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4.2 Balances de materia y energía.

La conservación de cualquier ente balanceable en un sistema puede formularse de

manera general como:

A partir de esta formulación general es posible plantear ecuaciones de balance de

diversas propiedades características de un sistema. Particularmente para el tratamiento

que se plantea en este trabajo, dicha formulación (principio) permite plantear la ecuación

general de balance de materia y la ecuación general de balance de energía. Debe

destacarse que los balances de materia pueden ser sobre la masa total que está entrando

y saliendo de un sistema abierto (estos balances se denominan balances totales de

masa), o sobre la masa o moles de un componente específico que está entrando o

saliendo de un sistema abierto (tales balances se denominan balances parciales o por

componente).

La Ecuación General de Balance de Materia

Partiendo del principio general de conservación, aplicado a la materia, se obtiene

la siguiente formulación:

La cual es la ecuación general de balance de materia, que puede expresarse en

masa o en moles. Debe anotarse que cuando se establecen balances totales de materia

sobre un sistema, los términos de generación y consumo son cero, puesto que se supone

que no se presentan reacciones nucleares que consuman o generen materia. Sin


embargo, cuando se realizan balances parciales (por componente) si tiene sentido hablar

de generación o consumo de “materia de una especie” particular, por ejemplo, por

reacción química, caso en el cual los balances se realizan en unidades molares.

Concepto de Interacción Másica en un Proceso

Al momento de abordar el análisis de cualquier proceso por medio de los balances

de masa, es indispensable caracterizar los equipos o sistemas participantes del proceso

de acuerdo con la interacción de materia que en ellos se presenta. De este modo es

posible hallar con certeza el número de balances de materia independientes que pueden

formularse para el equipo o sistema. Se dice que en un sistema se presenta interacción

másica siempre que al menos una de sus corrientes (de entrada, o de salida) tenga

concentraciones diferentes a las demás. Después de analizar la interacción másica en el

sistema es posible decir que: “Si existe interacción másica el número de balances

independientes de materia en el sistema es igual al número de sustancias que participan

del mismo. Si no existe interacción másica, sólo es posible plantear un balance

independiente de materia: El Total”.

Las sustancias a las que hace mención la anterior regla pueden ser componentes

puros o mezclas que preserven sus características al pasar por el sistema, como ocurre,

por ejemplo, con el aire (mezcla en proporción molar 21 % O 2, 79 % N2) que interviene en

un secador de sólidos. En este caso, el aire mantiene su integridad como si fuera un

compuesto puro, pasando por el secador sin que la proporción de sus componentes sufra

cambio. Caso contrario se presenta en un quemador al cual se alimenta aire, pero se

consume parte de su oxígeno en la combustión, con lo que cambia la proporción (O2, N2).

En ocasiones se puede caer en la confusión de considerar que en un punto de

mezcla (típicamente un lugar en la tubería con dos entradas y una salida) como el
mostrado en la Figura 1 a), no hay interacción másica cuando las dos corrientes de

entrada tienen la misma concentración. Con este razonamiento, sólo se planteará un

balance válido: el total. Esto resulta peligroso en la solución del problema, puesto que

cuando una de las dos corrientes de entrada cambie su concentración, la ecuación de

balance estipulada en la solución no estará en capacidad de establecer el valor de la

concentración de la corriente de salida. Esto debido a que se asumió que no existía

interacción másica, como si fuera un punto en la tubería que permite la división de

corrientes como en la Figura 1 b), en vez de un punto de mezcla. Esto obliga a considerar

durante el planteamiento de las ecuaciones de balance a cada equipo con la complejidad

propia, sin hacer ninguna clase de simplificaciones que puedan tornar el problema

irresoluble o erróneo cuando la condición que nos indujo a la simplificación desaparece.

Figure 1. Mezclador simple de corrientes, a) comparado con un divisor de flujo b). Fuente:
Libro Balances de Materia y Energía.

La Ecuación General de Balance de Energía

Nuevamente se parte del principio general de conservación, ahora aplicado a la

energía, para obtener:

La cual es la ecuación general de balance de energía. Debe aclararse que, en esta

formulación, la generación y consumo de energía se refieren a aquellas cantidades de


energía que se liberan o absorben como calor durante las reacciones químicas y durante

la formación de soluciones. En el caso de sistemas sin reacción química o calor de

solución nulo, tales términos son cero, mientras que en sistemas reactivos o con

formación de soluciones se deben evaluar por medio de los calores de reacción de todas

las reacciones que toman lugar en el sistema o de los calores de solución. Aunque las

formas de energía que participan en un sistema son de diversa índole: cinética (Ec),

potencial (Ep), interna (U), mecánica (Em), magnética, etc., en el tratamiento que se hace

en este trabajo se consideran despreciables los efectos de Ec y Ep. Por su parte, la

energía mecánica es susceptible de ser inventariada por medio de un balance de Em para

sistemas abiertos en los que el trabajo de eje (bombeo o impulsión del fluido) es

importante. Adicionalmente, se supone que todos los efectos de campos (eléctricos,

magnéticos, centrífugos, gravitatorios, etc.) están compensados o son poco importantes

en el proceso. Por lo tanto, el único término de acumulación de energía estará asociado

con la naturaleza misma de la sustancia que está contenida en el sistema: la Energía

Interna (U). Recuérdese que cuando el sistema está operando en estado estacionario,

dicha acumulación es cero, pero cuando se considera el estado dinámico es importante el

dU
término de acumulación , parte diferencial de la ecuación.
dt

La ecuación de balance de energía tiene un tratamiento diferente cuando se aplica

a un sistema cerrado que cuando se aplica a un sistema abierto. Aunque en ambos casos

el término de acumulación se formula como el cambio de energía interna con el tiempo

dU
, los flujos energéticos asociados con el flujo de materia entrando y saliendo en el
dt

sistema resultan indispensables para un inventario total de energía en sistemas abiertos.


dQ
En cambio, en el sistema cerrado, sólo los flujos energéticos de Calor ( ) y Trabajo (
dt

dW dU
) modifican dicho . Los mencionados flujos de energía en el caso de sistemas
dt dt

abiertos están directamente asociados con la energía interna por unidad de materia

^ i ) y con la energía necesaria para fluir hacia o desde el sistema ( Pi V^ ) por


transportada (U

unidad de sustancia. Esta suma de términos no es más que la definición de la Entalpía

kJ
específica de una sustancia: ^ ^ i + Pi V
H i =U Hi [¿ ]
^ , en la cual para la sustancia i se tiene: ^
kg

kJ kJ
es su Entalpía específica, U
^i [¿ ] es su energía interna específica, Pi [ ¿ ] 2 es la presión
kg m

3
^ [ ¿ ] m es el volumen específico de la
de la corriente que transporta la sustancia i, y V
kg

sustancia que entra o sale del sistema. Antes de formular de manera particular para

sistemas abiertos o cerrados el balance de energía, es necesario fijar una convención de

dQ dW
signos para los flujos energéticos de Calor ( ) y Trabajo ( ). En adelante se asumirá
dt dt

dQ
que el flujo de energía como Calor ( ) es positivo siempre que esté entrando al sistema,
dt

dW
mientras que se asumirá que el flujo de energía como trabajo ( ) es positivo siempre
dt

que esté saliendo del sistema. En símbolos nuestra convención será:


Es posible en este punto plantear los balances de energía para sistemas cerrados

y abiertos. Debe resaltarse la diferencia entre un equipo térmicamente aislado, (proceso

adiabático), y un equipo también térmicamente aislado, pero en el cual existe un flujo

calórico por intercambio con otro fluido, lo que altera la condición adiabática del sistema

total. Esto puede prestarse a confusiones como, por ejemplo, si un intercambiador de

calor como el de la Figura 2, en el cual el fluido de proceso está intercambiando calor con

un fluido de servicio, es o no es un sistema adiabático. Obviamente el sistema es

adiabático con los alrededores sí y sólo sí se considera perfectamente aislado (no hay

pérdida de calor con el ambiente), pero como sistema que se divide en dos subsistemas,

dQ
existe un intercambio neto entre el fluido caliente y el fluido frío. Por lo tanto, el del
dt

sistema total (considerado siempre con los alrededores) es igual a cero. Pero cuando se

toma cada uno de los dos subsistemas existentes (fluido caliente y fluido frío), existe un

dQ
en cada uno de ellos, de igual magnitud, pero sentido contrario (por la convención
dt

dQ dQ
seguida en este trabajo, positivo para el fluido frío, negativo para el fluido
dt dt

caliente).
Figure 2. Intercambiador de calor térmicamente aislado y su diagrama de bloques. Fuente:
Libro de Balance de Materia y Energía.

Balance de Energía en un Sistema Cerrado

Un sistema cerrado es al que ni entra ni sale materia, aunque puede entrar o salir

energía. El balance de energía para tales sistemas se formula, de acuerdo con la

convención de signos establecida previamente y considerando que los únicos efectos

apreciables de acumulación se manifiestan en los cambios de energía interna, como:

A nivel de plantas continuas de procesos, tales sistemas son poco frecuentes, por

lo que en este texto no se profundiza en su análisis. Sin embargo, como los sistemas

cerrados son la representación directa de los procesos por lotes (batch), se recomienda al

lector interesado la consulta de textos sobre diseño de reactores y procesos por lotes para

ver allí la aplicación directa de balances de materia y energía a dichos procesos. La otra

familia son los procesos por lotes alimentados (Fed-batch) y los procesos por lotes con

extracción-recirculación. Esta familia se asimila, para su tratamiento, a un sistema abierto.

Balance de Energía en un Sistema Abierto


A diferencia del sistema cerrado, en un sistema abierto fluye materia entre sus

entradas y salidas. Adicionalmente, puede existir flujo de energía. Para este tipo de

sistemas, sin considerar reacción química, el balance de energía se formula como:

donde los flujos ṁ i , ṁ j se expresan en términos de masa por unidad de tiempo y

se utilizan entalpías específicas másicas ^ ^ j. Una manera alternativa puede


Hi , H

formularse utilizando flujos molares ṅi , ṅ j y entalpías específicas molares H́ i , H́ j:

[ CITATION Her111 \l 2058 ]

Referencias

Zapata, H. D. (2011). BALANCES DE MATERIA Y ENERGÍA. Formulación, solución y

usos en Procesos Industriales. Corregida y aumentada. Colombia: ArtBox

Medellín.

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