Está en la página 1de 10

Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico.

Cabra del Santo Cristo

UNA HISTORIA DE FÚTBOL

Juan Antonio Díaz López

El Once Azul en la era de San Sebastián (junio de 1951)


Foto de Manuel Herrera Valenzuela. Colección Acacyr.

En estos últimos días sólo tenemos tiempo de hablar de fútbol, hasta el punto que
parece que el deporte rey ha sido parte de nuestras vidas desde siempre, pero la verdad es
que este articulo en el que hablo de futbol empezó a nacer mucho antes de la euforia que
ha levantado el Campeonato del mundo en Sudáfrica.
Yo me dedico a la literatura y no soy el mejor seguidor de fútbol de España, pero en
una conversación casual con alguien muy aficionado, me vino a la memoria que en mi
infancia y adolescencia, el fútbol era no solo el deporte rey, sino que en muchos casos, no
existía otra cosa, si exceptuamos los toros. En pleno franquismo, nuestros héroes eran o
futbolistas o toreros. Y de Cabra todos guardamos gratos recuerdos de algunos personajes
ligados a aquellos años.

139
Manuel Herrera Valenzuela, “amateur” de la fotografía y continuador de la obra de Cerdá y Rico

Cada uno de los que vivimos nuestra infancia en Cabra, almacenamos en nuestra
memoria imágenes de partidos del llamado Once Azul, el equipo de fútbol local, que jugaba
los partidos de casa en la Era de San Sebastián , con su campo casi totalmente empedrado
o de tierra , en el que los participantes se jugaban más que el triunfo deportivo, ya que las
caídas en aquel terreno de juego, que también servía de era, de ahí su nombre, en la época
de la siega, eran terribles y cualquier parecido con un campo de futbol convencional era
totalmente casual. Y eso por no hablar de las disputas, una vez acabado el partido, donde
únicamente la Guardia Civil garantizaba la seguridad de los futbolistas visitantes, que a
veces tenían la osadía de pretender a
las chicas guapas del pueblo.
Son imágenes en sepia o blanco
y negro, con personajes de apariencia
atlética, sólo apariencia, debido a la
juventud, ya que ninguno de ellos
practicaba de forma continuada
ninguna disciplina deportiva. Jóvenes
fuertes y aguerridos que defendían
los colores locales frente a los de los
pueblos de los alrededores, en una
liga de la que no creo que existiera ni
siquiera categoría, algo así como la
cuarta regional de la quinta división
provincial, más o menos como en El saque de honor (junio de 1951). Foto de Manuel Herrera
Valenzuela. Colección Acacyr.
el equipo de futbol de la película
Bienvenido Mr. Marshall.
Pero poco importaba para los que acudían allí en calidad de protagonistas o de
espectadores. Había jugadores, un árbitro con gafas, los espectadores y espectadoras, y un
grupo de niños que jaleaban las jugadas o los goles y que sobre todo hacían de recogepelotas
cuando el balón era lanzado por el terraplén del fondo que bajaba hasta Llano Quesada.
Por tener, teníamos hasta la guapa de turno que hacía el saque de honor en los partidos
más señalados. Las chicas casaderas más guapas competían por el honor de participar en
la ceremonia, para regocijo del respetable y de los jugadores.
Unos años más tarde, el escenario cambió y los partidos de fútbol alternaban
dicho escenario con un campo inclinado al lado de las escuelas, que después se ha ido
transformando según las necesidades.
Hoy miramos con nostalgia las imágenes tomadas por D. Manuel Herrera, con aquellas
alineaciones, donde todavía reconocemos a personajes entrañables a los que saludamos
cada verano cuando todos volvemos, una vez más, a pasar unos días en este pueblo perdido
en el corazón de Sierra Mágina.

140
Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico. Cabra del Santo Cristo

Pero entre todos aquellos héroes anónimos, surgieron dos figuras, Eduardo Vílchez
López y Antonio Raya Pugnaire, que hoy queremos rescatar del pozo de la memoria, dos
jugadores que alcanzaron la gloria a nivel nacional y que tienen sus orígenes en Cabra del
Santo Cristo. No sólo queremos recordarlos sino que estas páginas quieren ser un homenaje
a dos jugadores que nos hicieron soñar en unos tiempos difíciles, pero que recordamos con
una mezcla de nostalgia y alegría.

EDUARDO VÍLCHEZ LÓPEZ


Mis recuerdos, cuando niño, están relacionados con los álbumes de cromos de
futbolistas, entre los que aparecía Eduardo Vílchez como jugador del Español de Barcelona.
Mi relación familiar con alguien que aparecía en dichos cromos me llenaba de orgullo
infantil. Era primo hermano de mi madre, y a pesar de que su familia se había marchado
a Madrid antes de la Guerra Civil, siempre habíamos mantenido el contacto en las visitas
ocasionales de la familia a Madrid. La casa de la calle Abtao, 22, de la tía María Dolores,
era la casa familiar en Madrid. La relación se mantuvo siempre, cuando ella falleció, con sus
hijos Matilde, Juan, Frasquito y Eduardo, el más joven y el protagonista de esta historia.
Pero comencemos por el primero, Eduardo Vílchez López, nació en Torreperogil, Jaén,
el 8 de Mayo de 1930, porque su padre, guardia civil, natural de Pedro Martínez, estaba
destinado allí, y se casó con la tía María Dolores que era de Cabra del Santo Cristo. Los
diferentes destinos del padre, hicieron que cada uno de los hijos naciera en pueblos de los
alrededores. Matilde, la única hija, por ejemplo, en Belmez de la Moraleda.
Cuando Eduardo tenía tres años, la familia puso
rumbo a Madrid. Pasaron los años de la guerra en la
capital, y uno de los hijos, Antonio, guardia civil, como
el padre, murió en el conflicto.
En el Madrid de la posguerra, en unos tiempos
difíciles, donde los balones se hacían con trapos y no
había zapatillas ni botas de futbol, fue donde el joven
Eduardo comenzó su carrera deportiva, que le llevaría
hasta a la selección española en los años 50. Había
realizado sus primeros estudios en la Academia San
Clemente, y desde niño sintió la pasión por el futbol.
Vílchez era un centrocampista hábil y poderoso, un
medio izquierda, que sin ser zurdo le pegaba con las dos
piernas, que incluso llegó a jugar una final de la entonces
llamada Copa del Generalísimo, en 1957, en Monjuitch,
contra un Barcelona lleno de las estrellas más rutilantes
del momento, como Ramallets, Basora, Suárez, Olivella, Estrella del Español de Barcelona

141
Una historia de fútbol

Biosca o Kubala. El entrenador del Español en ese tiempo era el mítico Ricardo Zamora.
Ganó el Barcelona por 1-0.
Pero su trayectoria comienza mucho antes, en el barrio madrileño de Pacifico donde
pasó la guerra civil, cuando todavía adolescente comienza a jugar al futbol en su barrio, en
unos años en los que todavía era difícil encontrar y jugar con algo parecido a un balón de
reglamento.
Su habilidad en el juego y sus cualidades atléticas le hicieron crecer rápidamente
como futbolista, encontrando siempre el apoyo de su familia, en la que no había habido
antecedentes deportivos. De hecho, él estaba destinado a continuar la profesión de su
padre, pero el futbol pudo más.
De exhibir esas cualidades para el futbol y ser la admiración de su barrio pasó en 1950
a iniciar una trayectoria un poco más seria cuando fichó por el Cerámica Cascales, en el
barrio de doña Carlota, donde podría decirse que comenzó de una forma más o menos
profesional.
En aquel tiempo, no existía nada parecido a lo
que ahora es un agente o representante. Así que a los
jugadores se les observaba y a veces, después de un
partido, se recibían ofertas que cada vez eran más
interesantes desde todos los puntos de vista. Así Eduardo
fue creciendo deportivamente hablando, cambiando de
equipos y de categoría.
Del Cerámica Cascales pasó al Getafe, que era
un equipo de primera regional, y de allí al glorioso
Rayo Vallecano, en ese tiempo en Tercera División.
Comenzaba su etapa de consolidación y madurez de la
joven estrella, de la que sus entrenadores destacaban la
técnica, la habilidad y su inteligencia con el balón. Era
por otro lado el especialista en lanzar el máximo castigo,
los penaltis
Y como no podía ser de otra manera, continuó Vílchez cuando jugaba en
el Cerámica Cascales
progresando y fichando por nuevos e interesantes
equipos. Del Rayo Vallecano , pasó al Plus Ultra, un filial
del Real Madrid, una etapa en la que Eduardo, que ya contaba con 21 años, iba a brillar con
luz propia, ya que fue miembro de la selección española de los XI Juegos del Mediterráneo,
llegando a ser considerado como el mejor jugador de España.
La joven figura no pasó desapercibida para el más humilde club de entre los grandes
en la Primera División como el Español de Barcelona y el 8 de diciembre de 1955 se vistió
la camiseta de periquito y durante cinco temporadas defendió los colores del club catalán.

142
Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico. Cabra del Santo Cristo

Compartió rivalidad y gloria con los más grandes,


Di Stefano, Kubala, Luis Suárez, Garay, y toda una
generación cuyos nombres todavía recordamos asociados
a las grandes gestas deportivas de aquellos años.
Después fue fichado por el Murcia, el Alcoyano
de Alicante y el Albacete, para pasar a una nueva y
fructífera nueva actividad como entrenador del Albacete
y más tarde del Aranjuez, donde también ejerció como
jugador.
Como entrenador pasó por el Conquense, el Getafe
y después en el Alcalá de Henares.
Sus últimos años como profesional los pasó
entrenando a los juveniles del Real Madrid B. Sin
embargo, no terminó ahí su etapa de entrenador y los
últimos años de su vida activa dedicada al deporte los
Vílchez, jugador del Rayo Vallecano tuvo como Director de la Escuela de futbol en el club Las
Encinas de Boadilla del Monte.

En la actualidad, con 80 años recién


cumplidos, sigue siendo miembro del
Club de veteranos del Rayo Vallecano,
el equipo de sus comienzos, vive en
Santa Eugenia, con su mujer Loli y sus
hijos, Rodolfo, Sergio, y Eduardo , que ha
seguido la afición de su padre entrenando
al Elida Olimpia.
Repasar la vida de Eduardo es volver
a revivir la trayectoria de un deporte en
el que él fue un protagonista destacado.
Su memoria atesora anécdotas sobre
personajes y acontecimientos que hacen Eduardo Vílchez López

de él una enciclopedia de imprescindible


consulta para volver a recrear unos años
gloriosos del futbol en España.
En las conversaciones que hemos mantenido con motivo de esta colaboración, se ha
mostrado encantado con la idea de que en el pueblo de su familia, se recuerde su nombre
y su contribución de toda una vida al deporte rey.

143
Una historia de fútbol

Eduardo Vílchez junto a Alfredo Diestéfano Kubala y Vílchez

En el vestuario
con Muñoz y R.
Zamora

Foto reciente junto al seleccionador nacional


Vicente del Bosque

Vílchez, jugador internacional en 1955 Foto de un entrenamiento en 1958

144
Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico. Cabra del Santo Cristo

ANTONIO RAYA PUGNAIRE


El caso del segundo protagonista de esta
historia, Antonio Raya Pugnaire, es diferente
porque era alguien cercano, de nuestra misma
generación, que había estudiado en Granada y
que compartía con todos nosotros algunos días
en verano en Cabra del Santo Cristo, y que
nos dejaba boquiabiertos con sus habilidades
técnicas con el balón de futbol.
Antonio Raya Pugnaire nació en Cabra
del Santo Cristo en el año 1949. Como muchos
de los estudiantes de aquella época inició sus
estudios en Granada, en su caso, en el Colegio
de los Maristas, donde permaneció hasta
terminar lo que entonces se conocía como curso
preuniversitario.
Su pasión por el deporte en general y por
el futbol en particular le llevó a cambiar de
aires, trasladándose a Madrid, donde con 17
años comienza sus estudios de INEF (Instituto
Nacional de Educación Física), formando parte
de esa primera promoción en estos novedosos Universidad de Granada 2001. Antonio Raya, autor
de la primera tesis doctoral leída sobre Fútbol en
estudios. España. Primer profesor titular de Universidad con
perfil de fútbol en España.
Su escuela, deportivamente hablando,
fueron las pistas de los Maristas, donde
comienza su carrera deportiva, llegando a
ser subcampeón de España en los Campeonatos Escolares. Eran años en los que dichos
campeonatos fueron realmente un semillero de buenos deportistas que competían a nivel
local, provincial y nacional. Formar parte de cualquier equipo de cualquier colegio en
aquellos años te daba un aura especial entre los adolescentes de aquel tiempo. Aquellos
deportistas tan cercanos a nosotros eran nuestros héroes griegos.
Antonio empezó a destacar pronto y ya de juvenil, formó parte del equipo Deportivo
OJE, para después, una vez que se traslada a Madrid, compaginar sus estudios con la
práctica del futbol en el Club Boetticher y Navarro, de la Tercera División.
Hay una persona clave en la trayectoria de Antonio Raya como jugador y es su profesor
de Futbol en INEF, D. José Villalonga, que tenía una larga trayectoria en el mundo del futbol
ya que había entrenado al Real Madrid, al Atlético de Madrid y había sido el Seleccionador
de España en aquel equipo que quedó Campeón de Europa en la célebre final contra la
Unión Soviética con el famosísimo gol de Marcelino.

145
Una historia de fútbol

Partido con selección andaluza juvenil Club Deportivo Ensidesa (Avilés) segun-
(1966) primer jugador federado en Granada da división, 1976.
que participó con la selección andaluza.

Fue Villalonga el que recomendó a Antonio Raya


para que lo fichara el Atlético de Madrid. Después
de su etapa en la División de Honor con el Atlético
de Madrid, pasó por las categorías inferiores en 3ª,2ª
B y 2ª División con el Ensidesa de Avilés. Un total
de cinco temporadas dedicado profesionalmente al
futbol, destacando como un defensa técnico, fiable y
rápido.
En 1971 formó parte de la Selección Olímpica
de futbol, y como anécdota recuerda que estando
en Ankara, jugaron un partido en el que estuvieron
escoltados de forma permanente, desde el aterrizaje en
Turquía, por estar dicho país en estado de excepción.
En 1974 jugó el Campeonato Mundial
Universitario con la Selección Española, quedando
semifinalistas.
De vuelta a Granada alternó su puesto de jugador Debut con el Atlético Madrid, 1971, esta-
dio Vicente Calderón.
con el de preparador físico en el Atarfe Industrial de

146
Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico. Cabra del Santo Cristo

3ª División, para más tarde en la temporada


2002-2003, desempeñar la tarea de Director
Deportivo del Granada C.F.
Si en su etapa madrileña fue apoyado por
su mentor Villalonga, en Granada, siempre tuvo
el apoyo de Félix Luque y Gerardo Guerrero.
Con 32 años dejó el futbol profesional
como jugador, pero se incorpora como profesor
de INEF a la Universidad de Granada en el
año 1983, que termina años más tarde por
convertirse en la actual Facultad de Ciencias de
la Actividad Física y el Deporte, donde alterna
su actividad docente con la gestión académica
como Vicedecano desde 1995 hasta 2003.
En la actualidad imparte docencia en el
Curso Superior para Técnicos Deportivos en
Fútbol, que sigue siendo una de sus pasiones.
Raya, internacional con la selección olímpica.Forma parte del Grupo de Investigación:
Análisis del Movimiento Humano y entre otras
investigaciones, ha destacado por su participación en estudios pioneros a nivel mundial
sobre el penalty, con dos patentes y dos tesis doctorales sobre el mismo aportando como
una de las conclusiones que al entrenar específicamente el penalty, se puede alcanzar un
99% de éxitos en su lanzamiento.

Estadio Vicente Calderón Atlético Madrileño- Real Sociedad 1971

147
Una historia de fútbol

Antonio sigue de cerca los avatares del futbol, sigue desarrollando su labor académica
y es alguien cercano y accesible al que puedes saludar en cualquier calle de la ciudad de
Granada, donde vive con su familia.

____o____

Hemos hecho una pequeña semblanza de dos destacados deportistas cuya relación con
Cabra nos llena de orgullo, y sirve para cubrir un pequeño hueco en la memoria colectiva
de nuestro pueblo y sea referencia para futuras generaciones.
Así, en este año en el que España, por primera vez se ha proclamado Campeona del
Mundo de Futbol, este articulo pretende ser nuestra aportación a este año tan futbolero, al
tiempo que rendir este pequeño homenaje a dos figuras a los que era de justicia recordar
desde las páginas de nuestra revista.

148

También podría gustarte