El dolor y la falta de movilidad son los principales factores que inciden y
disminuyen la calidad de vida de los pacientes. Dado que la enfermedad afecta sobre todo a los pacientes que superan los 60 años de edad, la limitación funcional puede hacer que aumente el sedentarismo en estos grupos de población. Ello puede fomentar la obesidad , y con ello el riesgo de que aumenten los niveles de colesterol, presencia de diabetes, hipertensión, u otros factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. La principal medida que tienen que tener en cuenta los grupos de riesgo para prevenir el desarrollo de la enfermedad es llevar una dieta sana y equilibrada, como la dieta mediterránea, realizar ejercicio físico de forma habitual, con actividades que sean acordes a la edad y el estado físico actual de la persona, y evitar la obesidad. También conviene limitar el esfuerzo físico intenso, como cargar objetos pesados o las actividades laborales que implican sobreesfuerzo. Por otro lado, los expertos recomiendan extremar el cuidado al practicar deportes de contacto, como el fútbol o el rugby, ya que no están recomendados para los pacientes con artrosis. Es más, estos deportes son uno de los factores que pueden desencadenar la enfermedad. De hecho, muchos futbolistas padecen artrosis de rodilla debido a las lesiones que han sufrido en el menisco. Además, quienes padecen la enfermedad deben evitar los movimientos que producen dolor, sin llegar a inmovilizar la zona. Recomendaciones para evitar que las articulaciones resulten dañadas al hacer deporte: Evitar el sobrepeso: las estructuras articulares están diseñadas para una determinada fisionomía. Si el peso se excede, las articulaciones tienen que realizar un mayor esfuerzo. Tener una musculatura adecuada: el control que ejercen los músculos sobre la articulación es importante. Prepararse antes de practicar deporte: no todos los ejercicios se adaptan a las condiciones físicas y estructurales de una persona, para practicar algún deporte hay que realizar una preparación mínima que evite lesiones. Usar un buen calzado para absorber mejor el impacto y minimizar las lesiones. Realizar un entrenamiento con ejercicios combinados reduce la posibilidad de sobre exigir a músculos o articulaciones. Hacer deporte en un terreno blando ayuda a disminuir la fuerza del impacto. El exceso de ejercicio físico puede producir fatiga muscular y, posteriormente a lesiones articulares, debido al exceso de trabajo. Una vez realizada la práctica deportiva, hay que descansar al menos 5 minutos. Caminar lentamente, sacudir los brazos o moverse a un ritmo más lento permitirá que su cuerpo vuelva de forma gradual a un estado de reposo. Si presenta articulaciones inflamadas, es necesario acudir a la consulta del médico especialista. Hay que mantener reposo y en ningún caso sobre utilizar la articulación, se corre el riesgo de producir daños irreversibles en los componentes que forman la articulación.