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UNA HISTORIA DE LA CALLE

Si bien los noticieros tienden a concentrarse en los acontecimientos grandes y espectaculares,


en realidad, los bomberos actúan a diario para combatir literalmente cientos de incidentes con
materiales peligrosos. Estos incidentes no suelen obtener demasiada atención porque son
pequeños y porque se los logra solucionar utilizando un mínimo de los recursos del
departamento. Ejemplos comunes de ello son las pérdidas de gas natural y los derrames de
líquidos combustibles e inflamables.

En la comunidad HAZMAT (“materiales peligrosos”) tenemos un viejo dicho, según el cual


“los diez primeros minutos de un incidente son los que determinarán el tono de la primera
hora”. Claramente, la acción—o la inacción— de los primeros respondedores en llegar es lo
que determinará la gravedad de la situación. Puedo recordar dos incidentes de mi carrera que
convalidan esa afirmación.

En el primero, un autobomba fue a investigar una llamada que informaba sobre un líquido
desconocido que estaba derramado en una autopista. Al llegar, el oficial del autobomba
encontró un líquido rojo muy viscoso derramado a lo largo de un vasto tramo de la carretera,
que aparentemente había caído de la parte trasera de un camión con acoplado. Al desconocer
la identidad y los riesgos potenciales del líquido, el oficial solicitó que una unidad HAZMAT se
presentara en la escena y brindara su colaboración. Empleando su equipo de monitoreo y
detección, la unidad pudo llegar a determinar que el líquido no representaba peligro alguno
para la comunidad. En realidad, ¡el líquido fue luego identificado como jarabe de fresa!
Aunque el oficial fue objeto de algunas bromas por parte de sus compañeros, claramente tomó
las decisiones acertadas para garantizar la seguridad tanto de su personal como de la
comunidad.

En el segundo incidente, un agente de policía respondió a la llamada de una cuadrilla de


trabajadores que solicitó su ayuda porque, mientras trabajaban en la carretera, en una obra
pública, descubrieron lo que parecía ser un extintor de 5 libras envuelto en cinta adhesiva par
ductos con un fusible en la parte superior.

Aunque creía que era sólo una broma, el agente igualmente solicitó que acudiera el escuadrón
de explosivos del departamento de bomberos. Después de realizar una detallada evaluación de
los riesgos y de solicitar la asistencia de un equipo HAZMAT, el escuadrón anti explosivos
determinó que lo que parecía una broma en realidad era un dispositivo explosivo. El agente de
policía nunca podrá olvidar el momento en que el escuadrón anti explosivos detonó el
dispositivo (es decir, lo hizo explotar).

En ambos incidentes, el reconocimiento y la identificación del primer respondedor determinó la


gravedad del incidente. Si no sabe qué hacer, aísle el área, no permita que nadie se acerque y
solicite ayuda.

—Una historia de la calle por Greg Noll, Consultor en Respuesta y Planificación de Emergencias,
Hildebrand, Noll Associates, Lancaster, Pensilvania.

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