad. Dejo
espacios de silencio para seguir escuchando.
Luego me despido con un momento
especialmente íntimo, dándole gracias y
pidiéndole fuerzas para poner en práctica lo
que Él ha esclarecido en mí.

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