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artículo

Inmaculada Caravaca*
Ricardo Méndez**

Trayectorias industriales metropolitanas:


nuevos procesos, nuevos contrastes
Abstract

Urban and industrial reality has undergone a strong process of restructuring during
the last decades. In the first half of the 80’s, concepts like de-industrialization or post-
industrialization were associated with those of de-urbanization or counter-urbanization.
Only a few years later the argument became to be radically different after the
confirmation of strong positive urban-metropolitan externalities, and urban areas
turned back to be considered as winning spaces. The following pages will try to
summarize some of these transformations, which metropolitan firms and industrial
areas have experimented in the last years.

Key words: industrial location, metropolitan areas, urban growth.

Resumen

La realidad industrial y urbana ha estado sometida a un fuerte proceso de reestruc-


turación durante las últimas décadas. En la primera mitad de la década de los ‘80,
conceptos como los de desindustrialización, o postindustrialización fueron asocia-
dos a los de desurbanización o contraurbanización. Sólo unos años más tarde el
discurso empezó a ser radicalmente distinto al confirmarse la permanencia de fuer-
tes externalidades positivas urbano-metropolitanas, y volvieron a considerarse tales
ámbitos como ganadores. Las páginas que siguen intentarán sintetizar algunas de
esas transformaciones que conocen las empresas y los espacios industriales me-
tropolitanos en los últimos años.

Palabras clave: localización industrial, áreas metropolitanas, expansión urbana.

Revista eure (Vol. XXIX, Nº 87), pp. 37-50, Santiago de Chile, septiembre 2003
[37]
Inmaculada Caravaca y Ricardo Méndez

1. Introducción: la industria lugar a una importante pérdida de empleos


metropolitana, entre la crisis industriales y a una aparente ruptura en el pro-
y el crecimiento ceso de crecimiento acumulativo que las aglo-
meraciones urbanas habían experimentado

L as profundas transformaciones socia- desde el inicio de la industrialización. Tales


les, económicas y territoriales que han procesos fueron interpretados por algunos in-
tenido lugar en las dos últimas déca- vestigadores como el final de un periodo his-
das conforman un nuevo escenario en el que tórico, que cerraba el anterior protagonismo
las condiciones de vida de la población, la de la industria, no sólo como factor clave del
competitividad de las empresas y la actuación crecimiento económico al ser sustituida pro-
de los poderes públicos encuentran nuevas gresivamente por el sector de servicios, sino
oportunidades, al tiempo que enfrentan pro- también como principal impulsora de la con-
blemas igualmente nuevos o –al menos– re- centración urbana. Así, mientras que algunos
novados en su manifestación externa, que centraron la atención en lo que se dio en lla-
constituyen otros tantos retos en la búsqueda mar el paso a la sociedad post-industrial,
de modelos de desarrollo más equitativos y otros se ocuparon más de la ruptura del creci-
sostenibles. miento económico y demográfico de las gran-
des ciudades, que frente a la paralela expan-
Frente a un cierto nihilismo intelectual sión de algunas áreas periféricas, ponía en
posmoderno, “que renuncia a la explicación y evidencia una nueva lógica espacial que
se regocija con los devaneos de lo efímero invalidaba explicaciones anteriores sobre los
como experiencia” (Castells, 1997: 25), bus- procesos de desarrollo desigual (Bourne,
car claves interpretativas capaces de identifi- Sinclair, y Dziewonski, 1984; Ferrer, 1991).
car tendencias dominantes en la evolución de
la economía y el territorio, y a partir de ellas, Durante la década de los ‘80, conceptos
proponer trayectorias de futuro, constituye un como los de desindustrialización o postin-
importante y necesario reto, puesto que “las dustrialización fueron asociados a los de
teorías nacen de una realidad aún inestable, desurbanización o contraurbanización, ponien-
titubeante, que llama a la reflexión a los inves- do en evidencia la importancia de la crisis in-
tigadores” (Benko & Lipietz, 1994: 36). Y esa dustrial metropolitana, visible sobre todo en
misma búsqueda exige aceptar la rapidez con regiones de antigua industrialización, pero que
que se suceden unos cambios que nos obli- no excluía otras muchas de origen más recien-
gan a revisar periódicamente afirmaciones y te, incluidas buena parte de las megalópolis
explicaciones previas, forzando así una reno- latinoamericanas. Así, por ejemplo, la Decla-
vación de nuestros argumentos en esa pug- ración de Barcelona, aprobada en la Confe-
na, permanente y desigual, entre el intento de rencia sobre Grandes Ciudades de 1985, re-
encontrar cierto orden y el aparente caos de cogía esa imagen pesimista sobre la evolu-
los acontecimientos diarios. ción de las actividades productivas en las
metrópolis al afirmar que “el cierre de empre-
Desde esa perspectiva, la realidad indus- sas industriales y la pérdida de puestos de tra-
trial y urbana ha estado sometida durante las bajo que resulta de la reconversión, por un
dos últimas décadas a un fuerte proceso de lado, y la impotencia político-administrativa y
reestructuración, que entre otros efectos, dio financiera de los gobiernos locales para hacer
frente a los problemas urbanos heredados y
*
nuevos, introducen o acentúan elementos de
Profesora titular de Geografía Humana, Uni-
versidad de Sevilla. E-mail: caracava@us.es
crisis en la grandes ciudades de los países
desarrollados” (Alba, 1986: 18). Por su parte,
**
Catedrático de Geografía Humana, Universi- Hall, al comparar la evolución de las grandes
dad Complutense de Madrid.
E-mail: bn/4694@autovia.com aglomeraciones urbanas a principios del siglo

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Trayectorias industriales metropolitanas: nuevos procesos, nuevos contrastes

XX y durante la década de los ‘70, afirmaba: A su vez, en el plano geográfico, o desde la


“La segunda puede ser la imagen especular perspectiva del planeamiento urbanístico, resul-
de la primera; indudablemente la primera con- ta evidente que la industria continúa siendo una
sistió en la industrialización; la segunda pare- actividad importante en la mayoría de las gran-
ce ser un proceso de desindustrialización” des urbes y las aglomeraciones desarrolladas
(Hall, 1985: 22). en su entorno. La ocupación de amplios espa-
cios o su abandono y sustitución por otros usos
No obstante, la recuperación económica ante la frecuente presión del mercado inmobi-
generalizada producida desde 1985 –y espe- liario, la demanda de nuevas áreas de activi-
cialmente en la segunda mitad de los ‘90– en dad adaptadas a las actuales exigencias em-
los países de la OCDE modificó de nuevo las presariales, los flujos de mercancías, personas
expectativas del sector industrial, erosionando e información que movilizan a diario o la gene-
el fondo de las argumentaciones antes expues- ración de impactos paisajísticos y ambientales,
tas. El discurso empezó a ser, pues, radical- que cambian con la propia evolución de la in-
mente distinto, al confirmarse la permanencia dustria metropolitana, son aspectos que siguen
de fuertes externalidades positivas urbano- guardando una relación estrecha con las cre-
metropolitanas, junto a redes de relaciones cientes exigencias de calidad asociadas a la
–tangibles e intangibles– propiciadoras de la idea de ciudad sostenible.
innovación, señalándose, en consecuencia,
que “las regiones que ganan son las regiones Pero una realidad tan compleja y cambian-
urbanas; las fábricas y las oficinas refluyen ha- te como la metropolitana se somete mal a cual-
cia las grandes ciudades” (Benko & Lipietz, quier diagnóstico demasiado lineal sobre las
1994: 19). tendencias imperantes en su interior, donde
coexisten estructuras y estrategias empresa-
El planteamiento ahora dominante desta- riales muy diversas, origen de procesos
ca que, si bien es cierto que las estadísticas heterogéneos que tienen su reflejo en una
sobre empleo industrial y su presencia relati- multiplicación de los tipos de espacios produc-
va en los mercados de trabajo metropolitanos tivos que aquí pueden encontrarse. Las pági-
resultaron con frecuencia negativas desde los nas que siguen intentarán sintetizar algunas
inicios de la reestructuración del sistema, en de esas transformaciones que conocen las
los años ‘70 del pasado siglo, otros indicadores empresas y los espacios industriales metro-
como el valor añadido generado, los niveles politanos en los últimos años. Aunque su mar-
de productividad por empleo, las cifras de in- co de referencia es, ante todo, el de las aglo-
versión en activos fijos o en tareas de investi- meraciones urbanas de la Europa occidental,
gación, desarrollo tecnológico e innovación, algunas de sus conclusiones parecen desbor-
distan mucho de ofrecer esa imagen recesiva dar ese ámbito geográfico para reflejar proce-
que a menudo se le asocia. Hay que tener en sos de carácter estructural, compartidos por
cuenta también que la industria promueve la territorios de características muy diversas.
creación de redes o clusters intra e
intersectoriales, junto a múltiples efectos de
inducción directa sobre un elevado número de 2. Terciarización y
servicios avanzados y actividades logísticas especialización industrial de
complementarias que hoy suelen considerar- los espacios metropolitanos
se indicadores significativos de competitividad,
haciendo cada vez menos operativa una divi- Una característica omnipresente en la evo-
soria sectorial clásica que aún condiciona lución reciente de la base económica metro-
nuestra manera de ver, ante la hegemonía que politana es su creciente terciarización, que re-
este tipo de clasificaciones detentan en las duce la participación relativa de la industria en
estadísticas disponibles. el valor añadido y el empleo total, frente al

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constante incremento registrado por las dife- gestión y control debido a sus mejores condi-
rentes actividades de servicios. ciones de integración en el espacio global de
las redes: adecuados sistemas de comunica-
En este sentido, la tesis de la metrópoli ción y transporte, existencia de centros de in-
postindustrial insistió, hace ya algunos años, en vestigación, proximidad física a otras empre-
la inevitable tendencia a la desindus- sas que ofertan servicios especializados, etc.
trialización, provocada por la conjunción de la Su consecuencia directa está siendo una pro-
crisis que padecía una parte de sus empresas, gresiva concentración de las sedes sociales
las deseconomías derivadas de la saturación de un creciente número de empresas indus-
de las infraestructuras, la escasez y encareci- triales en las grandes metrópolis.
miento del suelo, o las crecientes restricciones
medioambientales, junto a las expectativas ge- De igual modo, la hegemonía detentada por
neradas por la renta del suelo, que impulsa su los espacios metropolitanos en la producción
recalificación y sustitución por usos más inten- de innovaciones no parece afectada por pro-
sivos, sobre todo cuando el planeamiento se cesos desconcentradores, pues las grandes
limita a seguir los dictados del mercado (Brandis empresas, así como todas aquellas intensivas
& Del Río, 2000). Pero tal interpretación ha sido en conocimiento, tienden a localizar sus labo-
cuestionada por las tesis neoindustriales, que ratorios de I+D cerca de sus sedes sociales,
vinculan una parte significativa del desplaza- “creando una relación simbiótica entre gestión
miento hacia los servicios a las nuevas formas estratégica e innovación industrial de alto ni-
de organización de la actividad productiva, ba- vel” (Castells & Hall, 1994: 229). No es de ex-
sada en la ampliación de las cadenas de valor trañar dicha tendencia, puesto que las aglo-
mediante el aumento de la importancia de las meraciones metropolitanas disponen no sólo
tareas previas (gestión y planificación, I+D, di- de mejores infraestructuras tecnológicas, y en
seño) y posteriores (logística y almacenamien- consecuencia, de mayor facilidad para acce-
to, control de calidad, comercialización, servi- der a la información, sino también de merca-
cios post-venta) a la fabricación. Su rápido cre- dos locales especializados, recursos humanos
cimiento, a la búsqueda de ventajas competiti- cualificados, universidades y centros de inves-
vas, provoca lo que puede calificarse como una tigación que permiten la comunicación direc-
creciente terciarización de la industria, acom- ta, tanto formal como informal entre investiga-
pañada por un reforzamiento de la segmenta- dores y responsables en las empresas de las
ción productiva y la división espacial del traba- tareas más creativas e innovadoras, etc. Todo
jo, que tiene su reflejo directo en el interior de ello crea un potencial para la generación de
las áreas urbanas. innovaciones y su difusión en el entorno, si bien
el grado de integración efectiva de esos siste-
Por una parte, la progresiva especializa- mas locales de innovación resulta muy des-
ción de tareas en el seno de las empresas igual según los casos.
multiplanta o multilocalizadas ha tendido a
separar las actividades direccionales de los Se observa, pues, como el nuevo marco
centros de trabajo productivos, para beneficiar- de competencia propicia la especialización de
se en cada caso de las ventajas comparativas las grandes áreas urbanas en aquellas tareas
que pueden ofrecer las distintas localizacio- y actividades intensivas en conocimiento y
nes. Esta forma de organización, territorial- generadoras de elevado valor añadido, que
mente dispersa pero interdependiente, requie- requieren altos costes de instalación y funcio-
re –como contrapunto– una dirección centrali- namiento, pero son capaces de generar ele-
zada capaz de controlar eficientemente el fun- vadas externalidades positivas.
cionamiento empresarial. Tales funciones en-
cuentran su mejor ubicación en ámbitos urba- Junto a lo anterior, aumentan también los
nos, que actúan como nodos estratégicos de llamados servicios a la producción, ya sea in-

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ternos o externos a las empresas manufactu- (Castells, 1993: 157). No asistimos, pues, a la
reras. Así, por una parte, aumenta el empleo transición desde una economía industrial a una
industrial indirecto, sobre todo en las grandes economía de servicios, sino de un tipo a otro
ciudades centrales, donde crece el número de de organización productiva que requiere mu-
áreas ocupadas por oficinas industriales per- cha más cantidad de servicios inmateriales y
tenecientes a empresas del sector, en las que de recursos intangibles, pero como soporte de
se llevan a cabo este tipo de tareas comple- una producción material que está lejos de ha-
mentarias a las de fabricación, disociadas ber perdido su importancia.
espacialmente de las propiamente fabriles. Por
otra, dichas tareas tienden a externalizarse y Puede concluirse, pues, que en esta fase
a ser realizadas por empresas independien- del desarrollo capitalista, la industria –con otra
tes y especializadas que sirven de apoyo a la lógica de funcionamiento para conseguir adap-
industria, por lo que se origina un continuo tarse a las nuevas condiciones productivas–
entre ambos tipos de actividades que hace sigue estando estrechamente ligada a las aglo-
cada vez más arbitrarias las divisorias secto- meraciones urbanas. Por ello, la instalación o
riales heredadas, permitiendo la identificación abandono de empresas manufactureras, jun-
como servindustriales de numerosas econo- to a los procesos de reorganización interna que
mías metropolitanas. muchas experimentan, aún resulta un compo-
nente fundamental para definir y diferenciar las
Los servicios a la producción, sobre todo trayectorias urbanas recientes.
los que se califican como avanzados por ge-
nerar, difundir y procesar conocimiento, se
convierten así en factor esencial de la 3. El empleo industrial
competitividad empresarial, encontrándose metropolitano: entre la
cada vez más concentrados en las grandes cualificación y la
áreas metropolitanas y contribuyendo al pro- precarización
ceso de crecimiento intensivo de las llamadas
ciudades mundiales (Taylor & Catalano, Como consecuencia de todo ese conjunto
2002). No obstante, no hay que olvidar que el de transformaciones en la organización pro-
desarrollo de esos servicios a la producción ductiva de las empresas industriales, se pro-
–internos, y cada vez más, externos a la pro- duce un cambio en la composición interna del
pia industria–, así como del llamado terciario empleo, que resulta del desigual balance en-
direccional, continúa vinculado en gran parte tre el tipo de puestos de trabajo que se crean
de nuestras ciudades a la existencia de una y se destruyen en los últimos años. Ese cam-
sólida base productiva, que actúa como so- bio resulta particularmente visible en las em-
porte y factor de impulso. De lo contrario, és- presas pertenecientes a sectores de alta in-
tas pueden evolucionar hacia una pérdida de tensidad tecnológica y de cierta dimensión, que
la complejidad funcional y la mezcla social que cuentan con una estructura laboral más com-
siempre se asoció con su propia vitalidad, para pleja y mayores demandas de terciarización,
convertirse en centros exclusivos de distribu- pero no es ajeno a la gran mayoría de las exis-
ción y consumo. En definitiva, los servicios a tentes.
las empresas y las denominadas funciones
comando forman parte, como la propia indus- En primer lugar, se reduce el estrato co-
tria, del actual sistema productivo metropolita- rrespondiente a los trabajadores vinculados a
no, constituyéndose así un “entramado de ac- la producción directa de bienes, en beneficio
tividades productivas y de actividades llama- de los que se ocupan en tareas relacionadas
das de servicios que constituyen simplemente con esa aportación de servicios inmateriales
las formas de penetración de los sistemas de que hoy resulta esencial en la generación de
información en la producción y en la gestión” valor. Dentro de los primeros, la reducción sue-

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le ser más significativa en el caso de los obre- manual que pierden su empleo tienen graves
ros cualificados, con un oficio técnico, que tra- dificultades para volver a encontrar otro de si-
dicionalmente se caracterizaron por un empleo milares características en el interior de la aglo-
asalariado más estable y regulado, sobre todo meración, lo que les obliga en bastantes ca-
en el seno de las grandes empresas urbanas, sos a tener que buscarlo en las nuevas áreas
mientras los poco o nada cualificados siguen manufactureras que surgen en las franjas
manteniendo su presencia en tareas de esca- periurbanas, donde las tareas de fabricación
so valor (control de la maquinaria, carga y des- directa aún tienen un protagonismo que ya han
carga, tareas rutinarias). La progresiva meca- perdido en espacios dotados de mayor
nización/automatización de numerosas tareas centralidad.
que ya no requieren especialistas, junto a la
desaparición de mandos intermedios asocia- Otra tendencia también visible y que pue-
da a las nuevas formas de organización flexi- de entenderse como un nuevo reflejo de la
ble, están en el origen de una tendencia que progresiva asimilación del empleo industrial al
acentúa el dualismo interno del empleo en nu- de servicios, es el aumento de diferentes for-
merosas empresas. mas de precariedad, particularmente acusada
en el caso de los nuevos empleos de cualifi-
Frente a estos trabajadores sometidos a cación media o baja, así como en las peque-
reducciones periódicas de plantilla, crece la pro- ñas empresas, o entre mujeres y jóvenes. Los
porción de los empleos de cuello blanco en el contratos temporales y a tiempo parcial, los
seno de las empresas industriales que operan contratos por obra y en prácticas, las múlti-
en áreas metropolitanas. Junto a empresarios, ples formas de la subcontratación y el empleo
directivos y gerentes –cada vez más numero- informal, etc., no alcanzan aún en la industria
sos ante la proliferación de PME asociadas a la el volumen observable en ciertas actividades
descentralización productiva–, aumenta la pre- de servicios, pero la progresiva desregulación
sencia de profesionales y técnicos superiores inherente al modelo de producción flexible se
ocupados en tareas múltiples (servicios hace patente al tiempo que se desarticula la
informáticos, diseño y desarrollo tecnológico, organización de unos trabajadores mucho más
control de calidad, gestión de compras, recur- heterogéneos que en el pasado, con la sola
sos humanos), así como de comerciales y todo excepción de las grandes empresas.
tipo de profesionales en contacto directo con el
cliente, junto a quienes se ocupan de la admi-
nistración en las oficinas de la empresa. 4. Difusión industrial: de la
ciudad nuclear a la región
El resultado es una estructura laboral muy metropolitana
distinta a la de hace tan sólo unas décadas,
pues a la mayor cualificación media de los tra- Pero si las transformaciones económicas
bajadores, se añade una diversificación mu- y laborales han permitido hablar de la socie-
cho mayor de los tipos de ocupaciones y pro- dad metropolitana como “conjunto de fragmen-
fesiones que se dan cita en la industria, rom- tos en vías de creciente diferenciación” (Perulli,
piendo así –al menos de forma parcial– la asi- 1995: 34), otro tanto puede decirse de una
milación de este tipo de áreas a los grandes estructura territorial progresivamente comple-
contingentes obreros y a la fuerte presencia ja, donde la interconexión entre sus diversas
sindical que las caracterizaba en el pasado. piezas se hace cada vez más estrecha, al tiem-
De nuevo en este caso, la oferta de empleos po que éstas evolucionan en direcciones múl-
más cualificados en el sector industrial metro- tiples y contradictorias.
politano tiende a ser semejante a la que pue-
de encontrarse en el sector servicios, mien- La forma urbana heredada por la ciudad
tras aquellos trabajadores con una profesión europea y caracterizada por la existencia de

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Trayectorias industriales metropolitanas: nuevos procesos, nuevos contrastes

un acusado gradiente densimétrico en senti- superficies comerciales, parques de oficinas,


do centro-periferia, tanto en términos de po- de ocio, etc.
blación como de actividad y empleo, junto a
una acusada diferenciación paisajística y es- La tendencia general imperante en todas
pecialización socio-funcional de sus diversas las aglomeraciones metropolitanas durante las
áreas, o la identificación de unos límites ex- dos últimas décadas es un fuerte impulso a
ternos bastante netos frente al entorno los procesos de desconcentración espacial de
periurbano y rural, se desdibuja hoy con rapi- la industria, iniciados, por lo general, en un
dez. Si hace ya más de medio siglo la apari- momento anterior. Se reduce así la participa-
ción del fenómeno metropolitano certificó el ción de la ciudad central y a menudo también
desbordamiento suburbano de las grandes ciu- de los núcleos más próximos, en beneficio de
dades –con la industria como uno de sus pro- la corona metropolitana o espacio funcional
tagonistas principales– pero sin afectar ape- dependiente, e incluso de una franja periurbana
nas la estructura concentrada y mononuclear de perfiles difusos que constituye su periferia
de un conjunto polarizado en torno a las áreas externa. Mientras en el primer caso la desapa-
centrales, las transformaciones actuales su- rición o el traslado de todo tipo de industrias y
ponen un nuevo salto, tanto cuantitativo como empleos superan con creces a las nuevas
cualitativo, que altera de nuevo la fisonomía implantaciones, reduciéndose la superficie
externa y la organización interna de las aglo- ocupada por usos industriales, el saldo suele
meraciones metropolitanas, afectando al fun- equilibrarse en los núcleos metropolitanos
cionamiento de sus empresas y los modos de próximos (coexistencia de núcleos progresi-
vida de sus habitantes. vos y regresivos), para hacerse francamente
positivo y generalizado entre los situados en
De igual modo que las nuevas tecnologías las coronas más alejadas. Ahí convergen es-
han permitido a las empresas llevar a cabo tablecimientos trasladados desde la ciudad
procesos de descentralización productiva y la central, ampliaciones de empresas que man-
adopción de formas de organización menos tienen su anterior ubicación y abren un nuevo
jerárquicas, se está generando también un centro de trabajo, filiales de grandes firmas que
nuevo modelo territorial metropolitano, progre- llegan al área y se ubican ya en esos ámbitos
sivamente más difuso y menos jerarquizado, externos, junto a empresas locales de nueva
que tiende hacia la constitución de una estruc- creación (Figura 1).
tura multipolar.
Eso se traduce en una movilidad empre-
Ese movimiento de fondo –que tiene raí- sarial de geometría compleja y en una estruc-
ces económicas, tecnológicas, sociales y cul- tura empresarial ampliamente diversificada. La
turales– favorece una reestructuración espa- antigüedad del proceso o la distancia alcan-
cial que apunta en dos direcciones convergen- zada por la difusión pueden variar, pero la ten-
tes. Por un lado, una creciente integración y dencia parece generalizable a todos los casos
dependencia entre territorios cada vez más conocidos. La coexistencia de industrias a lo
extensos, articulados por todo tipo de flujos, largo de los ejes de comunicación, en parques
tanto materiales como inmateriales. Por otro, industriales y empresariales, integradas en el
una dispersión de las actividades y la pobla- tejido urbano de esos núcleos o dispersas,
ción, que reduce el gradiente densimétrico para genera también una notable variedad de si-
favorecer la formación de subcentros en nodos tuaciones a abordar desde la ordenación del
de alta accesibilidad conectados a las princi- territorio y el urbanismo.
pales arterias e intercambiadores multimodales
de transporte, donde se localizan tanto activi- Los factores que impulsan esa
dades industriales y logísticas, como grandes desconcentración son también conocidos y,

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Figura 1. Tipos de implantaciones industriales en la Corona Metropolitana.

Nueva industria
local CORONA
METROPOLITANA

 Traslado
CIUDAD (con cierre)
CENTRAL
Cierre

Ampliación
(mantiene local)
Deslocalización
estratégica

con pequeñas diferencias locales, se repiten en espacios de menor densidad y una


en todos los estudios consultados: imagen hoy más atractiva; mejoras en las
comunicaciones, buenos accesos, sin
- Expulsión desde las áreas centrales, por apenas restricciones para la circulación
elevados costes de implantación y man- y el estacionamiento, a lo que en ocasio-
tenimiento (suelo, inmuebles, fiscales); nes se suman ayudas públicas para la
restricciones a la actividad (normativa instalación de nuevas empresas
ambiental, dificultades de ampliación) y generadoras de empleo.
a la movilidad (congestión de circulación,
limitaciones al tráfico pesado, problemas En resumen, factores objetivos y subjeti-
de aparcamiento); expectativas de bene- vos se superponen a la hora de comprender
ficio especulativo por recalificación del el desigual dinamismo de los espacios que
suelo hacia usos más intensivos, junto constituyen el continuo metropolitano, más allá
al deterioro y la baja calidad de algunos de la simple referencia a la distancia con rela-
espacios fabriles heredados, poco acor- ción al núcleo central.
des con las actuales necesidades de las
empresas, que también desaniman nue- Se amplía así con rapidez el campo de
vas implantaciones. externalidad metropolitano (Dematteis, 1998),
favorecedor de una metropolización expan-
- Atracción hacia áreas suburbanas y dida (De Mattos, 1998) que alcanza, en oca-
periurbanas –en especial hacia ejes de siones, una dimensión casi regional. Esto trae
comunicación con elevada accesibi- consigo un cambio de escala que necesita
lidad–, donde a los menores costes se verse acompañado por una movilidad interna
suma una creciente oferta de suelo ur- cada vez mayor, generadora de elevados cos-
banizado e inmuebles para la actividad tes económicos y medioambientales, junto a

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Trayectorias industriales metropolitanas: nuevos procesos, nuevos contrastes

una creciente demanda de suelo y todo tipo su base industrial. Es en estos espacios donde
de infraestructuras de comunicación, que te- se localizan las sedes sociales de las grandes
jen redes cada vez más densas, complejas y empresas y las funciones más necesitadas de
extensas. Proveer de una oferta suficiente – centralidad. No obstante, no siempre resultan
en cantidad y calidad– de ambos tipos de re- visibles tales cambios; así, mientras que se
cursos se convierte, junto con las actuaciones construyen nuevos edificios de varias alturas
destinadas a reforzar la competitividad exter- para oficinas industriales, algunos de los
na de la metrópoli, en objetivo prioritario para inmuebles antes existentes no modifican su fi-
las políticas de desarrollo y ordenación aplica- sonomía externa, pero sí su funcionalidad, el
das en estas áreas. volumen y tipo de empleos o su impacto am-
biental. El espacio industrial metropolitano deja
así de ser sinónimo de un paisaje de fábricas y
5. Redistribución interna de la talleres para albergar ahora morfologías mucho
industria en los espacios más heterogéneas, acordes con la mayor com-
metropolitanos plejidad del propio sistema productivo.

La creciente complejidad y heterogeneidad Junto a este proceso de terciarización,


interna que caracteriza a la economía y la so- pervive en las áreas centrales un tejido de
ciedad metropolitanas se acompaña por una pequeñas empresas industriales dedicadas a
multiplicación de los contrastes entre las dife- actividades más o menos tradicionales y com-
rentes áreas que forman parte de la aglome- petitivas, ligadas al mercado local (talleres
ración, lo que obliga a combinar diversas es- metalúrgicos, de artes gráficas, productos de
calas de análisis para lograr una descripción e alimentación, textiles), si bien los programas
interpretación adecuadas sobre la intensidad de renovación urbana cuestionan de forma
y el sentido de las desigualdades existentes. creciente su futuro.

Tanto la presencia de localizaciones here- Frente a ello, el abandono que numerosas


dadas del pasado, como la persistente influen- empresas han hecho de sus antiguos empla-
cia que el factor distancia continúa ejerciendo zamientos (ya sea por cierre o traslado) dio
sobre muchas decisiones empresariales, jus- lugar a la aparición de áreas más o menos ex-
tifican que la redistribución actual de las acti- tensas sometidas a un intenso proceso de va-
vidades no resulte, en absoluto, aleatoria. En ciado industrial: “Esta tendencia podría
particular, las externalidades y sinergias po- definirse como degeneración productiva de la
tenciales asociadas a la proximidad física en- ciudad. Y no solo productiva sino también so-
tre empresas favorecen la formación de cial, porque la expulsión de las industrias de
clusters en localizaciones específicas, a las las grandes ciudades ha conllevado un fenó-
que dotan de personalidad propia, donde la meno paralelo de expulsión de las viviendas y
complementariedad también posibilita, en oca- clases populares”, en contraste con “la intro-
siones, el desarrollo de verdaderas redes de ducción de oficinas y viviendas de lujo sólo
innovación (Camagni, 1991). accesibles a ciertas capas sociales, muy inte-
resadas recientemente en la reconquista de
Son las áreas centrales las más idóneas los centros urbanos” (Pardo & Olivera, 1991:
para albergar aquellas funciones que exigen 24). Cuando la presión del mercado a favor
facilidad de contacto con servicios externos a del cambio de usos en áreas con una elevada
las empresas (financieros, de asesoría y renta de situación se ve acompañada por ope-
consultoría, mantenimiento, publicidad, admi- raciones urbanísticas de renovación, el pro-
nistración pública) y que cuentan con una ima- ceso se acelera hasta convertirse en uno de
gen valorada positivamente, por lo que se pro- los fenómenos que más han contribuido a
duce en ellas una importante transformación de transformar la estructura interna de numero-

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Inmaculada Caravaca y Ricardo Méndez

sas ciudades con tradición industrial en los úl- Por último, la industria asentada en las fran-
timos años. jas periurbanas de transición, que ponen en
contacto los espacios metropolitanos con las
Las coronas metropolitanas, por su parte, periferias rurales circundantes, ha experimen-
muestran una gran diversidad interna. Algu- tado un importante crecimiento. Si hasta hace
nos ejes de transporte y áreas próximas, bien poco la influencia de la industria en estos muni-
comunicadas, tienen un comportamiento muy cipios se ejercía a través de los movimientos
dinámico, localizándose en ellos parques in- diarios de trabajadores residentes en ellos con
dustriales y empresariales a los que se trasla- dirección a las grandes ciudades fabriles de la
dan actividades y funciones necesitadas de aglomeración, algunos albergan ya un impor-
accesibilidad y estatus, lo que explica su ubi- tante número de industrias que contribuyen a
cación en sectores muy valorados, con buena modificar su funcionalidad, morfología y conte-
accesibilidad y próximos a áreas residencia- nido social. Se trata de procesos difusores im-
les de calidad. También han resultado atracti- pulsados por el aumento de las deseconomías
vos determinados espacios suburbanos para externas en el interior de la aglomeración y por
la localización de las industrias vinculadas a la descentralización productiva, que realizada
las nuevas tecnologías de información, al ofre- por numerosas empresas, ha dado origen a un
cer una acumulación de infraestructuras téc- creciente número de PME poco capitalizadas
nicas (aeropuertos, enlaces por autopista, co- que realizan tareas antes integradas en la gran
nexión a redes telemáticas), servicios a la pro- fábrica, a las que se suman otras firmas con un
ducción y capital intangible (trabajadores cua- elevado consumo de suelo, que utilizan de for-
lificados, centros de decisión, universidades, ma muy extensiva. Se trata, pues, de una in-
entorno favorable) esenciales para su funcio- dustrialización dependiente que identifica estas
namiento. Se han formado así verdaderos áreas como periferias funcionales del sistema
ámbitos innovadores, reforzados en ocasiones industrial metropolitano.
por la presencia de parques tecnológicos y
científicos, pese a su limitada capacidad para Tal como intenta reflejar la Figura 2, al com-
generar, por el momento, efectos multiplica- binar la posición dentro del área (desde los
dores sobre el entorno. distritos interiores de la ciudad central hasta
la periferia externa o franja periurbana) con la
Como contrapunto a todo lo anterior, exis- evolución industrial registrada en la última dé-
ten también dentro de las coronas metropoli- cada (saldo positivo o negativo en términos
tanas otras áreas con una fuerte especializa- de establecimientos y empleos), pueden dife-
ción en sectores maduros, intensivos en tra- renciarse una serie de comportamientos-tipo
bajo o energía. Una escasa diversificación de (terciarización industrial, relocalización) que
actividades, destacada presencia de grandes tienen su reflejo tangible en la producción de
fábricas e importantes déficit de equipamientos espacios industriales característicos (áreas de
terciarios, sobre todo de servicios a las em- oficinas industriales, parques industriales y
presas, constituyen rasgos básicos de su es- empresariales). Más allá de las especificidades
tructura productiva. El deterioro del medio locales o su desigual presencia según metró-
ambiente debido a las externalidades negati- polis, las experiencias conocidas remiten a
vas que generan este tipo de industrias, a la comportamientos que, en términos generales,
proximidad entre espacios fabriles y residen- pueden adscribirse a esta tipología básica,
ciales, a las altas densidades de ocupación pese a la simplificación inherente a todo inten-
del suelo, a las bajas calidades de las vivien- to de poner orden en una realidad tan multifor-
das, etc., agravado por la aparición de bal- me como ésta. La desigual superficie ocupa-
díos industriales en solares abandonados, da por los seis tipos de comportamientos aquí
frena la atracción de nuevas empresas. identificados pretende dar idea de su distinta
importancia relativa.

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Trayectorias industriales metropolitanas: nuevos procesos, nuevos contrastes

En resumen, dentro de los mismos espa- cambio, las microdesigualdades son con fre-
cios metropolitanos coexisten y se entremez- cuencia muy fuertes [...] El territorio social y eco-
clan empresas, actividades, grupos sociola- nómico se vuelve a la vez más homogéneo a
borales y territorios a los que puede calificarse gran escala y más fragmentado a pequeña es-
como ganadores o perdedores, según su di- cala. Es, probablemente, más divisible, a ima-
versa capacidad de adaptación a las transfor- gen de esas estructuras geométricas, que re-
maciones estructurales del momento, lo que producen un mismo motivo de desigualdad a
favorece la inserción de unos frente a la exclu- todas las escalas” (Veltz, 1999: 55).
sión de otros (Benko & Lipietz, 1994). Así, los
diferentes tipos de espacios emergentes (ejes
de desarrollo, áreas innovadoras y tecnopolos, 6. El urbanismo de los nuevos
sistemas productivos basados en redes de pe- procesos industriales
queña empresa) que la bibliografía reciente
identifica con cierta reiteración (Caravaca, En buena parte de los casos, la nueva in-
1998), resultan directamente observables en el dustria urbana que surge en estos ámbitos
interior de numerosas aglomeraciones metro- dotados de una elevada centralidad funcional
politanas, donde en ocasiones son contiguos a parece alejarse cada vez más de la tradicional
otros espacios en declive (áreas de antigua in- fisonomía que caracterizaba hasta ahora a un
dustrialización, áreas comerciales o residencia- espacio productivo compuesto por fábricas,
les deterioradas). Por esa razón, “el territorio talleres y almacenes, con su corolario de ele-
es cada vez menos susceptible de ser descrito vados impactos ambientales (humos, ruidos,
en términos de macrodiferencias, como las que tráfico pesado, contaminación de suelos o
oponen globalmente una región a otra [...] En acuíferos) y riesgos tecnológicos (explosión,

Figura 2. Tipos de espacios industriales metropolitanos según localización y dinamismo reciente.

T IP O S D E Á R E A S E V O L U C IÓ N PO S IT IV A E V O L U C IÓ N N EG A TIV A

C IU D A D C E N T R A L O ficin a s in d u stria le s Á re a s re n ova d a s


T E R C IA R IZ A C IÓ N D E S IN D U S T R IA L IZ A C IÓ N
(D IS T R IT O S IN T E R IO R E S )

P E R IF E R IA U R B A N A Y P a rq u e s ind u stria le s Á re a s in d ustria le s e n

CORONAS P a rq u e s em p re sa ria le s d e cliv e


P a rq u e s tecn o ló g ico s y cie ntífico s C R IS IS y
M E T R O P O L IT A N A S
R E L O C A L IZA C IÓ N R E C O N V E R S IÓ N

P E R IF E R IA In d u stria e n eje s/In d u stria d isp e rsa A rte san ía rura l e

M E T R O P O L IT A N A M inip o líg o n o s in d u stria le s in d u stria d ifu sa


D E S C E N T R A L IZ A C IÓ N C R IS IS
IN D U S T R IA L IZ A C IÓ N P E R IF É R IC A

Fuente: Elaboración propia.

incendio, toxicidad), generadores con frecuen- industrial y su imagen, además de demandar


cia de una imagen social negativa. Por el con- inmuebles y servicios complementarios de ca-
trario, esa nueva industria incorpora una pro- racterísticas diferentes, o generar un impacto
porción creciente de tareas relacionadas con sobre su entorno también muy distinto.
la gestión, la innovación y la distribución co-
mercial, que modifican con rapidez el paisaje

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Inmaculada Caravaca y Ricardo Méndez

Por otra parte, las expectativas generadas creciente exigencia de técnicos cualifica-
por usos de suelo más intensivos y rentables dos, servicios e infraestructuras técnicas
en espacios intraurbanos dotados de una ele- (accesibilidad a redes de transporte y co-
vada accesibilidad, junto a la obsolescencia y municación). El interés por potenciar el
baja calidad ambiental de algunos espacios desarrollo de empresas innovadoras,
industriales heredados, impulsan en bastan- acordes con la lógica productiva emergen-
tes casos procesos de renovación tendentes te, ha dado como resultado la promoción
a sustituir la industria en diferentes áreas de de espacios en los que se intenta lograr
la ciudad. una efectiva integración de establecimien-
tos productivos, servicios avanzados y
Tales cambios tienen, por tanto, un com- centros de investigación, para contribuir
ponente espacial evidente, que afecta tanto a con ello a propiciar efectos sinérgicos.
las pautas de localización de los establecimien- Junto a lo anterior, el interés por mejorar
tos industriales, como a la aparición de nue- la imagen de la empresa aumenta la exi-
vas exigencias en materia de suelo, inmuebles gencia de calidad ambiental como factor
e infraestructuras, que generan expectativas diferencial de unos emplazamientos con
para el surgimiento de una nueva oferta de respecto a otros. La suma de tales
espacios de actividad mejor adaptados a las condicionantes ha dado como resultado
exigencias de la demanda que los polígonos y la promoción de los ya mencionados par-
zonas industriales tradicionales. ques tecnológicos y científicos.

Las diversas demandas e intereses en jue- - La descentralización productiva reduce


go, así como la valoración de las ventajas e cada vez más el tamaño de los estable-
inconvenientes asociados al mantenimiento del cimientos industriales mientras produce
espacio manufacturero, suponen hoy impor- una proliferación de PME, lo que propi-
tantes retos para los responsables públicos, cia una mayor diversificación de la ofer-
además de una permanente exigencia de re- ta de parcelas e inmuebles en polígonos
novación para el urbanismo industrial, que y parques, elevándose la demanda de
debe revisar tanto la normativa vigente en naves adosadas de superficie bastante
materia de calificación de usos como el tipo reducida, y a veces carácter modular, que
de actuaciones más adecuadas para promo- incorporan un espacio dedicado a ofici-
ver y/o rehabilitar espacios idóneos para la nas. En consonancia con lo anterior, se
actividad empresarial. diversifican también las formas de tenen-
cia, y frente a la venta, el alquiler o el
Así pues, en estrecha asociación con las leasing reducen las exigencias de capi-
transformaciones socioeconómicas y territoria- tal inmovilizado y el tiempo necesario
les ocurridas en las aglomeraciones urbanas, para proceder a la ocupación. La crecien-
cambia también sustancialmente la lógica de te promoción de minipolígonos preten-
producción y ordenación del suelo industrial, dan- de responder a las necesidades de esta
do lugar a un nuevo contexto urbanístico; en este nueva demanda.
sentido, hay que tener en cuenta que cada uno
de los grandes procesos que caracterizan a las - El proceso de terciarización induce a las
nuevas lógicas productivas condicionan, de una empresas a reorganizar su espacio inter-
u otra forma, las demandas de las empresas para no, ampliando la superficie destinada a ofi-
sus emplazamientos físicos: cinas en detrimento de la ocupada por ta-
reas directamente productivas. Desde el
- El acelerado proceso de innovación que punto de vista urbanístico, se hacen nece-
caracteriza a esta nueva fase del capita- sarias normativas que amplíen los límites
lismo supone para muchas empresas una permitidos para los espacios dedicados a

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Trayectorias industriales metropolitanas: nuevos procesos, nuevos contrastes

oficinas dentro de los inmuebles de uso in- rimentan las actividades económicas, y en
dustrial. A su vez, la posibilidad de concreto la industria, se ha visto intensificada
rentabilizar las ventajas comparativas de en las últimas décadas. Su consecuencia es
cada territorio está impulsando la disocia- una mutación en la estructura y las estrate-
ción de tareas en el seno de empresas gias de las empresas, acompañada por nove-
multiplanta, lo que propicia la proliferación dades también sustantivas en las políticas
de inmuebles dedicados a oficinas indus- públicas, que provocan cambios evidentes en
triales. El rechazo de posiciones extremas, la trayectoria de los diferentes sectores, junto
identificadas con el mantenimiento de una a una modificación de los mapas industriales;
normativa basada en criterios de todo ello dentro de un marco general en el que
zonificación estricta frente a una destaca la emergencia de nuevas lógicas es-
flexibilización excesiva, que puede propi- paciales, que se contraponen con las anterio-
ciar una sustitución masiva de la industria res convirtiéndose en dominantes.
y una destrucción de empleo fabril en el
interior de muchas áreas urbanas con ren- La contribución de tales transformaciones
tas de situación, se enfrenta a la búsque- al proceso de renovación del modelo producti-
da de un punto de equilibrio siempre difícil vo y territorial metropolitano resulta indudable,
entre los diversos intereses en juego. Dado pero los rasgos definitorios de la nueva rela-
que la nueva industria reduce también su ción industria-ciudad son de suficiente com-
anterior impacto medioambiental negativo, plejidad como para no aceptar esas interpre-
se hace plenamente compatible con esta- taciones demasiado planas y sin matices, que
blecimientos de servicios dentro de los en el pasado pretendieron certificar la
parques industriales que son sustituidos, desindustrialización urbana como tendencia
cada vez más generalizadamente, por par- inexorable en las sociedades posindustriales,
ques empresariales y parques mixtos y más tarde, el reforzamiento de los procesos
de actividad. concentradores a favor de las grandes aglo-
meraciones.
- El impacto de la crisis en determinadas
áreas de antigua y densa industrialización De los numerosos estudios y reflexiones
exige llevar a cabo decididas actuaciones publicados en los últimos años dentro de la
de rehabilitación de emplazamientos bibliografía internacional, dos son las consi-
industriales en aquellos casos en los que deraciones que merecen ahora destacarse:
el declive no es sólo imputable a la
obsolescencia de las empresas o de los - En primer lugar, que cualquiera que sea
sectores productivos en los que se inte- la evolución industrial de cada metrópoli
gran, sino también a las carencias acu- en términos cuantitativos (establecimien-
muladas por algunos espacios fabriles con tos, empleos, valor añadido), lo que pa-
importantes déficit infraestructurales, rece común a todas es una tendencia a
parcelarios inadecuados a la demanda y especializarse en aquellas actividades y
deterioro ambiental generalizado. La tareas de mayor contenido en conoci-
concertación entre empresarios industria- miento y exigencias de cualificación, lo
les, promotores del suelo y responsables que refuerza su posición funcional domi-
públicos cobra, en estos casos, especial nante dentro de la nueva división espa-
importancia para poder acometer de for- cial del trabajo, pero a costa de una par-
ma coordinada esa rehabilitación. te de las empresas, sectores y trabaja-
dores preexistentes, que tienden a ser
En definitiva, para concluir puede afirmar- expulsados del tejido urbano en benefi-
se que la transformación constante que expe- cio de localizaciones periféricas.

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Inmaculada Caravaca y Ricardo Méndez

- Al mismo tiempo, que más allá del tama- Castells, M. (1993). “El papel de las ciudades
ño o la historia industrial heredados, las en la economía global y regional”. Las Es-
respuestas que los agentes locales –pri- trategias de las Ciudades Europeas. Gijón:
vados y públicos- han sido capaces de Ayuntamiento de Gijón, 153-167.
dar para adaptarse al nuevo marco es- (1997): La era de la informa-
tructural, así como su capacidad de ción. Economía, sociedad y cultura. Vol. 1:
concertación en torno a proyectos con- La sociedad red. Madrid: Alianza.
cretos, son una clave que no puede olvi- Castells, M. & P. Hall (1994). Las tecnópolis
darse para interpretar la desigual trayec- del mundo. La formación de los complejos
toria seguida hoy por los diversos espa- industriales del siglo XXI. Madrid: Alianza.
cios urbano-metropolitanos. De Mattos, C. A. (1998). “Reestructuración,
crecimiento y expansión metropolitana en
las economías emergentes latinoamerica-
7. Referencias bibliográficas nas”. Gorenstein, S. & R. Bustos (comps.),
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Alba, P. (1986). “Conferencia de Barcelona globalización. Bahía Blanca: Universidad
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nuevos paradigmas de la geografía eco- dad dispersa. Barcelona: Centre de Cultu-
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