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¿Sueles ponerte música para trabajar o crear? ¿O prefieres hacerlo en silencio? Tu elección
podría afectar a tu nivel de creatividad. ¿Cómo es esto posible?
María Vélez
Entre muchas clasificaciones, se podría dividir a la gente entre la que escucha música de fondo
mientras trabaja y la que no. Para quienes lo hacen, la música les ayuda a concentrarse y a
generar más ideas. Para quienes no, es una fuente de distracción que no les permite trabajar
adecuadamente e inspirarse. Por otro lado, se encuentra el debate sobre si la música fomenta
la creatividad.
Esta creencia es bastante popular. Desde mucho tiempo atrás, la música se ha relacionado con
el desarrollo cerebral gracias a su estructura e influencia en el estado de ánimo. Tanto es así,
que se ha definido lo que se llama el efecto Mozart, por la cual se piensa que escuchar música
del compositor que da nombre mejora las capacidades intelectuales.
Con todo ello, por un lado, cabría plantearse si la música afecta a la creatividad a la hora de
hacer una tarea simultáneamente. O, por otro lado, si la música fomenta la creatividad a largo
plazo. Pero, si esto es así, ¿funciona cualquier tipo de música? ¿bajo que condiciones sería
realmente útil? ¿depende de la tarea que haya que realizar?
Ambos tipos de pensamiento son totalmente necesarios cuando nos enfrentamos a una tarea
y como cualquier otra capacidad cognitiva, no todo el mundo posee los mismos niveles,
aunque se pueden fomentar. Generalmente, ese desarrollo se adquiere entrenándose en
tareas que requieren poner en marcha ese proceso.
El interés por la relación entre la música y la cognición surgió a partir del estudio que hablaba
sobre el efecto Mozart. Incluso se llegó a indicar que también se producía cuando se le ponía
música a bebés aún no nacidos.
Sin embargo, el número de estudios que ha investigado el efecto directo de la música en las
capacidades cognitivas es bastante escaso. De hecho, la mayoría de ellos terminan sugiriendo
que el efecto potenciador que puede existir es debido al nivel de atención y al estado de ánimo
que la música genera.
Un estudio realizado por la Universidad de Radboud (Países Bajos) en 2017 encontró que la
música fomenta la creatividad, aunque no cualquier tipo.
Para llegar a esa conclusión hicieron 5 grupos: 4 realizaron una tarea de creatividad con
diferentes estilos musicales y uno en silencio. Así, vieron que a la hora de realizar tareas que
requerían pensamiento convergente, el mejor resultado se obtenía en silencio. En cambio, el
grupo que escuchó música alegre fue el que mejor rindió en pensamiento divergente,
concretamente, con música de Vivaldi y Caille Saint-Saens.
En esta investigación encontraron que aquellos que tenían música de fondo, de cualquier tipo,
hacían peor la tarea, independientemente de si estaban acostumbrados o no a trabajar o
estudiar con música. Asimismo, el resultado fue independiente del estado de ánimo que
inducía cada tipo de música. Los autores explicaron que este efecto perjudicial podría deberse
a la interferencia de los estímulos auditivos en la atención.
Entonces, ¿qué?
Así, mientras las conclusiones no sean tajantes, deberemos creer en lo que nos funcione a
cada uno. Como todo, tener música de fondo y que ésta afecte a nuestro trabajo dependerá en
buena medida de otras variables. Si te relaja tener música instrumental de fondo, muy
probablemente tu eficacia y tu creatividad mejoren, pues permitirá a tu cerebro funcionar de
una forma más eficaz.