Está en la página 1de 2

¿Alguna vez el corazón te pálpito tan fuerte que sentías que iba a salir de tu cuerpo?

Nunca me sentí tan nerviosa como aquel día en que lo ví. Por un momento se detuvo, pude
observar su peinado que había sido cuidadosamente moldeado, su cuerpo había cambiado,
los años le había sentado bien. Se había puesto un perfume que, desde el primer instante
me había encantando.

Había pasado tanto tiempo que las esperanzas de volverlo a ver había desaparecido, ahora
que lo veía parecía un dulce sueño.

La plática más ordinaria se hizo presente, mis nervios dominaban mi ser tan solo me
permitía sonreír; y aunque para cualquiera (cualquier ser) solo éramos dos persona
caminando mientras hablaban, jamás descubrirían que, entre ese tema tan común existía
un mensaje sutil entre los dos. (Aquí cambie la coma por un punto y seguido) Un "Te
extrañé" era lo que nos decíamos entre líneas.

Y cuando dejó de prestarnos atención(quien dejó de prestar atención), nos escapamos para
estar solos.

Sin decir nada me deje llevar por su orden no dicho.Estando a solas, por fin nos dimos el
valor de mirarnos a los ojos, por fin nos pudimos tomar las manos. Los nervios aún estaban
presentes entre nosotros pero aún así nos atrevimos a darnos un beso, pero(omite este
pero es repetitivo) solo pocos entenderán que ese beso pudo transmitir lo que nuestros
corazones habían callado por tanto tiempo.
No pude y no quise resistirme ante él, sus palabras eran tan embriagadora que mis mejillas
se sentían calientes, aquella primera caricia fuera la llave para que mil emociones nacieran.;
(Seria mejor punto y coma) (omite el pero) Pero al decir mi nombre tan cerca (de mi) causo
perdiera y sucumbiera ante él, como terrorista se dedicó a mi invadirme.
Sus besos, sus caricias, su voz (solo) fue lo único que me importo, no existía nadie más en
el mundo que él. Mis sentidos solo existían para captar cada cosa de su ser (existencia).
Mis manos se encargaron de hacer un mapa de su cuerpo, no perdieron detalle alguno ya
que al cambiar (él) su cuerpo se había convertido (en) más fornidos, mis labios se
encargaban de besar aquellos labios que no paraban de decirme que me amaban; mis
oídos solo era una puerta para escuchar sus susurros, invadiendo cada pensamiento que
tuviera, no me permitía en pensar en otra cosa más que en él y en ese momento.
Grandes momentos pasaron en el transcurso de aquella vez que nos vimos.
Rápida y cruelmente el tiempo transcurra, cuando él y yo nos volvimos uno.

Aquello fue un momento tan preciado que pocos entenderán; que fue como si por fin
hubiera saceado mi hambre y sed de él.

No me arrepiento, daría todo por pasar un momento igual con él, aunque eso me
condenará.

A poco tiempo después de terminar con nuestros cuerpos cansados y nuestra sed calmada,
nuestros dedos se entrelazaron, me dejó poner mi cabeza en su pecho para escuchar su
palpitar.
Descansamos un tiempo para recuperar el aliento y aún entonces, no dejo de decir lo
mucho que me amaba y lo mucho que me extrañó.

Ojalá nunca se hubiera terminado aquel momento, pues cuando terminó sabía que tardaría
en volver a verlo, volviendo a contar los días (sin verlo) en el calendario.

Solo me toca ahora, soñar con él, en sus besos y sus palabras que llenaron mi corazón,
recordando cada instante en aquel momento para seguir viviendo sin él, pues me tocó vivir
esta vida añorando su presencia.
Quizá en otra vida me toque vivir lo que en esta me fue negado.

También podría gustarte