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como mecanismo de protección de la per- chos civiles y políticos como aislados de


sona frente a los abusos del poder. los derechos económicos, sociales y cul-
La segunda parte de la obra se refie- turales, pues todos constituyen una uni-
re a la exigibilidad de los derechos eco- dad integral y mutuamente los unos
nómicos, sociales y culturales, señalando dependen de los otros para su efectiva rea-
primeramente la génesis de su reconoci- lización y vigencia, ya que abarcan todas
miento y los instrumentos jurídicos inter- las esferas de desarrollo de la vida y acti-
nacionales en los que se halla recogido, vidades del ser humano, que es su fun-
para después tratar acerca de su artificial damento, su fin y su sujeto.
separación de los derechos civiles y polí- Se hace especial referencia a la necesi-
ticos en tiempos de la guerra fría, de dad de la plena vigencia del sistema demo-
acuerdo con la bipolaridad geopolítica crático y de un orden jurídico e institu-
mundial y que obedecía más a los intere- cional propio del estado de derecho, a
ses y a las manipulaciones de las dos gran- manera de vinculación estructural entre
des potencias, que a criterios objetivos. ambos, para que sea auténticamente posi-
Otro aspecto a resaltar son los problemas ble la realización de los derechos huma-
de llevar a la práctica los derechos eco- nos, tanto civiles y políticos como econó-
nómicos, sociales y culturales, pues, a dife- micos, sociales y culturales, pues se requiere
rencia de los civiles y políticos, para los de un estado que realmente sea capaz de
que en principio basta con el estableci- garantizarlos, no sólo mediante el recono-
miento de mecanismos jurídicos para su cimiento en su normativa interna y apli-
ejercicio en las legislaciones internas, en cación de la internacional, sino que tam-
los derechos económicos, sociales y cul- bién se tenga la voluntad de hacerlo a
turales no basta con la legislación inter- niveles políticos, sociales e institucionales.
na de los estados ni con su instituciona- El esfuerzo realizado por los autores
lidad y viabilidad jurídica, sino que de la obra sirve para tener un horizonte
además son necesarios recursos económi- teórico más amplio respecto a los temas
cos suficientes —de los que no disponen tratados y permite formularse nuevas pre-
todos los estados—, por lo cual su reali- guntas al respecto relacionadas con ellos y
zación no ha podido hacerse de manera poder buscar, o al menos ensayar, posi-
inmediata, sino a través de la actuación bles caminos para la realización de la jus-
progresiva, que se sigue haciendo, de ticia universal y también para la plena
acuerdo con las posibilidades económi- vigencia de los derechos económicos,
cas de los estados. Finalmente, se con- sociales y culturales, pues, en definitiva,
cluye que, en virtud de los tiempos que ambos temas tienen como fundamento y
corren y de la superación de la guerra fría, finalidad el ser humano y el respeto abso-
los derechos humanos constituyen actual- luto a su dignidad.
mente una unidad indivisible, siendo, por
tanto, que no se puede hablar de dere- Erick Moisés Suárez y Fajardo

ZIZEK, Slavoj (2007). En defensa de la intolerancia.


Traducción de Javier Eraso Ceballos y Antonio Antón.
Madrid: Sequitur.

Slavoj Zizek es un intelectual pluridisci- revista Schnitt) y en poco tiempo se con-


plinario que se dio a conocer en círculos virtió en uno de aquellos autores mediá-
psicoanalíticos y de crítica del cine (la ticos, capaces de llenar las salas de confe-
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rencias. De entrada, llama la atención su nestar» o las así llamadas «terceras vías») y
extremada productividad (ha publicado la reivindicación de una política radical,
más de cincuenta libros), pero también capaz de cumplir con el sentido inicial del
su débil eco en España, a pesar de que en pensamiento socialista, dado que, según
algunos países, especialmente en Argen- Marx, no hay cambio social sin revolu-
tina, parece producir un gran impacto ción. El libro parece prometer desde el
(véase International Journal of Zizek Stu- título, con la idea del retorno a la subje-
dies: <www.zizekstudies.org>) ¿En qué tividad, una solución al tema. Según
consiste entonces el carácter «seductor» Zizek, no se trata del sujeto cartesiano,
de Zizek? Digamos que en debatir temas sino de un sujeto inherentemente políti-
filosóficos desde el terreno de las inquie- co, i. e. regulado por situaciones abiertas
tudes ético-políticas más actuales. Al y contingentes, cuya identidad reside en
mismo tiempo, esto nos recuerda que nos «un acto auténtico», i. e. un acto capaz
encontramos, en la actualidad, en una de producir un verdadero cambio social.
situación en la que lo que antes eran Hay que ver si, a lo largo del libro, Zizek
meros problemas filosóficos, es ahora indicará qué sujeto social y político, que
motivo de debate en cualquier tertulia. no sea la clase trabajadora, será capaz de
Zizek nació en Eslovenia en 1949 y «perturbar las tranquilas aguas del océa-
se doctoró en Filosofía y Psicoanálisis en no capitalista» y en qué consiste el asi lla-
Liubliana y en la Universidad París VIII, mado «acto auténtico».
respectivamente. Actualmente, colabora Al nivel de escritura, la táctica prefe-
en The New York Times, es profesor invi- rida de Zizek es forzar con genialidad los
tado en las universidades de París, Colum- conceptos, manipular palabras fetiche,
bia, Princeton y Georgetown y preside la como «tolerancia», «violencia», «multi-
Sociedad para el Psicoanálisis Teórico de culturalismo» o «ideología», hacia cam-
Eslovenia. Se define a sí mismo, sin pie- bios de contexto radicales. Su discurso
dad, como «un estalinista ortodoxo laca- tiene una alta carga filosófica, pero al
niano, dogmático y nada dialogante» y su mismo tiempo, en la medida en que inci-
objetivo es hacer una crítica de la demo- ta a un proyecto izquierdista, implica una
cracia a partir de Karl Marx y de Jacques intervención política comprometida. La
Lacan y, con esto, reivindicar la re-poli- necesidad de un cambio radical en la
tización de la economía global actual. Lo experiencia política se aplica en el libro a
que sorprende aquí no es tanto el repen- tres dimensiones centrales: la ideología,
sar Marx (ya lo había hecho Derrida), el multiculturalismo y el capitalismo.
como el repensar Lenin (entre 2000-2001, Veamos, en líneas generales, cuál es el
Zizek coordinó un grupo de trabajo en el planteamiento de Zizek.
Instituto de Estudios Culturales de Essen, La democracia, reducida por Zizek a
Alemania, sobre la vida y la obra de su variante capitalista-liberal, se nos pre-
Lenin). Tendríamos que ver cómo se sos- senta hoy (dado el fracaso del marxismo)
tiene la articulación de estas fuentes hete- como la solución para superar la ideología
rogéneas y cuál sería la dirección concre- y vivir realmente en un mundo liberado
ta en que se podría producir una auténtica de antagonismos. El argumento fuerte del
política anti-globalización. orden actual es el funcionalismo, según
Con su último libro, En defensa de la el cual las buenas ideas son las que fun-
intolerancia, Zizek conforma las dos ideas cionan. Para decir, como Deng Xiaoping:
generales de su pensamiento: el rechazo «poco importa si el gato es blanco o
de la efectividad de la era «postideológica» pardo, con tal de que cace ratones». Esto
(y, por lo tanto, la supremacía de sus valo- es lo que Zizek llama «el activismo de la
res como «tolerancia», «Estado de bie- interpasividad», que induce simulaciones
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de aceleración externa al individuo, de ricanas desempleadas»). Lo que queda


«cambios que nada cambian». Recorde- excluido de este «paquete de medidas» es,
mos aquí la famosa cita de la Ópera de los precisamente, «el acto», lo que Zizek llama
tres centavos, de Brecht: «Nos gustaría ser «el gesto de la politización». Lo único que
buenos y no tan groseros, si tan sólo las hace la postpolítica es asegurarse de que
circunstancias fueran diferentes». ¿Pero la queja de «la madre lesbiana afro-ame-
no es esto, se pregunta Zizek, la expresión ricana…» se quede en una reivindicación
de una olímpica pasividad? El verdadero puntual, sin posibilidad de elevarse a la
acto político sería precisamente el inten- condición de «problema universal». De
tar modificar las circunstancias, los pará- aquí, la explosión en la actualidad de una
metros de «lo que se considera posible». violencia «completamente irracional» (que
La verdadera política no es «el arte de lo abarca desde la agresión del skinhead con-
posible», sino precisamente el «intentar tra los inmigrantes, hasta los sangrientos
lo imposible». conflictos étnicos): parece que la violencia
Otro aspecto relevante en la «post- es hoy la única vía disponible de expresar
política» actual (término elaborado por esa dimensión necesaria que excede a lo
Jacques Rancière), es que ya no se expli- particular. La paradoja que señala Zizek
citan las ideologías, ya no hay espacio para aquí es, básicamente, que, lejos de ser la
el debate comprometido y esto para Zizek solución, la tolerancia multicultural está
es una nueva forma de negación de lo produciendo mayor desigualdad social.
político. Si explicasemos todo esto en tér- Por lo tanto, el interrogante central
minos lacanianos, diríamos que lo Sim- del libro sería: ¿vivimos realmente en una
bólico queda excluido, para dejar lugar a era postideológica? Y ¿si el multicultura-
lo Real. La lucha de clases está sustituida lismo fuese precisamente otra ideología,
aquí por un conflicto dividido entre las la del actual capitalismo global? Aunque
diferencias marginales, un conflicto que se suele pensar que la caída del comunis-
deja intacta la homogeneización que sos- mo de 1989 significó el fin de la utopía
tiene el sistema capitalista global. Lo que y el inicio de un mundo «postideológi-
aparentan ser rasgos de pluralidad son, en co», parece que lo que hemos logrado es
realidad, distintos estilos de vida, que más bien el surgimiento de una nueva
ponen en juego una débil «filosofía de utopía. El capitalismo mostró, una vez
acompañamiento», una mezcla de libera- más, que no puede hacerse caso de la
lismo tolerante y multiculturalismo. situación global, sin generar tensiones y
El multiculturalismo, presumiendo antagonismos. «Nada de identidades fijas»,
del respeto al Otro, es para Zizek sólo una la típica actitud postmoderna, se convir-
forma de racismo negado o invertido. Lo tió en lema: en esto consta la utopía,
único que logra el planteamiento multi- según Zizek. Tampoco hay que autoen-
culturalista es marcar la distancia, poner gañarse y pensar, como muchos izquier-
a cada parte en su sitio, eso sí, con respe- distas, que valores postmodernos como
to y tolerancia. Contra la «lógica exclu- la «multiplicidad» o la «fragmentación»
yente de lo universal» (dado que «no exis- constituyen actitudes subversivas y revo-
te auténtico universal sin conflicto lucionarias, como si el poder defendiera
político»), el sistema liberal «postpolíti- aún valores conservadores. Lo más pro-
co» procura aplicar toda una serie de bable e inquietante es que todos estos
medidas jurídicas, psicológicas y sociales valores sean ya una base para la cultura
para la identificación de los problemas oficial.
específicos de cada grupo (se habla hoy La utopía actual consiste también en
ya no sólo de una «minoría gay», sino creer que «el capital» es un mecanismo
también de «madres lesbianas afro-ame- neutro. En realidad, cuando el FMI acon-
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seja a un país que siga determinada política académico se queda con Zizek en simple
económica, no le está dando simplemen- travesura intelectual: durante una confe-
te un consejo, sino que implementa una rencia en el Institute for the Humanities
cierta ideología. La cuestión decisiva aquí of the University of Illinois, a la pregun-
es entender que siempre hay ideología de ta sobre qué considera una buena socie-
por medio y que los cambios son siempre dad, Zizek respondió: «Communism! I’m
dolorosos, idea marxista par excellence. Para absolutely in favor of egalitarianism with
Marx, el paso a la sociedad comunista no a taste of terror» (v. Rebecca Mead, «The
puede ser concebido sin «un periodo de Marx brother: how a philosopher from
transición politica» y el estado de esta tran- Slovenia became an international star»,
sicion no es otro que la dictadura revolu- The New Yorker, 3 de mayo de 2005).
cionaria del proletariado. En el Manifies- Tales declaraciones polémicas no
to comunista, Marx asocia dos ideas: el logran, sin embargo, responder a la cues-
proletariado elevado al estatus de clase tión crucial: si hay o no universalidad
dominante y la conquista de la libertad, posible al margen de las distintas parti-
de la democracia. En palabras de Lenin, cularidades. Tampoco queda claro de qué
en El Estado y la revolución: «Simultánea- forma se podría producir hoy una subje-
mente con una inmensa expansión de la tividad revolucionaria, i. e. a qué se refie-
democracia, la cual por primera vez se re de hecho el «acto ético irreductible»,
torna democracia para los pobres […] la porque el ejemplo de acto auténtico que
dictadura del proletariado impone una propone el autor esloveno no hace más
serie de restricciones en la libertad de los que desconcertar: se trata del caso de
opresores, los explotadores, los capitalis- Mary Kay le Torneau, profesora de Seat-
tas. Debemos suprimirlos para liberar a la tle encarcelada por haber mantenido una
humanidad de la esclavitud asalariada; su apasionada relación íntima con su alum-
resistencia debe ser aplastada por la fuer- no de catorce años y que, sin embargo,
za». En esta perspectiva, aunque «es claro no cede frente al juicio de la sociedad
que no hay libertad ni democracia allí (según Zizek, «una gran historia de amor
donde hay supresión y donde hay violen- en la que el sexo aún tiene esa dimensión
cia», un verdadero cambio social no es de transgresión social»). Lo único que
posible sin violencia y tampoco es posible demuestra este ejemplo es que la bús-
más alla de la ideología. queda de una subjetividad emancipado-
Hemos expuesto algunas ideas lanza- ra no se agota en las posibilidades de un
das con fuerza por Zizek. ¿Pero son estas «acto ético» de un sujeto, ya sea en su sin-
ideas capaces de sostener la construcción gularidad o como parte de la comunidad.
de una teoría revolucionaria? Si un cam- Sin duda, nos hallamos ante un pen-
bio verdadero de la sociedad no se puede samiento ambicioso en cuanto se propo-
producir en términos de tolerancia libe- ne desenmascarar la trivialidad de nues-
ral, entonces ¿cuál sería la solución? ¿En tros conceptos dominantes y reivindicar
qué consistiría ese «ensuciarse las manos» una renovada experiencia política. Lo bási-
al estilo de Lenin, que tanto fascina a co que señala el libro de Zizek es que,
Zizek? Las contradicciones internas de la aunque todo el mundo esté a favor del
democracia actual quizás constituyen un pluralismo, a éste le falta un verdadero
punto de partida para una verdadera polí- programa político. Pero lo cierto es, para
tica antiglobalización, pero, a pesar de decirlo en palabras de Fr. Jameson, que
todo, tal y como señalaba Fr. Jameson en tampoco hemos logrado saber cuál sería
una entrevista de 2004, es improbable el programa político adecuado.
que alguien tenga de verdad la solución.
Sería el motivo por el cual, a veces, el rigor Loredana Niculet

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