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Espinosa, A. & Tapias, A. (2013). Psicología y acompañamiento a víctimas.


Módulo 3. Proyecto de la Unión Europea para la capacitación de funcionarios
públicos operado por la Univer...

Book · January 2013

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Adriana Espinosa-Becerra Angela Cristina Tapias Saldaña


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Atención a víctimas del
conflicto armado interno
Módulo 3 Psicología y
Acompañamiento a Víctimas

Unidades Temáticas Afectaciones de las Víctimas


del Conflicto Armado
en Colombia y Acciones
Psicosociales.
Habilidades para la Atención
a Víctimas y Pautas de
Autocuidado.

Autoras Adriana P. Espinosa Becerra


Angela C. Tapias Saldaña
Atención a víctimas del conflicto armado interno.
Módulo 3. Psicología y Acompañamiento a Víctimas

© Adriana P. Espinosa Becerra


© Angela C. Tapias Saldaña

Primera Edición: Mayo de 2013

ISBN: 978-958-57886-3-3

Un proyecto del Ministerio de


Justicia y del Derecho
Juan Manuel Santos Calderón
Presidente de la República
Ruth Stella Correa Palacio
Ministra de Justicia y del Derecho
FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN
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Viceministro de Política Criminal Luis Eduardo Montealegre Lynett
Fiscal General de la Nación
Carlos Alberto Mantilla Namén
Secretario General Jorge Fernando Perdomo Torres
Vicefiscal General de la Nación
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Jefe de la Oficina de Asuntos Internacionales Aura Yineth Correa Niño
Secretaria General
Catalina Diaz Gómez
Directora de Justicia Transicional Diana Carolina Florez Bayona
Directora (e), Escuela de Estudios e Investigaciones
Elio Fabio Echeverri Vélez Criminalísticas y Ciencias Forenses
Oficina de Asuntos Internacionales
Jose David Ponce Gutierrez
Paola Andrea Montaño Martínez Escuela de Estudios e Investigaciones Criminalísticas y
Edwin Arturo Muñoz Murillo Ciencias Forenses
Dirección de Justicia Transicional
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UNION EUROPEA
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María Wilhelmina Josepha Antonia Van Gool Rector, Universidad de San Buenaventura, Bogotá
Embajador - Jefe Delegación de la Unión Europea en
Colombia Fray Antonio Ricaurte Cañas Gil. OFM
Secretario
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DEFENSORIA DEL PUEBLO Conocimiento –ITER-

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Defensor del Pueblo Diseño de Carátula
Alfonso Cajiao Cabrera Satellite Technologies S.A.S
Secretario General www.satellitechnologies.com
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Delegada para la Orientación y Asesoría a Víctimas del Diseño, Diagramación e Impresión
Conflicto Armado Interno TSV Comunicación Gráfica S.A.S
Luisa Fernanda Paris Vallecilla Cra 69 M No. 71-56, Piso 2
Asesora de la Delegada para la Orientación y Asesoría a PBX: (571) 250 4200
Víctimas del Conflicto Armado Interno tsvgrafica@gmail.com

La presente publicación ha sido elaborada con la asistencia de la Universidad de San Buenaventura, Bogotá.
El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de la Universidad San Buenaventura, Bogotá y en
ningún caso debe considerarse que refleja los puntos de vista de la Unión Europea y está prohibida su
comercialización.
Indice

Introducción del Módulo........................................................9

Objetivos y Metas del Módulo...............................................11

Objetivo general.................................................................................11
Objetivos específicos..........................................................................11
Resumen Ejecutivo........................................................................13

UNIDAD TEMÁTICA 1
Afectaciones de las Víctimas del Conflicto
Armado en Colombia y Acciones Psicosociales

1. ASPECTOS MOTIVACIONALES..................................................17
2. ESTRUCTURA CONCEPTUAL.....................................................17

3. OBJETIVOS Y COMPETENCIAS ................................................18

4. EXPERIENCIAS PREVIAS DE APRENDIZAJE.........................19

5. AFECTACIONES DE LAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO


ARMADO EN COLOMBIA Y ACCIONES PSICOSOCIALES...19

5.1. Reacciones habituales y trastorno mental ..................................19


5.2. Duelo..........................................................................................22
5.3. ¿Qué se debe hacer?...................................................................24
53.1. Duelo de la persona en condición de desplazamiento.............25
5.3.2. Duelo por familiar asesinado................................................26
5.3.3. Duelo por familiar desaparecido...........................................26
5.3.4. Duelo en sobreviviente o testigo de masacre.........................26
5.4. Daño psicológico, daño moral e impacto psicosocial.................28
5.5. Impacto diferencial ....................................................................30
5.6. Incesto........................................................................................32
3
5.7. Violencia Conyugal....................................................................33
5.8. Delitos sociopolíticos .............................................................34
5.9. Desaparición forzada y sugerencias de intervención..................36
5.10. Secuestro...................................................................................37
5.11. Sugerencias para la intervención en secuestro...........................37
5.12. Pericia psicológica forense como medio de conocimiento.........37
5.13. Enfoque de derechos y de salud.................................................41
5.14. Ejes para el análisis diferencial..................................................44
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

5.15. Diferenciación entre víctima y paciente ....................................47

6. ACCIONES PSICOSOCIALES EN EL ABORDAJE A


VICTIMA..........................................................................................49

6.1. Asesoría psicológica ..................................................................50


6.2. Intervención psicosocial ............................................................50
6.3. Estado de crisis y perspectiva diferencial de la crisis.................53
6.4. Primeros auxilios psicológicos...................................................55
6.5. Sugerencias para la intervención: ..............................................57
6.6. Revictimización y acción sin daño.............................................58

UNIDAD TEMÁTICA 2
Habilidades para la Atención a Víctimas y Pautas
de Autocuidado

1. ASPECTOS MOTIVACIONALES..................................................65

2. ESTRUCTURA CONCEPTUAL....................................................66

3. OBJETIVOS Y COMPETENCIAS ................................................66

4. EXPERIENCIAS PREVIAS DE APRENDIZAJE.........................67

5. DESARROLLO DE CONTENIDOS...............................................67

5.1. Habilidades para la relación de ayuda .......................................69

5.1.1. Lenguaje no verbal................................................................69


5.1.2. Planeación.............................................................................69
5.1.3. Control de la ansiedad...........................................................70
5.1.4. Control de emociones.............................................................70
4 5.1.5. Orientar al logro....................................................................70
5.1.6. Escucha empática y respetuosa..............................................70
5.1.7. Comunicación Asertiva..........................................................71
5.1.8. Creatividad............................................................................71
5.1.9. Tolerancia a la frustración....................................................71
5.1.10. Visión Sistémica ..................................................................71

6. PAUTAS DE AUTOCUIDADO PARA LOS FUNCIONARIOS


QUE ATIENDEN VÍCTIMAS.........................................................72

6.1. Aspectos a considerar a nivel individual.....................................74


6.2. Estrés laboral..............................................................................76
6.2.1. Luz y Ruido............................................................................77
6.2.2. Ambigüedad y conflicto de rol. Factores asociados...............77
6.2.3. Sobrecarga y falta de trabajo.................................................78
6.2.4. Falta de pertinencia...............................................................78
6.2.5. Estilos gerenciales.................................................................78
6.2.6. Grado de contacto con otras personas..................................78
6.2.7. Sentimientos y conductas de los usuarios..............................78
6.3. Aspectos a considerar a nivel colectivo......................................79
6.4. Nociones sobre autocuidado profesional. Perspectiva
Bio - psico social........................................................................81
6.4.1. Corporalidad.........................................................................81
6.4.2. Dimensiones personales.........................................................82
6.4.3. Concepto de Autocuidado......................................................82
6.4.4. Concepto integrado de salud.................................................83
6.4.5. Estrategias de autocuidado profesional desde la
perspectiva individual............................................................83
6.4.5.1. Salud Física................................................................................. 83
6.4.5.2. Salud Mental................................................................................ 84
6.4.5.3. Estrategias de autocuidado profesional desde la perspectiva
de grupo....................................................................................... 85
6.4.6. Modelos de Auto Cuidado Profesional (AC)........................87
6.4.6.1. Modelo de AC desde la perspectiva del afrontamiento a través
del apoyo social. Tonon (2003).................................................... 87
6.4.6.2. Modelos de AC de Morales y Lira............................................... 88
6.4.6.3. Modelo organizativo de programa de AC de profesionales......... 89
5
BIBLIOGRAFÍA......................................................................................90
MODULO 3
PSICOLOGÍA Y ACOMPAÑAMIENTO A
VÍCTIMAS
Adriana P. Espinosa Becerra
Angela C. Tapias Saldaña

7
Introducción del Módulo

L
a unificación de criterios respecto a las víctimas no es una
realidad, la cantidad de variables que influyen en esa intención,
provienen desde la posición política desde la cual se van
a observar los sujetos afectados en sus derechos. Esta relatividad se
convierte en el primer elemento por analizar, ya que no se mira el qué
sucedió y sus efectos, sino el a quién le sucedió para valorar desde este
elemento si corresponde o no a una víctima.
Por lo anterior, se considera fundamental, ir más allá del campo
normativo y evaluar el impacto de la persona o comunidad afectada
desde múltiples elementos, para así poder ofrecer un acompañamiento
enfocado en las necesidades del caso en particular. La calidad de víctima
es un estado que adquiere una persona a la cual le han vulnerado sus
derechos, y dicha persona a partir del evento traumático, experimenta
cambios biológicos, psicológicos y sociales que requieren ser atendidos
con el fin de permitir un proceso de recuperación para ella misma, su
entorno inmediato y la comunidad en la cual habita; se requiere por
tanto, profesionales que tengan la capacidad de ver más allá del delito y
el victimario, comprendiendo la relación funcional que se entreteje con
estos elementos y así, propender por una sociedad equitativa y con pleno
cumplimiento de sus derechos.
Negar que el delito no conlleva un impacto en la vida de una persona o
una comunidad, sería asimismo negar los cambios que se producen frente
a eventos traumáticos; dichos cambios se manifiestan en las diferentes
áreas de ajuste de los individuos: familiar, laboral, académico y social.
La victimización implica que se altere la percepción de seguridad, ya que
no se dieron respuestas de defensa con los resultados esperados “detener
el delito”, por el contrario hay incapacidad para evitar que el ataque,
genere una experiencia de tipo traumático y por supuesto, consecuencias
individuales y sociales. La situación de las víctimas se agudiza aún más,
cuando carece de atención, información orientación respecto a lo sucedido,
de ahí que sea fundamental reconocerle y realizar una valoración que
permita comprenderla holísticamente.
La presencia de un delito en un individuo o un colectivo, implica unas
respuestas de reacción de alarma respecto a la experiencia traumática 9
vivida; adicionalmente, no es sólo quien enfrenta la situación quien se ve
afectada sino que la estructura familiar y social desencadena respuestas
emocionales que pueden estar presentes durante un periodo de tiempo o
incluso toda la vida. Sin embargo, a pesar de conocerse este aspecto no se
le ha dado la trascendencia que corresponde debido a que el aspecto que
se ha priorizado durante años es el correspondiente al campo jurídico, por
lo cual lo más relevante y que se puede evidenciar de forma práctica es
el daño físico. No obstante, cuando la Organización Mundial de la Salud
(1948) refiere que salud es “un estado de completo bienestar físico, mental
y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” es claro
en establecer que la mirada debe ir mucho más allá y que efectivamente,
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

las víctimas deben ser consideradas en su integralidad, cuando se trata de


establecer los daños producidos a causa de un delito.
Por esta razón, en este módulo se pretende hacer una revisión sencilla
de aquellos temas que deben tener en cuenta los funcionarios que trabajan
con víctimas, para hacer de su acompañamiento algo más efectivo y
favorecedor al proceso. Así como buscar herramientas que le permitan
generar a los funcionarios, factores de protección frente al impacto que en
sus propias vidas puede causar el trabajo con esta población y el escenario,
en extremo conflictivo, en el que se desarrollan estos fenómenos a través
de la construcción y puesta en marcha de pautas de autocuidado.

10
Objetivos y Metas del Módulo

• Ofrecer a los estudiantes, una herramienta conceptual y


práctica, que permita comprender y analizar la problemática
del acompañamiento a víctimas, a partir de las afectaciones
psicosociales que se derivan, contribuyendo a generar una
orientación más adecuada y específica que facilite el acercamiento
a esta población.
• Reflexionar sobre los aspectos vinculados con la formación y
capacitación de las personas que atienden víctimas para fortalecer
su práctica profesional, sus habilidades y destrezas requeridas
para este contexto.
• Concientizar a los estudiantes de la necesidad de adquirir y
mantener adecuadas pautas de autocuidado, protegiendo su propio
bienestar.

11
Resumen Ejecutivo

L
a historia de las víctimas en el proceso penal no ha sido la más
gratificante, no sólo por la experiencia del hecho traumático sino
por todo lo que se deriva de ella, es crucial que se cuente con un
proceso de atención adecuado, desde el cual se humanice la atención del
servicio y asimismo se puedan lograr los objetivos que cada profesional
de apoyo puede tener en relación con el contacto con la víctima. Por esta
razón es de especial importancia que el personal que trabaja con esta
población, conozca de los factores que se encuentran inmersos en los
procesos victimizantes y de las consecuencias de los mismos, que tenga
herramientas para distinguir una reacción habitual de un trastorno mental,
para comprender el fenómeno de duelo, las diferencias que se derivan
dependiendo del suceso victimizante dentro del marco de los diferentes
tipos penales, entre otros aspectos.

Por tal motivo, un aspecto fundamental tiene que ver con la


capacitación, no basta con tener estudios profesionales, sino que se debe
contar con una formación para comprender lo que sucede y de la misma
forma para propender por la calidad de la salud mental, no sólo de quien
se encuentra en posición de víctima, sino del mismo personal que trabaja
con esta población. Es así, que se consideró de especial importancia
trabajar y propender por construir una cultura de autocuidado en estos
servidores, a partir de la revisión teórica y la construcción práctica de
dichas herramientas.

13
UNIDAD TEMÁTICA 1

AFECTACIONES DE LAS VÍCTIMAS DEL


CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA Y
ACCIONES PSICOSOCIALES

Adriana P. Espinosa Becerra


Angela C. Tapias Saldaña
1. ASPECTOS MOTIVACIONALES

La violencia busca la dominación y control no sólo en lo individual


sino en lo colectivo; esta causa diversos efectos negativos sobre la vida
de las personas y las comunidades. Franco (1998) afirma: “Es múltiple y
creciente el impacto de las diferentes formas de violencia sobre las personas

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
y su salud, y sobre la sociedad en su conjunto. De un lado, la violencia
deteriora de manera significativa la calidad de vida y las posibilidades
de desarrollo y bienestar individual. Ella produce incertidumbre, miedo,
dolor e inseguridad, alterando por tanto la salud mental y el desarrollo
psicoafectivo de las personas. Pero, altera también los proyectos colectivos,
el funcionamiento social, el desarrollo económico y la legitimidad del
Estado”.
Conocer las diferentes respuestas que se pueden presentar producto
de la exposición a hechos violentos, le permite direccionar al facilitador
sus esfuerzos para ser más efectivo en su actividad. Cuando a una persona
se le han vulnerado sus derechos, experimenta una serie de situaciones
bastante complejas especialmente en el plano psicológico, generando la
mayoría de las veces ansiedad, estrés y depresión. En algunos casos, estas
reacciones son adaptativas y transitorias, pero en otro casos, se convierten
en situaciones que sobrepasan la capacidad y estrategias de afrontamiento
de quien las padece.
Por eso, es tan importante que los encargados de la atención a
víctimas identifiquen las condiciones en las que se están desarrollando
las consecuencias derivadas de una exposición a un hecho violento, las
diferencias implícitas en las variables que caracterizan a la víctima, y los
factores de riesgo y protectores que le acompañan.

2. ESTRUCTURA CONCEPTUAL

17
3. OBJETIVOS Y COMPETENCIAS

Ofrecer a los estudiantes, una herramienta conceptual y práctica,


que permita comprender y analizar la problemática del acompañamiento
a víctimas, a partir de las afectaciones psicosociales que se derivan,
contribuyendo a generar una orientación más adecuada y específica, que
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

facilite el acercamiento a esta población.

COMPETENCIAS INDICADORES DE DESEMPEÑO

 Identifica la forma como la Psicología aporta a la discusión


relacionada con las afectaciones psicosociales a víctimas
del conflicto armado.
 Reconoce la importancia del enfoque diferencial en el
momento de comprender las afectaciones psicosociales de
las víctimas.
COGNITIVAS
 Identifica los diferentes tipos de intervenciones: asesoría
psicológica, acompañamiento psicosocial e intervención
en crisis.
 Maneja aspectos conceptuales dentro de la temática,
los primeros auxilios psicológicos y procesos de
revictimización.

 Reconoce la importancia de la relación interdisciplinaria


inmersa en el ejercicio del trabajo con víctimas y por ende
la necesidad de trabajar en equipo.
 Involucra adecuadamente las variables implicadas en
una problemática particular relacionada con la atención
PRAXIOLÓGICA psicosocial a víctimas.
 Propone y estructura estrategias acordes con los postulados
teóricos que ofrece la psicología en temas relacionados con
la atención psicosocial a víctimas.
 Propone y estructura estrategias acordes con los postulados
teóricos que ofrece la psicología en temas relacionados con
la acción sin daño, evitando la revictimización.

 Reconoce y actúa de acuerdo con un marco ético y


disciplinar.
AXIOLÓGICA
 Identifica y construye un marco ético relacionado con el
quehacer de los sujetos encargados del acompañamiento a
víctimas.

 Estructura propuestas de atención, asesoría y


18 acompañamiento de acuerdo con las particularidades
del caso tomando como referencia postulados teóricos
COMUNICATIVA
emanados desde la psicología.
 Demuestra dominio en intervenciones orales, maneja un
adecuado nivel de fluidez verbal, poniendo en práctica
competencias cognitivas especialmente la argumentativa.
4. EXPERIENCIAS PREVIAS DE APRENDIZAJE

El estudiante debe conocer y manejar las disposiciones legales


relacionadas con la asesoría y acompañamiento a víctimas, lo dispuesto
en la ley penal colombiana, la jurisprudencia y la doctrina que la sustenta.
De igual manera, sabrá identificar los diferentes escenarios en los que

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
puede interactuar directamente con la víctima, así como las necesidades
que de allí se derivan.

5. AFECTACIONES DE LAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO


EN COLOMBIA Y ACCIONES PSICOSOCIALES

5.1. Reacciones habituales y trastorno mental


La vida cotidiana trae consigo desafíos por afrontar, como la consecución
de un trabajo, la superación de una enfermedad, la consolidación de un
patrimonio, entre muchos acontecimientos que hacen parte de la historia
de vida de cada persona; y que incluso, en escenarios de “normalidad”,
pueden evocar reacciones psicológicas, como por ejemplo, estrés,
ansiedad, entre otras; aunque sencillamente son situaciones “esperables”
dentro de la regularidad social, muchas veces superan la capacidad de
afrontamiento del individuo.
Sin embargo, existen también situaciones indeseables, para las
cuales nunca está preparado el ser humano; el delito, la victimización y
la búsqueda de justicia son circunstancias que desencadenan mayores
reacciones psicológicas y logran alterar los vínculos sociales. Dentro de
las conductas antisociales, habrá actos punibles más sencillos de superar
que otros; por ejemplo, es más sencillo trascender un hurto simple, que un
hurto con violencia, con uso de armas, cuyo resultado final es un homicidio.
Por esto, se requiere de un amplio profesionalismo por parte de quienes
trabajan atendiendo a las víctimas, ya que son múltiples los impactos a nivel
biológico, psicológico, social y cultural, que se derivan de esta condición;
a estas reacciones y a otros temas de interés en este vasto y complejo
panorama, está dedicada esta unidad, la cual también incluye un espacio
para considerar los efectos que este trabajo genera en los servidores de la
justicia que día a día se desgastan en esta demandante labor.
La victimización genera diversos tipos de reacciones, algunas
temporales y otras permanentes, algunas que se logran sobrellevar con
los propios recursos psicológicos y otras que requieren de asesoría 19
profesional; algunas afectaciones generales, compartidas con las víctimas
que padecieron el mismo delito o crímenes similares, en contraste con
otras respuestas particulares derivadas de la personalidad, de la historia y
de las estrategias de afrontamiento previas.
Dentro de los efectos de la victimización es probable que se desencadene
algún trastorno mental, sin embargo cuando se menciona el término
enfermedad mental, hay una reacción social de antipatía, sin distingo de
condiciones socio- culturales, pues se considera, que los síntomas de la
enfermedad mental resultan dramáticos, incurables y vergonzosos. Esto
indica desconocimiento, ya que varias psicopatologías son comunes,
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

transitorias e incluso pueden superarse espontáneamente; es posible que


muchas personas hayan experimentado trastornos de estado de ánimo o
de adaptación, sin caer en cuenta que estaban enfermos y necesitaban
atención, así como cuando una persona resiste una gripa o una bronquitis
sin acudir al médico. También es posible que haya experimentado sólo
algunos síntomas, pero no se haya configurado todo el cuadro diagnóstico
para indicar un trastorno, por ejemplo, cuando alguien experimentó gran
tristeza, desmotivación, insomnio y llanto frecuente, pero no alcanzó un
diagnóstico de episodio depresivo mayor, porque no alcanzó a estar así
más de dos semanas, ni tuvo pensamientos recurrentes de muerte, ni bajó
el 5% de su peso.
Para identificar una psicopatología hay que recibir entrenamiento, sin
embargo, lo básico se aprende al remitirse a la definición que aparece
en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM
(Por sus siglas en inglés y que indican: Diagnostic and Statistical Manual
of Mental Disorders, 2001). En este manual se afirma que tal situación
obedece a un “síndrome clínicamente significativo que se asocia a
síntomas perturbadores en una o más áreas principales de actividad o
con un riesgo mayor de padecer dolor, incapacidad, muerte o pérdida de
libertad”. Esta acepción permite identificar que quien padece un trastorno
mental, sufre; y si esta situación es consecuencia de un delito, se puede
considerar un perjudicado, que merece una reparación.
Tapias (2010) aclara que en la mayoría de las victimaciones, hay dos
trastornos que se desencadenan con gran frecuencia, la depresión y la
ansiedad. Aunque no todas las víctimas desarrollan trastornos mentales, ni
todos los que padecen trastorno mental son víctimas; y no todos los daños
que padecen las víctimas se restringen a trastornos mentales, algunos
quedan lesionados en los vínculos sociales o en su proyección de vida,
entre otros aspectos.
El primero de los cuadros clínicos, la depresión, se caracteriza por
un estado de ánimo de tipo negativo que se manifiesta con irritabilidad
la mayor parte del día, disminución de interés o placer, pérdida de peso
corporal, insomnio e hipersomnia, enlentecimiento psicomotor, fatiga o
20 pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o culpa y pensamientos
recurrentes de muerte (DSM, 2001).
La ansiedad, por su parte, es una forma de reacción poco adaptativa,
popularmente conocida como “nervios”, que implica reacciones
emocionales, motrices y cognitivas caracterizadas por activación y tensión.
Aunque también es posible que se manifiesten sólo algunos síntomas y no
necesariamente todo el cuadro diagnóstico (DSM, 2001).
La ansiedad puede adquirir diversas formas, según el DSM (2001),
las fobias, las crisis de angustia, el estrés postraumático, la ansiedad
generalizada, entre otras; esto, en función de la topografía conductual del
delito y de predisponentes en las víctimas. Ej. Si la víctima padeció un

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
atraco con arma de fuego en un callejón puede desencadenar fobia a los
espacios similares a callejones.
Las fobias, se caracterizan por la presencia de ansiedad, clínicamente
significativa, como respuesta a la exposición ante situaciones u objetos
específicos temidos por la persona, la mayoría de los casos por exposiciones
traumáticas previas, lo cual suele dar lugar a comportamientos de
evitación. Las crisis de angustia, o también conocidas como ataque de
pánico (panic attack) se caracterizan por la aparición súbita de síntomas
de aprensión, miedo o terror, acompañados habitualmente de sensación de
muerte inminente. Durante estas crisis, hay una alta respuesta fisiológica,
con presencia de palpitaciones, falta de aliento, opresión o malestar
torácico, sensación de atragantamiento o asfixia, miedo a “volverse loco”
o perder el control. El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por
ansiedad, preocupación excesiva y descontrolada, con síntomas físicos y
malestar significativo: inquietud, fatigabilidad, no concentración, tensión
muscular, alteraciones de sueño, entre otros síntomas.
El estrés postraumático es un trastorno de ansiedad, que puede surgir
con posterioridad, a que una persona haya estado expuesta a un evento
traumático que le generó temor extremo. Este cuadro diagnóstico aparece
sobrestimado, pues se diagnostica con frecuencia, ante situaciones que no
lo ameritan y se confunde con otras reacciones de ansiedad, consecuencia
de actos vulneradores pero nimios. El trastorno de estrés postraumático
puede producirse a raíz de eventos altamente estresores (por ejemplo
violación, guerra, desastres naturales, abuso, muerte, amenazas, accidentes
o cautiverio) o por haber presenciado o saber de un acto violento o trágico.
Este diagnóstico cuenta con tres grupos de síntomas:
a. Re experimentación (recuerdos recurrentes e intrusivos, sueños del
hecho, sensación del hecho: ilusiones, flash-backs, alucinaciones,
malestar psicofisiológico ante estímulos similares).
b. Evitación (Esfuerzos para no pensar o sentir el hecho, evitar
actividades, lugares o personas, incapacidad para recordar algo del
trauma, desinterés, desapego y enajenación, restricción afectiva,
futuro desolador) y. 21
c. Activación fisiológica (alteraciones del sueño, irritabilidad ataques
de ira, dificultad para concentrarse, hipervigilancia y sobresalto).
Estos síntomas duran un mes como mínimo y afectan la capacidad
del paciente para retomar su vida normal.
Para efectos psicológicos y jurídicos, siempre resulta conveniente
evaluar la presencia o ausencia de estos trastornos en el sujeto, ya que
indican el curso de acción del tratamiento y se convierten en la evidencia
del daño psicológico, es decir, son indicadores de afectación que deben
plasmarse en la pericia psicológica, en la prueba judicial y con base en
ellos se plantean las solicitudes de reparación. (Tapias, 2010).
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

5.2. Duelo
El duelo es otra de las reacciones frecuentes de las víctimas, pues se
presenta como la respuesta psicológica normal ante una pérdida, ya sea
por el deceso violento de un ser querido, por la mutilación de una parte
del cuerpo, en el caso de las víctimas de minas antipersonales, porque
se perdieron bienes materiales e inmateriales como las tierras, el hogar,
la salud o la ilusión de un plan de vida. Incluso situaciones cotidianas
como la pérdida del empleo o el divorcio, generan fuertes duelos y
proporcionalmente, la vulneración de derechos genera duelos mayores.
Molano, et al (2009), definen el duelo como: El proceso consistente en
las tareas de elaboración de las pérdidas experimentadas por un individuo,
familia o colectivo. El duelo permite emplear los recursos psicológicos,
así como del entorno social y cultural, para superar el malestar y dar un
significado a lo ocurrido, para poder seguir viviendo con la memoria de
lo pasado. Para estos mismos autores, y algunas organizaciones, el duelo
consta de tres etapas:
1. Primera etapa. Abarca desde las primeras horas a días; es normal
que se experimente: shock e incredulidad, negación de la pérdida
o muerte, pensamiento confuso, es decir, hay una dificultad para
asimilar el hecho, pues al principio el duelo se manifiesta con
perplejidad y está acompañado por expresiones de sufrimiento y
malestar como llanto y suspiros; debilidad; pérdida del apetito y
por tanto de peso; problemas de sueño, como difícil conciliación;
sueño liviano con fácil despertar; soñar con la persona que ha
perdido; así como dificultad para concentrarse, respirar, hablar y
trabajar (Corporación AVRE, 2002).
2. Segunda etapa. Desde las primeras semanas hasta los seis meses,
el doliente entra en una fase en la cual percibe y vive totalmente
la pérdida. Dentro de esta segunda etapa del duelo, según el
COFAVIC (Comité de Familiares de las Víctimas. Organización no
22 Gubernamental para la Protección y Promoción de los Derechos
Humanos) se observan algunas reacciones emocionales como son:
• Estado de ánimo predominantemente triste.
• Sensación de intranquilidad acompañados de ansiedad.
• Confusión de emociones que pueden ir desde la tristeza, dolor y
llanto hasta experimentar desconfianza e inseguridad.
• Sentimientos de rabia, frustración e impotencia. Dificultad para
conciliar el sueño
• Aumento o disminución del apetito.

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
• Dificultades para la concentración, recuerdo de eventos pasados
como recientes, así como enlentecimiento del pensamiento.
• Pensamientos recurrentes y reiterados que a menudo pueden ser
intrusivos sobre el hecho ocurrido y situación de pérdida.
• Reacciones somáticas de malestar como dolores de cabeza,
dolencias musculares y gástricas, sensación de cansancio físico
y agotamiento.
De esta forma, se observa que lo normal en el duelo es pasar por
labilidad emocional y lo más recomendable resulta ser la expresión
verbal, artística, espiritual o simbólica de dichas emociones. Es
también frecuente el autoreproche centrado en actos triviales sobre
lo que se hizo o dejó de hacer con la persona que se ha perdido. Se
puede experimentar la culpa del superviviente, ya que llega a creer
que es quien debía haber muerto, y no el otro; o por sentimientos
de alivio al ver que se produjo la muerte del otro y no la propia.
(Corporación AVRE, 2002)
3. Tercera etapa. Dura entre 6 meses y 1 año. Reorganización en
la cual se restaura el funcionamiento normal de la persona y su
conducta. Se acepta el hecho totalmente y el impacto que ha tenido
en su vida, aunque los síntomas de la segunda etapa del duelo
pueden prolongarse y la aceptación de la pérdida que implica
elaboración.
Las recomendaciones para prestar los primeros auxilios a una persona
en duelo según InterAgency Standing Committee (2007) son:
• La mayoría de las personas pueden superar el proceso de duelo
sin ayuda médica, siempre y cuando cuenten con el apoyo y
comprensión de quienes lo rodean.
• Cuando no hay señales de aflicción ante una pérdida importante,
puede considerarse como un indicio de que la persona está
necesitando ayuda. No debe asumirse que las personas calladas,
que reprimen sus emociones, están manejando apropiadamente el 23
duelo.
• Cuando la persona muestra tanta pena como al principio y ya ha
pasado más o menos un año de la pérdida, es señal de que está
necesitando ayuda para superar el duelo.
• La administración de medicamentos es contraproducente ya que
retarda la vivencia del duelo, que en ningún caso es evitable. Incluso
los medicamentos pueden hacer sentir a la persona culpable por no
estar consciente en las fases del duelo. Si hay medicamentos, éstos
deben ser ordenados por un médico que estudie las condiciones de
la persona y evalúe el alcance de los mismos.
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

• Los familiares de una persona que se ha suicidado, son los que más
necesitan y pueden beneficiarse de ayuda profesional para superar
sus sentimientos de fracaso, rabia y dolor.

5.3. ¿Qué se debe hacer?


1. Acompañar al doliente. El desconsuelo de aquellos que sufren
una pérdida importante, es tan intenso, que estas personas pueden
sentirse muy aturdidas o paralizadas para pedir ayuda. No hay que
esperar a que esto suceda, los familiares y amigos deben tomar la
iniciativa de pasar algún tiempo con ellos, aunque esto signifique
simplemente sentarse al lado y permanecer en silencio.
2. Escuchar. Las personas que enfrentan un duelo, necesitan expresar
sus sentimientos frecuentemente, una y otra vez.
3. En todo caso debe permitirse que la persona exprese sus
emociones, sean éstas de rabia, tristeza o desespero. Recuerde que
los sentimientos de hostilidad comúnmente se presentan. Deben
evitarse los comentarios tales como: “por lo menos usted tiene
niños” o “es la voluntad de Dios” o “la vida debe seguir”, ya que
desautorizan y minimizan los sentimientos del doliente.
4. Procurar que la persona entienda que los síntomas de insomnio,
aislamiento y preocupaciones, asociadas con la imagen del muerto,
son reacciones normales ante la pérdida, que gradualmente se
superan con el tiempo y la expresión de los sentimientos.
5. Asegurar a la persona que no está volviéndose “loca” por presentar
estos síntomas.
6. Permita que el doliente se cerciore de que la muerte es real e
irreversible. Por esto, cuando no se presentan casos de desfiguración,
es conveniente que el doliente vea el cuerpo del muerto, si lo desea,
ya que las fantasías suelen ser peores que la realidad. Para asumir
el duelo es importante poder decir adiós.
24
7. Recomendar la reanudación de las actividades habituales tan pronto
como sea posible.
Varios autores y organizaciones, explican que hay duelos alterados;
Molano, et al (2009), y la Corporación AVRE (2002) han propuesto
diferentes tipologías, que finalmente, se caracterizan por la ausencia
de la expresión del duelo o el retraso, para no enfrentarse a la pérdida;
pueden aparecer manifestaciones extrañas como una falsa euforia o
“desplazamiento”, duelo hacia otras pérdidas menos significativas que
simbolizan la pérdida original más importante. También se presentan
como conductas des adaptativas, cuando la persona se siente desbordada
o permanece en la misma fase sin desarrollar el proceso, o porque el duelo

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
resulta excesivamente intenso y prolongado, lo cual, con frecuencia, se
asocia a intenciones suicidas o a otras manifestaciones de desorganización
mental. Las pérdidas por procesos de victimización son duelos difíciles
de superar, porque conllevan la destrucción de los supuestos básicos en
la vida del ser humano, de las creencias que orientan y dan seguridad a
las personas, le dan sentido de realidad, significado y propósito a la vida.
La Corporación AVRE (2002) ejemplifica diversas formas de negación
como intentos de perdurar la relación con el ser querido ahora ausente,
como seguir comprando objetos que gustaban al difunto o que lo recuerdan,
la sensación de presencia del fallecido o desaparecido, lo cual puede ser
tan fuerte, que incluso puede alcanzar la experimentación de ilusiones o
alucinaciones (tales como oír la voz del difunto). En un duelo normal la
persona reconoce que esto no es real, mientras en el alterado se presentan
episodios de disociación.
Estas ilustraciones permiten a los profesionales que atienden
víctimas identificar señales de duelo normal y duelo alterado y actuar en
consecuencia haciendo el respectivo acompañamiento, favoreciendo la
expresión emocional o remitiendo a expertos en casos de notar señales de
alarma o alteración del duelo.
Al margen de los duelos alterados, la mayoría de los duelos son
reacciones esperadas y normales, que pueden verse influenciados por el
tipo de delito que hayan padecido. En ese sentido, la Corporación AVRE
(2002) describe manifestaciones particulares de dolor, según la clase
de victimización experimentada y sugiere adecuar la intervención a los
impactos esperados.

53.1. Duelo de la persona en condición de desplazamiento


En esta población se genera un desarraigo de su terruño y actividades
cotidianas; pérdidas materiales y cambio brusco de hábitat. Es posible
que inicie con un duelo normal, que se convierta en depresión crónica,
síndromes ansiosos como consecuencia de la delicada situación
consecuente con el desarraigo. Molano, et al (2009) mencionan que la
pérdida del territorio y lugar donde se dan las vivencias y se mora, genera 25
en las víctimas pérdidas del referente espacio-temporal que daban sentido
de pertenencia e identidad. Esto afecta aún más a los sujetos colectivos,
como se observa en algunos sectores del campesinado, indígenas y afro
descendientes.
Baró (2000), documentó experiencialmente secuelas de campesinos
salvadoreños desplazados por la guerra, los cuales mostraban trazas
de delirio paranoide: estaban constantemente alertas, hipervigilantes,
no se confiaban de nadie desconocido, sospechaban de todos cuando
se acercan a ellos, escrutando los gestos y las palabras de peligro.
Indefensos e impotentes para enfrentar cualquier ataque; sin embargo, su
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

comportamiento persecutorio no es patológico fruto de sus ansiedades,


sino que corresponde con la realidad de manera realista. Es decir, que
consiste en una reacción normal y proporcionada ante una situación social
anormal e indeseable.

5.3.2 Duelo por familiar asesinado


El origen violento de la muerte genera sentimientos de rabia, protesta
y tendencia a negar el hecho, impotencia ante la impunidad, lo cual puede
complicar y prolongar el duelo, así como la incertidumbre sobre la forma
de muerte y el grado de sufrimiento experimentado, particularmente
cuando hay huellas de tortura en el cadáver.

5.3.3. Duelo por familiar desaparecido


Resulta muy compleja e inaceptable la ausencia total y abrupta del
ser querido, particularmente la incertidumbre sobre su supervivencia y
el sufrimiento que atraviesa. Castaño (1994, citado por la Corporación
AVRE, 2002) manifiesta que la huella dejada es imborrable, ya que siempre
existirá la incertidumbre por saber qué pasó con la persona desaparecida.
Los familiares de desaparecidos no quieren ni hablar de su situación, ni
de sus emociones, pretenden mantener en secreto las consecuencias de los
hechos, pues a nivel social es muy doloroso reconocer que prácticamente
nada se puede hacer. Es muy posible que el duelo esté “congelado” y
aunque pasen muchos años para los familiares la idea de la muerte es
inaceptable y prefieren mantener la esperanza de que esté privado de
la libertad, pero vivo. En estos casos los movimientos asociativos de
víctimas favorecen la comprensión y aceptación de la posible muerte o
tortura padecida, ya que resulta más llevadera esta verdad.

5.3.4. Duelo en sobreviviente o testigo de masacre


La persona que experimenta múltiples pérdidas de personas
significativas (familiares, amigos, conocidos) genera sentimientos
de culpa por haber sobrevivido y temor por haber podido compartir el
26 infortunio del deceso.
El profesional que atiende este tipo de víctimas debe recordar que es
importante tener en cuenta en estos procesos de duelo, las creencias, lo
espiritual, el componente étnico, cultural y la organización familiar, ya
que son elementos fundamentales para la elaboración y manejo del duelo.
Ej. Los operativos de inhumación y exhumación deben ser coherentes con
los rituales religiosos de las víctimas y los familiares.
También se debe tomar en cuenta la organización familiar, cabe prestar
atención a las clases de vínculos familiares; es decir, si se caracterizan por
ser amalgamadas o distantes, teniendo en cuenta que como lo menciona
Walsh (1998) citado por Molano, et al (2009), la organización familiar

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
se altera cuando ocurre una desgracia, por lo que las reglas o normas, los
roles y los límites deben ser flexibles, pero se deben mantener para dar a
la familia cohesión y seguridad.
Estas características diferenciales según delito, familias o
características personales, también influyen en las medidas de reparación.
Beristain (2009) refiere que diversas medidas simbólicas como (placas de
conmemoración, nombres de calles, escuelas, monumentos), la búsqueda
de personas desaparecidas y entregar cuerpos a familiares, informar los
resultados de las investigaciones, sancionar a los responsables, entre
otras, contribuyen en los procesos de duelo o las formas de recuerdo
familiar o colectivo, permitiendo así, canalizar las emociones, optimizar
la capacidad de afrontamiento que permita aceptar su realidad y dar un
nuevo paso para continuar viviendo con el recuerdo del hecho doloroso.
Según Hambert (2006), citado por Beristain (2009), otro elemento
esencial del valor de las medidas simbólicas para la reparación de las
víctimas, no ocurre a través del “objeto”, sino del proceso. Es decir, que
además del fin reparatorio son fundamentales los medios, lo cual implica
que las medidas de reparación sean consultadas, concertadas, afables,
respetuosas y no dilatorias. Es decir, que en dicho proceso es vital la
participación de las comunidades, a través de sus opiniones, conocimientos
y esperanzas.
Para autores como Molano, et al (2009), en estos casos es recomendable
profundizar en la exploración del duelo, respecto a los siguientes aspectos,
dependiendo de la comunidad en la que se esté trabajando:
1. Relación previa y actual con aquellos considerados como otros.
2. Relación con el pasado y estructura de la memoria colectiva.
3. Duelos previos individuales y colectivos.
4. Atribución de causalidad sobre los hechos ocurridos.
5. Sentimientos de culpa o vergüenza en relación con el grupo de
pertenencia.
27
6. Formas de comunicación con los ancestros (influencia de éstos en
la situación presente y sentimientos relacionados).
7. Acatamiento de las advertencias y admoniciones realizadas por los
ancestros.
8. Percepción del grado de control o desempoderamiento de los líderes
respecto a las situaciones presentadas.
9. Rituales de memoria y duelo individuales y colectivos.
10. Manifestaciones espirituales, reparadoras y que promuevan la
cohesión social.
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

Con la observancia de las respuestas a estas inquietudes el servidor


público logrará acciones favorecedoras en la elaboración del duelo, es
decir, de la culminación normal de este proceso. Es probable que la
mayoría de las víctimas experimente procesos de duelo, pero en lo que
hay que trabajar tanto de manera individual como colectiva, debe evitarse
que se conviertan en duelos alterados, que generen a posterioridad daño
psicológico, cualquier tipo depresión crónica u otros cuadros clínicos
asociados.

5.4. Daño psicológico, daño moral e impacto psicosocial


El concepto de daño es un concepto jurídico, sin embargo
recientemente se ha venido incorporado en las discusiones al interior de la
Psicología Jurídica y en la Victimología; este concepto básicamente hace
relación al reconocimiento jurídico del perjuicio inmaterial. Dentro de los
daños inmateriales se incluyen los morales y los psicológicos; muchos
profesionales confunden o utilizan como sinónimos ambos términos, lo
cual es un error.
Según Navia (2007) la connotación de daño cambia dependiendo del
país y su doctrina, verbigracia en Italia se considera daño moral, daño
psicológico, daño a la vida en relación y daño existencial. En Colombia
se habla de daño moral, de daño a la vida en relación y más recientemente
del daño psicológico.
Los daños son perjuicios que por medio del derecho se pueden resarcir
y se pueden clasificar como daños materiales e inmateriales. Los materiales
dan origen al lucro cesante y al daño emergente, y los daños inmateriales
se dividen en daño moral y daño a la vida de relación.
El daño moral es de carácter interno no científico, ya que no conlleva
patología por lo cual la demostración de su existencia escapa al horizonte
pericial forense, pues es un perjuicio capaz de apreciación desde el
entendimiento, la sensibilidad o la voluntad de las personas. El juez a
su saber lo identifica, lo calcula y tasa la indemnización a lugar (Castex,
28 2003). Navia (2007), explica como ejemplos de daño moral el honor, la
dignidad personal, dolores, molestias injustamente causadas, ofensa a los
sentimientos religiosos, la libertad de expresión o de pensamiento, entre
otros.
A las consecuencias que se generan en la víctima con ocasión de un
ilícito, se han denominado de múltiples maneras: secuela, perturbación
psíquica, trastorno mental, lesión psicológica, afectación, alteración,
impacto o daño psicológico. Este último término ha hecho tradición
científica como palabra clave dentro de la psicología jurídica y forense,
aunque es posible que no coincida con la doctrina jurídica colombiana

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
(Tapias, 2010).
El daño psicológico es un constructo psico-jurídico, que implica la
identificación de un perjuicio inmaterial, plasmado en la salud mental y
los vínculos psicosociales de una persona; la demostración probatoria
de este daño implica el reconocimiento de la reparación jurídica, ya sea
patrimonial o extra patrimonial.
Castex (2003), citado por Cañas y Tapias (2012), dice que el daño
psíquico es la consecuencia de “un acaecimiento o un evento, una
agresión que conduce a una perturbación, disturbio, disfunción, trastorno
y/o disminución de tal dimensión vital”, y lo determina “cuando un sujeto
presenta deterioro, disfunción, disturbio o trastorno, o desarrollo psico-
génico o psico-orgánico que, producido por una lesión psíquica ha afectado
sus esferas afectiva y/o intelectiva y/o volitiva, limita su capacidad de
goce intelectual, familiar, laboral, social y/o recreativa”.
Adicionalmente, se explica como daño no patrimonial directo,
que puede ser mediado por preexistencias, concausas simultáneas o
posteriores o complicaciones adyacentes a la victimación (predisponentes
y consecuentes).
El daño psicológico en Colombia se ha subsumido como parte del
daño moral, se le ha denominado como daño a la vida en relación y
se expresa en palabras de Echeburúa, Corral y Amor (2004), como las
secuelas emocionales que tienen como objetivo generar estabilizaciones
del daño psíquico, es decir, obedecen en algunos casos a una discapacidad
permanente que no remite con el paso del tiempo, ni con el tratamiento
adecuado, implica una alteración irreversible en la salud mental; dentro de
las secuelas más frecuentes están alteraciones en el proyecto de vida, daño
intergeneracional, afectación a la vida en relación, restricción de afectos
y cambios en la estructura de personalidad, con la aparición de rasgos
desadaptativos (Ej. Dependencia. Hostilidad, suspicacia).
Tapias (2012), define el daño psicológico como el cambio individual
o relacional que afecta la vida de las personas, surge como consecuencia
de un perjuicio externo (delito, hecho dañoso) y se puede judicializar y
reparar material o simbólicamente. Se manifiesta como una alteración 29
psicosocial que se puede evaluar científicamente y determinar su relación
consecuente y coherente con el hecho. Adicionalmente, se puede expresar
como exacerbación o desencadenamiento de una condición pre existente
y ser de mediano o largo plazo.
El reconocimiento jurídico del daño psicológico tiene una
consecuencia lógica en los procesos judiciales: la reparación. Ésta, es una
herramienta que debe darse a conocer a las víctimas para que ellas inicien
solicitudes en este sentido. Las reparaciones incluyen la indemnización de
carácter pecuniario, pero también alternativas (cuando lo amerita) como
el tratamiento psicológico y otras medidas de satisfacción con carácter
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

simbólico, como el reconocimiento público de responsabilidad y petición


de perdón, o monumentos erigidos en honor a las víctimas, entre otros.
Echeburúa, de Corral y Amor (2004) agregan una lista de daños a
nivel cognitivo como la confusión, dificultad para tomar decisiones,
incontrolabilidad, sobresaltos continuos a nivel psicofisiológico y a
nivel conductual, apatía y dificultad para retomar sus actividades; ponen
de presente que los sucesos más traumáticos como agresiones sexuales,
muerte y secuestro, dejan frecuentemente huellas devastadoras y secuelas
imborrables a modo de cicatrices psicológicas, lo que hacen a las personas
más vulnerables a trastornos mentales y enfermedades psicosomáticas.
Otras manifestaciones del daño psicológico en Esbec (citado por
Echeburúa, de Corral y Amor, 2004), son los sentimientos negativos:
culpa; ira; ansiedad; preocupación constante por el trauma con tendencia
a revivir el suceso; pérdida progresiva de confianza personal, como
consecuencia de los sentimientos de indefensión y desesperanza
experimentados; disminución de la autoestima; pérdida del interés y de
la concentración en actividades gratificantes; cambios en el sistema
de valores, especialmente la confianza de los demás y la creencia de un
mundo justo; hostilidad; agresividad y abuso de drogas; modificación
de las relaciones (dependencia emocional y aislamiento); aumento de la
vulnerabilidad con temor a vivir un mundo peligroso y pérdida de control
sobre la propia vida; cambio drástico en el estilo de vida; miedo a acudir a
lugares acostumbrados; necesidad apremiante de trasladarse de domicilio;
alteraciones en el ritmo y contenido del sueño y disfunción sexual.
Beristain (2010) agrega: muchas formas de victimización implican
la pérdida del ser querido, por ejemplo el homicidio, el genocidio, el
etnocidio, las masacres y la desaparición forzada, todas estas pérdidas
pueden desencadenar como daño psíquico duelos complicados, porque
los síntomas que en principio se consideran normales, se convierten en
alteraciones cuando persisten más de 18 meses. Estos duelos alterados se
caracterizan por desear la presencia de la víctima fallecida y rechazar la
pérdida, preocupaciones constantes en relación con el difunto, sentimientos
de vacío, soledad, llantos repetidos y afectación severa por la pérdida.
30

5.5. Impacto diferencial


Las vulneraciones a los derechos humanos afectan de manera diversa a
todas las personas que los sufren y en esto influyen factores como el delito
padecido, el género de las víctimas, el grupo social al que pertenecen y
la discapacidad. Por ejemplo, ante el desplazamiento forzado, los niños
se afectan en su escolaridad y socialización, mientras que los hombres
pierden sus trabajos y capacidad productiva y se altera su rol familiar,
las mujeres con frecuencia se convierten en proveedoras cambiando su
función maternal y los discapacitados sufren en mayor medida, por su

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
mayor condición de vulnerabilidad.
Con este preludio, es evidente que la intervención institucional y
profesional no puede ofertar acciones idénticas para todas las personas,
sino que debe ajustarse a las necesidades de ellos según sus características
etarias, étnicas, culturales, de género y condiciones especiales. Esta
diferenciación en la atención, es una de las condiciones esenciales
para generar acción, sin daño adicional a la población. Más adelante se
enfatizará en la ideología que sustenta este enfoque diferencial, mientras
tanto se presentarán los impactos diversos según el tipo de delito padecido.
Los efectos del delito se manifiestan de manera diferencial según el
tipo de delito y según características de la víctima como su género, edad,
etnia, estrato social o discapacidad. En estas situaciones, se encuentran
acciones claves de buenas prácticas en el abordaje a las víctimas.
En lo relativo al tipo de delito, Tapias (2010), ha descrito algunos
elementos comunes y frecuentes que desencadenan o mantienen el proceso
de victimación y que orientan la intervención, sin que esto signifique
que todos los casos de este delito son iguales, ya que obviamente cada
victimización es particular.
Para ilustración se indican algunas de las constantes en las dinámicas
victimológicas y criminológicas: En el abuso sexual infantil es la condición
de vulnerabilidad de las víctimas (Save the Children 1994); en agresión
de pareja la constante es la dependencia emocional; en delitos de Estado
lo común es la estigmatización de las víctimas (Gómez 2009); todo estos
fenómenos pueden representar claves para la atención futura a quienes
padecen estos delitos. Asimismo, se puede mencionar cierta regularidad
en las afectaciones o daño psicológico típico, e incluso en el tiempo de
la problemática y la resolución. Por ejemplo, en víctimas de tortura se da
con frecuencia un cambio de personalidad según el protocolo de Estambul
(Naciones Unidas 2001); en agresión de pareja hay una media de 10 años de
conflicto (Echeburúa y Del Corral, 1998); en alienación parental se conoce
que el fenómeno no se limita en el tiempo ni el espacio (Aguilar, J. 2006).
Estos “ritmos” permiten que el profesional y las víctimas se encaminen en
acciones en las que se puede estimar una forma de abordaje, un tiempo de 31
compromiso y un acompañamiento profesional especializados.
5.6. Incesto
Un abuso crónico infantil intrafamiliar, debe contar con una
intervención psicológica y jurídica muy distinta a la de un asalto sexual
cometido en persona con mayoría de edad, perpetrada por un adulto
desconocido; a su vez, estas dos situaciones son muy diferentes de lo que
implica la violación perpetrada por el cónyuge.
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

El fenómeno de incesto más frecuente es el perpetrado por el padre


hacia su hija, cuando ella está en la prepubertad y se realiza a través de
aproximaciones que simulan el afecto y la seducción, por lo cual es muy
probable que la hija, pese a la confusión que padece, no siempre lo perciba
como violento o violatorio (Vázquez 1995). Furnish (1984, citado por
Sanz y Molina, 1999) indica que el incesto puede suceder con varios
hijos a la vez.
Dentro de lo expuesto por ejercicios investigativos, cuyo objetivo ha
sido la caracterización de poblaciones victimizadas, la hija afectada por
el incesto se define por su confusión ante la situación con sentimientos de
odio y afecto hacia sus progenitores, dependiente de la familia y del padre,
que se ubica como aliada o competidora con la madre como pareja sexual
del padre. La hija genera culpa porque se siente diferente de sus pares,
se aísla, es desconfiada, fría, agresiva, independiente, poco convencional
y rebelde, Barudy (1991). La madre se concibe como una mujer pasiva –
dependiente, que usa la negación como estrategia de afrontamiento, que
padece depresión crónica y es probable haya sido víctima de abuso en la
infancia. Barudy (1991), describe una madre fría, frustrada, renuente al
contacto sexual, dependiente, negligente, distante de sus hijos y fagocitada
en el sistema violento. De la madre se podría incurrir en digresiones sobre
su complicidad, no obstante resultan personas tan deterioradas y algunas de
ellas con depresión severa e indefensión aprendida, situación que explica
cómo no se pueden proteger a sí mismas y menos a sus descendientes,
por esto no se considera procedente la judicialización de ellas como co-
autoras, aunque estas circunstancias distan de justificar su accionar.
Existe evidencia de afectación en los hijos no abusados, ya sea porque
desencadenan síntomas o porque esa victimización vicaria les representa
un factor de riesgo para incurrir en este delito. Estas familias resultan
muy disfuncionales y por tanto cohesionadas por su fragilidad, por ello
no favorecen la emancipación. Si el descubrimiento del incesto no cuenta
con aliados del grupo familiar que deseen poner fin a la problemática, es
muy probable que el grupo completo se movilice evadiendo a la justicia e
32 imposibilitando cualquier asesoría profesional.
Según Tapias (2010), para la intervención en incesto, resulta crucial que
el profesional en psicología jurídica se aproxime a diversos miembros de la
familia y que su presencia, antes que amenazante, resulte de cooperación
para lograr el cambio, es decir, que no se persiga judicialmente o se genere
censuras agresivas con toda la familia, sino que se construya el cambio
con ellos para finalizar el incesto; para garantizar el control social de
este fenómeno es necesario mantener el contacto y ubicación del grupo
familiar. La gravedad de esta conducta conduce a la pena privativa de
la libertad, pero para lograr la judicialización es perentorio asegurar las
pruebas forenses y testimoniales, y garantizar la participación de alguna

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
víctima o testigo que permita movilizar el aparato judicial y la ubicación
de la víctima y del victimario.
Un reciente estudio colombiano realizado por Cuellar, Rueda y Tejedor
(2012) indica cómo las hijas víctimas de incesto, terminan siendo retiradas
del hogar como una medida de protección y restablecimiento de derechos,
situación que en la mayoría de los casos se percibe como un castigo; esta
situación sugiere la toma de medidas frente a la otra parte del conflicto, en
donde lo adecuado sería lograr el desalojo efectivo del agresor. El mismo
estudio reveló que la judicialización es muy lenta pues toma entre 3 y 5
años lograr la condena, tiempo en el cual los ofensores tienen todas las
posibilidades de convertirse en personas en contumacia. La sugerencia
de intervención está en acelerar los mecanismos de judicialización, y
así potenciar la pronta captura, investigación, condena (de ser el caso)
y ejecución de la pena, pues en muchos de estos casos hay evidencias
contundentes como las pruebas de ADN en hijos - nietos que agilizarían
los procesos judiciales.

5.7. Violencia Conyugal


Echeburúa y Del Corral (1998), caracterizan a la víctima de este tipo
de problemáticas, como una persona carente de apoyo social, aislada, con
falta de oficios extra domésticos, pasivo-agresiva que provoca verbalmente
al agresor, con dependencia emocional y económica, baja autoestima
y que padece distorsiones cognoscitivas que minimizan la percepción
de violencia. Estas circunstancias indican el norte de la intervención
en la reconstrucción de vínculos, la reestructuración cognoscitiva y la
resolución de problemas. Este estudio devela también las características
del agresor, quien por lo general, padece celotipia, tiene baja autoestima,
es irritable, tiene déficit en habilidades sociales y resolución de problemas.
Esta problemática es cíclica y progresiva y con frecuencia la recurrencia
judicial coincide con las crisis, dinámica establecida como una estrategia
momentánea, pues la víctima desiste coaccionada o deliberadamente; con
frecuencia, ella misma sabotea las órdenes judiciales y las medidas de
protección, por esto la acción judicial no se debe imponer simplemente 33
con la fuerza de la ley, sino que deben ser asumidas y respetadas por las
partes en conflicto.
Dentro de las sugerencias para la intervención Tapias (2010), inquiere
¿La indefensión de la víctima justifica la intervención y fuerza del Estado
en el seno familiar? ¿Se puede controlar a la víctima y al agresor con
medidas judiciales que son irrespetadas por quien las solicitó? En muchos
casos, el trabajo profesional en estas problemáticas resulta frustrante y
desgastante; y las políticas de incremento de penas resultan ilusorias,
deleznables e ineficaces, pues no logran controlar los factores psicológicos
que propician y mantienen la situación.
Coherente con esto, las medidas de protección deben ser racionalizadas
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

y concertadas con las víctimas y puede propenderse por acciones


alternativas incluyentes, restauradoras en las que, en cambio de tratar
de romper el vínculo de la pareja unida por su patología, se les inste a
construir nuevas formas de relación, se convoque a establecer límites de
respeto y formas de reparación del daño, es decir, poner el énfasis del
esfuerzo profesional en lo psicológico, más que en lo penal o policial. Se
recomienda usar grupos de mutua ayuda o de apoyo de víctimas, para el
empoderamiento y establecimiento de límites por parte de las afectadas,
vinculación de familias en las acciones terapéuticas y cooperación
comunitaria, para intervenir inmediatamente en las crisis violentas.
Las acciones judiciales siempre deberían incluir asesoría respecto de la
normatividad e instituciones; las acciones policiales deberían reservarse
sólo en casos de agresión inminente.

5.8. Delitos sociopolíticos


Muchas son las víctimas de delitos sociopolíticos, quienes sufren
desplazamiento forzado por la usurpación de tierras, los que padecen
las ejecuciones extrajudiciales, las torturas o las desapariciones forzadas
(Tapias 2010).
En estos casos los victimarios son grupos con motivación ideológica,
que cuentan con poder económico o político y con una maquinaria para
garantizar impunidad; causan los daños hacia la población civil de manera
generalizada y sistemática; cometen el delito como acto estratégico y por
tanto perseveran en su nocividad.
Las víctimas padecen mayores efectos por la naturaleza gravosa
del hecho, pues por la impunidad se genera más desestructuración
y desconfianza hacia las autoridades e instituciones, con frecuencia
los denunciantes de estas causas son amenazados, exiliados y hasta
señalados falsamente, de criminales. En estos casos, se genera con mayor
probabilidad una identidad permanente de víctima.
A todo lo anterior se suma el efecto de la dilación de la justicia y la
34 impunidad que rodea estos casos, lo que genera y mantiene la afectación
a las víctimas. También se anexa la intensidad de la afectación, ya que la
gravedad de las violaciones a los derechos humanos y particularmente
los delitos en connivencia con el Estado, generan mayores secuelas que
los delitos comunes. Ante las violaciones de derechos humanos, puede
darse también un impacto acumulativo, si además del padecimiento por
el delito, a las víctimas se les ha aislado, perseguido o causado nuevos
hechos traumáticos (Beristain, 2010)
La Corporación AVRE (2002), aporta una interesante lista de los
impactos de la impunidad como consecuencia de la violencia sociopolítica,
éstos pueden convertirse en criterios a identificar y evaluar por parte del
forense encargado de la valoración del daño:

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
1. Debilitamiento de espacios de participación colectiva; lazos de
solidaridad y proceso organizativos; pérdidas de guías sociales y
alteración de hábitos y aspectos de identidad cultural.
2. Miedo y desconfianza generalizada; atribuciones erróneas en torno
a que su activismo social fue la causa de la vulneración de sus
derechos.
3. Ruptura de proyecto de vida individual y de las relaciones familiares
y sociales; cambio de roles dentro del grupo.
4. Duelos alterados a causa de las dificultades para lograr justicia y
reparación por el daño causado.
5. Tendencia a olvidar por miedo a seguir sufriendo, atentando contra
la posibilidad de una memoria crítica de los hechos; negación de lo
que se ha vivido.
6. Sentimientos de impotencia, culpa y vergüenza en las víctimas.
7. Afectación de la creencia positiva del futuro, pues se refuerza la
desesperanza.
8. Afectación de la identidad de la víctima, frustra su necesidad moral
de sanción judicial.
9. Desconfianza y poca credibilidad en las instituciones estatales.
10. Sentimientos de venganza como una forma desadaptativa de
afrontar el daño padecido.
La Corporación AVRE (2002) ilustra, igualmente, la dificultad para
contar con el apoyo social en la realización de los rituales, que como
dinámica y efecto simbólico, se pudieran desarrollar en el manejo de estos
fenómenos, tal y como ocurre con frecuencia en las pérdidas causadas por
la violencia sociopolítica, situación que interfiere y complica el duelo.
Como sugerencias para la intervención en delitos sociopolíticos
Tapias (2010), considera que es fundamental realizar un acompañamiento
comprometido, para garantizar la confianza de las víctimas. Es importante 35
hacerles ver y comprender, que hay vías e instituciones alternativas a
las tradicionales en la búsqueda de justicia, para superar la impunidad,
como los mecanismos de control del Estado, las ONG’s y los organismos
internacionales. En casos colectivos es viable realizar pericias grupales con
muestras de víctimas representativas y significativas, y ser recursivos en
el uso de técnicas; dentro de ellas, recomienda Gómez (2009), usar grupos
focales y aplicar instrumentos válidos. Si el conflicto armado permanece
vigente, se sugiere un tratamiento especializado e independiente del
Estado, pues puede resultar difícil o inadecuado que los servicios de salud
tradicionales proporcionen el tratamiento (Beristain, 2008).
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

5.9. Desaparición forzada y sugerencias de intervención


Es frecuente que esta forma de victimización inicie con una privación
ilegal de la libertad; durante el tiempo de cautiverio la persona sea
sometida a torturas y finalmente se le de muerte y se desaparezca el cuerpo
para generar mayor terror entre los familiares, colectivos y poblaciones.
La incertidumbre de conocer la suerte del familiar es la que mayor
daño genera, incluso puede llegar a ser mayor que el que se genera en
casos de homicidios o masacres, justamente la ausencia del cuerpo y la
posibilidad de identificar el mismo, se convierte en el gran obstáculo para
la elaboración del duelo.
Navarro, Pérez y Kernjak (2010), en el Consenso Mundial de principios
y normas mínimas sobre trabajo psicosocial en casos de desapariciones
forzadas, sugieren para la atención en este tipo de casos, no escatimar
esfuerzos personales, económicos e institucionales en la búsqueda
de las víctimas de desapariciones forzadas, ejecuciones arbitrarias y
extrajudiciales hasta dar con su paradero; esto lógicamente, permite
esclarecer los hechos sin importar la época en la que éstos ocurrieron,
ni requerir denuncia judicial previa de los propios familiares. Se deben
mantener altos estándares científicos en el trabajo forense; se debe tener
el máximo cuidado para que los cuerpos y otras evidencias se mantengan
en adecuadas condiciones de conservación y seguridad, y así poder
realizar posteriores análisis para establecer la identidad de las víctimas y
el esclarecimiento de los hechos.
Se debe evitar, por todos los medios, cualquier obstaculización de
los procesos de búsqueda propendiendo por el derecho a la justicia para
lograr la reparación integral, y como parte de ésta, se recomienda apoyar
la libre constitución de espacios asociativos de las víctimas con medidas
legales, administrativas o económicas, y enfatizar en la importancia de
las acciones simbólicas, para propiciar el respeto a las distintas opciones
de conmemoración que definan las familias, de carácter íntimo, religioso,
étnico, o reivindicativo como un medio de reparación integral que
favorezca la transformación de imaginarios sociales colectivos, que en
36 muchos casos, al no manejarse de manera adecuada, pueden limitar una
reparación favorable.
Otra importante indicación, consiste en localizar los familiares,
motivarlos a participar activamente, darles información constante y
transparente de los procesos; garantizar la protección y seguridad, y
brindar atención psicosocial acorde con el contexto cultural; todo lo
anterior basado en el enfoque diferencial que permite tener en cuenta
el género, la edad, la etnia, entre otros aspectos. Asimismo, coordinar
acciones con familiares, Estado, comunidad internacional, organizaciones
no gubernamentales, entre otros.

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
5.10. Secuestro
Consecuente al plagio, la familia del secuestrado entra en crisis, se
congrega en torno a la victimización y aplaza todas las actividades, cesan
de laborar, estudiar e incluso se alteran sus necesidades fisiológicas como
alimentación y sueño, ya que es elevadísima la ansiedad y depresión.
(Fondelibertad, 2002)
En la etapa inicial la familia se concentra, expresa y recibe solidaridad,
pero con el correr del tiempo, que es característico de esta problemática
al menos en Colombia (18 meses aproximadamente), la familia se va
quedando sola y se ve compelida a retornar a las actividades cotidianas.

5.11. Sugerencias para la intervención en secuestro


Al inicio del secuestro la familia se encuentra con el temor a acudir a
las autoridades, pues han sido amenazadas por los captores y aleccionadas
en el sentido contrario; no obstante, el profesional debe acercarse al grupo
familiar, ganar confianza y propender por la denuncia y el apoyo judicial,
investigativo y policivo. Dentro del acompañamiento psicojurídico, está
prevista la cooperación para la reorganización de la familia, la elección
del líder para la toma de decisiones, la catarsis durante el proceso y la
información sobre los actores del crimen, su modo de operación y tiempos
para favorecer la adaptación. Empero, la labor imprescindible de los
servidores públicos es mantener la esperanza de la familia y orientar sobre
formas de mantener el contacto (mensajes de radio, mensajes con Cruz
Roja, solicitar pruebas de sobrevivencia a los captores), el afecto o la
historia durante el secuestro (álbum o diario familiar para el retorno del
secuestrado), entre otras.
Esta sucinta información pretende evidenciar la preparación particular
que se requiere para abordar las víctimas de diversos tipos de delitos,
por lo cual, sería necesario ampliar las particularidades de los delitos acá
plasmados; adicionalmente, se deben señalar sugerencias específicas y tal
vez novedosas para orientar el accionar del equipo interdisciplinario. 37

5.12. Pericia psicológica forense como medio de conocimiento


Dentro de la lógica de los procesos judiciales, es imprescindible
generar debates probatorios optimizados, que impacten en la toma de
decisión judicial, los medios de conocimiento que presentan las partes
deben corresponder con la teoría del caso, y fortalecer la misma; para ello
se valen las partes de testimonios, pruebas documentales, evidencia física,
prueba pericial, entre otros. Frente a esta última posibilidad probatoria,
se parte de la necesidad de resolver una pregunta o inquietud que surge
desde el análisis del caso por parte del abogado, y que debe ser respondida
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

desde la ciencia, arte u oficio de un experto, que con suficiente argumento


y solidez científica aporte al debate probatorio. Una de las actividades
periciales que con mayor frecuencia se solicitan en estos contextos, es el
peritaje psicológico, que es un procedimiento de evaluación psicológica
experta para asesorar al sistema administrador de justicia, y que en la
mayoría de los casos se solicita para evidenciar el daño causado a las
víctimas y así propulsar las acciones judiciales que restablezcan sus
derechos.
La prueba pericial es uno de los medios de conocimiento concebidos en
el Código de Procedimiento Penal, ley 906 de 2004 en el artículo 382, que
los enuncia como: testimonio, peritaje, documento, inspección, elementos
materiales probatorios y evidencia física y cualquier otro medio técnico
científico que no viole el ordenamiento jurídico.
La pericia psicológica es procedente para establecer las perturbaciones
psicológicas posteriores a situaciones violentas; para demostrar afectación
en la salud mental, particularmente en aquellos casos que no presentan
evidencia física del delito; para evidenciar la presencia o presunción de
lesiones cerebrales, por ejemplo, en casos de tortura con trauma cráneo
encefálico o accidentes de tránsito; para evaluar credibilidad de testimonio
en casos de niños o niñas abusados sexualmente, etc.
Esta evaluación, idealmente debe ser realizada por un experto
en psicología forense. La Psicología Forense es una sub área de
especialización de la psicología Jurídica, que comprende la realización de
evaluaciones psicológicas por solicitud de autoridades competentes, para
aportar información especializada y veraz, que se convertirá en un medio
probatorio para orientar la toma de decisiones judiciales, en tribunales
nacionales, pero también en cortes internacionales (Tapias, 2008).
Aunque esta disciplina en Colombia se enseña en posgrados desde
el año 1999, aún son muchos los profesionales que empíricamente
desarrollan esta labor, basados en su buena fe, pero lastimosamente aún
carentes de todas las competencias requeridas. Esta situación genera
debilidades en los informes periciales y enormes controversias en los
38 juicios, bajo el riesgo de perder los casos por la falta de idoneidad de la
pericia. Actualmente, ya varias instituciones estatales, como la Defensoría
del Pueblo, están comprendiendo la importancia de vincular psicólogos
especialistas, magísteres y doctores en psicología jurídica y forense, sin
embargo, es perentorio que todas las instituciones incluyan profesionales
con esta experticia en su departamento de talento humano para que
realmente se generen las debidas pruebas periciales psicológicas.
Las competencias que debe tener un profesional en psicología jurídica
y forense según el Colegio Colombiano de Psicólogos (2013) son:
• Fundamenta epistemológica y teóricamente sus prácticas

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
evaluativas, generalmente de carácter forense.
• Conoce y aplica los fundamentos de la medición y evaluación en el
campo jurídico y forense.
• Planifica, selecciona y aplica los procedimientos e instrumentos
evaluativos acordes al fenómeno psico jurídico a intervenir.
• Emite conceptos, sustentado en un procedimiento riguroso y ético,
de acuerdo con las necesidades del sistema social.
• Realiza recomendaciones de acuerdo con las condiciones jurídicas
y sociales del proceso o persona evaluadas.
• Conoce instrumentos y técnicas de evaluación psicológica forense.
• Diferencia instrumentos de evaluación clínica y de evaluación
forense.
• Discrimina procedimientos de evaluación psico - jurídica válidos y
confiables, de los que no lo son.
• En sus actuaciones e investigaciones, aplica rigurosamente la
estadística y la psicometría
• Conoce y explicita la definición de la psicología jurídica y
psicología forense.
• Concibe factores bio - fisiológicos y sociopolíticos como
explicativos de los conflictos judiciales.
• Establece las relaciones entre psicología y derecho.
• Analiza los problemas humanos y judiciales susceptibles de ser
abordados por la psicología jurídica.
• Comprende y explica el comportamiento manifestado en ambientes
jurídicos.
• Identifica las principales teorías y autores de la psicología Jurídica.
• Indaga y comprende comportamientos relacionados con
problemáticas vinculadas al derecho. 39

• Comprende las limitaciones de la psicología jurídica y sus


interacciones con otras áreas de la psicología y otras disciplinas.
• Identifica las normas y procedimientos que regulan su labor y las
consecuencias judiciales de sus actuaciones.
• Comprende que los problemas judiciales y la administración de
la justicia están influenciados por los contextos social, político y
económico.
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

Como se puede apreciar, son elevadas las exigencias para los peritos,
razón por la cual, no pueden ser reemplazados por un profesional con
formación general, sin embargo por razones presupuestales, a ellos se
está solicitando la mayoría de estas labores. No obstante, se recomienda
elevar los perfiles de aquellos a quienes se encargue la pericia, ya que no
basta darles por ley el estatus de peritos, como lo indica el Art. 408 de la
Ley 906 de 2004, en donde se otorga tal condición a personas con título
legalmente obtenido; o como sucede con la Ley 1098 de 2006, Código de
infancia y adolescencia, que en el artículo 79, otorga carácter pericial a los
informes de los equipos técnicos interdisciplinarios, lo que significa que
invistió de tal carácter a sus profesionales.
Lamentablemente esto ha generado muchas dificultades, porque
estos profesionales son interrogados en juicio, sin haber sido preparados
para el ritual de la oralidad, porque se les inquiere sobre el uso de test
psicológicos y técnicas especializadas que no conocen y se les cuestiona
sobre su imparcialidad, ya que deben desarrollar labores clínicas, que están
protegidas por el secreto profesional y el vínculo terapéutico con fines de
alivio en la salud mental, al tiempo que desarrollan actividades periciales
forenses que no están amparadas bajo el secreto y tienen el fin de orientar
una decisión judicial. Internacionalmente existe literatura científica que
señala que las labores clínicas y las forenses son incompatibles (Ackerman,
1999; Vázquez, 2007; Tapias, 2008) empero, siguen siendo muchos los
profesionales colombianos conminados contractualmente a ejecutarlas, al
margen del daño que esto puede generar al proceso.
Otras instituciones públicas han optado por otorgar cargos con la
denominación de “forense” considerando que es suficiente forma de
acreditación, y aunque es cierto que implica un aval laboral e institucional,
no garantiza la cientificidad de los conceptos y los métodos desarrollados
por un profesional cuyo cargo es perito.
Para remediar lo anterior, asociaciones profesionales como la
Latinoamericana e Iberoamericana de Psicología Jurídica, agremiaciones
profesionales como el Colegio Colombiano de Psicólogos y Universidades
con formación de posgrado, motivan a los profesionales que realizan
40 atención a las víctimas, a promover la construcción de la prueba pericial
psicológica garantizando en lo posible, que quien realice esta evaluación
forense sea un perito debidamente acreditado por su formación y
experiencia, que sea un profesional que no confunda funciones sanitarias
con judiciales, y que utilice el consentimiento informado para no incurrir
en faltas éticas.
5.13. Enfoque de derechos y de salud
Son múltiples las necesidades de las víctimas y, entre ellas, se
encuentra una primaria que es la de atender su salud, incluso antes de
procurarle justicia; esto no significa que los profesionales que las atienden
realicen acciones simultáneas, paralelas, ni que sobre un profesional o una
sola institución, recaiga toda la responsabilidad de la acción sanitaria y la

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
judicial.
La necesidad de un abordaje integral a las víctimas, implica
cooperaciones interinstitucionales e intersectoriales, entre la rama judicial
y el poder ejecutivo del que se desprende el sistema de salud. También
es importante la participación del sector educativo, particularmente para
las acciones preventivas. Con esto, se pretende enfatizar que las víctimas
deben recibir atención de todos los sectores del Estado.
Particularmente se presenta en este módulo, un énfasis en el abordaje
psico jurídico de las víctimas y por ello, se propone fundamentarse en el
enfoque de derechos, que es una perspectiva orientada hacia la promoción,
reconocimiento, garantía y restitución de los derechos fundamentales,
civiles y políticos, económicos, sociales culturales y colectivos de las
personas (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2011). Esta perspectiva considera
que el primer paso para otorgar poder a los sectores excluidos, es
reconocer que son titulares de derechos que obligan al Estado, lo que
implica cambiar la lógica de los procesos, para que el punto de partida no
sea la existencia de personas con necesidades que deben ser asistidas, sino
sujetos con derecho a demandar prestaciones y conductas.
El enfoque de derechos, según Acosta, Gabrish y Góngora (2007), es
un marco conceptual para el proceso de desarrollo humano, que desde el
punto de vista normativo, está basado en las normas internacionales de
derechos humanos y desde el punto de vista operacional, está orientado
a la promoción y la protección de los derechos humanos. Su propósito es
analizar las desigualdades que se encuentran en el centro de los problemas
de desarrollo y corregir las prácticas discriminatorias y el injusto reparto
del poder que obstaculizan el progreso, en materia de desarrollo.
Este enfoque da poder a los sectores excluidos, porque los reconoce
como titulares de derechos que obligan al Estado. El punto de partida
son las necesidades, sin embargo, las necesidades y los derechos no son
incompatibles, pues las necesidades son derechos y el cambio fundamental
está en el cumplimiento de los derechos, ya que éstos son exigibles, las
necesidades no lo son. 41
Este enfoque implica comprender que las víctimas tienen derecho a
lo que están solicitando y se les debe entregar de forma digna, no como
favores, hay que acompañarles como sujetos de derechos, para que
propulsen sus proyectos y logren sus metas y no asistirles todo, como
si fueran incapaces, hay que tomar en cuenta su opinión, ya que son
competentes y libres de consentir o no; ni siquiera se les deberían imponer
medidas de protección, éstas deberían acordarse con ellos.
Incluso en términos de salud y justicia, las víctimas tienen derechos
ganados como todos los ciudadanos, de manera que, si les proporcionan
medidas para restablecerles derechos, lo que obtienen no puede ser el
mismo elemento que ya tenían ganado. Por ejemplo, un ciudadano por esta
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

misma condición es un sujeto de derechos de salud, y si eventualmente


resultara víctima de un delito y requiriera acciones de reparación, éstas
deben superar lo que ya tenía garantizado en salud por derecho propio, no
se le puede reparar otorgándole ingreso a una entidad prestadora de salud
o servicio subsidiado de salud, pues eso es algo de lo que ya debía estar
gozando y le pertenece.
Sobre el tema de atención en salud, la investigación de Fajardo,
Ducón, Monzón y Tapias (en prensa) obtuvo de las víctimas beneficiarias,
de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, contra
el Estado colombiano su opinión sobre las reparaciones otorgadas, y la
mayoría informó entre otros aspectos: no haber recibido tratamiento;
habérsele ofertado servicios básicos y subsidiados de salud; imposición
de instituciones, horarios e intervenciones sin enfoque diferencial;
atención en centro psiquiátrico, cuando ésta era innecesaria, incompatible
e inadecuada en muchos casos. Todo esto, es ejemplo de acciones que
a cambio de reparar, causan re-victimizaciones y resultan el perfecto
ejemplo de modelos a no seguir por parte de profesionales e instituciones
públicas que atienden víctimas. De esta forma, se insiste en la importancia
de estructurar modelos de atención, en donde la concertación con las
víctimas, sea la base del análisis frente a las acciones a tomar, donde
el enfoque de derechos y la perspectiva diferencial actúen y ofrezcan
reparaciones, que vayan más allá de los derechos previamente adquiridos.
Parte de lo que se quiere señalar, es la importancia de realizar
intervenciones adecuadas y diferentes según las características de los
usuarios afectados, lo que se ha denominado el enfoque diferencial, el
cual parte de que justicia NO es dar a todos por igual, sino abordar a cada
uno desde su diferencia, desde su particularidad.
Fundamentos de esta perspectiva diferencial se encuentran en la
Constitución Política de Colombia, que en el Artículo 1. consagra:
“Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de
República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades
territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto
42 de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que
la integran y en la prevalencia del interés general. De igual manera, en el
artículo 7, se lee: “El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y
cultural de la Nación colombiana” (cursiva fuera de texto).
Navarro, Pérez y Kernjak (2010), resaltan del enfoque diferencial, la
importancia que en las investigaciones forenses en casos de desapariciones
forzadas, ejecuciones arbitrarias o extrajudiciales, deben tener las
particularidades, expectativas y necesidades de la población con la que
se trabaja; entre ellas, su contexto social, político, económico, histórico
y cultural, y sus características de género, generación, etnia, lengua,
espiritualidad, opción sexual, formas de organización y sistemas de
justicia tradicionales, así como otras circunstancias personales sociales

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
diferenciadoras.
Para el Ministerio de Protección Social (2011) el enfoque diferencial
es un “Método de análisis, actuación y evaluación, que toma en cuenta
las diversidades e inequidades de la población, en situación o en riesgo
de desplazamiento, para brindar una atención integral, protección
y garantía de derechos, que cualifique la respuesta institucional y
comunitaria. Involucra las condiciones y posiciones de los/las distintos/as
actores sociales como sujetos/as de derecho, desde una mirada de grupo
socioeconómico, género, etnia e identidad cultural, y de las variables
implícitas en el ciclo vital - niñez, juventud, adultez y vejez”
Como la Constitución Nacional es norma de normas, estos principios
se deben viabilizar en políticas, lineamientos de acción, normas y
prácticas sociales que propendan por la equidad y la inclusión, mientras
reafirman la diversidad y el pluralismo. Esto se puede lograr, a través
de ideas y acciones afirmativas que generen una discriminación positiva,
para visibilizar y favorecer a las poblaciones vulnerables, identificando las
necesidades, riesgos y potencialidades particulares, volcándolos luego, en
estrategias que prioricen para ellos acciones preventivas e interventivas.
El enfoque diferencial se podría definir como una política universal
para la prevención y atención a las poblaciones vulnerables, con miras a
reconocer, garantizar y dar respuesta adecuada a los derechos, necesidades
y problemáticas propendiendo por la equidad (Tapias, 2010).
El Auto 006 de 2009, de la Corte Constitucional, explica que “el
enfoque diferencial involucra las condiciones y posiciones de los/las
distintos/as actores sociales como sujetos/as de derecho, desde una mirada
al grupo socioeconómico, género, etnia e identidad cultural, y de las
variables implícitas en el ciclo vital - niñez, juventud, adultez y vejez.” En
ese orden de ideas, se podrían identificar como categorías que identifican
a las poblaciones: generación, sexo, género, etnia, discapacidad, aspectos
socioeconómicos, entre otros; categorías que también permitirían
identificar aquellas consideradas como minorías, las que históricamente
han sido desfavorecidas, las que por su condición social, física o mental,
tienen menos posibilidad de defender sus derechos. 43
Al respecto, resulta muy ilustrativo el aporte de Ignacio Martín
Baró (2000), quien explica que la guerra no tiene un impacto similar en
la población, sino que depende de la clase social, el involucramiento y
la temporalidad. La clase social influye, pues generalmente (la guerra)
afecta a los más humildes, mientras que los sectores medios y altos no
reciben el impacto igual. Incluso lo que para unos significa la ruina, para
otros significa un gran negocio; lo que a ciertos grupos pone al borde
de la muerte, a otros abre la posibilidad de una nueva vida. El grado de
involucramiento es diferencial entre los combatientes y las víctimas,
ya que padecen consecuencias diferentes. Por esto, la afectación es de
carácter individual.
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

5.14. Ejes para el análisis diferencial


Los ejes en torno a los cuales se debe realizar el análisis diferencial
son:
• Edad: El factor etario está compuesto por poblaciones variables
tradicionalmente conocidas como infantes, adolescentes, adultos y
adultos mayores. Dentro de este grupo, los niños, adolescentes y
adultos mayores son los más vulnerables.
• Género: Además de los géneros, sugeridos por el sexo: hombres y
mujeres, se incluyen otras condiciones como la homosexualidad,
bisexualidad, transexualidad e intersexualidad. Sólo la primera
condición, la de ser hombre, en palabras de los expertos, resulta ser
la que implica más baja vulnerabilidad.
• Étnico cultural: factor relacionado con la raza que en Colombia
incluye poblaciones como los mestizos, indígenas, raizales, rom
(gitanos), afrodescedientes, entre otras.
• Discapacidad: física, cognitiva o sensorial
• Socioeconómico: nivel de recursos financieros alto, medio o bajo;
también identificado en Colombia con variables numéricas de
estratos económicos de 1 al 6. Este factor correlaciona positivamente
con el nivel educativo, ya que a mayor estrato mayores alcances de
formación y oportunidades en la población.
Ha cobrado tal importancia, la incorporación del enfoque diferencial,
que se ha incluido explícitamente en normas colombianas como la Ley
1098 de 2006, Código de infancia y adolescencia, que en el artículo 36
resalta los derechos de niños, niñas y adolescentes con discapacidad,
para ser destinatarios de acciones y de oportunidades para reducir su
vulnerabilidad y permitir la participación en igualdad de condiciones.
En el artículo 202, numeral 3, en el cual incluye dentro de los objetivos
de políticas públicas, diseñar y poner en marcha acciones para lograr
44 la inclusión de la población infantil más vulnerable a la vida social en
condiciones de igualdad y en el artículo 204, se pronuncia en torno a la
necesidad de contar con una política pública diferencial y prioritaria de
infancia y adolescencia.
También hay una importante mención en la Ley 1448 de 2011, con
respecto al enfoque diferencial:
• El principio de enfoque diferencial reconoce que hay poblaciones
con características particulares en razón de su edad, género,
orientación sexual y situación de discapacidad. Por tal razón, las
medidas de ayuda humanitaria, atención, asistencia y reparación

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
integral que se establecen en la presente ley, contarán con dicho
enfoque.
• El Estado ofrecerá especiales garantías y medidas de protección
a los grupos expuestos a mayor riesgo de las violaciones
contempladas en el artículo 3° de la presente Ley, tales como
mujeres, jóvenes, niños y niñas, adultos mayores, personas en
situación de discapacidad, campesinos, líderes sociales, miembros
de organizaciones sindicales, defensores de Derechos Humanos y
víctimas de desplazamiento forzado.
Para el efecto, en la ejecución y adopción por parte del Gobierno
Nacional de políticas de asistencia y reparación en desarrollo de la
presente ley, deberán adoptarse criterios diferenciales que respondan a las
particularidades y grado de vulnerabilidad de cada uno de estos grupos
poblacionales.
Igualmente, el Estado realizará esfuerzos encaminados a que las
medidas de atención, asistencia y reparación contenidas en la presente
ley, contribuyan a la eliminación de los esquemas de discriminación y
marginación que pudieron ser la causa de los hechos victimizantes
(Artículo 13).
También exige el enfoque diferencial, el art.28 en el numeral 6, dentro
de la política pública art. 32 en los programas de protección integral;
art. 43 asistencia judicial; art. 47 para la ayuda humanitaria; art. 139 en
las medidas de satisfacción; art. 145 acciones en materia de memoria
histórica; art. 149 garantías de no repetición, comunicación y pedagogía
diferencial; art. 168 la unidad administrativa especial para la atención
y reparación integral a las víctimas. num.10 participación de víctimas;
art. 172 coordinación y articulación nación-territorio; art. 205 regulación
de los derechos y garantías de las víctimas pertenecientes a pueblos y
comunidades indígenas, rom y negras, afrocolombianas, raizales y
palenqueras.
Estas perspectivas diferencial y de derechos, quedan incluidas
en lo que se puede denominar enfoque psicosocial, expresión cliché 45
en las organizaciones gubernamentales y ONG´s que trabajan con
víctimas. Expresión que sin definición, aparece como un requisito
en la intervención en la Ley de infancia y adolescencia y en la Ley de
víctimas y restitución de tierras, entre otras. Modelo que han entendido
ligeramente las organizaciones, generando equipos multidisciplinarios
en los cuales colaboran psicólogos, trabajadores sociales y abogados, sin
necesariamente comprender lo que significa trabajo interdisciplinario e
integral.
Baró (2000), aporta en la comprensión de los fines del enfoque
psicosocial, pues fundamenta que el trauma social es causado por un
proceso histórico que puede afectar toda una población, sus pasos no
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

se encuentran en el individuo, sino en la sociedad. La tarea psicosocial


surge por la insuficiencia de la psicoterapia individual o grupal, mientras
no se produzca un cambio significativo en las relaciones sociales, es
necesario iniciar un proceso de despolarización, desideologización y
desmilitarización que sanee las relaciones sociales y que permita a las
personas elaborar su historia, en un contexto interpersonal diferente al
actual. 
En ese sentido, invita a los profesionales de la salud mental, a no
limitarse en la comprensión de la enfermedad hacia atrás, en relación
con el pasado, sino a que lo visualicen desde el goce de un cuerpo social
libre,  dinámico y justo, al no centrarse en la atención de los destrozos
y trastornos ocasionados, el reto se cifra en construir un hombre nuevo
en una (nueva) sociedad. Parafraseando a Baró (2000), los profesionales
de las ciencias sociales y de la salud, no deben centrarse en curar la
enfermedad, sino en la prevención y los cambios de las raíces sociales
que afectan la salud mental, a no realizar acciones individualistas, micros,
sino intervenciones estructurales macro sociales. Para este mismo autor,
la fuente curativa de cualquier método psicoterapéutico, se encuentra en
su dosis de ruptura con la cultura imperante, que como para el caso del
Salvador (que no resulta tan diferente de Colombia), la urgencia consiste
en emprender una tarea psicosocial de despolarización, desideologización
y desmilitarización del país.
Osadamente Tapias (2013), expone los componentes del enfoque
psicosocial, el cual se puede concebir como un modelo que favorece la
comprensión y el abordaje de problemáticas sociales, y en síntesis incluye:
• Enfoque de derechos
• Perspectiva diferencial
• Modelo de integralidad (no asistencialista)
• Contextualización sociopolítica, incluyendo profesionales como
acompañantes con compromiso sociopolítico
46 • Acompañamiento a las víctimas para procesos de empoderamiento
• “Despatologizar” los fenómenos y analizarlos desde el contexto
social
• Analizar el impacto familiar y colectivo
• Propender por un cambio social
5.15. Diferenciación entre víctima y paciente
En psicología jurídica, las víctimas pueden y deben ser asumidas
como personas con un papel activo, como sujetos de derecho y con
roles relevantes y específicos. De hecho, clásicos como Von Henting y
Mendelsohn, según Rodríguez (2005), aportaron una imagen más realista
de la víctima como sujeto activo, en su estructura, dinámica y procesos

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
de prevención.
Adicionalmente a esta concepción, la psicología jurídica ha acertado
en la diferenciación entre lo clínico y lo forense, autores como Ackerman
(1999), Vázquez (2007) y Tapias (2008), han avanzado en la comprensión
de las víctimas como sujetos de derechos y no como pacientes mentales,
dejando de lado la perspectiva psico diagnóstica clínica, con énfasis
en las explicaciones endógenas individualistas y patológicas, para dar
paso a explicaciones que legitiman sus afectaciones psicológicas, como
reacciones normales y proporcionales ante hechos sociales anormales
(Baró, 1984). La siguiente tabla sintetiza esta posición epistemológica:

PSICOLOGÍA JURÍDICA Y PARADIGMA CLÍNICO


CATEGORÍA
FORENSE TRADICIONAL

Sujeto de Víctima, procesado o persona en


Consultante
atención conflicto con la ley

Objetivo de Expectativa de alivio, de


Búsqueda de justicia
atención cura

Voluntariedad por
Voluntario o no, ej. Procesos que se
Acceso al confianza en la
adelantan de oficio o que se conmina
profesional confidencialidad y
a comparecer ante la justicia
búsqueda de la ayuda

El secreto profesional se comparte


Amparado por secreto
Secreto con el abogado y el evaluado, y
profesional
Profesional como principio se excluye haciendo
uso del consentimiento informado
Origen intrínseco,
Origen de la Causa externa social, económica y
endógeno y psicobiológico
problemática política
o micro social
Problema individual,
Impacto de la Problema con connotación social,
personal, privado y
problemática político y económico
confidencial
Expectativas 47
Necesidad de respeto y Solicitud de secreto
frente a la
visibilización social profesional
atención
Se presume distorsión o coerción, Se presume sinceridad
Manejo de la prioritariamente del agente causal de pues el sujeto ha elegido
información la victimización, pero también de la este espacio privado como
suministrada víctima porque minimiza o simula forma de resolver su
síntomas situación
PSICOLOGÍA JURÍDICA Y PARADIGMA CLÍNICO
CATEGORÍA
FORENSE TRADICIONAL

Técnicas directas de
Instrumentos de evaluación con
Instrumentos de evaluación en las que hay
técnicas indirectas, previendo la
evaluación poca prevención frente a la
distorsión del examinado
simulación o distorsión
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

Contexto de
Atención psicosocial y jurídica Atención en salud
atención

En cada uno de estos enfoques hay una perspectiva diferencial del


sujeto, de sus expectativas, de los modelos explicativos y del tipo de
intervención.
El sistema de salud tradicional ha acostumbrado concebir los problemas
psicológicos, como individuales y endógenos, y en consecuencia han
intervenido desde lo intra psíquico y farmacológico. En casos de delito
y lesión psíquica, o macro victimizaciones, resulta erróneo e insuficiente
este paradigma intra psíquico, individualista y biologicista, pues parte
de lo que favorece la recuperación y readaptación es la aceptación de la
situación, la judicialización y una atribución exacta de la realidad y los
desencadenantes sociales. En estas intervenciones lo perentorio no es
eliminar el síntoma, sino ayudar al sujeto en la comprensión de que su
reacción psicológica alterada es proporcional a la victimación e incluso,
en muchos casos, resulta adaptativa.
Es decir, el restablecimiento de la salud, implica mucho del
reconocimiento exacto de los hechos y de su condición de víctima, como
prioritaria por encima de la de “trastornado mental”, es decir, la víctima
no es un sujeto psicopatológico aislado, desviado de la normalidad
estadística, sino una persona que reaccionó ante una situación anormal
(Baró, 1984).
Frente a la intervención farmacológica, se ha encontrado que resulta
oportuna para controlar síntomas en episodios agudos, pero presenta
elevadas tasas de recaída a mediano plazo. En contraste con las terapias
cognitivas que generan importantes efectos en estados agudos y previenen
recaídas, es decir, generan un efecto más estable. Esta ventaja se podría
derivar del aprendizaje de habilidades de afrontamiento y de estilos
cognitivos más efectivos.
La ventaja de la intervención psico jurídica es que trabaja con un
paradigma amplio, incluyendo el conflicto social como fuente de la salud
48 mental, coincidiendo con la OMS (2002) que identifica la violencia como
un problema de salud mental.
En lo cognoscitivo, la amplia comprensión de lo sociopolítico como
generador de bienestar o malestar, libera a la víctima de la auto descripción
de “enfermo mental”, “patológico” y la ayuda a comprenderse como
“vulnerable” o como una víctima digna. Es imprescindible comprender
que la víctima no es un enfermo mental; sino que, como ya se ha dicho
anteriormente, es una persona que reacciona de manera normal ante una
situación anormal. Así, la atención prestada no debe dar una sensación de
caridad, sino de comprensión (Defensoría del Pueblo).
En lo afectivo, la intervención psicológica no pretende eliminar las

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
emociones, sino validarlas, expresarlas en un ambiente de contención
y comprensión que colateralmente tiene el efecto de atenuarlas. Esta
posición, es mejor aceptada por víctimas que expresan su rechazo a la
terapia que propende por superar el dolor, perdonar, olvidar y usar
fármacos, pues manifiestan la necesidad de recordar y el derecho a sufrir
y sentirse indignados mientras haya injusticia e impunidad. No gustan
de ser señalados como personas con daño, como “dañados”, sino como
perjudicados con impactos que incluso pudieron hacerlos mejores, más
fuertes y más conscientes.
Al respecto, la Corporación AVRE (2009) entiende por análisis
psicojurídico, el ejercicio metodológico de realizar una lectura psicosocial
de las diferentes etapas del proceso, identificando los impactos que sobre
las víctimas y familiares tuvo, y una valoración general sobre el impacto
psicosocial que este tipo de casos puede generar en los representantes
legales y organizaciones acompañantes. Centrando los procedimientos en
las garantías de las víctimas.
Es importante reconocer que los proceso jurídicos, que dan paso a la
verdad y la justicia, ejercen un importante efecto colateral y terapéutico
en las víctimas. Es decir, existen consecuencias en dos sentidos, uno en
relación con la salud mental y otro relativo a la reparación integral.
Lo contrario también es cierto, es decir, si la justicia y la reparación
son meras formalidades, tardías o inadecuadas, es posible que en la
mayoría de los casos, las personas continúen bajo las secuelas de las
violaciones iniciales, Corporación AVRE (2009). Es decir, los procesos
de exigibilidad a la verdad, justicia y reparación, en contextos marcados
por la impunidad estructural y conflicto sociopolítico, perpetúan los
impactos psicosociales y afectaciones en las condiciones de salud mental,
a todos los actores involucrados, como son las víctimas, sus familiares,
organizaciones, abogados y organismos acompañantes.

6. ACCIONES PSICOSOCIALES EN EL ABORDAJE A VICTIMA


49
Como se ha señalado, son muchas las necesidades de las víctimas, y
por ello se pueden considerar diversos tipos de atención, por ejemplo la
intervención en crisis, la consulta psicológica y la intervención psicosocial,
por lo cual es determinante identificar en qué consiste cada una de ellas, al
tiempo que el contexto en el que se deben aplicar como forma de buenas
prácticas.
La gobernación de Santander (2013), basada en un texto del Ministerio
de Salud, presenta en su glosario, varios conceptos relativos a la atención a
víctimas, entre ellos, abordaje o enfoque psicosocial, atención integral con
enfoque psicosocial, atención psicosocial, acompañamiento psicosocial,
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

apoyo psicosocial, asesoría psicosocial, asesoría psicológica e intervención


psicosocial. Todos estos términos parecen indicar una tendencia social de
clichés profesionales, de hecho, para quienes escriben, hay varios textos
relativos a estos temas, que ni siquiera definen los términos, los definen
aplicándolos a situaciones particulares, cuando son términos genéricos o
los usan como sinónimos indistintamente, todo lo cual puede generar una
enorme confusión, por lo cual, para efectos prácticos y de claridad de éstos,
sólo nos referiremos a asesoría psicológica e intervención psicosocial y de
otras fuentes se definirá lo atinente a intervención en crisis.
Tipos de intervención: asesoría psicológica, acompañamiento
psicosocial e intervención en crisis

6.1. Asesoría psicológica


Es la acción realizada por profesionales de la salud mental,
intencionalmente dirigida a brindar herramientas conceptuales,
metodológicas y técnicas, en las áreas comportamental y cognitiva que
facilite la toma de decisiones en la vida relacional de las personas.
Es decir, se trata de aquella intervención terapéutica clásica extensa
(puede desarrollarse de semanas a meses, con sesiones semanales de una
hora), realizada por psicólogos y psiquiatras en el ámbito de la salud
y donde opera la reserva del secreto profesional; en este escenario, las
metas son el alivio del sufrimiento y el cambio pactado entre el usuario
y el terapeuta. Este contexto, resulta adecuado aplicarlo, en el caso de
afectaciones individuales, también cuando los impactos son de largo
plazo; cuando se alcanzó el diagnóstico de un trastorno mental; cuando
esté disponible un sistema de salud privado o público que lo pueda proveer,
bajo un espacio de celosa confidencialidad, en el que se comprenda que
violar el secreto profesional es una infracción deontológica, a resolverse
en el plano disciplinario.
También se denomina intervención de segunda instancia, en contraste
con los primeros auxilios psicológicos que son intervenciones de primera
50 instancia.

6.2. Intervención psicosocial


Este concepto será definido fusionando dos de los términos del
glosario de la Gobernación de Santander (2013), el de acompañamiento y
propiamente el de intervención. Son acciones integrales que facilitan que
los procesos psicosociales o jurídicos de las víctimas (entiéndase actores
jurídicos); se realizan propendiendo por el restablecimiento de sus derechos
y procesos sociales basados en medidas de reparación. La diferencia
entre intervención y acompañamiento, radica en variables como tiempo
y vinculación, el segundo de ellos se caracteriza por ser más duradero

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
y comprometido, puede incluir situaciones como la de los defensores
comunitarios cuyo compromiso es tan elevado, que empiezan a convivir
con las poblaciones vulnerables, compartiendo con ellos el riesgo. Las
ONG´s, por su parte, suelen realizar acciones de acompañamiento, ya que
pueden vincularse con un caso desde su inicio hasta que han pasado años
de litigio nacional o internacional. La intervención tendría un carácter más
puntual, acorde con las posibilidades de la mayoría de las instituciones
estatales.
Esta intervención psicosocial puede ser comprendida más ampliamente
con las connotaciones que le dan Navarro, Perez y Kernjak (2010), en
el Consenso mundial de principios y normas mínimas sobre trabajo
psicosocial, en procesos, búsqueda e investigaciones forenses para casos
de desapariciones forzadas, ejecuciones arbitrarias o extrajudiciales, donde
se le denomina “trabajo psicosocial” a los procesos de acompañamiento
individual, familiar, comunitario y social orientados a prevenir, atender
y afrontar las consecuencias del impacto de la desaparición forzada, las
ejecuciones arbitrarias o extrajudiciales y otras graves violaciones de los
derechos humanos. Estos procesos promueven bienestar, apoyo social y
soporte emocional a las víctimas, y contribuyen a restablecer su integridad,
fortaleciendo su dignidad, estimulando el desarrollo de sus acciones en los
procesos de búsqueda de verdad, justicia y reparación integral.
Este trabajo se considera indispensable para la reparación integral, ya
que contribuye a visibilizar el daño y restituir socialmente la dignidad de
las víctimas y de sus familiares, al tiempo que favorece la reconstrucción
de redes sociales de apoyo que han sido destruidas como consecuencia
de dichas violaciones. Generalmente, dicho trabajo lo realizan equipos
profesionales y promotores de salud mental.
Bajo esta concepción, la intervención psicosocial debe contribuir
a enfrentar el sufrimiento y a fortalecer las capacidades de las víctimas
sobrevivientes, sus familiares y la sociedad; debe ajustarse al contexto
social, cultural y político, a las expectativas de los familiares y
comunidades; debe contribuir a la identificación de los daños producidos,
a la recuperación del tejido social dañado; propender por la reflexión
crítica y el bienestar emocional de personas y grupos afectados para que 51
ellas decidan sobre la búsqueda de sanción penal a los responsables y la
exigibilidad de los derechos a la verdad, la justicia y la reparación.
La intervención psicosocial debe favorecer relaciones constructivas
entre los actores internos y externos de la comunidad fortaleciendo el
tejido social, propender por la organización de las víctimas y fomentar
el apoyo mutuo. Debe contar con una planificación, seguimiento y
evaluación a nivel individual, familiar, comunitario y social; identificar
los riesgos derivados de las prácticas forenses, legales o psicosociales
y su prevención; fomentar la participación conjunta de los equipos
forenses y psicosociales en las instancias de recopilación y transmisión
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

de información con familiares y comunidad, para propiciar un espacio


reparador para las familias y la reivindicación del aporte y papel social de
las víctimas y sus organizaciones.
Como se observa, está universalmente recomendado orientar a las
víctimas para que se organicen y se brinden ayuda horizontal, por lo cual,
para los profesionales que atienden víctimas, resulta valioso remitirlas a
movimientos asociativos de víctimas que según García-Pablos (1996),
son ejemplos emblemáticos de resiliencia y estrategias de afrontamiento
positivos; en ellos, se observan víctimas dignas, fuertes, con conocimiento
y en posición de exigibilidad de beneficios psicológicos y jurídicos. Estas
organizaciones se trazan como objetivos, defender sus derechos, visibilizar
las realidades e injusticias, recuperar la dignidad y bienestar, mantener
la historia real y no sólo la verdad probada jurídicamente; luchan por la
verdad, la justicia y la reparación. Ejemplos de estas organizaciones son
las Madres de la Plaza de Mayo, que tras décadas de perseverante lucha
han logrado desenmascarar los abusos de poder de la dictadura Argentina,
e incluso han llegado más allá derogando leyes, políticos e identificando
los nietos desconocidos de los hijos desaparecidos.
Para efectos de conexión con estas iniciativas de asociación, existen
diversos grupos a los que se puede remitir a los usuarios, por ejemplo
ASFAMIPAZ, Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de
la Fuerza Pública Retenidos y Liberados, Hijos e Hijas por la memoria
y contra la impunidad; la Asociación de Familiares de Detenidos y
Desaparecidos ASFADDES; y el Movimiento de Víctimas de Estado
MOVICE.
De todos estos movimientos colombianos asociativos de víctimas, se
destaca la misión de ASFADDES (2010), quienes se propusieron desde
su inicio como misión luchar coordinadamente con todos los asociados
y organizaciones afines, por encontrar los detenidos desaparecidos,
exigiendo al Estado Colombiano la plena vigencia y la garantía del
derecho a conocer la Verdad, la aplicación de la Justicia, la Reparación
Integral y la Recuperación de la Memoria Histórica. Como objetivos
se han propuesto mantener la memoria, dignificar las víctimas, tipificar
52 la desaparición, posicionarse como grupo de opinión y brindarse apoyo
mutuo.
El MOVICE (2010), tiene como objetivo reivindicar a las víctimas de
crímenes cometidos por el Estado sea por su acción u omisión, exigiendo
de manera clara el restablecimiento de los derechos a la verdad, justicia,
reparación integral, garantía de no repetición y a la memoria de centenares
de miles de hombres y mujeres que le apostaron a construir una Colombia
en paz y con justicia social. Dentro de sus estrategias han definido el
catastro alternativo, una comisión ética, verdad y memoria histórica y
movilización contra la desaparición forzada.
Por lo general, las personas que pertenecen a estos movimientos

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
asociativos de víctimas, deciden autodefinirse como víctimas de manera
permanente, incluso después de superar la victimización personal, esto
por la convicción de mantener su solidaridad con el grupo y por el
compromiso social que asumen en la permanente defensa de los derechos
humanos (Tapias 2010).

6.3. Estado de crisis y perspectiva diferencial de la crisis


La experiencia del crimen con frecuencia genera en las víctimas una
crisis, la cual es un estado temporal de afectación y desorganización
-de 4 a 6 semanas- caracterizado por la incapacidad del individuo para
manejar situaciones, utilizando métodos acostumbrados para la solución
de problemas. (Slaikeu, 1996 citado por Tapias, 2010). La persona entra
en crisis cuando se enfrenta a una situación concreta en la que evalúa que
sus recursos son inferiores a las demandas del ambiente (Gómez y Corral,
2009).
En los momentos de crisis, la persona siente que no hay salida al
problema y la única forma de verla es a través del apoyo y objetividad
de otra persona. Si la crisis es tan grande, al punto de colindar con un
trastorno mental, es preciso una evaluación y manejo profesional (Molano,
et al, 2009).
Quien experimenta una crisis indica no saber qué hacer, se encuentra
como paralizada e incluso sorprendida, porque no logra afrontar la situación,
se percibe a merced de las circunstancias, posiblemente experimentando
emociones que no conocía y percibiendo una gran necesidad de ayuda.
La crisis se experimenta de manera diversa según el delito padecido, la
edad al ser victimizado, el sexo del afectado y condición de discapacidad
y aspectos socioculturales, es decir, genera impactos diferenciales y por
ello debe abordarse tomando en cuenta las características particulares de
la víctima.
Es perentorio aclarar que no todas las víctimas entran en estado de
crisis, sin embargo, si la sufren debe documentarse como una de las
afectaciones presentadas por la víctima, aunque es un estado que se 53
supera con intervención, es decir, que no se fija como uno de los daños
permanentes en quien lo padece.
También hay que puntualizar que la crisis es diferente al duelo, el
cual es una reacción de la persona ante una pérdida en cualquiera de
sus modalidades, no todas las crisis son causadas por duelos, ni todos
los duelos culminan en crisis. Las crisis también se diferencian de los
trastornos mentales, pues los que están en crisis, no necesariamente
cumplen con los criterios diagnósticos de enfermedad mental y el tiempo
es uno de los límites que permite identificar si se trata de lo uno o de lo
otro, ya que las crisis suelen ser más breves que los trastornos. Dentro
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

de las precisiones, hay que anotar que la crisis es diferente del estrés;
éste, es una reacción del organismo ante una situación que interpreta como
amenaza, desafío o sobrecarga, pero que puede tener las herramientas para
afrontarlo. La crisis es más severa que el estrés, pues no todo estrés genera
crisis.
Según Gómez y Corral (2009), las crisis se pueden dividir en crisis
circunstanciales traumáticas o evolutivas. Estas últimas, tienen que
ver con las etapas del ciclo vital, del desarrollo humano, generan crisis
“previsibles” entre un estadio y otro ej. Crisis de la adolescencia, de
la jubilación, etc. Las crisis circunstanciales o traumáticas surgen de la
ocurrencia de eventos raros y extraordinarios que un individuo no tiene
manera alguna de prever ni controlar (ej. secuestro, accidente). Es una
circunstancia azarosa, imprevista, conmovedora, intensa y catastrófica, es
decir, la mayoría de las situaciones que vivencian las personas afectadas
por delitos y que son atendidas por servidores públicos.
Se considera que las personas que experimentan crisis vivencian tres
etapas: La primera es la fase de impacto que incluye todo lo inmediato al
suceso traumático, puede durar desde minutos a días, las reacciones son
extraordinarias. La segunda es la fase de reacción: pasada la confusión,
comienza a comprender lo que ha pasado y reacciona en consecuencia.
Puede ser tremendamente dolorosa, porque es acá, donde comprende
todas las implicaciones que el suceso traumático trae a su vida y es
donde se siente más desorientada. Y la tercera, que es la reorientación:
si ha superado las fases anteriores, aceptará el suceso traumático y lo
integrará a su vida, será capaz de volver a retomarla, de ilusionarse con
nuevos proyectos y volver a ser feliz. Para el profesional que atiende esta
población, es relevante identificar en cuál de estas fases se encuentra la
víctima, para así brindar una atención en consecuencia.
Algunas pautas que ayudan a identificar cuando una persona está en
crisis son: cansancio continuo, sensación de desamparo e inadecuación,
confusión, ansiedad y síntomas físicos. Por otro lado, para contrastar
y distinguir los que no están en crisis, se aprecian que son personas
que siguen interactuando con el medio, buscan información, expresan
54 sentimientos, piden ayuda, hacen una fragmentación favorable (no pensar
todo el tiempo en el problema), confían en sí mismos y se apoyan en otros.
El objetivo inicial de la intervención en la emergencia, en la crisis, es
el proceso de ayuda dirigido a auxiliar una o varias personas, a sobrevivir
un suceso traumático, minimizando el impacto psicológico a corto plazo,
disminuyendo la probabilidad de que aparezcan trastornos psicológicos
posteriores y aumentando el crecimiento personal (nuevas habilidades
perspectivas y opciones) (Gómez y Corral, 2009). También, tiene como
fin, generar enlaces con recursos de ayuda.
A esta intervención inicial, se denomina Primeros Auxilios Psicológicos
cuya sigla es PAP, considerados como el conjunto de estrategias puestas en

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
marcha, de manera inmediata, por los intervinientes tras un suceso crítico
y que están orientados a prevenir o disminuir consecuencias negativas en
la salud mental de los afectados. Las crisis son un momento oportuno para
el equipo interdisciplinario, no sólo para el profesional en psicología, pues
cualquier persona entrenada puede brindar primeros auxilios psicológicos.
Adicionalmente, es un momento oportuno para asesorar al sujeto para
que inicie la reorganización y dentro de ese plan incluya la búsqueda de
justicia. Estos primeros momentos son cruciales, McGee (sf) citado por
Gómez y Corral (2009), afirma que la efectividad de la intervención en
crisis, aumenta de modo directo en función de la proximidad tanto física,
como en el tiempo con los sobrevivientes del evento causal, por lo cual
resulta clave que los profesionales que entran en contacto con la víctima,
sean lo más cercano al iter criminis.

6.4. Primeros auxilios psicológicos


También denominadas intervenciones de primera instancia, dirigidas a
cualquier persona impactada por un incidente crítico (victimas, familiares
y allegados), se realizan de manera inmediata y generalmente son de corta
duración (desde minutos hasta pocas horas), se realizan lo más próximo
en tiempo y espacio al suceso o un momento muy cercano ej. Hospitales,
servicios policiales, iglesias, hogares, líneas de emergencia, centros
educativos, etc. Su objetivo es proporcionar apoyo, reducir el peligro de
muerte y enlazar a la persona en crisis con los recursos de ayuda.
Molano, et al (2009) aclaran que la intervención en crisis es útil para
proporcionar apoyo y brindar la oportunidad de expresión, procurar el
apoyo social, generar esperanza, convertir la crisis en una oportunidad de
crecimiento y aprendizaje en el desarrollo de la persona.
Los primeros auxilios psicológicos (PAP), los puede brindar cualquier
persona suficientemente entrenada (policías, médicos, enfermeras,
trabajadores sociales, maestros, supervisores tutores, abogados,
entrenadores o sacerdotes). Es decir, no son competencia exclusiva de los
psicólogos y los psiquiatras, sino que son herramientas de estas disciplinas, 55
a las que pueden recurrir los diferentes profesionales y/o servidores.
Inter-Agency Standing Committee IASC (2007), afirma que todos los
trabajadores de asistencia, deberían estar en condiciones de ofrecer
primeros auxilios psicológicos muy básicos, pues existe el error frecuente
de creer que los primeros auxilios psicológicos requieren intervenciones
clínicas o psiquiátricas urgentes. Por el contrario, se trata simplemente de
una respuesta humana de apoyo a otro ser humano que está sufriendo y
necesita soporte. Las personas suelen experimentar reacciones agudas de
angustia, después de presenciar acontecimientos traumáticos y la mejor
manera de ayudarlas es evitando el uso de medicamentos.
Según Molano, et al (2009), dentro de las reglas básicas para prestar
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

primeros auxilios psicológicos están:


• El instrumento principal es el trabajador, el protagonista es el
auxiliador, con su carácter, sus valores, su sensibilidad hacia los
sentimientos de otros, su capacidad de comunicación.
• El papel de la persona que presta primeros auxilios psicológicos es
ser amable y no emitir juicios, además debe mostrarse interesado y
preocupado por el bienestar de la persona a quien va a ayudar. Debe
transmitir seguridad y competencia
• Reconocer las propias limitaciones. Estar alerta para percibirlo y
abstenerse de intervenir
• Empatía, no lástima. Es importante que el afectado perciba que se
le comprende, que el auxiliador es capaz de ponerse en su lugar y
entender su situación
• El afectado no siempre colaborará con el auxiliador. En efecto, si
está convencido de que no se puede hacer nada y de que es incapaz
de enfrentarse a sus problemas podrá disimular, de hecho, sus
propios recursos, en un intento por lograr que el auxiliador cuide
de él. Una vez que la urgencia ha desaparecido, no es raro encontrar
que la persona mencione posibles soluciones, como pedir la ayuda
de un pariente cercano, unos fondos de reserva, o un plan al que
pudo haber recurrido si el auxiliador hubiera fallado. Existen casos
en los que el afectado se niega activamente a recibir ayuda o no
se interesa por mejorar la situación. Si definitivamente la persona
no actúa una vez se ha intentado estimularlo, se debe considerar la
posibilidad de retirarse del caso.
• Cada caso es especial. El auxiliador debe poner empeño por
comprender las circunstancias específicas, de la persona o personas
a quien busca prestar el auxilio.
• Espacio adecuado. Buscar un sitio adecuado, cómodo, tranquilo y
que permita la privacidad.
56 • Identificar cuándo es importante remitir a evaluación médica,
psicológica o psiquiátrica. Si la persona es suicida, o presenta
comportamientos fuera de control como episodios psicóticos, el
auxiliador debe llevarlo o remitirlo rápidamente a un servicio de
urgencias.
6.5. Sugerencias para la intervención:
• Establecer empatía: generar confianza, invitar al sujeto a hablar,
escuchar activamente (hechos y sentimientos), mostrar interés,
realizar contacto físico, comunicar aceptación y por último
despojarse de su distancia profesional.

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
• Indagar el pasado inmediato: Incidente que precipitó la crisis;
fortalezas y debilidades previas a la crisis, para identificar los
recursos propios del sujeto.
• Identificar fortalezas y debilidades del presente, recursos personales
internos, y recursos externos (redes de apoyo). Es indispensable
evaluar factores de riesgo asociados a mortalidad.
• Favorecer el futuro inmediato: propulsar decisiones inminentes,
examinar lo que el individuo podría hacer ahora, proponer
alternativas: nuevos comportamientos, redefinir el problema
estableciendo metas específicas a corto plazo, hacer confrontaciones
cuando sea necesario, ser directivo, hacer un convenio para hacer
seguimiento y evaluar los pasos de acción.
Esta intervención tiene el fin de favorecer la normalización de la
situación y ayudar al usuario a la reorganización de su proyecto de vida a
corto y mediano plazo. Es una estrategia de acercamiento profesional con
buenas prácticas, para evitar acciones iatrogénicas, revictimizantes o que
causen daños adicionales a las víctimas y allegados.
Los primeros auxilios psicológicos abarcan según Inter-Agency
Standing Committee IASC (2007):
1. Proteger a los sobrevivientes respecto de daños mayores (a veces,
una persona muy angustiada puede adoptar decisiones que provocan
mayor riesgo).
2. Proporcionar a los sobrevivientes oportunidad de que hablen sobre
los hechos, pero sin ejercer presión. Es preciso respetar el deseo
de no hablar y evitar insistir para obtener más información, que
aquella que la persona está dispuesta a dar. Según sea apropiado,
cabe informar a los sobrevivientes angustiados, de su derecho a
negarse a hablar de los hechos, con otros trabajadores de asistencia
o periodistas.
3. Escuchar pacientemente, aceptando lo que se oye y sin emitir juicio
4. Transmitir una empatía auténtica. 57
5. Determinar cuáles son las necesidades prácticas básicas y velar por
que se satisfagan.
6. Preguntar a las personas, qué les preocupa y tratar de abordar esas
preocupaciones.
7. Desalentar las maneras negativas de hacer frente a la situación
(especialmente, desalentar el consumo de alcohol y otras sustancias
nocivas, es importante explicar que las personas muy angustiadas
corren un riesgo mucho mayor de generar adicciones).
8. Alentar la participación en actividades cotidianas normales (tanto
como sea posible) y aprovechar medios positivos para hacer frente
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a la situación (por ejemplo, actividades de que generen tranquilidad


y distracción culturalmente apropiados; acceso a redes de apoyo).
9. Participar de actividades culturales y espirituales acorde con su
sistema de creencias, y que resulten adecuados para su condición
actual.
10. Alentar, pero no obligar, a buscar la compañía de uno o más
familiares o amigos.
11. Según corresponda, ofrecer a la persona la posibilidad de regresar
para obtener más apoyo.
12. Recurrir a los sanadores tradicionales existentes y, según sea
apropiado, colaborar con ellos, ya que generalmente suelen estar
bien informados con respecto a la ubicación de los afectados
y pueden proporcionar información de índole cultural a los
profesionales externos.
En casos excepcionales, cuando la angustia aguda y severa limita
el funcionamiento básico de una persona, probablemente se necesitará
remitir a tratamiento clínico.

6.6. Revictimización y acción sin daño


Un principio hipocrático de atención es “no causar más daño” y esto
aplica también para los servidores de la administración de la justicia y
sus usuarios, ya que aunque hayan muy buenas intenciones, la falta de
formación en temas humanos, la sobrecarga de trabajo y otros factores
pueden influir en que la atención no sea la más adecuada, de allí la
importancia de identificar en qué consiste una intervención nociva o
acción revictimizante.
Inter-Agency Standing Committee IASC (2007), enfatiza en el
principio “ante todo no dañar” y tener la precaución de no crear, mediante
los diagnósticos de situación, expectativas poco realistas (por ejemplo, los
58 entrevistados deben comprender que los evaluadores tal vez no regresen si
no reciben financiación a las propuestas).
Deben evitarse los interrogatorios invasivos. Las organizaciones
deben hacer todo lo posible, para que la participación de miembros de
la comunidad en los diagnósticos sea auténticamente voluntaria. Las
personas que entrevistan a los niños u otros grupos, con necesidades
particulares, deben estar dotadas de las aptitudes, la formación y la
experiencia apropiada. La manera en que se ofrece atención de salud
en general, tiene efectos sobre el bienestar psicosocial de las personas
afectadas por una crisis. El trato que incluya elementos de empatía y
apoyo emocional, protege el bienestar de los sobrevivientes, mientras
que un trato no respetuoso y la comunicación deficiente, menoscaban la

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
dignidad, disuaden a las personas de ir en busca de servicios de salud y
debilita su adhesión al tratamiento.
Necesidad de evitar una inapropiada tipificación como patología o
problema médico (es decir, distinguir entre el malestar no patológico y
los trastornos mentales que requieren tratamiento y/o remisión a otros
servicios).
Comunicación con los usuarios, cuidando el proporcionar información
clara y fidedigna, sobre su estado de salud y sobre servicios de emergencia,
como los de reunificación familiar. Adicionalmente, hay que mantener
presente evitar la Revictimización, que son “las experiencias traumáticas
que sufre la víctima en sus encuentros con la justicia penal” (Garrido,
Stangeland y Redondo, 2001).
La revictimización también ha sido denominada como victimización
secundaria, varios autores coinciden en definirla como las consecuencias
psicológicas, sociales, jurídicas y económicas negativas que dejan
las relaciones de la víctima con el sistema jurídico penal, supone, un
choque frustrante entre las legítimas expectativas de la víctima y la
realidad institucional, involucrando una pérdida de comprensión acerca
del sufrimiento psicológico y físico que ha causado el hecho delictivo,
dejándolas desoladas e inseguras y generando una pérdida de fe en la
habilidad de la comunidad, en los profesionales y las instituciones para dar
respuesta a las necesidades de las mismas. (Gutiérrez de Piñeres, Coronel
y Pérez, 2009; Beristain, 1996;Kreuter, 2006; Soria, 1998; Albertin, 2006;
Montada, 1994).
Asimismo, se entiende como otra experiencia victimal, que resulta
con alguna frecuencia siendo más negativa que la primaria, y puede
llevar a incrementar el daño causado por el delito con otros de dimensión
psicológica o patrimonial.
También Albarrán (2003), considera que la victimización secundaria
es una reacción social negativa, generada como consecuencia de la
victimización primaria, donde la víctima re experimenta una nueva
violación a sus derechos legítimos, cuando la policía, las instituciones
sociales y gubernamentales intervienen con el fin de reparar la situación 59
de la víctima, a nivel económico, social, físico y psicológico.
El término victimización secundaria ha recibido distintas
denominaciones, entre ellas “doble Victimización o Revictimización”,
esta última definida como las repetidas situaciones por las que tienen
que pasar las víctimas, después de haber sido afectadas por algún delito
(el ejemplo más palpable está en los casos de abuso sexual), ante los
organismos judiciales, viéndose obligadas a testificar un sinnúmero de
veces, perjudicándose psicológica y emocionalmente de manera más
profunda y traumática a la víctima. La revictimización también incluye la
innecesaria, y a veces inadecuada intervención psicológica terapéutica o
médica que brindan profesionales inescrupulosos y mal entrenados para
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atender situaciones que revisten características particulares (Rozanski,


2003, citado en Gutiérrez de Piñeres, Coronel y Pérez, 2009).
No obstante, hay que distinguir entre la revictimización y volver a ser
víctima de un nuevo delito, por ejemplo si una víctima de amenazas luego
sufre un secuestro, esta privación de la libertad no puede ser comprendida
como una re-victimización (victimización secundaria), sino como una
nueva victimización primaria, para no desdibujar el hecho gravoso del
nuevo delito, ser varias veces víctima no es sinónimo de revictimización,
es el padecimiento de varios delitos.
Para mayor ilustración se cita otro ejemplo: una madre cabeza de familia
desplazada forzosamente con sus hijos llega a la ciudad, entra en contacto
con las instituciones estatales, cuando le atienden le dan información
insuficiente, le indican mal la ruta de atención, le hacen perder tiempo
y se muestran insensibles ante su situación, todo esto es revictimización.
Empero, si ella es asediada porque van a reclutar forzadamente a uno
de sus hijos para vincularlo a un grupo ilegal, este es un nuevo delito,
que debe ser investigado igualmente que el primero, es un nuevo hecho
punible, no simplemente una acción inadecuada revictimizante.
La Victimización primaria deriva directamente del hecho delictivo,
la victimización secundaria, de la relación posterior establecida entre la
víctima y el sistema jurídico-penal o unos servicios sociales defectuosos.
El maltrato o la inadecuada gestión institucional contribuye a agravar el
daño psicológico de la víctima, cronificando las secuelas (Echeburúa, Paz
del Corral & Amor, 2002; Asensi, 2006).
Garrido y Sobral (2008), indican como ejemplos de la victimización
secundaria, cuando el sistema investiga la realidad objetiva del crimen,
pero olvida la víctima o la trata de modo frío e impersonal; no se le
proporciona información suficiente a la víctima sobre la evolución del
proceso; ausencia de un entorno donde prime la intimidad y la protección;
uso excesivo de tecnicismos jurídicos; desconocimiento de los diferentes
roles profesionales; la desesperante lentitud del proceso judicial; el juicio
oral donde se narran los delitos, donde se intentan destruir discursos y
60 credibilidades”.
De todo lo anterior, se deduce la relevancia de la acción sin daño, que
en el Consenso mundial de principios y normas mínimas sobre trabajo
psicosocial, relativo a desapariciones forzadas y ejecuciones arbitrarias,
sugiere que todos los equipos implicados en la atención a víctimas, deben
ante todo garantizar que no se genere más daño a las víctimas, sino que
se fomente la realización de acciones que tengan un carácter reparador.
Todas las acciones que se desarrollen deben tener como sentido y fin
último, el cumplimiento de las expectativas de las víctimas y sus familias,
así como generar actuaciones orientadas hacia su inclusión y participación
en los procesos de búsqueda, investigación forense y entrega de sus seres
queridos sin causar perjuicios adicionales (Navarro, Perez y Kernjak,

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
2010).

61
UNIDAD TEMÁTICA 2

HABILIDADES PARA LA ATENCIÓN A


VÍCTIMAS Y PAUTAS DE AUTOCUIDADO

Adriana P. Espinosa Becerra


Angela C. Tapias Saldaña
1. ASPECTOS MOTIVACIONALES

El personal que ofrece servicios para la atención a víctimas se


encuentra con muchas dificultades que afectan directamente su
desempeño. Uno de los principales medios para derribar estos obstáculos

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
es la profesionalización, porque permite la adquisición de conocimientos,
habilidades y herramientas para la ejecución adecuada de sus tareas. Los
programas de capacitación, son el resultado de un proceso de análisis que
permiten detectar las áreas de oportunidad, en materia de formación y
profesionalización del personal que atiende víctimas, y a su vez impulsa el
crecimiento y desarrollo de los profesionales que brindan estos servicios,
mejorar sus capacidades de actuación y mejorar los resultados de la
intervención.
Los programas de capacitación buscan el desarrollo de los profesionales
con una cobertura básica de cuatro aspectos:
• Desarrollar un compromiso ético con los valores humanos en su
diversidad, para atender las necesidades de las víctimas, al tiempo
que la persona presta servicios, es capaz de reconocerse a sí misma
en sus particularidades.
• Promover la construcción de un pensamiento reflexivo y empático,
para comprender la complejidad del problema de las víctimas,
reconociendo la diversidad en las posturas y formas de pensar dicha
realidad.
• Recuperar los conocimientos teórico-metodológicos que le
permitan realizar acciones para interpretar y valorar la situación
específica, en la que se encuentra una persona víctima de violencia,
a fin de determinar el papel que debe jugar.
• Desarrollar habilidades teóricas, metodológicas y técnicas,
derivadas del conocimiento y articuladas con las otras dimensiones,
saber pensar y saber para la intervención directa en la atención a
víctimas.

65
2. ESTRUCTURA CONCEPTUAL
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

3. OBJETIVOS Y COMPETENCIAS

• Reflexionar sobre los aspectos vinculados con la formación y


capacitación de las personas que atienden víctimas, para fortalecer
su práctica profesional, sus habilidades y destrezas requeridas para
este contexto.
• Concientizar a los estudiantes, de la necesidad de adquirir y
mantener adecuadas pautas de autocuidado, protegiendo su propio
bienestar.

COMPETENCIAS INDICADORES DE DESEMPEÑO

 Reflexiona sobre sus propias habilidades en el momento de


atender víctimas.
 Reconoce la importancia de desarrollo y mantenimiento
66 de las habilidades que se requieren para el trabajo con
COGNITIVAS víctimas.
 Reconoce la importancia del establecimiento de adecuadas
pautas de autocuidado, necesarias para procurar bienestar
y óptimo desempeño.
 Maneja aspectos conceptuales dentro de la temática.
COMPETENCIAS INDICADORES DE DESEMPEÑO

 Reconoce la importancia de la relación interdisciplinaria


inmersa en el ejercicio del trabajo con víctimas, y por ende
la necesidad de trabajar en equipo.
 Involucra adecuadamente las variables implicadas en

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
una problemática particular relacionada con la atención
PRAXIOLÓGICA psicosocial a víctimas.
 Identifica y reconoce los factores desencadenantes de
síndromes como el burnout.
 Propone y estructura estrategias acordes con los postulados
teóricos que ofrece la psicología en temas relacionados
con el autocuidado en sujetos que atienden, asesoran y
acompañan a las víctimas.

 Reconoce y actúa de acuerdo con un marco ético y


disciplinar.
AXIOLÓGICA
 Identifica y construye un marco ético relacionado con el
quehacer de los sujetos encargados del acompañamiento a
víctimas.

 Estructura propuestas relacionadas con la necesidad


de potencializar las habilidades de los prestadores de
atención, asesoría y acompañamiento a víctimas.
COMUNICATIVA  Propone estrategias que enriquezcan modelos de
autocuidado tanto a nivel individual como colectivo.
 Demuestra dominio en intervenciones orales, maneja un
adecuado nivel de fluidez verbal, poniendo en práctica
competencias cognitivas especialmente la argumentativa.

4. EXPERIENCIAS PREVIAS DE APRENDIZAJE

El estudiante debe conocer e identificar sus propias debilidades y


fortalezas relacionadas con sus habilidades para el trabajo con víctimas,
con el ánimo de erradicar errores y potencializar fortalezas. De igual
manera, debe reconocer que el trabajo con víctimas trae consigo serias
consecuencias producto de lo demandante de la actividad e identifica
factores de protección para contener esa problemática.

5. DESARROLLO DE CONTENIDOS
67
La atención a víctimas como cualquier otro tipo de actividad, exige de
parte de quien la ejerce unas habilidades específicas, que permitirán que
su desempeño sea más eficaz y efectivo para la población que requiere de
su acción. Este tipo de trabajos, por ser tan demandante, invita de manera
constante al profesional y/o funcionario, a hacer continuas reflexiones
sobre sus propias habilidades para el manejo de estas problemáticas.
Se entiende por habilidad aquella capacidad, disposición y destreza
para hacer algo. Y en contextos específicos, estas habilidades dependerán
de las necesidades de la población objetivo, de sus características, del tipo
de problemáticas con las que se trabaja, de los intereses y expectativas. En
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

principio, quien trabaja con poblaciones a las que les han sido vulnerados
sus derechos, debe reconocer con claridad el tipo de intervención que
realiza (dependiendo del contexto en el que se encuentre), debe ser
consciente de sus límites y alcances; de sus posibilidades de acción como
profesional y/o funcionario; para así no generar errores ni distorsiones
en la forma como la víctima percibe y pone en práctica las herramientas
ofrecidas en la atención recibida.
En principio, se puede hablar de unas recomendaciones iniciales para
el trabajo con este tipo de poblaciones, a saber:
1. Es importante que la persona encargada del acompañamiento
a víctimas, se interese por comprender y estudiar la dinámica y
variables socio-políticas inmersas en el conflicto. Su transcurrir
histórico, los antecedentes y la lógica de los actores implicados en
estos fenómenos. Así como el contexto jurídico y legislativo que le
acompaña.
2. Asumir en lo posible una posición objetiva, cuidadosa, asertiva,
pero sobre todo conocedora y argumentada.
3. Ser respetuoso (a) de las condiciones individuales de la población
objetivo.
4. Dedicarse por entero a su función, prestar la atención necesaria en
cada caso.
5. Procurar un espacio adecuado, reservado a la persona que requiere
de la atención. Considerar, con especial cuidado, el manejo que se
le va a dar a la información, revisar con prudencia y profundidad
todo lo concerniente a la confidencialidad y explicarlo con total
claridad a la víctima.
6. El (la) asesor (a) debe identificar con rapidez factores de riesgo
y situación de peligro del usuario. Conocer las rutas de atención,
gestionar y direccionar.
7. Tener habilidades de comunicación, conocer la dinámica de la
68 comunidad, género, religión, asuntos culturales, organización
administrativa, política, entre otros aspectos.
8. Estar presto (a) a solicitar colaboración y apoyo de otros facilitadores
dentro de su equipo de trabajo, cuando considere que las demandas
del usuario y de la problemática superan su capacidad de respuesta
y apoyo.
9. Entender que las víctimas tienen la habilidad desde sus propios
recursos de resolver sus propios problemas, dando así un rol
empoderado y un ambiente de apoyo que refuerza sus habilidades
y seguridad.

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
5.1. Habilidades para la relación de ayuda

5.1.1 Lenguaje no verbal


Tan importante como lo que se dice con palabras es lo que se manifiesta
con el cuerpo, a lo que comúnmente se le llama “lenguaje no verbal”,
puesto que como afirman los teóricos de la comunicación, “es imposible
no comunicar”.
La mayoría de los autores hacen énfasis en el papel que el lenguaje no
verbal cumple en las interacciones humanas, es por ello que, siguiendo los
consejos del especialista en Técnicas para el Desarrollo de la inteligencia
Enrique Ortega Salinas, una de las habilidades con las que debe contar la
persona es la capacidad de descifrar o leer a su interlocutor, por cuanto
quien más conoce a la persona a la que le va a ofrecer su orientación,
mayor provecho puede sacar del encuentro. Esta interacción resulta
recíproca, pues el interlocutor también está leyendo lo que el lenguaje
verbal del asesor está indicando, así que es tan importante analizar las
actitudes de los demás, como esmerarse por reflejar una imagen positiva
de nosotros mismos. En la misma obra, Ortega (2007) establece algunas
sugerencias para causar una buena impresión.
• Vestirse de acuerdo con la ocasión.
• Mantenerse pulcro.
• Al saludar estrecha la mano con firmeza.
• Hablar con claridad.

5.1.2. Planeación
Llevar a cabo asesorías y acompañamiento a víctimas merece dedicar
un espacio prudencial a la planeación de estas actividades, que se surten
con diversos actores, esta situación representa ahorro de tiempo en el
futuro, puesto que una asesoría y acompañamiento exitoso, redunda en 69
beneficios y evita el desgaste que el sistema le puede imponer a estas
procesos. Con antelación a verse abocado a manejar la problemática con
la que se acerca el usuario, el interventor debe responderse unas preguntas
básicas que le permitirán definir la dirección de su asesoría, los intereses
del usuario frente a la misma y las oportunidades de acompañamiento.
Para ello investiga, hace el análisis del caso y establece los puntos clave
de su intervención. Establece objetivos claros y define los resultados que
busca obtener, define sus prioridades, tácticas y estrategias.

5.1.3. Control de la ansiedad


Algunos sujetos encargados de la asesoría y acompañamiento a
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

víctimas pueden percibir su trabajo como fuente de estrés mayor que otros,
e incluso sentirse intimidados, frente a situaciones complejas presentes
con ocasión del conflicto. Por ello, y pese a que las circunstancias de la
situación así lo indiquen, se debe controlar la ansiedad que genera, no tener
las herramientas e información suficiente para acompañar el proceso. Se
deben buscar alternativas de solución, fuentes de información y asesoría
que permitan ser más efectivo en la labor.

5.1.4. Control de emociones


Pese a tratarse de cuestiones laborales, una característica que define a
muchos orientadores, en éstas áreas, es no poder separar lo emocional de
lo laboral. Las problemáticas en este escenario confrontan las emociones,
sistemas de creencias y valores, máxime cuando versan sobre asuntos
de tanta sensibilidad social. Sin embargo, quien entiende que atender
o defender los intereses de quienes se ven incursos como víctimas en
asuntos de esta naturaleza, es parte de su trabajo, pueden tener un mejor
control de sus emociones y evitar que éstas, les jueguen malas pasadas, al
momento de asesorar y acompañar. Incluso, en el evento de poder tomar
distancia de la situación concreta, a muchas personas les resulta incómodo
y molesto sentir que no logran los objetivos de su labor.

5.1.5. Orientar al logro


Siempre es importante, tener en consideración el objetivo último de la
intervención, hacer evaluaciones periódicas del cumplimiento del mismo
y proyectar nuevas estrategias, en caso de que las ya desarrolladas, no
hayan tenido resultados. Esta habilidad hace referencia a la capacidad
para estar motivado, para trabajar con energía y entusiasmo, en pro de la
consecución de las metas.

5.1.6. Escucha empática y respetuosa


Los sujetos que se encargan del acompañamiento a víctimas deben
70 ser cordiales, amables y respetuosos, porque entienden que estos
comportamientos dan apertura a la confianza que la víctima espera
encontrar en la persona que le está suministrando un espacio de ayuda.
Rescata y entiende los intereses y necesidades de la persona a la que
está asesorando, no porque ello represente una técnica, sino porque se
convence de que en la media en que se vincule con la necesidad de la
víctima mayor satisfacción para las partes.

5.1.7. Comunicación Asertiva


Lo que implica escuchar y proponer luego de ello, exponer las ideas y
argumentos de manera clara y comprensible. Tener capacidad de síntesis

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
y análisis, parafrasear, lograr llamar la atención del interlocutor, saber
interrogar y obtener la información que se necesita, estar consciente del
lenguaje no verbal y usarlo en pro de sus intereses, dominar habilidades
orales o de lenguaje verbal. Hablar con un tono de voz adecuado, a una
velocidad normal y mirar a los ojos y con naturalidad. Evitar usar términos
en diminutivos o que denoten debilidad como “más o menos”, “casi”,
“aproximadamente”.

5.1.8. Creatividad
No se “enfrasca” en discusiones sin sentido, que no aportan nada
a la asesoría y acompañamiento. Se aventura y propone estrategias
arriesgadas, no se resiste al cambio, innova en cada actividad, mas no
improvisa. Escucha y recibe sugerencias con agrado, valora la capacidad
de inventiva de otros y los impulsa a proponer alternativas conjuntas.

5.1.9. Tolerancia a la frustración


No se desestabiliza cuando las cosas no salen de la manera en que lo
espera o lo ha presupuestado, puede crear sobre la marcha y conservar
la cordura. Entiende que cada proceso tiene un ritmo y se ajusta a ello
con tranquilidad y sin contratiempos. Busca alternativas de solución y se
motiva en el logro de los objetivos.

5.1.10. Visión Sistémica


El sujeto encargado del acompañamiento ve el proceso como un
todo, compuesto de partes interdependientes, en donde cada una de ellas
aporta un valor especial al proceso en sí. Rescata la importancia de cada
momento y procura desarrollarlo de la mejor manera posible, en pro del
bienestar de todo el sistema.
En la misma línea, se propone como elementos puntuales a tener en
cuenta:
• Saber escuchar de manera activa 71

• Disponer de las herramientas que permitan recoger información


relevante
• Ofrecer ayuda con el ánimo de fortalecer a la persona, en aquellas
áreas en las que presenta dificultades, potencializar sus propios
recursos y buscar las redes de apoyo que le favorezcan en el proceso.
• Acompañar en el acceso a la asistencia legal, médica y social.
• Determinar si hay crisis.
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

• Ayudar a mantener la calma.


• Proponer soluciones a los conflictos.
• Apoyar las decisiones de la víctima en vez de inducirla a tomar las
decisiones que se crean más apropiadas.
• Enseñar a cómo resolver problemas cuando sea necesario.
• Mantener un récord claro y la documentación necesaria.
Las anteriores habilidades, que se espera sean desarrolladas por quien
se desempeña en el trabajo de acompañamiento a víctimas, podría tener
un especial desarrollo cuando se trabaja desde un enfoque psicojurídico,
ya que éste supone una articulación entre dos líneas de acción muy
importantes y de imprescindible consideración en cuanto al apoyo a la
comunidad se refiere: de un lado, la identificación de vulnerabilidades y
fortalezas propias de la población y el diseño de estrategias en pro de un
alivio emocional; y del otro, el soporte jurídico para encarar la violación
de derechos en una persona o colectividad, y el litigio para su reparación
en el plano judicial (Taborda, 2011).

6. PAUTAS DE AUTOCUIDADO PARA LOS FUNCIONARIOS QUE


ATIENDEN VÍCTIMAS

Es de suma importancia que el funcionario se concientice y comprometa


en que los servicios deben ser especializados, de apoyo psicosocial; pero
también que es él, el punto de partida, la figura de un profesional, un hombre
o una mujer puesto de cara a una persona en situación de vulnerabilidad,
con el objetivo de generar un espacio motivacional, con la obligación
de informar, aconsejar, orientar y, sobre todo, acompañar procesos de
larga duración, relacionados con la transformación de vidas de personas
comprometidas con su propia historia. Funcionarios que han sido testigos
directos de luchas, frustraciones, momentos de desesperanza, angustia,
72 incertidumbre; pero también de historias de superación, de alegrías en
medio de tanta dificultad. Todos estos eventos impactan de manera directa
en la propia biografía de quienes atienden estas poblaciones.
Los funcionarios que forman parte de estos programas, son el recurso
más valioso y a los que también hay que brindarles un espacio de atención
y consideración; sin ellos, el apoyo psicosocial no existe y, la protección
social pierde un recurso fundamental. Por eso, es necesario generar
estrategias para construir una cultura de autocuidado, de los equipos y
de las personas. Sólo así, será posible que los programas destinados a
la atención a víctimas, continúen con la ardua tarea de cumplir con sus
objetivos.
Las personas que trabajan con población en situación de vulnerabilidad,

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
tienen que desarrollar competencias de mucha exigencia, entre ellas un
vínculo de apoyo con los usuarios, contención, comprensión y canalización
de procesos psico- emocionales de alto impacto, generados por las
situaciones de conflicto, y que en consecuencia derivan en situaciones
complejas de desaliento e incredulidad, en los sujetos que acceden a los
programas de intervención.
Es así que, el riesgo de aparición de desgaste profesional está
siempre presente, más cuando no se cuenta con la preparación suficiente,
herramientas, estrategias y apoyos necesarios para realizar una labor
efectiva y a la vez para protegerse así mismo de esta alta demanda. Por
esta razón, los profesionales deben aprender, a desarrollar múltiples
habilidades, entre ellas las de autocuidado.
El auto cuidado ha sido considerado ampliamente en el contexto de
trabajo de apoyo y reparación a víctimas de violencia y maltrato en sus
diferentes modalidades y con diferentes tipos de poblaciones. Al respecto,
en la literatura especializada se menciona que:
“… quienes trabajan con víctimas de cualquier tipo de violencia están
expuestos a un nivel de desgaste profesional, que puede llegar al agotamiento
profesional (…) y ser la causa de trastornos psicológicos graves, del abandono
de la profesión o del abandono del campo de trabajo (...) estas tendencias
impactan a los grupos de trabajo, erosionándolos con graves consecuencias
para su supervivencia como equipo, para sus integrantes y para quienes los
consultan” (Arón, 2001, p. 67; en Santana, 2004, p. 3).

Por las razones expuestas, en el ámbito de acompañamiento psicosocial,


como en otros ambientes laborales, también se desarrollan problemáticas
asociadas al trabajo. Sin embargo, en aquéllos en donde está presente un
alto contenido de violencia y conflicto, y en donde las soluciones no sólo
están en cabeza del funcionario que atiende directamente al usuario, los
fenómenos toman matices aún más complejos.
En este tipo de escenarios se han identificado “procesos y problemáticas
particulares, tales como el fenómeno de desgaste profesional, el fenómeno
de “Burnout”, la “Victimización Vicaria”, el “Desorden de Estrés
Post-traumático Secundario”,el “Estado de Extenuación Emocional”, 73
(Claramunt, 1999) y el “Desgaste por Empatía” (Cazabat, 2000)
(Arredondo, 2007, pp. 90 – 91).
Estas manifestaciones están muy asociadas a “efectos particulares
del trabajo en problemáticas complejas sufridos por los operadores
psicosociales, incluyendo en la caracterización - con distinto énfasis - del
nivel de efectos en el marco individual (baja anímica, sensación de fatiga,
desmotivación, etc.); en el marco del compromiso laboral (falta de deseo
de ir a trabajar, deserción y rotación laboral, entre otros); en el marco
del trabajo de equipo (aumento de conflictos interpersonales, rigidización
de procesos de toma de decisiones y enfrentamiento de problemas, entre
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

otros), y en el marco de la obtención de resultados del trabajo realizado


(baja productividad, aumento de errores en procedimientos, entre otros).
De esta forma, se da cuenta de la relevancia que este tipo de fenómenos
descritos tiene para el enfrentamiento de las problemáticas sociales con que
se trabaja, presentándose en la actualidad diversas líneas de investigación-
acción, desde las mismas disciplinas psicosociales que recogen este eje de
análisis, generando propuestas concretas para su consideración. Es en este
sentido, en que se ha acuñado un concepto específico que representa el
núcleo de las diferentes estrategias de enfrentamiento de las problemáticas
de desgaste profesional descritas, y es el concepto de Autocuidado de los
equipos psicosociales”. (Arredondo, 2007, p. 92).

6.1. Aspectos a considerar a nivel individual


A nivel individual, una de las principales preocupaciones es el
desarrollo de malestares clínicamente significativos como el síndrome
de quemarse por el trabajo o también conocido como Burnout, el cual
se define como una respuesta al estrés laboral crónico, integrado por
actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja
y hacia el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse
emocionalmente agotado. (Gil-Monte, 2002).
Esta respuesta ocurre con frecuencia en los profesionales de la salud y,
en general, en profesionales de organizaciones de servicios que trabajan
en contacto directo con los usuarios de la organización. Desde un enfoque
psicosocial, el fenómeno ha sido conceptualizado como un síndrome
de baja realización personal en el trabajo, agotamiento emocional y
despersonalización. Por baja realización personal en el trabajo, se entiende
la tendencia de los profesionales a evaluarse negativamente, y de forma
especial esa evaluación negativa afecta la habilidad en la realización del
trabajo y la relación con las personas que atienden. Los trabajadores se
sienten descontentos consigo mismos e insatisfechos con sus resultados
laborales. El agotamiento emocional alude a la situación en la que los
trabajadores sienten que ya no pueden dar más de sí mismos a nivel
74 afectivo (Gil-Monte, 2001).
Una de las definiciones más acertadas es la postulada por Farber (1983)
donde explica la relación del burnout con el ámbito laboral:
El Burnout es un síndrome relacionado con el trabajo. Surge por la percepción
del sujeto de una discrepancia entre los esfuerzos realizados y lo conseguido.
Sucede con frecuencia en los profesionales que trabajan cara a cara con
consultantes necesitados o problemáticos. Se caracteriza por un agotamiento
emocional, falta de energía, distanciamiento y cinismo hacia los destinatarios,
sentimientos de incompetencia, deterioro del auto concepto profesional,
actitudes de rechazo hacia el trabajo y por otros diversos síntomas psicológicos
como irritabilidad, ansiedad, tristeza y baja autoestima (p. 23).

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
Según Aranda (2006) la palabra “burnout” es un término anglosajón
que significa estar quemado, desgastado, exhausto y perder la ilusión por el
trabajo. Este término data de 1974 por el psiquiatra Herbert Freudemberg
quien trabajaba en una clínica para tratar toxicómanos en Nueva York
(Moriana y Herruzo, 2004; Gil-Monte, 2002a; Ordenes, 2004).
Dentro de los desencadenantes del síndrome, según Gil Monte y Peiró
(1997), está la combinación de variables físicas, psicológicas y sociales.
Las personas que pueden estar afectadas son profesionales en los que
inciden especialmente estresores como la escasez de personal, que supone
sobrecarga laboral, trabajo en turnos, trato con usuarios problemáticos,
contacto directo con la enfermedad, con el dolor y con la muerte, falta de
especificidad de funciones y tareas, lo que supone conflicto y ambigüedad
de rol, falta de autonomía y autoridad en el trabajo para poder tomar
decisiones, rápidos cambios tecnológicos, etc.
El Síndrome de Quemarse por el Trabajo (SQT) (burnout) es un riesgo
laboral, de carácter psicosocial, que ha cobrado gran relevancia en las
últimas décadas entre los profesionales del sector servicios que atienden a
personas, y en especial en determinados colectivos, como los profesionales
de la salud (Ortega y López, 2004).
Según Carlotto y Câmara (2006), citados por Benevides-Pereira
(2002), el síndrome actualmente, es considerado un problema social de
extrema relevancia y estudiado en diversos países.
Para Moreno-Jiménez y cols. (2002, p. 12) “actualmente el estudio
del burnout se presenta como un elemento de gran relevancia dentro del
contexto de la prevención de los riesgos laborales y del análisis de las
condiciones de trabajo”. Además el síndrome encuentra cada vez más
protagonismo en la literatura médica, no solamente en la psiquiatría sino
también en la medicina laboral, psicosomática y en la clínica médica.
(Vieira y cols., 2006).
A continuación se expondrán algunos aspectos relativos al estrés
laboral y crónico y su relación con el síndrome de Burnout:
El estrés señala una variedad de situaciones y reacciones que reflejan 75
tres enfoques: a) estrés como un estímulo, b) estrés como una respuesta
y c) como producto de relaciones o transacciones entre el sujeto y su
ambiente (Omar, 1995). El estrés como estímulo, está enfocado en los
eventos que ejercen presión sobre el sujeto (Lazarus, 2000). Situaciones
traumáticas extraordinarias o sucesos vitales importantes, producirán
cambios fundamentales en la vida de las personas y exigirán un reajuste
(Cano, 2002); dichos acontecimientos se enmarcan en la muerte de un ser
querido, separación, enfermedad, accidentes, despido laboral, problemas
en la economía, entre otros. Entonces, el estrés es una respuesta que se
manifiesta en cambios fisiológicos, reacciones emocionales y cambios
conductuales relacionados con el estrés como respuesta enfocando su
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

reacción en respuesta adaptativa del sujeto ante la presión, esta respuesta


lleva a cambios físicos, hormonales y biológicos, permitiendo responder
adecuadamente a las demandas externas (Slipak, 1996).
El tercer enfoque define el estrés como las transacciones que realiza
el sujeto con el ambiente; teniendo en cuenta que el estrés según Lazarus
(2000), es el resultado de la relación entre el individuo y el entorno,
cuando el individuo evalúa al entorno como amenazante, ya que desborda
sus recursos y pone en peligro su bienestar, se produce como consecuencia
de un desequilibrio entre las demandas del ambiente (estresores internos
y externos) y los recursos disponibles del sujeto como afrontamiento,
produciendo reacciones adaptativas de movilización de recursos, ante
el estrés desarrollándose emociones negativas como la ansiedad, ira y
depresión (Cano, 2002).
Posteriormente Lazarus y Folkman (1986), desarrollaron el modelo
de evaluación que el sujeto realiza de su entorno y el grado de amenaza,
definiendo el estrés como el resultado de una relación entre el sujeto y
su entorno, evaluado desde el individuo en su medio vs. las capacidades
personales para afrontarlo.
Asimismo, señalan que hay ciertas características que determinan
una situación estresante como son: el cambio o novedad, la falta de
información, la no predictibilidad o incertidumbre, ambigüedad, duración
y significación para la persona; estos estresores pueden aparecer en
diferentes contextos, familiar, laboral y social. Los autores definen el
afrontamiento como “ aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales
constantemente cambiantes que se desarrollan para manejar las demandas
específicas externa y/o internas que son evaluadas como excedentes o
desbordantes de recursos del individuo” (pág.164). Sin embargo, otros
autores coinciden en definirlo como una serie de respuestas cambiantes de
tipo cognitivo o conductual, que inicia un sujeto ante una situación, que
considera amenazante, pero que no tiene que ser necesariamente exitosa
en el manejo de la situación, sino que el objetivo puede ser manejar la
respuesta al estrés (Gil-Monte y Peiró, 1997).
76
6.2. Estrés laboral
Las circunstancias y exigencias del mundo actual, demanda de las
personas mayor grado de flexibilidad, adaptación a nuevas circunstancias;
los cambios repentinos, las contrariedades y exigencias que cotidianamente
deben enfrentar las personas, propician estar sometido al estrés y sus
posibles consecuencias negativas (Rodríguez, Roque y Molerio, 2003). El
estrés laboral aparece como la consecuencia del contenido o la intensidad
de las demandas laborales, o por los problemas de índole organizacional,
que el trabajador comienza a experimentar, vivencias negativas asociadas
al contexto laboral, entre las que se destacan: apatía por el trabajo,

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
astenia, dificultades en las relaciones interpersonales, disminución en el
rendimiento laboral, tristeza, apatía, depresión, síntomas psicosomáticos
que pueden llegar a generar la aparición de determinados trastornos
psicofisiológicos, al igual que marcada insatisfacción laboral (Rowshan,
1997 citado por Rodríguez y col. 2003).
Teniendo en cuenta a Slipak (1996), los factores de estrés a los que
están sometidos los trabajadores son de dos tipos: estresores extra-
organizacionales y estresores organizacionales; los primeros comprenden
los factores familiares, políticos, sociales y económicos que inciden en el
individuo, entretanto, se ha establecido que la inadecuada interconexión
hogar-trabajo, genera conflictos psicológicos y fatiga mental, falta
de motivación y disminución de la productividad y detrimento en la
relación conyugal y familiar, así mismo la historia de un país, la situación
económica y social inciden de manera directa sobre el individuo y su
desempeño laboral.
De otro lado los factores organizacionales corresponden a las
condiciones físicas del trabajo y a los factores individuales grupales y
organizacionales específicos, entre ellos la luz muy brillante o falta de
luz, ruido excesivo, aire contaminado alta o baja temperatura, falta de
saneamiento básico, inadecuadas condiciones se seguridad y diseño
anti ergonómico del lugar de trabajo. Para precisar se detallan algunos
factores:

6.2.1. Luz y Ruido


La luz inadecuada puede hacer la tarea más difícil e incluso imposible
de terminar y puede dar como resultado la sensación de ojos cansados
y producir migrañas, también puede aumentar el nivel de frustración y
la tensión, además de disminuir el desempeño; respecto al ruido, la alta
exposición al ruido puede interferir con la concentración y sobrepone a
la verbalización interna usada al pensar y dirigir acciones, siendo fuente
de fatiga e irritación, disminuyendo la capacidad de concentración y
resolución de problemas, además de inducir trastornos del sueño.
77
6.2.2. Ambigüedad y conflicto de rol. Factores asociados
Información imprecisa en cuanto a las tareas a cumplir, tanto en lo
referente a las metas por lograr, métodos y recursos a usar, cómo hacerlo
en lo que se refiere a normas y políticas de la organización, explícitas
o implícitas, son variables que generan incertidumbre en el trabajo.
Cuanto mayor sea el grado de ambigüedad, mayor será el estrés inducido,
los dobles mensajes de los jefes, los cambios de órdenes son algunos
ejemplos de ambigüedad del rol. En el conflicto de rol la información es
contradictoria, opuesta a los valores del individuo, generando resistencia
en el sujeto hacer lo que se le pide, por estar en contra de sus valores o por
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considerar que no corresponde a su rol.

6.2.3. Sobrecarga y falta de trabajo


La sobrecarga aparece cuando se producen discrepancias entre la
capacitación profesional y las exigencias del trabajo, la sobrecarga
cualitativa se presenta si se “tiene demasiado que hacer”; o en el extremo
“poco que hacer” también constituye un estresor, generando ansiedad,
depresión, aburrimiento, lo ideal es el equilibrio entre las exigencias de la
organización y la capacidad de los integrantes.

6.2.4. Falta de pertenencia


Algunas veces la elevada rotación en la tarea genera un sentimiento de
falta de pertenencia, que luego se puede traducir por una falta de interés
en el trabajo a realizar y una escasa identificación con la organización.

6.2.5. Estilos gerenciales


El liderazgo autoritario o la excesiva tolerancia deterioran el clima
laboral, ello configura una inadecuada división y supervisión de tareas,
la función gerencial constituye uno de los puntos neurálgicos de la
organización, a tal punto, que la modalidad predominante de la persona
que está al frente puede trasladarse al resto de la organización como forma
de operar habitualmente.

6.2.6. Grado de contacto con otras personas


Se refiere a la cantidad y la clase de contacto de un profesional con sus
usuarios, este contacto puede proporcionar grandes satisfacciones, pero es
emocionalmente muy exigente, de tal forma que entre más tiempo se le
dedica mayor es el riesgo de agotamiento emocional.

6.2.7. Sentimientos y conductas de los usuarios


78 Los pacientes pueden estar alterados emocionalmente y reaccionar
de manera negativa ante la interacción, expresándole, al profesional ira
injustificada o miedo.
La exposición a situaciones de estrés, no es en sí mismo, algo que
conlleve efectos necesariamente negativos, sólo cuando las respuestas
de estrés son excesivamente intensas, frecuentes y duraderas, pueden
producir diversos trastornos en el organismo. En los momentos iniciales,
estos trastornos son relativamente leves, lo cual se debe a que antes de
que se desarrolle un trastorno importante, el organismo emite señales que
permiten ponerse en guardia y prevenir el desarrollo de problemas más
importantes. (Valdés, 1995 citado por Rodríguez y col. 2003) entre los

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
principales efectos se destacan:
• Fisiológicos. Aumento de la tasa cardíaca, cambio en la presión
arterial, sudoración, cambios en el ritmo respiratorio, tensión
muscular e incremento en los niveles de azúcar en la sangre,
inhibición del sistema inmunológico, dificultad para respirar,
sensación de nudo en la garganta, sequedad en la boca y dilatación
de pupilas.
• Cognitivos. Dificultad para la toma de decisiones, sensación de
confusión, incapacidad para concentrarse, dificultades para dirigir
la atención, sentimiento por la falta de control, desorientación,
olvidos frecuentes e hipersensibilidad a la crítica.

6.3. Aspectos a considerar a nivel colectivo

Trabajo en Equipo
Indicadores de problemáticas para el trabajo en equipo (Tomado de
Manual de Orientación para la reflexividad y el autocuidado. Dirigido a
Coordinadores de Equipos Psicosociales de los Programas del Sistema de
Protección Social Chile Solidario)

Desconfianza: Los miembros de un equipo donde no hay confianza...


• Se ocultan mutuamente sus debilidades y errores, ante el temor de
la descalificación y la evaluación negativa.
• Vacilan antes de pedir ayuda o compartir impresiones constructivas.
• Vacilan antes de ofrecer ayuda fuera de sus propias áreas de
responsabilidad.
• Llegan a conclusiones acerca de las intenciones o aptitudes de otros
sin tratar de aclararlas.
• No reconocen ni examinan mutuamente las capacidades y
experiencias. 79

• Pierden tiempo y energía controlando su conducta para impresionar


de un modo determinado que implique aceptación.
• Ocultan los resentimientos, no saben valorar la crítica constructiva.
• Evaden las reuniones e instancias de encuentro y buscan razones
para evitar pasar tiempos juntos.

Abordaje del conflicto: Los equipos que temen el conflicto...


• Tienen reuniones más bien monótonas y rutinarias.
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• Crean un ambiente propicio para la lucha por el poder y los ataques


personales.
• Ignoran temas polémicos que son decisivos para el éxito del equipo.
• No se interesan tanto por las opiniones y perspectivas de los
miembros del equipo.
• Pierden tiempo y energía en fingimientos y en evitar el riesgo en las
relaciones interpersonales.

Falta de compromiso: Un equipo que no se compromete...


• Se plantea ambiguamente frente a la dirección y las prioridades.
• Pierden oportunidades debido al excesivo análisis y la innecesaria
postergación.
• Alimenta la ausencia de confianza y el temor al fracaso.
• Vuelve una y otra vez a las mismas discusiones y decisiones, sin
perspectivas de resolución.
• Alienta la suspicacia en los miembros del equipo.

Asunción de responsabilidades: Un equipo que evita la obligación de


pedir responsabilidades...
• Crea resentimiento en miembros que tienen diferentes estándares
de rendimiento.
• Alienta la mediocridad, el rendir a medias.
• No cumple con las fechas límite ni con cumplimientos clave.
• Pone sobre los hombros del líder un peso indebido como única
fuente de disciplina.

80 Enfoque en los resultados: Un equipo que no se enfoca en los resultados...


• Se estanca, no crece.
• Muy pocas veces alcanza y supera desafíos conjuntos.
• Se pierde la orientación al logro.
• Alienta a sus miembros a enfocarse en sus propias carreras y metas
individuales.
• Se distrae fácilmente con datos anexos.

En la medida que estos ámbitos se presentan de este modo en los


equipos profesionales, surgen dinámicas en los equipos caracterizadas

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
por:
• Diferencias, distorsiones, ruidos y confusiones en los modos de
comunicación entre sus miembros.
• Debilitación de una noción compartida de misión, tarea y objetivos
de trabajo conjunto.
• Tendencia más bien a la desintegración grupal, constituyéndose sub
grupos a partir de afinidades y coincidencias de opinión, enfoque o
estilos de algunos de sus miembros.
• Desarticulación y descoordinación en el trabajo conjunto.
• Disminución de la mutua valoración personal- profesional frente
a criterios enfocados a nociones cuantitativas y de resultados, más
que de procesos y relaciones.

6.4. Nociones sobre autocuidado profesional. Perspectiva


Bio - psico social

6.4.1. Corporalidad
La corporalidad es la experiencia individual que cada persona tiene de
su propio cuerpo, experiencia por lo tanto variable y particular. El cuerpo
es la sede de la experiencia del crecimiento, dolor y placer, sensaciones
y emociones. Todas las experiencias y vivencias del sujeto afectan
directamente su corporalidad. Ahora bien, si se visualiza la corporalidad
desde una perspectiva sistémica, nuestro cuerpo al igual que un sistema,
se mantiene en un determinado estado, momento a momento en nuestra
vida, considerando cómo se están relacionando sus componentes y cómo
el cuerpo se relaciona con su entorno. Se puede afirmar entonces, que
la mantención de nuestro cuerpo como sistema, depende de mantener
en él, la propiedad del equilibrio como base del bienestar corporal: el
equilibrio interno y el equilibrio externo o con su entorno. Este equilibrio
lo procuramos para cada uno en diversa medida, con mayor o menor
conciencia de ello, lo que depende de cómo es que en nuestra experiencia 81
de conexión con el propio cuerpo estamos atentos a nuestras sensaciones
corporales y cómo actuamos en coherencia con estas sensaciones en una
perspectiva de brindarnos bienestar cotidiano.
6.4.2. Dimensiones personales
Integrar y practicar una noción y sentido de autocuidado pasa
necesariamente porque, en primer lugar, el profesional reflexivo se
reconoce integradamente en al menos siete (7) dimensiones que lo
constituyen como persona:
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• Su corporalidad, ante la cual puede desarrollar una conexión y un


reconocimiento consciente, que le permita identificar en sí mismo
sus propias áreas de bienestar y malestar y las fuentes (externas e
internas) de las mismas.
• Su mundo afectivo- emocional, que abarca toda la gama de
sentimientos y modos de emocionar: se refiere a los modos de sentir.
• Su dimensión cognitivo- intelectual, a partir de la cual configura
con sentidos su ser, su vida y su mundo o realidad: se refiere a los
modos de pensar.
• Su dimensión conductual- comportamental, que alude a los propios
estilos de expresión no verbal y verbal: se refiere a los modos de
actuar.
• Su historia, que implica reconocer la propia ontología.
• Su contexto (ambiental, cultural, social), en que se reconozca
situado en un cierto lugar y con otros, con quienes comparte un
sentido de comunidad.
• Su ámbito relacional, que alude a los modos de relacionarse y
establecer vínculos con otros.
Desde el reconocimiento básico de estas siete (7) dimensiones, es
posible disponerse a reflexionar y a aprender, se puede avanzar en fundar
una noción y práctica de autocuidado, y por ende en la concepción de
salud y bienestar.

6.4.3. Concepto de Autocuidado


El autocuidado se refiere a las prácticas cotidianas y a las decisiones
sobre ellas, que realiza una persona, familia o grupo para cuidar de su
salud; estas prácticas son ‘destrezas’ aprendidas a través de toda la vida,
de uso continuo, que se emplean por libre decisión, con el propósito de
fortalecer o restablecer la salud y prevenir la enfermedad; ellas responden
82 a la capacidad de supervivencia y a las prácticas habituales de la cultura a
la que se pertenece (Tobón, 2003).
El autocuidado es una función inherente al ser humano e indispensable
para la vida de todos los seres vivos con quienes interactúa; resulta del
crecimiento de la persona en el diario vivir, en cada experiencia como
cuidador de sí mismo y de quienes hacen parte de su entorno. Debido a
su gran potencial para influir de manera positiva sobre la forma de vivir
de las personas, el autocuidado se constituye en una estrategia importante
para la protección de la salud y la prevención de la enfermedad.

6.4.4. Concepto integrado de salud


En 1986 se efectuó en Ottawa la primera reunión oficial de la

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Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre promoción de la salud,
y en la declaración final se concluyó que: “La salud es un estado de
completo bienestar físico, mental y social y no meramente la ausencia de
enfermedad o de minusvalía. La salud es un recurso de la vida cotidiana,
no el objetivo de la vida. Es un concepto positivo que subraya los recursos
sociales y personales así como las capacidades físicas”.
La OMS ha propuesto recientemente el siguiente significado de salud
mental: “... un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta
de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la
vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una
contribución a su comunidad” (OMS, Ginebra, 2004).
En este sentido positivo, la salud mental es la base para el bienestar y
el funcionamiento efectivo de un individuo y una comunidad. Es mucho
más que la ausencia de enfermedad mental, ya que las condiciones y
capacidades mencionadas en la definición, tienen valor por sí mismas. Ni
la salud física ni la salud mental pueden existir solas. El funcionamiento
de las áreas mentales, físicas y sociales son interdependientes. La salud
es un estado de balance incluyendo el propio ser, los otros y el ambiente
(OMS, Ginebra, 2004).
La salud mental de cada persona puede verse afectada por factores y
experiencias individuales, la interacción social, las estructuras y recursos
de la sociedad, y los valores culturales. Está influenciada por experiencias
de la vida diaria, experiencias en la familia y la escuela, en las calles y
en el trabajo. La salud mental de cada persona afecta a su vez la vida de
cada uno de estos dominios y por lo tanto, la salud de una comunidad o
población.

6.4.5. Estrategias de autocuidado profesional desde la perspectiva


individual

6.4.5.1. Salud Física


83
a. Alimentación
Composición: alude a procurar, en lo posible con asesoría médica, una
dieta variada, balanceada y equilibrada, que se componga de carbohidratos,
proteínas, frutas, verduras, legumbres, lácteos, grasas, fibra y semillas.
Cantidad: aquí un principio básico de auto evaluación es conectarse con
el cuerpo y distinguir entre la propia sensación de sentirse “satisfecho”,
en que se puede decir que se ha superado la sensación de hambre con
una cantidad suficiente de alimento, y “estar saciado” que conlleva una
sensación de “pesadez” en el estómago. Criterios más precisos de cantidad
deben ser supervisados por un especialista.
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Horarios: implica una disciplina personal frente al ordenamiento de los


horarios para desayuno, almuerzo y cena, horarios que pueden alterarse en
un contexto de falta de manejo de exigencias de otras actividades que
coincidan en horario con los de comida. Existen aquí también criterios
médicos.

b. Actividad física cotidiana


A un nivel que supere la posibilidad del sedentarismo, que puede
incluir el caminar, ejercicios, deporte, baile, entre otras actividades.

c. Recreación
Espacios de esparcimiento, actividades artísticas- culturales, salidas,
paseos.

d. Prevención de consumos desestabilizantes


Evitar el consumo desproporcionado desustancias tales como tabaco,
alcohol y drogas.

6.4.5.2. Salud Mental


a. Área cognitiva
Desarrollar actividades de resolución, estimulación, tales como
lectura, escritura de un diario de vida, juegos de mesa, de ingenio,
entre otras actividades.

b. Área afectiva – relacional.


Implica en primer lugar el mantener un nivel de comunicación con
personas con vínculos importantes (familia, amistades, compañeros
de trabajo) tal que la expresión de afectos y el procurar la resolución
constructiva de conflictos sea siempre posible. En segundo lugar,
realizar actividades tales como relajación, meditación u otras que
84 conlleven al cuerpo el alivio a tensiones o malestares.

c. Área conductual
Sobre la base del cuidado de las dos dimensiones anteriores, desarrollar
una disposición de auto observación para el manejo y auto control de
las propias conductas, actitudes y modos de expresión con otros.
La base de estas consideraciones es un enfoque de autocuidado y
prevención, en el que es la persona quien asume, responsable, consciente
y voluntariamente un modo de vida basado en hábitos y prácticas tales
que, la propia salud es vista como dependiente de sí mismo y no de un
tercero, el cual será un profesional a quien se le consultará a modo de
apoyo o ayuda para aprender, cómo mejorar las propias estrategias de

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
autocuidado, ya sea mediante asesorías, herramientas, medicamentos, etc.
En términos generales, se sugiere procurarse en lo posible, de apoyo
especializado (médico, terapéutico), incluso si la persona evalúa su propio
estado como saludable, por ejemplo, realizándose un chequeo médico
completo a lo menos una vez por año, y un chequeo dental cada seis
meses. Esto, debido a que muchos de los procesos físicos y mentales que
desembocan en estados de enfermedad, se desarrollan en ocasiones sin
una clara manifestación de síntomas, o bien si éstos se dan, puede ocurrir
que la persona afectada no repare en ellos como señales de enfermedad.
Es necesario asumir entonces, el desarrollo de un modo de vida desde un
enfoque de autocuidado y prevención como un proceso de aprendizaje
constante e interminable, para toda la vida.

6.4.5.3. Estrategias de autocuidado profesional desde la perspectiva de


grupo
a. Cohesión grupal en torno a un sentido compartido de tarea
Se comparte una noción de grupo, basada en la constitución como
tal, a partir de un sistema de vínculos de mutuo reconocimiento, en
torno a un sentido compartido sobre la misión que los convoca, lo
cual constituye el trasfondo de la labor de apoyo psicosocial. Estas
nociones son constitutivas a su vez de una noción de encuadre de la
labor de apoyo psicosocial, que consiste en las expresiones concretas,
en que se manifiesta la realización de ese sentido compartido. Por
ejemplo, un sentido de apoyo psicosocial basado en el favorecimiento
de la autonomía, empoderamiento, resiliencia y movilización de las
personas que se apoya, define un encuadre de la labor de apoyo en
la forma de una construcción de un vínculo de apoyo psicosocial,
coherente con los sentidos antes mencionados. En la medida que
sentido y encuadre se comparten en el equipo, se contribuye a sumar
cohesión grupal.

b. Comunicación fluida y directa


En el equipo deben existir canales y formas expeditas y claras para 85
los diversos flujos de comunicación, tanto formales como informales.
Como parte del recurso comunicativo de un equipo está la capacidad
de meta comunicar, es decir, de realizar una operación recursiva del
comunicar. Esto se refiere a la capacidad de comentar, de opinar,
desde un estatus de observador consciente y reflexivo, acerca de
los contenidos y las dinámicas de comunicación que se establecen
entre sus integrantes, de modo que de esta forma se evitan los malos
entendidos, los “ruidos”, las distorsiones, los mensajes implícitos, los
dobles discursos, y las inconsistencias o incongruencias entre lo dicho
y la forma.
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

c. Auto conocimiento de equipo, y mutuo conocimiento entre sus


integrantes
Esto se refiere a que un equipo puede ser capaz de conocerse y
reconocerse en sus características compartidas en conjunto, tanto
como en las características de cada uno de sus integrantes. El equipo
puede distinguir cuáles son sus atributos positivos o recursos y cuáles
son sus debilidades, así como también se da un mutuo reconocimiento
de sus integrantes con base en el conocimiento de sus características
positivas, como de las debilidades, en donde los demás integrantes se
plantean desde una perspectiva de apoyo frente a ellas.

d. Disposición a la mutua contención y apoyo


El equipo es consciente en su conjunto de la naturaleza y particularidad
de su labor, en tanto se aborda un fenómeno complejo, diverso y
dinámico, que conlleva riesgos de desgaste profesional. Ante esto,
los equipos pueden desarrollar la capacidad de estar atentos, tanto
el Coordinador como los demás integrantes, a procurarse espacios
de apoyo y contención especialmente en casos emergentes que lo
requieran.

e. Apertura al apoyo de redes externas


Para asegurar la viabilidad de la labor de los equipos de apoyo
psicosocial, es necesario contar con redes de apoyo circundantes,
referidos a los temas que el equipo aborda con sus usuarios, así como
contar con instancias de intercambio en temas de desarrollo profesional
de sus integrantes.

f. Apertura a la asesoría y capacitación externa


Se cuenta con una disposición permanente, sobre la base de
evaluaciones constantes acerca del trabajo realizado por periodos,
a especificar necesidades de capacitación y perfeccionamiento
profesional tendientes a mejorar tanto la efectividad de la labor, como
86 el fortalecimiento y cuidado de los integrantes del equipo.

g. Desarrollo colaborativo de estilos de liderazgo constructivos


El estilo de liderazgo más pertinente, es aquel que combina capacidades
de conducción, orientación, delegación, distribución y colaboración
por parte del coordinador del equipo, junto con una disposición de todo
el equipo a recibir dicha coordinación y compartir responsabilidades
mutuas desde la colaboración entre todos. Por cierto, que esto requiere
un encuadre claro, de los roles de coordinación y de los profesionales
que ejecutan el servicio de apoyo psicosocial.

h. Capacidad de crítica y auto crítica constructiva

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
Un equipo que se dispone a avanzar en la optimización de su labor,
está dispuesto en conjunto a mirarse en su práctica y en su propio
enfoque, reconociendo aspectos fuertes y deficitarios con un ánimo
constructivo, en una perspectiva de crecimiento y no de evaluación
negativa, de modo que se hace posible mirarse desde los encuadres
positivo y negativo siempre en una perspectiva constructiva, de
mejoramiento y avance.

6.4.6. Modelos de Auto Cuidado Profesional (AC)

6.4.6.1. Modelo de AC desde la perspectiva del afrontamiento a través del


apoyo social. Tonon (2003)
Desarrolla este modelo, una forma de afrontar el síndrome del burnout
en profesionales dedicados a servicios y ayuda a otros, a través del Apoyo
Social en el trabajo. Entendiendo por Apoyo Social “todo proceso de
transición interpersonal proveniente de los recursos sociales naturales o
redes sociales de pertenencia, que potencian y favorecen el bienestar de
los agentes implicados” (Martínez, García & Maya, 2000 citado en Tonon,
2003). Es posible identificar tres tipos de apoyo: emocional, instrumental
e informacional. El primero, se expresa en el sentimiento de ser amado, de
poder contar con alguien, de poder ser escuchado. El segundo, consiste en
la prestación de ayuda directa o de algún servicio; y finalmente, el tercero,
consiste en brindar información, consejo y/o guía para la resolución de
los problemas. El apoyo social se materializa en el trabajo en las redes de
apoyo social. Las redes sociales conforman el principal sistema de apoyo
natural que tiene una persona. El apoyo social, en el trabajo, aumenta la
realización personal en el trabajo, disminuye el agotamiento emocional y
mejora las actitudes y conductas negativas del sujeto hacia los demás (Gil
Monte & Peiró, 1997 citado en Tonon, 2003). Este apoyo puede provenir
de diferentes fuentes: los compañeros de equipo, los grupos informales y
hasta los jefes. En el contexto laboral es importante diferenciar la red de
apoyo que conforman los otros miembros de la organización con quienes
el profesional comparte el espacio de trabajo cotidiano, de los amigos con 87
quienes pudiera contar.
Esta forma enuncia estrategias generales para abordar el problema del
burnout, las cuales se sustentarían en la conceptualización de apoyo social
y su operativización a través de las redes de apoyo social, concretamente
laborales (Gil Monte & Peiró, 1997 citado en Tonon, 2003):
• Revisar las modalidades de trabajo cotidiano.
• Rediseñar las tareas.
• Distanciamiento mental del trabajo fuera del horario laboral.
• Contar con momentos de descanso en el trabajo.
Atención a víctimas del conflicto armado interno - Módulo 3 - Psicología y Acompañamiento a Víctimas

• Fijarse objetivos de trabajo, reales y posibles de alcanzar.


• Aumentar la competencia profesional a partir del desarrollo de la
capacitación.

6.4.6.2. Modelos de AC de Morales y Lira


En relación a los equipos psicosociales que abordan el maltrato,
Morales y Lira (2000) han sistematizado una experiencia en Chile que
intenta dar cuenta de una “receta de AC” formulada desde estos mismos
equipos, aplicando un taller de trabajo a cuarenta personas representantes
de diversas regiones del país. Cabe destacar, que ya se había realizado esta
misma experiencia en contextos institucionales y culturales muy distintos,
tales como Perú (1997), Turquía (1996) y Angola (1998).
Con base en la recopilación de Talleres de Trabajo en los distintos
contextos señalados, se logran identificar cuatro Modelos de AC (Morales
& Lira, 2000):

a. Modelo de Reivindicación Institucional


Enfatiza en las condiciones institucionales en que se desempeña la
labor del equipo. Dentro de éstas se encuentran: déficit de condiciones
institucionales, escasa infraestructura física, inestabilidad laboral,
bajos salarios, ausencia de previsión y salud para los trabajadores del
equipo.

b. Modelo de Identidad Social


Se refiere a todos aquellos aspectos que hacen referencia al rol
adjudicado y/o adjudicable, tanto a los programas que trabajan
en situaciones de violencia como a las identidades gremiales y/o
profesionales de sus componentes. Dentro de éstas, se encuentran las
necesidades de diferenciación y reconocimiento del valor de la labor
realizada del programa frente a la institucionalidad, la diferenciación
al interior del equipo por profesión y experiencia.
88
c. Modelo de Impacto Emocional
Se refiere a todos aquellos aspectos transferenciales y contra
transferenciales del trabajo con personas afectadas por la violencia,
que implica el manejo y cuidado respecto de las emociones de los
terapeutas. Dentro de éstas, se encuentra la necesidad de legitimar
los sentimientos rabiosos hacia los usuarios, dar cuenta de las
agresiones que los usuarios ejercen hacia los interventores y equipos,
las dificultades de contención del sufrimiento y los límites de ésta,
y todo aquello que algunos han llegado a denominar traumatización
secundaria.

Afectaciones de las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia – Adriana Espinosa , Angela Tapias
d. Modelo de Sociabilidad
Se refiere a los aspectos lúdicos, sociales y recreativos del equipo.
Dentro de éstos, se encuentran la necesidad de establecer espacios y
ritos de esparcimiento y, fundamentalmente, de pertenencia grupal a
la vida informal del equipo, como participación en los cumpleaños,
apoyo en situaciones sociales o de salud de familiares del profesional,
celebraciones, que a veces gatillan la disolución de límites o las
autolimitaciones.

6.4.6.3. Modelo organizativo de programa de AC de profesionales


En términos operativos, Jorge Barudy (1995) hace mención a este
modelo, generado a partir de su participación en experiencias de equipos
que han generado estrategias de auto cuidado. Este tipo de programa se
basa en dos recursos fundamentales:
• El Altruismo Social
• La Organización en Redes. La eficacia y la competencia profesional
dependen de la capacidad de éstos de organizarse en redes. El
desarrollo de redes profesionales sanas debe ser considerado
también como instrumento básico para evitar la fatiga profesional.
Las características de una red profesional que garantiza el AC de
sus miembros son:
- Coherencia Interna: mantención de su coherencia como
organismo complejo, a pesar de las múltiples dificultades que la
tarea le impone.
- Plasticidad Estructural: la flexibilidad permite seguir
desarrollando la tarea en forma coherente, a pesar de la
complejidad y heterogeneidad de las situaciones de maltrato, así
como la de las familias que lo producen.
- Capacidad de asociación: el ser humano es capaz de crear
comportamientos asociativos, que organizados en forma
ritualizada permiten mantener esta asociación en forma 89
permanente y, al mismo tiempo, lograr producir palabras
y discursos destinados a crear un sentido de pertenencia y
cohesión, generando así un sentimiento de equipo y permitiendo
mantener al grupo organizado a largo plazo, alrededor de una
tarea.
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en Mayo de 2013, bajo el Sello Editorial de
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