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Laura Jimena Sierra Dueñas - Lina Margarita Charry Jiménez-Camilo Antonio Vega
Useche.
Estudiantes de Medicina – III Semestre – Universidad Pedagógica y tecnológica de
Colombia- Tunja Boyacá- Año 2019
1. ¿En qué consiste la tesis del antropólogo Marc Augé, con respecto al no-lugar?
El concepto de “no-lugar” es significativo en la medida en que explica el tipo de relaciones
con el espacio (y por extensión con los demás humanos) que se ha establecido en nuestro
tiempo.
Para contextualizarnos, en la antropología cultural “los lugares” se conocen como aquellos
espacios que están fuertemente delimitados y caracterizados, en otras palabras que han
pasado por un proceso de tipificación por los hombres, de los que se desprende una serie de
normas, símbolos, planos y divisiones de tareas con el propósito de hacer de la convivencia
una experiencia tolerable. Los lugares son lugares de memoria y significación con rasgos de
relacionales e históricos.
Las sociedades modernas han llegado a tal punto de desarrollo, en que la cantidad de
producción y acumulación de basuras es más grande que sus medios para reciclarla. Tal
avance los introdujo en una mecánica de desperdicio tan extrema, que sus propios residuos
los ahogaban. Con esto, podemos concluir que la sobremodernidad es productora de no
lugares, es decir, de espacios que no son en sí lugares antropológicos.
Aquí nace la tesis de Marc Augé que hace referencia a los no-lugares urbanos, como aquellos
espacios de tierra en los que se tira la basura que está en medio y estorba en la sociedad,
siendo estos, tierras baldías, vertederos y escombreras.
Los no-lugares son todo lo contrario a los lugares, son espacios en los que no es posible la
identificación ni los recuerdos, son aquellas zonas, por las que miles de personas circulan a
diario, pero que nadie habita, en donde nadie vive, que no se personalizan, lugares en donde
nunca se está en casa. Lugares de tránsito, usados por todos pero que no identifican a nadie.
Dichos no-lugares, son lugares de consumo, de encuentro, en los que las personas se detienen
por un determinado tiempo en busca de un fin. Son lugares sin atributos, estrechamente
vinculados al ritmo acelerado. La probabilidad de estar solo en un no-lugar, es muy baja,
siempre se está acompañado de cuerpo sin establecer ningún tipo de relación con quienes te
rodean.
De igual forma, se mencionan los no-lugares sociales, como aquellos espacios a los que se
traslada la población sobrante que los sistemas productivos y consumistas no pudieron
absorber, tales como suburbios, chabolas, favelas, ghettos, campamentos, etc.
3. ¿Qué sentido tiene el “orden del destino” según Rafael Sánchez Perlosio?
La crisis de la modernidad es al mismo tiempo la crisis de la utopía de las basuras, pues esta
utopía se encuentra fundamentada en que el sujeto, al pertenecer al modernismo, busca un
supuesto estado en donde no exista el despilfarro y la sobreacumulación, propendiendo por
adquirir componentes y cualidades de reutilización y reciclaje mercantil, los cuales son
caracteres propios de la naturaleza y rasgos inherentes del aprovechamiento completo de los
recursos disponibles.
Al determinar la basura como una simbolización de sobreproducción de mercancía y
población, se origina un flujo NO cíclico de uso y reuso de las basuras, generando espacios
insostenibles para el mantenimiento de estas.
Por lo tanto la sociedad moderna en aras de aproximarse a la reutilización y reciclaje,
evidenciadas en la utopía mencionada, la cual resulta inviable dentro del sistema en cuestión,
disuelve aquella problemática de flujo No cíclico como solución al problema, cambiando su
significación al entendimiento totalmente diferente de una o muchas basuras, convirtiéndose
de ese modo, en un ente con características favorables. Dicho ente extrapola en la gran
mayoría de estadios del entorno, equivaliendo realmente un no-objeto u objeto-basura.
En este estado de obscuridad e ignorancia del sujeto se entiende falazmente la presencia de
la utopía de las basuras, pues al ser alterado su significado, el flujo cíclico superficialmente
resulta un proceso viable y efectivo dentro de toda sociedad.
El sujeto no reconoce el trasfondo del ente favorable debido a la instauración de un paradigma
caracterizado por la supresión de cualquier intención de indagación y en casos de
inconformismo dicho paradigma actúa sobre el sujeto mediante un sistema de juzgamiento
social, moral, político y económico que influyendo sobre este, no permite el hallazgo de la
situación sincera de su entorno.
Consecuentemente el sujeto moderno en crisis está sometido en la crisis de alteración y
mutación de la utopía de las basuras. Pues si bien no existe un flujo cíclico de uso y reuso, si
existe un flujo cíclico entre crisis o mejor dicho un flujo cíclico entre basura y basura.