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CAPÍTULO III T. Existencial
CAPÍTULO III T. Existencial
TERAPIAS EXISTENCIALES
A Mark le agradó esta idea e invito a una cita a una mujer por primera vez en
los últimos 20 años. Y ella se apuró. Mark, de cualquier modo, pudo aceptar
este hecho como una cualidad de ella y no sentirse mal consigo.
Posteriormente conoció a Leesa a través de un amigo mutuo. A Leesa le
agradó Mark y estuvo de acuerdo con sus deseos de conocerse el uno al otro
gradualmente más que saltar inmediatamente a la intimidad sexual. En unos
meses se fueron sintiendo cada vez más cómodos el uno con el otro en forma
gradual, incluida una cierta comodidad sexual. No habían tenido relaciones
todavía, cuando salieron de viaje a las montañas de Vermont para el fin de
semana de Año Nuevo. La supervisora del trabajo de Mark y su marido los
acompañaron. Mark estaba convencido de que ambos (la supervisora y su
esposo) creían que era gay. Mark mencionó que vio sus mandíbulas caer hasta
el piso cuando los vieron a él y a Leesa hablándose suave al oído y haciéndose
cariños.
Cuando vi a Mark, el lunes después del viaje, era todo sonrisas; y relató con
placer que había hecho el amor cuatro veces con Leesa y que todas las veces
fue una gran experiencia para ambos. Desde mi punto de vista heterosexual,
supuse que la terapia estaba por terminar, pero Mark pronto descubrió que
ahora se veía confrontado a una de las elecciones más profundas de su vida.
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Previamente, nunca había realmente creído que podría disfrutar de relaciones
heterosexuales. Ahora lo había hecho, pero también había descubierto que
para él, la heterosexualidad no era tan radicalmente diferente de sus
relaciones homosexuales previas. Mark creía tener la opción de seguir un
estilo de vida homo, hétero o bisexual. A la vez, se sentía invadido por la
ansiedad de saber que su futuro dependía de su libre elección y no de su
condicionamiento pasado ni de conflictos intrapsíquicos.
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preocupación principal fue la de integrar las ideas de Heidegger con los
métodos de Freud, como indica el título de su trabajo principal Daseinanalysis
and psychoanalysis1,(1963). Boss trabajó durante mucho tiempo en la escuela
médica como profesor de psicoanálisis en la Universidad de Zurich, que
continúa siendo el centro europeo de Análisis Existencial, inclusive después de
su muerte, en 1991.
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“Análisis Existencial y Psicoanálisis” (Nota del T.)
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1981, 1983), James Bugental (1965, 1987, 1990), Irving Yalom (1980), y
Ernst Keen (1970), de cuyo trabajo se ha elaborado este capítulo.
TEORÍA DE LA PERSONALIDAD
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Las personalidades difieren en sus formas de existencia en cada uno de estos
tres niveles del ser. Imaginen estar en una recóndita y hermosa playa en el
Océano. Una persona puede tener miedo de adentrarse en el océano porque
éste es el hogar de tiburones esperando para atacarla, mientras que otra
persona puede estar disfrutando sin pensar en nada, mientras se da un
chapuzón en las frescas aguas. Una persona experiencia la sensación de deseo
de estar con una persona que ame en un lugar tan sensual, mientras otra se
siente completamente sola. Una persona puede caminar por el vecindario
pensando en una futura inversión inmobiliaria, mientras que otra se siente
apenada por la construcción de casas en dicho lugar. Incluso algunos pueden
sentirse uno con el océano del cual ha provenido la vida, mientras otro desean
unirse al océano para finalizar la suya.
Cuando somos/estamos con otros, sabemos que son seres concientes que
pueden reflejarnos, evaluarnos y juzgarnos. Esto puede causar que temamos
a los demás y querramos huir de ellos. Podemos optar por sólo hablar de
temas superficiales como el clima para no decir algo acerca de nosotros
mismos que a los demás les pueda disgustar. Frecuentemente, anticipamos lo
que los demás están pensando o sintiendo acerca de nosotros, y guiamos
nuestra conducta observable para producir un impacto favorable en los
demás. Esta es la manera, desafortunadamente, en las que típicamente
somos/estamos con otros, un nivel de existencia conocido como ser/estar-
para-otros. Este modo de existencia es similar al concepto de Reisman (1961)
de la personalidad moderna como dirigida-por-los-demás.
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docena de interpretaciones diferentes que pueden servir como guía para
interpretar los aspectos naturales, personales y sociales de este mundo. ¿Cuál
es la alternativa existencial para vivir? La mejor alternativa no es
necesariamente elegir maximizar los refuerzos y minimizar los castigos, como
algunos conductistas pueden sugerir, o adaptar nuestros deseos instintivos a
las demandas de nuestro entorno, como algún terapeuta Freudiano puede
recomendar.
Con dicha autenticidad que nos resultaría tan beneficiosa, ¿por qué no todos
elegimos ser auténticos? ¿Por qué tantos de nosotros parecemos tener un
terror interno de que si los demás realmente nos conocieran no querrían estar
con nosotros? ¿Por qué las personalidades dirigidas-por-los-demás parecen ser
el estereotipo de nuestros tiempos? ¿Cuál es la amenaza que aparece con la
posibilidad de ser más plenamente conciente de nosotros mismos y de nuestro
mundo?
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El teólogo Paul Tillich (1952) destacó ciertas condiciones inherentes a la
existencia que nos llevan a huir de ser demasiado concientes. Estas
condiciones nos llevan a percibir una amenaza llamada angustia existencial.
La primera fuente de ansiedad proviene de nuestra aguda conciencia de que
en algún momento desconocido moriremos: ser implica no ser. La muerte
puede ser negada por nuestra cultura, incluyendo la psicología; como un parte
particularmente no muy relevante de la vida, y aún el hecho de que nuestra
entera existencia terminará en la nada puede estremecernos. Cuando somos
honestos, estamos concientes de que nuestros otros significativos pueden
morir en cualquier momento; terminado no sólo su existencia, sino la parte de
nuestro ser que estaba íntimamente conectada con ellos.
Una vez que nos volvemos seres concientes, sabemos que es inherente a la
existencia la necesidad-de-actuar. Debemos tomar decisiones que afectarán
profundamente el resto de nuestras vidas, como a qué colegio ir, qué carrera
elegir, si nos casaremos y a quién elegir en tal caso, si tendremos hijos o no.
Debemos actuar y aún en los tiempos que corren, estamos menos y menos
concientes acerca de las bases de nuestro decidir. No podemos saber de
antemano con ningún grado de certeza como acabarán nuestras decisiones, y
por lo tanto estamos continuamente bajo la amenaza de ser profundamente
culpables. Podemos tomar decisiones con una relativa ignorancia de sus
ramificaciones, sabiendo que lastimaremos gente cotidianamente sin
pretenderlo.
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de ustedes ahora pueden creer que tenía una buena razón para estar
ansioso).
Parte de nuestra ansiedad proviene de saber que somos nosotros los que
creamos el significado de nuestras vidas, y también aquellos que los hacemos
morir. Por lo que, debemos ser nosotros quienes continúen creando una vida
que valga la pena vivir.
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nuestra única dirección y crear nuestro propio sentido de la vida, puede llevar
a los demás a no desear estar con nosotros. La posibilidad de tal rechazo
deriva en la ansiedad de quedar literalmente solo.
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TEORÍA DE LA PSICOPATOLOGÍA
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queremos correr; pero no importa cuanto lo deseemos, no podemos correr.
Estamos atrapados en las consecuencias de nuestras propias mentiras.
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que mentir puede ser una fuente muy importante de poder. Cómo influenciar
a los demás fingiendo tristeza, enojo o inocencia dependiendo de su punto
débil es una lección que se han perdido pocos. Pero, por supuesto, cada
mentira es acompañada por un miedo a ser descubierto y la vergüenza de ser
atrapado mintiendo a los demás. A través de los años, la vergüenza
incapacitante se solidifica y nos deja creyendo que si la gente supiera
verdaderamente quienes somos, nos abandonaría. Por lo que pasamos mucho
más tiempo mintiendo-para-otros que siendo libre para estar-con-otros.
Pero, ¿puede ser esto patológico? preguntamos. Es tan común, tan natural. La
habilidad para postergar gratificación, incluso la gratificación de ser nosotros
mismos, es parte necesaria de nuestra exitosa sociedad. La habilidad para
interpretar roles es esencial para mantenerse en los mercados académicos o
de la salud mental. Aquellos elitistas existencialistas europeos reservan la
salud sólo para los pocos auténticos. Pero lo que realmente están preguntando
es si no hemos equiparado la equidad estadística corriente, a la salud. Si
vamos a comprometernos a nosotros mismos por los demás, al menos
permanezcamos con la salud suficiente como para dolernos por eso, más que
escudarnos en los datos que muestran que todos lo hacemos, en algún grado.
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De otro modo tendríamos una imagen del yo, como una persona conciente
dentro de la persona, y que el yo decide que el enojo es malo y debe ser
reprimido. Sartre (1956) menciona que todo lo que necesitamos suponer es
una persona conciente que usa la auto-decepción y elige qué aspectos de sí
mismo apartar. Una vez que actuamos con tal mala fe en nosotros mismos,
nos enfrentamos con la incapacitante culpa de saber quiénes somos
realmente; como resultado, nuestra mentira crece como bola de nieve para
convertirse en síntomas como deprimirse para nunca enojarse.
Keen (1970) cita diversas formas temporales que ocurren en forma bastante
frecuente en las reacciones patológicas. Un futuro deteriorado es aquél en el
que la persona siente que ella misma y el mundo van inevitablemente cuesta
abajo. El deterioro es el resultado final para todos los objetos, y el fenómeno
de su propio futuro lleno de deterioro refleja cuanto se ha convertido la
persona en un objeto. Un futuro prometedor de status es característico de la
gente que se promete a sí misma que algún día realmente vivirá. En el
proceso de ahorrar su dinero, su tiempo o su ser para el futuro, son incapaces
de existir de una manera auténtica. Actúan como si el sentido proviniera de
objetos fuera de ellos mismos. Como posesiones, materiales, grados,
posiciones de status; más que de las decisiones amenazadoras pero libres que
provienen de nuestro interior. Un futuro fantástico implica el desear que algún
día las cosas sean diferentes: una pareja adinerada vendrá y terminará con
nuestros pesares, o un magnífico terapeuta nos despertará con su halo
mágico. Esta fantasía niega el continuo flujo de tiempo en el que la persona
crece a partir de sus decisiones y acciones pasadas y del compromiso futuro
que realizamos justo ahora. Keen no menciona lo pasados patológicos en lo
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que mucha gente vive. Pero ciertamente el pasado omnipresente es una de las
zonas temporales más comunes para la gente problemática. Vivir en el pasado
es signo de los amenazantes remordimientos que la gente posee por los
errores que han cometido. Se aferran al pasado como a reglas infantiles en
donde pueden nuevamente tomar una decisión previa en vez de aceptar que
sus errores duelen.
Las relaciones espaciales difieren no sólo para los pacientes con daño cerebral
sino para toda la gente. Algunos pacientes siempre mantienen su distancia,
que muestra lo lejos que se sienten de casi todos. En algunos matrimonios
encontramos parejas tan egocéntricas que llenan todo el espacio vital de su
hogar dejando poco lugar para que emerja la identidad de su pareja. Otra
gente tiene como cosas más cercanas el bar o el refrigerador. Incluso otros
viven en un espacio pequeño, oscurecido por la depresión o distorsionado por
las drogas. Esta noción de espacio personal ha impactado en nuestro
lenguaje, de forma tal que la gente menciona que se encuentra en un “mal
lugar”, o se pregunta “¿Dónde estás hoy?”.
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de su mundo y de sí mismos que hayan sido apartados por la mentira. Ya que
la mentira, además lleva a la objetización de uno mismo, en la que no se
experiencia ya la habilidad para elegir, la terapia debe incluir procesos a través
de los cuales los individuos puedan nuevamente experienciarse a sí mismos
como sujetos o agentes capaces de dirigir su propia vida, a través del
incremento de sus elecciones.
AUMENTO DE CONCIENCIA
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expresión ha sido limitada en los hechos, a la expresión del lenguaje, no en la
acción. Al tratar de experienciar libremente, los pacientes pueden volverse
cada vez más concientes de que están repitiendo los mismos patrones de ser,
como ser/estar en el pasado o en un futuro fantaseado. Pueden volverse
concientes de que hay partes de sí mismos y de su mundo que no están
abiertas a experienciar o a expresarse (por ejemplo, su yo enojado o la
realidad de su terapeuta).
A partir de los escritos de Biswanger (1963), Boss (1963), Keen (1970), y May
(1958ª), de cualquier manera, nos hacemos una idea de la variedad de
estrategias que los existencialistas tradicionales usan en terapia. Parecen estar
de acuerdo con que el trabajo del terapeuta comienza por entender el mundo
fenomenológico del paciente. El método fenomenológico focaliza en la
experiencia inmediata, la percepción de tal experiencia, el sentido de la
misma, y la observación con el mínimo de sesgos apriorísticos (Spiegelberg,
1972). El terapeuta intenta experienciar la construcción única que el paciente
hace de su mundo, sin imponer preconceptos personales o teóricos a la
experiencia de dicho paciente. Al entender el mundo fenomenológico del
paciente, muchos existencialistas parecen usar un tipo de feedback de
clarificación que ilumina en mayor medida la experiencia del paciente, usando
el propio lenguaje del paciente más que cualquier lenguaje teórico. Dicho
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feedback iluminador ayuda a los pacientes a volverse más concientes de su
ser, incluyendo algunos aspectos que hayan estado apartados.
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perfecto que tal vez tuviera verdaderos problemas para estar-con-una-mujer y
no simplemente con su esposa “egoísta”.
ELECCIÓN
El trabajo del paciente: Los pacientes son confrontados con la carga de las
elecciones desde el principio de la terapia, cuando deben decidir si se
comprometerán a sí mismos a trabajar con este terapeuta. También están
confrontados con tener que decidir de qué hablarán y cómo serán en terapia.
El terapeuta los alentará a considerar nuevas alternativas de ser, tales como
nuevas alternativas de relacionarse sexualmente con una esposa molesta,
pero se espera que los pacientes se hagan cargo de crear nuevas formas de
poder experienciarse a sí mismos, como sujetos capaces de encontrar nuevas
direcciones para su vida. Una vez concientes de las nuevas alternativas. Es el
paciente quien debe experienciar con la ansiedad de ser responsable por las
alternativas que siga. Hacerse cargo de elegir, es claramente una
responsabilidad del paciente.
La carga quizá sea más evidente cuando los pacientes son enfrentados con lo
que Ellenberg (1958) llamó kairos, que son los puntos de elección críticos en
la terapia con los que el paciente se enfrenta al decidir si arriesgarse a
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cambiar un aspecto fundamental de su existencia, como ser homosexual,
heterosexual o bisexual, separarse o permanecer casado, quedarse en la
seguridad de los síntomas o asumir la ansiedad de la autenticidad. Los
pacientes son los que deben bucear profundamente en sí mismos para ver si
pueden armarse de coraje para enfrentar el futuro desconocido, sabiendo que
no existe garantía de que todo no se desmorone en sus narices. Como lo dice
un amigo existencialista (Atayas, 1977), una vez de que el paciente se hace
conciente de que al menos una persona puede ser autentica, ya no puede más
ser un esclavo que está ciego frente a mejores alternativas. El paciente debe
entonces elegir entre ser un cobarde o convertirse en una persona libre.
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paciente de ser curada, rechaza a la paciente-como-objeto-del-
terapeuta).
- Paciente: Quizá deje de venir (la paciente amenaza al terapeuta,
peleando por mantenerse en el rol de objeto del terapeuta).
- Terapeuta: Definitivamente, es su elección (el terapeuta rechaza la
intimidación, poniendo forzadamente a la paciente-como-sujeto).
- Paciente: ¿Qué piensa que debería hacer? (intenta seducir al
terapeuta para que ocupe el rol de sujeto que objetiza a su
paciente).
- Terapeuta: ¿Qué quisiera hacer usted? (la fuerza nuevamente).
- Paciente: Yo quiero mejorar (pedido indirecto de que el terapeuta
la cure).
- Terapeuta: No la culpo (Rechaza e rol de sujeto curador y apoya
en parte el deseo de la paciente-como-sujeto).
- Paciente: Si piensa que me debo quedar, está bien, lo haré
(rechaza el rol de sujeto-que-decide).
- Terapeuta: ¿Usted quiere que yo le diga que se quede?
(Confrontación con su evasión de la decisión y llamado de atención
de cómo la paciente está construyendo la terapia).
- Paciente: Usted sabe lo que es mejor, usted es el doctor
(confirmación de la paciente de su modo de construir la terapia).
- Terapeuta: ¿Yo actúo como un doctor?
RELACIÓN TERAPÉUTICA
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La relación terapéutica es tanto un proceso de cambio como la primera fuente
de contenido para la terapia existencial. Al intentar involucrar a un paciente en
un auténtico encuentro, el terapeuta ayuda al paciente a volverse más
conciente de las formas en las que evita dicho encuentro, tales como
permanecer más como paciente que como persona. La relación terapéutica
provee una de las mejores oportunidades para los pacientes de elegir
comprometerse en un encuentro profundo y auténtico, porque el terapeuta
existencial está comprometido a responder auténticamente. Si un paciente
tiene el coraje de elegir ser-auténtico-con-el-terapeuta, entonces el paciente
ha cambiado radicalmente de mentir-para-otros o mentirse-a-sí-mismo, a
ser/estar-con-otro.
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sin hacer juicios explícitos es aceptado para que el terapeuta pueda
experienciar el mundo fenomenológico del paciente. Pero un terapeuta
auténtico no puede permanecer reforzando positivamente a un paciente que
miente.
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existencia. Desde los hechos, parece que la existencia de la Sra. C. antes de
los parásitos se encontraba ya bastante objetizada. En las relaciones sexuales
no podía ser/estar-en-la-naturaleza, porque no tenía orgasmos y entonces era
incapaz de dejarse disfrutar libremente de la satisfacción natural de la
sexualidad. Porque su madre había mentido acerca de que el sexo era
repugnante, la Sra. C. comenzó en algún momento a decirse a sí misma que
no era sexuada para apartar cualquier cosa de sí que pudiera ser repugnante.
La ansiedad existencial original asociada con la sexualidad fue probablemente
expresada con aislamiento en la forma de rechazo por ser repugnante. En las
cosas cotidianas, la Sra. C. también se había objetizado a sí misma siendo tan
ordenada, como lo ejemplifica el categorizar a sus hijos alfabéticamente y
agendar su aparición exactamente cada dos años. Esto sugiere que ella redujo
la ansiedad por la responsabilidad de tener hijos y darles un nombre,
poniendo la responsabilidad fuera de sí misma en el alfabeto y en el
calendario. A pesar de la considerable objetización, la Sra. C. no es vista en
forma más patológica que la gente más convencional que trata de controlar su
ansiedad vital arbitrariamente, más que a través de principios auténticos.
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lavado también servía como un intento de limpiarse a sí misma de la culpa
existencial. De cualquier forma, mientras más continuaba su compulsión,
menos era culpable por lo que hacía y más se enfrentaba con la posibilidad de
experienciar culpa neurótica por lo que se estaba convirtiendo (un lavarropas
humano, incapaz de interesarse o compartir con su familia e incapaz de
permitirse ser espontánea en el mundo).
La razón por la que la Sra. C. comenzó su ritual de lavado por el ano es que el
ano fue el foco de los parásitos y fue visto en su mundo fenomenológico como
una fuente de enfermedad, como le sucede a mucha gente compulsiva. Aun
cuando la Sra. C. no podía controlar todas las fuentes de enfermedad del
universo, podía mantener su propio ano limpio y podía imaginar que ningún
germen penetraría su cuerpo inmaculado.
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propia subjetividad, un existencialista buscaría cada oportunidad de
confrontarla con sus opciones en el tratamiento. Por ejemplo: cuando fuimos a
mi consultorio para nuestra primera entrevista, la Sra. C. se detuvo en la
puerta y esperó para que yo la abriera, evitando así cualquier tipo de contacto
con algún germen. Justo en ese momento, un existencialista confrontaría a la
Sra. C. con la opción de buscar ayuda abriendo una nueva puerta a la terapia
o volver a sus seguros pero mortales patrones del pasado.
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