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CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO
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CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

El presente capítulo hace referencia al marco teórico que fundamenta la

presente investigación; en este sentido, comprende los antecedentes de la

investigación, los cuales se refieren a estudios publicados vinculados con la

categoría estudiada, así como las bases legales – doctrinales –

jurisprudenciales, que contienen la información de desarrollo de la misma, y

para cerrar, el sistema de categoría.

1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

A objeto de sustentar de manera efectiva la categoría de análisis se

procuró el estudio de algunos antecedentes vinculados con el hecho notorio

comunicacional como hecho exento de prueba, los cuales reportan una serie

de evidencias teóricas, metodológicas y conclusivas que constituyen un

elemento clave para el desarrollo de la presente investigación, tal como se

exponen a continuación.

Sánchez (2009) presentó la investigación titulada “El hecho

comunicacional como prueba en el proceso judicial venezolano”, elaborada

en la Universidad Rafael Belloso Chacín (URBE), la cual tuvo por objetivo

fundamental, analizar el hecho comunicacional como prueba en el proceso

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judicial venezolano . Teóricamente, para cumplir con el objetivo general

formulado, el investigador abordó el campo de la doctrina del derecho

probatorio que explica el objeto de la prueba, sus elementos definitorios y los

criterios jurisprudenciales atinentes al establecimiento como prueba en el

proceso judicial venezolano.

Desde el punto de vista metodológico, se realizó una investigación

jurídico-explorativa , cuyos datos fueron obtenidos mediante una revisión

bibliográfica y observación directa de las fuentes iniciales, siendo

posteriormente analizados con la técnica de análisis descriptiva y de

hermenéutica jurídica. De acuerdo con los resultados derivados de la

investigación se estableció que el hecho comunicacional surge como una

especie de hecho notorio gracias a la construcción doctrinal, en oposición a

la ausencia en las normas adjetivas nacionales.

Como resultado se observa que, la jurisprudencia se muestra tendente

a asegurar al juez su dominio monopólico del hecho comunicacional, posición

que puede comprometer el derecho a la defensa de las partes, en tanto,

debería serle permisible la opción de ilustrar al juez sobre las distintas

apreciaciones, opiniones, criterios, interpretaciones y matrices formadas en

torno al asunto, si ello puede favorecer la pretensión de cada uno, por más

que dicha actuación no sea una promoción de pruebas ni entrañe conductas

de evacuación. En virtud de lo anterior, se recomendó mitigar la doctrina

jurisprudencial y la apertura de los tribunales a la recepción de todo dato que

oriente de manera integral y objetiva el hecho comunicacional.

En este mismo orden de ideas, Amaya (2005) presentó la investigación


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titulada “Los hechos notorios comunicacionales como medios probatorios en

la legislación venezolana”, elaborada en la Universidad Rafael Belloso

Chacín (URBE), cuyo objetivo general fue analizar los hechos notorios

comunicacionales, aplicables como medios de prueba en la legislación

venezolana, sabiendo de antemano que estos no están establecidos en la

ley, y teniendo como punto de partida que éstos son aquellos que se

conocen por una apreciable mayoría de los asociados del lugar en que se

produzca la necesidad de la prueba, teniéndose que dar una serie de

caracteres y requisitos tanto intrínsecos como ext rínsecos para que se

invoque el hecho comunicacional, ya que se tiene que tratar de un hecho y

no de una mera opinión y que su difusión sea simultanea por los diversos

tipos de comunicación.

Estudiando la notoriedad de los hechos que se produce cuando un

hecho impacta, alarma, escandaliza, o es noticia en un momento o tiempo

determinado teniéndose como resultado los efectos o influencia que puedan

tener estos medios para la colectividad o las masas.

En consecuencia, los antecedentes anteriormente descritos, sirven de

aporte para la presente investigación por cuanto muestran las diversas

conceptualizaciones que pueden constituirse en la base teórica para el

presente estudio; de igual manera, a partir de su revisión, se visualizaron los

contextos metodológicos utilizados los cuales permitieron estructurar

metodológicamente la investigación en curso.


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2. BASES LEGALES – DOCTRINALES - JURISPRUDENCIALES

A continuación se presenta la fundamentación teórica que constituye

el conocimiento de la categoría de análisis, siguiendo los criterios de Chávez,

(2003), en cuanto a que se encuentra enfocada en modelos y teorías de

carácter conceptual, que permite hacer descripciones pertinentes sobre la

misma, desde la aproximación legislativa y doctrinal.

2.1. PRUEBA

En líneas generales, la palabra prueba tiene un uso amplio en el mundo

del saber y la práctica cotidiana. En casi todas las ciencias se aplica este

concepto, con una connotación más o menos similar. Por lo tanto, antes de

entrar al estudio de la prueba, se señala que e l mismo se verificará dentro del

contexto jurisdiccional, es decir, dentro del conjunto de actos entre las partes,

los magistrados y sus auxiliares, actos regulados por la Ley y dirigidos a la

solución de un conflicto capaz de ser resuelto mediante una decisión judicial.

2.1.1. ETIMOLOGÍA

De acuerdo con Rodríguez, Somarriva, Vodanovic (1998, p. 410),

etimológicamente la prueba deriva del adverbio probe, que significa

honradamente, por considerar que obra con honradez el que prueba lo que

pretende. A juicio de los referidos autores, la palabra prueba también podría


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provenir del vocablo probandum, en el sentido de recomendar, probar,

experimentar, patentizar, hacer fe .

Por su parte, Melendo (2003, p. 45) expresa que el vocablo prueba

deriva del término latín probatio, probationis, que a su vez procede del

vocablo probus que significa bueno. Por tanto, lo que resulta probado es

bueno, se ajusta a la realidad, y probar consiste en verificar o demostrar la

autenticidad de una cosa.

Con base a ello, refiere el autor citado, que el lenguaje corriente enseña

la utilidad del término como equivalente a ensayo o experimento. Sin

embargo, en realidad, la actividad probatoria es siempre posterior al ensayo

o experimento, cuya finalidad es permitir realizar una afirmación en relación a

la cosa ensayada, pero tras el ensayo hay que probar, es decir, verificar la

exactitud de la afirmación formulada.

En definitiva, puede inferirse que en el uso corriente del lenguaje,

probar significa comprobar, verificar. En este sentido, Carnelutti (2002),

señala que el término probar se usa en el lenguaje común como

“comprobación de la verdad de una proposición” y por tanto, la prueba es la

comprobación de las afirmaciones.

Sobre la base de las definiciones anteriores, los autores coinciden en

exponer que la prueba proviene del antiguo aforismo probe en el sentido de

probar, mostrar, es decir, no sólo la comprobación sino, el procedimiento o

actividad utilizada para dicha comprobación, produciéndose así un cambio

entre resultado y procedimiento o actividad.


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2.1.2. DEFINICIÓN

Uno de los actos fundamentales para la decisión de un conflicto es la

aportación de las pruebas, las cuales tiene n como finalidad convencer al juez

de la verdad de la afirmación de un hecho. Al respecto, afirma Bello (2007, p.

41), que la prueba:

Es la acción de probar, es decir de aportar elementos o


informaciones necesarias que permitan plasmar en la
sentencia la realidad de los hechos afirmados y negados, en
este sentido, es la justificación de la verdad de los hechos
controvertidos.

En este sentido, probar es una actividad racional dirigida a contrastar

una proposición. De igual manera, Rivera (2009, p. 3) expone que la prueba

se vincula a la “demostración de un hecho o fenómeno a sus relaciones, a

sus causas y efectos, o bien a la manipulación del mismo. En consecuencia,

todos los operadores de las diversas disciplinas científicas han de probar sus

tesis o hipótesis”. Con ello se afirma, que ésta se basa en la actividad

necesaria para demostrar la verdad de un hecho, su existencia o contenido

según los medios establecidos por la ley.

De acuerdo con Perretti (2008, p. 15) la prueba “es la acción y efecto de

probar y ello, es demostrar de alguna manera, la veracidad de un hecho o de

una afirmación”. Es decir ésta recae sobre quien alega algo, pues el principio

establece que quien alega debe probar y quien afirma debe acreditar lo

afirmado mediante un hecho positivo, por el contrario, si se trata de un hecho

negativo quien afirma deberá acreditarlo mediante un hecho positivo.


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Analizando los planteamientos de los autores mencionados, éstos

coinciden sobre los puntos de vistas expuestos, al expresar la necesidad de la

comprobación o veracidad de un acontecimiento dado, del mismo modo, se

basa en aportar elementos de convicción para llevar al juez al convencimiento

sobre los hechos alegados.

2.1.3. NECESIDAD DE LA PRUEBA

Según Rivera (2009, p. 161) la necesidad de la prueba se enfoca en

una noción abstracta con relación al proceso pero de forma objetiva la cual

se basa en los hechos que pueden ser materia de prueba. Es decir, se trata

de comprobar la verdad del hecho, cuestión que es un error conceptual, pues

no se puede predicar la verdad o falsedad del hecho, lo que se puede decir

acerca de él, es si existió o no, si ocurrió o no. De igual manera, refiere el

autor, que la necesidad de la prueba es la necesidad del proceso el cual por

un lado obliga a las partes a probar sus afirmaciones, pero por otro, el juez

requiere de ellas para formular el juicio con elementos de convicción y tomar

su decisión.

Por otra parte, Bello (2009, p. 59) expresa que la necesidad de la

prueba, es la razón o argumento tendiente a demostrar la existencia o

inexistencia de los hechos controvertidos afirmados o negados por las partes

en el proceso, que tienen por objeto llevar al juzgador al convencimiento

sobre la verdad o interés que mueve la parte, que ha sido expuesto bajo el

envoltorio del alegato.


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En referencia a ello, la necesidad de la prueba se basa en el conjunto

de hechos materiales que sirven de presupuesto de las normas jurídicas

aplicables en cada proceso, en vista de las peticiones de las partes o del

objeto jurídico perseguido y que la ley exige probar por medios autorizados.

2.2. TEMA DE LA PRUEBA

2.2.1. DEFINICIÓN

En sentido amplio, la prueba es lo que confirma o desvirtúa una

hipótesis o afirmación precedente. Esta noción, llevada al proceso, se

sustenta en lo planteado por Bello (2009, p. 61) quien afirma que la prueba

está constituida por la actividad procesal de las partes y del propio juez o

tribunal encaminada a la determinación de la veracidad o no de las

afirmaciones que sobre los hechos efectúan las partes, y cuya finalidad no es

otra que la de conducir al órgano judicial sentenciador a la convicción

psicológica acerca de la existencia o inexistencia de dichos hechos, en base

a ello este mecanismo ha de desarrollarse a través de los cauces legalmente

establecidos y de acuerdo con los principios que rigen en este ámbito.

Por otra parte, Rivera (2009) expresa que el fin de la prueba no debe

confundirse con los fines particulares que las partes procesales tratan de

lograr con la misma, pues tales fines no coinciden con los que corresponden

a la prueba según su naturaleza y función procesal. En consecuencia, el fin

de la prueba no es otro que formar la convicción del juez acerca de la


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exactitud de las afirmaciones formuladas por las partes en el proceso, es

decir, que se convenza o persuada de la coincidencia de tales afirmaciones

con la realidad, es decir de su veracidad.

2.2.2. CONTENIDO DE THEMA PROBANDUM

De acuerdo con Perretti (2008) el tema de prueba o thema probandum

se denomina a lo que en la práctica resulta necesariamente objeto de la

actividad probatoria en cada proceso en concreto. De modo que, el thema

probandum tiene como contenido los hechos concretos afirmados por las

partes. Al respecto, el autor refiere que los perfiles y particularidades del

thema probandum serán identificados y delimitados según la tipicidad

efectuada que ha determinado la apertura de procedimiento y la consiguiente

necesidad de la actividad probatoria en cada caso concreto.

Para Rodríguez (2005, p. 15) el thema probandum se entiende como la

materia de la actividad probatoria en cada proceso, es decir, los hechos

sobre los cuales versa el debate o la cuestión voluntaria planteada y que

deben probarse por constituir el presupuesto de los efectos jurídicos

perseguidos por ambas partes, sin cuyo conocimiento el juez no puede

decidir. Con relación a ello, se expone que el tema de la prueba son los

hechos controvertidos, los cuales se caracterizan que ameritan prueba dentro

del proceso.
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2.2.3. DIFERENCIA ENTRE EL THEMA DECIDENDUM Y EL THEMA

PROBANDUM

De acuerdo con Devis (1999) el thema decidendum, se entiende como

el problema circunscrito a los términos de la demanda y de su contestación,

es decir, los términos en los cuales ha quedado planteada la litis, mientras

que el referido autor, expone que el thema probandum, se basa en los

hechos controvertidos y las afirmaciones de hecho realizadas por las partes

constituyen el tema sobre el cual debe recaer la prueba en un determinado

juicio (tema de prueba).

En referencia a ello, los hechos controvertidos y las afirmaciones de

hecho realizadas por las partes constituyen el tema sobre el cual debe recaer

la prueba en un determinado juicio, ya que representan los términos en los

cuales ha sido entablada la litis y, en consecuencia, determinan el thema

decidendum o –tema a decidir-- sobre el cual debe recaer la decisión del

sentenciador de fondo.

Sobre la base de lo expuesto, se puede concluir que el thema

decidendum se encuentra constituido por el contenido de los hechos de la

controversia, bien por los indicados por el demandante de su libelo o en

reforma posterior si la demanda, o bien por los aportados por el demandado

en la oportunidad de contestar la demanda, mientras que el thema

proband um está constituida por los hechos que amerita n prueba dentro del
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proceso, en cuanto existen hechos que forman parte del contenido fáctico del

proceso, pero que, sin embargo, no forman parte de los hechos en

controversia.

2.2.4. HECHOS EXENTOS DE PRUEBA

De acuerdo con el Código de Procedimiento Civil, por sus siglas CPC

(1987) en su artículo 509, expresa que “los jueces deben analizar y juzgar

todas cuantas pruebas se hayan producido, aun aquellas que a su juicio no

fueren idóneas para ofrecer algún elemento de convicción, expresándose

siempre cuál sea el criterio del juez respecto de ellas”. A su vez, el artículo 12

del código citado, establece:

En sus decisiones el juez debe atenerse a las normas del derecho,


a menos que la Ley lo faculte para decidir con arreglo a la equidad.
Debe atenerse a lo alegado y probado en autos, sin poder sacar
elementos de convicción fuera de éstos, ni suplir excepciones o
argumentos de hecho no alegados ni probados. El juez puede
fundar su decisión en los conocimientos de hecho que se
encuentren comprendidos en la experiencia común o máximas de
experiencia.

En virtud de este planteamiento establecido por la norma, no todos los

hechos alegados requieren de pruebas que fundamentan la veracidad de lo

que ha sido expuesto por las partes en conflicto.

Para Bello (2009, p. 78) los hechos serán objeto del proceso en la

medida que hayan sido alegados por algunas de las partes y hayan sido

controvertidos por la otra parte , con ello se expresa que si el hecho alegado
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en la demanda o excepcionado en la contestación no es reconocido,

aceptado o admitido en forma alguna por la parte contraria como fundamento

de la excepción, serían entonces éstos objeto de prueba, ya que sólo

aquellos que mantengan el carácter controvertido pasarán a formar parte del

debate probatorio.

A este respecto, Rivera (2009, p. 170) precisa que hay hechos que a

pesar de formar parte del objeto concreto de la prueba en un determinado

proceso, es decir, de formar parte del thema probandum en el sentido

abstracto, no se requieren ser probados mediante medios probatorios en los

lapsos correspondientes de promoción y evacuación, porque de alguna

manera son válidos, ciertos y se tienen por probados.

En este sentido, Bello (2009, p. 78) manifiesta la existencia de varios

hechos exentos de pruebas las cuales se resumen a continuación:

(a) Hechos expresamente admitidos o reconocidos por las partes,

dichos hechos se dan por admitidos expresamente cuando son reconocidos

o confesados durante el proceso por la parte contraria. En este sentido, los

hechos confesados expresamente por las partes, se consideran no

controvertidos, es decir, no es necesario probarlos por otro medio, pues, ya

están probados por la confesión, caso contrario si requeriría su prueba.

En función de ello, al ser admitida la ocurrencia de un hecho, por la

parte a quien se le endilgó, deja de ser controvertido. Por razones de

economía procesal si el hecho no es controvertido no debe ser probado en el

proceso litigioso.
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En resumen, se expone que la admisión del hecho produce el doble

efecto procesal de obligar al juez a tenerlo en cuenta y a considerarlo

suficientemente probado, es decir, que por medio de la parte a quien se le

opone constituye un hecho confesado, esto es, por medio de la confesión

espontánea y sin coerción que haya efectuado la parte.

Al respecto, el artículo 361 del Código de Procedimiento Civil (1987),

establece una hipótesis de admisión expresa de los hechos, cuando en la

contestación de una demanda puntualiza que el demandado podrá convenir

en ella absolutamente o con alguna limitación. En este sentido, se refiere a

que los hechos adquieren este carácter por ser convenidos expresamente en

la respectiva oportunidad procesal.

En relación a ello, el artículo 397 del Código de Procedimiento Civil

(1987), prevé expresamente que:

… cada parte deberá expresar si conviene en alguno o


algunos de los hechos que trata de probar la contraparte,
determinándose con claridad, a fin de que el juez pueda fijar
con precisión los hechos en que estén de acuerdo, los
cuales no serán objeto de prueba. Si alguna de las partes no
llenare dicha formalidad en el termino fijado se considera
contradichos los hechos.

(b) Hechos tácitamente admitidos o reconocidos por las partes, estos

surge de acuerdo con Bello (2009, p. 80) como consecuencia de la conducta

que hayan asumido en el proceso, en aquellos casos en que la ley

establezca como efecto procesal por la falta de contradicción, negación o

rechazo específico para su reconocimientos.


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Al respecto, el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil (1987),

señala que si el demandado no da contestación a la demanda dentro de los

plazos indicados, se le tendrá por confeso en cuanto no sea contraria a

derecho la petición del demandante, si nada probare que le favorezca. En

este caso, vencido el lapso de promoción de pruebas sin que el demandado

hubiese promovido alguna, el tribunal procedería a sentenciar la causa, en

base a la confesión del demandado.

De acuerdo con el artículo citado la admisión tácita ocurre cuando la ley

atribuye al silencio de la contraparte o a la falta de comparecencia,

el valor de una admisión de los hechos afirmados por el adversario, cuya

forma más común se tiene tal como se ha descrito cuando el demandado no

da contestación a la demanda, caso en el cual se produce la denominada

confesión ficta, que recae sobre los hechos afirmados en la demanda.

(c) Hechos presumidos por la ley, al respecto Devis (1999, p. 204)

señala que cuando un hecho posee presunción legal, sea que es o no

posible la prueba en contrario, está excluido de prueba, pues es

precisamente esa la finalidad de las presunciones. Asimismo, el artículo

1.397 del Código Civil (1982), establece que la presunción legal dispensa de

toda prueba a quien la tiene a su favo r. En este sentido, los hechos

amparados por una presunción legal no necesitan ser probados, en

consecuencia, se considera conveniente precisar los elementos que

conforman la presunción y los tipos que distinguen la doctrina.


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Dentro de este marco doctrinal, la presunción está condicionada a tres

elementos que unidos, van a darle su característica: el hecho conocido, el

desconocido y la relación de causalidad; siendo de observar que la

presunción no es una prueba, sino más bien una excepción o dispensa de

ella, y lo que está fuera de la órbita de la prueba, lo son: el hecho

desconocido y la relación de causalidad.

Por su parte, las presunciones son legales cuando ellas devienen de

una disposición especial que la ley atribuye a ciertos actos o hechos, y

hominis, también denominadas de justicia, judiciales o humanas, cuando

quedan a la prudencia del juez, quien debe admitirlas sólo cuando éstas sean

graves, precisas y concordantes con el objeto de la prueba.

De acuerdo con Rodríguez (2009, p. 512), el hecho de que la

presunción legal está establecida por ley permite que la misma sea iuris et de

iure, que no haya posibilidad de desvirtuarla con una prueba en contrario, por

tratarse de una verdad incontrovertible o iuris tantum, permite que se

formulen pruebas en contra de los hechos que se han deducido del hecho

conocido, es decir, que puede haber una prueba susceptible de ser

presentada, que desvirtúe la existencia del hecho deducido.

Por otra parte, Perretti (2008, p. 44) manifiesta que cuando

un hecho goza de presunción legal, sea que admita o no pruebas

en contrario, está exento de pruebas y tal es, el objeto de las presunciones.

En este sentido, se expresa que la presunción no es una prueba, sino

exención o dispensa de la prueba, sin que eso signifique que, si la parte


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interesada aduce pruebas sobre el hecho presumido, deba el juez

rechazarlas.

(d) Hechos evidentes, refiere el autor citado, que la exención de prueba

de los hechos evidentes, no constituyen sino un aspecto del problema más

extensos del saber privado del juez como elemento integrante de su decisión.

Esto de ninguna manera constituye una violación al principio de la prohibición

al juez de fundamentar su decisión en el conocimiento privado de los hechos.

A este respecto, se consideran que éstos son aquellos conocimientos que

posee la mayoría de las personas, es decir, hechos que se guardan en la

memoria de los mismos, por ejemplo la fecha.

Por su parte, Bello (2009, p. 100) manifiesta que se refieren a los

propios del conocimiento humano y del dominio de la generalidad de los

ciudadanos, siendo éstos los aspectos que lo diferencian del hecho notorio,

donde el mismo es del conocimiento no de la generalidad, sino de la

colectividad de capacidad intelectual media.

(e) Hechos indefinidos. Respecto a esta categoría de hechos, aquellas

pruebas que puedan ser admitidas por el juez, no deben ser impertinentes e

irrelevantes, pues éstas no aportan ninguna utilidad al juicio. En este sentido,

Bello (2009, p. 100) expone que estos no entran en el campo del tema de la

prueba de los hechos indefinitivos o imposibles que no tienen ubicación ni en

el tiempo ni en el espacio, lo cual se traduce en una indeterminación que

impide su demostración.
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(f) Hechos negativos: el derecho procesal moderno afirma que el hecho

negativo no sólo puede ser objeto de prueba, sino que en muchos casos la

Ley exige como supuesto de una norma, un hecho cuya naturaleza es

negativa. Las negaciones, al efecto de su valoración en el proceso, pueden

clasificarse como sustanciales o absolutas y formales o aparentes;

considerándose las primeras como aquellas que tienen su fundamento en la

nada y no implican, en consecuencia, ninguna afirmación opuesta, indirecta o

implícita.

En cuanto a las segundas, son afirmaciones contrarias, ya que reviste n

de un carácter definido o indefinido, éstas pueden ser de derecho, se remiten

a la titularidad de un derecho, a las condiciones requeridas por la Ley para la

validez del acto; de hecho, las cuales equivalen a la afirmación de un hecho

contrario, ya sea concreto o indefinido y de cualidad, ocurren cuando se

niega a alguna persona una determinada cualidad y al actuar de esta

manera, se está afirmando lo opuesto.

(g) Hechos impertinentes, son aquellos que no guardan relación alguna

con los hechos que se ventilan en el proceso, luego su ocurrencia, es

independiente, ejemplo de ello, se trata de probar que Juan Díaz cumplió una

obligación contraída, pero se pretende llevar como elementos de prueba que

su hermano estuvo presente en un acto x en determinada fecha.

(h) Hechos irrelevantes, son aquellos que pueden ser controvertidos,

pues no han sido aceptados en forma alguna por las partes, por lo tanto,
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tienden a demostrar la pretensión del accionante o la excepción del

demandado no aportando nada a la solución de la controversia judicial

debatida en el proceso.

A este respecto, se expone que los hechos irrelevantes son aquellos

cuyas pruebas no aportan nada al proceso, pues no han sido aceptados a

pesar de que son pertinentes, ya que tienden a demostrar la pretensión y la

excepción, del autor y del demandado respectivamente ejemplo de ello, un

inquilino que durante un juicio de desalojo en el cual se ha esgrimido en su

contra como causal de no cumplimiento en los pagos de los cánones de

arrendamiento, alegue que admite el atraso en los pagos; pero maneja como

hecho a su favor el haber usado el apartamento de acuerdo a los previsto en

el contrato.

(i) Hechos notorios, son aquellos del conocimiento de buena parte de la

colectividad, bien porque pertenezca a la actividad cotidiana, a su tradición

histórica, a su costumbre o a las creencias religiosas, de capacidad

intelectual o media, el cual permanece en el tiempo y que pueda existir al

momento que el juez esté conociendo del asunto judicial sometido a su

conocimiento.

Para Rivera (2009, p. 176) constituyen aquellos hechos que

naturalmente entran en el conocimiento de la cultura de los individuos, con

relación a un lugar o a un círculo social y a un momento determinado, en el

momento en que ocurre la decisión. Mientras que Perretti (2008, p. 47)


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agrega que la notoriedad no es concepto jurídico específico, sin embargo, se

le puede definir como aquellos hechos cuyo conocimiento forma parte de la

cultura normal propia de un determinado círculo social en el tiempo que se

produce la decisión.

(j) Hechos cuya prueba prohíbe la ley, dentro de esta categoría se

consideran aquellos hechos que han sido prohibidos por razones legales,

morales o de cualquier otra naturaleza y resulta n excluidos del objeto

concreto de la prueba, aún cuando se relacione n con la materia debatida y

constituya n un presupuesto de la pretensión o excepción, lo cual significa

que con mayor razón, tales hechos no puede formar parte del tema de

pruebas.

2.3. HECHOS NOTORIOS

2.3.1. DEFINICIÓN

De acuerdo con el Código de Procedimiento Civil, (1987) en su

artículo 506, las partes tienen la obligación de probar sus respectivas

afirmaciones de hecho, es decir, quien exija la ejecución de una obligación

debe probarla, y por lo tanto, quien pretenda que ha sido libertado de ella,

debe por su parte probar el pago o el hecho extintivo de la obligación. A su

vez el artículo 506, del citado código establece que los hechos notorios no

son objeto de prueba.


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En este sentido, Rivera (2009, p. 176) manifiesta que los hechos

notorios “son aquellos que entran naturalmente en el conocimiento, en la

cultura o en la información normal de los individuos, con relación a un lugar a

un círculo y a un tiempo determinado, en el momento en que ocurre la

decisión”, es decir, no es necesario que los conozca todo el mundo, pues su

notoriedad está referida a un determinado círculo social, mientras sea posible

verificar su existencia. En este mismo sentido, expone Rivera (2009, p. 177)

que existe notoriedad general cuando los hechos son conocidos por todos, o

bien por un gran círculo de personas, con seguridad porque son

generalmente perceptibles.

Por su parte, Bello (2009, p. 104) expone que el hecho notorio es “aquel

hecho que es del conocimiento del conglomerado social de capacidad

intelectual media, es decir, aquellos hechos conocidos por la generalidad de

los ciudadanos”, los cuales son susceptibles de producir en la conciencia del

juez una certeza moral racionalmente superior a la que nace de la prueba.

En relación a ello, el hecho notorio, es un conocimiento de hecho

tomados de la experiencia de la vida común, es decir, que versa sobre los

aspectos fácticos de este tipo, por cuanto, no pueden ser sobre hechos

constitutivos porque pasaría a formar parte de un hecho jurídico. Del mismo

modo, deben considerarse como hechos notorios aquellos hechos que son

conocidos por la generalidad de las personas de cultura media en el tiempo y

en el lugar de la decisión, de tal manera que no pueda tenerse ninguna duda

sobre la existencia o sobre su modo de ser.


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2.3.2. DIFERENCIA ENTRE EL HECHO PÚBLICO Y EL HECHO NOTORIO

En sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia

de fecha 12 de febrero de 2004, N° 985, con ponencia del Magistrado

Cabrera Romero, se establece que el hecho notorio diverge del hecho

público, y a los fines de soportar tal afirmación, este último parte de diversos

criterios conceptuales con respecto a los denominados hechos públicos, que

algunos consideran que atiende a una ficción legal de conocimiento,

desligado de una difusión suficiente.

En base a lo establecido por la sentencia citada, un ejemplo es el hecho

que goza de los efectos del registro público, o de la publicación en periódicos

oficiales; otra vertiente para conceptualizarlo, lo señala como el que tiene

lugar en sitios públicos, criterio también ajeno a su difusión; y una última es,

que el hecho público es aquél que surge de actos del poder público.

Analizando el planteamiento expuesto en los párrafos anteriores, se

deduce que la diferencia encontrada entre ambas categorías de hechos, está

basada en que el hecho público se caracteriza por ser de público

conocimiento , mientras que el hecho notorio se fundamenta en el

conocimiento , en la cultura o en la información normal de los individuos, en

relación a un lugar o en el momento determinado, en que ocurre la decisión

judicial.
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2.3.3. VERTIENTES JURISPRUDENCIALES

Dentro del desarrollo jurisprudencial referido a los hechos notorios, han

adquirido relevancia el estudio de dos figuras representadas por los hechos

notorios judiciales y los hechos notorios comunicacionales.

2.3.3.1. HECHO NOTORIO JUDICIAL

De acuerdo con Rivera (2009, p. 181) el hecho notorio judicial es aquel

“que surge en el escenario judicial y son hechos que conoce el juzgador en

virtud de su actividad profesional o de procesos anteriores en los que se dan

a conocer jurisdiccionalmente”, en referencia a ello, se expresa que éstos

debe cumplir con los mismos requisitos que la notoriedad común, esto es,

que tales hechos no sean sólo conocidos por el juez en virtud de un proceso,

sino que puedan ser concebidas por todos los jueces y abogados en un

ámbito determinado, de modo que pueda referirse como parte de la cultura

media en un campo específico.

Por su parte, Bello (2009, p. 121) expresa que el hecho notorio judicial

“son los hechos conocidos por el juez o tribunal como institución, en razón de

su actividad oficial o de procesos anteriores de cualquier naturaleza”. En el

ámbito venezolano éstos hechos no son objeto de la prueba judicial, pues

son hechos concebidos por el operador de justicia en el ejercicio de sus

funciones, que no pertenecen a su conocimiento privado, por no ser

adquirido en forma particular sino en el ejercicio de la función jurisdiccional.


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Por su parte, Perretti (2008 p. 55) afirma que el hecho notorio judicial

“deriva del conocimiento que el juez tiene sobre hechos, decisiones, autos y

pruebas en virtud de su actuación como magistrado de la justicia”.En relación

a la definición de la Sala Constitucional del Tribuna l Supremo de Justicia en

sentencia del 24 de marzo de 2000 bajo el expediente No. 03-1310, la

notoriedad judicial consiste en aquellos hechos conocidos por el juez en

ejercicio de sus funciones, hechos que no pertenecen su saber privado, ya

que no los adquiere como particular, sino como juez dentro de la esfera de

sus funciones.

De tal manera que los jueces normalmente hacen citas de la doctrina

contenida en la jurisprudencia, sin necesidad de traer a las autocopias (aun

simples) de la sentencia, bastando para ello citar sus datos. Por lo tanto

puede decirse que como esos aportes jurisprudenciales no responden a

cuestiones fácticas, ello no forma parte del mundo de la prueba, lo que es

cierto, y por lo tanto, no se hace necesario consignar en el mundo del

expediente, copias del fallo involucrado.

En resumen, el hecho notorio judicial deriva de la certeza que tiene el

juez por haber actuado en un proceso, que le produce un nivel de conciencia

y certeza moral que lo vincula. Y por tanto ésta no tan solo no requiere ser

probado, sino que constituye una obligación para el juez, saberlo y producir

su decisión tomando en cuenta esos hechos.


32

Asimismo, Bello (2009, p. 121) puntualiza que los hechos notorios

judiciales no son objeto o tema de la prueba tal como lo señala la Sala

Constitucional, quienes los conciben como aquellos hechos conocidos por el

operador de justicia en el ejercicio de sus funciones, que no pertenecen a su

conocimiento privado, por no ser adquiridos en forma particular sino en el

ejercicio de la función jurisdiccional.

En este sentido, el conocimiento del juez, no es otra cosa que el

conocimiento de aquellos hechos que el operador de justicia ha adquirido

fuera del proceso jurisdiccional, como consecuencia de sus vivencias

personales, siendo así estos hechos son diferentes a los notorios judiciales,

los cuales no son adquiridos en forma personal sino en virtud del ejercicio de

la magistratura, y que se encuentran al alcance de todas las personas que se

desenvuelven en el foro judicial.

2.3.3.2. HECHO NOTORIO COMUNICACIONAL

En relación con esta categoría de hechos, Bello (2009, p. 108) expresa

que el hecho notorio comunicacional, forma parte del hecho notorio, el cual

se define en función del conjunto de hechos que son del conocimiento de un

gran número de personas, con seguridad, por ser generalmente perceptibles,

históricos o por ser difundidos por medios suficientemente acreditados, como

la noticia de sucesos diarios.


33

Según, el criterio establecido por la Sala Constitucional del Tribunal

Supremo de justicia, en sentencia del 13 de febrero de 2002, Nº 02.0667:

El hecho publicitado y comunicacional no es un hecho notorio


en el sentido clásico, ya que puede no incorporarse como
permanente a la cultura del grupo social, sin embargo su
publicidad lo hace conocido como cierto en un momento
dado por un gran sector del conglomerado...

Al respecto, afirma Rivera (2009, p. 182) que el hecho notorio

comunicacional se basa en el flujo de la información desde la comunicación

escrita, auditiva y audiovisual, por cuanto es generadora de un hecho

especial el cual es el hecho publicitado. En resumen, el hecho

comunicacional, es tan utilizable por el juez como el hecho cuyo saber

adquiere por su oficio en el ejercicio de sus funciones, y no privadamente

como particular, lo que constituye la notoriedad judicial y que está referido a

lo que sucede en el tribunal a su cargo, como existencia y manejo de la

tablilla que anuncia el despacho.

Así, los jueces se refieren a fenómenos naturales transitorios, a hechos

que están patentes en las ciudades (existencia de calles, edificios, entre

otros), a sentencias de otros tribunales que se citan como jurisprudencia, a

obras de derecho o de otras ciencias o artes, al escándalo público que

genera un caso, a la hora de los actos, sin que existan en autos pruebas de

ellos.

Si esto es posible con esos hechos, que casi se confunden con el saber

privado del juez, con mucha mayor razón será posible que el sentenciador

disponga como ciertos y los fije en autos, a los hechos comunicacionales que
34

se publicitan hacia todo el colectivo y que en un momento dado se hacen

notorios para ese colectivo.

Esta realidad lleva a considerar que el hecho comunicacional, como

un tipo de notoriedad, puede ser fijado como cierto por el juez sin necesidad

que conste en autos, ya que la publicidad que él ha recibido permite, tanto al

juez como a los miembros de la sociedad, conocer su existencia, lo que

significa que el sentenciador realmente no está haciendo uso de su saber

privado; y pudiendo los miembros del colectivo, tener en un momento

determinado, igual conocimiento de la existencia del hecho , porque negar su

uso procesal.

2.4. HECHO NOTORIO COMUNICACIONAL

2.4.1. DEFINICIÓN

En opinión de Brewer (2006, p. 791), el hecho comunicacional se basa

en hechos notorios, los cuales son indispensable para que los mismos no

hayan sido desmentidos. Las condiciones suscritas por el autor imponen que,

“también deben tratarse de hecho reales, ciertos, es decir, acaecidos

efectivamente, de allí que un hecho falso que no acaeció efectivamente, por

más que se publicite como cierto, como sucedido, si es desmentido, nunca

puede adquirir la categoría de hecho notorio”.

A la conceptualización anterior tienen que agregarse las afirmaciones

de Henríquez (2006, p. 228), cuando considera al hecho comunicacional


35

como uno de los llamados “exentos de prueba”, es decir, de aquellos que no

son objeto de probanzas en el proceso judicial. Así mismo comenta:

El hecho público publicitado ha sido introducido por la doctrina


como exención de la prueba directa de tal hecho sobre la base
de su difusión por medios audiovisuales, radio, televisión, o por
la prensa, siempre que su propagación llegue al punto de
integrar la memoria colectiva.

Por su parte, de acuerdo con la sentencia de la Sala Constitucional del

Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 21 de septiembre de 2009 en

ponencia de la Magistrada Peña Espinoza , Nº 00-0574, se establece que si

se interpreta estrictamente el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil

(1987), el cual es un principio general, el juez sólo puede sentenciar en base

a lo probado en autos, con excepción del hecho notorio.

Por lo tanto, tiene así vigencia el vetusto principio de que lo que no está

en el expediente no está en el proceso. Sin embargo, si se observan las

sentencias, se encuentran que ellas contienen un cúmulo de hechos que no

están probados en autos, pero que son parte del conocimiento del juez como

ente social, sin que puedan tildarse muchos de ellos ni siquiera como hechos

notorios.

En consecuencia, el hecho comunicacional puede ser acreditado por el

juez o por las partes con los instrumentos contentivos de lo publicado, o por

grabaciones o videos, por ejemplo, de las emisiones radiofónicas o de las

audiovisuales, que demuestren la difusión del hecho, su uniformidad en los

distintos medios y su consolidación; es decir, lo que constituye la noticia.


36

2.4.2. REQUISITOS JURISPRUDENCIALES

De acuerdo con la sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal

Supremo de Justicia, Nº 98 del expediente 00.0146 de

fecha 15 de marzo de 2000, del Magistrado Cabrera Romero se establece

que los requisitos jurisprudenciales exigidos al hecho notorio comunicacional

para ser incorporado y reconocido en el proceso legal, son los siguientes.

(a) Que se trate de un hecho, no de una opinión o un testimonio, si no de

un evento reseñado por el medio como noticia,

(b) Que su difusión es simultánea por varios medios de comunicación social

escritos, audiovisuales o radiales, lo cual puede venir acompañado de imágenes;

(c) Es necesario que el hecho no resulte sujeto a rectificaciones, a dudas

sobre su existencia, a presunciones sobre la falsedad del mismo, que surjan de

los mismos medios que lo comunican, o de otros y, es lo que la Sala ha llamado

antes la “consolidación del hecho”, lo cual ocurre en un tiempo prudencialmente

calculado por el juez, a raíz de su comunicación; y

(d) Que los hechos sean contemporáneos para la fecha del juicio o de la

sentencia que los tomará en cuenta.

A partir de esta sentencia se crea una nueva categoría de hecho que no

existía en Venezuela , el hecho notorio comunicacional. Así pues, si se

reúnen todas las condiciones anteriormente mencionadas, el hecho

comunicacional podrá considerarse notorio y podrá atribuírsele el valor de tal.

De manera pues que para ser relevado de prueba, el hecho notorio

comunicacional ha de cumplir esos cuatro (4) requisitos.


37

Por otro lado, para que sea un hecho notorio comunicacional debe tener

relación directa e inmediata con un juicio que se está tramitando, que está en

la etapa de prueba o está en la etapa de sentencia. Tiene que haber un

proceso o una sentencia pronta a publicarse donde el juez tome como válido

ese hecho notorio comunicacional y que está relevado de prueba.

En lo que respecta a la valoración jurídica del hecho notorio

comunicacional constituye una categoría atípica del hecho notorio clásico, en

consecuencia, al analizar si puede valorarse en el proceso como un simple

indicio, una fuerte presunción o si es pertinente al hecho alegado, en

ausencia de una legislación al respecto, se deja a la prudencia, el raciocinio,

la interpretación y la sana aplicación de la experiencia del juez, utilizando sus

propias presunciones o las homines iudice, más allá de significar que se trate

de presunción legal.

En base al planteamiento anterior, expresa Couture (2005, p. 106) que

el juicio de valor en la sana crítica ha de apoyarse en proposiciones lógicas,

correctas y fundarse en observaciones de experiencias confirmadas por la

realidad. En el caso concreto del hecho notorio comunicacional En el caso

concreto del hecho notorio comunicacional, su valoración debe estar

subordinada a lo establecido en el artículo 507 del Código de Procedimiento

Civil (1987), el cual establece que salvo que exista una regla legal para

valorar el mérito de la prueba, el juez deberá apreciarla según las reglas de

la sana crítica.
38

3. SISTEMA DE LA CATEGORÍA

3.1. DEFINICIÓN NOMINAL

Hecho notorio comunicacional

Hecho exento de prueba.

3.2. DEFINICIÓN CONCEPTUAL

Por una parte, según Bello (2009, p. 108) el hecho notorio

comunicacional, comprende el conjunto de hechos que son del conocimiento

de un gran número de personas, con seguridad, por ser generalmente

perceptibles, históricos o por ser difundidos por medios suficientemente

acreditados, como la noticia de sucesos diarios.

Por otra parte, de acuerdo con Rivera (2009, p. 170) el hecho exento de

prueba es aquel que no requiere ser probado mediante medios probatorios

en los lapsos correspondientes de promoción y evacuación, porque de

alguna manera se le considera válido, cierto y se tiene por probado.

3.3. DEFINICIÓN OPERACIONAL

Según los autores de esta investigación, la categoría hecho notorio

comunicacional define a todos aquellos hechos que ha n sido ampliamente

divulgados por los medios de información de tal modo que forman parte del

conocimiento colectivo de manera irrebatible y que no han sido desmentidos.


39

En relación con el hecho exento de prueba, se define en base a

aquellos hechos que oportunamente han sido alegados por las partes, pero

que bien como producto de la conducta procesal de alguna de ellas, o por

efectos derivados de la misma ley, no requieren actividad de parte para

producir en le juzgador convicción de certeza.


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Cuadro 1
Cuadro de Operacionalización de la Categoría

Objetivo General: Analizar el hecho notorio comunicacional como hecho


exento de prueba según la jurisprudencia venezolana.
Objetivos Unidad de
Categoría Subcategorías
específicos análisis
Analizar la noción - Definición
de prueba según Noción de - Necesidad de la
la doctrina. prueba prueba
Analizar los - Contenido de
hechos que thema probandum
ameritan prueba o - Diferencia entre
Hechos que
thema probandum
ameritan prueba el thema
dentro del decidendum y el
o thema
ordenamiento thema probandum
probandum
jurídico - Hechos exentos
venezolano. de prueba

Analizar el hecho - Diferencia entre


notorio como Hecho notorio el hecho público y
hecho exento de comunicacional el hecho notorio
prueba dentro del como hecho Hechos notorios - Vertientes
ordenamiento exento de como hechos jurisprudenciales
jurídico prueba exentos de * Hecho notorio
venezolano. prueba judicial
* Hecho notorio
comunicacional
- Efectos
Analizar las
regulaciones
establecidas con
respecto al hecho Regulaciones del
- Requisitos
notorio hecho notorio jurisprudenciales
comunicacional comunicacional
según la
jurisprudencia
venezolana
Fuente: Balbás, Muskus, Soler, Vásquez (2011)

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