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Democracia directa (o participativa)

La democracia directa es aquella en la que el mayor rango posible de


decisiones le es consultado al pueblo, mediante referendos, asambleas y otros
tipos de mecanismo consultivo, de modo que sea el colectivo quien tome las
decisiones directamente.

En ellas es frecuente la conformación de asambleas de participación popular, de


las que emergen delegados o voceros encargados de hacer ascender a las
instancias de poder las peticiones y resoluciones tomadas localmente.

Este tipo de democracia es la que mayor grado de cercanía entre el pueblo y el


gobierno permite. Sin embargo, presenta la desventaja de multiplicar las
instancias burocráticas y de enlentecer y encarecer el proceso de toma de
decisiones, puesto que las consultas y referendos exigen tiempo, dinero y
esfuerzo.

Democracia indirecta (o representativa)


En la democracia indirecta, los representantes toman decisiones por el pueblo.

En esta forma de democracia, la soberanía de la nación reside en los


representantes populares, electos mediante el sufragio, ya sea de tipo directo
(las personas eligen a sus representantes) o de tipo indirecto (las personas eligen
delegados que, a su vez, eligen a los representantes).

Este sistema democrático funciona en base a la consideración de que no todo


puede someterse a una consulta popular, al menos no si se desea tener un Estado
operativo y encargado de más asuntos que la constante consulta de la voluntad
popular.

De modo que esta última se transfiere a un número de representantes políticos


libremente electos, para que tomen las decisiones pertinentes, es decir, para que
interpreten y ejecuten la voluntad del pueblo.

La democracia representativa puede a su vez ser de los siguientes tipos:

 Democracia parlamentaria. Aquella en la que la jefatura de gobierno es


ejercida por un Primer Ministro perteneciente al ala ejecutiva del parlamento
(legislativo).
 Democracia presidencialista. Aquella en la que el poder ejecutivo recae
sobre un presidente electo mediante el sufragio popular directo,
independiente de las labores del poder legislativo.
 Democracia soviética. Aquella en la que
los trabajadores y ciudadanos pertenecientes a ciertos sectores o
locaciones eligen delegados ante un concejo de poder político local
(llamados tradicionalmente soviets), quienes a su vez eligen representante
ante los soviets regionales, de los cuales emergen representantes ante las
altas instancias gubernamentales.

Democracia semidirecta
Para algunos autores, existe una tercera forma de democracia que combina
algunos elementos de la directa y la indirecta, constituyendo así una democracia
“semidirecta”.

En este caso, el poder político es controlado por gobernantes


electos mediante el sufragio popular, pero la mayoría de sus decisiones deben
ser respaldadas por el pueblo, a través de referendos, consultas o plebiscitos.

Mediante este tipo de democracias se busca dar con una opción intermedia que
sea más eficiente que la democracia directa, pero que no distancie tanto al pueblo
del ejercicio del poder, cosa frecuente en las democracias representativas, en que
una clase política termina constituyéndose en una élite.

Otras clasificaciones
Existen otras formas de clasificación de la democracia, que no tienen que ver con
sus mecanismos de toma de decisiones, sino con su orientación ideológica, por
ejemplo. En ese caso, podemos hablar de:

 Socialdemocracia. Se conoce así a una versión de la democracia en la


que el Estado interviene en el funcionamiento de la economía cuando lo
considera necesario, mediante regulaciones, programas sociales o ayudas
económicas, con el objetivo de atenuar o disminuir los efectos negativos
del capitalismo, como la desigualdad y la injusticia social. En ese sentido,
persigue las nociones de justicia social, igualdad de oportunidades y se
sustenta en el sufragio universal.
 Democracia liberal. Este término inicialmente se empleó para referirse al
resurgimiento de la democracia tras la caída del Antiguo Régimen, ya para
nombrar a las nuevas repúblicas democráticas sustentadas en
la libertad económica, política y social, pero en tiempos recientes se la
emplea como alternativa a la socialdemocracia, es decir, como una
democracia que interviene poco o nada en los asuntos económicos y
apuesta por la autorregulación de los asuntos del mercado, brindando
únicamente un marco legal y jurídico mínimo para que la sociedad pueda
desempeñar libremente sus actividades comerciales y financieras.
 Monarquías constitucionales. Aunque se trata de modelos democráticos
en los que la realeza y la aristocracia aún se encuentran consideradas, en
ella se limita enormemente sus poderes y facultades, a menudo
restringiéndolas a lo meramente simbólico, diplomático o representativo,
mientras que la conducción política del país se da bajo los términos de una
democracia parlamentaria. Aun así, existen ciertos poderes formales e
informales a disposición de los reyes, según lo estipula la Constitución
Nacional.

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