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Nociones Previas

Desde que el individuo vive en sociedad la convivencia


diaria va demandando la satisfacción de múltiples necesidades. Como se
sabe las necesidades pueden ser satisfechas con los recursos que cada
persona pueda poseer o en otros casos con el intercambio de bienes o
prestaciones entre ellos, y en último evento cuando la organización
humana adquiere la forma de un Estado es precisamente esta organización
la que satisface las necesidades de la comunidad que no pueden ser
cubiertas por los propios particulares. En dicha virtud el Estado para
cumplir con este cometido esencial necesita gastar y para gastar necesita
de recursos, por consiguiente el supuesto financiero de la
administración del Estado es el gasto. Ahora bien para concretar dicha
actividad financiera, para satisfacer las necesidades de la comunidad
como ya está dicho se requiere de recursos. Estos recursos provienen de
las mas variadas fuentes y los tratados de Derecho Financiero ofrecen
diversas clasificaciones sobre la materia, sin embargo para nuestro
propósito sólo diremos que una fuente importantísima de obtención de
recursos por el Estado es a través del ejercicio de la potestad de
imperio que es consustancial a la existencia del Estado y básicamente en
este rubro la doctrina distingue dos categorías, a saber:

a) ingresos derivados de la celebración de empréstitos forzosos


b) ingresos derivados de los tributos o de la aplicación de tributos.

Como ya se advierte, tales recursos se generan por el ejercicio de la


potestad de imperio del Estado, o sea en que la voluntad de los
ciudadanos tiene escasa o nula participación; se comprenderá de
inmediato que surge un conflicto de interés entre el Estado y los
particulares, conflicto que estará siempre presente en diversos
ámbitos, en diversos temas con motivo de la aplicación de loa
tributos. Dicho conflicto esta representado por un aparte por el
interés del Estado de obtener recursos para satisfacer las
necesidades de la comunidad y por el otro el interés de los
particulares de no verse menoscabado en su patrimonio, de no sufrir un
detrimento patrimonial en exceso; será pues misión del Derecho
Tributario morigerar este conflicto de intereses.

Precisamente este conflicto se va reflejando en las


diversas leyes fundamentales de los distintos ordenamientos jurídicos
positivos, a través de la consagración de normas fundamentales en las
respectivas constituciones políticas de garantías para los ciudadanos,
de no verse sobregravado con la carga impositiva, es el llamado
proceso de constitucionalización del Derecho Tributario. Fenómeno que
desde luego se observa en la Constitución Política del Estado según se
verá en su oportunidad.

Por manera, que ese conflicto de intereses comienza a


dilucidarse a través del planteamiento de tres interrogantes:

a) ¿Qué gravar?
b) ¿Cuánto gravar?
c) ¿A quien gravar?
A partir de esta trilogía y la consiguiente respuesta comienza a
estructurarse la columna vertebral de todo sistema tributario y de los
tributos en concreto.

Como hemos dicho el Estado necesita faltar y para ello requiere de


recursos siendo una de las fuentes importantes de éstos, los tributos.

En dicha virtud, toso sistema tributario tendrá como primera misión


elegir lo que técnicamente se llama el objeto impositivo, esto es la
manifestación de la capacidad contributiva susceptible de ser gravada
con tributos.

Los objetos impositivos clásicos son dos:

- El gasto o consumo
- El ingreso o renta

En efecto, cuando una persona constantemente, está efectuando


erogaciones, desembolsos o gastos en general se puede colegir que esta
persona tiene recursos para poder efectuar esas erogaciones
desenvolsos o gastos y por lo tanto puede ser afectada con la
aplicación de los tributos.

A su turno, cuando una persona obtiene ingresos periódicos o no


significa que puede disponer de una parte de esos ingresos o rentas
para el pago de tributos.

De inmediato surge la interrogante de ¿Cual objeto impositivo elegir? Y


dentro de uno u otro ¿Cuántos tributos pueden establecerse? O en fin
¿Puede elegirse los dos objetos impositivos para la aplicación de
tributos?.

Son estas las cuestiones que tiene que resolver todo sistema tributario
teniendo presente siempre el referido conflicto de intereses. En
buenas cuentas, habrá de conciliarse la idea de un sistema tributario
lo suficientemente rendidor para la satisfacción de las necesidades de
la comunidad con la idea de no saturar a las personas con la aplicación
de los tributos. Es por ello, que los sistemas tributarios que la
doctrina conoce son uno que descansa en la aplicación de un tributo
único al gasto o al ingreso y otro que descansa en la aplicación de
tributos múltiples ya a los ingresos, ya a los gastos o en forma
mixta. Sin embargo la realidad impone la existencia de un sistema
tributario que descansa en tributos múltiples.

Las funciones de los tributos.


Para decidir el justo equilibrio que debe alcanzar un
sistema tributario es menester tener en cuenta que los tributos cumplen
las siguientes finalidades:

1. Funciones fiscales, esto es que a través de los tributos se busca


incrementar los ingresos del Estado para financiar el gasto público.
2. Funciones extrafiscales o económicas, esto es que a través de los
tributos se busca orientar la economía en un sentido determinado. Por
ejemplo si se trata de proteger la industria nacional se puede alzar
los tributos existentes a las importaciones o creas unos nuevos.
3. Funciones sociales, los tributos cumplen un rol redistributivo del
ingreso nacional, esto es que los tributos que se erogan vuelven a la
comunidad convertidos en Obras Publicas.

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