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COERCIONES INTRINCADAS
Trabajo africano e indígena en Charcas
Siglos XVI y XVII
Paola Andrea Revilla Orías
COERCIONES INTRINCADAS. Trabajo africano e indígena en Charcas, siglos XVI y XVII
340 p.; ilus; 24x17 cm (Colección “Scripta Autochtona”, 24)
ISBN: 978-99974-343-6-4
D.L.: 2-1-1066-20
[Charcas / esclavitud / servidumbre /chiriguanos / afrodescendencia]
Imágenes de la tapa: Indígena con arco y flecha cazando un ave, bargueño misional de Moxos, siglo
XVIII; afrodescendientes cocheros y otros transeúntes conversando en calles
potosinas; afrodescendiente músico; mujer esclavizada sosteniendo una sombrilla
en un balcón (Museo Colonial Charcas, Sucre y Museo de América, Madrid)
Diseño y diagramación: Noemi M. Balboa Cañizaca
Printed in Bolivia – Impreso en Bolivia
Este libro se publica con el apoyo de ADVENIAT
SUMARIO
AGRADECIMIENTOS........................................................................................................... 9
INTRODUCCIÓN................................................................................................................. 11
CAPÍTULO I. CONFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD PLATENSE.................................19
Choquechaca, espacio plural y compartido...................................................................... 19
La implantación de un orden colonial.............................................................................. 23
La Plata en la convivencia................................................................................................32
CAPÍTULO II. PRESENCIA AFRICANA Y CHIRIGUANA EN CHARCAS....................43
Comercio de africanos......................................................................................................43
Comercio de chiriguanos..................................................................................................53
Residencia en La Plata..................................................................................................... 58
CAPÍTULO 3. RETÓRICA JURÍDICA Y SIMBÓLICA DE LA DOMINACIÓN.................65
Justificación de la esclavización y control de la población africana................................65
Legitimación del cautiverio y de la servidumbre chiriguana........................................... 73
El peso de las percepciones estereotipadas......................................................................82
CAPÍTULO 4. SERES HUMANOS COMO MERCANCÍA................................................ 95
El precio de una persona esclavizada...............................................................................95
Relación entre sexo, edad y precio.................................................................................101
Relación origen, “tachas”, habilidades y precio.............................................................106
Vendedores y compradores de esclavos......................................................................... 115
Otras transacciones con esclavizados............................................................................. 125
CAPÍTULO 5. MODALIDADES PARALELAS DE SERVIDUMBRE NO-LIBRE.............. 131
Yanaconazgo, servidumbre perpetua..............................................................................131
Mita de servicio..............................................................................................................142
Menores de edad en servidumbre...................................................................................152
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Sumario
LISTA DE FIGURAS
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LISTA DE TABLAS
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AGRADECIMIENTOS
A Isabelle Combès, por recibir con brazos abiertos el fruto de esta
investigación y proponer su publicación en la colección Scripta Autochtona.
A Jean-Frédéric Schaub y a Alejandra Vega, que la dirigieron. A la Fundación
Calbuco, por facilitar su consecución.Al Laboratorio UMR Mondes Américains-
CRBC/EHESS en París del que fui parte. A mis maestros de formación, Celia
Cussen, Jorge Hidalgo, Claudia Zapata, Aline Helg, y José Luis Martínez
Cereceda, cuyas reflexiones, conversaciones y recomendaciones desde la
historia y la antropología iluminaron el camino de mi escritura. A los colegas
y amigos que en diferentes países, archivos e instituciones me motivaron
con la solidez de sus trabajos y afecto desinteresado: Ana María Presta,
Guillermina Oliveto y Paula Zagalsky en Argentina; Christine Hünefeldt,
Maribel Arrelucea en Perú; Carolina González en Chile; Luis Miguel Glave,
Tristan Platt y Ana Díaz en España. Muy especialmente a Christian G. De
Vito en Alemania por su tiempo, consejos y por la excelencia de su estímulo
académico. A Rossana Barragán en Amsterdam, maestra y compañera de
camino en los primeros pasos de RedLatt. A Máximo Pacheco, Ana María
Lema, Eugenia Bridikhina, María Luisa Soux, Juan Angola, Fernando Cajías,
Josep M. Barnadas y a Pablo Quisbert en Bolivia. A Andrés Eichmann y a
los colegas de la Sociedad Boliviana de la Historia. A la recordada Marcela
Inch. A los alumnos y ayudantes de pesquisa. A los amigos, Álvaro Ojalvo,
Manuel Lizárraga, Julio Aguilar, Priscilla Cisternas, Alejandro Viveros,
Xochitl Inostroza, porque que con uno u otro gesto ayudaron a que la distancia
entre Chile, Bolivia, Perú, Argentina, España y Francia no significara un
impedimento para la investigación. A mi familia y afectos, en especial a
Amaru Villanueva, por tanto compartido.
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INTRODUCCIÓN
El propósito de estas páginas es encaminar el estudio del fenómeno de
esclavitud y otras formas de servidumbre en que estuvieron inmersos quienes,
por su ascendencia africana o indígena fueron hechos cautivos y luego, en su
desarraigo y vulnerabilidad, sometidos al trabajo forzado en Charcas, uno
de los conjuntos político-administrativos coloniales más grandes de América
del Sur cuyo núcleo gestor dio cuerpo en el siglo XIX a la República de
Bolivia. Además, indagar en su experiencia de trabajo y en las dinámicas de
sociabilidad que llevaron adelante, así como sus descendientes, para integrarse
a un escenario plural y cambiante como fue el de la colonia temprana.
Como es sabido, bajo una serie de argumentos, la esclavitud fue
impuesta a millones de personas a lo largo de la historia. Los estudiosos han
venido reflexionando largamente sobre la institución esclavista, en particular
sobre aquella vinculada a la Trata, que movió al traslado forzado de cientos de
miles de hombres, mujeres y niños africanos desde el siglo XVI rumbo a Nor,
Centro y Sudamérica para su sometimiento laboral1. En las últimas décadas del
siglo XX el interés también ha sido puesto en el despliegue socioeconómico
de esta institución en las urbes coloniales y sus alrededores para lo que va de
los siglos XVIII y XIX, y en notable menor medida para la colonia temprana
(siglos XVI y XVII)2. Se suma a esta mirada institucional de la esclavitud
que, según la proporción de esclavos respecto de la población total en cada
sociedad, así como de la relevancia de su trabajo en el aparato productivo,
los investigadores han validado la diferencia entre sociedades esclavistas
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Introducción
4 El estudio de Lolita Gutiérrez B. (1996) es, hasta hoy, el único que se adentra en el estudio
del trabajo esclavo africano desde una mirada comparativa con la realidad laboral indígena
en las chacras de Mizque.
5 Ver propuestas fundamentales y recientes: Linden y Karin Hofmeester, eds. (2018); Eckert,
ed. (2016)); De Vito (2013); Hofmeester et al. (2014).
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6 Están los primeros textos de Max Portugal (1978) y de Alberto Crespo (1995). Le siguieron
textos de Inge Wolf (1981) y de Juan Angola Maconde (2010). Desde una vertiente de
historia más urbana destacan los textos de Eugenia Bridikhina (1994, 1995, 2007b)
sobre la presencia africana en las ciudades de Potosí y La Paz; Estanislao Just Lléo (1984)
sobre la evangelización de africanos en Charcas; María Antonia Triano (2006) sobre los
pronunciamientos ante las cortes de justicia y William Lofstrom (2010) que trabajó un caso
de movilidad social protagonizado por una liberta en La Plata del siglo XVIII.
7 Sin duda desmotiva también a los investigadores el carácter disperso de la información,
que exige una pesquisa extensa en diferentes archivos, con documentación de difícil acceso,
muchas veces sin catalogar. El reto es complejo además porque implica seguir el rastro
de personas que han caído en el anonimato y cuya experiencia está registrada de modo
fragmentario.
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laboral y de vida de los sujetos dentro del tejido social en que vivieron su
cautiverio y donde tuvieron descendencia, antes de afirmar que su realidad
puede ser reducida a la que estipulaba su condición legal. Es más, atiende
la realidad de aquellas personas cuya condición jurídica no siempre estuvo
clara, en particular cuando habían nacido en el mismo lugar en que sus
padres y abuelos habían sido esclavizados. Asimismo, quienes siendo libres
estuvieron expuestos a múltiples sistemas de trabajo no-libre, vinculados
entre sí y, muchas veces, en sus características coactivas más íntimas, a las de
la esclavitud normada8.
Este propósito resulta viable si el análisis no se constriñe a las categorías
de adscripción social que buscó imponer la Corona para englobar a los sujetos
según el origen étnico y el fenotipo, y que los individuos fueron asimilando
y haciendo operativas y resignificando desde fines del siglo XVI. En tanto
estas obedecieron a imperativos concretos del poder –a diferentes niveles–,
no tiene sentido abordarlas desde una mirada esencialista que resultaría
reductora y maniquea. Se propone más bien una mirada que tensione los
discursos con el uso que los sujetos hicieron de los términos en el día a día. Ni
todos los africanos y su descendencia fueron esclavos, ni todos los indígenas
libres, según el contexto al que hagamos referencia. Es desde una lectura más
compleja y profunda que aquella circunscrita a los estereotipos recreados,
que resulta viable el análisis comparativo de sistemas y formas laborales que
siguieron cierta lógica de relacionamiento coactivo transversal a la sociedad
colonial.
El estudio plantea que, a pesar del fuerte peso del prejuicio discriminador
de los discursos, el sometimiento de unas personas por otras no se detuvo tanto
en consideraciones étnicas y fenotípicas como en las necesidades prácticas de
la sociedad consumidora de sirvientes. Es decir, en las posibilidades concretas
de unos de someter a otros según su grado de vulnerabilidad. Pero advierte que
esta realidad condicionante no necesariamente determinó la experiencia ni el
devenir individual de los trabajadores, ya que su sociabilidad no estuvo ligada
únicamente a su condición de servidumbre, sino a una compleja dinámica
de ocupaciones y relaciones, en un contexto plural y cambiante en que iba
tomando cuerpo la sociedad colonial. Desde una mirada desprejuiciada a estas
prácticas, es posible detectar formas de poder que suelen pasar desapercibidas
desde enfoques estereotipados sobre dominadores y dominados. Atendiendo
las relaciones asimétricas de poder de cada contexto, una lectura diacrónica
8 Ver Linden y Rodríguez García (2016); Linden y Brown (2010); De Vito y Sundevall (2017);
Brass y Linden (1997).
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mirar hasta fines del siglo XVII. Esta apertura diacrónica nutre el espectro
de análisis permitiendo percibir mejor posibles cambios, continuidades y
tendencias.
El trabajo es presentado dividido en once capítulos de reflexión
encadenada. El primero estudia las características de una región que, desde
tiempos prehispánicos, fue espacio de confluencia de personas de diferente
origen. Paralelamente tensiona el discurso de separación de la población
en compartimentos etnificados dando cuenta de la realidad de tempranos
y complejos fenómenos de mestizaje11. El segundo capítulo da noticia del
traslado forzado de personas desde África y desde las tierras bajas de los Andes
meridionales, deteniéndose en los móviles del comercio, las redes y las rutas
que viabilizaron su ingreso hasta las tierras interiores de Charcas. El tercer
capítulo analiza los discursos de base jurídica y doctrinal que llegaron desde
la metrópoli, pero también de aquellos que se fueron formulando posterior
o paralelamente a nivel virreinal y local para justificar la servidumbre y
diversas formas de control de los sujetos en cautiverio. Se detiene además en
el análisis de los estereotipos construidos por los discursos del poder político
para estigmatizar a los sujetos.
El cuarto capítulo analiza el fenómeno de la introducción, en el nuevo
escenario mercantil colonial, de la idea de la existencia de seres humanos
pasibles a ser comprados y vendidos. Desde un enfoque comparativo con
otras regiones, se cuestiona en qué medida el precio, cotejado con el origen,
sexo, edad, entre otros indicadores sistematizados, influyeron en el devenir de
los esclavos como bienes enajenables. Así también, examina el universo de
compradores y vendedores de esclavos, y el de aquellos que los alquilaron,
prestaron, empeñaron o hipotecaron en el ejercicio de su dominio como
amos. El quinto capítulo se aproxima a otras formas de servidumbre no-libre
que coexisten con la esclavitud pero que la historiografía ha estudiado casi
siempre por separado.
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Desde una perspectiva semántico-histórica, algunos autores prefieren referir a este
fenómeno de compartimentalización social como “racialización” legitimadora de las
diferencias económicas y sociales. Otros, con los que este estudio comparte parecer,
no consideran acertado el uso del término “raza” en el sentido que adquiere desde
fines del siglo XVIII, para el periodo colonial temprano, y prefieren referir a procesos
de “etnificación”. Sobre la etnicidad como constructo social cambiante remito al trabajo
de Peter Wade (2000). Un elemento fundamental en la consolidación de las jerarquías
sociales coloniales es el asentamiento paulatino de nociones importadas de “limpieza de
sangre”. Ver Stolcke (2009).
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