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HIMNO AL TRABAJO

Hoy es la fiesta del trabajo


Unidos por el amor de Dios
al pie de la bandera sacrosanta
juremos defenderlo con amor.

Nuestro pabellón con su grandeza


la sublime expresión de nuestro amor,
por el por nuestros padres por los hijos,
por el hogar que es nuestra tradición.

Se ennoblece la vida trabajando,


se quiere mas la patria y el hogar,
cuando el sudor bendice nuestro esfuerzo,
cuando ganamos trabajando el pan.

Y Bolívar venció el Ande trabajando,


y traspuso las cumbres hacia el sol
cumpliendo los deberes del patriota
tendremos el derecho y el honor
Himno A Chuquisaca
Letra: Ricardo Mujia
Música: Eduardo Berdecio

A la luz son rosada de Oriente


que acaricia tu sien virginal
alza oh Charcas dichosa la frente
y recuerda tu gloria inmortal

Libertad, Libertad es el grito


que se escucha doquier resonar
de las grietas andinas al llano.
y del llano a las ondas del mar.

El pampero le lleva en sus alas


hasta el antro en que ruje el jaguar
y en las rocas los nidos de cóndores
se estremecen al oírle vibrar.
Colorados De Bolivia
Letra : Gregorio Reynolds Música: Mauricio Mancilla
Con la gran marcha militar
de los colorados
avancemos rumbo al ideal
a paso marcial.
El ondulante palpitar
de nuestra bandera
lleva ya su rumor de mar
hasta nuestro hogar.
Hay que escuchar el sonoro raudal
de nuestra tricolor tendida al Litoral
y el del clarín que aumentará
nuestro fervor.
Hay que salvar con sereno valor
la única senda que dió el boliviano honor
ha de encontrar el esplendor
de lo que fue.
Vibró el clarín
desde el monte hasta el mar
oíd el épico son,
que ha de avivar la luz de la fe.
Vibró el clarín.
Boliviano oíd.
Marchemos con hondo afán
a conquistar un haz de laurel.
Gloria al campeón
que con desdén
fue contra cien
de una legión.
Himno A La Madre
Letra: Roberto Bustamante
Música: Filomeno Rivero

Palpitantes de amor y de anhelo


a la madre elevemos la voz
dirigiendo su imagen al cielo
cual si fuera la imagen de Dios.

En la madre el pesar se depura


la grandeza en su vida se encierra
bendigamos su inmensa ternura
nuestra dicha suprema en la tierra.

Abnegada soporta las cruces,


que por buena le carga el dolor,
es la ostia su frente de luces,
y su pecho es el cáliz de amor.

Hoy la ciñen laureles y palmas,


y por ella con hondo fervor
en plegarias se tornan las almas
y la espina convirtiese en flor.

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