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A Amador Gustavo Lecca Flores ¿Qué camino has elegido?

Ante todo un saludo a Nuestro Padre Celestial, a los líderes de la iglesia, a


los miembros que nos acompañan, amigos, familia y en especial a sus
hermanas que lamentan su partida, Guillermina, Virginia y a sus hijos
Lupe, Daniel, Giulliana, Giovanna y José.

Daniel me pidió unas palabras y me puse a pensar ¿Quién es Amador


Gustavo Lecca Flores?

¿Por qué nos reunimos hoy? ¿Qué hizo en su vida? ¿Qué legado nos dejó?

¿Qué significa la muerte de un ser querido para cada uno de nosotros?

¿Qué significa la muerte de Él, de Gustavo Lecca para nosotros sus


descendientes?

Y tantas preguntas que se agolpan a mi mente, sobre la vida sobre la


muerte ¿Cómo responderlas? Podría tomar toda una vida el encontrar las
respuestas.

La muerte de un ser tan querido trae a nosotros una reflexión de VIDA.

La muerte nos habla de LA VIDA.

Más aún, si somos creyentes porque luego de esta vida nos espera la vida
eterna.

Amador Gustavo, nace un 27 setiembre de 1924, con eso caemos en


cuentas que estuvo cerca de vivir 100 años, para ser exactos 96 años, nada
menos que 96 años, podríamos pensar que es tan solo un número y una
gran suerte vivir tanto.

Pensaba en “papito Gustavo” así le decimos con amor, queriendo buscar


el primer recuerdo con él pero nuestra mente no lo encuentra, cuál será el
primer recuerdo, pues no lo encontraré por ser un bebé, pero si recuerdo
una bella infancia corriendo de niño por su casa en Balconcillo..., con mis
primos.

Y a él un hombre joven y fuerte, sabio. Si pues para nosotros era sabio en


esa época, nos enseñó a jugar ajedrez, armar el cubo mágico, a leer, tenía
su piano y por supuesto a trabajar la madera... y pues él trabajaba en todo
porque tenía una curiosidad de niño la cual nunca perdió, siempre quiso
aprender y por siempre fue así.

Muchas veces cuento, tengo mi abuelo que pasó ya los 90 pero sabes es
cibernético, ¿Qué? Tiene su celular, tiene su Tablet su Facebook que no lo
usa a la perfección pero nunca deja de aprender. Es esa búsqueda de la
verdad la que pienso lo llevaría a conocer la sabiduría de la palabra de
Dios y que lo llevaría abandonar como todos nuestros errores, será fácil
buscar la perfección siendo imperfectos, donde alcanzaremos esa
perfección… será duro el camino. El mostró su ejemplo en cada oración en
cada pedido de acercarnos a Dios.

Asimismo muy deportista, atleta, nadaba, hacía saltos ornamentales en la


piscina del Melitón... recuerdo una anécdota que mayor el, la juventud
tenia miradas de burla y susurros al verlo subir al trampolín, luego pasaron
a la admiración y exclamación cuando dio su salto dejándolos con la boca
abierta. Un hombre deportista, saludable recomendando

Un hombre sano, no le gustaban los vicios no fumaba, no bebía alcohol y


lo más importante siempre cuido nutrir el cuerpo correctamente una
buena dieta y nutrir el alma mucho más importante, y recuerdo como
cuidaste a tu esposa en la vejez preocupado en preparar el desayuno, con
sumo cuidado como antaño ella te preparó a ti, ahora tú lo hacías para
ella.

Un hombre con una notable solidaridad de ayudar al que no tiene, dar de


comer al que padece hambre y a veces los amigos le pagaban mal, pero
Gustavo nunca cambió siempre fue un alma caritativa, invitar, dar,
comprar regalos, visitar a sus nietos, a nuestras tías.

Una vida larga con tantas vivencias, tantas historias... su viaje a México,
como empezó a trabajar, como decidió ir a la universidad, como se hizo
profesor, como buscando el saber se hizo un hombre en la palabra de
Dios.

Errores ¿tuvo? claro que sí como muchos, claro que sí.


Pero hoy recordamos al padre preocupado, al esposo amoroso, al abuelo,
al bisabuelo sonriente, con esa sonrisa suya tan característica, con ese
corazón de niño de alma ingenua. Severo seguro que sí, pero como nieto
más disfrute de su buen humor, sus alegrías, Esa alma caritativa, solidaria,
siempre te recordaré con mucho respeto. Un hombre ejemplar y de acción
que durante la tragedia del Estadio Nacional en mayo de 1964 fue a
ayudar con los cuerpos de muchas almas que se fueron ese día, eso habla
de su buen corazón no solo con su familia sino con quién necesitara ayuda
¿Podré ser como él? Dar tanto de mí por personas que no conozco.

¿Qué recuerdos nos dejas? Muchísimos, no acabaría de hablar pero ¿Qué


quiero recordar?

Tu coraje, tu fuerza a la acción. Tu valor. Tu búsqueda de querer aprender,


de cambiar de buscar la sabiduría y recordar el hombre que defiende sus
ideales, con pasión con fuerza, como aprendió a defender su amor por
Dios, por Jesucristo, pero siempre con su alma de niño, diciendo la verdad,
y ese don de seguir confiando en la gente y de ayudar al prójimo.

Te recuerdo acompañando a tu esposa en sus últimos días, y todo el dolor


que significo verla partir y llorar con desconsuelo su partida, pero
sabiendo que podría verla más adelante.

¿Qué más nos deja? La unión de la familia, el tendió muchos puentes a su


familia, y hoy que partes, tu familia se une alrededor tuyo, una familia qué
como todas puede tener sus diferencias pero todos estamos unidos en ti
Gustavo y en ti América, un ejemplo de matrimonio. América tu bella
esposa que te acompañó y has partido a reunirte con ella.

Tenemos que ser firmes, solidarios, amorosos, siempre aprendiendo,


siempre buscando el saber, buscando ser mejores, ser buenas personas,
cómo él, y defender nuestros principios y no dejar de aprender nunca. Por
ti recuerdo que es importante hacer deportes, comer sano pero
principalmente alimentar nuestra alma con conocimiento, con ideales,
con la palabra.

Y lo más importante DAR SIEMPRE AMOR.


Nos guiastes en esta vida, nos enseñaste la luz de la palabra, llegará el día
en que nos guíes por nuevos caminos en este viaje en que hoy nos
adelantas.

Te queremos, y sabemos que cada vez que estemos reunidos, te


recordemos, vivirás en nuestro recuerdo, en nuestros corazones.

Buen viaje abuelito o mejor “papito Gustavo” como de niños te decíamos,


siempre te dimos un beso en la frente con respeto, con amor, te
recordaré, te recordaremos, solo has muerto físicamente, tu espíritu
seguirá creciendo, seguirá iluminando a Daniel, a Lupe, a Yuli, a Giovanna,
a José, a tus nietos, a tus bisnietos, muchos ya siguen tu ejemplo en la
palabra, en la misión.

Un gran Beso Abuelo, viaja con América tu esposa, en su momento


partiremos a tu encuentro en la gracia, para conocer el espíritu de
salvación.

Gracias “papito Gustavo” por el hombre que lograste ser y por el camino
que nos señalaste.

Con mucho amor tu nieto Leo, en nombre de nuestra familia.

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