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CAPÍTULO SEIS

SATURNO EN ARIES

EL PODER ARREMETEDOR EN ESPERA

El tema energético de Aries, referido al empuje exterior y al impulso


que lo mueve adelante, puede coordinarse bien con el poder organizador
y la capacidad ejecutiva de Saturno. Uno de los resultados obtenidos es
el sentido alerta y listo para llevar a cabo emprendimientos con un pro­
pósito determinado. La natural iniciativa de Aries se combina con una
medida adicional de sentido común y una estrategia de planeamiento a
largo plazo. Todos nuestros nuevos esfuerzos tienen una mejor oportu­
nidad de alcanzar resultados productivos, pero debemos sentir que es­
tamos ubicados en el asiento del conductor y que no somos manejados
por otros.
Tal vez esta sea una de las pocas posiciones de Aries que está me­
nos plagada de impulsividad, de acción apresurada o de interés propio
de corta vida. El poder que perdura no es una cualidad innata de Aries,
pero Saturno puede brindar un grado de inmutabilidad y concentración
atípicos para este signo hiperactivo y a menudo impaciente, si conscien­
temente aplicamos una medida de autocontrol, disciplina y paciencia.
Saturno le dice a Aries que aminore el paso en el proceso de su vida, a
tal punto que la acción decisiva empieza a funcionar, dejando nuestro
poder arremetedor en espera, hasta que aprendemos a cooperar efecti­
vamente con el proceso. Aries también le enseña a Saturno a enfrentar
la vida con la cabeza en alto, sin los temores o las ansiedades que son
comunes a este planeta.
El método esencial de Aries cardinal es el desgaste vigoroso de ener­
gía cruda en un intento por desplazarnos en la vida, mientras permane­
cemos imperturbables ante toda condición externa. Aries desea una
completa libertad para actuar según sus deseos e impulsos espontáneos
autogenerados, sin preocuparse, a menudo, por las consecuencias de
sus acciones. No se halla motivado a aceptar toda la responsabilidad. A
este respecto, Aries se siente notoriamente incómodo con los principios
básicos del concienzudo y deferente Saturno. La naturaleza cauta de
Saturno contrasta ampliamente con este signo impetuoso de los nuevos
principios, de los comienzos no planificados y de la respuesta obstinada
e inmediata.

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NO SE NECESITA UN JEFE
Las cualidades ambiciosas y esforzadas de Saturno son evocadas
favorablemente, debido al momento positivo del testarudo Aries, que
siempre está listo para los desafíos. Este signo puede ofrecerle al incier­
to e inseguro Saturno, la cantidad justa de coraje personal y de espíritu
pionero. El grado adicional de confianza en sí mismo y de dinámica vi­
talidad que Aries posee, nos ayuda a aprovechar, de inmediato, las opor­
tunidades que nos brinda el aquí y ahora. Así, podemos cumplir nues­
tros objetivos más serios, por medio de la acción directa y para nada
ambigua. Aries ofrece una dosis útil de fuego, para alentar al dubitativo
Saturno a que adopte una perspectiva positiva y optimista, basada en
una abierta aceptación de interés por sí mismo (normalmente, Saturno
tiene el problema de que se lo ve como un egoísta). Así, Aries condiciona
a Saturno, quien evidencia una inclinación a la negación, para que sea
directo con respecto a sus objetivos, en vez de enmascarar sus verdade­
ras intenciones. Es probable que Aries reduzca el factor de culpa en
Saturno.
Tanto Aries como Saturno sugieren que queremos sentirnos inde­
pendientes del control de la autoridad exterior y que podemos llegar a
tener una actitud "anti jefe". No hay persona o sistema social que nos
gobierne o regule incondicionalmente. Tal vez esto proviene más de
nuestro costado de Aries que de nuestro impulso de Saturno. Aun así,
dado que tanto el planeta como el signo están autocontenidos y
automotivados, es común que nos desagrade recibir órdenes de los "po­
deres que sean"; no queremos que nos controle ningún tipo de figura
paterna.
Nos va mejor cuando lanzamos un proyecto, empresa o negocio por
cuenta propia, que cuando tenemos que rendir pleitesía a los gerentes
de compañías conservadoras y establecidas, donde todos los protocolos
ya están debidamente aclarados y no puede ignorárselos. Es probable
que vivamos esta situación como un confinamiento y despertemos, fi­
nalmente, distintos grados de hostilidad en nuestro interior, producien­
do, en consecuencia, un choque con el jefe o con el directorio. De hecho,
nos sentimos incómodos con las leyes de la sociedad en general. Tal vez
no quebrantemos las reglas deliberadamente, pero es probable que nos
sujetemos a ellas a regañadientes, cuando en apariencia, se interponen
entre nuestros intereses. Si bloquean nuestros intentos impulsivos y
obstinados para hacer "lo nuestro", nos sentimos determinados a de­
fender nuestra autonomía contra el control autoritario.

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COMO UN LOBO SOLITARIO
Saturno en Aries nos enseña a hacer el intento de sostener y mane­
jar correctamente gran cantidad de esa energía que tenemos en nuestro
interior, antes de empezar a centrar la atención en el entorno. Con una
orientación tan altamente personalizada, tal vez nos sentimos extraños
e hipersensibles ante la perspectiva de proyectarnos hasta que logra­
mos una correcta integración interior. Debemos aprender a ser menos
temerosos (Saturno) para actuar nuestros impulsos vitales y subjetivos
(Aries), de lo contrario, las inhibiciones ganarán la partida. Una vez que
reconocemos haber tenido ese tipo de deseos, estamos en una mejor
posición para hallar, por fin, los modos adecuados que nos permitan
cumplirlos con toda madurez. La negación de tales impulsos los man­
tiene más allá de nuestro control consciente y bloquea su expresión.
Tanto Saturno como Aries comparten una necesidad común de hacer
las cosas solos, sin interferencias. Aquí, la idea de compartir no está tan
bien desarrollada. La inclinación natural es a actuar en soledad, acudir
a nuestras propias habilidades y hacer lo que sea necesario para evitar
la intrusión de otras personas en nuestro espacio. Esta puede ser una
de las posiciones de Saturno más fuertes, cuando se trata de la capaci­
dad para la pura supervivencia. Creemos que podemos hacer muchas
cosas por nuestra cuenta; no corremos fácilmente con la manada. Inde­
pendientemente de las circunstancias que presionan, podemos concen­
trarnos en ser quienes somos, de manera directa y sin excusas, dado
que en lo más profundo puede yacer un sólido núcleo de acerado indi­
vidualismo, bien fortificado desde el adoctrinamiento de la socialización
masiva. Pero esta actitud, a veces nos hace parecer un tanto retraídos
y puede parecer algo enajenante, por lo tanto, tal vez terminamos sin­
tiéndonos separados de los demás desde cierto punto.

CONFIAR EN EL AHORA
Aries impulsa a Saturno para que actúe en el ahora, desde una
perspectiva de pura inocencia mezclada con una urgencia primaria. Esto
resulta dificil para Saturno, el estratega, incapaz de evitar la ansiedad
que puede llegar a sentir por los resultados, a menudo impredecibles,
de la acción impetuosa. Aunque.Saturno insiste en las garantías de se­
guridad antes de iniciar una actividad, dicha seguridad resulta imposi­
ble cuando está involucrado el principio Aries. En verdad, esto es algo
bueno, porque actuar buscando siempre la seguridad, no nos pone en
contacto con nuestra verdadera entereza. Debemos superar nuestros te­
mores y dudas, y desarrollar la fortaleza interna y las convicciones que
se necesitan para enfrentar con valentía, los desafíos del mundo. En-

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tonces, podremos poner a prueba las aguas turbulentas. mientras per­
manecemos a flote.
Aries es un signo asociado con nuestra propia imagen en desarrollo.
Saturno en Aries implica una identidad bien definida y bien preservada,
que suministra la seguridad que necesitamos para no sentirnos demasia­
do amenazados y vulnerables. Este sentido positivo de identidad asegura
el amortiguador psicológico protector que buscamos. Pero aquí yace un
problema mayor para algunos, con Saturno en Aries; es el tener que lu­
char con un concepto de nosotros mismos débil y negaUvo, que sofoca la
espontánea expresión personal en los primeros años de vida.

LENTO PARA ARRANCAR


Tener a Saturno en Aries, a menudo significa que podemos llegar a
soportar muchas limitaciones personales en los primeros años de vida
y esto puede provocarnos una aguda sensación de ser inadecuados o
inseguros de nosotros mismos. Puede ocurrir que los obstáculos asfüden
nuestro inmediato deseo o voluntad, mientras vamos creciendo. Tal vez,
adoptamos una postura rígida contra los parámetros perfeccionistas
(Saturno) de conducta y comportamiento, que resultan demasiado
extenuantes y limitantes, y con los que debemos convivir. Esto puede
dar como resultado una sensación de constante frustración y desilu­
sión personales. También, el resentimiento a causa de nuestros fraca­
sos, puede ser un tema a tener en cuenta.
En caso de adoptar un enfoque inflexible o de excesiva consciencia,
tendremos la capacidad de ser demasiado duros con nosotros mismos,
respecto de nuestras deficiencias aparentes. (Saturno en Virgo parece
tener un problema similar, aunque sin los feroces choques, luchas y ba­
tallas internas que Aries remueve.) Es probable que nos subleve una
figura de autoridad, exigente e irresistible (no siempre nuest;1:o padre,
que es el progenitor Saturno tradicional), la cual nos trató con dureza o
con fría indiferencia, invalidando eficientemente la persona que fuimos.
Como resultado, tal vez no nos apoyamos o no nos alimentamos lo ne­
cesario y (con un Aries egocéntrico involucrado) podemos tornarnos
demasiado envueltos y absorbidos con tales impresiones negativas tem­
pranas, para estar en condiciones de echar una mirada objetiva hacia
nuestro interior. Si bien, tal vez, nos sentimos indefensos contra las
aparentes amenazas externas a nuestra identidad, también podemos
compensarlas de manera defensiva, adoptando una actitud de custo­
dia, impenetrable y belicosa, hacia el mundo y hacia todo aquel que se
atreva a confrontarnos. Es probable que tratemos de protegernos para
no sentir frustraciones internas, adoptando una disposición descuida-

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da y endurecida, mostrándonos de cualquier manera menos vulnera­
bles ante los otros, y que, agresivamente, le cerremos las puertas a los
demás, alejándolos de nuestra vida, o al menos, manteniéndolos a una
distancia segura y controlable. Por consiguiente, la intimidad puede
convertirse en algo dificil de alcanzar (similar a Saturno en la Primera
Casa, especialmente cuando está en conjunción con el ascendente).

EL MODO "ATAQUE"
También podemos proyectar los rasgos autoritarios en nuestro en­
torno inmediato y luego, enérgicamente, intentar defendernos contra lo
que percibimos como hostilidad, antagonismo o juegos de poder (en
especial si Saturno está bajo un aspecto de fuerza desde Marte o Plutón).
Los instintos de autopreservación de Saturno, combinados con la fuer­
za militante de Aries, nos impelen a pegar primero antes de que la su­
puesta oposición pueda tener mejores posibilidades y nos sobrepase.
Lamentablemente, una vez que logramos deshacernos de las personas
que nos brindan su apoyo, a causa de nuestras acciones, nuestra frus­
tración puede inclinarnos a actuar en contra de nosotros mismos. En­
tonces, el autoderrotismo puede llegar a ser una de las trampas de esta
posición de Saturno. Si este está mal llevado en Aries, también puede
manifestarse como un dilema, donde nos negamos a aceptar todo desa­
fio positivo. Algunos autoinhibidores pueden manifestar una muestra
apenas conspicua de docilidad y timidez. Hemos permitido que las fuer­
zas en nuestro entorno nos dominen, sin embargo, debajo de nuestro
aparentemente calmo y pasivo exterior, puede vivir en lo profundo algo
de enojo e, incluso, ciertas tendencias físicamente violentas.

CONTRA TODAS LAS PROBABILIDADES


Los planetas en Aries funcionan mejor cuando sus energías se lan­
zan al mundo y son desafiadas, en lugar de inhibirse y escudarse res­
pecto de la confrontación. Saturno en Aries nos permite funcionar enér­
gicamente, con confianza en nosotros mismos, desde posiciones respon­
sables. La fuerza impulsora del arrojado Aries, sumada a la fibra del
ambicioso Saturno, nos impiden rendirnos, ceder o desviarnos de nues­
tras metas. Poseemos la voluntad de superar todas las dificultades y
triunfar a cualquier costo. A veces, para nosotros el fin Justifica los
medios; en ocasiones, lo que cuenta es nuestra manera de jugar rudo.
Sin embargo, es mejor si extraemos la sabiduría de Saturno para dirigir
con sensatez nuestras fuerzas.
Una de las características de Saturno es buscar, sin prisa, una pro­
funda comprensión de todo aquello que concentra su atención. Desea ir

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más allá de lo superficial y enfocarse en lo relevante y esencial. Así. nece­
sitamos echar una mirada seria y profunda a nosotros mismos y trabajar
con firmeza para estructurar esa autoimagen que podemos, en verdad,
respetar y por la cual podemos sentirnos fortificados. Esto nos permite
ejercitar el vibrante poder de nuestro ser, en forma magistral. Nuestra
presencia, entonces, puede dirigir con naturalidad y no de manera defen­
siva, el reconocimiento de los demás que genuinamente admiran nuestra
fortaleza interna. Una correcta autodisciplina y no el rígido autocontrol,
nos permitirá ganar tal estatura. Al adoptar una actitud positiva relacio­
nada con nuestro impulso por actuar y nuestra voluntad por hacer, tam­
bién estamos más preparados para aceptar las consecuencias de nues­
tras acciones con una mayor dosis de coraje. Como ya no nos sentimos
intimidados a este respecto, nos damos cuenta de que las condiciones del
mundo exterior obstaculizan menos directamente nuestro accionar.

EL DESEO DE SOBREVIVIR
Cuando está bien integrado, Saturno en Aries sugiere que podemos
energizar a la gente con el poder de nuestra autosuficiencia. Es posible
que lleguemos a ser un modelo para aquellos que se sienten demasiado
asustados para caminar solos en los períodos críticos de sus vidas. Somos
sobrevivientes, no desertores. Cuando el camino se pone dificil, noso­
tros nos volvemos más tenaces aún, pero también aprendemos a sentir­
nos seguros con nuestra capacidad para traer una calidez espontánea
(Aries} a cualquier situación de la vida. Ya no subvertimos nuestra pa­
sión por vivir. Dado que gran parte de nuestras características arianas
quedaron retenidas por muchos años, ahora descubrimos que podemos
dirigir nuestro fuego hacia la gente, de manera apasionada y positiva.
Saturno en Aries nos enseña a compartir nuestras fortalezas en lugar
de utilizarlas como armas; nos impulsa a mostrar las cualidades de ex­
celencia del signo en el que se encuentra. En Aries, infunde las facetas
positivas de concentración en sí mismo, acción y movimiento directo
hacia las metas inmediatas y de largo plazo. El desafío que se inicia se
convierte en algo que manejamos con pericia y no en algo que tememos.

<<ASTROCELEBRIDADES» CON SATURNO EN ARIES


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Ulysses S. Grant Helen Keller
lsadora Duncan Mary Baker Eddy
José Stalin Julia Roberts
Bette Davis Grace Slick

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