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Caminar con Jesús

La esencia de la vida cristiana


Papa Francisco

I. El evangelio del Camino.


 La fe no sólo mira a Jesús, sino que mira desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos: es
una participación en su modo de ver. Pág. 19
 De aquel que te ha hecho, no te alejes ni siquiera para ir a ti. San Agustín. Pág. 22
 Cuando el hombre piensa que, alejándose de Dios se encontrará a sí mismo, su existencia
fracasa. Pág. 22
 Cuando caminamos sin la cruz, cuando edificamos sin la cruz y cuando confesamos un cristo
sin cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes,
cardenales, papas, pero no discípulos del Señor. Pág. 29
 Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su
misericordia. Pág. 35

II. El camino de la fe.


 El agua del bautismo es fiel porque se puede confiar en ella, porque su corriente introduce
en la dinámica del amor de Jesús, fuente de seguridad para el camino de nuestra vida. Pág.
43

III. Los dones del camino.


 Y la sabiduría es precisamente esto: es la gracia de poder ver cada cosa con los ojos de Dios.
Pág. 90
 Cuando nuestros ojos son iluminados por el Espíritu se abren a la contemplación de Dios, en
la belleza de la naturaleza y la grandiosidad del cosmos, y nos llevan a descubrir cómo cada
cosa nos habla de Él y de su amor. Pág. 105

IV. El testimonio del Camino.


 La fe, puesto que es escucha y visión, se transmite también como palabra y luz. Pág.119
 La fe se trasmite, por así decirlo, por contacto, de persona a persona, como una llama
enciende otra llama. Pág. 120
 Lo que necesitamos, especialmente en estos tiempos, son testigos creíbles que con la vida y
también con las palabras hagan visible el evangelio, despierten la atracción por Jesucristo,
por la belleza de Dios. Pág. 124
 Todos debemos preguntarnos si quien nos encuentra percibe en nuestra vida el calor de la
fe, si ve en nuestro rostro la alegría de haber encontrado a Cristo. Pág. 125
 La miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad,
sin esperanza. Pág. 132
 Al proclamar las bienaventuranzas, Jesús nos invita a seguirle, a recorrer con Él el camino del
amor, el único que lleva a la vida eterna. No es un camino fácil, pero el señor nos asegura su
gracia y nunca nos deja solos. Pobreza, aflicciones, humillaciones, lucha por la justicia,
cansancios en la conversión cotidiana, dificultades para vivir la llamada a la santidad,
persecuciones y otros muchos desafíos están presentes en nuestra vida. Pero, si abrimos la
puerta a Jesús, si dejamos que Él esté en nuestra vida, si compartimos con Él las alegrías y los
sufrimientos, experimentamos una paz y una alegría que sólo Dios, amor infinito, puede
dar.Pág.136
 Los jóvenes que escogen a Jesús son fuertes, se alimentan de su palabra y no se
<<atiborran>> de otras cosas. Pág. 139
 El señor quiere una iglesia pobre que evangelice a los pobres. Pág. 144

V. Acompañar en el Camino.
 Misericordia significa ante todo curar las heridas. Pág. 162
 La misericordia auténtica se hace cargo de la persona, la escucha atentamente, se acerca con
respeto, y la acompaña en el camino de la reconciliación. Pág. 164
 Una iglesia que acompaña en el camino, sabe ponerse en camino con todos. Pág. 188

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