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Aun somos esclavos, dijo mi abuelo

Luna gitana
Mi buelito murió este año con 101 años, él te podía transportar con cada una de sus
historias al momento exacto en el que sucedían, es asi que recuerdo que cuando era
niña vivíamos en un pueblito llamado Huichara, allí por el valle, en este pueblito que
habían 5 familias, un día de esos donde no hay tele ni radio y una tormenta que
parece se caerá el cielo, entre truenos y risas, la primera historia de la noche nace:
Era el inicio de la república, muchos dirán que el inicio se dio en 1821, pero a este
pueblo recién estaba llegando en 1950, seguro la independencia venia de rodillas por
todo lo que se sufrió dijo mi abuela y todos reímos – María déjame hablar- dijo mi
abuelo, se toco su barba blanca y dijo: en que estaba, pregunto, nadie dijo nada pero
él supo en que estaba, cuando llego tu bisabuelo a este pueblo y a los indios les dio
trato, compro todo el pueblo para que esas pobre indias dejaran de ser abusadas y los
indios dejaras de ser golpeaos, estaba el Señor Uerday en su caballo con su fuete
golpeados a los indios que labraban la tierra y a mi padre no le pareció, fue el primero
en ponerle un alto para que no los golpeara le dijo: fuerte y claro, es una persona la
que golpeas no un animal, mi padre recién llegado de Chile recibió un fuetaso por
metiche, allí comenzó la pelea, después con los Diaz que era una familia de capataces
que también golpeaban a los indios sin compasión, fue entonces que mi padre fue a la
pequeña casa que había comprado al llegar a una pareja de gringos, estaba mi
hermana Ruth, y le gritaba la verdad yo no los entendía bien porque tenían esa forma
gangosa de hablar del Chileno además estaba detrás de la puerta y solto una
carcajadas mi bueito, aun pienso en su risa y su único ojo azul, el otro lo perdió por
que el es así de carácter fuerte aunque mi abuela dice que fue por cojudo, por
defender a su hermana, pero esa es una historia para otro día, volviendo a la historia,
cogió una bolsa de pana roja y su escopeta , llego a la casa del señor Uerday y le dijo
sal o te saco escopetazos y le dio un tiro al cielo y efectivamente el señor Uerday salió,
mi padre le tiro una figurillas de oro que había encontrado en un tapado (esa también
es otra historia) Muy enérgico le dijo recógelas y vete con tu familia tus tierras y tus
hombres ahora me pertenecen, es eso o te mato y aquí nadie se entera, los hombres
del señor Uerday se pararon detrás del caballo de mi padre y le dieron su respaldo,
por la mañana los Uerday salieron, la casa la dejaron intacta, solo se llevaron lo
necesario, el señor Uerday grito de todas maneras ya me haba cansado de estos
indios y sus cojudeces y jamás lo volvimos a ver, con los Diaz fue mas difícil, la
escopeta no los asusto y mi padre se quedo sin argumento, el dinero no lo querían, de
pronto el patriarca de 80 años de esa familia salió y le dijo estamos a sus ordenes, si
no quiere que se les pegue a los indios no se les pega, vera usted como hace que
trabajen, solo nos quite lo poco que tenemos, ese 12 de junio los Diaz prometieron no
volver a pegarle a los indios y trabajar con la única petición que les permitiera mi padre
quedarse con sus 2 topos de área y mi padre accedió, tampoco tenia muchas
opciones, asi fue como mi padre se convirtió en el dueño de Huichara, mi padre si
consiguió que lo indios trabajen tratados como personas, todo esto mientras en
Arequipa metropolitana se levantaban contra Odria que había tomado el mando por la
fuerza dejando a  Jose Luis Bustamante y Rivero sin gobierno. Despues de todo creo
que aun que nos libramos de los españoles aun no nos libramos de nosotros mismos y
nuestra ambición, aun no somos libre, dijo el, en pleno 2000 aun tenemos crisis
políticas quizá nos habría ido mejor bajo el gobierno de los españoles. Que cosas les
dice a los niños Alejandro dijo mi abuela, vayan a dormir, no escuche a su abuelo, no
sabe ni donde esta parado, entonces el grito, -Viva mi patria, carajo, Maria que sepan
que no son libres, estos gobiernos de mierda no hacen nada por mi país- mientras el
gritaba mi abuela nos empujaba y nos sacaba de la cocina. Extraño ver su único ojo
azul diciendo cosas que nadie mas es capaz de decir.

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