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¿Qué es una crisis existencial?

Las crisis aparecen cuando no somos capaces de enfrentar determinado acontecimiento echando mano
a los recursos con los cuales siempre habíamos contado. La crisis existencial, en particular, se
caracteriza porque implica un cambio en nuestra identidad, normalmente nos sentimos como si
fuésemos otra persona o cambian aspectos importantes en nuestra cosmovisión.

Durante la crisis existencial atravesamos un periodo de introspección en el cual nos cuestionamos


aspectos que hasta ese momento habíamos dado por sentados o que no nos preocupaban demasiado,
generalmente sobre la propia existencia, como por ejemplo: ¿cuál es el sentido de mi vida? o ¿qué
haré con mi vida?

Aunque se trata de preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento, cuando se desata una
crisis existencial, estas cuestiones adquieren un carácter perentorio; es decir, no nos dejan descansar
hasta no hallar una respuesta ya que generan un intenso estado de desasosiego y angustia.

Podrás saber que estás atravesando una crisis existencial cuando:

• Te sientes constantemente aburrido/a


• Las actividades que antes te motivaban han perdido su valor pues ya no les
encuentras sentido
• Tienes una sensación de insatisfacción generalizada, aunque las cosas marchen bien
• Crees que debes darle un vuelco a tu vida pero no sabes exactamente cómo hacerlo
• Tienes una sensación de extrañeza contigo mismo, como si fueses otra persona
• Empiezas a cambiar tus hábitos para probar cosas diferentes pero estas no te
satisfacen por completo
• Comienzas a pensar que has saltado algunas etapas de tu vida o que te faltan
muchas experiencias por vivir
• Te sientes extremadamente agotado/a desde el punto de vista emocional
• Te cuestionas las decisiones más importantes que has tomado a lo largo de tu vida,
como la elección de la profesión o de la pareja
• Tienes miedo al futuro pues no logras vislumbrarlo con claridad

Las causas de la crisis existencial


La crisis existencial está profundamente vinculada al proceso de crecimiento y maduración por lo que
puede ocurrir en cualquier momento de la vida, excepto en la infancia. De hecho, es habitual durante
la juventud, una etapa en la que debemos enfrentarnos a cambios muy profundos, aunque también se
puede apreciar en la adultez o incluso en la tercera edad.

En algunos casos es posible encontrar un factor desencadenante, una situación particularmente


significativa y/o estresante para la persona que le obliga a tomar una decisión, como cuando debemos
elegir una profesión o nos planteamos tener un hijo. Sin embargo, otras veces no es posible encontrar
un hecho concreto.

No obstante, las verdaderas causas de la crisis existencial son mucho más profundas y se deben buscar
en:

• La sensación de estar solo y aislado en el mundo


• La comprensión del verdadero alcance de la mortalidad
• No hallar un propósito para la vida
• La toma de conciencia de los propios límites
• No sentirse satisfecho con lo que se ha logrado hasta el momento

No obstante, en algunos casos la crisis existencial no se resuelve satisfactoriamente y la persona cae


en lo que se conoce como la “triada cognoscitiva”. Es decir, desarrolla una perspectiva negativa de sí
mismo, del mundo y del futuro. Esta percepción puede dar pie a diferentes problemas psicológicos,
como:
• Desesperanza
• Sentimientos de indefensión
• Depresión profunda
• Ideas suicidas

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