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“PROYECTO FINAL CRISTIANISMO”

“El Espíritu Santo descenderá sobre ti” –Lc 1, 35

 Paola Gálvez San Sebastián


 2do Semestre
 Cristianismo

17 de mayo 2019
A veces me pregunto porque si es el mismo Espíritu Santo el que yo invoco, que el que descendió sobre María y los
discípulos en Pentecostés no tiene el mismo “efecto” sobre mí, y he descubierto que aunque Él se derrama de la misma
manera, no tenemos el corazón lo suficientemente abierto para acogerlo, porque al abrirlo nos exponemos a que si venga,
y venga de la misma manera que lo hizo con María, que venga a conducirnos hacia el amor, y a transformarnos en amor, y
para esto no hay otro camino más que el de la cruz, porque ahí está la consumación plena y total del amor.

María nos enseña esto con su vida, ella tuvo 7 grandes dolores, pero cada uno de ellos, dispuso su corazón para poder
acoger los 7 dones del Espíritu Santo, (https://taylormarshall.com/2015/09/7-sorrows-of-mary-and-the-7-gifts-of-the-holy-spirit.html) Seguro
en cada momento de dolor recordaba las palabras del Ángel “El Espíritu Santo descenderá sobre ti” y le recordaba a Dios
su promesa, y Dios que es fiel no la dejaba sola, el Espíritu Santo se infundía en ella, Espíritu Consolador, dándole la
gracia que necesitaba para soportar la dificultad y el dolor, pero también Espíritu que es Vivificador, y que no solo
derramaba gracia sobre ella, sino para todas las almas que se encontraran en su camino, no solo derramaba sus dones en
ella, sino que la hacía don para los demás, la llenaba de vida y desbordaba vida a través de ella. Cuantas veces la fortaleza
de María no habrá sostenido a los discípulos, cuantas veces el don de entendimiento y la confianza de María en medio de
la angustia y confusión no fueron motivo de esperanza para los discípulos, cuantas veces el abandono filial de María a la
voluntad del Padre, no renovaba la fe en la oración de los apóstoles.

María ha sido dócil, se ha dejado hacer, poseer por el Amor, se ha expuesto para poder recibirle, y ha recibido para
podernos dar, dar los dones del Espíritu Santo pero sobretodo darnos al Dador de todo don, a Cristo. 

Vamos a pedirle este día que nos enseñe también a no tener miedo de exponernos al Espíritu Santo que desea hacer su
obra en nosotras, que dispone todo incluso las dificultades y dolores de nuestra vida para bien, y los llena de sentido
redentor. Que nos ayude a tener un corazón humilde capaz de acoger y compartir el don de nuestra vida, y nos guíe
siempre por el camino de la confianza en las promesas de Dios. 

Bibliografía

 El Espíritu Santo, Luis María Martínez, pg. 93,94, 99, 100.


 Presencia de María en la vida consagrada, Jean Galot
 Meditación Dr. Marshall (https://taylormarshall.com/2015/09/7-sorrows-of-mary-and-the-7-gifts-of-the-holy-spirit.html)

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