LA HOMEOPATÍA ALIVIA EL SUFRIMIENTO FÍSICO, MENTAL Y EMOCIONAL
DE LAS PERSONAS, Y A LA VEZ FAVORECER SUS PROCESOS DE
AUTOCURACIÓN
La homeopatía fortalece las propias capacidades reguladoras del cuerpo y sus
recursos para una correcta homeostasis y funcionamiento del organismo. Su objetivo es aliviar el sufrimiento físico, mental y emocional de las personas, y a la vez favorecer sus procesos de auto curación. Puede indicarse para procesos específicos o, de forma global, para reforzar o mejorar la salud. Ante las enfermedades, la homeopatía interpreta de una forma holística los síntomas que expresa el cuerpo y contempla que cada persona tiene una forma distinta de enfermar. El medicamento elegido se recomienda según estas características individuales y, por eso, los tratamientos son diferentes para cada persona. Atiende a la persona como ser global, no desde la particularidad e independencia de un síntoma, sino como la totalidad del individuo que sufre en todo su organismo esa patología. La homeopatía se puede usar como tratamiento curativo, preventivo y/o de apoyo a otros tratamientos. Es decir, unas veces podremos alcanzar la curación o remisión total, en otras ayudará a conseguir una mejoría importante, y otras veces ayudará a evitar recaídas. Por ello, puede utilizarse para cualquier tipo de enfermedad, aguda o crónica y, al tratar de una forma global a la persona, los resultados suelen sorprender por asociar mejorías en problemas adicionales a la vez que mejoran el motivo de consulta, ya que restablece el equilibrio del organismo de una forma profunda, estimulando sus reacciones curativas a todos los niveles. Para determinar el medicamento homeopático adecuado, se realiza una evaluación médica habitual, con una intensa recogida de datos, entre los que se incluyen aquellos que en otras ramas de la medicina no son relevantes simplemente porque no condicionan el tratamiento a prescribir: la forma de sentir los dolores, la forma en que mejoran o empeoran las molestias, los síntomas que aparecen simultáneamente, aunque a priori parezcan no tener relación, o la posible relación causa-efecto entre la patología y una situación atmosférica, vivencial o emocional determinada. Incluso la forma de enfermar, de vivir la convalecencia, de recuperación o el propio fenotipo, son datos importantes para poder afinar en un tratamiento específico para cada paciente. No podemos considerar de la misma forma una ansiedad que provoca agitación, nerviosismo y comportamiento precipitado en un paciente, que la que provoca sensación de bloqueo o parálisis en otro. O una fiebre que se acompaña de escalofríos, enrojecimiento facial y sudoración profusa, que la que aparece de forma repentina, con agitación y piel roja sin sudor. Es por eso que la homeopatía es una terapia tan individualizada, y su correcta prescripción conlleva un tiempo más amplio que el que se necesitan para terapias más protocolizadas. Así pues, la homeopatía es una de las terapias más interesantes para el abordaje integrativo, tanto diagnóstico como terapéutico, de la salud y la enfermedad desde un punto de vista holístico, respetando el equilibrio natural del organismo, y a la que recurren aquellas personas que quieren implicarse en la comprensión y tratamiento de su enfermedad para recuperar la salud integral.
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