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REVISION HISTORICA DEL

CONCEPTO ALTRUISMO Y
PROSOCIALIDAD

ISBN 878-84-614-4423-6

Depósito legal: V-3809-2010

Autor: ROBERTO MONTAGUD RODRIGUEZ

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REVISION HISTORICA DEL CONCEPTO ALTRUISMO Y PROSOCIALIDAD

1. INTRODUCCION................................................................................3

2. EL CONCEPTO ALTRUISMO Y PROSOCIALIDAD........................8

2.1. Grandes Escuelas en Psicología:

a/ Psicoanálisis.

b/ Conductismo.

c/ Cognitivismo.

d/ Humanista

e/ Psicología Positiva (o de las emociones).

2.2. Revisión base de datos: Psico Info.............................................23

2.2.1. Metodología

2.2.2. Revisión de los artículos periodo 1990-1999

2.2.3. Revisión de los artículos periodo 2000-2007

3. CONCLUSIONES............................................................................53

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS...................................................59

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INTRODUCCION

La importancia de si el afecto o la cognición determina la moralidad, en


concreto el altruismo o la conducta altruista, se remonta a siglos (Hume, 1751;
Kant, 1797).

Posteriormente, psicólogos como Kohlberg (1981) han considerado que la


cognición es el fundamento del altruismo, mientras que Batson (1990) o
Hoffman (1992) se han decantado por la empatía.

La definición de altruismo, desde la psicología, está basada en los trabajos de


investigadores como Eisenberg (1986), Rushton (1980) y Staub (1974). El
altruismo es definido como una conducta voluntaria no motivada por la
expectativa de recompensas externas o por la evasión de estímulos externos
aversivos. Incluido en esta definición de altruismo está la conducta prosocial
motivada por el deseo de adherirse a principios internalizados.

Altruismo o conducta prosocial, son dos constructos teóricos con significado


diferente. El altruismo se basa en los motivos o intenciones de la persona cuya
finalidad es el bien del otro o de los otros. Mientras que la conducta prosocial
se refiere a una conducta positiva social pero sin hacer mención
necesariamente a una intención altruista. Por eso toda conducta altruista es
una conducta prosocial, pero no toda conducta prosocial es altruista, ya que
esta última requiere de al menos tres condiciones (López, 1994)

1ª Intención o motivo de beneficiar a otro u otros.

2ª Que se realice de forma voluntaria.

3ª Que sea de forma desinteresada, es decir, que no se dé un cálculo a corto o


a largo plazo de beneficios externos (por ejemplo recompensas materiales)
que se van a obtener.

De todas formas no se puede negar que el que realiza una conducta altruista,
siente un beneficio interno (no sentir culpa o sentirse bien por ayudar a alguien,
…) por lo que no existe un altruismo “puro” donde el sujeto realice una acción
altruista sin implicación emocional.

Los investigadores también barajan el constructo de “personalidad altruista”,


Hay un debate concerniente de si hay o no una personalidad altruista (Batson y
colb, 1986; Rushton, 1980)

Pocos investigadores argumentan que las personas con una personalidad


altruista son más prosociales en todos los contextos. Aquellos que apoyan la

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noción de una personalidad altruista han sugerido que hay una interacción
persona-situación con respecto a tendencias altruistas. Sin embargo, no hay
todavía un consenso en qué situaciones las tendencias altruistas son
evidentes.

Aunque en general las personas reconocen que existe algo como la


personalidad altruista, los psicólogos han mostrado serias dudas sobre su
existencia. Solo recientemente ha reaparecido la noción de la personalidad
altruista en el debate científico como un concepto viable. La nueva evidencia se
basa en dos fuentes diferentes: las diferencias de personalidad entre las
personas que estaban dispuestas a dar su ayuda en la vida real implicando
altos costes y un grupo de control por un lado, y la evidencia de la estabilidad
de la respuesta prosocial en la investigación longitudinal por otro lado. La
personalidad altruista o prosocial se define como “ una tendencia duradera a
pensar en el bienestar y los derechos de otras personas, a sentir preocupación
y empatía hacia ellos y a actuar de una manera que les beneficie”.

Actualmente la explicación de la conducta altruista actualmente dentro de la


Psicología es que la empatía causa o modula la conducta altruista. Aunque
hay posturas que divergen como Karniol (1982) que sostiene que se pueden
formar otros deseos dirigidos a los demás sin la mediación de la vía empática.
O Sober (2000) que sostiene que la empatía no implica automáticamente la
existencia de deseos altruistas, por ejemplo quizás queramos que la situación
de otra persona mejore sin sentir nada.
Hay tres constructos teóricos que se han teorizado para explicar la conducta
altruista o el altruismo; la empatía, la simpatía y el malestar personal.
La empatía se ha definido de varias maneras:
“Empatizar implica compartir afecto” Eisenberg y Strayer (1992).
“Una respuesta afectiva más acorde con la situación de otro que con la de uno
mismo.” Hoffman, (1992).
“Sentimientos orientados hacia otro de preocupación, compasión y afecto
sentidos como resultado de percibir el sufrimiento de otra persona.” Batson
(1992)
La simpatía es un “sentir por” alguien y se refiere a los sentimientos de pena o
a sentir pena por el otro (Wispé, 1986). La atención intensa a los sentimientos
de uno mismo y la semejanza asumida entre los sentimientos propios y los de
otro (Katz, 1963). El individuo que simpatiza, en contraste con el que empatiza,
se muestra más preocupado con sus propios sentimientos en respuesta a los
del otro y por ello es menos capaz de responder al otro de manera acorde a su
estado emocional real.”(Goldstein y Michaels, 1985).

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El malestar personal es cuando se perciben señales de malestar físico y/o
psicológico de otra persona y se experimenta un estado aversivo, como
ansiedad o preocupación, que no es congruente con el estado del otro y que da
lugar a una reacción de tipo egoísta centrada en uno mismo y que le conduce a
uno a intentar aliviar su propio estado aversivo (Batson y Coke, 1981).
En la actualidad se sigue discutiendo si la empatía precede siempre a la
simpatía (Eisenberg y Strayer, 1992)
Vamos a tratar de definir el “egoísmo” y el “altruismo”:

“EGOISMO”:

La Real Academia de la Lengua Española lo define como:


Egoísmo

Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente


al propio interés, sin cuidarse del de los demás.

La teoría psicológica del “egoísmo” mantiene que los únicos objetivos remotos
de un individuo están dirigidos a sí mismos; las personas desean su propio
bienestar como un fin en sí mismo que incluye recompensas internas
(psicológicas) como externas (materiales).

La conducta “altruista” constituye una estrategia a corto plazo con vistas a una
satisfacción a largo plazo.

“ALTRUISMO”

La Real Academia de la Lengua Española lo define como:


Altruismo

”Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio.”

La teoría psicológica del “altruismo” sostiene que no todos los deseos remotos
están dirigidos a uno mismo, sino que algunos deseos están dirigidos al

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bienestar de otros como un fin en sí mismo, aunque la mayoría de las veces no
es de este modo (Sober, 2000).

Si partimos del supuesto psicológico de que sólo puede actuar como motivo
para mí lo que satisface alguno de mis deseos, la teoría del altruismo
psicológico no sería válida ya que se basa en la sencilla maniobra de introducir
entre mis deseos la satisfacción de los deseos ajenos y lo define como
altruismo, cuando en el fondo todos son “mis deseos”, por lo tanto la
satisfacción de todos los deseos que tiene una persona siempre tienen una
causa egoísta. En cuanto a la teoría de que la empatía causa la conducta
altruista, desde nuestra postura, la empatía estaría dirigida a la satisfacción de
un deseo orientado a los demás con la consiguiente observación de una
conducta prosocial a nivel descriptivo, pero sin que sea la causa de lo que
llamamos “altruismo”.

Cuando alguien realiza una conducta altruista, siente un beneficio interno (no
sentir culpa o sentirse bien por ayudar a alguien,…) por lo que no existe un
altruismo “puro” donde el sujeto realice una acción altruista sin implicación
emocional y sin un deseo del yo. Por lo que no podemos hablar de un
verdadero altruismo en el psiquismo humano, más bien de un “altruismo
egoísta”.

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OBJETIVOS DEL ESTUDIO

1º Analizaremos las grandes escuelas psicológicas sobre qué dicen sobre


altruismo y la conducta prosocial.

2º Trataremos de averiguar si por lo que entendemos por “altruismo” nos


estamos refiriendo a conductas externas o/y procesos psicológicos internos
como cogniciones, emociones, motivación, deseos o intenciones.

3º Haremos una revisión en la base de datos: Psico Info buscando los


artículos científicos que se hayan publicado sobre el altruismo o la conducta
prosocial desde 1990 hasta 2007 inclusive.

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2. EL CONCEPTO ALTRUISMO Y PROSOCIALIDAD.

2.1. GRANDES ESCUELAS DE PSICOLOGIA

a/ Psicoanálisis

El Psicoanálisis trata de explicar la naturaleza y el origen del altruismo y la


conducta prosocial a partir de la interacción de tres componentes o estructuras
básicas de la personalidad, siendo descritas del siguiente modo:
-El Ello, estaría formado de impulsos innatos instintivos determinantes
fundamentalmente de deseos de índole sexual o agresiva. La finalidad del Ello
es de satisfacer estos impulsos o deseos con la consiguiente liberación de la
tensión.
-El Yo es una organización especial (que surge del Ello al entrar en contacto
con el mundo exterior) que hace de intermediario entre el Ello y el mundo
externo, maneja la realidad y evita que el individuo consiga la satisfacción sin
freno de todos sus deseos. Por lo tanto, el Yo aporta un significado racional y
socialmente aceptable del manejo de las tensiones producidas por las
necesidades del Ello.
-El Super-yo es la representación internalizada de la moral la ética, la religión y
las convenciones sociales. Se desarrolla independientemente del Yo alrededor
de los 5 ó 6 años. El Super-yo contiene dos subsistemas: la conciencia y el yo
ideal. El yo ideal establece los estándares morales o ideales y a los objetivos a
los que aspira, mientras que la conciencia juzga el comportamiento individual
mediante un sentimiento de culpa y censura los impulsos instintivos.
Por tanto, el Ello es la parte más primitiva de la personalidad, el Yo la parte
racional de la personalidad y el Super-yo la parte más reciente de
interiorización de los valores sociales y la que puede explicar el
comportamiento prosocial.
Primera “Ley” del psiquismo.
Según S. Freud (1930) en nuestro Ello está nuestra verdadera naturaleza que
es satisfacer el principio del placer. En el Ello se encuentran todos los impulsos
instintivos (tengan o no tengan una base biológica) o mejor dicho todos los
deseos que buscan la autogratificación (estén o no dirigidos a uno mismo o a
los demás) a lo que Freud denomina Narcisismo , que no es otra cosa que lo
entendemos por egoísmo. Por lo que todo lo que acontece en la vida anímica
es consecuencia del principio del placer (disminuir la tensión mediante la
evitación del sufrimiento o la satisfacción del placer). La naturaleza psicológica

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de cada individuo no puede escapar a esta ley principal del psiquismo que
descubrió el padre del psicoanálisis.
Además, los deseos buscan la liberación de tensión, cuando se satisface dicha
tensión vuelven a aparecer nuevos deseos por lo que la plenitud o el sentirse
realizado no es posible dentro de esta primera “Ley” del psiquismo. Por lo que
la consecución de la felicidad no está en nuestra naturaleza.
Segunda “Ley” del psiquismo.
Obviamente, la mayoría de los deseos no pueden ser satisfechos debido a
barreras sociales , por lo que genera grandes frustraciones que afloran
mediante deseos agresivos, la manifestación de estos deseos agresivos es a
su vez censurado por el Super-yo ( que no es más que la introyección de la
agresión a una parte del yo que asume la función de conciencia moral).
El altruismo en S.Freud
A consecuencia de estas dos “leyes” psíquicas , la persona busca su
autogratificación siempre por amor a sí misma y por tanto no existe el
altruismo o las conductas prosociales por que el sujeto las realiza por
sentimientos de culpa o por miedo a perder el amor de los demás. Pero Freud
deja pendiente la posibilidad que podamos estar por encima del principio del
placer y de nuestro egoísmo en su obra “el malestar de la cultura” cuando
enuncia que existe en cada persona un deseo de “fundirse con los demás en
una comunidad, que llamamos altruista” (Freud, 1930).
Este deseo sin desarrollar que hay dentro de cada individuo escapa a las dos
primeras leyes del psiquismo por su naturaleza opuesta. Este deseo, si que
podemos decir que es altruista y se refiere al deseo de querer formar parte de
la unidad, del todo, de una sociedad globalizada. Este deseo no es egoísta por
que el individuo no busca satisfacer una tensión interna y tampoco forma parte
de valores sociales, morales o religiosos que generan sentimientos de culpa o
miedo a perder la estima de los demás.
Según Freud, el ser humano no está diseñado para ser feliz por que no nos
podemos realizar a través del principio del placer, pero afirma que nuestro
objetivo como seres humanos es desarrollar conciencia de que formamos parte
de un todo que no puede sostenerse mediante la separatividad y la
individualidad que refuerzan aún más las frustraciones que generan más y más
deseos agresivos no resueltos y más infelicidad.

b/ El Conductismo

Para el Psicoanálisis el objeto de estudio de la psicología es la conciencia. Sin


embargo, el conductismo sostiene que es la conducta del ser humano el objeto
de la psicología. Afirma que el concepto de conciencia no es preciso, ni siquiera
utilizable. Habiendo recibido una formación experimentalista, el conductista

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entiende, además, que la creencia de que existe la conciencia remóntase a los
antiguos días de la superstición y la magia (Watson, 1947).

El condicionamiento operante de Skinner


Es la teoría del aprendizaje que intenta explicar la conducta que es
nueva para el organismo proponiendo que dicha conducta se adquiere debido a
que las consecuencias que percibe el organismo aprendiz aumentan o
disminuyen la frecuencia de aparición de esas conductas.
Conducta operante: es un comportamiento que es nuevo para el organismo por
que no se encuentra programado en su código genético.
Evento reforzante: se trata de la entrega de algún estímulo del ambiente que
satisface alguna necesidad del organismo que aprende (la entrega de un
premio).
Estímulo reforzante: es un estímulo del ambiente que aplicado al organismo
que aprende tiene la capacidad de hacer que aumente la frecuencia de
aparición de alguna conducta.

Tipos de aprendizaje según el condicionamiento operante.


Aprendizaje por reforzamiento: es el aprendizaje en el cuál la conducta es
nueva para el organismo aumenta su frecuencia de aparición luego de recibir
algún estímulo reforzante.
Aprendizaje por evitación: es el aprendizaje donde el organismo aprende una
conducta nueva que termina o impide la aplicación de algún estímulo aversivo
(desagradable), y aumenta la frecuencia de aparición de esa conducta para
que no regrese.
Aprendizaje supersticioso: es el aprendizaje donde alguna consecuencia
casualmente reforzante o aversiva aumenta la frecuencia de aparición de
alguna conducta.
Aprendizaje por castigo: es el aprendizaje donde un organismo aumenta la
frecuencia de aparición de las conductas que no fueron seguidas o que no
recibieron ningún estímulo aversivo o desagradable.
Olvido: todas las conductas que no reciben o que dejan de recibir reforzamiento
tienden a disminuir su frecuencia de aparición y a desaparecer.

El esquema del condicionamiento operante es el siguiente:

Estímulo Condicionado : Palanca dentro de la caja.

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Respuesta Condicionada : Accionar la palanca.

Estímulo Incondicional : Bolilla de alimento

Respuesta Incondicional: Comer

Comparaciones entre el condicionamiento clásico y el operante

La distinción principal entre el condicionamiento clásico y el operante se


hace sobre bases operacionales. Los dos hacen referencias a procedimientos
de entrenamiento, para los cuales la aparición del estímulo incondicionado
queda determinada por la respuesta del sujeto.
Similitudes Centrales
 El fenómeno de la extinción, entendido como la disminución de la fuerza
de repuesta causada por el no–reforzamiento o como el decaimiento de
una respuesta condicionada, es común a los dos tipos de
condicionamiento.
 Como se ha observado en lo estudiado hasta ahora, una respuesta que
se ha extinguido, recupera su fuerza con el descanso.
 En ambos tipos de condicionamiento se presenta una característica de
discriminación de los estímulos, tanto si el sujeto es reforzado para que
responda a un estímulo, como si se le condiciona para que produzca
una respuesta condicionada.
Diferencias Relevantes
 El condicionamiento clásico es una forma de aprendizaje
estímulo–estímulo –preparación de respuestas–, mientras que el
operante es un aprendizaje estímulo–respuesta –se fija la respuesta–.
 Retomando las leyes del condicionamiento clásico, se evidencia un
principio de continuidad, mientras que en el condicionamiento operante
se implica además una ley de efecto –o de concreción de una
respuesta–.
 Una diferencia altamente relevante es el tipo de respuesta. En el
condicionamiento clásico la respuesta incondicionada o condicionada es
siempre la misma, mientras que en el condicionamiento operante,
aunque existe un cierto margen de predictibilidad, las repuestas suelen
ser distintas.

El término de condicionamiento operante se debe a Skinner, y en el principio es


equivalente al de aprendizaje instrumental propugnado por Thorndike. El

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término se refiere a un proceso en el que la frecuencia de suceso de la unidad
de la conducta (respuesta) se modifica como efecto de las consecuencias que
lleva aparejadas esa conducta. Además, el condicionamiento operante invierte
la situación respecto al condicionamiento clásico, que pasa a ser R – E. Es el
refuerzo experimentado como consecuente al comportamiento lo que ocasiona.

Definición de altruismo en el Conductismo.

Las conductas prosociales son evaluadas como consecuencias del refuerzo


directo. Lo que la persona siente es un subproducto de las contingencias.
Skinner define el altruismo como una conducta que es mantenida por las
contingencias que la refuerzan. Lo define de la siguiente forma: “lo que una
persona siente al comportarse en bien de los demás, depende de los
reforzadores utilizados” y “los sentimientos (que tiene al respecto) son
subproductos de las contingencias” (Skinner, 1971)

Por lo tanto, una persona no es altruista por procesos psicológicos (deseos,


intenciones, motivación…) o rasgos de personalidad sino que su conducta
altruista es consolidada por sus propias consecuencias que funcionan como
reforzadores, lo que Skinner denomina conducta “operante”.

C/ El Cognitivismo

La psicología cognitiva, contrario a lo que comúnmente se cree no se


originó en la década de los sesenta, sino mucho antes como una disciplina de
la psicología experimental y de la psicología evolutiva.

La Psicología cognitiva es una rama de la psicología que se ocupa de los


procesos a través de los cuales el individuo obtiene conocimiento del mundo y
toma conciencia de su entorno, así como de sus resultados. El origen de la
psicología cognitiva está estrechamente ligado a la historia de la psicología
general. La psicología cognitiva moderna se ha formado bajo la influencia de
disciplinas afines, como el tratamiento de la información, la inteligencia artificial
y la ciencia del lenguaje.

Bartlett (1.932): realizó investigaciones que le llevaron a rechazar el


concepto de memoria como depósito o almacén y subrayar el concepto de
memoria como construcción. La construcción implicaba que la memoria utiliza
esquemas para observar y clasificar la información, por lo tanto como un

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proceso activo de reinterpretación. La sucesiva reorganización de la
experiencia en esquemas permite el desarrollo de la memoria y los eventos
recordados que son reconstruidos de manera diferente en función de la
ampliación de los esquemas.

Piaget (1.896 – 1.980): dedicó prácticamente toda su obra al estudio del


desarrollo cognitivo, sobre todo del pensamiento y de la inteligencia. Para
Piaget el individuo va organizando su experiencia y conocimiento en esquemas
cognitivos que a través de dos procesos fundamentales (asimilación y
acomodación) se va modificando. El proceso de desarrollo se inicia a partir de
esquemas sensorio motrices donde el conocimiento está ligado a la acción
directa, y termina en los esquemas de las operaciones formales donde se han
logrado niveles de abstracción más desligados de la experiencia inmediata.

En los años sesenta, gracias al influjo de la teoría de la información, la


teoría de la comunicación, la teoría general de sistemas y sobre todo el
desarrollo de los ordenadores, la psicología general se hace cognitiva. Se
concibe al ser humano no como un mero reactor a los estímulos ambientales,
sino como un constructor activo de su experiencia, un “procesador activo de la
información”. (Neisser, 1.967).

Las características generales del nuevo modelo de la psicología cognitiva


son (Mahoney, 1.974):

 La conducta humana está mediada por el procesamiento de


información del sistema cognitivo humano.
 Se distingue entre procesos (operaciones mentales implícitas en el
funcionamiento cognitivo) y estructuras (características permanentes
del sistema cognitivo).
 Se proponen cuatro categorías generales de proceso cognitivos:
atención (selectividad asimilativa de los estímulos), codificación
(representación simbólica de la información), almacenamiento
(retención de la información) y recuperación (utilización de la
información almacenada).
 Se destacan tres estructuras cognitivas: receptor sensorial (recibe la
información interna y externa), una memoria a corto plazo (que
ofrece a corto plazo la información seleccionada) y una memoria a
largo plazo (que ofrece una retención permanente de la información.
La persona no es un reactor al ambiente (conductismo) o a fuerzas
organísticas biológicas (modelo psicodinámico), sino un constructor activo de
su experiencia, con carácter intencional o propositivo.

La psicología cognitiva analiza científicamente los procesos y estructuras


mentales con el fin de comprender el comportamiento humano (Vega, 1985).

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MODELOS COGNITIVOS PARA EXPLICAR LA CONDUCTA PROSOCIAL O
DE AYUDA.
El modelo de costos y recompensas de Pilliavin y Pilliavin (1972):
Conciencia de las necesidades de otra persona.
Experiencia de activación fisiológica
Etiquetado de la activación (miedo, disgusto, simpatía,…)
Decisión: ayuda directa, indirecta o no intervención.
El modelo normativo de Schwartz (1977)
Activación:
1. Percepción de que otro necesita ayuda.
2. Percepción de que alguna acción le puede paliar.
3. Reconocimiento de la propia capacidad para proporcionar alivio.
Sentimientos de obligación
4. Aprehensión de cierta responsabilidad para implicarse.
5. Activación de normas personales preexistentes o construidas para la
ocasión.
Evaluación anticipadora
6. Valoración de costos y evaluación de resultados probables.
Defensa
7. Revalorización y redefinición de la situación por negación.
8. Reiteración de pasos previos en función de revalorización.
Conducta
9. Acción o inacción.

ENFOQUES ACTUALES
Enfoque cognitivo-evolutivo : tiene dos corrientes:

Enfoque de Kohlberg
Este enfoque considera la cognición como fundamento de la moralidad.

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Kohlberg en el desarrollo moral establece tres modos de razonar sobre el
cumplimiento de las normas sociales y son los siguientes:
1º Nivel Preconvencional: la persona resuelve los problemas en base a los
intereses concretos de las personas implicadas en la situación.
2º Nivel Convencional: la persona tiene en cuenta las normas sociales
establecidas en el grupo al que pertenece.
3º Nivel Posconvencional: la persona va más allá de las normas establecidas
en la sociedad y ahora resuelve los problemas basándose en unos principios
universales para cualquier persona o grupo social.
Kohlberg (1992) considera que la madurez de las estructuras cognitivas del
razonamiento moral motivan por sí mismas la conducta prosocial.
Pero ciertos estudios han encontrado en niños en edad preescolar la
realización de varias conductas prosociales y altruistas (López, 1998), por lo
que el nivel de desarrollo moral no es necesario para que se produzcan
conductas altruistas.
Enfoque de la empatía
Este enfoque considera la empatía como fundamento de la moralidad.
Los máximos representantes son Hoffman (1992) y Batson (1990).
Según estos autores, el motivo que subyace a la conducta prosocial es la
empatía. La empatía puede justificar por qué una persona aplica un principio
moral y no otro en un encuentro moral.
Para Hoffman (1990) el desarrollo de la empatía depende del desarrollo
cognitivo del individuo, ya que implica una compresión de la otra persona.
Hoffman diferencia cuatro tipos de malestar empático:
-Empatía global: los niños muy pequeños ya sienten una preocupación por el
otro. Durante el primer año por ejemplo si ven llorar a otro, actúan como si les
ocurriera a ellos mismos y se ponen a llorar también.
-Empatía egocéntrica: el niño no conoce los sentimientos internos del otro pero
asume que son iguales a los propios.
-Empatía con los afectos del otro: a partir de los dos o tres años el niño puede
ya empatizar con emociones más complejas.
-Empatía con la situación vital de otra persona: al final de la infancia, el niño es
consciente del bienestar/malestar de otros no sólo de forma inmediata sino en
el trascurso del tiempo.
En la teoría de Hoffman el nivel más alto de empatía se corresponde a los
últimos años de la infancia y la adolescencia.

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Batson (1995) encontró evidencia empírica de que la empatía es una fuente de
acción moral, incrementa las conductas prosociales y disminuye la agresión y
otras conductas antisociales.
Perspectiva multidimensional de la empatía
Davis (1983) describió la empatía desde una perspectiva multidimensional
incluyendo componentes cognitivos y emocionales.
Davis construye un instrumento, el IRI para medir la empatía compuesta por
cuatro factores: 2 cognitivos y 2 afectivos.
Los procesos cognitivos consistirían en:

-“Toma de perspectiva”: adoptar el punto de vista el otro.

-“Fantasía”: imaginar sentimientos y acciones de personajes ficticios.

Los procesos afectivos serían:

-“Preocupación empática”: sentimientos de simpatía y preocupación orientados


al otro.

-“Malestar personal”: sentimientos de ansiedad personal orientados al otro.

D/ Psicología Humanista.

Psicología de la Gestalt

Gestalt es un término alemán, sin traducción directa al castellano, pero


que aproximadamente significa "forma", "totalidad", "configuración". La forma o
configuración de cualquier cosa está compuesta de una "figura" y un "fondo".
La psicología de la gestalt pone de manifiesto la insuficiencia del elementalismo
(reducción de la mente a sus elementos en el estudio de la percepción).

El fenómeno descrito, que se ubica en el plano de la percepción, también


involucra a todos los aspectos de la experiencia. Es así como algunas
situaciones que nos preocupan y se ubican en el momento actual en el status
de figura, pueden convertirse en otros momentos, cuando el problema o la
necesidad que la hizo surgir desaparecen, en situaciones poco significativas,
pasando entonces al fondo. Esto ocurre especialmente cuando se logra "cerrar"
o concluir una Gestalt; entonces ésta se retira de nuestra atención hacia el
fondo, y de dicho fondo surge una nueva Gestalt motivada por alguna nueva
necesidad. Este ciclo de abrir y cerrar Gestalts (o Gestalten, como se dice en

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alemán) es un proceso permanente, que se produce a lo largo de toda nuestra
existencia.

El Enfoque Gestáltico (EG) es un enfoque holístico; es decir, que percibe a los


objetos, y en especial a los seres vivos, como totalidades. En Gestalt decimos
que "el todo es más que la suma de las partes". Todo existe y adquiere un
significado al interior de un contexto específico; nada existe por sí solo, aislado.

Friendlander, Goldstein y Wertheimer desasarrollaron los principios de la


psicología de la percepción de la Gestalt, pero fundamentalmente el creador de
la aplicación a la terapia es Fritz Perls.

La terapia de la Gestalt, es más un enfoque fenomenológico existencial de la


persona que una técnica de psicoterapia.

El altruismo para Perls.

Perls (1969) lo define, de acuerdo a los principios de su teoría, de la siguiente


forma: “en última instancia únicamente nos amamos a nosotros mismos, como
que también nos odiamos a nosotros mismos. El que encontremos esta cosa
amada u odiada dentro o fuera de nosotros mismos tiene que ver con quiebres
en nuestros límites.”

En consonancia a este enfoque cuanto más tomamos consciencia de nuestro sí


mismo, más nos damos cuenta de que todas nuestras necesidades y motivos
buscan una satisfacción que en el fondo es puramente egoísta, por lo que el
altruismo en la naturaleza humana no existe para Perls. Cuanto más
“crecimiento y desarrollo” alcanzamos más nos separamos de la sociedad por
que dejamos de desempeñar roles y de proyectar el amor a sí mismo en los
demás y de esta forma empezamos a “madurar”.

Psicología del ser de A. Maslow

La psicología del ser de Maslow, ha sido definida como la tercera psicología,


después del psicoanálisis y el conductismo. Es una teoría de la personalidad y
de la motivación que tiene como objeto de estudio la autorrealización como
concepto que supera al de “salud psíquica”.

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Para comprender mejor la teoría de Maslow hay que analizar el concepto de
jerarquía de necesidades, planteado dentro de su teoría de la personalidad,
muestra una serie de necesidades que atañen a todo individuo y que se
encuentran organizadas de forma estructural (como una pirámide), de acuerdo
a una determinación biológica causada por la constitución genética del
individuo. En la parte más baja de la estructura se ubican las necesidades más
prioritarias y en la superior las de menos prioridad.
Así pues, dentro de esta estructura, al ser satisfechas las necesidades de
determinado nivel, el individuo no se torna apático sino que más bien encuentra
en las necesidades del siguiente nivel su meta próxima de satisfacción
El punto ideal de la teoría de Maslow sería aquel en el cual el hombre se sienta
"autorrealizado" pero esto es muy raro, se podría decir que menos del 1% de
las personas llegan a la plena realización.

LAS NECESIDADES

De acuerdo con la estructura ya comentada, las necesidades identificadas por


Maslow son:
NECESIDADES FISIOLÓGICAS: estas necesidades constituyen la primera
prioridad del individuo y se encuentran relacionadas con su supervivencia.
Dentro de éstas encontramos, entre otras, necesidades como la homeóstasis
(esfuerzo del organismo por mantener un estado normal y constante de riego
sanguíneo), la alimentación, el saciar la sed, el mantenimiento de una
temperatura corporal adecuada, también se encuentran necesidades de otro
tipo como el sexo, la maternidad o las actividades completas.
NECESIDADES DE SEGURIDAD: con su satisfacción se busca la creación y
mantenimiento de un estado de orden y seguridad. Dentro de estas
encontramos la necesidad de estabilidad, la de tener orden y la de tener
protección, entre otras. Estas necesidades se relacionan con el temor de los

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individuos a perder el control de su vida y están íntimamente ligadas al miedo,
miedo a lo desconocido, a la anarquía...
NECESIDADES SOCIALES: una vez satisfechas las necesidades fisiológicas y
de seguridad, la motivación se da por las necesidades sociales. Estas tienen
relación con la necesidad de compañía del ser humano, con su aspecto
afectivo y su participación social. Dentro de estas necesidades tenemos la de
comunicarse con otras personas, la de establecer amistad con ellas, la de
manifestar y recibir afecto, la de vivir en comunidad, la de pertenecer a un
grupo y sentirse aceptado dentro de él, entre otras.
NECESIDADES DE RECONOCIMIENTO: también conocidas como las
necesidades del ego o de la autoestima. Este grupo radica en la necesidad de
toda persona de sentirse apreciado, tener prestigio y destacar dentro de su
grupo social, de igual manera se incluyen la autovaloración y el respeto a sí
mismo.
NECESIDADES DE AUTO SUPERACIÓN: también conocidas como de
autorrealización o autoactualización, que se convierten en el ideal para cada
individuo. En este nivel el ser humano requiere trascender, dejar huella,
realizar su propia obra, desarrollar su talento al máximo.

El altruismo para Maslow.


Es en la cúspide de su pirámide de necesidades, la necesidad de
autorrealización personal, donde Maslow ve el altruismo, en concreto dice al
respecto: “ha resultado así a pesar de mis cuidadosos esfuerzos por descubrir
el hecho empírico de que las personas que se autorealizan, son altruistas…”
dice que una de las características de la autorrealización es que la persona se
vuelve altruista, pero no define qué es ser altruista.
E/ Psicología Positiva

Daniel Goleman, es el representante de lo que se ha llamado Psicología


Positiva, con la publicación de su libro “Inteligencia emocional” en 1995.
La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene
muy en cuente los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de
los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia,
la empatía, la agilidad mental, etc. Ellas configuran rasgos de carácter como la
autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para
una buena y creativa adaptación social.
La idea fundamental del libro es que concibe la Inteligencia Emocional (IE)
como el factor clave para una adaptación exitosa en las diferentes

19
contingencias de la vida y que la IE “es en definitiva un conjunto de
metahabilidades que pueden ser aprendidas” 1

La idea de la IE tuvo precursores que con sus aportes permitieron elaborar un


concepto de gran actualidad; entre ellos, Thornike (1920), quien la definió como
“la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachas y
muchachos, y actuar sabiamente en las relaciones humanas”

Puede agregarse que “la IE trata acerca del sentir, entender, controlar y
modificar estados anímicos propios y ajenos”

Es un concepto relacionado con la diferenciación de respuestas que pueden


ofrecer los individuos ante situaciones determinadas; es “una destreza que nos
permite conocer y manejar nuestros propios sentimientos, interpretar o
enfrentar los sentimientos de los demás; sentirnos satisfechos y ser eficaces en
la vida, a la vez que crear hábitos mentales que favorezcan nuestra propia
productividad” .

Está formada por cinco actitudes emocionales:

 Autocontrol: Mantener bajo control las tensiones y emociones


perjudiciales.
 Confiabilidad: Mantener normas de honestidad e integridad.
 Escrupulosidad: Aceptar la responsabilidad del desempeño individual.
 Adaptabilidad: Flexibilidad para reaccionar ante los cambios.
 Innovación: Apertura y disposición ante ideas y enfoques novedosos.

1. Motivación: Referida a las tendencias emocionales que guían o facilitan el


cumplimiento de las metas establecidas. La motivación se compone por
cuatro actitudes emocionales:

 Afán de triunfo: Interés orientado de mejorar o responder a una norma de


excelencia.
 Compromiso: Alinearse con los objetivos de un grupo u organización.
 Iniciativa: Disposición para reaccionar y aprovechar las oportunidades.

20
 Optimismo: Persistencia para cumplir objetivos; a pesar de barreras y
retrocesos que pueden presentarse.

INTELIGENCIA INTERPERSONAL. ( Externas, de relación):

Se refiere a la capacidad que tiene el individuo de entender las emociones de


las otras personas y actuar en consonancia con ellos. Está en correspondencia
con las siguientes emociones:

2. Empatía: Es la capacidad de tener conciencia y captar los sentimientos,


necesidades e intereses de los otros y desde su perspectiva; saber qué
quieren o qué necesitan y cultivar la afinidad con una amplia diversidad de
personas.

En la empatía se destacan cinco actitudes emocionales:

 Comprender a los demás: Percibir los sentimientos y perspectivas ajenas


e interesarse por sus preocupaciones.
 Ayudar a los demás a desarrollarse: Darse cuenta de las posibilidades de
desarrollo de los demás, reforzar sus habilidades y estimular su capacidad.
 Orientación hacia el servicio: Prever, reconocer y satisfacer necesidades
de otros.
 Aprovechar la diversidad: Desarrollar las oportunidades a través e
personas diversas.
 Conciencia política: Interpretar las corrientes sociales, políticas y
emocionales del grupo y el poder de las relaciones entre sus miembros.

3. Habilidades sociales : Implica experticia para inducir respuestas deseadas


en los otros.

Comprende ocho capacidades emocionales:

 Influencia: Idear tácticas efectivas de persuasión.


 Comunicación: Practicar una buena escucha y elaborar mensajes
convincentes.
 Manejo de conflictos: Saber negociar y resolver los desacuerdos que se
presenten dentro de un grupo.

21
 Liderazgo: Capacidad para inspirar y guiar a individuos o a grupos.
 Catalizador de cambios: Iniciar o manejar las situaciones nuevas.
 Establecer vínculos: Alimentar y reforzar las relaciones interpersonales.
 Colaboración y cooperación: Trabajar con otros para lograr metas
compartidas.
 Habilidades de equipos: Ser capaz de crear sinergia para la persuasión de
metas colectivas.

El altruismo en la IE.

Para Goleman, el altruismo radicaría en la empatía que sería consecuencia del


desarrollo de nuestras emociones y por tanto de la adquisición de la destreza
de comprender a los demás.

22
2.2. Revisión base de datos: Psico Info

BÚSQUEDA EN LA BASE DE DATOS PsycInfo de las palabras claves en


ingles:

-altruism

-prosocial

-behavior

Del periodo 1990-2007 (ambos inclusive).

Resultados: Total de trabajos publicados: 288.

Del total de 288 trabajos hay 143 teóricos y 145 empíricos.

AUTORES QUE MAS APARECEN EN LA BUSQUEDA GENERAL

Batson, Daniel 14 artículos

Eisenberg, Nancy 9 artículos

Carlo, Gustavo 5 artículos

Hoffman, Martin 5 artículos

Ma, Hing Keung 4 artículos

Van Lange, Paul A.M. 4 artículos

Koubekova, Eva 3 artículos

2.2.1. Metodología

Hemos realizado la búsqueda bibliográfica en la base de datos PsicInfo, por ser


una base donde se publican multitud de trabajos de impacto científico donde

23
aparecen referencias bibliográficas y resúmenes de artículos de revistas,
capítulos de libros y monografías en el campo de la psicología y sobre los
aspectos psicológicos de otras disciplinas. Además recoge unas 1.800
publicaciones periódicas de ámbito internacional.

La mayoría de los trabajos científicos publicados en PsicInfo están dentro del


paradigma cognitivista-evolutivo y dentro de este el enfoque de la empatía
desarrollado por Hoffman (1992) y Batson (1990). En los demás paradigmas:
Dinámico, Teoría del Aprendizaje, Humanista y de Psicología Positiva son
muchos menos los trabajos publicados en la base de datos PsicInfo.

Cuatro enfoques
De los artículos que hemos seleccionado en nuestra búsqueda los podemos
clasificar en la siguiente tabla por temas:

Artículos seleccionados en la búsqueda en PsicInfo clasificados por temas.

Conducta Empatía Altruismo Personalidad


prosocial altruista
McGinley, M. y Carlo, Hoffman, M. (1990) Koenig, Laura B. Eisenberg, N. (1991)
G. (2007). ¿Dos caras La empatía y la McGue, Matt. La personalidad
de una misma motivación de la Krueger, Robert F altruista. ¿En qué
moneda? Las justicia. Motivation Bouchard, Thomas J. contexto
relaciones entre la and Emotion . Vol 14 (2007)Religiosidad, aparece?.Journal of
conducta prosocial y (2), pp.151-172 conducta antisocial, y Personality and social
las conductas Altruismo: Mediación psychology, Vol 61, nº
físicamente genética y ambiental. 3, pp.450-458.
agresivas. Journal of Journal of Personality
Youth Adolescence, 75:2,
36, 337-349.

Marsh, Abigail A., Eisenberg, N (1991) Rivera-Koltko (2006) ,Bierhoff,


Kozak, Megan N Desarrollo prosocial Redescubriendo la Hans-Werner y
Ambady, Nalini (2007) en el adolescente: un versión posterior a la Rohmann, Elke (2004)
estudio longitudinal. jerarquía de las La personalidad
La identificación Developmental necesidades de altruista en el contexto
precisa de las Psychology , 24 (5) Maslow: de la hipótesis de
expresiones faciales pp.849-857. Auto-trascendencia y empatía-altruismo.
de miedo predice el oportunidades para la
comportamiento teoría, investigación y European Journal of
prosocial. unificación. Review of Personality. 18:
General Psychology, 351-365
Emotion Vol. 7, No. Vol 10, nº 4, pp.
2, 239–251 302-317.

Simpson, Brent, Irwin, Maner, Jon K y


Kyle y Lawrence, Gailliot , Matthew T.
Peter (2006) ¿Existe
una norma de propio (2007) Altruismo y
interes que salienta el egoísmo: las

24
comportamiento motivaciones
prosocial? prosociales para
Racionalidad y quid ayudar dependen del
pro quo en las contexto de la
donaciones relación.
caritativas. Social
Psychology Quarterly; Eur. J. Soc. Psychol.
69, 3. p.296 37, 347–358

Moore, C. y
MacGillivray, S.
(2004) Altruismo,
prudencia y teoría de
la mente en niños
preescolares. New
directions for child
and adolescent
development 103

2.2.2. Revisión de los artículos de la década 1990-1999

De los autores más representativos como Martin l. Hoffman (1990), en concreto


el artículo “La empatía y la motivación de la justicia” de la revista Motivation and
Emotion. Special Issue: Empathy. Vol 14(2), pp. 151-172 donde recalca que la
empatía en el desarrollo cognitivo-evolutivo de un sujeto tiene cuatro etapas:
empatía global, empatía egocéntrica, empatía por los sentimientos de otro y la
empatía por las condiciones de vida del otro. La empatía motiva la conducta
moral.

Hoffman durante años ha elaborado una teoría del desarrollo de la empatía


moral, lo que supone una “nonconscious preverbal” empatía en la primera
infancia y sugiere que en un nivel de madurez surge la empatía, a través de
varias etapas, como resultado del desarrollo social cognitivo. La empatía se
desarrolla de acuerdo con la percepción cognitiva del infante de sentirse
separado del otro. Cada etapa resulta de la síntesis del afecto empático y el la
percepción cognitiva del otro. La hipótesis que trata de demostrar Hoffman es
que el malestar empático es trasformado por compasión en los demás
tempranamente en la primera infancia y esto constituye el principio de un
sistema moral prosocial.

Otro artículo polémico es el de Batson y Shaw (1991) en la revista


Psychological Inquiry: Vol 2(2), pp. 107-122 :

“La evidencia del altruismo: hacia un pluralismo de los motivos prosociales”


En este artículo se revisa la hipótesis de la empatía como moduladora del

25
altruismo, por la cual la emoción produce una motivación altruista con el fin
último de beneficiar a otra persona no a uno mismo.

Batson en varios de sus artículos, sostiene que hay una genética


predisposición para responder al malestar de otras personas con una emoción
empática (sensaciones de simpatía, compasión,…) que puede evocar una
motivación altruista.

Eisenberg (1991) en la revista: “Developmental Psychology” 24 (5) 849-857 en


su artículo: “Desarrollo prosocial en el adolescente: un estudio longitudinal”, a
partir de una muestra americana de 32 sujetos adolescentes (16 chicas y 16
chicos), se les evaluó con el instrumento prosocial reasoning stories
(Eisenberg, 1983) hay correlación positiva estadísticamente significativa en las
siguientes variables: razonamiento prosocial con conducta altruista y la
empatía y una relación entre la empatía con la conducta prosocial. Así como
que las chicas adolescentes tienen el razonamiento prosocial más elevado que
los chicos adolescentes. El razonamiento prosocial empieza declinar en uso a
partir de los 15 ó 16 años.

Pero la aportación más importante de Eisenberg , es que los niveles de


razonamiento prosocial , como postulaba Kohlberg, no tienen una estructura
jerárquica, los niños tienden a usar de forma primaria el razonamiento
hedonista o de orientación de necesidades.

Eisenberg también tiene estudios sobre la personalidad altruista, en el artículo


“La personalidad altruista: ¿en qué contexto aparece?“ Journal of Personality
and Social Psychology 1991, Vol 61, nº 3, 450-458. El patrón de búsqueda
apoya la noción de que hay individuos altruistas quienes ayudan de forma
natural a otros orientados en razones morales sin atender a recompensas
externas o castigos. Aunque hay un debate concerniente si hay o no una
personalidad altruista (Batson y colb, 1986; Rushton, 1980).

Los participantes fueron 134 estudiantes universitarios de pregrado.

Por lo tanto, 109 sujetos fueron asignados aleatoriamente a cuatro


condiciones: bajo evocador y fácil de escapar (11 hombres y 13 mujeres); bajo
evocador, difícil -
escapar (12 hombres y 15 mujeres); de alta evocador y fácil de escapar (11
hombres y 17 mujeres), y evocador de alto, difícil de escapar (13 hombres y 17
mujeres).

Los instrumentos utilizados fueron: ascription of responsability (Schwartz, 1968)


social responsability (Berkowitz, 1968), social desirability (Berkowitz, 1968) y el
IRI (Davis, 1983).

26
Los análisis fueron con la rotación Varimax .

Los resultados del presente estudio proporcionan cierto apoyo para los
resultados de Batson (1987).
Con respecto a Batson en la distinción entre fácil y difícil escapar de los
contextos, los resultados de los marcadores prosociales fueron positivamente
correlacionados con ayuda en alta evocador y fácil de escapar de la condición
(cuando tanto el sexo y la conveniencia social fueron controlados ) es
coherente con las conclusiones de Batson en cuanto a la relación de la
simpatía con el altruismo.
Este patrón de resultados apoya la idea de que hay personas altruistas que
ayudan principalmente a otros orientados en razonamientos morales o sin tener
en cuenta recompensas externas o castigos.

2.2.3. Revisión de los artículos de los años 2000-2007.

ARTICULO: ¿Dos caras de una misma moneda? Las relaciones entre la


conducta prosocial y las conductas físicamente agresivas

REVISTA: J Youth Adolescence (2007) 36:337–349

AUTORES: Meredith McGinley, Gustavo Carlo

TIPO DE INVESTIGACIÓN: Empírica

SÍNTESIS:

Se examina la posibilidad de que la participación en la conducta prosocial


tenga un efecto indirecto sobre la agresión física a través de la simpatía. Se
estudiaron relaciones directas e indirectas entre la agresión física y los seis
tipos de conducta prosocial: altruista (ayuda desinteresada, por lo general
motivada por la simpatía), pública (ayudando delante de una audiencia, por lo
general por motivos de querer obtener la aprobación, el respeto de los demás,
y el valor propio), compatible (ayudando, ya que se ha solicitado por otro),
emocional (en virtud de ayudar en circunstancias emocionalmente evocadoras),
grave(ayuda en situaciones de emergencia),
y anónima (ayudar al receptor sin que él sepa la identidad del ayudante). Los
resultados sugieren que las relaciones entre las conductas prosociales y de
agresión son complejas y que la conducta prosocial no debe ser tratada como
un estado unitario.

27
HIPÓTESIS:

1. La agresión física está significativa y negativamente relacionada con el


altruismo, y significativa y positivamente relacionada con el comportamiento
prosocial público. El altruismo y comportamientos prosociales conforme,
calamitoso, emocional y anónimo, están significativa y positivamente
relacionados con la simpatía.

2. El comportamiento público prosocial está significativa y negativamente


relacionado con la simpatía y la simpatía está significativa y negativamente
relacionada con la agresión física.

3. Existe una ruta directa entre el altruismo y las conductas prosociales


públicas y la agresión física. Además, existe una ruta indirecta a través de la
simpatía.

4. Las mujeres participan más en el altruismo y conductas prosociales


conforme, calamitosa, emocional y anónima, y son más simpáticas que los
hombres. Los hombres son físicamente más agresivos y participan en más
conductas prosociales públicas que las mujeres. Las personas mayores
presentan más simpatía que los jóvenes.

MUESTRA Y PROCEDIMIENTO:

252 estudiantes de cursos de Introducción a la Psicología, Universidad de


Costa del Pacífico. 68 hombres, 184 mujeres. Media de edad: 21,67 años.
Razas: 37% blanca, 35% Asia / Medio Oriente, 18% hispano, 3% Negro, y 8%
"otros". Madres de educación elemental y secundaria (10%), secundaria (13%),
con 2 años de la universidad (30%), con 4 años de universidad (25%), y con
estudios de postgrado (23%). Padres de educación elemental y secundaria
(6,5%), secundaria (13%), con 2 año de universidad (24%), con 4 años de
universidad (22%), y estudios de postgrado (34%). Las pruebas fueron
administradas directamente por los investigadores. Duración:
Aproximadamente 45 minutos. Una vez concluida, se agradeció y se les otorgó
un crédito.

HERRAMIENTAS:

- IRI (Davis)y Subescala de Cronbach (Las dos escalas se promediaron para


formar una escala global de simpatía).

28
- Media de tendencias prosociales (PTM)
- Subescala de agresión de Weinberger.

- Pruebas t, para examinar las diferencias de género (utilizando corrección


Bonferonni)

- Test de mediación

- Modelo de ecuación estructural

- Análisis de multigrupos.

RESULTADOS:

1. Altruismo, significativa y negativamente correlacionado con agresión física


(R2=.272). Agresión física, significativa y positivamente correlacionada con
conductas prosociales públicas. (R2=.215). Simpatía, significativa y
positivamente correlacionada con altruismo (R2=.163) y conducta prosocial
conforme (R2=.270).

2. Simpatía, significativa y negativamente correlacionada con conductas


prosociales públicas (R2=.112). Simpatía, significativa y negativamente
correlacionada con agresión física

3. Ruta altruismo, y agresión física, significativa y negativa (R2=.272). Dado que


cada intervalo de confianza quedaba fuera de cero, para los modelos altruismo
(-.133,-.039), conforme (-.258,-.108), y público (.032, .143), la simpatía, es un
importante mediador de la relación entre comportamiento prosocial y agresión
física para los tres modelos prueba.

4. Mujeres, más altruistas (M=8.91, SD=1.70), que hombres (M=8.26,


SD=1.69), t(244)=−2.655, p<.01., y en comportamiento prosocial conforme (M=
6,33, SD=1.64), (M=5,53, SD=1,43), t(249)=-3,529, p<.01., emocional
(M=11,51, SD=2.75), (M=10,53, SD=2,35), con diferencia poco significativa:
t(246)=-2,58, p<.05. Son más simpáticas que los hombres (M=3,87, SD=.86) y
(M=3,44, SD=.46), t(250)=-5,44, p<.001., mientras que los hombres son
físicamente más agresivos (M=.40, SD=.86),(M=-. 14, SD=.51), t(250)=6,07,
p<.001. No hay datos significativos en cuanto conductas calamitosa, y
anónima, y la edad no está significativamente correlacionada con las conductas
prosociales.

CONCLUSIONES:

29
El altruismo y las conductas prosociales se relacionan con la agresión física en
las direcciones esperadas. El altruismo y los comportamientos prosociales
están negativamente relacionados con la agresión física, excepto cuando se
trata de conductas prosociales públicas, que han sido positivamente
relacionados con la agresión física. La simpatía se correlacionó negativamente
con el comportamiento prosocial público, y positivamente con los otros cinco
tipos de conductas prosociales. A su vez, la simpatía se correlacionó
negativamente con la agresión física. Ayudar, a petición de los demás, tiende a
promover la solidaridad, que a su vez está relacionada con menos agresión
física. Al mismo tiempo, activa a los adultos jóvenes a participar en las
conductas prosociales públicas, desde una mayor solidaridad y menos
agresión. Por último, dado que las formas del comportamiento prosocial
abnegado estuvieron negativamente relacionadas con la agresión física y las
formas egoístas de comportamiento prosocial fueron positivamente
relacionados con la agresión física, en el presente estudio, las conclusiones
apoyan la idea de que no todas las formas de comportamiento prosocial están
relacionadas con motivaciones egoístas.

ARTICULO: Altruismo y egoísmo: las motivaciones prosociales para ayudar


dependen del contexto de la relación.

REVISTA: European Journal of Social Psychology

Eur. J. Soc. Psychol. 37, 347–358 (2007)


AUTORES: Jon K. Maner y Matthew T. Gailliot (Universidad de Florida)

TIPO DE INVESTIGACIÓN: Empírica

SÍNTESIS:

Los hallazgos del presente estudio sugieren que el vínculo entre ayuda y
preocupación empática puede ser más pronunciado en el contexto de
relaciones de parentesco que entre los extraños. Los participantes expresaron
su voluntad de ayudar a un pariente o a un extraño, en situaciones de
necesidad específica. Se midieron mediadores de ayuda (preocupación
empática, efecto negativo general, percepción de unicidad). Se evaluó la
relación entre preocupación empática y voluntad de ayudar a un familiar frente
a un extraño, para evaluar si los incrementos en la ayuda asociados con el
aumento de proximidad relacional podrían ser mediados por una mayor
preocupación empática, y para evaluar si la preocupación empática predice la
voluntad de ayudar a un familiar frente a un extraño, es decir, se evalúa la

30
relación entre preocupación empática y voluntad de ayudar por separado en los
diferentes contextos de relación (extraños, familiares).

HIPÓTESIS:

La preocupación empática está asociada con la voluntad de llevar a cabo


acciones prosociales en diferentes contextos de relación. Más concretamente,
la preocupación empática puede promover ayudar a los familiares y es más
probable que promover ayudar a los extraños.

MUESTRA:

154 estudiantes de pre-grado de psicología, 101 mujeres, 50 hombres, (3 no


informan género). Participaron a cambio de un crédito.

PROCEDIMIENTO:

Los participantes imaginan escenarios en los que ya sea un pariente o un


extraño, estaba en una situación de necesidad (desalojo, cuidado de niños),
después de lo cual indicaron su reacciones afectivas, la percepción de unicidad
y la voluntad de ayudar.

INSTRUMENTOS:

Escala de inclusión de otros en sí mismo (Aron et al., 1992); Modelo de


medición general-específico, SG (Balke & Gustafsson, 1993; Schmid y Leiman,
1957); Escala de medición de voluntad de ayudar (base: Cialdini et al. 1997)

RESULTADOS:

- Los participantes en la condición de parientes informaron mayor percepción


de la unidad (M=4,93, SD=1,30) que en la condición de extraños (M=2,01,
SD=1.38), F(1,150)=178,78, p<0,001, n 2=0,54. Además, expresaron mayor
voluntad de ayudar a los familiares (desalojo: M=6,74, SD=1,57; cuidado niños:
M=8,84, SD=0,69), en comparación con los extraños (desalojo: M=2,00,
SD=2,20; cuidado niños: M=5,19, SD= 2.10), desalojo F(1,152)=234,32, p
<0,001, n2=0,61, cuidado niños F(1,152)=205,06, p <0,001, n 2= 0,57.

31
- En los escenarios “desalojo”(a) y “cuidado niños”(b), quienes imaginaron un
pariente exhibieron mayor efecto negativo, preocupación empática, percepción
de unidad y voluntad de ayuda que quienes imaginaron un extraño. Tanto la
preocupación empática como la percepción de la unidad parecen mediar
efectos de tipo de relación en la ayuda. Las percepciones de unidad
permitieron correlacionar preocupación empática (r=0,17, p<0,01) para(a) y
(r=0,06,ns) para(b) y efecto negativo (r=0,11, p<0,10) para(a) y (r=0,06,ns)
para(b). El modelo de ecuación estructural se adecuó a los datos así: X 2(27,
n=146)=29,54, p=0,34, CFI=1,00, RMSEA=0,03, SRMR=0,04 para(a) y X 2(27,
n=152)=50,45, p<0,01, CFI=0,98, RMSEA=0,076, SRMR=0,047 para(b). Todos
los factores GS fueron significativos (p<0,01 o menos) para (a) y (b). Eliminar
los caminos desde la preocupación empática hacia la ayuda, X 2∆(1)=7,33,
p<0,01 para(a) y X2∆(1)=4,91, p<0,05 para(b), y desde la unidad hasta la
ayuda, X2∆(1)=25,57, p<0,001 para(a) y X 2∆(1)=10,27, p<0,001 para(b),
disminuyó significativamente el modelo apropiado. No hay vínculo entre el
efecto negativo general y la ayuda. Añadir este camino no mejora el modelo
apropiado, X2∆(1)=0,91,ns para(a) y X2∆(1)=3,40,ns para(b). Omitiendo el
camino de empatía hacia la ayuda se redujo apreciablemente el ajuste en el
parentesco, X2∆(1)=7,23, p<0,01, para(a) y X2∆(1)=3,85, p<0,05 para(b), y esto
no sucedió para el modelo extraño, X 2∆(1)=2,71, p>0,10 para(a) y X 2∆(1)=2,07,
p>0,10 para(b).

CONCLUSIONES:

Esta investigación sugiere que el comportamiento prosocial entre miembros de


la familia puede ser dirigido por la preocupación empática y por un genuino
deseo de mejoramiento del bienestar de los otros. Los resultados también
implican, sin embargo, que las acciones prosociales entre extraños pueden
estar más motivadas por el egocentrismo. Por tanto, algunos de
comportamiento aparentemente altruistas, pueden ser egoístas más que
altruistas. Sin embargo, este estudio también sugiere que el verdadero
altruismo puede existir dentro del contexto de relaciones estrechas.

ARTICULO: Religiosidad, conducta antisocial, y Altruismo: Mediación genética


y ambiental.

REVISTA: Journal of Personality 75:2, April 2007

AUTORES: Laura B. Koenig, Matt McGue, Robert F. Krueger, y


Thomas J. Bouchard, Jr (Universidad de Minnesota)

TIPO DE INVESTIGACIÓN: Empírica

32
SÍNTESIS:

Aunque la religiosidad se considera un factor protector contra las conductas


antisociales y una influencia positiva en las conductas prosociales, no queda
claro si estas asociaciones son genéticas o mediadas por el medio ambiente.
Este estudio tiene como fin investigar esta cuestión, en gemelos varones
adultos. En el presente estudio se amplió el trabajo de investigación sobre la
relación entre la religiosidad y los comportamientos altruistas y antisociales
desarrollado por Krueger et al. (2001).

HIPÓTESIS:

La covariación entre religiosidad comportamiento altruista y comportamiento


antisocial, se debe tanto a las influencias genéticas como a las influencias
ambientales.

MUESTRA:

673 hombres del registro de gemelos de Minnesota (387 gemelos


monocigóticos y 286 dicigóticos) con un puntaje en cualquiera de las escalas
(religiosidad retrospectiva, religiosidad actual, comportamiento antisocial,
comportamiento altruista). El número máximo de pares de gemelos evaluados
donde ambos gemelos tuvieron resultados en alguna escala fue de 169 pares
de monocigóticos (MZ) y 106 dicigóticos (DZ), y el número de pares de
gemelos en caso de que ambos tuvieron puntuaciones en las cuatro escalas es
de 165 pares de MZ y 100 pares de DZ. Edad promedio: 33 años (SD5.62).

INSTRUMENTOS:

Escala de delincuencia Short-Nye Self-Report; Instrumento de auto-reporte


(Hindelang, Hirschi, y Weis, 1981); Lista de reporte de comportamiento
desviado (Tifft & Clark, 1966); Escala de auto-reporte de Altruismo (Rushton,
Chrisjohn, y Fekken, 1981); Escala de religiosidad (Koenig et al., 2005);
Programa Mx (Neale, Boker, Xie, & Maes, 1999); Modelo de ajuste Trivariate,
evaluado con la prueba de bondad del ajuste w 2 y la Estadística de criterios de
información Akaike (AIC, Akaike, 1987); Sistema de Análisis Estadístico (SAS)

33
PROC MIXED (Littell, Milliken, Stroup, & Wolfinger, 1996); Biometric Model
Fitting; Modelo Cross-Twin

RESULTADOS:

- La religiosidad, tanto retrospectiva como actual, está significativa y


negativamente correlacionada con la conducta antisocial. Retrospectiva (r=-.15,
p<.01) y actual (r= -.23, p<.01). La religiosidad, tanto retrospectiva como actual,
está significativa y positivamente correlacionada con el comportamiento
altruista: .24 (p<.01), en ambos casos. Estos resultados apoyan la conclusión
de que las personas que son más religiosas, ya sea actualmente o en el
pasado, son menos antisociales y más altruistas.

-La mayor parte de la varianza para las puntuaciones de religiosidad


retrospectiva fue contabilizada por los efectos ambientales compartidos
(55,6%), con modesta influencia genética (13,2%). Para las puntuaciones
actuales hubo un mayor efecto de las influencias genéticas (40,6%) y un
menor, aunque moderado, efecto del medio ambiente compartido (21,6%).
(Modelo Biométrico Apropiado).

- La religiosidad está relacionada con comportamientos antisociales y altruistas


a través de mecanismos genéticos y ambientales compartidos (Análisis
biométrico multivariado).

- La correlación entre genética y ambiental compartida y religiosidad


retrospectiva y actual (r's de .62 y .77, respectivamente), demuestra que las
correlaciones entre religiosidad retrospectiva y actual y comportamiento
antisocial, se deben en gran parte a la misma genética y a los efectos
ambientales compartidos. En MZ, la correlación entre comportamiento
antisocial y religiosidad (retrospectiva y actual), las correlaciones son mucho
más grandes que en DZ, lo que sugiere que la covarianza entre
comportamiento antisocial y religiosidad se debe a influencias genéticas
compartidas (cross-twin).

- La religiosidad y el comportamiento altruista están mediados por la genética y


las influencias ambientales compartidas. La mayoría de los efectos genéticos
sobre el altruismo es compartida con la religiosidad, pero sólo
aproximadamente la mitad de la influencia del medio ambiente compartido en el
altruismo se compartió con la religiosidad. El resto de estos efectos (25% para
influencias genéticas y 50% para influencias ambientales compartidos) era
residual o único para el comportamiento altruista. La covarianza entre

34
religiosidad y comportamiento altruista fue principalmente representada por
genética (R5.86) y los efectos ambientales compartidos (R5=70). La correlación
con el ambiente no compartido fue pequeño (R=.22). Para altruismo, el 10,2%
de la varianza fue genético, mientras que el 27,6% se debió al medio ambiente
compartido. El resto 62,3% se debió a las influencias del medio ambiente no
compartido. La correlación altruismo-religiosidad es ligeramente más grande
que en las correlaciones de DZ, lo que sugiere que, a lo largo de una
correlación genética, también puede estar compartida una covarianza de medio
ambiente entre el altruismo y la religiosidad (cross-twin).

CONCLUSIONES:

Aunque las correlaciones fenotípicas entre las medidas no es grande, la


varianza compartida entre religiosidad y comportamiento adulto antisocial o
altruista se debió a influencias genéticas y ambientales compartidas. Los
estudios futuros deben examinar la relación entre las puntuaciones de
religiosidad en la niñez y las puntuaciones de comportamiento antisocial y
conductas prosociales de la infancia, y cómo estas correlaciones pueden ser
mediadas por distintos factores. También deben realizarse investigaciones
longitudinales en mujeres, con el fin de comprender mejor los vínculos
genéticos y ambientales entre la religiosidad y las conductas antisociales y
prosociales.

ARTICULO: La identificación precisa de las expresiones faciales de miedo


predice el comportamiento prosocial.

REVISTA: Emotion 2007, Vol. 7, No. 2, 239–251

AUTORES: Abigail A. Marsh (Instituto Nacional de Salud Mental), Megan N.


Kozak (Roosevelt University), Nalini Ambady (Tufts University)

TIPO DE INVESTIGACIÓN: Empírica

SÍNTESIS:

35
Se presentan los resultados de tres estudios que sugieren que la capacidad
para reconocer la expresión facial de temor predice el comportamiento
prosocial en adultos jóvenes sanos, entendiendo como “comportamiento
prosocial”, el comportamiento en beneficio de otro.

HIPÓTESIS:

1. La capacidad de reconocer la expresión facial de miedo, se relaciona


positiva y significativamente con la tendencia a comportarse prosocialmente
hacia los demás (Hipótesis principal)

2. La exactitud para reconocer la expresión de temor es un predictor de las


donaciones de dinero, que es un comportamiento prosocial.

3. Los participantes más prosociales tienen más puntuación que los menos
prosociales, pero sólo en la condición de elaboración prosocial. El
reconocimiento del miedo se asocia con las calificaciones de atractivo en las
condiciones experimental y de control.

4. La motivación prosocial se asocia con las valoraciones de atractivo y las


calificaciones de la bondad predicen la magnitud de estas puntuaciones.

MUESTRA

ESTUDIO 1: 28 personas (19 mujeres, 9 varones), estudiantes con edad media


de 19,77 años. 14(50%) de raza caucásica, 9(32%) de Asia o asiáticos de
América, 3(11%) latinos, 1 Africano Americano, y 1 se negó a proporcionar
información sobre su raza. ESTUDIO 2: 56 personas (20 varones, 36 mujeres),
estudiantes con edad media de 22,79 años. 29(52%) de raza caucásica,
19(34%) de Asia o asiáticos de América, 1 Negro o Africano Americano, 1 como
latino, y 3 de más de una raza. 3 se negaron a proporcionar información sobre
su raza. ESTUDIO 3: 32 personas (18 mujeres, 14 hombres), estudiantes con
edad media de 24,15 años. 20(63%) de raza caucásica, 8(25%) de Asia o
asiáticos de América, 1 Africano Americano, y 3 se negaron a proporcionar
información sobre su raza.

PROCEDIMIENTO:

ESTUDIO 1: Escucharon una grabación de un programa de radio que presenta


la historia de una mujer con una situación personal difícil. Después de la

36
emisión tuvieron la oportunidad de prometer tiempo o dinero para ayudar a la
mujer. ESTUDIO 2: Grupo experimental y de control. Se pidió a realizar la
misma tarea (calificar rostros), pero ésta sólo se enmarca en “prosocial” dentro
del grupo experimental. Luego se incluyeron preguntas y se aplicó un
cuestionario PANAS. ESTUDIO 3: Igual que el Estudio 2, pero todos los
participantes recibieron las instrucciones de elaboración prosocial. Luego se
completaron los 3 cuestionarios.

HERRAMIENTAS:

ESTUDIO 1. Paradigma Coke, Batson, y McDavis; Lista de verificación de


identificación emocional(Vallacher y Wegner); Preguntas sobre impresiones
(Coke et al.); Evaluación de Precisión no verbal (Nowicki y Duke, 1994).
ESTUDIO 2. Nuevo paradigma; Cuestionario de ánimo (PANAS). Estudio
realizado en una sala de sonido para ciegos. Se presentó en ordenadores
personales utilizando el programa MediaLab.
ESTUDIO 3. Igual que en el Estudio 2, más un cuestionario de empatía
(Mehrabian y Epstein), y la versión corta del inventario de la experimentación
racional (Epstein, Pacini, Denes-Raj, y Heier)

RESULTADOS:

1. La capacidad de reconocer la expresión facial de miedo se relaciona positiva


y significativamente con la tendencia a comportarse prosocialmente hacia los
demás. La puntuación de precisión para cada una de las expresiones faciales
de emoción (ira, asco, miedo, alegría, tristeza, sorpresa) como predictores del
comportamiento prosocial, no superaron r=.50, con un promedio de correlación
de r=.13). (Esta hipótesis se revalida con las siguientes).

2. La exactitud para reconocer la expresión de temor es un predictor de las


donaciones de dinero (t(21)=3,53, p<.005, β=1,17). La capacidad para
reconocer la expresión de miedo predice significativamente la magnitud de las
donaciones (t(22)=2,90, p<.01, β=0,81).

3. En la condición de elaboración prosocial, la correlación entre el atractivo y la


exactitud para reconocer el miedo es positiva,
(r(25)=.37, p=.059r), mientras que en la de control es ligeramente negativa,
(r(26)=_.10, ns). Correlación positiva entre la tristeza y el comportamiento

37
prosocial en la condición de elaboración prosocial (r(25)=.40, p<.05), mientras
que en control es de (r(26)=_.19, ns). PANAS: Sólo la variable “atención que se
presta a las expresiones faciales de emoción” se correlacionó con el
reconocimiento del miedo (r =.50, p<.05) y las puntuaciones de atractivo (r=.45,
p<.05) en la condición de elaboración prosocial, lo que hace a esta variable un
posible candidato para la mediación. Los resultados de una prueba Sobel
indicó que esta variable se no un mediador eficaz (1.47, p>.10.

4. De los seis expresiones faciales, sólo la precisión con la que los


participantes reconocieron la expresión de temor predijo significativamente las
puntuaciones de atractivo, (t(25)=3,12, p<.01; β= 0,57). La única variable que
predice significativamente los resultados de atractivo es la precisión de
reconocimiento de la expresión facial miedo. Para todas las demás variables de
predicción, p >.15. Sólo las evaluaciones de “lo importante de ser amables” se
asociaron con la magnitud de las calificaciones, (r (30)= .55,p<.005), y con la
precisión del reconocimiento del miedo (r (30)= .49, p< .01.

CONCLUSIONES:

Los resultados de los tres estudios constantemente apoyan la hipótesis de que


la capacidad de reconocer la expresión del miedo facial
predice las diferencias individuales en la conducta prosocial. Los resultados
sugieren que no sólo el reconocimiento de la expresión facial de temor predice
la conducta antisocial de los diagnósticos psiquiátricos, pero también es
relevante para: tendencias prosociales, comportamiento de la población en
general y comportamiento real en un escenario experimental.

ARTICULO: Redescubriendo la versión posterior de la jerarquía de las


necesidades de Maslow: Auto-Trascendencia y oportunidades para la Teoría,
Investigación y Unificación.

REVISTA: Review of General Psychology 2006, Vol. 10, No. 4, 302–317

AUTOR: Mark E. Rivera-Koltko (Universidad de New York)

TIPO DE INVESTIGACION: Teórico

38
SINTESIS:

La descripción convencional de Maslow de la jerarquía de necesidades es


inexacta como una descripción de su pensamiento posterior. Maslow (1969a),
modificó su modelo, colocando la auto-trascendencia como un paso más allá
de la auto-actualización. La auto-trascendencia, como parte la jerarquía
motivacional de Maslow, tiene importantes consecuencias para la teoría y la
investigación. Este estudio pretende (a) corregir la forma en que la teoría de
Maslow se presenta en los actuales libros de texto; (b) promover la teoría y los
esfuerzos de investigación en relación con la auto-trascendencia y (c) centrar la
atención en la motivación auto-trascendencia, que va más allá de las áreas de
especialidad psicológica, como medios para seguir en la unificación de la
psicología.

JUSTIFICACIÓN:

Se ha perpetuado la versión del modelo inicial de la jerarquía de necesidades


de Maslow, con la necesidad de auto-actualización en la parte superior de la
jerarquía. Sin embargo, existe una declaración final (finales de 1950, comienzo
de 1960), que va más allá de la auto-actualización y se refiere a la
auto-trascendencia (que incluye experiencias místicas, estéticas, emocionales,
que implican la naturaleza, etc. A estos fenómenos se les llamó
"Being-cognition").

IMPLICACIONES DE LA VERSIÓN RECTIFICADA:

1. Auto-trascendencia, cosmovisiones, y propósito de la vida: Un importante


aspecto de una cosmovisión implica nociones sobre el propósito o el significado
de la vida. Cada una de las etapas de la jerarquía motivacional puede
caracterizarse por una visión distinta del mundo (Maslow, 1943, pp. 374, 376).
La inclusión de auto-trascendencia en la jerarquía de necesidades de Maslow
permite una conceptualización más rica del significado de la vida y de la
dimensión del mundo. (Autores citados: Baumeister, 1991; Emmons, 1999)

2. Auto-trascendencia, altruismo, progreso social y sabiduría: La


auto-trascendencia debería ser seriamente considerada en relación al
altruismo. Pueden estar relacionadas en el sentido de dejarse de lado a sí

39
mismo en favor de la mayoría y de la búsqueda de la verdad. La sabiduría trata
del equilibrio entre intereses propios y ajenos y de otros aspectos del contexto
en el que se vive. La motivación por los intereses ajenos podría implicar
contribuir al progreso social. La inclusión de la auto-trascendencia en la
jerarquía de necesidades de Maslow permite conectar la teoría motivacional y
la teoría de la sabiduría humana de Stenberg. (Autores citados: Barash, 2003;
Sober y Wilson, 1998; Stark, 2001; Sternberg&Ben-Zeev, 2001, pp. 325-326).

3. Auto-trascendencia, terrorismo y violencia religiosa : La entrega de las


necesidades personales a un poder ha sido un impulso no sólo para el servicio,
sino también para la violencia religiosa. Hay en la violencia motivaciones
espirituales. Entonces, la auto-trascendencia también es pertinente para los
debates de las motivaciones detrás de los actos de terrorismo. (Autores
citados: Campos, 2004; Lincoln, 2003; Stern, 2003).

4. Integración de la Psicología de la religión y la espiritualidad con la teoría de


personalidad y la Psicología Social: La Psicología social y la teoría de la
personalidad han ignorado la religión y la espiritualidad. Incluir la
auto-trascendencia en la jerarquía de necesidades de Maslow, permite aplicar
la antigua teoría motivacional a algunos aspectos de la experiencia religiosa y
entender cómo experiencias espirituales y místicas pueden estar asociadas
positivamente con la salud mental y otras variables de la personalidad. También
puede ayudar a integrar el campo de psicología positivista con la psicología en
general. (Autores citados: Robert Hogan, citado en p. Young, 1979; Maslow,
1964/1970, 1969a; Freud, 1930/1961a, 1927/1961b; Argyle & Hills, 2000; Byrd,
Lear, y Schwenka, 2000; Hunt, Dougan, Grant, & House, 2002; Koltko, 1991;
Koltko-Rivera, 2006; Mallory, 1977; Murphy et al., 2000; Pargament, 2002;
Waldron, 1999; J. S. Young, Cashwell, & Shcherbakova, 2000); Constantino,
1999; Engels, 2001; Richards y Bergin, 1997, 2000; Shafranske, 1996;
Seligman y Csikszentmihalyi, 2000; Pargament y Mahoney, 2002; Peterson y
Seligman, 2004.

5. Auto-trascendencia y Teoría psicológica multicultural: La motivación de


auto-trascendencia puede ser conectada con la literatura de los valores
culturales. La incorporación de la auto-trascendencia en la jerarquía de
necesidades de Maslow puede dar claridad al conceptualizar aspectos de la
motivación subyacente a la polaridad individualismo-colectivismo. Por tanto,
puede permitir una relación más firme entre la teoría de la personalidad y las
psicologías tradicionales del mundo y permitirnos comprender las diferencias
culturales. (Autores citados: Sue, Bingham, Porche'-Burke, & Vásquez, 1999:

40
Smith & Schwartz, 1997; Kagitc¸ibasi, 1997; Triandis, 1995; Rivera, 2004;
Hofstede, 1984; Schwartz, 1992;

CONCLUSION:

La inclusión de la auto-trascendencia en la parte superior de la jerarquía de


necesidades es un reflejo más preciso de la teoría de Maslow, pero hay más
beneficios que se obtienen de esta rectificación. La construcción de
auto-trascendencia como un estado motivacional proporciona una comprensión
más profunda de otras importantes construcciones y sirve de puente entre los
órganos de la psicología que actualmente están aislados. Puede ayudar a
desarrollar una mejor comprensión de la psicología de diferentes pueblos y
culturas. Puede ayudarnos a comprender mejor las bases motivacionales del
altruismo y la violencia religiosa, así como la sabiduría humana. Puede
permitirnos conectar con más firmeza la psicología de la religión y la
espiritualidad con las actividades principales de la teoría de la personalidad y la
psicología social. Nos permite relacionar más claramente la psicológica
principal con las teorías de psicologías tradicionales del mundo y en última
instancia, nos ayudan a construir una psicología culturalmente más informada.
En resumen, la incorporación de auto-trascendencia en la jerarquía de
necesidades de Maslow nos da una herramienta con la que llevar a cabo una
más amplia y exacta comprensión de la personalidad y el comportamiento
humano.

ARTICULO: ¿Existe una "norma de propio interes" que desalienta el


comportamiento prosocial? Racionalidad y quid pro quo en las donaciones
caritativas.

REVISTA: Social Psychology Quarterly; Sep 2006; 69, 3; ProQuest Psychology


Journals

pg. 296

AUTORES: Brent Simpson; Kyle Irwin; Peter Lawrence (Universidad de


Carolina del Sur)

TIPO DE INVESTIGACIÓN: Empírica

41
SÍNTESIS:

Estudios anteriores de Holmes, Miller, y Lerner (2002) apoyan la hipótesis de


que la gente quiere actuar en sentimientos de compasión (por ejemplo, de
donar a organizaciones benéficas), pero se muestran renuentes a hacerlo si no
pueden justificar que su comportamiento está en consonancia con su propio
interés. (Intercambio de ficción). En este trabajo se evalúa la evidencia de esta
línea de razonamiento y ofrece una alternativa para la explicación sobre la base
de pruebas cognitivas y la teoría de la disonancia. Este enfoque hace una
predicción precisa en oposición a la hipótesis de ficción.

HIPÓTESIS:

La decisión de contribuir o no, podría no estar afectada por la perspectiva de


recibir algo a cambio. Se espera que los contribuidores a las condiciones de
baja necesidad sean más aptos para aceptar una oferta de intercambio.

MUESTRA Y PROCEDIMIENTO:

509 alumnos (235 varones y 274 mujeres) se acercaron para las


contribuciones. Un asistente de investigación (que no conocía la hipótesis), fue
estacionado en una de las áreas de alto tráfico a lo largo de una universidad
pública. El seleccionó estudiantes caminando solos, de acuerdo con un
procedimiento predeterminado. Como necesidad de baja condición se eligió un
equipo de futbol. Como necesidad de alta condición, el desarrollo de niños
discapacitados. A cambio, se les ofreció una vela con un precio de $1,50 a
$2,00. Si no le gustaba la vela, se preguntó si podría hacer una donación

INSTRUMENTOS:

Procedimiento HML.

RESULTADOS:

- Para la condición de baja necesidad, se acercaron 282 estudiantes y


36(12,8%) estuvieron de acuerdo en contribuir. Para la condición de alta
necesidad, se acercaron 227 estudiantes 52(22,9%), y estuvieron de acuerdo
en contribuir. Los que se acercaron a la condición de alta necesidad son 1,79
veces más propensos a contribuir que los que se acercaron condición de baja

42
necesidad. La mayor probabilidad de contribución entre ellos se acercó a la
condición de alta necesidad significativamente (p<.005).

- El 75% de los 36 contribuyentes de la condición de baja necesidad aceptaron


la vela, y sólo 46,2% de los 52 contribuyentes de la condición de alta necesidad
hizo esto. Esta diferencia es muy significativa, chisquare=7,26, p=.007, (dos
colas). Estos datos apoyan la idea de que los contribuyentes aceptaron las
velas no en un esfuerzo para disimular su compasión en virtud de un manto de
egoísmo, sino para reducir la disonancia que resulta de un acto irracional.

- En la condición HML solo-donación (no ofrece nada a cambio) el 28,5% de los


que se acercaron en la condición de necesidad alta están de acuerdo con
contribuir: es decir, el promedio de 40% y 17%, respectivamente, para
condiciones de $1 y $3. y sólo el 16,5% de los que se acercaron en la
condición de baja necesidad estuvieron de acuerdo con contribuir. Entonces, en
la condición de solo-donación del estudio HML, los participantes que se
acercaron a la condición de alta necesidad fueron 1,73 veces más que los que
se acercaron a la condición de baja necesidad.
- La mayor probabilidad de contribuir a la caridad de alta necesidad es
prácticamente idéntica en los dos estudios (1,79 frente a 1,73). Sugiere que las
diferencias en las tasas para alta vs baja necesidad resultan para sí mismas,
en lugar de para la perspectiva de una vela. Quiere decir que la decisión de
aceptar o no la vela se hizo después de la decisión de donar a la caridad: una
mayor proporción de contribuyentes para baja necesidad aceptó la vela con el
fin de racionalizar o justificar su comportamiento.

CONCLUSIONES

Los resultados parecen apoyar la explicación de la coherencia. Sin embargo,


un revisor anónimo sugiere que los resultados también se podrían explicar por
un proceso de auto-selección. Aceptar algo a cambio es la segunda decisión
realizada. Los participantes primero debieron decidir si contribuir o no y sólo
aquellos que deciden contribuir aceptan. Los objetos pueden constituir una
señal de compasión o un comportamiento de altruismo y no un quid pro quo.
Algunos artículos de beneficencia a cambio de contribuciones pueden transmitir
identidades particulares altruistas. Además de su importancia teórica, esta
demostración tiene implicaciones prácticas en la forma como se pueden
motivar las contribuciones benéficas con éxito. La futura labor debe abordar los
diferentes "tipos" de quid pro quo y su eficacia en la generación de
contribuciones a organizaciones caritativas de diferentes niveles de necesidad.

43
ARTICULO: Altruismo, Prudencia, y Teoría de la Mente en niños preescolares

REVISTA: New directions for child and adolescente development, no. 103,
Spring 2004

AUTORAS: Chris Moore, Shannon MacGillivray


TIPO DE INVESTIGACIÓN: Empírica

SÍNTESIS:

Este estudio está basado en 2 estudios anteriores (Thompson, Barresi, y


Moore, 1997 y (Moore, Barresi, y Thompson, 1998), cuyos resultados sugieren
que el altruismo y la prudencia no muestran cambios en niños de tres a cinco
años, y que hay pruebas de una relación entre la teoría de la mente y el
altruismo, orientado hacia el futuro. La presente investigación estudia las tareas
de la teoría de la mente en el período crítico de transición del desarrollo. Se ha
elegido un estudio longitudinal porque permite examinar la coherencia
individual a lo largo del tiempo, así como el desarrollo individual.

HIPÓTESIS:

La variabilidad en la teoría de la mente, durante el período de tres a cinco años,


se debe en gran medida a las diferencias de desarrollo. Sin embargo, es
probable que existan diferencias individuales en la tendencia a la atención
sobre otros o sobre el propio futuro, que son relativamente estables a través de
la edad, como es el caso del componente motivacional. Incluso en torno a los
cuatro años de edad, es probable que exista una diferencia individual residual,
aún después del cambio en el desarrollo.

MUESTRA Y PROCEDIMIENTO:

Se evaluaron 58 niños en tres grupos de edades diferentes asi: 3½ años; 4


años y 4½ años. En cada edad fue evaluada la elección de una recompensa
(pegatina), usando tres ensayos de cada uno de los tres tipos de elección: (a)
Dos para sí mismo ahora, uno para cada uno ahora. (b) Dos para sí mismo
ahora, uno para cada uno, más tarde. (c) Uno para sí mismo ahora, dos para sí
mismo más tarde. Para cada elección de compartir o retrasar, se daba un
punto. Para los niños de 4 años, se incluyeron 5 tareas de la teoría de la
mente, modeladas en protocolos estándar (Gopnik y Astington, 1988; Moore,

44
Pure, y Furrow, 1990) y evaluaron la falsa creencia utilizando tanto los objetos
engañosos como los objetos desplazados, y el cambio de representación
engañosa utilizando objetos. El desempeño en cada tarea se puntuó como
correcta o incorrecta, y se resume en puntuaciones de 1 a 5. Para el control
general de inteligencia verbal, se utilizó Peabody Picture Vocabulary Test-III
(PPVT-III, Dunn y Dunn, 1997), para los niños de tres años y medio y cuatro y
medio.

HERRAMIENTAS

Parámetros asociados con la demora de la gratificación (Mischel, 1974); 5


tareas de la teoría de la mente, modeladas en protocolos estándar (Gopnik y
Astington, 1988; Moore, Pure, y Furrow, 1990); Peabody Picture Vocabulary
Test-III (PPVT-III, Dunn y Dunn, 1997).

RESULTADOS:

(a) Consistencia en el rendimiento de la tarea en la elección: Hubo buena


consistencia en las tres opciones para niños de 4 a 4½ años (variación de de
r.337 a .495, p<.01), pero el rendimiento en niños de 3½ años no se
correlacionó significativamente con el rendimiento en la misma tarea en las dos
edades más avanzadas. (b) Correlación entre la elección: En niños de 3½
años, los dos tipos de elección de intercambio estuvieron significativamente
correlacionados. Indica que el rendimiento no fue al azar y que los niños son
coherentes en su intercambio a través de los dos tipos de oportunidades de
compartir. Pero no hubo relación entre la distribución de tipos de elección y la
prudencia. (c) Diferencias individuales en el intercambio: Para niños de 4 años,
las 3 de las tareas de elección se correlacionaron significativamente con cada
una de las otras. Estas correlaciones se mantuvieron incluso después de los
resultados de la PPVT-III. Existe una cierta capacidad psicológica común
subyacente en el rendimiento los tres tipos de prueba. Esto es reforzado por la
constatación de que en esta edad, el rendimiento sobre el retraso está
significativamente correlacionado con la teoría de la mente (r=.331, p<.05). (d)
En niños de 4½ años, las dos opciones que implican compartir se
correlacionaron significativamente, al igual que las dos opciones que implican
retraso, pero no hubo relación entre la compartir y la demora de la
gratificación. Tampoco hubo relación con la teoría de la mente o con la PPVT .

CONCLUSIONES:

45
El periodo crítico de transición para comprender los estados mentales en
conflicto, termina a los cuatro años, aunque todavía hay una significativa
variabilidad residual en la disposición para compartir con los demás y en la
voluntad de demora en la gratificación. Este hallazgo es coherente con la idea
de que los componentes motivacionales, pueden separarse de la
representación del componente. Es posible, aunque no demostrado, que la
variabilidad en los componentes motivacionales se mantenga relativamente
estable a partir de este momento. Si esta última interpretación es válida, se han
abierto dos líneas de investigación: (a) Explorar los factores relacionados con la
variabilidad individual en el intercambio o la prudencia. (b) La estabilidad a
largo plazo de estos patrones y sus correlaciones.

ARTICULO: La personalidad altruista en el contexto de la hipótesis de


empatía-altruismo.

REVISTA: European Journal of Personality. Eur. J. Pers. 18: 351-365 (2004)

AUTORES: Hans-Werner Bierhoff y Elke Rohmann, Ruhr-University Bochum,


Alemania.

TIPO DE INVESTIGACIÓN: Empírica

SÍNTESIS:

En este estudio se examinó la influencia de la personalidad altruista en general


y la responsabilidad en particular en la conducta prosocial dentro del contexto
de la hipótesis de la empatía-altruismo. En este experimento participaron 56
mujeres que tuvieron la oportunidad de ayudar a una persona en una situación
de malestar. Los resultados completos indicaron que ante una situación de fácil
evitación prevalecía una motivación altruista, mientras que en una situación de
difícil evitación la motivación egoísta era la dominante.

HIPÓTESIS:

1ª El efecto en la interacción en la empatía y fácil de escapar será replicado.

2ª La relativa fuerza de la respuesta emocional está positivamente


correlacionada con la ayuda en la condición fácil de escapar pero no en la
condición difícil de escapar.

46
3ª La responsabilidad social está positivamente correlacionada con la ayuda en
la condición de difícil de escapar.

4ª La condición fácil de escapar primariamente provoca una motivación


altruista, mientras que la condición difícil de escapar primariamente provoca
una motivación egoísta.

MUESTRA:

Estaba compuesta por 56 mujeres entre 20 y 33 años (edad media 24 ) la


mayoría eran estudiantes.

PROCEDIMIENTO:

La variable dependiente fue la conducta prosocial que fue medida por el


número de pruebas que los participantes hicieron de buena voluntad. Se
distinguieron tres niveles de ayuda : baja (n=24), intermedia (n=13) y alta
(n=19). Las medidas de la preocupación empática y el malestar personal fueron
obtenidos con una escala de 21 adjetivos donde se les preguntó a los
participantes sobre sus sensaciones actuales (con una puntuación de 1 al 7).

INSTRUMENTOS:

La escala de responsabilidad social, desarrollada por Berkowitz y Daniels


(1964). Esta compuesta por 22 ítems (1 completamente equivocado, 6
completamente acertado). Se les administró a los participantes este
cuestionario para medir la preocupación empática, el malestar personal y la
personalidad altruista.

La escala de juicio interpersonal de Byrne (1971) consiste en 2 ítems referidos


a la simpatía y al trabajo juntos.

RESULTADOS:

47
En la primera hipótesis la facilidad de escapar y el índice de fuerza relativa de
la preocupación empática significativamente predijeron la conducta prosocial,
b= 0.22, t=2.02

Se halló una positiva correlación entre la preocupación empática y el malestar


personal.

En la segunda hipótesis; la respuesta emocional correlacionó significativamente


con la ayuda sólo en la condición fácil de escapar (r=0.36) y negativamente con
difícil de escapar (r=-0.14)

En la tercera hipótesis; la responsabilidad social completa fue


significativamente correlacionada con la ayuda en la condición difícil de
escapar (r=0.41) pero no en la situación fácil de escapar (r=0.20).

En la cuarta hipótesis; la atracción y la conducta prosocial tienen una


correlación estadísticamente significativa (r=0.36) con fácil de escapar,
mientras que en difícil de escapar es negativa (r=-0.14).

CONCLUSIONES:

La motivación egoísta y altruista dependiendo de la facilidad de escapar sin


ayuda fue confirmada.

También fue ratificada las emociones específicas de una situación y la


atracción interpersonal entre ayudante y ayudado. Que la situación de fácil
evitación provoca una motivación altruista que elicita una respuesta emocional
(de preocupación más empática) fue significativamente correlacionada con la
conducta prosocial.

La asociación entre conducta prosocial y personalidad altruista depende de una


situación específica (por ejemplo facilidad de escapar sin ayuda), por lo tanto la
personalidad altruista es un constructor monolítico que no parece ser viable.

48
REVISION BIBLIOGRAFICA ARTICULOS EMPIRICOS BASE DE DATOS PSICO
INFO 1990-2007

AUTOR/
ARTICULO/
REVISTA MUESTRA INSTRUMENTOS ANALISIS CONCLUSIONES

McGinley, M. y N=252 IRI (Davis,1983) Modelo de El altruismo y los


Carlo, G. (2007). ecuación comportamientos
¿Dos caras de una estructural prosociales están
Adultos: Prosocial Tendencies
misma moneda? (SEM) negativamente relacionados
Las relaciones entre Measure (Carlo y con la agresión física,
la conducta 68 hombres Randall, 2002) Análisis de excepto cuando se trata de
prosocial y las multigrupos conductas prosociales
conductas 184 mujeres Weinberger públicas, que han sido
físicamente positivamente relacionados
agresivas. Journal Adjustment muestran una relación
of Youth Inventory positiva con la agresión
Adolescence, 36, (Weinberger, 1991) física.
337-349.
Los resultados confirman la
hipótesis de que no todas
las formas de
comportamiento prosocial
están relacionadas con
motivaciones egoístas

Maner, Jon K y N=154 Escala de inclusión de otros Modelo de las acciones prosociales
Gailliot , Matthew T. en sí mismo (Aron et al., ecuación entre extraños pueden estar
1992); estructural más motivadas por el
(2007) Altruismo y
Adultos
(SEM) egocentrismo. . Sin
egoísmo: las Modelo de medición embargo, este estudio
motivaciones 50 hombres general-específico, SG también sugiere que el
prosociales para (Balke & Gustafsson, 1993; verdadero altruismo puede
ayudar dependen 101 mujeres Schmid y Leiman, 1957); existir dentro del contexto
del contexto de la Escala de medición de de relaciones estrechas
relación. voluntad de ayudar

Eur. J. Soc. ( Cialdini et al. 1997)


Psychol. 37,
347–358

Koenig, Laura B. N=673 Escala de delincuencia Modelo de ajuste La religiosidad, tanto


McGue, Matt. Short-Nye Self-Report; Trivariate, retrospectiva como actual,
Krueger, Robert F Adultos hombres Instrumento de auto-reporte evaluado con la correlaciona de modo
Bouchard, Thomas (Hindelang, Hirschi, y Weis, prueba de negativo con la conducta
J. 1981); bondad del antisocial está significativa y
(2007)Religiosidad, ajuste w2 y la negativamente
conducta antisocial, Lista de reporte de Estadística de correlacionada con la
y Altruismo: comportamiento desviado criterios de conducta antisocial. La
Mediación genética (Tifft & Clark, 1966); Escala información religiosidad, tanto
y ambiental. de auto-reporte de Altruismo Akaike (AIC, retrospectiva como actual,
Journal of (Rushton, Chrisjohn, y Akaike, 1987); está y positivamente
Personality 75:2, Fekken, 1981); correlacionada con el
April 2007 comportamiento altruista.
Escala de religiosidad Estos resultados nos
(Koenig et al., 2005); permiten concluir que las

49
personas más religiosas, ya
sea actualmente o en el
pasado, son menos
antisociales y más altruistas

Marsh, Abigail A., Estudio 1: Estudio 1: Modelo de Los resultados de los tres
Kozak, Megan N ecuación estudios apoyan
Ambady, Nalini N=28 adultos Lista de verificación de estructural consistentemente la
(2007) identificación (SEM) hipótesis de que la
9 hombres y 19 emocional(Vallacher y capacidad de reconocer la
La identificación mujeres Wegner); Preguntas sobre expresión del miedo facial
precisa de las impresiones (Coke et al.); predice las diferencias
expresiones faciales Estudio 2: Evaluación de Precisión no individuales en la conducta
de miedo predice el verbal (Nowicki y Duke, prosocial
comportamiento N=56 adultos 1994)
prosocial.
20 hombres y 36 Estudio 2:
Emotion Vol. 7, No. mujeres
2, 239–251 Cuestionario de ánimo
Estudio 3: (PANAS).

N=32 adultos Estudio 3:

14 hombres y 18 cuestionario de ánimo


mujeres (PANAS)

cuestionario de empatía
(Mehrabian y Epstein), y la
versión corta del inventario
de la experimentación
racional (Epstein, Pacini,
Denes-Raj, y Heier)

Schermerhorn , Estudio 1: Estudio 1: Análisis de Este estudio identifica la


Susan (2006) Varianza función cognitiva de la
N=107 Kaufman Brief Intelligence (ANOVA) empatía en bajos y altos
En la base de la Test, The Self Perception niveles de preocupación
preocupación Adolescentes Profile for Children (SPPC), empática. Altas
empática en niños. The Altruism Questionnaire puntuaciones de
Estudio 2: y The Index of Empathy for funcionamiento cognitivo
Dissertation children and adolescents. predice elevados niveles de
Abstracts N=11 preocupación empática.
International: Estudio 2:
Section B: The Adultos
Sciences and The emotion Questionnaire
Engineering Vol
67(3-B),

Yu, Kou, Yan, Ma, N= 165 el Prosocial Tendencies Análisis de La tendencia prosocial
Chen, Tan (2004) Measure (PTM) Varianza pública está positivamente
Adultos (ANOVA) relacionada con el
Las tendencias Prosocial Reasoning razonamiento moral
prosociales morales Objective Measure (PROM). prosocial y negativamente
y su patrón de con la necesidad de
correlación en razonamiento moral
universitarios prosocial.las tendencias
chinos. prosociales de altruistico y
anónimo están relacionadas
Psychological positivamente con el
Science (China). Vol razonamiento moral

50
27(2), pp. 329-332 internalizado y
negativamente con el
hedonismo y la aprobación
orientada al razonamiento
moral

Moore, Chris N=58 Parámetros asociados con Análisis de El periodo crítico de


Shannon, la demora de la gratificación Varianza transición para comprender
MacGillivray (2004) Infantes (Mischel, 1974); (ANOVA) los estados mentales en
conflicto, termina a los
Altruismo, 5 tareas de la teoría de la cuatro años, aunque
Prudencia, y Teoría mente, modeladas en todavía hay una significativa
de la Mente en protocolos estándar (Gopnik variabilidad residual en la
niños preescolares y Astington, 1988; Moore, disposición para compartir
Pure, y Furrow, 1990); con los demás y en la
New directions for voluntad de demora en la
child and Peabody Picture Vocabulary gratificación
adolescente Test-III (PPVT-III, Dunn y
development, no. Dunn, 1997).
103,

Bierhoff, N=56 La escala de Análisis de La situación de fácil


Hans-Werner y responsabilidad social, Varianza evitación provoca una
Rohmann, Elke Adultos mujeres desarrollada por Berkowitz y (ANOVA) motivación altruista que
(2004) La Daniels (1964). elicita una respuesta
personalidad emocional (de preocupación
altruista en el La escala de juicio más empática) fue
contexto de la interpersonal de Byrne significativamente
hipótesis de (1971) correlacionada con la
empatía-altruismo. conducta prosocial.

European Journal of La asociación entre


Personality. Eur. J. conducta prosocial y
Pers. 18: 351-365 personalidad altruista
depende de una situación
específica (por ejemplo
facilidad de escapar sin
ayuda), por lo tanto la
personalidad altruista es un
constructor monolítico que
no parece ser viable

Ma, Hing Keung N=232 Inventario de Altruismo para Análisis de En general, los resultados
(2003) La relación niños (CAI: Ma&Leung, Varianza sugieren que el entorno
del entorno social Infantes 1991). (ANOVA) social familiar positivo, las
familiar, la influencia influencias positivas entre
de los pares y las 108 niños y 124 Escala de entorno familiar Análisis de iguales y las buenas
relaciones con niñas (FES: Moos&Moos, 1986). Regresión relaciones entre los pares,
iguales respecto a tienden a aumentar la
la orientación Cuestionario de Interacción orientación altruista en los
altruista en niños entre pares (PIQ: Ma, niños
chinos. 1988).

The Journal of
Genetic
Psychology; 164, 3;
ProQuest
Psychology
Journals

51
pg. 267

Ciarrocchi, Joseph N=989 Bipolar Adjective Scale, Análisis de Estos resultados sugieren
W.; Piedmont, Varianza que las variables
Ralph L.; Williams, Adultos the Prosocial Behavior (ANOVA) espirituales y de
Joseph E. G. (2003) Inventory, personalidad que median en
264 hombres y la conducta prosocial son
La espiritualidad y la 725 mujeres Adjective Checklist & the diferentes para hombres y
personalidad como Faith Maturity Scale mujeres.
predictores del
comportamiento
prosocial en
Hombres y Mujeres
Research in the
Social Scientific
Study of Religion,
vol. 14, pp. 61-75

52
3. CONCLUSIONES

Nuestro tema de investigación en primer lugar hemos tratado de hacer una


revisión de las teorías más relevantes dentro de la psicología que han tratado
de explicar qué es el altruismo y/o la conducta prosocial. Las diversas
explicaciones que dan las mismas vienen a enmarcarse en dos posiciones:
-El altruismo y la conducta prosocial se fundamenta sobre el egoísmo o amor a
sí mismo, por lo que no podemos hablar de un altruismo puro, sino de un
egoísmo altruista y de una conducta social positiva.
-El altruismo se fundamenta sobre un sentimiento natural innato que es la
empatía y opuesto al egoísmo o amor a sí mismo y/o de una moral que
proviene de una ley de la razón. Desde está perspectiva el altruismo existe y la
conducta prosocial puede o no ser altruista dependiendo de la intención en sí
misma.
Seguidores de la primera perspectiva serían el Psicoanálisis, el Conductismo y
la Gestalt fundamentalmente. Sostienen que los individuos actúan de forma
altruista, no lo hacen por altruismo en sí mismo sino por la obtención de un
beneficio externo (recompensas materiales) o interno (placer), además la
conducta prosocial no es más que una expresión más del amor a sí mismo.
Los seguidores de la segunda perspectiva serían principalmente las teorías
cognitivas, la psicología positiva y la psicología del ser. Se fundamentan en que
las personas pueden llegar a ser altruistas y actuar pro socialmente por un
interés no egoísta. Las personas pueden llegar a estar motivadas a actuar por
el beneficio de los demás en sí mismo, con independencia del propio beneficio.
Los autores de esta perspectiva afirman que hay motivaciones afectivas y/o
racionales que impulsa a una persona a actuar a favor de los demás sin ningún
interés egoísta.

El altruismo no es una conducta, sino más bien una disposición, una


orientación hacia el bien de los otros que se manifiesta en diversas conductas.
Mientras que las conductas altruistas suelen entenderse como aquellas
conductas que benefician a otros provocando efectos positivos y que se
realizan voluntariamente con la intención de ayudar a los demás sin anticipar
recompensas a largo plazo. De esta forma la conducta altruista pondría el

53
énfasis en la intención, mientras la conducta prosocial lo pondría en los efectos.
Lo que diferencia a una y la otra serían la motivación o intención.

Por otro lado, pocos investigadores sostienen que las personas con una
personalidad altruista son más prosociales en todos los contextos. Aquellos que
apoyan el constructo de “personalidad altruista” han sugerido que hay una
interacción persona-situación con respecto a tendencias altruistas. Sin
embargo, no hay todavía un consenso en qué situaciones las tendencias
altruistas son evidentes.

A modo de resumen podemos clasificar las variables que explican la conducta


prosocial en 4 grupos principales:

1º Factores personales:
-Personalidad
-Edad
-Género

2º Factores afectivos:
-Empatía
-Simpatía
-Reconocimiento de emociones

3º Factores cognitivos:
-Toma de perspectiva
-Razonamiento moral
-Expectativas y estilo atributivo
-Desarrollo de la motivación
-Actitudes y creencias

4º Factores cognitivo-afectivos:
-Cognición personal
-Inteligencia emocional

54
A partir de la revisión en el PsicInfo revisamos las aportaciones actuales en
altruismo-conducta prosocial desde 1990 hasta 2007.

Gustavo Carlo (2007) ha identificado seis tipos de conducta prosocial basada


tanto en la situación como en los motivos personales. Algunas están motivadas
por motivos egoístas u otras por altruistas. Los seis tipos de conducta prosocial
son: altruista (ayuda desinteresada por lo general motivada por la simpatía),
pública (obtener la aprobación de los demás), compatible (ayuda solicitada por
otro), emocional (ayudar en circunstancias emocionalmente evocadoras), grave
(ayuda en situaciones de emergencia) y anónima (ayudar al receptor sin que él
sepa la identidad del ayudante). Por lo tanto, el concepto de conducta prosocial
no es un constructor monolítico, sino más complejo de lo que parecía. En los
resultados del artículo científico se pone de manifiesto que el altruismo esta
negativamente correlacionado con la agresión física y positivamente con la
empatía y la conducta prosocial, como han ratificado otros autores como en
estudios anteriores como Hoffman(1990) y Batson (1991) o recientemente
Mestre (2002).

Los resultados del artículo viene a ratificar como el estudio de Mestre (2002)
que las mujeres son más altruistas que los hombres y los hombres son
físicamente más agresivos.

Sin embargo, la aportación novedosa de Carlo, es la de identificar varios tipos


de conducta prosocial dado que las formas del comportamiento prosocial
estuvieron negativamente relacionadas con la agresión física y las formas
egoístas de comportamiento prosocial fueron positivamente relacionados con la
agresión física, en el presente estudio, las conclusiones apoyan la idea de que
no todas las formas de comportamiento prosocial están relacionadas con
motivaciones egoístas.

Jon K. Maner y Matthew T. Gailliot (2007) sugieren que algunos


comportamientos aparentemente altruistas (por ejemplo, ayuda entre extraños)
pueden ser egoístamente motivados.

Este artículo también se enmarca dentro de la hipótesis de la empatía-altruismo


de Batson (1991), pero los autores buscan probar si los comportamientos
altruistas dependen del contexto de relaciones de parentesco que entre
extraños. Los resultados obtenidos vienen a confirmar que los participantes
informaron de mayor percepción en la unidad que en la condición de extraños,
expresaron mayor voluntad de ayudar a los familiares que a los extraños. Lo
que pone de relieve que el contexto del tipo de relación (cercana o de extraños)
determina que la conducta prosocial tenga un motivo altruista o no.

55
También sugiere que el verdadero altruismo, puede existir dentro del contexto
de las relaciones cercanas y/o de parentesco.

Lo importante de este artículo es que los estudios empíricos que se han


realizado hasta la fecha no hacen hincapié en los motivos que subyacen a la
conducta prosocial. Pues la misma puede tener una motivación altruista como
pone de manifiesto (López, 1994) y se han de cumplir las tres condiciones de
Intención o motivo de beneficiar a otro u otros, que se realice de forma
voluntaria y que sea de forma desinteresada o pueden tener un motivo egoísta.

Aunque sigue con la línea general de que en la preocupación empática


subyace un motivo altruista, esta preocupación surgirá entre relaciones
cercanas antes que con extraños donde la conducta prosocial será por la
reducción de la propia inquietud subyaciendo un motivo egoísta.

Laura B. Koenig, M.R. Krueger y T.J.Bouchard (2007) han estudiado la variable


religiosidad y su asociación con el altruismo llega a la conclusión que La
religiosidad está positivamente correlacionada con el comportamiento altruista.

Batson y colaboradores (1989) han estudiado la motivación


detrás de la conducta prosocial de las personas muy religiosas. Utilizando
un paradigma experimental, encontraron que los individuos con al menos
moderado interés en la religión se ofrecieron a ayudar más a menudo que los
las personas que no están interesadas en la religión.
La investigación en conducta genética ha demostrado que la religiosidad es,
en efecto, hereditaria, Koenig, McGue, Krueger, y Bouchard (2005) pusieron de
manifiesto, con la muestra de gemelos utilizados en el estudio actual, que la
religiosidad fue ligeramente hereditaria en la infancia y moderadamente
hereditaria en la edad adulta.
La religiosidad está negativamente correlacionada con la conducta antisocial y
positivamente con el comportamiento altruista. Estos resultados apoyan la
conclusión de que las personas que son más religiosas, ya sea actualmente o
en el pasado, son menos antisociales y más altruistas.
La religiosidad y el comportamiento altruista están mediados por la genética y
las influencias ambientales compartidas. La mayoría de los efectos genéticos
sobre el altruismo es compartida con la religiosidad, pero sólo
aproximadamente la mitad de la influencia del medio ambiente compartido en el
altruismo se compartió con la religiosidad. Lo cual confirma que la religiosidad
y el comportamiento altruista pueden tener una base genética que no se
conocía por lo que en futuras investigaciones empíricas se pueden realizar
estudios longitudinales con muestras más grandes de gemelos monocigóticos y
dizigóticos para tener conclusiones más completas. Esta línea de investigación
es pionera en el estudio genético que relaciona la variable religiosidad con
altruismo, por que hasta el momento solamente se habían hecho estudios que

56
apoyaban una genética disposición para responder al malestar de otros que
provocaría una emoción empática (Batson, 1983). Los estudios de Mac Lean
(1973) también apoyan que la empatía se localiza en una parte del cerebro que
es el sistema límbico, por lo que el altruismo estaría predeterminado
biológicamente (Hoffman, 1981).

Abigail A. Marsh y Megan N. Kozak (2007) presentaron tres estudios originales


donde hipotetizaban que la capacidad para reconocer la expresión facial de
temor predice el comportamiento prosocial en adultos jóvenes sanos,
entendiendo como “comportamiento prosocial”, el comportamiento en beneficio
de otro. En los resultados la expresión facial de miedo se relacionaba
positivamente con la tendencia a comportarse prosocialmente hacia los demás.

La expresión facial de miedo es una señal de malestar asociada con la


provisión de ayuda y conducta prosocial. Anteriores estudios psiquiátricos han
hallado déficits en el reconocimiento de esta expresión en individuos con
tendencias antisociales.

Los resultados de este estudio apoyan la hipótesis de que la capacidad de


reconocer la expresión de miedo facial predice las diferencias individuales en la
conducta prosocial. Los resultados sugieren que el reconocimiento de la
expresión facial de temor predice la conducta antisocial de las personas
diagnosticadas psiquiátricamente.

Este trabajo introduce como novedoso el estudio de la variable expresión facial


como posible predictora de la empatía y por tanto de la conducta altruista o
prosocial.
Pero la relación todavía no es concluyente, y mas cuando la muestra del
estudio es pequeña. Como muy interesante en esta línea de investigación es la
posibilidad de obtener unas medidas de la empatía observables que no estén
basadas en auto-informes y en cuestionarios para medir la empatía.
Dada la relación entre la capacidad de identificar la expresión facial de miedo y
el comportamiento prosocial, ello puede servir de punto de partida para seguir
investigando los aspectos innatos de la conducta prosocial.

Hans-Werner Bierhoff y Elke Rohmann (2004) En este estudio se examinó la


influencia de la personalidad altruista en general y la responsabilidad en
particular en la conducta prosocial dentro del contexto de la hipótesis de la
empatía-altruismo. Los resultados indican que ante una situación de fácil
evitación prevalecía una motivación altruista, mientras que en una situación de
difícil evitación dominaba la motivación egoísta.

Eisenberg (1991) apoyaba la hipótesis de que hay individuos altruistas quienes


ayudan de forma natural a otros orientados en razones morales sin atender a
recompensas externas o castigos.

57
En el artículo de Bierhoff y Rohmann (2004) la respuesta emocional
correlacionó significativamente con la ayuda sólo en la condición fácil de
escapar y negativamente con difícil de escapar. La responsabilidad social
completa fue significativamente correlacionada con la ayuda en la condición
difícil de escapar pero no en la situación fácil de escapar La conducta
prosocial tienen una correlación estadísticamente significativa con fácil de
escapar, mientras que en difícil de escapar es negativa.

La relación entre la conducta prosocial y la personalidad altruista depende de


una situación específica (por ejemplo facilidad de escapar sin ayuda), por lo
tanto la existencia de una personalidad altruista no esta todavía definida en un
concepto unitario.

En la revisión de los artículos, se sigue actualmente la línea de investigación


dentro de la hipótesis de la empatía-altruismo que está dentro del enfoque
cognitivo-evolutivo, por que es el enfoque con mayor poder explicativo de lo
que entendemos por altruismo y conducta prosocial. Como hemos revisado en
esta búsqueda, la conducta prosocial no es un constructo unitario sino que en
los artículos científicos se clasifica en seis tipos. Las nuevas líneas de
investigación introducen nuevas variables como la religiosidad o la expresión
facial de miedo para tratar de explicar su posible relación con la empatía, el
altruismo y la conducta prosocial. Por otro lado el constructo de personalidad
altruista no ofrece todavía unas conclusiones definitivas de ser viable.

58
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