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La ciudad de Manizales, capital del departamento de Caldas, Colombia, fue fundada en 1849 por colonos antioqueños debido a sus tierras fértiles y clima agradable. Manizales se ha desarrollado gracias al cultivo del café y es conocida por ser una ciudad universitaria, con eventos culturales como el Festival Iberoamericano de Teatro y ferias. La ciudad tiene un clima templado y sus habitantes se enorgullecen de su patrimonio cultural y arquitectónico.
La ciudad de Manizales, capital del departamento de Caldas, Colombia, fue fundada en 1849 por colonos antioqueños debido a sus tierras fértiles y clima agradable. Manizales se ha desarrollado gracias al cultivo del café y es conocida por ser una ciudad universitaria, con eventos culturales como el Festival Iberoamericano de Teatro y ferias. La ciudad tiene un clima templado y sus habitantes se enorgullecen de su patrimonio cultural y arquitectónico.
La ciudad de Manizales, capital del departamento de Caldas, Colombia, fue fundada en 1849 por colonos antioqueños debido a sus tierras fértiles y clima agradable. Manizales se ha desarrollado gracias al cultivo del café y es conocida por ser una ciudad universitaria, con eventos culturales como el Festival Iberoamericano de Teatro y ferias. La ciudad tiene un clima templado y sus habitantes se enorgullecen de su patrimonio cultural y arquitectónico.
Capital del Departamento de Caldas Manizales es una ciudad privilegiada
por su ubicación geográfica, que la ha hecho objeto de tributo por parte de la misma naturaleza, con sus aguas, fauna y flora. Por sus gentes, orgullosas de una raza, pero, sobre todo, por su calidad humana y por el temple de su íntimo orgullo que le ha permitido afrontar con éxito las más adversas circunstancias. Así ha emergido, aferrada a una topografía imposible que despierta de inmediato la admiración.
El Departamento de Caldas fue fundado por J. Osorio en 1849 y lleva su
nombre en honor del ilustre sabio payanés Francisco José de Caldas. En 1905, con la nueva división territorial del país, se creó el departamento de Caldas, con su capital Manizales. En 1966 se desmembraron de su territorio los departamentos de Risaralda y Quindío, integrantes de lo que se conoce como el "Viejo Caldas".
Fue fundada en pleno furor de la colonización antioqueña hacia el sur...
las tierras fértiles y su agradable clima cautivó a los colonos. La idea de fundar un poblado se plantea desde 1846, y sólo se cristaliza dos años después con la llamada ¨Exploración de los años veinte¨ cuya fecha, la del acto administrativo oficial, es el 12 de octubre de 1849, con el nombre de Manizales, por la piedra maní (granito de color gris) muy abundante en los ríos y quebradas de la región.
Ciudad bañada por la luz de las maravillas de la creación, como el
imponente Nevado del Ruiz y que descubrió en el grano cafetero el as de la riqueza y del progreso hasta involucrar todos sus procesos económicos y humanos en la onda de la inteligencia universal. Ciudad universitaria por excelencia que recupera en la academia los avances de la alta cultura. Meca de eventos culturales como el Festival Iberoamericano de Teatro, que convoca cada año una cruzada en que los protagonistas son los artistas de la palabra, de las tablas y de la crítica. Ciudad de las mejores ferias de América donde el espíritu abierto del carnaval alterna con las bellas candidatas del Reinado Internacional del Café y el arte de los toros.
De clima templado, con aire acondicionado propio que equilibra los
temperamentos de sus gentes y les garantiza ambientes para la creatividad. Ciudad emprendedora y honrada que ve crecer su industria y su comercio bajo los cánones de la lealtad y del coraje de sus hijos que desean hacer de esta urbe la más grande del país, no en número de habitantes, sino en calidad de vida; sueño que Manizales empezó a lograr con el fortalecimiento de los tres valores más importantes de cualquier sociedad: el civismo, el amor y el sentido de pertenencia.
Manizales ubicada en el corazón de Colombia, Sur América, delata
innumerables encantos... son ellos el prodigio de una topografía arisca que incitó a sus colonizadores a engrandecerla por medio de la acción cultural del hombre que fijó sobre sus predios bellos edificios de herencia republicana y trazó amplias y acogedoras avenidas.