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Salmo 32
Y en Jeremías 33:8: “Y los limpiaré de toda su maldad [o iniquidad, heb. avon] con que
pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados [heb. avon] con que contra mí
pecaron, y con que contra mí se rebelaron”.
Con estos versículos podemos ver que la iniquidad se refiere a la condición del hombre
ante Dios después de haber transgredido o pecado.
Cada vez que el hombre peca, ofende a Dios y le desobedece, comete iniquidad ante El
Cuando el Antiguo Testamento habla de transgresión, se refiere al comportamiento y a
las acciones, en Proverbios 12:13 dice: “El impío es enredado en la prevaricación
[pesha] de sus labios”.
Vemos que la transgresión es un asunto muy serio ya que produce iniquidad, pero
damos gracias a Dios porque debido a la obra redentora de Cristo, la iniquidad y las
transgresiones fueron eliminadas.
Isaías 53:5
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones [pesha - prevaricaciones], molido por
nuestros pecados [avon - iniquidades]”.
El perdón de pecados es una atribución exclusiva de Dios
cubierto su pecado,
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pecados-cubiertos-ro-4-7-o
El perdón de pecados es una atribución exclusiva de Dios, y esto, porque todo pecado es
en último término una ofensa en contra de Dios. Jesús perdonó pecados como se relata
en Marcos 2:5 donde dice: “Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus
pecados te son perdonados”
El perdón es una decisión de la voluntad. Ya que Dios nos manda a perdonar, debemos
hacer una elección consciente de obedecer a Dios y perdonar.
El ofensor puede no desear el perdón y quizás nunca cambie, pero eso no niega el deseo
de Dios de que poseemos un espíritu de perdón
Mateo 5:44
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
ultrajan y os persiguen;
Lo ideal sería que el ofensor buscara la reconciliación, pero, si no, el agraviado aún
puede tomar la decisión de perdonar.
3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah
Durante un año entero después de que pecó contra Urías heteo y Betsabé, David rehusó
confesar su pecado. Pero, como nos dice el Salmo 32, él sufrió gran agonía en su mente
y en su cuerpo debido a su silencio.
¿Qué imágenes poéticas y lenguaje simbólico usa David para describir lo que sucede a
quien rehúsa confesar su pecado?
Envejecieron mis huesos
Gemí todo el día
Día y noche sufrí
Mi verdor se convirtió en sequedades
¿Cómo termina David su sufrimiento (veamos el V5)?
David oculta su pecado (Salmos 32:3, 4); Dios lo cubre (versos 1, 2).
¿Cuál es la diferencia entre que nosotros ocultemos y que Dios nos cubra?
Antes que la justicia de Cristo pueda cubrir nuestro pecado, ¿qué debemos hacer con él?
Dios no pasa por alto el pecado. Pero el pecado queda cubierto por Dios, lo que significa
que la culpa ya no le es imputada al pecador cuando se arrepintió.
La confesión sola es incompleta sin el arrepentimiento.
Debemos no solo estar tristes por nuestro pecado, sino también apartarnos de él con el
poder de Dios.
Dios perdona y cubre toda maldad. ¡Su gracia acepta al pecador arrepentido como si
nunca hubiera pecado!
Ese es Jesús, nuestro Sustituto, sobre quien Dios depositó el pecado. De este modo la
justicia de Cristo es imputada al pecador arrepentido.
¿Reconoces ante Dios tu pecado y tus equivocaciones? Si no, ¿estás engañando a Dios o
solo a ti mismo? Medita en las implicaciones de tu respuesta