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LA MEDICION DE PREDISPOSICIÓN ALUCINATORIA EN

PRISIONEROS VARONES Y MUJERES


Gilles Launay 1 y Peter Slade 2

1 Psicólogo de la Oficina central, del Centro H.M. del Reencarcelamiento, Risley, Inglaterra,; y 2
sección de Psiquiatría, Nueva Escuela médica, Calle Ashton, apartado postal 147, Liverpool, L69 3BX,
Inglaterra,,

(Recibido el 26 de Enero de 1981)

Resumen - Este informe describe el desarrollo de una escala de 12-items de una encuesta
para medir la predisposición alucinatoria. La escala , la que conforma por lo menos un
modelo matemático de unidimensionalidad incluye items patológicos y otros items que
parecen representar formas sub-clínicas de la experiencia alucinatoria.
La escala fue usada para probar ciertas hipótesis acerca del eslabón entre las tendencias
agresivo-paranoicas y la predisposición alucinatoria (usando la escala P de Eysenk) en una
muestra de la prisión. Los resultados significativos presentados confirman semejante
eslabón, aunque la correlación comportamental precisa de predisposición alucinatoria
requiera una definición posterior.

INTRODUCCIÓN

El ímpetu detrás de la presente investigación proviene de un estudio anterior reportado por


el segundo autor (Slade, 1976a). En él se encontró que un grupo pequeño de pacientes
psicóticos con una historia de alucinaciones auditivas obtuvo puntajes elevados en la
escala de psicoticismo de Eysenk`s (P) (Eysenk y Eysenk, 1973) qué sólo fue comparable
a los prisioneros varones y mujeres. Este hallazgo se ha reproducido recientemente en un
reciente estudio que emplea muestras más grandes (Place, 1980). Una sugerencia que
proviene de de este hallazgo es la de un eslabón entre las alucinaciones auditivas y la
agresividad. Esta hipótesis se ha probado más directamente en otro reciente estudio
(Judkins y Slade, 1980) usando el Cuestionario de Hostilidad y Dirección de Hostilidad
desarrolladas por Caine. et. Al. (1967). De nuevo se descubrió que un grupo de pacientes
psicóticos con alucinaciones auditivas persistentes obtuvieron puntajes más altos que
cualquiera de las muestras normativas del hospital y sólo fue comparable a aquéllas
encontradas en una población de la prisión. Así nosotros hemos acumulado evidencia que
sugiere que los pacientes que padecen alucinaciones auditivas informan de tendencias
paranoicas y agresivas de una intensidad similar a aquéllas de los prisioneros.
El eslabón supuesto entre las alucinaciones auditivas (una respuesta perceptual) y la
agresividad (una respuesta emocional) tiene implicaciones importantes para las vìas
neuroanatómicas y neurofisiológicas de las alucinaciones auditivas subyacentes. Sin
embargo, la evidencia descrita sobre esto es puramente correlacional en su naturaleza y
como a tal no permite ninguna conclusión firme acerca de las relaciones de causa-efecto.
Para lograr lo último es necesario en el primer caso demostrar la conversión de los
hallazgos descritos anteriores: a saber, que específicamente los individuos seleccionados
con tendencias agresivas estaban predispuestos a experimentar alucinaciones auditivas más
favorablemente que aquéllos seleccionados que tuvieron menos o ninguna tendencia a las
mismas. El objetivo principal del estudio reportado fue probar dos predicciones
específicas: (1) que una muestra de prisioneros varones y mujeres obtendrían puntajes más
altos en una medición de predisposición alucinatoria que una muestra normal de control; y
(2) que los prisioneros que obtuvieron puntajes altos en la escala de puntajes P de Eysenck
informarían una predisposición alucinatoria más fuerte que aquéllos que obtuvieron
puntajes de P bajos.
Un objetivo secundario del estudio presente provino de de un requisito necesario del
objetivo principal: a saber, el desarrollo de un instrumento conveniente para medir la
predisposición alucinatoria, tal como ningún instrumento actualmente existente. A este
respecto se ha defendido en otra parte (Slade, 1976b) que la ocurrencia real de brotes de
alucinaciones auditivas parte de la interacción de "eventos de tensión" y "predisposición
alucinatoria" los dos que se ven como variables distribuidas continuamente. Se sigue de
esta noción de un continuo de "predisposición alucinatoria" que, mientras las experiencias
alucinatorias abiertas pueden ser cualitativamente distintas del rango normal de
experiencias, debe haber formas sub-clínicas que se representan a los puntos más bajos en
el supuesto continuo. El objetivo secundario del estudio fue por consiguiente desarrollar
una escala unidimensional de predisposición alucinatoria en el que el corte definido de la
predisposición alucinatoria y de las experiencias alucinatorias representarían los rangos
superiores de la escala y formas sub-clínicas (si éstos pudieran encontrarse) se
representaría en los puntos más bajos en la escala.
Se siguieron los dos objetivos del estudio en el mismo juego de investigaciones aunque se
mantuvieron separadas funcionalmente como se describirá después.

DISCUSIÓN

El objetivo principal del estudio presente era probar varias hipótesis que involucran
tendencias alucinatorias en una muestra de prisioneros. Para lograr esto se juzgó un
requisito conveniente construir una escala para medir la dimensión de la predisposición
alucinatoria hipotetizada ya que ninguna escala conveniente está actualmente disponible.
Con este fin una encuesta de 30-items fue construida e involucró un juego de ítems
específicamente formulados para elicitar la patología alucinatoria manifiesta y otro juego
que supuestamente podría representar formas sub-clínicas de la experiencia alucinatoria.
Esta encuesta inicial se redujo a 16 ítems en base a una comparación simple de frecuencias
de ítems avalados entre un grupo Control Normal y un grupo de pacientes con
alucinaciones auditivas. Cuatro ítems amplios se eliminaron en base a resultados
consistentes obtenidos de tres procedimientos estadísticos más complejos y sofisticados; a
saber, el análisis de factor, análisis del ítem clásico y ventajas de ajustarse al modelo de
Basch. Es por consiguiente de poco de interés que la mayoría de las definiciones de las
escalas fueron logradas por comparaciones de grupo simples mientras que a los
procedimientos más complejos se les exigió lograr una delimitación final de ítems
apropiados.
Volviendo al contenido de la versión final de 12-items que fue usada para probar las
hipótesis principales en este estudio, varios rasgos son notables. Primero, de los siete ítems
que fueron formulados para determinar patología alucinatoria manifiesta, solo uno (un
ítem de alucinación visual) no se representó en la escala final de 12-items. Segundo, cinco
de los seis ítems patológicos se situaron en el rango superior de la escala (es decir estos
tenían las frecuencias más bajas avaladas); esto fue consistente con las expectativas y
proporcioné algo de validez a la noción de continuidad de la escala. En tercer lugar, de los
seis ítems no-patológicos que representaron los rangos más bajos de la escala (p.e. estos
tenían las frecuencias avaladas más altas) todos estuvieron relacionados con experiencias
vigiles. O para ponerlo de otra manera, ninguno de ellos estaban involucrados en
experiencias de sueño a pesar del hecho que dichos seis ítems estaban especialmente
incluidos. Esto es de interés porque tiende a ir en contra de la teoría general de las
alucinaciones propuesta por West (1962) quién sugiere que los sueños representan una
manifestación en sueños de las alucinaciones en estado vigil y quedan en el mismo
continuo. Esto es, lo que cabría esperar que representara al menos uno de los ítems de
sueño en la escala. Cuarto, cuando uno considera los seis ítems no-patológicos que se
representan, es notable que cinco de ellos involucran la intensidad de pensamientos o
ensueños: esto es, con experiencias imaginativas vívidas. Esto es consistente con los
hallazgos de varios investigadores (ej. Mintz y Alpert, 1972,; Slade, 1976a) qué sugiere
que la imaginería mental vívida puede ser un requisito, necesario aunque no suficiente,
para la experiencia de alucinaciones. Los hallazgos presentes indican por consiguiente que
está es el área de experiencia imaginativa realista vívida en que las formas sub-clínicas de
experiencia alucinatoria serán encontradas. Una calificación se requiere para esta
declaración. De los dos ítems que tratan con pensamientos intrusos en la encuesta original
de 30-items, uno se representó en la escala final (ítem 3, Tabla 5). Puede ser por
consiguiente que la `Intrusividad ' de la experiencia imaginativa otra faceta de la forma
sub-clínica que contribuye independientemente al factor de las `representaciones vívidas'.
Investigaciones posteriores claramente se requieren en este punto.
Volviéndo a la hipótesis que prueba aspectos del estudio, la confirmación se obtuvo para la
predicción de que el grupo de prisioneros puntuaría más alto que el grupo Control normal
en la Escala de Alucinación. Sin embargo, ésta era una prueba débil de la hipótesis original
dada la manera en la que los ítems alucinatorios fueron seleccionados. Una evidencia más
fuerte mantuvo la segunda hipótesis en la que los prisioneros de puntajes P altos
puntuarían más alto que los prisioneros de P bajos. Esta hipótesis recibió confirmación de
los datos. Por sobre todo, las hipótesis de que los individuos que fueron seleccionados por
la presencia de tendencias paranoicas y agresivas podrían tener también predisposición a
las alucinaciones recibieron algún apoyo. Merece la pena, considerando sólo los últimos
cinco ítems en la escala (ítems 8-12, Tabla 5), como puede verse de Tabla 10 que las
frecuencias avaladas van de 12.5% para el ítem 12 ("En el pasado yo he oído la voz de
Dios que me habla"), a 33.5% para ítem 8 ("yo oigo a menudo una voz que dice en voz alta
mis pensamientos"). El último informe, si se probara en una entrevista psiquiátrica
intensiva, sería considerado un síntoma de primer-rango de esquizofrenia (Schneider,
1959). Este estudio genera por consiguiente preguntas acerca de la franca incidencia de la
enfermedad psiquiátrica en una muestra de población de prisión no-seleccionada.
Un punto importante que requiere un poco de consideración tiene relación con las
correlaciones con la escala de Alucinación. Primero, la Tabla 8 muestra que las tres
correlaciones con la edad eran no-significativas y tendientes a cero, dentro de los grupos
de prisioneros. Éste es un hallazgo importante dado el hecho de que no era posible
emparejar el criterio principal de agrupar en términos de edad. Los hallazgos de
correlaciones virtualmente cero con respecto a la edad sugieren que no era probable que
nuestro fracaso para emparejar grupos en esta variable tuviera desvíos respecto a los
hallazgos en cualquier diseño consistente. Segundo, había correlaciones positivas
significativas entre los puntajes de la escala P y los puntajes de la Escala de Alucinación
en los prisioneros en el grupo total y en ambos subgrupos Masculinos y Femeninos
considerados separadamente. Cuando este hallazgo se consideró junto con la diferencia
estadísticamente significativa, encontrada entre los prisioneros con P altos y con P bajos
hizo pensar en una fuerte asociación entre las dos escalas. La naturaleza de esta asociación
será considerada ahora.
Los ítems de las escalas P que se usaron en este estudio del Inventario de Personalidad de
Eysenck (Eysenck y Eysenck, 1973) se presenta en la Tabla 11. La primera posible
explicación para la asociación observada involucra una contaminación directa. Es decir, si
las dos escalas incluyeron una proporción sustancial de ítems que parecían estar midiendo
la misma cosa, uno esperaría encontrar una asociación positiva entre ellos como un
mecanismo de contaminación. Sin embargo, una simple referencia a las Tablas 5 y 11
muestran que este no es el caso. Ninguno de los ítems en la escala P (Tabla II) se refiere a
experiencias imaginativas alucinatorias o vívidas; ya que ninguno de los ítems en la Escala
de Alucinación (Tabla 5) trata con tendencias paranoicas o agresivas. En términos del
contenido explícito de las dos escalas no hay un claro encubrimiento entre ellos.

Tabla 11. Veinticuatro ítems de la escala P tomados del Inventario de Personalidad de


Eysenck

Item Respuesta
1 ¿La mayoría de las cosas tienen el mismo sabor para Ud.? Si
2 ¿Disfruta lastimar a la gente que ama? Si
3 ¿Ha tenido más problemas que la mayoría? Si
4 ¿Le gusta molestar a los animales? Si
5 ¿Hay personas que lo dañan? Si
6 ¿Amaba a su madre? No
7 ¿Alguien más tiene la culpa de sus problemas?? Si
¿Habría sido mejor si la gente no le hubiera puesto dificultades en su
8 Si
camino?
9 ¿Lo perturbaría mucho ver a un niño o a un animal sufrir? No
¿Ha tomado drogas que le han provocado extraños o peligrosos
10 Si
efectos?
11 ¿Era su padre una buena persona? No
12 ¿Usualmente es usted muy desafortunado? Si
¿Se ha sentido muy preocupado por un animal atrapado en una
13 No
trampa?
14 ¿Rompen sus amistades fácilmente sin que sea su culpa? Si
¿Cuándo usted está en una muchedumbre, se preocupa usted por los
15 Si
gérmenes contagiosos?
16 ¿Le preocupa lo que otros piensen de Ud.? No
17 ¿Era su madre una Buena persona? No
18 ¿La gente le dice muchas mentiras? Si
19 ¿Las buenas maneras y el cuidado personal hacen mucho por usted? No
20 ¿Es usted lento y pausado en la manera de moverse? Si
¿Entiende usted generalmente por qué las personas sienten lo que
21 No
hacen?
22 ¿Trata de no ser rudo con la gente? No
23 ¿Pide usted generalmente consejo a alguien antes de tomar decisiones? No
24 ¿Le gusta jugarle travesuras a otros? Si

La segunda posible explicación que debe ser considerada para la asociación observada
involucra un posible desvío encubierto en las respuestas. Si ambas escalas estuvieran
sujetas a un desvío sustancial en las respuestas, de una magnitud similar y una vez más en
una dirección similar, uno esperaría encontrar una asociación entre las escalas como
mecanismo. En la escala final de 12-items de Alucinación, se codificaron 10 de los ítems
en una dirección positiva. Esto eleva la posibilidad de una respuesta conforme al desvío
involucrado. Sin embargo, otras dos observaciones sugieren que es improbable mantener
una base explicativa de la asociación observada. Primero, con la escala P (Tabla 11) puede
verse que se codifican 10 de los 24 ítems negativamente, mientras se codifican 14
positivamente. Así, con la escala P, cualquier desvío aplastante conforme a la respuesta
impondrá un techo artificial en el rango de puntajes P y reducirá la probabilidad de hallar
así una asociación significativa con otra escala. Segundo, se ha notado en los resultados
del análisis de factor de la escala de 12-items de Alucinación (Tabla 4) que el segundo
factor tenía cargas del ítem por encima de 0.30 en sólo dos ítems. En función de que estos
dos ítems eran los únicos dos qué se codificaron negativamente, parecía razonable
interpretar este factor como una “respuesta negativa en los grupos factor”. Sin embargo,
este factor considerado para sólo una proporción pequeña de la variación total y sugiere
que este tipo de grupos de respuesta eran de importancia bastante mínima en la escala de
Alucinación. Tomando estas dos observaciones juntas sería difícil de explicar una
asociación significativa entre P y la Escala de Alucinación en términos del mecanismo del
grupo de respuestas.
Dado que la asociación observada entre las escalas simplemente no puede considerarse
como contaminación evidente o desvíos por respuestas similares es necesario trabajar la
noción que representaría una verdadera relación. Necesitamos considerar por consiguiente
cuál sería su naturaleza. Esto se hizo de dos maneras. Primero, cada uno de los 12 ítems en
la escala de Alucinación se puso en correlación independiente del puntaje P total en la
muestra indiferenciada de 200 prisioneros. Nueve de los ítems correlacionados fueron
significativos más allá del nivel de confianza del 5% mientras seis dieron significativo más
allá del nivel del 1%. Los últimos cuatro son ítems alucinatorios patológicos manifiestos
(es decir ítems 8, 9, 10, 11), uno es un ítem de ensueño vívido (es decir ítem 6) y uno es un
ítem de pensamiento intruso (es decir ítem 3). Así los puntajes P totales se ponen en
correlación con los ítems individuales de la Escala de Alucinación, particularmente los
patológicos manifiestos, así como con puntajes totales de la escala. Segundo, cada uno de
los 24 ítems de la escala P se puso en correlación independiente con los puntajes totales de
la Escala de Alucinación en la muestra de 200 prisioneros. Trece de los ítems se pusieron
en correlación significativa más allá Los últimos seis son ítems paranoicos manifiestos (es
decir ítems 3, 5, 8, 12, 14, 18), dos son ítems de hostilidad-crueldad (es decir los ítems 2 y
13), y uno es un ítem misceláneo (es decir ítem 20). Así los puntajes totales de la Escala de
Alucinación se pone en correlación con los ítems de los puntajes P individuales, así como
con el puntaje P total. La naturaleza de las correlaciones sugiere que son el subconjunto de
ítems paranoicos y agresivos los que contribuyen principalmente a la asociación de la
escala P con la escala de Alucinación. Aunque los ítems paranoicos son predominantes en
esto, hay mucha duda acerca de los correlatos comportamentales precisos de algunos de
estos ítems paranoicos. Por ejemplo, una respuesta positiva al ítem 14 (¿Rompen sus
amistades fácilmente sin que sea su culpa?) puede implicar simplemente malas
interpretaciones paranoicas de eventos reales; alternativamente puede pensarse en un
comportamiento agresivo no reconocido por parte del sujeto que lleva a una frecuente
ruptura de relaciones. Desde un punto de vista teórico y práctico es claramente importante
en estudios a futuro determinar cual de estas dos interpretaciones antagónicas es válida. En
términos de sendas neuroanatómicas subyacentes el énfasis en ' las malas interpretaciones'
de los paranoicos tendería a implicar un mecanismo cortical-cortical mientras un énfasis en
'”la agresividad” tendería a hacer pensar en un mecanismo subcortical-cortical.
RESUMEN

El objetivo mayor de este estudio descansa en la proposición de que los individuos


predispuestos a un comportamiento agresivo (particularmente los que puntuaron alto en la
Escala P de Eysenck) serían más susceptible a experiencias alucinatorias que aquéllos sin
tales tendencias. Para probar esta proposición se juzgó como requisito desarrollar un
instrumento conveniente para medir la predisposición alucinatoria.
Una encuesta de 30-items se administró primero a una muestra de 42 pacientes con
alucinaciones auditivas persistentes y un grupo Control Normal de 54 psicólogos de la
prisión; se encontraron 16 ítems que diferenciaron significativamente a los grupos en la
dirección apropiada. Estos 16 ítems se redujeron entonces a una escala de 12-items en base
a resultados consistentes obtenidos de tres procedimientos estadístico-matemáticos (es
decir los análisis de factor, análisis de consistencia de ítem y viabilidad del modelo de
Rasch), usando una muestra total de 200 prisioneros (100 varones, 100 mujeres) se
encontró que estos puntuaron significativamente más alto que los grupos Control. Más
importante fue el descubrir que la selección de prisioneros con puntajes P altos dio
resultados significativamente más altos que la selección de prisioneros de puntajes P bajos.
Es más, se encontraron correlaciones positivas significativas entre la escala P y la escala
de Alucinación tanto en prisioneros varones como mujeres separadamente así como para la
muestra combinada.
La asociación entre la escala P y la escala de alucinación no podría considerarse en
términos de contaminación o juego de respuestas desviadas. Análisis posteriores sugirieron
que la asociación que involucrara experiencias alucinatorias y las tendencias paranoico-
agresivas. Sin embargo, los correlatos comportamentales más recientes aún necesitan de
posteriores definiciones más precisas.

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