Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TITULACION
FASE L
MODULO “DERECHO REGIONAL”
ASESOR: IVAN NOÉ MARTINEZ PONCE
UNIDAD
DERECHOS HUMANOS EN EL SISTEMA DE
ACADÉMIC
RESPONSABILIDAD DE NIÑAS, NIÑOS Y
A DE
DERECHO. ADOLECENTES.
AGRADECIMIENTOS:
A Dios,
A mis profesores Lic. Martin Arturo Soto Juárez, J. Jesús Quiñones Ruiz
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
1. Comparativo reforma constitucional al artículo 16, 17, 18, 19, 20, 21,
22.
2. Nuevo Sistema de Responsabilidad del Menor Infractor.
3. Interés Superior del Menor.
4. Jurisprudencia de Derechos Humanos.
5. Control Difuso de Convencionalidad su Aplicabilidad en el Sistema
de Responsabilidad del Menor Infractor.
INTRODUCCION:
CAPITULO 1
A la par de las importantes reformas hacia una cultura de derechos humanos, que
contrasta con una crisis de Estado que replantea la idea del cambio en el sistema
jurídico y a su vez una nueva política criminal, avanzamos en este tema y en la
actualidad en palabras de Luigi Ferrajoli nos encontramos en “la refundación… de
un derecho de la infancia basado en la garantía de sus derechos”. 1
1
“Prefacio” a García Méndez, Emilio y Beloff, Mary, Infancia, ley y democracia en América Latina, Santa Fe
de Bogotá-Buenos Aires, 1998, p. 11
El concepto moderno de niño surgió en una época tardía de la historia, vinculado
sobre todo a una percepción de extrema vulnerabilidad y, como consecuencia, un
excesivo énfasis en su protección. Este concepto se fue modificando,
principalmente a lo largo del siglo XX, motivado en buena medida por la serie de
estudios sobre el desarrollo, que llevaron a proyectar al niño y adolecente como un
ser con características y necesidades especiales, pero también con capacidades y
autonomía en constante formación. Este cambio lo recoge la Convención sobre los
Derechos del Niño, que termina con la concepción del niño como “menor no
cuidado” para sustituirla por la de “ciudadano en desarrollo” 2
2
HIERRO, Liborio, “los derechos humanos del niño” en Marzal, Antonio (ed.), Derechos humanos del niño,
de los trabajadores, de las minorías y complejidades del sujeto, Barcelona, Bosch-ESADE, 1999, p.24
3
GONZÁLEZ, Contoro Monica “Justicia para adolecentes y Derechos Humanos. P. 6
La llamada doctrina de la “situación irregular” se ha considerado discordante de
los estándares internacionales de derechos humanos del menor como ejemplo de
ello podemos citar la sentencia que dictó la Corte Suprema de Justicia de
Argentina, quien al resolvieron recursos de casación interpuesto por Emilio García
Méndez Y Laura Cristina Musa en la causa No. 7537 el 2 de diciembre del 2008;
mediante el cual declaro la inconstitucionalidad del artículo 1° de la Ley 22.278
relativa al régimen de minoridad y ordeno a diversas autoridades la adopción de
ciertas medidas orientadas por estándares internacionales en la que se abordó
que dicha doctrina no traza una distinción clara entre niños que necesitan
protección y cuidado y los que se encuentran en conflicto con la ley penal, lo que
al final derivo en que corresponde al juez tomar las medidas necesarias y
4
especiales en los ambos casos, permeando el Interés Superior del Menor.
Del análisis conceptual, debemos entender que para efectos del presente trabajo
pretendo comprender a los derechos humanos como el catálogo de derechos de
los que son titulares los niños y adolescentes bajo una doble condición: su calidad
inamovible de seres humanos, y su condición transitoria de menores de edad,
sujeta al paso de los años, que en tal sentido pueden ser concebidos como
humanos, fundamentales, básicos, esenciales, sin ninguna frontera y en su
concepción merecida de baluarte de la dignidad humana, la garantía de vida y
calidad de vida, libertad y desarrollo de potencialidades, y justicia.
4
biblio.juridicas.unam.mx/revista/pdf/DialogoJurisprudencial/9/.../cnt5.pd...
Concuerdo con el Ilustre Maestro Sergio García Ramírez al considerar que
“Estamos en un campo en construcción o en reconstrucción, tanto o más que las
restantes áreas de derechos humanos”.5
2. DERECHOS HUMANOS
Los derechos humanos, de manera general se puede decir que son aquellos que
el hombre tiene por el sólo hecho de ser humano y no porque el estado los
otorgue; esta concepción se refiere a los derechos naturales, definidos por Javier
Hervada como “(…) aquel sector del orden jurídico constituido por normas,
derechos y relaciones cuyo origen y fundamento es la naturaleza del hombre.”
6
(Ius-naturalismo). Otra es la concepción de Los derechos humanos como
derechos subjetivos de todo gobernado y su validez estarían supeditados a la
7
positivación hecha por parte de quien ejerce la potestad. (Ius- positivismo).
5
Derechos humanos de los menores; Perspectiva de la jurisdicción interamericana
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS Serie Estudios Jurídicos, Núm. 152 SERGIO GARCÍA RAMÍREZ,
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO, 2010.
6
HERVADA, J., Historia de la Ciencia del Derecho Natural, EUNSA, Pamplona
1996,31
7
LEVIN, LEAH, Derechos Humanos, Preguntas y respuestas, Librería Correo
de la UNESCO, S.A., México 1998,15
prudentes, que nos lleva a entender al Derecho como un ordenamiento jurídico.
Esto es, un sistema de derechos y obligaciones estatalmente establecido con
fuerza coactiva para organizar a una sociedad a su fin, el “Derecho”, también
puede concebirse como Ciencia y Arte. Es decir, la Disciplina que persigue
conocer el ius y practicar la iustitia. En la historia del derecho, o para ser más
exactos, en la historia del pensamiento jurídico, dos han sido las posturas o
tendencias intelectuales, que si bien, con matices, han implicado una especie de
maniqueísmo ideológico respecto de la manera de comprender el fenómeno
jurídico. Una posición admite la existencia de un orden jurídico no formalizado por
el ser humano, sino preexistente: el ius-naturalismo. La segunda posición concibe
que el único derecho verdadero, tangible, es el vigente, el formalmente válido. A
esta postura se le denomina ius-positivismo. La primera postura, corresponde al
Derecho Natural y se puede concretar en el aforismo que reza iussum quia iustum,
es decir, se manda algo porque es justo. El Derecho Positivo, plantea una posición
opuesta: Iustum quia iussum, o sea, es justo porque está mandado.
Los derechos humanos implican ambas posiciones. No basta que los derechos
elementales se formalicen como derechos públicos subjetivos, lo que se enfatiza
es la forma, y eso es lo único válido. Para el ius-naturalismo, los derechos
humanos se fundamentan en una realidad anterior al derecho positivo o
formalmente válido: la dignidad de la persona humana.
“Los seres humanos nacen iguales en dignidad y derechos. Éstos son derechos
morales inalienables e inherentes que, por el mero hecho de ser hombres, poseen
todos los seres humanos. Estos derechos se articulan y formulan en lo que hoy
llamamos derechos humanos y se han plasmado en derechos legales,
establecidos de conformidad con los procesos legislativos de las sociedades, tanto
8
nacionales como internacionales.”
Establece que los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y
que tienen derecho a la vida, la libertad y la seguridad de su persona, a la libertad
de expresión, a no ser esclavizados, a un juicio justo y a la igualdad ante la ley.
También a la libertad de circulación, a una nacionalidad, a contraer matrimonio y
fundar una familia así como a un trabajo y a un salario igualitario.
9
www.unicef.cl/web/informes/derechos_nino/14.pdf
10
Dr. Rigoberto Gerardo Ortiz Treviño ANÁLISIS DEL CONCEPTO DE DERECHOS HUMANOS, REVISTA AMICUS
CURIAE AÑO: I NUMERO: 6
La Declaración de derechos inglesa de 1689, redactada después de las guerras
civiles que estallaron en este país, surgió de la aspiración del pueblo a la
democracia. Exactamente un siglo después, la Revolución Francesa dio lugar a la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y su proclamación de
igualdad para todos. Sin embargo, muy a menudo, se considera que el Cilindro de
Ciro, redactado en el año 539 a.C. por Ciro El Grande del Imperio Aqueménida de
Persia (antiguo Irán) tras la conquista de Babilonia, fue el primer documento sobre
derechos humanos. En cuanto al Pacto de los Virtuosos (Hilf-al-fudul) acordado
por tribus árabes en torno al año 590 d.C., es considerado una de las primeras
alianzas de derechos humanos.
3. CONTEXTO HISTORICO
La historia del derecho es la disciplina que se ocupa del derecho del pasado. Lo
cual no se limita ni a una mera descripción de las fuentes e instituciones antiguas
ni a una indiscriminada relación de todo aquello que ha regulado la conducta
humana.
12
EGUZKILORE Número 23. San Sebastián Diciembre 2009 279 – 286
www.ehu.es/.../La+responsabilidad+penal+del+menor+en+el+derecho+fr...
la interpretación de la imputabilidad objetiva que revisten de importancia en el
proceso sancionador.
Los países europeos en una primera época (la Escuela clásica), estuvo en vigor el
denominado “modelo punitivo o penitenciario” que consideraba a los niños como
“adultos en miniatura”. Los menores eran sometidos a las mismas reglas que los
adultos. Si el menor era reconocido culpable se le condenaba, siendo su máxima
expresión de benignidad concederles una atenuación de las penas. Este modelo,
fue sustituido a finales del s. XIX y principios del s. XX, por el “modelo de
protección” promovido por los movimientos filantrópicos norteamericanos (the
Child Savers movement), que consideraban al menor como una víctima a la que
había que proteger, reconociendo merecedoras de protección todas aquellas
situaciones denominadas “irregulares”: La ideología tutelar originaria se consolidó
en el primer Congreso Internacional de Tribunales de Menores de París en 1911.
Los Tribunales de Menores tienen su origen en un Decreto Ley español de 1918
en el cual se determinaba su creación, otorgándoles carácter tutelar.
Señala Emilio García Méndez que el modelo al que llama “discrecional pseudo
protector” que trataba en forma indiferente al sujeto activo y al sujeto pasivo de la
violencia, tuvo un predominio absoluto por más de 70 años en América Latina. 13
Los menores podían ser detenidos sin orden de aprehensión e incluso a solicitud
de sus padres; no era necesario que supieran de qué o quién los acusaba;
prácticamente no tenían defensa ni podían apelar las resoluciones del Consejo; no
existía un procedimiento formal en el cual se demostrara el supuesto ilícito o se
14
Mary Bellof, “Estado de avance de la adecuación de la legislación nacional y provincial a la Convención
sobre los Derechos del Niño en Argentina. Tendencias y perspectivas”, separatadel Foro de Legisladores
Provinciales por los Derechos del Niño y la Adolescencia, Salta, 1998; y “Los derechos del niño en la Nación y
en las provincias argentinas”, en Mary Bellof (dir.), Los derechos del niño en las provincias argentinas, Ad-
Hoc, Buenos Aires, 2004, en prensa.
admitieran pruebas de descargo; y, entre otras cosas, se les podía privar de la
libertad por un periodo que no tenía relación con la supuesta falta cometida
El juzgador, por tanto, debe contar con cierto grado de discrecionalidad, la cual
reduce o excluye la intervención penal si se encuentra motivada por argumentos
cognoscitivos seguros. Considera que el delito no es un fenómeno natural y por
consiguiente se deben tomar en cuenta argumentaciones sociológicas que lo
expliquen desde diferentes ámbitos (psicología, política, cultura).
16
Iñaqui Rivera beiras, La devaluación de los derechos fundamentales de los reclusos
(la construcción jurídica de una ciudadanía de segunda categoría), Barcelona,
J.M. bosch, 197,
titulares de derechos”. Surge así, el modelo de responsabilidad que se va a
caracterizar por el reforzamiento de la posición legal del menor, produciéndose un
acercamiento a la justicia penal de los adultos, en lo que a reconocimiento de
derechos y garantías se refiere, así como por la afirmación de una mayor
responsabilidad del joven en relación con el hecho realizado. 17
Las fuentes históricas del derecho regulador para los menores infractores, en lo
relativo a las conductas ilícitas cometidas por menores de edad, nos permiten
entender como la sociedad mexicana ha intentado combatir este problema, porque
ni en el pasado ni el presente hemos quedado satisfechos.
El interés superior del niño debe ser el criterio interpretativo rector que concilie dos
realidades al regular el sistema de justicia juvenil: por un lado, el reconocimiento
de su capacidad racional y de su autonomía, dejando de ser un mero objeto de
tutela, y, por otro, el reconocimiento de su vulnerabilidad dada la imposibilidad
material de satisfacer plenamente sus necesidades básicas, con mayor razón
cuando éstos pertenecen a sectores sociales desaventajados o a grupos
discriminados como el de los menores, la protección del interés superior del niño
significa, entre otras cuestiones, que los tradicionales objetivos de la justicia penal,
a saber, la represión y el castigo, sean sustituidos por una justicia especial,
enfocada a la restauración del daño y a la rehabilitación y reinserción social de la
niña, niño o adolescente, a través de la remisión de casos u otras formas de
justicia restitutiva como se desarrollan en el correspondiente apartado de este
informe, recurriendo lo menos posible a procedimientos judiciales así como a
medidas cautelares o sanciones privativas de la libertad
Por lo que para los estándares internacionales el elemento retributivo del derecho
penal ordinario es inapropiado dentro del sistema de justicia juvenil si lo pretendido
es satisfacer plenamente los objetivos de reintegración y rehabilitación de niños,
niñas y adolescentes infractores de las leyes penales.
Datos interesantes al respecto denotan que algunos países violan sus propias
manifestaciones volitivas, como el caso de Bolivia en el que se establece que los
niños son imputables penalmente a partir de los 16 años. En 13 estados de
Estados Unidos, el límite de edad superior para el sistema de justicia juvenil es
inferior a los 18 años de edad, como es el caso de Connecticut, Carolina del Norte
y Nueva York donde los niños mayores de 15 años son procesados como adultos.
En la mayoría de los Estados del Caribe, los niños pueden ser procesados por el
sistema de justicia juvenil hasta los 16 años de edad, observándose una gran
disparidad en la edad mínima para infringir leyes penales y que algunos Estados
Miembros de la Convención Americana de Derechos Humanos, que consideran
responsables por infringir las leyes penales a niños incluso menores de 12 años.
Por ejemplo, en Granada, Trinidad y Tobago y algunos estados de Estados
Unidos, los niños de 7 años pueden infringir las leyes penales. En Antigua y
Barbuda, San Kitts y Nevis, y San Vicente y las Granadinas, dicha imputabilidad
inicia a los 8 años. En Bahamas, Guyana y Surinam, se imputa a niños a partir de
los 10 años por infringir las leyes penales, mientras que en Barbados la edad
mínima es de 11 años. En otros Estados Miembros como por ejemplo, en
Dominica, Santa Lucía, Jamaica, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Costa Rica,
Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Panamá, Perú y Venezuela la edad
mínima para infringir leyes penales es de 12 años. En Haití, Guatemala,
Nicaragua, República Dominicana y Uruguay se ha establecido como edad mínima
de responsabilidad por infringir las leyes penales los 13 años. En Chile, Colombia,
y Paraguay los niños son responsables a partir de los 14 años. El límite de edad
más elevado en la región ha sido establecido en Argentina, donde la edad mínima
de responsabilidad para infringir leyes penales es de 16 años y únicamente con
respecto a delitos que no sean de acción privada o reprimidos con pena privativa
de la libertad que exceda de dos años, con multa o con inhabilitación.
Más de los lineamientos claros de la política humanitaria internacional, que sin
duda alguna afecta de sobre manera el caso de México, nuestro trabajo tiene
como objetivo planear lineamientos claros que faciliten la interpretación, aplicación
e implementación de una cultura de derechos humanos en un grupo nuclear de la
sociedad, como son los niños, niñas y adolecentes.
La Convención Intencional sobre Derechos del Niño fue aprobada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en su resolución 44/55 del 20 de noviembre de
1989, culminado un proceso que había comenzado con los preparativos para el
Año Internacional del Niño de 1979, dando inicio a un nuevo periodo: el de la
ratificación por los Estados miembros y el establecimiento de un Comité de
Vigilancia. Su ratificación por veinte países -el numero requerido por el
instrumento para su entrada en vigencia- ocurrió menos de un año después de su
aprobación, lo que la convierte en el tratado que más rápidamente entró en vigor
en la historia de los tratados de derechos humanos; además de ser el instrumento
que más países han ratificado de entre los que se refieren a derechos humanos
(192 Estados Partes).
• La obligación de respetar las garantías de inocencia del menor, así como de ser
informado sin demora y directamente de los cargos en su contra;
Destacado por el art. 3, entre los demás principios rectores (no discriminación –art.
2–, supervivencia y desarrollo –art. 6– y participación –art. 12), el interés superior
del niño, el art. 40 de la Convención regula “el derecho de todo niño de quien se
alegue que ha infringido las leyes penales o a quien se acuse o declare culpable
de haber infringido esas leyes, a ser tratado de manera acorde con el fomento de
su sentido de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del niño por los
derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se
tengan en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la reintegración
del niño y de que éste asuma una función constructiva en la sociedad”.
iii) Que la causa será dirimida sin demora por una autoridad u órgano judicial
competente, independiente e imparcial en una audiencia equitativa conforme a la
ley, en presencia de un asesor jurídico u otro tipo de asesor adecuado y, a menos
que se considerare que ello fuere contrario al interés superior del niño, teniendo en
cuenta en particular su edad o situación y a sus padres o representantes legales;
iv) Que no será obligado a prestar testimonio o a declararse culpable, que podrá
interrogar o hacer que se interrogue a testigos de cargo y obtener la participación
y el interrogatorio de testigos de descargo en condiciones de igualdad;
vii) Que se respetará plenamente su vida privada en todas las fases del
procedimiento.” Asimismo, la Convención otorga plenamente carta de naturaleza
al intervencionismo mínimo en el plano penal, el cual ha de plasmarse, al menos,
en una cuádruple vertiente (art. 40.3 y 4):
Al mismo tiempo declara que los menores privados de libertad han de ser tratados
(art. 37 c) “con la humanidad y el respeto que merece la dignidad inherente a la
persona humana, y de manera que se tengan en cuenta las necesidades de las
personas de su edad”, obligando a la separación de los niños privados de libertad
respecto de los adultos –a no ser “que ello se considere contrario al interés
superior del niño” – y garantizando su “derecho a mantener contacto con su familia
por medio de correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias
excepcionales”.
La Convención fue “...planteada como techo (de los derechos de los niños), y no
como piso”; que ocupó “...la centralidad del debate en torno de la protección de la
infancia” y que “...lleva lo políticamente correcto a extremos paradigmáticos”.
RESOLUCIONES DE LAS NACIONES UNIDAS
19
www.unicef.org/spanish/protection/index_22129.html
garantizarse el ejercicio pleno de los derechos y el desarrollo de las capacidades
de los niños, niñas y adolescentes.
a conocer la acusación,
a no contestar,
a la asistencia de abogado,
a la apelación o recurso.
Establecidos estos principios generales, las reglas entran a regular los diversos
aspectos de la intervención:
Las Reglas de Beijing se refieren a la justicia para menores “...como una parte
integrante del proceso de desarrollo nacional”. Deben ser observadas en la
sustanciación de procedimientos seguidos a los adolescentes, que a pesar de
referirse a la “administración de justicia”, también abarca aspectos de prevención,
tratamiento “penitenciario” y de otro tipo de medidas, así como la investigación, la
planificación y la formulación y evaluación de políticas, por lo que se trata de un
instrumento que abarca todo el sistema de seguridad pública, aunque con especial
tratamiento al sistema de justicia penal.
20
www.unicef.org/spanish/protection/index_22129.htm
reintegración de los menores a la sociedad (regla 29)– y la frecuente y pronta
concesión de la libertad condicional, que ha de acompañarse de la
correspondiente asistencia por parte del funcionario supervisor y el pleno apoyo de
la comunidad (regla 28), son igualmente preocupaciones claves de las Reglas de
Beijing.
La libertad condicional;
La incautación o confiscación;
El arresto domiciliario;
Aun así, incluso en una fase posterior, cuando el juez ya dictó sentencia, también
se pueden adoptar otras medidas sustitutivas con el fin de evitar la reclusión del
delincuente que ya ha sido condenado, prestándole asistencia para lograr su
“pronta reinserción social” como, por ejemplo:
- el derecho al uso de las propias prendas de vestir (regla 36) y a una alimentación
adecuada, “servida a las horas acostumbradas, en calidad y cantidad que
satisfagan las normas de la dietética, la higiene y la salud y, en la medida de lo
posible, las exigencias religiosas y culturales (regla 37);
- la posibilidad de elección por parte del menor de la clase de trabajo que desee
realizar, en el marco de “una selección profesional racional y las exigencias de la
administración del establecimiento” (regla 43): un trabajo que goce de la
protección aplicable al trabajo de niños y trabajadores jóvenes, conforme a las
normas nacionales e internacionales (regla 44), que dé lugar a una justa
remuneración (regla 46), asimilado al libre y que “complemente la formación
profesional impartida a fin de aumentar la posibilidad de que encuentre un empleo
conveniente” (regla 45);
Este instrumento define en forma detallada las formas de violencia contra la mujer,
incluyendo la violencia física, sexual y psicológica, y establece que toda mujer
tiene derecho a una vida libre de violencia, además de todos los derechos
humanos consagrados por los instrumentos regionales e internacionales. Los
Estados partes de este instrumento acuerdan condenar todas las formas de
violencia contra la mujer e investigar, enjuiciar y sancionar tales actos de violencia
con la debida diligencia, en razón de lo cual deberán adoptar tanto políticas como
medidas específicas orientadas a prevenirlos, sancionarlos y erradicarlos.
El párrafo primero señala que todo individuo tiene derecho a ser oído, lo cual
comprende:
a) El derecho a apelar ante los órganos nacionales competentes, los actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos y garantizados por las
convenciones, leyes, reglamentos y costumbres en vigor.
d) El derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable por una corte o tribunal
imparcial
• En la parte especial del CPF, para tipificar los crímenes en forma idéntica a los
artículos 6, 7 y 8, incluyendo en estas normas algunas disposiciones sobre la
aplicación de la parte general que no se desearan modificar, respecto de la
comisión de otros delitos no considerados como crímenes internacionales;
• También en la parte especial, la inclusión de los delitos contra la administración
de justicia de la CPI, atendiendo al artículo 70.4 del Estatuto;
• Entrega de nacionales;
• Principio de legalidad;
• Principio de culpabilidad;
• Inmunidades e inviolabilidades.
Las obligaciones que derivan de ésta no se cumplen únicamente con no violar los
derechos y libertades proclamados en ellos (deber de respeto), sino que
comprenden también una obligación de garantizar su libre y pleno ejercicio a toda
persona que esté sujeta a su jurisdicción (deber de garantía). Ambas obligaciones
se encuentran consagradas en el artículo 1. 1 de la Convención Americana.
Impunidad normativa: su fuente en una norma jurídica que conlleva a una renuncia
expresa o extinción por parte del Estado del ejercicio de su potestad punitiva en
cuanto a su pretensión o sanción. La renuncia o extinción por parte del Estado al
ejercicio del ius puniendi puede tener su origen ya sea en una norma jurídica
dictada con posterioridad a la realización de las conductas criminales, como ocurre
con las denominadas leyes de auto amnistías o bien en normas jurídicas dictadas
con anterioridad al hecho punible como ocurre con la prescripción de la acción
penal y otras excluyentes de responsabilidad penal
Estados partes tienen el deber de tomar las providencias de toda índole para que
nadie sea sustraído de la protección judicial y del ejercicio del derecho a un
recurso sencillo y eficaz, en los términos de los artículos 8o. y 25 de la
Convención. Los Estados partes en la Convención que adopten leyes que tengan
este efecto, como lo son las leyes de auto amnistía, incurren en una violación de
los artículos 8o. y 25 en concordancia con los artículos 1.1 y 2o. de la Convención.
Las leyes de auto amnistía conducen a la indefensión de las víctimas y a la
perpetuación de la impunidad, por lo que son manifiestamente incompatibles con
la letra y el espíritu de la Convención Americana. Este tipo de leyes impide la
identificación de los individuos responsables de violaciones a derechos humanos,
ya que se obstaculiza la investigación y el acceso a la justicia e impide a las
víctimas y a sus familiares conocer la verdad y recibir la reparación
correspondiente y señalo como consecuencia de la manifiesta incompatibilidad
entre las leyes de auto amnistía y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, las mencionadas leyes carecen de efectos jurídicos y no pueden seguir
representando un obstáculo para la investigación de los hechos que constituyen
este caso ni para la identificación y el castigo de los responsables, ni puedan tener
igual o similar impacto respecto de otros casos de violación de los derechos
consagrados en la Convención Americana acontecidos en el Perú.
Los factores exógenos que propician una impunidad estructural son aquéllos que
se encuentran fuera de lo que podríamos denominar un ámbito legal o judicial, y
que se manifiestan básicamente a través de la ausencia de denuncias de hechos
punibles por miedo de tener represalias o consecuencias desfavorables o
simplemente por desconfianza con el sistema judicial como una alternativa viable,
capaz de solucionar los conflictos que son llevados a su conocimiento. Por su
parte, los factores endógenos son aquéllos que se encuentran en el ámbito judicial
propiamente y se manifiestan principalmente a través de la existencia de una
legislación especial para juzgar determinados delitos como ocurre en el caso de la
jurisdicción militar, de la insuficiencia en la actividad investigativa por parte de las
autoridades pertinentes, de la falta de cooperación de las autoridades
administrativas y de la sobrecarga de la justicia penal cuál sería la consecuencia
de una decisión de la Corte Interamericana que ordena a un Estado investigar y
sancionar a los responsables de violaciones de derechos humanos, o sea que
ejerza efectivamente el iuspiniendi con los principios de la cosa juzgada y non bis
in idem, cuando los perpetradores de graves violaciones a los derechos humanos
han sido absueltos ya sea por una sentencia judicial o porque no se les puede
perseguir debido al transcurso del tiempo o porque se les ha aplicado alguna
excluyente de responsabilidad penal.
La creación de figuras como la cosa juzgada penal ha tenido como objetivo poner
punto final a los conflictos que se presentan en las sociedades mediante la
creación de un espacio de seguridad jurídica a través de la firmeza de las
decisiones judiciales, cerrando toda posibilidad de que se emita por la vía de
apertura de un nuevo proceso u otra decisión que se oponga o contradiga a la que
goza de esa autoridad. De esta manera, la cosa juzgada es un instituto que
cuando se presenta como consecuencia de un proceso justo, contradictorio y
respetuoso de todas las garantías procesales, cumple con el propósito que
provocó su nacimiento, esto es la seguridad jurídica y la creación de certezas
respecto de la solución de conflictos sometidos a conocimiento del Poder Judicial,
transformando tal decisión en inmutable, vinculante y definitiva. Es así que “la
cosa juzgada cumple tanto una función negativa, que es prohibir a los funcionarios
judiciales conocer, tramitar y fallar sobre lo resuelto, así como una función positiva,
que es dotar de seguridad a las relaciones jurídicas y al ordenamiento jurídico”
Toda vez, que cada día más, en nuestro territorio nacional, miembros de la
delincuencia organizada realizan con un gran peligro sus acciones, lo que trae
como consecuencia mayor violencia generada entre ellos mismos por los ajustes
de cuentas, así como por las agresiones en contra de miembros de corporaciones
policiales.
Existe cierta sensación de ciudadanía de mundo: que esa idea de las cosas del
mundo estaba limitada, hasta hace muy poco tiempo, a los dirigentes de los
países, que eran prácticamente los únicos que tenían información, y a una seria
de intelectuales que leían periódicos de otros países y en otras lenguas- sentencia
barrios altos vs. Peru 2001 corte interamericana de derechos humanos.
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino
también la interpretación que de este ha hecho la Corte Interamericana, intérprete
última de la Convención Americana. Esto se precisa aún más en el Caso Cabrera
García y Montiel Flores vs. México cuando la Corte señaló que esta obligación se
extiende a los «órganos vinculados a la administración de justicia en todos los
niveles», lo que supone una lectura más amplia que la anterior.
Finalmente, en el Caso Rosendo Cantú y otra vs. México, la Corte estableció que,
independientemente de las reformas legales que el Estado deba adoptar, las
autoridades judiciales, con base en el control de convencionalidad, deben disponer
inmediatamente y de oficio el conocimiento de los hechos por el fuero penal
ordinario en sustitución del fuero militar. 22
De esta forma, el juez no solo aplicaría bien los estándares internacionales sino
que evitaría, de realizarse correctamente tal análisis, que más casos lleguen al
conocimiento de la Corte cumpliendo, en última instancia, con la función
preventiva del Sistema Interamericano. Esto no debe ser entendido, sin embargo,
en el sentido de que si un juez realiza el control de convencionalidad, la Corte
pierde competencia en el caso. Por el contrario, la Corte Interamericana detenta
plena competencia en la materia y puede siempre conocer un caso si es que se
cumplen con los requisitos de admisibilidad procesal. Concretamente, en el Caso
Cabrera García y Montiel Flores vs. México, el Estado presentó una excepción
preliminar al considerar que la Corte no debía conocer el caso porque los
tribunales nacionales ejercieron ex officio un «control de convencionalidad» entre
las normas internas y la Convención Americana. Al respecto, la Corte señaló que,
será en la etapa de fondo en la que se determinará si el presunto control de
convencionalidad que alegó el Estado involucró un respeto de las obligaciones
internacionales del Estado, a la luz de la jurisprudencia de este Tribunal y del
Derecho internacional aplicable.23
22
Cf. Corte IDH. Caso Rosendo Cantú y otra vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia del 31 de agosto de 2010, párrafo 219. También cf. Caso Radilla Pacheco vs. México. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 23 de noviembre de 2009, párrafo 339; y Caso
Fernández Ortega vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 30 de
agosto de 2010, párrafo 237. El derecho al debido proceso en la jurisprudencia de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos Elizabeth Salmon y Cristina Blanco Instituto de Demorcracia y Derechos Humanos de
la Universidad Catolica del Peru 2012 Lima Pp. 49
23
Caso Fernández Ortega vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 30
de agosto de 2010, párrafo 237. Cf. Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 26 de noviembre de 2010, párrafo 21 Op Cit. 17
Interamericano, sin tener que esperar un pronunciamiento internacional que
retrasa la obtención de justicia y pone el peso de la espera sobre la víctima.
Esta reforma introduce avances tan importantes como el hecho de definir quiénes
son menores de edad, con lo cual se elimina la posibilidad de que cualquier
legislación pueda considerar como penalmente responsable a un menor de 18
años
24
Análisis de la Legislación en Materia de Justicia para Adolescentes. Juan Carlos Cervantes Gómez
meses, contado a partir de la entrada en vigor del decreto, con el que contaban los
estados de la Federación y el Distrito Federal para crear las leyes, instituciones y
órganos que requirieran para la aplicación de la reforma, mismo que finalizó el 12
de septiembre de 2006.
Este fenómeno ha impactado de tal manera la ciencia del derecho penal que,
actualmente, de todo estudio moderno de esta materia así como sus teorías (ley
penal, delito, pena, procedimiento) se ha excluido sistemáticamente lo referente a
la realización de conductas por parte de los menores de edad, con base en que
actualmente estos no cometen delitos, y el tema que se trata es exclusivamente
con referencia a la administración de justicia para menores infractores. Sin
embargo para combatir esta omisión, debemos considerar los principios del
derecho penal, así como los de otras ramas del derecho como lo es el derecho
familiar, pues no podemos negar la coordinación que existió entre ellas como
ejemplo citare el artículo 413 del código civil para la república en materia federal y
para el distrito federal, en el que se establecía: “La patria potestad se ejerce sobre
la persona y los bienes de los hijos. Su ejercicio queda sujeto, en cuanto a la
guarda y educación de los menores, a las modalidades que impriman las
resoluciones que se dicten de acuerdo con la ley sobre la previsión social de la
delincuencia juvenil en el Distrito federal”. A pesar de que este precepto estuvo
vigente hasta el 2000, la ley a la que se refería, conocida como Ley Michelle
quedo derogada en 1929, sin que se hubiera hecho el ajuste correspondiente, esto
sirve de ejemplo para ilustrar la idea de la desintegración, y por ende, la necesidad
de recapitular en estrategia y metodología para desarrollar una atención integral
para atender a los menores infractores.
El artículo segundo transitorio de la reforma obligó a la federación, a los estados y
al Distrito federal a implementar el sistema en el ámbito de competencias en un
plazo máximo de seis meses, a fin de que se establecieran instituciones,
tribunales y autoridades especializadas lo establecido por el artículo transitorio en
comento, algunos estados como chihuahua, Durango, Estado de México,
Guanajuato, Nuevo león, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, tabasco,
Tlaxcala, Veracruz, y Zacatecas adecuaron sus legislaciones y crearon la figura de
un juez de ejecución especializado, el cual pretende ser un verdadero garante de
la ejecución de las medidas y protector de los derechos humanos del adolescente
en esta etapa del procedimiento penal.
25
www.cndh.org.mx/sites/all/fuentes/.../informes/.../2006_adolescentes_1.p...
ACLARACIÓN DE SENTENCIA EN LA CONTRADICCIÓN DE TESIS 44/2007-PS.
ENTRE LOS CRITERIOS SUSTENTADOS POR EL QUINTO TRIBUNAL
COLEGIADO DEL OCTAVO CIRCUITO Y EL TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIA PENAL DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO.
En las relaciones jurídicas que vienen al caso son sujetos el niño y el adolescente;
también la familia —con personalidad jurídica propia o sin ella—, la sociedad —
constantemente invocada— y, por supuesto, el Estado. La autonomía de un
sistema jurídico tan extenso y complejo tiene un hilo conductor: el desarrollo de los
menores de edad; a él se disciplinan los deberes y los poderes de los otros sujetos
comprendidos por esa misma rama autónoma —si lo es— del ordenamiento.
26
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en resolución de amparo en revisión 935/2006, estableció que
“Debe considerarse que, a partir de la fecha de inicio de la vigencia de la reforma constitucional del art 18,
en términos del artículo segundo transitorio; las autoridades dejaron de tener facultades para investigar,
perseguir, sancionar y ejecutar sanciones, derivadas de la comisión de conductas previstas como delitos
imputables a apersonas menores a dieciocho años de edad.
27
Punto 56 de las Directrices de Riad.
la justicia para adolescentes deberán estar especialmente
preparados y capacitados. La regla 6.3 de Beijing prescribe de
igual manera que quienes ejerzan facultades (en especial por
tener cierto grado de discrecionalidad) deberán estar
especialmente preparados “para hacerlo juiciosamente y en
consonancia con sus respectivas funciones o mandatos”.
d) Interés Superior del Adolecente. El interés superior del
adolecente debe ser consideración primordial en caso de que
haya que ponderar frente a otras posibles consideraciones. Al
mismo tiempo presenta un criterio jerarquizados que obliga al
estado a optar por los derechos del adolecente en caso de
conflicto.
e) Debido proceso legal; Estas han sido enumeradas en la
opinión consultiva OC-17/2002, del 28de agosto de 2002, de
la Corte Interamericana de derechos humanos:
f) Principio de Proporcionalidad. Supone que la medida
impuesta el adolecente por la comisión de la conducta
antijurídica será proporcional a esta, sin atender a
consideraciones de peligrosidad del individuo. Las reglas de
Beijing reconocen dos tipos de proporcionalidad; una de
carácter abstracto, que se refiere al delito, y que debe estar
contemplada en el tipo penal, y otra concreta, que ordena
tomar en consideración ciertos factores para la
individualización de la pena; por ejemplo, la situación familiar
del adolecente, su condición social, el daño causado, etc. 28
g) Independencia entre remisión y juzgamiento. La separación
entre autoridad que realiza la investigación y el juez que
conoce la causa es indispensable para garantizar la
imparcialidad y el principio de contradicción que según la
opinión consultiva de la Corte Interamericana de derechos
28
González Palencia, Luis y Cruz, Jesús, “El menor frente al derechos penal: problemas y alternativas”, Los
menores ante el sistema de justicia, México, Comisión Nacional de Derechos Humanos, 1995, p.52
humanos, se interpreta como una garantía del debido
proceso, es imprescindible que se encuentren claramente
definidos los roles procesales y la participación activa del
Ministerio Publico como parte acusadora y la defensa para
hacer valer sus respectivas pretensiones. Supone que ambas
partes pueden comparecer, ofrecer pruebas y que será un
juez imparcial quien determine si han quedado acreditados o
no los hechos imputados al adolecente.
h) Desjudicialización (Formas alternativas de justicia). La
reducción o eliminación del al judicialización de los casos en
los que interviene un adolecente se encuentra contemplado
en los instrumentos internacionales, siempre y cuando esto no
implique el menoscabo de los derechos de las partes. La
mayoría de las leyes estatales contemplan justicia
restaurativa, conciliación y la suspensión de juicio a prueba ,
con la intención de que las controversias se resuelvan por
vías no judiciales minimizando la intervención punitiva y que
brinden al adolecente en conflicto con la ley una experiencia
de legalidad de ser consiente del bien jurídico lesionado
desde la visión de la víctima.
i) Diversificación de las medidas y privación de libertad como
último recurso y por el tiempo más breve que proceda (solo
para mayores de catorce años). El objetivo de la
Diversificación de sanciones consiste en brindar al juez,
alternativas para no privar de la libertad así como para no
vincular la consecuencia con el acto ilícito. Por otra parte,
algunas medidas tienen como finalidad la protección del
adolecente a través de la restricción de frecuentar lugares y
personas que son factor de riesgo para la comisión de ilícitos.
En correlación con la regla 18 de Beijing establece que la
autoridad podrá adoptar diversidad de decisiones para evitar
en la medida de lo posible el confinamiento. Se trata, según el
comentario de a la 19 regla de Beijing, de evitar los efectos
negativos que ocasionan el aislamiento y la perdida de
libertad, especialmente en los adolescentes.
j)Fin de la medida. El objetivo de las medidas contempladas en el
texto constitucional es la reintegración social y familiar del
adolecente. En este sentido, las medidas cumplen una doble
función; pues se trata de una consecuencia jurídica que se
atribuye a la realización de un conducta tipificada como delito,
pero al mismo tiempo cumple con la finalidad de prevención
general positiva, en tanto busca que el adolecente adquiera
una formación para llevar una vida sin delitos. 29
Estas son las consecuencias que las transformaciones del Estado contemporáneo
han supuesto en el renglón de la actividad legislativa, Bastará señalar que el
proceso de “inflación legislativa” que afecta a todos los órdenes (y, dentro de ellos,
al penal, si bien en este caso con incidencia de factores específicos de los que nos
ocuparemos en páginas posteriores) embute sus más gruesas raíces en el
mencionado proceso histórico, como consecuencia del nuevo papel promotor
conferido al Estado, que asume de esta manera la tarea de “estructurar la
sociedad” a través de la actuación de los poderes públicos.
Ángeles Galiana Saura, en una importante monografía, ha hecho notar cómo ello
conduciría a una “crisis del derecho” derivada del desenfrenado incremento en la
producción legislativa, expresada, a su vez, en una pérdida de generalidad y
abstracción de las leyes, así como a un amplio proceso de delegación legislativa y
de descodificación; trasunto de ello ha sido una legislación fragmentada en una
multitud de normas desordenadas, confusas, rápidamente cambiantes y cada vez
más técnicas o especializadas.30
29
Burgos M., Alvaro, La pena sin barrotes en la jurisdicción penal juvenil, San Jose, Costa Rica, Conamaj,
2005, p8.
30
Galiana Saura, Ángeles La legislación en el Estado de derecho, Madrid, Dykinson, 2003
El modelo de leyes claras, precisas y sistematizadas, más allá de las concretas
vicisitudes de su instrumentación, refleja una opción política proclive a la garantía
de los derechos, y a los principios de certeza y seguridad jurídica como valores del
ordenamiento jurídico. “El signo de nuestro tiempo parece ser el recurso a la
tipificación penal como medida taumatúrgica capaz de exorcizar per se todos los
problemas sociales.”31
Luigi Ferrajoli, quien analiza dicho fenómeno con referencia al ámbito italiano, pero
cuyas reflexiones resultan perfectamente aplicables a nuestro entorno— escribe
“que el desarrollo hipertrófico provocado por una legislación aluvial ha ampliado
desmesuradamente la esfera de las prohibiciones penales, provocando una
producción en sentido reglamentista de la legislación penal, avocada a la
descodificación, con el consiguiente incremento de incertidumbre, de antinomias,
de concurso de normas y delitos; un incremento, en suma, de la irracionalidad del
sistema, de modo que hasta los juristas tienen hoy dificultades para orientarse en
la selva de leyes especiales que se hacinan extra codicem y para devanar los
innumerables problemas de definición, coordinación y diferenciación entre tipos de
contenido análogo y, lo que es peor, formulados de manera vaga y oscura.” 32
31
Galiana Saura, Ángeles, op. cit., nota 19, pp. 26.
32
ENRIQUE INZUNZA CÁZARES, LA EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL Y EL MANDATO DE
DETERMINACIÓN UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
ESCUELA LIBRE DE DERECHO DE SINALOA
MÉXICO, 2009, Pp.
Garland llama “un trabajo de justicia social y educación moral, más que de política
penal. Y si el castigo es inevitable, se debe considerar como una expresión moral
y no como algo meramente instrumental”. 33
Ante tal situación, para que pueda establecerse un juicio de culpabilidad respecto
de un adolescente, es necesario que se verifiquen los siguientes presupuestos:1)
madurez moral —capacidad de comprensión—, y 2) capacidad de transformación
de lo conocido en un comportamiento actual —capacidad de control de la acción—
2) capacidad de transformación de lo conocido en un comportamiento actual —
capacidad de control de la acción— El hecho de que exista una presunción legal
de inimputabilidad en los niños es entendida en la doctrina en dos vertientes: 1)
presunción irrefutable de inimputabilidad, o 2) regulación de la exclusión de la
responsabilidad. Para el primero de los grupos, la presunción irrefutable de
inimputabilidad tiene su fundamento en que “la presunción es la experiencia de
que los niños no se pueden definir como iguales, careciendo por ello de
competencia para cuestionar la validez de la norma”.
33
David Garland, Castigo y sociedad moderna. Un estudio de teoría social, México, Siglo Veintiuno, Pp. 190.
dentro del ámbito de aplicación de las normas penales para adolescentes
imputables.34
Según Radbruch, bien está que los penalistas, los juristas y los criminólogos
procuremos mejorar el Derecho penal; pero, él consideraba preferible que
procuremos crear algo mejor que el Derecho penal, que procuremos crear otro
paradigma distinto36
Tiene razón Zaffaroni cuando dice que en realidad el Estado, por bueno que
parezca, siempre es Estado, y que todo esfuerzo porque se encapsule ese poder
del Estado es correcto.
A veces piensa uno en ello cuando ve cómo y en qué condiciones los tribunales,
aplicando la doctrina constitucional de la prueba prohibida, optan por la libertad,
incluso en casos de culpabilidad manifiesta.
Al final tienen razón los que mantienen que hay que velar radicalmente por las
garantías fundamentales en el proceso para evitar —precisamente— estas
operaciones del Estado cuando —en términos de Zaffaroni— se desencapsula.
35
Informe sobre la justicia para adolescentes en conflicto con la ley penal en México Estado actual después
de las reformas constitucionales de 2005, 2008 y 2011 INSTITUTO DE JUSTICIA PROCESAL PENAL, AC México
Primera edición: Mayo 2013 Pp. 49
36
Gustav RADBRUCH: Der Mensch im Recht, Ausgewählte Vorträge und Aufsätze über Grundfragen des
Rechts, Göttingen, 2.ª edición, 1961, p. 57
Actualmente, más que en otros tiempos, las toxicomanías provienen de (y abocan
a) problemas transpersonales porque vivir es convivir, mayormente en este mundo
posmoderno en que las fronteras geográficas unen más que separan. Hoy en día
resalta más la dimensión transpersonal, la excentricidad (en el sentido lacaniano)
del hombre y de la mujer. Y hoy las drogas, en muchos casos, subrayan
especialmente que el centro de cada uno está en los demás. Muchas personas se
drogan porque sienten (o echan de menos) intensamente esa tendencia innata al
abrazo con los demás, a la gran sociedad, a la res-pública. La toxicomanía, en
muchos casos, se opone a la soledad, busca superarla a cualquier precio.
Muchos estudios prueban hoy que hay una relación fuerte entre la
drogodependencia y la criminalidad. La Recomendación 989 (año 1984) del
Consejo de Europa, relativa a la lucha contra el abuso y el tráfico de drogas insiste
en la necesidad de reforzar la lucha contra el gran tráfico de drogas especialmente
insistiendo en la internacionalidad de este tráfico y en los lazos que hay,
indiscutiblemente, con las redes de tráfico de armas y del terrorismo. Teniendo en
cuenta el hecho, extremadamente preocupante, de que grandes sumas de dinero
que provienen de la venta ilegal de drogas son utilizadas para financiar el
terrorismo internacional.
Nosotros sabemos que esa persona normal (más o menos) disfruta de libertad
jurídica, y por lo tanto, según el Código penal puede merecer un reproche jurídico.
Así nos lo confirman los peritos correspondientes. Pero, del interior ético de su
conciencia no conocemos nada. Ni la Iglesia, ni ningún psicoanalista, ni ningún
psiquiatra, nadie puede decir que una persona es éticamente menos digna que
otra, aunque haya cometido delitos graves. El fondo de la libertad permanece
oculto, es un misterio, afortunadamente. Por lo tanto, todos merecemos igual
respeto en cuanto a la culpabilidad ética, aunque tal respeto no impida la sanción
penal.
37
CONTRA LA DROGODEPENDENCIA EN BUSCA DE ALGO MEJOR QUE LA LEGISLACION ACTUAL Antonio
Beristain
futuro sería la criminalidad de la astucia, es todo el llamado derecho penal
económico en sentido amplio, desde el núcleo del fraude hasta la corrupción y el
delito contra el medio ambiente. Crecimiento económico, globalización, tasas de
beneficio, ingeniería financiera, transparencia en el mercado, etcétera, han
producido una nueva criminalidad —que estoy seguro asombraría a Donald
Sutherland—, y para luchar contra ella un entero derecho penal económico.
Todo lo que se llama derecho penal moderno no es más que la adaptación del
derecho penal a las modernas condiciones de vida social del tiempo
contemporáneo que requieren nuevas formas y nuevos instrumentos de protección
de esas nuevas necesidades sociales. El derecho penal moderno, el derecho
penal económico, el derecho penal del riesgo no son un capricho de los Estados
que persiguen medidas meramente simbólicas.
Todo lo expuesto forma parte de nuestro mundo moderno. El Estado tiene que
garantizar a la sociedad, sacudida por el impacto de los medios, que hace algo. Lo
que hay que procurar es que haga las menores barbaridades posibles, y los
penalistas debemos de comunicar a la sociedad que el Estado lo hace con los
costos sociales menos elevados. Pero en todo caso, lo que no nos podemos
permitir los penalistas es que haya en las normas penales espacios en los que la
víctima no esté protegida, debiendo estarlo.
Es difícil medir cum granus salis , pero creo que el factor de más fuerza en el
establecimiento de la no impunidad lo ha desarrollado en el tiempo
contemporáneo la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con lo que se ha
ganado con creces su futuro.
Se debe contar con una política criminal preventiva y socialista con estrategias
políticas para la clase trabajadora que ayuden a cambiar sus condiciones de
marginación y explotación. Los medios que protegerán los intereses de la clase
trabajadora serán: proporcionalidad entre delito y castigo, norma abstracta y
general, delito relacionado con el acto y no con el autor, reducción de la
intervención penal como instrumento de control social, distinción entre Derecho y
moral, y oposición a la utilidad de la pena. 38
LOS MARAS
38
luigi ferrajoli y zolo, “Marxismo y cuestión criminal. Democracia autoritaria y capitalismo tardío”, p. 47.
En principio, estas leyes para menores infractores están implícitamente dirigidas a
miembros de maras, porque indican la acción delictiva como delito, pero también
tienen una connotación marcada hacia un estatuto personal, con lo cual tipifican
como delito la “pertenencia” a las maras, independientemente de la comisión o no
de un delito. En cambio, la legislación especial marco para los menores en riesgo
y en conflicto con la ley, sustentada en la implementación de la Convención de los
Derechos del Niño, obvia cualquier tipo de penalización por pertenencia de
personas menores de edad a agrupaciones determinadas.
Esta segunda ley fue igualmente criticada como su antecesora, debido a que
consistía en una versión editada de la primera, y mantenía algunos de los
aspectos violatorios más importantes de la primera como la “habilitación de
menores”, mediante la cual se podría, previo peritaje, determinar si un menor
podía ser juzgado como adulto.
2002) establecía, en los artículos 90 y 91, medidas contra los actos de las
personas menores de 18 años, que denomina como “vagancia y pandillerismo
pernicioso”. Estos artículos establecen lo siguiente:
Sin embargo, cabría suponer que estos artículos fueron objeto de derogación
tácita al reformarse el artículo 332 del Código Penal, en virtud de la redacción tan
específica del texto de la reforma. De hecho, los jueces de la niñez están
aplicando, a los adolescentes integrantes de pandillas, el texto del artículo 332
reformado del Código Penal, y no la Ley de Policía y Convivencia Social.
Por lo general, estos programas van de la mano de otros basados en las escuelas,
algunos muy exitosos como los encaminados a evitar la deserción escolar o el
ausentismo a clases, los cambios ambientales con especial atención en disciplina,
normas claras y enseñanza de habilidades sociales, con el uso de métodos
cognitivo-conductuales.
La pedagogía de Paulo Freire es, por excelencia, una ―pedagogía del oprimido,
que no postula modelos de adaptación ni de transición de nuestras sociedades,
sino modelos de ruptura, de cambio y de transformación total. La alfabetización, y
por consiguiente toda la tarea de educar sólo es auténticamente humanista en la
medida en que procure la integración del individuo a su realidad nacional, en la
medida en que pierda el miedo a la libertad: en la medida en que pueda crear en
el educando un proceso de recreación, de búsqueda, de independencia y, a la
vez, de solidaridad.
En los últimos tiempos, existe un renovado interés por incorporar las variables de
personalidad en las teorías criminológicas para construir modelos que integren
variables de personalidad y factores biológicos con factores psicosociales y
39
La Educación como práctica de la Libertad Paulo Freire
socioculturales. En este sentido, recientes estudios revelan que las relaciones
entre dimensiones de personalidad y delincuencia podrían representar un continuo
dentro de las conductas antisociales, lo que se ha dado en llamar débil resistencia
al crimen ha sido estudiado por la psicología ampliamente en el campo de las
conductas infractoras de menores se ha descrito recientemente lo que se ha dado
en llamar “patrón desinhibido” de conducta resultando sujetos impulsivos,
buscadores de sensaciones cuyas dimensiones serían impulsividad,
hiperactividad, conducta antisocial y elementos psicopáticos en el
comportamiento. En definitiva, la conducta de estos individuos estaría
caracterizada por estar determinada por los refuerzos inmediatos más que por la
expectativa de gratificaciones futuras, y la única alternativa viable seria el
desarrollo de modelos integradores que permitan articular adecuadamente las
dimensiones biológicas y personales con los factores psicosociales y
socioculturales para la explicación de la conducta de riesgo en adolescentes.
ARTÍCULO ÚNICO.-Se reforman las fracciones JI, V, XlI, XIV, VII y XVIII del
artículo 8 de la Ley de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de
Zacatecas, para quedar: ,
III. a IV.
V. Representar, en el ámbito de su competencia material, al Estado, ante
autoridades y organismos, sobre aspectos relacionados con los derechos
humanos;
VI. a XI.
XIII. ...
XV. a XVI.
XIX ....
CONCLUISONES:
La solución al planteamiento del problema se torna en una debida atención, ya
que por su propia naturaleza, verdaderamente compleja, pues atañe tanto al
derecho penal, como al derecho familiar, con una gran participación del derecho
administrativo, al que debemos agregar necesariamente las aportaciones del
reciente derecho asistencial derivado de las normas constitucionales de protección
y solidaridad, con principios que deben partir del derecho social; cualquiera que
sea la propuesta, debería realizarse sobre planteamientos de respuestas
integrales y no de conceptos particulares, es decir, se deberán conocer y entender
las causas de desintegración social entre menores y sus entorno socio- familiar, lo
que implica la plena participación de un menor en una conducta antisocial
tipificada por la lay penal, y no únicamente, como en la actualidad, establecer
métodos sancionador.
BIBLIOGRAFIA:
HIERRO, Liborio, “los derechos humanos del niño” en Marzal, Antonio (ed.),
Derechos humanos del niño, de los trabajadores, de las minorías y complejidades
del sujeto, Barcelona, Bosch-ESADE, 1999, p.24
www.unicef.cl/web/informes/derechos_nino/14.pdf