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CON-CIENCIA

SOCIAL
Número 9. Año 2005
EDUCACIÓN CRÍTICA
Y POLÍTICA DE LA CULTURA

FEDICARIA*
Forman parte del Consejo de Redacción las siguientes personas:

• Raimundo CUESTA (grupo Cronos, Fedicaria-Salamanca)


• Francisco F. GARCÍA (grupo IRES, Fedicaria-Sevilla)
• Alberto LUIS (grupo Asklepios)
• Juan MAINER (grupo Ínsula Barataria, Fedicaria-Aragón)
• Julio MATEOS (Fedicaria-Salamanca)
• F. Javier MERCHÁN (grupo IRES, Fedicaria-Sevilla)
• Jesús ROMERO (grupo Asklepios)

Coordinador del presente número:


F. Javier MERCHÁN IGLESIAS

* FEDICARIA es una federación de personas y grupos interesados en la renovación pedagógica


desde perspectivas críticas. Se constituyó por iniciativa de los siguientes colectivos: Asklepios
de Cantabria, Aula Sete de Galicia, Clío de Canarias, Cronos de Salamanca, Gea-Clío de
Valencia, Ínsula Barataria de Aragón, IRES de Andalucía y Pagadi de Navarra. Actualmente los
integrantes de la federación forman diversas secciones territoriales de Fedicaria, representadas
en el Consejo de Redacción de Con-Ciencia Social. Para contactar con Fedicaria pueden dirigir-
se a su página web: http://www.fedicaria.org

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ÍNDICE

EDITORIAL

La escuela en crisis otra vez: reformas escolares y política educativa . . . . . . . . . . . . . . . 7

I. TEMA DEL AÑO: EDUCACIÓN CRÍTICA


Y POLÍTICA DE LA CULTURA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo /


Raimundo Cuesta, Juan Mainer, Julio Mateos, Javier Merchán y Marisa Vicente. . . . . . . . . . 17

II. PENSANDO SOBRE... LA OBRA DE IVOR GOODSON . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

Las historias de vida del profesorado: posibilidades y peligros/ Antonio Bolívar . . . . . 59

Historias del currículum e historias de vida en el trabajo de investigación


sobre la enseñanza de Ivor Goodson / Montserrat Rifà Valls . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

Conversación con Ivor Goodson / Montserrat Rifà Valls . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

III. RESEÑAS Y CRÍTICAS DE LIBROS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121

Engañados, escolarizados, infelices/ Antonio Viñao. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123

En clave de panorámica histórica: ensayos sobre el


sistema educativo español /Aida Terrón Bañuelos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134

Pensamiento social y escuela: Un binomio imprescindible


para una Didáctica Crítica / Paz Gimeno Lorente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141

El poder de la presentización y el control de la memoria / Pedro Oliver Olmo . . . . . . . 153

Historiografía, memoria y usos públicos de la historia / Rafael Valls . . . . . . . . . . . . . . . 159

En la frontera del concepto de inteligencia. Perspectivas críticas


de la psicología educativa / Araceli Broncano Rodríguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165

Aprendiendo a distinguir... distinguiéndose / David Seiz Rodrigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172


EDITORIAL
La escuela en crisis otra vez:
reformas escolares y política educativa

Aunque todavía goza de cierta estima y pal, fuente de conocimiento, de tal manera
sin que pronostiquemos ni deseemos su in- que en lo que respecta a su adquisición, no
mediato colapso, muchos son los síntomas sólo para los alumnos, sino incluso para el
que nos hacen pensar que la escuela que conjunto de la sociedad, en la práctica, su
conocemos está cuestionada. No se trata papel se ve relegado a un segundo plano.
tanto de un cuestionamiento explícito y Sin extendernos ahora en otro tipo de
abierto o siquiera conscientemente articula- argumentos –entre los que habría que in-
do, ni que se haga particularmente visible cluir la incidencia de intereses corporati-
en el mundo de las palabras, sino que se vos–, puede decirse que el malestar de los
advierte en el campo de los hechos, en las profesores refleja un conflicto con la escue-
prácticas de individuos y grupos interesa- la, un conflicto que parece acentuarse y ex-
dos o relacionados con la educación. tenderse a medida que ha ido aumentando
Buena parte del profesorado se siente el tiempo de escolarización de los jóvenes,
incómodo en el desempeño de sus tareas, más concretamente, en la época del modo
no sólo por la natural molestia que supone de educación tecnocrático de masas. Acer-
tener que trabajar por necesidad, sino, tam- tadamente habla Beltrán Llavador –en un
bién, porque se ha desestabilizado su posi- trabajo reciente sobre la producción de
ción en la escuela y desdibujado su identi- nuevos sujetos docentes– de “esa sensación
dad profesional. Cada día en mayor medi- de extrañamiento que sufre el profesorado
da, tanto o más que como enseñantes, el tra- de manera generalizada”, para referirse a
bajo de los docentes se define por su queha- la posición en la que la escuela sitúa hoy a
cer respecto al gobierno de la clase, escorán- los docentes y al mismo oficio de la ense-
dose progresivamente más hacia el lado del ñanza. Quizás como respuesta al envite
control y menos hacia el de la enseñanza. que supone esa especie de destronamiento
Esta función, que no es nueva en la activi- al que los profesores se ven sometidos, la
dad del profesorado, se ve hoy dificultada corporación de los docentes, haciéndola
por circunstancias que hacen inservibles o responsable de sus males, cuestiona la es-
poco útiles las viejas rutinas acuñadas a lo cuela tal y como hoy la conocemos y se in-
largo del pasado siglo. Así, por ejemplo, la clina mayoritariamente por una vuelta a
incorporación a tramos superiores de la en- épocas y modos en los que su propio esta-
señanza de alumnos hasta hace poco exclui- tus era mucho más central y gozaba de ma-
dos de ellos, o la conformación de nuevas yor potencia ejecutiva. Más que en otros ca-
subjetividades y nuevas formas de relación sos, el discurso profesional refleja la con-
con la cultura escolar, han producido situa- frontación de los profesores con la escuela
ciones cuya gestión difícilmente encaja con del modo de educación tecnocrático de ma-
la imagen que los docentes tienen de sí mis- sas, pero es en el campo de la práctica don-
mos ni con los recursos que la tradición ha de se advierte la magnitud de ese enfrenta-
puesto en sus manos. A ello contribuye en miento, al observar las estrategias de resis-
gran medida el hecho de que el profesor ha tencias que diariamente se desarrollan fue-
dejado de ser la única, ni siquiera la princi- ra y dentro de los centros escolares.

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En mayor medida que para los profeso- prácticas que van desde la desgana y el
res, la escuela está lejos de ser un lugar hos- aburrimiento hasta la desafección y el sabo-
pitalario para los alumnos. Aquí el cuestio- taje, pasando, claro está, por el abandono y
namiento y el conflicto adoptan formas el fracaso académico. Pero incluso la acti-
mucho más evidentes, y, aunque habría tud de muchos alumnos que se esfuerzan
que matizar atendiendo a los condicionan- en obtener buenas calificaciones, revela un
tes socioculturales, puede decirse que tie- profundo cuestionamiento de la escuela, ya
nen su origen en un rechazo mutuo. Por su que establecen con ella una relación estric-
parte, la institución escolar supone un tamente mercantil. De esta forma, lo que se
alumno que seguramente no existe. Siendo presenta al conjunto de la sociedad como
la figura del alumno una construcción de la una institución al servicio de un proyecto
propia escuela, ha llegado a imaginarse que desinteresado, como es el de la transmisión
esa condición, junto con la de hijo, agotaba de la cultura, aparece atravesado por una
la identidad de niños y jóvenes, sin caer en lógica mundana supuestamente ajena –si
la cuenta del papel que, de manera cada no contraria– a los valores sobre los que se
vez más intensa –especialmente en el últi- sustenta.
mo medio siglo–, juegan otras fuerzas que Fuera ya del ámbito estricto de los pro-
actúan muchas veces en opuesta dirección. tagonistas, más allá de los profesores y los
Si pensamos en un sujeto ávido de conoci- alumnos, el cuestionamiento de la institu-
mientos, sumiso a las órdenes del maestro, ción escolar se advierte también en la des-
dispuesto al esfuerzo y amante del estudio, confianza de otros sectores hacia el papel
tendremos la imagen que la escuela desea y que la escuela dice cumplir en la dinámica
espera de los alumnos. Si miramos a quie- de las sociedades de nuestro tiempo. Así,
nes realmente pueblan el interior de las au- por ejemplo, muchas familias ponen sus es-
las, percibiremos en muchos casos un fuer- peranzas en la obtención de títulos escola-
te contraste. res con vistas a la promoción social y eco-
De forma casi inevitable, la escuela re- nómica de sus vástagos. Pero, como ya se
chaza a quienes no se ajustan a los patrones ha dicho en editoriales anteriores, esas es-
que definen el ethos del buen alumno, sin peranzas se ve frustradas en no pocos ca-
caer en la cuenta de que con esa disposición sos, bien porque los títulos se devalúan,
se aísla cada vez más, situándose al margen bien porque no son suficientes si no se
del mundo real y provocando una suerte acompañan de lo que Bourdieu llamaba ca-
de mutua incomprensión. Pero a lo largo pital social, o bien porque el éxito académi-
de los últimos años, la identidad de los ni- co es muy difícil cuando se parte de condi-
ños y jóvenes precisamente se ha ido dis- ciones socioculturales distintas a las que
tanciando del modelo con el que la escuela imperan en la escuela. Lo cierto es que la
quiere y sabe trabajar; quizás por esto, qui- capacidad de la institución escolar como re-
zás como consecuencia de ese desencuen- curso para la igualdad social está lejos de
tro, los alumnos cuestionan cada vez más el alcanzar las cotas que se prometen en los
papel que aquella tiene en sus vidas. No es- discursos del poder; incluso para algunos
tá nada claro el interés que pueda tener la sectores de las clases medias está dejando
formación académica que reciben, ni el va- de ser la fórmula que garantizaba el mante-
lor de cambio que tengan los títulos que la nimiento de su estatus, particularmente
institución proporciona. Además, en buena desde que se produce la masificación de la
parte de la población escolarizada, la conti- enseñanza secundaria y universitaria. No
nua prolongación de su permanencia en las se niega aquí lo que la escuela pueda apor-
aulas es vista, no como una oportunidad, tar a la promoción social de los individuos,
sino como un molesto aplazamiento de su ni se atribuye exclusivamente a ella el fra-
incorporación a la vida adulta. caso en este campo (al que no son ajenas,
Menos dados a la retórica, la confronta- antes al contrario, las transformaciones en
ción de los alumnos con la institución esco- el sistema económico), pero no puede ne-
lar se materializa en una variada gama de garse que las expectativas que a este res-

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EDITORIAL

pecto se pusieron en la escuela están siendo organización del trabajo en nuestro tiempo
generalmente defraudadas. El hecho de amenaza con dejar obsoleta cualquier tipo
que la posesión de un título universitario de formación profesional que se reciba en
no implique ciertas garantías de estatus es la etapa de la infancia y la juventud en el
un dato, por ejemplo, que cuestiona de marco de la institución escolar.
arriba abajo toda la institución escolar. Claro que donde se aprecia con más cla-
Siempre queda pensar en la formación ridad el cuestionamiento de la escuela, es
que proporciona a los jóvenes, en su papel en el hecho de que continuamente está so-
en la transmisión de la cultura. Pero tam- metida a planes de reforma, tanto desde la
poco está claro que en esto la escuela esté a administración educativa como desde los
la altura de las circunstancias o, al menos, propios docentes. La reforma escolar es
que produzca lo que cabría esperar des- uno de los asuntos que parece estar siem-
pués de tantos años de escolarización en la pre de actualidad, no sólo entre los profe-
vida de las personas. Para tantos años, es sionales de la educación, sino en el conjun-
poco lo que se aprende, de manera que la to de la sociedad, como si el funcionamien-
ampliación del período de estancia en las to de la escuela nunca acabara de dejarnos
aulas no conduce de manera proporcional completamente satisfechos y fuera siempre
a más ni mejor formación. Aunque en mu- susceptible de mejora. Si nos ceñimos al ca-
chos aspectos no compartimos los criterios so de España en los últimos años, desde la
con los que se elaboran, no puede ignorarse promulgación de la Ley General de Educa-
que los estudios e informes sobre el nivel ción en 1970 hasta hoy, las leyes y reformas
de formación de los alumnos en España educativas se suceden de manera casi inin-
arrojan resultados bastante pobres. Así, la terrumpida: no acaba de entrar en vigor un
publicación del último informe PISA 2003 nuevo ordenamiento del sistema cuando
sobre la educación en los países de la OC- empieza a ponerse en marcha otro. Tras la
DE, puso de manifiesto que, tras pasar al LGE, la LODE, después la LOGSE, conti-
menos diez años en la escuela (entre los 6 y nuando con la LOPEG, la LOCE y ahora la
los 16), buena parte del alumnado no alcan- LOE. Todos los gobiernos quieren reformar
za un nivel mínimo de competencia en as- total o parcialmente la educación, y, si nos
pecto tan fundamental como es la com- atenemos a la cantidad de iniciativas, po-
prensión lectora. Con ese dato, parece evi- dríamos pensar que asistimos a una cons-
dente que la institución escolar fracasa en tante renovación y mejora de la enseñanza,
el principal objetivo que debería justificar aunque lo único que queda claro es que los
su existencia, es decir, en la formación de jóvenes prolongan en el tiempo su estancia
niños y jóvenes, y, más concretamente, en en la institución escolar, retardando cada
la democratización de la cultura. vez más su incorporación al mundo del tra-
No obstante, al pensar en términos de bajo y a la vida adulta, ampliando con ello
fracaso, nos queda la duda de si no es más las fronteras de la infancia.
cierto que la escuela capitalista consigue Sin negar intenciones transformadoras,
sus objetivos ocultos como es, por ejemplo, de mejora de la enseñanza, la compulsiva
el de contribuir a la formación de identida- política reformista obedece en mayor medi-
des sumisas y dóciles, fácilmente adapta- da a razones de marketing electoral, a inte-
bles a los requerimientos del sistema eco- reses corporativos y a la pugna entre cier-
nómico y de los mecanismos de control. Pe- tos sectores sociales por las ventajas que
ro, incluso en este punto, la eficacia de la ofrece el control del sistema educativo. Pe-
institución escolar está puesta en entredi- ro refleja también la inestable posición en
cho, sobre todo si se la compara con otros la que se encuentra la institución escolar y
medios mucho más potentes y económicos la incapacidad de los gobernantes para
o se examina la incidencia que realmente afrontar en profundidad un fenómeno que
ha tenido en épocas históricas caracteriza- seguramente desborda su margen de actua-
das por un fuerte adoctrinamiento escolar. ción. Quitando asignaturas de aquí y po-
Por lo demás, la enorme versatilidad de la niéndolas allí, reorganizando constante-

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

mente los cuerpos docentes, ingeniando ro mantuviera otros de extraordinario cala-


“nuevos” sistemas de nombramiento de di- do. Nos referimos, por ejemplo a la exten-
rectores escolares, reglamentando con deta- sión de los conciertos a la educación infan-
lle el paso de los alumnos de un curso a til, una medida que siega la hierba bajo los
otro... las políticas reformadoras nos evo- pies de la escuela pública y abona vigorosa-
can –en una licencia gráfica llevada al ex- mente a la enseñanza privada. Precisamen-
tremo– la imagen de los camareros del Tita- te es en las comunidades en las que tales
nic, empeñados en recomponer las sillas y conciertos estaban ya en vigor en las que
mesas del restaurante mientras el barco se hay más educación infantil privada concer-
hundía. tada que en el resto (El País, 12 de Septiem-
Anunciada ya al salir el anterior núme- bre de 2005). Se trata, desde luego, de un
ro de esta publicación, el gobierno va a pro- problema de asignación de recursos entre
poner al Parlamento la aprobación de una privada y pública, pues no en vano, según
nueva reforma de la educación, una nueva la memoria económica de la LOE, la mayor
ley –la LOE– con la que, otra vez, se preten- partida de las inversiones del estado se des-
de afrontar los problemas que afectan a la tinarán precisamente a este concepto (El
escuela. Si atendemos a sus primeras decla- País, 23 de Julio de 2005); pero también es
raciones, la política educativa de la actual un problema que afecta a la segmentación
ministra parece centrarse en la modifica- social en todo el sistema educativo, pues,
ción-derogación de los aspectos más negati- dado que las familias tienden a dejar a sus
vos de la legislación que aprobó el Partido hijos en el mismo centro a lo largo de todo
Popular en materia de educación. Como en el periodo educativo, es fundamental dón-
otros campos de la acción del actual gobier- de empiecen su escolarización.
no, su argumento consiste en deshacer lo Junto a algunas medidas plausibles co-
que “ellos” hicieron mal, haciendo las cosas mo la reducción de asignaturas en secunda-
mejor y de otra manera. Naturalmente se ria obligatoria o la idea de los planes de re-
trata de un objetivo plausible, y que estaría- fuerzo para alumnos con más dificultades
mos dispuestos a compartir, pero ocurre –que habrá que ver si no quedan a expen-
que seguramente no coincidiríamos en el sas de la disponibilidad de plantilla en cada
diagnóstico de lo que debe ser sanado y, centro–, otras son calculadamente ambi-
claro está, en las propuestas sobre lo que ha guas o especialmente desafortunadas. Así,
de hacerse. Analizando con detalle el texto la desaparición de los itinerarios, que reza
de la LOE, a distancia ya del ruido que pro- en el frontispicio de cualquier acto o noticia
ducen los momentos electorales, puede defensora del proyecto de ley como sínto-
pensarse hoy que para el actual gobierno ma de su inequívoca vocación de equidad,
del PSOE la LOCE no era tan mala como resulta más que discutida al comprobar có-
parecía. mo en la práctica se establecen mecanismos
No vamos a ser los primeros en mani- –como los agrupamientos curriculares, las
festar la decepción que produce comprobar materias optativas o los mismos programas
otra vez que los hechos distan mucho de las de refuerzo– que sabemos por experiencia
expectativas que se habían generado con conducen de forma clara al establecimiento
las palabras, pues ni siquiera podemos ha- de diversos itinerarios en los centros esco-
blar de reforma educativa para referirnos al lares. Más discutible resulta la idea de in-
contenido del proyecto de ley sobre la edu- troducir una asignatura específica –Educa-
cación. Mucho nos tememos que estamos ción para la Ciudadanía– para formar a los
ante otra oportunidad perdida: sin negar alumnos en valores democráticos, una me-
algunos aspectos positivos, en conjunto la dida que se apoya en el endeble argumento
LOE responde más bien a una operación de de buscar soluciones inventando asignatu-
cosmética que a una política de mejora de ras para cada uno de los problemas que tie-
la educación. Ya fue revelador el hecho de ne la sociedad española y que contó con el
que el actual gobierno suspendiera la apli- rechazo mayoritario del Consejo Escolar
cación de algunos aspectos de la LOCE pe- del Estado.

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EDITORIAL

Y discutible también es la realización de mejor posible y a que se amplíe el número


la llamada “evaluación de diagnóstico”, de los que disfrutan de sus –supuestos– be-
una medida que se concretará en la realiza- néficos efectos. Lo que podríamos llamar
ción de exámenes en 4º de primaria y en 2º una política de escolarización –aplicada
de ESO con la intención de diagnosticar pe- desde los gobiernos, o desde cualquier otra
riódicamente el estado de la educación y de instancia– nos parece del todo insuficiente
la enseñanza en el conjunto del sistema para abordar la mejora de la educación, ya
educativo a partir de los datos de los alum- que los problemas que aquejan a la escuela
nos de cada uno de los centros escolares. se plantean en un campo más amplio que
Las experiencias que conocemos de este ti- en el que se sitúan habitualmente las inicia-
po de “diagnósticos” en otros países, nos tivas de reforma.
hacen pensar con fundamento en la previ- Efectivamente, hablar de crisis de la es-
sible perversión del sistema, pues, en la cuela es algo equívoco. El término crisis tie-
práctica, propiciará la clasificación de los ne muchas lecturas. Si el nivel baja se habla
centros escolares según los resultados –sin de crisis, si hay conflictos hablamos de cri-
atender a los condicionantes con los que sis, hay crisis si los alumnos no adquieren
deben trabajar–, y potenciará la nefasta cul- la formación adecuada... Más allá de estas
tura del examen, convirtiendo la enseñanza contradictorias percepciones, un hecho pa-
en una mera preparación para el feliz de- rece cierto, y es que la escuela no puede se-
senlace de las pruebas. Si duda este es el guir siendo lo que era, a pesar de que pare-
elemento más visible, aunque no el único, ce empeñarse en lo contrario. Si la escuela
del sesgo académico que se aprecia en las nace con el Estado-nación y se configura en
propuestas que se hacen sobre el currícu- el modo de educación tecnocrático de ma-
lum. sas como un aparato que, junto a otros,
Sin extendernos ahora en comentar to- contribuye a la formación de subjetivida-
dos y cada uno de los aspectos que nos pa- des pertinentes, propias de cada etapa del
recen discutibles o rechazables del proyec- capitalismo, es evidente que hay razones
to de ley o que suponen algún tipo de me- para hablar de crisis. Ya no se trata de de-
jora, nuestra valoración global no puede sajustes de mayor o menor cuantía sino de
ser positiva, pues, como decíamos más arri- problemas que cuestionan su identidad, su
ba, se trata de otra ley más que bajo la apa- papel en la vida social. El desmoronamien-
riencia de progresividad se caracteriza más to del Estado-nación arrastra consigo la fi-
por la continuidad que por el cambio. Cla- gura del ciudadano que la escuela contri-
ro que todo puede ser peor si como se atis- buía a formar; al mismo tiempo, la sustitu-
ba a la hora de redactar este editorial, la ción del capitalismo industrial y financiero
política de consenso entre el gobierno y el por lo que Vicente Verdú llama “capitalis-
Partido Popular acaba materializándose. mo de ficción” relega la producción a un
No siempre el consenso es garantía de lo segundo plano y sitúa en primera línea la
mejor, pero, en todo caso, no entendemos publicidad y el consumo. En todos los te-
por tal ceder a las apetencias privatizado- rrenos se impone la nueva religión: el mer-
ras de la derecha política y social en detri- cado. Pero, mientras en las ciudades, por
mento del carácter de servicio público que ejemplo, se transforma el espacio y, en de-
debe tener la escuela. trimento de las iglesias y catedrales, ad-
Más allá de los elementos coyunturales quieren centralidad los templos en los que
que nos dibuja esta nueva ley de reforma se oficia la nueva liturgia –los centros de
de la enseñanza, nuestro mayor reparo es- ocio y consumo–, la escuela parece mante-
triba en que ni de lejos se enfrenta a los nerse al margen de toda transformación so-
problemas de fondo que hoy tiene plantea- cial, desarrollando tareas que nadie le en-
da la educación. El cuestionamiento y crisis comienda, formando identidades que care-
de la escuela obedece a causas profundas cen de viabilidad en la fase actual del capi-
que no pueden afrontarse con medidas cu- talismo. Trabajo, esfuerzo y ciudadanía,
yos objetivos se limitan a que “funcione” lo frente a mercado, diversión y consumo.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

Esta especie de contradicción entre lo mento de promoción. Consciente o incons-


que la escuela “era” y lo que la evolución cientemente, confluyen en esta posición
del capitalismo y del control ha hecho de sectores sociales conservadores y grupos
las sociedades actuales, es la que a nuestro políticos heterogéneos que tratan explícita
modo de ver subyace a su deslegitimación o implícitamente de aprovecharse de las
social: a unos no les proporciona (o les nie- posibilidades de la escuela para conseguir
ga) lo que promete, a otros molesta su exis- ventajas en la obtención de títulos y en la
tencia y añoran el modo de educación tra- confrontación cultural, estableciendo redes
dicional-elitista, mientras que en la lógica privilegiadas –y privatizadas– de escolari-
que domina la vida social, la institución es- zación y determinando la legitimidad de
colar parece desubicada, sin una funcionali- unos conocimientos en detrimento de otros.
dad clara. Esta confusa situación afecta, cla- No cabe duda de que los postulados tecno-
ro está, entre otras, a la identidad de profe- burocráticos sobre la educación contribu-
sores y alumnos que, como anteriormente yen por omisión al reforzamiento de esas
decíamos, la propia escuela se ocupó de posiciones, ignorando su naturaleza social
construir. Por ejemplo, en el caso de los y cultural, y limitando el campo de acción
profesores –señala Beltrán Llavador–, el sis- de la Didáctica a la elaboración de artificios
tema posfordista de producción reclama de técnicos que ayuden a gestionar el tiempo
ellos cualidades muy distintas de las que de estancia de los alumnos en las aulas.
caracterizan el habitus de la corporación El cuestionamiento de la escuela del ca-
“para seguir manteniendo las nuevas rela- pitalismo en el modo de educación tecno-
ciones bajo control”; lo cual es motivo de crático de masas y la crisis de identidad
desasosiego, pues deshabilita recursos que que ello conlleva, fuerza también a los sec-
sirvieron en otro tiempo, mientras que no tores críticos con el sistema social a discutir
acaba de proveerse de nuevas técnicas y en profundidad sobre sus causas y obliga
medios de sujeción. En el caso de los alum- –a la vez que permite– a establecer elemen-
nos, los nuevos sujetos, formados en torno tos de reflexión y actuación alternativos. A
al consumo y a los medios de comunicación nuestro modo de ver esto requiere situar
en el mundo exterior a la escuela, se avie- los problemas de la educación en un ámbi-
nen mal con la imagen de alumno que si- to de mayor calado que el de la mera distri-
gue gozando del favor de la institución es- bución de alumnos, asignaturas y profeso-
colar. res en unos cursos u otros, es decir, más
Pero, aunque consideremos que en la allá de la política de la escolarización. Tal y
mayoría de los casos las reformas escolares como propuso Apple y se plantea en el artí-
constituyen tentativas erráticas y general- culo que en este número firman los compa-
mente superficiales, esto no quiere decir ñeros de Nebraska, la cuestión de la forma-
que en el mundo de la educación todo per- ción de niños y jóvenes y su relación con el
manezca realmente inactivo, petrificado, y conocimiento en el contexto escolar, es
que desde distintas posiciones no se vayan asunto que forma parte de los conflictos
ensayando formas alternativas de escolari- culturales que atraviesan nuestra sociedad,
zación que intentan recomponer el lugar de así que, consecuentemente, la política edu-
la escuela ante los problemas arriba men- cativa debería abordar la escuela como un
cionados. Sin duda, la de mayor enverga- elemento más –aunque con rasgos específi-
dura es la que tiene como objetivo la liqui- cos– de la política de la cultura, en relación,
dación de la escuela pública como oportu- por tanto, con otras instancias –guberna-
nidad, o, mejor dicho, la que se propone re- mentales o no– presentes en la configura-
matar (certificar) la desaparición de la es- ción y transmisión cultural.
cuela como instrumento para la democrati- A nuestro modo de ver, una política
zación de la cultura y su definitiva conver- educativa que se plantee en términos dis-
sión para unos en lugar de encierro de ni- tintos de la simple escolarización y clasifi-
ños y jóvenes hasta su incorporación al cación de los alumnos y que afronte el reto
mundo del trabajo y, para otros, en instru- de la democratización de la cultura, debe ir

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EDITORIAL

mucho más lejos de lo que hacen las refor- mientos de la vida en las aulas y, al mismo
mas que se suceden año tras año. Su punto tiempo, pensar y construir modos alternati-
de partida tiene que ser precisamente la vos de escolarización y enseñanza; no diga-
constatación de que la escuela, tal y como mos hacer lo uno y lo otro de manera cohe-
la conocemos, no sirve ni a unos ni a otros, rente. La historia de los intentos de renova-
y su transformación requiere una profunda ción de la escuela está llena de fracasos, de
impugnación de los cimientos más sólidos proyectos empantanados en el manglar de
de su arquitectura. las rutinas cotidianas, que imponen su lógi-
Nos hacemos cargo, desde luego, de ca ante la necesidad de resolver los proble-
que una estrategia de cambio, basada en mas con los que en la práctica se enfrentan
esos supuestos y planteada con ese objeti- alumnos y profesores.
vo, no es cosa sencilla ni que pueda resol- Justamente en el conflictivo espacio que
verse a corto plazo. Sabemos que muchas hay entre lo que se debe y se puede es don-
de las medidas que habría que tomar son de se sitúa la Didáctica. Pero, como ocurría
de difícil aplicación ya que, al afectar a tra- con los camareros del Titanic, una Didácti-
diciones e intereses muy consolidados, en- ca complaciente con la escuela no es capaz
contrarían no pocas resistencias en sectores de percibir la profundidad de su crisis, así
muy poderosos (pensemos, por ejemplo, en que se limitará gestionar una pequeña par-
el mundo de los libros de texto y en las te de la nave, sin percatarse de que el hun-
grandes editoriales). Pero cualquier estrate- dimiento hace inútil tanto desplazamiento
gia de reforma de la enseñanza debe ser de muebles y cacharros. Por su parte, una
una estrategia planteada a largo plazo; la Didáctica que cuestione radicalmente la es-
historia de la educación demuestra que en cuela que conocemos, a la que por eso da-
este campo no hay atajos. Otra cosa es si re- mos en llamar Didáctica crítica, tiene nece-
nunciamos a la posibilidad de que la escue- sariamente que moverse en permanente
la sirva realmente a la formación de los jó- contradicción entre la necesidad y el deseo;
venes y aceptamos que su papel se reduzca y ésa es una de sus señas de identidad. Su
a otorgar selectivamente títulos y a la cus- programa de trabajo contiene por supuesto
todia, entretenimiento e infantilización de un proyecto de educación alternativo que
las nuevas generaciones. Es decir, si renun- se actualiza de forma permanente, pero se
ciamos a que la escuela sea pieza funda- ocupa también de desvelar los obstáculos
mental en el acceso a la cultura. que le impone la escuela capitalista, identi-
Impugnar la escuela que conocemos y ficándolos, analizando sus raíces y el modo
pensar en otras formas de escolarización en en que se han ido enquistando hasta hacer-
el contexto de una política de la cultura, es se casi invisibles; y, dentro de lo posible,
el marco en el que debe ubicarse una políti- trata así mismo de desarrollar en su seno
ca educativa que mire más allá de intereses experiencias capaces de removerlos, de ha-
corporativos. Por razones obvias, esto no cer visibles algunos rasgos de la alternativa.
nos permite aplazar el diario quehacer en Por lo demás, una Didáctica consecuen-
los centros escolares, que no pueden cerrar- te y una política educativa transformadora
se a la espera de resolver todos los males no pueden ser ajenas a la verdadera natu-
que les aquejan o de ser conformados de la raleza de la escuela y de los problemas con
manera que consideremos más idónea. Lo los que se enfrenta; ni pueden, por tanto,
cual nos sitúa en un terreno en el que la suponer que son problemas cuya solución
acción está llena de dificultades, pues no –si existe– pueda confiarse a una adecuada
podemos evitar la convivencia entre lo vie- combinación entre grandes dosis de volun-
jo y lo nuevo, entre lo que queremos cam- tarismo y de fórmulas científico-técnicas.
biar y lo que permanece, entre lo que re- Como decíamos al principio de este edito-
chazamos y lo que deseamos. Así, no es ta- rial, el carácter social de la institución esco-
rea sencilla, y menos en los tiempos que co- lar hace a la escuela, no ya absolutamente
rren, afrontar los retos que supone respon- permeable a la dinámica de las sociedades,
der diariamente a los múltiples requeri- sino muy dependiente de sus cambios y vi-

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

cisitudes. De aquí que, si es la transforma- Nebraska –Didáctica crítica. Allí donde se en-
ción de las sociedades capitalistas ocurrida cuentran la necesidad y el deseo–, en el que,
en los últimos años la que desubica a la es- desde su perspectiva, se desarrolla una
cuela y cuestiona su identidad, no cabe propuesta sobre los fundamentos y orienta-
pensar que la construcción de alternativas ciones que deben sustentar una Didáctica
en la enseñanza pueda hacerse al margen crítica. El apartado “Pensando sobre...” se
de los cambios sociales, ya que la escuela es ocupa en esta ocasión de la figura de Ivor
lo que la sociedad sea, lo cual, ciertamente, Goodson, referencia inevitable en la histo-
pone límites a los deseos de cambio y mejo- ria social del currículum. En él se incluye
ra, cuestiona el mito del continuo progreso una entrevista y una reseña biográfica, am-
en la enseñanza y de la predicada fe en los bas firmadas por Montserrat Rifà Valls, así
planes de reforma y en la potencia de mé- como un breve artículo de Antonio Bolívar
todos y técnicas, y sitúa el problema en el en el que el autor nos ayuda a profundizar
campo más amplio de la transformación y valorar la obra de Goodson.
social. Finalmente se nos permitirá una licencia
Refiriéndonos ya al contenido de este a los miembros de la Federación Icaria (Fe-
número, además de los habituales artícu- dicaria), y es que hace ahora diez años de la
los-reseñas, que informan al lector o lectora fundación de este colectivo. Sin caer en la
de novedades bibliográficas y le proponen autocomplacencia, queremos dar cumplida
temas para la reflexión, en él se incluye co- cuenta de ese hecho y expresar nuestra sa-
mo “Tema del año” el artículo firmado co- tisfacción al tiempo que nuestra voluntad
lectivamente por los miembros de Proyecto de continuidad.

- 14 -
I
TEMA DEL AÑO
Educación crítica
y política de la cultura

Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo


por Raimundo Cuesta, Juan Mainer, Julio Mateos,
Javier Merchán y Marisa Vicente
Didáctica crítica. Allí donde se encuentran
la necesidad y el deseo

Raimundo Cuesta, Juan Mainer, Julio Mateos, Javier Merchán y Marisa Vicente1

Nam et ipsa scientia potestas est Feliz tú que tica crítica porque ésta se sitúa precisa e
huyes, a velas desplegadas, de la cultura inevitablemente en ese lugar donde concu-
(Epicuro) rren necesidades y deseos. En efecto, una
didáctica crítica, en tanto que actividad teó-
El lugar del que se parte y al que rico-práctica, ha de comprender las razones
siempre se regresa: necesidad y de la necesidad sin ignorar los no menos
deseo poderosos resortes del deseo, al punto de
poder ejercitar, en circunstancias siempre
En una apasionada expansión poética constrictivas como las de la escuela, una
de juventud, en 1950, E. P. Thompson se si- cierta educabilidad del deseo. Una educa-
tuaba frente a las “fauces de un viento hos- ción que, parafraseando de nuevo al poeta-
til” y proclamaba la facultad de transfigu- historiador “enseñe al deseo a desear me-
rar, en el “sitio de la acción humana en el jor, a desear más, y sobre todo a desear de
que la necesidad y el deseo se encuentran”, modo diferente” (Thompson, 1988, 727).
los elementos de la naturaleza en fuego hu- No obstante, esta cálida pretensión de-
manizado capaz de elevar a la plenitud el siderativa lanzada hacia la utopía ha de
ideal de un mundo ordenado y regido con- convivir, en conflicto permanente y nunca
forme a los deseos de sus pobladores2. resuelto, en tensión dialéctica que no admi-
Pero la necesidad y el deseo distan mu- te síntesis superadora, con la fría conside-
cho de gozar de la armoniosa convivencia ración de la economía de la necesidad es-
que parece vislumbrarse en el texto, como, tructurante del comportamiento humano.
por otra parte, supo captar magistralmente Además, el pensamiento social de progenie
Thompson en su excelente obra historio- crítica tiene que huir como de la peste de
gráfica. En realidad, este poema, si bien nos esas filosofías de la conciencia y de la con-
fijamos, evoca la vieja y nunca acabada siguiente hueste de prejuicios ahistóricos
controversia del pensamiento social acerca que constituyen la sustancia nutricia de las
de los mecanismos determinantes de la teorías de la acción racional (tan nutritivas,
acción humana, acerca de los factores exter- por cierto, para la defensa y sostenimiento
nos e internos que mueven la voluntad de del capitalismo), en virtud de las cuales se
los agentes sociales. Tal asunto no resulta convierte al sujeto en un permanente opti-
irrelevante para quienes pretendemos sos- mizador de su intereses y a la sociedad en
tener, con pensamientos y actos, una didác- una noria donde rotan incansablemente in-

1 Componentes del Proyecto Nebraska, una de las agrupaciones de trabajo e investigación que formamos
parte de Fedicaria, cuya historia y proyectos de trabajo pueden consultarse en http://www.
fedicaria.org Véase especialmente Cuesta, Mainer, Mateos, Merchán y Vicente (2005).
2 Los versos citados pertenecen al poema The Place Called Choice, recogido por Bryan D. Palmer (2004, 24).
Este cántico del historiador británico a lo que de incierta tiene la acción humana, como bien percibe su
biógrafo, dibuja un horizonte de futuro marcado por “la posibilidad de la posibilidad, no por promesas
o seguridades de triunfo ni por leyes del movimiento histórico” (Palmer, 2004, 23).

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

dividuos competitivos. Frente a tal simplis- que la pervivencia de la personalidad auto-


mo economicista y positivista, contra la ritaria demuestra que, en parte, el efecto de
conversión del sujeto en sustancia estática dominación reside en nosotros mismos y
(en naturaleza humana), conviene a la di- que el miedo a la libertad ha conducido a la
dáctica crítica dotarse de una perspectiva humanidad reiteradamente a “un estado de
explicativa muy distinta que nos acerque a permanente necesidad de recibir órdenes”
comprender la complejidad y opacidad de (Adorno, 1998, 83). Tal como si el ejercicio
las estructuras estructurantes del compor- de la dominación hubiera precisado de una
tamiento de los agentes sociales (en el caso complicidad inconsciente: “El efecto de la
que nos ocupa de profesores y alumnos). Y dominación simbólica (trátese de etnia, de
ahí es donde cabe recuperar la idea de que sexo, de cultura, de lengua, etc.) no se pro-
la dominación en las sociedades del capita- duce en la lógica pura de la conciencia co-
lismo tardío y más aún en el actual estadio nocedora, sino a través de esquemas de
de sociedades de control adquiere una faz percepción, apreciación y acción que cons-
cada vez más sutil (la violencia es más sim- tituyen los hábitos y que sustentan, antes
bólica que física) y paradójica (el dominado que las decisiones de la conciencia y de los
es cómplice de su propio sometimiento), de controles de la voluntad, una relación de
suerte que los efectos de un poder quedan conocimiento profundamente oscura para
inscritos de manera duradera y no cons- ella misma” (Bourdieu, 2000, 53-54).
ciente en el cuerpo de los dominados bajo Más allá de que gustemos del aire de
la forma de esquemas de percepción y dis- psicoanálisis social practicado por algunos
posiciones afectivas de diverso tipo. Ya P. de los más célebres miembros de la Escuela
Bourdieu3 supo compendiar certeramente de Frankfurt, o bien prefiramos el estilo es-
en su concepto de habitus (interiorización e tructural-genético de Bourdieu (u otros
inscripción en los cuerpos de los sujetos de muchos modos de pensar que se han ocu-
comportamientos socialmente pautados) su pado de la cuestión), lo cierto es que nos
teoría de la práctica, su explicación de las vendría bien, a la hora de discurrir a propó-
“razones prácticas” que guían las conduc- sito del significado y el alcance de una di-
tas de los individuos que actúan en cual- dáctica crítica, despojarnos de una vez por
quier campo del espacio social. todas del fantoche trágico y mítico del suje-
Antes también la Escuela de Frankfurt to individual como permanente calculador
indagó en los oscuros sótanos de esa “se- racional y operador consciente. Y de otro ti-
gunda naturaleza humana” que había en- po de simplificaciones como la que supone
sombrecido el siglo XX con un despliegue imaginar a los seres humanos como super-
de barbarie difícilmente imaginable, y que ficies planas e inmaculadas sobre las que es
coexiste y facilita en las sociedades del ca- posible grabar e inscribir en su cerebro un
pitalismo tardío la explotación de clase, gé- repertorio de conductas predeterminado.
nero y otras. Diríase que al lado de las Qué duda cabe que ello nos ayudaría a en-
constricciones externas existiera una estruc- tender la complejidad de las relaciones so-
tura interna de necesidades que condujera ciales y nos facilitaría no incurrir más en
nuestros deseos y disposiciones prácticas determinadas formas de ingeniería social
como si de una segunda naturaleza se tra- que al menos desde La República de Platón
tara4. Esa “segunda naturaleza”, infracons- han tentado insistentemente a las principa-
ciente, explicaría lo inexplicable. De modo les utopías educativas y a sus mentores

3 Sería prolijo citar la larga literatura científica de este autor, clave para entender algunas de las ideas que
guían el proyecto Nebraska. Un ejemplo de cómo lo utilizamos puede verse en R. Cuesta (2003a). Véase
también una reciente obra L. E. Alonso y otros (2004), que toca los grandes ámbitos de investigación del
sociólogo francés.
4 Asunto especialmente tomado en consideración en la obras de T. W. Adorno y H. Marcuse. Un rápido y
buen resumen puede verse en H. Giroux (1992, pp. 188-189).

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

más insignes. Muchas, en efecto, y de muy una educación histórica del deseo. Asume
triste recuerdo, han sido las búsquedas y que ha de estar atenta y afectar a esas tur-
experimentos de la eudaimonía (la felicidad) bulentas profundidades de la segunda na-
a través del Estado educador, que alcanzan turaleza en donde nadan sin orientación fi-
precisamente su versión paroxística en al- ja los deseos. La dos caras de esta didáctica
gunos de los abundantes proyectos de re- se presentan como la indagación y el
forma educativa de la Revolución fran- aprendizaje de la relación dialéctica entre
cesa5. Desde entonces el emparejamiento las condiciones sociohistóricas (las necesi-
dichoso entre escuela y Estado alcanza la dades) y las cambiantes formas de subjeti-
categoría de mito central del llamado pen- vidad volitiva (los deseos) de los agentes
samiento progresista de estirpe liberal-so- educativos.
cialista. Pero en la actualidad, tras la barba- Pero esta delicada y compleja tarea de
rie totalitaria del siglo XX, esta concepción exploración, intra e intersubjetiva, acerca
del Estado, la escuela y el sujeto educable, de las necesidades y deseos, nada tiene que
ha perdido todo su potencial emancipador ver con un proceso predeterminado y de fi-
y su recuerdo nos remite a la multitud de nal conocido, mediante el cual, ¡al fin!, en-
sueños monstruosos de la razón moderna. contráramos nuestra verdadera naturaleza
Estas consideraciones y otras que aquí o esencia humana (esa esencia que dan por
no caben sobre el triángulo sujeto-escuela- supuesta las didácticas convencionales o
Estado en nuestra etapa actual del capita- no críticas). Nada más lejos que la reco-
lismo no deben echarse en el olvido, por- mendación agustiniana: “Noli foras ire, te
que están en la raíz de la génesis de la cir- ipsum redi, in interiore homine habitat ve-
culación y corporeización de las necesida- ritas (no vayas fuera, vuelve a ti mismo; en
des en deseos. Pero ahora nos interesa sólo el interior del hombre habita la verdad”); y
destacar y subrayar el componente no quizás mejor sería acudir a la formulación
consciente, no racional y práctico de las clásica de Marx en la Tesis de Feuerbach: “la
conductas, aspecto muy a menudo soslaya- naturaleza humana no es algo abstracto e
do en las didácticas declarativas (la didácti- inherente a cada individuo. Es, en realidad,
ca como objetivos formativos) e instrumen- el conjunto de las relaciones sociales”. No
talistas (la didáctica como tecnología de hay, pues, fondo humano que desenmasca-
transposición del conocimiento) al uso, en rar, ni siquiera el “hombre genérico” en
las que suele subyacer, como encriptada, contraposición con el ser humano alienado;
una imagen de niño-alumno-normal sus- existe, eso sí, un proyecto de construcción y
ceptible y capaz de hacerse virtuoso al conocimiento que inventa nuevas subjetivi-
comprender la ciencia que se le ofrece en dades conforme a fines y valores nacidos
los procesos de enseñanza-aprendizaje pro- de la confrontación cultural en el desarrollo
porcionados por la escuela. de las sociedades. En cierto modo lo huma-
Por el contrario, la didáctica crítica que no se define como una huida hacia el por-
aquí se propone se aparta de esta conside- venir, como la inestabilidad esencial de yo-
ración simplista de la cuestión y aboga por es, de manera que el ‹‹conócete a ti mis-

5 Especialmente el proyecto de Plan de Educación Nacional de Le Pelletier, presentado por Robespierre y


debatido, aunque no aprobado, por la Convención en 1793, del que se ha dicho que era “una utopía edu-
cativa con ribetes de pesadilla, una auténtico sueño monstruoso de la razón, en el que el régimen de in-
ternado se presenta como metáfora de una sociedad perfecta a través de un sistema de clausura, que, co-
mo ya viera Foucault, es la forma más acabada, como derivación del modelo conventual, de la escuela.
Más que eso. La suprema encarnación escolar de las ‹‹casas de la igualdad››, auténticos baluartes inex-
pugnables de la república, instalados en los edificios del antiguo poder privilegiado estamental (casti-
llos, conventos, etc.) representaban auténticas factorías humanas dedicadas a difundir la nueva religión
laica, basada en dos amores: la patria y el trabajo. Amores muy, que muy necesarios, para el definitivo
triunfo del capitalismo” (Cuesta, 2005a, 44).

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

mo›› es tarea menos que imposible6. Y ello de sentir y vivir los valores de los sujetos,
a pesar de que la crítica, entendida en senti- no pretende tender en el diván psicoanalis-
do gramsciano, radique en la toma de con- ta a los agentes educativos individualizan-
ciencia de lo que uno es en tanto que resul- do cómo en cada caso las necesidades se
tado de un proceso histórico-social que ha trasmutan en deseos. La actividad didácti-
dejado huellas en nosotros. Esas huellas de ca, en tanto que se postule crítica, resulta
la historia en nosotros convierten la intros- ajena a cualquier imitación médico-tera-
pección en genealogía de nosotros mismos péutica que estudia “casos” (imagen en la
y hace de ese inventario tarea central de la que hoy recae ad nauseam toda la educación
indagación histórico-cultural7. de masas), y por tanto abomina de la admi-
Por tanto, la educación histórica del de- nistración de fármacos individuales o fór-
seo, dimensión cardinal, de la didáctica cri- mulas magistrales para la orientación de la
tica, precisa “rechazar una determinada acción. Por el contrario, la práctica pedagó-
teoría a priori del sujeto para poder realizar gica es un tipo de relación social inscrita en
este análisis de la relación que pueda existir las relaciones de poder operantes en la es-
entre la construcción del sujeto o de las di- cuela, y la didáctica crítica que defendemos
ferentes formas de sujeto, y los juegos de es una actividad teórico-práctica que, te-
verdad, las prácticas de poder, etc. (Fou- niendo por objeto la explicación y reorien-
cault, 1994, 123). Ha de situarse, en cambio, tación de tales prácticas, se funda en torno
en medio de las relaciones de poder (eso a tres vectores: la crítica de la cultura, el
son, claro, las prácticas pedagógicas inspi- análisis genealógico y una forma alternati-
radas en regímenes de verdad), soportando va de política de la cultura. Cultura, histo-
la inclemencia de tales relaciones y sabien- ria y política forman parte y dibujan, pues,
do que toda modalidad de poder y domi- el trípode sobre el que levantamos y cons-
nación genera su contrario (como se ha de- truimos los postulados del discurso crítico9.
mostrado incluso en las situaciones más al Pero empecemos por el principio de los
límite)8, y que, si queremos ser algo más principios: “cultura”.
que sacerdotes laicos, la educación no se
nos presenta como salvación, porque no
existe un sujeto que emancipar para siem- Cultura: nada es lo que parece
pre haciendo saltar los cerrojos que aprisio-
nan su verdadero ser. La educación del de- En el principio, en verdad, fue la pala-
seo no consiste tanto en la liberación total bra y allí se encarnó la mentira. De palabra
como en la modesta labor teórico-práctica en palabra, a golpes de saber y poder, se
de impugnación y debilitamiento de los forjaron los valores que son, a modo de es-
efectos de dominación más perniciosos pro- trellas, el brillo que emite el oscuro, inmen-
vocando cortes intermitentes, ejemplares y so y ambiguo universo de la cultura. La
demostrativos en el circuito lógico e institu- cultura y los valores funcionan como una
cional en el que las relaciones pedagógicas poderosa herramienta de producción y re-
están institucionalizadas aquí y ahora. producción de la vida social, y la escuela es
Ahora bien, la didáctica crítica que pro- uno de los principales lugares donde toma
ponemos, aunque enraizada en las formas cuerpo y se difunde el ethos cultural que

6 A propósito del mismo R. Sánchez Ferlosio (2002, 138), de agudeza sin par, en su Antisócrates, añade,
con irónica sabiduría: “¡Sí, hombre, como si no tuviera otra cosa en qué pensar!”.
7 Como reivindica E. Said en su ya clásica obra Orientalismo (2003, 50-51).
8 Primo Levi (2003). Si esto es un hombre. Y a pesar de todo había resistencia en el inframundo que el autor
describe, aunque sólo fuera como esfuerzo ciego de supervivencia.
9 Ya en esta misma revista señalábamos cinco postulados, a modo de enunciados-guía de la práctica, a sa-
ber: problematizar el presente, pensar históricamente, educar el deseo, aprender dialogando, impugnar
los códigos pedagógicos y profesionales (Cuesta, 1999, 80-91).

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

conviene a los valores dominantes. Frente a tanto que síntoma de los problemas del
ellos, la didáctica crítica sostiene como ver- presente.
dad la mentira de la cultura y de sus criatu- Para el atento escuchante del ruido de
ras morales hegemónicas. La educación po- la historia, resulta sin duda paradójico có-
see una especial relación con la esfera cul- mo a menudo los conceptos más emplea-
tural de la vida social y de ahí que una crí- mos en el lenguaje de las ciencias sociales
tica de la educación conlleve ineluctable- son aquellos cuyo significado más se nos
mente una crítica particular de la cultura y, escurre, como si de un masa amorfa y gela-
por extensión, de su plasmación en los va- tinosa se tratara. Ahí, en parte, reside lo
lores morales. El pensamiento de esta pro- que podría denominarse el misterio de la
genie nos pone en guardia sobre lo que re- cultura (en realidad, el escollo de percibir
almente existe tras la cultura, lo que se vela lo que se agazapa, tras las palabras, en su
a la conciencia, advirtiendo que, como en trastienda). En su tiempo R. Williams ad-
las películas de trama policíaca, nada es lo mitía lo problemático de erigir una socio-
que parece, que las huellas a menudo son logía de la cultura teniendo en cuenta la
falsas, que las pistas están amañadas y que, anfibología del mismo término (“una de
como siempre solía sugerir W. Benjamin, las dos o tres palabras más complicadas de
detrás de todo monumento de la cultura la lengua inglesa”, decía a propósito de
universal se agazapa un documento de la “cultura”) sólo aparentemente difinitorio y
barbarie humana. cuya historia y uso habían sido excepcio-
Esta acerba posición gnoseológica nos nalmente complejos y tardíos (Williams,
invita a practicar y sugerir los procedi- 1994, 10)10.
mientos nietzcheanos de la escucha y la sos- El vocablo, en efecto, sólo aparece sus-
pecha (Lizcano, 1998), como tentativa heu- tantivizado a partir del siglo XVIII y dentro
rística de desvelamiento de la verdad y las de un itinerario semántico que no por ca-
causas que participan de la sociogénesis de sualidad confluye, en cierta manera, con el
la realidad. Mediante el primer instrumen- de la separación de la voz “arte” de su prís-
to nos es dado descifrar el etymos, la genea- tina procedencia (artesanía), y que se flan-
logía, de las palabras que otorgan nombre a quea de otros fenómenos más de fondo en
las cosas reales y que, en cierto modo, les virtud de los cuales se redefinen los conoci-
dan vida y existencia simbólica. Pero lejos mientos y la vieja división entre arts liberum
de preconizar cualquier omnipotencia del y arts pauperum, entre saberes de los hom-
discurso, pecado atribuible a las versiones bres libres y los del vulgo, alcanza una mor-
postmodernas del giro lingüístico y cultu- fología clasificatoria más compleja, refinada
ralista en las ciencias sociales, la “escucha” y estricta, al tiempo que las funciones disci-
es actitud propia del genealogista que bus- plinarias del saber se amplían definiendo
ca el origen y significado de las palabras en un nuevo sujeto de conocimiento11. Ocurre

10 Ya el propio R. Williams había tratado en 1958 ampliamente la historia del concepto (Culture and So-
ciety). Ahora nos basamos en su Sociología de la cultura (Paidós, 1994), que en su versión inglesa (y en la
primera impresión española) llevaba por título Culture. Sin duda, el hilo de complicidades teóricas que
unen a la historiografía marxista británica y a los estudios culturales del mismo origen geográfico tienen
la complacencia del Proyecto Nebraska y, como el lector o lectora curiosos podrán ya haber percibido,
no se cita en vano a ambos. Aquí las citas se emplean sintomáticamente; no por afán erudito. No obstan-
te, es de justicia añadir que algunas de las ideas e informaciones sobre la etimología del concepto pue-
den verse en G. Bueno (1996), que realiza un excelente estudio de la cuestión, aunque nosotros prescin-
dimos de un marco categorial que nos parece más pesado que llevar una cruz a cuestas. También nos
hemos valido del libro de T. Eagleton (2001), del que hemos aprovechado su crítica de la deriva cultura-
lista del pensamiento postmoderno. Para una mirada rápida y enciclopédica a un tiempo a temas simila-
res, recomendamos M. Payne (comp.) (2002) y también U. Daniel (2005).
11 Además de consultar con provecho la obra de L. Shiner (2004) conviene hacer otro tanto con la de G.
Bueno (1997, 29).

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

como si las nuevas designaciones se espiri- que voluntariamente se rodea el pensador


tualizaran, se recubrieran de un aura extra- recogido sobre sí mismo) y como desinterés
ña al mundo del trabajo manual y tomaran (en tanto en cuanto el saber queda alejado
distancia y desapego respecto a un origen de toda preocupación mundana y adquiere
más cotidiano, modesto y material. En efec- la propiedad de una circulación autorrefe-
to, la expresión que hoy empleamos para rencial y autofecundadora de ideas sobre
denominar a las operaciones humanas más ideas). El conocimiento como propiedad,
refinadas procede de cultus y collere, del la- como distancia inefable y como acto desin-
boreo en la agricultura, y sólo desde el siglo teresado e inútil se adhiere e inserta en una
XVIII acaba alcanzando su amplísimo y afirmación de la cultura como depósito his-
omnicomprensivo territorio semántico ac- tórico de bienes espirituales generados por
tual que oscila entre la idea de “bienes cul- el discurrir individual. De esta forma la pri-
turales” y “modos de vida”. Ya antes el te- vatización de la cultura, su individualiza-
rritorio de lo “cultivado” quedaba reserva- ción, viene a esconder sistemáticamente la
do y adherido, como segunda piel, al ideal dimensión social (de clase, género y etnia)
formativo, a la vieja paideia o al nuevo Bil- de los procesos de generación de conoci-
dung burgués de la renacida educación de miento, inscribiendo los lamentos de los
elites. poetas, las sesudas reflexiones de los filóso-
Claro que ya en el mundo clásico las fos, las agudas observaciones de los natura-
disciplinas legítimas y más nobles (las siete listas, los elegantes razonamientos de los
artes liberales, el core currículum de la matemáticos, etc., en los nuevos encadena-
paidea) poseían una fuerte connotación de mientos y vínculos establecidos por la mo-
uso ostentoso del tiempo libre, un derroche dernidad entre el saber, el poder y las for-
de ociosidad en el que la producción y el mas de subjetivación. Así, en el retirado si-
consumo de determinados bienes cultura- lencio del desván de la conciencia indivi-
les evocaban en sus propietarios una lujosa dual se forja la orla, a modo de aura, que
adquisición y un símbolo de superioridad. envuelve a las hermosas criaturas de la cul-
La recepción bajomedieval del pensamien- tura “culta”.
to aristotélico insufló nueva vida y actuali- Hoy el concepto de “cultura” (la con-
dad a la divisoria y contraposición entre, cepción acrítica, afirmativa y complaciente
por un lado, lo mecánico, servil, manual y del mismo) tiende a quedar cosificado, es
utilitario frente, por otro, a lo abstracto y decir, desvinculado de su condición terre-
carente de utilidad propio del hombre (más na e histórica, en cierto modo, “naturaliza-
que de la mujer) honesto. En esa dicotomía do” gracias a la casi universal y ciega fe en
se han movido los modelos de subjetiva- la existencia de un depósito y legado esen-
ción y relación con el conocimiento de las cial de bienes espirituales fruto del incon-
clases altas de la modernidad y los tipos mensurable progreso de la razón humana.
ideales reinventados en la Europa del Anti- Esta metanarrativa implícita, que aparen-
guo Régimen. En efecto, superada la radi- temente pudiera sorprender en tiempos
cal y grosera especialización estamental en- inestables y postmodernos, está perfecta-
tre guerreros (bellatores) y clérigos (oratores), mente arraigada en el mundo de la educa-
entre la espada y la pluma, los renacidos ción y la cultura. El discurso pedagógico
prototipos de hônnete homme, gentleman, o progresista respira, a poco que se abran
caballero, apelan todos ellos, bajo distintas sus poros, por ahí:
denominaciones y variedades nacionales
de hombre (que no de mujeres), a una de- “La perspectiva de hacer de la educación, de la prácti-
terminada relación con el conocimiento, ca de la enseñanza, del currículum y de la institución es-
que podría ser comprendida y compendia- colar un programa favorable a la subjetivación, donde cada
cual pueda ser él mismo, expresarse con libertad y autono-
da como posesión (de bienes espirituales e mía todo él, nutriéndose de la cultura y comprometido con
intangibles de incalculable valor), como causas sociales emancipadoras de todos los demás sujetos,
distancia (respecto a los demás, ya que el constituye toda la parte del programa moderno que queda
sujeto moderno se forja en la soledad de la por alumbrar” (Gimeno, 1998, 211).

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

Quede este fragmento como muestra de cuerpo. Educarlo era, pues, aceptarlo; reco-
ese pertinaz idealismo (kantismo) cultural nocer que en él reside toda posibilidad de
y pedagógico. O sea, la promesa de la Ilus- sentido en la vida y toda esperanza de ha-
tración está por cumplir. El inmenso valor cer una cultura que no sea ya una cultura
nutricio de la cultura, al parecer, es por sí de logos, sino de cuerpos”. De ahí sus pala-
mismo performativo de la emancipación. bras: ‹‹Feliz tú que huyes, a velas desplega-
Así, a más cultura, más emancipación. Ni das, de toda clase de cultura›› (Lledó, 1999,
falta que hace, dado su intrínseca bondad, 144). La negación radical del filósofo grie-
poner adjetivo alguno al término “cultura”; go, que nada tenía que ver con el irraciona-
es como un pasto fresco y siempre alimen- lismo ni con un hedonismo desprovisto de
ticio para todos los elegidos que de él quie- valores, podría ser ejemplo de crítica de la
ran gozar. En una palabra, la cultura, cual- cultura y de invitación a una nueva educa-
quiera que ella sea, nos hace benéficos y, ción del deseo. Sus palabras nos ayudan a
como también suele pensarse con notable ponernos en posición de “escucha”, a ima-
pereza mental, cualquier lectura nos hace ginar una contracultura de raíz materialista
sabios12. Ésta es la recurrente faz discursiva más allá de los subterfugios de las ideolo-
de lo que Lerena (1983), haciendo uso de gías dominantes.
Hegel, daba en llamar “las clases de la cul- Ciertamente, el entendimiento de la cul-
tura”, es decir, el batallón cada vez más re- tura como razón universal realizada y co-
crecido de sectores de la pequeña burgue- mo producto de un sujeto racional y tras-
sía o clases medias (los especialistas en el cendental incontaminado oculta celosa-
campo simbólico) encargados de propor- mente la idea de que, como no se cansaba
cionar el arsenal de actitudes y argumentos de repetir Foucault, toda verdad tiene su
justificativos de la inherente nobleza de la historia y que, por ello mismo, todo conoci-
cultura y sus obras, de la platónica conside- miento se inserta en conexiones extralógi-
ración de los lazos de necesidad que unen cas, socio-lógicas, donde aflora cómo la
el saber, la belleza y la virtud. Y esta obra producción, apropiación y distribución del
histórica de espiritualización de la cultura, mismo se inscribe en relaciones de poder
como emanación luminosa de la divinidad, (de clase, de género y otras) no siempre vi-
se acompaña de una progresiva descorpo- sibles, no siempre inmediatamente legibles.
reización del acto de pensar, convirtiendo La compleja legibilidad de tales relacio-
el camino de la verdad a través del conoci- nes nos conduce, como sin quererlo, hacia
miento en una dolorosa ascética, en una el que dimos en considerar segundo postu-
pavorosa negación del placer, merced a la lado heurístico nietzscheano de nuestra so-
cual, el alma separada del cuerpo, alcanza mera indagación de la cultura: la sospecha.
un bien supremo desprovisto de vida. Este Para decirlo al modo poético, pues este gé-
camino de perfección, acentuado por tintes nero nos conviene, en el fondo y en la for-
religiosos pero perfectamente compatibles ma, al razonamiento crítico en el que nos
con el pensamiento laico ilustrado, contie- situamos, iremos al soberbio poema hispa-
ne la promesa de la negación del deseo me- nomusulmán del siglo XI, El collar de la pa-
diante la razón. Frente a ello, ya en su tiem- loma, donde se declara la necesidad de to-
po, Epicuro reclamaba (y hoy nosotros con mar “la sospecha como certidumbre y la
él) un orden de pensamiento fundado en certidumbre como sospecha”. Valga, pues,
“una teoría del más acá, cuyo centro fuera el como lema.

12 Ya en su tiempo A. Schopenhauer en Paralipomena (véase El arte de insultar, Edaf, Madrid, 2000, pp. 62 y
172), distinguía entre tres clases de autores: los que escriben sin pensar (como de memoria); los que
piensan mientras escriben, y los que ya han pensado antes de ponerse a escribir. Estos últimos son los
más infrecuentes y los primeros los más numerosos. Éstos pertenecen al género de los “hacelibros” ‹‹que
toman el contenido directamente de otros libros; de éstos pasa a los dedos, sin haber pagado derechos
de aduana ni haber sido sometido a un registro en la cabeza, y, menos aún, sin haber experimentado re-
elaboración de ninguna clase››”

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

Y para dar razón de este dialéctico em- vida social de su tiempo, lo real se presenta
parejamiento entre certidumbre y sospecha oscurecido por las relaciones de explota-
nos viene que ni pintado traer al recuerdo, ción económica, por las determinaciones
por más que sea de forma breve y como de de poder y por los mecanismos de autorre-
pasada, a ilustres predecesores del pensa- presión del sujeto. Las razones que mue-
miento que piensa contracorriente. Se trata, ven la realidad son otras muy distintas que
como no podía ser menos, de los tres auto- las razones con las que se justifica la exis-
res a los que reiteradamente se remonta la tencia de la vida social. Así, el pensamien-
crítica de la cultura en la era del capitalis- to crítico invierte el dictum hegeliano y afir-
mo, los llamados maestros de la sospecha: ma: lo real no es racional. Las raíces del
Marx, Nietzsche y Freud. Por más que la pensamiento crítico actual se remontan,
invocación a la muerte del sujeto y del au- pues, a esta trinidad de hombres (su condi-
tor sean temáticas recurrentes en nuestro ción de género no es ajena, como se puede
tiempos, lo cierto es que esos tres nombres suponer, a su acentuado androcentrismo),
y sus obras gozan de una excelente salud y que supieron enjuiciar aceradamente la so-
una merecida fama, pese a rondar o supe- ciedad de su tiempo, embrión y promesa
rar los cien años de vida. Su trabajo ha sido de la nuestra13.
como el referente obligado, bien para ser El malestar en la cultura, texto escrito en
negado, bien para ser reafirmado. En cierto 1930, todavía guarda hoy en su seno una
modo, la historia intelectual del siglo XX se alegoría firme y brillantemente ilustrativa
ha hecho a favor o en contra de la tríada de de los mecanismos psíquicos ocultos gene-
pensadores de la sospecha. radores de la cultura, mediante la negación
La razón de tan larga pervivencia, la del sí mismo, la introyección del sacrificio
causa de la vigencia de algunas de sus y, en suma, el coste que el individuo debe
ideas, más allá de los que acrítica e idolá- soportar, la factura que necesariamente pa-
tricamente reclaman su genio irrepetible, sa a sus deseos la necesidad de incorporar-
estriba en que los tres supieron poner la se a la vida social. Parte Freud de la consi-
cultura en su sitio. Es decir, supieron ver deración de un hilo conductor de la acción
detrás de los valores dominantes y correr humana: evitar el dolor y buscar el placer.
la cortina que deja al descubierto el patio En cierto modo, ese sujeto, transmutado en
trasero, nada agradable, de la vida social. optimizador de sensaciones placenteras, es
Marx percibió tras el discurso científico po- la versión psicoanalítica del homo oeconomi-
sitivista la ideología burguesa y las liberta- cus de la economía política burguesa. Pero
des de Estado liberal la explotación capita- siendo tal configuración de la naturaleza
lista de las clases trabajadoras; Nietzsche del sujeto más que discutible, aún así resul-
supo impugnar la moral miserable y culti- ta intelectualmente estimulante acercarse a
filistea de su tiempo como una plasmación los mecanismos psíquicos donde se forja la
histórica de las relaciones de poder; Freud cultura. Así el sujeto deseante se manifiesta
alcanzó a vislumbrar un regulador oculto como un celoso guardián de sí mismo (“co-
de la conducta (el inconsciente) y a encon- mo una guarnición militar en una ciudad
trar tras la cultura establecida los mecanis- conquistada”), dispuesto en cualquier mo-
mos de represión instintiva del individuo. mento a poner en funcionamiento el auto-
En todos, por distintos motivos y desde castigo producto del sentimiento de culpa:
muy variadas actitudes personales ante la “el precio pagado por el progreso de la cul-

13 Por nuestra parte, se recomendaría leer o releer tres obras breves pero enjundiosas y claves en el pensa-
miento contemporáneo, a las que regresamos, con provecho y renovadas energías, más de una vez: El
Manifiesto del partido comunista, de C. Marx y F. Engels; La genealogía de la moral, de F. Nietzsche, y El ma-
lestar en la cultura, de S. Freud. Son lecturas de base, de cimientos que forjan un fondo común sólido.
Ninguna de ellas habla de la escuela y sólo lejanamente de la educación, pero sí de los mecanismos que
explican ese malestar cultural sobre el que se alza la mirada disconforme de todo pensamiento crítico.

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

tura reside en la pérdida de la felicidad por hubiera que elegir una de sus obras, acudi-
el aumento del sentimiento de culpabili- ríamos a Dialéctica de la Ilustración, libro ex-
dad” (Freud, 1973, 75). Esto es lo realmente traño donde los haya, inquietante y bellísi-
interesante en el modelo freudiano de mo, casi musical (sin la música la vida sería
aproximación a la evolución cultural, por- un error, afirmaba Nietzsche, el más corro-
que además el sentimiento de culpa engen- sivo de los pensadores de la sospecha), in-
drado por la cultura no se acaba de percibir terpretado a cuatro manos por M. Horkhei-
como tal, permanece inconsciente, es como mer y Th. W. Adorno en medio del fragor
un vago descontento, un impreciso “males- de la segunda guerra mundial. Allí, bajo la
tar”, que se suele atribuir a otras motiva- mirada implacable de la razón histórico-
ciones (Freud, 1973, 77). Para el maestro de crítica, se ataca el “infortunio triunfal” de
Viena podría ocurrir un día, cosa que él es- la razón moderna. Allí “la historia de la ci-
taba lejos de desear, que tal sentimiento se vilización es la historia de la introyección
vuelva insufrible y se ponga en peligro el del sacrificio”, la historia de la negación del
conjunto de la vida social. Para evitarlo es- deseo y la renuncia a la dimensión dionisí-
taba la cura psicoanalítica. Muy lejos que- aca del ser humano. En la idea de cómo la
daban, más en el tiempo ideológico que en razón moderna se convierte en instrumento
el tiempo real, la crítica radical al senti- de dominación se condensa todo el primer
miento de culpa en Nietzsche o las apela- fundamento crítico de la educación escolar
ciones revolucionarias de Marx. en la era del capitalismo. La crítica dialécti-
Pero el desafío de bajar a los sótanos de ca de la escuela como institución versa a
la conciencia para apreciar la mentira de la propósito de cómo una promesa de libera-
cultura, pese a unos y otros quedó en pie. ción devino en su contrario, en instrumen-
Es el trabajo que retomó y tocó hacer a la to disciplinario de sometimiento. De ahí
Escuela de Frankfurt. En cierto modo, atra- que nuestra desconfianza respecto a las
vesar el río de la crítica necesariamente bondades de la escolarización se acoja a es-
obliga mojarse las espaldas con el agua que ta tradición impugnadora de la saga heroi-
fluye de la Escuela de Frankfurt. La aproxi- ca del progreso, y que reivindica, en cam-
mación de T. W. Adorno a la teoría de bio, la imagen frankfurtiana del terrible sa-
Freud representa el intento más brillante y crificio que se repite en cada infancia hasta
pionero de casar psicología con sociología, el logro de una identidad que niega el de-
de dar un tinte sociológico a las tesis freu- seo y ahonda en los valores meramente ins-
dianas, que, como bien dice uno de sus bió- trumentales y represivos de la cultura y el
grafos más excelentes, aprovecha el psicoa- saber.
nálisis como arma afilada de exploración En la Escuela de Frankfurt ya se exhibe
de la realidad y como epistemología despo- la paradoja de las paradojas inherente a to-
jándola de su lado terapéutico” (Müller- da crítica de la modernidad: cómo poner
Doohm, 2003, 158)14. bajo sospecha la razón desde la razón, có-
En efecto, quizás sean los pensadores mo traspasar los valores dominantes desde
de la Escuela de Frankfurt (a pesar de sus un lugar valorativo nuevo o un no lugar
innegables diferencias) quienes en el trans- amoral. Este peligroso filo de la navaja es
curso del siglo XX mejor recojan y traten de en el que se instala la reflexión teórica de
fundir esa triple herencia de la sospecha M. Foucault, quien recoge el desafío nietzs-
dentro de una nueva sistemática de crítica cheano de trasvalorar todos los valores me-
de la cultura en la sociedad de masas. Si diante el empleo de la genealogía como

14 Recomendamos la excelente reseña de la obra de Adorno a cargo de J. Gurpegui (2004) publicada en


nuestra revista; con la monumental biografía de Müller-Doohm (2003) el ágil ensayo de M. Tafalla
(2003) forman un tríptico de lecturas y guías para encontrarse con el pensador alemán, del que por cier-
to la editorial Akal está sacando su producción intelectual en formato de bolsillo.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

método de crítica del conocimiento. De mo- 2003, 23) ha derivado en una proteica des-
do que el pensador francés sitúa la verdad centración del sujeto de conocimiento en
en el campo de fuerzas (saberes-poderes) virtud de la cual la antigua transparencia
que históricamente formulan enunciados y cristalina de lo real contemplada por la ra-
proposiciones con pretensión de validez. zón ha devenido en las mil figuras, como
Toda verdad, como la razón misma, tiene en un laberinto de espejos deformantes, de
su historia (interna y externa) y la forma de un acontecer virtual y carente de significa-
acceder a aquélla (a la verdad) es pasando do más allá de la rotación innúmera de sig-
por ésta (la historia). En Vigilar y castigar, nos y textos dentro de la sociedad del es-
texto inesquivable para comprender la gé- pectáculo.
nesis de la escuela capitalista, se dice que Pero, frente a ello, es posible mantener
‹‹las Luces que han encubierto las liberta- otra crítica de la cultura que no recaiga en el
des han inventado también las disciplinas›› culturalismo y en la absolutización de lo re-
(Foucault, 1984, 225). Esta oscura historia lativo. Es factible impugnar el sistema de
de la otra cara (la disciplinaria) de las confi- producción, distribución y apropiación del
guraciones jurídicas demoliberales consti- conocimiento (y las propias falacias de la fa-
tuye afán y objeto de todo pensamiento crí- lazmente llamada “sociedad del conoci-
tico15. miento”). Para ello se precisa entender la
En una palabra, las representaciones cultura no como una verdad cosificada (tal
más genuinamente críticas de las que so- como hace la razón moderna) ni como un
mos herederos han realizado un efecto de permanente flujo de discursos carentes de
demolición sobre el viejo edificio de la cul- sentido (tal como hace la razón postmoder-
tura. En cierto modo, en la actualidad el na); es aconsejable, siguiendo la huella de
llamado postestructuralismo (que se enraí- Benjamin y Adorno concebir las cultura co-
za en determinadas lecturas de Foucault y mo campo de fuerzas, como constelación, co-
otros autores) viene a ser la versión prolife- mo espacio dialéctico compuesto de ele-
rante de un acentuado relativismo cultural, mentos cambiantes, que no siguen un desti-
que, no obstante, reclama un nuevo espiri- no preconcebido y que carecen de esencia
tualismo culturalista, una renovada omni- pero no de sentido social o dirección políti-
potencia del discurso, un nuevo idealismo ca16. El término sugiere un espacio de prác-
con el que lamerse las heridas que deja el ticas de saber y poder, que se interrelacio-
abandono del análisis político de la reali- nan sin un guión previo que desarrollar,
dad. De modo que la crítica a la perspecti- que, por tanto se construyen en la vida so-
va epistemológica cartesiana (el sujeto, ojo cial. Esa concepción dinámica, dialéctica y
monocular que observa la realidad desde conflictiva de la cultura es la que se vincula
la cúspide de una pirámide, proyectando al concepto de hegemonía de Gramsci y la
una mirada trascendental y universal (Jay, que ha intentado practicar con singular

15 Foucault es, pues, una cita inevitable, por más que contradictoria, en el alimento de la llama crítica que
persiste débilmente en nuestro tiempo. Algunas de las aporías foucaultianas fueron puestas de relieve
por el epígono más famoso de la Escuela de Frankfurt, excelente cazador de paradojas ajenas. Me refiero
al texto de J. Habermas (1989), El discurso filosófico de la modernidad, donde se contiene otra fórmula de
crítica de la razón desde la razón (crítica de la filosofía del sujeto y defensa de una nueva racionalidad
basada en la acción comunicativa). Este estilo de pensar ha tenido mucho eco en las pedagogías que se
dicen críticas. No obstante, el fiscal perseguidor de las paradojas ajenas no deja de quedar aprisionado
en las propias cuando reivindica una nueva modernidad recuperada a partir de una racionalidad comu-
nicativa libre de dominio.
16 Es la denominación del sugerente libro de M. Jay (2003, 13), Campos de fuerza…. Aunque no acabamos de
alcanzar a ver por qué evita el concepto de “campo” de Bourdieu, que para nosotros es perfectamente
compatible y complementario con el de campo de fuerzas. Véase, por ejemplo, P. Bourdieu (2003), El ofi-
cio de científico….

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

acierto E. Said17 y en general la tradición de control social que se ejercen en un momen-


estudios culturales. En ella misma se inscri- to dado.
be la aportación de R. Williams al conside- Y es que el conocimiento escolar no es
rar a las formaciones culturales como tradi- una realidad dada, es siempre el resultado
ciones sociales encarnadas en “estructuras de la pugna que acontece necesariamente
de sentimiento”, es decir, en objetivaciones en el campo de la cultura18. Aunque en la
(estructuras) encarnadas en la subjetividad interacción social, en la vida cotidiana, el
(sentimiento). De modo que tal aproxima- conocimiento se nos presenta como algo
ción rompe con la vieja problemática mar- natural, se olvida su origen, hasta tal punto
xista de la determinación económica del que la crítica consiste precisamente en des-
mundo de las superestructuras y nos pre- tejer la trama naturalizadora, en “revelar el
senta a la cultura como algo más que un proceso de naturalización” (Da Silva, 2001,
mero reflejo del mundo material, porque es 67). Ello implica pensar históricamente, y
la cultura constitutiva de la realidad misma; éste es postulado, contenido y método de
no es algo que esté “ahí” a disposición. Co- una didáctica crítica, porque hacer verdad
nocer es interpretar la realidad y, en cierto la idea de E. Morin del fin de la tarea edu-
modo, construirla. La cultura se realiza en cativa como “un conocimiento capaz de cri-
un juego siempre “productivo” (porque re- ticar al propio conocimiento”, requiere de
produce la vida social) en una interacción la mirada histórica y el oficio de la perspec-
de estructuras y de experiencias vitales. tiva genealógica. Ahora bien, esa mirada
Pero además la cultura nos interesa por- no tiene que hacer incompatible, como pa-
que siempre nos remite al aprendizaje y es recía sugerir P. Vilar (1988, 74) la “crítica de
condición propia de la cultura la transmi- la razón histórica” practicada por la Escue-
sión de conocimientos de generación en ge- la de Frankfurt con una “crítica histórica de
neración. Esto supone que una educación la razón”19. Ambas críticas se necesitan le-
crítica y los usos didácticos de tal estirpe jos de excluirse, de suerte que la didáctica
signifiquen la crítica tanto de lo que se que preconizamos es histórica y crítico-ge-
transmite como de la forma de transmisión. nealógica, porque establece que el desarro-
Ello implica, como premisa, pronunciarse llo de las sociedades humanas no está suje-
sobre qué tipo de conocimiento y por qué to a un plan preconcebido por la astucia de
es legítimo. En el campo de fuerzas de la la razón; y precisamente esa negación re-
cultura el conocimiento convertido en cu- sulta sólo explicable realizando una crítica
rrículo es, como dice Bernstein (1988, 77), histórica de la razón. O lo que es lo mismo:
una batalla moral que explica tanto la dis- la actualidad no es una necesidad racional
tribución del poder como las formas de incontenible e incontestable, pese a las ra-

17
La obra de E. Said implica un fructífero cruce de caminos entre la historia social, los estudios culturales
y la tradición discursiva de M. Foucault. Su aportación a la mirada histórica puede verse de forma muy
sencilla en S. Walia (2004).
18
Una parte muy significativa del pensamiento que circula por Fedicaria se ha inspirado o ha tenido mu-
cho que ver con lo que llamamos historia social del currículo. Quizás esta manera sociogenética de mirar
el conocimiento escolar, unida a la sociología crítica de la educación, constituyen el zócalo intelectual
más sólido del Proyecto Nebraska. Véase Cuesta y otros (2005). La relación entre historia del currículo y
didáctica crítica también es muy visible en el fedicariano grupo Asklepios (Luis-Romero, 2004). Por lo
demás, citaremos dos obras-clave de historia del currículum: Goodson (2005) y Chervel (1991). Para un
resumen muy útil de esa corriente historiográfica, véase Viñao (2005b). Para una aplicación sistemática
de esos supuestos, consultar Cuesta (1997 y 1998). De la Geografía se ha encargado otro fedicariano
(Luis, 2004).
19 “Obsesionados [la Escuela de Frankfurt] por el deseo de oponer al historicismo hegeliano una crítica de
la razón histórica. Nos permitimos atribuir al historiador una tarea más positiva: edificar una crítica histó-
rica de la razón, actualizando en cada episodio del desarrollo humano el papel de la razón y las sinrazo-
nes” (Pensar históricamente, Fundación C. Sánchez Albornoz, Ávila, 1988, p. 74 (57-83).

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

zones que pretenden justificarla. El pensar conciencia de los vivos, en suma, como una
históricamente lleva a una didáctica que suerte de contramemoria o contrahistoria
problematiza el presente como contingente, que convierte el socioanálisis del presente
como no necesario. Ese es el lugar que atri- en una tarea de anamnesis20. Esa historia es
buimos en todo ello a la historia: método y la que figura como estrategia de pensamien-
contenido de la didáctica crítica. to y procedimiento metodológico de acceso
a la didáctica crítica al tiempo que como
contenido central de ella misma.
Historia: la genealogía y la crítica Como se dijo poco más arriba la crítica
como fundamento de la didáctica de la razón histórica (la que convierte en ra-
cional todo lo realmente existente sepultan-
Naturalmente, no hablamos de cual- do en el olvido lo que quedó desdeñado en
quier clase de historia. En poco o nada coin- su márgenes) pide y requiere una crítica
cide nuestra mirada genealógica con la aca- histórica de la razón (de los discursos e ins-
demicista y complaciente petrificación del tituciones específicos que otorgaron el
pasado como depósito monumental, recrea- triunfo a los vencedores). En resumidas
tivo y fetichista de gestas gloriosas de los cuentas, el horizonte crítico al que nos refe-
estados nacionales u otros poderes indivi- rimos está atravesado por la impugnación
duales o colectivos. Por el contrario, lo his- de la idea de progreso que sacraliza el pre-
tórico se concibe como aquella especulación sente como el producto más perfecto del
que señala una clase especial de vínculo en- pasado, y por la deslegitimación de los dis-
tre presente y pasado, como aquella pers- cursos, prácticas e instituciones en los que a
pectiva que, siguiendo la filosofía de la his- lo largo del tiempo se ha sustentado esa
toria de W. Benjamin o T. W. Adorno, une idea. Así pues, “pensar históricamente”,
al ayer y al hoy a un destino trágico en tan- equivale a poner en cuestión el espacio so-
to que son materializaciones del fracaso de cial e institucional, el conocimiento y el
las esperanzas y posibilidades frustradas en mismo presente desde donde se realiza y se
el curso de la vida humana (Tafalla, 2003). piensa la actividad didáctica. Lo que equi-
La historia como contramemoria, como mé- vale a suponer que “la historia de la ense-
todo de ajustar cuentas con el pasado desde ñanza [...] es la primera de las propedéuti-
el presente, como manera de librarnos del cas para una cultura pedagógica” (Durk-
pesado fardo del pretérito que pesa sobre la heim, 1996, 89)21. Y es que, en realidad, “lo

20 El método genealógico es una forma de pensar históricamente la realidad, y en la versión foucaultiana


se emparenta con el proyecto de transvaloración de todos los valores de Nietzsche (véase, por ejemplo,
su contundente Genealogía de la moral). Se trataría, en cierto modo, de hacer la historia del presente, como
desarrolla excelentemente Robert Castel (2001). Entre los muchos textos de M. Foucault que tocan este
asunto, hacemos mención a su brillantísimo trabajo acerca de “La verdad y las formas jurídicas”, una de
cuyas versiones en castellano se encuentra en M. Foucault: Obras esenciales. Estrategias de poder, vol. II,
Paidós, Barcelona, 1999, p. 170. Ni que decir tiene que su ‹‹Nietzsche, la genealogía, la historia››, en M.
Foucault 1991) representa la más concisa y certera definición del método genealógico. Y, en términos
más generales, se debe acudir al ya amplio catálogo de títulos de editorial La Piqueta en su colección La
genealogía del poder, dirigida por Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría, afortunados prologuistas e intro-
ductores de textos clave sobre este tema. Recientemente ambos han dado a la imprenta una obra de sín-
tesis de sus posiciones históricos-sociológicas en Sociología, democracia y capitalismo (Madrid: Morata,
2005), en la que se atisba un cierto reblandecimiento de sus tesis más tempranas. Por nuestra parte, R.
Cuesta (2000) hizo en su día, al hilo de la lectura de Nietzsche, un pequeño ensayo sobre las relaciones
entre genealogía y didáctica crítica.
21 Esta idea está presente en la magnífica obra de E. Dukheim (1996), Educación y sociología…, Aspecto en el
que también han insistido, entre otros, dentro de Fedicaria, los miembros del Proyecto Nebraska y los
del grupo Asklepios, y especialmente A. Luis (2004). También parece que los historiadores más brillan-
tes de la educación, como Viñao (2005b), están reclamando esa mirada crítico- genealógica.

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

social es, de principio a fin, historia. La his- be como un triunfo de la razón histórica
toria está inscrita en las instituciones así co- (del progreso humano) y ello se argumenta
mo en los cuerpos” (Bourdieu, 2000 b). con razonamientos históricos, económicos
Así pues, también hemos de pensar his- y sociopolíticos de distinto calado. Estos ar-
tóricamente la escuela de la era del capita- gumentos, unificados bajo el manto protec-
lismo, los códigos disciplinares que en ella tor del dogma de la continuidad histórica
se alojan en forma de materias de enseñan- (Citron, 1982), podrían agruparse en dos
za, y la actualidad en tanto que problema categorías ideológicas: el economicismo y
de nuestro presente. En suma, ello lleva a el ideal-progresismo.
ejercer una previa tarea de clarificación crí- El paradigma economicista de la histo-
tica, a realizar una crítica de las condicio- ria de la razón historiográfica se nutre de
nes y contenidos de la didáctica real y la las diversas teorías de la modernización
soñada dentro de la escuela del capitalis- tan caras a los economistas de la educación.
mo. Por lo tanto, el género de historia que Este paradigma, verdadera doxa académica
propugnamos, como método y contenido, de los intelectuales que ocupan el campo
conlleva un triple análisis sociogenético: de de la educación, se ha convertido también
la escuela, del conocimiento y de la actuali- en la razón económica de las ideologías
dad. Poco, pues, tiene que ver esa historia prácticas y de sentido común, que repre-
con un saber asignaturizado y encorsetado, sentan la educación como un capital perso-
dado que “ningún conocimiento es rele- nal y social, una inversión rentable y un
vante en sí, y menos porque así lo reputen medio de ascenso social, de igualdad de
las burocracias que hacen los planes de es- oportunidades y de otros supuestos benefi-
tudio” (Sotelo, 2005). cios de una felicidad social e individual sin
cuento. Así, aplicando este molde retros-
pectivamente, los especialistas en el campo
Genealogía de la escuela de la educación más comprometidos en di-
fundir las teorías economicistas de la mo-
Decía Nietzsche en Aurora que “todas dernización y de capital humano están
las cosas que duran largo tiempo se embe- ayudando a edificar un entramado de ver-
ben precisamente de razón hasta el punto dades incompletas, acríticas, y mistificado-
que no se hace creíble que hayan tenido su ras de la escuela del capitalismo y de los
origen en la sinrazón” (Cruz, 2005, 93). Una procesos de escolarización, que se presen-
de esas “cosas” es la escuela. El mito de la tan casi exclusivamente bajo el único signo
continuidad histórica, verdadero sueño de la riqueza, la prosperidad y la felicidad.
monstruoso de la razón historiográfica, se El análisis de la escuela del capitalismo
expresa de muchas y diferentes maneras, y del proceso de escolarización queda así
pero resulta paradigmático cómo se verifi- apresado bajo la racionalidad de un discur-
ca en la historia de la escuela capitalista, es- so historiográfico quimérico, que ha puesto
cenario principal de la enseñanza escolari- a la razón economicista y su correspondien-
zada. En efecto, la institución escolar puede te encarnación en el homo oeconomicus al ser-
ser estudiada (habitualmente así se hace) vicio de un discurso evolucionista cargado
como realización de un trayecto histórico de retórica teleológica grandilocuente. Allí
en el que han ido madurando las ideas y se encuentra, al final del camino de la mo-
prácticas pedagógicas hasta alcanzar la dernización, fruto de la acumulación de
perfección gracias, entre otras razones, al elecciones racionales de individuos compi-
desarrollo de un Estado democrático que tiendo en el mercado, una escuela y una
finalmente ha conseguido una distribución educación que colaboran al triunfo de la fe-
masiva de los bienes culturales de la comu- licidad individual y colectiva.
nidad. De este modo la escolarización de El otro paradigma podríamos calificarlo
masas de hoy, el derecho a la educación pa- de ideal-progresista. Esta segunda cara,
ra todos, como valor y sobreentendido ciertamente, del discurso feliz sobre la es-
transcultural de nuestro tiempo, se descri- colarización está fabricada merced a un

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

conjunto de supuestos ilusorios acerca de la escuela de la era del capitalismo no se limi-


entidad y funciones de la escuela y el Esta- tan a transmitir conocimientos y a formar la
do en la era del capitalismo. Esta otra ilu- dotación de la mano de obra productiva-
sión comparte con la primera los sobreen- mente utilizable; por el contrario, las finali-
tendidos del pensamiento teleológico y re- dades de la educación se componen de un
presenta en la actualidad una copiosa fuen- amplio abanico de utilidades de inculca-
te de abastecimiento de la doxa progresista. ción, reproducción y legitimación de las es-
Ésta y los razonamientos políticos e histo- tructuras clasistas y de las formas de poder
riográficos envolventes comparten tres no- dominantes. Diríase que la complejidad del
tas de carácter general, a saber: la compla- fenómeno escolar no puede ser desentraña-
ciente aceptación de la idea de progreso, la da fijándonos en las apariencias de lo que
consideración de la escuela como un espa- ocurre y sí, en cambio, ensayando el uso de
cio vacío distinto de la sociedad y la con- imágenes dialécticas, como las empleadas
cepción cosificada (ahistórica y naturaliza- en algunas excelentes obras (por ejemplo,
da) del Estado como un ente institucional Reprimir y liberar, de C. Lerena, o Entre la
de poder arbitral y neutro. utopía y la burocracia, de E. Terrén) para cap-
El molde discursivo de la continuidad tar la naturaleza profundamente contradic-
histórica inscrito en la idea de progreso, es toria y dicotómica de la escuela de la era
el que sigue dominando en la razón histo- del capitalismo22. En ese delicado espacio
riográfica que gobierna las narrativas sobre intersticial de la ambivalencia funcional y
el pasado, el presente y el futuro de la edu- ambigüedad discursiva es en el que hay
cación. Este optimismo histórico, de vieja que situar los análisis históricos sobre la es-
raigambre, prevalece aún hoy como mito colarización y donde ha de emplazarse to-
movilizador de la ciudadanía democrática. do afán de practicar una didáctica crítica.
Pero, en los países donde reina el capitalis- Esa perspectiva dialéctica es la que nos per-
mo tardío, tras la horrible experiencia del mite entender y no ignorar, como habitual-
siglo XX, la supuesta epopeya heroica ha mente se hace, el alcance de las resistencias
quedado en miserable glorificación del pre- a la escuela del capitalismo y, por ende, el
sente. horizonte de posibilidad de una didáctica
El error estriba en considerar que la es- crítica. Eso nos ayuda a no metamorfosear
cuela sea principalmente, como afirman los el estudio histórico de la escolarización en
defensores del capital humano, fuente de una narrativa historicista, inevitable y le-
riqueza, o, como sostienen los seguidores gendaria sobre lo que nos ha costado llegar
del paradigma idealprogresista, instrumen- al presente.
to neutro para la formación integral de sus
usuarios. La escuela de la modernidad no
es una creación transhistórica; es una reali- Genealogía del conocimiento escolar
dad vinculada a los orígenes y desarrollo
del capitalismo, esto es, de un tipo de socie- El mito de la continuidad histórica y la
dad y de Estado. Es una parte de esa socie- idea de progreso impregna también, como
dad y de ese Estado y, por lo tanto, cumple a toda la cultura, al conocimiento que es
las funciones que le son propias en la re- engendrado en las instituciones escolares,
producción de la vida social y en la distri- el cual queda naturalizado en forma de dis-
bución del poder. Las funciones reales de la ciplinas escolares, eso que Chervel denomi-

22 Nadie mejor que C. Lerena (1976 y 1983) supo desentrañar las claves de esa ambivalencia del sistema de
enseñanza. La huella de su pensamiento está muy presente en los miembros del Proyecto Nebraska y en
sus planteamientos de didáctica crítica, que, sin embargo, no beben sólo ni principalmente de esa fuente.
Uno de nosotros ha ensayado proporcionar una dimensión histórica a alguna de las categorías lerenia-
nas en un trabajo (Cuesta 2005a), que pretende volver a poner en el centro de la profesión docente y de
la sociedad la crítica de la escuela en la era del capitalismo.

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

naba “el precio que la sociedad debe pagar glas de una violencia simbólica, recrean la
a su cultura para poder transmitirla en el figura de esas acuciantes criaturas mons-
marco del colegio o la escuela” (1991, 111). truosas que pueblan todos los sueños de la
La operación genealógica de desentrañar razón. En las acepciones actuales del verbo
las claves y el significado del código disci- disciplinar se resume perfectamente la na-
plinar que se aloja en ese tipo de conoci- turaleza bifronte de la escuela de la moder-
miento es otra de las obligaciones que nidad: “instruir, enseñar a alguien dándole
acompañan y preceden a cualquier pro- lecciones”, o “imponer, hacer guardar la
puesta de didáctica crítica. De donde se in- disciplina”, o “azotar, dar disciplinazos por
fiere que la historia social del currículum fi- mortificación y por castigo” (RAE, 1992).
gura para nosotros como ocupación central En efecto, a poco que nos ocupemos en
de nuestro esfuerzo investigador y como la exploración de las características del co-
saber de apoyo y auxiliar de la didáctica nocimiento escolar comprobaremos que
críticamente fundamentada. junto a la dimensión disciplinaria e imposi-
Por tanto, parece conveniente interro- tiva figura, como inseparable compañera,
garse, con mirada sociogenética acerca de el incontestable desapego de la vida, tal co-
la clase de conocimiento que, dentro de la mo muestran una y otra vez las experien-
esfera cultural de nuestras sociedades, se cias y recuerdos de los aprendices y la
aloja en las aulas, tanto el que se imparte prospección histórica de la literatura del
como el que se oculta. La sociología crítica yo, desde la que llegan los ecos de esas
y la historia social del currículo confluyen “pálida luz de la ciencia” a la que aludía
en la común tarea de explorar los códigos Unamuno en sus recuerdos de mocedad, o
disciplinares que rigen la gestación y re- esa radical negación de la vida que Nietzs-
producción del tipo especial de conoci- che (1932) atribuía al prototipo de cultifilis-
miento que alberga la escuela y que, como teo que formaba la escuela alemana de su
decíamos, se presentan bajo la figura mo- tiempo. Y “es que la escuela es el lugar por
délica de materias de enseñanza. Áquel y excelencia del ejercicio gratuito, y donde se
éstas representan, dentro de los mecanis- adquiere una disposición distante y neutra-
mos civilizadores de la modernidad, autén- lizante respecto al mundo, precisamente la
ticos sueños de la razón, que, a modo de ca- misma que implica la relación burguesa
prichosos aguafuertes goyescos, producen con el arte, el lenguaje y el cuerpo” (Bour-
monstruos, siendo así que la sociogénesis dieu, 2000b, 177-178). Ese distanciamiento
de las disciplinas escolares encierra uno de de lo real, ethos y horizonte de las elites
los más esclarecedores ejemplos de los con- burguesas, tan unido a la cultura “culta”,
tradictorios alcances de la razón moderna y se verifica en el tipo de saber asignaturiza-
de las insuficiencias de la escolarización en do, abstracto, libresco, etc.
la era del capitalismo. En efecto, al contem- Ciertamente, como ha puesto de mani-
plar los usos del conocimiento que residen fiesto la mejor historia del currículum, el co-
en las disciplinas escolares, el rostro racio- nocimiento escolar nada o poco tiene que
nal-emancipador contenido en todo saber ver con una miniaturización del saber cien-
que libera de la ignorancia, muestra, a su tífico de referencia. Las claves y la razón de
vez, su otra cara, la que vanamente se ocul- su ser no obedecen, tal como habitualmen-
ta bajo la ominosa servidumbre de las ruti- te se cree, tanto a pretensiones psicopeda-
nas disciplinarias que regulan su adquisi- gógicas de adaptación a supuestos sujetos
ción. individuales como a las relaciones de sa-
La genealogía de las palabras ya alude a ber-poder y subjetivación que se hacen pre-
esa faz poco grata del saber generado en la sentes en el espacio escolar. La función so-
institución escolar. La etimología de los cial de la escuela del capitalismo (inculcar y
significados asociados al vocablo disciplina legitimar el orden social jerarquizado de
exhibe perfectamente la esencial ambiva- clases, géneros y otras divisiones) compor-
lencia de los saberes-poderes que, al nor- ta una determina distribución del conoci-
malizar a los sujetos, al sujetarlos a las re- miento y un “conocimiento determinado”,

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

es decir, supone poner el conocimiento al sa lógica subyacente opera una necesaria


servicio de su función social implícita. “distanciación de lo real”, de modo que el
De lo que se infiere que las disciplinas conocimiento adquiere la forma de un saber
escolares distan mucho de ser un capricho descontextualizado, poco o nada útil y esca-
premeditado o intencional. Por el contrario, samente placentero.
se trata de entidades complejas y origina- Pero la asignaturización del conoci-
les, cuya esencialidad es sociohistórica, es miento escolar también tiene que ver con
decir, su ser particular materializa el decur- su carácter examinatorio24. Sin esta seña de
so social e histórico de su creación dentro identidad, que ha forjado históricamente,
de los contextos escolares23 . en el curso de los modos de educación de la
Lo que significa que el conocimiento era del capitalismo, el ser de las disciplinas,
académico socialmente disponible sufre difícilmente podremos captar su significa-
una profunda metamorfosis hasta llegar a do. Todo ello convierte a la historia de las
las aulas y mutarse en el abanico de disci- disciplinas escolares en una doble opera-
plinas curriculares; y una vez allí, prosigue ción de codificación y disciplinamiento.
su transformación al punto de que las mate- Precisamente el código disciplinar de las ma-
rias de enseñanza alcanzan a ser, como se- terias de enseñanza representa y contiene
ñala Chervel (1991), y contra lo que es una un conjunto de ideas, discursos y prácticas
creencia muy extendida, creaciones origina- dominantes que rigen la producción y dis-
les y no subproductos, en versión reducida, tribución del conocimiento escolar en la
de una cultura superior. Su originalidad re- educación formal. Se trata de una tradición
side no sólo ni principalmente en sus conte- social selectiva, de una invención cultural
nidos expresos, sino en los mecanismos que construida históricamente.
operan en su elaboración dentro del espacio Por tanto, un pensamiento crítico y una
social de la escuela, que alguien ha compa- didáctica congruente con él requieren una
rado con una trasmutación alquimística revisión de nuestras relaciones con el pasa-
(Popkewitz, 1994). Afortunada analogía do, un nuevo pensar históricamente, que
porque la alquimia, en este caso, equivale a nos permita desarmar la coraza de los códi-
una especie de adaptación del conocimiento gos disciplinares de las materias de ense-
a las leyes explícitas e implícitas, pero siem- ñanza, enfrentarnos, con arte de genealo-
pre sui generis, que rigen la vida cotidiana gista, al conocimiento que, en tanto que te-
de la cultura escolar. Ello explica, por ejem- óricos de la didáctica y (o) profesores de
plo, el que las materias de enseñanza guar- una materia, manejamos diariamente. No
den más de un misterio sobre su propio ser, sólo vale descubrir, gracias al análisis so-
al punto de que se manifiesten, en expre- ciogenético de cada asignatura, que las for-
sión de Bernstein, como “materias imagina- mas disciplinares plasman indeseables sue-
rias”, muy alejadas de las características po- ños de la razón moderna, sino que hay que
seídas en su originario lugar social de pro- proponer, a partir de las ruinas de su legiti-
ducción, porque cualquier conocimiento su- midad, senderos por donde dar curso al
fre una esencial transformación al entrar en deseo de otra escuela y otra enseñanza.
contacto con el medio escolar. Una podero- Ello lleva a unir, gracias a la historia, la ge-

23 Es lo que dentro de Nebraska ha estudiado R. Cuesta (1997 y 1998), o más recientemente J. Mateos (2001
y 2002) y J. Merchán (2002 y 2005), asuntos que han sido motivo de los seminarios de Fedicaria, en for-
ma de atención a los códigos disciplinares del conocimiento escolar (en Fedicaria de Salamanca) o más
recientemente a las prácticas escolares (en los seminarios de Zaragoza y Sevilla). Como muestra, véase J.
Mainer (2004), y también en nuestra página web se pueden encontrar interesantes antologías de textos y
documentos sobre éste y otros temas. Para el caso de la historia de la Geografía, véase A. Luis (2004)
24 La dimensión examinatoria del conocimiento escolar es parte inseparable del código disciplinar de las
materias de enseñanza. Este aspecto ha sido estudiado con singular acierto por J. Mainer (2002) y J. Mer-
chán (2001 y 2005). En su día Viñao (2001) expuso ideas muy sugerentes.

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

nealogía y la crítica. Y ambas no son nada al y deliberadamente jerárquicos y segrega-


fuera de un ejercicio atento y continuado dores. Frente al esquema calculado de dis-
de una reflexión dialéctica negativa que tancia que impone el currículum colección,
ocasiona una insoslayable problematiza- centrado en la fragmentación y miniaturi-
ción del presente. zación del saber es preciso reivindicar un
enseñanza de las ciencias sociales atenta a
los asuntos que impiden a los seres huma-
Pensar históricamente la actualidad: el nos gozar de una vida mejor.
presente como problema Para ello se requiere, como se ha ensa-
yado reiteradamente en los grupos fedica-
La problematización del presente, en rianos, establecer nuevos criterios de selec-
realidad, aparece como postulado central y ción, organización y secuencia de los conte-
como contenido sustancial de una didáctica nidos escolares, poniendo el énfasis en la
crítico-genealógica. Con este nombre, a relevancia social de los temas de estudio.
partir de ahora, denominaremos a la didác- Por más que podamos discutir qué son y
tica crítica, que para nosotros, por defini- cómo podemos seleccionar los problemas
ción, es actividad al mismo tiempo crítica y relevantes de nuestro presente25, lo cierto
genealógica. es que la orientación hacia el estudio de
Admitir los atributos de crítica y genea- problemas actuales y la organización del
lógica como propios de una didáctica de currículo de ciencias sociales en esa misma
las ciencias sociales supone, en primer tér- dirección no constituye, desde luego, una
mino, quebrar el primado de las disciplinas garantía de didáctica crítica, pero sí es una
académicas en beneficio de la relevancia proposición de partida más coherente con
social de los asuntos elegidos como objetos ese tipo de dialéctica negativa de la que nos
de aprendizaje. De modo que se propugna reclamamos herederos26. Por añadidura, la
la ruptura con la fosilizada herencia del có- organización y secuencia de contenidos de
digo disciplinar construido en el modo de enseñanza en un iter presente-pasado-pre-
educación tradicional elitista y reinventado sente-futuro, que enlaza con tradiciones
en la educación de masas. En suma, una di- pedagógicas enfrentadas al clásico diseño
dáctica genealógica requiere una interven- historicista, evolucionista, occidentalizante
ción comprometida y consciente frente a y pacatamente cronológico del código dis-
las fuerzas dominantes que gobiernan las ciplinar fundado en el modo de educación
regulaciones curriculares que embuten el tradicional elitista del siglo XIX.
conocimiento en moldes culturales y disci- En fin, la perspectiva genealógica resul-
plinares academicistas ajenos al mundo re- ta ser “interesada, crítica e intempestiva”;

25 Asunto de reiterada y no concorde meditación en el seno de Fedicaria. Desde el número 1 de nuestra re-
vista Con-Ciencia Social se pueden rastrear disentimientos profundos. La cuestión que divide más es si
los problemas sociales deben referirse a cuestiones de una preocupación inmediata y formulación con-
creta (por ejemplo, la búsqueda de vivienda hoy) o si, por el contrario, han de ocuparse de temas de más
amplio contenido (por ejemplo, la desigualdad económica). Más recientemente, desde Asklepios (Martín
2003) se ha intentado volver a traer a colación el debate.
26 No siempre se ha reconocido la labor pionera de A. Luis en estos planteamientos que ahora parecen te-
ner alguna aceptación entre cierta minoría de los didactas. Su mérito además estribó en la capacidad de
dirigir una serie de tesis doctorales asklepianas que abordaron las potencialidades de la didáctica basa-
da en problemas sociales relevantes. Por su parte, J. Romero, ahora se está encargando de exhumar cier-
ta tradición crítica en el mundo anglosajón, que esperamos conocer cuando se haga público su trabajo.
Una parte de esa tradición ya se mencionaba en Cuesta (1999); Luis (2000), y también en E. Gómez
(1997). Por otro lado, en J.A. Beane (2005) el lector o lectora interesados pueden seguir los pasos de las
tendencias no disciplinares del currículo en EE. UU. Por su parte, el grupo IRES, aunque con matices di-
ferentes, ya en 1991 planteaba los “problemas socioambientales” como elementos estructurantes de sus
unidades didácticas. Para esto último, véase García Pérez (2001) y García Pérez y Porlán (2000).

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

esta “historia efectiva”, que da primacía al caultianos, “una ontología de nosotros mis-
presente (pero que no confunde el presente mos”. Es decir, una historia que interpela a
con lo contemporáneo) es, al decir de Fou- los propios procesos de subjetivación, en-
cault (1991), un saber que “toma partido”, tendiendo el presente como el laboratorio
que indaga sobre la contingencia del pre- donde toma cuerpo (y en él se inscribe) la
sente y que defiende un “sentido históri- dimensión formativa (inter e intraconstitu-
co”. No se sustenta en la reconstrucción de yente) del sujeto a través del conocimiento.
la memoria evolutiva del pasado (tal como Ello remite de nuevo al comienzo y al título
hace la “historia continuista” que siempre de este artículo: la dialéctica entre necesi-
atiende al pasado como prefiguración del dad y deseo. Y nos lleva también, como de
presente), sino que opta por una problema- la mano, a preguntarnos acerca de cómo
tización de la actualidad a través de la his- puede postularse una didáctica crítica aquí
torización del presente27. y ahora. Sin duda, una primera respuesta
De esta suerte, se propone, en primer nos lleva a adentrarnos y postular otra polí-
término, una enseñanza capaz de “deseter- tica de la cultura.
nizar lo dado” (Bourdieu, 2000 a, 43), po-
niendo en cuestión las identidades y repre-
sentaciones subjetivas e ideológicas de la Política: “cultura pública”,
realidad vivida a través del estudio de los estrategias y experiencias de
problemas sociales que, dentro de las socie-
dades del capitalismo tardío, impiden a los
subjetivación entre la necesidad
seres humanos la realización de una vida y el deseo
mejor. Y esa problematización incluye el ás-
pero cuestionamiento del conocimiento ofi-
cial y sus trasuntos escolares. La negación Política de la cultura, cultura pública
del presente en el pasado se aleja muchas común y didáctica crítico-genealógica
leguas del vulgar pensamiento histórico
que presenta el hoy como una consecuencia La política, en tanto que relaciones de
racional del ayer y el proceso histórico co- poder en el espacio público, constituye el
mo una mera concatenación causal necesa- marco dentro del que es indispensable pen-
ria orientada hacia el presente. Teniendo en sar otra cultura y otra didáctica. Poner en
cuenta que el pasado pudo ser distinto y el su sitio a la cultura, parafraseando a Eagle-
presente también, una vez reconocida la ton (2001), requiere, en primer término, si-
mutabilidad de todo lo social, es posible y tuar la cuestión en el terreno de la hegemo-
deseable la eventual (que no segura ni defi- nía y de las alianzas de clases y grupos su-
nitiva) apertura del deseo del alumnado balternos, en el camino hacia la edificación
hacia el cambio y la transformación de la de un bloque histórico capaz de tejer ideas
sociedad. alternativas sobre la vida social que im-
Pero no basta con imaginar otra ense- pregnen y remuevan los impulsos emanci-
ñanza que derribe los ídolos del conoci- padores de la sociedad civil. Y, en segundo
miento disciplinar y ponga el acento en el término, significa, siendo conscientes de la
cambio de los contenidos que se imparten “mentira de la cultura” (esa trastienda de
en la escuela. Es importante, sin duda, que otras fuerzas que actúan tras el mundo de
este pensar históricamente, al interrogarnos lo simbólico), comprender la oportunidad
sobre la actualidad de nuestros problemas, de usar, como decía Gurpegui (2004, 118-
contenga ya, para decirlo en términos fou- 124) comentando la obra de Adorno, la

27 Es lo que defiende con contundencia y brillantez R. Castel (2001), pero haciendo hincapié en que los
problemas del presente no deben confundirse con lo contemporáneo. La didáctica crítica-genealógica no
propone estudiar historia contemporánea frente a medieval, antigua… Por el contrario, promueve estu-
diar otra historia y de otra manera.

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

“cultura contra la cultura” descubriendo presuponen un ciudadano receptor pasivo


esa especie de “momento de esperanza de de un legado eterno, sagrado y sublime
la cultura” que nos permite atisbar e imagi- proporcionado en modestas dosis, median-
nar, desde el miserable ras de tierra en el te la escuela y otros aparatos instituciona-
que nos movemos, el cambio social como les, por las gentes de la cultura. “Cultura
permanente aspiración hacia un mundo común”, al decir de R. Williams, resulta de
mejor. En ese instante es cuando la cultura una práctica continuamente reformulada y
se revuelve contra la cultura y la crítica de construida colectivamente, siempre provi-
la razón se hace desde la razón, a pesar de sional y no definida previamente (Eagle-
ser concientes de los límites de la razón ton, 2001, 17). Consiste, pues, en un proyec-
misma y de las deficiencias del deseo que to digno de ser pensado y realizado según
la sustenta. Pues bien, ahí se instala una las diferentes coyunturas histórico-políti-
nueva política de la cultura dentro de la cas. Es, pues, un camino no predetermina-
que la didáctica comparece como actividad do y siempre por trillar. A esa aspiración
teórico-práctica que opera dentro de un hacia un conocimiento distinto tanto en su
campo de fuerzas. contenido como en su uso y apropiación es
La política de la cultura implica, en cier- a lo que nosotros llamaremos cultura públi-
to modo, repolitizar el campo de fuerzas ca o cultura civil.
donde se relacionan, en sucesivos círculos La aceptación de una política de la cul-
envolventes, la cultura, el currículum y la tura y la consiguiente defensa de la cultura
didáctica. Se trata, como habitualmente re- pública o civil comporta niveles muy dife-
cuerda Apple (2002), de reordenar las es- rentes de intervención y especificación, tal
trategias de poder y saber dentro de una como si se avanzara progresivamente en
nueva alianza de fuerzas capaz de impo- círculos concéntricos de mayor a menor ra-
nerse a los supuestos teóricos y de valor dio (de la cultura al currículo regulado y de
neoconservadores que dominan actual- éste a la didáctica). Una parte sustancial de
mente los contenidos de las mayoritarias la política de la cultura, especialmente im-
ideologías del sentido común. Por eso la portante además por lo que toca a la didác-
política de la cultura acontece como con- tica, reside en la política curricular. ¿Es po-
frontación ideológica y como constitución sible y deseable un currículo básico y co-
de instancias y contrapoderes susceptibles mún?
de garantizar nuevas posiciones de saber- Partiendo de la realidad actualmente
poder en la vida social. Todos ellos dan existente, donde se da una sociedad hetero-
fundamento y armazón a un entramado de génea y socialmente muy jerarquizada, en
vectores alternativos, que, dentro del cam- nuestra opinión, debe existir un currículo
po de fuerzas propio de la esfera cultural, básico y común (el que permite expresar
debieran confluir hacia la formulación de ideas y actuar con arreglo a una racionali-
una cultura pública y cívica, en cierto mo- dad crítica) del que no deben ser privadas
do, “común” muy diferente al canon ahora las clases trabajadoras y los grupos subal-
reinante. ternos y marginados mediante la creación
El término “cultura común”, entendido de “ghettos curriculares” o separaciones
como cultura pública y civil, nada tiene que entre la educación de las manos y de los ce-
ver con lo que vulgarmente se entiende por rebros. Ello no quiere decir que deba ser un
tal. Esto es, no guarda semejanza alguna currículo fundamentado en la pretendida
con la morfología hegemónica de una cul- reproducción mimética de las disciplinas
tura elitista y distante, impuesta desde arri- científico-académicas. Ha de ser suficiente-
ba y legitimada por una alianza permanen- mente abierto como para poder ejercitar
te entre los poderes económicos, políticos y una didáctica de las ciencias sociales orien-
académicos. Tampoco guarda ninguna se- tada hacia la comprensión de los proble-
mejanza con la representación simbólica de mas sociales relevantes del mundo actual.
carácter nacionalista, clasista y sexista, o En cierto modo, este currículo general cu-
con otras figuraciones y significados que briría las exigencias cognitivas y afectivas

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

imprescindibles para poder interrogarse y ración metodológica de transposición del


dar respuesta a un conjunto de problemas saber científico-erudito (savoir savant) al sa-
relevantes para la sociedad28. ber enseñado30. En general, las posiciones
Pero este currículo regulado no quiere más instaladas en el espacio académico de
decir uniforme ni en su contenido ni en los las universidades españolas han ido institu-
métodos de enseñanza. No es tampoco el yendo un régimen de verdad sustentado so-
que corresponde a una sola clase, género o bre un objeto de conocimiento emanado de
etnia; el currículum debe recoger la plurali- una simple percepción de sentido común (el
dad de las distintas voces que se confron- niño no puede aprender lo mismo ni de la
tan en la vida social. Ello, no obstante, su- misma manera que el adulto). Esta obvie-
pone huir de cualquier esencialismo tanto dad otorgaría consistencia y pertinencia al
del que absolutiza el valor de una sola estudio de los métodos a través de los cua-
identidad cultural como del que, bajo el les es posible transmitir un saber ya hecho a
pretexto de tolerancia y la corrección políti- un sujeto que se define por sus característi-
ca, hace lo mismo con las identidades cul- cas psicoevolutivas. En todo caso, la mayo-
turales no dominantes. Ese currículo que ría de los que viven de este saber no suelen
propugnamos debe ser el resultado de una cultivar sus presupuestos epistemológicos,
nueva hegemonía dentro de una nueva po- nadería a la que se muestra remiso el orbe
lítica de la cultura, muy distante de la ac- funcionarial, más allá del limitado horizon-
tualmente en vigor29. te de proyectos y otros documentos de ne-
Llegados a este punto es hora de definir, cesaria exhibición en oposiciones y otros ga-
dentro de la política de la cultura y del cam- jes de la carrera profesional.
po de fuerzas que la otorga sentido, lo que Este sesgo metodologista de la didáctica
hemos denominado didáctica crítico-genea- no ha sido, en general, compartido por las
lógica. Como es sabido, a propósito de la di- gentes de Fedicaria menos acuciadas por
dáctica de las ciencias sociales persiste un las exigencias administrativas. A pesar de
perpetuo estado de duda y sospecha acerca ello, se han presentado distintas posiciones
de su objeto de conocimiento, su existencia acerca de la didáctica, polarizadas entre los
como cuerpo doctrinal autónomo e incluso que la definen como una actividad reflexi-
sobre la latitud de sus bordes. En una con- va de carácter práctico y político, no otor-
cepción tradicional, tecnicista e ingenieril de gándole el rango de disciplina (Rozada,
la misma se tiende a asimilar a una mera 1997), y los que la conciben como “una dis-
ciencia aplicada (Prats, 1997), y en una ver- ciplina posible” (Luis, 1997). A pesar de
sión más sutil y encubridora como una ope- que este debate31 no nos ha quitado el sue-

28 En parte recogería la tradición progresista de las escuelas democráticas y de otros movientos innovado-
ras que tiene fuerte presencia en EE. UU. y otros países desde la primera década del siglo XX. Véase al
respecto, por lo que hace al país citado, J. A. Beane (2005).
29 En Editorial (2001) de nuestra revista explicamos con algún detalle el significado de la revolución neo-
conservadora y del retorno de la historia escolar a ninguna parte.
30 A. Luis (1999) vio tempranamente las limitaciones de la transposición y de su acomodación a lo que él
llamó el grupo de referencia de Bellaterra, uno de los principales nichos en que anidó el campo de la di-
dáctica de las ciencias sociales. Su crítica recurrente a la trasposición ha continuado y mejorado gracias
al auxilio de A. Chervel; un excelente ejemplo pude consultarse en Luis y Romero (2005). También en la
obra de F. F. García Pérez (1997 y 1999) se muestra una profunda crítica al metodologismo didáctico y
las variantes de la transposición didáctica. Los fedicarianos mencionados en esta nota destacan, dentro
de la actual comunidad universitaria de didactas, por su separación de la mayoritaria proclividad
“transpositiva” de la corporación.
31 El debate entre J. Mª Rozada y A. Luis en los años noventa vino precedido por un provocativo artículo
de Rozada (1992). Además de los argumentos, este debate pone de relieve los distintos intereses que
mueven a los protagonistas del mismo (a ellos dos y a los demás). En general, dentro de Fedicaria el
apego a los gremios académicos es débil, dada la condición de sus miembros.

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

ño (y didáctica hemos seguido pensando y bién fuera de nuestras cabezas. Como exis-
haciendo con o sin adscripción precisa a ten las tesis, las cátedras, los cientos de artí-
una de estas dos posiciones), pudiera ser culos y los dos centenares de sujetos que
que nos ocurriera, Dios no lo quiera, como merodean por sus alrededores. En cierto
al “hombre listo” del que hablaba Marx en modo, como a menudo se dice, lo que es la
la Ideología alemana, el cual dio en pensar economía o la historia es lo que economis-
que las personas se hundían en el agua y se tas o historiadores hacen. Que este hacer,
ahogaban simplemente porque se dejaban en el caso de la didáctica, repugne al impo-
llevar por la idea de gravedad. luto círculo categorial de Bueno, o a la tupi-
¿Dejaría de existir un campo de conoci- da red conceptual toulminiana, o incluso a
mientos y una comunidad discursiva por- nuestros a menudo rigurosos criterios de
que no cumpla tal o cual condición legali- valoración del trabajo intelectual ajeno, nos
forme previamente establecida? Nos teme- parece asunto de menor cuantía. Porque to-
mos que no. La distinción del eximio S. da verdad tiene su historia y la verdadera
Toulmin entre disciplinas compactas, difusas, verdad de la didáctica de las ciencias socia-
posibles y empresas racionales no disciplinables les en España, todavía por escribir, no pue-
no va más allá de un meritorio afán taxonó- de desprenderse de las relaciones de poder
mico que además permite varias lecturas. imperante, frecuentemente circunscritas a
La de J. Mª Rozada, tempranamente formu- una charca insignificante, que pueblan ese
lada en 1992, lleva muy bien el agua a su saber ya institucionalizado33.
molino, o sea, que le permite, al tildar a la Mas para nosotros, valga la licencia ex-
didáctica de no-disciplina, conducir la di- presiva, lo sustantivo de una didáctica crí-
dáctica al campo de la política apartándola tico-genealógica es el adjetivo. La didáctica
de lo académico y del veredicto de los ex- interesa en cuanto permite el desarrollo de
pertos, lo que enfrenta su discurso con las un pensamiento y una acción críticos frente
tesis de A. Luis más partidario de recondu- a la realidad educativa y los discursos que
cir esas aguas por los vericuetos de la “dis- la justifican (incluidos, claro, está los pro-
ciplina posible”. Ahora bien, con perdón del venientes de la didáctica instalada en el po-
exabrupto, desde una perspectiva crítica, der académico dominante). En cualquier
maldita la falta que hace que la didáctica caso, las relaciones de proximidad entre di-
sea una disciplina o no ¡Qué lo averigüen dáctica y política nos acercan al plantea-
quienes viven de ello! A los demás lo que miento de Rozada, aunque no del todo.
nos interesa es, más allá y más acá de la aca- Nos acercan porque concebimos la didácti-
demia, la actividad reflexiva y práctica que ca crítico-genealógica como una actividad
conlleva la didáctica crítico-genealógica. teórico-práctica que se ejercita en un espa-
Para ello sería más aconsejable conside- cio público al servicio de postulados e
rar la didáctica de las ciencias sociales real- ideas que anticipan una sociedad distinta a
mente existente32, como una invención so- la regida por los principios operantes en el
cial, como una tradición que posee una so- capitalismo. Pero a diferencia de lo defen-
ciogénesis en cada escenario escolar e insti- dido por nuestro amigo, para nosotros esta
tucional acotado por el Estado. Se trata, en actividad no tiene un carácter inmediata-
efecto, de un régimen de verdad inscrito en mente político, ni es una práctica derivada
un campo que no ha de demostrar su vali- directamente, como consecuencia lógica y
dez formal, porque la gravedad existe tam- moral, de una teoría previa.

32 Eso es lo que hace y busca comprobar J. Mainer (2005) en su tesis con la que se pretende poner al descu-
bierto las claves constitutivas de un cuerpo doctrinal y un campo profesional.
33 La historia de las oposiciones al cuerpo de catedráticos del área es todo un síntoma de cómo funciona lo
que, sin ánimo de ofender (ni, por supuesto, de elogiar) hemos dado en llamar charca -más apropiado
que la bourdieusiana denominación de campo-. Nombre que merece por su tamaño como por el más que
evidente carácter endorreico de sus aguas.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

Desde luego, por añadidura, no toda ac- Pero pensar la institución escolar crítica-
tividad crítica posee valor y sentido por su mente y ser profesor, dar clase todos los dí-
utilidad práctica inmediata. El pensamiento as, puede o no coincidir. Lo que es inconce-
crítico se caracteriza por guiarse conforme a bible, si bien se mira (si se mira sin prejui-
criterios de utilidad no inmediata; por otro cios y honestamente), es que un profesor
lado, la crítica teórica y la crítica práctica no “siempre” sea crítico tanto en su magín co-
tienen razón de vivir separadas dentro del mo en su actuación. Y menos aún puede
mundo de la educación. Tanto teorizar so- darse el caso que en todo momento uno ha-
bre la escuela como dar clase son activida- ga en clase lo que piensa fuera de ella (muy
des sociales, prácticas individuales inescin- a menudo ocurre, como demuestran las in-
dibles de su dimensión colectiva, de su na- vestigaciones más solventes, todo lo contra-
turaleza contradictoria y de su horizonte rio). Esto que pudiera parecer cuestión ob-
antihegemónico. Pero tales actividades, que via no lo es tanto y enlaza con las relacio-
constituyen parte muy relevante de la di- nes de necesidad, de oportunidad entre lo
dáctica crítica, se ubican, como ya dijimos, teórico-práctico. El guión interpuesto entre
en el terreno de fuerzas que pugnan por la ambas palabras señala nuestra idea de la
hegemonía cultural más que en el restringi- didáctica como una oscura y ambivalente
do espacio de las luchas políticas inmedia- relación entre ambas (Mateos, 2004)34.
tas. De modo que el hecho de que en Fedi- Dejando a un lado a los que han descu-
caria algunos defendamos principalmente bierto en el cinismo y el oportunismo una
la didáctica como actividad más que como nueva moral avalada por los giros, retornos
cuerpo doctrinal fuertemente estructurado y volteretas del pensamiento autocalificado
o gremio profesional bien definido, encierra de postmoderno, conviene no ignorar algu-
una apuesta estratégica que permite: nos de los fantasmas que pueblan nuestra
- Efectuar una crítica de la didáctica domi- propia formación. Ciertamente una de las
nante (en su faceta teórica, práctica y corpora- herencias de nuestro itinerario intelectual,
tiva) como premisa de una didáctica crítica. en cuyos orígenes se suelen mezclar dosis
- Movernos libremente en los espacios variables de cristianismo y marxismo, de
intersticiales de saberes sin respetar fronte- sentimiento de culpa cristiana y filosofía de
ras ni campos de conocimiento. la praxis marxista, estriba en una particular
- Aglutinar en nuestro entorno a personas manera de comprender los lazos entre teoría
y colectivos (de profesores, padres y madres, y práctica, que se relegan al espacio de la
alumnado, etc.) no implicados directamente conciencia, de la autenticidad, de la militan-
en la enseñanza de las ciencias sociales. cia, del compromiso, del testimonio y otras
- Formular los problemas de la escuela tanta figuraciones por el estilo con las que se
en una frecuencia de onda capaz de traspa- oculta de hecho la realidad más prosaica de
sar el registro técnico instrumental y susti- cómo el sujeto, siempre condicionado por la
tuirlo por otro orientado axiológicamente. estructura estructurante que es el habitus, in-
Esa radiofrecuencia fedicariana es la terviene en el espacio social. La didáctica crí-
que pone a la didáctica crítica principal- tica ha de huir, como de un mal sueño, de la
mente en el ámbito de la crítica de la cultu- visión angelical del sujeto docente progresis-
ra y la problematización genealógica del ta movido por los resortes de una vocación
presente, haciendo verdad el trípode de irreprimible de redención de los demás35. El
fuerzas que actúan en su existencia: cultu- mensaje de salvación se aferra como elemen-
ra, historia y política. to consustancial a la institución escolar y se

34 J. Mateos (2004), “Actuar bajo...pensar y desear bien alto…”, texto inédito en el que se defienden las suti-
les y extramorales relaciones entre teoría y práctica. Ahí intervino también Mainer (2004), con otro docu-
mento intrafedicariano, subrayando las ideas del colega salmantino.
35 A esto se ha referido J. Mateos (2004) en el ya mencionado texto inédito, que dio lugar a una cierto inter-
cambio y polémica epistolar en Fedicaria.

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

aviene malamente con la consideración ra- asociaciones voluntarias y contrahegemóni-


cional de sus funciones reales. Ello no debe cas. Esta concepción ha ido permeabilizan-
ser obstáculo (todo lo contrario) para que el do, orientando y deslizando progresiva-
conocimiento crítico que se encarna en el su- mente el discurso de algunos fedicarianos,
jeto tenga un efecto desmovilizador sobre el muy especialmente de los que se dan cita
mismo. Saber, por ejemplo como demuestra en el Proyecto Nebraska, desde la conside-
J. Merchán (2002), que el aula es un espacio ración de la didáctica como un abanico de
donde producimos el currículo dentro de postulados doctrinales (Cuesta, 1999) o de
unas férreas constricciones cronoespaciales, hipótesis teóricas (Mainer, 2001, 53), hacia
no impide la acción. Sitúa a ésta entre la ne- la idea de la didáctica como “programa” o
cesidad (las servidumbres del campo profe- “agenda” de eventuales acciones teórico-
sional) y el deseo (de otra escuela y otra so- prácticas (Editorial, 2003), que se sustentan
ciedad). Pero el sujeto que encarna los sabe- sobre una mirada genealógica de la escuela
res de una didáctica crítica no hace estructu- capitalista y las prácticas pedagógicas pre-
ralmente hablando algo distinto a los de- suntamente liberadoras. Así pues, esta es-
más. La diferencia radica precisamente en pecie de replanteamiento de la propia di-
su capacidad de pensar lejos y alto, de refle- dáctica (que tanto tiene que ver con la mira-
xionar por encima de la prosaica y limitada da sociogenética de la escuela y el conoci-
circunstancia que rodea a su práctica coti- miento disciplinar que en ella se imparte),
diana. De manera que el sujeto de la didácti- se entiende como plan de trabajo dentro de
ca crítica es docente que piensa, en cierto la política de la cultura. Y ello conduce a su
modo, contra sí mismo y contra su misma redefinición como actividad teórico-prácti-
práctica, contra su pensamiento y contra su ca referida a la formación de ciudadanos en
posición en el juego de las relaciones de po- contextos formales o semiformales de edu-
der dentro y fuera del aula. Y, quieras que cación escolar36. Se diría que hemos abierto
no, también él se comporta como guardián una perspectiva más holística (Editorial,
de la tradición y esclavo de la rutina. Por lo 2003, 11), dentro de la política de la cultura
que hace al profesorado, por consiguiente, al comprenderla como una forma de acción
la didáctica crítica no representa un espacio social colectiva donde la teoría y la práctica
teórico-práctico para la redención y salva- gozan de la misma preeminencia y quedan
ción de uno mismo y los demás; por el con- liberadas de toda hipoteca de culpabilidad
trario, la didáctica crítica postula un lugar por el hecho de que cada cual destine más
donde se dan cita ideas y actos para la nega- tiempo a pensar o hacer. Pero esta orienta-
ción de uno mismo y los otros. ción tiende a tomar distancias de la com-
De esta suerte las relaciones de saber, prensión idealista, tan al uso, de las prácti-
poder y subjetivación propias de la didácti- cas pedagógicas. En cierto modo, como dice
ca crítico-genealógica actúan como el tras- J. Mainer (Fediaria, 2004), es precio reivin-
fondo de una manera de pensar alto y ha- dicar una formación antipedagógica, aun-
cer bajo dentro y fuera de la institución es- que según, claro, lo que entendamos por
colar. Así esa clase de didáctica brota prin- “pedagogía”. Sin género de dudas es ver-
cipalmente de un no lugar institucional, co- dad que las tradiciones frankfurtianas de
mo pueden ser las plataformas al estilo de “Pedagogía Crítica” y “Ciencia de la educa-
Fedicaria sin forma definida, donde se res- ción crítica”37 resultan muy interesantes y
pira el aire de los colegios invisibles y de dignas de consideración.

36 Habitualmente los fedicarianos han insistido en esa función educativa. Alguno de ellos con especial én-
fasis, como es el caso de A. Martín (2003), quien señala la importancia no sólo de formar democrática-
mente a los alumnos en el aula, sino también en el uso crítico y democrático del conocimiento.
37 Especialmente importante resulta, en esta dirección, las aportaciones de nuestra más ilustre habermasia-
na Paz Gimeno (1995, 1999 y 2005). La influencia de Habermas es poco visible en las gentes del Proyecto
Nebraska, y sí resulta, en cambio, muy notable en la obra de J. Mª Rozada o en los trabajos de A. Martín.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

Es más, la versión habermasiana del conocimiento, en las relaciones de poder y


pensamiento crítico frankfurtiano ha conci- en los procesos de fabricación de las subje-
tado una gran aceptación en Fedicaria. In- tividades. Ahí, en ese momento de esperan-
cluso algunos de sus miembros, siguiendo za desesperanzada, subyace y subsiste una
ese rastro intelectual, han postulado la rela- moral resistente que siempre cree percibir
ción de necesidad entre didáctica crítica y detrás de toda dominación su contrario. Y
metodología dialógica, hasta el punto de en esa dialéctica, donde acuden siempre
que su posición podría calificarse como di- necesidad y deseo, es donde emplazamos
dáctica crítico-comunicativa, cuyo conteni- las experiencias y estrategias de la didáctica
do convierte al procedimiento deliberativo crítica a las que ahora nos referiremos.
en su argumento más sustancial. Siendo
ello muy coherente con esa suerte de razón
procedimental empleada por Habermas, en Estrategias y experiencias entre la
nuestro caso, el procedimiento no es más necesidad y el deseo
que el procedimiento. La didáctica crítica
es, para nosotros, por encima de otra consi- No ha mucho tiempo (Cuesta, 1999) for-
deración, genealógica. Problematiza nues- mulábamos cinco postulados para imaginar
tro presente y a nosotros mismos pensando un programa de trabajo de otra didáctica:
históricamente la realidad. Y el acceso a ese problematizar el presente, pensar histórica-
conocimiento crítico puede realizarse por mente, educar el deseo, aprender dialogan-
diversos medios y métodos, dentro de los do e impugnar los códigos pedagógicos y
que el diálogo sería el preferido (uno de profesionales. Estas proposiciones han faci-
nuestros comunes postulados es “aprender litado unas líneas orientativas para afrontar
dialogando”), pero no el único. La dimen- el debate sobre el significado de la didáctica
sión crítica del conocimiento y del aprendi- crítica y la intervención en el marco escolar,
zaje no queda asegurada por la superposi- otorgando un cierto sentido al diseño de
ción de una práctica de diálogo sobre una materiales curriculares y a la propia práctica
realidad de poder en el aula muy sutilmen- docente. Pero más allá de esto, esos enun-
te marcada, ni por la búsqueda del consen- ciados podrían ahora, desbordando el es-
so en torno al mejor argumento. tricto campo de la enseñanza de las ciencias
En suma, nuestra concepción de la di- sociales, generalizarse como ideas aplicables
dáctica se aparta punto por punto del dis- a la transformación del conocimiento esco-
curso dominante, pero también se siente un lar, porque en ellas se contiene todo un pro-
tanto alejada de las modalidades crítico-co- grama de innovación y cambio profundos
municativas y de cualquier otra que ponga de las reglas ordenadoras del sistema de en-
el acento o trasmute el instrumental psico- señanza en la escuela. En cierto modo, allí
pedagógico en fin en sí mismo. De donde se conciertan el deseo de otro conocimiento
se infiere una renuncia a todo asomo de en otra escuela y en otra sociedad. Así, el
idealismo y a cualquier clase de optimismo deseo, la crítica y el cambio se solicitan co-
histórico, prefiriendo refugiarnos en una mo líneas para anticipar un uso público de
mirada ambivalente, desesperanzada y es- la escuela diferente en una sociedad más de-
céptica sobre el marco institucional ofreci- mocrática, donde la búsqueda de una recon-
do por la escuela. Pero esta especie de espe- ciliación entre el conocimiento y la vida em-
ranza desesperanzada, en tanto que crítica, pezara a vislumbrase tímidamente.
no elude una permanente reflexión sobre la Pero pensar y vivir la didáctica de otra
práctica y la formulación de estrategias de manera implica también imaginar lo que se
intervención en el ámbito escolar, que den- puede y debe de hacer, aquí y ahora, si-
tro de esa política de la cultura, colaboren a guiendo la inspiración de los postulados
ocasionar saltos lógicos y cortocircuitos, más generales. Para dar cuenta de esa aspi-
con los que desvelar e impugnar los códi- ración de actuación inmediata podríamos
gos pedagógicos y profesionales imperan- reseñar tres orientaciones estratégicas y
tes en los mecanismos de transmisión del complementarias de nuestros postulados:

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

- Reconsiderar la función, la elaboración entorno profesional, el conocimiento oficial


y el uso de materiales didácticos. santificado por el Estado es reelaborado
- Desescolarizar, desprivatizar y deslo- por la empresas del gremio de editores de
calizar los aprendizajes. libros de texto, auténticos agentes recontex-
- Buscar nuevas formas de subjetivación tualizadores del currículum, que lo trasmu-
a través del conocimiento y la problemati- tan en mercancías útiles y de consumo pe-
zación de las raíces de nuestras identidades recedero de poderosa influencia en los lu-
culturales. gares pedagógicos donde se toman las de-
cisiones sobre los materiales que han de
emplearse en la enseñanza. En la didáctica
Reconsiderar la función, la elaboración y el crítica que postulamos va de suyo no desa-
uso de materiales didácticos tender esa particular faceta de la economía
política del libro de texto.
La política de la cultura en la que se ins- En efecto, el volumen económico del
cribe la didáctica crítico-genealógica obliga asunto es digno de consideración. Los tex-
a reconsiderar y resituar nuestra interven- tos escolares representan más de la quinta
ción en el ámbito de producción, circula- parte de toda la facturación del sector del
ción y consumo de materiales de enseñan- libro en España. Los manuales no universi-
za. No vale a tal fin sostener un didactismo tarios vendidos ascendieron a más de 40
de cortos vuelos según el cual el cambio en millones de ejemplares y su valor en el cur-
la enseñanza radicaría principalmente en la so 2003-2004 se elevó a la nada desprecia-
generación de proyectos curriculares alter- ble suma de 615 millones de euros (algo
nativos, craso error en el que, a nuestro más de cien mil millones de las antiguas
modo de ver, incurrimos parcialmente al- pesetas)38. En el año 2003 de los 14.651 títu-
gunos de los grupos fundadores de Fedica- los inscritos en el ISBN, correspondientes a
ria. Es preciso, en cambio, afrontar y situar- la materia “Enseñanza. Educación”, 12.558
se con determinación y sin espejismos fren- fueron libros de texto. A lo que se ve la
te a la economía política que, en expresión ciencia pedagógica ha volcado sus esfuer-
de Apple (1989), gobierna la producción y zos en estos modestos auxilios de la memo-
distribución de libros de texto y otros mate- ria. Diez años antes, en 1993, los títulos ins-
riales curriculares. Así, una “pedagogía de critos fueron 4.101 (Martínez Bonafé-Adell,
lo posible” requiere una crítica profunda 2003, 163), lo que implica que, más allá y
de los textos visibles (las normas del Esta- por encima de las contingencias del refor-
do y los manuales sacados al mercado) e mismo LOGSE o del subsiguiente discurso
invisibles (las rutinas del aula) que real- contrarreformista de la LOCE, el sector ha
mente generan, reinventan y determinan el triplicado sus resultados y se ha comporta-
currículo programado, el enseñado y el re- do como si oyera llover ante las alternan-
tenido. Sólo así podremos atisbar los ver- cias de las políticas educativas.
daderos alcances de nuestro propio trabajo En realidad, el conglomerado de empre-
en cuantos profesores que ocasionalmente sas del libro de texto constituye un impor-
elaboramos material didáctico con intencio- tante poder dentro de la industria cultural
nes críticas frente a las pautas estandariza- española y se organiza como un auténtico
das de las empresas editoriales. En nuestro lobby a través de la Asociación Nacional de

38 Esta información está tomada de las páginas web de la Federación de Gremios de Editores
(http://www.federacioneditores.org) y la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de En-
señanza (ANELE) (http:// www.anele.org ). Resulta también muy ilustrativa la compilación de trabajos
y ponencias que aparece en la citada página de ANELE bajo el título de Los libros escolares y la lectura ante
la LOCE (2003). Lo que aquí decimos lo expresamos más ampliamente en Cuesta (2005b) dentro del cur-
so de invierno celebrado en la Universidad de Valladolid bajo la coordinación de A. Escolano, cuyas po-
nencias van a ser objeto de publicación.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

Editores de Libros Escolares (ANELE), que vantes, sorteando y eludiendo con habili-
ora patrocina grandes escenarios culturales dad el convencional, retrohumanista e
con el gobierno de turno, ora presiona a los identitario currículo oficial de todas la ad-
agentes educativos para ejercer un control ministraciones públicas y de sus terminales
remoto pero efectivo del currículum. en la empresas editoriales, deviene en afán
A la pujanza del grupo de presión hay ineludible de toda pretensión crítica.
que añadir su homogeneidad cultural y el Ahora bien, no es fácil romper o dese-
carácter oligopolista de la oferta, que se en- quilibrar los circuitos en donde campan a
cubre bajo pantallas y formas variadas. El sus anchas los agentes recontextualizadores
género libro de texto ha ocasionado un sis- estatales (actores políticos y asesores técni-
tema de producción cultural en cadena y cos) y mercantiles (empresas editoriales),
estandarizada al servicio de productos cló- con la frecuente colaboración, en alianzas
nicos a los que se añaden variedades regio- no santas, de los gremios académicos. Des-
nacionales. Este es el mundo donde se de luego, vista la experiencia de renovación
apresta y comparece el radiante triunfo de pedagógica en las últimas décadas, no pa-
la mercancía, porque, hoy más que nunca, rece que fuere el camino más idóneo y
el dinero es la seul chose que compte. El dine- aconsejable depositar una fe desmedida en
ro y las identidades regionacionales (lo que la magia transformadora de los buenos ma-
a menudo es también lo mismo). teriales y las iniciativas creativas. En efecto,
Por otra parte, no deja de ser sintomáti- a veces se piensa ingenuamente que cam-
co que en los últimos 25 años, hayan desa- biando los viejos materiales tradicionales
parecido la mitad de las empresas. Y tam- por otros nuevos e innovadores se garanti-
poco resulta baladí que los grupos Anaya y za el éxito del cambio escolar, como si la
Santillana controlen casi el 50% de las ven- cultura escolar (la resistente “gramática de
tas (Bonafé-Adell, 2003, 163), lo que no deja la escuela”) y la economía política que rige
de ser expresivo de la cautividad oligopo- la producción de materiales consistiera en
lística del mercado y de las alianzas que se una especie de concurso libre y abierto de
han ido tejiendo entre el sector y otros po- buenas ideas. Lejos de ello las implacables
derosos consorcios especializados en el leyes del mercado y de los códigos discipli-
control ideológico y la fabricación de las nares y profesionales marcan a fuego la
conciencias. realidad escolar. Y frente a ello es preciso
En este campo de juego los libros de pensar la cuestión del material didáctico de
texto no son más que la punta del iceberg, otra manera. Descartados los proyectos cu-
esto es, un producto cultural estandarizado rriculares al viejo estilo, ahora se requiere
al máximo en cuya base se alojan podero- imaginar una nueva generación de materia-
sos intereses económicos e ideológicos. De les y de proyectos didácticos capaces de
esta suerte la modesta mercancía que casi empujar los impulsos críticos de parte del
obligatoriamente han de comprar nuestros profesorado en su escenario de trabajo coti-
alumnos oculta en su interior el signo de diano, sorteando y aceptando a un tiempo
las relaciones de cambio y de poder exis- la “gramática de la escuela”, y situándonos
tentes en las sociedades del capitalismo tar- bien al lado o bien al margen incluso de la
dío, donde la sumisión se hace más a base dinámica de cada claustro, departamento o
de instrumental simbólico que de fuerzas unidad más cercana de planificación curri-
más físicamente coactivas. Los textos esco- cular del centro. Haciendo en suma, una
lares en la educación de masas son, pues, suerte de contragramática inteligente e in-
una parte de los artefactos culturales que formada de lo que es el terreno en el que
contribuyen a la difusión de una violencia pisamos.
simbólica legitimadora de las relaciones de Porque no hay razón alguna para en-
poder-saber imperantes en cada momento. frentarse, en su mismo terreno, a un enemi-
Ante tan apabullante situación, la bús- go imbatible cual es la ley implacable que
queda de utensilios eficaces que hagan fac- rige la economía política del libro de texto,
tible el estudio de problemas sociales rele- lo que hace falta es buscar fórmulas obli-

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

cuas y creativas para hacer frente al “cono- cuestiones sociales de actualidad. Tendrían
cimiento oficial” bendecido por los poderes un formato ágil y versátil, lejano al de uni-
académicos, y a las constricciones curricu- dad didáctica (por tanto, carecerían de una
lares impuestas, en feliz concertación, por secuencia de actividades predeterminada)
las leyes del mercado y los designios del y poseerían, en cambio, el aspecto de una
Estado en los diferentes niveles territoria- “carpeta” o “mochila” que reuniera un
les. De donde se sigue la sugerencia de elenco de textos, imágenes y cualquier otro
confeccionar, frente a los manuales y pro- artefacto cultural capaz de dar cuenta y ex-
yectos al uso, materiales dúctiles y ágiles a plicar el problema de estudio previamente
modo de herramientas para tratar proble- seleccionado 39 . Estos proyectos manten-
mas que puedan ponerse en circulación por drían, pues, un estilo abierto, como de invi-
Internet (por ejemplo, colgados de páginas tación al profesorado a plantear un proble-
web como la de Fedicaria, las de centros ma de estudio, a manejar libremente la ga-
educativos, etc.) y por otros medios, que ma de documentos seleccionado, a añadir
habiliten flujos no jerárquicos y no mercan- otros de su cosecha y a trasladar la refle-
tiles de información, carentes además de xión sobre su experiencia al resto de sus co-
las servidumbres inherentes a la propiedad legas a través de las páginas web de Fedi-
privada de las ideas. Esas redes de materia- caria y de los centros educativos. Siempre
les alternativos, en régimen de copyleft, de- bajo la premisa de que las experiencias di-
ben tener sus nudos en instituciones como dácticas son difícilmente transmisibles y
Fedicaria y en toda clase de grupos autóno- que la circulación de estos materiales ha de
mos de profesionales críticos que buscan hacerse bajo el signo de la horizontalidad y
renovados espacios de formación y un nue- del diálogo, superando la reiterada divi-
vo aparejo instrumental de trabajo en el au- sión del trabajo entre el experto que hace y
la. De esta suerte, tendría que irse generan- el práctico que aplica, y huyendo asimismo
do un fondo disponible al instante y una de cualquier proclividad hacia tecnicismo
oferta gratuita y cooperativa de materiales en la forma o en el fondo (Editorial, 2004,
para tratar, desde una perspectiva inequí- 10-11). Por el contrario, se trata de despri-
vocamente crítica, problemas de muy dis- vatizar, de socializar nuestro trabajo docen-
tinta naturaleza. te, de compartirlo situándonos fuera de las
En la propia página web de Fedicaria leyes mercantiles que rigen la distribución
(http://www. fedicaria. org) hemos dise- del conocimiento dentro de las sociedades
ñado un apartado titulado materiales para del capitalismo tardío.
una didáctica crítica, que se organiza en tres Esta nueva generación de materiales
de tipos de utensilios: a) fuentes y recursos podría manifestarse, como hemos dicho, de
disponibles para el estudio de problemas forma muy diversa. Serían apropiados para
sociales, b) experiencias didácticas fedica- alimentar una práctica pedagógica necesa-
rianas estructuradas y de libre uso e inter- riamente escindida entre la necesidad y el
cambio entre centros, y c) materiales prácti- deseo, y entre las obligaciones perentorias
cos de ayuda inmediata (guiones, presenta- de la función docente y las aspiraciones de
ciones en power point, temas elaborados, enseñar y aprender de otra manera. A esta
etc.). En general, dentro de estos materiales suerte de navegación entre dos aguas, esa
los más estructurados y organizados serían clase de frecuente esquizofrenia pedagógi-
una especie de Proyectos para el estudio de ca vivida por el profesorado crítico, se res-
problemas sociales relevantes, porque, en con- pondería con la confección y circulación
sonancia con el tipo de didáctica que defen- gratuita de paquetes de materiales de muy
demos, irían articulados en torno a temas y diferente naturaleza y objetivos. Unos po-

39 Algunas ideas a propósito de los materiales didácticos pueden consultare en una página web coinciden-
te con la orientación de Fedicaria: www.rethinkingschools.org; véase también al respecto Lledó y Cañal
(1993); Cuesta (2003a), y Merchán (2003).

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

drían facilitar las tareas cotidianas más one- cambia es mucho menos (y menos impor-
rosas (imaginemos, por ejemplo, unidades tante), de lo que se planifica y espera y, so-
didácticas del programa oficial de bachille- bre todo, ocurre que, en su mayor parte, los
rato presentadas en power point, o resúme- cambios no obedecen directamente a la ló-
nes de temas para memorizar con vistas a gica de las reformas o de la pedagogía, sino
la prueba de selectividad); otros, por ejem- que responden a criterios de otra naturale-
plo, los ya citados proyectos para el estudio de za (Merchán, 2005). Ahí, en esa caja negra
problemas, podrán convertirse en auténticos que son el espacio y el tiempo escolares (y
instrumentos de formación para el profesor especialmente en el aula como contenedor
y el alumno planteando una inversión críti- central cronoespacial), en esas anfractuosi-
ca del programa oficial mediante el estudio dades de la “pedagogía silenciosa” (Escola-
documentado y sistemático de problemas no, 2000) es donde se han frustrado y difu-
sociales relevantes. La distribución, circula- minado miles de esperanzas innovadoras.
ción e intercambio de todo este tipo de ma- Ahí residen, en compañía de los códigos
teriales podrá albergar, dentro y fuera de disciplinares y profesionales, las ocultas ra-
Internet, un espacio insólito de ideas y zones que explican el porqué actos con sen-
prácticas contrahegemónicas en el seno de tido educativo afirmativo y potencialmente
una red didáctica alternativa. transformadores han devenido en activida-
En cualquier caso, estas nuevas e inme- des de dominación y sujeción en sí mismas
diatas fórmulas de producción y circula- al establecer contacto con la organización
ción de materiales irían acompañadas de escolar. De ahí que sostengamos, pese a to-
una actuación dentro de los centros dirigida a do, que desescolarizar las prácticas escolares,
promover una segunda estrategia consis- arrancar de ellas el sello escolar que las po-
tente en la desescolarización de los apren- see, constituye el reto que ante sí tiene una
dizajes. didáctica crítica que pugne por otra escuela
para otra sociedad más libre e igualitaria.
La desescolarización de las prácticas escolares
Desescolarizar, desprivatizar y deslocalizar sería una posible estrategia de la didáctica
los aprendizajes crítica orientada a ir rompiendo con todas
las trabas estructurales y no estructurales
La didáctica crítica se levanta sobre una que convierten al acto de educar en una
negación de la escuela capitalista y las prác- operación, crecientemente tecnificada, de
ticas pedagógicas que en ella se han dado o control, clasificación y selección del sistema
puedan darse en el futuro. La dialéctica ne- sobre los individuos; en suma, sería como
gativa, como bien señala Gurpegui (2005), una estrategia orientada a potenciar prácti-
no permite ciertas alegrías y, en cambio, ha cas alternativas y experiencias radicales
de atemperar todo ardor pedagogista, toda que, a partir de una deliberada intenciona-
confianza desmedida en el poder transfor- lidad por fracturar y triturar la ominosa
mador de nuestras propias acciones inten- tradición pedagógica sobre la que se asien-
cionales dentro del contexto institucional ta nuestra profesión docente, pugnen por
donde nos movemos. En cierto modo, el es- disolver la opresiva densidad de muros,
tudio sociogenético de las prácticas escola- horarios, espacios y disciplinas… Es mucho
res conduce a una suerte de formación anti- más que nada.
pedagógica, es decir, a una consideración La escuela del capitalismo en el actual
peyorativa de las ilusiones idealistas here- modo de educación tecnocrático de masas
dadas de la mitología escolar ideal-progre- es una fábrica de privatización, de familia-
sista (el mito de la escuela como palanca re- rismo y de aprendizaje de un ethos consu-
dentora y panacea en el camino hacia el mista y sumiso (sumisión, por lo demás,
progreso). La verdad es que al analizar ge- compatible con la más absoluta insolencia
nealógica y críticamente las prácticas esco- del niño-adolescente feliz y escolarizado).
lares del modo de educación tecnocrático Una contraorientación crítica, una práctica
de masas en el que nos encontramos, lo que de momentos antihegemónicos, requiere

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

poner a prueba la posibilidad, siempre li- rente naturaleza a los habitualmente mane-
mitada, de convertir la escuela de hoy en jados en las aulas. Esta recontextualización
una porción de la esfera pública de una vital del aprendizaje sin duda afecta a las
ciudadanía democrática. Ése sería precisa- estructuras del sentir y puede realmente al-
mente un aspecto capital del uso público canzar a los estratos profundos de la perso-
que esperamos de los centros. En esta di- nalidad. De ahí que sea oportuno buscar
rección, es posible avanzar en la senda de espacios y tiempos en los que el alumnado
desprivatización de lo público a través de y el profesorado puedan expresarse de otra
la introducción, siguiendo algunos de los manera, en escenarios que rompan las cla-
postulados crítico-genealógicos, en la ense- ves espaciotemporales y lingüísticas dentro
ñanza de los problemas sociales relevantes de las que ordinariamente se verifican los
dentro y fuera de las aulas. Para que el es- intercambios del aprendizaje escolar. En
tudio de los problemas sociales de nuestro eso estriba la desescolarización que propo-
tiempo no se asignaturice y pierda su di- nemos, porque para romper la magia y en-
mensión fecundadora, para que se encarne cantamiento del saber escolarizado es nece-
en nuestras necesidades y deseos, es preci- sario deslocalizar y multiplicar los escena-
so imaginar situaciones y contextos alterna- rios cronoespaciales alternativos, facilitan-
tivos a los que proporcionan las aulas nor- do el flujo de nuevos discursos y prácticas
males, superadores de las rígidas reglas de renovadas.
esa “pedagogía silenciosa” inherente al uso Para ello se precisa imaginar otros espa-
habitual del tiempo y el espacio, porque la cios, otros tiempos y otra gestión colectiva
interpelación y cuestionamiento de las con- de lo que hoy llamamos escuela. Desde lue-
diciones cronoespaciales de la escuela de- go son deseables otros soportes arquitectó-
ben formar parte del elenco de asuntos pro- nicos más en consonancia con la idea de un
pios de una didáctica crítico-genealógica. espacio público donde proceder a la re-
De esa manera podremos quitar o limar de construcción colectiva de los conocimientos
las actividades educativas el sello indele- socialmente acumulados. Son, pues necesa-
blemente descontextualizado y ajeno a la rios, otros centros de dimensiones más ade-
vida que posee la lógica de producción del cuadas alejados del modelo celular y carce-
conocimiento escolar. Para ello se requiere lario imperante en las sociedades discipli-
indagar en procedimientos y fórmulas de narias (una herencia del modo de educa-
deslocalización y recontextualización del ción tradicional-elitista), y desde luego se
conocimiento dentro de un uso público del ha de proponer otro tipo de ambientes y
saber y de la escuela, con vistas a una pre- distribución espacial más flexible y poliva-
meditada tarea de erosión del zócalo de lente que faculte el trabajo alternativo indi-
ideas y prácticas sobre el que se levanta el vidual y en grupos. Ahora bien, no se trata
código disciplinar del saber escolarizado. sólo de trasmutar el actual aulario (heren-
Ahora bien, para ello no basta con ape- cia de sociedades disciplinarias arcaicas) en
lar al diálogo y a una metodología de ense- una suerte de carpa traslúcida (propia de
ñanza deliberativa, fundada en una preten- las sociedades de control) donde correteen
dida comunicación entre iguales. Nuestro los escolares bajo el señuelo de un aprendi-
postulado “aprender dialogando” resulta zaje libre y sin barreras. El espacio público,
inseparable de la impugnación de los códi- por el contrario, se compone de una dimen-
gos pedagógicos y profesionales, pues sólo sión material y otra finalista, que poco tie-
mediante ello las relaciones de poder ins- ne que ver con los planteamientos teóricos
critas en el aprendizaje escolar se debilitan y las experiencias de las escuelas desnudas
facilitando un tipo de comunicación distin- de efectos de poder, tal como comparecen
ta, menos asimétrica en la medida en que en las figuraciones de las bucólicas utopías
las funciones y poderes atribuidos a profe- de una educación no directiva.
sores y alumnos se evaporan al tener que La impugnación del espacio lleva tam-
dar respuestas a roles profesionales, con- bién a la de los tiempos escolares, pues am-
textos cronoespaciales y simbólicos de dife- bas son las dos caras de la organización es-

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

colar. La flexibilidad de los tiempos escola- mar las experiencias como ejemplos que
res (los horarios, las asignaturas y todo lo deban ser seguidos, comentaremos algunos
que ello comporta) no responde a una mera de ellos. El que se nos viene a la memoria,
adaptación postfordista de la organización de inmediato, es el abanico de nuevas acti-
ni siquiera constituye un fin en sí mismo; vidades de intervención dentro y fuera del
constituye la evidencia de que el aprendi- aula que fueron propiciadas por el movi-
zaje encapsulado en formatos de tiempo ce- miento ciudadano contra la guerra de Irak,
rrados propicia las rutinas más engorrosas y en las que los grupos fedicarianos partici-
de la vida institucional y obstaculiza la cir- pamos de forma variada bajo el nombre de
culación de iniciativas positivas. Lecciones contra la guerra (VV.AA., 2003;
Naturalmente, un nuevo espacio y un Cuesta, 2004). Alrededor de ese tema Fedi-
nuevo tiempo no son categorías aisladas de caria de Salamanca organizó un conjunto
la práctica social, son la práctica social insti- de actuaciones muy significativas de lo que
tucionalizada. Por ello esa misma praxis de- entendemos por didáctica crítica. En efecto,
be estar orientada a otros fines diferentes de en el mes de abril del 2003, se organizaron
modo que los proyectos de trabajo y gestión en el IES Fray Luis de León una jornada de
constituyan una entidad conjunta dotada de presentación de actividades y trabajos del
sentido hacia una finalidad emancipatoria alumnado de varios institutos de la ciudad
común. Y bien cierto es también que esa ru- con el indicado nombre. Aunque por aquel
ta no ha de plantearse en términos de todo entonces ya eran declinantes las moviliza-
o nada; el itinerario hacia prácticas que con- ciones contra la guerra, la experiencia re-
viertan la escuela en espacio público de esa sultó sumamente sugerente, pues sirvió co-
cultura civil que reivindicamos es la base mo modesta ilustración de algunas de las
para acabar con la privatización consumista posibilidades de la didáctica crítica cuando
y familiarista de los actuales centros escola- el centro educativo se convierte en espacio
res. Ahí la didáctica crítica interpela a la fa- de deliberación pública, en foro donde se
milia y al entorno social implicando a sus expresan los aprendizajes de los alumnos y
agentes colectivos y rechazando el modelo las ideas de todos los participantes (padres
asistencial-escolar que se ha ido imponien- y madres, profesorado, alumnado, personal
do a medida que las formas de trabajo y de de servicios). La idea de convertir un pro-
familia en el actual capitalismo exigen una blema educativo en eje monográfico de las
socialización casi al margen del núcleo fa- actividades culturales (y “extraescolares”)
miliar. En una palabra, se trata de reinven- de un centro o varios relacionados entre sí
tar la escuela como espacio público para la de forma que empape la programación di-
adquisición del conocimiento, la incorpora- dáctica de aula, la semana cultural del cen-
ción de conductas cívicas y el ejercicio efec- tro, las excursiones, etc. responde a esa ne-
tivo de la democracia. cesidad de desescolarizar, deslocalizar y re-
Sin duda algunas de estas ideas se re- contextualizar los aprendizajes. Y es cami-
montan ya a una vieja tradición que puso el no que algunos, siguiendo los viejos pro-
acento en la formación cívica de los escola- yectos de los grupos fedicarianos, basados
res. Eso ocurre parcialmente en el movi- en problemas relevantes invitamos a prose-
miento de las actuales escuelas democráti- guir esa idea pero cambiando los escena-
cas y en otras tradiciones radicales de la es- rios: del aula al resto de los espacios del
cuela. Quizás conviniera insistir en que no- centro (exposiciones en los pasillos, inter-
sotros tenemos poca confianza en la fun- venciones en el salón de actos, sesiones de
ción redentora de estas experiencias (y en biblioteca, salidas del centro, etc.).
las nuestras), o al menos en las posibilida- Una oportunidad muy conveniente para
des de propagación y del cambio social a llegar a estos fines es reapropiarse de las
partir de la escuela (la escuela nada es al efemérides buscando fórmulas contraofi-
margen de la sociedad, es la sociedad). ciales de rememorar el pasado, trasmutan-
No obstante, algo de lo que postulamos do el interés conmemorativo y monumen-
vamos haciendo. Sin ningún ánimo de to- talista de la historia desde arriba en para-

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

dójico ejercicio de confrontación con el pública frente a la privatización consumis-


ayer. Ello implica profundizar en el signifi- ta, familiarista y psicologizante que carac-
cado del pasado inmediato vivido por las teriza a las sociedades capitalistas de nues-
generaciones adultas (por ejemplo, la tran- tro tiempo. Tal propósito es solidario con la
sición a la democracia) a través del descu- oportunidad de abrir y descubrir nuevos
brimiento y reconstrucción del mismo des- procesos de subjetivación.
de y por la experiencia de aprendizaje de
las jóvenes generaciones de estudiantes; y
ello muy especialmente recurriendo a la in- Promover nuevas formas de subjetivación a
terpelación a sus mayores. La interpelación través del conocimiento y la problematización
y el diálogo se erigen en parte insoslayable de las raíces de nuestras identidades
de una educación ciudadana que mira ha- culturales
cia atrás tomando como punto de partida
lo que nos preocupa de la actualidad. Como ya se vio en los comienzos de es-
Pero la actual escuela de la era del capi- te artículo, la crítica de la cultura resulta in-
talismo, en el modo de educación tecnocrá- separable de una crítica de la construcción
tico de masas, no es un espacio público en de la identidad cultural y de los mecanis-
el que pueda, sin resistencias, ser educada mos de subjetivación que fabrican los yoes
críticamente la mirada frente a los proble- de los individuos. Se diría, siguiendo a
mas de nuestro tiempo. Es preciso, sin em- Castilla del Pino (2000, 257), que el sujeto
bargo, demandar que lo sea y hacer todo lo se configura como un sistema de posibili-
posible para que en nuestro quehacer pro- dades, de yoes, tantos como situaciones y
fesional se halle el tiempo y el lugar para contextos susceptibles de ser vividos. De
educar y educarnos estudiando la genealo- modo que no puede definirse al sujeto por
gía de los problemas de nuestro tiempo. A uno o varios de sus ocasionales yoes, por-
tal fin se requiere multiplicar las iniciativas que el aprendiz no es una realidad defini-
y plataformas que defiendan otra escuela y ble a priori ni una arcilla fresca dispuesta a
unos nuevos usos públicos de la misma. ser moldeada por las hábiles manos del do-
Esa otra escuela que perseguimos no posee cente. Al no existir tampoco un ego preexis-
un plano ya dado, ni siquiera ha de ser fiel tente que salvar, la didáctica crítico-genea-
a un programa preestablecido ni debe tam- lógica tiene por cometido más destacable y
poco aspirar a encontrar en cualquier rece- procedimiento de principio más habitual la
tario psicopedagógico el remedio para sus generación de situaciones de aprendizaje
problemas, pues ello es totalmente incom- que interroguen e interpelen a los sujetos
patible con una crítica hecha desde la dia- (al profesorado y al alumnado) sobre sus
léctica negativa. La crítica de la escuela, ideas poniendo en cuestión el propio pen-
siempre negativa, no puede tornarse afir- samiento. En cierto modo, los dispositivos
mativa mediante la formulación de una al- pedagógicos promovidos por la didáctica
ternativa superadora de las contradicciones crítica pueden entenderse como un conjun-
inherentes al sistema escolar. to de operaciones en virtud de las cuales el
Por consiguiente, la construcción de la sujeto se observa, se descifra, se interpela,
escuela como espacio público necesita se narra, se domina, etc. (Larrosa, 1995,
prácticas sociales convergentes hacia la am- 291). Y ello, como se dijo en la primera par-
pliación de los lugares sociales donde se te de este texto, como consecuencia de la la-
configura una ciudadanía de distinto tipo a boriosa observación de las huellas que el
la que aspira la actual democracia de mer- proceso histórico social ha impreso en no-
cado. En eso consiste desescolarizar y des- sotros mismos y nuestras maneras de pen-
privatizar el conocimiento y recontextuali- sar y sentir. De modo que, a diferencia de
zarlo dentro de los asuntos que nos preocu- lo que habitualmente se cree, no se trata de
pan. Consiste precisamente en promover practicar el célebre mandato socrático de
un conjunto de prácticas pedagógicas gene- “conócete a ti mismo”, sino más bien hallar
radoras de momentos de con-ciencia social ese desconocido que hay en nosotros me-

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

diante el acceso al conocimiento, lo que nos del conocimiento posee inocultables e im-
lleva indefectiblemente a la propuesta fou- prescindibles componentes finalistas de na-
caultiana de “desprenderse de sí mismo” y turaleza ético-políticos insoslayables a la
“exteriorizarse”40. En verdad, el proceso de hora de pensar e imaginar un vida buena y
conocimiento (y la relación de éste con los un mundo mejor. Que la virtud pueda y de-
sujetos) se verifica como exterioridad en la ba ser enseñada es pretensión inevitable de
medida en que implica salir de uno mismo, cualquier proyecto dirigido hacia la emanci-
desencontrarse y transformarse. Podríamos pación; pero, claro está, tal propósito ha de
afirmar que, hasta cierto punto, y frente a la ser sometido a la bridas de la prudencia y
superchería de la identidad fija y estable, el contar con el sano escepticismo que propor-
ejercicio de una didáctica crítico-genealógi- ciona una mirada histórica acerca de cómo
ca comporta un ensayo de tejer y destejer la educación hecha en nombre de esquema
yoes alternativos, de fabricación contradic- ideales de virtud ha generado a menudo su
toria de identidades en el mismo proceso contrario, y no pocas veces se ha hundido
de conocimiento y dentro de las coordena- en los atardeceres más terribles de nuestra
das de poder existentes en los marcos insti- historia del siglo XX. Ello supone un enten-
tucionales donde se vive la educación41. En dimiento complejo de los procesos de subje-
ellos se produce y reproduce el sujeto de tivación, a años luz de cualquier brote de in-
conocimiento en la medida que las relacio- geniería de las conciencias o adoctrinamien-
nes de poder son inseparables del saber y to, porque una y otro precisamente se apo-
de los procedimientos en que éste se trans- yan, como todo pensamiento de estirpe au-
mite e incorpora al individuo transformán- toritaria, en el supuesto de la identidad sus-
dole. Esta metamorfosis ocasionada por la tancial e inflexible del sujeto, en el sujeto
práctica pedagógica se efectúa siempre bajo identitario. Por el contrario, el modelo de
determinadas circunstancias de simetría y subjetivación que proponemos, siguiendo la
asimetría entre los agentes educativos. En ideas de Paz Gimeno (2005) bien podría ser
ese juego de distancias, poderes y saberes el de la dialéctica negativa, esto es, aquel
se forja un repertorio de procesos de desi- que erige la contradicción y lo antidogmáti-
dentificación e identificación, que buscan co en el fondo y la forma del aprendizaje, de
educar el deseo del alumnado hacia la pro- manera que el alumnado –y por supuesto el
blematización del presente y el uso de un profesorado– aprenda a vivir en la ambi-
pensamiento genealógico-crítico. Y ello te- güedad de un conocimiento sobre la reali-
niendo siempre en cuenta el carácter siem- dad social e histórica, que no implique la
pre inconcluso de la identidad (Mèlich, solución para una de las dos perspectivas
2004, 61-62) y, por tanto, de todo acto cons- de la visión dialéctica. Si queremos que
ciente de ser, estar y conocer. nuestros futuros alumnos desarrollen un
Es ya un viejo tema la pregunta a propó- pensamiento crítico y antidogmático, es ne-
sito de si la virtud es enseñable. Un tema, cesario enseñarles a pensar en forma ambi-
como puede comprobarse en los diálogos valente, y a no reducir sus análisis y la com-
de Platón42 aporético y dilemático, que es prensión de los problemas sociales a una
para nosotros, además, ético. En efecto, única perspectiva tomada como verdadera
nuestra propuesta de subjetivación a través (Gimeno, 2005, 5 y 6).

40 Véase especialmente Foucault (1994) y en general todos los trabajos de su última etapa intelectual, en la
que se asiste a un recogimiento sobre el cuidado de sí mismo, una nueva moral que convierte la lucha
resistente frente al poder como una dura ascética del hacerse a sí mismo como si de una obra de arte se
tratara.
41 Poco vínculo posee este procedimiento con la defensa de un sujeto sin ideas ni principios de actuación,
ese individuo flexible creado por el constructivismo. Eso que R. Sennet (2000) llama “hombre irónico”.
42 Platón aborda el dilema de la enseñabilidad de la virtud y las aporías del aprender en el Menón, el Protá-
goras y el Gorgias.

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

Ahora bien, la pretendida educabilidad bién cuestionar las raíces de las identidades
del deseo, esa enseñanza dirigida a desear culturales, denunciando la “mística devo-
más y mejor, que venimos propugnando, ción onfaloscópica” (Sánchez Ferlosio,
nada o muy poco tiene que ver con las 2002, 36) que anida tras la cultura domi-
identidades estáticas, con “los traperos de nante. De esta suerte la desidentificación
las identidades vacantes” (Foucault, 1991, como aspiración de la didáctica crítica enla-
26) y por eso tiene algo de desidentificación za con la impugnación de los mitos cultu-
entendiendo por tal la necesidad de “pen- rales43, haciendo, una vez más, a la didácti-
sar contra uno mismo”, de poner en cues- ca parte de la política de la cultura. Entre
tión las raíces de lo dado comprendiendo ellos los que reposan en el currículo bajo el
su realidad histórico-construida y huyendo género de historias nacionales e identida-
de cualquier esencialismo ahistórico. Desi- des culturales. La hipóstasis de ambos (na-
dentificar equivale a problematizar, a pen- ciones y culturas) comparece como uno de
sar contra las verdades asentadas, contra los principales asuntos que cabe abordar en
las raíces de lo establecido. un didáctica crítico-genealógica44 a fin de
Existe, pues, un sujeto deseable de la di- efectuar esa imprescindible tarea de desi-
dáctica crítica. No es, desde luego, el sujeto dentificación de los alumnos respecto a las
trascendental al estilo kantiano, capaz de la figuraciones ancestrales y fantasmagóricas
autodeterminación y del juicio moral pro- que pesan sobre sus cabezas, combatiendo
pio; más bien el sujeto de un aprendizaje a un tiempo las modalidades más dañinas
crítico-genealógico es el que se experimenta de relativismo cultural, que se presentan a
a sí mismo y se gobierna a sí dentro del haz menudo bajo la petición del principio de
de espacios de poder y saber en los que se tolerancia. No obstante, una cosa es la con-
hace. Como no se cansaba de repetir Fou- dición “inventada” y la debilidad ontológi-
cault, precisamente la genealogía, esto es, el ca de enunciados como “pueblo vasco”, o
pensar históricamente los problemas que “nación española”, o “cultura del vino”, y
nos afectan, constituye, en realidad, una otra muy distinta es la indiscutible fuerza
ontología de nosotros mismos. De ese mo- perfomativa de la acción de las tales creen-
do los postulados de la didáctica crítica (y cias. Pues bien, ahí mismo, en la génesis de
de todo conocimiento que reivindique tal esas creencias, de esas identidades ha de si-
naturaleza) nos devuelven siempre al terre- tuarse la tarea desidentificadora de la di-
no de la gestación de las subjetividades. dáctica crítico-genealógica.
Por tanto, en cierto modo, desidentificar Bien es cierto que el vaciado crítico de
al sujeto de conocimiento es tarea propia las identidades culturales que poseen al su-
de la didáctica crítica. Y ello significa tam- jeto de conocimiento, lo que llamamos de-

43 “El mito de la identidad cultural, distinta e irreductible, postulada para cada pueblo, nación o etnia, la
común condición de los hombres que forman parte de esas etnias, naciones o pueblos, no ya en cuanto
son hombres, sino en cuanto son copartícipes o herederos de tradiciones culturales comunes, quedará
encubierta o eclipsada por el postulado de la irreductible identidad con sus culturas. Cada cultura como
sustancia con la cual se identifica un pueblo, o una nación, o una etnia, pasará de este modo a desempe-
ñar el papel que el tótem desempeñaba entre los pueblos salvajes. Desde este punto de vista, el mito de
la culturas revelaría, y paradójicamente, entre otras cosas, el salvajismo sui generis, refluyente, de la hu-
manidad contemporánea. No es de extrañar, según esto, que la reivindicación de la dignidad cultural
del salvajismo (por ejemplo, la recuperación de las etnias amazónicas) constituya uno de los objetivos de
la Antropología cultural del presente cuando se guía por el siguiente lema de Lévi-Strauss: ‹‹salvaje es el
que llama a otro salvaje››” (Bueno, 1997, 28).
44 En Fedicaria es asunto ya tocado en todos los proyectos curriculares de los grupos fundadores, y es ob-
jeto monográfico de uno de los números de Con-Ciencia Social y de los trabajos y proyecto de tesis de A.
Martín. También de P. Gimeno (2005) que viene a defender la posición de Habermas acerca del célebre
patriotismo constitucional.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

sidentificación (en sentido figurado), des- ma cultural y como necesidad de tolerancia


pierta en él deseos de reidentificación, da- es ocultar cuál equivale a esconder real-
do que sin lazos de pertenencia no es posi- mente el problema; para evitarlo es preciso
ble imaginar el devenir humano, y este im- poner la cultura en su sitio y al capitalismo
pulso suele ser más cierto y acuciante aún en el suyo.
en las edades escolares. De ahí que la di-
dáctica crítica, a fin de asegurar una cierta
seguridad ontológica y evitar los efectos in- Colofón
deseables de las personalidades vacías, fle-
xibles, inconsistentes y postmodernas, De todo lo anterior se desprende que
constructivistas, ha de generar procesos de una didáctica crítico-genealógica (que pre-
reidentificación y de nuevas subjetividades supone una determinada impugnación de
mediante una conducción del deseo hacia la cultura, el empleo de la historia como ge-
un aprendizaje de desear más y mejor en el nealogía de los problemas del presente, y la
camino en el que las nuevas identidades se inserción de lo didáctico como faceta de la
soportan en nuevas ideas y valores. Nuevas política de la cultura) apunta al centro de
ideas, nuevos valores y nuevos sujetos fa- una tarea que, como se vio, resulta ardua:
cultados para cuestionar su propio pensa- la educación histórica del deseo. En ese te-
miento y comprender que, en algún grado, rritorio teórico-práctico se dan cita reflexio-
todos somos, respecto a nosotros mismos, nes contracorriente en torno a la sociedad
extranjeros. actual, dudas más que razonables a propó-
Todos somos extranjeros45 era el título de sito de las virtudes de la escuela del capita-
una de las unidades didácticas de uno de lismo y experiencias ocasionales de nuevos
nuestros proyectos alternativos para la en- materiales, nuevos escenarios de desescola-
señanza de las Ciencias Sociales, y bien pu- rización, y nuevas experiencias de subjeti-
diera convertirse hoy en un programa o vación, que actuarían como alimentación
proyecto de didáctica crítica, que tomara la acumulativa, sin orden de preferencia, de
percepción de la inmigración y las identi- teoría y práctica, de pensamiento y acción.
dades territoriales como base de procesos Precisamente la didáctica que propugna-
críticos de “desidentificación”, de construc- mos se emplaza en un lugar suprainstitu-
ción de nuevas subjetividades críticas por cional, extraoficial y no predefinido episte-
encima del esencialismo cultural y territo- mológicamente, donde se cruzan el pensar
rial, por encima de las respuesta racistas, y el hacer, la necesidad y el deseo. Ahí, en
xenófobas o nacionalistas excluyentes que los espacios públicos escolares, nos forja-
tan extendidas se encuentren en nuestra vi- mos, nos experimentamos, como sujetos de
da cotidiana. Y también, por qué no decirlo, un conocimiento y de una práctica; es allí
por encima y más allá del umbral del pen- donde proponemos generar elementos ra-
samiento políticamente correcto, que con- cionales y afectivos susceptibles de dispo-
funde la crítica con un canon simplista, ur- ner reflexiones y experiencias anticipato-
dido de tópicos y retórica para quedar bien rias, siempre parciales y provisionales, ins-
en público y en las encuestas46. Insistir una piradoras de momentos de con-ciencia (y
y otra vez en la inmigración como proble- práctica) social crítica.

45 Título, a su vez, de una de las unidades didácticas del Proyecto Cronos, uno de los proyectos de enseñan-
za de las ciencias sociales que se gestó y aplicó durante la década de los años noventa, y que con otros
grupos de parecido tenor dio origen a Fedicaria en 1995.
46 El asunto es grave y se trasparenta en las encuestas del CIS sobre la percepción de la inmigración. En
ellas hay un racismo “oculto”, pues se contesta lo que conviene, pero luego en otras respuestas compa-
rece lo que realmente se piensa. Las mismas encuestas son en realidad una trampa, pues predeterminan
qué respuesta es la correcta o no. Las encuestas, pues, “ponen” y “enuncian” el “problema”.

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TEMA DEL AÑO Didáctica crítica. Allí donde se encuentran la necesidad y el deseo

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II
PENSANDO SOBRE...
La obra de Ivor Goodson

Las historias de vida del profesorado: posibilidades y peligros,


por Antonio Bolívar

Historias del currículum e historias de vida en el trabajo de


investigación sobre la enseñanza de Ivor Goodson,
por Montserrat Rifà Valls

Entrevista a Ivor Goodson,


por Montserrat Rifà Valls
Introducción

La sección “Pensando sobre...” de este fundización de esta línea de pensamiento


número se ocupa de la figura de Ivor Go- al aportar nuevas categorías, métodos y
odson. En ella se incluye una entrevista re- problemas de investigación.
cientemente realizada por Monserrat Rifà Así, dando por sentada aquella rela-
Valls, aprovechando su estancia en Barce- ción, Goodson la concibió como un proceso
lona, un artículo de la propia entrevistado- dinámico en el que los factores socioeconó-
ra en el que se da cuenta de su obra y bio- micos, las batallas políticas y los intereses
grafía y otro de Antonio Bolívar con el que de grupos sociales y profesionales se van
se completa la radiografía de su amplia tra- combinando para determinar la cultura le-
yectoria en la investigación educativa. gítima de la escuela. La configuración de
Alumno de Michael Young y de Basil las “asignaturas” y materiales escolares re-
Bernstein en el Instituto de Educación de la produce en su constitución los ecos de los
Universidad de Londres, Ivor Goodson conflictos por el poder, y no debe entender-
puede considerarse como cualificado re- se como mero trasunto de las disciplinas
presentante de la Historia social del currí- académicas. Pero tampoco se limita a refle-
culum, una fecunda perspectiva de investi- jar mecánicamente las vicisitudes de la so-
gación, impulsada en España en su mo- ciedad, ya que el lugar en el que se alojan,
mento por M.A. Pereyra y más tarde por la la escuela, les confiere suficiente autonomía
obra de Raimundo Cuesta sobre la Historia como para determinar ritmos propios en su
como materia escolar. Como se sabe, esta producción.
línea de trabajo ha estado presente, y lo si- Aunque como se verá a continuación
gue estando, en buena parte de las inquie- las inquietudes intelectuales de Goodson
tudes intelectuales de los grupos y perso- están hoy en otros temas, hasta ahora han
nas integrados en Fedicaria. sido la desnaturalización de las materias
Si bien la tesis de las relaciones entre el escolares, su conceptuación como produc-
currículum, el poder y el control social ha- tos culturales políticos y sociales, así como
bía sido recepcionada a través de las obras la utilización de la perspectiva genealógica
de la Sociología crítica de la educación pro- en el estudio de su formación, sus principa-
ducida en el ámbito anglosajón (tanto de les aportaciones para el campo de la didác-
los autores citados como, por ejemplo, de tica crítica. De ahí el interés de Fedicaria
Michael Apple), los trabajos de Goodson por la figura de Goodson en este número
supusieron un paso cualitativo en la pro- de Con-Ciencia Social.

- 57 -
Las historias de vida del profesorado:
posibilidades y peligros

Antonio Bolívar
Universidad de Granada

La obra de Ivor Goodson ha oscilado dominado sobre la historia del currículum


desde el estudio del currículum como una en sus trabajos de los últimos años.
construcción social e histórica, de cuya Este artículo se dedica, sumariamente, a
obra más emblemática (Historia del currícu- esta segunda faceta de historias de vida,
lum. La construcción social de las disciplinas centrándome especialmente en Goodson
escolares), editada en castellano por Miguel (2004), recientemente editado en España, en
Pereyra en Pomares, dio cuenta Alberto los dedicados a recopilar sus últimos traba-
Luis en el primer número de esta revista, a jos sobre la misma temática (Goodson,
una preocupación por el profesor como 2003a; 2005) y, al tiempo, en la obra meto-
agente curricular, con las vivencias y tra- dológica publicada conjuntamente con Pat
yectorias que han configurado su conoci- Sikes (Goodson y Sikes, 2001). Entiendo
miento profesional y práctica de la ense- que este “segundo (o tercer) Goodson”,
ñanza. Si bien cabe ver esas dos grandes aunque sea el último, no es el que más inte-
(pre)ocupaciones como etapas indepen- resa a los miembros de Fedicaria pero, da-
dientes, mejor es considerarlas, como esti- do que los trabajos recogidos en el mono-
ma el propio Goodson, como paralelas, da- gráfico se han orientado sobre él, por ser el
do que el tema de las historias de vida apa- más actual, pretendo introducir algunas co-
rece ya tempranamente1. La otra cara de la ordenadas críticas que, al menos, contribu-
construcción social de la enseñanza es el yan a situar este tipo de discursos y prácti-
conocimiento profesional del profesorado, cas investigadores en nuestra “segunda
que puede ser aprehendido por metodolo- modernidad”, por recoger el término de Ul-
gías cualitativas sobre lo que piensa y sien- rich Beck. He titulado, por eso, el artículo
te sobre su trabajo. La historia social del “posibilidades y peligros” siguiendo el últi-
currículum se complementa, pues, con las mo trabajo recogido en Goodson (2004) y,
historias de vida del profesorado, el estu- en parte, el excelente trabajo de Elliot Eis-
dio de la historia del currículum como ner (1997) sobre las promesas y peligros de
prescripción con el currículum como descrip- las formas alternativas de representación
ción del “curso de la vida”, como muestra la de la investigación.
selección combinada de ambas dimensio- El libro sobre Historias de vida del profeso-
nes que hace en su última obra (Goodson, rado se edita en español, nada menos que,
2005). No obstante, al hilo de los movi- doce años después de su publicación origi-
mientos postcríticos en el currículum y en nal (1992). Como es lógico, muchas cosas
la teoría social, la temática biográfica ha han cambiado y literatura nueva se ha ge-

1 Su artículo “Life histories and the study of schooling”. Interchange, 11(4), 62-76, es de 1981. A principios
de los ochenta se llevó a cabo en Oxford (Saint Hilda) un congreso sobre vidas de profesores, que edita-
ron conjuntamente Stephen Ball e Ivor Goodson: Teacher’s lives and careers. Londres: Falmer Press, 1985.
En ese primer trabajo ya defendía que “para comprender algo tan intensamente personal como la ense-
ñanza es fundamental conocer al docente como persona. Nuestra escasez de conocimiento en esta di-
mensión acusa una manifiesta falta de alcance de nuestra imaginación sociológica” (pág. 69).

- 59 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

nerado en dicho interregno. Entre otras co- (Bolívar, Domingo y Fernández, 2001)– un
sas, el propio Goodson ha ampliado su modo distintivo dentro del paradigma cua-
perspectiva inicial, como aparece en el se- litativo convencional. A su vez, acorde con
gundo de los libros (Goodson, 2003a). Los la sensibilidad postmoderna ante el mundo
cambios producidos desde esa edición ori- de la vida, se ha visto potenciado con las
ginal hacen necesario que el propio Good- nuevas dimensiones del discurso y el texto
son le ponga un prefacio a la actual edición en el llamado giro narrativo (“narrative
española, donde señale algunos de los de- turn”), destacadas por la crítica postestruc-
sarrollos más recientes que ha tenido el turalista. Se trata de otorgar toda su rele-
campo y la menos obvia de que el editor vancia a la dimensión discursiva de la indi-
español haga “un prólogo a un libro que ya vidualidad, a los modos como los humanos
tiene prólogo2”. Por cierto, lo que Goodson vivencian (como decía Ortega, siguiendo a
llama “prefacio a esta edición” se corres- Dilthey) y dan significado al mundo de la
ponde literalmente con el trabajo publicado vida (“lebenswelt” de Husserl) mediante el
(“Developing life and work histories of tea- lenguaje. Hace ya un cuarto de siglo Clif-
chers”) en Goodson (2003a), editado, a su ford Geertz (1994) habló de una refigura-
vez, con mejor traducción, en una revista ción del pensamiento social mediante el
mexicana (Goodson, 2003b), habiendo su- que la cultura y la sociedad son un conjun-
primido alguno de los párrafos finales del to de textos a leer (interpretar) y, más re-
segundo e introducido alguna referencia, cientemente, Pathi Lather (1991) ha habla-
meramente nominal, a España. Podría ad- do de la “diáspora postparadigmática”
vertirlo, sin hacerlo pasar como prefacio es- producida por la seducción del postmoder-
crito ad hoc para la edición española, hasta nismo.
que el avezado lector –como en mi caso–
descubra, por sorpresa, que es otro artículo
que ya ha leído. Familiarizado con la litera- Las historias de vida del
tura de Goodson, éste es muy dado a inter- profesorado: Usos y peligros
cambiar y repetir párrafos entre unos ensa-
yos o libros y otros. En su derecho está, pe- Las historias de vida, como metodolo-
ro también el lector puede reclamar saber gía, tienen su origen en la llamada Escuela
que está leyendo cosas originales, cuando de Chicago de los años veinte del pasado
está ante letras ya oídas. siglo 3, como describen Goodson y Sikes
Estas últimas obras de Goodson se ins- (2001) en el primer capítulo de su texto
criben en un enfoque biográfico-narrativo (“Developing life histories”). A su vez, el
que, tras la crisis del positivismo y el giro campo histórico ha acusado el giro lingüís-
hermenéutico en ciencias sociales, se ha tico-narrativo, entre otras, en una doble
constituido en una perspectiva específica vertiente: (a) la reivindicación del carácter
de investigación con su propia credibili- de relato narrativo de la historia, y (b) enten-
dad, que reclama –como hemos defendido der la “historia desde abajo”, dándole la voz

2 Fernando Hernández, para su justificación, aduce que lo hace a “demanda del profesor Goodson” para
contextualizar la temática del libro en el lector de habla hispana. Pero una gran parte de los lectores no
desconocemos las historias de vida del profesorado y estas cuentan con una cierta tradición sociológica;
por otro, el elenco reseñado es más amplio y extenso que el catalán o los libros publicados por Octaedro,
contando con una tradición (incluida Hispanoamérica) que el prologista parece ignorar (o, al menos, si-
lenciar).
3 Una excelente edición, selección de la opus magna original, se ha editado recientemente en España. Cfr.
William I. Thomas y Florian Znaniecki (2004). El campesino polaco en Europa y en América (Edición a cargo
de Juan Zarco, prólogo de Ken Plummer). Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 422 pp. La
Escuela de Chicago, silenciada en los años de auge del positivismo y funcionalismo en sociología, ha da-
do lugar a lo mejor de la metodología cualitativa: Blumer, Becker, Glasser, Strauss, Hughes, etc. Una
buenas referencias bibliográficas se pueden ver al final del “estudio introductorio” de Juan Zarco.

- 60 -
P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

a los que han vivido los hechos. La “histo- Sobre los diferentes usos de las historias
ria oral” se ha ido constituyendo, por in- de vida en ciencias sociales, Catani y Mazé
fluencia de la antropología, en un nuevo (1982) ya recogían en la introducción a su
modo de hacer historia a partir de fuentes libro siete categorías de relatos de vida: a)
orales y autobiográficas. Antonio Nóvoa, Relatos de prácticas limitadas en el tiempo,
Antonio Viñao y Agustín Escolano, como b) Secuencias biográficas (varios momentos
es conocido, han sido pioneros en su em- de la vida se van insertando en una crono-
pleo –como memoria de la escuela– en el logía personal), c) Entrevistas biográficas o
ámbito de la historia de la educación. relatos biográficos, d) Autoinforme breve
La “historia de vida”, que se puede con- de historia de vida; e) Historia de vida so-
siderar una dimensión particular (relatos cial, f) Reconstrucción biográfica, y g) Au-
de vida biográficos) de la “historia oral”, to-bio-grafía. Por su parte, Pineau y Le-
como objeto de investigación al tiempo que grand (1993: 100-2), de acuerdo con la tra-
metodología, es “investigación y construcción dición francesa muy centrada en la forma-
de sentido a partir de hechos temporales perso- ción de adultos (para la que se requiere ex-
nales” (Pineau y Le Grand, 1993: 5). Si bien plicitar la experiencia de vida), establecen
los relatos de vida siempre hacen referencia tres modos de exploración de las historias
a la singularidad de una vida, refleja a la de vida:
colectividad social de que se trate; como
proponía uno de los introductores de la “(a) Modelo biográfico o relato de una vida por otro:
metodología en Italia y Francia, es posible el trabajo de análisis, interpretación y síntesis sobre la vi-
“leer una sociedad a través de una biogra- da enunciada se realiza, casi en exclusiva, por una persona
distinta de aquel que cuenta esa vida.
fía” (Ferrarotti, 1983: 54). En este sentido, (b) Modelo autobiográfico o relato por el mismo suje-
Maurizio Catani escribió una modélica his- to: en oposición al modelo anterior, el género autobiográfi-
toria de vida, firmada conjuntamente con la co cuenta con una larga tradición, en que el mismo sujeto
persona biografiada (Catani y Mazé, 1982), se enuncia y reelabora lo enunciado.
que le servía para reconstruir la historia so- (c) Modelo dialógico, de “coinvención”, por el que
cial de Francia. Por lo demás, las histo- apuestan, como explicitación conjunta del saber implícito,
entendiendo que el sentido de lo vivido no se reduce a su
rias/relatos de vida en los últimos lustros
enunciación, exige la colaboración del investigador para
ha alcanzado un alto desarrollo, primero en analizar su sentido o coherencia. Hay una “coimplicación
Italia (Passerini, Ferrarotti, Lazega) y en de los actores implicados en las dos operaciones de enun-
Francia (Bertaux, Cattani, Pineau), que Go- ciación y del trabajo sobre lo enunciado” (Pineau y Le-
odson, como anglo, desconoce. Por su par- grand, 1993: 102).
te, en el ámbito hispano ya en 1972 J.F.
Marsal, imitando El campesino polaco, publi- En el ámbito anglosajón los casos de his-
ca una historia de vida sobre un emigrante torias de vida se han empleado más en la
español a Argentina. Otros trabajos pione- formación del profesorado (Carter, 1993),
ros son los de Bernabé Sarabia, el importan- para posibilitar una reflexión sobre la prác-
te libro de Pujadas (1992) o la excelente re- tica y el conocimiento profesional, como ba-
copilación y estudio de J.M. Marinas y C. se para el desarrollo profesional. Para Go-
Santamarina, junto al cuaderno de Jesús M. odson y Sikes (2001) el foco de las historias
de Miguel4. de vida es la realidad personal y el proceso

4 Cfr. Marzal, J.F.(1972): Hacer la América. Biografía de un emigrante español en la Argentina. Barcelona: Ariel;
Sarabia, B. (1985): “Historias de vida”, Reis, 29, pp.165-186; Sarabia, B. (1986): “Documentos personales:
Historia de vida”, en M. García, J. Ibáñez y F. Alvira (Comps.): El análisis de la realidad social. Métodos y
técnicas de investigación social. Madrid: Alianza, pp. 187-208; Pujadas, J.J. (1992): El método biográfico: El uso
de las historias de vida en ciencias sociales. Madrid: CIS; Marinas, J. M. y Santamarina, C. (1993) (Eds.): La
historia oral: métodos y experiencias. Madrid: Debate; y de los mismos autores (1994): “Historias de vida e
historia oral”, en J.M. Delgado y J. Gutiérrez (Coords.): Métodos y técnicas cualitativas de investigación en
ciencias sociales. Madrid, Síntesis, pp. 259-285; y Miguel, J.M. de (1996): Auto/biografías. Madrid: CIS.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

biográfico y su interés responde tanto a ra- ministración, sino por los propios investi-
zones sustantivas (el conocimiento profe- gadores, como ya había apuntado el propio
sional se expresa en narrativas biográficas) Denzin. Si Goodson se ve obligado a esta-
como epistemológico-políticas (dar la voz blecer tantas precauciones sobre el debido
al profesorado es reconocer el derecho a es- uso de la metodología biográfica, para no
tar representado por sí mismo). La enuncia- quedar atrapada al servicio de fines malsa-
ción reflexiva puede ser, debidamente si- nos, es porque realmente el peligro existe.
tuada, un poderoso dispositivo para produ- Por otra parte, como comentaremos
cir la vida y configurar la identidad. después, es reaccio a limitarse a recoger las
Las narrativas biográficas, frente a la voces, reivindicando una reelaboración por
imagen burocrática e impersonal del oficio el investigador. Así, resalta “las limitacio-
docente, se quieren inscribir en un nuevo nes de aquellos métodos que se centran en
profesionalismo, donde se recupera la “au- los mundos prácticos y personales de los
tor-idad” sobre su propia práctica, y el su- docentes y se limitan a los modelos narrati-
jeto se expresa como “autor” de los relatos vos o basados en relatos, [pues suponen]
de prácticas. Al tiempo se pretende sacar al un acto de abdicación metodológica del de-
profesorado del lugar despersonalizado en recho a hablar sobre cuestiones relaciona-
que lo ha situado la investigación educati- das con la construcción social y política”
va (a veces, incluso, mediante el anonima- (Goodson, 2004: 33). Si bien en las historias
to), es una estrategia para el desarrollo pro- de vida aparecen todo un conjunto de da-
fesional personal. Por su parte, Fernando tos personales, no pueden permanecer co-
Hernández, en el referido prólogo, conside- mo personal y privado, exigiendo inscribir-
ra que las historias de vida pueden ser una las en la “construcción social del proceso
estrategia para que el profesorado se haga de enseñanza”. El respeto por el carácter
visible y muestre la generación de su saber idiosincrático y singular (autobiográfico y
profesional. Divide los estudios españoles personal) es una cara del asunto que debe
(catalanes) sobre historias de y sobre los ser considerada, pero esto no debe impedir
profesores en a) narraciones de profesores análisis más contextuales. Los estudios so-
sobre su experiencia profesional, b) estu- bre la vida de los profesores –dice– deben
dios de caso individuales; y c) historias de poner en relación la vida individual y la
vida de profesores. historia social en que se inscribe. Las vidas
En cuanto a peligros, la otra cabeza de y trayectorias profesionales de los profeso-
Jano, los capítulos de Goodson (2004) de res y profesoras se han de asentar en una
1992 ya se escribieron bajo el síndrome de “genealogía del contexto” que las dote de
la grave crítica que Norman Denzin5 había un sentido más extenso, y –al tiempo– otor-
hecho el año anterior en la reunión de la gar toda la relevancia a lo que dicen y sien-
AERA, por lo que abogaba reiteradamente ten. Si la conciencia es construida, más que
por situar las historias de vida en un con- autónomamente producida, argumenta
texto social. En el prefacio actual, aparte de Goodson, es preciso incluir al constructor
constatar los usos malsanos en un contexto (contexto social) junto al que habla. La dis-
de reestructuración del sistema escolar, tinción entre “life story” (relatos de vida) y
continúa reafirmando el posible efecto “co- “life history” (historia de vida, como relato
lonizador” de los trabajos sobre vidas de situado en un contexto histórico), paralela
los profesores, no sólo por la política o ad- a la francesa entre “récits de vie” y “histo-

5 Cfr. Norman K. Denzin (1991): Deconstructing the biographical method. Paper presented at the annual mee-
ting of the American Educational Research Association, San Francisco, abril. Por lo demás, Norman
Denzin es uno de los primeros autores que escribió sobre el tema en su excelente libro Interpretative Bio-
graphy (Newbury Park, CA.: Sage, 1989) y uno de los más autorizados representantes de la investigación
cualitiva, como muestra la edición conjunta con Lincoln del Handbook of Qualitative Research (Neubury
Park, CA: Sage), sucesivamente reactualizado (1994, 2000 y 2005).

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

rie de vie”, le permite conjuntar el compo- cias y percepciones del contexto social en
nente individual con el social. En castella- que viven. Dichos relatos biográficos, en
no, como en alemán (“lebensgeschichte”), cualquier caso subrayan, son sólo el punto
“historia de vida” puede abarcar ambos de partida, puesto que la investigación so-
sentidos. bre “historia de vida” está interesada en
El problema proviene, además, de que, comprenderlos dentro de una base más am-
dado que el sujeto es un proyecto reflexivo, plia. La metodología se juega, pues, en la
en continua elaboración, como han resalta- transformación de las “life-stories” en “life his-
do Giddens o Ricoeur, no una entidad esta- tories”, lo que –como argumentan Goodson
ble y fija, el relato de vida proporciona una y Sikes (2001: 17)– no deja de ser “un movi-
conciencia parcial y selectiva en esa cons- miento peligroso, porque posibilita a los in-
trucción del yo, realizada siempre desde la vestigadores un considerable poder coloni-
perspectiva que da una coyuntura temporal zador para localizar el relato de vida con
particular. Captar este proceso emergente toda sus inevitables selecciones, cambios y
–señala Goodson– requiere una modalidad silencios”. Pero, sin situar los relatos en las
de historia social que sitúe el yo en un geografías sociales en que están inmersos,
tiempo y espacio, en una especie de “carto- permanecerían aislados de las condiciones
grafía social” del sujeto. Los relatos que los sociales y procesos históricos en que se han
profesores nos cuentan son siempre singu- construido. La tarea de esta transformación
lares, selectivos y específicos, situados en es hacer visible los modos en que los rela-
un espacio y tiempo. Por eso mismo deben tos de vida personales están mediados por
ser complementados con otras narraciones imperativos culturales y políticos más am-
del mismo sujeto, en otros espacios y tiem- plios. Al respecto, los análisis derivados de
po, en primer lugar; y con otros medios la “teoría fundamentada” ofrecen guías pa-
(documentos, testimonios orales) que ayu- ra analizar los textos de los relatos.
den a comprender el contexto donde toman El postmodernismo y la crítica postes-
un sentido más amplio. Relatos autobiográ- tructural han resituado el problema del in-
ficos sí, pero reelaboración biográfica tam- vestigador y del práctico dentro de los nue-
bién. Precisamente, esta relevancia al con- vos modos discursivos. La crítica a las gran-
texto en Goodson impide la crítica de que des narrativas da lugar a limitarse a las mi-
formule un tratamiento individualista. cro-narrativas individuales y locales de los
sujetos, sin pretender una verdad universal
que los transciendan. Finalmente, si éstos
discursos originarios no deben ser “mani-
El problema metodológico:
pulados” (re-presentados) por el investiga-
transformar los relatos de vida en dor, sólo cabría “evocarlos” en sus propias
historias de vida y múltiples voces. Pero, si las voces del
profesorado pueden ser re-presentadas al
Ivor Goodson y Pat Sikes (2001), en su servicio de los propósitos académicos del
guía metodológica, recogen las principales investigador, con el consiguiente peligro de
dimensiones para emplear las historias de la colonización académica; tampoco las
vida en la investigación educativa. Contar propuestas –como los nuevos movimientos
las propias vivencias y “leer” (en el sentido reclaman– de que los profesores y profeso-
de “interpretar”) dichos hechos/acciones, a res se “presenten” por ellos mismos sería
la luz de las historias que los agentes na- una solución. En definitiva, entre uno y
rran, se convierte en una perspectiva pecu- otro extremo se juega la investigación bio-
liar de investigación. En primer lugar, la re- gráfica.
cogida de datos biográficos, reuniendo En fin, estamos ante el dilema de conju-
–mediante entrevistas biográficas – un con- gar un punto de vista del nativo (emic) y del
junto de relatos de vida en que la gente, en investigador (etic). Ni sacralizar los relatos,
una situación de diálogo interactivo, habla ni tampoco asimilarlos a tradicionales mo-
del curso de su vida y narra sus experien- dos paradigmáticos de conocer, en los que

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

vanamente encajarían. Bourdieu (1999), en senting teachers: bringing teacher back in”,
una obra (La miseria del mundo) que ha cau- recogido en Goodson, 2003a y 2005) se pre-
sado impacto en el mundo sociológico, ha gunta, ¿cómo (re)presentar a los profesores
renunciado a cualquier tipo de tratamiento en medio de esta crisis representacional? La
académico de las voces, para limitarse a salida –con relevancia metodológica– que
presentarlas ordenadamente y titular de aporta, como ya ha aparecido antes, es dis-
modo coherente la transcripción de las 182 tinguir entre “relatos de vida” (life story) e
entrevistas. Así, señalan al comienzo: “en- “historia de vida” (life history). El “life-
tregamos aquí los testimonios que nos die- story” es el relato inicial que una persona
ron hombres y mujeres en relación con sus hace de su vida; por el contrario, el “life-
existencias y la dificultad de vivir. Los or- history” es un relato triangulado, siendo un
ganizamos y presentamos con vistas a con- punto del trípode la propia “life-story”, pe-
seguir que el lector les dirija una mirada ro complementado con los testimonios de
tan comprensiva como la que nos imponen y otras personas, fuentes documentales,
nos permiten otorgarles las exigencias del transcripciones o archivos relacionados con
método científico”. Sólo al final del libro se la vida/s en cuestión. Esta “historia de vi-
dedica un apartado (titulado “Compren- da” tiene la función de comprender los pa-
der”) a plantear algunos de los presupues- trones de relaciones sociales, construcciones
tos epistemológicos con los que han opera- e interacciones en que la vida está envuelta.
do en la investigación. Si bien dice no creer “Si la life-story individualiza y personaliza, la
en “la ilusión espontaneista del discurso life-history contextualiza y politiza”, afirma. El
que habla de sí mismo” y que ya hay una primero es una narrativa de acciones, el se-
interpretación al reescribir las entrevistas gundo una genealogía del contexto. Los re-
orales para que sean legibles, asombra que latos de vida se tienen que conjuntar e ins-
no aparezcan ningún tipo de análisis, justo cribir los relatos de contexto (“story of con-
para ser fiel a las voces de la gente. text”), el agente (life-story) en la estructura
Pero respetar en exceso el discurso emic (life-history), que solo puede hacer el inves-
de los profesores y profesoras, cifrándose tigador mediante una “history” que inscri-
en el sentido hermenéutico de sus voces, ba los vidas individuales en los patrones de
conduce a que la interpretación queda pre- relaciones sociales. Narrativas de gentes y
sa dentro de los horizontes de los interpre- narrativas del investigador, fenómenos y
tados (como sería una etnografía de los método se funden, productivamente, para
brujos azande hecha por uno de ellos), im- comprender la realidad social.
posibilitando toda explicación comparativa, La cuestión sobre si el relato del investi-
generalizable o teórica; lo que torna super- gador sea una buena descripción o un “ma-
flua cualquier tarea de análisis. Goodson, nipulación” a su servicio depende, mantie-
por lo que ha aparecido anteriormente, se ne Goodson, más bien, de cómo se re-escri-
muestra contrario a esta postura textualista ba la historia o re-presenten las voces en di-
radical, reivindicando, para que dichos in- cho contexto ampliado. Construir un infor-
formes sean relevantes, la reelaboración por me de investigación, como texto narrativo,
el investigador. El peligro latente de poner- es realizar una interpretación hermenéuti-
las al servicio del investigador, por ejemplo ca, donde cada parte adquiere su significa-
en la selección de voces, sin reflejar otras do en función del todo, y el informe como
realidades, por ejemplo las voces disonan- totalidad depende –a su vez – del significa-
tes de los malos docentes (Hargreaves, do de cada parte. El investigador se en-
1996), no se supera por no realizar una ana- cuentra situado entre sus experiencias y
lítica, sino por practicarla de acuerdo con textos del campo y su esfuerzo por dar sen-
los principios de la ética de investigación y tido a lo vivido/recogido. La selección de
con los mejores análisis cualitativos. episodios, voces, observaciones, y especial-
En esta situación, partiendo de que los mente su ordenación y conjunción, junto
relatos no son tan idiosincráticos que impi- con la interpretación, pueden dar lugar a
dan su tratamiento, Goodson (en “Repre- una descripción densa, como buena la histo-

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

ria del caso. A pesar de que contamos con cambio educativo. Goodson (2003a), ya en
algunas guías de trabajo, es también una ta- esta segunda etapa, liga las historias de vi-
rea artística (Eisner, 1997), parecida al buen da con el conocimiento profesional. El de-
periodista que construye una excelente des- sarrollo profesional del profesorado ha de
cripción de una realidad a partir de un ca- inscribirse en las vidas, trayectorias y ciclos
so. Como de la etnografía ha dicho Geertz profesionales, vinculando la dimensión
(1994: 89) es preciso lograr “un continuo profesional con la personal. La investiga-
equilibrio dialéctico entre lo más local del ción-acción puede ahora ser reformulada
detalle local y lo más global de la estructura en el proyecto reflexivo de la identidad
global de un modo tal que podamos formu- profesional. No obstante, en unos tiempos
larlos en una concepción simultánea..., si- de reestructuración y complejidad, también
tuar a ambas partes en un contexto en el el profesionalismo ha de ser reformulado,
que se expliquen mutuamente”. en una línea de profesionalismo democráti-
En cualquier caso, podemos requerir co, regido por principios y flexible.
buenos ejemplares de estudios de caso don- En un amplio planteamiento, Goodson
de se manifiesten los principios metodológi- y Hargreaves (1996) definen cinco tipos de
cos defendidos. Al respecto, Goodson tiene profesionalidad (clásica, flexible, práctica,
muy pocas investigaciones prácticas especí- extensa y compleja), abogando por una
ficas de historias de vida. Más bien lo que profesionalidad más compleja y flexible.
encontramos son ejemplificaciones ad hoc en Una noción más personalizada de profesio-
que se recurre a voces de profesores para nalidad, supone el aprendizaje continuo y
ilustrar los comentarios del investigador. En la búsqueda basada en la propia experien-
su libro (Goodson, 2004) recoge siete estu- cia, una profesionalidad basada en princi-
dios de los autores más relevantes en esos pios, en lugar de cumplir los estándares
años sobre distintos ejemplos de historias exigidos externamente.
de vida (biografía y autobiografía) e historia Además, en los últimos años, como
oral. En ellos aparecen algunas de las cues- muestra la segunda parte de Goodson
tiones clave que, desde entonces, atraviesan (2003a) y fruto de su relación con Hargrea-
este campo: la vida como experiencia y la ves, ha dedicado varios estudios al cambio
vida como texto, relación ética entre investi- educativo. Singularmente, en su trabajo “So-
gador y biografiado, diversos procesos y cial histories of educational change” distin-
usos metodológicos. En el estudio final, se- gue tres dimensiones o factores en los proce-
ñala Goodson que “el debate ético, procedi- sos de cambio: el interno (los agentes en sus
mental y metodológico es ahora vital en es- contextos escolares), el externo (administra-
te campo de estudio emergente” (pág. 311); ción y prescripciones externas) y el personal
por otra, apunta algunas cuestiones que de- (creencias, motivaciones y conocimientos de
berían tratarse: estadios de trayectoria pro- los actores). En determinados momentos
fesional, ciclos de vida, incidentes críticos, pueden estar integrados, mientras que en
historias de vida de las escuelas, etc. otros la “coalición del cambio” puede estar
dominada por uno de ellos. Así en la década
de los 60-70, los agentes internos llegaron a
Conocimiento profesional, cambio ser dominantes, mientras en los 80-90 fue-
educativo y vidas del profesorado ron las fuerzas externas las que quisieron di-
rigir el proceso de cambio. En este nuevo
De modo similar a como sucedió con la milenio, el factor personal (“la personalidad
perspectiva sobre “el pensamiento del pro- del cambio”, que dice el autor) comienza a
fesor” que se agotó en la medida en que se ganar fuerza en un mundo donde la “políti-
olvidó para qué se hacía, puesto que no ca de la vida personal”, en expresión de
basta quedarse en describir los conocimien- Giddens o Beck, está siendo cada vez más
tos o creencias; las historias de vida del relevante. A su vez, no tener en cuenta di-
profesorado no se hacen para sí mismas, si cha dimensión personal puede explicar el
no se vinculan al desarrollo profesional o al fracaso de las iniciativas de reforma.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

Las formas, en exceso racionales, en la pos, cambian los profesores), a nuestra actual
implantación de los cambios así como de la coyuntura postmoderna: en un mundo que
prescripción de estándares, han afectado de ha llegado a ser caótico y desordenado, sólo
modo negativo a las condiciones personales queda el refugio en el propio yo. De modo
de trabajo y vivencia de la profesión (ima- paralelo al fin de siècle anterior, la pérdida
gen social deteriorada, pérdida de autoesti- de fe en el racionalismo ilustrado y en las
ma profesional), sentida como un proceso explicaciones totales del mundo (“l’incrédu-
de “reconversión”. En este contexto, donde lité à l’égard des métarécits”, de que hablaba
los cambios promovidos externamente pue- Lyotard), han abocado a refugiarse en las
den quedar más en simbólicos que en sus- pequeñas, pero auténticas, narrativas per-
tantivos, se requieren nuevos modelos de sonales. En este propósito, los nuevos géne-
cambio educativo que partan de la persona- ros biográficos y narrativos tienen un po-
lidad y vida de los agentes para comprome- tencial para representar la experiencia vivi-
terlos, colaborativamente, con la renovación da en la escolarización. Según el dictum fe-
de sus contextos de trabajo. Cambios al minista “lo personal es político”, por lo que
margen de los sentimientos, inquietudes e reivindicar la dimensión personal del oficio
identidades del profesorado, en la moderni- de enseñar, lejos de un posible neorroman-
dad tardía, están condenados al fracaso. ticismo o una “política expresivista”, puede
Dado, pues, que el trabajo y profesionali- ser uno de los posibles modos de incidir
dad de los profesores junto a sus preocupa- políticamente. Un cierto desengaño ante las
ciones personales están en el corazón de la explicaciones de la subjetividad por refe-
educación, cambiar la educación es cambiar rentes extraterritoriales –por emplear los
las condiciones de trabajo del profesorado. términos de Julia Kristeva– ya fueran socio-
Los cambios deseables deberán ser renego- lógicos o históricos, ha hecho emerger con
ciados con las fuerzas internas a nivel mi- fuerza la materialidad dinámica de la pala-
cropolítico de cada escuela para, posterior- bra del sujeto como constituyente de su co-
mente, por redes o coaliciones, buscar su nocimiento práctico personal, de sus ciclos
generalización. Las historias sociales del de vida o identidad profesional.
cambio fuerzan a no pensarlo al margen de Pero no están exentos de peligros y li-
las vidas profesionales del profesorado. mitaciones. Michael Foucault, Norman
Frente a los cambios racionalmente impues- Denzin o Nikolas Rose han advertido de
tos, que ven en el profesorado un elemento que los métodos biográficos narrativos, si
resistente, Goodson (2003a) ha reivindicado bien permiten dar la voz a los agentes, son
tener en cuenta la “personalidad del cam- también unos dispositivos de saber y de
bio”, como analiza en otro estudio recogido: poder y, como tales, a la vez un instrumen-
to de dominio mediante el acceso al conoci-
“pienso, como estudioso de la educación, que debemos miento de la vida. Este querer saber sobre
dejar de presentar el cambio educativo como un proceso
neutral que ayudamos a facilitar en nombre del progreso y
la vida, además de una “tecnología del yo”
de la mejora. Necesitamos volver urgentemente no a la en formas modernas de confesión (narrar la
“tecnología del cambio” cuanto a “la personalidad” y, por verdad de sí mismo), cuando no de pasto-
ello, a la “moralidad del cambio” (pág. 74). ral, se inscribe –como destacó Norman
Denzin en la ponencia citada– en la lógica
cultural conservadora del capitalismo tar-
Las historias de vida del profesorado: dío, que contribuye a preservar el mito de
entre una política “naive” y un un individuo autónomo y libre, convirtién-
dispositivo emancipador dolo en artículo de consumo en los media.
Conducir toda la cuestión biográfico-narra-
El incremento y popularidad alcanzado tiva al ángulo personal, sin conectarla con
por la investigación narrativa sobre las his- el substrato social y político que -si segui-
torias de vida y biografías de los profesores mos siendo modernos- la sobredetermina,
puede responder, como apuntó lúcidamen- nos llevaría a una visión “políticamente
te su colega Hargreaves (Cambian los tiem- naive”, dejando las cosas como están.

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

Por su parte, desde una perspectiva fou- ca de la vida”, que exige la autorrealización
caultiana, Nikolas Rose (1996), muy segui- de los individuos y donde el yo se convier-
do de cerca en los últimos años por Tom te en un proyecto reflexivo en función de
Popkewitz, puso de manifiesto cómo las su propia biografía.
narrativas de vida, biografía y autoforma- En uno de sus mejores ensayos (“The
ción se puedan inscribir dentro de los nue- story so far: personal knowledge and the
vas tecnologías de gobernación de los indi- political”) Goodson plantea la cuestión y
viduos del “liberalismo avanzado”, cuya señala, en primer lugar, contra el peligro de
esencia consiste en hacerlos responsables. colonización, que para que los profesores
Esta nueva configuración de la individuali- puedan reapropiarse de sus experiencias
dad, con la ilusión de autorrealización, pro- individuales vividas como relatos es nece-
pugna una ética de la personalización como saria una colaboración activa con los inves-
nueva fórmula de reinventar contemporá- tigadores. Además, frente a una política
neamente el hacerse a sí mismo. Las biogra- naive, “los relatos de los profesores deben
fías, convertidas en objeto de saber, se con- proveer, donde sea posible, no sólo una na-
vierten en procedimientos de objetivación rrativa de acción sino también una historia
de los individuos en sujetos. Que, en su lu- de la genealogía del contexto”. Es paradójico
gar, puedan ser un instrumento de autono- que, en un momento en que las condiciones
mía individual o de capacitación profesio- de trabajo del profesorado están sometidas
nal, exige explicitar y negociar al máximo a una fuerte reconversión, haya este auge
las condiciones de su ejercicio y uso (Good- por las narrativas de los profesores. En esta
son y Sikes, 2001, dedican un capítulo a las situación, dar las voces a las profesores, sin
cuestiones de ética y poder en la investiga- entrar en el análisis de las estructuras y sis-
ción sobre historias de vida). temas, puede ejercer un papel conservador.
En cualquier caso, más allá de análisis Aislar los relatos y estudios de las vidas de
foucaultianos o de la modernidad ilustrada, los profesores de dichos contextos sociales
para bien o para mal, como ha sabido des- conduce a una política ingenua: reflexionar
cribir muy bien Ulrich Beck, sociológica- sobre las propias biografías o sobre las imá-
mente nos encontramos en un momento en genes personales de la enseñanza, sin co-
que la individualización institucionalizada nectarlas con otras historias o geografías
fuerza a hacerse la propia vida, con el ries- sociales que las han hecho posibles.
go de no tomar las decisiones acertadas: En cualquier caso, además de hacer visi-
ble las voces y sentimientos del cuerpo do-
“No sería exagerado afirmar que la lucha diaria por cente o de ser un elemento de reafirmación
una vida propia se ha convertido en la experiencia colecti- del conocimiento profesional, las historias de
va del mundo occidental. Expresa lo que queda de nuestro vida pueden constituir una plataforma para
sentimiento comunal. [...] La ideología del mercado neoli-
conocer los efectos de la reestructuración de
beral pone en práctica la atomización con toda su voluntad
política. [...] Vivir la propia vida puede significar que mu- la educación en las vidas docentes. Como re-
chos de los conceptos y fórmulas de la primera modernidad salta Goodson ad finem de la primera parte
se han tornado inadecuados. La biografía normal se con- del libro de 2003 (en su trabajo “Developing
vierte, así, en biografía electiva, reflexiva” (Beck y Beck life and work histories of teachers”):
Gernsheim, 2003: cap. 2).

“La realización de estos trabajos no está exenta de pe-


Esta individualización (que no se puede ligros en un momento en el que la reestructuración avan-
asimilar con “individualismo” o con la au- za, pero renunciar a estos enfoques sería más peligroso
tonomía ilustrada) estaría en la base del au- aún. Los puntos de vista de los docentes sobre el cambio
ge de las historias de vida e identidades en son fundamentales y de vital importancia para nuestra
la modernidad reflexiva con el ocaso de las comprensión de la transformación actual de la enseñanza.
Es de importancia vital que desarrollemos la capacidad de
instituciones tradicionales. Desde coorde- entendimiento longitudinal sobre cómo la práctica de los
nadas similares, Anthony Giddens (1995) docentes se transforma bajo la influencia de los cambios
captó cómo la política emancipatoria de la que vivimos actualmente. Las reformas que ignoran estos
modernidad se ha cambiado por la “políti- temas están destinadas a costosos fracasos”.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

La política de vida, ¿el lugar actual cado, se dio pronto cuenta de las limitacio-
de la contestación? nes de las metodologías biográficas, que se
centran en los mundos personales y prácti-
En su trabajo “Preparing for Posmoder- cos de los docentes, para dar cuenta de las
nity: Story of self” (recogido en Goodson, políticas neoliberales y conservadoras, abdi-
2005), nuestro autor mantiene, siguiendo el cando de la dimensión política y social en el
ensayo de Giddens (1995), que “la política análisis. Esto sólo puede lograrse: a) estu-
de la vida, la política de la construcción de diando el conocimiento personal y profesio-
la identidad y de preservación de la propia nal docente en sus voces, pero en el contex-
identidad puede llegar a convertirse en el to social que se produce (y, en parte, lo ex-
principal lugar futuro de contestación inte- plica); b) estudiar la vida y trabajo docente
lectual e ideológica”. La construcción ines- formando parte de un contexto social más
table de una identidad (personal y profesio- amplio, en la perspectiva de una “construc-
nal) puede ser captada mediante el relato ción social de la enseñanza”. De este modo,
del yo como un proyecto reflexivo que se dice Goodson (1997:140),
expresa narrativamente. Las historias de vi-
da y la narrativa pueden, entonces, ser un “los relatos de acción de los profesores pueden ser
puestos en conexión con `historias del contexto´. De este
fuente vital para estudiar el mundo social modo, los relatos de los profesores, más que limitarse pasi-
en general y la enseñanza en particular. En vamente a ver la reconstrucción continua de la enseñanza,
estas nuevas condiciones, la reflexividad deben llevarnos a desarrollar comprensiones de la cons-
convierte a los actores en “políticos de la vi- trucción social y política. Es un movimiento del comenta-
da” antes que miembros de una comunidad rio de lo que es a la cognición de lo que debe ser”.
política, como muestra Beck o Giddens,
donde las vivencias individuales desplazan Sin ceder a determinadas “modas post-
la preocupación pública. El problema grave modernistas”, que ignoran los espacios cir-
es, pues, ¿cómo anclar la política de la vida cunscritos y trayectorias sociales de las vi-
individual, ya irrenunciable, en un marco das de los profesores, la intención última es
colectivo, una vez disueltas algunas pautas “desarrollar estrategias para que los profe-
colectivas de vida? Al respecto puede valer sores puedan analizar sus vidas y trabajo
la posición de Bauman (2001), uno de los en la enseñanza en modos que ofrezcan, de
mejores analistas actuales: modo tan flexible e informado como sea
posible, una respuesta al mundo social-
“Las posibilidades de que los actores individualizados mente construido de la escuela” (Goodson,
sean “reincrustados” en el cuerpo republicano de la ciuda-
1997: 150).
danía no son nada prometedoras. Lo que los apremia a
aventurarse en la escena pública no es tanto la búsqueda En este contexto, ¿puede tener el valor
de causas comunes y modos de negociar el significado del de una contracultura devolver la voz al do-
bien común y los principios de vida en común, como la de- cente, frente al silencio de dejarlo en la som-
sesperada necesidad de “interconectarse”: compartir inti- bra que los investigadores, poderes fácticos
midades suele ser el método preferido, si no el único que o simplificaciones que efectúan los medios o
queda, de “construcción de una comunidad” (pág. 62). la administración han hecho en las últimas
décadas? Goodson estima que la virtualidad
En las nuevas condiciones de reconver-
de las historias de vida es incrementar la vi-
sión del trabajo docente las historias de vida
sibilidad de los profesores y profesoras, ma-
puedan, en efecto, ser un buen dispositivo
nifestando con su voz sus perspectivas so-
para ver los efectos de la reestructuración
bre la educación. En el penúltimo trabajo
en las vidas y condiciones laborales o para
(“Sponsoring the teachers voice”), recogido
comprender la crisis identitaria a nivel per-
en Goodson (2005), se resaltaba en 1991:
sonal y profesional; pero también conlleva
el peligro (Hargreaves, 1997) de centrarse “La propuesta que realizo es esencialmente una re-
en lo personal, olvidando los marcos colecti- conceptualización de la investigación educativa para ase-
vos y políticos, base para el cambio social (y gurar que la voz del profesorado es oída, fuertemente oída
educativo). Goodson, como ya hemos desta- y articulada”.

- 68 -
P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

Justamente, cuando la política educativa CATANI, M. y MAZÉ, S. (1982). Tante Suzanne:


más acentúa el control a distancia del traba- Une histoire de vie sociale. Paris: Méridiens/
jo de los docentes, ya sea por fijación de es- Klincksieck.
tándares o por control de resultados, el po- EISNER, E. (1997). The Promise and Perils of Al-
ternative Forms of Data Representation. Edu-
sible valor contracultural de hacerlos visi- cational Researcher, 26 (6), 4-10.
bles, dependerá de que les permita conectar GEERTZ, C. (1994). Conocimiento local. Ensayos
las identidades adquiridas con proyectos sobre la interpretación de las culturas, Barcelo-
futuros atractivos de forma razonablemen- na: Paidós.
te coherente, posibilitando una recomposi- GIDDENS, A. (1995). Modernidad e identidad del
ción biográfica de la identidad en nuestras yo: el yo y la sociedad en la época contemporánea.
circunstancias cambiantes. En una situación Barcelona: Península.
ambigua y en un momento de grave crisis GOODSON, I. F. (1997). The Life and Work of
Teachers. En BIDDLE, B. J.; GOOD, T. L.;
del sistema escolar público, articular nue-
GOODSON, I. F. (Eds.): International Handbook
vas condiciones para el ejercicio de la pro- of Teachers and Teaching (vol. I). Dordrecht:
fesión, y su consiguiente reconocimiento Kluwer Academic Publishers, pp. 135-152.
social y público, resulta una empresa GOODSON, I. F. (2003a). Professional Knowledge,
arriesgada. En cualquier caso, en la segun- Professional Lives: Studies in Education and
da modernidad, la política emancipatoria Change. Maidenhead, Philadelphia: Open
de la primera modernidad requiere conec- University Press.
tarse con la política de la vida. Con la luci- GOODSON, I.F. (2003b). Hacia el desarrollo de
dez que le caracteriza, dice Bauman (2001), las historias personales y profesionales de
los docentes. Revista Mexicana de Investigación
Educativa, 19, 733-758. Traducción de un ca-
“que nuestra individualidad es producida socialmente
pítulo (“Developing life and work histories
es a estas alturas una verdad trivial; pero sigue haciendo
falta repetir con más frecuencia el reverso de esta verdad:
of teachers”) de su libro de 2003. Versión
la forma de nuestro carácter social y por tanto de la socie- electrónica en: http://www.comie.org.mx/
dad que compartimos depende a su vez de la manera en revista.htm
que se enmarca la tarea de la individualización y en que se GOODSON, I.F. (ed.) (2004). Historias de vida del
responde a ella” (pág. 165). profesorado. Barcelona: Octaedro y EUB. Tra-
ducción de Aida Sánchez de Serdio [ed.
orig.: Studying Teachers’ Lives. London: Rou-
tledge, 1992].
GOODSON, I.F. (2005). Learning, Curriculum and
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BAUMAN, Z. (2001). La sociedad individualizada. Lives. London: Open University Press
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dividualización. El individualismo institucionali- llana: “A vueltas con la voz”, Kikiriki, 42/43,
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Educational Researcher, 22 (1), 5-12 y 18. bridge University Press.

- 69 -
Historias del currículum e historias de vida
en el trabajo de investigación sobre la
enseñanza de Ivor Goodson

Montserrat Rifà Valls


Universitat de Barcelona

Introducción. Rasgos de identidad investigación que trata, en las entrevistas


de la clase trabajadora en la que le realizan y también en los textos que
escribe2. La narración de su experiencia co-
biografía personal y profesional de
mo alumno, a la que presta una atención
Goodson especial para analizar críticamente las
oportunidades –en términos de aprendizaje
Este artículo recorre el trabajo de inves- y de clase social– que tenían los hijos de la
tigación en el campo de la enseñanza de clase obrera en Inglaterra en el contexto in-
Ivor F. Goodson, a través de los tres aparta- mediatamente posterior a la segunda gue-
dos que lo constituyen, con la finalidad de rra mundial, empieza del modo siguiente, a
entrelazar la narración sobre su biografía partir de relatar su vínculo con la escuela:
personal y profesional con los contextos so-
ciales de las fuentes, metodologías y con- “…desde el comienzo experimenté extrañas contra-
ceptos de estudio de las historias del currí- dicciones, porque mientras por un lado se suponía que yo
culum y las historias de vida1. Para empe- debía aprender, la mayoría de preguntas a las cuales bus-
caba, a tientas y sin poder expresarlo, una respuesta, no se
zar este itinerario, quiero presentar a Go- encontraban en el programa del centro. Eran, debo recono-
odson a partir de establecer una continui- cer, preguntas por lo general infantiles, pero giraban en-
dad entre su experiencia como alumno y su torno a mi comprensión del mundo en esa época. Eran te-
experiencia como profesor e investigador, mas que conversábamos en casa: ¿Por qué tenía que traba-
y describir cómo se mantienen en este trán- jar tanto mi padre? ¿Por qué no lo veía por las mañanas,
sito los rasgos de identidad de la clase tra- ni hasta tarde por la noche? ¿Por qué mi madre tenía que
trabajar para ‹‹mantenerme››? ¿Por qué los campos donde
bajadora. Esta tarea es bastante sencilla de
jugaba se estaban cubriendo de urbanizaciones cada vez
realizar, si tenemos en cuenta que Goodson más extensas destinadas a personas de escasos recursos?
se refiere a menudo a la imbricación de su ¿Por qué debíamos caminar (y luego ir en coche) cinco ki-
propia historia personal con los temas de lómetros para llegar hasta la escuela? ¿Por qué estaba la

1 En este artículo de reseña bio-bibliográfico, se revisa la producción académica de I.F. Goodson, a partir
de situar sus fuentes y temas de investigación, y mediante la inclusión de numerosas citas y referencias
que espero que sirvan para dialogar con su obra y contextualizar los cambios habidos a lo largo de su
carrera. Para la elaboración de este artículo, me he basado, en buena parte, en algunos capítulos de mi
tesis doctoral, titulada Discurso, poder y subjetividad en el currículum (Universitat de Barcelona, 2003). Este
artículo y la conversación que se incluye a continuación pueden verse como complementarios. De esta
forma, el lector podrá establecer puentes entre ambos textos, y aunque funcionan de forma autónoma,
se recomienda una primera lectura de este artículo para abordar después el texto que surge de la con-
versación con Goodson.
2 En la selección bibliográfica, el lector encontrará referencias a varias entrevistas realizadas a Goodson,
publicadas en revistas especializadas. Por otra parte, en El cambio en el currículum (Octaedro, Barcelona,
2000) se incluyen un par de entrevistas a este autor y algunos textos que explicitan la relación entre su
biografía personal y los temas que investiga.

- 70 -
P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

escuela en un pueblo elegante y no en el mío? ¿Por qué se de identidad de profesores y alumnos co-
trataba de modo diferente a los niños de mi pueblo que a mo productoras de comprensiones sobre el
los niños de la localidad donde estaba la escuela?”.
mundo. En la biografía de Goodson, el ex-
I.F. Goodson: “Investigar la enseñanza: de lo trañamiento provocado por la vida escolar
personal a lo programático”, El cambio en el currí- se ve compensado por la relación positiva
culum, Octaedro, Barcelona, 2000, p. 46. con los amigos con los que compartía esa
En muchas ocasiones, cuando se refiere misma sensación de rechazo de la institu-
a sus vivencias como alumno, Goodson ción hacia los de su clase, hasta el punto
destaca el sentido de alienación que el en- que, dadas las circunstancias, un trabajo en
torno, la organización, el contenido y las una fábrica de patatas fritas podría llegar a
relaciones escolares le proporcionaban. De ser percibido por un adolescente como un
esta forma, narra que, durante su experien- espacio de libertad. En su historia perso-
cia como alumno de once años, el currícu- nal, Goodson señala, a menudo, la impor-
lum escolar era un factor de desplazamien- tancia del vínculo con la comunidad a la
to cultural en el espacio del instituto selec- que perteneció, que mediará en la elección
tivo de enseñanza secundaria. Así, nos de sus trabajos futuros y en el compromiso
describe que en el instituto de bachillerato que adquirirá como profesor y como inves-
“el currículum hizo que el sentido de dico- tigador con los demás, y también destaca
tomía que había experimentado en la es- otra figura positiva, la del profesor de his-
cuela primaria pareciese poca cosa. En toria que le invitó a regresar a la escuela y
aquel centro, no sólo el contenido era ex- a retomar sus estudios de bachillerato:
traño y aburrido, sino la forma misma de
“Don: Hablas mucho de las vidas de los profesores.
transmitirlo y la estructura (…) me dejaban ¿Cómo han influido tu propia infancia y adolescencia so-
totalmente perplejo. Mi experiencia escolar bre el tipo de profesor que eres?
se parecía a la de aprender un idioma ex- Ivor: Me crié dentro de una comunidad de clase obrera
tranjero”; o en otras palabras, nos cuenta muy unida y feliz, bien organizada, con sus propios valores
que “en el instituto me marchité: hice nue- que aún considero valores excelentes, y nunca he encontra-
ve exámenes de nivel ordinario y suspendí do un grupo mejor de personas. Vengo de una comunidad
de la cual estaba muy orgulloso y tuve que dejarla para asis-
ocho. A los quince años me encontré traba- tir a un instituto de bachillerato bastante alejado. Fui el
jando (…) regresé al colegio y a pesar de único niño del pueblo que asistió a este instituto. De tal ma-
encontrarme aún aplastado por un sentido nera que desde muy joven sentí un desarraigo de mi comu-
de alienación ante las disciplinas, comencé nidad porque sólo había un pequeño grupo de niños como yo
a realizar las pruebas de repetición mecá- en el centro, y éramos bastante identificables. Por eso no me
nica y de memorización que se premiaban gustó mucho el colegio, aunque me entusiasmaban algunas
de las ideas que circulaban. Pero me urgía juntarme con mis
con éxito en los exámenes”3. De forma co- amigos en la vida laboral. Así que dejé el colegio en cuanto
herente con esta experiencia de exclusión, pude, que fue a la edad de quince años para trabajar en una
ya de mayor, tal como nos indica Kinche- fábrica. Fue sólo por casualidad que volví al colegio. Mi pro-
loe, la clase social adopta en la teoría de fesor favorito en el instituto de bachillerato, un profesor de
Goodson una especial relevancia al soste- historia, vino a la fábrica, conversó conmigo durante un
ner que es necesario explorar los “recuer- descanso para el almuerzo y me insistió que volviera. Al re-
gresar comencé a tener mejores resultados y posteriormente
dos peligrosos del currículum”, que consti-
fui a la universidad. Pero al asistir a la universidad no dejé
tuyen la formación de la conciencia de los mi comunidad. Me quedé en casa y viajé a Londres. Cuando
grupos sociales y de los sujetos en los pro- por fin comencé a enseñar, lo hice directamente desde mi co-
cesos de escolarización4. Estudiar y contex- munidad y con un fuerte sentido de los valores y aspiracio-
tualizar tales formaciones le permitirá ir nes de mi grupo de origen, que aún aprecio.
descubriendo de qué manera los prejuicios I.F. Goodson: “A modo de introducción. Una en-
de clase median en las oportunidades de trevista a Ivor Goodson por Don Santor”, El cam-
aprendizaje y en las autorepresentaciones bio en el currículum…, 2000, pp. 43-44.

3 I.F. Goodson: El cambio en el currículum…, 2000, pp. 46-47.


4 J.L. Kincheloe: “Introducción”. En I.F. Goodson: El cambio en el currículum…, 2000.

- 71 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

En el segundo apartado de este artículo, “…Goodson sostiene que los educadores que se pre-
situaré otras influencias que Goodson valo- ocupan por el establecimiento de un currículum social-
mente justo deben afirmar constantemente la necesidad
ra positivamente en su relación con otros
de mantener un diálogo permanente alrededor de la cons-
profesores e investigadores, pero principal- trucción del conocimiento. Dominando los datos específi-
mente abordaré los contextos y referentes cos de la construcción socio-histórica del currículum,
que orientan el trabajo de Ivor Goodson, Goodson sabe que el contenido y la forma de un plan de
con la intención de identificar cómo a lo estudios de una institución, privilegia tácitamente una
largo de su biografía ha ido incorporando constelación particular de relaciones políticas y de jerar-
conceptualizaciones y perspectivas que quías sociales”.
emergen del campo de estudios del currí- J.L. Kincheloe: “Introducción”, en I.F. Goodson:
culum y también de la sociología y la histo- El cambio en el currículum…, 2000, p. 31.
ria de la educación. Según Kincheloe, las
influencias que recibe Goodson en la cons- En el tercer apartado de este artículo,
trucción de un marco multidimensional pa- se presentarán los aspectos principales de
ra el estudio del currículum proceden de un mapa del trabajo de Goodson como in-
diversas fuentes y sus opciones son com- vestigador en el campo de la enseñanza a
partidas por la sociología clásica del cono- partir de recorrer sus investigaciones so-
cimiento (Weber, Mead, Schurtz, Goffman, bre las historias del currículum y las histo-
Berger y Luckman), los Nuevos Sociólogos rias de vida, que aparecen simultáneamen-
de la Educación británicos (Davies, Young te en su obra. Además, en la actualidad,
y Bernstein), el análisis político de la edu- Goodson no sólo mantiene en su trabajo el
cación en Estados Unidos (Apple, Giroux, interés por estos dos campos de estudio si-
Wexler y Anyon, entre otros), y la historia no que establece y potencia el vínculo en-
estadounidense del currículum (Jackson, tre ambos modos de investigación. Así, re-
Kliebard y Pinar)5. Así, me referiré a la lo- correré las principales aportaciones a la
calización de Goodson en relación a las historiografía realizadas por Goodson, que
fuentes críticas del campo del currículum, incorpora una mirada compleja y caleidos-
que emergen con fuerza a finales de la dé- cópica en los estudios del currículum y de
cada de los sesenta y principios de la déca- las vidas del profesorado. A partir de la
da de los setenta del siglo XX en Inglaterra década de los noventa, Goodson se sumer-
y Estados Unidos, entre otros países. Este girá en los discursos postcríticos del currí-
recorrido coincide en el tiempo con su in- culum, lo que define una segunda época.
greso en la universidad y con la publica- Las influencias y descubrimientos que re-
ción de sus trabajos académicos hasta prin- cibe durante este periodo se percibirán cla-
cipios de la década de los noventa, cuando ramente al final de este artículo y, en espe-
se produjo un giro en el pensamiento críti- cial, a lo largo de la conversación manteni-
co de la educación, que incorporará ele- da con él. En síntesis, las relaciones entre
mentos del postestructuralismo, el feminis- lo personal y lo social, lo biográfico y lo
mo, el postcolonialismo, etc. A modo de político, tejen su identidad como investi-
presentación de esta primera época, quiero gador de la enseñanza, a través de los dos
citar a Kincheloe, quien define a Goodson ámbitos de su trabajo, de los que emergen
como un “construccionista socio-histórico” múltiples y diversos subtemas y concep-
del currículum y de las asignaturas escola- tualizaciones, y mediante los cuales reivin-
res, un calificativo que le compromete con dica el papel activo de los profesores en el
una perspectiva crítica de la educación pa- desarrollo curricular para el cambio edu-
ra la transformación social: cativo:

5 John L. Kincheloe sitúa las influencias que recibe el trabajo de Goodson en la excelente introducción a la
obra que se menciona en la nota anterior. En este texto, contextualiza los temas de investigación de este
autor en relación a los saberes y perspectivas de investigación crítica en los estudios y la sociología del
currículum.

- 72 -
P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

“En el corazón de la mayoría de mi investigación está en sí mismo un acto de producción cultu-


la creencia de que tenemos que comprender lo personal y ral; e igualmente importante, porque “lo
biográfico si queremos comprender lo social y lo político.
que realmente cuenta” en el campo que pre-
Esto, lejos de una única percepción, no obstante nos permi-
te analizar la empresa educativa desde una ventaja alta- tendemos estudiar es una construcción6.
mente productiva. La mayor parte de los escritos recientes Apple explica que, por un lado, como acti-
sobre cambio social y educativo, e igualmente la mayoría de vidad social y cultural, cualquier campo en
nuevas iniciativas gubernamentales, a través de las socie- general abarca dinámicas intrincadas, his-
dades occidentales han actuado negando o ignorando las torias en parte sobrepuestas y múltiples, y
misiones personales o las trayectorias biográficas del perso- está en constante movimiento. Por otro, los
nal clave. Mientras a menudo esto proporciona la evidencia
de la ‹‹acción simbólica›› hacia los electorados o las audien-
límites académicos están ellos mismos cul-
cias profesionales, la evidencia a nivel del servicio de comu- turalmente producidos, y son, a menudo, el
nicación es mucho menos impresionante. Algunas veces la resultado de acciones políticas complejas, a
formalidad simbólica de los objetivos, tests y tablas ganan través de las cuales tenemos el poder de
un apoyo constitutivo amplio en las pruebas iniciales des- imponer y de declarar qué es o qué no es
pués de haber tenido a menudo efectos negligentes o incluso materia de investigación legitimada en un
contradictorios en su expresión. El punto de contradicción
campo de estudio. Este planteamiento es
es a menudo la ignorancia o menosprecio hacia las misiones
personales o los mandatos biográficos. Por tanto, éste pare- coincidente con la aproximación de Good-
ce un buen lugar para localizar nuestros estudios (e incluso son en torno a la comprensión de la historia
nuestras políticas) no de un modo reluctante al final de un del currículum y la escolarización, ya que
proceso pero sí entusiasta en su comienzo”. sostiene que en este proceso de construc-
I.F. Goodson: Learning, Curriculum and Life His- ción y reconstrucción de un campo acadé-
tory, Routledge, Londres, 2005.p. 3 [edición cas- mico, no sólo se reordenan los límites y los
tellana, en prensa]. objetos de estudio, a partir de la reciproci-
dad productiva de las relaciones poder-sa-
ber, sino que también se delimitan y consti-
La localización teórica y política de tuyen las identidades académicas. Históri-
Goodson en los contextos y fuentes de camente, la emergencia de los discursos crí-
ticos del currículum a finales de la década
los estudios del currículum, la
de los sesenta del siglo XX, debe estudiarse
sociología y la historia de la educación como un espacio donde interseccionan las
contribuciones realizadas por las teorías del
currículum y la sociología y la historia de la
Momentos fundacionales en la historia educación7. Goodson irá incorporando en
del currículum como concepto y como su trabajo como investigador estos descu-
campo de estudio: el papel de la brimientos, que están estrechamente rela-
disciplina y la diferenciación social en la cionados con los contextos de su biografía y
escolarización moderna de masas su formación. Lo que mantienen en común
los discursos críticos del currículum es su
Establecer las coordenadas de un campo oposición a las perspectivas tradicionales y
de estudio no es una tarea fácil, porque, tal tecnológicas de la enseñanza, de ahí que
como afirma Apple, examinar un campo es quiera iniciar este recorrido señalando el

6 Apple reproduce aquí a Noblit y Pink. Véase: M.W. Apple M. W.: “Power, Meaning and Identity: Criti-
cal Sociology of Education in the United States”, British Journal of Sociology of Education, vol. 7, nº 2
(1996), pp. 125-145.
7 W.F. Pinar, W. Reynolds, P: Slattery y P. Taubman han establecido una periodización en la historia del currí-
culum como campo de estudio, que contextualizan social y políticamente. Así, se refieren a: (I) la fase inicial,
que comprende un siglo de vida del campo y que denominan etapa de “Creación y transformación, 1828-
1927”; (II) la segunda fase, que es la etapa de “Crisis, transformación y crisis, 1928-1969”; (III) en tercer lugar,
narran “La reconceptualización del campo, 1970-1979”, y (IV), describen una etapa ulterior más ecléctica en
la que se agrupan los “Discursos contemporáneos del currículum, 1980-1994” (Pinar et al.: Understanding Cu-
rriculum. An Introduction to the Study of Historical Curriculum Discourses, Peter Lang, Nueva York, 1995).

- 73 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

esfuerzo sistemático de algunos investiga- nista. Posteriormente, Hamilton subrayó la


dores del currículum, entre los que se en- complementación de los términos “clase” y
cuentra Goodson, por historizar la emer- “currículum” en la historia de la escolariza-
gencia del currículum como dispositivo de ción moderna de masas10 . La historia del
regulación social vinculado al nacimiento currículum está íntimamente ligada a la fi-
de la escolarización moderna de masas. nalidad de incrementar el control en los
En “‹‹Carros de fuego››. Etimologías, procesos de instrucción a la que tendrán de-
epistemologías y la emergencia del currícu- recho todos los ciudadanos, y que es de ori-
lum” (El cambio en el currículum,… 2000), gen más reciente ya que debe conectarse
Ivor Goodson, constata la anticipación de la con los logros conseguidos a partir de la Re-
relación entre conocimiento y control a tra- volución Francesa11. El currículum como ar-
vés de la emergencia del currículum y ex- tefacto de regulación social se relaciona así
plica que esto funciona a un doble nivel: con la emergencia de una escolarización
“Primero existe el contexto social en el que obligatoria, pública, laica y gratuita para to-
se concibe y produce el conocimiento. En da la población, que es necesario controlar.
segundo lugar está el modo en que este co- En esta línea de comprensiones sobre la his-
nocimiento se ‹‹traduce›› para usarlo dentro toria del currículum como una historia pa-
del medio educacional particular. En este ralela a la de la escolarización, es importan-
caso, las clases, y más adelante, las aulas”8. te precisar, tal como explica Goodson, que:
Goodson reproduce aquí el recorrido histó- “Si bien ‹‹clase y currículum›› entraron a formar
rico-etimológico que David Hamilton y Ma- parte del discurso educativo cuando la enseñanza se trans-
ría Gibbons han reconstruido hasta llegar a formó en una actividad de masas, ‹‹sistema de aula y dis-
las fuentes primarias, y el hallazgo sobre el ciplina escolar›› surgieron en la fase en que esa misma ac-
sentido de orden o regulación que estaba tividad de masas se convirtió en un sistema subvenciona-
presente en la delimitación original del tér- do por el estado. Y a pesar de las numerosas formas alter-
nativas para conceptualizar y organizar el currículum, el
mino currículum-currere9. Estos autores si-
convencionalismo de la disciplina sigue conservando su
tuaron el contexto de la definición del currí- supremacía. En la era moderna nos enfrentamos esencial-
culum en Leiden y Glasgow, en los siglos mente con el currículum como disciplina”.
XVI y XVII, y establecieron un paralelismo I.F. Goodson: “El contexto de los inventos cultu-
entre el sentido que tenía la disciplina en la rales: aprendizaje y currículum”, Historia del cu-
práctica social calvinista y el sentido de or- rrículum. La construcción social de las disciplinas es-
den del currículum en la educación calvi- colares, Pomares-Corredor, Barcelona, 1995, p. 61.

8 I.F. Goodson: “‹‹Carros de fuego››. Etimologías, epistemologías y la emergencia del currículum”, El cam-
bio en el currículum, Octaedro, Barcelona, 2000, p. 60.
9 En latín este término significaba “pista circular de atletismo”, aunque a veces se traduce como “pista de
carrera de carros”; a ello se refiere la primera parte del título del capítulo de Goodson citado en la nota
anterior.
10 De la siguiente forma resume David Hamilton los descubrimientos de esta investigación sobre la trayec-
toria del currículum como concepto: “el término currículum hacía referencia al curso ‹‹multianual›› total
que seguía cada estudiante, no a una unidad pedagógica más corta. En el caso de Leiden, por ejemplo se
utilizaba en la formulación: ‘habiendo completado el ‹‹currículum›› de sus estudios’. En esta medida, el
término ‹‹currículum›› parece haber confirmado la idea –ya reflejada en la opción del término ‹‹clase››–
de que los distintos elementos de un curso educativo iban a ser tratados como un todo unitario. Cual-
quier curso digno de ese nombre iba a incorporar ‹‹disciplina›› (un sentido de coherencia estructural) y
‹‹ordo›› (un sentido de secuencia interna). Por tanto, al hablar de <<currículum>> posterior a la reforma
se indicaba una entidad educativa que mostraba una totalidad estructural y una integridad secuencial.
Un ‹‹currículum›› no solo debía ser ‹‹seguido››, sino que debía también ser ‹‹acabado››” (“Orígenes de
los términos educativos ‹‹clase›› y ‹‹currículum››”, Revista de Educación, nº 295 (1991), p. 199).
11 Por este motivo, algunos autores como U.P Lundgren (Teoría del currículum y escolarización, Morata, Ma-
drid, 1991), sitúan la emergencia del currículum como documento escrito que determina la instrucción
en el siglo XIX, con la expansión de la escolarización en los estados modernos.

- 74 -
P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

Goodson ha realizado diversas aporta- señadas como los trabajos pioneros de la


ciones al marco contextual de la historia del teoría curricular y la confrontación que De-
currículum, al advertirnos, por ejemplo, wey mantuvo con él, al contraponer la defi-
que “al poco tiempo, a medida que se fue nición del currículum como experiencia
tomando conciencia de su poder para de- frente a la visión del currículum como pla-
terminar lo que debería suceder en el aula, nificación durante el primer cuarto del si-
se le descubrió otro poder. Además del po- glo XX; así como también, la creciente tec-
der para designar estaba el de diferen- nologización del currículum, que surge de
ciar”12. Los procesos de diferenciación, no la interpretación de la obra de Tyler, duran-
sólo había que percibirlos entre los centros, te la década de los cuarenta y cincuenta.
sino también dentro de las propias escue- Aunque no sea posible articular unos lími-
las, en la clasificación de los estudiantes a tes claros en la construcción de esta teoría
través del currículum y sus oportunidades curricular ni tampoco vislumbrar su unici-
de promoción, de la secuenciación de los dad, durante la primera mitad del siglo XX,
logros, del sistema de aula, de los exáme- se consolidó la centralidad de las decisio-
nes, etc. que orientaron la organización de nes sobre los objetivos educativos en la teo-
las escuelas primarias en el siglo XIX, como ría curricular, que le otorgaba el conjunto
herederas del modelo anterior. Desde la de la obra de los distintos estudiosos del
perspectiva actual de Goodson, el currícu- campo (Dewey, Bloom, Tyler, Taba…). La
lum actúa construyendo y reconstruyendo perspectiva tecnologizadora del currícu-
las identidades docentes y es un mediador lum, que se reforzó a partir de la segunda
de las identidades de los estudiantes. De guerra mundial, condujo finalmente a un
esta forma, como veremos, la visión del cu- colapso del objeto y el sentido de este cam-
rrículum como conflicto social, como un es- po de estudio13. Esta situación fue denun-
pacio de lucha y no como un terreno esta- ciada por Schwab, en 1969, cuando procla-
ble, le permitirá representar la escolariza- mó que el campo del currículum estaba
ción como un proceso de diferenciación de moribundo, ya que era incapaz de presen-
los alumnos, ya que esto plantea como tar por sí mismo métodos y principios para
prioridad analizar cómo la escuela favorece continuar su trabajo y estaba a la búsqueda
la construcción de identidades privilegia- desesperada de nuevos y más efectivos mé-
das (dominantes) y oprimidas (dominadas todos. Según Schwab, esta crisis sólo se su-
o marginalizadas). peraría trasladando las energías del campo
A pesar de que la historia del currícu- de lo teórico a lo práctico. En esta dirección,
lum como campo académico no debe con- Ivor Goodson, que se localiza en los discur-
fundirse con la historia del término, ya que sos críticos del currículum que aparecieron
los estudios del currículum son muy poste- en la escena del campo a partir de ese mo-
riores; durante los primeros años de su mento, nos avanza cuál va a ser su posicio-
existencia, la teoría curricular se construyó namiento al respecto, cuando afirma que
a través de legitimar esta idea del currícu- “posiblemente no necesitemos teorías de la
lum como artefacto de regulación social de prescripción curricular, sino estudios y, so-
la escolarización. Así lo demuestran, las bre todo, teorías de producción y realiza-
publicaciones de Bobbitt, que han sido re- ción del currículum”14.

12 I.F. Goodson: “‹‹Carros de fuego››. Etimologías, epistemologías…”, 2000, p. 61.


13 Una síntesis de esta reconstrucción histórica del currículum como término y como campo de estudio, así
como las referencias bibliográficas de las perspectivas tradicionales-tecnológicas, prácticas y críticas, se
pueden encontrar en S. Kemmis: El currículum: más allá de la teoría de la reproducción, Morata, Madrid,
1988. Por otro lado, si lo que le interesa al lector es una narración más exhaustiva y en profundidad de
los distintos periodos en la historia de la teoría del currículum a lo largo del siglo XX, es recomendable
acudir al manual ya mencionado en estas notas de Pinar et al.: Understanding Curriculum…, 1995.
14 I.F. Goodson: “<<Carros de fuego>>. Etimologías, epistemologías…”, 2000, p. 75.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

La “Nueva Sociología de la Educación” cance en el campo del currículum. La NSE


(NSE) en Gran Bretaña: a medio camino surgió, por una parte, como movimiento
entre la sociología del conocimiento y el que se oponía a la sociología empírica de la
currículum como construcción social educación, que concentrada en el análisis de
variables no se preguntaba por la relación
El giro que se produjo en la teoría socio- entre los orígenes de los estudiantes en tér-
lógica y en la investigación educativa, a fi- minos de clase social y sus resultados aca-
nales de la década de los sesenta y durante démicos; y, por otra, como alternativa a la
los setenta, está relacionado con el impulso tradición filosófica de la educación en Gran
de la teoría crítica y estuvo precedido por Bretaña, representada por Hirst y Peters,
transformaciones más globales tanto histó- que defendían una posición racionalista del
ricas como políticas, sociales, económicas, currículum, basada en el desarrollo del pen-
culturales, etc. (mayo del 68 francés, movi- samiento conceptual. La NSE empezó a in-
miento de los derechos civiles en Estados teresarse por el problema de la estructura-
Unidos, protestas contra la guerra del Viet- ción y la circulación de los saberes escolares
nam, movimiento feminista y de liberación en los sesenta y se consolidó en los setenta,
sexual…). En el terreno de la sociología de nutriéndose de fuentes tan diversas como
la educación, Karabel y Halsey han señala- Durkheim, Marx, Weber, G.H. Mead y el in-
do que Bourdieu y Passeron en Francia, teraccionismo simbólico, la fenomenología
junto con Bernstein en Inglaterra, fueron los social y la etnometodología norteamericana.
primeros en ver el tema de la educabilidad Pero su gestación también fue debida a un
como un problema de transmisión cultural contexto más global de cambio en la educa-
socialmente controlada15. La emergencia de ción, y de las innovaciones pedagógicas que
una Nueva Sociología de la Educación surgieron con fuerza ante la necesidad de
(NSE) en Gran Bretaña a finales de los se- abordar la crisis del sistema de escolariza-
senta, desencadenó nuevas comprensiones ción en Gran Bretaña16. Según Forquín, es-
del sistema escolar, en torno al conocimien- tas transformaciones que se producirían en
to y la producción de desigualdades educa- el campo de la educación estaban caracteri-
tivas y sociales, lo que supuso un nuevo al- zadas en particular:

15 J.K. Karabel y A.H. Halsey: Power and Ideology in Education, Oxford University Press, Nueva York, 1977.
Por otro lado, para conocer las contribuciones del contexto francés a la renovación de la sociología de la
educación y del currículum, especialmente a partir del triángulo escuela, reproducción y violencia sim-
bólica del modelo de Bourdieu y Passeron; y, de la relación entre escuela y lucha de clases, que emerge
con Althusser, véase: J. Varela: “La sociología francesa de la educación: modelos de análisis”, en F. Orte-
ga et al. (Eds.): Manual de Sociología de la Educación, Visor, Madrid, 1989. Para una historia de la Nueva
Sociología de la Educación, véase: G. Whitty: Sociology and School Knowledge. Curriculum Theory, Research
and Politics, Methuen and Co. Ltd., Londres, 1985.
16 Diversos autores han señalado las causas que motivaron estas transformaciones en el sistema educativo
británico, por ejemplo: Alonso Hinojal subraya que la emergencia de este nuevo enfoque tiene sus raíces
en la crisis educativa y política del Reino Unido, hecha pública con los Black Papers a finales de los sesen-
ta, unos informes que contenían una fuerte crítica al estado del sistema educativo británico y al papel de
las ciencias sociales, por no considerar a la propia institución escolar como objeto de sus análisis (Educa-
ción y sociedad. Las sociologías de la educación, CIS-Siglo XXI, Madrid, 1991); Bonal sostiene que la consoli-
dación de la NSE fue lógica, dada la persistencia de desigualdades educativas después de la reforma de
la escuela comprensiva en 1965 (Sociología de la educación. Una aproximación crítica a las corrientes contem-
poráneas, Paidós, Papeles de Pedagogía, Barcelona, 1998); y por último, Karabel y Halsey también reco-
gen como ejemplo la crítica de Quentin Hoare a la política educativa del partido laborista británico, rea-
lizada bajo la sospecha de que la estrategia de la igualdad educativa ponía su principal énfasis en la es-
tructura de la reforma, pero “nunca atacaba el centro vital del sistema, el currículum, el contenido que se
enseñaba” (“Education; Programmes and Men”, New Left Review, 32 (1965), 40-54.).

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

“a) por las demandas y propuestas tendentes a una con un artículo de Basil Bernstein llamado
mejora de la formación científica y tecnológica en la escue- ‹‹Escuelas abiertas, sociedad abierta››, pu-
la (cf. los trabajos y proyectos de la Fundación Nuffield);
blicado por primera vez en New Society”17.
b) por la prolongación de la duración media de los estu-
dios; c) por el desarrollo de escuelas secundarias polivalen- En la historia de Goodson, sus estudios en
tes (las comprehensive schools), destinadas a acoger alum- el Institute of Education de la Universidad
nos de niveles escolares y extracciones sociales mucho más de Londres en torno a 1969, marcaron un
diversificados que en el pasado; d) por la renovación de los momento importante en su formación co-
contenidos y de los métodos de enseñanza tanto a nivel mo investigador en el campo de la educa-
primario como secundario, y e), por la creación en 1964 y ción. Ese mismo año, Basil Bernstein, que se
el ulterior desarrollo de un organismo oficial (subvencio-
nado a partes iguales por el Estado y por las autoridades
había incorporado al Institute of Education
educativas locales), que desempeñaría después un impor- en 1963, instó, en un artículo titulado
tantísimo papel de impulsión, coordinación y regulación “Acerca del currículum”, a seguir una nue-
de las innovaciones en materia de programas y medios de va vía para conceptualizar el currículum es-
enseñanza, el Schools Council (for Curriculum and Exa- colar que dejara claro que no hay nada in-
minations)”. trínseco en cómo es usado el tiempo educa-
Forquín, J.C.: “La sociología del currículo escolar cional, o en el estatus de unos contenidos
en Gran Bretaña: un nuevo enfoque de los retos con relación a los otros, para enfatizar “la
de la escolarización”, Revista de Educación, nº 282 naturaleza social del sistema de preferen-
(1987), p. 9. cias desde el cual emerge una constelación
denominada currículum”18. De la siguiente
Si retomamos las experiencias vividas forma, ha narrado el propio Goodson la
por Goodson como alumno, vemos clara- huella que dejó en él su paso por el Institu-
mente cómo está inscrita su biografía en la te of Education:
historia de la crisis de la escuela británica y,
posteriormente, en los discursos que dieron “Asistí a varios cursos de ‹‹metodologías››, pero par-
lugar a su renovación. Goodson empezó a te de mi tiempo lo pasé completando un proyecto de curso
interesarse por la educación después de sobre ‹‹estudiantes de clase obrera en los nuevos centros
cursar estudios en la London School of Eco- de enseñanza integrada››. Como resultado de esto, pasa-
ron por mis manos varios trabajos que estaban escribien-
nomics y de cursar un doctorado sobre in- do Brian Davies, Michael Young y Basil Bernstein: aún
migración en la Inglaterra Victoriana; este los tengo y, claro está, eran borradores de trabajo que lue-
giro, se dio de forma paralela a sus inicios go aparecerían publicados en Knowledge and Control y
como profesor y debido también a su vín- Class, Codes and Control. Es difícil describir el poder li-
culo con la comunidad, que se vio reforza- berador que tenían en este tiempo las tutorías en el insti-
do al interesarse por los centros de enseña- tuto. Después de quince años de enseñanza escolar y de
universidad impartida por profesores de otra clase social
za integrada que iban a reemplazar el mo- sobre temas totalmente ajenos a mi experiencia, repenti-
delo que él había vivido como alumno. En namente todo cambió. Los tutores eran, por lo general, de
uno de sus textos, Goodson nos cuenta lo un origen social similar y la asignatura era esencialmente
siguiente: “en el verano de 1967 me topé nuestra experiencia de educación y cultura. El departa-

17 I.F. Goodson: “Basil Bernstein y algunos aspectos de la sociología del currículum”, El cambio en el currí-
culum…, 2000, p. 79.
18
“Acerca del currículum” se ha publicado posteriormente en B. Bernstein: Clases, códigos y control II, Akal,
Madrid, 1988, p. 76. Por otro lado, un año antes de que apareciera la versión original de este texto de
Bernstein, en 1968, Frank Musgrove ya había hecho la primera aportación pública a la discusión sobre el
currículum desde la sociología, al preguntarse por la estabilidad y la resistencia al cambio en los currícu-
la cuando se cuestionan los límites de las disciplinas y apuntando la necesidad de ver las materias esco-
lares no sólo como sistemas intelectuales, sino también como sistemas sociales. Según Musgrove, las in-
vestigaciones que se efectuasen desde la sociología del currículum debían “... examinar las materias en
la escuela y la nación en libertad como sistemas sociales sostenidos por una red de trabajo de comunica-
ción, de dotaciones materiales e ideologías” (“The contribution of Sociology to the Study of the Curricu-
lum”, en F. Kerr: Changing the curriculum, Londres, University of London Press, 1968, p. 101).

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

mento de sociología en 1969 era realmente como volver a tualizaciones y las investigaciones de la
casa (incluyendo todas las tensiones y ambivalencias que NSE, y en especial, destaca la siguiente
implicaba). Y era saber, posiblemente por primera vez,
afirmación:
que el aprendizaje no tenía que ser enajenante, que era
posible sentirse conectado. Del mismo modo era también
“La forma en que una sociedad selecciona, clasifica,
aprender que el estar desconectado solía ser una construc-
distribuye, transmite y evalúa el conocimiento educativo
ción social”.
que considera ha de ser público, refleja tanto la distribu-
I.F. Goodson: “Basil Bernstein y algunos aspec- ción del poder como los principios de control social. Desde
tos de la sociología del currículum”, El cambio en este punto de vista, las diferencias y el cambio en la orga-
el currículum…, 2000, p. 80. nización, transmisión y evaluación del conocimiento debe-
rían ser una importante área de interés sociológico (Berns-
tein, B., 1966, 1967; Davies, D. L., 1977, 1970b; Musgro-
El discurso crítico de la sociología de la ve, 1968, Hoyle, 1969; Young, 1970)”.
educación forjada a finales de los sesenta,
tuvo su presentación pública en el congre- B. Bernstein: “Acerca de la clasificación y del
marco del conocimiento educativo”, Knowledge
so anual de la British Sociological Associa- and Control: New Directions for the Sociology of Edu-
tion de 1970, que estuvo liderada por el cation, Collier-Macmillan, Londres, 1971, p. 41.
grupo del Institute of Education como ins-
titución incubadora de la NSE19. En 1971, Tal como confirma Gorbutt, la emergen-
la publicación del libro de Young titulado cia del nuevo paradigma interpretativo de
Knowledge and Control: New Directions for la sociología de la educación se construyó
the Sociology of Education (Collier-Macmi- sobre el terreno de la investigación y la for-
llan, Londres) oficializó el momento fun- mación docente, no surgió de los departa-
dador y actuó de catalizador de la NSE. El mentos de sociología en las universidades,
proyecto central fue expuesto por el pro- sino de los institutos o escuelas de educa-
pio Young como una tentativa para rela- ción y formación21. Entre los canales de dis-
cionar los “principios de selección y de or- tribución del discurso de la NSE, cabe seña-
ganización que fundamentan los currícula lar que la Open University fue otra de las
con su marco institucional e interactivo en plataformas de divulgación de esta perspec-
las escuelas y aulas y con la más amplia tiva entre el público académico. Gorbutt
estructura social” 20 . De esta forma, se destaca que la NSE representó a un sujeto
abrió la expectativa a la realización de in- activo y una visión dinámica de la sociedad,
vestigaciones críticas en el campo del cu- en contraposición a la sociología normativa
rrículum, que se ocuparían de los sistemas y sugiere que esta aproximación tuvo impli-
o instituciones educativas, los ámbitos de caciones significativas para tres áreas de es-
socialización-ideología-control y la cultura tudio: el conocimiento educativo, las cate-
escolar, sobre la base de una renovada so- gorías de los educadores y la interacción en
ciología de la educación. El capítulo de el aula. En términos generales, la perspecti-
Bernstein incluido en Knowledge and Con- va de los trabajos de la NSE se caracterizó
trol, que se titula “Acerca de la clasifica- porque: (a) debía estar, según Young, cons-
ción y del marco del conocimiento educa- tantemente alimentada, informada e ilumi-
tivo” (publicado también en B. Bernstein: nada por las aportaciones críticas de la so-
Clases, Códigos y Control II, Akal, Madrid, ciología del conocimiento; (b) se centraba en
1988) ha sido uno de los textos clave para el análisis crítico de la organización y defi-
comprender el desarrollo de las concep- nición del conocimiento en el currículum,

19 J.K. Karabel y A.H. Halsey: Power and Ideology


20 Young, M.D.F.: “An Approach to the Study of Curricula as Socially Organised Knowledge”, en M.D.F.
Young (Ed.): Knowledge and Control: New Directions for the Sociology of Education, Collier-Macmillan, Lon-
dres,1971b, p. 24. El libro editado por Young reúne textos de Bernstein, Esland, Blum, Keddie, Bourdieu,
Horton y Davies.
21 D. Gorbutt: “The New Sociology of Education”, Education for Teaching, nº 89 (1972).

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

para mostrar que no es algo natural, sino el liderado por Stenhouse durante los setenta
resultado de la pugna entre grupos sociales y principios de los ochenta, asumió unos
por imponer una legitimación a través del roles próximos a los que proponía Schwab.
saber, y (c), exploraba la relación entre la se- La perspectiva de este grupo se basaba en
lección, organización y disposición del co- la racionalidad aristotélica de la educa-
nocimiento escolar y los principios de distri- ción, en el desarrollo de las artes de la
bución de los recursos económicos y socia- práctica y en el ejercicio de la teoría edu-
les más amplios, para abordar las relaciones cativa como reflexión o deliberación. Uno
de poder implicadas en la construcción so- de los aspectos clave fue su vinculación
cial del currículum. A pesar de que la NSE con un proyecto para las instituciones pú-
se diluyó a mediados de los setenta, la nue- blicas basado en la justicia social, donde el
va corriente sentó las bases para la continui- profesor como investigador tenía un papel
dad de una sociología interpretativa de la definido en la red de relaciones de poder.
educación, y ha orientado la tarea de Good- Tal como lo describe Barry MacDonald en
son, que durante la década de los noventa, la siguiente cita extraída de un texto de
seguía considerando que era necesario redi- Goodson:
rigir la investigación hacia una exploración
y crítica del currículum nacional: “Los proyectos de desarrollo curricular de la década
de los sesenta (hacia finales de esta década, se habían crea-
“En términos del legado de Bernstein y lo que he lla- do unas 200 iniciativas), se dirigieron, en los setenta, ha-
mado el estudio construccionista social del currículum, es- cia una renovación de personal de un sistema aún en ex-
ta laguna en el estudio del currículum nacional llega a ser pansión (la edad de finalización de la escolarización se
casi asombrosa. Tal como he señalado, se han llevado a ca- prolongó hasta los 16 años en 1972), en una nueva base,
bo una serie de trabajos sobre la historia de las asignaturas –la experiencia del cambio (...). Se llenaron los departa-
escolares, especialmente en Gran Bretaña, durante más de mentos de educación en las universidades y los politécni-
una década de investigación intensa. Ahora sabemos mu- cos, los servicios de asesoramiento de las autoridades loca-
cho sobre la clase social, el género y los prejuicios raciales les, incluida la inspección nacional y las posiciones de la
de las asignaturas escolares. Pero recientemente los acadé- escuela senior, tomando de ellas nuevas responsabilidades
micos implicados en este movimiento, salvo unas pocas en un conocimiento traspasado de la práctica de la escola-
dignas excepciones, han ignorado virtualmente este legado rización que respiraría una nueva vida dentro de aquellas
en su trabajo sobre el currículum nacional. La consecuen- instituciones atrofiadas para desafiar sus tradiciones y
cia es conspirar con el punto de vista thatcherista que dice ofrecerles un nuevo rol. Los cabos militares de un territo-
que el currículum nacional es una nueva y apremiante re- rio académico desconocido se establecieron rápidamente
volución en disposiciones educativas. De hecho, la historia en la educación superior, incrementándose bajo el nombre
del currículum nos indica que esto está lejos de la verdad. de ‹‹estudios curriculares››. La tradición teórica de la
Tal como he planteado en otro lugar, la política y los pro- educación basada en las disciplinas derivadas empezaba a
nunciamientos del gobierno han fomentado esta amnesia dejar un lugar a los nuevos teóricos de la práctica educa-
(y la ausencia de desafíos académicos tiene el mismo efec- tiva, cuya teoría estaba basada en la observación próxima
to): ‹‹El presentismo obsesivo de gran parte de las iniciati- del nuevo currículum en acción, una teoría enraizada en
vas actuales del gobierno ha logrado esconder esta profun- la escuela de la vida, cuyo catolicismo conceptual y la
da conexión que claramente es relevante para el presente y omisión aparentemente casual de la autoridad cuidadosa-
el futuro del Reino Unido como una sociedad de clases››”. mente construida de las ciencias sociales tenían que en-
contrarse y sobrevivir a las acusaciones de amateurismo y
I.F. Goodson: “Basil Bernstein y algunos aspec- a la ignorancia ingenua. Pero sobrevivir y aflorar no fue
tos de la sociología del currículum”, El cambio en menos porque, apoyados por sus colegas y por los servi-
el currículum…, 2000, p. 89-90. cios sociales de la autoridad local, ejercían un creciente rol
decisivo en la reforma del servicio en la formación del pro-
fesorado, tomando aquella oportunidad, para dibujar en
La investigación para el desarrollo del sus estudiantes, el proceso de investigación de campo ba-
sada en los problemas de la escuela y en las prácticas.
currículum y del profesor en el Centre for Aquella oportunidad se extendió a más y más colegas de
Applied Research in Education (CARE) la formación inicial que se incorporaron a las institucio-
de la Universidad de East Anglia nes de la educación superior”.
B. MacDonald citado en I.F. Goodson: “The Edu-
En el Centre for Applied Research in cational Researcher as a Public Intellectual”.
Education (CARE) de la Universidad de Texto presentado en la British Educational Rese-
East Anglia, un grupo de investigadores, arch Association (BERA), 1997, p. 6.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

En este contexto, Lawrence Stenhouse debate sobre la relación entre teoría y


contribuyó a una redefinición del currícu- práctica, que los discursos tradicionales y
lum, que se desmarcó de los discursos tra- técnicos del currículum habían disuelto al
dicionales y tecnológicos. Stenhouse, que priorizar una investigación experta, reco-
primero dirigió The Humanities Curricu- bró su importancia con Stenhouse y el dis-
lum Project (HCP), se trasladó en 1970 a la curso crítico “en la práctica”, que autori-
Universidad de East Anglia para crear el zaba al profesor como protagonista de la
Centre for Applied Research in Education, investigación aplicada, a través de la no-
junto con otros colegas: John Elliott, David ción de “profesionalización prolonga-
Jenkins, Barry MacDonald, Jean Rudduck da”25. La pregunta sobre los objetivos del
y Rob Walker22 . En 1975, Stenhouse pu- currículum fue sustituida por la preocu-
blicó la versión original en inglés de Inves- pación sobre cómo los profesores pueden
tigación y desarrollo del currículum (Morata, retomar en clase los temas relacionados
Madrid, 1991), donde se recogen sus prin- con los valores cotidianos y la cultura po-
cipales aportaciones a los estudios del cu- pular de los alumnos para la construcción
rrículum y la investigación educativa. En de una democracia plural. Era una invita-
esa obra, criticaba el modelo de currícu- ción directa a los estudiantes para que
lum por objetivos y presentaba la pro- pensaran por sí mismos e intervinieran ac-
puesta de un modelo de proceso para el tivamente en su aprendizaje desde una
desarrollo curricular, basado en la filoso- perspectiva de educación para la com-
fía de la educación de Peters: “Un currícu- prensión.
lum es una tentativa para comunicar los La dimensión política de la investiga-
principios y rasgos esenciales de un pro- ción para el desarrollo del currículum y del
pósito educativo, de forma tal que perma- profesor caracterizó la tendencia de los es-
nezca abierto a una discusión crítica y tudios curriculares británicos más liberal y
pueda ser trasladado efectivamente a la humanista, en su rechazo del paradigma
práctica”23. Stenhouse orientó su trabajo tradicional. El impulso de los estudios del
hacia un cuerpo de investigación median- currículum en Gran Bretaña fue debido
te estudios de caso en la escuela y en el tanto a las aportaciones de la NSE como a
aula, que servían de apoyo a los docentes las del grupo de CARE, aunque los trabajos
para el desarrollo de su comprensión de lo de investigación y formación desarrollados
que es posible realizar en la prácti-ca24. El por unos y otros persiguieran finalidades

22 En 1956, este investigador, que cursaba un master en educación en la Universidad de Glasgow, definió
el problema de la educación que él quería estudiar como “la relación de la cultura con el poder del indi-
viduo”, posteriormente lo expresó más claramente como “el problema de la emancipación a través del
conocimiento” (J. Rudduck (Ed.): An Education that Empowers. A Collection of Lectures in Memory of Law-
rence Stenhouse, BERA, Clevedon, Avon, 1995). La trayectoria de Stenhouse como profesor de secundaria
y formador lo llevó a ser director de The Humanities Curriculum Project (HCP), fundado por Schools
Council y la Nuffield Foundation: “El Humanities Currículum Project fue uno de los más controvertidos e
influyentes proyectos del movimiento del desarrollo del currículum en Inglaterra. Reunía un conjunto
de intereses de Lawrence Stenhouse: el derecho del estudiante al conocimiento; la conexión del conoci-
miento escolar con la comprensión del mundo de fuera de la escuela; el uso disciplinado de la evidencia
como base para el juicio, y la importancia de la discusión como vía para explorar ideas en un entorno co-
laborativo” (J. Rudduck (Ed.): An Education that Empowers… 1995, p. 2). Según John Elliott: “CARE emer-
ge del HCP con la intención de desarrollar el pensamiento sobre el cambio curricular que se había pro-
bado en el HCP y aplicarlo a nuevos contextos de cambio” (J. Elliott: The Curriculum Experiment. Meeting
the Challenge of Social Change, Open University Press, Buckingham y Filadelfia, 1998, p. xi).
23 L. Stenhouse: Investigación y desarrollo del currículum, Morata, Madrid, 1991, p. 29.
24 J. Rudduck (Ed.): An Education that Empowers…, 1995.
25 S. Kemmis: El currículum: más allá de la teoría de la reproducción, Morata, Madrid, 1988, p. 76.

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

distintas 26. El párrafo siguiente narra la este tiempo, Goodson trabajó en Inglaterra
evolución que sufrió la investigación en el como investigador y profesor en varias uni-
campo del currículum en Gran Bretaña en versidades inglesas hasta el año 1985; luego
los años setenta y ochenta, a partir de re- se trasladó a la Universidad de Western
pensar el rol central de los profesores en el Ontario en Canadá hasta 1998; y finalmen-
cambio curricular: te, regresó a Inglaterra para trabajar en CA-
RE desde 1998 hasta 2004, una tarea que
“Con la emergencia del currículum como tema prác- compaginaba con su ocupación en la Uni-
tico y público, los ‹‹estudios del currículum›› empezaron a
desarrollarse como una nueva área de especialización en
versidad de Rochester en el Estado de Nue-
los institutos, departamentos y facultades de educación. va York. De regreso al Reino Unido, Good-
Simultáneamente, la teoría curricular y la metodología se son nos aporta algunas razones para com-
convirtieron en áreas en expansión de la industria del libro prender que la crisis de este tipo de investi-
educativo. (…) se desarrollaron aproximaciones autócto- gaciones educativas debe leerse también en
nas de los estudios curriculares, tales como la tentativa de relación con los cambios en el perfil del in-
Hirst (1975) para identificar las formas básicas del conoci-
vestigador como profesional público y con
miento, la perspectiva de investigación acción para el cam-
bio curricular de Stenhouse (Stenhouse, 1980) y el trabajo la decadencia de los movimientos de justi-
de Lawton en las “políticas del currículum escolar” (Law- cia social. Según él, una crisis de posiciona-
ton, 1980). Los temas metodológicos también atrajeron la miento afecta al profesor-investigador co-
atención en el contexto de las tentativas para evaluar la mo intelectual público, que debe revisar su
efectividad de los proyectos curriculares (…). Más recien- función a partir del triunfo del libre merca-
temente, con la progresiva marcha de los proyectos curri- do y de la “paradoja del progresismo” que
culares nacionales hacia la innovación curricular basada y
centrada en la escuela (…), el concepto de ‹‹profesores co- afectará a Inglaterra. Según este investiga-
mo investigadores›› se ha convertido en el centro de las dor –que narra la percepción compartida
discusiones sobre la innovación curricular y la autoeva- por algunos miembros de CARE de “hiber-
luación de la escuela (Nixon, 1981)”. nación” o de “permanecer a la espera” para
M. Hammersley y A. Hargreaves (Eds.): Curricu- resurgir en un panorama futuro de cambio
lum Practice. Some Sociological Case Studies, The educativo y social–, la sensación de crisis y
Falmer Press, Londres, Nueva York y Filadelfia, decepción en la investigación educativa du-
1983, pp. 2-3. rante la década de los noventa fue debida a
un colapso entre el proyecto igualitario que
Si CARE tuvo un papel relevante en el servía de puente entre el trabajo público in-
terreno de los estudios curriculares durante telectual y el proyecto de justicia social:
los setenta y los ochenta, a partir de la se-
gunda mitad de los noventa, este centro de “La tarea de CARE fue encontrar respuestas intelec-
investigación aplicada en educación vio co- tuales al problema de la autorización de la educación para
mo su liderazgo descendía. Durante todo todo el mundo. Este tema de la gobernación benigna27 vino

26 Quizá las diferencias entre CARE y la NSE no se perciban tanto en el tipo de análisis político del currículum
(ya que comparten un posicionamiento bastante similar) como en una concepción distinta del papel que
otorgan a la escuela y al profesorado en el cambio curricular. La interpretación del cambio en el currículum
desde las subjetividades de los profesores y alumnos, llevada a cabo por los miembros de CARE, ha produ-
cido formas específicas que sitúan la práctica educativa como el objeto del trabajo del investigador, tales co-
mo el planteamiento de la evaluación democrática y la investigación-acción en educación. Hasta hace poco,
John Elliott ha continuado manteniendo, a través de su trabajo como director e investigador en CARE, el
protagonismo de profesores y estudiantes en la construcción experimental del currículum, siguiendo la este-
la de Stenhouse, a partir de una lectura política del cambio educativo basado en el sentido de justicia social.
27 Goodson se refiere aquí a una frase articulada por MacDonald en que este académico sitúa el papel de
los investigadores en esa época en relación al apoyo positivo del gobierno y también en términos de
control profesional. Cabe destacar que los cambios políticos y económicos que se precipitarían en Gran
Bretaña con el conservadurismo clarificarían las posiciones de estos investigadores, que se radicalizaron.
Posteriormente las transformaciones provocadas por la globalización económica y los discursos de cen-
tro-izquierda se tradujeron en una cierta desorientación postmoderna que lleva necesariamente a repen-
sar el rol de los intelectuales públicos.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

de la preponderancia del proyecto igualitario de algunos vatización y el pragmatismo institucionales


círculos establecidos. CARE procedió en un sentido de bue- que afectan a las universidades y a la finan-
nas intenciones, un sentido seguro de buen futuro y una fe 28
ciación de sus proyectos . Por esta razón,
en la alta moral basada en el trabajo de educar a todos los
sectores de la sociedad. Esta concepción tuvo importantes en su opinión, es preciso reinventar el sen-
consecuencias porque aportaba definiciones de la investiga- tido de la investigación educativa huma-
ción educativa que podían ser secuestradas, pervertidas y nista-colaborativa propuesta por Stenhouse
reposicionadas por otras propuestas sociales y políticas. y las finalidades y contenidos de los pro-
Porque el sentido de buenas intenciones gubernamentales gramas de formación del profesorado.
y la supremacía ideológica de los modelos igualitarios de la
investigación educativa, permanecieron despolitizadas e
imparciales desde las conceptualizaciones del poder”.
La pedagogía crítica radical 29 y los
I.F. Goodson: “The Educational Researcher as a
estudios históricos del currículum en
Public Intellectual”, British Educational…, 1997,
pp. 11-12. Estados Unidos: la memoria del
conocimiento, el poder y la identidad en
A partir de los noventa, el nuevo pano- el currículum
rama de la investigación educativa estará
mediatizado por los cambios en los espa- Durante los años sesenta en Estados
cios públicos que se sucederán en un entor- Unidos, coincidiendo con las transforma-
no dominado por el capital global, tal como ciones impulsadas por los movimientos so-
Goodson describirá ampliamente en la con- ciales, culturales y políticos, las disciplinas
versación. CARE dio voz a los protagonis- vinculadas a las ciencias sociales y huma-
tas de la enseñanza, implicando a profeso- nas también hicieron entonces su autocríti-
res y alumnos en las investigaciones, arti- ca. En el campo de estudios del currículum
culando una nueva visión del desarrollo se escribieron más de cuatrocientos textos,
del currículum y generando formas de in- en un periodo que ha sido caracterizado de
vestigación comprometidas con el sistema “cataclismo, contención y cambio paradig-
y con el cambio educativo. Sin embargo, tal mático”30. De esta forma, a finales de esa
como apunta Goodson, la relocalización década, poco antes de que se anunciara que
del trabajo del intelectual público debe ana- el campo del currículum estaba moribun-
lizarse críticamente en el contexto actual, do, ya se habían empezado a gestar las con-
donde lo político se ha desvinculado del diciones para su reconceptualización, don-
posicionamiento del intelectual público y de los discursos autobiográficos y políticos,
permanece como reto principal encontrar la a pesar de las diferencias que mantenían
relación adecuada entre teoría y práctica entre sí, tuvieron un papel central en la
curriculares, bajo el predominio de la pri- ruptura con la tradición31. La pedagogía

28 I.F. Goodson: “The educational Researcher as a Public Intellectual”, British Educational…, 1997
29 Tal como señalan Pinar et al.: “Denominada variablemente como nueva sociología del currículum, teoría
del currículum crítica o radical, teoría del currículum orientada políticamente, este gran cuerpo de tra-
bajo se ha convertido de forma cambiante (durante los últimos veinte años) en el cuerpo de estudios
más voluminoso en el campo del currículum actual” (Understanding Curriculum…, 1995, p. 243-244).
McLaren y Giroux también han señalado que a lo largo del último cuarto del siglo XX, en Estados Uni-
dos había enraizado una teoría radical de la educación y que se ha denominado indistintamente como
“nueva sociología de la educación” o “teoría crítica de la educación” (P.L. McLaren y H.A. Giroux: “La
pedagogía radical como política cultural: más allá del discurso de la crítica y el antiutopismo”, en P.L.
McLaren. Pedagogía crítica y cultura depredadora. Políticas de oposición en la era postmoderna, Paidós Educa-
dor, Barcelona, 1997).
30 Pinar et al.: Understanding Curriculum…, 1995.
31 En 1973 se celebró el congreso de Rochester, donde se sentaron las bases del reconceptualismo. Entre los
participantes estaba Michael W. Apple, quien junto con Henry A. Giroux, Stanley Aronowitz, Lois Weis,
Jo A. Pagano, Philip Wexler y Peter McLaren, acaparan el conjunto de las investigaciones del currículum
político y el análisis de la educación en términos de clase social en Estados Unidos.

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

crítica favoreció la contextualización histó- ceso dialéctico, después otra vez –a media-
rica, social y política de las prácticas educa- dos de los ochenta– hacia un foco sobre la
tivas, y en sus distintas versiones (adoptan- práctica educativa diaria, especialmente ha-
do conceptualizaciones tales como currícu- cia los textos pedagógicos y políticos sobre
lum oculto, tradición selectiva, hegemonía la raza, la clase y el género”32. Los investi-
cultural, etc.) permitió la continuación de gadores de referencia de esta perspectiva
los trabajos iniciados en Gran Bretaña en la del currículum como discurso político fue-
década de los setenta, al abordar los meca- ron, principalmente, Michael Apple y
nismos de producción de conocimiento y Henry Giroux 33 , quienes mantuvieron
poder en las relaciones desiguales entre los planteamientos en común, como por ejem-
grupos sociales dominantes y las minorías plo, que la descripción del contenido y la
marginales. Los temas de estudio de esta forma del currículum es ideológica, ya que
perspectiva política del currículum fueron generalmente son los principios y la cultura
cambiando, a medida que lo hacía también asociadas a la clase dominante los que se
la mirada que se proyectaba sobre la escue- sostienen como ideas y contenido de la es-
la y su relación con los grupos sociales: “El colarización. A principios de los ochenta, la
esfuerzo por comprender el currículum co- producción discursiva crítica de Apple y
mo un texto político cambió desde un foco Giroux se orientó hacia el análisis de la
exclusivo en la reproducción del status quo agencia y la emancipación, y se llevaron a
hacia la resistencia al mismo, después otra cabo diversas investigaciones en las que se
vez resistencia/reproducción como un pro- relacionaron educación y política. A media-

32 Pinar et al.: Understanding Curriculum…, 1995, p. 265.


33 En 1979, Apple publicó Ideología y currículum (Akal-Universitaria, Madrid, 1986), para observar en su
conjunto: (a) la escuela como institución; (b) las formas de conocimiento, y (c), las perspectivas de los
agentes educadores. El concepto clave del texto de Apple era el de la hegemonía gramsciana, reinterpre-
tada por Raymond Williams como “saturación de la conciencia”, que funciona organizando los signifi-
cados y las prácticas dominantes. En 1982, en Educación y poder, Apple analizó las limitaciones de las teo-
rías de la reproducción, a menudo criticadas por ofrecer explicaciones reduccionistas y concepciones
herméticas para una realidad social cambiante, apuntando que lo que faltaba en su obra anterior “era un
análisis que incidiera en las contradicciones, los conflictos y sobretodo las resistencias, así como en la re-
producción” (Paidós-Mec, Barcelona, 1987, p. 38). Posteriormente, Apple publicó Maestros y Textos poder
(Paidós-Mec, Barcelona, 1989), cuya primera parte aborda la historia y el currículum desde la división
sexual del trabajo, entrelazando la dimensión económica y la feminización de la enseñanza.
Por su parte, Giroux fue el responsable de la incorporación de la teoría de la resistencia en Estados Uni-
dos –que superaba las limitaciones de la teoría de la reproducción– y que se expandió a partir de 1977
con la publicación de Aprendiendo a trabajar (Akal-Universitaria, Madrid, 1988). La teoría de la resisten-
cia, que para Giroux es un concepto transicional hacía la pedagogía crítica, fue discutida y desarrollada
entre 1981 y 1984 por varios estudiosos en Estados Unidos. Con respecto a la investigación que Willis
llevó a cabo en el contexto del desarrollo de los estudios culturales en Gran Bretaña, trata de un estudio
etnográfico de la juventud (que incluye los espacios escolares y de ocio), donde se retan las perspectivas
precedentes en torno a la sociología de las culturas juveniles y la “sociología de la desviación”. Este in-
vestigador explica la historia de doce jóvenes a principios de los setenta que finalizan sus estudios en la
escuela Hammerton, donde Willis recoge sus actividades y sus respuestas en la escuela, relata las esca-
padas en el seno de su propia cultura, sus vivencias con respecto al mundo laboral y las representacio-
nes de sus padres. Kincheloe nos ha advertido del paralelismo que existe entre la historia de los chicos
de Willis y los rasgos en la biografía de Goodson que atraviesan toda su obra: “El éxito de Goodson es
testimonio de la fuerza y el potencial del poder localizado. No reconocido como tal por muchos, el po-
der localizado logra algo más que proteger defensivamente los límites que separan a los individuos de
la opresión del poder imperialista. El poder localizado es un recurso social que siempre desafía la in-
fluencia de aquellos que ejercen el poder y produce espacios alternativos para la autoproducción…”
(J.L. Kincheloe: “Introducción”, en I.F. Goodson: El cambio en el currículum…, 2000, p. 30).

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

dos de los ochenta, los estudios en el cam- dad”35. Uno de los principales investigado-
po del currículum se dirigieron más hacia res del campo, Franklin, sitúa los primeros
el análisis institucional, debido al auge con- trabajos en el terreno de la historia del cu-
servador de la era Reagan. En esa época rrículum a finales de los sesenta y princi-
aparecieron también los primeros trabajos pios de los setenta en el contexto norteame-
de análisis de la educación basados en el ricano, aunque la investigación histórica
género y la raza –entre los que se encuen- del currículum también se ha desarrollado
tran los del propio Apple–, investigaciones en Gran Bretaña y Francia36. Por tanto, fue
que se hicieron autónomas respecto al aná- durante las últimas tres décadas del siglo
lisis de la clase social, y Giroux radicalizó XX que la historia adquirió su centralidad
su mirada al revisar el papel del profesor en el campo del currículum en Estados
como intelectual transformativo y relacio- Unidos. El párrafo siguiente, da cuenta del
nar las posibilidades emancipatorias con contexto de emergencia de las investigacio-
las formas de crítica del lideraje para re- nes en historia del currículum y, a la vez,
pensar y reestructurar el rol de los trabaja- delata que la historiografía curricular es un
dores del currículum. En los noventa, tanto terreno reciente:
Apple como Giroux, pero especialmente
los autores que lideraron las críticas a la “La investigación de la historia del currículum, del
pedagogía radical, trasladaron el análisis cual el estudio de Jackson es un excelente ejemplo, ha sur-
gido en 1980 como uno de los más importantes sectores de
centrado en la clase social al ámbito de lo
la escuela contemporánea del currículum. Se ha tratado de
simbólico, construyendo un discurso curri- un desarrollo rápido y reciente. Como Kliebard (1992) ob-
cular que mantendría el énfasis en lo políti- serva en su Forging the American Curriculum, ‹‹cuando
co pero que incorporaría nuevas perspecti- yo era un estudiante de licenciatura no existía tal cosa co-
vas feministas, postculturales, postmoder- mo un historiador del currículum››. “
nistas, etc.34. Pinar et al.: Understanding Curriculum. An Intro-
Por otra parte, los reconceptualistas duction to the Study of Historical Curriculum Dis-
también habían puesto de manifiesto que el courses, Peter Lang, Nueva York, 1995, p. 42.
discurso tradicional del currículum no se
había interesado por la historia, lo que pro- Desde entonces, las tipologías y pers-
vocó una crisis de identidad en el campo y pectivas contemporáneas de investigación
evidenció la necesidad de reconstruir histó- histórica del currículum se han multiplica-
ricamente los discursos curriculares y su do y han generado una diversidad de pro-
memoria, para estudiar sus continuidades blemas, metodologías y subcampos diver-
y discontinuidades. De alguna manera, el sos, que promueven estudios locales y aco-
sentido de historia y su papel en los estu- tados. La problemática de establecer los lí-
dios del currículum, liderados en esta oca- mites y las intersecciones entre la historia
sión por el grupo de Pinar y la perspectiva del currículum y la historia de la educa-
centrada en las biografías, se encuentra re- ción, así como las dificultades para articu-
sumido en esta frase tomada de Tanner y lar una finalidad clara para la primera, han
Tanner: “La historia nos proporciona un generado puntos de vista diversos. De este
sentido de conciencia colectiva y de identi- modo, es interesante recoger la afirmación

34 Wexler ha sido uno de los autores que ha analizado críticamente las implicaciones para la práctica de los
discursos de la pedagogía radical, argumentando que si bien estos discursos conllevan un compromiso
con la práctica, debido a su legitimación como comunidad académica se ha producido un desplazamien-
to de las finalidades de los mismos, y se han articulado sin establecer ninguna referencia con algún mo-
vimiento social, concreto y real (Social Analysis of Education: After the New Sociology, Routledge y Kegan
Paul, Boston, 1987).
35 D. Tanner y L. Tanner: History of the School Curriculum, Macmillan, Nueva York, 1990.
36 B. Franklin: “La historia del currículum en Estados Unidos. Status y agenda de investigación”, Revista de
Educación, nº 295 (1991), pp. 39-57.

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

de Kliebard que indica que “resulta virtual- zado trabajos historiográficos vinculados al
mente imposible establecer una línea divi- interaccionismo simbólico y a la elabora-
soria clara entre estas dos áreas de estu- ción de estudios de caso sobre las discipli-
39
dio”, y que sostiene, además, que es mejor nas, como los de Hamilton . Sería poco
buscar aquello que identifica al área y no después, a principios de los ochenta, cuan-
empeñarse en establecer los límites con do Goodson publicaría sus primeras inves-
otras áreas37. En esta línea de trabajo, Klie- tigaciones en el campo de la historia del cu-
bard y Franklin definen tres temas de in- rrículum. Este autor ha desarrollado sus
vestigación que caracterizan el campo de la trabajos de investigación, como historiador
historia del currículum en Estados Unidos: cultural del currículum y de la escolariza-
(I) el tema más explorado lo abordan los es- ción en Inglaterra, de manera paralela a la
tudios que analizan los movimientos refor- tarea que William Pinar ha realizado a tra-
madores del currículum, como las narracio- vés de sus investigaciones históricas en los
nes sobre la pugna por cambiar el currícu- Estados Unidos. De este modo, según Kin-
lum entre eficientistas sociales y progresis- cheloe: “Cuando Pinar hablaba de la recon-
tas en el siglo XX; (II) un terreno más acota- ceptualización de los estudios del currícu-
do está formado por aquellos estudios que lum, Ivor estaba interpretando el traslado
intentan introducir nuevas áreas de investi- paradigmático como un movimiento hacia
gación del currículum, tales como la histo- un análisis más multidimensional de las es-
ria de la educación vocacional, la educación feras y niveles donde el currículum se pro-
sexual, la educación especial, etc. y (III), un duce y negocia”40. Pero además, es impor-
último tema, planteado por un grupo de in- tante recordar que Goodson residió en Ca-
vestigadores mucho más reducido, es el nadá y Estados Unidos en el periodo que
que estudia la historia de las materias esco- abarca desde mediados de la década de los
lares en el currículum, una línea de investi- ochenta hasta finales de la década de los
gación que, tal como aclaran Kliebard y noventa, lo que implica también que, ade-
Franklin, ha interesado más a los investiga- más de conocer la obra de los historiadores
dores británicos38. británicos, su trabajo recibe la doble in-
Como veremos en el apartado siguiente, fluencia de los logros de la pedagogía críti-
Ivor Goodson ha desarrollado buena parte ca radical y de la historia del currículum
de su perspectiva de investigación a partir norteamericanas. Tal como resume su posi-
de interrelacionar las historias del currícu- cionamiento en este campo el propio Good-
lum y de las materias escolares y las histo- son, en un texto publicado durante esa épo-
rias de vida del profesorado. En Inglaterra, ca: “Es el momento de situar el estudio his-
durante los años setenta ya se habían reali- tórico en el centro de la tarea curricular”.41

37 H.M. Kliebard: “Constructing a History of the American Curriculum”, en Ph.W. Jackson (Ed.): Handbook
of Research on Curriculum and Instruction, MacMillan, Nueva York, 1992).
38 H.M. Kliebard y B. Franklin: “The Course of the Course if Study: History of Curriculum”. En J. Best
(Ed.): Historical Inquiry in Education: A Research Agenda, AERA, Washington, D:C., 1983, p.138. Por otra
parte, lo que parece dividir a los diversos estudiosos en torno al papel de la investigación histórica del
currículum es la finalidad práctica de sus trabajos, los objetivos relacionados con la aplicabilidad de las
investigaciones que deberían modificar el currículum o simplemente permanecer con un sentido infor-
mativo y comprensivo como señala Franklin (“La historia del currículum en Estados Unidos. Status y
agenda de investigación”…, (1991)).
39 El primero de esta serie de trabajos publicados por D. Hamilton en el terreno de la historia de las disci-
plinas escolares, se tituló “The Integration of Knowledge: Practice and Problems”, Journal of Curriculum
Studies, nº 5 (1973), pp. 146-155.
40 J.L. Kincheloe: “Introducción”, en I.F. Goodson: El cambio en el currículum…, 2000, p. 12.
41 I.F. Goodson: “Curriculum Reform and Curriculum Theory. A Case of Historical Amnesia”, Cambridge
Journal of Education, vol. 19, nº 2 (1989), p. 138.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

Una cartografía de los trabajos de preactivo, como intención o planificación, y


investigación sobre la enseñanza de currículum activo, como desarrollo o
acción. Goodson sostiene que nuestros co-
Ivor Goodson
nocimientos actuales sobre la construcción
preactiva son escasos e, inicialmente, se
muestra prudente en el establecimiento de
Historias del currículum e historias de las vínculos mediante la investigación entre el
materias escolares: investigar las luchas por currículum preactivo y el currículum acti-
las epistemologías en los procesos de reforma vo. Desde su punto de vista, es preciso de-
educativa construir previamente el currículum nacio-
nal, el nivel preactivo, para no tener “la
Iniciaré esta aproximación al trabajo de tentación de aceptarlo tal como es” y para
Goodson con la descripción del marco ge- proponernos después la búsqueda de va-
neral para una reconstrucción socio-históri- riables dentro del aula, ya que de otra for-
ca del currículum, donde el currículum es- ma sino, ello implicaría la aceptación de la
crito y el currículum nacional son vistos co- descontextualización del currículum nacio-
mo testimonios del cambio, y con las direc- nal, que también es un producto histórico
trices que guían su mirada en la teoría cu- de la lucha por el conocimiento y el poder
rricular, para abordar posteriormente las 44. Como señala, los currícula oficiales, se
aportaciones específicas de Goodson en el nos presentan como un testimonio de ex-
terreno de la historia de las materias esco- cepción para analizar los cambios en la es-
lares y algunos de los conceptos que orien- colarización, porque: “A medida que los
tan estos estudios. La definición del currí- estudios empiecen a explorar la relación
culum escrito surgió de la diferenciación entre el contenido de la materia escolar y
que Beuchamp establecía en su teoría curri- los parámetros de la práctica, empezare-
cular entre los ámbitos académicos, oficia- mos a tener bases más sólidas para deter-
les y prácticos42. Como vimos, en la histo- minar la estructura del mundo de la escola-
ria de la escolarización moderna de masas, rización”45.
el currículum como documento escrito tie- La investigación histórica del currícu-
ne la función de regular el nuevo espacio lum está considerada desde esta perspectiva
de aprendizaje de los niños en las escuelas, como narración, interpretación y compren-
que sustituye a la formación directa que re- sión de los procesos escolares y de la media-
cibían en las fábricas. Goodson conceptua- ción de los grupos sociales en la selección,
liza el currículum escrito, simultáneamente organización y distribución de conocimien-
como significador simbólico y como signifi- tos, poderes e identidades. En el contexto
cador de la práctica. De este modo, el currí- postmoderno, la crisis de la historia tradi-
culum puede ser historiado e interpretado cional y sus métodos ha dado paso a un
como testimonio, como evidencia pública y conjunto de nuevas historias locales, mira-
documentada de las luchas, aspiraciones e das históricas que se construyen en torno a
intenciones de la escolarización. La siem- problemas y perspectivas diversas, que han
pre complicada relación entre teoría y prác- descentralizado y multiplicado los objetos
tica en el estudio del currículum se mate- de estudio de la historia de la educación y
rializa en Goodson a partir de la distinción con ello ha surgido la oportunidad de histo-
que toma de Jackson 43 entre currículum riar el currículum. Goodson ha visto aquí

42 J.M. Sancho: Los profesores y el currículum, Horsori, Barcelona, 1990.


43 Ph.W. Jackson: La vida en las aulas, Morata, Madrid, 1975 [edición original 1968].
44 I.F. Goodson: “La construcción social del currículum. Posibilidades y ámbitos de investigación de la
Historia del currículum”, Revista de Educación, nº 295 (1991b), pp. 7-37.
45 I.F. Goodson: “La construcción social del currículum. Posibilidades y ámbitos de investigación de la
Historia del currículum”…, (1991b), p. 37.

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

no sólo la oportunidad de historiar el currí- tres áreas principales para la investigación


culum sino de repensarlo como objeto de es- del currículum: la historia de las materias
tudio, consecuente con su posicionamiento escolares; la naturaleza del conocimiento
en este campo, lo que le ha conducido a de- curricular en el aula, es decir, cómo está or-
sarrollar nuevas estrategias de investigación ganizado y reorganizado en el proceso coti-
para narrar el currículum. Algunas de las diano de interacción entre profesor y alum-
publicaciones en las que Goodson ha abor- no; y, la restricción de materiales e ideolo-
dado su perspectiva histórica de estudio del gías que bloquean la innovación curricular.
currículum son: International Perspectives in Además, en esta publicación, se compilan
Curriculum History (Croom Helm, Londres, diversos textos, entre los que se incluyen el
Sydney y Dover, 1987); The Making of Curri- texto de Ball titulado “A Subject of Privile-
culum: Collected Essays (The Falmer Press, ge: English and the School Curriculum
Londres, Nueva York y Filadelfia, 1988); 1906-35” y el capítulo de Goodson que se ti-
Historia del currículum. La construcción social tula “Defining and Defending the Subject:
de las disciplinas escolares (Pomares-Corredor, Geography versus Environmental Studies”.
Barcelona, 1995); El cambio en el currículum Hammersley y Hargreaves resumen el sen-
(Octaedro, Barcelona, 2000), y Estudios del tido de una historia social de las materias
currículum: Casos y métodos (Buenos Aires, curriculares como espacio de lucha y con-
Amorrortu, 2003). En términos generales, flicto, de reconstrucción y negociación de
este investigador traza tres finalidades para los límites del saber y las identidades aca-
los estudios históricos del currículum y la démicas, del modo siguiente:
teoría curricular: (I) establecerse como obje-
tivo el hecho de iluminar la realidad con- “Young (1971) argumentó que las materias escolares
no deberían ser vistas simplemente como reflejos de las for-
temporánea por medio del estudio histórico; mas básicas del conocimiento dadas para toda época, como
(II) examinar, poner a prueba o contribuir a los filósofos de la educación habían propuesto. Sino más
la teoría pedagógica, distinguiendo las rela- bien, lo que actualmente pasa por historia, geografía, físi-
ciones entre estructura y acción en el desa- ca, inglés, etc. tendría que ser tratado como productos so-
rrollo y la transformación del currículum, y cio-históricos, el resultado de conflictos pasados entre gru-
(III), ocuparse de la construcción del proce- pos contendientes que buscaban definir aquellas materias
de formas diferentes. Además, éste fue un proceso donde
so “interno” del currículum, de su defini-
los grupos dominantes dentro de la sociedad tenían parti-
ción, acción y cambio, en definitiva del “jar- cularmente una posición fuerte para imponer sus propias
dín secreto del currículum”46. definiciones. Estos conflictos, proseguía Young, lejos de
Para abordar, específicamente, las in- estar concluidos continuaban, con más fuerza que nunca,
vestigaciones en torno a la historia de las en el intento de integrar previamente materias diferencia-
materias escolares, debemos retroceder das –combinando historia, geografía y estudios sociales en
las humanidades, por ejemplo. Ejemplos mucho más re-
hasta el congreso anual de la NSE de 1981
cientes podrían sumarse aquí– integrar las ciencias, la
en el St. Hilda’s College, en Oxford, que es- educación social, los estudios medioambientales, la tecno-
tuvo dedicado a la sociología de la práctica logía, etc. El propósito de tales tentativas de integración
curricular, como revisión de Knowledge and proporciona ejemplos vivos de conflictos continuos entre
Control y balance de las aportaciones reali- diferentes grupos para establecer su propia definición de
zadas en los últimos años, para compren- qué cuenta como conocimiento escolar válido y deseable”.
der su evolución. Hammersley y Hargrea- M. Hammersley y A. Hargreaves (Eds.): Curricu-
ves (Curriculum Practice…, 1983) anotan la lum Practice…, 1983, p. 5.
importancia de los resultados de ese con-
greso, que el año siguiente vio como se lle- Desde esta perspectiva de investigación
naba de investigaciones en torno a las ma- histórica de las luchas por la definición de
terias escolares desde una perspectiva etno- las materias escolares, en 1981, Ivor Good-
gráfica. Según estos autores, la NSE abrió son ya había publicado un primerizo artí-

46 I.F. Goodson: “Historia de la educación: un paradigma conflictivo”, Historia del currículum…, 1995, p. 27.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

culo titulado “Becoming an Academic Sub- miento”48. En su reconstrucción sobre la


ject: Patterns of Explanation and Evolu- historia de la biología y la ciencia como
tion” (British Journal of Sociology of Educa- disciplinas del currículum en Gran Bretaña
tion, vol. 2, nº 2 (1981), pp. 163-180). Otras en el siglo XIX y XX, Goodson apuntaba
publicaciones posteriores de Goodson en tres conclusiones generales de formación
el campo de investigación sobre la forma- de estas disciplinas en la historia del currí-
ción de las disciplinas escolares que es pre- culum:
ciso reseñar son: School Subjects and Curri-
culum Change (The Falmer Press, Londres, “La primera de estas conclusiones es que las discipli-
nas no son entidades monolíticas, sino amalgamas cam-
Nueva York y Filadelfia, 1983); Studying biantes de subgrupos y tradiciones que influyen, mediante
School Subjects, publicada junto con Marsh el enfrentamiento y el compromiso, sobre la dirección del
(The Falmer Press, Londres y Washington cambio. Segunda: el proceso de convertirse en una disci-
D.C., 1996), y Subject Knowledge. Readings plina escolar caracteriza la evolución de la comunidad que
for the Study of School Subjects, con Anstead la imparte de una que promueve propósitos pedagógicos y
y Marsh (Falmer Press, Londres y Was- utilitarios, a otra que define la disciplina como una ‹‹disci-
plina›› académica, que mantiene lazos con catedráticos
hington D.C., 1998). En su tarea de funda-
universitarios. Tercero: el debate sobre el currículum pue-
mentar este tipo de trabajos de investiga- de interpretarse en términos de conflicto entre disciplinas
ción, Goodson sitúa el interés por estudiar por cuestiones de estatus, recursos y territorio”.
la historia de las materias escolares en la fi-
I.F. Goodson: “Historia del currículum, profe-
gura pionera de Foster Whatson, sesenta sionalización y organización social del conoci-
años antes que la NSE iniciara su recorrido miento” (en colaboración con I. Dowbiggin),
que contribuiría al estudio de las discipli- Historia del currículum…, 1995, p. 35.
nas. En 1909, este autor había publicado
The Beginnings of the Teaching of Modern Por otra parte, Ivor Goodson sostiene
Subjects in England (Pitman, Londres), don- que las dos fuentes para una aproximación
de afirmaba que: “Ya iba siendo hora de al estudio del conocimiento escolar que
que se conocieran los hechos históricos en emergen en el contexto británico a finales
relación con el inicio de la enseñanza de de los sesenta son la Nueva Sociología de
las disciplinas modernas en Inglaterra, y la Educación (NSE) y la filosofía de la edu-
que se conocieran en conexión con la histo- cación. Curiosamente, los planteamientos
ria de las fuerzas sociales que las hicieron de los filósofos y su contribución a la histo-
llegar al currículum educativo”47. Al hilo ria de las disciplinas escolares, representa-
de lo planteado por Watson y después por dos por Hirst y Peters, a los cuales se opuso
la NSE, uno de los temas recurrentes del la NSE, permitieron vincular la construc-
trabajo de Goodson es su preocupación ción social del currículum con el análisis de
por comprender cómo las disciplinas esco- los grupos de interés implicados. Pero este
lares se pueden ver más como “subgrupos enfoque, que se resume en la noción de
de información en continuo cambio” que “formas de conocimiento”49, sugiere con
no como “cuerpos sagrados de conoci- frecuencia una teoría del poder, que se re-

47 Watson citado por I.F. Goodson: ¿Por qué estudiar las disciplinas escolares”, Historia del currículum…,
1995, p. 100
48 Peter McLaren citado en J.L. Kincheloe: “Introducción”, en I.F. Goodson: El cambio en el currículum…,
2000, p. 12.
49 Tal como describe Goodson: “Hirst y Peters argumentan que ‹‹los objetivos centrales de la educación
son desarrollos de la mente›› y que estos objetivos se persiguen mejor por el desarrollo de ‹‹formas de
conocimiento›› (...). Partiendo de estas formas y campos de conocimiento tan definidos, las materias es-
colares pueden derivarse y organizarse. Así pues, lo que eso implica es que una disciplina intelectual la
crea y define sistemáticamente una comunidad de estudiosos, que normalmente trabaja en un departa-
mento universitario, y que luego ‹‹traduce›› para el uso como materia escolar” (“3rd Annual Western
Lecture in Art Education”. Journal of Ontario Society for Education through Art, nº 22 (1993), p. 19.)

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

fiere de manera restringida a la relación de disciplina, por ejemplo, sucede que: (a) el
dominación vertical y jerárquica entre los contexto escolar es muy diferente del con-
agentes educativos. Si bien, como ilustra texto universitario (aspectos como la moti-
Goodson, Hirst y Peters habían dibujado vación de los alumnos, la habilidad o el
un mapa para la comprensión de las mate- control requieren una consideración espe-
rias escolares, otros filósofos como Phenix cífica), por eso, la traducción de una disci-
han sido mucho más explícitos, al declarar plina como materia escolar exige una con-
que: “La prueba general de una disciplina siderable adaptación, y (b), por otro lado,
es que debe ser la actividad característica algunas materias escolares están a menudo
de una tradición organizada identificable divorciadas de su disciplina base o no tie-
que es capaz de justificarse por un conjunto nen ninguna, y muchas representan comu-
de estándares inteligibles”50. Al hilo de es- nidades autónomas de conocimiento. De
tas aportaciones, Goodson sostiene que las esta manera, Goodson afirma que la obser-
materias escolares son percibidas como el vación del grado de aislamiento o autono-
producto que deriva del mejor trabajo de mía de las disciplinas escolares permite
los especialistas, quienes actúan como ini- analizar las etapas de formación de las ma-
ciadores en las tradiciones escolares que terias, las cuales a menudo lejos de derivar
son generalmente (y tácitamente) aceptadas de las disciplinas universitarias, cronológi-
por educadores y legisladores y que se apo- camente las preceden: “en estas circuns-
yan en un mecanismo complejo. En este tancias realmente el desarrollo de las ma-
proceso, ejercen un papel clave los portavo- terias escolares aporta la creación de una
ces de las agencias gubernamentales y edu- base universitaria para la ‹‹disciplina›› en
cativas, las asociaciones o colegios profesio- la que los profesores de la materia se pue-
nales de cada disciplina, las editoriales y den formar”52. En un ejemplo que Good-
los demás canales de difusión. Por este mo- son toma de Layton donde se analiza el
tivo, defiende la idea de llevar a cabo inves- desarrollo de las Ciencias en Inglaterra
tigaciones sobre los grupos profesionales desde el siglo XIX, se sugiere un modelo
implicados en la construcción de las mate- para observar la emergencia de las mate-
rias escolares (Esland), para estudiar sus re- rias escolares, definido en tres etapas: (I)
des de comunicación (Musgrove) y ver así en un primer momento, se justifica la dedi-
qué grupos actúan como mediadores de las cación temporal de la materia en el plan de
“fuerzas sociales” (Watson). El objetivo de estudios a partir de su utilidad con respec-
estudiar a los grupos sociales implicados en to a los intereses y necesidades de los estu-
la definición de las materias escolares con- diantes, donde los docentes no son espe-
lleva necesariamente la reconstrucción de cialistas y predomina el entusiasmo; (II)
los momentos o etapas que conducen a su los estudiantes se sienten más atraídos por
establecimiento, tal como afirma Good- el estatus académico y la reputación de la
son:“Para comprender la progresión a lo disciplina que por sus propios problemas,
largo del recorrido hacia el estatus acadé- la lógica interna de la disciplina se con-
mico es necesario examinar las historias so- vierte en eje vertebrador y seleccionador
ciales de las materias escolares y analizar del conocimiento y aparecen los cuerpos
las estrategias empleadas en su construc- de formadores, y (III), los profesores ya
ción y promoción”51. constituyen un cuerpo profesional estable-
A veces, estos estudios reflejan algunas cido con normas y valores, la selección del
paradojas que ponen en duda el proceso conocimiento viene dada por los juicios,
automático de constatación vertical de una prácticas e investigaciones de los estudio-

50 Ibídem
51 I.F. Goodson: “3rd Annual Western Lecture in Art Education”…, (1993), p. 20.
52 Ibídem..

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

sos, y se inicia a los alumnos en la tradi- plicar la construcción y legitimación de las


ción. Las actitudes de resignación y pasivi- materias escolares en el currículum, se ba-
dad se empiezan a notar y son el preludio sa en la noción de tradición inventada de
del desencanto53. Hobsbawm que “incluye tanto las tradicio-
Por último, la propuesta de historiar so- nes realmente inventadas, como las cons-
cialmente el currículum choca con la misti- truidas y formalmente instituidas”55. De
ficación y la reproducción de la forma “tra- esta manera, la historia de un currículum
dicional” del currículum, que funciona le- nacional puede leerse en los términos de
gitimando el currículum como documento una tradición inventada, un concepto para-
escrito y como regulador de la enseñanza. dójico que se refiere a la interpretación de
Desde esta perspectiva, el contenido de la los hechos en la historia como “innovación
enseñanza es visto como algo estable y aco- disfrazada de continuidad, novedad disfra-
tado, y el currículum se centra en una or- zada de antigüedad”56. Goodson contem-
ganización disciplinar que tiene una justifi- pla la enseñanza como un invento relativa-
cación histórica irrefutable, a la vez que es mente reciente que está vinculada a la his-
inescrutable. El mito de la prescripción de toria de la formación de los estados nacio-
la enseñanza, lo que Goodson ha denomi- nales, y como vimos en el apartado ante-
nado la “mística del control central y/o bu- rior, la emergencia de la escolarización de
rocrático”, que como veremos en la conver- masas se apoyó en la definición del “currí-
sación puede analizarse como un movi- culum como disciplina”, en el proceso de
miento global que afecta también a España, clasificación y diferenciación de los estu-
se pone en funcionamiento al considerar diantes, pero también se construyó a partir
que un marco curricular o la definición ofi- de la organización del conocimiento en
cial de las disciplinas y las especialidades cápsulas que se articulan como saberes es-
son únicos, y por tanto, actúan como mar- colares. Por esta razón, Goodson sostiene
cadores de las directrices y prácticas esco- que es preciso recomponer la historia so-
lares “posibles”. Goodson explica que cial de las materias curriculares para estu-
“cuando los grupos nacionales y los go- diar su formación como tradiciones inven-
biernos se sienten amenazados, esa mística tadas, viendo lo que les proporciona el en-
se convierte en un baluarte importante torno de legitimación en el currículum ofi-
contra una inminente sensación de desor- cial, y analizar paralelamente los mecanis-
den, confusión y declive”54. Otra concep- mos que refuerzan el mito de la prescrip-
tualización utilizada por Goodson para ex- ción de la enseñanza:

53 Aunque estas fases están desarrolladas ampliamente en I.F. Goodson: “3rd Annual Western Lecture in
Art Education”…, pp. 65-66, el lector también puede encontrar múltiples referencias al trabajo de D.
Layton, que se titula Science for the People (Allen & Unwin, Londres, 1973) en I.F. Goodson: “Más allá del
monolito de la asignatura: tradiciones y subculturas”, El cambio en el currículum…, 2000, pp. 141-160.
54 Hobsbawm sostiene “por ‹‹tradición inventada›› una serie de prácticas, normalmente gobernadas por
unas reglas aceptadas explícita o tácitamente, y un ritual de naturaleza simbólica que intentan inculcar
ciertos valores y normas de comportamiento por repetición, lo cual implica automáticamente continui-
dad con el pasado. De hecho, cuando es posible, intentan establecer continuidad con un pasado históri-
co adecuado. (...) No obstante, con referencia a un pasado histórico, la peculiaridad de las tradiciones
‹‹inventadas›› es que la continuidad con el pasado es en cierta manera ficticia. Son respuestas a situacio-
nes nuevas que toman la forma de referencia a situaciones viejas, o que establecen un pasado propio
mediante una repetición casi obligatoria. Es el contraste entre el cambio y la innovación constantes del
mundo moderno y el intento de estructurar al menos algunas partes de la vida social de este mundo, de
manera que parezcan invariables e inalterables, lo que hace que la ‹‹invención de la tradición›› sea tan
interesante para los historiadores de los dos últimos siglos”. (En la introducción de la publicación de E.J.
Hobsbwam y T. Ranger (Eds.): L’invent de la tradició, Eumo Editorial, Vic, pp. 13-14).
55 I.F. Goodson: “Perspectivas construccionistas en el estudio del currículum”, Historia del currículum…,
1995, p. 188.
56 Ibídem.

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

“En este sentido, la formación del currículum puede profesores, a través de las narraciones de
verse como un proceso de invento de la tradición. De he- identidad y las historias de vida57. En esta
cho, este lenguaje se emplea a menudo cuando las ‹‹disci-
línea, se acostumbra a destacar que Good-
plinas tradicionales›› o las ‹‹asignaturas tradicionales›› se
yuxtaponen a alguna innovación de tópicos integrados o son es uno de los investigadores que ha
centrados alrededor del niño y la niña. La cuestión, sin contribuido a la construcción del currícu-
embargo, es que el currículum escrito, ya sea en forma de lum como texto biográfico y autobiográfico,
cursos de estudio, de programas, de guías o de libros de a partir de sus estudios mediante historias
texto, es un ejemplo supremo de invención de la tradición; de vida del profesorado, en los que tam-
pero, como sucede con toda tradición, no se trata de un ele- bién incorpora la exploración de la relación
mento dado que aparece de repente y para siempre, sino de
algo que tiene que ser defendido y en donde las mistifica-
entre currículum preactivo y activo58:
ciones se tienen que construir y reconstruir en el transcur- “En una fecha temprana, 1981, Ivor F. Goodson
so del tiempo. Dicho en otras palabras más sencillas, cuan- (1981) promovía el uso de la historia de vida como recurso
do los teóricos del currículum ignoran sustancialmente la y método para el estudio de la escolarización. Como histo-
historia y la construcción social del currículum, facilitan ria de vida, Goodson vio un ‹‹modelo dinámico de cómo los
la mistificación y reproducción de la forma y el contenido programas, la pedagogía, la financiación, los recursos, la
del currículum ‹‹tradicional››”. selección, la economía, está todo interrelacionado›› (p.
I.F. Goodson: “Perspectivas construccionistas en 176) (...). Diez años después, en un libro escrito con Rob
el estudio del currículum”, Historia del currícu- Walker, Goodson (1991) refuerza su entusiasmo por la
lum…, 1995, p. 194. historia de vida y la narrativa en el camino de la investiga-
ción educativa. El uso de la historia de vida y de la narra-
tiva constituiría una reconceptualización fundamental de
la investigación educativa, investigación que después ex-
Historias de vida de los profesores: la presaría la ‹‹voz del profesor›› (p. 139). Lo que es central
producción de narrativas de la acción en la investigación educativa es la importancia de comuni-
sobre el cambio en la educación a través car la voz del profesor, tanto que fuera “escuchada fuerte-
mente, escuchada articuladamente” (1991, p. 139). Este
de genealogías contextuales trabajo se constituiría sobre la idea del ‹‹profesor como in-
vestigador››, especialmente con aquella frase que fue elabo-
La triple finalidad que Goodson sostie- rada por John Elliott y Clem Adelman durante 1973-1975
ne para la teoría curricular, explicitada al en la Universidad de East Anglia (U.K.)”.
inicio del subapartado anterior, se funda- Pinar et al.: Understanding Curriculum…, 1995,
menta en el desarrollo de una renovada p. 563.
historiografía y en el construccionismo so-
cial, que le permiten comprender e investi- Este interés por las historias de vida co-
gar la producción socio-histórica del currí- mo estrategia de investigación aparece en
culum. Al adoptar una concepción del “cu- los escritos de Goodson en la misma época
rrículum como conflicto social”, Goodson que se empiezan a publicar sus primeros
se aleja de un marco de investigación rígido textos sobre historias del currículum y de
que no le permitiría estudiar el cambio en las materias escolares. Por otra parte, el
la educación. Desde este punto de vista, propio Goodson nos remite de nuevo al
una perspectiva democratizadora en la in- congreso anual de la NSE que tuvo lugar
vestigación del currículum, debe romper en el St. Hilda’s College, en esta ocasión en
con la historia de las instituciones y la his- 1983, al que asistieron numerosos investi-
toria de la legislación, como formas de gadores norteamericanos y europeos, como
aproximarse a las escuelas desde arriba y uno de los espacios de discusión en los que
optar por hacer visibles las voces de los “se trató el tema de la vida del profesora-

57 Con respecto a este tema, A. Hargreaves, con quien Goodson ha colaborado en diversas ocasiones mani-
fiesta lo siguiente: “Todas las voces de los profesores merecen ser escuchadas, independientemente de
como puedan ser de marginales o pasadas de moda. En consecuencia, creo que la práctica de la investi-
gación educativa debería continuar otorgando una importante prioridad a escuchar, representar y pa-
trocinar la voz del profesor” (“En relació a la veu”, Transversal, nº 11 (2000), pp. 58-59).
58 Pinar et al.: Understanding Curriculum…, 1995.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

do” 59. Nos recuerda que de este encuentro ma de la escolarización”60. Metodológica-


salió otra publicación, Teachers’ Lives and Ca- mente, Goodson establece una clara distin-
reers, que Goodson editó junto con Stephen ción entre la realización de “relatos de vida”
J. Ball (The Falmer Press, Londres y Filadel- y la perspectiva de estudio del currículum
fia, 1985), donde ya se recogían las fases por mediante “historias de vida”61:
las que había pasado la investigación sobre
el profesorado en el Reino Unido hasta ese “El relato de vida comprende la narración de la per-
momento. Desde principios de los años sona sobre su vida (muy a menudo comunicada oralmen-
te) en un momento particular en el tiempo. La historia de
ochenta hasta la actualidad, Goodson ha pu-
vida complementa el relato de vida con datos dibujados
blicados varios libros que ilustran la pers- por las narraciones de otras personas, registros oficiales y
pectiva de investigación de la profesión do- transcripciones, y un abanico de documentación histórica.
cente mediante historias de vida, tales como Los datos, pues, son distintos pero sobretodo lo son las as-
el texto, ya mencionado en la cita anterior, piraciones del relato de vida y de la historia de vida. En el
titulado Biography, Identity and Schooling, que primer caso, la intención es comprender el punto de vista
Goodson escribió junto con Rob Walker de las personas y la narración de su vida, la historia que
él/ella nos cuenta sobre su vida. (...). En la historia de vi-
(The Falmer Press, Londres, Nueva York y da, la intención es comprender los patrones de relaciones
Filadelfia, 1991), con quien había coincidido sociales, interacciones y construcciones en los cuales las
en el Institute of Education y que, posterior- vidas están inmersas. La historia de vida promueve la pre-
mente, volvería a reencontrar en CARE; Tea- gunta sobre si los asuntos privados son también temas pú-
chers’ Professional Lives, editado junto con blicos. El relato de vida individualiza y personaliza; la his-
Andy Hargreaves (The Falmer Press, Lon- toria de vida contextualiza y politiza.(...) Si nos desplaza-
mos desde los relatos de vida hacia las historias de vida
dres, Nueva York y Filadelfia, 1996); el capí- nos movemos desde una narración singular para incluir
tulo titulado “Storying the Self: Life Politics otras fuentes documentales y testimonios orales”.
and the Study of the Teacher’s Life and
I. F. Goodson: “Storying the Self: Life Politics
Work” publicado en la compilación de Wi-
and the Study of the Teacher’s Life and Work”,
lliam Pinar, Curriculum. Toward New Identi- en W.F. Pinar (Ed.): Curriculum. Toward New
ties (Garland Publishing, Nueva York y Lon- Identities, Garland Publishing, Nueva York y
dres, 1998); los tres volúmenes de La ense- Londres, 1998, p. 11.
ñanza de los profesores, editados junto con B.J.
Biddle y T.L. Good (Paidós, Barcelona, Esta distinción entre relatos e historias
2000), e Historias de vida del profesorado (Octa- de vida en el programa de investigación de
edro-EUB, Barcelona, 2004). Como veremos, Goodson tiene que ver con su opción polí-
desde una perspectiva de investigación his- tica de vincular el estudio de la subjetivi-
tórica, en ocasiones, Goodson analiza un pe- dad con una teoría del contexto: “El peli-
riodo concreto en el desarrollo curricular de gro de centrarse en el conocimiento prácti-
los profesores para detectar los momentos co y personal es el de romper el vínculo
de cambio en el currículum a través de sus con el conocimiento teórico y contextual.
biografías, ya que considera que “estudiar Sólo si enlazamos estos nuevos modos de
las vidas de los profesores y su trabajo como investigación con narrativas más amplias
una construcción social nos proporciona sobre el cambio social y la globalización, el
unas valiosas lentes para mirar los nuevos saber docente devendrá plenamente gene-
movimientos de reestructuración y de refor- rador y eficaz, social y políticamente”62.

59 I.F. Goodson: Historias de vida del profesorado, Octaedro-EUB, Barcelona, 2004, p. 28.
60 I. F. Goodson: “Storying the Self: Life Politics and the Study of the Teacher’s Life and Work”…, 1998, p. 14.
61 En esta cita se han mantenido los matices que proporciona la lengua inglesa; de este modo, he traducido
los términos: “life stories” como “relatos de vida”; y “life histories” como “historias de vida”. Otras refe-
rencias a esta distinción se encuentran en castellano en “El estudio de las vidas del profesorado”, Histo-
rias de vida del profesorado, Octaedro-EUB, Barcelona, 2004, pp. 306-307.
62 I.F. Goodson: Historias de vida del profesorado…, 2004, pp. 30-31.

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

Por esta razón, este investigador propone procedencia de los datos en la investiga-
que la investigación de las vidas del profe- ción mediante historias de vida es diver-
sorado no puede ser sólo una “narración sa65 y su tratamiento por parte del acadé-
de la acción” sino que ésta debe colocarse mico debería basarse en el respeto a los cri-
“dentro de una teoría del contexto” –tal co- terios de confidencialidad y validación de
mo sugirió Stenhouse–, o en palabras del los profesores participantes. Debido a que
propio Goodson, debe ser también “una éste es un tema que preocupa a muchos in-
historia o genealogía del contexto” 63. Entre vestigadores interesados en las historias de
las ventajas que este tipo de investigación vida, ello ha conducido, a menudo, a una
proporciona al estudio del cambio en el cu- profunda reflexión sobre las dimensiones
rrículum y las reformas educativas, Good- metodológicas y éticas de este tipo de estu-
son sostiene que el tipo de interpretaciones dios, lo que ha posibilitado analizar los lí-
que emergen del intercambio entre el in- mites y las relaciones de poder entre los in-
vestigador y el profesor están basadas en la vestigadores y los sujetos de estudio; criti-
colaboración; sirven para estudiar los fenó- car cómo se construyen los textos de inves-
menos contemporáneos como algo comple- tigación, e incluso, narrar el proceso y los
jo y nos aportan datos que contestan la im- intercambios durante el estudio, los distin-
posición desde arriba; aumentan la visibili- tos puntos de vista, como aspectos impor-
dad y las oportunidades de recuperar la tantes del tipo de conocimiento que contri-
voz de los docentes, y lo que es más impor- buye a generar la investigación:
tante, de comprender y transformar la en-
señanza a partir de sus localizaciones, y “Al centrar nuestros estudios en las historias de vida
permiten “generar una contracultura que y la labor docentes dentro de estos contextos tan controla-
oponga resistencia a la tendencia de ‹‹de- dos institucionalmente, nuestra intención, lejos de buscar
un ‹‹cierre›› académico, es, por el contrario, la de crear es-
volver al profesorado a las sombras››, una pacios vitales para la reflexión y el comentario. Este tipo
contracultura basada en un modo de inves- de trabajo tiene como objetivo desarrollar nuestras estrate-
tigación que por encima de todo tenga en gias para que los docentes analicen y reflexionen sobre su
cuenta a los profesores y profesoras y se vida y su labor profesional de tal modo que puedan dar
plantee como objetivo escuchar ‹‹la voz del respuestas más profundas y poderosas frente al mundo so-
docente››”, con el fin de reconceptualizar cialmente construido de la educación”.
las metas de la investigación educativa y I.F. Goodson: Historias de vida del profesorado…,
de autorizar a sus protagonistas 64. Entre 2004, p. 39.
los mayores peligros de este tipo de inves-
tigación, Goodson reconoce que se encuen- Los textos de los investigadores que se
tra la potenciación de los mecanismos de incluyen en Historias de vida del profesorado y
vigilancia y colonización de las vidas y tra- en los tres volúmenes de La enseñanza y los
bajos de los docentes; y, un uso perverso profesores, son excelentes ejemplos de este
de la información que nos proporcionan las tipo de estudios de investigación mediante
biografías profesionales de los docentes. La historias de vida, un tipo de trabajos que

63 I.F. Goodson: Historias de vida del profesorado…, 2004, p. 50 y p. 303.


64 Goodson reproduce en Historias de vida del profesorado…, 2004, p. 55, una cita de un texto previo titulado
“Sponsoring the Teacher’s Voice: Teachers’ Lives and Teacher Development”, publicado en A. Hargrea-
ves y M.G. Fullan (Eds.): Understanding Teacher Development, Cassell, Londres, 1992.
65 Goodson nos proporciona un listado de algunas de las fuentes de procedencia de los datos en el desa-
rrollo de investigaciones mediante historias de vida. Así, se refiere a los relatos sobre la experiencia vi-
tal y la trayectoria anterior del profesor, su estilo de vida personal y profesional, el ciclo vital o la ca-
rrera docente, los estadios en su trayectoria profesional, los momentos críticos y el vínculo entre la his-
toria personal y contextual a través del tiempo (I.F. Goodson: Historias de vida del profesorado…, 2004,
pp. 307-308).

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

puede ser muy útil en nuestro contexto66. “Muchas de las teorías del cambio y de las reformas
La variedad de estos textos, que reflejan la escolares que se dan en la actualidad parten de la idea de
que puesto que no todo va bien en las escuelas (cierto) sólo
gran diversidad de opciones en la selección
las reformas y los cambios pueden arreglar la situación
del objeto y las preguntas de la investiga- (falso). Se tiene la idea de que una enunciación clara de los
ción, las metodologías, las formas de escri- objetivos, apoyada por una batería de tests, acompañada
tura y las posiciones de los sujetos en el de estrategias de evaluación y asegurada mediante un con-
proceso de interpretación, ilustran la orien- junto de incentivos económicos y retribuciones según re-
tación de las tendencias internacionales en sultados, producirá de forma inmediata una mejora en el
la investigación mediante historias de vida. nivel de las escuelas. Se sitúa al profesor o profesora como
un elemento clave de este sistema de instrucción, pero lo
Estas tendencias, sobre las cuales reflexio- que se acentúan son los aspectos técnicos de la profesión
nan el propio Goodson y también el amplio por delante de la biografía profesional, es decir los objeti-
grupo de colaboradores que participa con vos y compromisos personales en los que se basa el sentido
sus escritos en las dos publicaciones, mues- de vocación y profesionalidad del profesorado. Puede que
tran un abanico de investigaciones que se estemos exagerando este elemento de tecnificación crecien-
están llevando a cabo desde perspectivas te, que dista mucho de ser universal, y también puede que
pongamos demasiado énfasis en el ataque contra el sentido
muy diferentes. De esta forma, constituyen
de vocación del profesorado. Sin embargo, lo que es irrefu-
un posible mapa de investigaciones con- table es el poco trabajo realizado sobre la ‹‹personalidad de
temporáneas sobre la enseñanza y la for- cambio››. Muy pocas reformas escolares y teorías de cam-
mación docente, que abarcan desde el para- bio promulgadas han planteado el papel del desarrollo per-
digma clásico de las historias de vida, la sonal como una pieza central de dicho proceso. Por el con-
historia oral, los estudios de caso sociales, trario, los cambios se han planteado como si se creyera que
éstos iban a producirse a pesar de los objetivos y creencias
la investigación basada en el saber profe-
personales de los profesores y profesoras. Demasiado a me-
sional y micropolítico del docente, la pers- nudo se ha visto en la ‹‹personalidad de cambio›› una
pectiva feminista, la autobiografía colabo- ‹‹piedra en el camino›› de la reforma real en lugar de una
rativa, el estudio de la innovación y la ‹‹piedra fundamental››”.
transformación de la enseñanza, etc. Den- I.F. Goodson: “Cambio y biografía profesional”,
tro del marco que nos ofrecen estas diferen- Simposi itineraris de canvi en l’educació, Barcelona
tes tendencias y las posibilidades que he 15 y 16 de marzo, 2001, p.1.
señalado en torno a la indagación mediante
historias de vida, es importante subrayar La mayoría de trabajos de investigación
que Goodson suele realizar investigaciones que Goodson lleva a cabo en la actualidad
históricas para estudiar el cambio y las re- se fundamentan en esta idea de que ignorar
formas educativas a través de las biografías la “personalidad del cambio” en los proce-
personales y profesionales de los docentes, sos de reforma educativa “puede ser enor-
debido a que, en su opinión: memente peligroso”. Por ejemplo, ello se

66 En el prólogo de la edición en castellano de Historias de vida del profesorado, elaborado por Fernando Her-
nández y que lleva por título “Las historias de vida como estrategia de visibilización y generación del
saber pedagógico”, este autor establece un mapa de tendencias de las investigaciones basadas en las his-
torias de los profesores en nuestro país, entre las que distingue: (I) narraciones de profesores sobre su
experiencia personal; (II) investigaciones en torno a profesores, de manera especial, relacionadas con es-
tudios de caso o investigaciones etnográfica, y (III), historias de vida de profesores, con la finalidad de
comprender trayectorias profesionales vinculadas a determinadas áreas del currículum o períodos his-
tóricos (Octaedro-EUB, Barcelona, 2004, pp. 9-26). En el prefacio que el propio Goodson escribió para es-
ta edición, también se sugiere que: “Los estudios sobre la vida del profesorado en España pueden ofre-
cernos la posibilidad de ver al sujeto en relación con la historia de su tiempo, es decir la intersección en-
tre la historia de vida y la historia de la sociedad, iluminando las opciones y contingencias que se abren
ante el individuo. Las ‹‹historias de vida›› de las escuelas, de los sujetos y de la profesión docente nos proporcio-
narían información de vital importancia sobre el trasfondo contextual en este respecto. Por consiguiente,
el foco inicial en las vidas del profesorado ayudaría a reconceptualizar nuestros estudios sobre el siste-
ma educativo de manera fundamental (véase Goodson, 1991; Goodson y Sikes, 2001)” (I.F. Goodson:
Historias de vida del profesorado…, 2004, pp. 40 y 41).

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

pone de manifiesto cuando interpreta la Para finalizar este artículo, quiero abor-
sustitución, generalizada en las escuelas de dar algunos aspectos que emergen de la
Gran Bretaña, de los “viejos profesionales” ocupación actual de Ivor Goodson en el
de la educación –cuya identidad profesio- campo de la investigación sobre la enseñan-
nal se construye en torno a una vocación y za. En la introducción a Learning, Curricu-
una preocupación–, por los “nuevos profe- lum and Life History68, este autor explica la
sionales” –que perciben la enseñanza como complejidad de la colección de textos que se
un trabajo técnico. Desde su punto de vista, incluyen en esta publicación que “tiende a
este hecho puede llegar a ser un problema funcionar hacia atrás de varias formas des-
por tres razones: (I) la pérdida de memoria de mi trabajo actual en las historias de vida,
en la comunidad implica ignorar las expe- la vida profesional y el trabajo, y las políti-
riencias y conocimientos acumulados de los cas de vida; pero para contrarrestar este
profesionales, como producto tanto de los presentismo también intenta funcionar en el
procesos de jubilación anticipada como a sentido opuesto siguiendo la cronología de
partir de los cambios drásticos que impo- las preocupaciones académicas sobre el
nen algunas reformas que no tienen en aprendizaje, la pedagogía y el currículum
cuenta a los docentes; (II) la desaparición hasta concluir en la actualidad”69. Respecto
del papel de los mayores como orientadores a los proyectos de investigación en los que
y su rápida sustitución –además de asumir ha participado recientemente, Goodson des-
que bajo el nuevo modelo el docente realiza taca el trabajo que llevó a cabo durante cin-
un trabajo sin más, como cualquier otro– no co años en el proyecto “Change Over Time”
facilita la transmisión de esas “capas de co- (1998-2003), financiado por la Fundación
nocimiento incalculables adquiridas a lo Spencer, completando un conjunto de ensa-
largo de años de experiencia”, y (III), la se- yos y libros que reúnen una serie de estu-
lección y continuidad del profesorado, do- dios sobre profesionalización e historias de
minada por la precarización que media en vida. Una tarea que desarrolló mientras tra-
la construcción de la identidad de los nue- bajaba en la Universidad de Western Onta-
vos profesionales, no permite ver que sus rio y en la Warner Graduate School de la
principales dificultades no distan tanto de Universidad de Rochester en el Estado de
las que se encontraron los viejos profesiona- Nueva York. Posteriormente, ya de regreso
les. Sus expectativas en torno a un trabajo al Reino Unido, Goodson quería escribir va-
que perciben como limitado en términos de rios libros que recogieran su pensamiento
creatividad e inventiva y que no se puede sobre la educación, una tarea que se ha visto
ejercer en la práctica, genera procesos simi- reforzada por el desarrollo de dos nuevos
lares de desencanto y frustración como los proyectos de investigación. El primero es un
que había vivido el colectivo anterior67. proyecto que forma parte del Programa de

67 I.F. Goodson: “Cambio y biografía profesional”, Simposi itineraris de canvi en l’educació, Barcelona 15 y 16
de marzo, 2001
68 Esta publicación, que en inglés se titula Learning, Curriculum and Life History: Selected Works by I.F. Good-
son (Routledge, Londres, 2005), va tener una versión en castellano de la editorial Octaedro, que ya ha
contribuido a difundir dos de sus libros anteriores. Para la elaboración de este artículo y del texto de la
conversación, he tenido acceso a algunas partes del manuscrito original. En el índice de la versión ingle-
sa, se puede ver la inclusión de más de veinte capítulos en los que se recoge la trayectoria de Goodson a
lo largo de sus treinta años como investigador, además de una introducción autobiográfica. De este mo-
do, se publican trabajos que ya conocemos y textos que no gozan aún de una traducción al castellano.
En síntesis, permite comprender la historia de Goodson como investigador y su localización actual en
los discursos postcríticos del currículum que percibe de forma interrelacionada con la investigación me-
diante historias de vida. Además, también incluye textos que recogen los resultados de sus investigacio-
nes más recientes. En la conversación que mantuvimos y que se transcribe a continuación, Goodson
abordó muchas de las cuestiones que aparecen en este libro.
69 Learning, Curriculum and Life History, manuscrito, p. 2.

- 95 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

Enseñanza y Aprendizaje del gobierno bri- libros, artículos, entrevistas y alguna ponen-
tánico, financiado por el Consejo de investi- cia. En primer lugar, se presenta la referencia
gación social y económica, y que lleva por de la bibliografía que se puede encontrar en
título “Learning Lives: Learning, Identity castellano, y en el caso de los libros, se inclu-
ye también la referencia del título en inglés y
and Agency in the Life-Course” (2003-2008).
los datos de la edición original. En segundo
Este estudio pretende comprender el apren- lugar, el lector verá la referencia de las publi-
dizaje en una diversidad de medios a través caciones en inglés, que no tienen traducción
del curso de la vida y emplea las historias al castellano, y que constatan el vasto con-
de vida como metodología para recoger sus junto de la obra de este autor e ilustran las
datos. El segundo proyecto de investigación distintas etapas en su trayectoria como in-
está financiado por la Unión Europea para vestigador. Algunas de estas publicaciones
analizar el “Conocimiento profesional” se pueden hallar en su traducción al portu-
(2004-2008) en ocho países distintos, entre gués, pero debido a que la lista es extensa,
los que se incluye España, y se basa también no ha sido posible incluirlas aquí. Se ha prio-
rizado, en especial, la información que pue-
en la realización de historias de vida de los
de ser de utilidad en nuestro contexto, la re-
profesionales de la enseñanza y la enferme- ferencia a las obras que contienen contribu-
ría. En 1996, Goodson obtuvo una cátedra ciones a destacar del conjunto de su carrera y
de educación en CARE, que después dejó las publicaciones más recientes, que recogen
para proseguir su carrera en las universida- el trabajo actual de Ivor F. Goodson.
des de Cambridge y Brighton, donde per-
manece. En la actualidad, orienta su trabajo
en el campo de la investigación sobre la en- Publicaciones en castellano
señanza, a partir de potenciar los vínculos
entre el estudio de las historias del currícu- — “La construcción social del currículum. Posi-
lum y las historias de vida para desarrollar bilidades y ámbitos de investigación de la
comprensiones poderosas sobre el cambio historia del currículum”, Revista de
Educación, nº 295, agosto, 1991, pp. 7-37.
educativo. En este marco, aparecen nuevas
— “Cuerpos dóciles. Aspectos comunes de la
preocupaciones teóricas, políticas y metodo- historia de la psiquiatría y de la enseñanza”,
lógicas, como por ejemplo, su interés por in- con I. Dowbiggin, en S.J. Ball (Comp.): Fou-
vestigar los contextos locales mediante la cault y la educación. Disciplinas y saber, Mora-
producción de narrativas docentes para ta, Madrid, 1993.
analizar la contestación a los movimientos — Historia del currículum: La construcción social
globales y, de este modo, explorar lo que ha de las disciplinas escolares, Pomares-Corredor,
denominado “el momento y las luchas por Barcelona, 1995.
la mediación y la refracción”, que, desde su — “Materias escolares y la construcción del cu-
punto de vista, deberían requerir toda nues- rrículm: Texto y contexto”, en J.G. Mínguez
y M. Beas (Eds.), Libro de texto y construcción
tra atención como investigadores, ya que
de materiales curriculares, Proyecto Sur de
sustituyen a los procesos de dominación. Ediciones S.A.L., Granada, 1995, pp. 183-199.
Estas y otras conceptualizaciones, que cons- — “Contar cuentos”, con R. Walker, en H.
tituyen el andamiaje de sus teorías sobre el McEwan y K. Egan (Comp.): La narrativa en
cambio en la educación, van a ser aborda- la enseñanza, el aprendizaje y la investigación,
das ampliamente por el propio Goodson en Amorrortu editores, Buenos Aires, 1998.
la conversación que se publica en este mis- — La crisis del cambio curricular, monografía,
mo número. con N. Grimaldi, Universidad de Córdoba,
Argentina, 1999.
— “El profesional regido por principios”, Pers-
pectivas, vol. XXX, nº 2 (junio, 2000), pp.
SELECCIÓN BIBLIOGRÁFICA 197-205.
— El cambio en el currículum, Octaedro, Barcelo-
A continuación, el lector podrá consultar una na, 2000 [The Changing Curriculum, Peter
selección de la obra de Ivor F. Goodson, que Lang Publishing, Londres, 1997].
se ha realizado respetando la ordenación — La enseñanza de los profesores I. La profesión de
cronológica y que incluye libros, capítulos de enseñar, con B.J. Biddle y T.L. Good (Eds.),

- 96 -
P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

Paidós, Barcelona, 2000 [International Hand- — School Subjects and Curriculum Change. Case
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sus contextos, con B.J. Biddle y T.L. Good con prólogo de P. McLaren 1993].
(Eds.), Paidós, Barcelona, 2000 [International — “Subjects for Study: Aspects of a Social His-
Handbook of Teachers…, 1997]. tory of Curriculum”, Journal of Curriculum
— La enseñanza de los profesores III. La reforma de la Studies, vol. 15, nº 4 (1983b), pp. 391-408.
enseñanza en un mundo en transformación, con — “Defining and Defending the Subjects: Geo-
B.J. Biddle y T.L. Good (Eds.), Paidós, 2000 graphy versus Environmental Studies”, en
[International Handbook of Teachers…, 1997]. M. Hammersley y A. Hargreaves (Eds.): Cu-
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C O N -C I E N C I A S O C I A L

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The Falmer Press, Londres, 1999. blishers, Dordrecht, 2004.

- 98 -
Conversación con Ivor Goodson.
Estudiar las historias de vida en el
momento de la mediación

Montserrat Rifà Valls


Universitat de Barcelona

Me presento en el apartamento en el que si estuviera en su casa, en Inglaterra. Otro


reside Ivor Goodson durante su estancia en espacio que me impresiona, cuyas paredes
Barcelona en torno a las cuatro de la tarde, están cubiertas con diplomas y certificados
tal como habíamos acordado, después de del profesor universitario, es el despacho.
haber podido encontrar el tiempo necesario Allí tomaré más fotografías de Goodson,
en nuestras respectivas agendas para tener junto a las estanterías repletas de libros de
esta conversación. El lugar en el que me re- arte, lo que me remite a la primera entrevis-
cibe es un piso con estancias espaciosas, ta que mantuve con él en su despacho del
que tiene la estructura típica de las vivien- Centre for Applied Research in Education
das del barrio del Eixample barcelonés. (CARE) de la Universidad de East Anglia
Aunque en este caso, se trata del Eixample en Norwich, ya que nunca antes había visto
izquierdo, menos glamoroso desde mi pun- una biblioteca personal sobre educación tan
to de vista que el derecho, ya que conserva, completa y actualizada. Ahora, empeza-
en algunas zonas como ésta cercana al mer- mos, hablando de los cambios que ha habi-
cado de Sant Antoni, algunos rastros que do en su vida y en la mía, desde la última
ilustran el cambio en términos de clase so- vez que nos encontramos. El diálogo se
cial de la gente que aquí habita, a diferencia produce a partir de compartir los desplaza-
del otro Eixample, que es mucho más bur- mientos que ha habido en nuestras localiza-
gués. El piso pertenece a un profesor de la ciones subjetivas. En su caso, el principal
Universitat de Barcelona y Goodson parece aspecto a destacar es que aunque continúa
estar encantado con este lugar. La entrevis- viajando por el mundo parece haber encon-
ta se desarrollará en la sala-comedor, donde trado un lugar estable en el que llevar a ca-
nos sentamos en unos cómodos sofás, en bo su trabajo en las universidades de Cam-
torno a una mesa de centro que sostiene un bridge y Brighton. Me explica que dejó CA-
gran jarrón con alcatraces; en ella deposita- RE, al igual que la mayoría de los investiga-
ré las dos grabadoras con las que acudo y dores que yo conocí allí, algo que me en-
todos mis apuntes. La estancia es enorme y tristece, ya que para muchos, éste ha sido
me trae recuerdos del piso-despacho en el un centro de investigación educativa de re-
que nos atendía el médico de cabecera por ferencia durante largos años. También ha-
las tardes en el pueblo, ya que por las ma- blamos de su familia y me pregunta por la
ñanas realizaba su labor en la seguridad so- mía; estoy embarazada de seis meses y voy
cial. Entra mucha luz en la sala e intento go- a dar a luz a una niña a finales de verano.
zar de la atmósfera relajada que se respira, Le explico además que sigo trabajando en
dispuesta a escuchar, después de salir de la la universidad y que mi situación sigue
tercera reunión de la jornada, esta vez en el siendo de precariedad, aunque no es tan
Institut Català de la Dona, en esta misma grave como la de otras personas en este
calle, un poco más arriba. contexto. Entre otras cosas, hablamos de
La cocina da al comedor y Goodson cómo esta entrevista y el artículo sobre su
transita por entre estas dos estancias como obra pueden beneficiarme en mi carrera.

- 99 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

Los preludios de la conversación duraron mas que iremos precisando a lo largo de la


casi tanto como la entrevista misma, por es- entrevista, a partir de las cuestiones que yo
te motivo, he decido empezar con la narra- pueda ir planteando. La proyección de su
ción de un reencuentro que permitió crear obra en España y en Latinoamérica, le su-
un clima para una conversación, a la vez pone una oportunidad para establecer
que ahorrarle al lector o lectora la trans- puentes con perspectivas y contextos de
cripción literal de este inicio. investigación distintos a los del mundo an-
Goodson se interesa por las personas glosajón. Aquí radica la importancia que
que constituyen el colectivo Fedicaria y por tiene para él su estancia en Barcelona, en el
el proyecto de esta revista, concretamente, marco de un grupo que investiga en torno
por el alcance de la misma. Le explico que, al cambio y la identidad en la educación, y
desgraciadamente, en nuestro contexto hay también su interés por países como Brasil
un predominio de un tipo de investigación y Argentina, donde la indagación median-
y trabajo académico de carácter oficialista, te historias de vida es muy abundante. El
que se pierde en un discurso administrati- intercambio se inicia con mi entrega de un
vo-técnico. Desde mi punto de vista, en el guión de entrevista que contiene una lista
terreno de la educación en España no de temas en torno a los cuales me gustaría
abundan los proyectos como el de Fedicaria, conversar; le cuento que he elaborado este
con un posicionamiento explícito en térmi- guión para compartirlo con él, para poder
nos ideológicos, que entiendo como una empezar la discusión, pero que se trata de
apuesta intelectual abiertamente crítica y una propuesta abierta. Preparé la entrevis-
política. A Goodson le ha llegado la noticia ta a partir del recuerdo de cuando estuve
de que en Fedicaria conocen bien su trabajo. en CARE, trabajando en la escritura de mi
Para mí, también era importante llegar a tesis doctoral. Mi estancia allí fue progra-
esta entrevista con los deberes hechos, o
con la convicción de haberlo intentado, ya
que esto puede hacer variar el rumbo de la
conversación. La finalidad de este encuen-
tro no será descifrar su obra, sino tratar de
generar un debate que puede ser muy pro-
ductivo, en la medida en que Goodson sue-
le desarrollar sus argumentos a partir de
mantener una coherencia entre lo que escri-
be y lo que cuenta en sus conferencias y
charlas. Probablemente los ejemplos o te-
mas que vamos a abordar van a ser distin-
tos de los que permanecen en sus escritos,
pero al igual que Fedicaria, partimos de un
lugar común, de un compromiso con la teo-
ría y la crítica que se vincula con la acción.
Goodson se interesa por la orientación neo-
marxista de Fedicaria; en mis comentarios
enfatizo que se trata un grupo con una lec-
tura política de izquierdas, que trata de
vincular el análisis crítico de la educación
con la práctica y el cambio en la escuela,
desde una perspectiva de didáctica crítica.
Le pregunto si ha tenido la oportuni-
dad de explorar el contexto español y me
responde que realmente no lo ha podido
conocer a fondo, aunque sí ha ido hilva-
nando algunos temas para analizarlos, te-

- 100 -
P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

mada para conocer el trabajo de Goodson y comprobar después, por el tiempo que le
en cierta forma, ahora percibo que los en- dedicamos, sigue siendo crucial, ya que
cuentros que mantuve con él han funciona- conversamos ampliamente sobre ello. An-
do como antecedentes en esta conversa- tes de empezar la entrevista, Goodson me
ción. A diferencia de los escritos académi- sorprende de nuevo, como ya lo había he-
cos, en una conversación, las narrativas, cho en Inglaterra, al desaparecer por el pa-
que también incorporan experiencias, con- sillo para regresar con una lista actualizada
ceptos, perspectivas o ejemplos, se constru- de su bibliografía y con copias de varios de
yen de forma no lineal y no tienen la pre- sus artículos y capítulos de libros más re-
tensión de cerrar o completar un texto. Es- cientes. Otra de las dificultades que el lec-
to da lugar a una narrativa dialógica, que tor tendrá que afrontar a continuación, es
es más dinámica y quizás menos precisa, que, principalmente, Goodson se referirá a
pero no por ello menos compleja. Por esta su trabajo y a los temas que le interesan en
razón, he decidido incluir, mediante unas la actualidad, menos conocidos en nuestro
pocas notas a pie de página, un breve glo- contexto, ya que no disponemos de un ac-
sario en el que se contextualizan algunas ceso tan directo al mismo, al tratarse de
de las conceptualizaciones postmodernas textos recientes o de informes de investiga-
que Goodson emplea a lo largo de la con- ción que luego se convierten en publicacio-
versación y que conforman el lenguaje que nes. Por otra parte, esta conversación tam-
se produce a través de la investigación1 (1). bién es en sí misma bastante postmoderna,
De este modo, una de las cuestiones princi- probablemente, y esto le tocará juzgarlo al
pales que pensaba abordar en la entrevista lector, debido a que uno de los implícitos
tiene que ver con la mediación, ya que me que funcionará en el diálogo con Goodson,
acordaba del énfasis que Goodson había es que ambos compartimos que lo personal
puesto en esta conceptualización que con- y lo político actúan de forma imbricada a
sidera clave en su teoría, y como pude través de la investigación y la enseñanza.

1 Según Goodson, como consecuencia de la efervescencia de los trabajos autobiográficos, de la pedagogía


crítica, de la teoría feminista, del postestructuralismo y de la expansión de las aproximaciones existen-
cialistas y fenomenológicas, el reconceptualismo, que contribuyó a repensar los estudios del currículum
desde una visión política e identitaria, se ha colapsado con la postmodernidad (“The Educational Rese-
archer as a Public Intellectual”. British Educational Research Association, 1997). Para transitar por los dis-
cursos postcríticos del currículum que Goodson introduce a lo largo de la conversación, es preciso clari-
ficar previamente algunas conceptualizaciones. Los trabajos académicos de los postmodernistas huyen
de toda pretensión de generar verdades o metanarrativas universales, trascendentales o fundacionales,
y comparten la idea de que la actual situación histórica constituye una ruptura radical con el modernis-
mo. En esta dirección, Lather reconoce que en sus textos de investigación utiliza de forma intercambia-
ble los términos “postmoderno”, “postestructural” y “deconstrucción”, a los que añade, siguiendo a
Hall, la “teoría del discurso” (P. Lather: “El postmodernismo y las políticas de ilustración”. Revista de
Educación, 297 (1992), 7-24). Precisando un poco más, el término “postmodernidad” designa las trans-
formaciones culturales en la era postindustrial y postcolonial, y en cambio, el “postestructuralismo” es
uno los múltiples discursos académicos emergentes en el postmodernismo, que surge como contrapar-
tida al estructuralismo de Saussure, Lévi-Strauss y Roland Barthes. Desde el punto de vista de Lather,
es preciso hablar de postmodernismos en plural, para reconocer el abanico de posiciones teóricas y au-
tores que constituyen las teorías postmodernas. Los postmodernistas mantienen en común el autoanáli-
sis que aplican a sus intervenciones para contextualizarlas en el marco de las relaciones sociales del po-
der, y el hecho de compartir “el interés por el lenguaje como fuerza productiva, constitutiva, en contra-
posición a las consideraciones del lenguaje como fuerza reflexiva, representativa de cierta realidad que
puede captarse mediante la adecuación conceptual” (P. Lather: “El postmodernismo y las políticas de
ilustración”…, 1992, p. 11). El discurso postmodernista en el terrero de la investigación educativa está
representado por las reinterpretaciones que se realizan de la obra de intelectuales como Foucault, La-
can, Deleuze, Guattari, Rorty, Kristeva o Derrida.

- 101 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

Debo reconocer que la primera pregunta la era necesario reforzar la imagen de un sistema
hará Goodson a partir de uno de los temas educativo sólido que legitimara la idea de esta-
que emergen del guión, como si los pape- do-nación.
les se hubieran invertido. No obstante, es I.- ¿Definieron un currículum nacional
importante advertir que a lo largo de esta para adecuarse y homogeneizar a esta po-
conversación, no prestamos atención al blación que debía permanecer en la escuela
guión: Goodson preferirá ir contestando a hasta los dieciséis años y por eso se hizo
mis preguntas, que iré enlazando a partir una lista de materias básicas?
de sus respuestas. M.- Sí, bueno más o menos. El currículum
I.- ¿Qué queréis decir con el movimien- postfranquista era un programa de estudios que
to de retorno a lo básico en el currículum estaba organizado como un listado asignaturas
(“back to basics movement”) aquí, en vues- y de temas, elaborado desde una perspectiva tec-
tro contexto? nológica del currículum porque se diseñó a me-
M.- Ésta es una cuestión que estaba en el diados de los setenta, coincidiendo con cambios
guión que uno los miembros del colectivo Fedi- en la economía, la sociedad y los modos de pro-
caria me hizo llegar como propuesta y que he ducción. Sin olvidar que tenían como referencia
mantenido para la entrevista, ya que me parecía una ley promovida por un ministro que supo
relevante para nuestro contexto, por eso voy a combinar la visión tecnocrática de la educación
tratar de interpretar la pregunta original. En con la introducción de una atención personali-
España, el gobierno socialista promovió durante zada al individuo, una combinación de las nece-
los años noventa la primera y más importante sidades del postfranquismo con las de la moder-
reforma del sistema educativo desde que hubiera nización. Entonces, el documento oficial se re-
finalizado la dictadura franquista, ya que no ducía a una lista de temas de las asignaturas en
hay que olvidar que la LGE se promulgó a prin- el marco de un sistema educativo meritocrático,
cipios de los años setenta. Si hacemos historia y fue en los noventa, cuando el gobierno socia-
de esta reforma educativa, en la segunda fase de lista impulsó la reforma del sistema educativo,
la misma, especialmente a partir de la aproba- cuando se sustituyeron las “asignaturas” que
ción de la LOGSE, se desarrolló una política de habían gozado de una planificación estática, que
control centralizado a través de un currículum eran herméticas y estaban claramente delimita-
nacional. Algunas características que estaban das, por una visión del currículum organizado
en la base de esta reforma partían de plantea- por “áreas de conocimiento”, que incorporaban
mientos similares a los de la escuela comprensi- saberes diversos y mezclados en la escolariza-
va británica para la mejora de la igualdad de ción obligatoria. Esto supuso, que se abrieran
oportunidades sociales y de aprendizaje de los los límites epistemológicos de algunas materias
estudiantes. Anteriormente a esta reforma edu- que dejaron de verse de forma aislada, se especi-
cativa, la escolarización obligatoria en España ficaron nuevos contenidos, de acuerdo con las
abarcaba desde los seis hasta los catorce años; a capacidades que el alumno debe haber adquirido
partir de la década de los noventa los chicos y como ciudadano al finalizar la etapa, y se intro-
chicas permanecen en la escuela obligatoria des- dujo un modelo de enseñanza-aprendizaje dis-
de los seis hasta los dieciséis años. Esto implica tinto, basado en el constructivismo.
un cambio en la estructuración del sistema edu- I.- Entonces, ¿no fue tanto un retorno a
cativo, que afecta a la escuela primaria y secun- lo básico sino a las formas del movimiento
daria. Hay que pensar que las cotas de escolari- de retorno a lo básico?
zación durante el franquismo no eran equipara- M.- No exactamente. Desde mi punto de
bles a las de otros países europeos y que la plena vista esto se produjo después. Creo que la idea
escolarización de masas se alcanzó durante la de retorno a lo básico empezó a escucharse con
década de los setenta. Sin embargo, durante la el gobierno conservador del partido popular. El
segunda fase de esta reforma educativa, el pro- mayor desafío de la reforma educativa en Espa-
ceso de experimentación e innovación que se ha- ña no estaba en los cambios que iban a produ-
bía promovido durante la primera fase no se tu- cirse en la escuela primaria sino en la escuela
vo en cuenta para la definición del currículum secundaria obligatoria, donde empezaron a ha-
nacional que se acabaría fijando, quizás porque cerse visibles una serie de dificultades.

- 102 -
P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

I.- ¿Cuándo tuvo lugar la llegada al go- I.- ¿Entonces crees que el retorno a lo
bierno del partido popular? básico fue peor?
M.- Fue en 1996. Estuvieron sólo durante M.- Bueno, un tema que parecía que se asu-
ocho años, pero el retroceso fue considerable. mía desde la opinión pública de forma generali-
Una de las ministras de educación de esa época zada, y que me temo que sigue vigente, era la
impulsó un nuevo giro en el currículum nacio- idea de que los jóvenes no conocen nada de lo
nal, que tenía muchas consecuencias, por ejem- que es necesario saber y por eso se consolidó el
plo en la “asignatura” de historia, que debía discurso de retorno a las cosas elementales du-
volver a su orientación basada en el estudio de rante el gobierno conservador. Por otro lado, el
los hechos y no en la vida social de las personas, gobierno catalán conservador también impulsó
que había sido uno de los pilares de la reforma un retorno similar: forzado por el nivel de resul-
educativa socialista. Lo mismo parecía que tenía tados de los estudiantes, implementó un sistema
que suceder en literatura, matemáticas, etc. de evaluación mediante pruebas sobre las com-
I.- ¿Esto se ha invertido hoy? petencias básicas de los alumnos, una fórmula
M.- Sí, en cierto modo. Pero lo más signifi- que debe garantizar los conocimientos y destre-
cativo de esta situación, desde mi punto de vis- zas mínimos que todos los estudiantes deben ad-
ta, es que las causas que estaban motivando la quirir a su paso por la escuela obligatoria. Esto
percepción de fracaso o crisis en la escuela se- permanece en la actualidad, a pesar de que se ha
cundaria, estaban relacionadas con la ausencia producido un cambio en el gobierno catalán, que
de una reforma paralela de la formación del pro- ahora es de corte progresista.
fesorado. Ante esta propuesta curricular más I.- Esta necesidad de pruebas, es un pro-
abierta y que debía atender a una gran diversi- ceso que se produce como un movimiento
dad de estudiantes, los profesores empezaron a global. Desde mi punto de vista, algunas de
sentirse desesperados, sin saber muy bien que las cuestiones que considero que debemos
hacer con los jóvenes en las escuelas. abordar en la entrevista son las cosas que

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

tienen lugar en España y que están relacio- I.- Sí, tiene todas estas dimensiones.
nadas con un movimiento mundial global: Pienso que tiene implicaciones especial-
las pruebas, la transparencia en la gestión, mente para la identidad de las personas co-
el retorno a lo básico, etc., que realmente mo también para la identidad de los maes-
no sólo atraviesan el campo de la educa- tros, es absolutamente crucial. Debido a
ción, ciertamente, sino que conforman un qué no sólo se está cambiando el locus del
movimiento global; es difícil para cada país control, en el sentido de quién tiene el po-
tomar conciencia si sólo se recibe esto... der sobre de los temas curriculares, sobre
M.- Pero esta política de generalizar unas lo que se está aprendiendo, sino que esto,
competencias básicas para todos ¿es algo que se en este momento, tiene implicaciones para
da más en los países del norte, en Europa y Es- las identidades personales. Y de hecho,
tados Unidos, y no tanto en el sur, por ejemplo, desconfío de la mayoría de estas iniciati-
en Latinoamérica? vas, que provienen de fuera del campo de
I.- Sí, así es. Creo que los diferentes paí- la educación, han sido importadas de las
ses del norte y del sur tienen estructuras prácticas empresariales. Creo que lo pasa
distintas, pero España está sumergida en el es que este mundo global está a favor de
orden global. Es algo que no está funcio- las pruebas, la transparencia en la gestión,
nando en Latinoamérica, como tampoco en la centralización, las definiciones curricula-
otros lugares de Asia; por ejemplo, en res, los modelos de arriba abajo, donde el
Hong Kong sucede de otro modo, de una profesor está sometido a pruebas y respon-
forma mucho más flexible. sabilidades, y se convierte en una especie
M.- ¿Crees que existen unas causas para de técnico. Pienso que este modelo está ge-
que se esté dando este movimiento global? nerado claramente por una visión empresa-
I.- Sí, creo que esto es una parte de la rial de la educación. Lo que parece que ha-
creación de la sociedad performativa2 (2). ce cada estado-nación es responder a este
M.- Entonces ¿dirías que este movimiento mundo global; lo que pasa desde hace unos
global de retorno a lo básico en el currículum es años es lo que yo represento a través de los
un fenómeno que tiene unas dimensiones políti- procesos de mediación o de los procesos de
cas, personales, socio-culturales y económicas? refracción. La refracción es cuando la luz se

2 En el contexto de análisis de la postmodernidad, en 1984, Lyotard ya había anunciado cómo se transfor-


ma el saber en la sociedad performativa, por ejemplo, en el campo de la investigación científica. De esta
forma, nos advierte de que: “Es mas el deseo de enriquecimiento que el de saber, el que impone en
principio a las técnicas el imperativo de mejora de las actuaciones y de la realización de productos. La
conjugación ‹‹orgánica›› de la técnica con la ganancia precede a su unión con la ciencia. Las técnicas no
adquieren importancia en el saber más que por medio del espíritu de performatividad generalizada. In-
cluso, hoy la subordinación del progreso del saber al de la investigación tecnológica no es inmediata.
Pero el capitalismo viene a aportar su solución al problema científico del crédito de investigación: di-
rectamente, financiando los departamentos de investigación de las empresas, donde los imperativos de
performatividad y de recomercialización orientan prioritariamente los estudios hacia las ‹‹aplicacio-
nes››; indirectamente por la creación de fundaciones privadas, estatales o mixtas, que conceden créditos
sobre programas a departamentos universitarios, laboratorios de investigación o grupos independien-
tes de investigadores sin esperar de sus trabajos un provecho inmediato, sino planteando el principio
de que es preciso financiar investigaciones a fondo perdido durante cierto tiempo para aumentar las
oportunidades de obtener una innovación decisiva y, por tanto, más rentable” (J.F. Lyotard: La condi-
ción postmoderna. Cátedra, Madrid, pp. 84-85). En otro capítulo de este mismo texto, Lyotard aborda
también el caso de la enseñanza y su legitimación por la performatividad. Desde entonces, los escritos
sobre performatividad se han multiplicado en el ámbito académico, especialmente con los estudios de
género. Sin embargo, voy a limitarme a mencionar a Gergen como otro de los autores de referencia,
precisamente, porque vincula, desde la perspectiva del construccionismo social, el análisis de los cam-
bios en las relaciones sociales contemporáneas con la producción de identidades performativas (véase:
K.J. Gergen: El yo saturado. Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo. Paidós, Barcelona, 1991).

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

proyecta en una ventana y ésta se refleja en diar el gran movimiento global de domina-
diferentes ángulos; si observamos cómo el ción, ya que esto es obvio, sino que desde
movimiento global se proyecta en España, mi punto de vista, debemos estudiar lo que
España es la ventana y refracta aquellos ra- yo llamo el mesonivel, el nivel intermedio o
yos también en muchas direcciones dife- de mediación3, que son las luchas por el cu-
rentes. ¿Es esta perspectiva sobre el mundo rrículum y las luchas de los profesores por
global un intento planificado de responder sus condiciones de trabajo y sus vidas. Por-
o se podría tratar del reverso de estas ten- que es en este mesonivel donde se pueden
dencias, o es posible cambiar la dirección realmente observar las luchas entre los gru-
de las tendencias? No estamos hablando de pos de interés dominantes y los grupos su-
una especie de construcción global del bordinados.
mundo, se está creando una opinión pri- M.- A partir de lo que has explicado, de este
mordial generalizada de que necesitamos planteamiento tan interesante, se me ocurren
individuos performativos en las sociedades varias cuestiones que voy a intentar ordenar en
performativas, con competencias y políticas mi mente, para poder continuar la entrevista.
performativas. Pero cada país reinterpreta La primera es que el modelo empresarial que se
este movimiento global, en el contexto lo- está trasladando y que se intenta aplicar en el
cal, catalán o español, o donde sea. En cada campo de la educación también se está transfor-
entorno local, este proceso del que habla- mando, ya no basa sus prácticas en un modo ca-
mos tiene que ver con cómo se produce la pitalista clásico... En el contexto del postfordis-
refracción, por esta razón, la tarea de la in- mo todo está cambiando y se precisan trabajado-
vestigación educativa o del currículum no res más flexibles, el tipo de control de este mode-
es comprender cómo funciona el movi- lo no se expresa en la visibilidad sino de forma
miento global; conocemos el problema ge- sutil, y las transnacionales son las primeras in-
neral, se trata de comprender las compleji- teresadas en promover una multiplicidad de
dades de la mediación o de la refracción. identidades en sus trabajadores –y también con-
Debemos estudiar de forma inteligente lo sumidores– que deben ser capaces de adaptarse
local, ya que esto es parte del convenciona- a una nueva realidad distinta cada día.
lismo de que sólo existe dominación y po- I.- Esto me supone una contradicción, lo
der, es una cuestión de cómo la dominación que nos conduce de nuevo al principio. El
trata de ello, y la mediación es el modo có- argumento es que los mercados y las em-
mo el compromiso y las luchas funcionan presas necesitan ser completamente libres,
afuera y alrededor. No necesitamos estu- estar menos regulados y ser flexibles, el ob-

3 A lo largo de la conversación, Goodson utiliza el término “mesonivel” como sinónimo de investigar el


momento de la “mediación”. Son diversos los autores que han abordado el concepto de mediación, des-
de que lo hiciera Vigotski. Por ejemplo, la mediación, desde una perspectiva bernsteiniana, es la cone-
xión entre los niveles material y simbólico, entre las relaciones de poder, las formas de transmisión cul-
tural y la distribución de las formas de conciencia (B. Bernstein: La estructura del discurso pedagógico. Cla-
ses, códigos y control IV. Morata, Madrid, 1993; Pedagogía, control simbólico e identidad. Teoría, investigación
y crítica. Morata; Madrid, 1998). En el capítulo introductorio de El cambio en el currículum, J.L. Kincheloe
resume del siguiente modo la perspectiva de análisis de Goodson: “La forma particular del análisis
multidimensional de Ivor combina el análisis de las vidas de los individuos, que experimentan los cu-
rrícula directamente, con las estructuras previas que colocan las bases para el desarrollo de los currícu-
la, lo que se denomina una metodología de ‹‹terreno intermedio›› (Hargreaves, 1994)” (J.L. Kincheloe:
“Introducción”. En I.F. Goodson: El cambio en el currículum. Octaedro, Barcelona, 2000). En esta conver-
sación he preferido traducir el término “middle ground” (“terreno intermedio” en la cita) por “mesoni-
vel”, ya que desde mi punto de vista, Goodson se refiere aquí, como investigación en el mesonivel, a los
estudios que se llevan a cabo desde la perspectiva de interrelacionar el análisis del macronivel y del mi-
cronivel. Este concepto le permite comprender el cambio educativo en las escuelas, a partir de una teo-
ría compleja que interpreta las relaciones de poder-saber y la producción de identidades de profesores
y alumnos.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

jetivo es satisfacer algunas necesidades. M.- Sí, es muy interesante tal como lo plan-
¿Cómo se traslada esto a la educación, si en teas. Puedo observar lo que acabas de narrar,
educación acostumbra a pasar exactamente por ejemplo, en el caso de mi trabajo como for-
lo contrario? En vez de más libertad, pides madora de maestras de educación infantil y pri-
una mayor regulación, pides un mayor de- maria en la Universitat Autònoma de Barcelo-
talle de la gestión, pruebas más detalladas, na, como un fenómeno que afecta a las estudian-
cada cosa mucho más detallada. Aquí tene- tes. Soy una de las personas responsables de la
mos una extraña paradoja. coordinación de las prácticas de formación en
M.- Y ¿cómo interpretas esta paradoja? las escuelas durante la carrera de magisterio de
I.- Cuanto más se incrementa la libera- educación infantil y acabo de terminar la tarea
ción de los mercados, el sector público se de selección de escuelas y distribución de las
vuelve a la vez mucho más regulado y mu- alumnas en los centros para el próximo curso.
cho más controlado. ¿Qué significa esto pa- Mi principal obstáculo con las estudiantes, es-
ra mí? No es que realmente estemos impor- pecialmente con el grupo matriculado en horario
tando métodos empresariales modernos, si- de tarde, es que no se percatan de la necesidad
no que es algo increíble, se está introdu- de tener unas buenas prácticas para obtener una
ciendo una versión empresarial antigua en formación profesionalizadora y para poder pro-
este punto en el sector público y debemos mocionarse a sí mismas, con la finalidad de ob-
preguntarnos por qué. O sea, que al mismo tener un nuevo empleo cualificado. Es demasia-
tiempo que el sector privado en cualquier do habitual que renuncien a unas buenas prácti-
lugar se vuelve mucho más libre, más flexi- cas en las escuelas, porque creen que lo mejor
ble, el sector público está microgestionado, para ellas es continuar trabajando en alguna
hasta el detalle, y las vidas personales de la multinacional, en supermercados, oficinas o fá-
gente son reguladas, tenemos tarjetas de bricas. En el contexto universitario, esta para-
identidad, nuevas estrategias de vigilancia, doja en torno a la liberalización de los mercados,
etc. El individuo y el sector público están especialmente a partir del contexto que emerge
mucho más regulados. En el caso de los in- del nuevo Espacio Europeo de Enseñanza Supe-
dividuos, además, obtienen para sí mismos rior y las consecuencias de sus objetivos de libe-
mucha más autorregulación, lo que me ani- ralización del sistema educativo universitario,
ma a creer que los mercados deben perma- está relacionado con la necesidad paralela de li-
necer completamente desregularizados, ser beración de otros mercados, como el de la ener-
libres. Yo no comprendo lo bastante bien la gía, el comercio y la circulación de los bienes.
consistencia de estos argumentos, lo que Esta situación en la universidad se puede obser-
pasa para unos no pasa para otros, y no es- var claramente cuando los estudiantes se some-
tá claro por qué pasa esto cuando se juntan ten cada día al capital global y contribuyen a su
los servicios públicos y los individuos. Los reproducción, a partir de adoptar un rol que se
individuos son lo más importante en la so- basa en la renuncia al papel del profesional co-
ciedad y se están convirtiendo en las vícti- mo intelectual, y también con el descrédito que
mas de este nuevo orden, estoy sorprendi- muestran hacia una formación en el saber.
do por esta contradicción que se da en este I.- Es interesante. Lo que quieres decir
punto. Pero lo que me gustaría decir es que es que los estudiantes que se están forman-
aparece una nueva contradicción global: do como maestros renuncian a la teoría.
cuando realmente examinas cada uno de Creo que esto forma parte de una opinión
los problemas del estado, este equilibrio emergente y que se puede observar cómo
funciona de modo diferente. A veces las es producido por los informes de los go-
mismas empresas permanecen sin regular, biernos, por ejemplo en Estados Unidos, o
a veces el individuo necesita ser bastante li- se puede ver también en informes sobre la
bre y a veces los servicios públicos están o enseñanza en Inglaterra. Ambos, específi-
no regulados. Esto es lo que yo creo que es- camente, lo que argumentan que hay que
tá pasando de un modo general, es mucho hacer, tanto en Estados Unidos como en In-
más complejo. ¿No sé si esto lo que estabas glaterra, es abrazar lo que llamamos un
esperando de la entrevista? fundamentalismo de la práctica, que sostie-

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

ne que la práctica lo es todo y que la teoría que es el abrazo total de la práctica, proba-
no vale nada. La teoría debe echarse por la blemente, no tendrá éxito, vemos que vol-
ventana. En términos generales, la nueva vemos hacia atrás al mismo lugar, podemos
formación del profesorado acepta este mo- ver de donde viene, del sistema de acceso
delo, acepta el pensamiento práctico. Las angloamericano, y ahora podemos ver tam-
luchas emergentes son algo muy interesan- bién el proceso de mediación que está suce-
te, porque en un periodo inicial, la gente se diendo. Aquí, el proceso de dominación es-
muestra a favor de la práctica para despla- tá claro, matar la teoría educativa, esto es lo
zar la teoría; los profesores, esto ha sido que me hace ver las conexiones, pero luego
siempre así históricamente, a menudo están las herramientas de la mediación; de
muestran su desconfianza en la teoría, y las este modo, en las asociaciones de profeso-
asociaciones de profesores prefieren reem- res se están empezando a dar cuenta que
plazar la formación docente por una forma- pierden en sus reivindicaciones profesiona-
ción que se obtiene directamente de la prác- les; los mismos profesores empiezan a la-
tica, en las clases. Pero, poco a poco, de lo mentar la pérdida de espacios teóricos que
que se están dando cuenta las asociaciones tenían en sus vidas. Por eso reaccionan. Es-
de profesores y los profesores es que, si to es lo que yo entiendo cuando digo que la
prescindes de la teoría, también estás real- dominación se está reemplazando por las
mente prescindiendo de la reivindicación luchas por la mediación y la refracción4. Y
mágica de tener un cuerpo profesional. Por este lugar se da siempre en el momento de
pocos euros pierdes realmente toda tu de- las luchas de la refracción, cuando el con-
manda de tener un cuerpo profesional. En texto se vuelve real. Puedes contestar la
el mundo occidental ser un profesional está idea original de dominación. Los grupos de
relacionado con formarse en un cuerpo teó- interés dominados han perdido frente a los
rico de conocimientos, pero ahora hay mu- dominantes a lo largo de la historia; nues-
chas otras razones para no querer discursos tra tarea es ver donde tiene lugar la refrac-
teóricos, ya que forma parte de fabricar ción y la mediación, y la potencialidad, pa-
personas profesionales sofisticadas, forma ra generar el interrogante; aquí el rol del in-
parte de la propia promoción profesional. telectual crítico y público parece ser aún
Pero la concreción material de lo que estoy bastante significativo. A veces, los grupos
sugiriendo es que este movimiento hacia lo de interés no tienen buenas ideas, a veces

4 En el campo de la teoría política aplicada al análisis de los fenómenos sociales y educativos, a menudo,
se han incorporado conceptualizaciones y perspectivas que emergen de las ciencias experimentales, co-
mo ha sucedido con la teoría del caos, que en ocasiones, ha sido útil para interpretar el funcionamiento
de las relaciones sociales o el desarrollo de las reformas educativas. Con el concepto de “refracción” ha
sucedido algo similar. A diferencia de la “mediación”, que Goodson utiliza específicamente para refe-
rirse al momento actual al que el investigador debe prestar toda su atención, ya que es el lugar donde
colisionan las historias del currículum –lo estructural, político, prescriptivo– y las historias de vida de
los profesores –lo identitario, biográfico y personal–, el concepto de refracción hace referencia a cómo
los cambios en el movimiento global mundial son recibidos en los diferentes contextos locales. Esta no-
ción le permite articular un marco de interpretación en la relación global-local que huye de las causali-
dades y los determinismos, para proponer un análisis de los distintos modos de responder a estos fenó-
menos más amplios, que tienen consecuencias prácticas e inmediatas para las vidas de la gente que ha-
bita lugares concretos, en el norte y en el sur. Según Goodson, es preciso estudiar cómo los sujetos en
los diferentes países, en las instituciones y las aulas, se relacionan con los cambios globales a partir de
reproducir, contestar o incluso invertir las relaciones de poder-saber, desarrollando estrategias propias
para reinterpretar el fenómeno global desde cada contexto local. De algún modo, esta noción está rela-
cionada con la incorporación de la teoría política foucaultiana en la obra de Goodson, ya que le permite
prescindir del reduccionismo de las explicaciones basadas en las relaciones de dominación, para inter-
pretar contextualmente las narrativas que emergen de los procesos y las vidas localizadas de los agen-
tes del cambio.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

también tienen malas ideas, y hay que po- tóricamente un poder bastante simple y lo
der distinguirlo. Nuestra tarea es estar en que la historia nos dice es que, cuando los
este momento de refracción y éste es el pa- grupos de interés poderosos ignoran com-
pel que le toca hacer al intelectual público pletamente y asimilan al profesional pode-
crítico, que parece ser aún bastante signifi- roso de la clase media, no es tan fácil en-
cativo; es mucho más difícil de lo que que- contrar cómo romper los intereses del po-
remos. der profesional. Éste es el momento de re-
M.- ¿Podrías describir un poco más lo que fracción en el que estamos, somos capaces
entiendes por mediación y refracción y cuál es de abusar de todo, pero no es fácil encon-
la relación que se da entre ambas? ¿Se trata de trar todo el tiempo este abuso en el poder
una relación de oposición? profesional. El momento de refracción, de
I.- No, creo que el punto de partida ini- colisión entre los intereses globales domi-
cial son los grupos de interés dominantes y nantes y los intereses globales profesiona-
la subordinación, es ver, particularmente, les, permanece en un contexto muy intere-
donde reside el poder. Uno de los lugares sante, en un momento especialmente inte-
de la refracción acostumbra a ser, clara- resante de refracción y mediación. Es, en
mente, la política local del estado. En la este momento, espacio o lugar, que el inte-
idea original de democracia, los políticos lectual público o cualquier posición política
representaban a la gente en contra de los debería rediseñarse, porque es aquí donde
intereses del poder. Ahora más bien vemos sucede el debate o debería suceder y todos
que los políticos representan los intereses estamos contribuyendo a ello.
de los poderosos en contra de la gente. La M.- La diferencia entre las conceptualizacio-
gente no puede funcionar porque los políti- nes teóricas de dominación y mediación para
cos no los representan del todo, es así de analizar los contextos educativos en tu obra,
simple, los políticos han cambiado sus ¿tiene que ver con qué la dominación está más
alianzas, ahora representan al poder en presente en tu trabajo sobre historia del currí-
contra de la gente, que es lo contrario que culum y de las disciplinas escolares y quizás la
en la vieja democracia. Este particular mo- mediación sería el concepto central en la inves-
mento refractivo de la mediación, que es la tigación mediante historias de vida? ¿Se trata
colisión con las políticas locales del estado, de un giro que se da en tu teoría que implica
ahora ya no tiene efecto. Los políticos, en cambios epistemológicos y metodológicos? ¿Ne-
general, toman partido en un asunto parti- cesitamos nuevas estrategias para investigar los
cular, ellos van con el poder. A veces, tie- procesos de mediación que son completamente
nes que ver por qué, ya que las multinacio- diferentes a los métodos tradicionales de la his-
nales ejercen una presión importante sobre toria del currículum que se han estudiado desde
el estado-nación; tú quieres que las compa- una perspectiva más específica y estaticista?
ñías se instalen en el país y tu papel es dar I.- Quizás ésta sería una de las interpre-
el visto bueno a las cosas que están pidien- taciones posibles pero no es realmente a lo
do hacer, ya sea en Brasil o en Gran Breta- que yo me refiero. La pregunta que real-
ña. La capacidad de refracción en este nivel mente me haces es que la cúspide de la me-
se está reduciendo por la gran escala del diación, de la refracción y del contexto, se
poder del control político nacional. Claro mueve alrededor del proyecto del proceso
que ahora el panorama de la escala de este histórico. A veces, las áreas son penetradas
poder es mucho mayor que cuando habla- por la dominación, esto no es algo que a
mos de alguna capacidad de la pequeña es- largo plazo implique que la mediación fun-
cala de la política del intelectual público. ciona, podría ser, por ejemplo, que en algu-
Existe una gran variedad de grupos profe- nos contextos curriculares, algunas concre-
sionales que actúan en este proceso: cuer- ciones, sean aplastadas por los grupos de
pos de profesores, asociaciones de profeso- interés, pero en este momento éste no es el
res, asociaciones de enfermeras y otras aso- punto de la mediación o de la lucha. Lo
ciaciones, otros grupos cercanos a la gente. que ahora claramente es el foco de media-
Estos grupos profesionales han tenido his- ción o lucha, porque esto afecta a los gru-

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

pos profesionales, son las experiencias que I.- Sí, lo hacemos, aceptamos nuevos
viven los profesores en las reformas, las re- dispositivos disciplinarios. Es muy intere-
estructuraciones o iniciativas de las refor- sante.
mas educativas. Para mí, lo más interesante M.- Antes hemos hablado de la necesidad de
del momento de mediación o refraccional este mundo global de controlar a través de las
son las experiencias de vida de los profeso- identidades performativas. ¿Cuáles son tus refe-
res, las historias de vida de los profesores y rencias teóricas para estudiar lo performativo?
sus proyectos, y particularmente, lo que los Y ¿en qué sentido lo performativo tiene una ca-
profesores quieren de sus vidas y que en ra positiva y una negativa?
este momento está dialogando con otras co- I.- Esto lo puedo explicar mejor en térmi-
sas. El foco de la mediación y la refracción nos de historia. He trabajado con Andy
se mueve en torno a estas luchas, a veces Hargreaves en un gran proyecto de la Fun-
puede ser el currículum, a veces son las ex- dación Spencer durante cinco años, que es-
periencias de vida de los docentes, normal- taba parcialmente financiado por los mis-
mente se trata de las dos cosas a la vez. Pe- mos grupos de interés que he presentado
ro el equilibrio de intereses para mí está en como problemáticos aquí. Estos grupos es-
los proyectos y las misiones de los profeso- taban preocupados gastando una gran can-
res y cómo este hecho convive con estas in- tidad de dinero americano en las reformas,
tenciones globales. Pienso que el currícu- y las reformas se echaban en falta en las es-
lum emergerá, es un área crucial, pero por cuelas…, llegaron a la situación de valorar
el momento, la dominación es todo tipo de las teorías educativas más radicales. Y diji-
amenaza que penetra; algunas de estas lu- mos, qué métodos podemos utilizar para
chas son muy difíciles y algunos de estos tratar de entender esta era de performativi-
contextos también. Estoy poniendo más én- dad, para obtener nuevos regímenes de
fasis en un tema de gestión política de las pruebas y de pistas en las escuelas. La única
experiencias institucionales y en las histo- forma de comprenderlo era tratando de ex-
rias de vida, pero pienso que, quizás, esto plorar las reformas a través de los ojos de
resume el currículum y cómo penetra en las los profesores y de las historias de vida de
vidas de los profesores; siempre que esto los profesores. La cuestión a entender esta-
esté en el mesonivel funciona, porque es el ba en las historias de vida de los profesores:
momento de la mediación. Me gustaría ci- ciento ochenta y seis profesores fueron en-
tar uno de mis libros que seguramente has trevistados en ocho escuelas secundarias de
leído, recuerdo la frase muy bien: “es me- Estados Unidos y Canadá. Estudiamos las
nos una cuestión de dominación por parte escuelas en periodos de diez años, para tra-
de los grupos de interés dominantes que tar de encontrar respuestas a cómo habían
una cuestión de rendición solícita por parte funcionado las reformas, cómo responden
de los grupos subordinados”. Sigo pensan- los profesores, cómo las misiones de vida de
do que esto es cierto; cuando tú hablas de los profesores colisionan con las reformas o
las experiencias de tus estudiantes, la cues- cómo se construyen a partir de las reformas.
tión no es que están dominados, sino que se Lo que vimos fueron diferencias cruciales
trata de una entrega solícita. Esto es lo que en las funciones de los profesores, entre el
vemos como dominación que viene de aba- grupo uno de las décadas de los sesenta y
jo, que ya no funciona infligiendo o casti- los setenta; el grupo dos, que eran los profe-
gando, funciona más bien a partir de la au- sores de los ochenta y los noventa; y el gru-
torregulación y de la rendición subordina- po tres, formado por profesores que ejercen
da; esto siempre me ha fascinado, como te- en el presente. La forma en qué los profeso-
ma de estudio, ver cómo puedo ser regula- res hablaban sobre su trabajo es un ejemplo
do y estar subordinado por mis propias ac- de cómo llega la performatividad y cómo se
ciones, en mi propia vida. constituyen las identidades performativas.
M.- ¿Es una especie de rendición activa ya El grupo de los sesenta y los setenta hablaba
que a través de la circulación invisible del poder sobre su profesión y debo decir que habla-
aceptamos las nuevas reglas del mercado? ban más de su trabajo que de la forma en

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

qué lo hacían, decían: la enseñanza es mi vi- I.- Sí, si quieres podemos hablar de ello.
da, enseñar es mi posicionamiento y, cuan- M.- Este compromiso con una labor social
do hablamos del significado de la enseñan- que asume una parte de colectivo de docentes y
za, la enseñanza tiene una gran importancia que la otra parte no asume porque prefieren ver
para mí, casi desde una localización religio- la enseñanza sólo como un trabajo ¿tiene que
sa, como cuando haces un trabajo en el que ver con la definición del cambio en la identidad
crees. Nos contaban su visión de la socie- profesional de los docentes?
dad misma, viendo temas de inclusión so- I.- Es más que eso, va más allá de un
cial, los desaventajados, las diferencias ra- cambio específico en el conocimiento profe-
ciales, etc. En este grupo había un sentido sional de los docentes. Para mí es un signo
claro de vinculación entre la enseñanza y la más grande, es un cambio importante en la
labor social. En el nuevo grupo número forma en que los seres humanos ven ahora
tres, localizado en un régimen de baja ac- la humanidad. Es un cambio en la naturale-
tuación, donde la enseñanza se percibe des- za de ser de la humanidad. Por una parte,
de las competencias, los tecnicismos, donde hay unos seres humanos que tienen clara-
la enseñanza se vive como una actividad mente proyectos y sueños de la Moderni-
técnica, la forma de hablar por parte de los dad y misiones de justicia social. En el nue-
nuevos profesores es completamente dife- vo mundo flexible en el que crecemos es
rente. Decían: la enseñanza es sólo un traba- mucho más duro tener proyectos de labor
jo y al final del día quiero regresar a mi vi- social, ciertamente es imposible construir
da real, que es del ámbito privado y perso- narrativas lineales, siempre tienes narrati-
nal. Lo que significa que se pueden ver aquí vas múltiples… es muy difícil crear histo-
las contradicciones de la perfomatividad: rias personales basadas en misiones mora-
un mayor incremento de los mecanismos de les. En este momento, no pienso realmente
performatividad y responsabilización de los que esto rompa bastante con lo que yo que-
profesores supone una menor actuación por ría decir, pienso que, entre los nuevos pro-
parte de los mismos profesores, porque una fesionales, realmente hay un buen número
disminución del sentido de labor social da de subgrupos, estamos en lo cierto cuando
lugar a una creciente visión individual en la decimos que cada una de las personas en el
enseñanza. En otras palabras, la gran para- grupo tres ha tenido que reducir la escala
doja de la performatividad es que, mientras de su misión social en el mundo y de su
cada vez hay más gobiernos que toman no- propia localización, y ha tenido que poner
ta de los criterios de performatividad, hay más energías en otras áreas, en lo privado y
muchos más profesores que subactúan por- personal. Pero pienso que, aun también en-
que disminuye su implicación. Hay un tre los nuevos profesionales, hay grupos
buen número de paradojas en esto. La para- que se reconocen de forma similar a las re-
doja de la performatividad parece ser la presentaciones de su trabajo de los profeso-
más famosa y de nuevo esto se pone de re- res de los sesenta y los setenta. En otras pa-
lieve a partir de la investigación que se hace labras, aún hay grupos que establecen co-
en el mesonivel. Se puede ver esto a través nexiones con propuestas sociales, hay tam-
de la investigación histórica del currículum, bién algunos grupos que aún quieren com-
donde estas paradojas emergen, en las his- prender la naturaleza de estos movimien-
torias de vida de los profesores. Por eso tos globales, hay muchos grupos interesa-
creo que es un buen momento para la me- dos en la teoría crítica. Es sólo que no es el
diación y para que los intelectuales públicos momento para liderar esta situación, de he-
trabajen en este contexto. cho, en muchas áreas, estamos dispuestos a
M.- ¿Está relacionado esto con el tema que prescindir de la teoría, y a crear, desde una
abordaste en la ponencia del Simposio “Itinera- perspectiva utilitarista, animales de la prác-
rios de cambio en la educación” en Barcelona tica, claro que el sistema no favorece a este
hace cuatro años, a partir del problema de las grupo… Vamos a verlo de otra forma, creo
diferentes definiciones de identidad de los “nue- que muchos grupos profesionales se frag-
vos” y “viejos” profesionales? mentan para organizarse a partir de seccio-

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

nes libres, esto es verdad, siempre hay un I.- Es posible, pero algunas veces resulta
grupo, en torno a un veinte por ciento en difícil. El problema de la alta teoría global
cada profesión, que tiene competencias es que no dice nada sobre lo que pasa real-
marginales. Hay otro grupo, aproximada- mente en el mesonivel o sobre el detalle in-
mente un setenta por ciento en cada profe- dividual de la vida de la gente. El reverso
sión, no sólo en el cuerpo de profesores, del problema de centrarnos en la vida de
que tiene personas competentes con buenas los individuos es que lo único que se obtie-
intenciones, hay muchos profesores así. Y ne se refiere a la vida del individuo, sin nin-
hay otro grupo superior de la profesión, el guna conexión con la mediación colectiva o
que marca camino, enseñantes que tienen el contexto colectivo o la acción grupal. Si
un modo profesional de hacer creativo, que vamos a lo que decía al principio de esta
realizan conexiones entre las teorías y las entrevista, la forma que tenemos de asegu-
prácticas, que pueden realmente reflexio- rar que el trabajo mediante historias de vi-
nar y comprender su localización como da de los profesores no se convierta en un
profesores. Pero volviendo de nuevo a la mecanismo de individualización es estar se-
sociedad performativa, la sociedad perfor- guros de estudiar las historias de vida en el
mativa se dedica a eliminar a los profesores momento de la mediación, en las áreas don-
incompetentes. La paradoja no es que se de acontecen los contextos y los cambios,
elimine a los profesionales incompetentes, donde podemos observar cómo los indivi-
sino que la gente a la que se está eliminan- duos y los grupos de la profesión contestan
do realmente es el grupo superior que con- los actos de mediación que se implementan
forma el otro veinte por ciento, la vanguar- desde arriba. Una de las cosas de la que es-
dia creativa. La gran paradoja de la perfor- toy seguro es que la historia del currículum
matividad es que el intento de acabar con y las historias de vida reúnen lo que anun-
la incompetencia a través de tareas invisi- cia tu pregunta, porque siempre vinculan el
bles realmente tiene el efecto de expulsar la contexto curricular con el contexto global;
creación de liderazgo entre los profesiona- relacionan los asuntos de los grupos de in-
les. Éste es el grupo del que estaba hablan- terés dominantes y los sometidos. La vida
do, que rescribe la profesión y la vida so- individual entonces está dentro de un con-
cial, que revisa los objetivos de la misión texto colectivo particular en torno a la me-
social en la enseñanza, todas las cosas que diación de los movimientos globales del cu-
la sociedad necesita desesperadamente, o rrículum o de cualquier otro asunto, las
que cualquier movimiento global necesita pruebas, etc. La respuesta a tu pregunta de
para construir la sociedad en cierta forma. cómo hacer que las historias de vida no se
Estos otros profesores, siempre conducen al conviertan en estudios individualizados es
setenta por ciento que conforma el grupo tratar de situar, en momentos históricos, re-
central de la profesión haciéndolo avanzar, formas o tentativas colectivas para cambiar
como lo hicieron los profesores de los se- las prácticas, situarlo en el momento de la
senta y setenta. Este grupo creativo dirigió mediación o de la refracción.
muchos mensajes sociales inclusivos a tra- M.- ¿Puedes explicar un poco más la inves-
vés de la profesión, llevaron a una profe- tigación que has mencionado antes de empezar
sión mucho más proletarizada de la ense- la entrevista, el proyecto que se desarrolla en el
ñanza, sin significados morales, y pienso marco de la Unión Europea? ¿Creo que estáis
que esto tiene un efecto absolutamente rei- empleando la investigación mediante historias
vindicativo en la sociedad performativa. de vida para estudiar la mediación con profeso-
M.- ¿Cómo es posible combinar la investiga- res y enfermeras?
ción mediante historias de vida –lo que tiene que I.- Es una investigación que se lleva a ca-
ver con el estudio de lo personal, subjetivo y bio- bo, en ocho países europeos, en el campo de
gráfico– con el estudio de la mediación, del me- la salud y la educación: Finlandia, Holanda,
sonivel que has definido antes? ¿Es posible mo- Grecia, Portugal, España, Inglaterra, Suecia
verse de lo personal a lo global, de lo local al sen- e Irlanda. Estamos estudiando cómo la rees-
tido del ser de la humanidad que has definido? tructuración de las reformas por parte de

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

los gobiernos en todos estos países impreg- las reformas se despliegan en los contextos
na las vidas de los profesores y el significa- individuales y colectivos de los profesores.
do de estas propuestas para los profesores. Por esta razón, el proyecto se denomina
En primer lugar, definimos las reformas, in- “Conocimiento profesional” y se centra en
tentamos obtener una definición sobre có- tratar de estudiar las luchas sobre el cono-
mo esto se introduce en los estados-nación cimiento profesional, quién llega a definir
y qué grupos de reforma existen. lo que se entiende por conocimiento profe-
M.- ¿Se trata de una tarea de análisis de da- sional y cómo lo reciben los profesores;
tos? más importante aún, cómo los profesores
I.- Sí, es análisis de documentos, análisis han contribuido con su propio esfuerzo a
político, análisis del papel de las reformas ello. Si la categorización de los tres grupos
educativas, un conjunto de estudios e in- es mucho más compleja de lo que he dicho,
vestigaciones que trata principalmente de porque se han creado grupos de vanguar-
análisis de las políticas educativas. Des- dia, al igual que otros, que ven de modo
pués, se recorre el detalle de las historias más acotado su trabajo en la enseñanza, es-
de vida de los profesores y las enfermeras tamos en un contexto muy interesante, có-
en cada uno de estos países, para ver exac- mo ven ellos el conocimiento profesional
tamente cómo la lucha por el significado y en el nuevo mundo flexible en el que cada
las propuestas colisiona en el momento de uno de nosotros estamos viviendo. Se trata
la mediación con estos modelos de reforma de cómo te sitúas; para tratar de responder
que van de arriba abajo. Primero, estamos a tu pregunta, no se trata de una vida indi-
estudiando cómo llegan las reformas domi- vidual flotante flexiblemente libre, es una
nantes y luego miramos en el mesonivel có- vida que se vive en un escenario educativo
mo las vidas de los individuos realmente colectivo donde el conocimiento profesio-
colisionan con estas reformas, en escuelas y nal se está debatiendo y es discutido. Real-
hospitales concretos. La investigación aquí mente para situar la investigación en el me-
se localiza en el mesonivel, en el nivel de la dio de los métodos de reforma que afectan
mediación, donde las reformas golpean los a los procesos de individualización de aba-
sistemas locales y las vidas locales de los jo, vemos la mediación y la dominación en
profesores. Vemos este choque, podemos este campo intermedio.
apreciarlo cuando la gente habla sobre sus M.- ¿Podrías desarrollar un poco más lo
historias de vida profesionales. La primera que son las historias de vida temáticas?
cosa que hacemos son historias de vida I.- Voy a poner algunos ejemplos. Pode-
completas, abordamos su vida en general mos encontrarnos… por ejemplo, cuando
etc., luego realizamos historias de vida de realizamos varias entrevistas, vimos que
sus ocupaciones, específicamente en el ám- durante los ochenta las mujeres progresis-
bito de la enseñanza y la enfermería, y por tas querían dejar su trabajo como profeso-
último, hacemos historias de vida temáti- ras muy pronto y nos interesaba estudiar
cas, que se centran en aspectos particulares, por qué, por eso entrevistamos a otras cin-
intentamos buscar por qué, por ejemplo, el cuenta mujeres progresistas, para ver si po-
grupo uno y el tres son diferentes, segui- díamos seguir esta pista a través de sus vi-
mos las pistas temáticas para ver si es gene- das y grupos. Otra cuestión es por qué hay
ralizable en un conjunto más amplio de muchos intentos fallidos de profesores cre-
profesores. Ponemos a trabajar conjunta- ativos que dejan la enseñanza debido a que
mente las historias de vida completas, con se queman pronto, por eso entrevistamos a
las historias de vida de las ocupaciones y otro grupo de cincuenta profesores que te-
luego organizamos nuevas historias de vi- nían grandes y buenas ideas sobre la ense-
da temáticas. No tratamos de abordar sim- ñanza y analizamos por qué lo habían deja-
plemente lo individual de cada historia, si- do. Seleccionamos cosas que luego nos per-
no las historias colectivas de las reformas, miten focalizar en historias particulares,
esto es lo que entendemos por situar la in- después de haber realizado las historias
vestigación en el mesonivel, explorar cómo completas de vida. No se trataba de indivi-

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

dualizar sino de ver mecanismos para estu- mento desde una apreciación que es teóri-
diar cosas brillantes e importantes, estudiar ca, pueden desplegar diferentes temas e
aspectos cruciales que se dejan de lado en historias de vida de las ocupaciones en las
las reestructuraciones que implementan las tres áreas: los estados del norte, los no con-
reformas educativas. tinentales y los del sur de Europa. Es muy
M.- ¿Habéis podido observar similitudes y interesante. Aquí se puede ver el sentido de
diferencias entre todos los países que habéis es- refracción de cada estado-nación que tiene
tudiado en términos de esa relación entre lo glo- una trayectoria histórica diferente, este mo-
bal y lo local de la que hemos estado hablando? vimiento global en cada reforma, en los pa-
I.- Sí, pienso que hay diferencias muy íses que gozan del estado del bienestar, en
interesantes entre el norte y el sur de Euro- los países que llegan tarde al mismo, en al-
pa. En Europa se dan tres tipologías de paí- gunos lugares donde siguen creyendo en el
ses distintos que hemos estudiado: el norte gobierno, en otros que nunca han creído en
de Europa, donde hay países con una tradi- el gobierno, pero todos pueden alcanzar ri-
ción de socialdemocracia con estados alta- cas respuestas locales a los movimientos
mente regulados como Suecia y Finlandia; globales y esto es lo que entiendo por me-
luego tenemos los estados no continentales diación.
como Inglaterra y Irlanda, tradicionalmente M.- Cuando llegué, me explicaste, antes de
mucho más autónomos pero que ahora es- que se pusiera en marcha la grabadora, que ha-
tán aumentando su centralización; y luego bías dejado tu trabajo en CARE en la Universi-
tenemos otros estados del sur, como por dad de East Anglia y también tu trabajo en la
ejemplo, Portugal, Grecia y España, donde Universidad de Rochester en Estados Unidos y
se producen otras situaciones. En estos paí- que ahora estás llevando a cabo tu tarea como
ses donde ha habido un gobierno militar investigador en la Universidad de Cambridge.
durante mucho tiempo y que entran tarde Quería preguntarte si este desplazamiento tiene
en el modelo del estado del bienestar, lo ha- ver con tu posición como intelectual público, si
cen en un momento en que en los otros paí- has dejado tu trabajo en Estados Unidos para
ses del norte este modelo se está frenando o posicionarte en un lugar donde puedas desarro-
incluso está retrocediendo, esto es muy in- llar un tipo de investigación con el que te iden-
teresante. Entonces, en este estudio es muy tificas. Además, también me has comentado al
importante prestar atención a cómo los paí- principio que cada vez te interesas más por Lati-
ses y culturas del mediterráneo resisten a noamérica ¿está relacionado esto con la cons-
este fenómeno. En este aspecto, la diferen- trucción de tu identidad como investigador?
cia crucial que se aprecia entre el norte y el I.- Supongo que lo divertido es que sí.
sur de Europa es que los europeos del norte Lo que era más interesante en los ochenta y
han vivido siempre en un modelo moder- a principios de los noventa era tratar de
nista de gobierno y creen que los gobiernos comprender el cambio dramático que esta-
tienen la obligación de definir las misiones ba aconteciendo en los países occidentales.
y proyectos centrales para la gente y la gen- Siguiendo a Gramsci, lo que buscaba era un
te lleva a cabo estos proyectos. En los paí- lugar que me permitiera construirme a mí
ses del sur nunca han creído en los gobier- mismo una posición como intelectual orgá-
nos, están acostumbrados a creer más en su nico global, porque era la única forma de
familia, en sus comunidades más cercanas, poder entender estos movimientos globa-
y esto es lo se puede ver en la realidad y en les, ya que pensaba que no podía alcanzar a
sus deseos. Ahora que los gobiernos regre- verlo sólo permaneciendo en unas islas pe-
san a esta área, cuando los gobiernos están queñas y nubladas, sino que tenía que via-
universalizando la corrupción a lo largo de jar a través del mundo para comprender el
este lado del poder y generalmente son ine- sentido del cambio en los gobiernos mun-
ficientes, la crisis es mucho más exagerada diales y cuáles eran sus intenciones hacia el
en el norte de Europa de lo que lo es en el mundo. En cierta medida, mis viajes duran-
sur. Lo que me interesa es estudiar cómo te los últimos quince años por Norteaméri-
estas diferencias, que se dan en este mo- ca, Japón y en otros lugares del mundo, te-

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

nían que ver un poco con estudiar estos rriendo, particularmente en Latinoamérica.
movimientos globales. Ahora ello me ha Estoy especialmente interesado en las dis-
supuesto un regreso a casa, la parte del tinciones entre los lugares del mundo de
mundo que más quiero y esto es Europa e habla española y los de habla inglesa, en
Inglaterra, un viaje que también he vivido estudiar las generalidades a través de estos
en términos de clase social a través de los lugares, ya que estas comunidades lingüís-
distintos países. Volver a mi gente una vez ticas son también comunidades de práctica
introducido en los temas de los movimien- y política, y para mí hay serias diferencias
tos globales me ha permitido centrarme en entre los países de habla hispana con res-
la historia de la vida cotidiana de la gente, pecto a los países de habla inglesa. Para mí,
en el sentido de atender a sus pasiones y continúa siendo importante el diálogo en
propuestas. De este modo, es el retorno a un sentido diferente al de los mercados
casa de un intelectual público, la vuelta al mundiales, regresar, instalarme y trabajar
lugar donde deseo llegar a ser un intelec- en Brighton y también en Cambridge, que
tual público; estos movimientos globales yo considero que es una universidad muy
me conducen de nuevo a probar en Inglate- buena, me permite trabajar a la vez en am-
rra y Europa, supongo que esto me preocu- bos lados. Quiero trabajar a la vez en am-
pa mucho. Pienso que lo que está pasando bas partes, creo que es una tarea muy im-
es la estrategia de disposición de muchos portante para el intelectual público, porque
grupos desaventajados, un esfuerzo que puedes ver las dos caras, viajar para com-
implica continuar relacionando el estudio prender los movimientos globales en Esta-
de las disposiciones políticas y el reposicio- dos Unidos y ver cómo funcionan y luego
namiento en las áreas del mundo donde volver a los lugares donde se reciben estas
continúa siendo absolutamente fascinante cosas, para analizar cómo son recibidas. El
la mediación y las luchas que están ocu- intelectual público siempre se mueve de un
lugar a otro en las caras de la dominación y
la subordinación, y esto es lo que yo en-
tiendo por estar en el momento de la me-
diación, acudir a los lugares entre la domi-
nación y la subordinación y tratar de com-
prender cómo eso no funciona de un modo
lineal: los grupos subordinados no son do-
minados, sino que algunas veces están en
la posición de refracción y otros en la de
mediación, algunas veces son regulados y
otras se regulan a sí mismos. Pero siempre
creo que hay que empezar por refrescar la
mente y estudiar las cosas que están pasan-
do realmente, más que lo que dicen las teo-
rías que pasa. Lo que he intentado siempre
es construir un modelo muy empírico, por
esta razón, se puede entender mi regreso a
casa, para comprender los procesos de me-
diación y refracción.
M.- No estoy segura de si se puede o no de-
sarrollar un papel como intelectual público en
la actualidad en Estados Unidos, no es que crea
que sea imposible… pero en todo caso las repre-
sentaciones que nos llegan de allí es que no pa-
rece fácil, por la actual situación política, alcan-
zar una posición de crítica en la academia, pero
cuando presentaste la ponencia en memoria de

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

Lawrence Stenhouse, en 1997, una de las cosas tes que nada tenemos que mirar a estas áre-
que describías era la crisis de funciones del inte- as afectadas y encontrar nuevas estrategias
lectual público a partir del colapso del proyecto para estudiar y para representar a la gente
de igualdad y de justicia social. ¿Cómo es posi- en formas particulares de escritura, lengua-
ble relocalizarse uno mismo en Inglaterra en je, enseñanza y aprendizaje, las cuales
medio de esta crisis que afecta al rol del intelec- orientan a la gente por sí mismas. Sí que
tual público tratando simultáneamente de re- debemos empezar desde otro lugar, sí que
pensar este papel? ¿Es algo fácil o difícil? es mucho más difícil y sí que algunas de las
I.- Bueno, no sé si tengo una respuesta viejas políticas están colapsadas, pero clara-
para ello, pero creo que el punto de partida mente pueden emerger nuevas políticas, te-
es aceptar que la globalización y los movi- nemos ejemplos de movimientos antigloba-
mientos globales han cambiado crucial- lización, movimientos de mujeres, un am-
mente las prospectivas para las reformas de plio abanico de movimientos sociales y lu-
la izquierda media. La capitanía del anti- chas, como el movimiento contra la guerra
guo proyecto de justicia social y de igual- en España y en el mundo. Probablemente
dad basado siempre en la solidaridad, pa- las luchas se vuelvan mucho más episódi-
rece ser sencillamente insostenible en el cas, centradas en asuntos más simples, más
mundo globalizado, esencialmente también epifánicas, estamos haciendo que pase en
hay razones empíricas, si el dinero se pue- diferentes tipos de lugares y posiciones, pe-
de mover por la presión de la banca, el es- ro esta situación no se puede distinguir del
tado del bienestar se verá destruido por la proyecto de igualdad y justicia social, po-
presión de la banca. En esta situación, no demos salirnos de esto, pero se expresará
podemos persistir en las viejas formas de la de otro modo, si los políticos rechazan ha-
política socialdemócrata, la globalización es cer esto, al final la gente perderá su interés
una crisis en el modo de la izquierda me- por lo que hacen... Emergerá una nueva po-
dia, ahora la política socialdemócrata tal lítica o emergerán políticos que empiecen a
como está constituida se vuelve insosteni- representar de nuevo a la gente en contra
ble. El punto de partida para la teoría críti- del poder, en lugar de representar al poder
ca es aceptar que ésta es la prueba y que en contra de la gente. O sucede esto, o será
debemos mirar, en un mundo nuevo, con difícil ver cómo estas políticas mantendrán
unos ojos frescos para revisar todas estas algún control en el contexto global. Emer-
cosas de un modo nuevo. Por supuesto que gerá una nueva política, una nueva política
el proyecto permanece absolutamente in- que empezará a representar a estas corrien-
completo en términos de igualdad y justicia tes mayoritarias.
social, para mí es casi como una creencia M.- Todo lo que me has contado me recuer-
religiosa, el argumento de la inclusión so- da un poco a las posiciones políticas de teóricos
cial siempre está en mi forma de respirar, como Toni Negri, que estuvo el año pasado dan-
pero siempre puedo reconocer que tomo do varias conferencias en Barcelona. Negri sos-
partido políticamente, porque los cambios tuvo entonces que una de las nuevas formas de
políticos que he argumentado pasan… En acción política se ha podido ver, por ejemplo, en
Inglaterra el movimiento de la socialdemo- el desarrollo del movimiento contra la guerra en
cracia se dedicó por completo a ayudar a la España, que ha sido muy fuerte y que ha encon-
gente de mi misma procedencia, pero ahora trado en la red un lugar para compartir objeti-
los intereses utilitaristas del poder gobier- vos y una nueva forma de acción política. Junto
nan contra esta gente, debemos reconocer con otros teóricos italianos, este intelectual in-
que esto está sucediendo. Y esto no es sólo tenta combinar el análisis de los cambios en el
porque existen intereses en ello, esto no es mundo global con el análisis de los cambios en
particularmente malo… es el cambio sisté- el perfil de los trabajadores, de los nuevos traba-
mico en las posibilidades de una política jadores; por ejemplo, en el caso de la educación o
socialdemócrata, si queremos reinventar la enfermería, donde la necesidad de atender al
nuevas estrategias para llevar a cabo pro- cuidado de los demás es relevante en un contex-
yectos de justicia social y de igualdad, an- to dominado por la precarización, donde los es-

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

tados no pueden o no asumen una política de oponerse y criticar. De alguna forma, para
servicios sociales públicos. También aborda la mí todo es política, porque si crees que
necesidad de repensar la gestión del tiempo y el ciertas cosas son posibles en este momento
espacio, para reinventarnos como trabajadores, de refracción y mediación, a veces es una
para crear nuevos modos de trabajo o cultura. cuestión de resistir, ciertamente, pero a ve-
Desde su trayectoria como intelectual comunis- ces es más una cuestión del destinatario de
ta analiza cómo en el postfordismo, los intelec- la refracción que tú quieres, que ya está
tuales, desde su historia como trabajadores y también allí. No es una cuestión de estar
proletarios, deben hacer frente a una lógica siempre resistiendo, es una cuestión menos
completamente distinta al papel que tenían local, es más bien cómo el movimiento glo-
cuando defendían, a través de los sindicatos, los bal es refractado y redirigido en esta parti-
derechos de los trabajadores de las fábricas en el cular situación local. En este momento, a
capitalismo. En síntesis, sostiene que como tra- veces resistimos, soportamos, nos opone-
bajadores necesitamos nuevas formas, que supe- mos, en una dirección, a veces en ambas.
ren las de la Modernidad, para comprender el Creo que es cierto que cuando examinamos
nuevo orden global y para reposicionarnos en el currículum español lo que hemos habla-
este orden, mientras, simultáneamente, nos do sobre el retorno a lo básico en las refor-
construimos una identidad. mas conservadoras, en algún sentido sí me
I.- Sí, creo que esto se relaciona estre- parece muy claro que sería un resistente,
chamente conmigo, con lo que hemos ha- pero ahora existen nuevas iniciativas para
blado de la disposición de las historias en perder algunas… extraer algunas de estas
el discurso y es lo que digo que está ocu- cosas que están en áreas más experimenta-
rriendo en el mesonivel, en la mediación y les, áreas que son más interesantes, para
la identidad de los trabajadores. Precisa- convertir las categorías monolíticas de ma-
mente, de eso trata mi perspectiva sobre lo terias en categorías más amplias y posibili-
que pasa entre las reformas que están acon- dades más interesantes que estos temas
teciendo y los proyectos identitarios que la disciplinares. Pero no es una cuestión de
gente tiene individualmente, que han em- resistir fácilmente frente a la propuesta de
pezado a formar y redefinir por completo, materias de los modelos conservadores, es
colectivamente, las nuevas identidades de cómo respondemos a esta nueva iniciativa
los trabajadores, es obvio. De forma muy porque en cierta manera formamos parte
similar, su posición en el discurso es un de ella, es cómo responder con nuevas ini-
mensaje teórico sobre donde estamos loca- ciativas; algunos continuarán en esta vía y
lizados, debemos estar en el mesonivel otros continuarán en las dos, es lo que pasa
donde ocurren las luchas de la mediación. con el movimiento de retorno a lo básico.
M.- Creo que es importante que abordemos Es una gran decisión y a la vez divertida
también en la entrevista la situación local en que tienes que tomar, que está muy próxi-
España y ver qué elementos tenemos para re- ma a analizar crítica y detalladamente an-
pensar la educación aquí, cómo resistir frente a tes de decir sí, así es como yo quiero res-
este mundo global para contestar a las transna- ponder. En España, como en todas partes,
cionales y adoptar estrategias como profesores yo me opongo a la idea, que viene de anti-
que promuevan un cambio en nuestras prácti- guo, de que a la gente le gusta estar siem-
cas cotidianas. ¿Cuál es tu diagnóstico sobre la pre resistiéndose, siempre oponiéndose y
situación en España a partir de lo que has podi- siempre criticando, porque desde mi punto
do observar durante tu estancia aquí? de vista es una cuestión política, porque los
I.- Una diferencia importante entre mi gobiernos, la gente, los intereses globales,
localización y algunas posiciones teóricas los grupos de intereses, son multifacéticos.
del currículum, y esto está relacionado bas- No existe un capitalismo universal cruel,
tante con la idea que tú mencionas de cómo existen muchos subsegmentos y diferentes
se resiste en España, es que yo personal- movimientos que necesitan cada uno de
mente no comparto el punto de vista de ellos estos intereses. Y este es el punto que
que nuestra posición es siempre resistir, define el lugar de presión y el lugar de la

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P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

mediación, lo que más representa todas las mo un servicio público. Por otro lado, durante
cosas que queremos. Una noción que va las últimas semanas, también como viene siendo
más allá que estar siempre resistiendo y de habitual, los medios de comunicación se han he-
resistir siempre, personalmente, las adver- cho eco solamente de los brotes de conflicto y
sidades. violencia que se han dado en alguna escuela se-
M.- ¿Es ésta una lectura foucaultiana, que cundaria obligatoria. Recientemente, un grupo
sostiene que no hay nada fuera del discurso y de de adolescentes en una escuela del área metropo-
las relaciones de poder? ¿No hay posiciones que litana se peleó con otro grupo, hiriendo con una
estén libres de poder? navaja a uno de los chicos. La semana pasada
I.- Sí, no las hay, es así. En muchos sen- me contaban otro caso de una profesora que im-
tidos sí, esto sirve por ejemplo para com- parte literatura y humanidades en el bachillera-
prender cómo reaccionan los profesores an- to. Había recibido amenazas de unas madres
te la situación en España. porque había suspendido a sus hijos y finalmen-
M.- Recientemente, no sé si estabas en Bar- te estas madres la agredieron, e hirieron al con-
celona, pero una de las cosas sorprendentes, fue serje que trató de proteger a la profesora. Éste es
que la televisión pública catalana dedicó una se- un poco el clima que contribuyen a producir y
mana entera al maestro como tema monográfico. que se transmite a través del discurso mediático,
No sé si lo viste… que está impregnando la opinión pública; se re-
I.- Bueno, la semana pasada estaba en presenta la educación a partir del conflicto y la
Granada. violencia, se difunde la desafección de los profe-
M.- Fue interesante observar cómo se dedi- sores sobre su trabajo, y no se habla de lo que sí
caba toda una semana en este medio de comuni- funciona. ¿Qué piensas sobre esto?
cación a un tema “solidario”, de una forma si- I.- Es un discurso emergente en los pe-
milar a como se había dedicado anteriormente al riódicos que se extiende a lo largo de todo
tema de la violencia de género. La mayoría de el mundo occidental, se incrementan los ar-
programas de esta televisión pública abordaron tículos sobre violencia, sobre los profesores
el tema de la enseñanza en sus debates, entre- descontentos, sobre disparos en las escue-
vistas y noticias, se hicieron programas especia- las. Claro que esto son instancias factuales,
les y se trató también este tema en documenta- pero para mí la cuestión es por qué actual-
les y películas. Fue realmente interesante y du- mente siempre se informa de la educación
ro, porque de la misma forma que se pudo ver de este modo. El sentido de la crisis está
algún seguimiento que narraba la vida cotidia- también promovido por los medios; claro
na de los maestros en las aulas de educación in- que hay violencia y ataques de los estu-
fantil, primaria y secundaria, la sensación que, diantes en las escuelas, hay una desafección
en general, predominaba era que se estaba abor- masiva entre los estudiantes y sólo hay que
dando un tema problemático, un ámbito que hacer estudios históricos para mostrarlo,
“está en crisis”. El debate central, manejado por para ver que esto es lo que sucede. Pero la
uno de los presentadores más mediáticos, con- cuestión es quién está creando este sentido
trapuso las voces y opiniones de estudiantes, de pánico y por qué lo están haciendo, y es-
maestros y padres, desde una perspectiva de po- to está relacionado de algún modo con un
larización. El programa mostró las posiciones intento de posicionar la educación pública
enfrentadas y se regodeó en la evidencia de que en una forma particular. En otras palabras,
hay algo que no funciona, todo el mundo parece existe un grupo de poder que lo que quiere
compartir que hay algo en el sistema educativo es tomar posesión de las escuelas, por ejem-
que no funciona, y esto incluye la posición de plo en Londres, lo que desean es privatizar
decepción y desinterés que predomina entre los algunos aspectos de estas escuelas; este
jóvenes hacia la escuela, el malestar docente y la grupo está relacionado con el grupo que es-
crisis de autoridad de los padres a la hora de tá creando este discurso y que quiere con-
educar a sus hijos. Este discurso catastrofista, trolar lo que pasa en las escuelas a través
desde mi punto de vista, sólo promueve un de- de mostrarnos cómo viven los profesores la
bate estéril sobre la educación, sin localizar el violencia. De algún modo, un profesor que
debate en el contexto de repensar la escuela co- recibe una respuesta violenta merece un to-

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

tal apoyo y simpatía, no creo que haya que misión de la educación pública, puede que
huir de la crisis real de los incidentes, pero no les guste la idea de que los grupos desa-
lo que trato de decir es que se pueden pre- ventajados tengan una educación pública,
sentar las escuelas de muchas formas. Po- lo que ha sido una lucha histórica. Lo que
demos, por ejemplo…, en otro mundo y en yo me pregunto en el contexto español y en
otro momento histórico, podríamos pro- el norte es por qué se dan estas malas noti-
porcionar historias maravillosas sobre las cias y no hay buenas noticias; creo que esto
cosas buenas que suceden en las escuelas es parte del debate y me gustaría que se
públicas, sobre cómo diferentes grupos de dieran buenas noticias sobre lo que la es-
presión están trabajando conjuntamente en cuela pública hace por algunos chicos, sólo
las escuelas y cómo, en el lado opuesto, al- se ven las cosas graves o terribles de las
gunos de los trabajadores sociales van a la que se informa.
escuela y esto es maravilloso, o cómo en el M.- Pienso que otra de las paradojas es que
sur, en Latinoamérica, diferentes grupos nadie responde o contesta este discurso mediá-
están trabajando conjuntamente. Tú puedes tico sobre la catástrofe en la educación; los pro-
narrar la historia sobre ello y sería igual- fesores parecen aceptarlo, lo reinterpretan y lo
mente verdad. La cuestión es por qué no asumen en sus propias vidas. Esto es intere-
hay otras historias, por qué sólo hay malas sante porque quizás el interés que persiste en el
noticias sobre la escuela o cómo podríamos discurso mediático es el de contribuir al libre
tener buenas noticias, lo que me interesa es mercado, a la liberación y la privatización de la
saber por qué pasa en España pero también educación pública, y simultáneamente se intro-
está pasando en muchos otros países en es- duce una especie de patologización que caracte-
te momento. ¿Es esto a lo que llamamos in- riza la identidad de los profesores, los maestros
cidencias o sólo estamos recibiendo el con- se sienten cansados, enfermos, etc. Es un tipo
senso que se forma en los medios y más de versión que no proporciona ninguna solu-
allá de estos grupos de interés, que ésta de- ción a los profesores, porque algunos profesores
be ser la forma en que las escuelas se debe- responden de la misma forma que mis alum-
rían presentar en este momento? Hay una nos de prácticas: prefieren verse de una forma
teoría de la conspiración, en la que yo no individualizada, como consumidores y prefie-
creo, pero sí que existen en todo el mundo ren trabajar y luego prestar más atención a su
grupos de presión que quieren privatizar la vida privada y al consumo, lo que hace que se
escolarización y que quieren captar la es- reduzcan sus proyectos a sus vidas individua-
cuela pública de una forma general, que lizadas y no se crean redes para compartir y
quieren reducirla y quieren que sea vista para discutir estos problemas; se asume acríti-
como una institución que está en crisis, hay camente esta representación de los medios de
grupos críticos que lo reflejan. Todas estas comunicación.
cuestiones se están rescribiendo con la co- I.- El control de los medios es realmen-
bertura de las noticias en España sobre las te importante... Fue increíble en Canadá,
escuelas y me gustaría particularmente sa- cuando estaba trabajando allí en 1995, el
ber por qué se ponen estas noticias en los gobierno de derechas que salió elegido te-
medios, ¿es esto todo lo que se puede decir nía en su programa privatizar la educa-
sobre toda la educación pública? Histórica- ción. Lo fascinante es que alguien grabó
mente, la educación es una empresa emo- una discusión del nuevo ministro de edu-
cionante y maravillosa a un cierto nivel, la cación con un grupo de gente, sobre cómo
verdadera idea de que podemos tratar de debería establecerse la reforma y empezó
educar a cada persona y darle esta atención por decir que, en realidad, había que crear
es una empresa maravillosa y fantástica, una sensación de crisis y que esto tenía
por eso creo que debemos escribir lo mejor que hacerse a través de las noticias en los
de la educación pública. Tengo que ser crí- medios. Conocemos los hechos, hay una
tico con el tema de la gente que cuenta ma- estrategia política que dice que hay que
las noticias, puede que, en gran medida, es- crear una sensación de crisis y luego se
to vaya en contra de la aproximación de la hacen circular una serie de historias en los

- 118 -
P E N S A N D O S O B R E ... La obra de Ivor Goodson

medios simpatizantes que producen esta se trata de resistir sin problematizar, sino
crisis. Frente a esta crisis puedes avanzar de contestar en el momento de la media-
las reformas y la proletarización que quie- ción, siempre y cuando sea posible.
ras, porque la respuesta a la crisis se pue- M.- En este sentido las historias de vida nos
de crear, esto es una estrategia de domina- permiten deconstruir y reconstruir esta situa-
ción, primero los grupos dominantes crean ción en el campo de la educación.
una crisis y luego resuelven la crisis con la I.- Absolutamente cierto. Contra la cara
solución que ya tenían previamente. Desa- individual de la mediación, tú lo has dicho,
fortunadamente, debido a que la gente es- las personas deconstruyen y reconstruyen
tá informada en cierto modo por los me- su identidad, de algún modo éste es el lado
dios, la gente acepta esta crisis, no la con- importante de la contestación, ¿por qué no
testa y por eso luego es fácil que llegue la podemos penetrar de la misma forma a tra-
solución. Pero el momento de la media- vés de las presiones institucionales y los re-
ción se da cuando se crea una punta de cursos? Aunque podemos autorregular a la
crisis, es entonces que tendríamos que pre- gente, y lo hacemos… no obstante, siempre
guntarnos por qué no podemos mirar la habrá una contestación, a menos que diga-
educación pública de otro modo, cuando mos que la conciencia humana se ha perdi-
hay otras diez historias diferentes que con- do del todo. Para mí ésta es la cúspide de la
tar. En cambio, no tendemos a hacerlo, no- mediación, el gran foco de contestación.
sotros también, al igual que los demás, M.- Perfecto. ¿Quieres añadir algo alguna
tendemos a crear resistencias teóricas y cosa a la entrevista que no te haya preguntado o
eso no se toca. Mi experiencia me dice que de la que no hemos hablado?
la investigación educativa no reúne las I.- No, creo que las preguntas han esta-
contestaciones en la forma en que debería- do bien.
mos y esto ha sido muy a mi pesar a lo lar- M.- Sí, yo también pienso que ha sido una
go de mi vida; podríamos escribir un artí- conversación muy interesante y necesaria, muy
culo clarificador sobre ello. No nos senti- política.
mos comprometidos y una de las razones I.- Una conversación completa.
empezó con la política general educativa M.- Gracias por todas tus aportaciones.
que importó a la gente de los medios, para Creo que esta conversación complementa y am-
escribir sobre lo que necesitamos. Es preci- plía algunas de las cuestiones que se plantean
samente por eso, que quiero una política en el artículo bio-bibliográfico y de las que es
educativa para hablar con los medios y necesario hablar y seguir conversando en nues-
que esté implicada en los medios, tenemos tro contexto, del mismo modo que pienso que es
gente en los periódicos que trabajan en muy útil una perspectiva como la que tú plante-
ello y tratamos de escribir cartas y testimo- as, porque no es habitual encontrarla en otras
nios, es un buen trabajo que se está hacien- posiciones discursivas y prácticas que son más
do en Inglaterra. Otro buen ejemplo de la estáticas. Desde mi punto de vista, necesitamos
otra cara de la mediación es cómo se crean este tipo de teoría que traiga conjuntamente lo
las historias sobre la escuela en la prensa y global y lo local, la mediación y las posiciones de
si trabajamos en el momento de la media- identidad y las vidas de los profesores. Creo que
ción, podemos estar allí contestándolo. No es interesante comprender qué está pasando en
siempre resistiendo, no dando respuesta, este mundo global y qué podemos hacer para
sino contestando, que es muy diferente. contestar o sacudir las relaciones de poder, no
Pienso que el rol de la teoría crítica no es desde la perspectiva de salirse del sistema, sino
el de ser un crítico académico, estar senta- para provocar algún desplazamiento desde den-
do en un sillón y resistirlo todo, estoy di- tro de las relaciones de poder. Muchas gracias
ciendo que nuestra tarea es contestar, no por todo.

- 119 -
III
RESEÑAS Y CR ÍTICAS DE LIBROS

• A. VIÑAO: Engañados, escolarizados, infelices


• A. TERRÓN BAÑUELOS: En clave de panorámica histórica: ensayos sobre el
sistema educativo español
• P. GIMENO LORENTE: Pensamiento social y escuela: Un binomio
imprescindible para una Didáctica Crítica
• P. OLIVER OLMO: El poder de la presentización y el control de la memoria
• R. VALLS: Historiografía, memoria y usos públicos de la historia
• A. BRONCANO RODRÍGUEZ: En la frontera del concepto de inteligencia.
Perspectivas críticas de la psicología educativa
• D. SEIZ RODRIGO: Aprendiendo a distinguir... distinguiéndose
Engañados, escolarizados, infelices

Antonio Viñao
Universidad de Murcia

CUESTA, R. (2005). Felices y escolarizados. Un primer rasgo, que sorprende por lo


Crítica de la escuela en la era del capitalismo. inhabitual, es que, tratándose de una obra
Barcelona: Octaedro-EUB. 274 pp. escrita por un solo autor (aunque en su re-
dacción provisional haya sido objeto de lec-
Intentar presentar a Raimundo Cuesta turas y comentarios de algunos fedicaria-
a los lectores de Con-Ciencia Social está nos más próximos al mismo), se presenta
fuera de lugar. Colaborador habitual de la inserta en un proyecto colectivo más am-
revista y miembro activo y relevante de plio (el Proyecto Nebraska) que, a su vez,
Fedicaria, su presentación es innecesaria. se lleva a cabo dentro de esa sociedad de
Incluso es posible que dichos lectores co- debate y confrontación crítica, entre otras
nozcan ya la obra que comento (como co- cosas, que es Fedicaria. Es, pues, una obra
nocerán otros libros y artículos suyos), de autoría individual pero, en cierto modo,
bien directamente, por haberla leído, bien compartida.
indirectamente a través de la apretada sín- Un segundo rasgo, relacionado con el
tesis que el autor publicó en Cuadernos de anterior, es que Felices y escolarizados está
Pedagogía (“La escolarización de masas: un escrito, según palabras del autor, desde
sospechoso y ‘feliz’ consenso transcultu- “una cierta confrontación con las ideas do-
ral”, Cuadernos de Pedagogía, 334, 2004, pp. minantes en las comunidades académicas
81-85), de otras reseñas (por ejemplo, de relacionadas con la educación y su histo-
las escritas por Rafael Valls para Iber. Di- ria”, desde “una región necesariamente
dáctica de las Ciencias Sociales. Geografía e molesta y a contrapelo”, desde la “liber-
Historia y Manuel Ferraz para Indaga. Re- tad”, en suma, que proporciona el no “ga-
vista Internacional de Ciencias Sociales y Hu- nar” el “sustento a cuenta de ninguna de
manas) o simplemente de la lectura de tra- ellas” (p. 10). Es decir, al margen o fuera,
bajos anteriores en los que ya avanzaba al- pues, de dichas comunidades pero en con-
guna de las ideas aquí desarrolladas de frontación con ellas. De ahí, quizás, el estilo
forma más extensa. en ocasiones desenfadado que utiliza y el
En todo caso, y pensando en quienes tono como de desahogo, ajuste de cuentas
no lo hayan leído todavía, parece necesa- o necesidad personal de decir lo que se di-
rio intentar exponer, de forma sintetizada ce y como se dice que, asimismo en ocasio-
y necesariamente incompleta, las ideas, nes, aflora a lo largo del libro1.
tesis, fundamentos y aspectos básicos del Añadamos un tercer rasgo de índole es-
libro. tructural. La obra se compone de cuatro

1 Baste un solo ejemplo: en la página 51, nota 19, se califica a Jovellanos de “padre de todos los engendros
dieciochescos”. En primer lugar, los escritos y recomendaciones de Jovellanos tuvieron escasa o nula in-
fluencia en las reformas educativas o planes de reforma que, con mayor o menor fortuna, se llevaron a
cabo en la España del siglo XVIII (suponiendo que esos sean los “engendros” –“plan, designio u obra in-
telectual mal concebida” según la Real Academia– a los que el autor se refiere). En segundo lugar, desde
un punto de vista práctico de lo único que puede considerarse como auténtico e indiscutible “padre” a
Jovellanos en el siglo XVIII es de la creación del Real Instituto Asturiano de Gijón al que no creo que
pueda aplicársele el calificativo de “engendro” salvo que se considere que no fue sino una manifestación
más del engaño escolarizador.

- 123 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

capítulos y un epílogo. Los cuatro capítu- tiva”, el autor, “siguiendo la vía genealógi-
los (“La conquista de la felicidad: bosquejo ca” y, añadiríamos, con una copiosa funda-
histórico-crítico de la escolarización obliga- mentación histórica, procura “resaltar las
toria”; “Paradojas y sueños de la razón his- discontinuidades, contradicciones y resis-
toriográfica”; “Pensar históricamente la es- tencias habidas en este proceso” (p. 249).
cuela. Modos de educación en la España Pero no se queda ahí, sino que, no satisfe-
contemporánea”; y “La forja del Estado so- cho con ello, va más allá y ofrece todo un
cial y la constitución de la infancia feliz y análisis global, totalizador, con ciertas pre-
obligatoria”), son cuatro ensayos que, co- tensiones de universalidad, sobre la institu-
mo indica el mismo autor, pueden ser leí- ción escolar, el proceso de escolarización y
dos de forma independiente. El conjunto nada más y nada menos que el Estado (una
forma “un ensayo de ensayos entrelaza- cuestión clave a lo largo de todo el libro) en
dos” por la “mirada” a la vez “crítica y ge- las sociedades contemporáneas. Esta última
nealógica” con la que se analiza “la escuela característica, unida a las anteriores, confie-
en la era del capitalismo” y, en definitiva, re al libro de Raimundo Cuesta una espe-
las sociedades “emanadas” de este último cial relevancia: dentro del panorama de la
(pp. 9-10). O, si se prefiere, una institución historiografía educativa española es el úni-
(la escuela), un proceso social y educativo co libro que, integrando las bases teóricas
(la escolarización) y un modo de organiza- antes indicadas, ofrece unos planteamien-
ción social y sobre todo económico (el capi- tos críticos sobre la institución escolar y el
talismo). proceso de escolarización en el contexto de
Los fundamentos teóricos, reconocidos un análisis global sobre las sociedades capi-
una y otra vez, con los que el autor se per- talistas. De ahí que merezca ser leído y de-
trecha para llevar a cabo este análisis proce- batido. Como supongo que el autor ha pre-
den de la sociología crítica de la educación tendido, el libro no está escrito para ser leí-
(Lerena, Varela y Bourdieu en especial), de do sino para hacer pensar y sobre todo para
la historia social de inspiración marxista, y provocar el debate. Es desde esta perspecti-
sobre todo de Foucault (no en balde este au- va desde las que hay que entender no sólo
tor es el más citado y no para contradecirlo la crítica a la que somete la obra de Manuel
sino para apoyarse en el mismo) y, algo de Puelles, a quien considera el exponente
más diluido o evanescente, de Nietzsche. más relevante de la historiografía liberal-
Esta mirada foucaultiana se aprecia tanto progresista (también llamada liberalsocia-
en el léxico (“regímenes de verdad”, “gu- lista en ocasiones), así como la que efectúa
bernamentalidad”, “microfísica del poder”, de las dos obras recientes de Agustín Esco-
“tecnologías del yo”, “mirada genealógica”, lano y de quien esto escribe (así mismo co-
“sociedad disciplinaria”, etc.) como en el mo destacados representantes de eso que se
enfoque globalizador, explícalo-todo, con ha dado en llamar la historia cultural o so-
que se abordan las cuestiones antes citadas. ciocultural de la educación), sino también
Con dichos fundamentos Raimundo este mismo comentario o reseña. ¡Bienveni-
Cuesta emprende la tarea de desmontar el do sea el debate¡. En especial si éste se hace,
“discurso feliz” del “ideal progresista” o como es el caso, desde el reconocimiento y
“liberalsocialista” sobre la escolarización. respeto intelectual, e incluso la amistad.
Un discurso basado en tres “supuestos ilu- Desde esta perspectiva global e interre-
sorios acerca de la entidad y funciones de lacionada Felices y escolarizados posee indu-
la escuela y el Estado en la era del capitalis- dables aciertos. El papel desempeñado por
mo, a saber: la aceptación de la idea de pro- el adoctrinamiento religioso y político en el
greso, la consideración de la escuela como proceso de escolarización en los siglos XVI
un espacio o recipiente vacío y distinto de y XVII, su relación con la formación de los
la sociedad y la concepción ahistórica e ins- Estados nacionales, la implantación del Es-
trumentalista del Estado como un poder tado Social a partir de la segunda mitad del
neutral”. Frente a esta “visión” que califica XIX y del Estado del Bienestar en el siglo
de “teleológica y lineal de la historia educa- XX, así como la naturaleza antirevoluciona-

- 124 -
RESEÑAS

ria, y en cierta medida conservadora, de trarse ni verse. En educación abundan por


muchas de las propuestas y medidas esco- doquier y suelen manejarse sin prestar mu-
larizadoras y el análisis de las contradiccio- cha atención a las imágenes visuales, y por
nes y resistencias a las mismas, son, entre tanto mentales, que generan. El símil del
otros, algunos de los aspectos que en esta artefacto o artificio para referirse al proceso
obra se hallan documentados y tratados escolarizador es uno de esos casos. En pala-
con acierto. El cómo la extensión de la esco- bras de Raimundo Cuesta al analizar la
larización ha ido acompañada de otros pro- obra de Comenio, “la Didactica Magna, al
cesos paralelos de segmentación horizontal igual que todos los planes sistemáticos de
y vertical en los sistemas educativos y esta- escolarización pública universal dentro del
blecimiento de redes escolares diferencia- capitalismo” deben ser considerados como
das es otro de los temas oportunamente “un artefacto (por lo que tiene de ingenio
considerados. El estudio de la relación mecánico) que contiene una artimaña (un
(desfase o acomodación) de las edades de artificio para engañar)” (p. 30). Las expre-
escolarización obligatoria, penal y laboral, siones de “artefacto escolar” y “artimaña”
en el contexto de la progresiva infantiliza- como “artificio para engañar” vuelven a
ción de la adolescencia y edad juvenil (un utilizarse para caracterizar las propuestas
fenómeno más apreciable en España que en de Condorcet (p. 42), la de “artificio esco-
otros países de nuestro entorno donde la lar” al hablar de la “historia de la implanta-
independización de la familia tiene lugar a ción de la escolaridad obligatoria” (p. 46),
edades más tempranas), resulta así mismo la de “artefacto” para referirse al “sistema
sugestivo y sugerente. En fin, era necesario nacional español de educación” (p. 52) y la
que en el panorama, algo adormecido, de de “maquinaria escolar”, en este caso to-
la historiografía de la educación española mada de Varela y Álvarez-Uría, en relación
apareciera una obra de este tipo para que con las bases en las que se fundamenta la
volvieran a la palestra algunas de las cues- “escuela universal, obligatoria y nacional”
tiones olvidadas o dejadas a un lado en los (p. 54). El engaño, presente desde Comenio
últimos años, incluso dentro del campo de y Lutero hasta Luzuriaga y todos los pro-
la sociología histórica de la educación que motores anteriores y posteriores de la esco-
antaño trabajara Carlos Lerena. larización, reside en que lo que se presenta
Dicho lo anterior, y como muestra de la como “progreso” o “liberación” no es en
relevancia de las tesis mantenidas en este realidad sino un sistema más de disciplina-
libro por Raimundo Cuesta, me permitiré rización, control y dominio de las concien-
exponer algunas de las dudas o problemas cias, de infantilización, de sometimiento e
que me ha suscitado su lectura. Dudas y integración de las clases populares en el
problemas que son el resultado de ese ha- sistema capitalista. De este modo la escuela
cer pensar que la obra provoca y que ex- en el capitalismo desempeña la triple fun-
pongo sin ánimo de sentar cátedra. Dudas ción de inculcar, reproducir y legitimar “las
y problemas que contrastan un poco con la estructuras sociales y las formas de poder
certidumbre y rotundidad con la que Rai- dominantes” (p. 103). Una vez felices, por
mundo Cuesta escribe y efectúa buena par- escolarizados, nuevos mecanismos, más su-
te de sus afirmaciones. Si esta exposición tiles, menos evidentes, de desigualdad y
incompleta, que no pretende agotar el de- control, ocultan y legitiman, ante estos infe-
bate sino iniciarlo, sirve a su vez para hacer lices, las diferencias sociales y el ejercicio
pensar, tanto mejor. Con tal fin, me centra- del poder en las sociedades capitalistas
ré en sólo tres cuestiones: la concepción de hasta llegar al “Estado evanescente” de
la escolarización y de la escuela como arte- nuestros días y, añadiría yo, al Gran Her-
factos; la periodización elegida en el análi- mano invisible que todo lo controla.
sis del proceso de escolarización; y el papel La mejor prueba de este engaño serían
o función del Estado en el mismo. las resistencias al proceso escolarizador
Las metáforas y símiles muestran y de- mostradas, en diversas ocasiones, por las
jan ver lo que de otro modo no pude mos- clases populares y por el movimiento obre-

- 125 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

ro. Que dichas resistencias existieron es al- rante la guerra civil sería uno de los ejem-
go indudable. Así lo he señalado en más de plos más clamorosos), no haya recurrido al
una ocasión. Que prueben, por sí mismas, mismo como vía para la implantación de
la existencia de un engaño a gran escala es un sistema escolar de acuerdo lo más posi-
dudoso (lo que no quiere decir que tal en- ble con su ideología e intereses (lo mismo
gaño no exista: puede haber resistencias y podría decirse de los partidos conservado-
haber o no haber engaño). Entre otras razo- res y liberales). La oposición hay que verla,
nes porque en el primer caso (entre las cla- pues, al tipo de escuela promovida desde
ses populares) la explotación fabril, o de las instancias estatales o municipales, no a
otro tipo, del sistema capitalista, que propi- la idea de la promoción de la escolarización
ciaba la escuela al apartar a los niños y ni- desde los poderes públicos. Todo depende,
ñas de la familia y de la calle, lo que hacía en último término, de que dichos poderes
era sustituir un tipo de explotación, la fami- estén en manos de unos o de otros. Lo que
liar o la de la calle, por otra. No había libe- Marx quiso decir, y no dijo, fue que lo que
ración en la fábrica, pero tampoco la había consideraba inadmisible era la educación
en la familia o en la calle. La resistencia a la del pueblo por “ese” Estado (el alemán de
escuela no era por motivos ideológicos o su tiempo) no por el Estado en general.
por la oposición a un tipo determinado de Esta visión de la escuela y de la escolari-
explotación y engaño, sino porque los ni- zación como el gran engaño o estafa, como
ños y niñas eran una mano de obra gratuita una farsa que acaba en tragedia, es desde
que podía ser explotada, sin limitación al- luego matizada en alguna ocasión por el
guna, en un ámbito familiar patriarcal y au- autor y negada de modo inconsciente tam-
toritario. El padre no era padre sino “padre bién de vez en cuando, como no podía ser
padrone” y a este “padre padrone” no le menos en alguien que se dedica y siente pa-
interesaba, desde un punto de vista econó- sión por la enseñanza2. Así, en la página 65
mico, que los niños y niñas fueran a la es- califica de “escandalosa desidia” el desinte-
cuela. Lo que quería era que trabajaran rés, en España, del Estado por la escuela
cuanto antes y de modo gratuito, para, por primaria y el abandono de los propósitos
así decirlo, la empresa familiar. En definiti- educadores a cargo del Estado formulados
va si la escuela del capitalismo era un enga- por los liberales gaditanos; en la página 210
ño también lo era, a su modo, la de la fami- se refiere a las “limitaciones y vergüenzas”
lia. En cuanto al movimiento obrero, puede del Estado del Bienestar en España; y en la
citarse todo lo que se quiera la célebre frase página 227 califica, así mismo con acierto,
de Marx sobre la inadmisibilidad de la edu- de “lacra” y “mal” la inhibición estatal en
cación popular a cargo del Estado, como se relación con la educación primaria en la Es-
hace en la página 193, o aludir a la clara paña de los años 40 y 50 del siglo XX. Cali-
oposición, en España, del movimiento ficativos todos ellos propios de un historia-
anarquista a la escuela estatal o municipal, dor “liberalprogresista” pero poco coheren-
pero no conozco ningún partido o sindicato tes en alguien que considera la escolariza-
obrero o de inspiración socialista o marxis- ción como un artificio configurado para el
ta que, una vez llegado al poder público, engaño masivo de las clases populares bajo
estatal o de otro tipo (y el caso del anar- la promesa, incumplida, de la felicidad y el
quismo y su colaboración en el CENU du- progreso para todos.

2 Sol Cohen, al referirse a las distintas historias de la reforma escolar en Estados Unidos, distingue tres
modelos o modos de entender dicho cambio: como un romance o novela en la que las fuerzas democrá-
ticas terminan, pese a las resistencias, por imponerse; como una tragedia en la que las fuerzas de la reac-
ción acaban siempre triunfando y en la que todo va a peor; y como una sátira o ironía en la que el cam-
bio es una ilusión o un mito (Challenging Orthodoxies. Toward a new Cultural History of Education,
New York, Peter Lang, 1999, p. 88). Desechado el primero, el modelo de Felices y escolarizados combi-
naría la tragedia con la sátira o ironía.

- 126 -
RESEÑAS

En último término esta contradicción re- tiz. El problema se plantea cuando tenemos
mite a la conocida distinción lereniana entre que buscar otros criterios de periodización.
reprimir y liberar. Carlos Lerena, y en esto, Entre otras razones porque dichos criterios
como en otros aspectos, coincido con Rai- sólo pueden ser extraídos del análisis mis-
mundo Cuesta, “no veía la escuela como mo de aquel aspecto de las culturas escola-
una alternativa entre reprimir y liberar, am- res o de aquel proceso socioeducativo que
bas cosas eran, para él, la misma en incan- se está estudiando, sin que tengan necesa-
sable tic-tac”. Por ello Cuesta, a diferencia riamente que coincidir unos aspectos o pro-
de Lerena, se siente “más inclinado a conce- cesos con otros y, menos aún, entre ellos.
bir la maquinaria escolar como un espacio Para el análisis evolutivo del proceso de
menos mecánico (menos reloj y más campo escolarización Cuesta recurre en principio,
magnético de fuerzas)”, un símil que a mí, reelaborándolo y desarrollándolo, al léxico
al menos, me resulta más aceptable. Lo que y a la periodización establecida en su día
sucede es que, en su enfoque del proceso de por Lerena al distinguir, entre los modos
escolarización, en Felices y escolarizados pone de educación (un concepto paralelo al de
el acento “en una de sus caras porque habi- modos de producción), el tradicional-elitis-
tualmente se pone el énfasis en la otra”3. ta y el tecnocrático de masas. La distinción,
Aquí es donde reside la clave del libro. En que ya utilizó en Sociogénesis de una discipli-
este sentido, su propósito último no es tan- na escolar: la historia, entre un modo de edu-
to el análisis del proceso escolarizador (que cación elitista y otro de masas no creo que
lo es) cuanto desmontar los argumentos del pueda ser negada. La cuestión reside en el
discurso o enfoque progresista sobre el mis- establecimiento de los subperiodos o fases
mo. Mostrar la otra cara de la moneda. La de transición, en el inicio y fin de uno y
cuestión, que permanece en pie, es si es po- otro modo o fase. Sobre todo en procesos a
sible mostrar una de las dos caras, la que la vez cuantitativos y cualitativos, como el
sea, sin negar o poner en entredicho la otra, de escolarización, en los que persisten en el
y que, por tanto, este comentario-reseña sea tiempo y se mezclan aspectos de uno y otro
visto no como un intento de equilibrar el modo de educación. Si, además, se exclu-
peso de ambas caras a partir de Felices y es- yen los factores o aspectos políticos relati-
colarizados sino de mostrar el reverso de la vos a los cambios gubernamentales como
que en este libro se muestra. un rasgo a tener en cuenta en las subperio-
La segunda duda que tengo y deseo dizaciones, el resultado final puede ofrecer
plantear es la de la periodización, otra algunas conclusiones o afirmaciones que
cuestión clave del libro. En esto también han de ser pensadas con más calma.
hay un acuerdo inicial con lo que en él se Dejo a un lado (por los límites de este
mantiene: las periodizaciones que suelen comentario y no porque se trate de una
(solemos) utilizar los historiadores de la cuestión irrelevante) que, leyendo Felices y
educación, parcelando los capítulos en fun- escolarizados, se tiene a veces la impresión
ción de los cambios de régimen político, de de que las categorías para establecer las dis-
gobierno o de monarca resultan inadecua- tintas fases o períodos (categorías que con-
das para analizar las evolución histórica de dicionan su análisis) se han establecido de
las culturas escolares o, añadiría yo, de un modo previo a los datos que la confir-
procesos de larga duración como la alfabe- man. Para quienes nos dedicamos a la in-
tización o la escolarización (pp. 121 y 123- vestigación en ciencias sociales ello no debe
124). De acuerdo, aunque el principio gene- resultar extraño. Siempre se parte de unos
ral puede admitir alguna excepción o ma- conceptos, de un léxico y de unas ideas pre-

3 Quien busque estas citas en Felices y escolarizados no las hallará. Proceden de un intercambio epistolar
entre el autor del libro y el de este comentario o reseña. Se trata, pues, de fragmentos o párrafos de un
texto privado que se citan con la anuencia de su autor y cuya inclusión considero necesaria para enten-
der esta obra.

- 127 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

vias que luego confirmamos, matizamos o hasta el punto de hacer de este último un
rectificamos. Lo que sucede en este caso es promotor o defensor, más o menos incons-
que dichas categorías, al excluir los aspectos ciente, de la Ley Orgánica de la Calidad de
políticos y buscar continuidades entre dis- la Educación de 2002 (p. 115).
tintos gobiernos y regímenes y, a la inversa, De todos los aspectos indicados me cen-
discontinuidades dentro de un mismo régi- traré en uno sólo, el relativo al franquismo.
men o mandato gubernamental, conducen a El que en los años 50 y 60 puedan encon-
resultados y afirmaciones algo discutibles. trarse en algunos personajes concretos afir-
Así, por ejemplo, llega a afirmarse, con maciones, en especial en el ámbito de la di-
matizaciones anteriores y posteriores, que dáctica, que repiten y recuerdan las mante-
“el franquismo no destruyó ninguna estruc- nidas por algunos de los profesores, maes-
tura básica ni desarticuló la columna verte- tros, inspectores y pedagogos más renova-
bral de las culturas escolares generadas en dores de los años 20 y 30 no implica que no
el seno del modo de educación tradicional- existiera una ruptura en las estructuras bá-
elitista”, sino que “afianzó los aspectos más sicas y en la columna vertebral del proceso
retrógrados de las mismas” y ralentizó en el de renovación iniciado en este país, y en di-
período 1939-1959 la evolución más rápida chos años, dentro del modo de educación
que tendría lugar en esos años en otros paí- tradicional-elitista (claro que, siguiendo la
ses hacia la educación de masas (p. 139); que tesis central del libro, este proceso de reno-
en los años 50 se recuperaría en España la vación y cambio educativo formaría parte,
“pujante tradición” pedagógica renovadora casi todo él, de una tradición liberal-pro-
de los años 20 y 30 (p. 136); que la “transi- gresista y, por tanto, del artificio que sus-
ción” hacia el modo de educación tecnocrá- tenta el engaño que hace felices a los infeli-
tico de masas se inicia en los años 60 tras el ces). En este punto habría que distinguir (y
plan de estabilización de 1959 (p. 163); y que esto lo planteo a título de hipótesis) entre el
será la Ley General de Educación de 1970, mundo de la pedagogía teórica (la propues-
aprobada durante el franquismo, la que ta o, incluso, la prescrita) y el de las prácti-
marque el inicio del modo tecnocrático de cas reales. Pese a lo que, siguiendo a Esco-
educación de masas, en el que nos encontra- lano, en algún momento parece afirmarse
mos, que continuará la Ley General de Or- (p. 137), creo que en los años 30, durante la
denación del Sistema Educativo de 1990, II República, sí se produjo en este país una
aprobada por un gobierno socialista (p. 141). cierta conjunción de la cultura teórica de
O bien que no parece haber diferencias sus- los pedagogos, la política de la administra-
tanciales entre los gobiernos socialistas y ción y la empírica de los maestros4.
populares de las dos décadas finales del si- En este sentido, me parece que no se va-
glo XX y primeros años del XXI (o, si se pre- lora suficientemente el tipo de corte o rup-
fiere, que las continuidades entre ambos son tura que significó el franquismo con lo cual
más relevantes que las discontinuidades) (p. paradójicamente se viene en cierto modo a
180), al igual que tampoco parece haberlas coincidir (sólo en este punto y de modo par-
entre los análisis históricos de Clara Eugenia cial, por supuesto) con las tesis al respecto
Nuñez y Manuel de Puelles (desde una pos- de Víctor Pérez-Díaz y Juan Carlos Rodrí-
tura neoconservadora en el primer caso y li- guez en su trilogía sobre la educación en Es-
beralsocialista o progresista en el segundo) paña5. Me basta por ello con transcribir, con

4 Me apoyo, sobre todo, en el trabajo de María del Mar del Pozo, “La renovación pedagógica en España
(1900-1939: Etapas, características y movimientos”, en Ernesto Candeias Martins (coord.), Renovação Pe-
dagógica. Renovación Pedagógica, Actas de V Encontro Ibérico de História da Educação, Coimbra/Cas-
telo Branco, alma Azul, 2005, pp. 115-159, completada con el “comentario” al mismo, desde la periferia,
de Salomó Marqués Sureda (pp. 195-211).
5 Me refiero, como es obvio, a Víctor Pérez-Díaz y Juan Carlos Rodríguez, Educación superior y futuro de Es-
paña, Madrid, Fundación Santillana, 2001, La educación profesional en España, Madrid, Fundación Santilla-
na, 2002, y La educación general en España, Madrid, Fundación Santillana, 2003.

- 128 -
RESEÑAS

algún cambio, el comentario crítico que al 30 del siglo XX y unos pocos profesores,
respecto escribí en relación con lo dicho en maestros y pedagogos de los años 50 o 60,
la mencionada trilogía: imaginemos un país que pueda hablarse de una recuperación en
en el que la casi totalidad del profesorado dichos años de la pujante tradición renova-
mejor formado (en todos los niveles y mo- dora del período anterior a la guerra civil7.
dalidades educativas y tanto en el sector La mejor prueba de ello es que cuando, ya
público como en el privado), más culto e en los 70, comienzan a florecer los grupos y
instruido, más innovador y al día de lo que el movimiento de renovación pedagógica
estaba sucediendo en el mundo en su cam- ello tiene lugar, salvo en Cataluña (y sólo
po específico (y en otros) desaparece de un en algunos casos), con un completo desco-
modo violento y es sustituido por otro de nocimiento de lo que en este país había su-
características en general opuestas durante cedido cuarenta años antes. Por poner un
un lapso de tiempo no inferior a treinta solo ejemplo, cuando desde la Asociación
años, o es sojuzgado por la pedagogía del Española para la Correspondencia Escolar
terror, del sometimiento y del silencio. Ima- y la Imprenta en la Escuela (ACIES), creada
ginemos, así mismo, que además desapare- en 1974, que en 1977 cambiaría su nombre
cen, junto con sus protagonistas, y son por el de Movimiento Cooperativo de la
prohibidas durante casi cuarenta años, to- Escuela Popular (MCPE), se cree estar des-
das las instituciones formativas, culturales, cubriendo en nuestro país el Mediterráneo
recreativas y asociativas existentes salvo las de la pedagogía freinetista y se acude en
acordes con la ideología del gobierno o ré- busca de información a Francia, ello se hace
gimen político y de una confesión religiosa desconociendo totalmente la pujanza y ac-
determinada. Esto es lo que sucedió en Es- tividades de los maestros y maestras frei-
paña: que esos profesores y esas institucio- netistas en la España de los años 20 y 30. El
nes que, por ley de vida, tenían que haber franquismo no es sólo economía, planes de
educado, formado e instruido a las genera- estabilización y apertura a los mercados ex-
ciones nacidas en los años 30, 40, 50 y al teriores (lo que sí empezó a suceder en la
menos los 60, fueron eliminados o suprimi- década de los 60), sino formas de hacer y
das, siendo dichos profesores sustituidos pensar y mentalidades, es decir, ideología
por otros con una formación y preparación y cultura. Y, desde esta perspectiva, el mo-
inferior, y las instituciones o asociaciones do de educación tradicional-elitista en su
reemplazadas, cuando lo fueron, por otras más conservadora y autoritaria versión no
con un ambiente cultural pobre e ideológi- comienza a ser puesto en entredicho en Es-
camente restrictivo. He ahí un hecho ya de paña hasta las décadas de los 70 y 80. Es
por sí suficiente para explicar el bajo nivel más, pervive todavía entre nosotros. Lo
formativo y educativo de dichas generacio- cual, aún matizando las subperiodizaciones
nes (con todas las excepciones singulares efectuadas por el autor (como una muestra
que quieran hacerse) y, como consecuencia más de la dificultad que entraña esta tarea
de ello, de las posteriores y actuales6. como él mismo reconoce en las páginas 134
No me parece, más allá de las coinci- y 135) viene a confirmar, en este punto, su
dencias que puedan señalarse entre quie- tesis de que las periodizaciones basadas en
nes promovían la renovación educativa y los cambios de régimen político o guberna-
pedagógica en la España de los años 20 y mentales no siempre resultan adecuadas

6 Antonio Viñao, “Ad maiorem mercati gloriam. La historia de la educación en la trilogía de Pérez-Díaz y
Rodríguez”, Historia de la Educación, en prensa.
7 Yo no hablaría de recuperación sino, más bien, de un impulso renovador de signo tecnoburocrático, las-
trado por el peso del contexto político, efectuado desde supuestos ideológicos y con propósitos muy di-
ferentes a los de la tradición renovadora de los años 20 y 30 que, además, se plantea y lleva a cabo al
margen o sin continuidad con la misma. Y ello aunque puedan señalarse, como yo mismo he hecho en
alguna ocasión, coincidencias puntuales.

- 129 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

para explicar y entender los procesos y cio escolarizador entre ellas, sigue siendo
cambios educativos y, mucho menos, los un artificio bajo uno u otro régimen políti-
culturales y mentales sin que eso signifique co. Pero al mostrar, sin más matices, lo que
que no existe algún tipo de influencia o re- otros análisis ocultan, mete en el mismo sa-
lación entre ambos. co formas de organización social y política
Queda un tercer punto, el relativo al Es- harto diferentes. En el fondo se peca del
tado, aunque yo prefiero hablar de poderes mismo defecto, la ahistoricidad, achacada a
públicos dado el peso que, en la educación quienes atribuyen al Estado, per se, unos
y el sistema educativo, han tenido otras ins- poderes taumatúrgicos y benefactores.
tancias públicas como los municipios (en “Contra la opinión comúnmente acepta-
especial en los países del norte y centro de da, el paso del Estado absoluto al Estado li-
Europa asimismo considerados en este li- beral jamás significó una retirada del poder
bro) o determinados entes regionales o es- político a las moradas del no intervencio-
tados federados. nismo” (p. 105) nos dice Cuesta retomando
Para Cuesta el paradigma progresista lo dicho por Tocqueville en su clásico estu-
ofrece una “visión ingenua y consensual” dio sobre la revolución francesa. De acuer-
del Estado despojándole de su “historici- do, pero no se trata del mismo tipo de in-
dad” y convirtiéndolo en un “objeto cosifi- tervencionismo. No son iguales la centrali-
cado”, un “espacio” o “cosa neutra e instru- zación y el intervencionismo estatal en una
mental” (pp. 104 y 107). Frente a dicha con- monarquía absoluta y hereditaria, con su
cepción y, así mismo, frente a las “elucu- sistema de consejos áulicos, que en un régi-
braciones de los teóricos del derecho políti- men parlamentario con todas las falacias y
co”, considera, siguiendo a Foucault, que el engaños que éste puede llegar a tener. De
nacimiento del Estado absoluto (y su poste- igual modo, mantener, sin matices, que el
rior transformación en Estado liberal, so- capitalismo y el Estado son dos caras de la
cial, del bienestar y, en los últimos años, misma moneda, como se hace en las pági-
evanescente) están ligados a los orígenes y nas 187 y 206 de Felices y escolarizados puede
evolución del capitalismo y, con él, a la gé- servir para resaltar las obvias relaciones en-
nesis y desarrollo de las “ciencias de con- tre ambos y la sujeción del segundo, y del
trol sobre los sujetos”, de la “biopolítica de “artificio escolar” a los intereses de los gru-
las poblaciones”, y de “unos sistemas de pos sociales financiera y económicamente
disciplina, auténticos tentáculos de un gi- hegemónicos (tanto si se defiende más Es-
gantesco cuerpo estatal, cada vez más liga- tado como si se propugna su debilitamien-
do a la individualización de los agentes so- to), pero deja a un lado algo que el mismo
ciales merced al examen interno/externo”. autor destaca, y no inadvertidamente, en la
Así, “desde el siglo XVII [....] se despliega página 188 del libro: que el Estado social in-
una nueva anatomía política y una microfí- tervencionista representó “la erección de
sica del poder, una mecánica del poder, un poder por encima de las clases capaz de
mediante la expansión de unas prácticas arbitrar, incluso frente a los detentadores
disciplinarias que imaginan el cuerpo social directos del poder económico, medidas le-
como una gran máquina dentro de la que gales para la protección y seguridad de las
los individuos son piezas corporales capa- clases populares”. Sólo que, dicho poder y
ces de ser encauzadas, corregidas y perfe- dichas medidas no serían más que conce-
cionadas” (p. 105). siones necesarias (en cierto modo engaños)
Este enfoque es útil para destacar y para preservar o conservar dicho poder.
mostrar algo que, en efecto, encubren los Dado que el Estado es “una relación de
análisis jurídico-políticos o las versiones flujos de poder verticales y horizontales de
historiográficas más o menos complacientes fronteras poco definidas, que tiende a ga-
con esta serie de transformaciones estatales. rantizar la existencia y reproducción de la
El Estado de la era capitalista, ya sea abso- estructura social” (p. 189), gracias, junto a
luto, liberal, social o neoconservador, sigue otros artificios, del sistema educativo, no
siendo el Estado, y sus creaciones, el artifi- cambian mucho las cosas, nos viene a decir

- 130 -
RESEÑAS

Cuesta, porque ese último esté en manos tema de eterna discusión. Para Cuesta la
eclesiásticas o laicas como mantiene la “his- cuestión está clara: sus “logros”, como los
toriografía liberal progresista”. Para esta úl- de la escolarización de masas, “han de ser
tima, el “atraso escolar de España” sería vistos con una óptica ambivalente, contra-
consecuencia de la “falta de escuelas públi- dictoria, comparativa y dinámica”. Es cier-
cas” y del “exceso de protagonismo de la to, añade, que sin “un horizonte emancipa-
Iglesia católica en la educación”. Para dicha dor libre de nubes, y después del estrepito-
historiografía “quitando a los clérigos y po- so fracaso de las experiencias de socialismo
niendo a maestros estatales, laicos y demó- real” (a las que yo llamaría de capitalismo
cratas, otro hubiera sido el destino de este de Estado) el Estado del bienestar “goza de
país. Sin duda otro, pero no tan distinto co- la aceptación” derivada de un “escepticis-
mo imaginan los fieles creyentes en los mo resignado” que no puede compartirse
efectos taumatúrgicos y profilácticos de una desde un “pensamiento crítico”. Es cierto,
escuela pública en manos del Estado y al así mismo, que no ha de olvidarse lo que
servicio de los fines que son propios del sis- “de valor y conquista democrática por par-
tema escolar en las sociedades capitalistas” te de las clases subalternas” tiene esa
(p. 103). Todo en el fondo se reduce a saber acción estatal benefactora, pero tampoco
qué respondería cada uno si le pregunta- que dicha acción ataca “las consecuencias
ran, en una encuesta, si piensa que esa sus- de las desigualdades y no sus causas”. En
titución de los clérigos por maestros estata- último término para Cuesta, hay que saber
les, laicos y demócratas hubiera producido “siempre quién monta a quién. No fuera
(pura historia virtual) un país muy distinto, que el jinete socialdemócrata [....] fuera un
bastante distinto, algo distinto, poco distin- mero muñeco de trapo guiado por la impe-
to, muy poco distinto o nada distinto del tuosa e imparable fuerza del corcel capita-
que fue o es en estos momentos. Desde una lista” (pp. 208-209). Sobre esta cuestión qui-
óptica foucaultina estricta, tal y como suele siera hacer dos precisiones.
interpretarse a Foucault, la respuesta ade- La primera precisión se refiere al con-
cuada sería nada distinto o muy poco dis- cepto de capitalismo. Necesitamos las pala-
tinto. Desde lo que Cuesta llama el punto bras para decir lo que pensamos pero, al
de vista liberal progresista, parece que lo mismo tiempo, somos prisioneros de ellas.
correcto sería decir bastante o muy distinto En este caso se trata de un término básico
y, por supuesto, para bien o mejor. Lo mis- no sólo de la línea argumental mantenida
mo que desde la perspectiva neoconserva- en el libro sino de su misma armadura con-
dora sólo que, en este caso, para mal o peor. ceptual y teórica. Quizás por ello se echa de
Esta cuestión, la del Estado, remite en menos algún tipo de explicación sobre su
último término a la crítica que en el libro se alcance y características. Tal y como parece
efectúa del llamado Estado social o del desprenderse de su lectura, el capitalismo
bienestar. Que éste sea consecuencia de las ha ofrecido y ofrece muchas caras pero si-
propuestas de reformadores sociales pro- gue siendo en lo sustancial el mismo desde
gresistas, de la presión de los sindicatos y el siglo XVI, en que empiezan a configurar-
partidos de izquierda, de una hábil conce- se los Estados modernos, hasta el presente.
sión de las clases hegemónicas para que to- Es más, tampoco parecen apreciarse distin-
do siga igual (o para trasladar la explota- ciones sustanciales (que afecten a la natura-
ción a la población de otros países) o, como leza del Estado y de la escuela) entre el ca-
parece más probable, una combinación, di- pitalismo USA, el renano, el japonés o el de
ferente en cada país, de todo ello, será un los países del norte de Europa8.

8 La tarea no es fácil pero necesaria y más en un libro de estas características. Véanse sino las diferentes
concepciones del término leyendo la voz “Capitalism” en Andrew Edgar y Peter Sedgwick, Key Con-
cepts in Cultural Theory, Routledge, London, 1999, pp. 52-54, y Raymond Williams, Keywords. A Voca-
bulary of Culture and Society, Hammersmith, London, Fontana Press, 1988, pp. 50-52.

- 131 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

La segunda precisión, relacionada con mía Española, que casi la mitad de las becas
la anterior, se refiere al Estado del bienes- universitarias concedidas eran obtenidas
tar, un concepto y una realidad en la que, por “familias que ocultaban su verdadero
en definitiva, radica el quid de la cuestión y nivel de ingresos”)9; c) el mismo sistema
del libro. Por ello, quizás, tras las referen- permite el fraude fiscal legal (injustificadas
cias anteriores al “jinete socialdemócrata” e injustas deducciones a quienes más po-
como “muñeco de trapo” guiado por el seen); y d) la proporción de dinero negro
“corcel capitalista”, da comienzo un subca- (dejemos a un lado el situado en paraísos
pítulo titulado “Genealogía del Estado so- fiscales) en relación con el dinero controla-
cial en España. El fracaso y el éxito de un do por la hacienda pública es una de los
país normal” (pp. 209-218), un tema, plan- más elevados de la Unión Europea. El Esta-
teado y tratado así mismo en otras páginas, do, los poderes públicos, no llevan a cabo,
que, como suele ser habitual, recibe en mi pues, esa función redistributiva que consti-
opinión un tratamiento incompleto. El aná- tuye el fundamento último del Estado so-
lisis se centra sólo en una parte del Estado cial o del bienestar. El país, en lo que a este
del bienestar, en los gastos sociales, y, más aspecto se refiere, se mantiene gracias al es-
en concreto en la debilidad comparativa de fuerzo fiscal de los asalariados.
los mismos en relación con otros países de Aclarado lo anterior (que no es una mi-
la Unión Europea. En síntesis, se llega a la nucia) hay que plantearse si puede darse el
conclusión de que en España existe ya un mismo nombre a dos realidades tan dife-
Estado socialdemócrata del bienestar desa- rentes como el Estado del bienestar de los
rrollado sobre todo en los años 80 del siglo países del norte de Europa (donde sí mere-
XX. La cuestión radica en que el Estado del ce tal nombre) y el que se dice que existe en
bienestar, al menos en su formulación teóri- España. Lo nuestro es otra cosa: una farsa
ca y en algunas de sus realizaciones prácti- y, en este caso sí, un engaño. Claro que
cas (en especial en los países del norte de Cuesta, que no comparte la “fe y admira-
Europa), posee dos caras: la de los ingresos ción sin matices” de Viçenc Navarro por los
(impuestos) y la de los gastos sociales. Y, “modelos socialdemócratas del norte de
con independencia de la debilidad o no de Europa”, califica a éstos, en todo caso, de
estos últimos, la función niveladora, redis- “un islote de felicidad flotando en un océa-
tributiva, o como quiera llamársele, que no regido por las implacables y desgracia-
constituye la base del Estado del bienestar das mareas del capitalismo” (pp. 212-213).
depende de la relación existente entre am- Serán un “islote” pero existen y son, sin du-
bas. Mi opinión es que en España no existe da, en este mundo real, lo más cercano a la
un Estado del bienestar. Difícilmente puede idea de una sociedad lo menos desigualita-
darse este nombre a un Estado en cuyo sis- ria y lo más libre posible.
tema fiscal a) el impuesto general sobre la En el fondo del debate sobre el Estado
renta sólo grava, en la práctica, las rentas del bienestar laten dos cuestiones relaciona-
del trabajo percibidas por nómina; b) la casi das entre sí. La mirada crítica es, por natu-
totalidad de las declaraciones de renta de raleza, una mirada desde la insatisfacción
quienes perciben cualquier tipo de remune- por un ideal nunca alcanzado y siempre en
ración que no figura en una nómina son fal- peligro. Desde ella incluso el modelo nórdi-
sas (de ahí que la anterior ministra de edu- co de Estado social resulta insuficiente. El
cación, Pilar del Castillo, pudiera decir en problema es que de algún modo, en la prac-
un artículo publicado en Papeles de Econo- tica, hay que aunar utopía y realidad y, en

9 Pilar del Castillo, “Problemas y perspectivas de la educación en España”, Papeles de Economía Española,
86, 2000, pp. 310-314 (cita en p. 314). Difundida esta afirmación por la prensa, la ministra adujo que el ar-
tículo en cuestión había sido escrito por una colaboradora (al parecer alguien mencionado en este comen-
tario) y que no había sido revisado con la suficiente atención por ella. Algo inaudito si se tiene en cuenta
que se trataba de una revista científica y que la autora aparecía con todo su currículum académico.

- 132 -
RESEÑAS

el análisis intelectual, hay que apoyarse en ra analizar instituciones y formas cultura-


marcos teóricos que muestren la compleji- les y simbólicas que procesos de larga du-
dad de lo real, sus múltiples caras. ración cambiantes en el tiempo. Es decir,
En cuanto a la práctica, me sumo a la para captar más las continuidades que las
propuesta final de Raimundo Cuesta (de discontinuidades. Y el Estado, o el poder
hecho, es una posición que vengo defen- público, es a la vez institución y proceso,
diendo desde hace algunos años): impulsar continuidad y discontinuidad. En este libro
“formas de vida asociativa descentraliza- se pone el acento sobre todo en la primera.
das, comunidades intelectuales [y no sólo No está de más advertir que también existe
intelectuales, añadiría yo] contrahegemóni- la segunda.
cas” que sean un semillero de “pensamien- Permítaseme finalizar con una pequeña
to crítico” (p. 253). Es decir, optar por la vía broma (seria, pero broma). Al dar nombre a
societaria frente a la estatal o pública10. Pe- este comentario para guardarlo en el disco
ro una cosa no quita la otra. Si se parte de duro del ordenador, lo titulé “Raimundo
la base de que, en la sociedad capitalista, Cuesta. Libro”. Una de las ocasiones en que
cumple la misma función un Estado abso- lo archivé en un disquete para conservar
luto que otro liberal, social o neoconserva- una copia, apareció un recuadro con el si-
dor y, por tanto, la escuela y la educación guiente texto “Raimundo Cuesta existe.
que pueda existir como consecuencia de ¿Desea reeemplazarlo?”. Por supuesto, dije
ello, nos incapacitamos para ver las dife- que sí en lo que al texto se refiere. Pero
rencias entre uno y otro. Diferencias que, pensé que no sería bueno reemplazar a Rai-
por otra parte, Cuesta señala y reconoce mundo Cuesta como pensador crítico y
una vez y otra. Lo que sucede es que, como compañero. Su mirada nos es necesaria. Si-
marco teórico, determinadas interpretacio- quiera para situarnos frente a ella y hacer-
nes foucaultinas quizás sean más útiles pa- nos pensar.

10 La última expresión escrita de esta idea la constituye el breve artículo titulado “¿Tienen solución los
problemas de la escuela pública o hay que resignarse”, pendiente de publicación en la revista de la CE-
APA, Padres y Madres de Alumnos.

- 133 -
En clave de panorámica histórica: ensayos
sobre el sistema educativo español

Aida Terrón Bañuelos


Universidad de Oviedo

DE PUELLES BENÍTEZ, M (2004). Estado y pecial, la compleja trabazón que anudó la


educación en la España liberal (1809-1857). Un relación del incipiente estado liberal con la
sistema educativo nacional frustrado. Barcelo- educación durante los primeros cincuenta
na: Ediciones Pomares, S.A., 350 pp. años de nuestro siglo XIX”. Un asunto so-
bre el que la historiografía de los años no-
venta había profundizado escasamente, tal
VIÑAO FRAGO, A. (2004). Educación y como él mismo se lamentaba en un trabajo
modernidad en la España del siglo XX. Ma- precedente del que ahora reseñamos: no
drid, Marcial Pons, 280 pp. sólo eran escasos los trabajos sobre “la
compleja revolución liberal española” sino
que había un especial desconocimiento de
Debemos al profesor Puelles Benítez el dos cuestiones que en su opinión afectan al
texto posiblemente más influyente entre problema de la génesis, configuración y
quienes, durante las tres últimas décadas, consolidación del sistema educativo espa-
se han acercado a la Historia de la Educa- ñol: “seguimos, de una parte, sabiendo de-
ción en España, especialmente entre los es- masiado poco sobre la nueva forma de Es-
tudiantes y los profesores de las Facultades tado que alumbra la revolución de Cádiz,
de Educación: no en vano la obra Educación y, de otra, persiste nuestra ignorancia sobre
e ideología en la España contemporánea, edita- los condicionamientos políticos, económi-
da por primera vez en 1980, ha sido objeto cos, sociales y culturales que pesan sobre el
de reediciones (y actualizaciones) sucesi- sistema educativo español, engendrado la-
vas, hasta una cuarta en el año 2002. Desde boriosa y convulsivamente en los años que
aquella primera edición hasta la actualidad van de 1809 a 1857” (Puelles Benítez, M.:
la historiografía histórico-educativa, y tam- “Incidencia de los factores políticos en la
bién la propia producción del profesor génesis y configuración del sistema educa-
Puelles, ha ahondado -creo que con eviden- tivo español (1809-1836)” en Escolano, A. y
tes aciertos conceptuales y metodológicos- Fernández, R (eds.) Los caminos hacia la mo-
en las cuestiones planteadas en aquella dernidad educativa en España y Portugal
obra germinal. De hecho una de las cuestio- (1800-1975) Zamora, Fundación Rei Afonso
nes centrales allí profusamente tratada -la Henríquez, SEDHE y Sociedade Portugue-
relación Estado-educación, relación inelu- sa de Ciencias da EducaVâo, pp. 35-67).
dible y absolutamente determinante en el Este trabajo es, en este sentido, la culmi-
periodo histórico que convencionalmente nación de los afanes investigadores del
conocemos como época contemporánea – fue, profesor Puelles sobre esta cuestión, anali-
a su vez, objeto de nuevos y sucesivos tra- zada entrecruzadamente desde el campo
bajos del propio autor, siendo la obra que de la historia de la educación y de la teoría
reseñamos una síntesis o corolario de los política: textos previos como “Reflexiones
mismos: múltiples trabajos anteriores a éste sobre la formación del Estado liberal y la
muestran su empeño en analizar “la inci- formación del sistema educativo liberal
dencia de los factores políticos en la géne- (1834-1857)” en Vega Gil, L. (Coord.), Mo-
sis del sistema educativo español, y en es- derantismo y educación en España. Estudios en

- 134 -
RESEÑAS

torno a la ley Moyano, Zamora, Instituto Flo- cuales se erigen en preceptos las medidas
rián de Ocampo, 1985, pp. 37-62; “The In- politico-sanitarias del higienismo-, así co-
fluence of political Factors on the Forma- mo las estrategias de las elites locales y na-
tion of the Spanish Educational System cionales para el mantenimiento o, por el
1809-1814” en Paedagogica Historica. Interna- contrario, conquista, de la hegemonía polí-
tional Journal of the History of Education, tico-económica (entre las que el manteni-
XXXVIII,3, 1992; junto con otros relativos a miento de una población analfabeta o, por
la génesis y evolución de la enseñanza se- el contrario, alfabetizada en un código de
cundaria en España, la influencia de la re- comunicación nacional, constituye una
volución francesa en la política educativa cuestión sustancial) son todas ellas relevan-
liberal española, o centrados en las relacio- tes a la hora de explicar esa intervención
nes Estado-Educación (“Estado y educa- “publica” en la educación (al igual que se
ción: una relación histórica” en Ruiz, A. hace en la sanidad o en la atención a los po-
(coord.) La escuela pública. El papel del estado bres, indigentes, mendigos...) que abocará
en la educación, Madrid, Biblioteca Nueva, en la construcción de los sistemas naciona-
2002, pp. 17-48), así como el citado anterior- les de educación.
mente, avanzan lo que aquí se “sostiene”.Y Las apuntadas explicaciones de este
en este sentido la virtualidad y la virtud de “suceso extraordinario”, de esta “publica-
mirada ampliada a la vez que sintética de tio” (esto es, la ubicación bajo la responsa-
esas aproximaciones anteriores resulta en bilidad de los poderes públicos de una acti-
este texto un poco reiterativa para quienes vidad que hasta entonces había estado en
nos interesamos sistemáticamente por las manos privadas o particulares), no son el
investigaciones del profesor Puelles. asunto en el que Puelles se adentra, insisti-
Me parece importante precisar, para va- mos, sino, de modo específico, en el papel
lorar en su justa medida un trabajo sobre el político atribuido a la educación en el mar-
que el propio autor señala sus “vacíos” y co de la forja de un Estado “cuasi democrá-
evidentes “lagunas” (por ejemplo, la in- tico” (abierto por el proceso constitucional
fluencia de la desamortización en la crea- que representaron las Cortes de Cádiz –pri-
ción del nuevo sistema educativo), el cam- mera fase analizada- y reiterado en el trie-
po concreto que el autor acota como objeto nio liberal –segunda fase-) y la nueva
de análisis, esto es, “la influencia de los fac- orientación política que le atribuyó el Esta-
tores políticos en el nacimiento del sistema do “cuasi antidemocrático” en que final-
educativo español, y en especial a las rela- mente se resolvió aquel intento debido al
ciones entre el Estado que nace y el sistema triunfo del moderantismo liberal –tercera
educativo que al mismo tiempo se constru- fase-. Con ello se habría producido una ra-
ye, bien en el imaginario de los políticos, dical metamorfosis que transformó el ideal
bien en el áspero campo de la realidad”. de una educación nacional, diseñada en la
Apoyado en el armazón analítico de insig- primera fase y puesta en texto legislativo
nes estudiosos del asunto a escala interna- en la segunda, en una auténtica educación
cional (Andy Green, Fritz K. Ringer, Mi- estatal en la tercera. En ese lapso de tiempo
chael B. Katz, Margaret S. Archer, Abram –es decir, entre 1809, en que el gobierno de
de Swaan) Puelles indaga, para el caso es- José Bonaparte adopta las primeras medi-
pañol, el proceso político que pretende ha- das educativas y la Junta Central procede a
cer de la educación, básicamente en manos hacer la Consulta sobre el estado de la na-
de la Iglesia durante el Antiguo Régimen ción, y 1857, en que se promulga la conoci-
(si bien, habría que recordar, no sólo de la da como ley Moyano- en ese lapso de tiem-
Iglesia), un asunto “a cargo del Estado” co- po, decimos, se habría transitado tanto en
mo atinadamente tipologiza De Swaan. Las el discurso como en el “hacer” político des-
exigencias de formación de mano de obra de una educación al servicio de la nación
disciplinada impuestas por la industrializa- –es decir, de la construcción de la nación,
ción, las “lacras” sociales que la consi- como forjadora de ciudadanos y por tanto
guiente urbanización produjo –ante las dependiente directa y exclusivamente del

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

Parlamento entendido como sede de la so- mo “los liberales” no constituyen un bloque


beranía de la misma- a una educación al homogéneo. Comparten algunos supuestos
servicio del Estado, monopolizados ambos, con los afrancesados (o josefinos), partida-
la educación y el Estado, por el poder eje- rios más bien de un sistema educativo im-
cutivo, que la diseñará como un organismo pulsado por y al servicio de las necesidades
estatal más puesto al servicio de los intere- del Estado, centralizado, intervenido y bu-
ses de los grupos hegemónicos. rocratizado, que coloca como prioridad fi-
Esta tesis central se va articulando en nanciera la enseñanza secundaria y supe-
capítulos que muestran cómo bajo la pode- rior, verdadero semillero de las nuevas eli-
rosa influencia de los ideales más fuertes tes del Estado, único agente de abordar
de la revolución francesa (libertad, igual- cualquier proceso de reformas. Por otra par-
dad, soberanía nacional), y especialmente te entre los propios liberales ya en las Cor-
del diseño educativo profundamente de- tes de Cádiz se muestran tendencias menos
mocrático de Condorcet (también de Ta- “universalistas” –más estatalizadoras- que
lleyrand y de Jovellanos) –de ellos más que el fracaso del trienio liberal acentuará, im-
del movimiento ilustrado español-, el libe- poniendo un pragmatismo o moderación en
ralismo “prístino” que, fruto de una “frágil los afanes, tal como estaba ocurriendo en
revolución”, gobernará durante muy bre- diversos países europeos en los que la revo-
ves y convulsos períodos en España, conse- lución se dio por terminada con las refor-
guirá transformar las formas jurídicas, polí- mas políticas y la libertad quedará etiqueta-
ticas y económicas del Antiguo Régimen da y adjetivada, subordinándola al nuevo
pero no así “acompañar” ese proceso de orden burgués. Bajo el soporte ideológico
una auténtica revolución cultural. De ese que aporta el liberalismo doctrinario de ins-
modo se pierde la oportunidad de avanzar piración francesa, el moderantismo (frente a
hacia un auténtico estado nacional moder- la anterior “exaltación”) abogará por un
no al fracasar en la implantación de “su” “giro copernicano” en el modelo de sistema
modelo educativo que, insistimos, quedaría educativo, que pasará a apostar por la sobe-
definido en la propuesta aprobada en las ranía ya no nacional, sino la de la razón, la
Cortes de Cádiz y conocida como “Informe “soberanía de la inteligencia”, esto es la de
Quintana”: la educación al servicio de la la clase propietaria, única llamada a culti-
nación por la que allí se apostaba planteaba varse. De ahí la restricción al principio de
una enseñanza universal como garantía de igualdad ante la educación (abandonando
la consecución de una cultura general sus- la gratuidad y la prioridad de la enseñanza
ceptible de proporcionar la felicidad a la primaria) así como al de libertad de ense-
nación poniéndola en estado de hacer recto ñanza y al de “independencia” de la misma
y comedido uso de su libertad; ello suponía respecto del poder ejecutivo, avanzándose,
la construcción de un sistema educativo di- por el contrario, hacia una secularización
rectamente dependiente de la Cámara de parcial a la vez que hacia la centralización y
representantes, que determinaría sus fines uniformización de la enseñanza. Ese giro
y planes de enseñanza; un sistema clara- copernicano o “profunda transformación”,
mente independiente, por tanto, del poder ocurrido entre 1834 y 1837, aunque tarde
político, objetivo que quedaría asegurado décadas en consolidarse, dará origen a la re-
con la instrumentación de una Dirección gulación legal, bases financieras y aparato
general de estudios completamente inde- administrativo que entre esos años y la pro-
pendiente del gobierno. mulgación de la ley Moyano definirá nues-
Pero si bien “los liberales comprenden tro sistema educativo, analizado por el au-
totalmente que la construcción de un nuevo tor en sus distintos niveles (primaria, secun-
Estado exige una nueva legitimidad políti- daria y superior) en sucesivos capítulos del
ca, una nueva lealtad y que para conseguir trabajo que comentamos, etiquetado ya co-
todo ello es necesario apoyarse en una nue- mo un sistema educativo claramente estatal.
va educación, en una educación verdadera- Para apoyar su análisis y establecer su
mente pública” (p.112), Puelles muestra co- tesis ( sin duda mucho más compleja y rica

- 136 -
RESEÑAS

de lo que las líneas anteriores intentan re- se llevaron a cabo, dice, la económica y la
flejar) Puelles recurre a las fuentes propia- política) habría supuesto la puesta en marcha
mente “políticas”: el “inagotable” Diario de de una nueva cultura política y con ella, quizá,
Sesiones, en el que rastrea los debates habi- el logro de un moderno Estado liberal: el medio
dos en las Cámaras legislativas, las diver- hubiera sido la implantación de un sistema edu-
sas disposiciones legislativas, el Boletín cativo nacional” (p.159). En la misma línea
Oficial de Instrucción Pública –que permite de objeciones, cuesta aceptar sin más el tér-
detectar, más allá de las leyes, las bases ide- mino –y lo que ello implica- de “sistema
ológicas que sustentan tales disposiciones- educativo estatal”, centralizado y unifor-
así como un rico abanico de memorias, me, para calificar lo que “cerró” la ley Mo-
conferencias y obras “de diversos actores yano: porque la escuela a la que, en el me-
del período”, entre ellos políticos, intelec- jor de los casos, podían acceder las clases
tuales e “insignes educadores”, completa- populares (y también las mujeres) estaba
das con algunas calas en la prensa. Fuentes definitivamente segregada del “sistema”:
sin duda pertinentes, en algunos casos cla- constituía (de hecho) una red terminal en si
ramente inexploradas por los historiadores misma; del mismo modo, difícilmente po-
de la educación, que dan al texto que co- dría sostenerse sin más el calificativo de
mentamos un enorme valor. Pero también, uniforme para una escuela (otra cosa sería la
creemos, alguna de sus limitaciones. Por- enseñanza secundaria y superior) en que a
que el análisis aparece a veces reduccionis- la iniciativa confesional se unía la particu-
tamente político, echándose en falta una vi- lar, fundacional, etc. siendo incluso la pú-
sión más compacta del fenómeno que ana- blica –dependiente de los ayuntamientos-
liza. Es como si se diera excesiva verosimi- absolutamente diversa en las situaciones de
litud a los textos, a los discursos, a las in- formación, titulación, etc. de su profesora-
tenciones que vehiculan las palabras, en un do, edificios, etc.: no debe olvidarse que,
exceso de credulidad, de optimismo. Como como algún historiador ha afirmado, la Es-
si entre el mundo de las palabras y la reali- paña del siglo XIX era un país de centralis-
dad educativa hubiera un abismo extraña- mo legal pero de localismo real. El débil Esta-
mente explicable. do español (y de las causas de la resistencia
El propio Puelles se pregunta a veces la de los elementos “premodernos” en Espa-
tardanza -o directamente el fracaso- de mu- ña nos habla Puelles) originó efectivamente
chas intenciones sinceramente sentidas por un sistema educativo débil (si es que habla-
los políticos de la educación como parecen mos de sistema) pero sobre todo, un siste-
demostrarlo, dice, los discursos políticos y ma educativo clasista: como afirma M. E.
las disposiciones legales. Contagiado del Núñez, (La fuente de la riqueza. Educación y
optimismo de los autores a los que sigue, desarrollo económico en la España contemporá-
su “confianza” se proyecta al situar los fra- nea, 1992) a la que el autor sigue en su tex-
casos en los “destiempos”, aunque reco- to, la proporción estudiantes de enseñanza
nozca de pasada la imposibilidad estructu- secundaria y superior era, hasta bien entra-
ral de que las cosas fueran de otro modo: do el siglo XX, más alta en España que en
“Lo que delicadamente llama Gil de Zárate algunos de los países europeos más desa-
debilitación del principio regenerador fue rrollados: curiosamente éramos también el
algo muy grave para la educación pública, país con la menor tasa de escolarización
ya que al producirse a destiempo la reforma po- primaria.
lítica y la reforma cultural, esta última resultó Creo que es justamente esta situación la
sumamente perjudicada, al faltarle el impulso que lleva a A. Viñao a caracterizar el siste-
político para su realización. A mi entender esta ma educativo que configuró el moderantis-
fue una de las razones importantes que explican mo como un sistema dual y semiarticulado
la debilidad del sistema escolar de instrucción cuya transformación en otro integrado, seg-
primaria recién creado” (p. 239, cursiva mía); mentado y sistematizado tendrá que esperar a
una idea que reitera: “Pero la revolución los años setenta y ochenta del siglo XX (y
cultural, si se hubiera llevado a cabo (como utilizamos la teleológica expresión “tendrá

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

que esperar” aceptando la verosimilitud de gunos se han referido a esta obra como
las tesis sobre el isomorfismo ideológico y “auténtico vademecum”) estableciendo
organizativo que caracterizó el desarrollo unos criterios de demarcación de los “mo-
de los sistemas educativos a escala mun- mentos” y de “los problemas” más signifi-
dial, tal como han demostrado Ramírez, F. cativos de nuestra historia educativa, pro-
y Ventresca M.: “Institucionalización de la blemas que, siendo unos en un momento
escolarización masiva: isomorfismo ideoló- determinado –la alfabetización y la escola-
gico y organizativo en el mundo moderno” rización básica, por ejemplo-, devinieron en
Revista de Educación, 1992), un sistema sólo otros –las desigualdades educativas deriva-
desde entonces capaz de garantizar “una das del origen social o el lugar de residen-
escuela para todos” en el que se habría ope- cia o la posición de la Iglesia en el sistema
rado un auténtico proceso de modernización, educativo- hasta adquirir perfiles específi-
como reflejan los indicadores relativos a la cos en el momento presente: los nuevos
alfabetización, la escolarización plena y la fe- analfabetismos, el llamado “malestar do-
minización de la educación. Lo cual no sig- cente” o la configuración de una “segunda
nifica, en absoluto, diferencias conceptuales enseñanza para todos” (p.12).
entre Viñao y Puelles sino perspectivas de Esta obra responde, pues, a una “mira-
análisis diferentes, que responden a la di- da” propia, a un modo de abordar el oficio
versidad y complementariedad de lentes (véase Viñao, A (2004): “El historiador co-
que exige el trabajo histórico. mo artesano. Algunas reflexiones persona-
No cabe duda de que el enfoque que Vi- les a partir de la práctica intelectual” en
ñao adopta, “a medio camino entre el texto Candeias, E. (coord.) Actas del V Encontro
informativo y el ensayo interpretativo”, Ibérico de Historia da EducaVâo) que requiere
obedece a la lente analítica que su autor construirse a partir de la necesaria consta-
“construye” para dar cuenta de aquellos tación de los hechos ocurridos pero que (si-
elementos considerados más relevantes pa- guiendo las tesis de la historia virtual, y
ra explicar dicho proceso de moderniza- concretamente de Gary McCulloch, “Vir-
ción, consciente, en todo caso, del reduccio- tual history and the history of education”
nismo de su análisis, que deja fuera no sólo History of Education, vol 32-2, 2003) resulta
la acción relacionada con la educación no más lúcida si entre ellos se incluyen tanto
formal e informal sino también “las prácti- aquellos que ocurrieron como los que fue-
cas docentes y discentes en el aula, así co- ron impedidos o dificultados por otros, he-
mo la realidad cotidiana y la historia mate- chos o procesos no acaecidos pero que son,
rial y cultural de las instituciones educati- en realidad, consecuencias o efectos nega-
vas” (p. 13), cuestiones, por otra parte, -es- dos de los que sí tuvieron lugar: el análisis
pecialmente la última de ellas- de las que el de lo que supuso el triunfo de la subleva-
autor se ha ocupado ampliamente (Sistemas ción militar y el consiguiente exilio republi-
educativos, culturas escolares y reformas. Con- cano para la evolución del sistema educati-
tinuidades y cambios. Madrid, Ed. Morata, vo español es un ejemplo de las posibilida-
S.L, 2002; Innovación pedagógica y racionali- des analíticas abiertas por dichas tesis. Una
dad científica. La escuela graduada pública en mirada, finalmente, que se ve necesaria-
España (1898-1936), Madrid, Akal, 1990; o mente “perturbada” y conformada por la
Tiempos escolares, tiempos sociales. La distribu- propia experiencia o participación personal
ción del tiempo y del trabajo en la enseñanza del historiador en los hechos que analiza,
primaria en España (1838-1936), Barcelona, perturbación que en este caso ejemplifica
Ariel, 1998). Ese amplio historial investiga- con su particular vivencia de lo que fueron
dor, que incluye otras muchas cuestiones los movimientos de renovación pedagógica
(la historia de la enseñanza secundaria, la de los años 70 y 80 o su personal evolución
estadística histórico-educativa, los procesos desde una formación católica hacia un claro
de analfabetismo-alfabetización...) permite agnoscitismo y su influencia a la hora de
a Viñao construir un texto con una mirada analizar el subsistema educativo de la Igle-
histórica informativamente “saturada” (al- sia católica.

- 138 -
RESEÑAS

A partir de esa lente, la alzada y planta dar el autodidactismo con que hubieron de
del libro sigue un esquema con el que se trabajar los primeros movimientos de reno-
quiere dar cuenta de un proceso (la evolu- vación pedagógica, que debieron buscar en
ción del sistema educativo español a lo lar- el exterior “buena parte de lo que habían
go del siglo XX) concebido ya de entrada podido haber encontrado en unos maestros
en términos de modernización: cuya existencia en muchos casos descono-
“El siglo XX ha sido, en España, el siglo cían”); la dictadura franquista y los años de
de la entrada en la modernidad, o sea, el de transición (que cierra en 1977, cuando se
su modernización social, económica y, por producen las primeras elecciones genera-
ende, educativa. Hacia 1900 el 56% de la les) y, finalmente, la restauración democrá-
población de más de 10 años era analfabeta tica. Desde nuestro punto de vista el trata-
y en el año 2000 dicho porcentaje no supe- miento dado a este último período es uno
raba el 2 por 100. En 1900 la declaración le- de los mayores logros del libro por la ri-
gal de la enseñanza obligatoria de los 6 a queza, variedad y pertinencia de una infor-
los 12 años era un puro sarcasmo: la tasa de mación obtenida en ocasiones de la explo-
escolarización de dicha población estaba en ración de fuentes escasamente utilizadas
torno a un 47 por 100 y la asistencia escolar que hacen posible –y esa es una pretensión
de ese 47 por 100 era, por lo general, irre- que se transluce en el análisis– entender “lo
gular e intermitente. A finales de siglo se que nos pasa”.
había alcanzado la escolarización total de Esta presentación diacrónica (con tem-
los 4 a los 16 años, se pretendía extenderla pos de diferente intensidad, siendo así que
a los 18 años y, lo que es más importante, “la definitiva europeización y moderniza-
se había generalizado, como práctica social, ción del pais se produciría en los últimos
la asistencia regular durante los años de es- treinta años del siglo XX”) dificulta, sin em-
colaridad obligatoria. El contraste entre el bargo, percibir internamente la evolución
principio y el final del siglo XX no puede del sistema educativo como tal, así como
ser más evidente: de poco más de 32.000 captar las continuidades y cambios en los
alumnos matriculados en el bachillerato se procesos de larga duración: la alfabetiza-
ha pasado a unos 3.000.000 de matrícula en ción, la escolarización, la feminización edu-
los distintos tipos de enseñanza secunda- cativa (de ahí que sobre tales procesos se
ria, de 20.000 alumnos universitarios a aborde un análisis “interno” y monográfico
1.600.000, de unos 43.000 profesores entre en la tercera parte del libro). Es en la se-
todos los niveles y modalidades de ense- gunda parte del libro (capítulo II) y si-
ñanza a algo más de 600.000” (p.11). guiendo el modelo utilizado por R. Aldrich
La estructura capitular presenta una (ed.) A century of Education (2002), en la que
primera entrada de tipo diacrónico desde se entra a desentrañar la configuración es-
la que se ofrece una visión de la política tructural del sistema (en los niveles infan-
educativa, la legislación y los aconteci- til, primaria, secundaria, secundaria, espe-
mientos más relevantes en cada una de las cial, adultos, formación profesional y ense-
sucesivas etapas en que se divide el siglo, ñanza superior) a partir de un potente aná-
precedidas de un análisis de la “situación lisis cuantitativo que va derivando en apre-
heredada”: así, la fase 1900-1931, caracteri- ciaciones y tesis cualitativas susceptibles de
zada por la renovación y modernización adjetivar tanto la función social de cada
educativa; la II República y su proyección uno de los niveles como el carácter del con-
en el exilio republicano exterior e interior, junto del sistema (“integrado, segmentado
fenómeno que analiza (según las razones y sistematizado”). Si los epígrafes relativos
arriba aludidas) en consideración a lo que a la evolución del gobierno y administra-
la ausencia de quienes deberían haber sido ción del sistema, que habría transitado des-
los “maestros naturales” de las generacio- de una concepción centralizada a otra auto-
nes de los años cuarenta, cincuenta y sesen- nómica, son clarificadores, es el relativo a
ta supuso de retraso para la ciencia, la cul- la enseñanza privada el que me parece más
tura y la educación españolas (baste recor- valioso: calificar de “subsistema educativo”

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

el dependiente de la Iglesia católica pone el mo o el anarquismo, por poner sólo algunos


dedo en la llaga de una cuestión estructural ejemplos, habrían introducido algunas va-
y determinante de nuestra educación for- riaciones en esta lectura. El enorme trabajo
mal (entre otras cosas, porque ha dificulta- que representa acometer la síntesis de la in-
do y sigue dificultando el hacer ideológica- vestigación regional y local tendrá, segura-
mente pública a la escuela de titularidad mente, que esperar algunos años. De mo-
pública y la privada concertada) que resul- mento contamos con dos obras que si con-
ta escasamente comparable con ninguno de vencionalmente podríamos calificar “de
los países de nuestro entorno. Es en buena obligada referencia”, constituyen de hecho,
parte debido a ello el que nuestro proceso la mejor historiografía que se está produ-
de modernización lo haya sido (y sea) muy ciendo, aun cuando puedan ser acusados de
“a la española”, prolongando un “cisma” someterse a la analítica propia de la “racio-
en el sistema educativo de profundas raíces nalidad progresista” desde la perspectiva
históricas. nebraskiana (Cuesta, R : Felices y escolariza-
Los cuadros estadísticos, las fuentes do- dos. Crítica de la escuela en la era del capitalis-
cumentales relacionadas, las ilustraciones, mo. Barcelona, Octaedro, 2005): aunque no
los apéndices cronológicos, el “estado de la sea éste el espacio para proceder a ello, ana-
cuestión” de la bibliografía básica relativa al lizar la escolarización obligatoria como en-
asunto analizado así como el clarificador cierro, como “anticalle”, como mecanismo
“Epílogo desde el siglo XXI” redondean un disciplinario y policial, como “detección” y
trabajo que representa la mejor síntesis ana- ocupación, como “encierro involuntario”
lítica de lo que ha sido la educación en la normalizador del orden social; considerar
España del siglo XX. Cierto que podríamos estos fines como el sustrato básico de la le-
pensar en la inclusión de otros matices –a gislación escolar y de la escuela obligatoria,
veces de amplio calado- de haberse utiliza- objetivo vendido por sus ideólogos como
do una óptica más pegada al ámbito local: vía de felicidad personal y social cuando en
como afirmábamos al tratar el texto de Pue- realidad la escuela no ha sido más que el lu-
lles, cuestiones como el mapa configurativo gar de la “negación del deseo”, es, me pare-
de la escolarización primaria, las interven- ce, un planteamiento rico y fértil para en-
ciones de las fuerzas locales en la educa- tender las luces y las sombras de la escuela.
ción, los impulsos concretos a favor de la Pero también excesivamente ideológico y
escolarización (en la que la necesidad de la globalizador que resiste mal tanto lo que ha
emigración o el cumplimiento del servicio sido el proceso concreto y diverso de cons-
militar tuvieron, sin duda, un importante trucción de la escuela como el papel, múlti-
peso) o el giro que fueron dando a sus inter- ple y diverso también, que ésta ha cumpli-
venciones educativas (y las razones para do. Todo un debate que, en todo caso, no
hacerlo) fuerzas políticas como el socialis- puede realizarse en este marco.

- 140 -
Pensamiento social y escuela: Un binomio
imprescindible para una Didáctica Crítica

Paz Gimeno Lorente


Fedicaria-Aragón

ALVAREZ-URIA, F y VARELA, J. (2004). Se aprecian dos ideas-fuerza sobre las


Sociología, capitalismo y democracia, Madrid, que se va gestando el texto:
Morata. 392 pp. 1. La sociología, como disciplina de co-
nocimiento, es consecuencia de un pensa-
miento de carácter socialista que busca, a
Introducción partir de la reflexión y el estudio de los gra-
ves problemas sociales del momento, solu-
No podemos acceder a la comprensión ciones para ellos. Para evitar caer en las re-
de la escuela y la educación, desde una pers- des del pensamiento religioso o simple-
pectiva crítica, sin conocer la génesis y evolu- mente filantrópico, esta reflexión precisa de
ción del conocimiento social pues éste ha si- justificaciones de carácter científico que ter-
do la base ideológica sobre la que se ha cons- minan institucionalizando este conocimien-
truido la escuela. Esta obra, objeto de análi- to en la Universidad, como ciencia social.
sis, presenta un gran interés para aquellos 2. El pensamiento socialista, apoyado
docentes que tengan una conciencia crítica en los conocimientos derivados de la cien-
acerca de las intrínsecas relaciones entre las cia social, propician el nacimiento del Esta-
funciones sociales que desempeña la escuela do Social. Este, de la mano de un socialis-
y la historia del pensamiento social, su gesta- mo democrático, intenta dar respuesta a la
ción y sus procesos de desarrollo. Procesos grave “cuestión social” originado por un
que no son en nada ajenos a las circunstan- sistema económico capitalista apoyado en
cias sociales, políticas y económicas. Este li- el desarrollo tecnológico e industrial. El Es-
bro abre el horizonte reflexivo de los profe- tado Social se justifica conceptualmente en
sores y les remite a la génesis de un pensa- la Sociología, como ciencia social institucio-
miento social que siempre ha impregnado, nalizada en las Universidades, e ideológi-
para bien o para mal, el ámbito de la escuela. camente en un evolucionado y matizado
Los autores del texto señalan que su ob- socialismo democrático, que es asumido
jetivo ha sido poner de relieve la trama de por los autores como esperanza política,
relaciones que se tejieron entre la sociolo- quizás con un excesivo optimismo:
gía, el capitalismo y la democracia social y
política. Pero, realmente, el texto es mucho “El Estado Social constituye la base de sustentación
más ambicioso. Se trata de mostrar argu- de los anhelos de libertad, igualdad y fraternidad del socia-
lismo democrático, un socialismo capaz de disciplinar el
mentadamente, desde una perspectiva ge-
mercado y por tanto capaz de someter la economía a los in-
nealógica, que la Sociología surge como tereses sociales, que es preciso enriquecer con las aporta-
pensamiento social en el espacio abierto ciones antiautoritarias del pensamiento libertario y la
por la Revolución Francesa en busca de res- práctica anarquista” (p. 373)
puestas sociales económicas y políticas a
los graves problemas de miseria generados
por el incipiente capitalismo industrial y no Síntesis del contenido
lo olvidemos, la Sociología es la base expli-
cativa de muchos comportamientos, creen- El contenido del texto viene ordenado
cias y valores escolares. en torno a tres grandes bloques:

- 141 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

A) En la primera parte se lleva a cabo Desde los sentimientos y actitudes de


una génesis de la sociología como ciencia fraternidad se evoluciona hacia plantea-
social, describiendo algunos hitos del pen- mientos de ciencia social como forma ini-
samiento moderno que hicieron posible el cial de un nuevo pensamiento denominado
desarrollo de este saber: el nacimiento de socialismo, cuyos representantes son Henri
una nueva ciencia a partir del espíritu de la de Saint-Simon , Charles Fourier y Robert
ilustración y el Enciclopedismo del s.XVIII, Owen. Los sentimientos religiosos iniciales
el desarrollo del pensamiento jurídico a se secularizan y el pensamiento de los pri-
partir del iusnaturalismo y, prioritariamen- meros socialistas responde más a una reac-
te, la revolución industrial favorecida por ción de protesta frente a la explotación eco-
el desarrollo de la técnica que se vio impul- nómica de las clases desfavorecidas que a
sada por esta nueva concepción del saber. un planteamiento religioso. Las propuestas
A continuación se describe el apogeo del de estos primeros socialistas defienden
liberalismo económico que, bajo el princi- unos valores democráticos apoyados en el
pio del mercado y apoyado por el desarro- principio de igualdad de los seres huma-
llo industrial, da lugar a un fenómeno de nos. La protesta y la revolución son la for-
pauperismo en las clases trabajadoras origi- ma de hacer justicia con las clases trabaja-
nando graves alteraciones del orden social. doras.
Los primeras soluciones que aportaron al- El desorden social que se origina en las
gunos pensadores de la época fueron de ca- ciudades, donde se hacinan los trabajado-
rácter económico y se centraban en la bús- res del campo que emigran a las ciudades
queda de un mayor desarrollo de los países, para integrarse en la red fabril, provoca si-
considerando que “la riqueza de las nacio- tuaciones de violencia y delincuencia. Esto
nes”(Adam Smith) conllevaría la mejora de genera temor en las clases sociales medias
las condiciones materiales de los propios urbanas y aparece una visión patológica de
trabajadores. Este pensamiento se apoyaba estos problemas. Los pobres son considera-
en la concepción del ser humano como un dos como una clase infecciosa y criminal,
hombre libre y autónomo que se ocupa de que precisa de un tratamiento médico y
su propia subsistencia y al mismo tiempo por tanto, la medicina social tiene un peso
como un ser sociable que necesita egoísta- importante en el nacimiento de la econo-
mente intercambiar sus bienes con sus se- mía social. Los médicos y juristas comien-
mejantes. La religión calvinista justificaba la zan a interesarse por los bajos fondos de la
defensa de los intereses privados legitiman- ciudad y la literatura romántica de la época
do la separación de la economía de las cues- describe las condiciones en las que malvi-
tiones éticas y morales. Adam Smith creía vían las clases populares. La economía so-
que en la sociedad industrial la opulencia cial surge como respuesta a los primeros
irradiaría desde los más ricos propietarios pensadores socialistas y se convirtió, gra-
hasta los trabajadores de menor rango y a la cias a las ayudas filantrópicas, en una nue-
gente del pueblo, por lo que el libre merca- va ciencia social burguesa. Sus propuestas
do se presenta como el fundamento ideal fueron asumidas por los gobiernos libera-
para el bien común. El trabajo se convierte les, pues eran presentadas con el rango de
en una fuente de riqueza, de lo que se deri- científicas al usar las encuestas y los cues-
va que la principal causa de la pobreza son tionarios como instrumentos objetivos para
“las manos muertas”. Aunque esta concep- obtener información. Stuart Mill fue uno de
ción impugna a algunas clases sociales co- los promotores en Inglaterra del desplaza-
mo los nobles y los clérigos, que eran im- miento de la ciencia social socialista a un
productivos, originó también una concep- terreno académico y a un marco político re-
ción de autorresponsabilidad y culpabili- formista, planteando una nueva concep-
dad de la propia pobreza, sin cuestionar las ción de la democracia: la democracia repre-
condiciones sociales que la favorecían. Es- sentativa. De esta forma se neutralizaba el
tas concepciones perviven en el pensamien- afán de los pobres por participar activa-
to conservador de nuestro siglo. mente en el poder sustituyendo la acción

- 142 -
RESEÑAS

directa de los ciudadanos por la acción me- las a la luz de la crítica1. Defiende el princi-
diada de sus representantes y legitimando pio de igualdad de los seres humanos co-
el reformismo social. mo condición imprescindible en la cons-
Comte, en Francia preocupado por la trucción de un estado democrático, aunque
cuestión social, intenta aportar soluciones su concepto de democracia exige que el po-
desde un conocimiento sociológico culto der cambie de manos y se convierta en la
alejado de las cuestiones políticas y econó- “dominación política del proletariado”.
micas. El positivismo sociológico comtiano Critica las construcciones conceptuales so-
con su lema de “orden y progreso” intenta bre las que se apoya la economía social, de-
superar las estrategias de los economistas y nunciando a la estadística como instrumen-
las propuestas revolucionarias de los socia- to que oculta las tremendas disparidades
listas, ya que el conocimiento social sólo sociales, al convertir en mero cálculo la si-
puede estar apoyado en hechos observados tuación de la clase obrera falseando su pe-
de forma sistemática y según un método nosa realidad. La economía social, arguye,
inductivo. presenta una imagen distorsionada de la
Como respuesta surge un nuevo socia- realidad, generando un espectro mental en
lismo, denominado “científico”, que pre- los trabajadores que les impide ver la injus-
tendía superar los planteamientos de la ta realidad, naturalizándolo, es decir, seña-
economía social y la economía política clá- la la ideología como una fuente de falsa con-
sica. Su principales representantes fueron ciencia o cortina de humo que oculta las in-
Proudhon, Marx y Engels. Este último, cre- justicias.
ía que la dinámica de la revolución indus- El socialismo científico introduce el es-
trial, con la sustitución del hombre por la tudio histórico de las condiciones de pro-
máquina, la proletarización de los artesa- ducción. Esta nueva ciencia queda verte-
nos y la explotación a la que se sometía a brada por el materialismo histórico, con el
los trabajadores en la fábrica, provocaba la que da cuenta de la cristalización de deter-
bipolarización del orden social entre obre- minadas formas sociales, que podrían ser
ros y capitalistas. Marx se apoya en este sustituidas si se introdujeran una serie de
pensamiento de Engels a la hora de impug- cambios en la dinámica productiva y en la
nar los supuestos de la economía política e social. En su obra cumbre, El Capital, cues-
intenta fundamentar la ciencia social a par- tiona al liberalismo económico en nombre
tir del análisis de las condiciones económi- de una concepción radical de la igualdad
cas y sociales que dan lugar a esta sesgada social y política de los seres humanos y su
división en clases sociales, denominando postulado principal radica en que la histo-
este conocimiento como “socialismo cientí- ria de la humanidad gira en torno a la lu-
fico”. En sus primeros escritos y a partir de cha de clases, pero al centrar su análisis en
la crítica a Hegel, Marx critica la religión y las relaciones económicas, como eje central
sostiene que el hombre es el ser supremo de las dinámicas sociales -postulado central
para el hombre por lo que resulta un impe- del liberalismo económico-, su socialismo
rativo categórico el acabar con todas las re- científico deriva también en una teoría eco-
laciones sociales en las que alguien sea so- nómica. Este mecanicismo de la economía
metido o explotado. Marx rechaza la consi- produjo efectos devastadores en los movi-
deración del ser humano como mercancía y mientos socialistas pues suponía renunciar
piensa que la unión de las fuerzas del tra- a la ciencia social conquistada por los so-
bajo manual y el intelectual son el esbozo cialistas, apoyada en los derechos de igual-
de una nueva sociedad más justa, pero an- dad y libertad.
tes hay que desvelar todas las injusticias B) La segunda parte del texto recoge la
que conlleva el “viejo mundo” y exponer- institucionalización de la sociología dentro

1 Este es el principio que fundamenta toda la construcción teórica que denominamos como Teoría Crítica
y que constituye la base educativa de la Didáctica Crítica.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

de la Universidad como forma de legitima- carácter científico de la economía a partir


ción de las propuestas sociales y políticas. del concepto de universalidad del sujeto
Esta fase tiene un gran relevancia al gestar- económico, que sólo se guía por un indivi-
se en ella los principios sociológicos que dualismo egoísta. Por el contrario, los so-
justificarán la aparición del Estado Social. cialistas de cátedra consideraban que el
Los “socialistas de cátedra” alemanes jue- análisis realizado por Marx acerca de la co-
gan un papel muy importante en esta con- nexión entre capitalismo y pobreza era in-
ceptualización. Las reformas iniciadas por cuestionable y que por tanto la economía
Bismarck en 1871, que dieron lugar a la política no podía desvincularse de la orga-
unidad alemana, posibilitaron la aparición nización social ni de sus instituciones. Esto
de un partido político, el Partido Socialista suponía la sustitución de una concepción
Alemán, que agrupaba diversas asociacio- estrecha, unilateral y mezquina del estado
nes de obreros alemanes y defendía la crea- por el desarrollo del Estado Social. Este de-
ción de cooperativas de producción respal- be tener como función primordial corregir
dadas por el Estado y bajo el control demo- los poderes despóticos del régimen liberal
crático del pueblo. Bismarck recoge los y para ello era preciso eliminar los privile-
planteamientos de los socialistas de cátedra gios, suprimir la explotación de los trabaja-
para mantener el orden social y al introdu- dores y corregir las desigualdades, incluso
cir ayudas en caso de accidente o de enfer- contando con el monopolio del estado en
medad para los obreros sienta las bases de las grandes organizaciones públicas.
lo que posteriormente será la Seguridad So- Como señalan los autores del texto la
cial de los ciudadanos. gran innovación de estos socialistas de cá-
Los socialistas de cátedra (Schmoller, tedra consistió en proponer un nuevo tipo
Wagner, Brentano), asumiendo en parte las de propiedad, la propiedad social, presen-
ideas de Marx, apuestan por una socializa- tada como alternativa a la propiedad indi-
ción de la riqueza a través del Estado. Este vidual de los liberales y a la colectiva de los
se convertía en un nuevo modelo de Estado comunistas y socialistas. Con sus plantea-
contrario a los principios liberales: el Esta- mientos abrieron la vía al nacimiento del
do Social. Situado por encima de los intere- estado social democrático.
ses egoístas, el Estado se convierte en pro- Dilthey en su Introducción a las ciencias
tector de los ciudadanos más débiles, y se del espíritu (1883), presenta un programa
le considera como una institución moral de que cuestiona el positivismo sociológico.
educación de la humanidad. Una de sus principales aportaciones es la
En realidad los socialistas de cátedra no de que en el mundo social, a diferencia del
pretendían un cambio radical del sistema, natural, el sujeto que conoce es a la vez su-
ni suprimir la libertad en la industria ni en jeto de observación y por tanto es necesario
las relaciones laborales, pero sin embargo aplicar una hermenéutica del sentido. Nie-
señalaban como imprescindible una legisla- ga la posibilidad de un conocimiento cientí-
ción social protectora de las libertades de fico de la realidad histórico-social impug-
los trabajadores, la creación de sindicatos nando el materialismo histórico. El conoci-
obreros, la inspección de las fábricas, el miento científico, señala, es una experiencia
control de los bancos y la elaboración de individual basada en la “conciencia del su-
encuestas sobre la cuestión social. Las ideas jeto”. Estos pensamientos originan un de-
de justicia, derecho, humanidad y equidad bate en el seno de las ciencias sociales,
eran las guías de una política acorde con abriendo nuevas vías de reflexión a la que
estos planteamientos. van a contribuir los grandes sociólogos clá-
Como contraposición a estos plantea- sicos, como Durkheim y Weber.
miento surge la Escuela Austríaca de Eco- Durkheim valoraba la concepción de so-
nomía, conocida también como Escuela ne- ciedad que habían hecho los socialistas de
oclásica. Menger, su principal representan- cátedra al considerar a aquella no como un
te, preconiza una economía basada en el in- simple agregado de individuos sino como
dividuo y en el mercado libre. Defendía el un ser que tiene vida, conciencia e historia.

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RESEÑAS

Defiende el principio del solidarismo, ya mete coercitivamente la actividad del tra-


que en una sociedad justa es preciso que bajador a un simple contrato laboral se pro-
todos puedan llevar una vida humana; duce una falta de falta de estímulo y de in-
aunque la igualdad completa no sea posi- terés por el trabajo (anomia) que sólo se eli-
ble, sí lo es que todos los ciudadanos pue- minará permitiendo que cada uno trabaje
dan tener unas condiciones mínimas de según sus capacidades. La anomia política
existencia que les permita una vida digna y también debe evitarse con la creación de
sin miseria. El concepto de solidaridad sus- asociaciones ciudadanas, capaces de dina-
tituye al de igualdad. Esta concepción se mizar la sociedad civil y contrarrestar el
contrapone a la teoría del contrato social y peso excesivo del estado, estableciendo me-
al individualismo egoísta que sostenía el li- diaciones entre los individuos y las institu-
beralismo, de forma que la cuestión social ciones estatales. Con estos planteamientos
no podía ya quedar circunscrita a la clase sociológicos Durkheim legitima el Estado
obrera como sostenían los socialistas sino Social.
que era una cuestión que afectaba a la hu- Weber, junto a Marx y Durkheim, es
manidad. Estas cuestiones precisaban de considerado como parte de la triada de so-
un análisis histórico y para ello Durkheim ciólogos clásicos. Weber fue un intelectual
propone una sociología como ciencia que comprometido con la democracia que a pe-
tiene un método y un objeto propio: el aná- sar de su pasión por la política intentó
lisis histórico-comparativo y objetivo de los mantener una posición libre de valores y
hechos sociales, por tanto la sociología no no mezclar la política con la vida intelec-
es política, no prescribe conductas, sólo tual. La primera parte de su obra se centra
.2
ilustra la opinión en el análisis del orden social y en los orí-
Durkheim es un defensor a ultranza de genes del capitalismo, así como en cuestio-
la escuela pública, gratuita, racionalista lai- nes metodológicas, pero su preocupación
ca, basada en una moral social autónoma, por la vida política alemana es permanente.
donde se adquieren los valores democráti- Tras la caída de Bismarck en 1890 Weber
cos, que garantice la igualdad de oportuni- diagnostica la situación alemana como la
dades y prepare para la responsabilidad de un país sin liderazgo político. La bur-
ciudadana. En su conocida obra, La división guesía que podría ser quien ocupara ese
social del trabajo, concede un gran importan- vacío no estaba preparada para ello y los
cia al sistema de creencias y valores socia- obreros liderados por el Partido Socialde-
les, que encarnados en las instituciones so- mócrata tampoco, pues su propuesta revo-
ciales como la familia y la escuela, ejercen lucionaria sólo podía desembocar en una
un gran influjo en el grado de integración mayor burocratización del Estado. La de-
de los miembros de una sociedad. De aquí mocracia necesitaba de unos procedimien-
deriva su concepción de la solidaridad me- tos legales que asegurasen los procedi-
cánica y orgánica. La primera es fruto de mientos democráticos y esto exigía una ma-
las sociedades primarias, tribales, comuni- yor carga de funcionarios y un mayor con-
tarias y la segunda se apoya en la coopera- trol estatal.
ción y el consenso, propio de las socieda- Por otra parte a Weber le preocupaba
des modernas donde se impone una acusa- en concreto la crítica situación de la econo-
da división del trabajo, permitiendo a los mía nacional alemana y consideraba que
individuos gozar de mayor libertad y satis- para mejorarla era necesaria la unificación
facción pues aquél ya no depende tanto de nacional liderada por una burguesía capa-
la tradición rutinaria sino de la vocación y citada para su gobierno. Esto le lleva al es-
la profesión. Pero si el mundo laboral so- tudio de las relaciones entre capitalismo y

2 Esta consideración metódica de Durkheim sobre el conocimiento sociológico todavía encuentra eco ac-
tualmente en quienes sostienen que la sociología es una ciencia únicamente descriptiva y por tanto ajena
a los valores dominantes.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

subjetividdad. Para ellos se sirve de la Ge- mento como forma de control al poder del
nealogía de la moral de Nietzsche y del cues- ejecutivo.
tionamiento de las tesis de Marx en El Capi- Paralelamente, en este mismo periodo
tal. El estudio de la ética protestante le lleva histórico, se crea en Chicago un Departa-
a preguntarse cómo se hace posible el capi- mento de Sociología que estaba totalmente
talismo y concretamente a partir de qué conectado con el reformismo social preocu-
formas de vida y pensamiento surgen los pándose por los aspectos cotidianos y ocul-
capitalistas, empresarios interesados única- tos de la vida social, como la pobreza, la
mente en la acumulación de capital como delincuencia, el crimen y las poblaciones
objetivo central de su existencia. En este te- inmigrantes. Albion Small, director del re-
ma se separa de Marx ya que le preocupaba cién fundado departamento, planteaba la
más el papel de los agentes sociales en los función del sociólogo como cooperador del
procesos económicos que las estructuras y trabajo social de su comunidad para ayu-
los sujetos colectivos marxistas. En La ética dar a levantar una democracia mejor. La
protestante y el espíritu del capitalismo (1905) sociología se interesa por el fuerte proble-
su preocupación es cómo se forja el tipo hu- ma de desorganización social, provocada
mano capitalista. El ethos puritano de auste- por la disparidad de normas de conviven-
ridad, autocontrol, trabajo disciplinado y cia que aportan los diferentes grupos étni-
cuidado de la familia, favorecía los proce- cos y culturales, presentes en Chicago, así
sos psicológicos individualistas y estimula- como por la inexistencia de una política de
ba la actividad económica. De esta forma se inmigración y por la aparición de barrios
genera el espíritu del capitalismo: ganar ca- marginales donde la pobreza genera vio-
da vez más dinero, evitando despreocupa- lencia. Se adoptan metodologías analíticas
damente todo disfrute hedonista.3 La racio- centradas en los sujetos de observación, se
nalización de la vida se introduce también desarrollan técnicas de observación partici-
en la organización del proceso de produc- pante, entrevistas..., cuestionándose el obje-
ción, introduciéndose el cálculo de pérdi- tivismo que proponen otros modelos empí-
das y ganancias y generándose un nuevo ricos. La etnografía como método va
espíritu empresarial. abriéndose camino.
Otra de las cuestiones básicas de Weber Mientras tanto en Europa se va constru-
son sus concepciones políticas. Al comien- yendo un pensamiento elitista, apoyado en
zo considera que la organización política se el darwinismo social. Surgen teorías que
transforma en Estado cuando ejerce un mo- defienden la supremacía de unas razas so-
nopolio legítimo del poder pero esto supo- bre otras, legitimando el ascenso del nacio-
ne una tendencia a la oligarquización del nalsocialismo al poder en Alemania y su
poder, burocratizándolo, de forma que los derivación en la barbarie nazi. En Italia la
ciudadanos no sólo quedan separados de cuestión social se convierte en un conflicto
los medios de producción, como señalaba político, donde los lombrosianos intentan
Marx, sino también de las decisiones políti- neutralizar los movimientos populares
cas. El Estado moderno es un estado admi- apoyándose en los teóricos del elitismo,
nistrativo cuyo poder central es la burocra- que postulan la imposibilidad de la demo-
cia. Este poder burocrático llega a formar cracia. El dogma de la existencia de jerar-
un nuevo monopolio de poder arbitrario de quías naturales y las políticas de defensa
forma que ésta es incompatible con la de- social fueron dos de las grandes contribu-
mocracia. Para neutralizar este despliegue ciones de la Escuela de Turín. Pareto, Mi-
burocrático Weber propone líderes caris- chels y Mosca contribuyen con su teorías a
máticos y el funcionamiento de un Parla- justificar la aparición del fascismo italiano.

3 Adorno y Horkheimer hacen una brillante crítica de este espíritu del capitalista en su Dialéctica de la
Ilustración. Véase: ADORNO, T.W./ HORKHEIMER, M. (1970): Dialéctica del iluminismo, Buenos Ai-
res, Sur.

- 146 -
RESEÑAS

Justifican la imposibilidad de la democra- tor sin intencionalidad eliminando la pers-


cia en que la creciente complejidad social pectiva histórica del análisis social. Siste-
exige un liderazgo fuerte que organice la mas y subsistemas, concomitancias y con-
vida social que no puede ser sometida a tingencias en el interior de una estructura
los dictados arbitrarios de las asambleas ni social, variaciones simultáneas de varia-
de los referéndum. bles, regresiones múltiples... sustituyeron a
La primera Guerra Mundial, el marxis- una sociología entendida como ciencia de
mo soviético y posteriormente el nacional los procesos sociales llamada a superar la
socialismo y el fascismo asestaron un terri- cuestión social. El funcionalismo cierra
ble golpe a la causa de la democracia y a pues un ciclo en la sociología ya que consi-
los planteamientos de los sociólogos clási- guió subordinar el análisis de la sociedad a
cos pues a la par que triunfaba la barbarie la lógica de la economía del mercado como
empezaba un cambio de paradigma en las horizonte insuperable de todo desarrollo
ciencias sociales. La guerra suponía el fra- social.
caso de las democracias articuladas en tor- Este funcionalismo tiene una réplica eu-
no al Estado Social y el fracaso de la socio- ropea en la denominada sociología crítica.
logía para comprender las dinámicas socia- La Escuela de Frankfurt, inspirada en
les y orientarlas racionalmente. Marx, supone una fuerte crítica a los plan-
C) La tercera parte de la obra es quizá la teamientos positivistas en sociología y una
más sintética respecto a las tendencias so- crítica radical a las dictaduras políticas y a
ciológicas de los últimos años. Señalan co- las consecuencias de la entronización de
mo rasgos característicos de la sociología una sociedad mercantilizada. Surgen otras
del s.XX, la pérdida del sentido histórico en voces como Mills, Polanyi o Norbert Elias,
el conocimiento social, la conceptualización quienes también cuestionan los valores ca-
del individuo como “homo psychologicus” pitalistas legitimados por la sociología nor-
como una derivación del “homo economi- teamericana. Pero no es hasta los años se-
cus” del liberalismo, y el surgimiento del senta cuando el paradigma funcionalista es
fascismo y de sus barbaries. La sociología, contestado de una forma clara, desde la
aunque adquiere un fuerte desarrollo en teoría sociológica.4
Estados Unidos, deriva en un funcionalis- En el último capítulo los autores reali-
mo que adquiere gran protagonismo y se zan una síntesis de la génesis de la sociolo-
convierte en fuente de legitimación del ca- gía como ciencia social académica y seña-
pitalismo norteamericano. lan que su proceso evolutivo quedó trunca-
La estructura de la acción social de Tal- do por la Primera Guerra Mundial, el auge
cott Parsons, supuso un hito en la sociolo- de los fascismos y la hegemonía del funcio-
gía del primera mitad del s.XX , influyendo nalismo.
no sólo en la sociología norteamericana si- Las sociologías clásicas estaban articula-
no en la europea. Su Teoría General de Sis- das por una cuestión central: ¿es compati-
temas concibe la sociedad como un orga- ble el capitalismo con la democracia?. La
nismo vivo, con una capacidad homeostáti- respuesta fue el Estado Social, con sus leyes
ca para mantenerse en equilibrio y rehacer- de protección social de los ciudadanos, con
se en caso de conflicto. Parsons presentaba la introducción del concepto de propiedad
un modelo de análisis social basado en la social y con unas instituciones públicas en-
racionalidad económica y proponía un mé- tendidas como servicios públicos.
todo explicativo que superara el de causa- La conclusión de los autores es que “la
efecto y reflejara las variaciones derivadas sociología clásica se ha nutrido de la teoría y la
de las relaciones simultáneas entre varia- práctica de la democracia, pero a la vez la socio-
bles. Reducía el agente social a mero ejecu- logía ha promovido mediante la idea de propie-

4 Niklas Luhman, en Alemania, realiza una revisión del funcionalismo parsoniano proponiendo un mo-
delo neofuncionalista que todavía sigue teniendo eco en el ámbito de la sociología.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

dad social, solidaridad y de Estado Social, for- pero rechazaba el materialismo unilateral
mas inéditas de convivencia democráticas que que eliminaba las influencias positivas de
han proporcionado un rostro más humano a las las creencias religiosas. Weber apreciaba en
sociedades industriales” (p. 373). el calvinismo un impulso revolucionario en
lugar de conservador (Giddens,1997, p.40).
Alvarez-Uría y Varela no dan importan-
Comentarios y observaciones cia apenas en su obra a los principios meto-
dológicos de Weber, a pesar de que se cen-
tran en la génesis de la Sociología como
Respecto a los contenidos disciplina académica, olvidando las cone-
xiones entre sus planteamientos metodoló-
En la interpretación que hacen los auto- gicos y sus posturas políticas respecto al
res del texto sobre Weber existen algunas partido Socialdemócrata, como la conside-
cuestiones que son discutibles. Las conexio- ración que hacía acerca de la separación de
nes que establecen con Nietzsche, a pesar los medios de producción de los trabajado-
de la admiración del primero hacia las res, propia del capitalismo, que él interpre-
aportaciones nietszschianas, resultan forza- taba como un exponente de los procesos de
das en algunos casos. Quizá la presentación racionalización hacia los que avanzaba la
de la obra como un estudio genealógico de sociedad moderna (op. cit., p. 44)
la Sociología pudiera influir en ello. Que Ni Marx ni Weber proponen un modelo
Weber recurra a la intencionalidad del suje- económico alternativo al capitalismo. Lo
to como fuente de interpretación no signifi- que hacen es criticar sus excesos, como por
ca que hable en los términos de Nietzsche ejemplo el afán irracional del capitalista cu-
sobre el sujeto y el poder. yo principal deseo es la acumulación de ri-
Aunque en el texto se presenta a Weber quezas, convirtiéndola en un fin en sí mis-
y a Marx como contrarios al sistema capita- ma. Marx ve necesaria la revolución obrera
lista, esto parece, más bien, una interpreta- como instrumento para que el capital cam-
ción interesada de los autores. En realidad bie de manos. Weber, más pesimista, se li-
Weber defendía el capitalismo como siste- mita a presagiar la creciente sumisión del
ma económico, aunque no político, y al individuo a los procesos burocratizadores
igual que Marx critica las injusticias que que la sociedad, cada vez más compleja,
origina. A lo largo de su vida se desplazó desencadena.
hacia posturas de izquierda pero siempre Por último la atención dedicada a las
mantuvo unos principios políticos que defi- teorías sociológicas de la primera mitad del
nían sus visión política general. Pensaba s..XX es excesivamente somera, sobre todo
que el estado burocrático no podía ser des- en relación con la extensión concedida al
truido por los programas de nacionaliza- s.XIX, citando, casi de pasada, movimientos
ción parcial planteados por los socialistas sociológicos importantes, o ignorándolos,
académicos y que tales planes sólo origina- como por ejemplo los movimientos estruc-
rían un mayor desarrollo de la burocracia. turalistas y postestructuralistas franceses,
Por eso el fomento del estado-nación debe- los planteamientos fenomenológicos y et-
ría ser prioritario ya que toda lucha política nográficos, los planteamientos neofuncio-
implicaba lucha por el poder y esto no tenía nalistas, etc.
final. Era vana cualquier aproximación po- En general se puede afirmar que el texto
lítica basada en criterios éticos como los de de Alvarez-Uría y Varela, supone un estu-
la libertad o la bondad. En esto sí se aproxi- dio riguroso y bien documentado, aportan-
maba a Nietzsche5. do abundantes fuentes y sólidos argumen-
Respecto a la religión Weber compartía tos, recogiendo un panorama muy comple-
con Marx algunas de sus opiniones críticas to de la génesis del pensamiento sociológi-

5 GIDDENS, A. (1997): Política, Sociología y teoría Social, Barcelona, Paidós, p. 37

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RESEÑAS

co y su institucionalización en la Universi- tiende por todo el mundo, ha generado un


dad. Pero se echa en falta, por tratarse de movimiento de globalización económica
un estudio realizado según los autores des- cuya acuñación terminológica, “globaliza-
de una perspectiva genealógica, de un aná- ción”, y su difusión a través de los medios
lisis más dialéctico. La crítica al poder pre- de comunicación, ha favorecido su incorpo-
senta unas argumentaciones excesivamente ración al pensamiento y a los valores de
lineales: se rechaza al capitalismo y se hace gran parte de la población. Movimiento que
una valoración positiva del pensamiento desde la visión económica se presenta como
socialista sin introducir ningún contraste imparable. Esta globalización económica ha
dialéctico. Todavía es más evidente esta sido uno de los principales factores que ha
falta de dialéctica en su consideración del puesto en cuestión la asociación del concep-
Estado Social como comentaré a continua- to de estado-nación con el de territorio, y
ción. éste era precisamente el soporte sobre el
que se articulaba el Estado del Bienestar: el
control jurídico y económico del territorio.
Respecto a los valores sociales Siguiendo a Offe, éste señalaba que las
subyacentes crisis económicas afectaban al Estado ya
que para generar la riqueza necesaria para
Los autores del texto se adhieren de for- dar cobertura a las necesidades transforma-
ma poco crítica al concepto de Estado So- das en derechos de los ciudadanos (sani-
cial al que proponen como una utopía es- dad, educación, seguro de desempleo o en-
peranzadora. Si bien es cierto que el Estado fermedad, etc.) debía entrar en el juego ca-
Social fue la base de una concepción demo- pitalista del mercado y competir con las
crática del Estado, en la que los derechos empresas en su mismo terreno, lo que exi-
de los ciudadanos cobran legitimidad por gía abandonar la protección de los dere-
sí mismos, con independencia de las condi- chos laborales de los trabajadores para co-
ciones y circunstancias individuales de los menzar a aplicar políticas de flexibilización
mismos, y que ha aportado una serie de laboral que le permitieran seguir siendo
significados al mundo de la vida social más competitivo, al disminuir los costes, en los
próximos a valores de solidaridad y corres- mismos términos que una empresa priva-
ponsabilidad política -la política fiscal es da. Si a esta desvirtuación de sus principios
un ejemplo de ello-, no lo es menos que ta- se une el hecho de que hoy las empresas
les concepciones y valores están siendo carecen de restricciones jurídicas interna-
cuestionados por un amplio sector de la cionales y por tanto pueden jugar impune-
población, debido a las fuertes contradic- mente a la “deslocalización” de sus facto-
ciones en que el desarrollo práctico de este rías, el Estado ante estas circunstancias
modelo político ha incurrido, actuando con queda inerme para garantizar la protección
frecuencia de forma antitética con sus prin- material de sus ciudadanos7. Evidentemen-
cipios de origen. Claus Offe ya señalaba las te todo esto origina una crisis de legitima-
crisis internas (de carácter económico) y ex- ción del Estado Social en el pensamiento de
ternas (de legitimación) que padecía el Es- los ciudadanos, que imbuidos de la prima-
tado del Bienestar desde la década de los cía de los valores económicos sobre los po-
años setenta del s.XX 6. líticos dejen de ver sentido a la correspon-
Las crisis económicas de estos años en sabilidad sociopolítica de los individuos. Se
Occidente, unidas al desarrollo salvaje de considera al Estado como una empresa que
un mercado libre de restricciones que se ex- no gestiona con eficacia el dinero público y

6 OFFE, C. (1990): Contradicciones en el Estado del Bienestar, Madrid , Alianza universidad.


7 Además de sus propias concepciones sociales que , como una mayoría de ciudadanos, se hallan impreg-
nadas de valores neoliberales que ponen en tela de juicio la oportunidad de los gastos sociales, mientras
se legitiman otros como los de defensa ante el terrorismo.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

se rechaza, por tanto, la participación en la La LOGSE pone sobre el tapete la nece-


contribución fiscal recurriendo al fraude y sidad de hacer coincidir la conclusión de
al rechazo de los gastos sociales como “di- las etapas educativas obligatorias con la
nero mal invertido”. Ahora los ciudadanos edad de acceso a la actividad laboral (16
prefieren, en línea con el pensamiento neo- años), pero la escolarización de masas no
liberal, gestionar sus propios recursos, evi- permite alcanzar uno de los objetivos mar-
tando la contribución a ese fondo común cados por el gobierno: mejorar la cualifica-
que implicaba el Estado Social (Bauman)8. ción de los ciudadanos para que puedan ac-
Los movimientos migratorios, con los cos- ceder a un puesto laboral. Esta consecuen-
tes sociales derivados a la atención de los cia es lógica pues no se lleva a cabo una po-
grupos de llegada, han reafirmado aún más lítica laboral y económica del calibre nece-
estas posiciones egoístas. sario para lograr el pleno empleo, utopía
Esta descripción nos lleva al objetivo de declarada por los pioneros del Estado So-
este comentario: la dialéctica que caracteri- cial. El sistema educativo es usado como
za tanto el modelo como la práctica del Es- instrumento de legitimación del Estado, pe-
tado Social. Por ello, y en referencia al tex- ro éste no es coherente en el plano econó-
to, objeto de este análisis, me parece nece- mico con los objetivos declarados.
saria una apreciación del Estado Social en Pero en esa línea dialéctica que se recla-
su realidad dialéctica, sin idealizaciones ma hay que reconocer que el Estado Social
utópicas. supuso un avance en las formas democráti-
cas de los países occidentales emergentes
de la Segunda Guerra Mundial. El aprendi-
Respecto a la Didáctica Crítica zaje filogenético de estas comunidades que
han vivido la experiencia de ver reconoci-
Si descendemos un peldaño más en el dos sus derechos a recibir la atención del
análisis y nos centramos en el sistema edu- Estado en sus necesidades básicas y el
cativo, podremos apreciar esos mismos mo- aprendizaje de que tales derechos precisa-
vimientos dialécticos (de tesis-antítesis) en ban de un sentido de la corresponsabilidad
las políticas educativas de los estados socia- solidaria entre los ciudadanos, son signifi-
les occidentales. Evitando homogeneizar las cados que se han incorporado al acervo cul-
trayectorias educativas de estos países se tural occidental y que, a pesar de los movi-
pueden percibir rasgos estructurales comu- mientos regresivos que atravesamos, que-
nes que ponen en evidencia las contradiccio- darán como poso en el mundo de vida so-
nes del Estado del Bienestar. Sin querer en- cial. Sin caer en el mito del progreso, man-
trar en profundidad en este tema, me remito tengamos al menos la esperanza de que las
a un riguroso estudio, de corte genealógico, nuevas generaciones no olviden los avan-
publicado recientemente por Raimundo ces sociales orientados a una mejor redistri-
Cuesta9 especialmente en su último capítulo bución de la riqueza y sean capaces de ex-
dedicado a nuestro país. Abunda en las con- traer las consecuencias oportunas para me-
tradicciones educativas en que ha incurrido jorar el futuro de nuestro mundo.
el Estado Social, implantado en los años 80 Y en este punto es donde conectamos
en España, cuando las políticas socialdemó- con un punto fundamental: la imprescindi-
cratas europeas se encontraban en situación ble educación crítica e ilustrada de los ciu-
de repliegue. De aquí que la inversión edu- dadanos. Este objetivo enlaza con la Didác-
cativa estuviera marcada por la política de tica Crítica.
recorte de gastos sociales que se impone en La Didáctica Crítica no propone sólo
Europa (Cuesta, 2005, pp. 124 y ss). unas formas determinadas de abordar el

8 BAUMAN, Z. (2000): Trabajo, consumismo y nuevos pobres, Barcelona, Gedisa


9 Véase: CUESTA FERNANDEZ, R. (2005): Felices y escolarizados. Crítica de la escuela en la era del capitalismo,
Barcelona, Octaedro-EUB.

- 150 -
RESEÑAS

currículo escolar o las prácticas docentes. son algo lógico y natural, son fruto de una
Es mucho más. La Didáctica Crítica nos historia, de unas condiciones sociales. El
ofrece instrumentos de comprensión e in- análisis de cómo se fueron gestando las
terpretación de la escuela, como organiza- teorías sociológicas más renombradas, que
ción y como institución social, de sus fines se han ido incorporando a nuestro acervo
y de sus consecuencias. En este sentido la cultural, son otro ejemplo de ello.
formación del profesorado precisa conocer La aparición de la escuela como solución
las teorías sociales que permiten explicar a situaciones de delincuencia social, en el
las funciones de la escuela. Este conoci- nacimiento del industrialismo, cuando en
miento social, tal como se refleje en el texto las ciudades se hacinaban ingentes masas
comentado, es fruto de unas condiciones de población que carecían de medios dignos
históricas y a la par sus mismas explicacio- y salubres para vivir y que eran explotadas
nes sociales condicionan la propia realidad. por el primer capitalismo, es un ejemplo de
Giddens (1993)10 señalaba esa dialéctica al cómo la escuela asume la tarea de convertir-
reflejar cómo las mismas teorías sociológi- se en lugar de salvación social. Los prime-
cas que describen lo que está sucediendo ros reformistas, como Owen, por ejemplo
en un momento determinado configuran el veían en la educación de las clases popula-
pensamiento general y van generando sig- res la forma de control de “la cuestión so-
nificados en esa misma línea. Esta afirma- cial” al introducir una serie de virtudes de
ción genérica no está exenta de la dialéctica orden y laboriosidad en los ciudadanos más
y contradicciones de la propia realidad, ya desfavorecidos. Todavía hoy consideramos
que las descripciones sociológicas tienen la escuela como un lugar y una forma de
una mayor o menor difusión en función del control de aquellos adolescentes que al no
apoyo que reciban de los medios de comu- haber llegado a la edad laboral supondrían
nicación (además de la influencia académi- un problema social por su ociosidad y a los
ca o de que estén más o menos próximas a que la escuela debe recoger y formarles en
la ideología de quien detenta el poder)11. alguna competencia laboral mientras llegan
El conocimiento de cómo se ha forjado a la edad de la productividad.
el pensamiento social permite a los profe- En el origen de muchas teorías socioló-
sores profundizar en los valores sociales gicas había simplemente propuestas econó-
que han ido configurando nuestra cultura micas que se presentaban como forma de
históricamente y esto posibilita poner en solventar los desórdenes sociales origina-
cuestión la validez de muchos pensamien- dos por el desarrollo industrial. La concep-
tos pedagógicos y sociales que se han in- ción de la economía como eje de regulación
corporado al habitus profesional y al mun- social y las teorías psicológicas afines que
do de vida social. Ejemplos de esto los en- legitimaban la mejora de la riqueza como
contramos en el valor que se atribuye a la algo consustancial a un individuo que sólo
escuela como motor de desarrollo económi- encontraba sentido a su vida en la búsque-
co, o en la necesidad de que la escuela da de su propio beneficio material y que lo-
cumpla una función de selección social de calizaba la solidaridad en la natural necesi-
los individuos, o que la formación obligato- dad de colaboración para el logro de la ri-
ria tenga como objetivo la adquisición de queza de todos y cada uno, es un pensa-
unas competencias previas para el trabajo, miento que llega a la educación de nuestros
o que el currículo deba servir para mante- días. La productividad de nuestros ciuda-
ner las tradiciones culturales... Estas ideas danos logrará mejorar nuestras cotas de
que forman parte del “sentido común” de bienestar material, y esto redundará en una
una parte mayoritaria de la población, no situación de integración y tranquilidad so-

10 GIDDENS,A. (1993) : Consecuencias de la modernidad, Madrid, Alianza Universidad


11 “El conocimiento sociológico da vueltas en espiral dentro y fuera del entorno social reconstruyéndose tanto a sí
mismo como a ese universo como parte integral de ese mismo proceso” (Giddens, 1993, p. 27.)

- 151 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

cial que nos permitirá vivir mejor y en paz. como la escolar que es la depositaria de tra-
Falacias que asombrosamente han llegado diciones culturales debería estar en perma-
hasta hoy y que mantienen la legitimidad nente búsqueda imaginativa de renovación
de la escuela. cultural para, a partir de lo conocido, ir ex-
De la necesidad inicial, cuando se cons- plorando nuevos caminos culturales que fa-
tituyeron los estados-nación europeos, de vorecieran procesos de integración de gru-
lograr la integración social de los indivi- pos de ciudadanos cada vez más heterogé-
duos en un proyecto político y territorial neos. Esta búsqueda de nuevos caminos -a
común, se derivan hoy en día los afanes es- través de la escuela, con la escuela y fuera
colares por mantener un currículo intoca- de ella- y con un referente muy claro, el de-
ble, sobre todo de carácter histórico, que sarrollo de sociedades con mayores cotas
defina las identidades culturales y las afin- de justicia social es la pretensión funda-
que en un territorio-estado. Esta concep- mental de una Didáctica Crítica.
ción, que parece propia del s. XIX, es la ba- Por todo esto y muchas razones más
se sobre la que se sustenta la actual reivin- que podrá ir descubriendo el potencial lec-
dicación y desarrollo de los currículos na- tor de la obra que se ha comentado, consi-
cionalistas que buscan el afianzamiento de dero recomendable para un profesor, de
identidades territoriales y políticas. Resulta cualquier nivel y especialidad, la lectura de
asombroso que ante una situación de rápi- este texto siempre con la visión crítica nece-
dos cambios, donde crecen las sociedades saria que, como profesionales de la cultura
pluriculturales y donde la mixtura es una y recreadores de valores simbólicos, resulta
de sus características definitorias todavía la imprescindible. Porque un profesor sólo
escuela pretenda asumir la función de podrá ser un buen profesional si es un inte-
afianzar la identidad local. Una institución lectual crítico.

- 152 -
El poder de la presentización y el control
de la memoria

Pedro Oliver Olmo


Universidad de Castilla-La Mancha

AROSTEGUI, J. (2004). La historia vivida: So- tor hace por delimitar una historiografía
bre la historia del presente. Madrid: Alianza. del presente (“un modelo historiográfico
448 pp del presente”, según las propias palabras
del profesor Julio Aróstegui).
Los historiadores nos proponemos ha-
cer una historia construida, la representa-
ción de aquello que hemos aprehendido y La historia del presente y sus
comprendido del pasado; pero no perda- implicaciones teóricas
mos de vista que siempre anclamos nuestro
propio ser cognoscente en una historia vi- En verdad, durante las dos últimas dé-
vida, la nuestra, en nuestro presente y a cadas, y mayormente por derivación de
través de nuestras presentizaciones, esto es, esa tendencia renovadora llamada nueva
la que puede hablar de (y la que habla des- historia política, ha cobrado auge la historia
de) lo que somos, lo que tenemos, lo que del presente; pero no es menos cierto que,
podemos ser y lo que podemos tener. De aunque sólo sea por una razón metodoló-
esto y de mucho más que sería muy difícil gica (la del uso de las fuentes orales), esta
sintetizar habla detalladamente el libro de nueva perspectiva también ha ido tenien-
Julio Aróstegui. En él se abordan los aspec- do cierto reflejo en la historia social (sobre
tos epistémicos de lo que no es otra cosa todo en la sociolaboral) y cada vez más en
que un instante del devenir histórico, el la historia sociocultural y en los estudios
presente, al cual no debemos concebir co- que incorporan la perspectiva de género a
mo un período cronológico concreto. Sos- los marcos teóricos y metodológicos histo-
tiene Julio Aróstegui que la categorización riográficos. De hecho, en torno a la catego-
del fenómeno temporal del presente tras- rización del presente se observa un en-
ciende el ámbito de las secuenciaciones y cuentro y un trasvase de experiencias entre
pasa a depender de lo que socialmente se el empuje de lo cultural (sobre todo el de
entienda en cada momento por coetanei- la historia de la vida cotidiana) y lo políti-
dad, de cómo se estén sucediendo los esta- co, además de la ya citada historia oral1.
dios de relación intergeneracional, y de la Con todo, y pese a que la conceptualiza-
definición compartida que hagamos del ción del presente conlleva ciertas peculiari-
acontecimiento matriz que conformó un pre- dades, no es más trascendente esa cuestión
sente aún vivido y no acabado (como pudo que la relativa a la concepción del tiempo
ser la caída del Muro en 1989, o tal vez esté y de la retrodicción: en ese sentido, al re-
siendo el 11-S de 2001). Pero no abundaré cordar la reflexión de Bloch acerca de que
en todo ello porque creo que todavía es el observador del presente no está en mejo-
mucho más destacable el intento que el au- res condiciones que el historiador del pa-

1 E. Hernández Sandoica, Tendencias historiográficas actuales. Akal, Madrid, 2004, p. 520.


2 J. L. Gaddis, El paisaje de la historia. Cómo los historiadores representan el pasado, Anagrama, Madrid, 2004,
p. 21.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

sado, J. L. Gaddis afirma que “en realidad, profesores de esa asignatura, sino en un
el historiador del pasado está en condicio- cambio de perspectiva y sobre todo en una
nes mucho mejores que el partícipe del pre- reflexión crítica que deberían compartir
sente, por la sencilla razón de que tiene un con sus alumnos. Es lo más aconsejable, a
dilatado horizonte”2. De todas formas, en pesar de que las inercias suelen ser en gran
la práctica disciplinar (y en sus evidentes medida inevitables.
derivaciones hacia las programaciones di- Tampoco es flor de un día la rica pro-
dácticas y los planes de estudio académi- ducción teórica que el profesor Aróstegui
cos), la cuestión suele centrarse en una vie- está dando a conocer a la hora de desmenu-
ja polémica nominalista. zar este debate sobre la coetaneidad. Si bus-
Incluso leyendo a los tratadistas que se cáramos precedentes quizás tendríamos
vienen ocupando de este asunto se nota que ir incluso más allá de Marc Bloch, uno
que sigue habiendo cierta cacofonía con la de los ejemplos más notorios. De hecho la
denominación, pues hemos ido pasando reflexión sobre el presente y su aprehen-
de una temprana propuesta de historia in- sión en el discurso histórico aparece en al-
mediata por parte de Jean Lacouture (en gunos autores anteriores al famoso padre
realidad un encuentro de la historia, la de Annales. Pero lo cierto es que, por lo que
biografía y el periodismo), al uso y abuso se refiere a la edificación de una tendencia
de la idea de historia actual entendida como historiográfica, aunque el concepto haya
periodización, y más recientemente a una ido tomando forma en las últimas décadas,
conceptualización mucho mejor elaborada la noción más próxima surgió en la Alema-
como historia del tiempo presente3. Sin olvi- nia que intentaba digerir la experiencia na-
dar que la cuestión nos remite igualmente zi tras la II Guerra Mundial con la creación
al problema de la historia contemporánea y de un instituto dedicado a la “historia de
la historia coetánea, no obstante, quizás aho- nuestro tiempo”.
ra el debate esté mejor encauzado gracias a No obstante esa cierta conceptualiza-
la proliferación de encuentros, coloquios e ción acerca de la historización de un tiem-
incluso revistas especializadas, además de po vivido, y como quiera que en la prácti-
la decisiva influencia que en el terreno de ca la experiencia de Munich no hizo nada
la epistemología y sobre todo de la teoría más que trasladar el método historicista
de la historiografía del presente está te- clásico al análisis de lo que había sucedi-
niendo la obra de Julio Aróstegui sobre la do durante el III Reich, aquel esfuerzo no
historización del presente y la idea de produjo grandes resultados teóricos. Fue
“historia vivida” que estamos comentan- después, y en Francia, cuando con más
do. En verdad, no es baladí la cuestión ter- fortuna se reformuló la idea gracias a la
minológica, y de hecho la reflexión del creación en 1978 del Institut d’Histoire du
profesor Aróstegui deja maltrecha la utili- Temps Présent. “Temps présent” comenzó
zación académica de nociones como Histo- siendo un manera de referirse al intento
ria Actual, lo cual no debería redundar en de análisis de lo “muy contemporáneo” y
una preocupación callada y estéril de los acabó convirtiéndose en la denominación

3 En algunas de las referencias bibliográfícas más aconsejables se puede pulsar esa variedad contradicto-
ria: A. Chauveau y Ph. Tétart (eds.), Questions á l’Histoire des temps présents, Bruselas, 1992; Institut d’His-
toire du Temps Présent, Écrire l’histoire du temps présents. En homage à François Bédarida, Paris, 1992; J.
Aróstegui (ed.), Historia y Tiempo Presente. Un nuevo horizonte de la Historiografía contemporaneista Madrid,
1998; J. Cuesta, Historia del tiempo presente, Madrid, 1993; P. Díaz Barrado (coord.), Historia del tiempo pre-
sente. Teoría y metodología, Badajoz, 1998; M. Soto Gamboa, “Historia del tiempo presente: un concepto en
construcción”, Revista Chilena de Historia y Geografía, núm. 165, pp. 55-102; C. Navajas Zubeldia (dir.),
Actas del II Simposio de Historia Actual, Logroño, 2000; A. Soto Gamboa, “Historia del Presente: estado de
la cuestión y conceptualización”. Historia Actual On-Line, 3 (2004), [versión on line: <http://www.ha-
press.com/.php?a=n03a09>].

- 154 -
RESEÑAS

canónica4. ¿Acaso ahora empezaremos a diacronía que hiciera N. Elias hace ya mu-
usar con más frecuencia y conocimiento chas décadas.
de causa la noción de “historia del pre- Sin embargo, a estas alturas es cierto
sente”? que sigue habiendo riesgo de reproducir
La historia del presente es historia vivi- polémicas superadas, sobre todo con la po-
da; sin embargo, si ha de ser una historio- litología y la sociología; y el desagradable
grafía específica, necesitaría de un secuen- peligro de recibir acusaciones infundadas
ciación que como ya se ha dicho nada tie- como las que solapan la historia del presen-
ne que ver con una delimitación heurística te al ejercicio de cierto tipo de periodismo.
del campo cronológico. En efecto, la histo- Otra cosa bien distinta es que la historio-
ria del presente necesita revestirse de una grafía del presente considere la gran im-
teoría sobre la categorización del tiempo, y portancia que hoy en día tiene la construc-
más aún que eso debe dotarse de una teo- ción mediática del presente que a su vez va a
ría historiográfica propia. A fin de cuen- ser objeto de tratamiento historiográfico;
tas, como dice Helena Hernández Sandoi- porque el hecho de que el relato cotidiano
ca, la cuestión de la mirada del historiador esté tan marcado por las agencias de noti-
sobre el hoy más que sobre el ayer tiene al- cias de TV (y últimamente por el llamado
gunas implicaciones epistemológicas y citizen reporter, el videoaficionado y el hom-
conlleva no pocas polémicas pese a referir- bre de la calle que hace de fotógrafo ocasio-
se a prácticas que en realidad son clásicas, nal y envía sus materiales a los medios de
pues conectan con la problemática de una comunicación), da pábulo a que buena par-
vieja interconexión, la de la historia y la te de la historia del presente que se está es-
memoria, la de la relación “entre lo vivido cribiendo sea de tipo positivista y evene-
y lo recordado, lo observado y lo narrado mencial.6
a la posteridad por quien lo ve u oyó (y a su A veces nos crece la sensación de que se
vez lo cuenta a aquel otro que lo escribe o ignora supinamente el reto epistemológico
lo transmite, siendo así conservado en la que está afrontando esta tendencia histo-
memoria) 5. Si nos atuviéramos a nuestra riográfica, y se desprecia lo que significa la
propia teoría disciplinar quizás tendría- superación de la separación del tiempo en
mos que hablar más exactamente de histo- el objeto de conocimiento a través de las
ria coetánea. Pero ciertamente también ha- barreras entre el presente y el pasado. Se
cia esta última práctica los historiadores trata de una reflexión sobre el tiempo y de
siempre han mostrado una cautela infun- un tratamiento del continuum entre pasado,
dada, pues no pocos de ellos siempre te- presente y futuro. Y se trata, además, de
mieron invadir el campo de estudio de una subespecialización y una práctica his-
otras ciencias sociales como la sociología. toriográficas7. Con todos sus propios pro-
Afortunadamente se está dejando atrás ese blemas metodológicos en desarrollo, entre
sinsentido disciplinar, a la vez que tam- los que destacan todos los asociados a la
bién en la sociología han terminado por producción y tratamiento de fuentes orales
escuchar las peticiones de atención a la y audiovisuales.

4 En otros países se han creado instituciones similares pero con denominaciones que suelen reproducir la
idea de contemporaneidad como un período reciente dentro de la secuenciación convencional de la his-
toria por edades (caso del Instituto de História Contemporânea de Portugal y del Institut of Contemporary
British History).
5 E. Hernández Sandoica, Tendencias historiográficas actuales…, p. 518.
6 Bernardo, J.M.; Gavaldà, J.; N. Pellisser (coords.), El debate sobre la cultura de la imagen, Nau llibres, Va-
lencia, 2003.
7 J. Tusell: “La historia del tiempo presente: algunas reflexiones sobre el caso español”, en C. NAVAJAS
(ed.), Actas del II Simposio de Historia Actual, Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 2000, pp. 15-36, pp.
24-26.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

El poder y la memoria menor duda de que es en la historia del


presente donde mejor se observa la relación
Presentizar en el sentido de historizar el de dominio que hay entre el poder y la me-
presente es elaborar una historia vivida y moria (o las memorias colectivas)9. El dis-
es también trabajar con la memoria. Por eso curso histórico puede reproducir la mera
la historiografía choca con este problema imposición del principio de realidad. Es un
cognitivo: el de la aprehensión de la memo- realismo que conviene al poder en curso,
ria (individual y colectiva), o sea, el de la esto es, realismo no como descripción ni
reflexión que iniciara M. Hallbwachs en los tan siquiera como asunción crítica de la rea-
años veinte y luego continuaron los annalis- lidad sino como trasunto de la ideología
tes acerca de la intersección entre memoria dominante en las relaciones de poder de
e historia8. esa misma realidad. Así entendida, la ideo-
Pensar históricamente el presente (para logía del realismo quisiera hacer de los his-
poder explicarlo a través de una historio- toriadores o meros reproductores de dis-
grafía específica de ese presente) significa cursos presentistas sobre el pasado o una
entender lo que ya ha ocurrido pero sigue suerte de policías culturales dispuestos a ser
ocurriendo ahora mismo, lo que no ha con- movilizados –y a veces autoconvocados
cluido. Por eso juega un papel tan impor- con estridente facundia mediática- para
tante la memoria, en este caso, incluyendo ejercer el control de la presentización.
la memoria del historiador. Necesariamen- Un control que se pretende ejercer a tra-
te, hay una implicación cognitiva y emotiva vés de la fijación y hasta la fosilización de
del sujeto que realiza la investigación y las enseñanzas históricas y con el control
construye el discurso histórico del presente. del olvido y de la memoria, mayormente en
En el problema de la memoria está su momentos de emergencia provocados por
naturaleza individual y colectiva. El con- actores extra-historiográficos (o en todo ca-
cepto de memoria colectiva se ha renovado so por revisionistas muy próximos al perio-
sobre todo en Francia. Se entiende que son dismo de provocación con estrategias edi-
recuerdos de experiencias de una colectivi- toriales de por medio) que acaban marcan-
dad que incluye esa misma memoria en su do la agenda de los historiadores profesio-
sentimiento de identidad, y que se expresa nales y las prioridades de sus proyectos de
a través de recuerdos del pasado conserva- investigación.
dos y trasmitidos de forma escrita y oral, y Acerca de esta inquietante problemática,
con la producción activa de memoria inclu- no hace mucho tiempo Hayden White obser-
yendo los actos promovidos por institucio- vaba la relación entre historiografía y memo-
nes, movimientos sociales, historiadores, ria colectiva y concluía que la historia del pre-
etcétera. Es decir, hay construcción de me- sente es una opción esclarecedora del poder
moria. de representación de la historiografía y tam-
En la construcción de la memoria actúa bién del compromiso ético del historiador:
directa e indirectamente el Estado, a través
“Antes se pensaba que los estudios históricos profe-
de organismos ad hoc o de los mismos ins-
sionales se erigían sobre las luchas ideológicas de cualquier
trumentos formales con los que en general momento dado en el desarrollo de una sociedad. Pero ahora
desempeña el control de la transmisión de sabemos que el estudio de la historia no es más anodino en
la memoria colectiva oficial. Y no cabe la ideología que cualquier otra ciencia social. La historia del

8 En 1935 publicaba Les cadres sociaux de la mémoire, Paris, Alcan, con reediciones posteriores en 1992 y
1994.
9 Una reflexión reciente en: J.W. Müller, “Introduction: the power of memory, the memory of power and
the power over memory”, en J.W. Müller (ed.), Memory & Power in Post-War Europe. Studies in the Presen-
ce of the Past, Cambridge University Press, 2002, pp. 1-38. Véase también: F.R. Ankersmit, “The Sublime
Dissociation of the Past: On How to be (Come) What One Is No Longer”, History and Theory 40/3 (octu-
bre), pp. 295-323.

- 156 -
RESEÑAS

período de entreguerras en Europa ‹‹muestra›› que los his- nor importancia (…) la facilidad con la que
toriadores se sintieron capaces de servir a regímenes fas- los historiadores logran capturar la memo-
cistas sin violar su sentido de obligación hacia sus comu-
ria de una generación y enterrarla en la his-
nidades o hacia su profesión. Y todavía la historia, en con-
traposición de la física o de la matemática, se suponía ma- toria. Resulta que la historia también puede
gistra vitae y una filosofía enseñada por medio del ejem- hacer desaparecer acontecimientos de la mis-
plo, bastión ético en contra de las tiranías tanto de la masa ma manera que la dictadura hizo desapare-
como del Estado. Uno piensa en todos esos historiadores cer personas consideradas una amenaza
académicos de Europa central y del este quienes durante el para el régimen. Y esto da lugar al interro-
período del dominio soviético salvaron su honor profesio- gante de cómo defender la memoria tanto
nal estudiando temas políticamente neutrales, y evitando
cualquier esfuerzo en escribir “la historia del presente, ex-
de la historia como de sí misma”.
cepto en las formas permitidas por el Partido y sus apara- Para afirmar eso, White parte de que
tos”10. “una cultura dominante re-escribe el pasa-
do incesantemente en orden de acomodar
A pesar de los problemas metodológi- la memoria pública a las exigencias del
cos y epistemológicos que conlleva el trata- cambio y de la transformación social. Pero
miento de la memoria como fuente históri- en todos ellos existe una conciencia del al-
ca, se han multiplicado las líneas de inves- cance de este proceso de acomodamiento
tigación que pretenden analizar sus funcio- que los historiadores protagonizan”. A pe-
nes historiográficas11. Sobre todo, y en mu- sar de todo el autor de Metahistoria pone su
chos países, han calado en ese campo de vi- esperanza en que el conocimiento histórico
vencias y recuerdos de una memoria también se utilice “para aminorar los efec-
doliente. O sea, recuerdos de experiencias tos de los esfuerzos de la sociedad moder-
cercanas en el tiempo que han traumatiza- na por disciplinar más que por educar a sus
do a las sociedades y más aún a determina- ciudadanos”, pero, eso sí, advirtiéndonos
dos sectores de vencidos o represaliados o de que cuando suceda un conflicto similar
víctimas de dictaduras, totalitarismos, gue- al de los desaparecidos argentinos, cada
rras y golpes de de Estado, como lo fue en generación lo ha de llevar a la disciplina
Europa el estalinismo, los fascismos, la II histórica misma” 12 . Lo contrario sí que
Guerra Mundial o las últimas guerras en la puede ser una mera ficción mucho peor
antigua Yugoslavia, y la Guerra Civil y el que narrativa.
franquismo en España.
Asimismo, la memoria (con sus usos y
abusos) ha servido para que los estudios Historia y memoria
históricos definan o redefinan las identida-
des colectivas de colectivos marginados o Lo cierto es que estas prácticas recupera-
proscritos. “El primer tópico –vuelve a de- doras han ido tomando cuerpo y siguen cre-
cir H. White- indica las formas a través de ciendo13. Es cierto que se está trabajando
las cuales la memoria de una comunidad desde distintos ámbitos para darles entidad
puede ser cambiada, deformada, y subver- teórico-metodológica además de cierta au-
tida incluso por aquellos que intentan pre- tonomía y seriedad académicas: “hasta el
servarla y cultivarla-. No es asunto de me- momento, el tratamiento del presente his-

10 H. White, “Prefacio” de: C. Godoy (comp.) Historiografía y memoria colectiva. Tiempos y Territorios, Buenos
Aires, 2002.
11 A. Alted Vigil: “Testimonios y recuerdos”, en Cuadernos para la investigación de la literatura hispánica,
núm. 2-3, 1989, 469-477; J. Cuesta, “Memoria e historia. Un estado de la cuestión”, en Memoria e historia,
número monográfico (32, 1998) de Ayer (pp. 203-246).
12 H. White, “Prefacio”…
13 Referencia ineludible es la de P. Nora, Les lieux de mémoire, Paris, 1988-1992. Véase también H. Rousso:
“Pour une histoire de la mémoire collective”, en D. Peschanski y otros, Histoire politique et sciencies socia-
les, Bruselas, 1991, pp. 13-38.

- 157 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

tórico mismo en que una historia se escribe, muy bien el continuum temporal que hay
el tiempo que vive el historiador, no es cosa en la relación de la memoria y la historia
frecuente en los libros. Pero el interés por la del presente.
historia vivida es cada vez más patente en Recordar es, pues, un fenómeno de re-
el mundo actual. La historia se entiende producción cultural de primera magnitud.
hoy como el transcurso de los avatares de A fin de cuentas la cultura es en gran medi-
la humanidad sin que pueda decirse que da la presentización de un registro colecti-
concluye en un determinado punto del pa- vo del pasado. Y el historiador busca en las
sado, sino que se prolonga con todo dere- huellas del pasado además de en la produc-
cho hasta el mismo instante vivido”14. ción de nuevas fuentes dentro del tiempo
La historia del presente y los estudios presente de su propia historia vivida. Al hi-
que relacionan historia y memoria tienen lo de esto último, también es J. Aróstegui
mucho de novedoso, eso es cierto, pero el quien propone que pensemos en los proble-
historiador que ahora trabaja con esos obje- mas nuevos que afrontamos al buscar las
tos sabe que camina a lomos de una tradi- fuentes para la historia del presente, los de
ción incluso remota, la que nos recuerda P. la prensa y el periodismo, las estadísticas,
Burke: “Los historiadores también tienen las fuentes orales y los documentos perso-
una función en este proceso de resistencia. nales, y “el inmenso canal informativo que
Herodoto los consideraba guardianes de la se acumula hoy en internet”16.
memoria, la memoria de los hechos heroi- De todas formas, como no todo vale, co-
cos. Yo prefiero verlos como guardianes de mo no todo hace de puente entre pasado y
los esqueletos conservados en el armario de presente17, y no todos los vestigios están
la memoria colectiva [...]. Antaño había un llenos de significados válidos para histori-
funcionario denominado recordador. En rea- zar el presente, tendrá que hacerse, necesa-
lidad, este título era un eufemismo de co- riamente, un proceso de selección de fuen-
brador de deudas. Su misión consistía en tes para el estudio del presente. Y se tendrá
recordar a la gente lo que le hubiera gusta- que definir qué es lo que compone la me-
do olvidar. Una de las funciones más im- moria colectiva y qué es lo que no deja de
portantes del historiador es la de ser un mero tópico sobre la mal llamada re-
recordador”15. cuperación de la memoria histórica, incluyen-
Y recuérdese –valga la expresión– que, do los discursos y las representaciones im-
además del acto presente de seleccionar puestas de forma extra-historiográfica, por-
qué es lo que hay que recordar del pasado, que –recordando lo que apuntaba
todo acto de recuerdo no es sólo una reme- Gadamer18– todo eso es lo que nos va a dar
moración sino que se trata de una cons- sentido histórico como historiadores y otor-
trucción, porque el recuerdo se convierte gará hasta cientificidad al discurso históri-
en un producto cultural. Ese producto se co que estemos construyendo. Ésa es la ta-
hace en el presente para evocar el pasado y rea disciplinar de la historiografía, en este
proyectarse hacia el futuro. Se ilustra así caso, de la historiografía del presente.

14 J. Aróstegui y J. Saborido: “¿Hacia una nueva época? Los años 90”, en J. Aróstegui, C. Buchrucker y J.
Saborido (dirs.), El mundo contemporáneo: historia y problemas, Crítica, Barcelona, 2001, p. 787.
15 P. Burke, Formas de historia cultural, Alianza, Madrid, 2000.p. 85.
16 J. Aróstegui, “La historia del presente: ¿una cuestión de método?, en C. Navajas Zubeldia (ed.), Actas del
IV Simposio de Historia Actual, Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 2004, p. 68.
17 D. Lowenthal, El pasado es un país extraño, Akal, Madrid, 1998.
18 H-G. Gadamer, El problema de la conciencia histórica

- 158 -
Historiografía, memoria y usos públicos de
la historia

Rafael Valls
Universidad de Valencia

CARRERAS ARES, J.J. y FORCADELL ÁL- ce presente en las sociedades desde una
VAREZ, C. eds. (2003) Usos públicos de la his- perspectiva no estrictamente controlada
toria. Madrid: Marcial Pons y Prensas Uni- por la producción específicamente historio-
versitarias de Zaragoza, 360 pp. gráfica. Esta situación se complica aún más
si, como se hace en las dos obras referidas,
la perspectiva de análisis no es exclusiva-
FORCADELL, C.; PASAMAR, G.; PEIRÓ, I.; mente española, sino que se abre a una par-
SABIO, A. y VALLS, R. eds. (2004). Usos de te importante del ámbito europeo, especial-
la historia y políticas de la memoria. Zaragoza: mente a los países más inmediatos de nues-
Prensas Universitarias de Zaragoza, 529 pp. tro entorno (Francia, Italia y Alemania, de
manera más insistente, y también a los Es-
Las dos obras que reseñamos en estas lí- tados Unidos de Norteamérica).
neas son fruto de las aportaciones realiza- Una de las primeras intenciones de las
das en el VI Congreso de la Asociación de que se parte en las dos obras que analiza-
Historia Contemporánea, realizado en la mos es la de precisar, en la medida de lo
Universidad de Zaragoza en septiembre de posible, la definición de qué entender por
2002. En el volumen editado en 2003 se re- usos públicos de la historia. Para este fin se
cogen las ponencias de tal congreso, prece- reconstruye el debate alemán de la segun-
didas de una extensa y muy aclaratoria in- da mitad de los pasados años ochenta en el
troducción de los organizadores del Con- que Jürgen Habermas mostró claramente
greso y responsables de la edición de esta que con tal debate no se estaba abordando
obra. El volumen de 2004 está dedicado a una discusión científica privativa de los
la recopilación de una amplia selección de historiadores (no se aportaba nada nuevo
las comunicaciones presentadas, así como ni en cuestiones teóricas ni en aspectos fac-
de las intervenciones de los relatores de ca- tuales), sino que aquello de lo que se discu-
da uno de los cuatro ámbitos en que se es- tía era a propósito de cómo debía asimilar-
tructuró este Congreso (la historia en el es- se por la conciencia pública alemana el pe-
pacio público; historiografía y política de la ríodo del nacionalsocialismo y que, al res-
historia; usos educativos de la historia y, fi- pecto, era necesario distinguir entre el tra-
nalmente, uso de los recursos naturales y tamiento propiamente historiográfico de
medio ambiente: las enseñanzas de la his- los especialistas y su utilización en el espa-
toria). cio público o la esfera pública. Como es bien
Resulta realmente difícil dar cuenta, sabido, la expresión de Habermas tuvo un
aunque sea de manera somera, de dos vo- notable éxito y ha sido adoptada de forma
lúmenes que, conjuntamente, superan las generalizada para referirse a las diversas
900 páginas y que, además, abordan mu- formas en que la historia se hace presente,
chos de los terrenos en los que se mueve el de forma más o menos simplificada y tam-
amplísimo campo que actualmente queda bién más o menos manipulada, en las so-
incluido bajo la denominación de los usos ciedades actuales. Junto a esta cuestión ini-
públicos de la historia, todas aquellas mul- cial, la intención del congreso era reflexio-
tiformes facetas en las que la historia se ha- nar sobre las diversas estrategias e intere-

- 159 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

ses del uso público del conocimiento histó- historia: límites y alternativas”); la de R. Ló-
rico y de las diferentes formas de gestión pez Facal (“La enseñanza de la historia, más
del pasado histórico y de la memoria colec- allá del nacionalismo”) e incluso la de José
tiva, territorio de debate entre historiadores Carlos Mainer que, junto con la previamen-
y de conflicto y de pugna entre actores so- te citada de López Facal, se adentran en las
ciales y políticos, medios de comunicación pretensiones nacionalizadoras de las histo-
y opinión pública, especialmente activa en rias de la literatura (“Años de fe: la recons-
lo tocante a los nacionalismos políticos y trucción de la historia de la literatura, 1968-
culturales. 1975”). Este mismo tema, desde visiones
Una de las conclusiones más patente y más o menos concordantes, está presente
reiterada de las dos obras analizadas es que también en una parte importante de las co-
de los distintos usos públicos de la historia municaciones incluidas en el volumen de
el uso (y abuso) político es el más determi- 2004, especialmente en la sección dedicada
nante, ya que influye sobre todos los de- a los usos educativos de la historia.
más, y también es el que, en sus formas ex- Las aportaciones de estos dos volúme-
tremas, puede degradar mayormente a la nes no se quedan en lo hasta ahora descri-
historia convirtiéndola en una historia sin to, sino que van más allá, abordando dos
más razón que su utilidad para ser usada y cuestiones de gran interés y actualidad. Me
manipulada. De ahí la importancia de que estoy refiriendo, por una parte, al contro-
estos usos políticos de la historia deban ser vertido análisis de los más recientes deba-
analizados históricamente como una parte tes públicos habidos respecto de las inter-
constitutiva del conocimiento histórico, en pretaciones de algunos de los principales
pie de igualdad prácticamente con la di- acontecimientos habidos en la historia del
mensión cognitiva de la ciencia histórica. La siglo XX, especialmente en el ámbito euro-
historia se convirtió, ya desde sus orígenes, peo occidental. Por la otra, a las aportacio-
en un instrumento básico para la propagan- nes de la nueva historia ambiental y a sus
da y la legitimación de los poderes estable- planteamientos críticos respecto de las par-
cidos y así continuó tanto en la época me- tes ocultas del desarrollismo o del creci-
dieval como en el Renacimiento, llegando miento ilimitado. Ambas dimensiones son
en el siglo XIX a uno de sus puntos máxi- abordadas tanto en las ponencias como en
mos, mediante el proceso de nacionaliza- varias de las comunicaciones seleccionadas.
ción emprendido por los sistemas liberales. La primera de estas dos cuestiones es
El abuso sistemático de la historia, desde abordada por Walther L. Bernecker en lo
sus usos políticos, tuvo otro de sus puntos referido a Alemania (“El uso público de la
álgidos en la creación de un clima político historia en Alemania: los debates de fin del siglo
propicio para la I y II Guerras mundiales, XX”). Esta ponencia es muy ilustrativa de
tal como denunciaron, de forma poco efi- los usos públicos de la historia en un país
caz, diversos colectivos de historiadores y como Alemania, que puede ser considerado
de docentes de historia en los años previos casi como un modelo paradigmático de la
a ambas conflagraciones internacionales. relación entre los usos políticos de la histo-
No es, pues, de extrañar que una de las ria y la creación de las conciencias ciudada-
dimensiones más atendidas en estas dos nas. Su aportación permite hacerse una
obras sea la de la relación entre la historia y idea bastante adecuada de la intensidad y
la creación de las identidades colectivas, es- pluralidad de los debates alemanes al res-
pecialmente las relacionadas con los nacio- pecto, haciendo accesible, al mismo tiempo,
nalismos. A este tema se dedican varias de la bibliografía fundamental sobre tales de-
las ponencias del congreso: la de J. Álvarez bates, lo que puede ayudar a menguar la
Junco (“Historia e identidades colectivas”); la muy escasa presencia de estas cuestiones
de Carolyn P. Boyd (“El debate sobre la na- en traducciones españolas. Desde una pers-
ción en los libros de texto de historia de España, pectiva menos exhaustiva, algunas de las
1875-1936”); la de Pilar Maestro (“El modelo comunicaciones del volumen de 2004 tam-
de las historias generales y la enseñanza de la bién abordan estos debates recientes en

- 160 -
RESEÑAS

Francia (R. Ceamanos: “El uso de la historia mismo tiempo, hacia la individuación de
en el espacio público francés. El debate sobre la las causas históricas y de la lógicas más re-
historia del comunismo”), en Italia (J. Muñoz cónditas, por medio de las cuales se han
Soro: “El uso público de la historia. El caso ita- venido configurando las actuales tragedias
liano”) y en España, aunque en este caso humanas, sociales y ambientales” (G. Coro-
sea de manera más puntual y en referencia, na: “Por un sistema diferente de valores: la his-
fundamentalmente, al pasado incautado por toria ambiental en Italia como crítica a la ideo-
el franquismo en relación con la represión logía del crecimiento ilimitado”). En un ámbi-
realizada tanto durante la Guerra Civil co- to muy similar de preocupaciones, pero en
mo posteriormente. De manera paralela se referencia concreta al caso español, se pro-
analiza también los límites y las caracterís- nuncian tanto J. M. Naredo y O. Carpintero
ticas de la historiografía española de los (“La cara oculta del desarrollo: interacción en-
años cincuenta y sesenta del pasado siglo, tre los sistemas económicos y ecológicos”) co-
fracasada en su intento de normalización mo muchos de los autores de las comunica-
respecto de la historiografía europea (Mi- ciones incluidas en el volumen de 2004.
quel A. Martín), así como su carácter silen- Centraremos nuestra atención, en las
te, unidimensional y poco inclusivo, también próximas líneas, en la sesión dedicada a los
en los años de la transición política, respec- usos educativos de la historia, que es la
to de los que se opusieron al poder y fue- que, posiblemente, más interese a los lecto-
ron derrotados (J.S. Pérez Garzón). res de Con-ciencia Social. La Asociación de
Las aportaciones relacionadas con la Historia Contemporánea ha sido sensible a
historia ambiental son aquellas que, en esta situación y tanto en este VI Congreso
principio, mayor sorpresa ofrecen respecto como en el anterior, realizado en Valencia
de las cuestiones abordadas en este Con- en el año 2000, ha dedicado una de sus sec-
greso. Los distintos autores que tratan este ciones al estudio de los problemas relacio-
tema son conscientes de tal situación y de- nados con la enseñanza de la historia y a
dican parte de sus escritos a mostrar las po- los debates existentes en relación con esta
sibilidades abiertas por este nuevo enfoque temática. Como atestiguaron varias de las
historiográfico y su contribución a un uso comunicaciones presentadas, entre ellas las
público más crítico de la historiografía: “la incluidas en el volumen de 2004, los posi-
historia ambiental tiene otro tipo de ambi- bles y diferentes fines o finalidades asigna-
ciones. Se coloca en un debate dentro del dos a la enseñanza escolar de la historia si-
cual, alrededor de los problemas del am- guen siendo uno de los temas fundamenta-
biente, se topan distintos conceptos relati- les de debate, además de haberse converti-
vos a la forma de entender el gobierno de do en la cuestión en la que se han centrado,
la cosa pública, las relaciones sociales y directa o indirectamente, las disputas más
productivas, la relación entre pueblos y et- acaloradas, mediáticas o no. La reciente po-
nias. Propone una reorganización de las in- lémica sobre la enseñanza de las humani-
formaciones históricas, relativas a cual- dades, en realidad sobre la enseñanza de la
quier época y a cualquier sitio, alrededor historia y su componente nacionalizadora,
de un conjunto de ejes conceptuales que se así lo ha puesto de manifiesto. Algunos de
inspiran en un sistema de valores que quie- los recientes estudios sobre las característi-
re configurar una civilización invertida res- cas fundamentales de la enseñanza de la
pecto a la capitalista: la comunidad contra historia a lo largo de los últimos 150 años,
el hombre solo, la solidaridad contra el in- de los que son una muestra muy significati-
dividualismo, la sostenibilidad contra el va tres de las cuatro comunicaciones selec-
crecimiento ilimitado. Y es por esta razón cionadas (así como las ponencias ya anota-
que ésta encauza la investigación hacia la das previamente) son claramente conclu-
indagación de formas distintas de entender yentes en su afirmación de que el patriotis-
la riqueza y el bienestar, la economía y el mo y la nacionalización de la sociedad, a
desarrollo, la estructura de las relaciones través del modelo historiográfico de las
sociales y la gestión de los recursos y, al historias generales, han sido las finalidades

- 161 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

fundamentales de la inclusión de la historia crítica del alumnado, y de la sociedad en


dentro del currículo escolar. Tal como pone general, se presenta, por tanto, como ardua,
de manifiesto Raimundo Cuesta en su co- de larga duración y de resultados inciertos,
municación, esta finalidad es una de las pero, de seguro, merece la pena, aun con-
componentes básicas del código disciplinar tando con el esfuerzo, personal y colectivo,
de esta materia escolar, de la tradición so- que requerirá.
cial constituida por discursos y prácticas Las comunicaciones seleccionadas abor-
docentes, tanto conscientes como incons- dan algunas de las cuestiones anteriormen-
cientes, que continúa estando presente, de te indicadas desde diversos enfoques, unas
manera más o menos patente, en la actuali- veces más centrados en las características
dad, a pesar de que la sociedad haya cam- pasadas de la historia como disciplina esco-
biado tanto y en tantos aspectos. lar, otras directamente relacionadas con las
Algunas investigaciones recientes han dificultades del presente más inmediato de
abordado, de manera complementaria a los la misma o de su posible y deseable recon-
anteriores estudios, las prácticas escolares versión en un conocimiento histórico-social
de la enseñanza de la historia dentro de las más orientador, útil y crítico para el alum-
aulas. Aunque aún no dispongamos de un nado.
conocimiento suficientemente sistemático La aportación de Mª Pilar Salomón (“La
de lo que acontece en el interior de los cen- enseñanza de la historia de España en la Escue-
tros educativos, los datos parciales que co- la Moderna de Barcelona: una contribución a la
nocemos permiten aventurar que el ante- construcción de la identidad nacional españo-
riormente citado código disciplinar conti- la”) aborda las características particulares
núa vigente en gran medida, a pesar de al- de la enseñanza de la historia propuesta
gunos cambios en su formato más externo: por la Escuela Moderna, creada por Ferrer
la enseñanza de la historia sigue siendo bá- y Guardia a principios del siglo XX, con un
sicamente transmisiva y estando fuerte- enfoque laico, racionalista y científico, den-
mente encorsetada por una organización tro de los ideales educativos defendidos
cronológica de la misma; está orientada ca- por el anarquismo. Este estudio se centra
si exclusivamente a la transmisión de infor- fundamentalmente en el análisis del ma-
mación histórica, de tipo fundamentalmen- nual de historia de España redactado por
te político, sin suscitar problemas o interro- Nicolás Estébanez, al que se añadieron no-
gantes y sin que la metodología histórica se tas a pie de página por el editor. Esta obra,
haga presente o sólo lo haga de forma cari- con el título de Resumen de la historia de Es-
caturesca. Esto provoca que la historia sea paña, fue publicada en 1904 por el propio
captada y vivida por el alumnado como servicio de Publicaciones de la Escuela Mo-
una materia vinculada casi exclusivamente derna y fue utilizada como manual de refe-
a la memorización de una serie de hechos rencia por las aproximadamente 160 escue-
muy alejados del presente y de sus proble- las racionalistas que se fundaron en España
mas, tanto los de la sociedad como los del entre 1901 y 1939. La característica más pe-
propio alumnado. No es de extrañar, en es- culiar de este manual es su orientación re-
te sentido, que una parte importante del publicana y anticlerical, muy excepcional
alumnado valore su estudio como algo que dentro de los manuales escolares de histo-
les puede proporcionar básicamente un ria de España del momento, pero que no
cierto lustre cultural y, como en alguna oca- rompe con el esquema dominante de las
sión han revelado, una cierta mayor capaci- historias generales ni con la concepción
dad para quedar bien en el juego del esencialista de la identidad nacional, aun-
Trivial. Todo ello, obviamente, muy alejado que esta última, en su vertiente patriótica,
de lo que podríamos denominar como un intente ser matizada por el internacionalis-
desarrollo aceptable de un pensamiento mo y el antimilitarismo defendidos por el
histórico mínimamente crítico. La tarea de anarquismo.
lograr una formación histórica que contri- La comunicación de Antonio Martín (“La
buya al desarrollo de una mayor capacidad enseñanza social bajo la impostura territorial.

- 162 -
RESEÑAS

Una crítica fedicariana a los programas autonó- de la colectividad, su principal elemento


micos”) se centra en el análisis de las carac- sustentador: la identificación de nación y
terísticas y consecuencias previsibles que el territorio es lo que hace posible la construc-
incremento de los contenidos mínimos, ción del relato identitario por cuanto se ha-
tanto por parte de la administración educa- ce coincidir la memoria del grupo con la
tiva central como por parte de las autonó- memoria histórica de lo acontecido en el te-
micas, pudo y puede provocar en la ense- rritorio a las gentes que allí habitaron en
ñanza de la historia. Su autor pone de ma- cualquier época. La institución escolar ha
nifiesto el enorme peso que tanto la tradi- sido uno de las principales canales de dis-
ción académico-enciclopedista como la fun- tribución y de socialización de este relato
ción nacionalizadora, ahora incrementada mítico-justificativo y legitimador, con la fi-
en clave territorial-autonómica, siguen ejer- nalidad de que esta representación social
ciendo en los actuales programas escolares sobre la nación, sobre la identidad colecti-
de historia y de geografía. Destaca, igual- va, fuese sentida como propia por el alum-
mente, que este aumento de los contenidos, nado. Su autor propone como forma de su-
así como su enfoque identitario, obstaculi- peración de este circulo autoperpetuador
zan “hasta lo imposible la asimilación com- de la enseñanza de la historia el estudio de
prensiva de la cultura y la implicación de los la misma sin partir de la aceptación previa
alumnos en su proceso de aprendizaje”, dado de las entidades, esencias o identidades ac-
que despojan al conocimiento de su poten- tuales, esto es, partiendo de la historia co-
cial inquisitivo y lo convierten fundamen- mo propiedad del conjunto de la especie
talmente en un catálogo de certezas para humana, como patrimonio común de la es-
memorizar. Desde estos presupuestos, su pecie, inalienable en cualquiera de sus par-
autor, partiendo de las coordenadas com- tes para cualquiera de sus componentes.
partidas por los grupos didácticos inclui- La aportación de Raimundo Cuesta
dos en la Federación Icaria, propone seguir (“Sueños de la razón, historia crítica y didáctica
profundizando en el significado de una en- genealógica”) también converge en bastan-
señanza basada en la democratización del tes aspectos con las dos previamente rese-
conocimiento social, que pasaría, funda- ñadas. Parte de un breve análisis de las ca-
mentalmente, por convertir los problemas racterísticas sociogenéticas de la historia
relevantes del presente en el núcleo básico como disciplina escolar para mostrar lo que
de los contenidos de estudio, al tiempo que de continuidad y de cambio existe en la ac-
las cuestiones identitarias se convertirían tual enseñanza de la historia, destacando el
en objeto de desmitificación. continuado predominio de una historia te-
El estudio de Marcos J. Correa (“Fun- leológica y nacionalizante en la que, sir-
ción y enseñanza de la historia: acerca de la viéndose de la terminología nietzscheana,
identidad colectiva –reflexiones sobre individuo prevalecen las formas monumental y anti-
y sociedad-“) comparte con el anteriormente cuaria de hacer historia, sin apenas posibi-
citado de A. Martín tanto la preocupación lidades para un uso crítico de la misma,
por la función social de la historia y de su que es la preconizada por el autor de la co-
enseñanza como la crítica a la finalidad municación. De forma muy sintética, esta
identitaria que la ha acompañado tradicio- historia crítica, situándose más allá de la
nalmente. En opinión de su autor, el hecho veneración supersticiosa del pasado ten-
de convertir la historia en la memoria de dría que hacer posible la construcción de
una determinada colectividad (nacional) “una contramemoria capaz de albergar en su
supone la proyección en el pasado de la seno la multiplicidad de memorias subalternas
permanencia de la colectividad misma que frente a la hoy imperante memoria oficial y des-
memoriza, lo que sólo es factible desde un de arriba”. En esta didáctica crítica y genea-
uso teleológico y ahistórico de la pretendi- lógica de la historia deberían ocupar un lu-
da continuidad de tal colectividad. Este gar preferente, por una parte, el estudio de
proceso identitario tiene en el territorio, los problemas sociales relevantes y, por
convertido en patrimonio histórico básico otra, el impulso de la creatividad narrativa

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

de los alumnos y la elaboración por los frustración entre el profesorado y dismi-


mismos de textos-relatos sobre los proble- nuir el fracaso escolar entre los alumnos. Y
mas de nuestro mundo, de forma que se eso sin tener en cuenta que la diversidad
potenciasen sus competencias comunicati- del alumnado se ha incrementado en la ac-
vas y la presencia en las mismas de una tualidad y que, consiguientemente, las difi-
práctica cultural antihegemónica y más cultades han aumentado.
creativa. La comprensión histórica requiere del
La atención prestada a los entonces nue- uso de las fuentes documentales, del plan-
vos temarios de la enseñanza de la historia, teamiento de interrogantes y de problemas,
los impulsados por la ministra Pilar del de la confrontación de las informaciones
Castillo, en el conjunto de la enseñanza se- disponibles, así como de la intencionalidad
cundaria responde a la preocupación que de los actores históricos y de las principales
éstos han suscitado en una parte importan- interpretaciones generadas a partir de las
te de los docentes interesados en potenciar mismas. Si esto no se cumple, entonces se
las capacidades formativas del aprendizaje está realizando otra cosa, que puede ser de-
de la historia. Los nuevos programas pre- finida como transmisión o reforzamiento
sentan un carácter obsoleto por cuanto se del relato canónico tradicional y de sus es-
centran casi exclusivamente en los conteni- tereotipos, pero no como educación históri-
dos factuales, haciendo caso omiso de la ca ni como generación de una conciencia
epistemología y de la metodología históri- histórica o de un pensamiento histórico que
cas, que son parte consustancial de la cien- pueda ser calificado como tal.
cia histórica y del proceso de enseñanza y En las dos obras reseñadas, como es
de aprendizaje de la misma, si éste quiere ir propio de las obras que agrupan estudios
más allá de la simple repetición del relato de un considerable número de autores (11
histórico canónico o, lo que sería peor, de la en el volumen de 2003 y 26 en el de 2004),
indoctrinación. El incremento de los conte- hay diferencias en la calidad y en lo nove-
nidos temáticos dificulta igualmente la doso de las cuestiones planteadas, tanto
atención a las actitudes y valores que se de- más cuando se trata de un tema, el de los
clara pretender cuando se formulan los ob- usos públicos de la historia, en el que se tie-
jetivos de estas disciplinas escolares, gene- ne consciencia de su urgencia e importan-
rándose una clara contradicción entre unos cia, pero también se es consciente de lo in-
y otros. Y, como es sabido, no es que falte seguro de sus límites y del cierto descon-
experiencia docente al respecto: estos pro- cierto que lo rodea. A pesar de ello, la reac-
gramas de historia (especialmente el de se- ción de los historiadores ante la profusión
gundo de bachillerato) recuerda muy direc- de las demandas de usos públicos del cono-
tamente al del anterior tercero de BUP y la cimiento histórico no debe ser otro que la
imposibilidad reiteradamente constatada de historiar crítica y radicalmente las ins-
de su cumplimiento, lo que provocó prácti- trumentalizaciones del pasado. Y estas dos
cas docentes alternativas que buscaron so- obras son, ciertamente, una contribución
luciones viables con las que menguar la muy estimable a tal fin.

- 164 -
En la frontera del concepto de inteligencia.
Perspectivas críticas de la psicología educativa

Araceli Broncano Rodríguez


Fedicaria Salamanca

KINCHELOE, J.L.; STEINBERG, SH.R.; VI- cas de enfoque individualista acordes con
LLAVERDE, L.E. (Comps.).(2004). Repensar el pensamiento estratificador de la institu-
la inteligencia. Madrid: Morata. 240 pp. ción educativa. Sin embargo esta utiliza-
ción de la psicología no puede considerarse
Una de las consecuencias de las frustra- la única posible , ni tampoco la “más cientí-
das expectativas de la reforma LOGSE ha fica”. Ya que desde el inicio mismo de los
sido que en el mundo educativo español se estudios psicológicos han existido otras co-
ha incidido en la crítica de psicologicismo rrientes psicológicas críticas de estos enfo-
que se supone afecta a dicha reforma edu- ques individualistas que han dirigido sus
cativa. Esta crítica que en parte adolece, se- investigaciones hacia aspectos de la mente
gún mi punto de vista, de intereses de po- humana más contextualizados histórica y
der corporativo entre pedagogos y psicólo- socialmente. Aunque han sido minoritarias
gos y de generalización al tomar unas co- en su uso en educación, quedando relega-
rrientes psicológicas dominantes en la das al ámbito universitario y a prácticas
práctica institucional como toda la psicolo- educativas aisladas, son estas corrientes las
gía, tiene a su vez razones fundadas en que pueden fundamentar una psicología
cuanto a los efectos que la utilización de es- educativa crítica que nos ayude en el análi-
tas corrientes psicológicas de corte indivi- sis y en la intervención de los graves pro-
dualista están provocando en la educación. blemas que aquejan a la institución.
Y, se añade a las críticas que en otros paí- En Repensar la inteligencia, Kincheloe et
ses, como es el caso de EEUU, se están lle- al. señalan que actualmente, llevados por la
vando a cabo, de las cuales algunas quedan corriente deconstructora y postmodernista,
reflejadas en el libro que reseñamos. se cuestionan más que nunca conceptos bá-
La psicología ha venido utilizándose en sicos para la psicología educativa como es
educación fundamentalmente con objetivos el desarrollo evolutivo y la inteligencia, a los
de evaluación y medida de las capacidades que se acusa de haber sido naturalizados, al
de los alumnos y alumnas para después imponer “científicamente”estadios de desa-
clasificarlos en grupos con diferentes ex- rrollo y formas de funcionamiento de la
pectativas de éxito académico y de futuro mente como únicas y generales a todos los
profesional. Aplicándose para ello pruebas niños y niñas, desde una cultura de falsa soli-
que pretenden dar un estatus científico a la daridad que disuelve las diferencias en letanías
clasificación realizada. Este uso de la psico- de normalización. Intentan en su libro poner
logía, que recuerda al militar después de la al descubierto como lo considerado como
segunda guerra mundial, ha ido extendien- “desarrollo evolutivo”, establecido bajo
do unas prácticas y construyendo una teo- una supuesta objetividad científica, escon-
ría psicológica dentro de la institución que de en realidad una visión sesgada de la
justifica la selección de los estudiantes por evolución infantil en la que se toma como
lo que estos demuestran en las pruebas, sin patrón único de normalidad evolutiva las
tener en cuenta los condicionantes contex- observaciones realizadas a grupos de niños
tuales que sesgan los resultados de estas. escogidos culturalmente, varones preferen-
Para ello se basan en corrientes psicológi- temente, blancos y de clase media. Utili-

- 165 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

zando cinco perspectivas críticas del desa- portancia a las funciones mentales requeri-
rrollismo (denominación que utilizan para das por los tests de inteligencia o de rendi-
referirse a esta tendencia), como supuesto miento académico en la medida en que lo
científico básico : la conservadora, la neo- hacen los estudiantes de clase media y me-
marxista, la feminista, la del pluralismo dia alta de las sociedades occidentales. Los
cultural y la foucaltiana, se van desgranan- hijos e hijas de las clases bajas e inmigran-
do argumentos con los que se pone en evi- tes han sido educados en ambientes fami-
dencia que en esta línea de investigación liares en los que se tienen diferentes expec-
del desarrollismo subyace una idea teleoló- tativas de futuro de vida adulta y en los
gica del desarrollo infantil que prefigura que se utilizan sistemas de comunicación y
adultos de comportamientos adaptados al razonamiento que en algunos casos difie-
sistema capitalista, en el que los puestos ren de lo establecido como “normalización”
más altos de la sociedad los alcanzarán los en la literatura institucional. Estos modos
individuos que consigan superar con éxito de razonamiento son considerados por los
los distintos estadios de desarrollo estable- psicólogos institucionales como “inferio-
cidos por la ciencia. res” ya que no son los más competentes pa-
En la base del cognitivismo que funda- ra la institución educativa, por lo que a la
menta “el desarrollismo” están los trabajos hora de enfrentarse a los test de inteligen-
de Piaget, el cual teorizó el pensamiento cia, obtienen bajos rendimientos y son con-
formal como el pensamiento humano de siderados como poco capaces y necesitados
orden más alto. Para los llamados a sí mis- de ayuda especial para seguir la educación
mos posformalistas (Kincheloe, et al.), Piaget normalizada. Los postformalistas conside-
consideraba que el ideal del pensamiento ran que algo va mal en una disciplina que
humano es el científico y que este ha de ser no puede discernir el efecto de lo social so-
la meta del desarrollo cognitivo infantil. Un bre los psicológico, que afirma neutralidad
tipo de pensamiento que es posible obser- y objetividad pero no aprecia su propia in-
var e incluso medir con técnicas psicológi- crustación sociocultural. Y que recompensa
cas apropiadas. Desde esta óptica la inteli- uniformemente a los privilegiados por su
gencia se liga a la habilidad para proporcio- privilegio y castiga a los marginados por su
nar respuestas concisas y rápidas a proble- marginación. La psicología no puede medir
mas que impliquen habilidades lingüísticas los atributos desconocidos de la inteligen-
y lógicas. “Este pensamiento supone una acep- cia y así estos atributos se ignoran, buscan-
tación de una visión del mundo mecanicista dose sólo un conjunto específico de indica-
cartesiana-newtoniana que está atrapada en un dores de aptitud.
sistema de razonamiento causa-efecto hipotético Desde el análisis de la lucha de clases,
deductivo” (pág. 22). Los posformalistas se- las psicologías sociales pragmáticas, la edu-
ñalan que los psicólogos educativos han ve- cación progresista, el postmodernismo y la
nido haciendo la medida de la inteligencia teoría social crítica, los postformalistas pi-
buscando los rasgos con los que ellos están den que se piense de nuevo la contribución
familiarizados, despreciando lo que se des- que la psicología puede hacer a la educa-
conoce. Así la inteligencia la han definido ción. En lugar de un cognitivismo estrecho,
operacionalmente como el rendimiento en ha de abarcar el contexto más amplio de la
los test de C.I., no como los logros únicos y práctica y la teoría social. Esta reconceptua-
creativos de los que se es capaz en diversos lización de la psicología educativa se basa
lugares y contextos a lo largo de la vida. en una visión democrática de inclusividad
Este enfoque descontextualizado del es- que se niega a ver a los “otros” únicamente
tudio de la mente humana y del desarrollo a través de las lentes de la cultura domi-
infantil es considerado por los postforma- nante: blanca, europea occidental, masculi-
listas como antidemocrático. Señalan cómo na y de clase media o alta. Es un visión de-
los niños y niñas de las clase trabajadora y mocrática que ha de mover a los psicólogos
los inmigrante procedente de otros contex- y psicólogas a documentar y validar tipos
tos culturales no atribuyen la misma im- de razonamiento e inteligencia que difieren

- 166 -
RESEÑAS

de los que el campo ha venido reconocien- pueden atribuir por extensión a toda la psi-
do. Esta práctica puede “democratizar” la cología, ya que, como antes indicaba, son
inteligencia admitiendo nuevos miembros muchas las corrientes teóricas psicológicas
a la exclusiva comunidad de los que tienen que tienen una perspectiva ecológica, por
talento. Con esta idea democrática en men- lo que el contexto también forma parte de
te, los educadores adquirirán la capacidad su investigación.
para aprender modelos alternativos de de- Desde una posición neovigostkiana,
sarrollo cognitivo a partir de los estudian- Bárbara Rogoff nos comenta en su libro
tes rechazados antes como incapaces. El (1993) Aprendices del pensamiento, cómo Pia-
posformalismo, como lo utilizan los auto- get no ha sido bien comprendido por los
res de este libro, está preocupado por los investigadores americanos, y erróneamen-
problemas de la justicia, la democracia, el te, se ha asumido que consideraba sólo al
significado, la conciencia de sí mismo y la individuo a expensas del medio. Según es-
naturaleza y función del contexto social. ta autora, si bien esto no es del todo cierto,
Así se preguntan qué tipo de pensamiento de hecho, Piaget se fijó más en el individuo
podría emerger cuando los individuos ope- que en los aspectos del mundo que el niño
ran fuera de los límites del formalismo. In- y la niña tratan de entender o en cómo el
tentan construir una teoría cognitiva socio- mundo social contribuye al desarrollo indi-
política que comprenda la manera en que vidual. Estableció una serie de estadios de
el mundo que nos rodea forma nuestra desarrollo del pensamiento infantil que se
conciencia, nuestra subjetividad. El posfor- han constituido en canónicos asumiendo
malismo se basa en la idea de que la inteli- que las actividades cognitivas son genera-
gencia se puede aprender y se puede ense- les a la hora de enfrentarse ante diferentes
ñar en las escuelas, en el puesto de trabajo, problemas, sin que sea necesario conside-
en las organizaciones cívicas y en cualquier rar lo específico de estos. Pero el hecho evi-
lugar donde las personas interactúen. Lo dente de que determinados niños y niñas
definen como “un heurístico postmoderno crí- no razonen de modo uniforme en proble-
tico cuya meta es desarrollar, entre otras cosas, mas que son lógicamente similares ha in-
formas de conciencia crítica, análisis y conoci- troducido en el ámbito científico algunos
mientos en estudiantes, profesores y formadores conflictos en el marco de su teoría. Una lí-
de profesores que van mucho más allá de las teo- nea de investigación que intenta responder
rías de estadios de Piaget del desarrollo del co- a esta diversidad de procesamientos cogni-
nocimiento formal” (pág. 174). Para ello se tivos es la de Gardner y su teoría de Las in-
basan en corrientes psicológicas como la teligencias múltiples (1993). Las siete inteli-
histórico cultural vigostskiana y sus actua- gencias identificadas por Gardner que se-
lizaciones, el pragmatismo deweyviano, las rían: la inteligencia lingüística, la lógico-
teorías de Foucoult, Bourdieu, Gardner y matemática, la espacial, la musical, la cor-
las de la identidad como las de Benhabib, poral y cinética, la interpersonal y la intra-
entre otras. Es un libro que considero de in- personal, él las considera como potenciales
teresante lectura porque pone en cuestión biológicos en bruto, no proponiendo la lista
supuestos muy arraigados en educación como exhaustiva. Pues su interés está tanto
como son los patrones evolutivos y las for- en destacar el aspecto pluralista de la men-
mas de razonamiento que comprende la in- te como su relación con el contexto. Ya que
teligencia. A pesar de las dificultades deri- plantea que una inteligencia implica la ha-
vadas de la traducción y de la cantidad de bilidad necesaria para resolver problemas
autores y ensayos que forman parte del li- determinados o para elaborar productos
bro, creo que se sitúa en una línea crítica de que son de importancia en un contexto cul-
la psicología que nos puede servir a las fe- tural o en una comunidad. Planteando in-
dicarianas y fedicarianos para no caer en la cluso que la tendencia biológica a partici-
consideración de que los males que encon- par de una forma concreta de resolver pro-
tramos en las corrientes que han venido blemas tiene que asociarse también al en-
dominando en la psicología institucional se torno cultural, ya que cada cultura da im-

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

portancia a un conjunto diferente de inteli- ponsabilidades ante el fracaso de muchos


gencias y a una combinación distinta de las alumnos y alumnas y de analizar los meca-
mismas. nismos por los que la institución educativa
La noción de inteligencia cambia pues produce tantos alumnos y alumnas con gra-
en cada cultura, así como en cada momento ves heridas emocionales y marcados para
histórico. Esto nos remite al origen cons- siempre como inadaptados.
truido del concepto de inteligencia ya co- Los sentimientos y los deseos, propios y
mentado anteriormente, el cual no pode- de los otros, ocupan gran parte de nuestras
mos considerar separado de los valores que preocupaciones, y no se pueden separar de
en cada momento histórico imperan en una otos aspectos mentales que impulsan la
sociedad. Un ejemplo que encuentro de la acción humana. Estas acciones, con toda su
orientación cultural existente en la acepta- complejidad, las comprendemos y las pro-
ción de los componentes que forman la yectamos con formas de procesamiento
mente humana en cada momento histórico cognitivo más ricas y complejas que las que
es el éxito que ha tenido en los últimos años tradicionalmente son medidas por los test
en EEUU, y occidente en general un aspecto de inteligencia. Jerome Bruner plantea, en
de la mente que antes se consideraba sepa- su libro (1986) Realidad Mental y Mundos Po-
rado de los aspectos intelectuales: La inteli- sibles, que hay dos modalidades de funcio-
gencia emocional (1995), Goleman, D. Este li- namiento cognitivo, de pensamiento: la pa-
bro, que se ha constituido en un auténtico radigmática y la narrativa; y cada una de
best seller en occidente, propone una nueva ellas posibilita modos característicos de or-
inteligencia que conjugaría la inteligencia denar la experiencia, de construir la reali-
interpersonal y la intrapersonal de Gardner. dad. Si bien son complementarias, son irre-
E intenta responder por qué algunos indivi- ductibles entre sí. Una de las modalidades,
duos , categorizados por los test de inteli- la paradigmática o lógico- científica, trata de
gencia con un alto CI no logran ser felices cumplir el ideal de un sistema matemático,
en su vida y triunfar en los aspectos profe- formal, de descripción y explicación. El pen-
sionales. Fracasos que en el primer mundo samiento narrativo, en cambio, se ocupa de
son un grave problema que hay que solu- las intenciones y acciones humanas, de las
cionar, pues la búsqueda de la felicidad y el vicisitudes y consecuencias que marcan su
éxito se ha constituido casi en una obliga- transcurso. Bruner señala que el pensa-
ción para el individuo occidental, en esa ló- miento paradigmático es típico del pensa-
gica social de ingenua mitificación del pro- miento científico e implica la construcción
greso tan propia de las sociedades neolibe- de clases de equivalencias, de jerarquías de
rales. No pretendo negar la importancia categorías con relaciones de inclusión, de
que los sentimientos tienen en el funciona- proposiciones independientes del contexto,
miento mental, ya que pensamiento y emo- formales y abstractas en el tiempo. Cuando
ción son aspectos de la mente humana que se emplea, el individuo tiene que poner en
considero inseparables sino tan solo alertar relación un caso concreto con categorías ge-
sobre el peligro potencial de esta moda tan nerales, según un proceso vertical de su-
generalizada en la actualidad de buscar la bordinación o de supraordenación. Sin em-
solución a los problemas de desadaptación bargo el pensamiento narrativo se emplea
social y escolar en una simplificación del preferentemente en el ámbito del discurso
componente afectivo de la persona con con- y del razonamiento cotidiano. Y es esa coti-
ceptos como “autoestima”, “habilidades so- dianidad la que a mí me hace resaltar en es-
ciales”, “asertividad”. Una moda que oculta te comentario el pensamiento narrativo, ya
los aspectos determinativos de clase, sexo o que es el más usado, aunque también el
raza que hay detrás de la falta de éxito. Y más desconocido. Frente al pensamiento
que, si nos ceñimos al mundo escolar, está paradigmático que se aplica esencialmente
proporcionando a todos los que trabajan en el mundo físico, el pensamiento narrati-
dentro de la institución un vocabulario pre- vo encuentra su aplicación natural en el
tendidamente científico que exime de res- mundo social, dado que intenta ofrecer una

- 168 -
RESEÑAS

interpretación de los hechos humanos cre- Vigostky propuso que los procesos cogniti-
ando una historia basada en la intencionali- vos aparecen primero en el plano social: lo
dad de los actores y en la sensibilidad del que el niño o la niña interiorizan es lo que
contexto. Ya que la historia conforma un previamente han realizado en el contexto
modelo interpretativo de las acciones hu- social. El desarrollo individual está media-
manas. tizado por la interacción con otras personas
Este desplazamiento en el estudio del más hábiles en el uso de los instrumentos
funcionamiento mental desde cómo los hu- culturales. Estos procesos compartidos son
manos codificamos el mundo físico, que ha interiorizados, transformados, para consti-
sido el interés básico de la psicología du- tuir el plano individual. El desarrollo del
rante mucho tiempo, al progresivo interés niño y la niña hacia formas más hábiles de
en cómo comprendemos y prevemos las ac- participación en la sociedad se lleva a cabo
ciones y estados mentales de los otros, es a través de la participación guiada , lo que
quizá lo que ya muchos llaman “la segun- Bruner, en una metáfora que personalmen-
da gran revolución cognitiva” surgida con te encuentro muy acertada llama el “anda-
la llamada Teoría de la Mente (Riviere, 1996) miaje”, para referirse a esa relación de ayu-
en la que se postula que el inductor del das que el adulto, u otro niño más experto,
pensamiento es precisamente el pensa- establecen con el niño para la resolución de
miento social. El niño y la niña adquieren un problema. La noción de participación
el conocimiento acerca de la naturaleza de guiada se orienta por una parte a resaltar la
las personas a través de la experiencia de actividad compartida en relación con la co-
relaciones afectivas interpersonales. Es la municación, que incluye tanto palabras co-
implicación intersubjetiva lo que permite la mo acciones, y por otra a abarcar la rutina
comprensión de la naturaleza subjetiva. La que se establece, tanto de las actividades
teoría de la mente incluye mucho más que como del ajuste entre el niño y aquellos con
la lectura de la conducta de los otros en tér- quienes interactúa. Los niños y las niñas
minos de deseos e intenciones. El mecanis- observan y participan con otras personas
mo de la teoría de la mente es la vía para en costumbres culturalmente establecidas y
representar el conjunto de estados menta- de esta manera se apropian de esas tecnolo-
les como simular, pensar, creer, conocer, gías culturales en las que cada generación
soñar, imaginar, engañar, adivinar... Y rela- va dejando su impronta histórica. El título
cionar todos los estados mentales, percepti- del libro de Bárbara Rogoff, Aprendices de
vos, volitivos y epistémicos, con las accio- pensamiento, al que antes aludíamos, evoca
nes, para así construirse el individuo una las relaciones educativas que se producían
teoría sobre los otros consistente y útil, que en los talleres artesanales preindustriales
será la que le guíe. Esta línea de investiga- para ejemplificar, sin con ello querer ideali-
ción, que tiene muchas ramificaciones, es- zar el regreso a otras épocas históricas, el
tando algunas muy ligadas a los estudios concepto de actividad situada propio de la
etológicos y naturalistas (Humphrey,1993) corriente neovigoskiana llamada Psicología
y otras más a la tradición cognitiva (Per- Cultural ( Cole, M.; Newman, D.; Griffin,
ner,1994), está dando un nuevo enfoque a P.; Rogoff, B.; Cazden,C.; Werch, J. , etc.).
la ciencia cognitiva y a patologías como el En aquellos talleres la relación entre el
autismo. Sin embargo, excepto en el referi- adulto maestro y el joven aprendiz, en tor-
do campo de determinadas patologías, ape- no a una actividad, iba más allá del mero
nas se conoce en el contexto educativo. No aprendizaje del oficio, incluía también la
es el caso de las teorías vigostkianas, y so- introducción del aprendiz en la vida adulta
ciohistóricas en general, que aunque mino- como formando parte de una comunidad,
ritarias, sí tienen una larga trayectoria en el gremio, que denotaba una identidad so-
educación, y que según mi modo de enten- cial reconocida. Así el joven iba conforman-
der las cosas, son compatibles con este nue- do su identidad personal en la participa-
vo enfoque de la psicología agrupado en ción de esa comunidad de práctica en la
torno al término Teoría de la Mente. Ya que que interaccionaban los aprendices y los

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

maestros. Las actividades que se llevaban a experiencia de identidad, puesto que el


cabo traspasaban las paredes del taller ya aprendizaje transforma quiénes somos y lo
que incluían las relaciones con los clientes y que podemos hacer. El aprendizaje no es
proveedores, entre otros, con lo que la rela- sólo una acumulación de detalles e infor-
ción de su actividad con la dinámica social mación, sino también un proceso de llegar
general era vista de forma natural por el a ser. Acumulamos capacidades e informa-
aprendiz, sintiéndose útil a la comunidad ción no como un fin en sí mismo sino al ser-
desde el primer momento. vicio de una identidad, así el aprendizaje se
Estos conceptos de participación, de puede convertir en una fuente de significa-
práctica situada, de identidad y de afilia- do y de energía personal y social. Visto co-
ción son discutidos ampliamente en el libro mo una experiencia de identidad, supone
de Etienne Wenger, (2001) Comunidades de tanto un proceso como un lugar, supone un
práctica, y que a mi modo de entender am- proceso de transformación de conocimiento
plía algunos temas esbozados en el libro de además de un contexto en el que definir
Repensar la inteligencia, que comentamos, en una identidad de participación. Pero un
aquellos aspectos de cómo se pueden llevar problema del formato tradicional del aula
al campo educativo nuevas formas de inter- es que está demasiado desconectado del
vención que partan de las ideas de mente si- mundo y es demasiado uniforme para apo-
tuada comentadas hasta ahora. Y en las que yar formas significativas de identificación.
cabe destacar que no podemos desvincular El adulto no se presenta como tal adulto, si-
el ejercicio de las capacidades cognoscitivas no en el papel institucional de profesor, al
de las actividades prácticas organizadas so- servicio de un currículo que cosifica unos
cialmente que se han ido perfilando históri- conocimientos descontextualizados, desde
camente. Los seres humanos iniciamos em- el poder que la institución le otorga, pri-
presas para conseguir fines que pueden ir vando así a los estudiantes de la posibili-
desde la mera supervivencia hasta conocer dad de interaccionar con el adulto que es
la estructura de la materia, para ello inte- en una actividad compartida .
raccionamos con los demás y con el mun- La enseñanza no causa el aprendizaje,
do, es decir, aprendemos , y este aprendiza- crea un contexto en el que éste se produce
je colectivo desemboca en unas prácticas como hacen otros contextos. Aprender es
que reflejan tanto la búsqueda de los metas un proceso emergente y continuo que pue-
de la empresa como las relaciones sociales de usar la enseñanza como uno de sus mu-
que la acompañan. Estas prácticas son por chos recursos de estructuración. La ense-
tanto propiedad colectiva de un tipo de co- ñanza debe pues “ser oportunista” porque
munidad creada mediante la intención sos- no puede controlar sus propios efectos, lo
tenida de lograr una empresa compartida. que importa es la interacción de lo planifi-
En ese sentido se pueden llamar comunida- cado y lo emergente. Tradicionalmente se
des de práctica. Wegner, desde la etnogra- asocia la enseñanza a la codificación del co-
fía de una empresa de seguros, estudia la nocimiento en una materia “cosificada” co-
dinámica en la que se genera el aprendiza- mo es el libro de texto o el currículo. Este ti-
je, el significado y la identidad en esas co- po de cosificación crea “una etapa interme-
munidades, en las que sus miembros parti- dia” entre las prácticas, la actividad situada,
cipan en una práctica social. Desde este y los estudiantes. Y resulta que a veces, al
ejemplo de práctica institucionalizada va menos para muchos estudiantes, compren-
sacando conclusiones que se pueden llevar der este paso adicional se convierte en un
a otras instituciones como es la institución problema que no existe en la práctica. Weg-
educativa Es a través de la filiación y de la ner plantea que el significado que tendrá la
participación negociada como los miembros materia en la vida de los estudiantes de-
de una comunidad de práctica van trazando penderá de las formas de participación y fi-
una trayectoria de identidad, es decir, van liación que se establezcan durante el perio-
aprendiendo. Ya que Wegner, desde la teo- do de aprendizaje más intenso, ya que este
ría social, plantea el aprendizaje como una nunca termina. Así para muchos estudian-

- 170 -
RESEÑAS

tes, la escuela representa una disyuntiva les e históricos han hecho que la psicología
que crea un conflicto entre sus vidas socia- educativa tenga una mirada selectiva sobre
les y personales y su compromiso intelec- aspectos parciales de la mente humana, li-
tual en la escuela. “Lo que parece ser una falta gados a una clase y un contexto cultural,
de interés en el aprendizaje, puede reflejar una naturalizándolos como “la inteligencia” y
sed genuina de un tipo de aprendizaje que com- despojando con ello a gran parte de los es-
prometa la propia identidad en una trayectoria tudiantes de “lo más propio de la naturale-
significativa y ofrezca alguna propiedad del sig- za humana”. Quizá así podamos ampliar la
nificado. Cuando los estudiantes institucional- selecta comunidad de los inteligentes para
mente marginados dejan la escuela, el acceso a que a los excluidos no se les imprima una
puestos de trabajo institucionalmente margina- marca corpórea de “falta de capacidades” y
dos encaja con lo que han aprendido en la escue- se puedan enfrentar sin restricciones a las
la. Simplemente extienden la trayectoria y la condiciones de su marginación social.
identidad institucional que la escuela les ha
ofrecido”. (pág. 318). Con esta cita de Weg-
ner regresamos a los interrogantes del prin-
cipio:¿Qué formas de pensamiento podrían REFERENCIAS
surgir si las escuelas fueran un contexto en
BRUNER, J.(1988 ). Realidad Mental y Mundos Po-
el que los aprendices participasen filiativa-
sibles. Barcelona: Gedisa.
mente en la búsqueda de significados y en HUMPHREY,N. (1993). La mirada interior. Ma-
el que pudiesen trazar una trayectoria de drid: Alianza.
identidad que no excluyera la crítica de có- KINCHELOE,J.L.;Steinberg, Sh.R.; Villaverde,
mo la institución y las estructuras de poder L.E.(Comps.) (2004). Repensar la inteligencia
influyen en su constitución?. Madrid: Morata.
Tal vez si establecemos con nuestros PERNER, J. (1994). Comprender la mente represen-
alumnos y alumnas una relación dialógica tacional. Madrid: Paidós.
en el sentido bajtiniano (Wertsch, J.,1991) RIVIÈRE, A. y Núñez, M. (1996). La mirada men-
podamos desenmarañar las redes que la tal. Buenos Aires: Aique.
ROGOFF, B.(1993). Aprendices del pensamiento.
violencia simbólica teje con nuestras men-
Barcelona: Paidós.
tes para construir una escuela que nos con- WERTSCH, J.(1991). Voces de la mente. Un enfoque
vierte a alumnos y alumnas, a profesores y sociocultural para el estudio de la Acción Media-
profesoras, en identidades fragmentadas. da. Madrid: Visor.
Es posible que así podamos desenmascarar WENGER, E.(2001). Comunidades de práctica. Bar-
los mecanismos por los que procesos socia- celona: Paidós.

- 171 -
Aprendiendo a distinguir... distinguiéndose

David Seiz Rodrigo


Fedicaria Salamanca

SHINER, L. (2004)). La invención del arte: Una la aplicación de la calificación de Arte a


historia cultural. Barcelona: Paidós Ibérica. aquellas manifestaciones del genio y de la
necesidad del “pueblo”.
En la Universidad Autónoma de Ma-
drid tiene su sede desde hace años el Mu- “No admite en el contemplador términos medios: ar-
te de humildes, arte de refinados. Para el humilde, los pu-
seo de Arte y Tradiciones Populares. En él ros encantos de la fantasía primitiva, clara, sencilla, inge-
se guarda una extensa colección de útiles, nua, modesta, sobre todo abnegada, sin pretenciosos alar-
aperos, adornos personales y trajes de las des de originalidad innovadora; la íntima sensación de
diferentes regiones de la Península Ibérica. que sus riquezas son comunes, patrimonio por todos con-
Una larga serie de utensilios y herramien- servados y aumentado, al que nadie custodia porque es
tas utilizados en la agricultura, la ganade- inalienable, al que ninguno deja de prestar amorosa obe-
diencia. Para el refinado, la ancha visión unitaria de las
ría y todos los oficios artesanales desde la
corrientes universales, que en el acervo artístico popular
herrería hasta la carpintería que hasta no vienen a hundirse; la profunda emoción de este coral gi-
hace tanto tiempo podíamos encontrar gantesco, en que el arte del pueblo, totalmente objetivo y
ejerciéndose en cualquier población. Los por objetivo, como el coro de la tragedia, justo y piadoso,
objetos que el museo atesora son como los funde las disonancias, suaviza las estridencias, corrige las
restos de un naufragio, oficios perdidos o a aberraciones, depura los caprichos personales, elimina
punto de olvidarse, técnicas hace tiempo cuanto repugna a la castidad de su naturaleza original y
de su alma colectiva.”1
abandonadas, ropas y utensilios que sólo
caben ya en celebraciones nostálgicas y que La mirada de Cossío sobre la estética po-
sólo tienen sentido para quienes con vo- pular no está exenta de idealismo, pero re-
luntad de anticuario los recogen conscien- conoce y admira, tras el canto esencialista
tes de que son los últimos de su género. Sin de las virtudes aldeanas, un arte popular
embargo esos objetos, tan cotidianos en su que parece la cara opuesta del “Arte” al que
momento como para nosotros hoy pueda se refiere el libro que aquí comentamos.
ser un teléfono, una camiseta de algodón o
las llaves de nuestra casa, son aquí bende-
cidos con el nombre de “Arte”. No se nos
escapa que estamos ante un concepto de Arte y Artesanía
“Arte” distinto, y aunque nadie discuta su
valor estético o su mérito tecnológico, mu- Cuando nos hallamos ante el llamado
chos lo calificarían con más comodidad co- “Arte Popular”, el “Arte Primitivo”, o in-
mo “artesanía”. cluso ante algunas expresiones de Arte
Con ocasión de la Exposición de Borda- Contemporáneo, los límites de lo que con-
dos Populares que se celebró en el mes de sideramos “Arte” se nos hacen vagos e im-
mayo de 1913, Bartolomé Cossío exponía precisos. El “Arte”, tal y como nos lo plan-
algunas razones que servían para justificar teamos hoy es el último grado de un proce-

1 COSSIO, Bartolomé; De su Jornada (fragmentos); Madrid, 1966; p. 253; “Elogio del arte popular”; De la exposi-
ción Bordados populares y encajes, Madrid, mayo, 1913. El autor institucionista, pedagogo y teórico de arte
hace un panegírico del Arte Popular, donde explica la consideración artística que en ocasiones se otorga
a estos objetos.

- 172 -
RESEÑAS

so, de la evolución de una idea que el pro- cución; en definitiva, según unos paráme-
fesor Larry Shiner llama el moderno sistema tros que hoy en día consideraríamos más
de Arte, cuya génesis nos presenta su autor propios de la artesanía que de ese Arte con
en una suerte de historia cultural, tan esti- mayúsculas del que hablan los manuales.
mulante como grata de leer. El libro está Hasta el siglo XVIII el arte no asume esa
editado por la editorial Paidós en su colec- distinción elitista sobre la artesanía. La te-
ción de “Estética”, hay que señalar que sis que presenta Shiner, desarrolla la que
además la editorial barcelonesa mantiene cincuenta años antes definiera Paul Oskar
una colección de “Arte y Educación” don- Kristeller2, que reparó en que el concepto
de podemos encontrar otras referencias bi- de Bellas Artes no existía antes del siglo
bliográficas interesantes sobre esta materia. XVII. La transformación del arte que se
El arte, según la tesis que defiende Shi- completa entre mediados del siglo XVIII y
ner, es una invención europea de apenas comienzos del XIX, engendró una serie de
doscientos años de edad. Evidentemente su artefactos culturales sin los que hoy no po-
planteamiento no supone considerar que la dríamos concebir el arte; el museo, el críti-
civilización careciera de expresiones artísti- co, el especialista, los manuales de arte y en
cas en el sentido estético más general, sino definitiva la propia Historia del Arte como
que el modo en el que éstas eran entendi- disciplina, la cual no se configura realmen-
das se diferenciaba mucho del actual. Re- te como parcela del conocimiento hasta el
sulta revelador que aquel antiguo sistema siglo XVIII con la publicación de la Historia
de arte que duró más de dos mil años obe- del Arte en la Antigüedad (1764) de Winckel-
deciera a principios y características que mann 3 . Una coincidencia temporal que
hoy definen a la artesanía. Sobre éste para- desde luego no es casual.
dójico hecho el autor comienza su argu- En el mundo antiguo no existía la dis-
mentación. tinción entre arte y artesanía, como tampo-
¿Qué es lo que distingue el arte de la ar- co había artistas o artesanos; una única ca-
tesanía? Suele considerarse que la originali- tegoría reunía a los artífices, distinguidos
dad, la dificultad técnica, la utilidad prácti- sólo por su habilidad o su imaginación. Los
ca (en el caso del arte su falta) o el valor griegos carecían de una palabra para el arte
(entendiendo éste como valor de mercado), como sinónimo de belleza, solían utilizar la
servirían para establecer una distinción palabra techné4, término por el que la tra-
ajustada. Sin embargo buena parte de las ducimos, que los griegos aplicaban a cual-
obras que sin discusión entendemos como quier conocimiento práctico realizado con
“arte”, comparten características con la ar- destreza. Los romanos carecían igualmente
tesanía, su utilidad práctica, el responder a de este concepto y utilizaban ars, palabra
modelos consagrados, su falta (relativa) de de la que derivan nuestras actuales artes,
originalidad, o una considerable dificultad en el mismo sentido que los griegos techné .
técnica. Por otro lado, durante buena parte La concepción sobre las artes que estableció
de la historia occidental, los artistas y los el mundo clásico se mantuvo en la Edad
artesanos (utilizando la distinción actual) se Media y así, san Agustín y santo Tomás
formaron en los talleres de sus maestros, mantuvieron una concepción del arte que
fueron contratados de la misma manera, igualaba la maestría de un pintor con la de
sus obras fueron compradas señalando con cualquier otro oficio. En el medioevo artis-
antelación los detalles más nimios de su eje- ta era sólo el que estudiaba las artes libera-

2 El profesor Shiner se refiere a KRISTELLER, Paul Oscar, Renaissance Thought and the Arts (1950), Prince-
ton, N.J., Princeton Universtity Press, 1990
3 En este sentido la profesora Ávila Ruiz, hace una síntesis de la génesis y evolución de la Historia del Ar-
te como disciplina. ÁVILA RUIZ, Rosa María; Historia del Arte, Enseñanza y Profesores; Sevilla; 2001
4 COVARRUBIAS, Sebastián; El Tesoro de la Lengua Castellana o Española (1611) Ed. Martín de Riquer, Barce-
lona, 3ª ed. 1993, recoge en el término “Arte” la definición latina “Ars est recta ratio rerum faciendarum”

- 173 -
C O N -C I E N C I A S O C I A L

les, quienes ejercían cualquier otro oficio, han convertido en diseño, pero el diseño,
incluido el de pintores y escultores eran de- igual que el arte, establece una diferencia-
nominados artifex. La propia adscripción de ción entre quien diseña, el diseñador-artis-
pintores, escultores y arquitectos a gremios ta, y el que ejecuta el diseño, el artesano.
como el de drogueros o el de canteros nos Dos mil años transcurrieron en los que
ayuda a tasar la verdadera consideración esta antigua consideración del arte se man-
que tales oficios tenían en la época. tuvo viva, hasta que a mediados del siglo
El concepto de belleza estaba unido a la XVIII el concepto se descompuso en la nue-
perfección moral, a la imagen divina o a su va categoría de las bellas artes, la artesanía
creación, la naturaleza. La pintura o la es- y las artes populares. El arte se convirtió en
cultura eran arte en tanto se entendieran un modo de contemplación desinteresada
bien ejecutadas y sirvieran al propósito que al alcance sólo de las élites cultas, en un ali-
sus autores se hubieran propuesto. El arte mento espiritual.
entendido como recto ejercicio de una ma-
estría, se seguía utilizando en el siglo XVII
y una breve mirada sobre la bibliografía de El artista en un nuevo escenario
la época nos descubre la palabra en los títu-
los de numerosos manuales de estos siglos, La configuración del moderno sistema
desde tratados morales y políticos a obras de arte es un elemento más del proceso de
destinadas a materias más prácticas, civiles diferenciación social que comenzó en la
o militares. Así El Arte de navegar, que escri- Edad Media tardía y que progresó merced
biera Antonio de Guevara en 15395, no era a la disolución de las actividades integra-
una suerte de manual para surcar las aguas das que caracterizaban la sociedad medie-
con estética pose, sino un cumplido resu- val. Culturalmente los cambios subvirtie-
men de las desdichas aparejadas a la nave- ron las antiguas ideas sobre el artista, la
gación de la época. obra de arte y la posición que uno y otro te-
En el Renacimiento se inicia la transi- nían en la sociedad. El arte, con todos sus
ción al moderno sistema de arte, pero los elementos, adquirió nuevos significados en
supuestos del antiguo sistema continuaron las nacientes sociedades capitalistas.
regulando la mayor parte de las prácticas, El concepto de artista fue redefinido
las nuevas ideas y actitudes de una peque- exacerbando las pretendidas virtudes artís-
ña élite de artistas cortesanos no fraguaron ticas de la imaginación y la originalidad so-
hasta el siglo XVIII. Es entonces cuando co- bre cualquier otra consideración. El artista
mienza a hablarse de imaginación, de gra- elevó su consideración social sobre la del
cia y libertad, valores reservados al artista y “simple” artesano gracias a la reputación
que lo distinguen del artesano a quien por intelectual y espiritual que comenzó a reco-
el contrario se le valora por su destreza en nocérsele. En este proceso de progresivo
el trabajo y la utilidad de sus obras. Fueron encumbramiento social de los artistas las
muchos los que a lo largo del proceso se Reales Academias ejercieron de eficiente
opusieron a esta distinción, desde las tesis instrumento de homologación. Los arqui-
de Jean Jacques Rousseau, a las más moder- tectos se elevaron sobre aparejadores y al-
nas concepciones de la Bauhaus o del filó- bañiles mientras pintores y escultores esca-
sofo americano John Dewey; sin embargo paban de su antigua adscripción artesanal,
la distinción entre utilidad y estética auto- dejando atrás a doradores, impresores, pla-
complacencia se ha mantenido como regla teros o ceramistas. Escribir, componer o
a lo largo de los dos últimos siglos como pintar dejaron de ser simples profesiones
esencial distingo entre el arte y la artesanía. para convertirse en las más elevadas llama-
Cuando la utilidad y el arte se han unido se das que podía recibir un ser humano, un

5 GUEVARA, Antonio; Arte de Marear (1539); ed. de Asunción Rallo Gruss; Madrid, 1984, publicada en es-
ta edición junto a su más celebrado Menosprecio de Corte y Alabanza de Aldea (1539)

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RESEÑAS

trascendente emplazamiento que requería sibles o como una facultad que mediaba
sacrificios personales reservados antes sólo entre el cuerpo y la mente.
a la religión y que hicieron del artista un La querella entre Antiguos y Modernos
individuo con una elevada vocación espiri- formó parte de esta importante transforma-
tual. Un hombre libre, que con el tiempo, ción al comparar las obras del momento con
purificado por tan altos sacrificios, pudo las creaciones clásicas mitificadas por la tra-
eludir las convenciones sociales convirtién- dición cultural. El gusto había seguido has-
dose en el bohemio, ese artista arrebatado, ta entonces los modelos de la antigüedad
esclavo sólo de su obra creadora, que se pero si la ciencia moderna había alcanzado
permitió romper las reglas de decoro, am- mayores cotas de conocimiento que la del
bición o moralidad de la clase media. mundo antiguo, no había razón para consi-
La aparición del concepto de Beaux Arts, derar que los logros estéticos de la época
traducido en toda Europa a sus respectivas desmerecieran de los del mundo clásico.
lenguas desde el original francés, apareció A partir de la mitad del siglo XVIII sur-
por primera vez en 1746 en la obra de ge la idea de genio, un empuje torrencial
Charles Batteux titulada Les Beaux arts re- de creatividad que estremece y arrebata. La
duits à un même principe. En este libro se in- imaginación se impuso sobre la imitación y
tegró el término de Bellas Artes dentro de el artista, inspirado por ese genio propio,
un conjunto escogido de artes, agrupadas lograba lo que hasta entonces era facultad
de acuerdo con un principio explícito, la exclusivamente divina, la de crear, arrum-
imitación de la naturaleza bella, pero tam- bando el antiguo término de invención que
bién dando una gran importancia a la opo- hasta entonces se daba a las obras del hom-
sición entre el placer y la utilidad, que será bre. El artista y su obra alcanzan por este
una de los criterios para distinguir el arte camino un sentido trascendente que va a
de la artesanía. afectar de igual modo a la manera en la que
Las recién entronizadas Bellas Artes se el espectador se acerca a la obra de arte.
agruparon, como la poesía, bajo la facultad
de la imaginación en la tabla de conoci-
mientos que se incluyó en la Enciclopedia El arte de la sofisticación o la
(1751-1772) siguiendo los criterios que al sofisticación del arte
respecto utilizara Francis Bacon, encarnan-
do de esta manera una de las tres principa- La antigua idea del gusto se transformó
les divisiones del conocimiento (la imagi- en la moderna idea de lo estético de tal for-
nación, la memoria, la razón). ma que el placer ordinario producido por
La imaginación y la originalidad eran la belleza se desarrolló hasta formar un ti-
ideas nuevas en el sistema de las artes del po especial de placer refinado e intelectua-
siglo XVIII, hasta entonces, la imitación de lizado. La preocupación por la belleza fue
los antiguos o de la naturaleza habían desplazada por lo sublime y en última ins-
guiado la labor de los artistas, por lo cual tancia por la idea de una obra de arte auto-
eran comunes y aceptados los “préstamos” consistente, autónoma y pensada como
entre autores. En los talleres de los pinto- creación.
res los aprendices terminaban las obras Uno de los elementos más relevantes de
que sus maestros habían esbozado inspi- la nueva socialización de la percepción del
rándose en otros modelos, sin atender a arte, que formaba parte fundamental de es-
criterios de originalidad o exclusividad. En te nuevo sistema del arte que Larry Shiner
la música los maestros se inspiraban en define, es el de la determinación social que
obras ajenas para componer variaciones y supone la percepción del arte. Algo que el
completar sus propias composiciones. La autor no desarrolla pero que tiene una im-
imaginación hasta el siglo XVII no tenía portancia fundamental en el sentido que,
ninguna de las elevadas connotaciones que más adelante, habrá de darse en la escuela
tiene en la actualidad, era considerada co- al aprendizaje de estos rudimentos de la
mo un receptáculo de las impresiones sen- percepción artística.

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

La experiencia estética se convierte en apetitos groseros y miran las cosas en tér-


un placer de especial refinamiento que sirve minos de dinero o de sexo y las personas
para distinguir entre un gusto educado y la de notable sensibilidad a las que les intere-
vieja noción de gusto como manifestación san los sentimientos más refinados. La nue-
de una preferencia. Un refinamiento que va categoría de artes bien educadas o bellas
precisa unas normas de comportamiento serviría a las sociedades occidentales como
ante la obra artística, una serie de destrezas signo para marcar un nuevo tipo de distin-
que permitan percibirla en su sentido más ción social.
completo, en su profundo significado. Re- Todo ello produjo una quiebra entre la
sulta relevante para mostrar este proceso de cultura de élite y la cultura popular que, en
educación, lo que ocurrió durante la Revo- opinión de Peter Burke6, no había existido
lución Francesa cuando se abrió el Palacio hasta ese momento. El resultado del em-
del Louvre al público. Parece ser que cuan- pleo de preferencias culturales para marcar
do las gentes de París accedieron a las salas la ascensión social permitió que la clase
del palacio lo hicieron con el natural des- media emulara los gustos aristocráticos en
parpajo con el que paseaban por calles y las bellas artes y provocó además un gra-
mercados, lo que obligó a los responsables dual distanciamiento con respecto de la
de la conservación de la colección real a co- cultura de clase baja. Hasta entonces, si-
locar letreros pidiendo a los asistentes que guiendo el análisis de Burke, existía la cul-
no cantaran ni hicieran bromas o jugaran en tura popular, que era la cultura de todos,
las galerías. Aquellos pioneros de la museís- una cultura secundaria para las personas
tica procuraron transmitir la idea a los visi- cultas y educadas y la única cultura para
tantes de que se hallaban en un santuario de todos los demás. Sin embargo hacia 1800
silencio y meditación que exigía unas nor- en la mayor parte de Europa las clases so-
mas de comportamiento más cercanas al re- ciales emergentes habían completado una
ligioso recogimiento que al alborozo festivo. “aristocratización” del gusto que había de-
Precisamente casos como éste hacían jado la cultura popular en manos de las
evidente que el gusto exigía educación, ra- “clases bajas”.
zón por la cual en otras ocasiones se optó
por limitar el acceso a trabajadores, muje-
res o personas de otras razas, a los que la Nuevos templos para un nuevo arte
élite social y cultural atribuía ese deficiente
gusto definido por los placeres sensoriales, Las primeras exposiciones públicas de
tan evidentemente alejados de la percep- pinturas comenzaron en 1737 en la Acade-
ción intelectualizada del goce estético que mia Francesa, iniciando de este modo uno
el arte comenzaba a representar. Conviene de los usos que hasta nuestros días son
reflexionar sobre la vigencia de esta distin- consustanciales al arte y que tendrá en el
ción del aprecio estético, un paseo por Museo su más acabado logro. Al mismo
cualquier exposición nos permite observar tiempo que se abrían las antiguas coleccio-
ambos criterios, el de quien ve una obra nes reales a las nuevas clases ilustradas, la
que “le gusta” y el de quien, por encima de música abandonaba palacios, salones priva-
ese gusto, valora las relaciones que la obra dos e iglesias dejando de ser el adorno de
establece; con su tiempo, con el autor, con acontecimientos civiles y militares o el fon-
una técnica concreta, quien, en definitiva, do melódico de las ceremonias cortesanas
contempla con “educado criterio” la obra para convertirse en un espectáculo encerra-
de arte. do en las salas de concierto y ordenado por
En las consideraciones que hiciera Kant una particular etiqueta. Como ocurriera
Sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime, se- con la pintura, la música logró protagonis-
ñalaba el contraste entre quienes tienen mo propio, merced al cual se hacía necesa-

6 Conviene releer BURKE, P. (2002). Historia social del conocimiento. Barcelona: Paidós Ibérica.

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RESEÑAS

ria una actitud contemplativa que estuviera buyó a romper los antiguos lazos de mece-
a la altura de su significado. nazgo que habían dominado las relaciones
El moderno sistema de arte estuvo entre autores y comitentes.
acompañado de la aparición del museo, la
sala de conciertos y los derechos de autor.
Si a mediados del siglo XVII no había ni bi- Aprendiendo arte: Estética,
bliotecas, ni conciertos ni museos, un siglo distinción y sensibilidad
después y hasta nuestros días, el paisaje
cultural va a estar caracterizado por estas La historia cultural que hace el profesor
nuevas instituciones. Shiner explica los argumentos que sirvie-
El museo sustituyó al coleccionismo de ron y sirven aun hoy para justificar que el
los príncipes y modificó el prestigio que iba arte forme parte de los saberes necesarios
unido a la colección por un nuevo prestigio en una persona cultivada. Dejando a un la-
estético, el que otorgaba el sofisticado dis- do el estudio sobre el origen de este contro-
frute de la obra de arte. La sala de concier- vertido concepto de arte, el libro que aquí
tos sustituyó salones, calles y jardines que comentamos suscita una serie de ideas úti-
habían sido hasta entonces el escenario de les para nuestros fedicarianos empeños,
la música, al tiempo que entronizaba, ya a pues descubre los mitos constitutivos del
comienzos del siglo XIX, la figura del com- arte como saber y deja al desnudo las cla-
positor como artista en el sentido moderno ves explicativas sobre su génesis social,
del término, elevado, naturalmente, sobre la contribuyendo de ese modo a la decons-
maquinal reproducción de los intérpretes. trucción de la “asignatura”. El plantea-
La independencia creativa de los auto- miento que el profesor Shiner nos hace nos
res tuvo también su reflejo económico. La permite reconsiderar el propósito y los con-
aparición del concepto jurídico de los dere- tenidos que tiene la Historia del Arte en la
chos de autor7 y el aumento de los lectores escuela, y sitúa este “conocimiento” dentro
que se produjo a mediados del siglo XVIII, de ese proceso histórico de conceptualiza-
favorecieron la independencia económica ción de lo artístico que el autor expone.
de los autores. En la pintura la extensión Conviene, a partir de lo dicho, hacer
del mercado de arte facilitó la mercantiliza- una reflexión sobre el propósito que la His-
ción de la obra artística, hecho que contri- toria del Arte tiene en la formación de las

7 En un sentido contrario al que describe el profesor Shiner resulta interesante acudir a la página web del
colectivo Wu Ming. Este grupo de autores italianos ha publicado novelas como la interesante “Q”,
(Mondadori, 2000) bajo el seudónimo de Luther Blisset, un relato histórico de tiempos de la Reforma na-
rrado por un espía papal. Puede seguirse su pensamiento en la página web que mantienen
http://www.wumingfoundation.com/italiano/propiedad.html En este enlace podemos leer una entre-
vista donde se recoge su pensamiento sobre la propiedad intelectual en el siglo XXI y sobre su probable
evolución en los próximos años. Una crítica inteligente y ácida que estimula el pensamiento y que recu-
pera los valores del “antiguo sistema de arte”. “No hacemos sino explicitar lo que está implícito. En realidad
ningún autor inventa o escribe solo, y no nos referimos exclusivamente al editor o al “negro” de turno, sino al he-
cho de que las ideas están en el aire y no pertenecen a un solo individuo. El autor, cualquier autor, es más que nada
un “reductor de complejidad” y desarrolla una función pasajera, es decir, realiza una síntesis precaria de flujos de
información/imaginación que son transmitidos por toda la sociedad y la atraviesan por completo, sin tregua, como
las ondas electromagnéticas. por principio, es absurdo querer imponer una propiedad privada de la cultura. Si en el
fondo todo lo produce la multitud, es justo que cualquier “producto del ingenio” esté a su disposición. No hay “ge-
nios” y por lo tanto tampoco hay “propietarios”. Hay intercambio y reutilización de las ideas, es decir “mejora”.
Ya lo decía Lautreamont: para que las ideas progresen es necesario el “plagio” (y por lo tanto, su condición de posi-
bilidad, la “piratería”, la reproducción libre). En la historia reciente, esta posición -hasta hace pocos siglos conside-
rada obvia y natural- ha sido sostenida sólo por representantes de corrientes radicales y antagonistas [...] Hoy vuel-
ve a ser una visión hegemónica, gracias a la revolución digital y, más en concreto, al gran éxito del software libre,
GNU, Linux, etc.”

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C O N -C I E N C I A S O C I A L

personas y en especial, sobre el lugar que es una dimensión de toda la experiencia hu-
esta disciplina ocupa en el currículum esco- mana más que un tipo de experiencia sepa-
lar. Leyendo el libro del profesor Shiner pa- rada. Una experiencia que describe como el
rece evidente que la consideración del arte sentimiento de armonía que se experimenta
como adorno cultural de las élites se en- después de un momento previo de desequi-
cuentra en el origen de su inclusión en los librio. En el mismo sentido conviene repa-
programas educativos. Más allá de cual rar en la idea de arte que expone Giner de
fuera su original propósito, nos asalta la los Ríos en su artículo “El Arte y las
sospecha de que el arte sigue siendo el ele- Artes”9; tanto por su concepto de arte am-
mento de distinción social que nos describe plio, hasta el punto de considerar que toda
el autor, por más que haya sido subvertido la vida en sí puede y debe ser una “obra ar-
por la educación tecnocrática de masas. tística”, como por alguna de las considera-
Quienes se opusieron a la consideración ciones que hace sobre el arte, curiosamente
del arte como ese universo separado del similares a las del filósofo americano10.
resto de las actividades humanas y reducto Algunas opiniones mejor fundadas que
de las élites, manejaron concepciones del las mías nos advierten de que la didáctica
arte que superaban la aceptación de una del arte está determinada por un enfoque
sensibilidad concreta, el aprecio de un estilo biográfico y formalista que parece coincidir
o un modo exclusivo de entender la belleza. con ese propósito cultural elitista del que
En este sentido conviene leer a Jean Jacques hablamos. Este enfoque impide que el co-
Rousseau, Walter Benjamin o John Dewey, nocimiento artístico tenga relación con la
el lector del ensayo del profesor Shiner en- vida cotidiana y con los problemas de
contrará en él un amplio análisis de las dife- nuestro tiempo, desvincula el arte de la so-
rentes tesis que se opusieron al nuevo para- ciedad y de la cultura de su tiempo y con-
digma del arte. Quiero destacar, no obstan- tribuye muy poco a la formación estética de
te, tanto por lo que tiene en sí misma la pro- los individuos, algo que sería deseable en
puesta como por su relevancia actual en la tan artística materia11.
renovación de las didácticas del arte, la Los planteamientos didácticos críticos
obra de John Dewey. En El arte como expe- inciden en la idea de considerar que los cri-
riencia8; consideraba que cualquier objeto, terios científicos y positivistas no contribu-
útil o no, podría provocar una experiencia yen a formar una sensibilidad que permita
estética. Para Dewey hay una dimensión ar- apreciar de un modo abierto y profundo la
tística incluso en las actividades cotidianas riqueza de matices y significados que tiene
pues consideraba que la idea de lo estético el arte como creación humana12. Por otro

8 DEWEY, John(1949). El arte como experiencia. México: FCE., donde estableció claramente una continuidad
entre las bellas artes y los oficios.
9 RÍOS, Giner de los; “El Arte y las Artes”; Obras Selectas; ed. Isabel Pérez-Villanueva Tovar; Madrid; 2004;
tanto por su recuperación del concepto de arte, como lo que se hace con destreza, “obra siempre artística-
mente quien, en la ejecución de una empresa cualquiera, procede de tal modo que toda su acción, recogida en sí
misma y atenta cuidadosamente a su objeto,... hasta lograr que el resultado corresponda a su idea.” Sirva el apun-
te para apuntar ideas que merecerían un análisis más pausado.
10 Las similitudes entre el pensamiento de Dewey y de Giner de los Ríos, aunque aplicadas a las considera-
ciones sobre la educación y el papel que debía ocupar la filosofía en la escuela, han sido destacadas por
MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, Fernando; “Antecedentes de la Filosofía para Niños: Francisco Giner de los
Ríos y John Dewey”; Aprender a Pensar; nº 6; 2º Semestre; Madrid; 1992.
11 Nos referimos a ÁVILA RUIZ, M.R.; “La enseñanza del arte en la escuela”; Iber, Repensar el Arte en la
Enseñanza; nº 37; Julio-Agosto-Septiembre; 2003; pp. 30-42. Este número de la revista Íber está dedicado
por entero a la enseñanza del arte. Ver también ÁVILA RUIZ, M.R.; Historia del Arte, Enseñanza y Profeso-
res; op.cit.
12 En este sentido ver CRONOS; Unidad Didáctica nº 2; “Arte Belleza y Gusto”; Proyecto Cronos Ciencias So-
ciales, Historia y Geografía. Segundo Ciclo de Educación Secundaria Obligatoria; Madrid, 1995

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RESEÑAS

lado, el hecho de que la asignatura aísle el Todo ello nos obliga a plantearnos qué
arte de su contexto, impide establecer rela- enseña la Historia del Arte, qué contenidos
ciones históricas y dificulta su entendi- consideramos relevantes, qué aptitudes y
miento como expresión de una sociedad, qué destrezas pretendemos construir. Si
una cultura o una ideología. observamos los contenidos que el currícu-
Para completar nuestro análisis debe- lum reserva a la Historia del Arte compro-
mos reparar en el lugar que el arte ocupa baremos como sigue el esquema de las Be-
en la escuela. Así la invención del “arte”, a llas Artes descrito por Shiner, dejando al
partir del siglo XVIII, como distinto a “arte- margen y sin relación otras artes tan rele-
sanía” tiene posteriormente una verifica- vantes como la literatura o la música para
ción progresiva en el currículum. En la la formación de ese pretendido “sentido es-
educación primaria curiosamente ha pervi- tético” que se pretende.
vido una educación artística vinculada a la Las propuestas críticas plantean una di-
“artesanía” o a actividades directamente dáctica que rompa con el marco disciplinar,
manipulativas (materializadas en asignatu- un aprendizaje de corte constructivista que
ras como Dibujo o Plástica), mientras que aborde el arte desde las propias relaciones
en el bachillerato la asignatura de Historia que mantienen los individuos con la expre-
del Arte está desvinculada completamente sión artística partiendo del “arte” que cada
de la producción ocupándose de la especu- cual es capaz de hacer. La vetusta desave-
lación conceptual (a menudo vacua) en tor- nencia entre manos y cerebros tan caracte-
no a la historia de los estilos artísticos13. rística del modo de educación tradicional
Históricamente en España se configuraron elitista, complica esta tarea. Las propuestas
dentro de los Departamentos de los Institu- de enseñar arte como un todo teórico-prácti-
tos, dos realidades confrontadas: Dibujo co, plantean que su enseñanza debería co-
versus Historia del Arte. Una distinción de menzar en la educación primaria con un
la que el diferente nivel académico que se modelo de enseñanza inspirado en el apren-
exigía a sus docentes era uno más de los dizaje de cualquier oficio manipulativo y
elementos que permiten entender la dife- llegaría progresivamente a procesos sucesi-
rente “categoría” que se daba a una y otra vos de abstracción sin perder nunca el con-
disciplina. Los profesores encargados de tacto con la dimensión de producción de ob-
enseñar Dibujo poseían, hasta no hace mu- jetos artísticos. El acrónimo Propel (Produc-
cho, una cualificación no universitaria, a ción, percepción y reflexión) resumiría esta
diferencia de la Historia del Arte que era propuesta que trataría, según Howard Gag-
una disciplina “noble” (de contenidos su- ner14, de establecer tres momentos insepara-
blimes) impartida por licenciados en Histo- bles de toda educación artística adaptada a
ria. Esa severa separación entre producción la diversidad de nuestro mundo. Todo esto
artística e historia de los conceptos y obras sin duda nada tiene que ver con la anquilo-
de arte es la que todavía subsiste en forma sada Historia del Arte que se practica en se-
de Facultades de Bellas Artes y la licencia- gundo de bachillerato, o con los simulacros
tura en Historia del Arte. manipulativos de la educación primaria.

13 La historia de esta escisión curricular ha sido estudiada para los Estados Unidos por el magnífico trabajo
de ESLAND, Arthur D.; Una historia de la educación del arte, Barcelona: Paidós, 2002, Colec. “Arte y Edu-
cación”; para el caso español puede consultarse a HERNÁNDEZ, Fernando (2000). Educación y cultura
visual. Barcelona: Octeadro, y por su exhaustivo análisis de la enseñanza del arte el artículo de LUIS GÓ-
MEZ, Alberto; “La renovación del arte como objeto de enseñanza en España: Entre la continuidad del
culturalismo y el cambio formalista”, en VV. AA. Aspectos didácticos de Ciencias Sociales (Arte). 12. Zara-
goza: ICE, 1998, pp. 143-214. (Scripta Vetera; http://www.ub.es/geocrit/sv-45.htm)
14 Este psicólogo cognitivista americano es el principal propulsor de estas iniciativas. Interesa mencionar
sus proyectos de educación artística, que se describen muy claramente en su libro Educación artística y
desarrollo humano. Barcelona: Paidós, 1999.

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Conviene volver sobre el análisis de la triunfo del capitalismo y las clases sociales
didáctica del arte que hace la profesora Ávi- que con él emergen.
la y recuperar algunas recomendaciones bi- El arte, igual que ocurre con la escuela,
bliográficas que han aparecido en números como recientemente ha expresado Raimun-
anteriores de esta misma revista para cono- do Cuesta16, nace y evoluciona merced al
cer el estado de la didáctica del arte15. triunfo del nuevo orden social. El capitalis-
Entender el arte como lo hace el profe- mo no inventa el arte, como no inventa la
sor Shiner, supone situar no ya la obra, sino enseñanza, pero da un nuevo significado a
la percepción de la obra de arte dentro de ambas. Conviene acudir con mirada de ar-
un contexto social y cultural determinados. queólogo a buscar el origen de las ideas
Resulta revelador comprender el arte den- que justifican el entramado disciplinar de
tro de la propia evolución de la sociedad nuestro currículum. El Nacimiento del arte
occidental y contemplar a través de la géne- del profesor Larry Shiner nos ofrece la po-
sis de esta nueva concepción del arte, el na- sibilidad de comprender mejor el paradig-
cimiento de las nuevas élites económicas y ma que sostiene el moderno modo de en-
sociales, de las nuevas reglas jurídicas, eco- tender el arte, que sin duda es un factor
nómicas y simbólicas entronizadas por el esencial de cómo el arte está en la escuela.

15 HERNÁNDEZ, Fernando; “En el medio no está la virtud”; Con-Ciencia Social, nº 8; Didáctica Crítica y
Escuela como Espacio Público; Sevilla, 2004; Ver también Con-Ciencia Social, nº 3, el monográfico sobre
la obra y vida de Valerio Bozal.
16 CUESTA FERNÁNDEZ, Raimundo (2005) Felices y Escolarizados: Crítica de la Escuela en la era del capitalis-
mo. Barcelona: Octaedro-EUB.

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