Reporte de lectura artículos “El secreto comercial: el otro derecho de propiedad
intelectual” y “Ocho etapas para proteger los secretos comerciales”
El secreto comercial consiste en la forma de protección más común dentro de las
empresas, pues con esta medida se evita que la competencia esté informada sobre las técnicas y procedimientos manuales que la empresa utiliza en sus productos. Esta forma de protección es muy antigua, ya que previo a la era industrial eran los artesanos quienes guardaban celosamente sus “trucos de oficio” dentro de sus talleres. Tras el inicio de la era industrial fue vital el nacimiento de un régimen jurídico que obligara a empleados a perpetuar el secreto oficial respecto a máquinas y procesos. Esta forma de protección de propiedad intelectual tiene ciertos inconvenientes como la ausencia de registro oficial, las pocas reglas o normas sobre la aplicación de la legislación de secretos comerciales, y que las controversias referentes a secretos comerciales no suelen divulgarse. Sin embargo, pese a estas desventajas, los secretos comerciales constituyen una forma comercialmente razonable de difundir la información y de permitir la transparencia tecnológica porque dan pie a la concesión de licencias y colaboraciones de investigación; pues al aplicar la ley para hacer cumplir las obligaciones de confidencialidad se evita que las empresas desconfíen al contratar nuevo personal y que se incremente innecesariamente el gasto en protección física de la información, que podría llevar al acaparamiento de información que gradualmente frenaría la innovación. Además, los secretos comerciales permiten que más información pueda ser protegida que la información que es aceptada por las patentes, porque tienen el objetivo de proteger toda información que aporte una ventaja a la empresa, sin importar el estado de la técnica o si tiene aplicación industrial. Todos estos beneficios que ofrece la protección por secretos comerciales irónicamente han hecho que surja un peligro latente, que es el ciberespionaje. Gracias al progreso tecnológico, actualmente es más sencillo para los ladrones y espías de la competencia lograr acceder a la información confidencial de la empresa, ya que se pueden valer del uso de “malware” para robar información de los empleados sin que ellos se den cuenta con la simple acción de enviar un correo electrónico que permita que el programa malicioso entre a la red de la empresa a partir de la computadora del empleado, con lo cual se puede robar valiosa información sin necesidad de entrar dentro de la empresa. Pero puede haber incluso un peor escenario: que el ladrón se encuentre dentro de la misma empresa. De acuerdo con el estudio “A Statistical Analysis of Trade Secret Litigation in Federal Courts”, dentro del 85% de las demandas por robo de secretos comerciales presentadas ante tribunales estatales y federales de EE. UU, el presunto ladrón era empleado de la empresa o un socio comercial. Frente a estos alarmantes casos, los tribunales dictaminan que las empresas deben de adoptar “medidas razonables” que logren asegurar la que los activos corporativos se mantengan confidenciales. Este estudio concluye que la confidencialidad con los empleados y los socios es el factor principal con el que los tribunales optan si la empresa tomó las “medidas razonables” para la protección de secretos comerciales. Sin embargo, las sentencias favorables de los tribunales determinan que las empresas deben tomar medidas adicionales para poder reparar el daño en caso de que sus secretos estén en peligro. El plan de acción perfecto para la protección de secretos comerciales contiene ocho categorías: 1. Implementar procedimientos empresariales para aumentar la cantidad de acuerdos de no divulgación: Estos procedimientos van desde pedir a los empleados que devuelvan información confidencial una vez que abandonen la empresa hasta marcar los documentos confidenciales, incluyendo que un solo empleado tenga acceso total a cierto procedimiento, fórmula u otro secreto comercial. 2. Controlar el acceso físico y electrónico: Los tribunales japoneses han dictaminado que la restricción de acceso físico y electrónico garantiza que la empresa ha mantenido en secreto su información confidencial para proceder a las normas de competencia desleal. 3. Documentar y evaluar la información y adoptar medidas para gestionar los riesgos: Antes de denunciar el robo de información, se debe definir cual de esa información es considerada confidencial. Primero se deja constancia de los secretos comerciales en un registro interno, después se evalúan los posibles riesgos que afectarían la empresa y los departamentos, para finalmente adoptar medidas de seguridad adicionales que protejan a los departamentos cruciales en los que procede la denuncia. 4. Crear planes y procedimientos para la cadena de suministro: No solo directivos y trabajadores dentro de la empresa pueden estar notificados de información confidencial, también los socios de empresas conjuntas y proveedores pueden estar al tanto de información vital, por ende resulta urgente contar con procedimientos para evitar que la información sea robada por fuentes externas tales como incluir la protección de secretos comerciales en los criterios de diligencia, realizar acuerdos de no divulgación con actores externos y comunicar a los asociados lo que la empresa espera de ello en relación con mantener los secretos comerciales. 5. Impartir formación a empleados y proveedores : Es esencial la formación para que los empleados y asociados conozcan que se espera de ellos al manipular información de la empresa, además evita que la empresa quede fuera del amparo de la ley al denunciar robo de información. 6. Componer un equipo especial de operaciones sobre secretos empresariales : Cuando no se nombra a un responsable de proteger los secretos comerciales de la empresa, los tribunales no pueden amparar a las empresas debido a que técnicamente están permitiendo que el público acceda a conocer información de éstas. Por ende, el establecer un equipo interdisciplinario que opera en la protección de secretos comerciales garantiza que se siguen las políticas de protección. 7. Aportar mejoras constantes: A medida que las empresas crecen los planes de protección deben de evolucionar. El seguimiento de protección de los secretos comerciales debería de hacerse de forma anual y también se deberían de actualizar los procedimientos con el suficiente esmero para garantizar su cumplimiento. 8. Hacer de la protección de secretos empresariales una prioridad de la empresa : Se debe de fortalecer la seguridad dentro de la empresa además de poner en marcha sistemas que pueda proteger los secretos comerciales para mitigar riesgos y a la vez satisfacer la adopción de “medidas razonables” que el tribunal exige cuando se denuncia la usurpación de información confidencial.
En conclusión, los secretos comerciales constituyen una forma efectiva de protección de la