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CAPÍTULO DOS

SATURNO EN LOS ELEMENTOS

SATURNO DE FUEGO: ¿POSEE UNA LLAMA CONSTANTE O


ARDE LENTAMENTE?
Saturno, práctico y cauto, rara vez halla la armonía cuando está
mezclado con los signos de fuego altamente espirituales, a los que les
gusta aceptar riesgos. Abundan los temas contrastantes entre planeta
y elemento. Es común que a la vital y pujante energía del fuego colorido
y vibrante, filtrada a través de un Saturno pesado y cristalizador del ego,
se le niegue su completa escala de expresividad. El fuego también busca
acción sin fijarse en las consecuencias, pero Saturno no emprenderá
ninguna, hasta haber revisado todos los probables resultados.
El fuego no tolera bloqueos y al principio se frustra bastante, pero
pronto puede entrar en una destructiva erupción y azotar todos los fac­
tores represivos. Para bien o para mal, el fuego recurre a vertientes
emotivas y apasionadas. Saturno simboliza tanto la resistencia como la
presión que construye, y funciona de una manera ajena al fuego. Por lo
tanto, es importante que tales posiciones de Saturno se manejen con
mucha paciencia y juiciosa comprensión, si han de beneficiar nuestro
proceso de crecimiento.
El temperamento volátil del fuego, marcadamente contrasta con la
inclinación de Saturno por enfocar la vida de una manera lógica, cuida­
dosamente considerada y oportuna. Saturno requiere un sentido prác­
tico de planeamiento, para asegurar la estabilidad y los resultados
predecibles, antes de abocarse a la acción. El fuego no toma en cuenta
la seguridad mundana a favor de una aventurera exploración. Lo desco­
nocido hace citas con el fuego, pero amenaza a Saturno.
Los signos de fuego -que poseen un alto grado de impulsividad y
arrojo- intentan desafiar las limitaciones de la vida, de un modo dogmá­
tico y sin moderación. No obstante, muchos rasgos de fuego, cuando se
combinan con los principios saturninos, se apagan y someten notable­
mente, o por lo general, se abstienen de brindar sus efectos completos.
Saturno reprime el instinto natural del fuego por quemar libremente su
energía. Esto puede arrojar un resultado constructivo, lento y firme (más
parecido a la resistencia natural de Leo fijo cuando está bien manejado),
sin las innecesarias llamaradas. Sin embargo, la represión de la energía

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del fuego puede crear potentes resentimientos, que necesitan tiempo para
formarse, antes de salir a la superficie con toda su fuerza y desenfreno
(si alguna vez lo hacen).
Aunque la vitalidad, el entusiasmo y la chispa animada del fuego
vivificador están resguardados por el reservado Saturno, que es conser­
vador de energía, tanto el planeta como el elemento comparten la nece­
sidad de ejercer su autonomía. Ambos necesitan liberarse de los facto­
res controladores externos, haciéndose cargo por completo de sus asun­
tos personales, sin ninguna intrusión. Al igual que el fuego, Saturno se
siente motivado para establecer un consciente autoconocimiento, como
una entidad separada y contenida en sí misma. A este respecto, los sig­
nos de fuego evocan y acentúan la faceta autodeterminista de Saturno.
Este prefiere la distancia, antes que la intimidad. No obstante, y dado
que el fuego es un elemento de interés propio (inocente). el énfasis pues­
to sobre el fuego, tal vez arroje demasiada energía, desafortunadamen­
te, sobre la tendencia saturnina a la autopreservación. El problema que
se presenta es que Saturno puede tornarse egoísta y temeroso de brin­
darse libremente al mundo. El fuego independiente, en este caso, sólo
refuerza una inclinación a la soledad, haciendo que Saturno se sienta
desligado de la conexión humana y, a menudo, muy preocupado por sí
mismo.
Saturno en fuego resalta un ambicioso impulso por alcanzar logros
y ser reconocido, pero el egocentrismo, el egotismo y la insensibilidad
hacia los demás, pueden tornarse problemáticos. Básicamente, lo que
se necesita es el seguro sostén del creativo poder de la voluntad. Los
impulsos del ego requieren una cuidadosa y práctica canalización, para
que no apaguen nuestro espíritu o fuercen nuestro paso por la vida.
Saturno, normalmente, representa la energía bien definida. También
simboliza los frenos de mano de la vida, evitando que la vitalidad del
fuego que contiene una alta energía, se queme destructivamente, de
manera impetuosa y nada productiva.
Tal vez, por karma, nos extralimitamos en vidas pasadas. en detri­
mento del desarrollo de nuestro ego. Como resultado, ahora nos vemos
forzados a asirnos de los pros y los contras de nuestra obstinación,
especialmente cuando emprendemos alguna acción. Las lecciones sa­
turninas abarcan la saludable expresión del fuego. Saturno en fuego
combina la vitalidad y la fuerza de voluntad, con un concienzudo senti­
do de control y dirección, que a menudo permiten que los objetivos per­
sonales se lleven a cabo con un sano juicio y creativa aptitud.

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SATURNO TERRENAL: ¿ROCA SÓLIDA O ANTIGUO FÓSIL?
Saturno exhibe sus rasgos más naturales cuando funciona en los
signos terrenales. Los comunes denominadores entre planeta y elemen­
to son fáciles de establecer. Saturno terrenal se centra en el uso práctico
del tiempo, el espacio y la energía. Detesta gastar algo innecesariamen­
te, pero también le disgusta aferrarse a los objetos inútiles. Tanto Saturno
como la Tierra, nos impulsan a manejar los componentes tangibles de
la vida. Ambos buscan ocuparse. lisa y llanamente, de las necesidades
cotidianas que hacen del vivir, algo tan profundamente mundano. Cada
uno de ellos reconoce y acepta aquello que "existe" con solidez. de acuerdo
con el marco perceptual que brindan nuestros cinco sentidos (cuando
no están deteriorados). Tanto el planeta como el elemento, buscan com­
prender el principio de la realidad, según se manifiesta por la forma y la
estructura. Saturno en la tierra debe trabajar lentamente y con mucho
esfuerzo y persistencia, para manejar y controlar físicamente esa forma,
en parte debido al fuerte factor de resistencia inherente a la Tierra.
Saturno busca realizarse en este elemento pragmático, a través de una
actividad bien organizada, con un propósito determinado.
Se pueden construir estructuras que fueron fortificadas cuidadosa­
mente, asegurando una estabilidad de larga vida. La durabilidad fun­
cional y el permanente valor mundano también son importantes. Los
temas principales son la aplicación realista del esfuerzo, la eficiencia, la
rutina ordenada, el correcto mantenimiento y la preservación general
de los recursos. Saturno terrenal quiere estar bien afirmado en el mun­
do. Se ocupa aplicadamente de las tareas y labores cotidianas. hasta
obtener resultados concretos, de manera eficaz. Saturno y la Tierra se
preocupan mucho por la seguridad, la estabilidad y la preservación del
statu qua, siempre que les sea posible. Esta no es una combinación aven­
turada de principios; ambos están a favor de la cautela y en contra del
riesgo. Lo desconocido, con su potencial de incertidumbre, se torna
intimidante más que excitante. Sin embargo, Capricornio puede ser
relativamente emprendedor cuando se siente sólido con sus objetivos,
debido a su impulso cardinal por adentrarse en la experiencia.
Saturno terrenal, consciente de la supervivencia, es instintivamente
bueno en la construcción de paredes protectoras. Esto no tiene por qué
sugerir siempre una sincera acción defensiva; Saturno terrenal puede
valorar la seguridad a cualquier precio con tal de favorecer la esponta­
neidad. La expresión de nuestro individualismo, para nosotros, es me­
nos importante que sentirnos seguros de que el entorno exterior no nos
impondrá cambios. Saturno y la Tierra quieren que las cosas perma­
nezcan intactas de una manera familiar, pero esto puede llevar a

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empantanarnos o ahogarnos, a tal punto que el verdadero crecimiento
se entorpece. Saturno terrenal necesita tener cuidado de no ponerse
demasiado cómodo, recluido en un pequeño y seguro mundo, despro­
visto de estimulantes desafíos. Cultivar la adaptabilidad es muy impor­
tante para evitar el estancamiento. Bien llevado, Saturno terrenal deno­
ta mucho sentido común y pericia práctica para tratar con el diario vi­
vir; pero el impulso de la seguridad puede llevar a la monotonía y a la
impensada repetición de hábitos.
En tanto que los elementos más dolorosos de la vida pueden sentir­
se con menor intensidad, desde un punto de vista emocional, este
Saturno se motiva para saber por qué las cosas duelen y qué puede
hacerse con sensatez para aliviar la incomodidad. Mira hacia el mundo
en busca de soluciones, en lugar de reflejarse en su interior. Los dilemas
que causan dolor, comúnmente involucran la falta de algún recurso
externo necesario. Saturno en la tierra tiende a abordar los problemas
en el presente, por lo general tratando con un asunto a la vez, hasta que
todos se resuelven. El punto central es el tema de los obstáculos relativa­
mente inmediatos que pueden asirse, y no la vaga intangibilidad de un
futuro incierto. La paciencia es un deber, igual que el sentido de la opor­
tunidad y el trabajo arduo. También se precisa cierto grado de necesidad
de apego. Este Saturno puede soportar bastante bien las demoras, sabiendo
que finalmente convertirán las metas en realidades concretas.
Para Saturno terrenal, el juego de la vida puede ser más una tarea
doméstica que una exploración. Es probable que la vida parezca muy
pesada en iguales situaciones donde los demás flotan fácilmente en la
corriente, dispensando muy poco cuidado y preocupación. Saturno es
un planeta asociado con la perfección y la excelencia; no obstante, no
resulta realista esperar la perfección en el ámbito terrenal. Si bien
Saturno busca la permanencia en las formas perfeccionadas, la vida
continúa en un constante estado de flujo y cambio. Desde un punto de
vista kármico, vamos a aprender que la perfección es un constante pro­
ceso dinámico, y que las condiciones estáticas pueden ser paralizantes.
También corremos el riesgo de ser demasiado rígidos en nuestra mane­
ra de manejar los cambios. Esto puede contribuir a delinear un tempe­
ramento inadaptable, capaz de tornarse quebradizo y secarse con la edad
avanzada. Nos calcificamos cuando nos rehusamos a ser flexibles en es­
píritu. Saturno puede llegar a ser un introvertido, que sugiere una me­
lancólica inspección de sí mismo, y bajo presión, puede retirarse y de­
primirse. Pero la Tierra, aun bajo una gran carga de estrés, no se rinde;
trabaja con ahínco (como si quedara aterida para poder funcionar, ante
ciertas realidades desagradables). Entonces, este podría ser un punto
de contraste entre planeta y elemento.

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También hay algo muy sensual sobre la Tierra, que probablemente
a Saturno le resulta difícil de aceptar. Ella se ocupa de todas las funcio­
nes de nuestro cuerpo, incluyendo nuestras placenteras experiencias,
pero Saturno parece apuntar más a las facetas dolorosas y limitantes
por estar en un cuerpo y no sentirse en casa con las comodidades físi­
cas. Obviamente, Saturno cree que hay leyes en contra del hecho de
sentirse demasiado bien (un rasgo típicamente judeocristiano). Un buen
consejo es aprender a relajarse y no siempre forzarse físicamente al punto
de quedar exhaustos.

SATURNO AÉREO: ¿PENSADOR PROFUNDO O JUANCITO


EL PREGUNTÓN?
El cerebro de Saturno aéreo tiende a trabajar horas extras con pen­
samientos profundos. Sin embargo, la manera en que nos comunica­
mos con el mundo, a veces, hace que los demás cuestionen nuestra
fortaleza intelectual. El inseguro Saturno puede caer en el ostracismo
cuando está en el aire y no se muestra tan inteligente o tan observante
como en verdad es. El Saturno realista, a menudo funciona de forma
sumamente lógica pero apartada, cuando se encuentra en el aire cere­
bral y objetivo. El aíre racional e inclinado a lo científico, coordina bien
con Saturno, que posee determinación y trata de probar la verdad.
Saturno ayuda para que este elemento, comúnmente difuso. refuerce
su poder mental con un grado inusual de concentración, disciplina,
paciencia y estabílídad. El infatigable aire, dificil de contener, así se regula
mejor, permitiendo que los procesos del pensamiento se consoliden, en
lugar de dispersarse o desparramarse al azar. Saturno ofrece la necesa­
ria dirección y enfoque, aun cuando el aíre tal vez no se aplique, nece­
sariamente, de modos prácticos o mundanos. Las abstracciones del aire
se convierten más fácilmente en estructuras inteligentes, que se hacen
concretas y factibles con el organizado Saturno.
El aire no desea límites establecidos o una estructura permanente.
En forma natural, desea ser libe para circular y dispersar sus pensa­
mientos hacia el exterior, en el entorno social. Esto alienta una amplia
y estimulante gama de relaciones, además de un mayor entendimiento
que abarca la diversidad de la vida. En contraste, Saturno -a menudo es
reservado y exclusivo- establece barreras protectoras a fin de preservarse
de un potencial caos. Teme por la falta de control que podría producirse,
por ser demasiado abierto y correspondiente con la variedad de estímu­
los que necesita el curioso aire. Saturno le pone límites a la adaptabili­
dad del aire y restringe su inclinación social. Saturno aéreo es menos
proclive a alentar el intercambio social, la proximidad compartida o la

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profunda intimidad. La cualidad separatista de Saturno se acentúa aún
más por el carácter impersonal del distanciado aire. En consecuencia,
podemos parecer amistosos y humanos, pero fríos, sin emociones y poco
demostrativos. Si intervienen patrones de estrés, la indiferencia o la in­
sensibilidad puede ser una manera de evitar ser vulnerable a la situa­
ción que se da entre dos personas.
Aunque se preocupa por lograr el control y la estabilidad en el reino
intelectual, Saturno aquí rara vez confía en la inteligencia natural de los
instintos, o de los impulsos intuitivos que reprimen o bloquean su libe­
ración espontánea, al tiempo que refuerzan el poder razonador del aire.
Tal vez, en el fondo de todo esto, hay un profundo temor o negación de
aquello que parece irracional, que no puede conocerse o está más allá
de la lógica de la mente. Es probable que la perspectiva mental se estre­
che, debido a una firme insistencia sobre lo fáctico, más que lo especu­
lativo, si Saturno sofoca los intereses teóricos del aire. Sin embargo, la
mente también puede ser disciplinada y afilada, hasta convertirse en
una herramienta útil y productiva para evaluar la vida sin parcialidad
o tintes emocionales distorsionados.
El aire está menos libre de viajar a lo largo y a lo ancho, debido a las
restricciones de Saturno. Sin la adecuada circulación o ventilación, el
aire puede llegar a descomponerse, perdiendo gran parte de su vitali­
dad. Esto puede dar como resultado, un intelecto seco y pedante, des­
provisto de imaginación o color (tal vez, eso explica por qué, al menos,
está mejor preparado para los rigores de las metas científicas y las apli­
caciones técnicas). El impulso natural del aire es elevar la conciencia a
través de una comprensión mental extendida. Es innatamente vivaz,
ilimitado y penetrante. Pero, la gravedad de Saturno evita que el aire
eche una ojeada a la superficie de las cosas, con lo cual, el temperamen­
to del aire podría llegar a deprimirse y desinflarse. Sin embargo, Saturno
le agrega una medida de profundidad y sustancia al liviano aire, y sua­
viza el potencial de superficialidad que tiene este elemento.
Cuando está bien manejado, Saturno aéreo exhibe un grado de dis­
cernimiento mental, coherencia de pensamiento, imparcialidad, consis­
tencia de razonamiento y claridad en la comunicación, por encima del
promedio. Saturno refuerza eficazmente este elemento inquieto y volu­
ble, permitiendo que las ideas conduzcan a resultados factibles. La jus­
ticia y la equidad parecen ser importantes, tanto para el planeta como
para el elemento. Saturno aéreo se fija en los asuntos con objetividad e
interés por llegar a los hechos sólidos de las cosas, eliminando lo super­
fluo. De alguna manera, es como Virgo a este respecto. Saturno ayuda
a limpiar el exceso, evitando que el aire se torne muy ventoso. Enfría el
denominado "aire caliente" y entrena a la mente para que se exprese con

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mayor simplicidad (lo que no debe confundirse con tontería). Pero el aire,
al igual que el fuego, debe trabajar más arduamente para apreciar la
disciplina de Saturno y la necesidad de una rutina. Se necesita consis­
tencia para que el aire sea realmente eficiente en la vida, de lo contrario,
se divierte especulando y probando un poquito de todo, pero no lo sufi­
ciente como para destacarse en nada. Desde un punto de vista kármico,
esta combinación indica que hemos de usar nuestra mente como una
fina herramienta. Una manera de darle a nuestro cerebro la necesaria
afinación, es educarnos permanentemente. Pero, ser responsables de
palabra y pensamiento, también es parte de nuestro karma; quizás di­
jimos algo equivocado la última vez, que terminó arrastrando a los de­
más junto con nosotros. O, tal vez, inventamos falsedades y pusimos a
los otros en muchos problemas. No importa cómo hayan resultado las
cosas entonces, lo cierto es que ahora debemos escoger nuestras pala­
bras cuidadosamente y hacer los deberes, antes de comunicar lo que
creemos saber. Este Saturno estará de acuerdo con la idea de que una
mente es una cosa terrible para desperdiciar, entonces trata al proceso
de aprendizaje con gran estimación y respeto.

SATURNO DE AGUA: ¿GUARDIA DE SEGURIDAD O


TIMORATO'?
Saturno generalmente responde de manera hipersensible y poco
confiable, cuando funciona en los signos de agua, que son fácilmente
amenazados. Se resalta el impulso por lograr seguridad, tanto para el
planeta como para el elemento, aunque a menudo de manera negativa.
Saturno de agua tiende a retraerse detrás de las barreras que brindan
protección contra el ataque o daño, ya sea real o imaginario. Tanto
Saturno como el agua, son cautos y se autopreservan. El Saturno de­
fensivo combinado con el agua, que es fuertemente instintiva, implica
una vulnerabilidad profundamente innata. Es fuerte el sentimiento de
desnudez y exposición en un determinado nivel interior, y esto puede
llegar a provocar una irracional respuesta de temor. Debido a la incons­
ciente naturaleza del agua, es probable que esos temores se manifiesten
como fobias complejas y/ o "ansiedad de intimidad", ya que el agua nos
pone en contacto con los pros y los contras de la proximidad emocional,
los cuales pueden ser reconfortantes o pueden amenazar con ahogar­
nos. La persistencia de estos temores, a menudo se debe a nuestra ten­
dencia por no permitir que esos sentimientos salgan a la superficie, se
ventilen y se analicen conscientemente. (Rápido, ¿alguien tiene a mano
una lata de Saturno aéreo?)
Ambos, Saturno y el agua, comparten el interés por el pasado. Para

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Saturno, el pasado connota una secuencia de actividad ordenada y
dependiente; continuidad cargada de propósito que demuestra ser
confiable por lograr buenos resultados. En otras palabras, es un modelo
que fue probado y resultó ser verdadero. Es de esperar que Saturno se
esfuerce en lograr resultados tangibles, para producir alguna manifes­
tación siempre que sea posible. Sin embargo, Saturno de agua puede
considerar ciertas partes del pasado como una trampa, con fracasos y
derrotas que se recuerdan con dolor, inmersos en los confines de una psique
introspectiva y en ocasiones atribulada. Para Saturno de agua, el pasado
puede llegar a ser una insistente fuente de culpa irresuelta y de remordi­
miento, sin brindar un modo rápido y satisfactorio de borrar los errores
cometidos. Para el agua en general, el pasado a menudo representa las
impresiones sentidas con fuerza, de experiencias producidas en vidas
anteriores, o en nuestra temprana infancia, sobre todo las que involucran
una asimilación sumamente gratificante o un profundo sentido de pérdi­
da. El agua simboliza el fin de un ciclo, resuelto o irresuelto.
La adecuada asimilación de experiencias pasadas le otorga al agua
una fortaleza interna, elasticidad y pavorosa capacidad de autorrenovación.
El agua sabe cómo derribar, esconderse o simplemente volcarse hacia su
interior, para refrescarse en sus niveles más íntimos. Perú en determina­
das situaciones, Saturno tal vez puede impulsar un sentido personal de
privación, el cual, a su vez, extrae del agua los rasgos más negativos, a
saber, la indefensión, la exagerada dependencia, la debilidad de voluntad
y la sensación de estar demasiado aislados o separados, desde un punto
de vista social, a fin de manejar los desafios más impactantes de la vida.
Si está mal manejado, Saturno en el agúa puede actuar como disparador
de bloqueos internos relacionados con experiencias anteriores, que no nos
animamos a confesar, aun en esta vida.
Una doble dosis de tal orientación puede fomentar la inercia en el
presente (tenemos miedo de hacer una movida), el estancamiento (no
estamos motivados para hacer ninguna movida), o incluso una timidez
crónica con respecto a nuestro futuro (lamentaremos las movidas de­
cepcionantes que nos vemos obligados a hacer). Todo esto puede dejar
a Saturno de agua muy insatisfecho y falto de confianza en sí mismo.
Estamos demasiado asustados como para confrontar los asuntos del pre­
sente. Pero sólo haciendo eso, estaremos verdaderamente en condicio­
nes para manejar mejor la vida. El primer paso es aceptar la responsa­
bilidad personal por la reestructuración de los sentimientos y las imá­
genes distorsionadas que habitan en nuestro interior.
Cuando está bien manejado, Saturno de agua denota poseer pericia
emocional, como resultado de nuestro profundo sentido de autocontrol
y disciplina. Tal equilibrio es necesario, antes de intentar hacer una gran

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exploración espiritual. A menudo se da por sentado que una personali­
dad caótica logrará disciplina emocional y paz interior, luego de abocar­
se a las técnicas espirituales, pero a veces, una desorganización mental
de esa naturaleza, simplemente puede terminar magnificada. Los tem­
peramentos terrenales estables, irónicamente, son más adecuados para
las prácticas espirituales, porque son buenos para permanecer afirma­
dos en todos los caminos correctos, una vez que están convencidos de
que hay algo real en todo esto extramundano. Saturno en el agua puede
recompensarnos con una capacidad inusual para abastecernos de nues­
tras propias necesidades de seguridad. Así, no estamos a la defensiva y
salimos al encuentro del mundo, convencidos de que no nos va a des­
equilibrar emocionalmente. No tenemos que estar en guardia o actuar
todo el tiempo como un conejo asustado. Podemos llegar a ser emocio­
nales de una manera profundamente cuidadosa, que incluso puede
ayudar a otros que están atormentados por una emotividad destructiva.
Esas posiciones saturninas sugieren la presencia de una fibra inte­
rior que se manifiesta en tiempos de tensión, cuando nuestros recursos
psicológicos más protectores son sometidos activamente a examen. La
energía emocional puede retenerse en el interior, pero eso puede con­
vertirse, indirectamente, en un poder concentrado, en especial si tene­
mos a Saturno en Escorpio. El resultado de tal concentración (o com­
presión) puede ser, o bien fijaciones difíciles de comprender o una intui­
ción visceral que nos hace pasar, una y otra vez, por momentos peno­
sos. Saturno de agua significa que podemos aprender a componernos
internamente, cuando más necesitamos enraizarnos, y lo hacemos,
confiados en la naturaleza de sentimientos bien alimentada.
Con Saturno en agua, tal vez no nos mostramos cálidos en la super­
ficie. De hecho, quizás algunos podemos parecer bruscos, gruñones, dis­
tantes e inalcanzables, en especial Cáncer y Escorpio, simbolizados por
criaturas que tienen garras que lastiman. (Piscis no es tan gruñón, pero
su rápida defensa le permite deslizarse suavemente, alejándose del en­
cuentro directo en todos los niveles). Algunos, tal vez, no parezcan de­
masiado maternales o ansiosos por brindar cuidados. Sin embargo, con
tiempo, paciencia y una buena medida de madurez, aquellos que se en­
cuadran en Saturno de agua, son muy capaces de hacer que el resto del
mundo se sienta sólidamente amparado y apoyado. Podemos poner a la
gente bajo nuestras alas y convencerla de que el cielo no se desploma
(ya que nuestros poderes de persuasión pueden ser fuertes). y que, te­
niendo fe en ella, lograrán sobreponerse a toda contrariedad y obstáculo
(como las adicciones u otras formas de autoabuso). Alimentar el alma
de los demás también es parte de nuestro desafío kármico, algo que
aprendemos a encarar desde un lugar interior muy conocido.

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