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República bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación

Misión Sucre Productiva

Aldea José Félix Rivas

Calabozo - Estado – Guárico

Taller
De orientación y Acreditación.

Profesor: Estudiante:

Norma Graterol González Yanexy


C.I:26752292

Mayo, 2021
Diseño de un programa de orientación y participación del desarrollo
individual humano y grupal

Durante los años recientes se ha usado con mucha frecuencia la palabra


participación y no siempre con los mismos significados. Sin embargo, en
contextos que se refieren a la educación o a la realización de proyectos, se
considera que la participación es un proceso clave para el desarrollo social.
La participación puede entenderse como colaboración, como
organización, como un proceso de desarrollo individual y grupal, como un
proceso de autogestión y adquisición de poder.

La participación como colaboración:

En muchos programas educativos, la participación se hace consistir en


lograr una movilización de los ciudadanos para asegurar su colaboración. En
esta forma de participación, las decisiones esenciales sobre las acciones por
desarrollar y las reglas de juego están previamente establecidas por un
individuo o un grupo que hace las veces de organizador central.

Se trata de una forma pasiva de participación. Se promueve la asistencia


a reuniones de grupos para capacitarse y entender el proyecto, porque se
consideran muy útiles. También se pide la asistencia de las personas para
evaluar si se han cumplido los cometidos asignados. En este tipo de
participación, los dirigentes son los que saben y conocen los proyectos, y su
trabajo consiste en atraer a los demás para que se adhieran a esos proyectos.

Otra manera de promover la participación consiste en motivar a la gente


para que se organicen, ya que se sostiene que sólo a través de la participación
organizada se logran efectos duraderos en los proyectos.

En este sentido, la participación es un proceso mediante el cual las


comunidades, las localidades, o los individuos se organizan para identificar sus
propias necesidades y colaborar en el diseño, organización y evaluación de los
proyectos. El objetivo principal de esta forma de participación es crear las
condiciones para que los grupos ganen fuerza psicológica para resolver sus
problemas. El lema principal puede ser la unión hace la fuerza o, la solución
somos todos. Conviene tener presente, sin embargo, que la organización de
grupos no conduce automáticamente a la participación: las organizaciones
pasan por diversas fases de desarrollo y si la organización responde sólo a un
objetivo concreto y cercano, es muy común que tan pronto se consiga o si su
consecución es muy larga, la organización se termine. Por ejemplo, si se trata
de resolver el problema del agua, es posible que un grupo de personas que
carecen de ella se organice, pero con frecuencia en cuanto consigue el objetivo
deseado, ya no existe ningún interés en seguir participando en el grupo.
La participación organizada se puede convertir en un proceso mayor de
transformación, es decir, en un proceso educativo: esto sucede cuando existe
la posibilidad de mantener la organización en proyectos. Cuyos objetivos son
más lejanos y no se agotan en sí mismos: es decir, cuando lo que se busca es
seguir creciendo como personas o como grupo, es decir, educarse.

La participación como proceso de desarrollo individual y grupal

En realidad, pocas organizaciones se inician desde la base sin ningún


tipo de ayuda externa, porque, aunque hay promoción, invitaciones y buena
voluntad la gente no sabe cómo participar, y además porque se le invita para
cambiar una situación educativa, cultural, económica o social de la cual
muchas veces ni siquiera es consciente de que deba cambiar. Cuando la
participación se convierte en un proceso que va más allá del desarrollo de una
organización para cambiar algo de lo que la rodea, y lo que importa es desatar
un proceso de desarrollo humano, con el cual las personas crecen como
individuos capaces de responder a los problemas que tienen que enfrentar, se
está hablando de una participación que educa.

Así entendida, la participación es un proceso en el que las personas y


los grupos desarrollan acciones estimulados por sus propias ideas y
decisiones, sobre las cuales asumen el control. Mediante sus iniciativas,
descubren sus potencialidades, usan sus facultades y recursos, desarrollan su
creatividad y crecen a nivel individual y colectivo. Desde esta perspectiva, la
participación es un proceso de cambio de actitud, de descubrimiento de
valores, de comunicación y de desarrollo de métodos de pensamiento y de
acción.

Sin embargo, la participación puede ser aún algo más que un proceso de
desarrollo individual y grupal. En años recientes, la participación se ha
concebido como un proceso de adquisición de poder, es decir, se ha
descubierto la dimensión política que tiene la participación. En este sentido,
participar significa tener acceso real:

 A los procesos de toma de decisiones


 A los recursos necesarios para administrar autónomamente los
proyectos elegidos y diseñados por las personas, los cuales se orientan
hacia objetivos definidos por el grupo.

La participación así entendida es fundamentalmente dinámica; se


caracteriza por la creación o ampliación de los espacios psicológicos y políticos
en los cuales los grupos funcionan y emprenden acciones.

Cuando se da este tipo de participación, los proyectos emprendidos se


convierten en poderosas estrategias para el desarrollo social, político y
económico de los individuos, los grupos o las regiones.

Este tipo de participación exige:

 La estructuración de grupos que generen acciones que vayan más allá


de los programas que ofrece el promotor educativo.
 proceso educativo no institucionalizado desde fuera del grupo mismo;
proceso que se centre en la reflexión, en la propuesta de nuevos
aprendizajes, y particularmente en la transformación de las relaciones
individuales y grupales.
 Una forma de apoyo de un agente externo que motive y desencadene
procesos educativos, es decir, adquisición de instrumentos o medios
que permitan a las personas transformar las relaciones que tienen
consigo mismas, con otras personas o con su entorno.
 Recordar que los procesos educativos son permanentes y se dan en
situaciones reales. Es claro que los proyectos de desarrollo son ofertas
para detonar, promover un movimiento de educación permanente, es
decir, de actitud permanente para aprender.
 Establecer mecanismos de coordinación que faciliten y estimulen el
compromiso educativo de las personas con ellas mismas y no con
instituciones que muchas veces resultan un ser abstracto e impersonal.
 Dejar que sean las personas quienes efectivamente se apropien de sus
aprendizajes, y de la planificación y evaluación en una visión
prospectiva. En una palabra: que sean ellos los dueños y hacedores de
su visión de futuro para que se conviertan en los dueños de los
mecanismos de gestión de su aprendizaje. No es fácil lograr estas tres
condiciones, porque promover esta participación también les exige a las
autoridades constituidas de cualquier nivel que éstas sean- mantenerse
en una actitud de permanente aprendizaje.

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