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Sé que lo e_contr_ro_ con un papel en la boca, como a manera de m_rda_a, con el barro
enturbiándole los rasgos y la m_rad_ azul ya sucia de ver su p_opi_ sangre de_ _ amad_.
Fue un drogo que pensó que estaba b_rr_ch_ y algo podr_a esquilmar de sus b_l_illo_, pero
hasta los ang_st_ad_s se ponen re_pet_os_s con la rigidez de la mu_rt_, y pidió a los
v_cin_s que avisaran que había un finado obstaculizando el paso, y algún ni_o podría no
verlo en m_t_d de la lluvia y después tener pes_dill_s por haberse trop_zad_ con un
c_dáve_.
Aún el asombro le ra_pab_ las comisuras de la boca abi_rt_, por donde un hilillo de _ali_a
se confundía con los regueros de lluvia que caía leve, limpiándole el b_rr_.
Pero si e_tir_n el papel a_ugad_, podrán ver que es un bi_et_ de los grandes, más bien un
_uñ_do de billetes grandes taponándole pal_bra_ que ya no puede decir.
Tenía puesto aún el t_a_e oscuro con el que se lucía los d_m_ngo_ en la misa, el traje de
los discursos y los f_ne_ale_, con el que salía en las p_rtada_ de polí_ico bueno. Las
mismas portada_ que dirán que hemos perdido a un h_mb_e _usto.
Pero re_ise_ más abajo, entre sus pi_rna_, para que vean la mo_did_. Miren bien, no estará
en los notic_ero_, ahora, antes de que sea t_rd_, la h_ell_ de unos d_ent_s peq_eñit_s,
po_qu_ la Chana tiene todavía los dientes de l_ch_, y una rab_a sorda por las hist_rias
ac_mul_das de todas las niñas del b_rrio. El fajo que le pagó el senador lo hic_mo_ un
puño de papel, y se lo pusimos en la _oca entre todas, porque así nos habíamos _entid_
siempre y queríamos que el s_pier_ lo que sentíamos: un puñado de billetes a modo de
mordaza. Pía Barros
3. ¿A qué se refiere el autor cuando dice que Chana tiene todavía los dientes de leche?
a. Es una niña.