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REVISION BIBLIOGRAFICA

DELIRIUM

Psiquiatria | Septimo “A” | 11 de Noviembre del 2020

Integrantes:  Urbina Bryan


 Santana Tatiana  Urrutia Lady
 Sisalema Victoria  Vaca Lia
 Soria Sebastian  Viera Grace
 Suarez Eduardo  Villagomez Maria Paula
 Teran Katherine  Yancha Javier
 Torres Johana  Zambrano Karla
 Tusa Bryan
INTRODUCCION

El delirio es uno de los síndromes neuropsiquiátricos más frecuentes en el contexto


hospitalario, preferencialmente en el paciente mayor y debilitado, siendo un importante
predictor de la gravedad y duración del cuadro clínico. Se encuentra asociada a éste, la
posibilidad de un mal pronóstico, pues puede evolucionar para condiciones críticas
(estupor, coma) y consecuentemente para la muerte si la causa subyacente permanece
sin tratamiento. (1)

La importancia del delirium es evidente en los hospitales de agudos y una vivencia


altamente estresante para el paciente, la familia y el personal de salud. (2)

El início del delirio está caracterizado por una alteración cognitiva aguda (se desarrolla
en cuestión de horas o días) que se manifesta por la fluctuación de la consciencia, por
dificultades en la atención, memoria, pensamiento, percepción y comportamiento.
También se identifica por alteraciones en los ciclos de sueño-vigília y por el
agravamiento de los síntomas durante la noche, estando estos, intercalados con períodos
de lucidez. (1)

Según la actividad psicomotora, el delirium se clasifica como hiperactivo cuando


el paciente se presenta hiperalerta, inquieto, agitado y/o agresivo. Cuando
predomina la somnolencia, con un paciente inatento, se habla de delirium
hipoactivo. Si ambas situaciones se mezclan en el tiempo, se clasifica como mixto.
(2)

El delirium se considera una urgencia médica y si bien el estado mental alterado


puede tener otras causas, ante la duda siempre se debe asumir que el paciente
sufre de delirium y enfrentarlo como tal, ya que las causas pueden ser de riesgo
vital si no son atendidas en forma prioritaria. Es por esto que el equipo de salud
de los servicios de urgencia (SU) debe estar familiarizado con el tamizaje,
diagnóstico y manejo de esta condición. (2)

El mecanismo fisiopatológico todavía no se encuentra bien determinado, sin embargo,


hay una gran probabilidad de estar relacionado con las complejas interacciones entre

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los sistemas de neurotransmisores, con procesos inflamatorios o con situaciones
estresantes. (1)

La presencia de esta alteración mental condiciona las dificultades en la evaluación del


paciente, a nivel funcional y cognitivo; imposibilitando la precisión del patrón del dolor
y/u otros síntomas, una vez que hay una perturbación en la comunicación con la persona
enferma e, impide igualmente la participación de ésta, en las decisiones relacionadas
con su propia condición clínica. (1)

A nivel hospitalario es una de las complicaciones más frecuentes en adultos


mayores (AM), con prevalencias variables dependiendo del tipo de unidad. Por
ejemplo, en unidades quirúrgicas está presente en un 15 a 53% de los AM, según
distintas series. En unidades de medicina general o en unidades geriátricas, entre
un 29-64% de los AM están deliriosos, de los cuales entre un 18 a 35% lo estaban
ya desde la admisión en el SU, en unidades de cuidados críticos, hasta un 80% de
los AM están con delirium y más del 80% de todos los pacientes terminales,
desarrolla delirium antes de su muerte. (2)

Sin embargo, se supone que a pesar de que ya se han definido algunas intervenciones,
es urgente aplicarlas en la práctica, y el tratamiento farmacológico debe reservarse para
los pacientes con agitación importante, con riesgo de trauma físico y, que no respondan
a las medidas no-farmacológicas. Puede considerarse común que un anciano parezca
confuso, pero no se debe considerar una condición normal, por lo que se debe invertir
en estudios concretos que identifiquen los factores de riesgo, las manifestaciones
clínicas del delirio y cuáles son las intervenciones adecuadas ante este grupo vulnerable.
(1)

DESARROLLO

El delirio es un síndrome de insuficiencia cerebral aguda que es la consecuencia


fisiopatológica directa de una afección médica subyacente o exposición tóxica. Según
se caracteriza por la aparición aguda de déficits en la atención, la conciencia y la
cognición que fluctúan en gravedad con el tiempo. El delirio representa una disfunción
cerebral global y, por lo tanto, las deficiencias cognitivas son muy variables, incluidas
las alteraciones en varios dominios, como la memoria, la orientación, el lenguaje, la

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capacidad visuoespacial y la percepción. Las características adicionales incluyen
alteración psicomotora, ciclo de sueño alterado y variabilidad emocional. Los trastornos
psicomotores que se observan en el delirio se han categorizado en tres subtipos
fenotípicos: delirio hiperactivo, hipoactivo y mixto. (3)

El delirio hiperactivo se caracteriza por agitación psicomotora, inquietud y labilidad


emocional y, a veces, se confunde con psicosis primaria, manía o demencia. El delirio
hipoactivo se caracteriza por retraso psicomotor, letargo y disminución del nivel de
respuesta y, a menudo, se pasa por alto o se diagnostica erróneamente como depresión.
El delirio mixto se presenta con características alternas de ambos. (4)

Epidemiología

El delirio es el síndrome psiquiátrico más común observado en pacientes


hospitalizados. La incidencia en las salas de medicina general oscila entre el 11% y el
42% y llega al 87% entre los pacientes en estado crítico (4). Un diagnóstico
preexistente de demencia aumenta cinco veces el riesgo de delirio. Otros factores de
riesgo incluyen enfermedad médica grave, edad, deterioro sensorial y sexo masculino
(5). Las clases de medicamentos deliriogénicos comunes incluyen narcóticos,
hipnóticos (como benzodiazepinas) y anticolinérgicos. La incidencia de delirio es
particularmente alta entre pacientes quemados (39%), pacientes posoperatorios no
electivos (> 50%) y pacientes que reciben ventilación mecánica en la unidad de
cuidados intensivos (UCI) (> 70%) (4).

Factores de Riesgo

El desarrollo del delirio depende de una interacción compleja de múltiples factores de


riesgo. Algunos de estos factores son modificables y son posibles objetivos de
prevención.

Factores de riesgo potencialmente modificables

 Deficiencia sensorial (auditiva o visual)


 Inmovilización (catéteres o sujeciones)

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 Medicamentos (por ejemplo, hipnóticos sedantes, narcóticos, fármacos
anticolinérgicos, corticosteroides, polifarmacia, abstinencia de alcohol u otras
drogas)
 Enfermedades neurológicas agudas (por ejemplo, accidente cerebrovascular
agudo [generalmente parietal derecho], hemorragia intracraneal, meningitis,
encefalitis)
 Enfermedad intercurrente (por ejemplo, infecciones, complicaciones
iatrogénicas, enfermedad aguda grave, anemia, deshidratación, estado
nutricional deficiente, fractura o trauma, infección por VIH)
 Trastorno metabólico
 Cirugía
 Medio ambiente (por ejemplo, ingreso a una unidad de cuidados intensivos)
 Dolor
 Estrés emocional
 Privación sostenida del sueño

Factores de riesgo no modificables

 Demencia o deterioro cognitivo


 Edad avanzada (> 65 años)
 Antecedentes de delirio, accidente cerebrovascular, enfermedad neurológica,
caídas o trastornos de la marcha.
 Múltiples comorbilidades
 Sexo masculino
 Enfermedad renal o hepática crónica (5)

Fisiopatología

Si bien la base fisiopatológica del delirio aún no se ha dilucidado por completo, el


delirio puede conceptualizarse como una vía final común resultante de múltiples
factores que conducen a un estado de función cerebral deteriorada. La inflamación, la
hipoxia y el estrés oxidativo contribuyen a una mayor exposición del cerebro a las
toxinas y a un estado hipocolinérgico-hiperdopaminérgico. La inflamación crea un
estado fisiológico vulnerable, con deterioro de la función cerebral y aumento de la

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permeabilidad de la barrera hematoencefálica. La susceptibilidad a medicamentos
deliriogénicos circulantes, toxinas endógenas y citosinas proinflamatorias puede causar
o mantener el delirio (6).

Los estados hipóxicos transitorios subclínicos conducen a una disminución de la


síntesis de acetilcolina, el neurotransmisor principal del sistema de activación reticular.
El sistema de activación reticular participa principalmente en la regulación del estado
de alerta y la atención, cuya interrupción es un sello distintivo del delirio (7).

Otros trastornos de los neurotransmisores implicados en el delirio incluyen la


deficiencia de melatonina, que da como resultado la interrupción del ciclo sueño-vigilia,
y un exceso de norepinefrina y glutamato.

Diagnóstico

Aunque el delirio es común, el diagnóstico se basa en un alto índice de sospecha, ya


que a menudo no se detecta o se diagnostica erróneamente. En un estudio, se encontró
que hasta el 40% de los pacientes hospitalizados remitidos a una consulta psiquiátrica
por depresión estaban delirando (6). Existen múltiples desafíos para establecer el
diagnóstico de delirio de manera oportuna, incluido el curso fluctuante de los síntomas,
la dificultad para realizar pruebas cognitivas durante los extremos de la alteración
psicomotora, pasar por alto el fenotipo hipoactivo y la necesidad de determinar el
funcionamiento cognitivo inicial. Una evaluación clínica exhaustiva se considera el
estándar de oro para el diagnóstico del delirio, ya que no existe ningún estudio clínico
o biomarcador con alta sensibilidad y especificidad. Aunque los estudios de EEG
(electroencefalograma) suelen mostrar una desaceleración generalizada del delirio, las
tasas de falsos negativos y falsos positivos se acercan al 20%, lo que limita la utilidad
de esta herramienta (7). Se han desarrollado múltiples herramientas de detección del
delirio validado con alta sensibilidad y especificidad, incluido el Método de evaluación
de la confusión y la prueba clínica rápida 4AT para el delirio, que mejoran la detección
del delirio por una variedad de profesionales de la salud (6).

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DISCUSIÓN

El delirio es un síndrome neuropsiquiátrico común en las personas de edad avanzada


(es decir, los 65 años o más) caracterizados por deficiencias concurrentes en la
cognición. y comportamientos. Las etiologías del delirio suelen ser multifactoriales y
se deben a una interacción compleja entre los diversos factores predisponentes y
precipitantes subyacentes. Los factores etiológicos del delirio parecen causar cambios
en la función de la membrana neuronal que a su vez conduce a una serie de aberraciones
de neurotransmisores. La agitación y el letargo que pueden ocurrir en el delirio
aumentan el riesgo de complicaciones, como aspiración, úlceras por presión, embolias
pulmonares y disminución de la ingesta oral, y se ha demostrado que el delirio se asocia
con resultados inferiores incluso después de controlar las características basales y
etiológicas del paciente. Además, cuanto más grave es el episodio de delirio, peor es
el resultado. El diagnóstico de delirio a menudo se pasa por alto en pacientes de edad
avanzada y esta condición a menudo suele ser etiquetado erróneamente como depresión
o demencia, por lo cual es necesario una evaluación cognitiva formal y una historia de
inicio agudo de los síntomas. Sin tratamiento, el delirio puede tener consecuencias
devastadoras en los ancianos, con un alta tasas de morbilidad y mortalidad. (3)

También se ha observado demencia recién diagnosticada después de una


hospitalización complicada por delirio, y algunos investigadores han propuesto que el
delirio tiene una mayor probabilidad de ocurrir en pacientes con demencia
incipiente. También se ha observado que el delirio puede acelerar la tasa de progresión
de la demencia. Los resultados para los pacientes con demencia que desarrollan delirio
son peores que para aquellos que no desarrollan esta condición. Además de presentar
una peor función cognitiva, los pacientes con demencia que experimentan delirio tienen
mayores tasas de hospitalización, institucionalización y muerte. (3)

CONCLUSIONES

 El delirio es un problema grave de salud pública con una alta incidencia y


prevalencia en entornos comunitarios y hospitalarios, particularmente en
personas mayores. La importancia de diagnosticar y tratar el delirium debe ser
incluida a todos los médicos.

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 Se presenta con cuadro clínico variable, por lo cual muchas veces es difícil
distinguir el cuadro de base.
 Además, el delirium es una fuente de distrés adicional tanto para el paciente
como para los cuidadores del mismo.
 Para diagnosticar que el paciente presenta delirio se utiliza algunas herramientas
(como la CAM) que nos ayudan a realizar un diagnóstico definitivo.
 Una completa historia clínica, un examen físico adecuado, laboratorio e
imágenes son necesarios para determinar si estamos ante la presencia de un
cuadro de delirio.
 El tratamiento efectivo de estos pacientes requiere de intervenciones tanto
farmacológicas como no farmacológicas.
 La presencia de delirium, en general, ensombrece el pronóstico del paciente, y
puede estar asociado a un incremento del riesgo de morbilidad y mortalidad y a
un aumento de la cantidad de días de hospitalización.

BIBLIOGRAFIA

1.- Marta Sofia Pão-Mole Bento, Rita Margarida Dourado Marques, Patricia Pontífice
Sousa. Enfermeria Global. [Online].; 2018 [cited 2017 08 27. Available from:
http://scielo.isciii.es/pdf/eg/v17n52/1695-6141-eg-17-52-640.pdf.

2.- Dra. Marcela Carrasco, Dra. Macarena Zalaquett. Delirium: Una epidemia desde
el servicio de urgencia a la unidad de paciente crítico. Revista Medica Clínica Condes.
2017 Febrero 22; 28(2): p. 301-310
3.- Torales, Julio, Barrios, Iván, & Armoa, Luis. (2017). El delirium: una actualización
para Internistas y Psiquiatras. Revista Virtual de la Sociedad Paraguaya de Medicina
Interna, 4(2), 54-64. https://dx.doi.org/10.18004/rvspmi/2312-3893/2017.04(02)54-
064

4.- Thom R, Levy-Carrick N, Bui M, Silbersweig D. Delirium. American Journal of


Psychiatry. 2019;176(10):785-793.

5.- Fong, T. G., Tulebaev, S. R., & Inouye, S. K. (2009). Delirium in elderly adults:
diagnosis, prevention and treatment. Nature reviews. Neurology, 5(4), 210–220.

6.- Elie M, Cole MG, Primeau FJ, et al.: Delirium risk factors in elderly hospitalized
patients. J Gen Intern Med 1998; 13:204–212Crossref, Medline

7.- Maldonado JR: Insuficiencia cerebral aguda: fisiopatología, diagnóstico, manejo y


secuelas del delirio. Crit Care Clin 2017; 33: 461–519.

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