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1. Habla mucho con el Señor en la oración.
2. Descubre que la mano de Dios está siempre contigo
3. Que el Divino Amor sea el móvil de nuestras acciones.
4. Vive lleno del Divino Espíritu.
5. Encomienda todo a la Virgen.
6. Busca la unidad que solamente nace de un corazón humilde.
7. Ahora que tienes tiempo, obra el bien.
8. Bendice al Señor de corazón por todo.
9. Promueve obras de caridad y misericordia.
10. Comunica el precioso contingente de la fe.
CARISMA DE LA MADRE
Madre María del Tránsito ha delineado con su vida lo que sería el perfil de la
Religiosa Terciaria Misionera Franciscana:
"Fiel al Divino Esposo,
*sedienta de santidad,
*devota de la Sma Virgen
*fervorosa en la oración y alabanza,
*obediente y mortificada,
*positiva y sincera
*misionera y misericordiosa
*agradecida a la divina Providencia"
FAMILIA
María del Tránsito Eugenia de los Dolores Cabanillas, nació el 15 de agosto de
1821 en la Estancia Santa Leocadia, actual Villa Carlos Paz (Córdoba,
Argentina). Fue el tercer hijo de una familia numerosa y profundamente
cristiana, de ilustre ascendencia y buena posición social. Tuvo por padres a
Don Felipe Cabanillas Toranzo y Doña Antonia Francisca Sánchez Lujan.
SU ÉPOCA
Transcurrió la infancia y la adolescencia en las sierras cordobesas de Punilla y
en las llanuras del Río Segundo. Vivió la mayor parte de su vida en Córdoba,
ciudad plena de espiritualidad, irradiante centro cultural, foco de profunda
religiosidad. Pero también conoció los crueles enfrentamientos entre unitarios y
federales, las violentas luchas políticas posteriores a 1852, los embates
furiosos del laicismo liberal. Entre luces y sombras de aquella sociedad, fue
templando su delicada y robusta personalidad. El 25 de agosto de 1885, a los
64 años y luego de una dolorosa enfermedad, la visitó la “hermana muerte”.
LA VIDA HOGAREÑA
El hogar de los Cabanillas era un oasis de paz. Su padre dirigía las faenas del
campo. Tránsito ayudaba a su madre en los quehaceres domésticos. En
aquella familia patriarcal reinaban la oración y la caridad, la simpatía y la
comprensión entre padres e hijos y hermanos, el buen trato hacia los criados y
peones de la estancia. El padre murió en 1850 y la madre en 1858; Tránsito se
ocupó de la educación de sus hermanos menores.