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Salmo 51,11 ::: Anhelando

su presencia
7 de febrero de 2013 ministeriosbetania Predicaciones

Dr. David E. Ramos


Proclamación de la Palabra y Milagros
Domingo 07 de febrero de 2013
Notas de Predicación

Cita Bíblica: Salmo 51,11

No me alejes de tu presencia
    ni me quites tu santo Espíritu.

¿Amantes solo de bendiciones? 

La religión nos enseña a buscar las bendiciones de Dios, pero la


biblia nos quiere enseñar un poco más que eso, nos enseñará a
amar y buscar la presencia. Más que la bendición debe de ser la
Presencia. Es que podría haber alguien que ame la bendición pero
que no quiera la Presencia, que quiera ver la mano de Dios pero
que no quiera escuchar la presencia de Dios; esto es como los que
quieren ver la gracia de Dios pero sin escuchar su voz que nos
llama.

Su Presencia es lo que vale

La biblia va un poco más allá de aquello que queremos, la biblia


quiere que entendamos de verdad que es lo necesario, de tal
manera que habrán veces en las que se nos pedirá cosas que no
queremos hacer, ir a lugares a los que no queremos ir, pero cuando
escuchamos el llamado de Dios y entendemos que ese llamado es
la esencia de nuestra vida entonces vamos detrás de ese llamado.
Es su promesa… Es mi vida….

Cuando Dios nos llama y nos convoca el siempre garantiza su


Presencia, el promete siempre que estará con nosotros. La
presencia es el acompañamiento de personas que más allá de sus
gustos personales o de sus creencias están dispuestos a obedecer a
Dios. Estas personas que pase lo que pase su vida esta al servicio
de Dios, el les promete su presencia. Esto es la garantía de que
todo lo que hagamos saldrá bien porque él esta con nosotros.

Cuando hacemos lo que el quiere que hagamos ahí esta la semilla


de nuestra bendición. Nadie que ha servido a Dios queda
abandonado. La esencia de la vida es amar la Presencia de Dios.

Perder lo que sea, menos su Presencia…

Esto es lo que David entiende en este salmo. El esta pidiendo que


si es posible que le quite cualquier cosa menos su presencia. A
veces nos angustiamos por la perdida de seres amados, de
patrimonios y sufrimos al ver como nos apartamos de esas cosas,
pero ¿Que es aquello que no queremos perder en esta vida? ¿que
es lo que nos pondría de verdad tristes? David por encima de lo
que ha vivido y obtenido no quiere perder esta Presencia de Dios.
En todos los salmos encontraremos muchas cosas dichas por
David pero jamás encontraremos diciendo: “no me saques del
palacio, o no me quites el reino” El solo se preocupa por no perder
la presencia de Dios.

No teníamos nada antes de recibir su Presencia

Cuando logramos entender la verdadera fuente de nuestra


existencia humana vamos a llegar al punto fundamental de que lo
que vale de verdad es la Presencia de Dios. Y David ni tenía nada
antes de ser rey, ni siquiera tenía el apoyo de su familia, ni Samuel
lo veía, era despreciado. A nadie se le hubiera ocurrido que el más
pequeño había sido escogido por Dios, es que cuando nadie lo ve
Dios si ya había puesto sus ojos en él.

Muchas veces la iglesia nos defrauda, o nadie pone interés en


nosotros, no nos apoyan y nos desanimamos por esto, pero David
enseña que aunque todos lo miraban de menos Dios si le pone su
mirada y eso es todo lo que necesitamos. ¿Que importa si no nos
consideran candidato para ser rey? que no nos elija el profeta ni
nuestro padre, que nos escoja Dios, esto es lo que de verdad vale.

Por eso David sabe que lo único que ha tenido en la vida y que de
verdad ha valido es la Presencia de Dios. Muchas veces
justificamos nuestra apatía de buscar y amar la presencia de Dios
con estas situaciones en que nadie nos pone atención, pero
debemos de entender que lo que vale es que Dios haya puesto sus
ojos sobre nosotros.

¿De verdad lo amas?

Muchos dicen amar la Presencia de Dios pero no aman la voz de


Dios. Es que ahora se vive un romanticismo espiritual, pero no
pasa de ser algo superficial y sin consistencia y seriedad, tal como
se vive en la sociedad hoy, se ven un día y se aman y se ven al
siguiente y ya se odian.

La mentalidad de ver el amor tan superficial afecta nuestra


relación con Dios, muchos se enamoran de Dios de manera tan
superficial en que le dicen te amo pero cuando les pide algo ya no
pueden. El amor de Dios no es fruto de lo que reflejan los cantos
espirituales de hoy. El amor a Dios se evidencia en la seriedad que
tenemos cuando el nos llama. Un día pasaran nuestros años y
estaremos delante de él y allí no estará nadie mas que él, quien me
llamo y me escogió y la clave es que en este entorno humano que
estamos sepamos diferenciar que hay un llamado divino que nos
esta diciendo que amemos su presencia y al amar su presencia
entonces recibimos la bendición.

Si lo amas te acompaña

La bendición acompaña a aquel que ama su presencia, y aquel que


ama su presencia ama su llamamiento, vive para él. Este sabe que
Dios lo ha escogido para cumplir un propósito y más allá de las
situaciones que pasa, David sabe que cuando ni su padre ni el
profeta creyeron en él Dios si lo había visto y creído en él.

Cuando David pasa un conflicto espiritual muy grande solo pide


una cosa: “No me apartes de tu presencia” Porque el sabe que
cuando nada tenía la presencia de Dios fue quien lo escogió.

Es una lastima que no amemos su presencia y que no nos


preocupemos por cumplir su llamado. Si queremos estar
bendecidos debemos de saber que eso nace de su Presencia y que
eso significa que debemos de amarla, vivirla. Pero no debemos de
reducir nuestro amar a Dios en levantar las manos y cantar sino en
llevar todo eso a un escalón más.

¿Por qué David no quiere perder la Presencia?


¡Antes no tenía nada!
Recorriendo su vida…

1 Samuel 16,13
Samuel tomó el cuerno de aceite y ungió al joven en presencia
13 

de sus hermanos. Entonces el Espíritu del Señor vino con poder


sobre David, y desde ese día estuvo con él.

David encontró en ese respaldo divino la raíz de toda su bendición.


Aquí David no tiene nada, pero pronto esta Presencia de Dios lo
llevará muy lejos, y esto lo sabe muy bien David porque desde ese
día el Señor estuvo con él. Cuando la familia o la iglesia nos
defraude dejemos de estar llorando, porque si Dios nos llamó
debemos de levantarnos y vivir el llamado. Si la iglesia no nos trata
como esperamos o no vemos la respuesta que queremos de
nuestra familia sigamos amando la presencia de Dios porque esa
es la fuente de la vida.

El Espíritu del Señor se apartó de Saúl, y en su lugar


14 

el Señor le envió un espíritu maligno para que lo atormentara.

Más alla de la forma en que se expresa esto, lo que quiere decir es


que cuando se aparta de nosotros la presencia de Dios nos
volvemos vulnerables a cualquier presencia de tormento a
nosotros. Solo pensemos como nos sentimos cuando nos
apartamos de Dios, la gente empieza en incidir, las realidades que
pasamos nos atormentan. David vió desmoronarse la vida de Saúl
y su familia cuando el Señor se apartó de su vida, David no quiere
eso para él, por eso le dice a Dios “no me alejes de tu presencia”

Como usted se dará cuenta, un espíritu maligno de parte de Dios


lo está atormentando.16 Así que ordene Su Majestad a estos siervos
suyos que busquen a alguien que sepa tocar el arpa. Así, cuando lo
ataque el espíritu maligno de parte de Dios, el músico tocará, y Su
Majestad se sentirá mejor.
—Bien —les respondió Saúl—, consíganme un buen músico y
17 

tráiganlo.
18 
Uno de los cortesanos sugirió:

—Conozco a un muchacho que sabe tocar el arpa. Es valiente,


hábil guerrero, sabe expresarse y es de buena presencia. Además,
el Señor está con él. Su padre es Isaí, el de Belén.

Porque Dios esta con él, lo que el haga será acompañado por Dios
y todo lo que haga traerá tranquilidad y paz a la vida, porque quien
esta cubierto de la presencia de Dios es fuente de paz y de vida
para los demás. SI amamos la presencia de Dios entonces nos
buscarán para cualquier cosa. Pero cuando entenderemos que la
presencia de Dios en nosotros es la matriz por donde vienen toda
clase de bendiciones; bendiciones por las que a veces lloramos y
nos preocupamos pero no nos damos cuenta que esas bendiciones
las encontraremos en amar la Presencia.

1 Samuel 17,33

—¡Cómo vas a pelear tú solo contra este filisteo! —replicó Saúl


33 

—. No eres más que un muchacho, mientras que él ha sido un


guerrero toda la vida

David tiene una respuesta a este rechazo:


34 
David le respondió:

—A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o


un oso viene y se lleva una oveja del rebaño,  35  yo lo persigo y lo
golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo
golpeando hasta matarlo.  36  Si este siervo de Su Majestad ha
matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo
pagano, porque está desafiando al ejército del Dios
viviente.  37  El Señor, que me libró de las garras del león y del oso,
también me librará del poder de ese filisteo. —Anda, pues —dijo
Saúl—, y que el Señor te acompañe.

Saúl lo esta pidiendo como una suplica que Dios lo acompañe,


pero en la vida de David la presencia de Dios ya era una realidad y
esa Presencia hace que el se levante y diga que no tengan miedo,
en vez de ponerse a la par de todos con miedo este se levanta a
pelear, aun cuando era un simple niño, lo único que importaba era
la Presencia que lo acompañaba.

Cuando seamos conscientes de que Dios camina con nosotros que


importa lo que digan de nosotros. Muchos se ponen tristes por lo
que le dicen o les hacen o por como los miran, pero que hagan lo
que sea, que digan lo que sea porque al final prevalecerá aquel en
quien Dios ha puesto sus ojos. Levantémonos entonces y peleemos
las batallas del Señor.

En la vida de David siempre se repetía esto: “Peleaba las batallas


del Señor” Nosotros debemos de pelear la batalla del Señor,
porque cuando peleamos para él entonces nos da su presencia y
esto trae bendición.

1 Samuel 18,12

Saúl sabía que el Señor lo había abandonado, y que ahora


12 

estaba con David. Por eso tuvo temor de David  13  y lo alejó de su
presencia, nombrándolo jefe de mil soldados para que dirigiera
al ejército en campaña.  14  David tuvo éxito en todas sus
expediciones, porque el Señor estaba con él.
17 
Un día Saúl le dijo a David:
—Aquí tienes a Merab, mi hija mayor. Te la entrego por esposa,
con la condición de que me sirvas con valentía, peleando las
batallas del Señor.

Saúl pensaba: «Será mejor que no muera por mi mano, sino a


mano de los filisteos.»

Saúl quería matar a David, y le pone una trampa para que


desaparezca, pero ocurre lo contrario:
25 
Pero Saúl insistió:

—Díganle a David: “Lo único que el rey quiere es vengarse de sus


enemigos, y como dote por su hija pide cien prepucios de
filisteos.”

En realidad, lo que Saúl quería era que David cayera en manos


de los filisteos.

Mucha gente puede estar tramando muchas trampas en nuestra


contra en estos momentos, esto es lo que hace Saúl.

Cuando los funcionarios de Saúl le dieron el mensaje a David,


26 

no le pareció mala la idea de convertirse en yerno del rey. Aún no


se había cumplido el plazo  27  cuando David fue con sus soldados y
mató a doscientos filisteos, cuyos prepucios entregó al rey para
convertirse en su yerno. Así fue como Saúl le dio la mano de su
hija Mical.

Saúl se dio cuenta de que, en efecto, el Señor estaba con David,


28 

y de que su hija Mical lo amaba.  29  Por eso aumentó el temor que
Saúl sentía por David, y se convirtió en su enemigo por el resto
de su vida.
David no cae en la trampa, y hasta sobrepaso la cantidad de
prepucios porque el Señor estaba con él. ¿Cuantos enemigos se
levantarán contra nosotros? pero debemos de saber que el Señor
nos dará la victoria porque esta con nosotros. Y no se trata de
tener la mejor seguridad porque lo único que hace que vivamos es
la Presencia de Dios.

Si amamos su presencia y su llamamiento pueden levantarse


contra nosotros cientos y miles porque en Dios haremos proezas y
el aplastará nuestros enemigos.

1 Samuel 23,1

Los filisteos atacaron la ciudad de Queilá y saquearon los


graneros. Cuando David se enteró de lo sucedido,  2  consultó
al Señor:

—¿Debo ir a luchar contra los filisteos?

—Ve —respondió el Señor—, lucha contra los filisteos y libera a


Queilá.

Pero los soldados le dijeron a David:

—Si aun aquí en Judá vivimos con miedo, ¡cuánto más si vamos a
Queilá para atacar al ejército filisteo!

David volvió a consultar al Señor, y él le respondió:

—Ponte en camino y ve a Queilá, que voy a entregar en tus


manos a los filisteos.

Así que David y sus hombres fueron allá y lucharon contra los

filisteos, derrotándolos por completo. David se apoderó de los


ganados de los filisteos y rescató a los habitantes de la
ciudad.  6  Ahora bien, cuando Abiatar hijo de Ajimélec huyó a
Queilá para refugiarse con David, se llevó consigo el *efod.

El efod era la vestimenta que se ponia el sacerdote para consultar a


Dios, David se lo lleva porque consultar a Dios era la esencia de la
victoria. Ya los demás le habian dicho que no se podia y esto es
algo que afecta a tantos, lo que dicen los demás, y hay gente que
vive de lo que dicen los demás y por eso son inestables. David no
quiere vivir de lo que la gente dice sino de lo que Dios dice. Pero la
presencia de Dios nos libra de la inestabilidad que provoca las
opiniones de los demás.

¿Que hacemos en la iglesia si en el día a día la presencia de Dios


no nos ilumina? Cuando la presencia de Dios ya no nos ilumina
caemos presos de lo que los demás dicen. David vivió momentos
así en que cualquier rumor lo ponía en crisis como cuando su hijo
se subleva. Pero no importa lo que los demás digan aun cuando
sea alguien cercano, lo que importa es lo que dice la presencia de
Dios.

Cuan pocos viven de lo que Dios dice, pero debemos de saber que
la bendición va ligada a obedecer lo que Dios dice, pero no
dejemos de amar su Presencia.

1 Samuel 30,1

Al tercer día David y sus hombres llegaron a Siclag, pero se


encontraron con que los amalecitas habían invadido la región del
Néguev y con que, luego de atacar e incendiar a Siclag,  2  habían
tomado cautivos a las mujeres y a todos los que estaban allí,
desde el más grande hasta el más pequeño. Sin embargo, no
habían matado a nadie.
Cuando David y sus hombres llegaron, encontraron que la

ciudad había sido quemada, y que sus esposas, hijos e hijas


habían sido llevados cautivos.  4  David y los que estaban con él se
pusieron a llorar y a gritar hasta quedarse sin fuerzas.  5  También
habían caído prisioneras dos esposas de David, la jezrelita
Ajinoán y Abigaíl, la viuda de Nabal de Carmel.

David se alarmó, pues la tropa hablaba de apedrearlo; y es que


todos se sentían amargados por la pérdida de sus hijos e hijas.


Pero cobró ánimo y puso su confianza en elSeñor su Dios.

Cuando las cosas se pusieron dura y todo desapareció y todos


estaban en crisis que hasta querían matarlo, el se fortaleció en
Jehova. Es que hasta los más cercanos pueden estar en nuestra
contra pero si el esta con nosotros el nos dará la victoria, no nos
alarmemos porque si tenemos su presencia el nos fortalecerá.

Cuando nos va mal muchas veces buscamos culpables y se pueden


volver contra nosotros y hasta podemos quedar solos pero si
amamos la presencia de Dios el nunca nos dejará solos. Todos
estaban llorando por las perdidas pero el se fortaleció.

David sabe que la Presencia es la razón de su vida. A veces nos


ponemos metas en la vida de agradar a otros, pero por más que
hagamos nunca vamos a agradar a todos, pero agrademos a Dios,
busquemos su presencia y vivamos para aquello que el nos dice y
Dios estará con nosotros.

2 Samuel 17

Sin embargo, no le negaré mi amor, como se lo negué a Saúl, a


15 

quien abandoné para abrirte paso.


Al alejarnos de la Presencia de Dios se cierran los caminos, pero
cuando la presencia de Dios va con nosotros se abren los caminos
para que pasemos nosotros. ¿Cuales son los caminos que tenemos
cerrados en este momento? Dios quiere abrirnos caminos, aun
aquellos que no creemos que serán abiertos. El puso su presencia
en nosotros para abrirnos caminos. No hay montaña, ni mar, ni
gigante que impida que Dios camine con nosotros y nos abra paso.

No vengamos a su presencia para buscar milagros y bendiciones


sino para amarla. Dios no quiere darnos solo bendiciones sino
llenarnos de su plenitud.

Antes de llorar por cosas que hemos perdido o por cosas que
anhelamos lloremos por la presencia de Dios porque el puede
devolvernos su presencia sin importar la distancia.

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