Está en la página 1de 1

Tomar conciencia de las emociones en la práctica.

En este ejercicio, buscamos tomar conciencia de las emociones que aparecen a lo largo de la
práctica artística o pedagógica. Procuro tomar conciencia de mis emociones a lo largo de un
bloque de ejercicio creativo o de una clase. Es muy importante asumir una postura de
observador, de testigo. No queremos alterar ni manipular nada, solamente asistir como
observadores a la forma en que nuestras emociones van cambiando a lo largo de la experiencia.
Al finalizar la práctica que elijo para ser observada, doy respuesta en el diario a las siguientes
preguntas:

● ¿Cómo terminó mi práctica o clase el día de hoy? Ojo: no basta con decir “bien” o “mal”.
Es importante escudriñar de una manera más fina nuestros estados emocionales. Algunas
de las emociones que puedo nombrar son: “termino mi práctica o clase contento, alegre,
eufórico, en paz, lleno de silencio interior, entusiasmado, satisfecho, etc.” O bien
“Termino mi práctica ansioso, triste, con rabia, decepcionado, frustrado, tenso, drenado,
melancólico, etc…”. A veces no podemos encontrar la palabra precisa, pero eso no
importa, tratamos de darle el nombre más apropiado posible. A veces hay mezclas de
emociones también.
● A lo largo de mi práctica, ¿cómo se movieron mis emociones?
● ¿Qué produjo estos cambios?
● Cuando aparecen sentimientos como la ansiedad, la frustración o la rabia ¿los puedo
relacionar con algo en particular?. Un problema técnico, una voz de mi “censor” o “juez
interior”, cansancio físico, un pensamiento relacionado con otro momento y otro lugar de
mi vida, etc…
● Por otra parte, ¿en qué momento me sentí más cómodo, a gusto y alegre?. ¿Puedo
relacionar esos sentimientos con algo en particular?. Con ciertos repertorios,
descubrimientos, técnicas, gestos, con ciertas habilidades, con una comprensión repentina
de algo, con un proyecto que se me ocurre, con una “voz interior”, etc…
La invitación es a realizar una labor de “detective” interior, tratando de encontrar las causas
primeras de las emociones en las que de repente nos vemos envueltos…. Este ejercicio nos sitúa
en un lugar distinto a aquel en el cual normalmente estamos inmersos, casi como autómatas. Nos
permite tomar una mayor conciencia de lo que sentimos, de cómo funcionamos, de lo que nos
bloquea, de lo que nos motiva, en últimas, de lo que somos…. Nos permite tomar decisiones con
mayor claridad y libertad…
*****
¿Que me deja el ejercicio? Al final de la semana realizo un corto ejercicio sobre los asuntos que
más me llamaron la atención del ejercicio. Por ejemplo, comentando emociones que son
recurrentes, relaciones entre estas emociones, los pensamientos y el estado del cuerpo, entre
otros.

También podría gustarte