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Mi nombre es Claudia Brito me sitúo en la ciudad de General roca a la que prefiero llamar

Fiske Menuco en la provincia de Río Negro de la patagonia Argentina.


Tanto como ocurre en otros lugares de latinoamérica aquí la situación respecto del
vaciamiento cultural y el desplazamiento territorial y de tradiciones de los pueblos indígenas
y de campesinxs es atroz. En la Patagonia, no muy lejos de el lugar donde vivo,
actualmente se vive muy intensamente la devastación ambiental y desastres ecológicos
llevados adelante por empresas que se apropian de los recursos y de tierras para minería o
represas, que generan incendios forestales de manera intencional en terrenos poblados;
empresas avaladas por el gobierno que hace acuerdos con ellas y que no responde ante los
desastres que generan en la naturaleza y en las comunidades.
- La criminalización de la protesta social respecto de estas situaciones se hace presente en
Chubut con el reclamo ante la megaminería y la lucha que lleva adelante el pueblo desde
asambleas de “No a la Mina” para evitar que se apruebe un proyecto de ley que habilitaría
la megaminería en el territorio (actividad prohibida desde 2003 por ley provincial). En marzo
de este año en distintas ciudades de esta provincia se generaron de manera intencional y
simultánea incendios que arrasaron con más de 2000 hectáreas de bosques, plantaciones
de pinos y pastizales, barrios y chacras dejando más de 200 casas quemadas y familias sin
nada, y muchas personas lastimadas.
- En el norte de Neuquén, Asambleistas y agrupaciones ambientales tratan de frenar que se
construya una represa sobre el río Nahueve, han presentado amparos colectivos y fueron
agredidxs por la policía durante una jornada de protesta. En muchos lugares de la patagonia
se están invisibilizando y olvidando tradiciones y rituales de los pueblos originarios, se están
destruyendo sus entornos y comunidades.
- En la pampa, acá en Fiske Menuco y también en otros lugares de Argentina el pueblo está
en lucha por el agua y esta misma situación y otras peores ocurren en otros pueblos,
ciudades y países de latinoamérica.
- En Santiago del estero y Chaco el grado de deforestación está acabando con la vida
campesina y con comunidades indígenas.
-En Argentina la violencia contra mujeres, y disidencias es cada vez mayor, la violencia se
agudiza en la situación actual frente al covid y han aumentado los femicidios de manera
impresionante.
- En la localidad donde vivo y donde desarrollo mis actividades es casi imposible ver a una
persona con discapacidad o a disidencias en los eventos culturales o prácticamente en la
calle o en cualquier espacio público.
- Ante esta realidad desde mi lugar como mujer pansexual y transfeminista militante y desde
mi hacer como artista transdisciplinar, trabajadora de la cultura y docente universitaria
necesito herramientas que me permitan identificar las epistemologías dominantes y luchar
en la resistencia contra la opresión y el vaciamiento epistemológico y cultural desde dentro
de los lugares que habito. Desde mi lugar produzco actividades en relación al desarrollo de
la cultura local y pienso en ¿cómo hacer arte de una manera cada vez más situada e
inclusiva en este contexto actual?, ¿cómo tener prácticas relacionales y sociales,
antirracistas que incluyan diferentes singularidades excluidas, castigadas y oprimidas
históricamente por el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado de una sociedad clasista y
sexista además de racista?
¿Cómo habitar mi vida desde una perspectiva decolonial y también mi hacer como parte del
sistema educativo y del mundo artístico-creativo que habito y que propongo a otrxs? ¿Cómo
tener prácticas colectivas y comunitarias que habiliten un emerger cultural local y situado?
- Advierto que habiendo crecido en esta sociedad es urgente para mi e importantísimo
ampliar mis saberes y mis herramientas para poder vivir desde el sur, decidir y pensar
desde el sur, fortalecer y nutrir espacios y prácticas autogestivas e independientes de
resistencia contra la opresión y contra el conocimiento y las instituciones que legitiman esa
opresión. La ciudad en la que vivo se destaca por tener un instituto artístico que ahora es
universitario (aunque siga funcionando bajo lógicas privadas) cuyo origen está vinculado a
un concepto de Cultura para una clase alta y de élite con prácticas y pensamientos
verticales, vencidos, anquilosados y totalmente eurocéntricos que pretenden homogeneizar
y negar las posibilidades de subjetividad y alteridad.
- Confío en las prácticas artístico creativas colectivas y horizontales y en las propuestas
sociales de coexistencia y resistencia, creo en nuestros saberes emergentes de esta
geografía, de esta sangre, de este contexto, confío en nuestro hacer como artistas,
personas y colectivos contra la injusticia, la exclusión y la discriminación. Estoy más que
interesada en aprender de epistemologías del sur para que las experiencias que viva y que
proponga desoculten e indaguen sobre nuestros saberes desde un lugar decolonial.
- Una perspectiva y pensamiento decolonial desde el lugar donde vivo se me hace
necesario y urgente al mismo tiempo que soy consciente que en esta ciudad está totalmente
inhabilitada esa mirada para la sociedad desde el sistema educativo en cualquier nivel y es
totalmente ignorada por la mayor parte de la sociedad que está a merced de él.

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