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Participante:
Leonardo .Antonio .Contreras.
CI.14.326.127
TELF:04141396833
El patrimonio cultural es un conjunto determinado de bienes tangibles, intangibles
y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores a
ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra, o de una generación a las
siguientes. Así, un objeto se transforma en patrimonio o bien cultural, o deja de serlo,
mediante un proceso y/o cuando alguien -individuo o colectividad-, afirma su nueva
condición (Dibam, Memoria, cultura y creación. Lineamientos políticos. Documento,
Santiago, 2005).
Los elementos esenciales del patrimonio cultural a nivel nacional, regional y local son: las
tradiciones, creencias, valores, costumbres y expresiones artísticas y folclóricas que
constituyen su pasado, su identidad y su singularidad.
Si bien el Patrimonio cultural es todo aquel bien de carácter cultural o histórico
identificativos de una sociedad y cultura que por su significado merece ser protegido,
existen algunas características comunes en la mayoría de los casos, dentro de todo tipo
de bien cultural, sea este material, inmaterial, mueble o inmueble, y son las siguientes:
1. Todo patrimonio de ser por y para la sociedad: Todos ellos tienen sentido si son
disfrutados por la sociedad en su conjunto. De nada sirve proteger algo si las
personas no se identifican con ello, por lo tanto debe ser representativo y mostrar
una peculiaridad de una sociedad concreta. Si no es así, ¿para qué se quiere
conservar entonces? Por tanto, el objetivo final de todo Patrimonio es darlo a
conocer a la humanidad. Y es que, si no se conoce, la sociedad no podrá
apreciarlo ni aprender sobre ello.
Con sus construcciones en barro, únicas en toda la región del Caribe, la ciudad de Coro
es el único ejemplo subsistente de una fusión lograda de las técnicas y estilos
arquitectónicos autóctonos, mudéjares españoles y holandeses. Fundada en 1527, fue
una de las primeras ciudades coloniales de América y posee unos 600 edificios históricos.
También tiene el Parque Nacional Médanos de Coro, con dunas de gran interés para
locales y visitantes.
2.- La Ciudad Universitaria de Caracas
Construida entre 1940 y 1960 con un proyecto del arquitecto Carlos Raúl Villanueva
(profesor fundador de la Facultad de Arquitectura), la ciudad universitaria de Caracas es
un ejemplo excepcional de la arquitectura moderna. El campo universitario comprende un
gran número de construcciones y edificios agrupados en un conjunto funcional y bien
estructurado, cuyo valor es realzado por obras maestras de la arquitectura y las artes
plásticas modernas como la plaza cubierta, el estadio olímpico y el aula magna,
ornamentada con la escultura «Las Nubes» de Alexander Calder. Constituye un ejemplo
de una solución abierta y ventilada, apropiada para el ambiente tropical.
Desde la muerte de Raúl Villanueva han tenido lugar varias modificaciones, incluyendo la
construcción de nuevos edificios diseñados por Gorka Dorronsoro, quien fue uno de los
colaboradores más jóvenes de Villanueva.
Situado al sudeste de Venezuela, el territorio de este parque, que linda con las fronteras
de Guyana y Brasil, abarca tres millones de hectáreas cubiertas en un 65% por tepuyes,
montañas con cimas planas, con características biogeológicas únicas que presentan un
gran interés para la geología. Sus escarpados farallones y cascadas -entre las que figura
la más alta del mundo, con 1.000 metros de caída- forman espectaculares paisajes.
Canaima fue declarado como parque nacional en 1962. Su tamaño se duplicó al tamaño
actual en 1975. El parque es conocido por las formaciones de los tepuy, en los cuales se
encuentran numerosas cascadas, incluyendo Salto Ángel con una caída libre de 1.002 m.
El parque protege las cabeceras del río Caroní que le suministra agua al Guri, la mayor
central hidroeléctrica del país y fuente de 60% de la energía de la nación. La Gran
Sabana del parque está habitada por el pueblo indígena Pemón, muchos de los cuales se
han establecido y dependen de tres misiones capuchinas. Una vía principal va de Ciudad
Bolívar hacia la frontera oriental del parque. No hay otras carreteras pavimentadas dentro
del parque, la sección oeste sólo es accesible por vía aérea.
«Todos los años, en las pequeñas ciudades de Guarenas y Guatire, los devotos del
apóstol San Pedro celebran el día de su fiesta. Los fieles entonan cantos populares en
honor del santo ante cada una de las imágenes de éste expuestas en las iglesias de
ambas localidades. A media noche se celebra una misa en todas ellas, y luego los
participantes sacan las imágenes a la calle para recorrer las calles en procesión. Un
elemento central de la festividad es la rememoración y escenificación de la leyenda de la
esclava María Ignacia, cuya hija fue curada por San Pedro. Algunos parranderos, vestidos
con trajes de vivos colores minuciosamente confeccionados, representan los papeles de
los personajes principales de esa leyenda, mientras que los demás agitan banderas y
estandartes, tocan instrumentos musicales, bailan y cantan, improvisando melodías
populares. Las mujeres participan en la preparación y celebración de la fiesta
organizando reuniones para instruir a las jóvenes generaciones en la práctica de este
elemento del patrimonio cultural, ornamentando las iglesias, vistiendo a las imágenes del
santo y cocinando platos tradicionales. Durante la festividad, los parranderos, junto con
sus familias, vecinos y otros adultos y niños de las comunidades, se reúnen para
compartir todos juntos momentos de alegría. Esas reuniones sirven para celebrar el
espíritu comunitario, la energía y la satisfacción de los parranderos, así como la vitalidad
de una tradición que simboliza y reafirma el espíritu de lucha contra la injusticia y las
desigualdades.»
Otros personajes del carnaval son: los “mediopintos”, jóvenes que divierten al público
embadurnando con hollín a los que se niegan a contribuir con un óbolo; los “mineros”; y
los “diablos”, personajes enmascarados que bailan blandiendo un látigo para mantener el
orden. También participan en la festividad niños y adultos con otros disfraces. Este
carnaval pone de relieve la historia de los habitantes de la ciudad y su diversidad al
exaltar el legado cultural afroantillano y las influencias de otras comunidades, fortalece la
identidad de los callaoenses, propicia la unidad entre ellos e incita a las generaciones más
jóvenes a descubrir su patrimonio cultural. La transmisión de esta práctica cultural entre
las generaciones se efectúa esencialmente en el seno de las familias y en escuelas
dirigidas por depositarios de las tradiciones, en las que los niños adquieren las
competencias necesarias para participar en el carnaval, componiendo melodías, tocando
instrumentos musicales, cantando, bailando y fabricando máscaras.
La tradición oral de los mapoyos engloba el corpus de relatos que constituyen la memoria
colectiva de este pueblo. Esta tradición está indisolublemente vinculada a un determinado
número de sitios emplazados en la Guayana venezolana, a lo largo del río Orinoco, que
constituyen los puntos de referencia simbólicos del territorio ancestral de este pueblo. Los
depositarios de esta tradición oral narran los relatos en el transcurso de sus actividades
cotidianas.