Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Noveno Grado Lenguaje 3 de Junio
Noveno Grado Lenguaje 3 de Junio
Edipo rey
(Delarúe tlel palocio de Edipo, en Tebos ljn grupo de an- por mí. Sé bien que todos estáis sufriendo y, al sufrir' no
i-ray ninguno de vosotros que padezca tanto como
yo' En
cianos y de ióvertes están sentados en las gradas del
oltar' en
efecto, vuestro dolor llega sólo a cada uno en sí mismo ya
actituá suplicante, portando raLnas de olivo' El Sacerdote
al tiempo'
de Zeus se atlelanta solo hacia el palacio' Edipo sale seguido
ningún otro, mientras que mi áni.mo se duele,
de dos ayudantes y contempla al grupo en silencio' Después
poia ciudad y por mí y por ti. t I El único remedio que
ire encontraclo, después de reflexionar a fondo' es el que
les dit'ige la palabra.)
he tomaclo: envié a Creonte, hijo de Meneceo, mi propio
cuñado, a la morada Pítica de Febo, a fin de que se ente-
EDIPO. ¡Oh hijos, descendencia nueva del antiguo Cad-
rara de lo que tengo que hacer o decir para proteger esta
mol ¿Por c1ué estáis en actitud sedente ante mí' coronados
ciuclad. Y ya hoy mismo, si io calculo en comparación con
con ramos de suplicantes? Así que, anciano' ya que eres
ei tiempo pasado, me inquieta qué estará haciendo' pues'
por tu condición a quien corresponde hablar' dime en
,ro-br" de todos: ¿cuál es la causa de que estéis así ante contralo q.," ., razonable, lleva ausente más tiempo de1
fijado. Seria yo malvado si, cuando llegue, no cumplo
mí? ¿E1 temor, o e1 ruego? Piensa que yo querría ayudaros
todo cuanto el dios manifieste.
en tódo. Sería insensible, si no me compadeciera ante
se-
SACERDOTE. Con oportunidad has hablado' Precisa-
mejante actitud.
en mi paísl Ves de mente estos me están indicando por señas que Creonte
sebr,nnOfE. ¡oh Edipo, que reinas
nos sentamos cerca de tus alta- se acerca.
qué edad ,o-oi los qr're
EDIPO. ¡Oh soberano Apolol iOjalá viniera con suerte Ii-
*r, .,rror, sin fuerzas aún para volar lejos; otros' torpes
beradora, del mismo modo que viene con rostro radiantel
por la vejez, somos Sacerdotes -yo 1o soy de Zets-' y
SACERDOTE. Por 1o que se puede adivinar' viene com-
ot.or, .r.ogidos entre los aún jóvenes' El resto del pueblo
placido. En otro caso no vendría así, con 1a cabeza coro-
con sus ramos permanece sentado en las plazas en acti-
nada de frondosas ramas de laurei'
tud de sirplica, junto a los dos templos de Palas y junto a
EDIPO. Pronto 1o sabremos, pues ya está 1o suficiente-
la ceniza profética de Ismeno. La ciudacl, como tir mis-
mente cerca para que nos escuche' ¡Oh príncipe' mi pa-
mo puedes ver, está ya demasiado agitada y no es capaz
todavía de levantar la cabeza de las profundidades
por la sangrienta sacudida. Se debilita en 1as plan-
ias fructífeias de la Tierra, en ios rebaños de bueyes
que pacen y en los partos infecundos de las muieres'
Áclemás, la divinidad que produce la peste' preci-
pitándose, aflige la ciudad. ¡Odiosa epidemia' bajo
cuyos efectos está despoblada la morada Cadmea'
mientras el negro Hades se enriquece entre suspiros
y iamentos! Niyo ni estos jóvenes estamos sentados
como suplicantes por considerarte igual a los dio-
ses, pero sí e1 primero de los hombres en los sucesos
de la vida y en ias intervenciones de los dioses' Tú
que, alllegar, liberaste la ciudad Cadmea del tribu-
to que ofrecíamos a la cruel cantora ¡ además' sin
haber visto nada más ni haber sido informado por
nosotros, sino con la ayuda de un dios, se dice y se
cree que enderezaste nuestra vida' Pero ahora' ¡Oh
fdipo el más sabio entre todosl, te imploramos to-
dos los que estamos aquí como suplicantes que nos
consigas alguna alttda bien sea tras oír el mensaje
de alg:ún dios, o bien 1o conozcas de un mortal' ["']'
EDIñO. ¡Oh hijos dignos de lástimal Venís a hablar-
me porque anheláis algo conocido y no ignorado
58 | . sourr.oNo
iente, hijo de Meneceol ¿Coñ qué res-
'uesta del oráculo nos llegas?