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Citrón

CRITON

Uno de los discípulos de Sócrates, Platón escribió Critón, un texto en forma dialogal donde el
amigo de Sócrates intenta convencerlo de escaparse de la cárcel antes de ser ejecutado. Los
argumentos que le da para hacerlo son: La opinión de la mayoría de la gente, que dirán que
sus amigos no lo ayudaron e incluso él mismo no hizo nada para salvarse; la preocupación por
lo que le puede pasar; el desamparo por los hijos; el dinero, que no es problema para sobornar
a quienes haya que sobornar. Además le dice que puede irse a Tesalia, que unos amigos lo
estarán esperando allí. Frente a esto, Sócrates le responde que a él no le importa la opinión de
la mayoría de la gente porque esa daña el alma, sin embargo, hay que tener en cuenta lo que
dicen los expertos. Para Sócrates, lo que vale no es vivir, sino vivir bien y eso significa vivir
justamente, como un hombre noble. El filósofo presenta un diálogo imaginario que tendría con
el Estado ateniense al salir de la cárcel, si decide escaparse, en donde las leyes le dirían que
gracias a ellas ha nacido, sus padres se han casado, lo han criado, él mismo ha procreado y
ahora qué? Se irá y dejará de respetarlas y amarlas? Sócrates ha vivido 70 años en Atenas,
aceptando sus leyes y no abandonándolas nunca. Las leyes lo convencerían de que al
marcharse a otro estado seria tomado como un rebelde y enemigo del ordenamiento; donde
no podrá llevar a sus hijos y criarlos como extranjeros. El estado le dice que si él respeta las
leyes y decide no escapar, ateníendose a las consecuencias que el destino le concedió, al
morir, las leyes del Hades serán benévolas con él, de lo contrario, si se marcha, ninguna ley lo
recibirá amistosamente por haber destruído las de su propio territorio.

Alegorías de
Platón
Una alegoría es una figura literaria que representa una idea, valiéndose de formas humanas,
animales u objetos cotidianos. Pretende dar una imagen a lo que no tiene imagen para que sea
entendido. El antiguo filósofo Platón fue quien más recurrio a las alegorías para explicar sus
ideas.

La alegoría del Sol: con ella pretende explicar la idea del bien, comparandolo con el sol. Para
esto, nos describe dos ámbitos de la realidad: En primer lugar, el mundo de lo sensible/visible,
el de la multiplicidad de cosas bellas y buenas. Estas son cosas vistas, no pensadas, apreciadas
por los sentidos (más que nada la vista). Dentro de este mundo, hay una tercera realidad que
pone luz a los objetos así como a los sentidos para que puedan apreciar esos objetos: esta
realidad es el Sol. El conocimiento que se puede alcanzar en este ámbito es lo que Platón llama
“opinión”. En segundo lugar, el mundo de lo inteligible, el ámbito de lo “en sí”. Aquí las ideas
(lo bueno y bello en sí) son pensadas, no vistas. La facultad humana que permite conocer esas
realidad es la razón. La tercera realidad que aporta verdad a las cosas y le otorga a la
inteligencia el poder de conocer es la idea del bien, que cumple la misma función que el Sol en
el mundo sensible. El conocimiento que se alcanza en este mundo Platón lo llama “ciencia”.
La alegoría de la línea: aquí se plantean los grados del ser y del conocer el mundo. Existe un
trayecto de conocimientos que se debe llevar a cabo para llegar a la idea de bien, que permite
conocer tanto el mundo de las cosas como el mundo de las ideas.El paradigma divide al mundo
en dos partes: el mundo inteligible (la ciencia) y el mundo sensible (la opinión). A la vez, se
produce una división en cada una de estas partes: los entes del mundo sensible se dividen en
las imágenes, a la cual le corresponde la facultad de la imaginación o conjetura, y los objetos
representados por esas imágenes, es decir, las cosas mismas, a los cuales les corresponde el
conocimiento que Platón denomina creencia. La conjetura y la creencia forman parte de la
opinión.En el ámbito del mundo inteligible se encuentran, en primer lugar las entidades
matemáticas, a las cuales se las puede conocer mediante la facultad de la razón discursiva. Y
por último, en el grado máximo de este ámbito de la realidad se encuentran las ideas, cuya
facultad para conocerlas es la razón en su aspecto de la intuición intelectual, la cual permite
identificar la idea suprema del bien.

La alegoría de la caverna: permite entender el estado en que se halla la mayoría de los


hombres con relación al conocimiento de la verdad y la ignorancia.Este mito también presenta
el mundo sensible y el mundo de las ideas.Unos prisioneros se encuentran en una cueva desde
su nacimiento (representando a la mayoria de la humanidad, esclavos y prisioneros de la
ignorancia e inconscientes de ella), encadenados y frente a un muro en el cual lo único que
pueden apreciar son unas sombras producto de una hoguera que se encuentra en la parte
posterior. Entre la hoguera y el muro caminan unos hombres con estatuillas con formas de
animales y objetos. Los esclavos sólo veían estas sombras y por eso creían que aquello era el
mundo real. Si alguno fuese liberado tendría grandes dificultades para adaptarse a la luz solar,
por lo cual buscaría ver reflejos (a lo que estaba acostumbrado), más adelante podrá
acostumbrarse a la luz y descubriría la belleza del mundo real. Cuando esto suceda, regresaría
con los prisioneros a contarles que el mundo que ellos ven es completamente falso y que están
siendo engañados, frente a esto los prisioneros no le creerían y lo amenazarían de muerte si
los libera.Lo que quiere decir Platón con esta alegoría es que las sombras son las apariencias
que el ser humano vive, lo cual sería el mundo sensible (donde viven los esclavos) y el mundo
que está afuera es el mundo de las ideas, y allí el punto más alto, el Sol, es el bien
A esos dos aspectos se agrega otro para caracterizar el universo espiritual de la polis, los que
componen la ciudad por diferente que sean aparecen en cierto modo similares los unos a los
otros. Esta similitud funda la unidad de la polis, ya que para los griegos solo los semejantes
pueden encontrarse mutuamente unidos por la PHILIA, asociados en la misma comunidad

Todos cuantos participen en el Estado serán definidos como HOMOIOI, semejante y más
adelante en forma más abstracta, como ISOI, iguales

Los ciudadanos como unidades intercambiables dentro de un sistema cuyo equilibrio es la ley
y cuya norma es la igualdad. Esta imagen encontrara en el siglo Vi su expresión rigurosa en
concentro, el de ISONOMIA: igual participación de todos los ciudadanos en el ejerció de poder.

El ideal de ISONOMIA pudo traducir o prolongar aspiraciones comunitarias que remontan


mucho más alto, hasta los orígenes de la polis.

En la polis el estado de solado coincide con el de ciudadano, quien tiene su puesto en la


formación militar del lugar, lo tiene asimismo en su organización política.

La audacia que permitía al guerrero realizar acciones brillantes la encontraba en una suerte de
exaltación o furor belico, la LYSSA a que lo arrojaba poniéndolo fuera de si, el MENOS, el ardor
inspirado por un dios. Pero el hoplita no conoce ya el combate singular, tiene que rechazar si
se le ofrece, la tentación de una proeza puramente individual. Se lo ha adiestrado para guardar
la fila, para marchar en orden, para no abandonar su puesto. Todas las prácticas que acusan
desigualdades sociales y el sentimiento de distancia entre individuos son rechazadas, porque
ponen en peligro la unidad del grupo.

La esparta del siglo VII es un movimiento general de la civilización. Repudia la ostentación de


la riqueza, se cierra al intercambio con el extranjero, prohíbe el uso de los metales preciosos.
Las transformaciones sociales y politcas que determinan en Esparta las nuevas tecncias de
guerra y que culminan en una ciudad de hoplitas traducen aquella misma exigencia de un
mundo equilibirado, ordenando por la Ley que los sabios formularon.

Se ha insistido en el arcaísmo de las instituciones a las cuales Esparta permaneció obstinada


mente aferrada: clases de edades, iniciaciones guerreras, kryptía.

Pero hay que destacar también otros rasgos por los cuales se adelantó a su época: el espíritu
igualitario de una reforma que suprimía la antigua oposición entre el lads y el démos para
constituir un cuerpo de soldados-ciudadanos, de finidos como homoioi, todos los cuales
disponían en princi pio de un lote de tierra, de un kleros, exactamente igual al de los demás.

A esta primera forma de isomoiría (tal vez hubo entonces un nuevo reparto de tierras) hay
que agregar el as pecto comunitario de una vida social que imponía a todos un mismo régimen
de austeridad

En ese equilibrio recíproco se funda la unidad del Estado, ya que cada elemento está contenido
por los otros dentro de límites que no debe trasponer.

En el Estado espartano la sociedad ya no forma, como en los reinos micénicos, una pirámide
cuya cúspide ocupa el rey.
Todos cuantos, poseen un kleros y participan en las syssitiai, se encuentran elevados al mismo
plano. Es ése el plano que define a la ciudad. El orden social no aparece ya bajo la dependencia
del soberano

La palabra continúa siendo para ellos aquellas rhetrai, aquellas leyes casi oraculares, a las que
se someten sin discusión y que se niegan a entregar, escribiéndolas, a una publicación plena.

Esparta dejará para otros el honor de expresar plenamente la nueva concepción del orden
cuando, bajo el reinado de la ley, la ciudad llega a ser un cosmos equilibrado y armónico.

No serán los lacedemonios quienes consigan extraer y desarrollar en todas sus con secuencias
las nociones morales y políticas que ellos habrán, entre los primeros, encarnado en sus
instituciones.

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