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ESPAÑOL DE AMÉRICA
El español de América es la lengua extendida en América por los inmigrantes españoles,
fruto de la colonización, no de la evolución como lo son las lenguas amerindias y el
español mismo; es “el conjunto de variedades dialectales del español habladas en
América, que comparten una historia común, por tratarse de una lengua trasplantada a
partir del proceso de conquista y colonización del territorio americano” (Fontanella, 1992:
15). Cuando se habla de español de América se habla de “un territorio enorme, donde el
español se desarrolló en circunstancias muy diferentes de una zona a otra, con distintas
fechas de introducción, distintas lenguas con las que entró en contacto, distintas
geografías y una historia diferente en muchas naciones con variedades cultas a veces bien
diferenciadas” (García Mouton, 2001). La división en zonas dialectales del español de
América se ha realizado atendiendo a diversos criterios, por esto se lo ha dividido en
cuatro, cinco, ocho, veintitrés o más zonas, y dependerá de si se considera, por ejemplo,
el factor (isoglosas) fonético y fonológico, el morfológico, el léxico o el de sustrato
indígena para determinar las diferentes zonas dialectales que existen en Hispanoamérica.
Por otra parte, mucho se ha comentado respecto de las similitudes que existen entre los
procesos de hispanización de América y romanización de Europa, tanto desde el punto de
vista histórico, cultural como lingüístico, puesto que en el Nuevo Mundo se producen y
han ocurrido fenómenos y procesos lingüísticos con el español, similares a los que antaño
sucedieron al latín cuando romanizó Europa occidental (Lipski, 1996).
Está, por ejemplo, la superposición del español a los distintos sustratos amerindios;
son cientos de lenguas y pueblos americanos nativos los que encuentran los
conquistadores a su arribo a América –se cuentan más de 120 familias de lenguas
indígenas de las cuales muchas de ellas poseen decenas o incluso cientos de lenguas y
dialectos, constituyéndose en un verdadero enramado etimológico-. Algunas lenguas
tuvieron gran influencia en el español como el arahuaco (Antillas), náhuatl (México),
otras, no tuvieron mayor peso en la constitución del español de América como el yagán
(zona austral de Chile) o el mapuche (sur de Chile y de Argentina) cuya real influencia
aún se discute. Otro factor es la distinta intensidad en la colonización española, en
México fue muy intensa, lo que trajo la rápida incorporación del español en esa zona,
mientras que en Paraguay fue menor y el trato a los indígenas fue completamente
diferente que en otras regiones lo que ha permitido la fuerte conservación del guaraní
como lengua materna hasta estos días; o en Haití y Curaçao donde han surgido lenguas
criollas (crèole y papiamento, respectivamente). Las diferencias socioculturales de los
colonizadores fue variada, porque a unas regiones vinieron como conquistadores y
colonizadores personas de cultura, nobleza desposeída y soldados de rango (México y
Lima) y a otras zonas llegó –aunque en baja cantidad y posteriormente- el vulgo,
artesanos, campesinos, con un deficiente manejo del español, pleno de modismos
populares, lo que otorgó un carácter rústico al español americano. Las diferencias
dialectales del español hablado también influyeron, porque si bien el español estaba
Características
Los primeros colonizadores, producto de sus diversos orígenes hispanos, habrían tratado
de evitar el uso de localismos en pos de la homogeneización. Este paso se denomina como
el proceso de la koinización (gr. koiné, común), producido durante el siglo XVI, lo que
para algunos constituye la verdadera base del español americano. En esta lengua común
hubo cierta modificación del español por parte de las lenguas indígenas, especialmente en
el plano léxico donde se aprecian los mayores aportes de las lenguas vernaculares tales
como el caribe, arahuaco, taíno, náhuatl, quechua, guaraní y mapuche, por nombrar
algunos. En el plano fonológico y el morfológico no hay gran contribución de las lenguas
En cuanto a las características actuales del español de América, destacan las siguientes:
Andalucismo
El dialecto del español que más ha influido en la constitución del español americano, sin
duda, es el andaluz; de ahí surge la teoría andalucista que tiene como base el alto número
de sevillanos y demás andaluces que llegaron en los primeros tiempos a las Antillas y
después al resto de América; el hecho de que a través de Sevilla y Cádiz hayan salido
todos los barcos de España hacia el Nuevo Mundo (y hayan llegado de América); y que
durante los primeros tiempos se formara un proceso de koinización en las Antillas, con
características andaluzas como los fenómenos fonéticos:
Estas particularidades están presentes en casi todas las variantes del español de América,
especialmente las que se ubican en las costas de América, porque su clima atrajo a los
andaluces al recordarles su tierra por lo similar de sus características, mientras que en la
sierra, las montañas y las mesetas, cuyas temperaturas son más heladas, captaron las
preferencias de los castellanos.
LÉXICO
chocolate, cacao, petaca, hule, tomate, tiza; el quechua aporta al léxico cancha, coca,
guano, papa, guagua, alpaca, vicuña, cóndor, pampa, chacra, choclo, por mencionar
algunos. La gran mayoría del léxico indígena se concentra en la flora (fitónimos), fauna
(zoónimos) y en los topónimos. Otros ejemplos lo constituyen los indigenismos
americanos cancha, carpincho, chancho, chicha, chupe, guanaco, guasca, palta, pichanga,
usados principalmente en América del sur.
FONÉTICA
El seseo
El ceceo, por otra parte, es el fenómeno inverso, es decir, se pronuncia la /s/ como /θ/
(cézamo, cer) en todo contexto. Como esta pronunciación coexiste y alterna con el seseo,
se da también en un sector de Andalucía, el sur de Huelva, norte de Sevilla, Jaén, llanura
de Córdoba y la ribera del Guadalquivir; además, en Hispanoamérica también hay
hablantes ceceantes, aunque son pocos los lugares en que se da: Puerto Rico, Colombia,
costa de Venezuela y zonas rurales de Argentina. El resto, corresponde a hablantes
incultos, ya que es más común en los estratos socioculturales bajos, por esto, desde un
comienzo, el ceceo ha estado determinado por sus hablantes, ya que en las zonas
seseantes de España, los gitanos de Sevilla y moriscos de Granada eran ceceantes, y se
consideraba un rasgo encantador y gracioso el serlo cuando no constituía una confusión o
error de pronunciación. En Chile, en cambio, cuando no se trata de un problema fisiológico
particular de un hablante (problemas en el paladar, lengua o dientes), se circunscribe su
uso, por ejemplo, a los hablantes de estrato más popular o rural y su pronunciación no
tiene cabida en el habla culta formal.
El yeísmo
Este fenómeno fonético se refiere a la pérdida de distinción entre /λ/ y /Ʒ/ en todo
contexto, por lo que la lateral cede paso a la fricativa. Desde los orígenes de la lengua
española (puesto que no es un sonido que se haya heredado del latín, sino que es
producto de la evolución), la dificultad en la pronunciación del fonema prepalatal lateral,
que solía pronunciarse como Li, hizo que los hablantes, en forma esporádica sí, lo
sustituyeran por uno más cómodo de pronunciar, el prepalatal fricativo. Esta vacilación se
aprecia en textos medievales españoles (ayá, sullo) y en el siglo XVIII se ven evidencias
yeístas en textos escritos por americanos. Actualmente, el yeísmo es un fenómeno
fonético que avanza cada vez más rápido entre los hispanohablantes y son yeístas no solo
los andaluces en España, sino que también se pronuncia la ye en lugar de la elle en gran
parte de Extremadura, Toledo, Madrid, el sur de Ávila; aunque esta característica no
MORFOLOGÍA
El voseo
1
En latín clásico vos (alteros) significaba vosotros o ustedes, siempre la segunda persona plural; para el singular, se
empleaba el pronombre tú, que se usaba sin distinción de rango o nivel social. Siglos más tarde, en tiempos del latín tardío,
se empezó a distinguir entre el tú para la persona común y el vos (como singular) para autoridades políticas o religiosas, en
señal de respeto. Las lenguas románicas heredaron estas dos formas de tratamiento para la segunda persona del singular,
el tú para los iguales o inferiores, y el vos para uso protocolar o para los superiores. El uso de vos y de vosotros exige la
conjugación en plural del verbo utilizado, por lo que será el contexto el que aclare si se refiere a un singular o al plural
(vosotros coméis, vos coméis).
designar un singular y no se aplica al plural. En los siglos XVI y XVII, el uso del vos para
la segunda persona singular fue considerado cada vez más vulgar y ofensivo, por lo que
se adoptó vuestra merced en señal de consideración o distanciamiento, esta forma de
tratamiento originó más tarde usted, siguiendo su evolución formal. Esto habría
provocado que el uso del vos haya sido abandonado casi por completo en ciertas
comunidades lingüísticas que estaban socialmente más próximas a las españolas,
especialmente, las más cercanas a la corte (Madrid, Lima, México, las Antillas), y que el tú
se volviera a utilizar en el trato familiar, coloquial o entre iguales. Se considera el voseo
como el rasgo más arcaizante del español de América desde el punto de vista peninsular.
En las zonas en que se emplea el voseo, ya sea total o parcialmente, no hay uniformidad
en el uso de unas respecto de las otras, puesto que en algunas regiones de América se
utiliza solo con la conjugación de presente de indicativo y el imperativo (vos quieres), en
otras, se conjuga completo el paradigma verbal, así ocurre en Chile; en algunos lugares
solo se emplea el vos, y en otros, se combina con el tú (vos te quedái, vos te ponés) o se
emplea el tú con un verbo en segunda persona plural (tú te tomabai), en fin, cada uso
distingue a una comunidad voseante de otra; por ejemplo, las formas ponés, tenés,
querés, distinguen al hablante rioplatense, en cambio, ponís, tenís, querís, son propias del
habla de Chile.
ESPAÑOL DE CHILE
La lengua oficial usada en Chile es el castellano o español, llamada por los especialistas
“español de Chile” que es una variante del español de América; posee isoglosas que lo
unen, pero también hay isoglosas que lo diferencian del español usado en otros países
americanos, y más aún con el usado en España; esto se da fundamentalmente debido a
razones políticas (gozó de cierta autonomía institucional que lo llevó a transformarse en
virreinato en 1717) y a su particular aislamiento geográfico.
Zonas lingüísticas
El español de Chile, no obstante que ocupa un territorio de más de tres mil kilómetros, y
que podría asumirse que muestra grandes diferenciaciones lingüísticas, presenta muy
escasa variación regional y, por el contrario, es bastante unitario, por lo que las
diferencias que pueden observarse son más bien de entonación, modulación y de
vocabulario. Respecto del resto del español usado en Sudamérica, debido a sus
particulares características en relación con las variedades de los países vecinos, se ha
clasificado el habla de Chile como una zona dialectal independiente, aunque en su ámbito
más formal, comparte en su gran mayoría los rasgos propios del español de América. El
español de Chile estándar está representado por el habla de los habitantes de Santiago y
de Valparaíso, debido a que es en esta zona en la que se concentra la gran mayoría de la
población chilena, y que, además, representa el centro político y el centro de irradiación
cultural; con respecto al habla de los chilenos cultos, esta apenas varía desde el extremo
norte (Arica) hasta el extremo austral del país (Punta Arenas).
La publicación del primer atlas lingüístico de Chile en 1973, el ALESUCh, Atlas lingüístico-
etnográfico del Sur de Chile, completa la tercera etapa de acercamiento al habla chilena
es un gran paso que, junto al ALH-Chile son el precedente directo del ALECh, Atlas
lingüístico y geográfico de Chile por regiones que se está elaborando y en el que se está
trabajando desde finales del siglo pasado. La elaboración de atlas lingüísticos es
importante para determinar no solo las características del habla de una comunidad, sino
para establecer comparaciones con las demás comunidades de la región, “si bien el ALECh
debe proporcionar una imagen general del español hablado en Chile que permita
caracterizarlo como una variedad específica frente a las otras manifestaciones del español
de América, también debe dar cuenta de su articulación dialectal interna; proporcionar
información que eventualmente permita dar con variedades lingüísticas específicas del
español de Chile que sean producto de la influencia de lenguas indígenas, especialmente
del mapudungu”. (Wagner, 2004)
Factores históricos
La historia del español de Chile comienza en 1540 con la llegada del conquistador español
Pedro de Valdivia a esta tierra, siguiendo los pasos de Diego de Almagro. La conquista y
colonización del territorio chileno fue muy difícil para los españoles, debido al paisaje
inhóspito, al clima riguroso, a los desastres naturales propios de esta región y,
Pueblos indígenas
Los pueblos indígenas que se hallaban habitando esta región cuando llegaron los
españoles, eran un grupo muy heterogéneo. En el norte se encontraban los atacameños
(lican-antai, que hablaban el kunza), aimaras, quechuas, diaguitas, incas y changos
(Coquimbo). Los aimaras todavía sobreviven en el límite con Bolivia y se erigen como uno
de los pocos pueblos indígenas que aún existen en Chile. En el centro y sur del país se
encuentra la zona de mayor concentración de población indígena, y la más representativa
e interesante de Chile desde la perspectiva lingüística. En esta zona están los mapuches
„gente de la tierra‟, huilliches „gente del sur‟, pehuenches „gente del pehuén‟, pueblos
estos dos últimos que forman parte del pueblo mapuche y que originariamente habitaron
desde el centro sur hasta la región de la isla de Chiloé. Este pueblo es el de mayor
vitalidad y población que se concentra en su mayoría en la novena región, aunque las
cifras de aquellos que ya están asimilados totalmente a las costumbres y lengua de la
zona central y otras del país, son bastante imprecisas. En la región austral de Chile
habitan los yaganes, onas y qawashkar, pero en cantidades mínimas, es decir, ya
prácticamente han desaparecido y la población pura casi no existe, por lo que su
influencia lingüística ahora es nula. De modo que las lenguas que actualmente se hablan
en Chile son el español, quechua, aimara, mapudungun, rapa nui, yagán y qawashkar
(estas últimas en vías de extinción). Para efectos de sustrato lingüístico, no se considera
la influencia del rapa nui, lengua del pueblo Rapa Nui, por estar acotado solo a la Isla de
Pascua.
que constituyen y caracterizan a esta variedad. Las siguientes son las propiedades más
distintivas del español de Chile, y que comparte con el resto de las variantes americanas,
aunque algunas de ellas las ha desarrollado con rasgos propios: andalucismo, seseo,
yeísmo, voseo.
El español de Chile, comparte muchos rasgos con las demás variantes americanas, pero
posee también sus propias isoglosas; las siguientes son características que se presentan
generales a toda la comunidad chilena, algunas son únicas, y otras son compartidas,
especialmente con las comunidades más próximas.
LÉXICO
El léxico del español de Chile ha sido clasificado por el profesor y lingüista Ambrosio
Rabanales, quien establece que el vocabulario chileno está compuesto por voces
peninsulares, voces criollas, voces indígenas, voces mestizas y extranjerismos. Algunos
ejemplos de estas voces que conforman el léxico de español de Chile, según Rabanales
son las siguientes:
2- Criollas: términos que en Chile se emplean con un significado diferente a las otras
comunidades hispánicas. Las voces criollas son aquellas que se usan de una manera
especial; también son llamadas por Rabanales “chilenismos semasiológicos”, esto
porque se refiere a su significación, ejemplos de esto son roto „destrozado‟, volantín
„cometa‟, cazuela „tipo de caldo‟, ampolleta „bombilla‟, liebre „pequeño autobús‟,
pelador „chismoso‟, cacharro „automóvil viejo y deteriorado‟, carroza „carro fúnebre‟...
4- Las voces mestizas son aquellas compuestas y derivadas chilenas, con estructura
hispánica de base indígena, por ejemplo, enguatarse (del mapuche wata) „ahitarse‟,
guatero „bolsa llena con agua caliente‟, pololear „flirtear‟, achuncharse „acobardarse‟,
cahuinero „chismoso‟, chasquilla „flequillo‟, charchazo y charchita (de charcha),
choreza, chorísimo (de choro), etc.
FONÉTICA
Las siguientes son características compartidas por todos los hablantes.
aspiración de –s en /h/, en todos los niveles sociales; los hablantes incultos o
rurales llegan a perder la –s al final de palabra.
el yeísmo se presenta con la realización prepalatal fricativa sonora; no se da la
pronunciación rehilada de los vecinos argentinos.
la comunidad chilena es seseante en su totalidad y solo se distingue <s> de <z> en
la escritura; cuando se presenta el ceceo es solo un fenómeno individual.
MORFOLOGÍA
Estos rasgos son generalizados entre los hablantes del español de Chile:
el uso del diminutivo en -it- que puede ser usado en forma afectiva o expresiva, Ej:
mijito; en ironía. Ej: tu amiguito; o para no herir susceptibilidades. Ej: el muertito, el
cieguito. A veces se usa reduplicado chiquitito, poquitito.
el uso del diminutivo –illo aparece en formas lexicalizadas y para el diminutivo se le
agrega –it- : ej: chiquillito, palomillita, chasquillita.
el uso de aumentativos con fines expresivos: tontón, pailón.
el empleo de ciertas frases adverbiales como el no más: entre no más, vaya no más,
y el tan chileno altiro con el significado de inmediatamente: voy altiro, salgo altiro.
Esta última es la frase más característica y exclusiva del español de Chile, tanto
así que se suele reconocer a un hablante chileno solo por su uso.
la tendencia a formar vebos en –ear: acuchillear, pololear, telefonear, apuñalear.
el empleo de le por les: pídale a ellos.
el uso de los pronombres este, ese, y se relega aquel para la lengua literaria.
raro uso de cuyo, cual o quien que habitualmente se sustituyen por <que>.
el uso del queísmo, siendo el dequeísmo propio del habla inculta.
el voseo, sin duda, el rasgo más característico es la coexistencia del pronombre tú
con el vos para el habla familiar o coloquial en todos los estratos socioculturales.
Para el uso más formal predomina el uso del tú o usted, aunque también el uso de
usted es muy dado en las relaciones familiares de los padres a los hijos y en las
relaciones amorosas.
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