Si existen consecuencias sociales, ya que, en la década de los 50, la ciudad de Lima
acentúa su superioridad como resultado de las relevantes modificaciones que
experimenta la composición provechosa del territorio. Se amonesta un incremento y extensión de la actividad industrial interna que tiene impacto multiplicador debido a que permite la ampliación del negocio y de los servicios. De esta forma existe una más grande colaboración en el mercado mundial. Los dos recursos internos y externos operan como un mecanismo de extensión y de cambio de la economía urbana, condicionando además los cambios de las interacciones urbano rurales. El territorio de una economía prácticamente productora de materias primas minera y agrícola empezó una etapa caracterizada por una diversificación de su producción destinada a una más grande industrialización. Esta ha sido expandiéndose débilmente en los primeros años de la década del 50, siendo más grande a finales de la misma y más fuerte en la década del 60. En el plano político, se procuró conservar fuera del escenario nacional a cada una de esas fuerzas que propugnaban un cambio en el orden. Se aceptaba la iniciativa de una democracia, sin embargo restringida, cercenada y aristocrática. El Estado era aquel ente oligárquico frente al que después, y con gran empuje, se levantaron los sectores más populares. Actualmente hubo un gran incremento poblacional. Invasiones que fueron los denominados pueblos jóvenes lo que es sinónimo de personas migrantes que tomaron tierras a las afueras de Lima.