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La rápida recuperación de México después de la recesión económica de 1995

se debe en gran parte a las reformas económicas iniciadas a mediados del


decenio de 1990. En el nuevo informe de la Secretaría de la OMC sobre las
políticas y prácticas comerciales de México se señala que dichas reformas han
dado paso a una mayor eficiencia, a una mayor apertura del marco de
inversiones y a una mayor integración en la economía mundial. No obstante,
el proceso de reformas aún no ha terminado.
El informe de la OMC concluye que México necesita proseguir dicho proceso para
lograr una tasa más elevada y sostenible de crecimiento económico.
    El informe de la Secretaría y la exposición de políticas preparada por el Gobierno de
México servirán de base para el examen de las políticas y prácticas comerciales de
México a que procederá el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC,
el 7 y 8 de octubre.
    En el informe de la OMC se indica que México ha seguido profundizando la
liberalización unilateral del comercio sobre una base NMF pero los cambios en la
política comercial han estado dominados por la liberalización regional en el marco del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y otros acuerdos. Como
reflejo de su creciente relación comercial bilateral, el porcentaje del comercio exterior
de mercancías de México con los Estados Unidos pasó de un 75 por ciento en 1992 a un
80 por ciento en 1996.
    Además del TLCAN, México ha concluido acuerdos de libre comercio con Costa
Rica, Bolivia y Colombia, y con Venezuela (el Grupo de los Tres). México está
reforzando sus acuerdos regionales dentro de América, con la UE y con el Foro de
Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC). El informe señala que las
complicaciones en la reglamentación comercial de México surgen de los diferentes
regímenes aplicados en sus acuerdos regionales, en particular en materia de
excepciones, plazos de puesta en aplicación y normas de origen.
    La firma del TLCAN por México en 1992 ha propiciado la reducción de sus
obstáculos no arancelarios, la liberalización de sus leyes sobre inversiones y la
modificación de sus leyes de contratación pública, de valoración en aduana y de
competencia. México también ha mejorado su régimen de protección de los derechos de
propiedad intelectual. Si bien algunos aspectos de su liberalización regional han
beneficiado a todos los Miembros de la OMC, otros han favorecido claramente a los
socios regionales.
    Desde su adhesión al GATT en 1986, México ha consolidado todas las líneas de su
arancel; a resultas de la Ronda Uruguay México redujo el tipo máximo consolidado de
los aranceles aplicados a las manufacturas del 50 al 35 por ciento. No obstante, los
derechos que se aplican son considerablemente inferiores. El informe señala que
México ha reducido el promedio de los aranceles ponderado en función del comercio,
pero se ha ampliado la diferencia entre el promedio simple de los tipos NMF (13,2 por
ciento) y los tipos preferenciales (por ejemplo, el 4,2 por ciento en las importaciones
procedentes de los Estados Unidos). El informe indica que para proteger sectores
sensibles como el de la carne de bovino, el del vestido y el del calzado, se han
aumentado considerablemente algunos tipos, si bien dentro de niveles consolidados.
    En el informe se afirma que México ha reducido sus obstáculos no arancelarios pero
ha aumentado el uso de medidas de contingencia (principalmente medidas antidumping)
y el número de normas obligatorias. México también mantiene cierto número de
medidas de apoyo a las exportaciones, principalmente en el sector de las manufacturas,
que se suprimirán gradualmente de conformidad con el TLCAN, pero no
necesariamente sobre una base NMF
    Se han llevado a cabo importantes ajustes en la agricultura como resultado del
programa de liberalización económica. De acuerdo con las obligaciones derivadas del
TLCAN y los Acuerdos de la OMC, México ha convertido todas sus medidas no
arancelarias en aranceles o contingentes arancelarios. Ha reducido el apoyo a este sector
e introducido mecanismos de asistencia basados en medidas directas de sostenimiento
de las rentas. No obstante, el informe señala que las áreas sensibles están protegidas por
unos derechos fuera de contingente muy elevados. La agricultura en conjunto sigue
padeciendo la debilidad que se deriva de la baja productividad laboral y de la
inadecuación de las rentas rurales.

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