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Transparencia y Equidad en la distribucion de vacunas de COVID 19 en america Latina y el Caribe

El proceso de producción y distribución de las distintas vacunas para el Covid-19 ha puesto de manifiesto, una vez más, la disputa geopolítica y las relaciones asimétricas entre los
países del mundo. Los países occidentales se han asegurado, mediante compras anticipadas, el suministro de las vacunas de los principales laboratorios europeos y estadounidenses,
acaparando el 51% de la producción y dejando a la mayoría de países del Sur global sin acceso a ella o teniendo que depender del sistema COVAX.

Se calcula que un cuarto de la población mundial no tendrá acceso a la vacuna hasta el 2022, incluso si los laboratorios producen al máximo. Esta situación de “farmacolonialismo” y
de patrimonialización de la vacuna, asociado a las patentes, abre un debate sobre la privatización de un bien fundamental que debería tener un código abierto para garantizar la salud
pública mundial, teniendo en cuenta el alcance global de la pandemia y de su impacto en la humanidad.

Mecanismo COVAX
La OMS y otras instituciones multilaterales como el Banco Mundial están enfocadas en financiar y fabricar una vacuna Covid-19 para uso global.

Objetivos COVAX

Producir 2 mil millones de dosis de vacuna en 2021.


Distribuir los 2 mil millones de dosis de manera justa a nivel mundial.
Alcanzar a un 3% de la población mundial, lo que cubriría al personal de salud en todo el mundo.

Impacto en América Latina y el Caribe


Los países de ALC tienen disímiles planes de vacunación que dependen de su capacidad de negociar de manera bilateral con terceros países. En algunos casos, sólo han podido
acceder a los remanentes de las vacunas, después de las compras anticipadas de los países de Europa, Israel, Canadá o EE. UU.
Solución individual: cada país ha resuelto comprar a diversos proveedores, occidentales y no occidentales, a la vez que la mayoría ha adherido al sistema COVAX.

Se ha demostrado sistemáticamente que los adultos mayores, tienen la mayor probabilidad de enfermedad grave y muerte por COVID-19. Las mujeres están sobrerrepresentadas en
trabajos de primera línea en el sector salud, así como en el cuidado de personas mayores, con tasas de exposición más altas al COVID-19. Las tasas letalidad por caso son más altas
para los afrodescendientes e indígenas. Para Brasil, la tasa de mortalidad de los pacientes hospitalizados con COVID-19 es más alta para los afrobrasileños (33,7%) que para la
población blanca (30,3%). Los estudios norteamericanos han examinado que las tasas más altas de mortalidad de los afrodescendientes frente a los blancos se ecplica parcialmente
por la mayor probabilidad de infección asociada con características estructurales de desigualdad como la hacinamiento de entornos residenciales.

Los pueblos indígenas , las personas con discapacidad , y los migrantes corren un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad por COVID-19 debido a desventajas estructurales. Estas
incluyen condiciones de salud preexistentes, acceso limitado a servicios básicos de salud y posibles condiciones de hacinamiento.

Además de priorizar las vacunas a nivel individual, los gobiernos deberian priorizar la vacunación a nivel comunitario en base a vulnerabilidad a COVID-19 por zona geográfica. Se
puede construir un índice de vulnerabilidad a COVID-19 a nivel geográfico (con datos municipales o del tramo censal) utilizando una combinación de variables demográficas,
factores de riesgo del hogar (hacinamiento y pobreza) y medidas de capacidad del sistema de salud.

Dado que las comunidades indígenas y afrodescendientes ofrecen a tener mayores tasas de pobreza, mayores tasas de mortalidad por COVID-19, mayores tasas de hacinamiento y
menor acceso a servicios de salud, los índices de vulnerabilidad comunitaria están altamente correlacionados con la raza y la etnicidad. Por lo tanto, la focalización a nivel
comunitario es una herramienta fundamental para promover la equidad en la distribución de vacunas.

La pandemia ha evidenciado "la tremenda fragilidad de América Latina frente a las farmacéuticas y, a excepción de Cuba, la dependencia en el área científico-tecnológica de los
países del norte y las condiciones que imponen empresas transnacionales”, señala López en relación con los contratos confidenciales y las cláusulas que eximen de responsabilidad al
laboratorio en caso de eventos adversos.

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