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CURSO DE

FILOSOFÍA DEL DERECHO

MANUALES JURÍDICOS N° 132


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© AGUSTÍN SQUELLA NARDUCCI


© LUIS VILLAVICENCIO MIRANDA
© ALEJANDRA ZÚÑIGA FAJURI
© EDITORIAL JURÍDICA DE CHILE
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Inscripción N° 214.544, año 2012
Santiago - Chile
Se terminó de imprimir esta primera edición
en el mes de marzo de 2012
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IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
ISBN 978-956-10-2198-3
AGUSTÍN SQUELLA NARDUCCI
LUIS VILLAVICENCIO MIRANDA
ALEJANDRA ZÚÑIGA FAJURI
Profesores de la Universidad de Valparaíso y Universidad Diego Portales

CURSO DE
FILOSOFÍA DEL DERECHO

IURIDICA
DE CHILE

www.editorialjuridica.cl
INTRODUCCIÓN

La filosofía del derecho es tanto una ac­ alcanzó a partir de cierto momento facilitó
tividad, una disciplina y una asignatura. que se la incorporara como asignatura en los
Que ella sea una actividad significa que estudios jurídicos de pregrado. En cualquier
la filosofía del derecho es algo que hacen caso, el contacto con la filosofía del derecho
hombres y mujeres, en particular una clase que acostumbran tener quienes producen,
especial de ellos, los filósofos del derecho. aplican, interpretan o difunden el derecho,
Que sea una disciplina quiere decir que la a saber, legisladores, jueces, funcionarios de
filosofía jurídica constituye un saber, o sea, la administración, abogados y profesores de
un conjunto sistematizado y reconocible de derecho, suele reducirse a ella como asig­
conocimientos acerca del derecho que otros natura que alguna vez cursaron, puesto que
saberes que hacen también al derecho su ninguno de tales operadores jurídicos se
objeto de estudio no proveen o ni siquiera involucra con la filosofía del derecho como
intentan suministrar. Y es también una asig­ actividad ni tampoco la cultiva como disci­
natura, en cuanto se trata de una instancia plina. Lo que algunos de ellos pueden hacer
curricular -un curso o ramo, como acos­ es consultar una que otra obra de filosofía
tumbra decirse- que forma parte del plan jurídica, ya sea por interés, por curiosidad o
de estudios de las carreras de derecho. porque podría darles alguna orientación o
La distinción entre filosofía del derecho guía en relación con las tareas profesionales
como disciplina y como asignatura da lugar que les corresponde llevar adelante en sus
a la diferencia entre filósofos del derecho, respectivos ámbitos de trabajo. Lo mismo
ocupados de cultivar la primera con algún ocurre con los estudiantes de derecho, cuya
grado de originalidad o realizando alguna única relación con la filosofía del derecho
contribución a su adelanto, y los profesores se produce con ocasión de la asignatura de
de filosofía del derecho, dedicados a impartir ese nombre que deben cursar para egresar
la segunda. Esas dos condiciones pueden co­ de la carrera y optar al grado de licenciado
existir en un mismo individuo -por ejemplo, y obtener luego el título de abogado.
Roberto Alexy es hoy tanto filósofo del dere­ Este mismo libro -y por eso se titula “Curso
cho como profesor de filosofía del derecho-, de filosofía del derecho”- trata de ésta en
aunque lo usual es que no lo hagan, es decir, cuanto asignatura y, por lo mismo, quiere
que quienes nos relacionamos con la filosofía servir a los estudiantes que deben cursarla
jurídica en nuestra vida académica lo hagamos y a los profesores encargados de impartirla:
sólo en cuanto profesores de ella. a éstos, porque el libro organiza unos conte­
Por cierto que hay también una relación nidos que pueden desarrollar en sus clases
entre esas tres diferentes maneras que la fi­ como materias del programa del curso que
losofía del derecho tiene de presentársenos. les corresponde impartir; y a aquéllos, por­
La filosofía del derecho como actividad -tan que puede servirles como texto de estudio
antigua como la propia filosofía-, y, sobre para la preparación de las correspondientes
todo, la filosofía del derecho como actividad materias. Una idea como ésta tuvo también
sostenida a lo largo del tiempo, hizo posible su hace ya algunos años el catedrático de la
conformación como disciplina, en tanto que la Universidad Autónoma de Madrid Elias
aparición, desarrollo y prestigio que esta última Díaz, quien publicó un “Curso de filosofía

7 íditomal JURIDICA dechiu


Curso de Filosofía del Derecho

del derecho” (Marcial Pons, Madrid, 1998), libro, que aspira a ser soporte de un curso de
que, según expresó su autor, fue “redactado filosofía del derecho, ha optado por los dos
y publicado pensando fundamentalmente en temas ya señalados: el concepto de derecho
los estudiantes universitarios de las Facultades y la idea y concepciones de la justicia.
de Derecho”, agregando algo que hacemos Con todo, y previo al tratamiento de esos
también nuestro: que el libro “quiere así va­ temas, el libro indaga acerca de qué es fi­
ler para ellos como posible base y punto de losofía, qué es filosofía del derecho, y qué
partida, aunque confieso que a veces también es ciencia del derecho. La razón de esto se
de llegada, nunca de definitivo final”. encuentra en que lo menos que debería sa­
Ya tendremos oportunidad de mostrar ber un alumno de filosofía del derecho es
en este libro que no hay acuerdo entre los qué es ésta, para lo cual parece conveniente
filósofos del derecho a la hora de identificar tener antes una idea acerca de qué es filo­
los temas propios de su disciplina, como sofía. En cierto modo, y aunque decir qué
tampoco lo hay entre los profesores de filo­ es filosofía del derecho no sea algo que se
sofía del derecho al momento de definir el derive simplemente de lo que antes pueda
contenido del programa de los cursos que haberse dicho sobre qué es filosofía, traba­
ofrecen a los alumnos. Lo uno por lo otro: si jar con esta segunda pregunta prepara y a
no hay consenso en los temas de la disciplina, la par allana el camino para hacerlo con la
tampoco puede haberlo en los asuntos que primera. A estudiantes de derecho interesa
deberían estar incluidos en el programa de más la pregunta qué es filosofía del derecho,
la asignatura. Por lo mismo, existe una gran aunque el trabajo previo con la pregunta
diversidad de programas de filosofía del de­ qué es filosofía facilita la o las respuestas que
recho, lo cual hace difícil escribir un libro de puedan darse a la primera de esas cuestiones.
texto que pueda ser utilizado por todos los A su vez, parece del caso reflexionar también
alumnos de una asignatura como ésta. sobre la ciencia del derecho y las operaciones
Sin embargo, hay consenso relativamente que ella realiza y las funciones que cumple,
amplio en que las cuestiones relativas al con­ tal como hace el capítulo primero de esta
cepto de derecho y a la idea y concepciones obra. Por lo mismo, las preguntas que este
de la justicia son propias de la disciplina lla­ libro plantea y procura responder son, en
mada “filosofía del derecho”, de manera que este mismo orden, ¿qué es filosofía?, ¿qué
no puede extrañar que ambas suelan estar es filosofía del derecho?, ¿qué es ciencia del
presentes en los programas de la asignatura derecho?, ¿qué es el derecho?, ¿qué es justicia?,
del mismo nombre y en los contenidos de y ¿cuáles son algunas de las concepciones
los libros que sirven de apoyo al estudio de contemporáneas de la justicia?, aunque te­
ésta. En otras palabras: si hay un cierto grado niendo presente que se las formula e intenta
de acuerdo en que las preguntas ¿qué es el contestar no con motivo de un ensayo para
derecho? y ¿qué es justicia? son propias de especialistas en tales asuntos, sino en razón
la filosofía jurídica como disciplina, también de un curso que deben hacer estudiantes de
lo hay en que temas como esos sean tratados derecho que se encuentran ya próximos a
en el curso de filosofía del derecho y, a la egresar de su formación de pregrado.
vez, desarrollados en los textos que guían la ¿Y todo ello para qué? Simplemente para
preparación de las clases que imparten los que a propósito de tales preguntas el profe­
profesores de la asignatura y el estudio que sor y los alumnos de la asignatura pongan
realizan los alumnos de ésta. Ello no quiere en tensión la inteligencia y piensen hacia
decir que otras materias no puedan formar el límite de sus posibilidades -como Jorge
parte del programa de la asignatura ni del Millas proponía para la filosofía general-
contenido de libros que la apoyen, aunque tal como ocurre cuando hacemos vibrar un
no resulta posible ni pedagógico incluir a cable de acero que tensamos cogiéndolo
todas en un simple curso semestral o desa­ por sus extremos, manteniéndolo largo rato
rrollarlas íntegramente en un libro que tiene en esa posición, y, en definitiva, para que
la pretensión de acompañar un curso de esa al término del curso correspondiente los
duración. Se hace pues necesario elegir, y este alumnos puedan tener en sus cabezas una

EDITORIAL JURIDICA DI' O ULE 8


Introducción

mejor respuesta acerca de qué es filosofía, colaborar con la filosofía del derecho como
que es filosofía del derecho, qué es ciencia asignatura, es decir, en la condición en que
del derecho, qué es el derecho, qué esjusticia, ella es conocida y estudiada por los alumnos
y qué concepciones de la justicia destacan de nuestras escuelas de derecho.
en la actualidad, que la que tenían antes de Y conviene mencionar un último hecho,
iniciar el curso y de proceder a la lectura que podría parecer anecdótico, pero que
del libro que le sirve de apoyo. Millas decía no lo es: este libro fue escrito durante los
también que la filosofía antagoniza con el largos meses de movilizaciones estudiantiles
sentido común, o sea, con las apariencias, de que tuvimos en 2011. Sin posibilidad de dar
manera que un curso de filosofía del dere­ clases, los autores nos propusimos la tarea de
cho, insatisfecho con las respuestas que para redactar los distintos capítulos de esta obra y
aquellas preguntas puedan ensayarse desde de entregarla a nuestro editor en noviembre
la experiencia de ocho semestres de estudios del mismo año, como una manera no sólo
jurídicos, o poco más, plantea tales interro­ de aprovechar bien el tiempo que liberó la
gantes buscando mejores y más elaboradas suspensión de clases, sino de hacer algo que
respuestas, aunque sabiendo también que pudiera ir en directo beneficio de los propios
se trata de cuestiones abiertas que quienes estudiantes. Sin que estuviera en nuestro
hagan y aprueben el curso podrán continuar ánimo demostrarlo, lo anterior constituye
profundizando con posterioridad a éste. una evidencia de que a la universidad no
Los estudiantes de derecho llegan al curso se va sólo a dar o a tener clases, y que uno
de filosofía jurídica sin tener claridad acerca de los mejores servicios que los profesores
de con qué se encontrarán ni para qué les pueden prestar a los estudiantes consiste en
servirá en el futuro, y es comprensible que preparar textos que éstos puedan utilizar con
así sea, como también lo es el recelo que provecho en sus diferentes asignaturas.1
les produce la asignatura, quizás porque en
su denominación aparece una palabra con Agustín Squella Narducci
la que no reconocen mayor familiaridad Luis Villavicencio Miranda
y que suscita incluso un cierto grado de Alejandra zúñiga Fajuri
intimidación. Esa palabra es “filosofía”, y Valparaíso, noviembre de 2011.
la aludida intimidación se entiende por­
que no pocas veces la filosofía parece algo
completamente desligado de la realidad y
expresado en un lenguaje incomprensible 1 Si bien los autores han conocido y revisado ínte­
para la mayoría de las personas. gramente el texto de este libro, los capítulos primero y
Pues bien: en este libro, y en el curso que segundo fueron escritos por Agustín Squella, mientras
él tiene la aspiración de constituir, hemos que el tercero es obra conjunta de Alejandra Zúñiga
procurado atenuar la perplejidad y también y Luis Villavicencio. En cuanto al capítulo tercero,
los cuatro primeros apartados, sobre “Libertarismo”,
la desconfianza que suele producir entre “Liberalismo igualitario”, “Utilitarismo” y “Marxismo
los estudiantes la asignatura de filosofía analítico”, fueron escritos por .Alejandra Zúñiga,
del derecho, identificando, de entrada, las mientras que los dos últimos apartados, titulados
varias preguntas que se intenta responder y “Ampliando el paradigma de la justicia distributiva.
haciendo también un esfuerzo por desarrollar Visiones críticas: comunitarismo, multiculturalismo,
feminismo y cosmopolitismo” y “¿Es posible optar
las respuestas de una manera que resulte racionalmente entre distintas concepciones de la
clara y accesible para los destinatarios de justicia?” lo fueron por Luis Villavicencio.
la obra, a saber, profesores y estudiantes Los autores que son mencionados en el texto
de filosofía del derecho. aparecen con la indicación de sus años de nacimiento,
Un libro como éste no puede ser sino o de nacimiento y muerte, salvo los casos en que se
el resultado de la actividad que sus autores les alude sólo de modo conexo o incidental, como
una manera de informar a los alumnos acerca del
hayan tenido en la filosofía del derecho. tiempo en que ellos vivieron.
También es cierto que podría contribuir Agustín Squella agradece al ayudante Carlos Navia
eventualmente a la filosofía del derecho Canales la colaboración que prestó en la revisión de
como disciplina. Pero, ante todo, quiere los dos primeros capítulos.

9 EDITORIAL [U&1DICA DtCIIIL


Capítulo Primero

FILOSOFÍA, FILOSOFÍA DEL DERECHO,


Y CIENCIA DEL DERECHO

I. FILOSOFÍA lidades, sobre todo la tercera, poique si


no saber o saber menos de lo que se cree
1. El caso de Sócrates es asunto grave, también lo es saber y no
Y LA INTERRUPCIÓN DEL DIÁLOGO tener la aptitud para argumentar de manera
persuasiva en favor de lo que se sabe.
Suele afirmarse que el momento trágico de Pero Sócrates hacía lo que hemos indi­
la filosofía es la muerte de Sócrates (470- cado -interpelar a sus conciudadanos no
399 a. C.), lo cual quiere decir que ese para fastidiarlos, tampoco para ponerlos en
momento habría acontecido en el inicio ridículo y menos para mostrarse superior
mismo de la filosofía, en el siglo V a. C. a ellos-, porque pensaba que sabernos ig­
Sin embargo, el filósofo español Fernando norantes, o sea, saber que no sabemos, o
Savater (1947) cuestiona esa afirmación y saber que sabemos menos de lo que cree­
sostiene que el momento verdaderamente mos saber, o tener conciencia de que no
trágico de la filosofía se produce cuando estamos suficientemente preparados para
el diálogo se interrumpe, ofreciendo como argumentar acerca de lo que sabemos, es
ejemplo de ello lo que sucede en el diálogo la condición que se requiere para estimu­
“Gorgias”, de Platón (427-347 a. C.), en el lamos y ponemos en marcha a fin de llegar
que intervienen el propio Sócrates y un a saber, o de llegar a saber más de lo que
joven llamado Calicles. sabemos, o de dominar el lenguaje oral y
Sócrates practicó lo que podríamos con­ escrito de manera que podamos argumentar
siderar una filosofía callejera, y aunque se correctamente.
trata de alguien que vivió hace casi 2500 Lo de Sócrates, en consecuencia, era
años, ese hombre tiene todavía algo que un método, no una agresión, una estrate­
enseñamos. gia pedagógica, una estrategia que él sin­
Decimos filosofía “callejera”, porque tetizaba repitiendo “Sólo sé que nada sé”.
Sócrates no se recluyó en su casa o en al­ Una declaración que no era cierta, porque
guna academia para hacer filosofía, sino que Sócrates sabía muchas cosas, pero que el
acostumbraba deambular por las calles de filósofo repetía al modo de un punto de
su ciudad natal -Atenas- e interpelar con partida que deberíamos adoptar en materia
preguntas a sus vecinos y demás transeún­ de conocimiento.
tes, en especial a aquellos que lucían más Pero Sócrates terminó mal, aunque peor
sabios, ricos o poderosos, con la finalidad terminaron sus verdugos, al menos a ojos
no de importunarles, sino de mostrarles, a de la historia.
través de sucesivos y agudos emplazamientos, Como se sabe, Sócrates fue condenado
que no sabían lo que creían saber, o que a muerte, y teniendo la posibilidad de salir
sabían menos de lo que creían saber, o que furtivamente de la prisión, sobornando para
no estaban en condiciones de argumentar ello a los carceleros y evitando de ese modo
convincentemente a favor de sus ideas y la ejecución, bebió veneno, porque consideró
posiciones ante los diversos problemas. Es que, aunque injusta, la sentencia que le había
importante tener en cuenta esas tres fina­ sido impuesta debía cumplirse, con lo cual

11 EDITORIAL JURIDICA DECiílLÍ


Curso de Filosofía del Derecho

no hizo sino ser fiel a su máxima de que es dioses a los que tales sucesos eran atribuidos
mejor padecer que cometer una injusticia. por la mayoría de las personas. En la actitud
Con todo, el sacrificio de Sócrates remite a de esos intelectuales, así como en ciertas
la cuestión de si se debe o no obediencia, conductas disipadas que protagonizaban
desde un punto de vista moral, a leyes o de preferencia los jóvenes, los atenienses
sentencias manifiestamente injustas, lo cual vieron el peligro de una desintegración
remite a su vez a las distintas modalidades social. Por tanto, “empezaron a defenderse
de desobediencia al derecho por razones como podían de ese peligro y, como siem­
de orden moral, tales como objeción de pre ocurre cuando actuamos crispados, en
conciencia, protesta, desobediencia civil, general lo hicieron mal”,3 condenando a
y desobediencia revolucionaria.1 muerte, por ejemplo, a Anaxágoras, un filó­
¿De qué fue acusado Sócrates? sofo que entre otras cosas había difundido
De poner en duda la existencia de los la verdad de que el trueno es un fenómeno
dioses adorados en su tiempo y de corromper que se produce a raíz del choque de nubes
a la juventud, a propósito de lo cual cita cargadas de agua y no una manifestación
Pablo Da Silveira (1962) que “la historia del enojo de los dioses. En otras palabras,
posee en su totalidad -según el historiador diríamos hoy, la acusación contra Anaxágoras
Moscs Finlcy (1912-1986)-la apariencia de era la de que había sustituido la religión
un ataque dirigido contra los intelectuales, en por la astronomía o, acaso, por la simple
un tiempo en que una parte de ellos estaba meteorología.4
cuestionando y con frecuencia desafiando En cierto modo, Sócrates fue incluido
creencias profundamente enraizadas en los entre quienes podían empujar la ciudad
campos de la religión, la ética y la política.2 hacia la desintegración. Como sigue dicien­
Incluso un intelectual de talante más bien do Paulo da Silveira,5 aunque no era un
conservador, como es el caso de Andrés sofista y criticaba a éstos por cobrar dinero
Bello (1780-1865), fue también acusado a cambio de la instrucción que impartían
en su tiempo de corromper a la juventud, a sus contemporáneos, Sócrates “criticaba
simplemente porque había publicado en la moral tradicional y demolía las antiguas
un periódico de Santiago, El Araucano, un ideas acerca de lo justo y de lo bueno” y era
artículo contra la censura de libros. además “un severo crítico de la democracia,
l>a acusación de que fue víctima Sócrates a la que acusaba de poner en el gobierno
sólo puede entenderse en el contexto histó­ a hombres indignos de esa tarca”. Nunca
rico y cultural de Atenas del momento en se le había escuchado hablar a favor de la
que ella se produjo. Una nueva generación tiranía ni de los golpes oligárquicos, pero si
de intelectuales, entre los cuales se conta­ no había hecho nada en contra de la demo­
ban los sofistas, había puesto en duda las cracia, tampoco había hecho gran cosa por
creencias tradicionales y afirmado incluso ella. Conspiró también contra Sócrates que
que los fenómenos de la naturaleza podían algunos de sus discípulos participaran en
y debían ser estudiados y explicados con asonadas oligárquicas y tiránicas, mientras
total prescindencia de la figura de múltiples uno de ellos, Alcibíades, cambió de bando
en la guerra que Atenas sostuvo con Espar­
ta, proporcionando valiosa información al
1 Sobre las modalidades de desobediencia al de­
enemigo.
recho por motivos morales, véase SQUELLA, AGUSTÍN:
Introducción al derecho, Editorial Jurídica de Chile,
Santiago, 2011,pp. 122-133. s Da SILVEIRA, Pablo: Historias de filósofos, ob. cit.,
2 Véase Da Silveira, Pablo: Historias de filósofos, p. 34.
Alfaguara, Buenos Aires, 1977, p. 35. Respecto del 4 Para una mínima información acerca del pen­
momento verdaderamente trágico de la filosofía, samiento de los sofistas, véase SQUELLA, AGUSTÍN:
véase SAVATER, FERNANDO: “Necesidad de la filosofía Introducción al derecho, ob. cit., pp. 50-52. Para mayor
en un mundo globalizado”, en Conferencias Presiden­ información, véase CASSIN, BÁRBARA: El efecto sofistico,
ciales de Humanidades, Ministerio Secretaría General Fondo de Cultura Económica, México D. F., 2008.
de Gobierno, Santiago, 2005. 5 Ibíd., p. 35.

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Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

En síntesis, la sentencia de muerte dic­ según sostenía el filósofo. En un momento


tada contra Sócrates declaró que éste era del diálogo, ya bien avanzado éste, Calicles
culpable de no creer en los dioses en los que espeta a Sócrates “En nada me importa lo
creía la ciudad y de introducir divinidades que tú digas”, y como Sócrates continuara
nuevas, además de corromper a losjóvenes, hablando, su contradictor sólo respondió
aunque este último cargo nada tuvo que ver con monosílabos y declaró “No sé lo que
con conductas sexuales del filósofo, sino dices, Sócrates, pregunta a otro”, o bien
con el hecho de apartar a la juventud de “Abandona Sócrates esta conversación o
las creencias tradicionales heredadas de continúala con otro”. Y como Sócrates le dice
sus mayores. Es por eso que sus acusadores que la conversación no debe quedar incon­
afirmaron en el transcurso del juicio que clusa, Calicles, burlándose de su maestro,
podían nombrar a muchos a los que Sócrates pregunta “¿No podrás tú mismo terminar la
habría convencido de seguir su autoridad conversación, ya sea dirigiéndote a ti mismo
y no la de sus padres, a lo cual el filósofo o contestándote a ti mismo?”.
habría respondido que así era, aunque en En la historia de Sócrates y en la inte­
asuntos de educación se debería acudir a rrupción de la conversación por parte de
expertos y no a parientes.6 Calicles están presentes algunas constantes
Savater, según fue anticipado, considera de la filosofía, a saber, la palabra, el habla,
que el momento verdaderamente trágico la ignorancia no como lápida, sino como
de la filosofía no es el de la muerte por punto de partida, la libertad de espíritu, la
envenenamiento de uno de los primeros presencia de las preguntas y la continuidad
y más íntegros filósofos de la antigüedad de éstas cuando una vez contestadas condu­
griega, sino aquel en que se interrumpe el cen a nuevas interrogantes, la necesidad del
diálogo, mostrando como ejemplo de ellos diálogo, y la conveniencia de identificar y
lo que hace el joven Calicles, en diálogo mantener los problemas antes de darlos por
con Sócrates, en la obra ya mencionada de resueltos con soluciones fáciles y aparentes.
Platón, “Gorgias”. Como dice Roger Scruton, citando a Ber-
Calicles, con sorna y no poca arrogan­ trand Russel, “la filosofía debe estudiarse no
cia, dice que ocuparse de la filosofía está por amor a las respuestas que nos ofrezca
bien si se trata de hombres jóvenes, puesto sobre las cuestiones que plantea, puesto
que servirá de apoyo a su educación. No que, como regla general, no hay respuestas
es vergonzoso filosofar cuando se es joven verdaderas definitivas a nuestras preguntas.
-argumenta Calicles- pero si se ha llegado La filosofía debe estudiarse por amor a las
a ser un hombre maduro y aun se filosofa preguntas en sí mismas”.8
-y tal era el caso de su interlocutor- “el
hecho resulta ridículo”, hasta el punto de
que “cuando veo a un hombre maduro 2. ¿Qué ES FILOSOFÍA?
que aún filosofa y que no se ha apartado
de ello, creo que este hombre, Sócrates, 2.1. Filosofía y metafilosofía, o cómo
debe ser azotado”.7 El diálogo platónico la filosofía se pregunta acerca de sí misma
“Gorgias”, en que intervienen Sócrates y
Calicles amén de otros personajes, es una Como fue explicado en la Introducción de
conversación sobre si los poderosos son este curso, y según se desprende también
también los mejores, y si en el terreno moral del título del presente capítulo, nuestra
es mejor padecer que cometer injusticia, primera pregunta inquiere acerca de qué
es filosofía.
6 En este momento inicial del curso podría leerse
Lo primero que habría que decir a pro­
pósito de la pregunta qué es filosofía es que
y comentarse en clases PLATÓN: La apología de Sócrates,
en cualquiera de sus traducciones al castellano.
7 PLATÓN: Gorgias, Andrés Bello, Santiago, 1982, 8 SCRUTON, Roger: Filosofía para personas inteli­

pp. 149 y 150. gentes, Península, Barcelona, 1999, p. 12.

13
Curso de Filosofía del Derecho

no estamos solos a la hora de plantearla. medio de una operación qué es la cirugía,


Los propios filósofos, es decir, quienes lo más probable es que se distrajera de lo
tienen formación filosófica y se dedican que está haciendo en ese momento y que
de manera constante y seria a la filosofía, su paciente corriera peligro. Si un aboga­
formulan una y otra vez esta pregunta, re­ do se preguntara en medio de un alegato
currentemente, desde la antigüedad griega ante una corte qué es la abogacía, perdería
en adelante, es decir, desde los inicios de seguramente el hilo de su argumentación.
la filosofía hasta nuestros días. Es más: la Y si un futbolista se preguntara en medio
pregunta qué es filosofía, antesala de aque­ de un partido qué es el fútbol, es posible
lla que nos haremos más adelante acerca que quedara paralizado por la pregunta y
de qué es filosofía del derecho, constituye perdiera el control del balón que tenía en
una de las preocupaciones principales de ese instante. Sin embargo, con los filósofos
los filósofos, quienes han producido a lo ocurre algo distinto: ellos, como parle de su
largo del tiempo una abundante literatura trabajo, se preguntan qué es lo que hacen,
filosófica acerca de la cuestión, tanta que o sea, junto con hacer filosofía se preguntan
para aludir a ésta, así como a la preocupa­ qué es ésta, y la pregunta en cuestión ocupa
ción de los filósofos por establecer qué es un lugar destacado en sus preocupaciones y
filosofía, se utiliza a menudo la expresión ocupaciones como filósofos. Tan destacado
“metafilosofía”. En suma: si “filosofía” es que da lugar a lo que antes hemos llamado
una actividad humana que desarrollan unas “metafilosofía” o Filosofía. Por lo demás, tan
personas llamadas “filósofos”, “metafiloso­ fuerte es el énfasis que los filósofos ponen
fía” es la denominación que se acuerda a en esta última cuestión, que, como afirma
la parte de esa actividad que consiste en Richard Rorty (1931-2007), han hecho que
aclarar qué es ella. Hay incluso quienes la filosofía se vuelva “misteriosa y obtusa”,
utilizan el término filosofía, con minúscula, algo “tan teórico y obsesionado consigo
para aludir a lo que han hecho y hacen los mismo que casi ha dejado de hablar de los
filósofos, y Filosofía, ahora con mayúscula, problemas y necesidades del público”.9
para señalar aquella parte de esta actividad De manera que no estamos solos cuando
que, acometida por los propios filósofos, nos preguntamos qué es filosofía. Estamos
consiste en aclarar qué es ésta. Esto quiere acompañados, y bien acompañados incluso,
decir que al hacer filosofía los filósofos suelen por los propios filósofos, de modo que nin­
dedicar no poco tiempo a la Filosofía, o sea, guno de nosotros, que no somos filósofos,
a reflexionar acerca de lo que hacen. tendría por qué sentirse incómodo y me­
Lo anterior suena raro, puesto que no nos ruborizarse por plantear una pregunta
es frecuente que quienes practican una ac­ como esa y reconocer que no tiene una
tividad cualquiera se pregunten de manera respuesta para ella.
masiva, persistente y hasta obsesiva acerca Una manera de responder a la pregunta
de lo que hacen. No es frecuente que los que nos inquieta consistirá en reenviarla a
cirujanos se pregunten qué es la cirugía, ni los filósofos, es decir, fijamos en cómo éstos
los sastres qué es la sastrería, ni los futbolistas la han contestado. Sin embargo, ellos no se
qué es el fútbol, ni los nadadores qué es ponen de acuerdo en la respuesta que ha
la natación. El cirujano practica cirugías a de darse a dicha pregunta y, por el contra­
sus pacientes, el sastre hace trajes para sus rio, nos ofrecen múltiples y muy dispares
clientes, los futbolistas mueven la pelota respuestas. Si se dirige la pregunta qué es
en el campo de juego procurando tanto filosofía a algunos destacados filósofos,
meterla en el arco contrario como impedir comprobaremos que responden cosas muy
que el otro equipo haga lo mismo en el distintas, cosas que algunas veces ni siquiera
propio, y los nadadores avanzan a grandes conseguimos comprender bien, pero que
brazadas tratando de disminuir el tiempo
que emplean en recorrer la piscina. Toda­ 9 Rorty, Richard: Cuidar la libertad, Trotta, Ma­
vía más: si un cirujano se preguntara en drid, 2005, p. 23.

iíDiTORlÁL JURIDICA DE CHILE 14


Cap. I. Filosofía Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

advertimos cuánto difieren entre sí. Así, por la filosofía del derecho tendría por obje­
ejemplo, para Aristóteles (384-322 a. C.) el to el lenguaje que emplean los juristas
objeto de la filosofía es el ente; para Kant cuando hacen ciencia del derecho y su
(1724-1804), el objeto fenoménico; para propósito consistiría en la clarificación de
Comte (1798-1857), los hechos científicos; ciertas palabras relevantes de ese lenguaje,
paraWittgenstein (1889-1951), el lenguaje; por ejemplo, “derecho” y “justicia”. Por su
para Bergson (1859-1941), el dato inmediato parte, y si bien él no nos dice qué entien­
de la conciencia; para Dilthey (1833-1911), de por filosofía, Sigmund Freud (1856-
la vida; para Husserl (1859-1938), la esen­ 1939), la considera, lo mismo que al arte
cia pura de la conciencia; para Heidegger y a la religión, como un paliativo, como
(1889-1976), lo que se muestra en nuestra algo de lo que nos podemos valer para
existencia tempórea; y para Isaiah Berlin aminorar el sufrimiento y sobrevivir a las
(1909-1997), las preguntas filosóficas. Como desgracias que depara la vida, una suerte
decíamos, es casi seguro que ninguno de de aparato ortopédico -una muleta, a fin
nosotros entiende muy bien qué quiere de cuentas- en el que podemos apoyarnos
decirnos cada uno de esos destacados fi­ para no desfallecer, de manera que, por su
lósofos con su correspondiente respuesta lado, la filosofía del derecho constituiría
a la interrogante qué es filosofía, aunque también una vía de escape, algo así como
nos damos perfectamente cuenta de que los cigarrillos que nos ayudan a pasar los
dicen cosas muy distintas entre sí y que, días y el café que tomamos a diario para
por tanto, no están de acuerdo a la hora darnos un poco de ánimo.10 11
de contestar la pregunta que inquiere por Un camino posible de ser intentado a
el objeto de la filosofía. propósito de la pregunta qué es filosofía
El último de los autores previamente consiste en reunir las distintas respuestas
mencionados -Berlin-, consciente de la dadas por los filósofos, en profundizarlas,
situación, declara que no hay una respues­ en compararlas, y en ver si de esa manera
ta a la pregunta qué es filosofía que haya podríamos llegar a una especie de acuerdo
sido aceptada universalmente, y que el entre todos ellos. La verdad, sin embargo, es
camino que debería intentar la filosofía que tal acuerdo no existe, y lo que tendría­
es el mismo que las ciencias ensayaron mos, al final, sería sólo un buen repertorio
con éxito para delimitar su objeto, a sa­ de respuestas sobre el particular. Eso es lo
ber, determinar cuáles son las preguntas que se hace, sin ir más lejos, en el capítulo
para cuya respuesta se hace filosofía. Esto inicial del libro Filosofía del Derecho, de Agus­
quiere decir que si la filosofía tiene que tín Squella.11 Y lo mismo ocurre tratándose
ver ante todo con preguntas, la primera de las respuestas que los filósofos del de­
de ellas consistirá en cuáles son las pre­ recho han dado acerca de qué es filosofía
guntas para cuya respuesta se constituyó del derecho, según puede apreciarse en
eso que llamamos filosofía. Convendría el capítulo segundo de esa misma obra.
retener este planteamiento, puesto que, De manera que sin perjuicio de la utilidad
haciendo una conexión con la filosofía de conocer y comparar las respuestas da­
del derecho, el objeto de ésta, acerca del das por los filósofos a la pregunta qué es
cual también disienten los filósofos del filosofía, el camino que vamos a seguir es
derecho, podría ser aclarado justo en la otro, y consiste en fijar un enunciado —un
medida en que concordáramos cuáles son extenso enunciado-, y en descomponerlo
las preguntas que relativas al derecho in­ y explicarlo luego en sus diferentes partes.
tenta ella responder. Y si reparamos en Y ese enunciado es el siguiente:
lo que Wittgenstein dice de la filosofía
-que su objeto es el lenguaje y que su meta 10 Para profundizar el punto de vista de Freud,
es la clarificación de éste, especialmente véase SQUELLA, AGUSTIN: Filosofía del derecho, Editorial
tratándose de palabras importantes que Jurídica de Chile, Santiago, 2001, pp. 69 y ss.
emplean las ciencias y la propia filosofía-, 11 Ibíd.

15
Curso de Filosofía del Derecho

2.2. Un enunciado acerca de 2.2.1. La filosofía es una actividad


qué es filosofía humana

Filosofía es una actividad humana, intelec­ En primer término, la filosofía es una ac­
tual, reflexiva y crítica, que realiza una clase tividad, o sea, algo que es posible de ser
especial de personas, los filósofos, cuyo inicio hecho, un determinado obrar, una tarea
bajo ese nombre aconteció hace dos milenios y que podemos emprender, pero se trata
medio en Grecia y cuyo origen se encuentra en de una actividad humana, lo cual quiere
el asombro, vinculada también desde antiguo decir que ella es hecha por hombres y
a la idea de viaje, problemática en cuanto a por mujeres y que sin aquéllos ni éstas no
su objeto, métodos y criterios de validación de habría filosofía. La filosofía es pues una
sus proposiciones, sustentada en el lenguaje y de las tantas cosas que hombres y muje­
que, a la vez, contribuye a la clarificación de res pueden hacer, y si se la hace -según
éste, especialmente en el caso de palabras que el parecer más habitual- es para saber,
por alguna razón consideramos importantes, para saber de cosas o asuntos que otras
que da lugar a reacciones tan intensas como actividades - la técnica, por ejemplo, o la
contrapuestas de parte de las personas que no ciencia- no nos hacen saber, por ejemplo,
se dedican a ella, y que, por último, reconoce un para saber del ser, del conocer y del actuar
cierto parentesco con otras actividades humanas, correcto. Es por eso que tradicionalmente
tales como el arle, y en particular la literatura, la filosofía se divide en tres grandes áreas,
aunque también con la ciencia, con la religión la que trata del ser, es decir, de lo que todas
y con las ideologías políticas. las cosas tienen en común -la ontología; la
Ese enunciado no constituye una defi­ que procura saber acerca de cómo y con
nición de filosofía, sino un punto de par­ cuáles límites es posible el conocimiento
tida que nos servirá para avanzar en una de las cosas -la gnoseología o teoría del
respuesta a la pregunta con que se inició conocimiento; y la que intenta saber qué
este apartado. Tampoco es que al cabo de es el bien y qué debemos hacer para rea­
trabajar con este enunciado vayamos a te­ lizarlo -la ética. Una concepción de la
ner una definición de filosofía, aunque sí filosofía como esa, si bien tradicional y no
habremos reunido una serie de elementos compartida por la totalidad de los filóso­
o aspectos de ésta que nos permitirán tener fos, podría ser aplicada a la filosofía del
una mejor idea acerca de qué hablamos derecho, y sostenerse, en consecuencia,
cuando hablamos de filosofía. que esta última disciplina trata del ser del
Y para llevar a cabo esta tarea, reflexio­ derecho, del conocimiento del derecho,
naremos un tanto sobre cada una de las y de las relaciones y diferencias que él
partes del enunciado que acabamos de guarda con la moral.
compartir, identificando, de partida, cuáles Por lo demás, el hombre hace muchas
son las palabras claves en las que deberíamos cosas, y todas las que produce forman par­
concentrar nuestra atención. Y, como es te de la cultura, en el sentido más amplio
obrío, dichas palabras son “actividad”, “hu­ en que podemos usar esta última palabra.
mana”, “intelectual”, “reflexiva”, “crítica”, Cultura es todo lo que resulta de la acción
“filósofos”, “inicio”, “origen”, “asombro”, conformadora y finalista del hombre -sos­
“viaje”, “problemática”, “lenguaje”, “inten­ tenía Jorge Millas (1917-1982)-, es decir,
sas”, “contrapuestas”, y “parentescos”. Por todo lo que el hombre hace con miras a
cierto que el análisis de esas palabras nos que cumpla ciertas funciones y realice de­
dará más trabajo en unos casos que en terminados fines, todo lo que el hombre
otros, porque, por ejemplo, explicar en es capaz de colocar entre el polvo y las es­
qué sentido la filosofía es una “actividad” trellas -según la fórmula que se atribuye
resulta mucho más simple que hacerlo a Radbruch (1878-1950)-, todo, desde las
en la relación que ella tiene con el “len­ comidas que preparamos hasta las carreteras
guaje”. que construimos, desde las obras que se

EDITORIAL JURIDICA DF.CHIU 16


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

exhiben en un museo hasta los cacharros 2.2.3. La filosofía es una actividad


de greda que un alfarero cuece en su horno reflexiva
de barro y pinta luego con esmero, desde
las ciudades que habitamos hasta los tem­ Reflexiva es también la filosofía, lo cual
plos que levantamos en ellas para adorar a quiere decir tres cosas. Primero, que ella
los dioses, desde la bicicleta a Internet. En piensa morosamente, sin precipitarse, exa­
ese sentido amplio de la palabra “cultura”, minando las cosas, o lo que sea respecto
la filosofía es cultura, como también lo es de las cosas, sin precipitarse, siempre hacia
la filosofía del derecho, mientras que el el límite de nuestra posibilidades, aunque
derecho mismo, en tanto producido por el nunca consigamos situamos en el límite de
hombre a través de lo que llamamos fuentes éstas, sin satisfacemos con lo que las cosas
formales, o fuentes de producción jurídica, muestran de sí a primera vista, o sea, con sus
es también, en este sentido, un fenómeno apariencias. La filosofía no pasa delante de
cultural. las cosas, ni tampoco se vale de éstas para un
fin útil cualquiera, sino que se queda en las
cosas, no con las cosas, inspeccionándolas
2.2.2. La filosofía es una actividad con el mayor detenimiento.
intelectual Seguidamente, la filosofía es reflexiva
porque se constituye en razonamiento sobre
Que la filosofía sea una actividad intelec­ el razonamiento. Como escribe Robert Alexy
tual significa que la llevamos adelante va­ (1949), “la filosofía es reflexiva porque es
liéndonos de la razón, del entendimiento razonamiento acerca del razonamiento. La
humano, a propósito de lo cual es del caso filosofía es razonamiento acerca del razo­
mencionar lo que Jorge Millas decía de la namiento, porque su objeto, es decir, de
filosofía: consiste ella -afirmaba- en “poner un lado, la práctica humana de concebir
en tensión la inteligencia y pensar hacia el mundo, por uno mismo y por los demás,
el límite de nuestras posibilidades”,12 al y, de otro lado, la acción humana, está de­
modo de un cable de acero que estiramos terminado esencialmente por razones”,13
por sus dos extremos hasta que se pone donde tener una concepción del mundo
tirante y emite una leve vibración, según por uno mismo y por los demás equivale a
tuvimos oportunidad de señalar en la In­ tener una representación acerca de lo que
troducción de este Curso. Que la filoso­ existe, y donde la acción presupone a su
fía constituya una operación intelectual vez una concepción acerca de lo que debe
significa también que es propio de ella y hacerse. El mismo Alexy, continuando con
de que quienes la cultivan dar razones y, su planteamiento, nos dice que la reflexi-
a la vez, atender a ellas. Y, por último, su vidad es un elemento necesario pero no
carácter intelectual se muestra igualmente suficiente de la filosofía. Un profesor que
en la disposición de la filosofía a some­ se disguste por el hecho de que sus alumnos
ter las proposiciones que son resultado mastiquen chicle en clases puede llegar a
del trabajo de los filósofos a un control ser reflexivo si se pregunta a sí mismo cuáles
racional que permita acreditarlas como son las razones de su malestar, aunque ello
verdaderas, o a lo menos como plausibles. no basta para que se convierta en filósofo.
En este sentido la filosofía tiene que ver La reílexividad de la filosofía está asociada
con el logos tanto como palabra cuanto con otras dos propiedades, a saber, debe
como razonamiento. ser reflexión sobre preguntas generales o
fundamentales, y debe ser también de ín­
dole sistemática. Es así como Alexy, en la
12 Véase MILLAS, JORCE: “Respuesta a la pregun­
línea tradicional que antes mostramos de la
ta ¿qué es la filosofía del derecho**, en Anuario de
Filosofía Jurídica y Social, N° 1, Edeval, Valparaíso, 13 ALEXY, Robert: El concepto y la naturaleza del

1983. derecho, Marcial Pons, Madrid, 2008, pp. 35 y 36.

17 UMTOiUAL JURIDICA DírCiilU


Curso de Filosofía del Derecho

filosofía, concluye que ésta “es la reflexión es una muestra de elegancia intelectual
general y sistemática sobre lo que existe, que nos precave de incurrir en excesivos
lo que debe hacerse o es bueno, y sobre entusiasmos acerca de las posibilidades de
cómo es posible el conocimiento acerca nuestro entendimiento para establecer la
de ambas cosas”.14 verdad de las cosas y, asimismo, para ha­
Siempre a propósito de la segunda de cer el bien y evitar el mal. En un sentido
las cosas que quiere decir que la filosofía negativo ahora, el escepticismo constitu­
sea reflexiva, ésta antogoniza con el sentido ye una negación de tales posibilidades y,
común y, asimismo, con la complacencia por tanto, una incitación a la pereza y la
en lo obvio. La filosofía nos invita a aden­ inercia. Ortega (1893-1955), aludiendo
trarnos en las cosas, a internarnos en ellas al primero de ellos, escribió que “el vigor
de modo que se nos muestren en toda su intelectual de un hombre, como de una
rica y desafiante complejidad, evitando la ciencia, se mide por la dosis de escepti­
celebración del lugar común como el único cismo que es capaz de digerir, de asimilar.
y último hallazgo que podemos hacer acerca La teoría robusta se nutre de duda y no
de la realidad. Pero la filosofía no antago- es la confianza ingenua que no ha experi­
niza sólo con la complacencia en lo obvio, mentado vacilaciones; no es la confianza
sino, según Millas, con toda otra forma de inocente, sino más bien la seguridad en
embotamiento intelectual, entre las cuales medio de la tormenta, la confianza en la
el filósofo chileno contó también el espíritu desconfianza”.16 Por su parte, y no ya en
gregario o de partido, vale decir, la propen­ el terreno del conocimiento, sino en el de
sión a formar parte de grupos o colectivos la ética y la política, Bobbio (1909-2004)
que por profesar un credo cualquiera nos distingue entre escepticismo de la razón
liberan del esfuerzo de pensar por nosotros y escepticismo de la voluntad. El primero
mismos y de asumir la responsabilidad por consiste en creer que las cosas irán mal
nuestras creencias y decisiones; la intole­ o no todo lo bien que se querría, algo a
rancia mesiánica, que no es otra cosa que lo que tenemos perfecto derecho, mien­
el rechazo de las creencias y puntos de vista tras que el segundo equivale a no hacer
ajenos en nombre de la verdad que posee­ nada y sentarnos a esperar a que ocurra la
mos y ante la cual los otros tendrían que tragedia, un comportamiento al cual no
caer rendidos y agradecidos para siempre; tenemos derecho. De lo que se trata es de
la pereza escéptica, esto es, la actitud del combinar el pesimismo de la razón con un
que sin creer en nada digno de movilizar optimismo de la voluntad, entendiendo
su voluntad permanece inerte y con una por este último la actitud que consiste en
expresión de burla dibujada en sus labios hacer cada cual lo que esté a su alcance
ante cualquier actividad que realicen los para que las cosas vayan lo mejor posible.
demás para mejorar el mundo o mejorar­ Por su parte, el novelista norteamericano
se a sí mismos; y el conformismo, sea éste F. Scott Fitzgerald (1896-1940) sostenía
ti adicionalista o revolucionario, porque la que la prueba de una inteligencia superior
creencia de que todo lo que tenemos que consiste en mantener en la cabeza dos
hacer es seguir la corriente puede invadir ideas opuestas a la vez, sin perder por ello
tanto a quienes no quieren cambiar nada la capacidad de funcionar: “Uno debería,
como a los que se muestran dispuestos a por ejemplo, ser capaz de ver que las cosas
cambiarlo todo y a cualquier precio.15 no tienen remedio y sin embargo estar de­
En cuanto a aquello de la pereza es­ terminado a cambiarlas”. Por tanto, “habría
céptica, bien vale la pena agregar que, que mantener en equilibrio el sentido de
en un sentido positivo, el escepticismo la futilidad del esfuerzo y el sentido de la
necesidad de luchar; la convicción de la
14 Ibíd., p. 36.
15 Véase MILLAS,JORGE: “Respuesta a la pregunta 16 Véase Ortega y Gasset, José: “¿Qué es filoso­

¿qué es la filosofía del derecho”, ob. cit. fía?”, Revista de Occidente, Madrid, 1960.

editorial JURIDICA de oüie 18


Cap. 1. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

inevitabilidad del fracaso y, sin embargo, que puedan darnos a su vez, mostrándonos
la determinación de triunfar”.17 incluso dispuestos a modificar los puntos
Y en cuanto a la tercera de las maneras de vista propios como resultado de ese en­
en que la filosofía es reflexiva, habría que cuentro y diálogo.
decir que ella presupone el diálogo -según En tal sentido, “la conversación de la
tuvimos ocasión de explayamos en el primer humanidad” de que nos habla Rorty, aquella
acápite de este capítulo-, hasta el punto que que continuará recorriendo su impredecible
cuando el diálogo se interrumpe acaece el camino mientras dura la especie, no tiene
momento verdaderamente trágico de la filo­ por finalidad encajar todas las piezas del
sofía. En este sentido, puede decirse que la puzzle, es decir, develar grandiosamente
filosofía, antes que directora del diálogo, es una gran verdad con validez universal o
compañera y anfitriona de éste. Si se trata de un sentido general que hasta ahora per­
abrir paso al pensamiento y a una sociedad manecerían ocultos en alguna parte, sino
mejor, la filosofía, como propone Rorty, concordar, a través de ingeniosas transac­
presta un buen servicio “cuando contribuye ciones, “un simple conjunto de pequeños
a que los vocabularios, ideas y lenguajes sentidos transitorios elaborados por indi­
obsoletos se retiren, y cuando sueña nuevos viduos y comunidades” que nos permitan
vocabularios, imágenes y utopías cada vez “resolver los problemas a medida que éstos
más atractivas e interesantes. Sin embargo, vayan surgiendo”19
la filosofía sólo logra esta tarea como com­ Por lo mismo, para hacer filosofía hay
pañera del diálogo y no como amo o direc­ que creer en que los resultados a que se llega
tor”.18 En otras palabras: la filosofía debe después de pensar e investigar de buena
colaborar a mantener viva la conversación, fe son válidos, aunque no evidentes, sin
y esto sin pretender dirigirla y ni siquiera que por ello creamos que las conclusiones
reclamar en ella un lugar destacado. De distintas a que puedan llegar los demás son
esta manera, los filósofos serían personas producto de motivaciones alejadas de la
que se acercarían cada tanto a la hoguera buena fe. Como escribe Jercmy Waldrom,
en torno a la cual hombres y mujeres urden “si sostenemos en serio que las verdades
sueños de un mundo mejor para alimentarla a las que hemos llegado son “autoeviden-
con nuevos leños, limitándose a pronunciar tes”, la única explicación posible de que
unas pocas palabras dirigidas a quienes, alguien haya llegado a resultados diversos
sentados junto a la hoguera, corren tanto es que se trata de un bobo o de un bellaco.
el riesgo de adormecerse como el peligro En cualquiera de los dos casos, tendremos
de enemistarse unos con otros. Y para que razones para dar una forma inmutable a
pueda continuar la conversación junto a la nuestras conclusiones autoevidentes tan
hoguera, se requiere que los interlocuto­ pronto como sea posible, a fin de aislarlas
res practiquen algo más que la tolerancia de la insensatez y la trapacería de una hi­
pasiva, aquella que consiste en resignarse potética revisión o de una reformulación
a convivir en paz con creencias y modos erróneas”.20
de vida que reprobamos y con los cuales
no nos interesa tener contacto alguno. Se
precisa una tolerancia activa, muchísimo 2.2.4. La filosofía es crítica
más exigente, que supone acercarnos a quie­
nes piensan o viven de maneras diferentes, La filosofía es también una actividad críti­
entrar en diálogo con ellos, darles razones ca, en cuanto no trabaja con dogmas, esto
a favor de lo que pensamos y escuchar las
19 RORTY, RICHARD: “Grandiosidad, profundidad
17 Véase FrrzGERALD, F. SCOTT: El derrumbe, y finitud", en Filosofía como política cultural, Paidós,
Zig-Zag, Santiago, 1969. Barcelona, 2010.
18 RORTY, RICHARD: Cuidar la libertad, ob. cit., 20 WalDRON.JEREMY: Derecho y desacuerdos, Marcial

p. 26. Pons, Madrid, 2005.

19 EDITORIAL JURIDICA Dt CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

es, con verdades firmemente establecidas Con todo, hay que tener en cuenta que
y seguras que sólo cabe identificar y ex­ tanto el dogmatismo como el escepticismo
plicar, mas no discutir y menos sustituir, se presentan en grados, o sea, desde versio­
hasta el punto de que ella puede ser en­ nes radicales a modalidades restringidas,
tendida -según la conocida frase de Or­ y que lo recomendable para la filosofía
tega- como la extraña aventura que a las es un escepticismo moderado que no
verdades acontece. “Verdades”, en plural, transforme a los filósofos, como sí haría
y venturosas, es decir, inciertas, cambian­ un escepticismo sistemático o radical, en
tes, configurando un relato que tiene la criaturas tímidas, pasivas y completamente
virtud de sorprendernos y que se hace a paralizadas a la hora de aventurar cual­
medida que se hace la propia filosofía. De quier conjetura o de emprender cualquier
este modo, antes que con “la verdad”, la curso de acción.
filosofía tiene que ver con “las verdades”, La filosofía, como anticipó Aristóteles
las cuales protagonizan una aventura, más ya en los inicios de esta actividad, es un
aún, una extraña aventura, de la que es po­ saber en marcha, un saber que se busca
sible registrar una historia. En este sentido, a sí mismo, que se empeña en establecer
la filosofía es escéptica, porque ella, lejos preguntas y, a la vez, en renovarlas a la luz
de aceptar todo lo que se le dice, o lo que de las respuestas a que ellas nos conducen.
todos dicen, cultiva una inclinación antes Filosofía quiere decir ir de camino, puesto
a disputar que a consentir, una disposición que sus preguntas son más esenciales que sus
al examen, y por cierto al autoexamen que respuestas, sin que pueda descartarse que
de sí mismo y sus circunstancias debe llevar cada respuesta se convierte en una nueva
a cabo cada individuo, y no a una simple pregunta, transf ormando de esta manera a
y cómoda aceptación del estado de cosas los filósofos en una suerte de activos pere­
o las ideas dominantes. grinos, esos que según san Agustín buscan
Como propone Mario Bunge (1917), “la como los que aun no han encontrado y
marca distintiva del escéptico es el escru­ encuentran como los que saben que han
tinio, en tanto que las del dogmático son de continuar buscando.
la aceptación ciega y un igualmente ciego La filosofía supone tanto una disposición
rechazo”. La aceptación ciega -entiénda­ como una capacidad para problematizar,
se- de aquello en lo que el dogmático cree una disposición y una capacidad para
sin ningún género de dudas, y el rechazo identificar problemas y para advertirlos
ciego de todo lo que se opone a aquello allí donde pareciera no haberlos, lo cual
en lo que cree. quiere decir -en palabras ahora de Sava-
“Duda antes de dar tu conformidad”, ter- que hacemos filosofía “no para salir
pide el filósofo, y para poder dudar lee, de dudas, sino para entrar en ellas”, pues­
porque, como dice un personaje de Roberto to que la filosofía, por su misma esencia
Bolaño, “leyendo se aprende a dudar, y “si -como recordaba Heidegger- nunca hace
alguna duda razonable persistiese, suspende más fáciles las cosas, sino que las dificulta,
el juicio y aplaza la acción o no actúes de puesto que la agravación de la dificultad
modo alguno”, sintetiza Bunge, porque “el constituye una de las condiciones funda­
dudar se ha vuelto propio de los asuntos mentales para el surgimiento de todo lo
prácticos del mundo moderno”.21 grande. Filosofar es preguntar y preguntar
Es más: filósofos como Nietzsche (1844- es vacilar.22
1900), en su momento, y como Gianni Vat- Todavía más: la filosofía no sólo debe
timo (1936), en la actualidad, sostienen identificar problemas, sino salvarlos, es
que no hay propiamente verdades, sino decir, evitar que sean disueltos o cance­
interpretaciones.
22 Véase Rivera, Jorge Eduardo: “La filosofía
21 Véase BUNGE, MARIO: Crisis y reconstrucción de como pasión”, en Asombros y nostalgias, Puntángeles,
la filosofía, Gedisa, Barcelona, 2002. Valparaíso, pp. 282-290.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 20


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

lados a partir de soluciones precipitadas 2.2.5. La filosofía es algo hecho


que no hayan sido sometidas a suficiente por filósofos
análisis crítico. “Siempre me ha parecido
-escribió Daniel Innerarity (1959) en un La siguiente palabra destacada en nuestro
artículo de prensa— que la mayor justi­ enunciado acerca de qué es filosofía parece
ficación de la filosofía tenía que ver no mencionar una obviedad, a saber, que se
tanto con alguna prestación en el orden trata de una actividad que lleva a cabo una
de las soluciones como con su capacidad clase especial de personas -los filósofos-, o
de problematizar”, y aunque no parezca sea, si nos atenemos a la etimología de esa
una buena estrategia frente a los enemigos palabra, quienes no son sabios ni señores de
de la filosofía proclamar que ella se con­ todas las verdades, sino fieles y perseverantes
centra antes en los problemas que en las amigos de la verdad y la sabiduría.
soluciones, no queda más que reconocer, Sin embargo, no faltan quienes afirman
abiertamente, que “la filosofía es un arte de que hacen filosofía no únicamente los fi­
problematizar que sólo puede justificarse lósofos, sino todos los hombres y mujeres,
por el beneficio teórico y emancipador de de manera que todos seríamos filósofos.
su inevitable incomodidad”. ¿Cómo así? Karl Popper, por ejemplo, es de
Recuérdese también a este respecto la parecer que todos los hombres y mujeres
manera en que Sócrates hizo filosofía, según son filósofos, aunque unos más que otros,
fue explicada al inicio de este capítulo, así puesto que a todos concierne e interesa
como su sentencia acerca de que una vida nuestra posición en el universo, incluidas
no sometida a examen es indigna de un las facultades que tenemos para conocer la
ser humano, y adviértase, en consecuen­ realidad y, además, para hacer el bien o el
cia, que su papel es someter a discusión mal.25 Además, si todos somos filósofos es
eso que Karl Popper (1902-1994) llamó porque cada hombre y mujer puede asumir
“ideas dudosas y a menudo perniciosas del una actitud crítica ante la vida y la muerte,
sentido común aerifico”,23 antagonizando V si no todos son conscientes de tener pro­
con dicho sentido común. De lo que se blemas y respuestas filosóficas, nadie escapa
trata, según Bertrán d Russell, es de devenir a ser portador de prejuicios filosóficos, he­
por medio de la filosofía “en un intelecto redados generalmente de la tradición o del
libre, sin esperanzas ni miedos, sin las tra­ entorno cultural más inmediato, los cuales,
bas de las creencias consuetudinarias y los aunque se los asuma sin mayor examen,
prejuicios tradicionales, calmada, desapa­ tienen gran importancia para las decisiones
sionadamente, con el único y exclusivo fin que adoptan los individuos y para los cursos
de conocer, hasta donde le sea posible al de acción que ellos emprenden. “Ninguna
hombre, de modo impersonal, meramente persona pensante puede evitar por completo
contemplativo”.24 la filosofía”, asegura Mario Bunge,26 quien
Por último, la filosofía es crítica no sólo denuncia que la filosofía académica se ha
en cuanto no trabaja con dogmas, sino en vuelto bastante caduca, aunque existe un
cuanto, atenta siempre a la tradición, so­ riesgo todavía más inquietante que ese: que
bre todo a su propia tradición, procura no la filosofía devenga en psicología o, peor, en
repetir ésta ni adaptarse sumisamente a lo parapsicología o, peor aún, en astrología, o
que otros filósofos hayan podido decir antes -en lo que sería ya el acabóse- en simples
al momento de hacer filosofía. textos de autoayuda.
Se opone Popper a una filosofía entendida
K o>’!A ui: UhROS

como una actividad puramente académica


23 Véase POPPER, Karl: “Mi concepción de la

filosofía*, en En busca de un mundo mejor, Paidós, 25 Véase POPPER, Karl: Mi concepción de la filo­

Barcelona, 1996. sofía, ob. cit.


24 Véase SCRUTON, ROGER: Filosofía para personas 26 BUNGE, Mario: Crisis y reconstrucción de la filo­

inteligentes, ob. cit, p. 12. sofía, ob. cit., p. 12.

21 IDITONAl JURIDICA Di? CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

y, en tal sentido, reservada a una elite inte­ y en un contexto cultural también determi­
lectual formada exclusivamente por quienes nados, como fue Grecia en el siglo V a. C.,
se dedican a la filosofía de manera profe­ donde ciudadanos libres (pero que tenían
sional, o, cuando menos, aboga él porque esclavos a quienes excluían de participar
lo que llamamos “filosofía” no se reduzca en la adopción de decisiones públicas, lo
a lo que ciertos grupos de expertos hacen mismo que a las mujeres y a los extranjeros)
entre las cuatro paredes de los departamen­ se reunían periódicamente en asamblea
tos de filosofía u otras unidades de trabajo para decidir, en forma de democracia di­
especializado que es posible encontrar en recta, los asuntos públicos que concernían
nuestras universidades. De esta manera, a la ciudad, y en donde, por lo mismo, se
la filosofía no dependería de los filósofos dio un valor especial al pensamiento y a la
profesionales en el mismo sentido en que capacidad de argumentar y de convencer
la pintura y la música lo hacen respecto de a partir de las propias ideas. Fue en ese
los grandes pintores y compositores. lugar, en ese momento, y en ese contexto,
Richard Rorty va todavía más lejos que que surgió un tipo de intelectuales, llama­
Popper en su crítica a una filosofía aca­ dos “filósofos”, quienes se dieron cuenta
démica, y señala que no se puede dar por de que el mundo era cognoscible y que
sentado que exista una actividad humana había varios modos de conocerlo —entre
normal y necesaria denominada filosofía. otros, la filosofía-; que había también di­
Rorty no niega que dicha actividad exista, ferencias importantes entre la naturaleza
pero recalca que no es ni normal ni nece­ y la sociedad, o sea, entre los fenómenos
saria. Menos todavía podría considerársela naturales y los asuntos y comportamientos
ejerciendo un liderazgo de la cultura, puesto humanos, unos regidos por leyes inmutables
que si bien ella persigue el conocimiento, y otros ordenados por normas de variados
sólo logra la opinión. y variables contenidos; y que desarrollar
Acusado por ideas como esas de querer una forma elocuente y persuasiva de hablar
dar muerte a la filosofía, contra lo que está y discutir resultaba indispensable para el
Rorty es el exceso de profesionalización tipo de gobierno que tenían. Es probable
de la filosofía, que es lo que ocurre, se­ que de ese tiempo y lugar se hagan a me­
gún él considera, cuando se la restringe nudos elogios exagerados, aunque no cabe
a una disciplina puramente académica, a duda que la Grecia antigua alcanzó un alto
una actividad teórica, misteriosa, obtusa y grado de civilización y que algunas obras
obsesionada consigo misma, que habría de sus filósofos -Platón y Aristóteles, por
dejado de hablar acerca de los problemas ejemplo- continúan siendo fuente de im­
y necesidades de las personas y de las so­ portantes lecciones.
ciedades, volviéndose irrelevante para los ¿Cómo surgió entre los antiguos griegos
objetivos éticos de la gran conversación de la actividad y aun la misma palabra “filosofía”
la humanidad.27 y, con ésta, el término “filósofo”? El autor
español Xavier Zubiri (1898-1983) puede
venir en nuestro auxilio para responder a
2.2.6. El inicio de la filosofía esta pregunta.28
“Sophos” fue llamado aquel que entre
No es lo mismo el inicio que el origen de los antiguos griegos tenía por cometido
la filosofía, y ahora corresponde que nos probar las comidas que se servían en los
ocupemos de la primera de esas dos pa­ banquetes para comprobar que no esta­
labras. ban envenenadas, y es quizás por eso que
En efecto, el inicio de la filosofía remite hasta hoy se considera que la filosofía es
a un ámbito geográfico dado, en un tiempo cosa de viejos.

27 Véase RORTY, RICHARD: Cuidar la libertad, 28 Véase ZUBIRI, XAVIER: Cinco lecciones defilosofía,

ob. cit. Alianza, Madrid, 1994.

r. DI Tí) Kí AL | U R ID I.C.. A D L C II. I1.1. 22


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

Pero “sophos”t\wo también entre los grie­ rechazo. Pero ha sido Octavio Paz (1914-
gos otra acepción, a saber, la del entendido 1998), a propósito de su libro El fuego de cada
en algo, en cualquier cosa, y que era capaz día^ quien llevó a cabo una reivindicación
de enseñarlo a los demás. En este sentido, del “gusto”, una suerte de reparación de
“sophos ” era aquel que estaba en posesión una palabra desvalorizada por el uso que
no de un saber superior, sino de un saber hacemos cotidianamente de ella.
cualquiera, y que, como acaba de señalar­ Cuenta el escritor mexicano que al selec­
se, estaba en condiciones de transmitir ese cionar los poemas que componen ese libro
saber por medio de la enseñaza. Así, por no fue guiado por la inspiración de ningún
ejemplo, alguien podía ser “sophos”en za­ propósito didáctico, filosófico o moral, sino
patería en la misma medida en que supiera simplemente por “los poderes de la memoria
hacer zapatos y transmitir ese saber a los afectiva”, esto es, por el gusto.
aprendices del mismo oficio. Nadie sabe a ciencia cierta qué es el
Andando el tiempo, “so/>Aos*fuc un tér­ gusto, dice Paz. Se trata de “un sabor y de
mino que entre los griegos designó a aquel un saber inconsciente”, de una “facultad
que estaba en posesión no ya de cualquier estética”, de “una brújula misteriosa y de
conocimiento, sino de un saber superior una veleta voluble”, de “un conocer que
o eminente, es decir, de un saber relativo no pasa por la cabeza, semejante pero no
a cosas importantes -como la educación idéntico al instinto”.
o la política, por ejemplo- y que, por lo El gusto -continúa Paz- es un recono­
mismo, se hallaba en posición de influir cimiento. “Cuando encontramos en una
tanto en sus semejantes como en el curso persona o en un objeto algo que nos gusta,
de los acontecimientos públicos e, incluso, nuestros sentidos se iluminan: aquello que
en posición de asumir el gobierno de la vemos u oímos, por más novedoso que sea,
ciudad. despierta en nuestra memoria un conjun­
Habría sido Heráclito (540-470 a. C.) to de sensaciones, cualidades e imágenes
quien primero rechazó para sí el apelativo que creíamos haber olvidado. El gusto es
de “sophos*, en el último de los sentidos uno de los agentes de la reminiscencia. Es
antes expuestos, prefiriendo ser considera­ un puente: comunica a los sentidos con
do un “philosopho ”, es decir, se opuso a ser la razón, al yo con el mundo exterior, al
considerado un sabio, alguien en posesión presente con el pasado”.
de la sabiduría, y quiso ser tenido por un Pues bien: si Octavio Paz tuviera razón,
filósofo, alguien que es amigo de la sabi­ si el gusto fuera un reconocimiento, “un
duría y que la busca. “Filósofo” y “filosofía” examen del que fui, un descubrimiento
fueron términos que se afianzaron luego del desconocido que he sido para mí, una
en el círculo de Sócrates y sus discípulos, expedición en tierras abandonadas, un
quienes declaraban saber que nada sabían, reencuentro de mis trabajos y mis días”,
en el sentido metodológico que cabe atribuir entonces no estaríamos diciendo poca cosa
a esta declaración, el cual fue explicado de la filosofía cada vez que, siguiendo la
antes en este libro. fórmula clásica, la volvemos a considerar
“Filosofía”, en consecuencia, significa de ese modo: gusto por la sabiduría.
gusto, amistad, e incluso amor por la sabi­ Todo lo cual recuerda lo que David Hume
duría, mas no la posesión de ésta. (1711-1776) escribió acerca del gusto varios
Con todo, si uno dice “gusto por la sabi­ siglos antes que Octavio Paz. Hume sostuvo
duría” parece que estuviera diciendo poca que algunos hombres están sujetos a “la deli­
cosa, porque la palabra “gusto” no designa cadeza de la pasión” y otros a la “delicadeza
un vínculo especialmente fuerte ni perdu­ del gusto”. Los primeros, susceptibles a la
rable con aquello que se gusta. “Me gusta”, pasión, son extremadamente sensibles a todos
“no me gusta”, decimos a menudo, y con
tales expresiones no queremos significar 29 Paz, Octavio: El fuego de aula día, Seix Banal,
ni fuerte predilección ni un terminante 1989.

23 EDÍTQÍUAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

los accidentes de la vida, experimentando Antes de concluir este acápite quisié­


una marcada alegría ante los sucesos felices, ramos llamar la atención acerca de que
lo mismo que una profunda tristeza cuando examinar el origen de la palabra “filosofía”,
se topan con la adversidad y la desgracia, remontándonos hasta los antiguos griegos,
y “no hace falta decir que los hombres de constituye un ejercicio útil para conseguir
pasiones tan susceptibles tienden a dejarse hacerse una idea acerca de esta actividad.
llevar más allá de lo que dictan los límites Al momento de preguntarse Heidegger en
de la prudencia, y dan en la conducta de la pleno siglo XX “qué es filosofía”,31 este au­
vida pasos en falso de los que a menudo no tor nos llama la atención acerca de que “la
pueden echarse luego atrás”. En cuanto a los filosofía es griega en su esencia” y que es
segundos, susceptibles al gusto, se parecen a a esa “esencia originariamente griega de
los primeros en cuanto a la intensidad de lo la filosofía” a la que debemos atenemos
que sienten, aunque en su caso ante lo bello cuando tratamos de expresar algo a pro­
y deforme, no ante la simple buena fortuna pósito de la pregunta qué es filosofía. Para
o la adversidad, de manera que “cuando responder a esa pregunta, Heidegger nos
presentamos un poema o un cuadro a un invita a “oír” la palabra filosofía tal y como
hombre que posee este tipo de sensibilidad, la pronunciaron los griegos, y lo hace con
la delicadeza de sus sentimientos hace que las siguientes palabras: “El nombre de la
éstos se conmuevan por entero”, a la vez que filosofía, si verdaderamente oímos la pala­
si “una conversación educada y juiciosa les bra y meditamos lo oído, nos llama hacia
proporciona el máximo entretenimiento, la historia de la procedencia griega de la
la grosería o la impertinencia son para él filosofía”. Con todo, no se trata de establecer
el máximo castigo”. una mera significación verbal de “filoso­
A lo que el notable filósofo inglés nos fía”, vinculando esta palabra a la que en
invita, en fin, es a desear y cultivar la deli­ su momento utilizaron los griegos, sino de
cadeza del gusto en la misma medida que establecer cuál fue la preocupación central
lamentemos y procuremos corregir la de­ que colocaron bajo esa palabra, o, mejor
licadeza de la pasión, porque -escribe- si aún, qué fue lo que los llevó a filosofar. Y la
“los accidentes buenos o malos de la vida respuesta de Heidegger es que lo que llevó
apenas si están bajo nuestro control, está a los griegos a filosofar fue el asombro, el
de nuestra mano decidir qué libro quere­ asombro ante el hecho de que hay el ser
mos leer, de qué diversiones participaremos y no la nada, y de que, en consecuencia,
y qué compañías deseamos conservar. La la pregunta filosófica por excelencia es la
delicadeza del gusto es preferible, puesto pregunta por el ser, hasta el punto de que
que “nada mejora tanto el temperamento el abandono de esta pregunta produce el
como el estudio de las bellezas de la poe­ extravío e incluso la ruina de la filosofía.
sía, de la elocuencia, de la música o de la Con todo, hay autores, como se mostrará
pintura. Dan éstas una cierta elegancia al más adelante, que en el curso de la historia de
sentimiento, elegancia a la que es ajeno el la filosofía han tenido ideas distintas acerca
resto de la humanidad. Las emociones que de ésta, o sea, no vinculadas necesariamente
suscitan son delicadas y tiernas. Apartan a a la helenidad y que tampoco apuntan al
la mente del trajín de los negocios y del ser como objeto de la filosofía.
interés propio, fomentan la reflexión, pro­
curan la tranquilidad del ánimo, y producen
una agradable melancolía que, de todas las 2.2.7. El origen de la filosofía
disposiciones de la mente, es la que mejor
se aviene con el amor y la amistad”.30 Si la filosofía tiene el inicio que hemos se­
ñalado antes, su origen se encuentra en el
30 Hume, David: “Sobre la delicadeza de gusto y
de pasión”, en Del amor y el matrimonio y otros ensayos 31 Véase HEIDEGGER, MARTIN: ¿Qué es filosofía?,
morales, Alianza, Madrid, 2006, pp. 146-151. Herder, Barcelona, 2004.

AlA
—4^ ÍDITONAI JURIDICA DECHÍU 24
Cap. 1. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

asombro. Platón afirmaba que el asombro es ña a la filosofía. Entonces, por el asombro


máximemente propio del filósofo, mientras se empieza a filosofar y por el asombro se
que Aristóteles, en la misma línea, sostenía continúa filosofando. Se trata de la chispa
que es por el asombro que los hombres que tanto enciende la actividad filosófica
empezaron antaño a filosofar y continúan como el combustible que la mantiene en
haciéndolo. movimiento.
De este modo, el asombro está en el ori­ Asombro como admiración, entonces,
gen de la filosofía, entendiendo por “asom­ no como temor, puesto que si la admiración
bro” no la simple curiosidad, sino auténtico conduce al afecto, a algo que nos mueve
estupor y admiración. ¿Ante qué? Ante el en dirección a lo que admiramos, el temor
hecho de que hay el ser y no la nada. El concluye con el rechazo, en algo que nos
asombro se produce al damos cuenta de que paraliza e impulsa a eliminar aquello que
las cosas y fenómenos están ahí, en derredor nos atemoriza, lo cual significa que si la
nuestro, afectándonos con su presencia e admiración es el principio del filosofar, el
interpelándonos a conocerlas. temor es su impedimento.
El asombro es un estado de ánimo, una Sobre el particular, sin embargo, Ko­
pasión incluso, algo que por provenir de lakowski llama la atención acerca de que
una zona más honda que la que produce la afirmación de que el origen de la filo­
la sola curiosidad, se relaciona de algún sofía está en el asombro podría hallarse
modo con el vértigo. Se trata entonces de en contradicción con la observación de
un estado de ánimo en el que no sabemos Marco Aurelio, que dice que la filosofía
a qué atenernos, puesto que todo se nos nos enseña a no asombrarnos ya por nada.
hace extraño y caemos en lo que Jorge Sin embargo, ambas afirmaciones, aparen­
Eduardo Rivera (1927) llama la “absoluta temente divergentes, pueden entenderse
extrañeza”.32 de la siguiente manera: mientras la primera
Como pasión que es, el asombro es esa de ellas se refiere a la génesis del filosofar,
“agitación afectiva” de que habla Heidegger, la segunda, por el contrario, alude a su
en virtud de la cual retrocedemos ante la meta. Entonces, podría decirse que somos
realidad de las cosas, casi como si contuvié­ filósofos porque nos asombramos y que, a
ramos la respiración ante el hallazgo de lo la vez, lo somos para que ya nada nos siga
que hay. Como apunta Lezsek Kolakowski asombrando.
(1927-2009), es la sensación de extrañeza ¿Será posible llegar a un momento en el
ante el mundo que nos embarga de asom­ que nada nos asombre y en el que podamos
bro, es la experiencia del mundo como por tanto dar por concluida la filosofía? En
una cosa extraña, no natural, como algo a otras palabras, si filosofar consiste en hacer
lo que no nos adaptamos. un cierto tipo de preguntas -aquellas que
Si quisiéramos trazar una diferencia en­ según Isaiah Berlín (1909-1997) tienen el
tre asombro y curiosidad, podríamos decir efecto de sumirnos en una honda perple­
que la segunda nos hace asomarnos a las jidad, porque reputándolas importantes y
cosas, mientras que el primero es causa de hasta cruciales para nuestra vida no sabemos
que nos quedemos en las cosas, aunque no cómo ni adonde buscar las correspondientes
con éstas. respuestas-, ¿llegará el instante en el que
LA tOiVí.X?riA Di. Ubtv^Ü Vh» OH.l‘lO - li Y N' !

Pero el asombro -como muestra también pueda decirse que las preguntas filosóficas
Heidegger- no está sólo en el origen de la se encuentran agotadas? ¿Se cumplirá el
filosofía, al modo como el lavado de manos vaticinio de Marco Aurelio en cuanto a que
del cirujano precede a la operación que si el origen de la filosofía se encuentra en el
éste debe practicar, sino que es también asombro, la marcha de ésta conducirá al fin
el estado de ánimo que sostiene y acompa­ del asombro? La respuesta de Berlin a estas
interrogantes es que siempre habrá preguntas
32 Rivera, JORGE Eduardo: Asombros y nostalgias, filosóficas, al menos del tipo de aquellas que,
ob. cit. por ejemplo, inquieren acerca del sentido

25 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

de la vida humana sobre la tierra y sobre si En otras palabras: el turista va y regresa,


los hombres debemos o no comportamos y cuando va, piensa ya en el regreso. En
unos con otros como hermanos. cambio, el viajero se interna cada vez más,
no vuelve sobre sus pasos, piensa únicamente
en el punto siguiente de su travesía, y -tal
2.2.8. La filosofía y la idea de viaje como acontece con la pareja de protago­
nistas de El cielo protector- deja en el viaje
La filosofía ha estado vinculada desde anti­ mucho más que el tiempo que emplea en
guo a la idea de viaje, y la actividad de los hacerlo.
filósofos a la de los viajeros. Como recuerdan Turista es el que no sólo viaja con pasa­
casi todos los textos de historia de la filo­ je de regreso, sino aquel que de tanto en
sofía, el rey Creso llamaba a Solón “viajero tanto confirma y hasta acaricia el billete de
filosofante”, y le habría dicho algo como regreso. Videro, en cambio, es el que sale
esto: “Han llegado hasta nosotros muchas sin pasaje de regreso y el que utiliza todos
noticias tuyas, tanto de tu sabiduría como sus medios antes en continuar el viaje que
de tus viajes, y de que, movido por el gusto en arreglar el retomo a casa.
del saber, has recorrido muchos países por El filósofo viaja, no merodea, aunque
examinarlos”. a veces puede sentarse un momento en la
En una línea semejante, Aristóteles se plaza de la ciudad para poner en orden
refería a la filosofía como un conocimiento sus ideas o fondear por algunas horas su
que se busca, en tanto que San Agustín, embarcación en un puerto que le permi­
según mencionamos antes en este capítu­ ta reabastecerse para continuar luego su
lo, llamaba a los filósofos a buscar como marcha inacabable. Pero el filósofo no se
buscan los que aún no han encontrado y a duerme en la plaza ni toma por destino
encontrar como encuentran los que saben final el puerto en que se reabastece.
que han de continuar buscando. En nues­ Por último, quizás si el viaje del filósofo
tro tiempo, Zubiri se refiere a la filosofía se parezca al desplazamiento de un hombre
como un saber en marcha, mientras que dentro de un laberinto. Tomando para ello
José Ferrater Mora, al analizar la palabra las tres imágenes de que se vale Bobbio a
“filosofía”, llamó la atención acerca de que este respecto, filosofar, y en general la tarea
ésta se va formando a sí misma en el curso del conocimiento del hombre sobre la tie­
de su propia historia. rra y aun el mismo drama de la existencia
Lo anterior quiere decir que filosofar es humana, no se pueden comparar con una
buscar, ponerse en marcha, salir movién­ mosca en una botella ni con un pez en la
donos gracias al asombro que nos produce red. Para la mosca atrapada en una botella, la
el hecho de vernos de pronto instalados salida existe, aunque no es capaz de advertir
en el mundo y rodeados de cosas que no dónde está ni de coordinar los movimientos
comprendemos. que le permitirían dar con ella y salir de
Viajeros, no turistas, eso serían los filóso­ la botella, de manera que se estrella una
fos, una distinción que Paúl Bowles (1910- y otra vez contra las paredes de vidrio de
1999) profundiza en su novela El cielo protestar. la botella y sólo por casualidad lograría la
El personaje principal de ese relato dice en tan ansiada liberación. En cuanto al pez en
un momento que él no es un turista, sino un la red no existe la salida, de manera que
viajero, y que la diferencia puede explicarse sus desesperados movimientos son sólo el
en parte por el tiempo. “Mientras el turista preludio de su muerte, la que se producirá
f [.ri'rcjx r<

se apresura por lo general a regresar a su una vez que el pescador abra la red y el
casa al cabo de algunos meses o semanas pez pueda tener la engañosa sensación de
-escribe Bowles-, el viajero, que no per­ que se la abre para liberarlo. En cambio, el
tenece más a un lugar que al siguiente, se hombre en el laberinto cuenta con que la
desplaza con lentitud durante años de un salida existe, aunque sabe que la ruta hacia
punto a otro de la tierra”. ella no se encuentra señalada y con que

¿X EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 26


Cap. I. Filosofía. Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

tampoco hay alguien fuera del laberinto, objeto, cuál su método, y cuáles las respues­
o sobre éste, que le pueda indicar la salida. tas filosóficas que deben ser preferidas a las
Pero un hombre en esa situación es capaz demás. La filosofía vive y avanza en medio
de hacer elecciones razonadas respecto de de esa triple incertidumbre: la de no saber
las vías de salida que se le ofrecen, marcar con certeza hacia dónde mirar, cómo mirar
las que no resulten adecuadas, desandar y con cuáles imágenes quedarse luego de
los trechos que se muestran equivocados, haber mirado.
omitiéndolos en el futuro, y dar, acaso, con ¿Acontecerá lo propio, o algo pareci­
la salida, aunque para encontrarse frente do, tratándose de la filosofía del derecho?
a un nuevo laberinto. ¿Padecerá ésta también la misma triple
problematicidad de la filosofía general?
¿Se podrá liberar la filosofía del derecho
2.2.9. La filosofía es problemática de esa triple problematicidad gracias a que
se trata de una filosofía regional, esto es,
El carácter problemático de la filosofía queda que versa sobre un determinado fenóme­
bien de manifiesto en la siguiente reflexión no -el derecho- o reproducirá a escala la
de Ortega: filosofar es embarcarse para lo problematicidad que la filosofía general
desconocido. muestra en los tres sentidos antes indicados?
Esa frase tiene en verdad dos partes: en la Ya tendremos oportunidad de ocuparnos
primera de ellas, el filósofo español compara de esta pregunta más adelante.
una vez más la filosofía con la idea de viaje,
mientras que en la segunda resalta lo que
interesa a nosotros en este momento. 2.2.10. La filosofía está relacionada
Que filosofar equivalga a embarcarse con el lenguaje
para lo desconocido -una acción de suyo
angustiosa- remite al carácter problemático La primera y más obvia relación de la filosofía
de la filosofía y, más precisamente, a la triple con el lenguaje es que ella se sustenta en
problematicidad que ella acusa. éste. Esto quiere decir que sabemos de la
La filosofía es problemática, en primer filosofía porque los filósofos hablan (Sócrates,
término, en cuanto no tiene suficiente se­ por ejemplo), o porque hablan y también
guridad acerca de su objeto, es decir, en escriben (Platón, por ejemplo).
la indicación de los temas o asuntos de los Una segunda relación se produce en
cuales ella debe ocuparse, o -lo que es lo cuanto el lenguaje, como otros fenómenos
mismo- en la identificación de las preguntas humanos, es estudiado por la filosofía. Así,
para cuya respuesta ella fue constituida. En entonces, tal como hay una filosofía del arte,
segundo lugar, la filosofía es problemática de la religión, de la política o del derecho,
en cuanto los filósofos no se ponen sufi­ también existe una filosofía del lenguaje.
cientemente de acuerdo en cuál o cuáles Una tercera relación existe en la medida
serían los métodos apropiados para delimitar que determinadas corrientes filosóficas han
dicho objeto y, asimismo, para validar las sostenido que el lenguaje es el objeto de la
proposiciones que hacen los filósofos o, filosofía y que la finalidad de ésta es clarifi­
siquiera, para someterlas a algún control car el lenguaje. Clarificar el lenguaje, ante
que permita determinar cuáles de ellas son todo, de la propia filosofía, es decir, aquel
más plausibles que otras. Y, por último, el que han empleado los filósofos a lo largo
carácter problemático de la filosofía se de la historia de la actividad que realizan,
muestra también en la dificultad que exis­ como también el lenguaje de la ciencia, o
te para compatibilizar, desde el punto de sea, el que utilizan los científicos, quienes
vista de sus contenidos, las proposiciones muchas veces no se detienen a aclarar su­
de los filósofos. ficientemente palabras importantes que
En suma, la filosofía no sabe, o no tiene emplean de manera habitual, e, incluso, el
suficiente seguridad, acerca de cuál es su que usan las personas comunes y corrien­

27 EDITORIAL JURIDICA DECHILI:


Curso de Filosofía del Derecho

tes, quienes también se valen de palabras Respecto de la filosofía lingüística, cabe


reputadas importantes sin aclarar, por lo mencionar que en los años 30 del siglo pa­
común, el significado que les otorgan. De sado se acuñó la expresión “positivismo
este modo, los filósofos, a lo largo de toda lógico” para denominar los puntos de vista
la historia de la filosofía, han hablado de del Círculo de Viena, que fue un centro de
“ser”, “ente”, “bien”, y el papel de la filosofía reunión y de debate que congregó a un
consistiría en aclarar qué quisieron decir grupo de filósofos, físicos, matemáticos,
con tales palabras. Por su parte, los cientí­ artistas, quienes advirtieron que tenían un
ficos hablan de “tiempo” o “movimiento”, interés común por un determinado tipo
y en tanto no aclaran qué quieren decir de problemas ante los cuales reconocían
con tales términos, la filosofía clarificaría una actitud compartida, motivo por el cual
los usos que se dan a palabras como esas. redactaron en 1929 una especie de mani­
Y las personas comunes hablan de “Dios”, fiesto titulado “El punto de vista científico
“alma”, “espíritu”, sin aclarar a qué se re­ del Círculo de Viena”, en el que sostuvie­
fiere, de manera que la filosofía, también ron que a la filosofía no le incumbe dar
respecto de palabras como esas, llevaría a solución a los así llamados problemas fi­
cabo una labor de clarificación. De acuerdo losóficos (por ejemplo, el problema del
a esta idea de la filosofía, por ejemplo, los ser, el problema del conocer, el problema
juristas emplean también, recurrentemente, del actual correcto, que han dado lugar a
determinadas palabras que consideran im­ los capítulos tradicionales de la filosofía, a
portantes, tales como “norma”, “derecho”, saber, ontología, teoría del conocimiento y
“derechos fundamentales”, “culpa”, ‘justicia”, ética) ni decidir tampoco sobre la verdad
y el consiguiente papel de la filosofía del o la falsedad de las proposiciones que los
derecho consistiría en aclarar qué quieren filósofos han hecho a lo largo de la his­
decir los juristas cuando utilizan palabras toria. Menos que eso -consideraron- lo
como esas. que corresponde a la filosofía es clarificar
En la primera de las tres relaciones pre­ el significado de dichos problemas y, más
cedentemente explicadas, podemos hablar precisamente, hacerlo con las palabras que
de la filosofía como lenguaje; en la segunda, han empleado los filósofos al momento
de filosofía del lenguaje; y en la tercera de de plantear y desarrollar tales cuestiones.
filosofía lingüística. El filósofo del lenguaje Es por eso que Moritz Schlick, la figura
hace del lenguaje un objeto de estudio, en en tomo a la cual se formó el Círculo de
tanto que el filósofo lingüístico reconoce Viena, decía que él definía la ciencia como
que hay múltiples problemas filosóficos que búsqueda de la v erdad y a la filosofía como
son presentados como tales y que para el búsqueda del significado.33
tratamiento y esclarecimiento de estos vale Para el positivismo lógico, en consecuen­
la pena valerse del análisis lingüístico, es cia, la filosofía no es un sistema de conoci­
decir, de un examen de las palabras y de mientos, sino una actividad encaminada a
las proposiciones en que tales palabras se esclarecer el lenguaje de la ciencia, y aun el
encuentran. La filosofía del lenguaje es, por de la propia filosofía, para librarlo de confu­
tanto, una filosofía regional posible, entre siones y equívocos, y, de paso, mostrar que
otras, mientras que la filosofía lingüística buena parte de los así llamados “problemas
es un método para tratar cualquier asunto filosóficos” no pasan de ser el resultado de
filosófico o que se presente como tal. Por lo esas mismas confusiones y equívocos. En
demás, admitir que la filosofía es un tipo de consecuencia, la filosofía no es una forma
lenguaje (primera relación) y que, entre otros de pensar el mundo, sino una manera de
fenómenos humanos, puede ella reflexionar aclarar nuestro pensar el mundo y, sobre
sobre el lenguaje (segunda relación), no
conduce necesariamente a la aceptación del 33 Véase STADLER, FRIEDRICH: El Círculo de Viena.
postulado que hace del lenguaje el objeto Empirismo lógico, deuda, cultura y política, Fondo de
de la filosofía (tercera relación). Cultura Económica, México D. F., 2011.

EDITORIAL JURIDICA .OECIIIU 28


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

lodo, nuestro decir sobre el mundo. La bridge, donde era regla que cada exposi­
filosofía aparece así como un lenguaje de tor no utilizara más de 7 minutos. Expuso
segundo orden, en cuanto no habla sobre allí el filósofo austríaco sobre qué es filo­
el mundo, sino sobre el hablar acerca del sofía, y al hacerlo rebajó en 3 minutos el
mundo. El hablar acerca del mundo corre tiempo máximo, empleando únicamente
por cuenta de las diferentes ciencias, sin cuatro minutos. El acta de dicha reunión
perjuicio de que la propia filosofía, antes sólo registra que la filosofía se ocuparía de
del positivismo lógico, hablara también so­ las proposiciones que son asumidas como
bre el mundo, configurándose, por tanto, ciertas sin ninguna prueba por parte de las
un lenguaje de la ciencia y un lenguaje de diversas ciencias.
la filosofía. A ese lenguaje debería mirar Algunas décadas más tarde, Henrik von
entonces la filosofía -según el positivismo Wright (1916-2003) señaló que quizás la
lógico- para aclarar su significado. La filo­ filosofía no sea otra cosa que “una guía
sofía será un hablar sobre el hablar. para perplejos”. Tal vez los así considerados
Ludwig Wittgenstein (1889-1951), tam­ “problemas filosóficos” (repetimos: del ser,
bién austríaco, pero que no formó parte del conocer, y del bien o actuar correcto)
del Círculo de Viena, aunque ejerció una no sean más que perplejidades y la filosofía
fuerte influencia sobre sus integrantes, re­ una actividad terapéutica por medio de la
orientó la filosofía en la misma dirección cual algún día podría conseguirse hacer
que lo hizo el Círculo, interesándose no desaparecer tales problemas, en la medida
por los tradicionales problemas de la filo­ en que se logre hablar de ellos con suficiente
sofía, que a él parecieron seudo problemas, sentido y claridad. Hablar filosóficamente
sino por las dificultades producidas por el es, cuando menos, hablar con sentido y
lenguaje utilizado por los filósofos al tratar con claridad.
de esos problemas. Como apunta a este res­ Ahora bien, y sin necesidad de adscribir a
pecto Carla Cordua (1925), la posición de la idea que de la filosofía tuvo el positivismo
Wittgenstein consistió en que lo que “equi­ lógico, no puede negarse que Ortega tuvo
vocadamente llamamos problemas filosóficos, razón al decir que filosofar es sumergirse en
son, en verdad, confusiones o enredos men­ el pequeño abismo que es cada palabra, una
tales que se inician debido a nuestra falta idea tras la cual hay tanto una afirmación
de claridad sobre la manera en que usamos como un convite. La afirmación consiste en
el lenguaje”?4 De este modo, el método decir que tras cada palabra hay un abismo,
de la filosofía debe ser la clarificación y un cierto fondo de significados que debemos
su resultado la claridad. La clarificación explorar, mientras que la invitación consiste
de su propio lenguaje, del lenguaje de la en instigarnos a inspeccionar ese fondo.
ciencia, y del habla común de las personas Bryan Maggee (1930) preguntó alguna
en cuanto éstas emplean también palabras vez a Isaiah Berlin en una entrevista para
importantes, para, disolviendo de esa mane­ la televisión británica si no hay algo trivial,
ra los problemas aparentes de la filosofía, y acaso empobrecido, en la idea de que
alcanzar la paz del pensamiento, o sea, la el objeto de la filosofía sea el lenguaje y
pacificación de la inteligencia gracias a la que, en consecuencia, los debates filosó­
claridad. Lo que puede ser dicho -repetía ficos se reduzcan a discusiones acerca de
Wittgenstein- puede ser dicho claramente, palabras.
y de lo que no se puede hablar hay que Berlin respondió a esa observación re­
callar. conociendo que algunos filósofos contem­
El 16 de noviembre de 1911, Wittgens­ poráneos se han peijudicado por lo que
tein hizo una exposición en una sociedad respecta al público lector de sus obras al
llamada Club de Ciencia Moral, en Cam- * insistir en que la principal preocupación
que los mueve es el lenguaje, aunque, a la
54 Véase CORDUA, CARLA: Witlgenstein, reorientación vez, aclaró que si los filósofos están pre­
déla filosofía, Dolmen, Santiago, 1997. ocupados por el lenguaje es porque creen

29 EDITORIAL JURIDICA Dí CIHU


Curso de Filosof ía del Derecho

que pensamos con palabras, de donde se noche, con la vista puesta en el firmamento,
sigue la constatación nada trivial de que el tratando de observar la posición de los astros
examen de las palabras es, a fin de cuentas, y el curso de sus movimientos. Pues bien,
el examen del propio pensamiento.35 una noche, mientras caminaba con los ojos
En todo campo hay ciertos términos fun­ puestos en el cielo, no advirtió que tenía
damentales-continuó argumentando Berlín frente a sí un pozo y cayó dentro de éste,
en esa entrevista- que los especialistas y la provocando las risas de su criada, quien se
gente en general utilizan constantemente. solazó a la mañana siguiente contando el
Los físicos hablan de “luz”, “masa", ‘‘ener­ episodio a sus vecinas, burlándose de su
gía”, “movimiento”, “medida”, “tiempo”. Los amo. Sin embargo, un par de siglos más
artistas hablan de “creación”, de “belleza”. tarde, Aristóteles, conocedor de ese episodio,
Las personas religiosas de “Dios”, “alma”, llevó a cabo una suerte de reivindicación de
“vida eterna”. Los políticos emplean sin Tales y, en general, de los hombres de pen­
cesar términos como “libertad”, “igualdad”, samiento, al recordar que Tales, a quien se
“pluralismo”, “justicia social”. Abogados y le había reprochado que por su dedicación
juristas, por su parte, hablan de “culpa”, a la tarea del conocimiento, es decir, a la
“inocencia”, “justicia”, “derecho”, “derechos”. teoría, vivía pobremente, en un momento
Pues bien, todas esas personas dedican a de su vida, gracias a sus conocimientos de
veces poco o ningún tiempo a aclarar en astronomía, previo para cierto año unas
cuál o cuáles sentidos emplean cada una condiciones climáticas propicias para una
de tales palabras, de manera que la filoso­ abundante cosecha de aceitunas, destinan­
fía prestaría un buen servicio haciéndose do entonces su poco dinero a arrendar
cargo de ellas. La filosofía general, o bien a muy bajo precio la mayor cantidad de
las filosofías regionales que se constituyen prensas de olivos que había en la ciudad
sobre aquellos campos, tales como la filo­ de Mileto, subarrendándolas luego, a muy
sofía de la ciencia, del arte, de la religión, buen precio, cuando se produjo en efecto
de la política y del derecho. la gran cosecha de aceitunas que él había
previsto.
Quizás si uno de los embates más fuertes
2.2.11. La filosofía da lugar a reacciones contra la filosofía es el que encontramos
intensas y contrapuestas de parte en el ya mencionado diálogo de Platón,
de quienes no son filósofos “Gorgias”, cuando el joven Calicles dice a
Sócrates que la filosofía, cultivada con mo­
Que la filosofía dé lugar a reacciones tan deración y a una edad juvenil, es algo que
intensas como contrapuestas de parte de vale la pena, pero que practicada en exceso
quienes no son filósofos es otra de sus pe­ y a edad avanzada “constituye la ruina de la
culiaridades, y es por eso que incluimos vida humana”, llegando incluso a sostener
estas nuevas dos palabras en el enunciado que los adultos que insistan en filosofar, esto
con el cual venimos trabajando. es, que perseveren en la actividad filosófica,
Un episodio ocurrido en el siglo VI a. C. deberían ser azotados.
a un sabio griego, Tales de Mileto, quien el Por otra parte, un filósofo del siglo XX
año 585 antes de Cristo predijo un eclipse -Isaiah Bcrlin-, al inicio de su ensayo sobre
solar, ilustra bien lo que acabamos de de­ “El objeto de la filosofía”,36 nos dijo que
cir, en especial la actitud de rechazo o de quienes se han dedicado a ésta a lo largo
desdén que a menudo produce la filosofía. del tiempo nunca se han puesto de acuer­
Tales solía recorrer su jardín en horas de la do sobre cuál es el objeto de su quehacer,
es decir, cuáles los temas o asuntos de los
35
que deberían ocuparse, aunque recordó
Véase Berlín, ISAIAH: “Una introducción a la
filosofía”, en Macee, Bryan: Los hombres detrás de las
ideas. Algunos creadores de la filosofía contemporánea, 36 En BERLIN, ISAIAH: Conceptos y categorías, Fondo

Fondo de Cultura Económica, México D. F., 1986. de Cultura, México, 1978.

EDITORIAL JURIDICA DI CH11F 30


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

también el rasgo de la filosofía que ahora delante, alimentada de la ilusión de que se


nos encontramos explicando al señalar que, va hacia lo mejor".38
desde siempre, la filosofía ha dado lugar Por último, las siguientes reflexiones
a reacciones intensas y contrapuestas de de Jorge Millas describen de manera qui­
parte de quienes no se dedican a ella. Así, zás inmejorable lo que venimos diciendo:
por un lado, algunos celebran a la filosofía, “Rendidos unos de admiración ante la
considerándola como la piedra angular del filosofía, la veneran con respeto casi re­
conocimiento, como la madre de todos los ligioso y consideran a los filósofos corno
saberes, como una actividad que nos ilumi­ individuos superiores a quienes toda verdad
naría sobre los principales asuntos acerca de les hubiere sido revelada. Mal dispuestos
los cuales se interroga el ser humano, como otros frente a ella -y estos son los más- la
un camino de bien e incluso de felicidad, desdeñan ya por ociosa, ya por oscura, ya
mientras que, por otro lado, no faltan los por anticientífica, y siempre por inútil. Fas­
que critican y aun rechazan a la filosofía cina a los primeros la elevada alcurnia de
por tratarse de un pensamiento especulativo sus temas sobre Dios, el ser, la verdad, el
sin arraigo alguno en la experiencia, que, bien, la justicia, e irritan a los segundos su
por tanto, habría que enviar al musco de jerga extraña, sus razonamientos sutiles,
curiosidades antiguas, tal como lo fueron sus difíciles abstracciones, sus discusiones
hace ya tiempo la astrología y la alquimia interminables". Y concluye de la siguiente
ante el avance arrollador de la astronomía manera: “la antigüedad clásica, que tanta
y otras ciencias naturales. honra concedió a la inteligencia, veneró
Stephen Hawking (1942), que ve también como si se tratara de criaturas semidivinas
acorralada a la filosofía por el desarrollo de a algunos de sus filósofos -por ejemplo, a
la ciencia, sostiene que hasta ahora los cien­ Platón-, pero, a la vez, no vaciló en con­
tíficos han estado preocupados de describir denar a muerte al mejor y más íntegro de
lo que es el universo y no se han planteado la todos ellos: Sócrates”.39
cuestión del por qué del universo. Por su lado,
las personas cuya ocupación es preguntar
por qué -los filósofos- no han sido capaces 2.2.12. La filosofía tiene parentesco
de mantenerse al tanto del avance de las con otras actividades humanas
teorías científicas. Sin embargo -agrega el
físico británico-, “si descubrimos una teoría Llegamos así a la última de las palabras claves
completa (acerca del universo), debería de nuestro enunciado: parentesco.
en su momento ser comprensible en sus Si la filosofía reconoce parentesco con el
líneas generales por todos, no solo por unos arte, con la ciencia, con la religión y con las
pocos científicos. Entonces todos seremos ideologías políticas -según pone de relieve
capaces de tomar parte en la discusión de Leszek Kolakowski-,40 lo tiene, ante todo,
por qué el universo existe".37 porque sobre cada una de esas actividades es
Se advierte entonces en la filosofía la posible hacer filosofía. Ya sabemos que hay
ambigüedad característica de todas las ac­ filosofía general, o “pura”, como también
tividades humanas -dice ahora Roberto se la llama, pero sabemos igualmente que
Torretti (1930)-, que “para quien se entre­ existen filosofías regionales o especializa­
ga a ellas, animado por la pasión de que das. La misma filosofía del derecho es una
proceden, aparecen necesariamente como
prósperas, florecientes, progresivas, pero a 38 Torretti, Roberto: Estudios filosóficos 1957-
quien contempla desde afuera el cuadro 1987, Ediciones Universidad Diego Portales, 2006,
demencial de su despliegue, se presentan p.21.
39 MILLAS,JORGE: “Respuesta a la pregunta ¿qué
como una absurda e incesante marcha hacia
es la filosofía del derecho?”, ob. cit.
40 Véase kOLAKOWSKI, LESZEK: “La filosofía como
37 Hawking, Stephen: El gran diseño, Debate, disciplina y como función”, en Tratado sobre la morta­
Madrid, 2010, pp. 138 y 139. lidad de la razón, Monte Avila, Caracas, 1992.

31 CPITORIAL JURIDICA Df CHJLf


Curso de Filosofía del Derecho

de esas filosofías regionales, puesto que a otra en la que se muestran pinturas de


recae sobre un determinado fenómeno —el Rembrandt, del mismo modo que en el
derecho- y no sobre otros ni menos sobre living de nuestra casa podemos leer un día
la totalidad de los fenómenos que existen. a Joyce y al siguiente a Dante con similar
Pues bien, del mismo modo hay una filo­ interés, provecho y deleite.
sofía del arte, de la ciencia, de la religión, No es que las obras de arte no envejez­
y de la política. can, puesto que no es imaginable que un
Veamos ahora en qué consiste el paren­ pintor moderno pinte con la técnica de
tesco de la filosofía con el arte, diciendo, de Rembrandt o que un escritor escriba hoy
entrada, que el parentesco que reconocen como lo hizo Dante, aunque las obras de
proviene de que las producciones de una arte no envejecen en el sentido de que sean
y otra actividad tienen una misma manera desplazadas ni menos reemplazadas por las
de envejecer. obras más recientes. Todo lo contrario: las
¿Qué quiere decir eso? obras de arte conservan su valor individual
Quiere decir dos cosas, a saber, primero, y por eso las leemos o vamos a mirarlas a los
que los productos de la técnica envejecen museos en que ellas se encuentran.
en el sentido de que los que rinden me­ Desde este punto de vista, la filosofía
nos son suplantados por los que rinden se parece al arte, no a la técnica, o sea, los
más. Así las cosas, cuando un producto de productos de la filosofía -las obras de los
la técnica envejece no sólo se lo deja de filósofos- envejecen de modo parecido a
utilizar, sustituyéndolo por otro de mayor como lo hacen las producciones artísticas
rendimiento, satisfacción o utilidad, sino y no a la manera como ocurre con los pro­
que ya no se hace necesario el estudio del ductos de la técnica. Con lo cual queremos
producto antiguo como condición para decir que es difícil que alguien haga hoy
fabricar un nuevo producto. De este modo filosofía a la manera como la hizo Platón,
-ejemplifica Kolakowski- ese coche tirado o Sócrates, pero, por otra parte, el conoci­
por caballos que se llamaba diligencia fue miento de la filosofía moderna no reemplaza
suplantado por el avión, y los constructores al conocimiento de la obra de Platón.
de aviones no necesitan saber cómo se Seguidamente, hay también un parentesco
hacían antaño las diligencias para ejercer entre arte y filosofía en cuanto al importante
con éxito su oficio de construir aviones. De papel que en uno y otra tiene la fuerza de
la misma manera -ejemplificamos ahora la expresión, el elemento retórico ajeno al
por nuestra parte-, el disco de vinilo fue contenido de las producciones de ambas
reemplazado por los casetes y éstos por los actividades. Tanto en el artista como en el
DVD, mientras que la televisión en blanco filósofo hay un propósito de producir una
y negro lo fue por la televisión a color, y impresión en el público y de provocar algún
la televisión analógica por la digital. La cambio en éste.
rueca en que las mujeres hilaban en la Pero si la filosofía tiene un parentesco
antigüedad fue reemplazada por la má­ con el arte, lo tiene en especial con la li­
quina de coser a pedal y ésta a su vez por teratura.
la máquina eléctrica. El parentesco entre filosofía y literatura
Cuando se trata de la producción y recep­ se produce, de partida, porque ambas ac­
ción de obras artísticas, las cosas funcionan tividades utilizan las palabras. Más aún, se
de otra manera, puesto que, por ejemplo, sustentan en palabras. Si quitáramos las pa­
la contemplación de las obras de Picasso labras, literatura y filosofía no existirían.
no suple la de las obras de Rembrandt, así Bryan Magee, entrevistando ahora a
como la lectura de James Joyce no reempla­ la novelista y profesora de filosofía Iris
za a la de la obra de Dante Alighieri. Esto Murdoch (1919-1999), nos recordó que
quiere decir que en un museo podemos algunos filósofos fueron a la vez notables
pasar fácil y complacidamente desde una escritores. Tal es el caso de Platón, San
sala en que se exhiben obras de Picasso Agustín y Nietzsche. Se da incluso el caso

EDITORIAL JURIDICA DE. CHILE 32


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

de filósofos que obtuvieron el Premio Nobel en el más completo desorden. Ella es una
de literatura, como Bertrand Russell yjean escritura que de modo más paciente que la
Paúl Sartre. Otros grandes filósofos fueron literatura trata de construir una escenografía
solo buenos escritores, como sería el caso con el sobreabundante y caótico decorado
de Pascal y de Rousseau. Pero también hay de la existencia.
filósofos muy destacados, como Aristóteles, Trazando ahora diferencias entre el arte
Kant y Hegel, que, según Magee, fueron y la filosofía, Murdoch dijo que el arte es
malos escritores. consolación privada, y por eso tiene la vir­
Esa lista muestra, según Iris Murdoch, tud de conmovernos y hacernos felices. El
que la filosofía, por mucho parentesco que arte es “recuerdo de lo que no sabíamos
tenga con la literatura, no es una rama de que sabíamos”. El arte, y en especial la li­
ésta, y que la calidad de una obra filosófica teratura, “detienen el flujo de la vida”, y se
se funda en consideraciones distintas a los les experimenta con esa “sacudida que es
méritos literarios. Por otra parte -indica ella-, la experiencia de la belleza”.
mientras la filosofía intenta crear ilusiones, La filosofía, si se quiere, es más intensa
la filosofía procura disiparlas. y a la vez más modesta que la literatura.
Del mismo modo que Karl Popper consi­ Ella explica, mientras que el arte exalta,
deró que todos somos filósofos, Iris Murdoch y no porque se haga con palabras puede
estimó que todos somos literatos. Y si todos filiársela como parte de la literatura. Pero
somos literatos es porque empleamos cons­ ambas, literatura y filosofía, son maneras de
tantemente el lenguaje para dar apariencia ir tanteando el camino, a fin de orientamos
interesante a experiencias triviales y muchas mejor en la tarea de vivir. De ir tanteando
veces aburridas. Cada vez que volvemos a el camino con cortos y enérgicos golpes de
casa, nos gusta contar cómo nos fue, y da­ bastón, adelante, a derecha, a izquierda, tal
mos así la forma de un relato interesante a como hacen los ciegos cuando avanzan en
acontecimientos menores y hasta insignifi­ medio de la calle con su semblante a la vez
cantes. Lo que nos mueve a ello es el deseo plácido y contrariado.
de dar una forma atractiva a hechos que Por otra parte, arte y filosofía, ahora
ocurrieron sin ningún orden y que carecen con Freud, serían dos de varias maneras
de todo brillo. Por tanto, el gran motivo para que tenemos para hallar puntos de apoyo
hacer literatura es el anhelo de “construir ante la dificultad de vivir. O sea, haríamos
formas a partir de lo que, de otra manera, obras de arte, o nos acercaríamos a con­
podría parecer una masa de escombros sin templarlas y a disfrutar de ellas, y haríamos
sentido”. Un pensamiento que recuerda también filosofía, y leeríamos las obras de
lo que decía en clases el escritor chileno los filósofos —como explicó Kolakowski
Carlos León, quien fue también profesor en el texto que venimos citando- “por la
de filosofía del derecho: “Escribo por la misma razón que tomamos café”, o sea,
misma razón que un capitán estiba bien para recomponernos de algún modo, para
la carga para que su barco parezca eso y darnos ánimo, como quienes se valen de
no feria flotante”. O sea, escribimos para un paliativo o sucedáneo para encontrar
introducir un cierto orden en el caos que alivio, aunque sea momentáneo, y continuar
son la realidad y la experiencia. viviendo sin desfallecer ni menos sucumbir
Sin embargo, tales imágenes -la de quien ante la represión que llevamos a cabo de
limpia los escombros y la del capitán de nuestros instintos básicos y las dificultades
una nave que acomoda su carga- sugieren que a cada instante nos plantea el hecho
antes un parecido que una diferencia entre de vivir. Pero no por ser la filosofía, como
literatura y filosofía, puesto que los filósofos otras formas de vida espiritual, el producto
miran también a su alrededor y tratan de de una situación de desconcierto y frustra­
establecer un cierto orden. La filosofía es ción, no por responder “al mismo principio
también un intento de presentar de manera por el que fumamos cigarrillos o bebemos
coherente lo que en la realidad se muestra alcohol”, es decir, “para engañar o aplacar

33 EDITORIAL JURIDICA. DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

la urgencia de los impulsos aprisionados y Y, por último, tiene la filosofía paren­


las necesidades insatisfechas*’, deja ella de tesco con las ideologías políticas, porque
ser algo importante. Quizás si los productos ambas son expresión de determinadas
de la cultura -tales como la filosofía y el actitudes y preferencias frente a las cosas
arte- “comienzan a ser auténticos cuando del mundo y del hombre. Además, tanto
brotan realmente de las luchas del indivi­ en el campo de la filosofía como en el de
duo creador en las situaciones conflictivas las doctrinas políticas se puede tener una
de su propia vida”. actitud conservadora o una de carácter
¿Y el parentesco de la filosofía con la crítico; o una actitud que lleva a conside­
ciencia? Este se produce porque la filosofía, rar las cosas como funciones de un todo o
lo mismo que la ciencia, pretende ser un más bien como individualidades; o, en fin,
modo de saber, una actividad que nos pro­ una actitud orientada al cambio u otra que
veería de auténtico conocimiento, y cuyos acepta el orden establecido. “Aunque las
resultados podrían ser juzgados al menos correlaciones entre filosofía e ideologías
con algunos de los criterios que tienen apli­ políticas -escribió Kolakowski- son con
cación en el campo del pensamiento cien­ frecuencia ambivalentes y enmarañadas,
tífico, como el rigor, la coherencia interna la historia de la filosofía permite suponer
del discurso y la fuerza persuasiva de los que existe un vínculo esencial entre las po­
argumentos. Esto último quiere decir que si siciones filosóficas y las opiniones políticas
las proposiciones de la filosofía no pueden -no en el sentido de que estas últimas se
aspirar ni a los métodos ni a la seguridad deriven lógicamente de las primeras-, sino
de los enunciados científicos, el discurso más bien que están psicológicamente en
de los filósofos puede parecerse al de los mutua dependencia o que proceden de
científicos al menos en las cualidades que una fuente común”.
acabamos de mencionar: rigor, coherencia
interna y aptitud persuasiva.
Tiene también la filosofía un parentesco 2.3. ¿Qué dicen los filósofos sobre
con la religión, puesto que el impulso que LA FILOSOFÍA?
da origen a ambas es el mismo, a saber, el
asombro, la conciencia de que hay el ser y El extenso enunciado que acabamos de
no la nada, y de que necesitamos una expli­ compartir a propósito de la pregunta qué
cación para eso. Ambas, filosofía y religión, es filosofía, y cuyo análisis hemos llevado
construyen una forma de expresión de ne­ a cabo en cada una de sus palabras princi­
cesidades y situaciones que solo se pueden pales, no exime de la necesidad de hacer
controlar por medio de alguna forma de esa pregunta a los mismos filósofos, esto
valoración del mundo. Por tanto, como aclara es, a quienes están en mejor posición para
Kolakowski, “cuando hablamos de puntos responderla.
de contacto entre filosofía y religión, nos En verdad, una buena manera de res­
estamos refiriendo a la naturaleza común ponder a la pregunta que nos inquieta es
de las situaciones que han provocado la reenviarla a quienes en razón de la actividad
aparición de ambas en la cultura, y no a que realizan han formulado, una y otra
la afinidad en las respuestas a esas situa­ vez, esa misma pregunta, aunque estamos
ciones”, porque, claro, las respuestas que ya advertidos que nos encontraremos con
filosofía y religión dan a las preguntas que múltiples y no coincidentes respuestas.
comparten son muy diferentes entre sí: si En cualquier caso, un repertorio de la
ésta responde con dogmas, aquélla lo hace manera como distintos filósofos, tanto an­
con enunciados reflexivos y críticos. tiguos, modernos y contemporáneos, res­
Por otra parte, filosofía y religión se pa­ ponden a la pregunta qué es filosofía, desde
recen también en que ambas suelen pro­ Aristóteles a Kant, desde Comte a Freud,
l.A RiinfTjl

porcionarnos una imagen totalizadora de desde Wittgenstein a Berlin, desde Heideg-


la existencia humana. ger a Kolakowski y Rogcr Scruton, puede

ÍDITDRIAÍ J U RI DI CA de a nir 34
Cap. 1. Filosofía. Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

encontrarse en el libro Filosofía del Derecho, char hacia adelante desde la antigüedad
de A. Squella,41 y la lectura de las páginas hasta nuestros días, y de tener por tanto
correspondientes de ese libro puede resultar una historia, sino en el de marchar hacia
un buen ejercicio para conocer y contrastar lo mejor. Progresar, en el primero de esos
algunas de las distintas respuestas que co­ dos sentidos, es únicamente dar pasos e ir
nocemos. Una sugerencia que estamos en consolidando estados sucesivos, mientras
condiciones de hacer es que, por ejemplo, que en el segundo quiere decir que esos
se revisen no todas las respuestas que se estados son cada vez mejores. O sea, se trata,
exponen en el libro antes mencionado, sino en el primero de los sentidos, de marchar
una selección de ellas; por ejemplo, las de hacia adelante y, en el segundo, de hacerlo
Aristóteles, Kant, Wittgenstein y Berlín. hacia lo mejor. “La filosofía -afirma Torret­
ti- no es un ángel ni una musa, sino una
pasión que engendra una actividad huma­
2.4. ¿Progreso, crisis o muerte na”. Por lo mismo, la historia de la filosofía
DE LA FILOSOFÍA? no puede sino ser la de las personas que
viven esa pasión -la del amor por el saber
De la filosofía se dice que progresa, que y por la búsqueda de éste- y lo que vemos
está en crisis o que incluso ha muerto. Por es la historia de un progreso constante, una
cierto que la más dramática de las alter­ “marcha ascendente de esa pasión que com­
nativas es la tercera, aunque la muerte de parten hombres y mujeres filosóficamente
la filosofía, en rigor, no ha sido decretada apasionados y que continúan hasta llegar al
expresamente por ningún filósofo, sino que pináculo desde el cual se proyectan hacia el
se trata de una conclusión a la que se llega futuro”. Si el pasado -agrega- se continúa
analizando determinadas concepciones de efectivamente en el presente, no puede
la filosofía, sobre todo actuales. En otras pervivir sino progresando”. Y concluye: “Si
palabras, la muerte de la filosofía es una el saber acerca de la vida pretérita de la
suerte de acusación que algunos filósofos filosofía es parte integrante de un esfuerzo
lanzan a colegas con cuya concepción de vivo por continuarla, aparecerá necesaria­
la filosofía disienten y que, más que eso, les mente como habiendo progresado, como
parece que equivale al fin de la actividad culminando justamente en dicho empeño
filosófica. Así, por ejemplo, Mario Bunge presente”. Habría entonces una suerte de
acusa a Richard Rorty de ser uno de los par­ progreso implícito o a priori en el caso de
tícipes de la idea que la filosofía ha muerto, la filosofía.
en circunstancias de que lo que ocurre es En cuanto a Rorty, y como ha quedado
que el filósofo norteamericano tiene una en claro de citas de este autor hechas antes
idea de la filosofía y del papel que ésta debe aquí, consideró que todo lo más que los
cumplir en la actualidad que disgusta a su hombres podemos conseguir como resultado
contradictor hasta el extremo de considerar de nuestro pensamiento sobre la realidad es
que esa idea equivale al fin de la filosofía. resolver problemas de manera contingente,
Con todo, el planteamiento de Rorty acer­ esto es, a medida que ellos se van presen- ¿
ca de que la filosofía habría sustituido a la tando, puesto que las soluciones dadas a
teología y de que ella a su vez estaría siendo problemas del pasado generan problemas
reemplazada por la literatura, expone a este que es preciso encarar en el presente, a la
autor a la imputación de Bunge. vez que las soluciones que se administren a
Roberto Torretti42 cree que la filosofía los problemas actuales originarán a su vez
progresa, y no sólo en el sentido de mar- nuevas dificultades que deberán enfrentar
las futuras generaciones, siendo por tanto
41 SQUELLA, Agustín: Filosofía del derecho, ob. cit.,
incapaces de determinar, de una vez para
pp. 41-119.
siempre, una respuesta única y estable acerca
42 Torretti, Roberto: Estudios filosóficos 1957- del modo en que los seres humanos deban
1987, ob. cit. vivir. Esto quiere decir, en síntesis, que la

35 ¿ditomai JURIDICA díchiu


Curso de Filosofía del Derecho

tarea del conocimiento y la preocupación el renacimiento: primero esperaban que la


acerca de lo que debemos hacer con nues­ verdad les llegara de Dios, después pasaron
tras vidas no pueden tener fin. a creerla provista por la filosofía, y hoy con­
Con todo, hay quienes creen en la posibili­ fían en obtenerla de la literatura”.
dad de una “verdad redentora”, entendiendo ¿Cómo así? La religión redimiría en la
por tal un conjunto de creencias dotadas de medida que invita a entrar en una relación
la posibilidad de poner término, de una vez personal y colectiva con una omnipotente
por todas, al proceso de reflexión sobre lo que entidad superior no humana, mientras que
conviene o no hacer con nuestras vidas. El la filosofía lo haría bajo la promesa de llegar
hallazgo de semejante verdad permitiría que a establecer un conjunto de creencias que
todo encaje en un solo contexto, un contexto presentarían las cosas de una única mane­
que, además, se nos revelaría como “natural, ra, esto es, como verdaderamente son. De
predestinado y único”. En otras palabras, este modo, religión y filosofía tendrían en
creer en una verdad redentora equivale a común que ambas reconocen el poder de
creer que existe algo único y común que un ser cuya esencia es independiente de las
subyace a la vida humana y cuyo descubri­ contingentes necesidades humanas. Ahora
miento sería posible al final del camino que bien, los nombres que adopta ese ser-afir­
recorre la especie sobre el planeta a través ma Rorty- son, respectivamente, según se
de sucesivas épocas y generaciones. trate de la religión o de la filosofía, “Dios
Por otra parte, una categoría especial y la “Verdad”.
de personas -los intelectuales- son, con Hay, pues, una transición de la religión a
preferencia, quienes buscan esa verdad re­ la filosofía, y luego otra de ésta a la literatura:
dentora y tratan de algún modo de reunir dos transiciones que se explicarían porque
todas las piezas del puzzle, de develar algo así como los hombres en algún momento
“eterno e infinito” y, por tanto, no sujeto dejaron de creer que la redención pudiera
“ni a la contingencia ni a la derrota”, algo, venir de un ser superior (Dios), dejaron
en fin, que siempre ha estado allí, ocultán­ también de tener fe en que tal redención
dosenos, y que no reconoce nada superior pudiera provenir del hallazgo de creencias
sobre sí. verdaderas (la Verdad).
Los intelectuales cifrarían algún grado ¿Pero en que está pensando Rorty cuan­
de esperanza en una tarea como esa, puesto do habla de “literatura” como reemplazo
que son personas autónomas que buscan de una filosofía en Ja que los intelectuales
nuevos caminos y alternativas de manera han ido perdiendo progresivamente la fe,
persistente, sin quedar atrapados por la que es lo mismo que decir que han perdido
educación que recibieron y sin doblegarse ya la esperanza de tomar contacto con un
tampoco al entorno de ideas y convicciones conjunto de creencias verdaderas que darían
dominantes que les haya cabido en suerte. pleno y único sentido a la vida humana sobre
De este modo, la mayoría de las personas la tierra, establecido, según se dijo, que la
no son intelectuales —cree Rorty—, pues­ filosofía despojó antes de ese cometido a
to que, por ejemplo, cuando leen libros la figura de un Dios creador?
no buscan nada que se parezca siquiera a La cultura literaria, sustitutiva de la
una verdad redentora, sino simplemente cultura filosófica del mismo modo en que
Pfl.íj’0 •■ Í.IYN" íVíú

entretenerse, dejar por un momento de esta última lo fue de la cultura religiosa, es


lado las preocupaciones que les agobian o aquella que se forma a partir de la lectura de
informarse de algo que les permita desem­ novelas y poesías, y ha aflorado -considera
peñar mejor alguna actividad que realizan Rorty- en los últimos 200 años gracias a que
o que les interesa emprender. los aficionados a leer aquellas y éstas, incli­
LA FW5 [>JU.H)P «S
r

Provisto de las definiciones que tiene para nándose unos del lado de las primeras (las
“verdad redentora” e “intelectual”, Rorty novelas) y otros de las segundas (las poesías),
sostiene que “los intelectuales de occidente han caído en cuenta de que la literatura es
han pasado por tres fases diferentes desde uno de los tantos esfuerzos humanos por

mnoRiAL JURIDICA dí cnar 36


Cap. 1. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

salir al paso de nuestras necesidades más En suma, el error en que incurrirían no


profundas como especie, sin echar mano pocos filósofos, el cual puede ser evitado o
del poder de un ser cuya esencia resulta cuando menos atemperado por la así lla­
independiente de tales necesidades, llámese mada cultura literaria, es, como denunció
éste Dios o la Verdad. David Hume en su tiempo (1711-1776),
Religión y filosofía presentan también el limitar demasiado sus principios y no te­
aspecto de géneros literarios, pero lo que ner en cuenta la enorme variedad de la
ocurre, según Rorty, es que los intelectuales, naturaleza, el hombre y la sociedad. “Una
de un tiempo a esta parte, no optan ya por vez que un filósofo se ha apoderado de un
textos religiosos ni filosóficos, y prefieren principio favorito que quizá le sirve para
los poemas y las novelas. explicar muchos efectos naturales, extiende
El punto central del filósofo norteame­ ese mismo principio a la creación entera y
ricano a este respecto es que, elegida la reduce a él todo fenómeno, aunque tenga
literatura antes que la filosofía y la religión, que hacerlo mediante el razonamiento más
los hombres no buscan ya la redención en violento y absurdo. Al ser nuestra propia
una relación de carácter no cognitivo con mente estrecha y constreñida, no podemos
un ser superior (Dios) ni en una relación abarcar toda la existencia de la naturaleza,
cognitiva con cadenas de proposiciones e imaginamos que ella es tan limitada en
incuestionables (la Verdad), “sino en un sus operaciones como nosotros lo somos
conjunto de relaciones de índole no cog­ en nuestra especulación”.44
nitiva con otros seres humanos”, relaciones En cuanto no ya a la posibilidad de progre­
mediadas por artefactos humanos como los so o de muerte de la filosofía, sino de crisis,
libros de poesía y las novelas, pero también podemos basarnos ahora en las reflexiones
las pinturas y las composiciones musicales, de Mario Bunge sobre el particular.45
todos los cuales ofrecen a los miembros de Bunge critica ácidamente a los filóso­
una cultura literaria “formas alternativas de fos que, según él considera, han querido
construirse como seres humanos”. Este tipo enterrar a la filosofía. “Irónicamente -es­
de cultura -concluye Rorty- abandona así cribe- algunos filósofos se ganan la vida
la presuposición común tanto a la religión enterrando, desenterrando y volviendo a
como a la filosofía: la de que la redención enterrar a la filosofía: su actividad es más
haya de ser conseguida merced a una rela­ necrofílica que filosófica. Y cabría agregar
ción con algo que no es simplemente una que lo curioso es que tales filósofos trabajan
creación humana más. y cobran en los departamentos de filosofía
El intelectual literario de Rorty, que no de prestigiosas universidades”.
el intelectual religioso ni el filosófico, con­ A propósito de lo anterior cabría criücar
sidera que puede ensanchar los límites del la tendencia actual tanto a decretar muertes
yo mediante una puesta en relación con las -de Dios, de la razón, de la Ilustración, de
formas de concretar la condición humana la modernidad, del Estado, de la política,
que ofrecen novelas y poemas, como también de la democracia, de la representación,
otras manifestaciones artísticas, concluyen­ etc.- como a anunciar nacimientos o re­
do que la gran virtud de la cultura literaria nacimientos por doquier-del liberalismo,
“estriba en el hecho de que viene a señalar a del conservadurismo, del constitucionalis­
losjóvenes intelectuales que la única fuente mo, etc.—, que es lo que ocurre cuando con
de redención es la imaginación humana, y inusitada frecuencia se utilizan los prefi­
que este hecho debiera ser más ocasión de jos “post” y “neo” -como en los casos de
orgullo que de desesperación”.43 “posmodernidad” y “ncolibcralismo”, por

43 A propósito de lo expuesto aquí sobre el pensa­ 44 HUME, David: “El escéptico”, en Del amor y el

miento de Richard Rorty acerca de religión, filosofía matrimonio y otros ensayos morales, ob. cit.
y literatura, véase “La filosofía como género transi- 45 BUNGE, Mario: “Crisis y reconstrucción de la

cional**, en Filosofía como política cultural, ob. cit. filosofía, ob. cit., pp. 267-296.

37 sditoriai JURIDICA decihli:


Curso de Filosofía del Derecho

ejemplo-, tal si estuviéramos desplazándo­ del historicismo”, la cual se muestra en el


nos constantemente entre la maternidad hecho de que los diccionarios filosóficos
y la sala de autopsias, entre el pabellón de más difundidos de la actualidad se parecen
neonatología y el servicio médico legal. más a cementerios que a talleres y resultan
Considera Bunge, asimismo, que la afir­ inútiles para abordar problemas filosóficos
mación de que la filosofía ha muerto es falsa actuales planteados por el desarrollo de las
y su propagación inmoral. Falsa, porque ciencias exactas, de las ciencias naturales y
todos los seres humanos, no sólo los filóso­ de las ciencias sociales;
fos, filosofamos a partir de cierto instante, c) confusión de oscuridad con profundidad,
e inmoral porque no se debería cultivar en que constituye un viejo mal en que incurren
un cementerio, es decir, continuar llevando los filósofos que tras un lenguaje complicado
adelante, profesionalmente, una actividad ocultan perogrulladas o absurdos;
que se considera fenecida. d) obsesión por el lenguaje, lo cual no sig­
Lo que pasaría con la filosofía es que se nifica que los filósofos no deban ser cuida­
encuentra estancada, a raíz de que no se dosos con las palabras, aunque una cosa es
proponen nuevas ideas filosóficas ni menos escribir correctamente y otra convertir al
aún nuevos sistemas filosóficos, y, por lo lenguaje en el tema central de la filosofía.
mismo, lo que puede afirmarse responsa­ El lingüista, no el filósofo, sería la persona
blemente de ella es que se encuentra en más competente para averiguar y explicar
crisis. Aunque es preciso reconocer que cómo se usan ciertas palabras en una co­
“crisis” es también un tópico, una palabra munidad lingüística determinada;
de utilización demasiado frecuente y que e) idealismo, en el sentido de considerar,
empleamos para calificar cualquier estado erróneamente, que las experiencias subjeti­
anómalo de cosas o, peor aun, que no co­ vas importan más que la concreta realidad
incida con nuestras preferencias. de las cosas;
Según Bunge, el diagnóstico de crisis que f) atención exagerada a miniproblemas y
él hace de la filosofía se funda en los diez juegos académicos de moda, entre los cuales
siguientes males que ella padecería: Bunge menciona la metafísica de los mundos
a) profesionalización excesiva, con multi­ posibles y si acaso Platón aún tendría ese
plicación de cátedras servidas por docentes nombre en otro mundo posible. Además,
e investigadores no del todo idóneos y que ¿por qué no se dedica más atención a los
nada hacen para contribuir al avance de la problemas que afectan a millones de perso­
filosofía ni para transmitir entusiasmo a nas -como la pobreza y el desempleo- que
los alumnos. Un mal que se acrecienta en a esos que sólo afectan a unos pocos como
la medida en que cada vez parece haber el aborto y la eutanasia?, pregunta provo­
más malos estudiantes de filosofía, como cadoramente el filósofo argentino;
resultado de que algunos de ellos cursan g) formalismo insustancial y sustanciali-
la correspondiente licenciatura sólo por­ dad informe, incurriéndose en el primero
que no consiguieron acceder a otro tipo cuando se manejan buenas herramientas
de carreras universitarias; formales -por ejemplo, de carácter lógi­
b) confusión entre filosofar e historiar, un co- para abordar problemas insignificantes
mal que puede ser explicado de la siguiente y en la segunda cada vez que se encaran
manera: si bien la historia de la filosofía asuntos difíciles y relevantes sin el auxilio
forma parte de la propia filosofía, hasta de mínimas herramientas formales;
el punto de que nadie puede hacer filoso­ h) fragmentismo y aforismo, que cunden
fía sin conocer su historia -la que inspira justo en la medida en que crece la des­
nuevas ideas y ayuda a evitar caer en repe­ confianza por todo proyecto que pretenda
ticiones o en viejos errores-, lo cierto es construir un sistema filosófico, prefiriendo
que tampoco puede tomarse a la historia los ensayos breves e incluso los simples afo­
de la filosofía como un fin en sí misma. rismos. Lo pequeño y efímero no es mejor
A este último Bunge llama “la distorsión que lo grande y perdurable. “Debemos sis-

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 38


Cap. 1. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

tematizar las ideas -urge Bunge- porque la a) la autenticidad versus la impostura


idea aislada es ininteligible, porque necesi­ de quienes escriben textos herméticos o se
tamos coherencia lógica, porque el poder expresan con claridad, pero a propósito de
deductivo es deseable, y porque el mundo seudo problemas;
no es una pila de hechos inconexos, sino b) la claridad versus la oscuridad, porque
un sistema de cosas y procesos relacionados está última es indicador de incompetencia
entre sí”; y confusión. Ideas claras y distintas -pedía
i) enajenamiento de los motores intelectuales de
Descartes-, no oscuras ni confusas;
la civilización moderna, es decir, de la ciencia, c) disposición crítica versus conformismo,
la técnica y la ideología, y cuyo enajena­ porque filosofar no es repetir, sino pro-
miento facilita la especulación fantasiosa y blematizar y buscar respuestas por cuenta
anacrónica, tal como ocurre, por ejemplo, propia;
con las filosofías de la mente que ignoran d) profundidad versos superficialidad,
la existencia y logros de la neurociencia puesto que la buena filosofía es radical, va
cognitiva, las filosofías del lenguaje que a la raíz de las cosas y busca siempre los
ignoran que la lengua es principalmente presupuestos tácitos que hay detrás de los
una herramienta de conocimiento y acción explícitos;
social, y las teorías de la acción que ignoran e) filósofos iluministas versus oscurantis­
los tipos más importantes de acción; tas, entendiendo por los primeros aquellos
j) torre de marfil, es decir, ese otro viejo que hacen honor a la Ilustración aun cuando
vicio que alude al enclaustramicnto de cada puedan criticar sus limitaciones;
filósofo en su propio recinto o parcela de f) filosofía interesante versus tediosa,
conocimientos sin saber ni interesarse por porque nada puede disuadir más del trabajo
lo que piensan y proponen sus colegas, a intelectual que el aburrimiento y porque
quienes ignora en el trato y ni siquiera lee, filosofar es emocionante cuando se abor­
sin perjuicio de que, además, la actividad dan problemas nuevos o se enfocan viejos
filosófica general discurra muchas veces sin asuntos de manera nueva;
ningún tipo de vínculo con otros campos g) materialismo versus idealismo, en el
de trabajo. Esto significa que habría un entendido de que el primero no niega la
doble aislamiento: el de la filosofía respecto existencia de las ideas ni la importancia de
de otras disciplinas, y el de cada filósofo algunas de ellas y sólo implica concebir las
respecto de sus compañeros de trabajo. ideas como procesos cerebrales;
Tales serían “los achaques” de la filosofía h) nobleza versus perversidad, en el
actual, cada uno de los cuales ameritaría sentido de que no es aceptable ninguna
enviarla al pabellón de urgencias y todas doctrina que degrade la condición huma­
ellas en conjunto a la unidad de cuidados na y desaliente los intentos por elevarla,
intensivos. En cuanto ahora al tratamien­ tales como el racismo, el dogma del pecado
to que debería administrarse al paciente, original, la predestinación, o ¡deas como
para Bunge consistiría en lo siguiente: una que sólo se vive para morir, o que los indi­
transfusión de problemas nuevos y difíci­ viduos son parecidos a hojas barridas por
les, cuya solución contribuya al avance del el huracán de la historia, o que no hay posi­
conocimiento; intensos ejercicios de rigor bilidad de progreso social, o que las masas
conceptual que tengan por resultado la son rebaños que merecen ser gobernados
eliminación de las toxinas seudocientíficas; por superhombres inescrutables, o que la
bocados selectos de matemática, ciencia razón es inútil o perniciosa, y, por último,
y tecnología; adiestramiento en la detec­ que se necesitan dos morales: una para los
ción y desactivación de minas ideológicas; gobernantes y otra para los gobernados;
y reanudación de contactos con la mejor i) filosofía abierta versus filosofía cerra­
tradición filosófica. da, teniendo por la primera no sólo aquella
Para reconstruir la filosofía, Bunge aboga que se abre al mundo y al resto del saber,
también por: sino la que se muestra siempre dispuesta

39 íditomaí. [UKÍDICA Dfciiíu


Curso de Filosofía del Derecho

a corregir sus errores, a abordar nuevos Y no sólo existe, sino, como bien sabemos,
problemas, a incorporar nuevas ideas o a a veces aúlla y hasta muerde.
cambiar el centro de atención cuando sea En cuanto a episodios divertidos, los
necesario; dos que narraremos a continuación, uno
j) filosofía realista y no fantasiosa, en ficticio y el otro real, hacen excepción a la
el sentido de que ella debe acometer pro­ regla de que nuestra disciplina no provee
blemas reales, no artificiales, y someter sus este tipo de situaciones.
tesis al control de la realidad; Entre muchos otros cuentos y novelas
k) filosofía sistemática versus fragmen­ que se encuentran traducidos al castella­
taria, porque ella debe constituir un todo no, el escritor italiano Antonio Tabuchhi
coherente o concebir lo que trata como un (1943) es autor de un breve relato titulado
sistema o como un componente de tal; “Pequeños equívocos sin importancia”, que
l) filosofía actual versus anacrónica, es también el título del libro que contiene
puesto que las filosofías que no buscan re­ ese y otros cuentos del autor.46
novar sus problemáticas y la información de El título del relato que nos interesa re­
que disponen se quedan inevitablemente mite a una frase utilizada por los jóvenes
rezagadas; y protagonistas de una breve historia, quienes
m) filosofía útil y no inútil, porque sólo la llaman de ese modo -un pequeño equívoco
primera ayuda a quienes no son filósofos a sin importancia-a todos los errores, percan­
advertir nuevos problemas, a diseñar estra­ ces y malentendidos en que podían verse
tegias para investigarlos, a elucidar nociones envueltos. Llegar tarde a una cita impor­
generales, analizándolas o relacionándolas tante, gastar más de lo que se tiene, faltar
entre sí, a debatir racionalmente los méritos a un compromiso solemne, comprar un
y deméritos de enfoques o teorías rivales, libro que se considera excelente y que luego
y a analizar y evaluar normas morales. resultaba terriblemente aburrido: todo eso
En fin, el esfuerzo de la filosofía sigue lo reducían ellos a lo que consideraban “un
siendo ayudarnos a salir de la caverna, lo pequeño equívoco sin importancia”.
mismo que hace la ciencia, o, como decía Según se lee en el relato de Tabucchi,
Berlín, a actuar a plena luz en vez de sal­ la mentada expresión había sido tomada
vajemente en la oscuridad. por los jóvenes de un antiguo empleado
de la universidad en la que habían decidi­
do matricularse y estudiar. Uno de ellos,
II. FILOSOFÍA DEL DERECHO Federico, vivamente interesado en los cur­
sos de literatura clásica, es matriculado en
I. El caso del personaje de Tabucchi Derecho por un error del viejo empleado,
Y EL DÍA QUE HART CAYÓ HACIA ATRÁS y cuando advierte el error que cambiaba
EN SU SILLA DISCUTIENDO CON KELSEN radicalmente el curso de su vida, regresa a
la universidad junto con sus compañeros e
La filosofía del derecho no es fecunda en increpa al causante de su desgracia.
episodios divertidos, lo cual no significa que “Se trata sólo de un pequeño equívoco
debamos dejar de lado el humor cuando sin importancia”, se excusó entonces el em­
la hacemos. Si de la filosofía general se ha pleado, atreviéndose incluso a añadir lo
dicho que es como buscar en un cuarto siguiente: “Antes de Navidad le conseguiré
oscuro un gato negro que no existe, nuestra la matrícula correcta. Mientras tanto, si lo
filosofía jurídica podría equivaler a algo desea, puede seguir las clases de Derecho,
semejante, aunque sabemos que el derecho así por lo menos no pierde el tiempo”.
sí existe, que hay algo en toda sociedad que Como la historia transcurre en el he­
designamos con esa palabra, de manera misferio norte, donde el año académico
que en nuestro caso el gato, por negro y
escurridizo que sea, y por oscuro que esté
allí donde lo buscamos, existe realmente. 46 Anagrama, Barcelona, 1989.

íditoríal JURIDICA otuint 40


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

comienza a inicios del mes de octubre, la pesimismo. Optimista el primero, desde


promesa del funcionario de la universidad luego, porque adjudica a la filosofíajurídica
no era a fin de cuentas tan mala. una capacidad de responder o solucionar
Federico aceptó de mala gana la propues­ problemas que ella no tiene, y pesimista
ta, mientras sus compañeros, burlándose de el segundo, como es obvio, porque a cual­
su aire furibundo, repetían una y mil veces quiera que se interese por el derecho no
la frase del viejo: “Se trata de un pequeño puede menos que descorazonar que pre­
equívoco sin importancia”. guntado el principal teórico del derecho
La historia concluye de una manera del siglo XX acerca de qué es una norma no
inesperada. Semanas más tarde, sus com­ haya podido responder otra cosa que “Una
pañeros ven entrar a Federico al café en el norma es una norma”, en circunstancias de
que solían reunirse con aires de suficiencia que Kelsen, y desde luego el mismo Hart,
y rostro exultante. I-es cuenta entonces que sabían entonces acerca del género de las
venía de una clase de filosofía del derecho normas algo más de lo que el primero de
a la que había ido por ir, por hacer algo, ellos fue capaz de responder en esa oca­
sin mayores expectativas, pero que, aunque sión. Siempre he creído que Kelsen quedó
no se lo creyeran, en una hora había con­ probablemente con algún sentimiento de
seguido entender determinados problemas culpa por la pobreza de su respuesta, puesto
que en toda su vida nunca había llegado a que en los años siguientes al episodio con
comprender, y, como en comparación con Hart trabajó denodadamente en el tema de
eso los escritores trágicos griegos no expli­ las normas de conducta, y en el específico
caban absolutamente nada, había tomado de las normas jurídicas, al punto de que
la decisión de continuar en Derecho hasta su obra postuma, que recogió el resultado
el término de la carrera. de ese trabajo, se titula Teoría general de las
En cuanto al episodio de Hart y Kelsen, normas.48
ocurrió en noviembre de 1961, cuando el En suma, tales episodios nos enseñan,
primero visitó al segundo en la Escuela de por contraste, que la filosofía del derecho
Derecho de la Universidad de Berkeley, no responde a mucho, pero tampoco es
donde tuvieron un foro acerca de sus res­ que responda a nada. Lo mismo que la
pectivas concepciones jurídicas ante un filosofía, responde lo que puede y sobre
numeroso auditorio, que incluyó juristas, lo que puede, aunque, claro, el punto es
filósofos, teóricos de la política y estudiantes sobre qué del derecho debe responder la
de diversas disciplinas. Hacia el final del filosofíajurídica, establecido que todas las
debate, y como Kelsen insistiera una y otra disciplinas que hacen del derecho su objeto
vez en caracterizar al derecho como una de estudio -por ejemplo, la historia del
realidad normativa, Hart le preguntó, reite­ derecho, la sociología jurídica, la ciencia
radamente, qué es una norma, ante lo cual del derecho- nos proveen de conocimien­
-según relato de Hart- “Kelsen enfatizó, en to acerca de algún aspecto del fenómeno
tono estentóreo, de manera notable en un jurídico.
octogenario (o en cualquiera), que “norma En cualquier caso, sea lo que fuere lo
era norma” y no otra cosa, me asusté de que la filosofíajurídica responda o preten­
tal modo que (literalmente) me caí hacia da responder acerca del derecho, lo cierto
atrás en mi silla”.47 es que, se la acometa en cuanto disciplina
DI: EUROS i.-N OU-i W

El primero de estos episodios muestra una o bien como simple asignatura, es preci­
visión optimista de la filosofía del derecho, so hacer un esfuerzo de claridad y evitar
demasiado optimista a decir verdad, mientras decepcionar o aburrir al auditorio, al me­
que el segundo tiene el sabor amargo del nos hasta donde ello resulte posible. Los
mismos protagonistas del segundo de los
47 Véase Hart, Herbert: Una visita a Kelsen,
Cuadernos de Crítica, UNAM, Instituto de Filoso­ 48 Kelsen, Hans: Teoría general de las normas.

fía, México, 1977. Trillas, México, 1994.

/MM
EDITORIAL (URÍDICA DE CHILE
Curso de Filosofía del Derecho

episodios antes relatados, al iniciar el debate es obvio, que ésta se enfoca exclusivamente
que tuvieron en Berkeley, advirtieron a los en el derecho. Así, por ejemplo, si la filo­
presentes que “podrían decepcionarse o sofía es una actividad humana, intelectual,
aburrirse, o quizás ambas cosas, ya que las reflexiva y crítica, bien puede sostenerse que
cuestiones que nos proponíamos discutir la filosofía jurídica lo es también, aunque
podrían parecerles, con razón, secas y téc­ referida a ese fenómeno propio de la vida
nicas y nuestras diferencias meras disputas en sociedad que llamamos “derecho”.
sobre detalles dentro del campo “positivista” Todavía más, el completo enunciado que
de la jurisprudencia, sin gran interés para compartimos a propósito de la pregunta qué
los que están fuera de él”. Con todo, habría es filosofía puede emplearse prácticamente
que decir que los asuntos de los cuales trata en su totalidad si se piensa en cualquier
la filosofía del derecho, aun cuando se lo filosofía regional o especializada -como en
haga dentro de la vertiente positivista en que el caso de la del derecho-, puesto que lo
se inscriben autores como Kelsen y Hart, que resulta propio de la filosofía general
no son necesariamente secos ni técnicos, y tiene que serlo también, en alguna medida,
que cuestiones prácticas y atractivas para el para una filosofía especializada que quiere
desempeño de las profesiones jurídicas se ser filosofía. El problema es que una filo­
encuentran presentes en temas que como sofía regional, si puede aprovechar lo que
los del concepto de derecho y concepto y sabemos acerca de la filosofía general, lo
concepciones de la justicia forman parte de es por referencia a su objeto propio -en
este Curso y suelen ser identificados como nuestro caso el derecho-, un objeto que es
propios de la filosofía jurídica. preciso aclarar o delimitar suficientemente.
El problema mayor de la filosofía jurídica,
en consecuencia, no es tanto con la filosofía,
2. ¿QUÉ ES FILOSOFÍA DEL DERECHO? sino con el derecho, puesto que ella nos
obliga a preguntarnos qué es el derecho o,
2.1. El carácter problemático de la filosofía cuando menos, qué sentido o significado de
del derecho los varios en que se emplea el término tiene
la palabra “derecho” cuando forma parte
Responder ahora a esta nueva pregunta re­ de la expresión “filosofía del derecho”. En
sultará una tarea más fácil luego de haberlo cualquier caso, el Capítulo Segundo de este
hecho con la que inquiere acerca de qué es libro tratará, precisamente, del concepto
filosofía. La respuesta a la presente pregunta de derecho.
no se deriva simplemente de la que dimos Sin embargo, y bien vistas las cosas, la
a la anterior, porque una respuesta a qué filosofía del derecho parece tener también
es filosofía del derecho no tiene que con­ un problema con la filosofía, puesto que
sistir, necesariamente, en una inferencia no pocas veces rehúye esta última palabra
a partir de la que se dé a qué es filosofía. y adopta en su reemplazo “teoría”, pasando
Sin embargo, la excursión efectuada a pro­ a llamarse “teoría del derecho”. Entonces,
pósito de esta última pregunta, junto con ¿es la teoría del derecho una disciplina di­
proveernos elementos aprovechables para ferente de la filosofía jurídica o se trata
responder a la primera, constituye, según de esta misma disciplina aunque bajo una
creemos, un apropiado ejercicio intelectual denominación distinta y que por alguna
preparatorio para incursionar ahora en la razón evita la palabra “filosofía”? Ya ten­
cuestión que más interesa en un Curso como dremos oportunidad de hacernos cargo
éste, a saber, no qué es filosofía, sino qué es de esta pregunta.
filosofía del derecho. Pero antes de continuar, es del caso re­
De partida, buena parte de lo que dejamos cordar lo que se indicó en la Introducción
establecido acerca de la filosofía general de este libro, a saber, que la filosofía del
puede ser aplicado a la filosofía del derecho, derecho es tanto una actividad como una
aunque teniendo siempre en cuenta, como disciplina y una asignatura, motivo por el cual

ÜDITORIAI. J URIDICA DL CI11I.£ 42


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

se sugiere releer la parte correspondiente de derecho en el primero de los sentidos que


dicha Introducción, en la que se aclara en hemos identificado hasta ahora (derecho
qué sentido la filosofía del derecho es cada en sentido objetivo), como cuando decimos
una de esas tres cosas. Y si bien el contacto que “Federico es estudiante de derecho”;
de los alumnos de este Curso será con la y el de un conjunto de principios, normas
filosofía jurídica en cuanto asignatura, lo o bienes anteriores y superiores a los orde­
que explicaremos a continuación concierne namientos jurídicos dotados de realidad y
a la filosofía del derecho como disciplina. vigencia histórica, como cuando alguien
Atendido que se trata de una filosofía afirma, por ejemplo, que “la propiedad es
especializada que sólo mira al derecho, la una institución de derecho natural”.
filosofía jurídica no debería tener problemas Pues bien: si derecho, en el sentido técni­
en cuanto a su objeto, puesto que éste no co de esta palabra, tiene a lo menos los cinco
puede ser sino el derecho. Sin embargo, significados que acabamos de señalar, ¿sobre
la palabra “derecho” no tiene uno, sino cuál de ellos se filosofa cuando se filosofa
varios usos o significados, de manera que sobre el derecho? O, en otras palabras, ¿qué
cada vez que se pronuncia o escribe ese significado tiene la palabra “derecho”, de
término habría que explicar en cuál de sus los varios que reconoce, cuando aparece
varios usos se lo emplea. Una explicación, formando parte de la expresión “filosofía
con todo, que la mayoría de las veces se del derecho”?
vuelve innecesaria, puesto que el contexto La verdad es que puede hacerse filoso­
en que se utilice la palabra “derecho” dará fía del derecho en cualquiera de las cinco
por lo común luz suficiente acerca de en direcciones que se corresponden con igual
cuál de sus distintos significados se la em­ número de significados que tiene el térmi­
plea. Así, por ejemplo, si alguien dice que no “derecho”, e incluso en dos o más de
“el derecho chileno autoriza el divorcio ellas. Se puede filosofar sobre el derecho
en presencia de determinadas causales”, la como orden, como facultad de un sujeto,
palabra “derecho” está aquí empleada en como prerrogativas que adscriben a todo
su sentido objetivo, esto es, para aludir a un individuo de la especie humana, como saber
cierto orden regulador de la conducta de o conocimiento acerca de aquel orden, y
hombres y mujeres que viven en sociedad. como principios, normas y bienes que se
Del mismo modo, si el comprador de una entiendan formar parte de un orden natu­
cosa que ha pagado el precio convenido ral previo y superior a los ordenamientos
por ésta exclama “Tengo derecho a que el jurídicos históricamente dados. Pensando
vendedor me entregue la cosa”, “derecho” la filosofía del derecho como asignatura,
está ahora utilizado en su sentido subjetivo, por ejemplo, un curso de filosofía jurídica
o sea, como sinónimo de una facultad de podría consistir en una reflexión en sede
que un determinado sujeto está investido filosófica acerca del derecho en uno, dos,
frente a otro como consecuencia de una más o todos los significados de “derecho”
relación jurídica determinada. antes señalados. Y en cuanto al presente
Esos dos usos de la palabra “derecho” Curso de filosofía del derecho, y al libro del
son bastante frecuentes, pero hay otros mismo nombre que lo sostiene y apoya, lo
también. Sobre todos esos usos vamos a son, ante todo, acerca del derecho en sentido i
tratar en el capítulo siguiente de este li­ objetivo, acerca del derecho como orden
bro, aunque, por ahora, podríamos precisar regulador de la conducta humana uno de §
que esa palabra tiene a lo menos otros tres cuyos fines es la justicia, aunque mirando
significados: el de un conjunto de prerro­ no a un ordenamiento en particular -por
gativas que derivan de la dignidad de la ejemplo, al que rige actualmente en Chile
persona humana y que se entiende tiene o en cualquier otro lugar-, sino al derecho g
todo individuo por el solo hecho de ser en general.
tal, como cuando hablamos de “derechos La filosofía del derecho, en consecuen­
fundamentales”; el de un saber acerca del cia, es tan problemática como la filosofía 5

43 ídtorlal [URIDI.CA. díchiij


Curso de Filosofía del Derecho

general, puesto que, a su medida, o a es­ co, o sea, las doctrinas que afirman que
cala del saber filosófico especializado que derecho es lo que los miembros de una
ella es, carece de suficiente seguridad en comunidad reconocen y obedecen como
cuanto a su objeto, en cuanto al método tal, o lo que los tribunales declaran como
para delimitar ese objeto y para validar las derecho, o lo que aquéllos y éstos validan
proposiciones que hacen los filósofos del como tal, puede no ser una concepción del
derecho, y en cuanto a cómo conciliar di­ derecho, sino una respuesta a la cuestión
chas proposiciones desde el punto de vista del fundamento de validez de éste, con lo
de los contenidos que ellas tienen. cual queremos decir que un realista podría
No es que la filosofía del derecho desco­ admitir perfectamente que el derecho es
nozca por completo su objeto -que no es un orden normativo, o preferentemente
otro que el derecho-, pero, amén de que normativo, pero que las normas y demás
debe aclarar en cuál de los significados de estándares que lo componen valen, esto es,
esta palabra se ocupa ella del “derecho”, existen y obligan en la medida en que sean
quienes la cultivan no se ponen de acuerdo regularmente obedecidas por los sujetos
en los asuntos que concernientes al derecho normativos y habitualmente aplicadas por
ellos deben tratar, o sea, no concuerdan en los órganos jurisdiccionales.
las determinadas preguntas que la filosofía Pero dejemos este asunto para el capí­
jurídica debería hacerse respecto del de­ tulo siguiente y concentrémonos ahora en
recho. Una tercera dificultad se produce la pregunta que inquiere acerca de qué es
en la medida en que aun cuando se haga filosofía del derecho, aunque cualquier cosa que
filosofía del derecho en el primero de los sea tiene ella una permanente necesidad de
cinco significados de “derecho”, no todos justificarse, lo mismo que pasa con la filoso­
los filósofos del derecho entienden de igual fía general, no más que el auditorio ante el
manera qué es ese orden que llamamos cual intcntajustificarse es más restringido
“derecho” y cuáles son sus características que el de la filosofía general. En cuanto
esenciales, hasta el punto de que si algunos disciplina, la filosofía del derecho requiere
lo ven compuesto sólo por mandatos, como justificarse ante los distintos operadores
fue el caso dejohn Austin (1790-1859), otros, jurídicos -legisladores, jueces, abogados,
como Kelsen (1881-1973), lo ven integrado funcionarios de la administración, yjuristas
por normas, o, como Hart (1907-1992), por que cultivan y enseñan las distintas asignatu­
variedades de reglas, mientras que Dworkin ras dogmáticas-, quienes suelen percibirla
considera que lo está no únicamente por alejada de sus actividades y preocupaciones
reglas, sino también por principios, en tanto más inmediatas; y en cuanto asignatura, la
que un autor como Robert Alexy (1945), filosofía jurídica tiene necesidad de justifi­
además de las reglas y de los principios, carse ante los alumnos que deben cursarla
identifica como componente del derecho como parte de la formación que les permite
a los derechos fundamentales, sin olvidar obtener una licenciatura y habilitarse para
a aquellos que agregan un cuarto estándar, desempeñarse como abogados.
a saber, los valores superiores. Hay incluso En parte, en alguna parte al menos, la
v
la fowcom df í.hh c.’S cm;n jvurn •• i.iyn

autores que se apartan por completo de necesidad de justificación de la filosofía,


una concepción del derecho como orden lo mismo que de la filosofía del derecho,
normativo o preferentemente normativo -tal proviene de una cierta mala conciencia
es el caso de Carlos Cossio, por ejemplo-, desarrollada por filósofos y por filósofos
y consideran que el derecho es conducta, del derecho, a la vez que por profesores
conducta en interferencia intersubjetiva, de filosofía y profesores de filosofía del de­
así como otros afirman que derecho es recho, acerca de que sus respectivas disci­
lo que los miembros de una comunidad plinas y asignaturas han permanecido algo
dada reconocen y obedecen como tal o desvinculadas de los problemas reales del
que lo es lo que los tribunales establecen hombre y del mundo, de los operadores
en sus fallos. Con todo, el realismo jurídi­ jurídicos y del derecho, con la agravante

EDITORIAL JURIDICA DE CtULL 44


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

de emplear no pocas veces un lenguaje os­ ticas en cuanto forma de pensar, de valorar
curo y difícilmente accesible por quienes y de racionalizar la organización social de la
no se dedican profesionalmente a una u vida humana. El abogado -concluía- necesita
otra. En cualquier caso, y sea o no por mala antes que memoria jurídica, inteligencia
conciencia, filosofía y filosofía del derecho jurídica, y recordaba que la memoria puede
deben explicarse a sí mismas, esto es, pun­ ser auxiliada por la consulta de los textos
tualizar de que tratan y como pueden ser, si legales. En cambio, el discernimiento, que
no útiles en el sentido instrumental de esta supone capacidad de abstraer, de generali­
palabra, importantes para la vida, la primera, zar, de distinguir, de reconocer problemas
e importante para el derecho y quienes se y de organizar el pensamiento, no puede
relacionan con éste de manera permanente ser reemplazado.49
y en razón de los oficios o actividades que Además, y al margen ya de lajustificación
llevan a cabo, la segunda. Pero tampoco que pueda dar de sí misma, la filosofía del
es que la filosofía del derecho tenga que derecho, si bien es regional en cuanto versa
justificarse demasiado ni menos hacer gui­ sólo sobre el derecho, es decir, sobre un
ños para congraciarse con los operadores ámbito limitado de la experiencia humana,
jurídicos que encaran y resuelven asuntos no lo es en cuanto a que se refiera a uno o
jurídicos prácticos. Si, como vimos en su más determinados ordenamientos jurídicos.
momento, la filosofía puede equivaler a Puesta a hablar sobre el derecho, y sólo
poner en tensión la inteligencia y pensar sobre el derecho y otros fenómenos próxi­
hacia el límite de nuestras posibilidades, mos a éste, como la moral o la política, por
la filosofía jurídica podría ser eso mismo, ejemplo, la filosofíajurídica tiene vocación
aunque referido a algunos asuntos jurídicos universal, dado que asume la pretcnsión de
especialmente relevantes, por ejemplo, el que sus asertos acerca del derecho valgan
concepto de derecho y el concepto y las para todo derecho, para el derecho, y no
concepciones de la justicia. para uno o más ordenamientos jurídicos,
Es del caso recordar que Jorge Millas, o sea, los derechos. En otras palabras, la
encuestado por sus alumnos de filosofía filosofía del derecho habla nada más que
del derecho de la Universidad de Chile del derecho, y en tal sentido no es univer­
acerca del sentido de esta disciplina y de sal, pero, al hacerlo, habla del derecho en
su importancia como asignatura, respon­ general, lo cual le restituye ese carácter de
dió que él consideraba indispensable no universalidad que desde antiguo se atribuye
sólo la enseñanza de la filosofía jurídica a la filosofía. La limitación que ella tiene en
en las escuelas de derecho, sino también cuanto a su objeto -elderecho- no supone
su activación y renovación permanentes a ni trae tampoco consigo que la filosofía
través de un centro o instituto dedicado a jurídica limite su mirada a un derecho.
la profundización, debate y difusión de sus Finalmente, el carácter problemático de
temas. De ello depende, creía el filósofo la filosofía del derecho no se puede aclarar
chileno, que los estudios jurídicos de pre­ examinando la expresión “filosofía del dere­
grado no constituyan meras artesanías de cho”. Inspeccionar la palabra “filosofía”, como
aprendizaje e interpretación legales, sino hicimos en su momento, aporta no poco a
verdadera formación científica. Millas pedía la comprensión de esa actividad, atendido
que la artesanía del abogado se supedite que “filosofía”, a diferencia de “filosofía del
al interés, al espíritu y a los valores de la derecho”, es una vieja palabra. “Filosofía del
ciencia jurídica, y que ese espíritu, hecho derecho” es una expresión relativamente
consciente y promovido por la filosofía del nueva, y quien primero la utilizó parece ser
derecho, tendría que impregnar todas las Hegcl, en la segunda década del siglo XIX,
cátedras especializadas, hasta el punto de cuando la empleó como título de uno de sus
que cada una de éstas debiera dar ocasión
para filosofar sobre el derecho, o sea, para 49 MILLAS,Jorge: “Respuesta a la pregunta ¿qué

reflexionar sobre sus específicas caracterís­ es la filosofía del derecho?”, ob. cit.

45 íditomm JURIDICA nt cihlí


Curso de Filosofía del Derecho

libros. Otras obras próximas en el tiempo En realidad, si nadie podría discutir que
a la de Hegel, y que también emplearon el objeto de la filosofía jurídica es el derecho,
dicha expresión como parte de sus títulos, la discusión arrecia cada vez que los expertos
fueron Philosophie du Droit, de Lerminier, son llamados a señalar los problemas que
que data de 1831; las lecciones del filósofo por referencia a ese objeto corresponde que
inglés John Austin -Thepravince of juvispru- sean tratados por la disciplina que cultivan.
dence dotennined, de 1832- que tiene como En esto, por lo mismo, la filosofía jurídica
subtítulo “A philosophy of positive law”; y la sigue la suerte de la propia filosofía y tiene
Filosofía del diritto, de Antonio Rosmini, cuyos que lidiar desde la partida con la dificultad
dos volúmenes fueron publicados en Italia, que significa no saber o no ponerse suficien­
respectivamente, en 1841 y 1845. temente de acuerdo en qué se espera de
Tales son los orígenes de la expresión ella y cuáles son los determinados asuntos
“filosofía del derecho”, una expresión que, de los que tiene que ocuparse.
una vez difundida, ha sido utilizada para La polivalencia de la disciplina se mues­
rotular investigaciones bien diversas en­ tra, por ejemplo, en lo siguiente:
tre sí y que parecen tener en común sólo a) la diversidad que, de hecho, acusan
ese carácter negativo que en ellas advirtió los múltiples estudios y publicaciones efec­
Bobbio, consistente en que se trataría de tuados por filósofos del derecho y que han
investigaciones que plantean y discuten sido presentados bajo la expresión “filosofía
problemas acerca del derecho que no son del derecho”;
habitualmente enfrentados de manera b) el contenido heterogéneo que mues­
expresa y directa por los juristas cuando tran las obras que se presentan como his­
hacen ciencia del derecho. En el mismo torias de la filosofía del derecho;
sentido, Alf Ross (1899-1979), al momento c) la no menos evidente diversidad de
de identificar los problemas de que ella contenidos que muestran los programas
se ocuparía, considera que “filosofía del de la asignatura también llamada “filosofía
derecho” no es más que la expresión que del derecho”;
se emplea comúnmente para cubrir un d) la multiplicidad y diversidad de res­
conjunto de estudios generales acerca del puestas que los propios filósofos del de­
derecho, que, en cuanto poseedores de recho dan, espontáneamente, cuando se
ese alcance general, se diferencian de los preguntan por su disciplina o responden
estudios corrientes que se efectúan en las encuestas que se les hacen en tal sentido.
facultades de derecho -destinados a ex­ Así, por ejemplo, la revista francesa Ar­
poner las normas jurídicas vigentes en un chives du philosophie du droit, en la década
lugar y tiempo dados-, aunque no tienen en de los 60 del siglo XX, dirigió una sola pre­
común otro elemento que ese, puesto que gunta a los principales filósofos del dere­
se refieren a temas muy diversos y reflejan cho vivos de entonces, a saber, “¿qué es la
perspectivas filosóficas que muchas veces filosofía del derecho?”, editando luego las
difieren ampliamente entre sí. respuestas que entre otros dieron Kelsen,
Del Vecchio, Kalinowski, Bagolini, Villey,
Cossio, Perelman y Legaz Lacambra en
2.2. La polivalencia de la filosofía el número 7 de dicha publicación. Si se
del derecho revisan todas las respuestas que recibió la
pregunta antes señalada, lo que queda es
Norberto Bobbio emplea el término “poli­ una sensación de aguda heterogeneidad
valencia” para aludir a la heterogeneidad entre la mayoría de ellas.
de temas que se asignan a la filosofía del Más tarde, en 1984, la revista española
derecho, en el sentido de que ella vale Doxa dedicó su primer número a difundir
para muchas cosas, es decir, que tendría el resultado de una encuesta semejante a
competencia para tratar múltiples asuntos la que poco más de veinte años antes había
relacionados con el derecho. realizado la citada revista francesa.

EDITORIAL JURIDICA DECtlHE 46


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

Con motivo de su número inaugural, permite a cada filósofo del derecho despla­
y bajo el sugestivo título de “Problemas zarse por diversos temas según sus intereses
abiertos en la filosofía del derecho”, los teóricos y según incluso las circunstancias
editores de Doxa se dirigieron a no menos que cada cual deba enfrentar en el tiempo
de 50 filósofos del derecho y a algunos pro­ y en el lugar en que lleva adelante su tarea,
fesores destacados de la correspondiente lo cual se expresa, asimismo, en los variados
asignatura, consultándoles sobre las áreas en programas que tiene la asignatura y en el
que venían trabajando y acerca de aquellas hecho de que un mismo docente pueda
que con mayor probabilidad concitarían su cambiar cada cierto tiempo el programa
atención en el futuro. que enseña a sus alumnos.
Tal como se advierte, Doxa preguntó me­ En el caso de Chile, el Anuario de Filosofía
jor que lo que había hecho en su momento Jurídica y Social, número 1, de 1983, publicó
Archives du philosophie du droit. No inquirió las distintas respuestas que algunos profe­
acerca de qué es filosofía del derecho, sino sores de filosofía del derecho de nuestro
que interrogó a los especialistas acerca de país dieron a la pregunta acerca del signi­
los temas o asuntos de los que cada uno ficado y temas que atribuían a la filosofía
de ellos se había ocupado, de hecho, en del derecho y, asimismo, a la asignatura
sus tareas de investigación y docencia, y de Introducción al Derecho. Ese mismo
preguntó, asimismo, acerca de cuáles serían volumen reprodujo cerca de 30 programas
los problemas que reclamarían la atención que la asignatura tenía entonces en distintas
preferente de los consultados en un futuro facultades de derecho de habla castellana.
próximo. Tanto las respuestas a dicha pregunta como
Las preguntas que en concreto hizo Doxa los contenidos de los programas mostraron
fueron las siguientes: ¿Cuál ha sido su tra­ también una clara diversidad de enfoques
yectoria como investigador de filosofía del y contenidos.
derecho? ¿En qué áreas ha trabajado? ¿Cuá­ Tenemos allí, entonces, una serie de an­
les han sido los factores que le han llevado tecedentes que avalan lo que Bobbio llamó
a desplazar su interés de una a otra área? “polivalencia” de la filosofía del derecho.
¿Cuáles considera que son sus principales Con todo, este mismo autor procuró intro­
aportaciones a las mismas? ¿Cuáles son los ducir algún orden en medio de la heteroge­
problemas que, a su juicio, es más necesario neidad temática que acusa la disciplina, es
o más previsible que reciban una atención decir, identificó las formas más habituales
preferente en el inmediato futuro? ¿Cuáles que tiene ésta de presentarse y de servir de
cree que pueden ser las vías más fecundas base para la elaboración del programa de
para abordar dichos problemas? la correspondiente asignatura:
Esa manera de preguntar, como se com­ Una primera manera que la filosofía
prenderá, favoreció un tipo de respuestas tiene de presentársenos es al modo de un
más próximas a la realidad que a la sola conjunto de propuestas, sistemáticamente
divagación de los encuestados. elaboradas, de reforma de la sociedad pre­
Conscientes de lo anterior, el modo de sente, en base a la asunción, declarada o no,
preguntar empleado por los editores de Doxa de un determinado fin general, sea éste la
no se encaminaba a obtener nada parecido libertad, el orden, la justicia, el bienestar,
oír

a una definición escncialista de filosofía del etc., siguiendo en ello algunas máximas
derecho que viniera a zanjar la disputa acerca que son elevadas a principios supremos
del concepto y temas de la disciplina. De lo de conducta del hombre en sociedad (las
que se trataba, en cambio, era de contribuir llamadas “máximas de justicia”), como “A
a trazar un mapa de problemas más que de cada uno según sus méritos”, “A cada uno
soluciones, mostrando que la filosofíajurídica según sus necesidades”, etc. Este tipo de es­
es una disciplina que no tiene identificados tudios, sin embargo, como el propio Bobbio
sus problemas de una vez y para siempre, reconoce, pertenecerían antes a la filosofía
sino que posee ese carácter dinámico que política que a la del derecho.

47 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

Seguidamente, la filosofía del derecho siones que sirven para designar diversos
se presenta también como análisis y defi­ estudios generales acerca del derecho que
nición de nociones generales “comunes a se distinguen de los estudios corrientes di­
todos los ordenamientos jurídicos”, cuya rigidos a identificar y a exponer las normas
clarificación sirve para delimitar el campo jurídicas rigentes en una cierta sociedad y
del derecho de los ámbitos fronterizos de la en una época determinada. Por otra parte,
moral y los usos sociales, tales como “justi­ todos esos estudios generales no tienen en
cia”, “derecho”, “ordenjurídico”, “norma”, común elementos suficientes que posibiliten
“obligación”, “sanción”, “validez”, etc. Este su filiación como vastagos de una misma
tipo de estudios suele ser llevado a cabo rama del saber, puesto que se ocupan de
bajo la denominación de “teoría del dere­ temas muy distintos y reflejan perspectivas
cho”, o “teoría general del derecho”, y la filosóficas que difieren ampliamente entre
duda que nos asalta al respecto es si se trata, sí. Es por eso que el autor prefiere hablar,
como cree Bobbio, de nociones generales antes que de “filosofía del derecho”, de
comunes a los “ordenamientosjurídicos” o “problemas de filosofía del derecho”.
que encontramos más bien en el lenguaje Acto seguido, y luego de observar lo ocu­
de los juristas, o sea, en los textos que estos rrido con nuestra disciplina, Ross distingue
últimos escriben acerca de las distintas ra­ tres áreas principales de trabajo que han sido
mas o sectores de regulación jurídica de un cubiertas por los filósofos del derecho, las
mismo ordenamientojurídico. En verdad, que se corresponden con un similar número
según nos parece, palabras como “derecho”, de tendencias o líneas de investigación.
“norma”, “justicia”, “validez” aparecen antes La primera de tales áreas concentra los
en el discurso oral y en las lecciones escritas trabajos que han sido dedicados a esclarecer
de los juristas que en los textos normativos no sólo el concepto de derecho, sino también
que producen las autoridades encargadas otros conceptos jurídicos fundamentales,
de la producción del derecho. como fuentes del derecho, sujetojurídico,
En tercer lugar, Bobbio menciona el es­ deber jurídico, norma jurídica. A su vez, la
tudio del derecho como fenómeno social, línea o tendencia que realiza estudios de
comprendiendo investigaciones sobre el este primer tipo es conocida, según Ross,
origen del derecho, las distintas fases de como “escuela analítica”, y trata de defi­
su evolución, la función del derecho como nir conceptos como los antes señalados.
medio de control social, la relación entre Como ejemplos de autores que trabajan en
desarrollo social y desarrollo jurídico, la esta línea, Ross menciona a John Austin y
relación entre sociedad y derecho y, asimis­ a Hans Kclscn.
mo, entre derecho y cambio social, todo Una segunda área, concerniente al pro­
lo cual parece a Bobbio más propio de la blema del propósito o idea del derecho,
sociología j urídica. reúne trabajos que se ocupan de establecer
Por último, la filosofía del derecho con­ el principio racional que da al derecho su
siste a veces en estudios sobre la ciencia validez o fuerza obligatoria, principio que
jurídica, su índole, características, límites constituye también el criterio para medir la
y relaciones con otras ciencias, es decir, rectitud o corrección de las normas jurídicas.
sobre la obra de los juristas y, también, so­ La línea o tendencia que se ocupa de este
bre las prácticas de los jueces, caso en el problema es conocida como “iusfilosofía
cual se acostumbra hablar de metodología axiológica” o “filosofía del derecho natu­
jurídica. ral”, y se trata de una escuela ligada a un
Por su parte, Alf Ross también intenta enfoque religioso o metafísico del derecho.
una ordenación de los temas de nuestra Como ejemplo de esta línea de trabajo, Ross
disciplina. Dice el autor escandinavo que menciona la filosofía escolástica católica de
“filosofía del derecho” y “teoría general del Tomás de Aquino.
derecho”, lo mismo que la voz Ujurisprudencen En cuanto a la tercera área, relativa al
en los países de habla inglesa, son expre- problema de la interacción entre derecho y

editomal JURIDICA oí cuílí 48


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

sociedad, incluye trabajos concernientes al principiosjurídicos, derechos fundamenta­


origen y desarrollo del derecho, a los factores les y valores superiores del ordenamiento,
sociales que determinan sus contenidos, a la como haremos, sin ir más lejos, en el capí­
dependencia del derecho de la economía, a tulo siguiente de este libro. Es evidente que
los efectos sociales de las normas jurídicas, todos esos asuntos no podrían ser tratados
al poder del legislador para dirigir el pro­ en un mismo curso de filosofía del dere­
greso social por medio del derecho, y a las cho, ni aun si éste tuviera carácter anual,
fuerzas que motivan de hecho la aplicación de manera que al momento de establecer el
del derecho por parte de los jueces en un contenido del programa de una asignatura
sentido o en otro. Esta escuela es conocida hoy muchas veces reducida a un semestre
como “histórico-sociológica”, y puede ser de poco más de 16 semanas de clases será
dividida en dos ramas, una predominan­ siempre necesario elegir entre temas como
temente histórica y otra preferentemente los anteriormente señalados, u otros; por
sociológica. Como ejemplo de la primera, ejemplo, la creciente constitucionaiización
Ross menciona la escuela histórica de Sa- del derecho y los efectos que ella tiene en
vigny, y de la segunda, el realismo jurídico nuestra comprensión del fenómeno jurídi­
norteamericano de autores como Roscoe co, en las relaciones de éste con la moral, y
Pound yjerome Frank. en los procesos de producción, aplicación,
Ross no oculta sus preferencias por la interpretación y razonamiento jurídicos.
segunda de esas áreas y por la escuela ana­
lítica que trabaja en ella, porque es la única
que en su opinión tiene un carácter o, a lo 2.3. Dos maneras de entender la filosofía
menos, una pretensión científica, mientras del derecho
que la escuela histórico-sociológica caería
más bien en el campo de la sociología ju­ Se puede avanzar en la comprensión de la
rídica. Tocante a la segunda, la así llama­ filosofía del derecho si se advierten las dos
da “Escuela del derecho natural”, parece modalidades comúnmente adoptadas por
a Ross simple especulación metafísica sin los especialistas en el cultivo de la discipli­
justificación científica”.50 na. Helmut Coing (1912-2000), Norberto
Por nuestra parte, tanto en la encuesta Bobbio y Heinrich Henkel son autores que
del Anuario de FilosofíaJurídica y Socialcomo han puesto de relieve esas dos modalidades,
en la que realizó Doxa emitimos una misma mientras que Manuel Atienza propone llevar
opinión, que puede ser resumida de la si­ a cabo una revisión de ambas en los términos
guiente manera: la cuestión del concepto de que analizaremos más adelante.
derecho, así como el problema de lajusticia La primera de las dos modalidades que
y la posibilidad de fundar racionalmente pueden ser adoptadas por los filósofos del
nuestrosjuicios de justicia, son asuntos pro­ derecho, y que repercute por cierto en el
pios de la filosofía jurídica como disciplina plan de trabajo que trazan para la disciplina
y materias que deberían formar parte del y en el programa que adoptan para la co­
programa del curso del mismo nombre. rrespondiente asignatura, parte de la base
Hoy agregaríamos lo concerniente al razo­ que la filosofía del derecho es una filosofía
namiento jurídico y a las distintas sedes en general aplicada, mientras que la segunda
que él tiene lugar, con especial referencia de las modalidades, también con efectos
al razonamiento judicial, al paso que en lo en el plan de trabajo de la disciplina y en
relativo al concepto de derecho pondría­ el programa de la asignatura, postula que
mos especial atención a los distintos tipos el punto de partida de la filosofía jurídica
de estándares que es posible encontrar en se encuentra no en la filosofía general ni
el derecho, a saber, reglas, pero también en un sistema particular de ésta, sino en el
propio derecho y en la experiencia y cono­
50 Vcase ROSS, ALF: Sobre el derecho y la justicia, cimiento que tenemos de este fenómeno
Eudeba, Buenos Aires, 1997. gracias a la ciencia jurídica.

49 mrroiUAL JURIDICA os chile


Curso de Filosofía del Derecho

Por lo mismo, a la primera de tales mo­ él orientación y en aprovechar su aparato


dalidades se la llama “filosofía jurídica conceptual e incluso su terminología, para
desde arriba” (entiéndase, desde la filosofía ir luego al encuentro del derecho y dar res­
general), mientras que a la segunda se puesta a los problemas del ser del derecho
la considera una “filosofía jurídica desde (ontología jurídica), del conocimiento del
abajo” (entiéndase desde el derecho y la derecho (gnoseología jurídica) y a los valores
ciencia del derecho). Bobbio llama también que debe realizar todo derecho (axiología
a la primera de las modalidades “filosofía jurídica).
del derecho de filósofos y para filósofos”, Esta primera concepción, por tanto, parte
y a la segunda “filosofía del derecho de de la base de que existen distintos sistemas
juristas y para juristas”. Por su parte, Luis o corrientes del pensamiento filosófico ge­
Recasens Fiches (1903-1977) contrapuso neral que proporcionan alguna respuesta
lo que llamó una filosofía jurídica “acadé­ a los problemas del ser, del conocer y del
mica” a una “no académica”, entendiendo actuar correcto, y que el filósofo del derecho
por la primera aquella que trabaja de ma­ no tendría más alternativa que afiliarse a
nera desligada de la ciencia del derecho una cualquiera de esas corrientes y apli­
y sin mayor influencia en el desarrollo de car al derecho los conocimientos de que
ésta, y entendiendo por la segunda aquella ese sistema le provee. De esta manera, si el
actividad filosóficojurídica ocupada en y sistema escogido proporciona conocimien­
enriquecida con los debates propios de to acerca del ser (en general), ese conoci­
la ciencia jurídica, en particular de aque­ miento puede ser utilizado para obtener
llos que se refieren a la interpretación un conocimiento del ser del derecho (en
del derecho por parte de los jueces. A particular). Del mismo modo, si el sistema
esta filosofía jurídica no académica, que adoptado provee de algún saber acerca del
según Recasens Siches encamó en autores conocimiento (también en general), ese
como Ihering, Ehrlich, Kantorowicz, Heck saber puede ser empleado para llegar a
y otros, el autor español le atribuye una comprender el conocimiento del derecho
decisiva influencia en la mejor compren­ (en particular).
sión y descripción de cómo opera en el En tal sentido, puede decirse que el filó­
hecho la función jurisdiccional. sofo del derecho que adopta esa perspectiva
Para la primera de las dos modalidades de trabajo se convierte en un colega menor
que hemos presentado-aquella que entien­ del filósofo general, en alguien que se coloca
de la filosofía del derecho como filosofía detrás de un filósofo general -el autor del
general aplicada-, existe un conjunto de sistema filosófico adoptado- y que no brilla
sistemas o corrientes de filosofía general, con luz propia, sino con la luz refleja que
encarnados en uno o más filósofos, que le presta este filósofo.
se caracterizan por las respuestas que pro­ Cabe advertir, sin embargo, que la pers­
porcionan a los así llamados problemas pectiva que hemos descrito previamente
filosóficos -por ejemplo, el problema del puede ser adoptada por un mismo filósofo
ser, el problema del conocer y el proble­ general que se limita a aplicar al derecho
ma del actuar correcto-, y que dan lugar el propio sistema del que es autor, o sea, es
a los correspondientes capítulos o ramas posible, como ocurrió en los casos de Kant
de la filosofía general que se conocen y de Hegel, que el fundador de un sistema
con las denominaciones de ontología (o de filosofía general desarrolle luego, él mis­
teoría del ser), gnoseología (o teoría del mo, una filosofía del derecho tributaria de
conocimiento) y ética (o teoría del actual dicho sistema.
correcto). Para la otra de las modalidades pre­
Pues bien: establecido lo anterior, el sentadas, la de una filosofía del derecho
papel de la filosofía del derecho consisti­ “desde abajo”, nuestra disciplina tiene que
ría en adoptar uno determinado de esos partir de la observación misma del dere­
sistemas de filosofía general, en extraer de cho como fenómeno que acompaña a toda

EDITORIAL JURÍDICA Dt CHILE 50


Cap. 1. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

experiencia humana de vida en sociedad de una enigmática instancia superior al de


y del conocimiento que tenemos de ese la ciencia jurídica”.51
fenómeno, para ponerse luego en marcha, Cabe señalar, en todo caso, que lo que
o elevarse, hacia las cuestiones de índole hemos presentado aquí no son propiamente
filosófica que están comprometidas en ese dos concepciones de la filosofía del dere­
fenómeno y en el conocimiento del que es cho, sino dos métodos o modalidades de
posible conseguir. la misma, e, incluso, dos estilos de hacer
Una filosofía del derecho de este segundo filosofía jurídica que se diferencian entre
tipo no llama a prescindir de todo conoci­ sí, básicamente, por el distinto punto de
miento o guía que pueda proporcionar la partida que escogen para llevar a cabo su
filosofía general, o uno o más determina­ labor.
dos sistemas de ésta, aunque reclama una Por lo demás, tanto una como otra de
doble independencia respecto a la filosofía esas modalidades o estilos tienen ventajas e
general. En primer término, una filosofía inconvenientes. Así, es evidente que el apa­
jurídica de esta clase no depende del diseño rato conceptual y de lenguaje de un sistema
ni de la adopción de un sistema filosófico filosófico acreditado pueden rendir frutos
general y toma su punto de partida en la importantes si se los aplica a un ámbito de­
experiencia y en el conocimiento especí­ limitado de la realidad como es el derecho,
ficamente jurídico; y, en segundo lugar, aunque, por otro lado, una filosofíajurídica
a la hora de poner en sede filosófica de­ que proceda de ese modo arriesga situarse
terminados problemas que conciernen al lejos de las preocupaciones y del lenguaje
derecho y al conocimiento de éste, no se de los juristas, quienes le darán la espalda y
refugia en un solo edificio filosófico y, por podrán desarrollar incluso una cierta hosti­
la inversa, puede echar mano del saber, lidad hacia ella. Por su parte, una filosofía
del aparato de conceptos y del lenguaje jurídica “desde abajo” tiene ciertamente
que provea cualquiera de los sistemas o mejores posibilidades de ser apreciada y
corrientes de filosofía general que existen. aprovechada por los juristas, aunque no
Por tanto, el punto de vista que estamos está del todo claro que el conocimiento
ahora analizando parte de la base de que de un ordenamiento jurídico determinado
existe una problemática especial de la filo­ -tarea de la ciencia del derecho- constituya
sofía del derecho que no tiene por qué ser un punto de partida apto para una consi­
abordada ni menos resuella, necesariamen­ deración filosófica del fenómeno jurídico.
te, por simples aplicaciones o inferencias En cualquier caso, buena parte del sentido
a partir de premisas filosóficas generales. de una filosofíajurídica “desde abajo” se
Contribuciones a la filosofía del derecho de encuentra en que ella constituye una ade­
este segundo tipo son, por ejemplo, las de cuada y fértil instancia crítica del derecho
autores como Fran^ois Geny, Hans Kelsen (para mejorarlo) y, asimismo, de la ciencia
y Herbert Hart. del derecho (también para mejorarla). En
El cultivo de una filosofía del derecho otras palabras, ni el estado del derecho ni
“desde abajo”, es decir, con apoyo en el el de la cicnciajurídica dejan indiferente a
conocimiento que proporcionan a los estu­ quien cultiva una filosofía jurídica “desde
diantes de derecho las distintas asignaturas abajo”, y se esmera entonces en cooperar
dogmáticas, trae consigo que el curso de al mejoramiento de aquél y al progreso de
filosofía jurídica no deba estar nunca al ésta. Con todo, una preferencia por esta
inicio de la carrera, y ni siquiera en el me­ modalidad o estilo de filosofía del derecho,
dio de ésta, sino en el año o semestre final que también podríamos llamar “interna”,
de los estudios jurídicos de pregrado. De no excluye ni menos desprecia las aporta­
esta manera, como escribe Xacobe Bastida ciones “externas” que para la comprensión
(1968), “el profesor de filosofía del derecho
no podría ser ajeno a la problemáticajurídica 51 Bastida, Xacobe: “Los asuntos de la filosofía

positiva y no se presentaría como enviado del derecho”, en Doxa, N° 22, 1999, p. 433.

51 edito&ial JURIDICA de cuili:


Curso de Filosofía del Derecho

y progreso tanto del derecho como de la a la pregunta acerca de qué es la filosofía


ciencia del derecho puedan provenir de la jurídica y de qué temas debe ella ocuparse.
filosofía general. Autores tan diversos como Del Vecchio,
Es por eso que un autor como Manuel Reale, Larenz, Radbruch, Kelsen, Ross, Bob-
Atienza (1951), y en cierta medida tam­ bio yjorge Millas, entre muchos otros, han
bién el propio Coing, postulan una filoso­ planteado y respondido explícitamente a
fía del derecho ni “desde abajo” ni “desde dichas cuestiones, y sus respuestas pueden
arriba”, sino “desde un medio”, vale de­ encontrarse, debidamente resumidas, en
cir, una filosofía del derecho mediadora Filosofía del Derecho, de Agustín Squella.53
entre la comprensión más general de un Por lo mismo, en esta parte del desarrollo
determinado sector de la vida humana (el del presente Curso podrían estudiarse tales
derecho) y la interpretación todavía más respuestas, si no todas, al menos algunas
general de la vida misma del hombre (la de ellas, por ejemplo, las de Del Vecchio,
filosofía). Como sostiene Manuel Atienza, Kelsen, Ross y Bobbio, concluyendo con
los filósofos del derecho tendrían que ser las lúcidas y pertinentes reflexiones de
algo así como intermediarios entre los sa­ Jorge Millas acerca de la importancia de
beres y prácticas jurídicas, por un lado, y la asignatura.
el resto de las prácticas y saberes sociales Por nuestra parte, resulta evidente que
-incluida la filosofía-, por el otro. De esta en el presente Curso nos hemos inclinado
manera podría conseguirse que los juristas por una filosofía del derecho de juristas
aprendieran más y mejor de otros saberes y para juristas, escogiendo como temas a
sociales, y que expertos en estos últimos ser desarrollados el del concepto de dere­
-por ejemplo, un lingüista, un teórico de cho y el del concepto y concepciones de
la política o un filósofo de la ciencia- vie­ lajusticia.
ran en la complejidad del mundo jurídico Sin embargo, cabe aquí hacerse cargo
no sólo un campo de aplicación de sus co­ del problema de circularidad que, adver­
nocimientos, sino también una fuente de tido por Robert Alexy, afecta al intento de
sugerencias. la filosofía jurídica por establecer el con­
Por otra parte, es interesante destacar el cepto de derecho. Este problema consiste
punto de vista de Ricardo Guastini acerca de en que “la filosofía del derecho no puede
la distinción entre filosofía del derecho de definirse sin usar el concepto de derecho,
filósofos y filosofía del derecho de juristas, mientras que, por otra parte, en cuanto
puesto que para el autor italiano la prime­ razonamiento acerca de la naturaleza del
ra no es más que filosofía del derecho sin derecho, tiene la tarea de explicar qué es
ulteriores especificaciones, mientras que la el derecho”. Entonces, ¿cómo puede la
segunda no sería otra cosa que teoría del filosofía del derecho comenzar a explo­
derecho. Así, antes que dos modalidades rar qué es el derecho si es imposible decir
o estilos de filosofía del derecho, lo que qué es ella sin saber de antemano qué es
aquella distinción pondría de manifiesto el derecho? Con todo, esta circularidad no
es la cohabitación de dos distintas disci­ es viciosa, sino virtuosa, y se resuelve de la
plinas.52 siguiente manera: se comienza con una
La mejor manera de patentizar la he­ precomprensión del derecho sugerida por
terogeneidad temática de la filosofía del la práctica establecida y, sin quedarse en
derecho, así como los estilos que se emplean ella, se elabora luego esa precomprensión
para cultivarla como disciplina, es identi­ mediante la reflexión crítica y sistemática
ficando y comparando las respuestas que que es propia tanto de la filosofía como de
destacados filósofos del derecho han dado la filosofía del derecho.54

52 53 Ob. cit., pp. 153 y ss.


Véase GUASTINI, RICARDO: Distinguiendo. Estudios
d-e teoría y melateoría del derecho, Gedisa, Barcelona, 54 Véase ALEXY, RORERT: “La naturaleza de la

1999. filosofía del derecho”, en Doxa, N° 26, 2003.

EDITORIAL JURIDICA DE Cllilí 52


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

III. CIENCIA DEL DERECHO en este momento,55 cuyo título ha sido


traducido a veces de esta otra manera: “El
1. El caso de una conferencia carácter acicntífico de la llamada ciencia
DE JUVENTUD SOBRE EL CARÁCTER NO del derecho”.
CIENTÍFICO DE LA CIENCIA DEL DERECHO El punto central de la célebre conferen­
Y LAS BROMAS Y VERAS QUE ELLA PROVOCÓ cia de Von Kirchmann fue que si la ciencia
EN IHERING. EL CARÁCTER A LA VEZ jurídica no tiene pergaminos suficientes
PROBLEMÁTICO Y NECESARIO para presentarse como tal, ello se debe
DE LA CIENCIA DEL DERECHO no a los defectos que podrían imputarse a
quienes la cultivan -los juristas-, sino a las
Julius Hermann Von Kirchmann (1802-1884), características que tiene el objeto de este
un jurista alemán del siglo XIX, dio una con­ saber, o sea, el derecho. La culpa, enton­
ferencia en la Sociedad Jurídica de Berlín, ces, no es de los sujetos, sino del objeto de
cuando corría el año 1847, desatando una la ciencia jurídica, todo lo contrario a la
polémica acerca del pretendido carácter imputación que algunas décadas más tar­
científico de la ciencia del derecho. El título de que la conferencia de Von Kirchmann
de su conferencia fue “Lajurisprudencia no hiciera Rudolf von Ihering a la labor de los
es ciencia”, y la palabra “jurisprudencia” fue juristas, según tendremos oportunidad de
utilizada por el autor no en el sentido de mostrar después de que expliquemos el
estudios generales acerca del derecho que planteamiento de aquél.
al término “jurisprudente”se da en los países El punto de partida de Von Kirchmann no
de habla inglesa que no suelen emplear el pudo ser más descorazonador: si decir que
la jurisprudencia no tiene carácter científico
equivalente de las expresiones castellanas
puede significar dos cosas, a saber, primero,
“filosofía del derecho” o “teoría del dere­
que aun pudiendo constituir una ciencia
cho” para esa clase de estudios, y tampoco
carece de la influencia que corresponde a
el sentido de fallos reiterados y uniformes de
todo saber científico, y, segundo, que desde
los tribunales de justicia que fijan criterios un punto de vista teórico carece de valor
relativamente estables acerca de cómo resol­ como ciencia, ella, la jurisprudencia, no
verán casos similares en el futuro. Para Von llega a constituir una ciencia en ninguno de
Kirchmann, “jurisprudencia” era “ciencia esos dos sentidos. Ni reúne las condiciones
del derecho”, o sea, se refería a ese saber de un saber científico desde un punto de
que cultivan y difunden los juristas acerca vista teórico ni tampoco influye como tal en
del ordenamiento jurídico vigente en un la realidad y vida de los pueblos. Con todo,
lugar y tiempo dados, el cual se sustenta en resulta extraño que el autor haya desechado
las lecciones orales que ellos imparten y en abordar la cuestión del carácter científico
los tratados, manuales y simples artículos o no de la jurisprudencia de la manera que
de los que son autores. entrevio al comienzo de su disertación, pre­
Von Kirchmann no ha sido el único autor firiendo seguir el camino que resumiremos
que ha arremetido en contra del preten­ a continuación. Esa manera consistía en
dido carácter científico del saber de los establecer una definición de la ciencia en
juristas, pero su conferencia de 1847, y las general y relacionar luego con ella el méto­
muchas reediciones que ella tuvo en su ver­ do y las realizaciones de la jurisprudencia,
sión escrita, constituye la pieza más visible para comprobar si aquél y éstas encajaban
-emblemática se diría ahora- de “toda una o no en esa definición”. Pero este método
tradición denigratoria de la jurisprudencia -declaró Von Kirchmann- “tendría grandes
en la literatura europea”, según sostuvo dificultades, y sería totalmente imposible
Antonio Truyol Serra (1913-2003) en el
escrito preliminar que redactó el año 1949, 55 Kirchmann, Julius: I a jurisprudencia no es
en Madrid, para la edición castellana de la rienda, Centro de Estudios Constitucionales, Ma­
obra de Von Kirchmann que empleamos drid, 1983.

53 £Df TONAL JURIDICA Df CHltf


Curso de Filosofía del Derecho

llevarlo a cabo en el breve espacio de tiempo relación con las actividades de producción,
de mi conferencia”. interpretación, aplicación y difusión del
Ante todo -razonó Von Kirchmann-, la derecho, y, asimismo, con los procesos de
jurisprudencia tiene que vérselas con un argumentación jurídica que tienen lugar, en
objeto propio, y este objeto es el derecho, diferentes sedes, pero siempre en el contexto
el derecho positivo, el derecho “tal como de un derecho dado cualquiera.
vive en el pueblo y se realiza en la esfera Si la jurisprudencia tiene que delimitar
de cada individuo”; o sea, el derecho en su objeto, ha luego de aprehenderlo, o sea
las múltiples formas en que regula institu­ -escribió nuestro autor- debe “descubrir sus
ciones como el matrimonio, la familia, la leyes, crear los conceptos hasta sus últimas
propiedad, los contratos, la sucesión por implicaciones, darse cuenta de la afinidad
causa de muerte, o bien, pasando ahora al y la conexión de las distintas formas y es­
ámbito público, las relaciones del gobierno tructuras y finalmente ensamblar su saber
con los gobernados y las que las naciones en un sistema sencillo”. Y la pregunta es
establecen entre sí. Por lo demás, el dere­ entonces la siguiente: si identificado su ob­
cho es un fenómeno siempre presente en jeto -el derecho- la jurisprudencia tiene
la vida humana en sociedad y no debe ser que aprehenderlo, ¿cómo le va en este se­
confundido con el saber que acerca de él gundo cometido? Mal le va -concluye Von
fue constituido desde tiempos de los anti­ Kirchmann-, sobre todo si en este aspecto
guos romanos y que continúa cultivándose se le compara con otras ciencias que llevan
hasta hoy. Una cosa es el derecho y otra la una apreciable delantera.
jurisprudencia, o sea, una cosa es el derecho Pues bien, para el autor alemán son “las
y otra la ciencia del derecho. A la vez, una características diferenciales propias del de­
clase de personas son las autoridades que recho, que no se encuentran en los objetos
producen el derecho y otra los juristas que lo de otras ciencias, las que restan toda posi­
estudian. Una cosa son los textos normativos bilidad a la jurisprudencia para constituir
(una Constitución, un Código, una Ley) y un saber científico”.
otra las lecciones orales o escritas que los Entre esas características, Von Kirchmann
identifican como tales y que, además, los aludió, en primer lugar, a la mutabilidad del
interpretan, concuerdan y difunden, faci­ derecho, esto es, sus siempre cambiantes
litando su aplicación a los casos concretos contenidos en un mismo lugar a medida
de la vida social que esos textos regulan. que transcurre el tiempo, y sus igualmente
Por lo mismo -sentenció Von Kirchmann-, cambiantes contenidos si, en una misma
“un pueblo podrá vivir sin ciencia jurídi­ época, se comparan los derechos que rigen
ca, pero no sin derecho”, y, más aún, “el en dos lugares diferentes. “El sol, la luna
derecho tendrá que haber alcanzado ya y las estrellas -escribió- brillan hoy como
un grado de desarrollo suficiente antes de brillaban hace miles de años; la rosa sigue
que pueda pensarse en la cienciajurídica e floreciendo como en el paraíso terrenal; el
iniciarse su cultivo”. Pero Von Kirchmann derecho, en cambio, se ha transformado
fue consciente de que si un pueblo no tiene desde entonces. El matrimonio, la familia, el
jurisprudencia, atendido el débil estadio de Estado, la propiedad, han pasado por las más
desarrollo de su derecho, tendrá siempre diversas modalidades”. En consecuencia, al
“un saber acerca de su derecho”, lo cual, ser el derecho una materia sujeta a la evolu­
sin que a nuestro juicio el jurista alemán lo ción progresiva de las distintas instituciones,
hubiera advertido, relativiza la importancia no resultaría posible constituir a su respecto
del carácter científico o no de la llamada un saber con pretensiones científicas, y la
“ciencia del derecho”, puesto que, con o sin jurisprudencia “llegaría siempre tarde” en
rango de ciencia, siempre habrá un saber relación con los cambios en el derecho,
acerca del derecho vigente en un lugar y sin poder “nunca alcanzar la actualidad”.
tiempo dados, y ese saber, se le reconozca o Se parecería en esto la jurisprudencia al
no estatura científica, es socialmente útil en viajero en el desierto que “divisa lejos opu­

EDITORIAL JURIDICA DF CHILE 54


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

lentos jardines y ondulantes lagos”, y que, algo oscura acerca de “los inconvenientes
habiendo caminado hacia ellos durante el de la ley positiva para el derecho natural”,
día, “a la noche están todavía tan alejados compara, erróneamente y sólo porque en
de el como por la mañana”. ambos casos se utiliza el vocablo “ley”, las
Otra peculiaridad del derecho que lo inha­ leyes que dicta el legislador con las que
bilitaría como objeto de un saber científico, con ese mismo nombre establecen quienes
según Von Kirchmann, es la circunstancia cultivan las ciencias naturales. No alcanzó a
de producir no únicamente un saber, sino ver con claridad Von Kirchmann la diferen­
también un sentimiento, lo cual lo haría cia entre normas jurídicas y proposiciones
residir “no solo en la cabeza, sino también acerca de éstas y utilizó para las primeras
en el corazón del hombre”, una situación, una dicotomía -verdadero/falso- que solo
creyó el autor, de la que “las demás ciencias puede valer para las segundas.
están libres”, ejemplificando de la siguiente Incluso si el contenido de la ley es ver­
manera: que la luz sea una ondulación del dadero -continuó razonando el autor-, “la
éter o el movimiento rectilíneo de corpús­ expresión de la ley positiva es con frecuen­
culos, que la razón y el entendimiento sean cia deficiente”, y de ahí que abunden “las
una misma cosa o dos cosas distintas, que lagunas, las contradicciones, los puntos
las ecuaciones algebraicas de cuarto grado oscuros, la duda”. Por otra parte, como
puedan o no ser resueltas directamente, son “la ley positiva es abstracta”, su inevitable
cuestiones que, aun siendo interesantes, no sencillez “destruye la riqueza de las formas
se ven afectadas por una decisión previa del individuales”, y de ahí “las figuras híbridas
sentimiento”. En el derecho, en cambio, de la equidad y del arbitrio judicial”, con
“¡cuánta acritud, cuántas pasiones, cuántos la consecuencia de que el esquematismo
partidismos no se mezclan a la búsqueda de y rigidez de la ley penetran en la ciencia
la verdad”, de manera que a nadie debería jurídica, la cual, por fidelidad a los textos
sorprender que “en casi todas las cuestiones legales, “tiene que despreciar la riqueza de
del derecho, el sentimiento se ha decidido la individualidad aun cuando la haya per­
ya por una respuesta antes de que se haya cibido”, al modo de “un sastre obstinado”
iniciado toda investigación científica”. En que usara una misma medida para todos sus
el campo jurídico, por lo mismo, “la ver­ clientes: “la ciencia es el alma bondadosa
dad espera en vano a un investigador sin que ve donde el traje no ajusta y donde
prejuicios”. afea, pero el respeto por su señor no le
Lo que Von Kirchmann pone de mani­ permite más que hacer subrepticiamente
fiesto con las precedentes declaraciones alguno que otro retoque”. Y agrega todavía:
no es sólo el compromiso emocional que “de sacerdotisa de la verdad, la ley positiva
tanto autoridades normativas como juristas convierte a la jurisprudencia en sierva del
tienen con el derecho, sino la posibilidad de azar, del error, de la pasión, de la sinrazón”,
conseguir neutralidad valora tira, y hasta qué y en lugar “de lo eterno y lo absoluto, su
punto, en el conocimiento y explicación de objeto es lo casual y lo contingente”, ca­
un derecho dado, algo a lo que tendremos yendo así “desde las alturas aéreas del cielo
ocasión de referirnos más adelante en esta al cieno de la tierra”, donde los juristas se
parte final del presente capítulo. convierten “en gusanos que solo viven de la
Una tercera característica del derecho madera podrida”. Y su remate, tantas veces
que destaca Von Kirchmann consiste en que citado, fue el siguiente: “En cuanto la cien­
las leyes positivas, a diferencia de las que cia hace de lo contingente su objeto, ella
establecen otras ciencias, forman parte del misma se hace contingencia; tres palabras
derecho, es decir, del objeto de la jurispru­ rectificadoras del legislador convierten a
dencia, tanto si son “verdaderas o falsas”, bibliotecas enteras en basura”.
puesto que, “respaldadas por la fuerza y por Desmesuradas o no, impertinentes o no,
sanciones, se imponen”, un punto en el que anacrónicas o actuales, las diatribas de Von
el autor, junto con incursionar de manera Kirchmann contra la ciencia del derecho

55 miroíUAL JURIDICA de chile


Curso de Filosofía del Derecho

son todavía un buen y provocador pórtico gunas décadas después de la conferencia


de entrada cuando se trata de acometer de von Kirchamnn en su libro del mismo
la cuestión de qué es ese saber y cuáles las título,56 aunque las dificultades que Ihering
operaciones que ejecuta y las funciones que vio para la cienciajurídica, tal como seña­
cumple. La ingenua inmutabilidad que el lamos antes, no provendrían del objeto de
autor atribuye a los distintos objetos de las ella, como en el caso de Von Kirchmann,
ciencias naturales por oposición a un per­ sino de los sujetos que la cultivan, es decir,
manente cambio del derecho que tampoco de losjuristas.
parece ocurrir a la velocidad que él cree (si “Jurisprudencia”, nuevamente, en el sen­
un antiguo romano despertara de su sueño tido de “ciencia del derecho” y no en el de
de más de dos milenios -gustaba decir An­ “fallos dados por autoridades judiciales o
tonio Hernández Gil (1915-1994)-, quizás si administrativas”. “Bromas”, por su parte”,
el diálogo menos cargado de sorpresas que en el sentido habitual de chanza o burla,
podría sostener con un contemporáneo sería porque von Ihering empleó en esta obra
sobre instituciones como el matrimonio, la un humor afilado, sarcástico, reiterativo
compraventa o la prescripción); la confusión incluso. Y “veras” en el sentido de seriedad,
entre leyes positivas del derecho con las puesto que en la parte final de su libro,
leyes de la naturaleza (con la consiguiente que Ihering tituló “De regreso a la tierra.
aplicación a las primeras de la dicotomía ¿Cómo remediar esta situación?”, el autor
verdadero/falso que solo procede aplicar abandonó la sátira sobre la jurispruden­
a los enunciados o proposiciones que los cia, aquella que llevó al límite en la parte
juristas hacen acerca de ellas); el descarte de inmediatamente anterior, titulada a su vez
toda neutralidad valorativa frente al derecho “En el cielo de los conceptos jurídicos. Una
cuando se trata de dar cuenta de éste en fantasía”, y adoptando un tono serio, se ex­
sede científica (cuando de lo que se trata playó acerca de cómo podría ser mejorada
es de reparar en los límites que de hecho la cienciajurídica de su tiempo.
tiene esa neutralidad); los defectos de las Ihering dirigió sus dardos no contra la
leyes que salen de manos del legislador como ciencia del derecho, sino, en particular,
impedimento para la cienciajurídica, tales contra la romanística de sus días, esto es,
como lagunas, oscuridades, contradicciones el estudio del derecho romano, el cual tuvo
(en circunstancias que, precisamente, el vigencia en Alemania hasta las postrimerías
papel de la cienciajurídica sería colaborar del siglo XIX. Por lo mismo, el blanco de
a llenar las primeras, aclarar las segundas su ataque ha menguado en importancia
y establecer criterios que permitan salir -como advirtió el traductor de Bromas y veras
de las terceras); y la excesiva abstracción, en la jurisprudencia (un título que también
generalidad y rigidez de las leyes (que en ha sido traducido como “Jurisprudencia
rigor no son obstáculos para su aplicación en broma y en serio”)-, aunque la embes­
a casos concretos si se razona debidamente tida es igualmente aplicable a cualquiera
por los encargados de esta última y si se de los saberes que se concentran en las
tiene presente el importante papel que la distintas ramas o sectores de un ordena­
equidad juega al momento de interpretar miento jurídico -civil, comercial, penal,
y aplicar disposiciones que tienen las ca­ etc - y que, elevados y refugiados en lo que
racterísticas que señala Von Kirchmann), el autor llama irónicamente el “cielo de los
no constituyen fallos de su razonamiento conceptosjurídicos”, adoptan un carácter
que hagan inútil o innecesario volver a la exageradamente teórico que los desvincula
conferencia de Von Kirchmann, tal como de la práctica del derecho y vu el ve inútiles
hemos hecho aquí. para quienes en condición de legisladores,
También son un buen punto de partida
para esta sección del presente volumen las 56 IHERING, RUDOLF: Bromas y veras en la jurispru­
bromas y veras de la jurisprudencia que dencia, Edicionesjurídicas Europa América, Buenos
Rudolfvon Ihering (1818-1892) ensayó al­ Aires, 1974.

IDITORIAL JURIDICA DI CHILE 56


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

jueces o abogados se hallan involucrados netre en él, porque si “el sol es la fuente
en procesos de creación, interpretación de la vida, los conceptos son incompatibles
o aplicación del derecho. Por tanto -y a con la vida y por ende han menester de un
diferencia de Von Kirchmann-, Ihering no mundo exclusivo en el que existen en la
está contra la jurisprudencia, sino contra más completa soledad, lejos de cualquier
una cierta manera de cultivarla -la llamada contacto con la vida”. “Pero los teóricos
jurisprudencia de conceptos”- que no presta que ingresan a ese mundo -se atrevió a
atención suficiente a la prácticajurídica. No preguntar todavía el romanista-, ¿cómo
le preocupa el carácter científico o no de se las arreglan para ver?” Y la respuesta del
la empresa que acomete la jurisprudencia, guía de almas no pudo ser más irónica: “los
sino el desapego que ésta muestra respecto ojos de los teóricos ya se acostumbraron en
de las profesiones jurídicas que, distintas de la tierra a ver en la oscuridad”, con lo cual
la enseñanza del derecho, tienen que ver quiso decir que “cuanto más oscuro es el
con la aplicación de éste. Con las siguientes objeto que tratan, tanto más atractivo les
palabras, Ihering apuntó contra “aquella resulta, porque les permitirá hacer alarde
desviación de la jurisprudencia de hoy que, de agudeza”. El teórico -concluyó- “es se­
sin prestar atención a la finalidad última, mejante a la lechuza, el ave de Minerva,
que es la práctica, ni a las condiciones de que ve en la oscuridad”.
aplicabilidad del derecho, ve en él tan solo A Ihering le preocupó la antítesis entre
un objeto en el que puede ejercitarse el teoría y práctica, y aunque no quiso suprimir
pensamiento lógico, librado a sí mismo, y una en beneficio de la otra, alertó acerca de
que lleva en sí su propio atractivo y su propia los inconvenientes de un exceso de teoría,
finalidad: una arena para las evoluciones sobre todo en la enseñanza del derecho, un
lógicas, para la gimnasia del espíritu, en defecto que puede conducir a la jurispru­
la que se llevará la palma quien revele el dencia a un completo divorcio de la práctica
mayor virtuosismo”. jurídica, recomendando, en consecuencia,
En aquella parte de su libro que tituló “En una fusión entre teoría y práctica, la cual
el cielo de los conceptos jurídicos”, Ihering solo resultaría posible cuando los teóricos
fantaseó con un jurista que acaba de morir y del derecho desempeñen al mismo tiem­
que, una vez desprendido del cuerpo, com­ po una profesión jurídica práctica, ya sea
parece ante una figura luminosa, una especie como jueces o como abogados, porque de
de “guía de las almas” de los individuos que esa manera “el práctico pondría freno al
han muerto, la cual debía conducirle hasta teórico”. Lo que a Ihering preocupó, en
el lugar de su destino eterno. síntesis, no fue la teoría ni tampoco los
“Como eres un romanista -le dice- irás conceptos-“todajurisprudencia opera con
al cielo de los conceptos jurídicos, al que conceptos”, admitió-, sino el cultivo de una
entrarás ahora a formar parte en tu carácter ciencia jurídica que perdiera de vista que
de teórico”. “¿Así que ese cielo es exclusiva­ tanto en las tareas de docencia como de
mente para los teóricos? ¿Y los prácticos?”, investigación que le son anejas “su finalidad
preguntó el difunto jurista. “Esos tienen última es práctica”. En esto puede decirse
su propio lugar más allá -contestó el guía que siguió las enseñanzas de su maestro
de almas- que pertenece aun al sistema -Friedrich Karl von Savigny (1779-1861)-,
solar donde penetran los rayos solares y quien abogó por una comunidad científica
hay también una atmósfera adecuada a la que no tuviera lugar “simplemente entre
rústica constitución de un jurista práctico, los juristas de vocación docta”, o sea, en­
que no puede subsistir en el vacío que ne­ tre los profesores y escritores del derecho,
cesitan los conceptos”. Unas palabras que “sino también entre losjurisconsultos prác­
alertaron a nuestro romanista acerca de la ticos”, porque de “este acercamiento de la
total lobreguez del cielo que le correspon­ teoría y de la práctica es de donde tiene
dería como lugar, donde reina una noche que partir el mejoramiento apropiado de
tenebrosa, sin que ningún rayo de sol pe­ la administración de justicia y en lo que

57 TOTOWAL |URfDlCA IHCFFÍU


Curso de Filosofía del Derecho

principalmente tenemos que aprender de oficial pronunciado por el jurista alemán en


los romanos: también nuestra teoría tiene la Sociedad Científica de Friburgo, el 21 de
que hacerse más práctica”. mayo de 1952, cuyo título expresa bien la
La pasión a veces ardorosa que el jurista sensata perspectiva de este autor: la ciencia
práctico y el teórico acostumbran poner en jurídica es tan problemática como necesa­
defensa de las prerrogativas de sus respec­ ria, o, dicho de otra manera, la primera de
tivos oficios, dispensando frialdad y hasta esas características no debe hacer olvidar
desprecio por la labor y afanes del otro, la segunda. “Si se debe tratar de preparar
configura una situación nada fructífera en una respuesta a la problematicidad de la
la que sobresale el aislamiento provocado ciencia del derecho”, es “en el sentido de
por las recíprocas prevenciones. Ahora bien, una afirmación de su necesidad”, aunque
si grave puede ser la conducta del jurista no para llevar a cabo una simple “autojus-
teórico que se encastilla en el cielo de los tificación” ni menos un “autoelogio” de la
conceptos jurídicos, funesta resulta también jurisprudencia”, expresó Wolf al inicio de
la actitud del jurista práctico que, inmerso en su intervención.
la inevitable localidad de algunos problemas Lo anterior significa que el carácter pro­
concretos, desaíra toda construcción intelec­ blemático que tiene el saber de los juristas,
tual que se empine siquiera un palmo sobre ya sea por causa de ellos mismos (Ihering) o
la realidad aprehensible de un determinado del objeto con el cual trabajan (Kirchmann),
asunto jurídico. Ello porque -en palabras lo cierto es que se trata de una empresa no
nuevamente de Savigny-, “siempre hay que sólo útil desde el punto de vista social, sino
tener presente la clara y viva conciencia del necesaria (Wolf). “La impopularidad de la
todo, para poder aprehender realmente el jurisprudencia -exclamó- es menos impor­
caso individual, pues la práctica sólo llega tante que el hecho de su subsistencia”.
a ser fecunda y aleccionadora en virtud del ¿Dónde vio Wolf los principales proble­
sentido teórico y científico”.57 58 mas de la ciencia del derecho?
Ihering formuló incluso una serie de Básicamente, en que a los ojos de otros
recomendaciones acerca de cómo enseñar especialistas que se ocupan de problemas so­
derecho, deteniéndose especialmente en ciales, el saber que cultivan los juristas parece
los exámenes a que tienen que ser some­ “estéticamente insatisfactorio o éticamente
tidos los estudiantes, y concluyó su libro, cuestionable y en todo caso aburrido”; en
otra vez con ironía, pero ahora respecto de que por esos mismos especialistas, así como
sí mismo, escribiendo, a propósito de sus por el público en general, se considera que
múltiples recomendaciones, que “todo esto “lajurisprudencia es un instrumento depen­
lo he soñado, aunque no lamento haber diente de las fuerzas políticas” y los juristas
tenido estos sueños porque -¡quién sabe!- a “representantes de grupos de interés eco­
lo mejor terminan haciendo algún bien”. nómica o culturalmente influyentes” que
Y para concluir ya con esta especie de zaga “se ponen a disposición del detentador de
sobre la mala posición -Von Kirchmann- o la fuerza social que se haya conseguido apo­
la mala situación -von Ihering- de la ciencia derar de ella en un momento dado”; en la
del derecho, corresponde mencionar, al frecuente discrepancia de las soluciones que
fin, el texto de Erik Wolf (1902-1977) -El los juristas presentan conforme a derecho
carácter problemático y necesario de la ciencia con el sentimiento jurídico del común de
del derecho-^ que corresponde al discurso las personas; en las complicaciones y aun
incomprensibilidad del lenguaje jurídico,
tanto a nivel de los textos normativos como
57 Véase SAVIGNY, FRIEDRICH: Textos clásicos, UNAM,
del lenguaje que emplean los juristas cuando
México, 1981 (estudio preliminar de Agustín Sque- interpretan esos textos, “cuyos complicados
11a), pp. 18 y 19.
58 WOLF, ERIK: El carácter problemático y necesario de giros, extrañas expresiones y conceptos arti­
la ciencia del derecho, Abeledo Perrot, Buenos Aires, ficiales” resultan ajenos para muchas perso­
1962. nas y producen “el aislamiento de la teoría

58
Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

jurídica de la vida práctica”; en la neutrali­ “...Aseguré a Su Honor que la ley era


dad ética del discurso jurídico que a veces ciencia en que yo no andaba muy versado,
“hace derecho de lo injusto”; en la creciente además de que, por emplear abogados en
limitación que el derecho lleva a cabo de la balde, había sufrido algunas injusticias.
libertad en nombre del orden; en la parali­ ”Dijele, pues, que había entre nosotros
zación que la ciencia del derecho hace de una asociación de hombres educados desde
“la móvil elasticidad de la vida del derecho”; su juventud en el arte de probar, con pala­
y en la aversión, incluso, que tanto juristas bras multiplicadas al efecto, que lo negro
como abogados suelen despertar a raíz de es blanco y lo blanco negro, cobrando por
sus opiniones comúnmente discrepantes. esta actividad. Todo el resto de las gentes
Respecto de la última de esas cuestiones, -dije- son esclavos de esta asociación. Si,
Wolf, refiriéndose más a los abogados que por ejemplo, mi vecino quiere mi vaca,
a los juristas, recordó que a menudo se es­ paga a un abogado para que éste pruebe
cuchan acusaciones acerca de los “jinetes que aquél debe entrar en posesión de ella.
de parágrafos, cuya existencia tiene como Yo tengo que pagar a otro abogado para
fin la guerra de papel”, de los “burócratas defender mi derecho, ya que va contra todas
alejados del mundo y ajenos a la vida” o las reglas de la ley que un hombre pueda
que “pretenden dirigir el desarrollo de la defenderse a sí mismo. Y en este caso yo,
situación social y de la vida del intercambio legítimo propietario, me encuentro en una
desde el tapete verde de las comisiones y doble desventaja: primera, que mi abogado,
conferencias”, recordándonos que en tiem­ estando hecho casi desde la cuna a defen­
pos de Lutero se decía que “losjuristas son der la falsía, se halla del todo fuera de su
malos cristianos” y que “rara vez son huéspe­ elemento, y al abogar por la justicia, lo que
des del cielo”, y que Erasmo de Rotterdam es un oficio antinatural, siempre lo hará
opinaba que “losjuristas proceden con malas con gran torpeza cuando no de mal grado.
artimañas y cláusulas encadenadas de tal La segunda desventaja es que mi abogado
manera que su ciencia parece la más difí­ deberá proceder con gran cautela para no
cil de todas: amontonan glosa sobre glosa ser reprendido por los jueces y aborrecido
y opinión sobre opinión, pero al final, la por sus cofrades, acusándole de amenguar
montaña de autos solo da a luz un dimi­ la práctica de la ley. Y, por tanto, yo sólo
nuto ratoncito de conocimiento jurídico”, tengo dos medios para conservar mi vaca.
concluyendo con la siguiente rima de Hans El primero, sobornar al abogado de mi ad­
Sachs, que data del siglo XVI: versario, abonándole cantidad doble para
que traicione a su cliente, insinuando que
“Procuro ante el tribunal
la injusticia está de su parte. El segundo
y a menudo defiendo una mala causa
medio es que mi abogado haga aparecer mi
con mentira, argucia c intrigas
causa tan injusta como puede, asegurando
con delaciones, glosas e incisos
que la vaca pertenece a mi adversario. Y
hago demorar el derecho.
si esto se verifica con destreza, de cierto
Al final sin embargo da la desgracia
se logrará el favor del tribunal. Porque
de que mi cliente lleve la peor parte.
ha de saber vuestro Honor que los jueces
Pero a menudo yo ya tengo
son personas llamadas a decidir todas las
llenas la bolsa y la boca”.
controversias sobre propiedades, así como
Por su lado, en la parte IV de Viajes de las causas contra criminales, y se les elige
Gulliver, la novela de Jonathan Swift que de entre los más hábiles abogados cuando
fue publicada en 1726, titulada “Viaje al éstos se vuelven viejos y perezosos, y de
país de los Houyhnhnms”, puede leerse tal modo han luchado toda su vida contra
un fragmento como el que sigue, el cual, la verdad y la equidad, que se hallan en
exagerado y todo, puede servir para una fatal precisión de favorecer la opresión,
discusión en clases acerca de la mejor manera el peijurio y el fraude, al punto que he
de ejercer la profesión de bogado: vasto a varios de ellos rehusar una cantidad

59 EDITORIAL JURIDICA DECIÍIU


Curso de Filosofía del Derecho

considerable ofrecida, como soborno, por a un criminal, siempre observando estric­


la parte que obraba según justicia, en su tamente las formas legales”.
temor de injuriar a la profesión haciendo Mucho más próximo a nuestro tiempo,
una cosa contrapuesta a la naturaleza de Holden, el joven protagonista de El cazador
su oficio. oculto, la celebrada novela dej. D. Salinger,
”Es máxima entre esos abogados que dice lo siguiente cuando se le pregunta
cualquier cosa que se haya hecho antes lo que le gustaría ser: “como hombre de
puede volver a hacerse legalmente, y por ciencia, abogado, o algo asfaclarando que
consecuencia tómanse especial cuidado en “no tengo nada contra los abogados, pero
anotar las decisiones anteriormente acor­ es una carrera que no me llama. Quiero
dadas contra la justicia común y la razón decir que los abogados me gustan si andan
general del género humano. Tales decisio­ todo el tiempo salvando vidas de inocentes.
nes, bajo el nombre de precedentes, son Pero lo malo es que la mayoría se dedica a
argüidas por ellos como autoridades para otras cosas. Lo único que hacen la mayor
justificar las más inicuas opiniones, y los parte de los abogados que conozco es ga­
jueces nunca dejan de fallar concordemente nar un montón de dinero, jugar al golf y
con ellas al bridge, comprar autos, beber martinis y
"Cuando abogan por alguna causa evitan darse importancia”.
con precaución entrar en los méritos de la Finalmente, y volviendo a la disertación
misma, y en cambio hablan alto, con vio­ de Wolf, discrepamos con algunos de los
lencia y fatigosamente, amplificando todas problemas que él vio en la ciencia del dere­
las circunstancias que no hacen al caso. Por cho -o, mejor, que percibió que la mayoría
ejemplo, en la circunstancia ya mencionada, de las personas ven en ella—, especialmente
nunca se preocuparán de saber qué derecho con la crítica de que no atendería al senti­
alegamos a la vaca mi vecino y yo, sino que miento jurídico del común de la gente y a
querrán saber si la sobredicha vaca es negra que su lenguaje resulta demasiado técnico
o pinta, si tiene los cuernos largos o cortos, para la mayoría de las personas, puesto que
si el campo en donde pasta es redondo o ese sentimiento jurídico común, a veces
cuadrado, si se la ordeña en casa o fuera, meramente impulsivo, puede traducirse en
qué enfermedades ha sufrido y otras cosas actos de simple venganza con quienes han
por el orden, después de lo cual consultan transgredido el derecho, y porque el lenguaje
los precedentes, aplazan la causa una vez de los juristas no es más complicado que el
tras otra, y a los diez, veinte o treinta años que emplea cualquier otra ciencia.
llegan a una decisión. Además, y en un punto que no care­
”Ha de observarse, análogamente, que ce de interés, Wolf llamó a los juristas a
esa asociación posee una jerga peculiar, no no agotar sus esfuerzos en el estudio del
comprendida por otro mortal, y en ella están derecho vigente en un lugar y momento
escritas sus leyes, que ellos ponen especial dados, puesto que su oficio “tiene que ver
empeño en multiplicar, de manera que han también con la justicia”. La ciencia del
acabado por confundir la esencia misma derecho -propuso- “investiga el derecho
de lo verdadero y lo falso, de lo justo y lo tal como se da en su vigencia, pero tam­
injusto, al extremo de que les llevaría treinta bién como debería darse”, hasta el punto
años decidir si el campo que me han dejado de que “una tarea no puede ser llevada a
seis generaciones de mis antecesores me cabo con prescindencia de la otra”, pues­
pertenece a mí o a un extraño que resida to que “están inseparablemente unidas”.
a trescientos millas de él. “Toda respuesta a la pregunta ¿qué es de­
”En los procesos de personas acusadas recho? —concluyó— debe salir airosa de su
de crímenes contra el Estado, el método contraprueba en la pregunta ¿debe ser
es mucho más breve y laudable, ya que el esto derecho?”, una afirmación que nos
juez sondea primero la opinión de los que remite a una cuestión que trataremos más
se hallan en el Poder y luego ahorca o salva adelante en este mismo capítulo: la de los

ÍDITORIÁL JURIDICA DE CHILE 60


Cap. 1. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

límites de la neutralidad valorativa que se conocer y valorar el derecho-, aunque, por


predica de la ciencia jurídica. el momento, podríamos decir que la de
producir el derecho la ejecutan las auto­
ridades normativas, a saber, legisladores,
2. ¿QUÉ ES LA CIENCIA DEL DERECHO funcionarios de la administración y jueces;
Y POR QUÉ LA FILOSOFÍA DEL DERECHO la de conocer el derecho la llevan a cabo
SE OCUPA DE ELLA? los agentes de la así llamada “ciencia del
derecho”, o sea, los juristas; y la de valorar
Ante todo, es preciso recordar algo evidente, el derecho es asumida también por los ju­
a saber, que el derecho es un fenómeno, ristas, puesto que la función de conocer
algo que se halla presente en toda forma el derecho no excluye la crítica de éste,
de vida humana en sociedad y que iden­ como asimismo por los filósofos del derecho,
tificamos con esa palabra -“derecho”-, y quienes desarrollan criterios de justicia que
que, por estar ahí, por comparecer ante facilitan la valoración, aunque, bien vistas
nuestra conciencia cognoscitiva, es posi­ las cosas, quienes tienen competencia para
ble identificarlo y tratarlo como objeto de producir derecho, esto es, las autoridades
conocimiento. Hombres y mujeres tienen normativas antes señaladas, también valo­
una aptitud cognoscitiva que pueden diri­ ran el derecho, y ello tanto en el curso de
gir y aplicar, entre muchos otros objetos, los procesos de producción jurídica, mo­
a aquel que llamamos “derecho”, y éste, mento en el que razonan acerca del mejor
aunque se trate de un orden normativo que derecho que pueda ser establecido, como
no establece lo que “es”, sino lo que “debe una vez agotados esos procesos, instante
ser”, constituye un faclum al cual siempre en el que pueden también emitir juicios de
es posible aproximarse con fines de cono­ valor acerca de un derecho ya producido
cimiento. No decimos todavía qué es el y vigente. Es más: líderes de opinión, me­
derecho —de ello se ocupará el capítulo dios de comunicación y los propios sujetos
siguiente-, y nos limitamos a constatar, por normativos valoran también el derecho en
ahora, que el derecho existe, que hay algo tanto no resulta para ellos indiferente qué
no imaginario, sino real, que indicamos rige como derecho en la sociedad que les
con esa palabra, y que ese algo puede ser corresponde vivir.
constituido, y de hecho lo ha sido durante Pero volvamos a la cuestión principal de
milenios, en materia de conocimiento. esta parte del Curso, que no es otra que la
El derecho -y nos referimos al derecho de que el derecho existe, que puede ser
positivo, al derecho puesto por actos de constituido en materia de conocimiento,
voluntad que tienen lugar en el marco de que, de hecho, y desde antiguo, ha sido
esas fuentes de producción jurídica que constituido en objeto de conocimiento, y, por
solemos llamar “fuentes formales”- es una último, que lo es no por una, sino por varias
creación humana, algo hecho por el hombre disciplinas que se ocupan de él, cada una
para cumplir determinadas funciones en la de las cuales se propone mostrarnos algún
sociedad y para conseguir ciertos fines. Pero, aspecto del fenómenojurídico. Hay historia >
a la vez, el hombre, creador del derecho, del derecho, hay sociología del derecho, hay
puede también conocerlo y describirlo, o lógica jurídica, hay filosofía del derecho,
sea, instalarse ante su propia obra o creación y hay también ciencia del derecho: todos
y dar cuenta de ella, que es lo que hacen estos saberes miran al derecho, es decir, lo
los juristas. Y puede no sólo producirlo y constituyen en objeto de conocimiento, y
conocerlo, sino también valorarlo, o sea, corresponde que los especialistas en cada
emitir juicios de aprobación o reproche una de ellas nos digan qué del derecho
ante lo que rija como derecho en un lugar aspiran conocer. Tales disciplinas, por otra
y tiempo dados. parte, se expresan en asignaturas que suelen
Otra cosa sería preguntarse quiénes lle­ formar parte del plan de estudios de las
van a cabo esas acciones -las de producir, escuelas de derecho, ya sea con carácter

editorial JURIDICA de chile


Curso de Filosofía del Derecho

obligatorio u optativo, de manera que el en un lugar y tiempo dados, la filosofía del


cultivo, enseñanza y difusión de aquello del derecho, como una de sus tareas, intentaría
derecho que cada una de ellas pretende saber acerca de esa ciencia.
explicar tienen un sitio institucional que Saber acerca de la ciencia del derecho
apoya y facilita el adelanto o mejoramiento en lo que toca a los asuntos que quedaron
de las distintas disciplinas. Pero también mencionados en el párrafo inmediatamente
hay, por cierto, disciplinas que hacen del anterior al precedente y no sólo en cuanto la
derecho su materia de estudio, pero que filosofía del derecho contribuya a clarificar
no dan lugar a asignaturas o cursos en las el lenguaje que emplean los juristas cuando
escuelas de derecho, no obstante que los hacen ciencia del derecho. Esta segunda
conocimientos que ellas proporcionan pue­ meta -clarificar el lenguaje de los juristas- es
den ser aprovechados por aquellas que sí más modesta que la primera -decir qué es,
originan cursos universitarios. Tal es el caso, qué operaciones lleva a cabo y qué funciones
por ejemplo, de la antropología jurídica y de cumple la ciencia del derecho-, aunque
la psicologíajurídica, cuyos avances sirven, no por ello tiene que ser excluida. Sabido
en el primero de los casos, por ejemplo, a es, por ejemplo, que Alf Ross concibe a
la filosofía del derecho, y en el segundo la filosofía jurídica como un método de
al proceso penal y a los procedimientos análisis y clarificación del lenguaje que em­
alternativos de solución de controversias plean los juristas cuando hacen ciencia del
jurídicas. derecho, a la vez que ésta constituye una
En adelante nos vamos a ocupar de una actividad que procura aclarar el lenguaje
de las varias disciplinas antes mencionada utilizado por las autoridades normativas al
-la ciencia del derecho-, preguntándonos momento de establecer el derecho. Habría
en qué consiste, en qué aspecto del derecho así tres niveles de lenguaje: el lenguaje del
concentra ella su atención, qué denomina­ derecho, es decir, aquel en que se susten­
ciones recibe, cuáles son las operaciones que tan los textos normativos; el lenguaje de la
ejecuta, cuáles las funciones que cumple, ciencia del derecho, o sea, el que utilizan
si tiene o no carácter científico (aunque los juristas cuando estudian y dan cuenta
en el acápite anterior, de la mano de Kir- de los textos normativos en sus lecciones
chmann, Ihering y Wolf nos explayamos orales y textos; y el lenguaje de la filosofía
sobre el particular), y si impone o no una del derecho, esto es, el que emplean los
neutralidad valorativa, y con qué límites, a filósofos del derecho cuando examinan los
quienes la cultivan. conceptos utilizados por los juristas en las
¿Y por qué un curso de filosofía del dere­ lecciones y textos recién aludidos. De esta
cho tiene que poner atención en la ciencia manera, y mientras el primero de ellos (el
del derecho? Es comprensible que un curso de los textos normativos) es un lenguaje de
de este tipo indague sobre la propia filo­ primer nivel, el segundo (el de la ciencia
sofía del derecho, y, como cuestión previa, jurídica) es un lenguaje de segundo nivel,
que lo haga también acerca de la filosofía mientras que el último (el de la filosofía
general, pero ¿por qué dirigir la atención del derecho) constituiría un lenguaje de
hacia ese otro saber, distinto suyo, que se tercer nivel. Dicho de otro modo, mientras
llama “ciencia del derecho”? Simplemente, la ciencia del derecho mira al derecho, la
porque uno de los cometidos que suelen filosofía del derecho mira a la ciencia del
adjudicarse a nuestra disciplina es el de re­ derecho, o, mejor aun, mientras la ciencia
flexionar acerca de la ciencia del derecho, jurídica se enfoca en el lenguaje del dere­
una reflexión que lleva a la filosofía del cho, la filosofía jurídica lo hace en el de la
derecho a constituirse, al menos en parte, ciencia del derecho.
en teoría de la ciencia jurídica, es decir, Por tanto, y sin excluir el enfoque de
en un saber acerca de esta última. En otras Ross, en lo que sigue vamos a tratar de la
palabras, así como la ciencia del derecho ciencia del derecho en su versión más am­
sabe acerca del derecho, del derecho vigente biciosa, al modo como Bobbio la incluye

editorial JURIDICA dechilf 62


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

como una de las partes de su filosofía del jurídica -escribió-, “la reflexión sobre la
derecho. En efecto, el autor italiano, junto ciencia jurídica dogmática es particular­
con introducir un orden en los múltiples mente atractiva”, puesto que se trata del
asuntos que han sido tratados por la filosofía saber jurídico más desarrollado (se refiere
del derecho, según tuvimos oportunidad a la dogmática) y el que posee también
de mostrar antes, declaró que su filosofía una evidente relevancia práctica, desde el
del derecho, esto es, la que ha impartido momento que operadores jurídicos como
en sus cursos universitarios, consta de tres legisladores, jueces y abogados consultan
partes, que él denomina, respectivamente, a los dogmáticos del derecho, revisan las
teoría del derecho, teoría de la justicia, y obras de éstos y siguen con interés sus dis­
teoría de la ciencia del derecho. I a primera cusiones sobre cómo debe ser interpretado
de esas partes se ocupa de establecer un un ordenamiento jurídico, o un sector de
concepto de derecho y, a la vez, de fijar éste, o una institución jurídica determinada,
otros conceptos jurídicos generales, tales o una o más normas jurídicas consideradas
como norma jurídica, ordenamiento ju­ aisladamente. Tampoco es demasiado im­
rídico, validez, eficacia, etc. La segunda portante, a fin de cuentas, la cuestión del
procura establecer un concepto de justicia estatuto científico que pueda o no tener
y examinar los criterios más comúnmente la ciencia jurídica, porque demostrar la
adoptados en las distintas civilizaciones y cientificidad de la dogmáüca no aumentaría
en las distintas épocas tanto para guiar la el conocimiento que tenemos del derecho.
producción de un derecho más justo como En palabras del mismo autor, “nuestro co­
para establecer el grado de corrección de un nocimiento sobre el derecho no aumenta
derecho ya establecido. Y la tercera parte -la por el hecho de que califiquemos la dog­
teoría de la ciencia jurídica- consiste en el mática de ciencia. Nuestro conocimiento
estudio de los procedimientos intelectuales sólo aumenta si describimos y explicamos
adoptados por los juristas para determinar, más y mejor”, o sea, si se incrementa el
interpretar, integrar y conciliar entre sí las rendimiento explicativo de la dogmática,
reglas de un sistema jurídico. una meta que ésta consigue por medio de
Pues bien, y sólo con el propósito de investigaciones, libros, revistas, artículos,
justificar la respuesta que dimos poco más ponencias, memorias de prueba, tesis docto­
arriba acerca de por qué la filosofía del rales o de maestrías, todo lo cual configura
derecho tendría que ocuparse de la ciencia un “termómetro de valoración colectivo”
del derecho, lo que sigue a continuación que permite a los propios miembros de la
equivaldría a lo que Bobbio llama “teoría comunidad dogmáüca de juristas determinar
de la ciencia jurídica”, y que, según acaba­ cuándo uno de esos productos o resultados
mos de ver, él incluye como una parte de es bueno, regular o malo.
su filosofía del derecho y no como un saber La misma noción de “ciencia” es ambigua,
independiente de ésta. puesto que se trata de una palabra que, lo
Por lo demás, la teoría de la ciencia ju­ mismo que pasa con “interpretación”, de­
rídica, y se admita o no que ésta sea una signa tanto una actividad como el resultado
ciencia y se considere o no que aquella es de ésta. En el caso de la interpretación -y
un saber independiente o que forma parte piénsese por ejemplo en la que llevan a
de la filosofía del derecho, es no sólo una cabo losjuristas-, llamamos interpretación
empresa posible y fructífera, sino también tanto a la actividad que ellos realizan para
atractiva, como puso de manifiesto Alber­ determinar el o los sentidos y alcances de
to Calsamiglia (1949-2000) en uno de los las normas y otros estándares jurídicos, y
mejores libros en lengua castellana sobre damos ese mismo nombre al determinado
la materia.59 Entre las tarcas de la filosofía sentido y alcance que en alguna de sus obras
nos ofrecen como resultado de la actividad
59 CALSAMIGLIA, ALBERT: Introducción a la ciencia interpretativa llevada a cabo. Tratándose de
jurídica, Ariel, Barcelona, 1980. la ciencia, como puso de manifiesto Carlos

63 £ d i Te iua i | U R1 Di C A nt c i u u
Curso de Filosofía del Derecho

Niño (1943-1993), se trata de un término “construcción”, “mensura”, “utilización de


“que se usa para referirse tanto a la actividad instrumentos”, pero ninguno de ellos, por se­
de los científicos como al conjunto de propo­ parado, como tampoco en conjunto, pueden
siciones resultantes de esa actividad”.60 Esta ser considerados esenciales para la ciencia,
clase de ambigüedad que tiene la palabra puesto que “se pueden encontrar ramas
“ciencia” -que Niño llama “ambigüedad científicas en donde no se usan esos criterios
proceso-producto”— dificulta saber si cuando o tienen poca influencia”. Así, por ejemplo,
preguntamos por el carácter científico de la las matemáticas no hacen observaciones,
ciencia del derecho nos estamos refiriendo la geometría es dudosamente descriptiva,
al proceso de hacer ciencia jurídica o a las la arqueología no recurre a mensuras, y la
proposiciones que los juristas ofrecen como biología recién está comenzando a utilizar
consecuencia de ese proceso, o a ambas idealización matemática y generalización.
cosas a la vez, lo cual es importante, por­ En consecuencia -que es claramente apli­
que no todo lo que se pueda decir de la cable en el caso de la ciencia jurídica-, “el
actividad de los científicos puede afirmarse fracaso de encontrar propiedades que sean
sin más de las proposiciones científicas. Y, claramente comunes a todas las actividades
además de ser ambigua, la palabra “cien­ ciertamente científicas perjudica el intento
cia” es también vaga, en cuanto no tiene de clasificar con criterios objetivos activida­
límites definidos acerca de su aplicabilidad, des acerca de cuya cientificidad dudamos
como ocurre igualmente con términos como inicialmente”.
“calvo” o “alto”, los cuales podemos usar Por lo demás, no hay únicamente la cien­
sin problemas en determinados casos (un cia, sino la actitud científica, según destacó
hombre que ha perdido completamente en su momento Antonio Hernández Gil,61
el cabello, un basquetbolista que sobrepa­ y adoptar y mejorar esa actitud puede cons­
sa el metro noventa de estatura), aunque tituir un estadio previo a la ciencia, una
hay situaciones que se sitúan en una zona práctica que habría que observar para aspirar
de penumbra que vuelve más incierta la siquiera al rótulo elogioso que ella significa.
aplicación apropiada de términos como “Sería falso descartar de los dominios del
esos. En situaciones como estas conocemos Derecho una actitud científica -escribió el
cuáles características son definitorias de los jurista español-, aunque no siempre logre
términos respectivos, pero ignoramos la el nivel pleno de la ciencia y aun cuando
medida, el grado o la cantidad en que deba no pueda alcanzarse un paralelismo con las
darse una determinada característica para ciencias exactas y naturales”. Una actitud
que la palabra de que se trate pueda ser científica que parte por focalizar el objeto
utilizada con propiedad. Así, por ejemplo, de estudio (un ordenamiento jurídico de­
¿cuántos cabellos tiene que hacer perdido terminado), por ajustarse a él sin preten­
una persona para decir que ella es “calva”? der sustituirlo por otro que nos pudiera
Pero, como señaló Niño, hay otros casos de parecer mejor, por intermediar entre la
vaguedad, todavía más complicados, que producción del derecho y la aplicación de
son los que se presentan cuando podemos éste, por proceder con rigor en cada una
enunciar un conjunto de características de las operaciones que la dogmática lleva
definitorias de algo -por ejemplo, la “cien­ a cabo, por evitar la arbitrariedad, por su­
cia”-, aunque “no podemos afirmar que jetarse a unas mismas reglas al interpretar
ninguna de ellas sea necesaria ni suficiente el derecho y a similares procedimientos a
para la aplicabilidad de la palabra”. Así, a la hora de integrar sus vacíos y salvar sus
la ciencia suelen atribuírsele prácticas y contradicciones, por introducir orden en el
características como “observación”, uso de material normativo con miras a ofrecer un
“hipótesis”, “descripción”, “generalización”,
61 Véase
HERNÁNDEZ GIL, ANTONIO: Problemas
60 Niño, CARLOS: Consideraciones sobre la dogmática epistemológicos de la ciencia jurídica, Civitas, Madrid,
jurídica, UNAM, México, 1989, pp. 9 y 10. 1976.

EDITORIAL JURIDICA DLCHÍLE 64


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

sistema de éste, por emplear un lenguaje permanecerás atento a la novedad, aunque


compartido y a la vez claro, y por someter sin aclamar lo último como lo mejor o lo
los resultados que se obtienen al juicio de más verdadero; tolerarás toda investigación
pares expertos, con la disposición a debatir científica de hipótesis, aunque no creas
con estos en caso de llegar a conclusiones en éstas, y te mostrarás a la vez intolerante
diferentes o contradictorias. con el oscurantismo, el mito o cualquier
Una actividad no es científica por su otra barrera que se levante para impedir
objeto, sino por su método, e incluso por o dificultar la búsqueda y difusión del co­
la actitud que se asume en la identificación nocimiento.62 63 *
y explicación del objeto de que se trate. Y Con pedagógica precisión, Manuel Atien-
el método científico -según Mario Bunge- za da diez consejos para escribir buenos
debe reunir algunos atributos, tales como trabajos dogmáticos:65 a) un buen trabajo de
honestidad intelectual, independencia de dogmáticajurídica requiere casi siempre la
juicio, coraje intelectual, amor por la liber­ utilización de conocimientos provenientes
tad del entendimiento y sentido de justicia, de otros campos, principalmente historia,
donde la honestidad intelectual (aprecio por economía, lógica, sociología, ética y -por
la objetividad y por la verificabilidad) exige qué no- filosofía del derecho; b) ante lodo,
independencia de juicio (hábito de convencerse sea claro, porque es mejor equivocarse con
a sí mismo con pruebas, o a lo menos con claridad que acertar confusamente; c) no
argumentos, sin someterse ni a la autoridad haga citas innecesarias, y no escriba para
de una persona ni al peso y continuidad de mostrar lo que sabe, sino que sepa lo que
la tradición), la cual requiere una dosis de escribe; d) procure acotar con precisión el
coraje (para defender la verdad y criticar problema que se dispone a estudiar; e) antes
el error o abandonarlo cuando el error es de proseguir con su trabajo, asegúrese de
propio), crítica y autocrítica que infunden que lo que se propone estudiar no es un
amor a la libertad del entendimiento (y por problema irrelevante o un seudoproblema;
extensión a todas las libertades), la que, por f) los problemas relevantes son aquellos que
último, afianza el sentido de justicia (disposi­ suelen tener una incidencia apreciable en
ción a tomar en cuenta las opiniones de los la práctica, o que afectan valores constitu­
demás, evaluando sus fundamentos). cionalmente establecidos, o cuya solución
Esas cinco virtudes que deben estar pre­ es condición para hacer frente con éxito
sentes en el método científico -y, por qué a otros problemas; g) trate de verificar si
no, en el trabajo de los juristas-, conducen acaso la existencia de varias respuestas a
a Bungc a establecer un cierto código ético una determinada cuestión se debe a que
de la filosofía científica, el cual se expresa no existía un único problema, sino varios,
en los siguientes mandamientos: no filo­ y procure identificar y separar estos; h) no
sofarás sobre la ignorancia, sino sobre el obstante lo anteriormente expresado, com­
conocimiento, y para ello empezarás por pruebe si un seudoproblema no podría
adquirirlo; no te jactarás de poseer poderes esconder un problema genuino que sí es
cognoscitivos especiales que recorran vías del caso poner al descubierto y analizar;
irracionales o supraempíricas; intentarás i) antes de proponer una respuesta al pro­
expresarte con sentido y con claridad, sin blema planteado, trate de explicar cómo
reemplazar tampoco el análisis por los jue­ ha llegado algo a constituir un problema,
gos de palabras; justificarás lo que afirmes, puesto que comprender adecuadamente un
o sea, ofrecerás pruebas o cuando menos asunto es la antesala de una posible solución
razones a favor de lo que aseveres; no te
atarás a dogma alguno, ya sea que proven­
62 Véase Bunge, MARIO: Ética y ciencia, Siglo XX,
gan de una iglesia, de un partido, de una
Buenos Aires, 1972.
escuela, y no cesarás de dudar y de poner 63 ATIENZA, Manuel: “Diez consejos para escribir
a prueba todo lo que dices y todo lo que se un buen trabajo de dogmática”, en lsonomia, N° 3,
dice; te renovarás, o sea, evitarás fosilizarte y ITAM, México, 1995.

65 EDITORIAL JURIDICA Di-Ciíiu:


Curso de Filosofía del Derecho

al mismo; j) plantéese todas las posibles y o, simplemente, dogmática constitucional,


plausibles soluciones al problema escogido dogmática civil y dogmática penal.
y evalúelas midiendo en cada caso sus con­
secuencias, prefiriendo aquella que resulte
más coherente con los principiosjurídicos, 3. Denominaciones, operaciones
las construcciones dogmáticas y el cono­ Y FUNCIONES DE LA CIENCIA JURÍDICA.
cimiento fáctico disponible, y que, por lo La cuestión de la neutralidad
mismo, pueda ser juzgada como acreedora VALORATIVA
de un mayor consenso racional por parte
de la comunidad jurídica. La “ciencia del derecho” se llama también
Volviendo al objeto de la ciencia del de­ “ciencia jurídica en sentido estricto”, o
recho, él es el derecho, el derecho positivo, “ciencia jurídica particular”, o “dogmática
el derecho puesto o producido por actos jurídica”, y, según hemos señalado antes,
de voluntad humana, el cual se expresa recibe igualmente la denominación de “ju­
en una multiplicidad de ordenamientos risprudencia” y, a veces, de “jurisprudencia
jurídicos dotados de realidad y vigencia particular”.
histórica, esto es, que rigen en lugares y Las denominaciones que tiene este saber
épocas determinados. En rigor, el objeto acerca del derecho, esto es, las seis que que­
de la ciencia jurídica no es “el” derecho, dan mencionadas en el párrafo preceden­
sino “un derecho”, dado que ella no pone te, nos ponen ya en evidentes dificultades.
simultáneamente la atención en todos los Porque decir “ciencia del derecho” significa
ordenamientos jurídicos que puedan estar conferir a este saber un rango científico.
vigentes en un momento dado en distintos ¿Es que lo tiene realmente? Por otra parte,
territorios y ámbitos culturales, sino en uno decir “cienciajurídica en sentido estricto”,
solo de ellos. Todavía más, la ciencia del “cienciajurídica particular” y ‘jurisprudencia
derecho, que atiende a un determinado particular” sugiere, adicionalmente, que
ordenamiento jurídico, no mira a éste en habría también una “ciencia jurídica en
su globalidad, sino en las divisiones que es sentido amplio”, una “ciencia general del
posible hacer de él en ramas o sectores de derecho” y una “jurisprudencia general”.
regulación dotados de una relativa auto­ En fin, llamar a este saber “dogmática ju­
nomía y de un nombre que les es propio, rídica” trae consigo la pregunta acerca de
tales como derecho constitucional, derecho qué significa aquí la palabra “dogmática” y
civil, derecho penal, y así, constituyéndose de si acaso la ciencia jurídica es dogmática,
en tantas cienciasjurídicas cuantos sectores por ejemplo, en el mismo sentido que lo
de regulación hubiere establecido al inte­ es la teología.
rior del ordenamiento de que se trate. En Si cada saber acerca del derecho adopta
consecuencia, denominaciones como esas una perspectiva acerca de éste que enfoca
-derecho constitucional, derecho civil, de­ una determinada dimensión o aspecto del
recho penal, y otras equivalentes- lo son fenómeno jurídico, al modo del lente de
tanto de una rama del derecho, de un sector una cámara de cine que quiere capturar un
de regulaciónjurídica del ordenamiento, y objeto y seguir sus movimientos, no hay duda
del saber o disciplina dogmática que estudia alguna de que en el caso de la ciencia del
ese campo, lo cual es expresión de que una derecho de lo que se trata es de dar cuenta
misma palabra -“derecho”- se emplea para del derecho en cuanto realidad normativa
designar tanto un objeto por conocer como o preferentemente normativa, es decir, en
al conocimiento que se consigue de él. De allí cuanto ordenamiento que rige la conducta
que, para evitar confusiones, resulte preferible humana, en cuanto algo que está allí, en
aludir al saber acerca del derecho constitu­ toda forma de organización de la vida so­
cional, o civil, o penal, con las expresiones cial del hombre, y que consiste en normas
“ciencia jurídico-constitucional”, “ciencia o que tiene que ver preferentemente con
jurídico-civil”; y “ciencia jurídico-penal”, normas. Tal como expresajorge Millas, el

EDITORIAL JURÍDICA DECIIUX 66


Cap. 1. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

objeto propio de la ciencia del derecho “son por las normas y demás estándares de un
las normas jurídicas que no constituyen determinado ordenamiento jurídico, em­
cosas reales pertenecientes a la trama de pleando aquí la palabra “normas” en un
acciones y reacciones entre hechos, sino sentido deliberadamente amplio, de modo
objetos ideales pertenecientes al mundo de comprender en ella a aquellos enunciados
racional de las significaciones”.64 Reconocer que no son, estrictamente hablando, nor­
esta dimensión o aspecto del derecho —su mas jurídicas, porque no tienen la directa
dimensión o aspecto normativo- no significa pretensión de guiar el comportamiento
desconocer que el derecho muestra también bajo la amenaza de sanciones coactivas, y
otras dimensiones o aspectos, por ejemplo, de modo de comprender también aquellas
institucionales y conductuales. Por otra parte, directivas que no funcionan como normas
admitir esa dimensión normativa tampoco y a las que se llama “principios”, “derechos
significa omitir el hecho de la importancia fundamentales” y “valores superiores”. Así las
que tienen en todo ordenamiento jurídi­ cosas, decir que el objeto de conocimiento
co determinados enunciados que no son de la ciencia del derecho son las “normas”
normas de conducta, como aquellos que de un determinado ordenamiento jurídi­
definen conceptos, otorgan competencias, co no significa que este saber acerca del
confieren permisos, interpretan normas o derecho tenga que limitar su atención a
las derogan, y, asimismo, no significa des­ aquellas directivas jurídicas que responden
conocer la presencia en todo derecho de al concepto de norma en sentido estricto y
estándares distintos de las normas y que, dejar fuera de su campo de mira a los enun­
igual que éstas, regulan el comportamiento ciados no normativos que cohabitan con
de los sujetos imperados e influyen en las las normas de todo ordenamiento y demás
decisiones normativas de jueces y legisla­ estándares que forman parte también de
dores, como es, por su parte, el caso de los distintos ordenamientosjurídicos. No es
los principiosjurídicos, y, asimismo, de los éste el lugar ni el momento para extenderse
derechos fundamentales y los valores supe­ sobre qué es una norma, qué es una norma
riores del ordenamiento. Sin embargo, esas jurídica, cuáles son los tipos de enunciados
otras dimensiones del derecho, lo mismo no normativos que están presentes en todo
que la presencia en éste de enunciados que ordenamiento jurídico y los estándares que,
no son normas de conducta v de estánda- distintos de las normas jurídicas, forman
res de un tipo distinto de las normas que también parte del derecho.
son también componentes del derecho, no Por recaer o versar sobre normas (y en­
pueden pasar por alto el hecho de que hay tiéndase que cada vez que hablemos en
una dimensión normativa del fenómeno adelante de las “normas” como objeto de
jurídico, que esta dimensión es incluso la la ciencia del derecho deben entenderse
más nítida o sobresaliente de todas y que incluidas las normas jurídicas propiamente
sobre ella es posible constituir un deter­ tales (normas de conducta) y, asimismo,
minado saber, llegue o no a tener éste un los enunciados no normativos a que alu­
rango propiamente científico. dimos antes, a saber, aquellos que otorgan
Las nonnas y demás estándares del dere­ competencias, que definen conceptos, que
cho están allí, es posible y útil conocerlas, interpretan normas, que otorgan permisos, y,
y de eso se ocupa la así llamada ciencia por último, esas otras piezas o componentes
del derecho. del derecho que son los principiosjurídicos,
El objeto de conocimiento de la ciencia los derechos fundamentales y los valores su­
jurídica, en consecuencia, está constituido periores de cada ordenamiento), la ciencia
del derecho es un saber normativo, mas no
en cuanto sea papel o competencia suya
M Véase Millas, Jorge Filosofía del Derecho, Publilex,

Santiago, 1970. Hay edición en prensa (2011) por producir nuevas normas o dejar sin efecto
editorial Universitaria, Santiago, con introducción, las que puedan estar vigentes como partes
notas y edición de Juan O. Cofre Lagos. de un ordenamiento jurídico determina-

67 EDITORIAL IURIDICA DE ClllLf


Curso de Filosofía del Derecho

do. La ciencia del derecho no introduce ni ta de denominaciones que no alcanzan a


elimina normas de un ordenamiento, sino sugerir la diferencia que existe entre ellas,
que estudia las normas de un ordenamien­ puesto que la expresión “regla de derecho”
to jurídico dado. Los juristas, en cuanto suena demasiado parecida a “norma jurí­
agentes que llevan adelante la ciencia del dica”, tanto que parece sólo una diferente
derecho, no son autoridades normativas, denominación para esta última.
esto es, órganos con competencia para pro­ Precisando ahora la diferencia, podría
ducir normas -como sí lo son, por ejemplo, decirse que las normas jurídicas constituyen
legisladores, autoridades administrativas y el derecho y que los enunciados acerca de
jueces-, y todo lo más que pueden llegar a las normas forman la ciencia del derecho;
ser son autoridades en el sentido intelectual que las normas prescriben y que los enun­
de esa palabra, o sea, personas a quienes se ciados describen, o sea, que las primeras
reconoce competencia en el estudio de un establecen cómo deben deben comportarse
ordenamientojurídico determinado. Con los sujetos normativos y cómo fallar losjueces
todo, y tal como se verá poco más adelante los casos que se les someten, mientras que
a propósito de las funciones que cumple los segundos meramente informan acerca
la ciencia del derecho, ésta tiene también de lo que un derecho establece sobre cómo
una cierta función normativa, puesto que deben comportarse sujetos normativos y
influye en quienes producen, interpretan cómo proceder losjueces en el conocimiento
y aplican las normas de un ordenamiento y fallo de los asuntos; que las normas, por
jurídico, esto es, influye en las autoridades tanto, tienen una naturaleza prescriptiva
normativas antes señaladas. Es más, se hace y los enunciados una cognoscitiva; que las
ciencia del derecho con fines de difusión y primeras son introducidas y dejadas sin
conocimiento de un ordenamientojurídico efecto por actos de las correspondientes
dado, aunque también para guiar o influir autoridades normativas, mientras que los
en los procesos de producción y aplicación segundos provienen de la actividad intelec­
de las normas del ordenamiento que están tual que acerca del derecho llevan adelante
a cargo de quienes tienen el carácter de los juristas; y que de las normas jurídicas
autoridades normativas. no tiene sentido preguntarse si son verda­
Por lo mismo, una cosa son las normas del deras o falsas, porque ellas indican no lo
ordenamiento, objeto de la ciencia jurídica, que es, sino lo que debe ser, en tanto que
las cuales son producidas por autoridades sí tiene sentido una pregunta semejante
normativas, y otra cosa los enunciados que tratándose de los enunciados acerca de
acerca de las normas emite esa modalidad las normas. De las normasjurídicas tiene
del conocimientojurídico que conocemos sentido preguntarse no si son verdaderas o
con ese y otros nombres, los cuales provie­ falsas, sino otras cosas, por ejemplo, si son
nen de los juristas que la cultivan. Una cosa o no válidas (o sea, si existen como tales y
es el derecho y otra la ciencia del derecho. pertenecen al ordenamientojurídico de
Una cosa son las normas del derecho penal que se trate); si son o no eficaces (o sea, si
vigente en un lugar y tiempo dados, que en el hecho con generalmente obedecidas
están en el Código Penal y en determinadas por los sujetos normativos y aplicadas por
leyes especiales, y otra los enunciados que los órganos jurisdiccionales); si son o no
acerca de esas normas emite un estudioso efectivas (es decir, si más allá de que sean
■'íi;

del derecho penal, las que se contienen, habitualmentc obedecidas y aplicadas cum­
por ejemplo, en un libro o tratado de que plen o no, y en que medida, los objetivos
este último es autor. A las primeras puede últimos para los cuales fueron establecidas;
llamárselas, en general, “normasjurídicas” y, por último, si son o no justas (esto es, si
y a los segundos, “enunciados acerca de las satisfacen o no, y también en qué medida,
normasjurídicas”. Kelsen propuso llamar un determinado criterio de justicia que se
“normas jurídicas” a las primeras y “reglas les aplique para decidir acerca de su correc­
de derecho” a las segundas, aunque se tra­ ción) . En síntesis, el derecho es normativo

editorial JURIDICA decwie 68


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

porque contiene normas, mientras que la ordenamiento jurídico. Mira a un solo or­
ciencia del derecho lo es porque versa o denamiento, o, si se prefiere, mira a cada
recae sobre normas. ordenamiento por separado, sin perjuicio
Si quisiéramos poner la distinción entre de que para facilitar la comprensión del
derecho y ciencia del derecho en términos ordenamiento jurídico al que mira pueda
de los niveles del lenguaje en que se sitúan observar también -auxiliándose del méto­
por un lado las normas jurídicas que integran do del derecho comparado- otros ordena­
el primero y, por el otro, los enunciados mientos jurídicos. En segundo término, la
jurídicos que componen la segunda, podría­ ciencia del derecho se denomina “ciencia
mos decir que el lenguaje del derecho, es jurídica particular”, o “ciencias jurídicas
decir, el lenguaje de las normas jurídicas, es particulares”, en cuanto al concentrar su
un lenguaje de primer nivel, mientras que atención sobre un ordenamiento jurídico
el lenguaje de la ciencia del derecho, esto determinado, lo hace ciñéndose a las di­
es, el lenguaje de los enunciados o proposi­ visiones o partes de éste -las así llamadas
ciones acerca de las normas, constituye un “ramas del derecho”-, lo cual explica que
lenguaje de segundo nivel. Tal como apunta exista una ciencia jurídica constitucional,
sobre el particular Albert Calsamiglia,65 “el una ciencia jurídica civil, una ciencia jurídica
lenguaje de los juristas es un metalenguaje penal, y así, constituyéndose de ese modo
descriptivo que tiene por objeto un lenguaje la ciencia del derecho en tantas ciencias
prescriptivo”. De esta manera, el lenguaje cuantos sectores de regulación jurídica
prescriptivo (de las normas) es un lenguaje dotados de una cierta autonomía puedan
de primer nivel, al paso que el descriptivo distinguirse al interior del ordenamiento.
(de los enunciados acerca de las normas) Pero hay todavía una tercera razón para la
es de segundo nivel. denominación “cienciajurídica particular”,
Tocante ahora a su denominación, la que tiene que ver ahora con la existencia
ciencia del derecho se llama también “ciencia de una cicnciajurídica general, es decir,
jurídica en sentido estricto”, nombre éste con un saber acerca del derecho positivo
que se explica en cuanto ella trabaja con en general y no sobre un ordenamiento
el material más específicamente jurídico jurídico en particular, al que suele llamar­
-las normas de un ordenamiento jurídico se “ciencia general del derecho” o “teoría
dado- y es practicada únicamente por juristas, general del derecho”.
a diferencia de otras ramas del saber -por La ciencia del derecho recibe a veces la
ejemplo, la historia del derecho y la sociología denominación de “jurisprudencia”, tal como
jurídica-, que ponen su atención en otros quedó de manifiesto cuando expusimos las
aspectos del derecho y que son cultivadas críticas de Kirchmann y de Ihcring al saber
por historiadores y por sociólogos. de los juristas. A propósito de esta nueva
La ciencia del derecho toma también denominación, suele distinguirse entre
el nombre de “cicnciajurídica particular”, “jurisprudencia particular”, o nacional, y
denominación que puede ser explicada “jurisprudencia general”, en el entendido
desde dos distintos puntos de vista. Pri­ de que la primera tiene por objeto el estudio
mero, porque se trata de un saber acerca de un ordenamiento jurídico determinado
del derecho que concentra su atención en que rige en un lugar y tiempo dados, y que
un ordenamiento jurídico determinado al la segunda estudiaría conceptos jurídicos
que limita sus enunciados de tipo cognos­ comunes a todos los ordenamientos jurí­
citivo. La ciencia del derecho no mira a dicos.
todos los ordenamientos jurídicos a la vez Finalmente, quizás si la denominación
ni trata tampoco de obtener conocimientos más desconcertante de la ciencia del derecho
que puedan valer por referencia a todo sea la última que apuntamos -“dogmática
jurídica”-, puesto que si bien esta nueva
65 Calsamiglia, Albert: Introducción a la ciencia manera de nombrarla elimina la palabra
jurídica, ob. cit. “ciencia” y, con ello, la discusión de si ese

iDiroRMi JURIDICA ntemu


Curso de Filosofía del Derecho

término sejustifica o no a propósito de un someten a algún tipo de control y discusión


saber como éste, incluye ahora otra pala­ la información que proporcionan acerca del
bra -“dogmática”-, que tiene resonancias ordenamiento jurídico. Publican sus obras,
negativas y que, además, se contrapone se comentan unos a otros, se reúnen en se­
abiertamente con el sentido del vocablo minarios y congresos para analizar y debatir
“ciencia”. Entonces, con esta nueva de­ conclusiones, y sujetan a crítica y a revisión
nominación acontece que sale la palabra los enunciados con los que procuran dar
“ciencia” -lo cual puede ser positivo-, pero cuenta de un ordenamiento jurídico dado,
entra un término-“dogmática”-, que junto o, mejor, de una parte o rama determinada
con tener resonancias negativas, parece de un ordenamiento jurídico dado.
referirse a algo enteramente distinto de Descartada la posibilidad de que la cien-
la ciencia. En primer lugar, “dogmático” cia jurídica sea dogmática en el sentido de
tiene esas resonancias negativas que aca­ acrítica, cabe señalar ahora que lo es en
bamos de mencionar, puesto que se trata cuanto las normajurídicas sobre las cuales
de un término que se aplica a algo, o a ti abaja, así como el ordenamiento que ellas
alguien, que no admite argumentaciones forman en cada caso, se presentan ante
en contrario; por otra parte, “dogmático”, el jurista como algo dado o puesto que él
al ser un término que se opone a “crítico”, no puede modificar de acuerdo a cuáles
resulta una característica incompatible con puedan ser sus preferencias estimativas. Las
la ciencia, desde el momento que ésta es, normas jurídicas no son dogmas, esto es,
por definición, un saber crítico acerca de no pueden ser consideradas como verda­
algo, vale decir, un saber que se muestra des, ni menos como verdades firmemente
siempre dispuesto a someter sus postulados establecidas y seguras, aunque funcionan en
a control y a discusión, como también a cierto modo como dogmas, o sea, como un
revisión, y que es capaz incluso de instalar dato de la realidad objetiva al que el jurista
y favorecer una cierta institucionalidad -la debe ceñirse en su trabajo, resignándose a
llamada “comunidad científica”- en la que dar cuenta de las normas tal como éstas son
ese control, debate y revisión tienen lugar y estándole vedado reemplazarlas, cuando
de modo organizado y regular. no reciban su aprobación, por otras que sí
Cabe, pues, preguntarse en qué sentido cuenten con su beneplácito.
la dogmática jurídica es dogmática, o, lo que Por proceder del modo antes señalado
es lo mismo, en qué sentido la ciencia del se ha comparado a veces a la dogmática
derecho constituye un saber dogmático. De jurídica con la teología, aunque tal com­
partida, queda excluido que “dogmático” paración -como lo ha mostrado bien Jorge
signifique en este caso que las conclusiones a Millas- “se funda sólo en el empleo metafó­
que llegan losjuristas cuando hacen ciencia rico y tal vez abusivo del término dogma”.
del derecho no están sometidas a ningún Así, el que ese término haya sido invocado
tipo de control, debate ni revisión. Lejos tanto para referirse a la recepción de los
de eso, y como hace cualquier colectivo materiales normativos por parte del jurista
de personas que quiere ser fiel al rango como para aludir a la análoga recepción de
científico o pretendidamente científico del la palabra divina es un puro equívoco. “Pues
saber que practican, los juristas justifican si se quiere señalar la fidelidad de la ciencia
sus conclusiones, es decir, dan razones en jurídica a lo que le es dado como objeto
favor de las mismas y son capaces de discutir -la norma en su plenitud de sentido-, más
no sólo acerca de la pertinencia de éstas, aclarativo es compararla con la que toda
sino también sobre cómo una determinada ciencia observa respecto al suyo”. En este
de esas conclusiones puede lograr mejor sentido -concluye Millas- “cualquier cono­
el propósito descriptivo que la dogmática cimiento es dogmático, en cuanto aspira a
tiene respecto del derecho. Losjuristas, dar cuenta exacta de las cosas que tiene a
sea o no una ciencia lo que ellos hacen, se la vista”, de modo que “el jurisconsulto no
comportan en general como científicos y acepta el derecho positivo como ‘dogma*

EDITORIAL JURÍDICA DtCliilt 70


Cap. I. Filosofía, Filosofía de) Derecho, y Ciencia del Derecho

en que creer, sino como dato que describir usa la palabra “pura” sea para adjetivar a
y conccptualizar”.66 “teoría”, no a “derecho”, sugiriendo con
Atenerse a lo dado o puesto como dere­ ello que lo que tiene que resultar puro es
cho, sin poder reemplazarlo directamente el conocimiento y no el objeto sobre el cual
por un derecho que se considere mejor o éste versa o recae. Una teoría puede ser pura,
más justo: he ahí, entonces, por qué puede o pretender serlo, pero no el derecho que
decirse que la ciencia jurídica es un saber esa teoría estudia.
dogmático. Con todo, nos gustaría destacar que el
A raíz de lo anterior es que se habla, por postulado de la neutralidad valorativa en
lo mismo, de la neutralidad valorativa con modo alguno entraña una prohibición para
que el jurista debe proceder ante su objeto los juristas en orden a hacer la crítica de
de estudio, una exigencia que no puede un derecho positivo dado. Un jurista, luego
menos que satisfacer si es que aspira a que de identificar algo como derecho válido,
el conocimiento que produce y difunde pue­ puede perfectamente pronunciarse acerca
da ser tenido como ciencia. El papel de la de la conveniencia o inconveniencia de ese
ciencia es describir, no prescribir, o sea, su derecho. Un jurista, por ejemplo, puede
papel es decir lo que las cosas o fenómenos identificar y comentar detalladamente las
de la realidad son y no lo que deberían ser. normas de la legislación penal que autorizan
En consecuencia, el jurista, si quiere que su en ciertos casos la aplicación de la pena de
saber gane un sitio en el lugar reservado a las muerte, y, acto seguido, criticar esa pena
ciencias, tiene que trabajar con las normas y propiciar su abolición del ordenamien­
de un ordenamiento al modo de datos de to jurídico nacional, como podría hacer
una realidad que él no está directamente también lo contrario, vale decir, declararse
llamado a cambiar. Es cierto -como dice partidario de esa pena y abogar incluso
ahora Antonio Hernández Gil- que las nor­ por su expansión a otros delitos que con­
mas jurídicas, por ser normas, constituyen sidere especialmente graves. Así las cosas,
un “deber ser”, pero no lo es menos que el postulado de la neutralidad valorativa,
las normas del derecho son un “factum” al que es incompatible con la sustitución de
que es posible aproximarse con el fin de lo dado o puesto como derecho, no es in­
conseguir un conocimiento objetivo. “Dog­ compatible con la crítica de lo que en un
matismo -como vuelve a señalar Hernández momento dado se encuentre establecido
Gil-67 quiere decir sometimiento riguroso como derecho. De allí, precisamente, que
del jurista a lo establecido como derecho el aludido postulado reciba comúnmente
positivo e imposibilidad de introducir va­ ese nombre -“neutralidad valorativa”-y no
riaciones o correcciones en el material nor­ el de “abdicación valorativa”.
mativo dado”, sin perder por ello de vista Es efectivo que algunos autores lo llaman
que ese material tiene, él mismo, contenido de esa segunda manera y consideran, por
valorativo, en cuanto alberga y normativiza tanto, que el jurista, además de no poder
valores. De esta manera, que la ciencia del ocultar o sustituir lo que se encuentre dado
derecho deba ser neutral no quiere decir como derecho, tampoco podría cuestionar
que el derecho lo sea. El derecho nunca o siquiera criticar lo que se halla estableci­
es neutral o avalorativo. El derecho, por do como derecho. Pero ello importa una
su propia índole, es una toma de posición denominación incorrecta y una extensión
ante el comportamiento humano, y refleja indebida de un principio que lo único que
siempre, de alguna manera, las ideas morales veda al jurista es la ocultación o sustitución
que prevalecen en el grupo social al cual del derecho dado, mas no el cuestionamiento
rige. De allí también que cuando Kelsen o la crítica de éste.
Vale la pena detenerse ahora en el carác­
66 MILLAS, JORGE: Filosofía del Derecho, ob. cit. ter científico que se atribuye comúnmente
67 Hernández GIL, Antonio: Problemas epistemo­ a la dogmática jurídica, un carácter que
lógicos de la ciencia jurídica, ob. cit., pp. 58 y 91. queda por lo demás de manifiesto cuando

71 ídítonai JURIDICA díchju


Curso de Filosofía del Derecho

se utilizan para ella denominaciones como con la utilidad del trabajo que realiza esa
“ciencia del derecho”, “cienciajurídica en misma comunidad. Un poder y un prestigio
sentido estricto” o “cienciajurídica parti­ —vale la pena recordar— que en muchas
cular”. ¿Puede ese saber que desde antiguo épocas e innumerables ocasiones han sido
practican los juristas presentarse legítima­ puestos en duda y francamente ironizados
mente como una ciencia o los juristas se por quienes no son juristas, y hasta por los
apropian indebidamente de esta palabra propios juristas, como aconteció con el cé­
para dar así mayor prestigio e influencia al lebre opúsculo de Von Kirchmann sobre
saber que practican? Como sabemos, ésta el carácter no científico de la así llamada
es una antigua y recurrente discusión en “ciencia del derecho”.
la que no faltan voces ni en un sentido ni Llegamos así a la cuestión de las funciones
en otro. Se trata también de una discusión que cumple la ciencia del derecho.
problemática, porque depende en verdad De conformidad a lo que venimos di­
de dos cosas, a saber, primero, que se par­ ciendo, la dogmáticajurídica cumple cier­
ta de una noción común de ciencia que tamente una función cognoscitiva respecto
todos los que participan en la discusión del ordenamiento jurídico sobre el cual
puedan compartir, y, segundo, que el sa­ trabaja. A la vez, y en la medida en que
ber que practican los juristas encaje en la las disciplinas dogmáticas de carácter cog­
noción de ciencia previamente establecida noscitivo se reproducen como asignaturas
y compartida. Sin embargo, la noción de del mismo nombre que hacen parte de la
ciencia es ella misma problemática, puesto enseñanza jurídica, la dogmática cumple
que no hay una sola definición de ciencia también una función que concierne ahora a
que todos declaren haber aceptado. De este la transmisión y difusión del conocimiento
modo, una definición amplia podría dar jurídico. Por último, tiene también una fun­
cabida ala dogmática jurídica, mientras que ción normativa, en el sentido que veremos
una definición más estricta podría dejarla más adelante. Y puede incluso atribuirse
fuera del elenco de las ciencias. Así, que a la dogmática una función de carácter
la dogmática constituya o no una ciencia ideológico.
va a depender, ante todo, de la noción de Tales funciones de la dogmática apare­
ciencia que empleemos. “El carácter cien­ cen en la medida en que advertimos antes
tífico de los conocimientos jurídicos estará cuáles son las distintas operaciones que ella
sin duda en función de los caracteres que realiza por referencia a las normas de un
se consideren definitorios de la ciencia en determinado ordenamiento jurídico.
general”, escribe al respecto Elias Díaz.68 Si La primera de tales operaciones consiste
la distinción entre ciencia y no ciencia no en el reconocimiento del ordenamiento
es rígida, tampoco puede serlo la inclusión jurídico que constituye el objeto de estudio
de un determinado saber —en nuestro caso de la dogmática, lo cual quiere decir que
la dogmática jurídica- en el elenco de las ésta, empleando para ello algún criterio
ciencias. implícito o explícito acerca de la validez
Por tanto, podemos manifestarnos de del derecho, asume o certifica que en un
acuerdo con los autores que afirman que lugar y tiempo determinados existe un or­
la discusión acerca de si la dogmática ju­ denamiento jurídico en vigor al que van
rídica es o no una ciencia tiene una signi­ a circunscribirse los enunciados de tipo
ficación antes política que cognoscitiva, cognoscitivo que son el resultado del trabajo
con lo cual se quiere decir que se trata de dogmático que se lleva a cabo por referencia
un debate cuyo resultado puede tener más a ese mismo ordenamiento.
importancia en relación con el poder y el De este modo, puede decirse que la
prestigio de la comunidad dogmática que existencia de un ordenamiento jurídico
es a la vez el presupuesto y el marco de
68 referencia para que pueda tener lugar la
Véase DÍAZ, ELIAS: Sociología y filosofía del derecho,
Taurus, Madrid, 1974. constitución del trabajo dogmático con el

EDITORIAL JURÍDICA CHILE 72


Cap. 1. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

derecho. Es efectivo que el reconocimiento La tercera operación concierne a la in­


de un ordenamiento jurídico pasa por la terpretación de las normas, esto es, a la de­
adopción consciente o inconsciente de algún terminación del marco de posibles sentidos
criterio acerca de la validez del derecho, que ofrecen las normas y otros estándares
vale decir, de algún punto de vista acer­ que son componentes o piezas del orde­
ca de la cuestión que concierne a cuándo namiento, especialmente en los casos en
o bajo cuáles condiciones resulta posible que aquéllas y éstos tienen márgenes de
afirmar que estamos en presencia de un vaguedad o indeterminación.
ordenamiento jurídico que existe como tal y En efecto, uno de los trabajos principales
que obliga o vincula a los correspondientes que realizan los juristas es el de interpre­
sujetos imperados, todo lo cual constituye tación del derecho, aunque en su caso se
una materia más propia de la filosofía del trata de una actividad que, a diferencia de
derecho que de la dogmática jurídica. Sin cuando es efectuada por los jueces, no está
embargo, la dogmática no puede comenzar ligada ni a la aplicación ni a la producción
su trabajo si es que previamente sus agen­ de nuevas normas jurídicas. Precisamente,
tes, vale decir, los juristas, no admiten y se acostumbra hablar de interpretación ope­
certifican de algún modo la existencia del rativa del derecho para referirse a aquella
ordenamiento jurídico que constituye su que realizan órganos o personas encarga­
objeto de estudio, aunque el criterio que das tanto de aplicar como de crear normas
utilicen para ello trascienda la competencia jurídicas. Tal es el caso, por ejemplo, de
de la propia dogmática y provenga a fin de legisladores y de jueces. En cambio, se llama
cuentas de alguna de esas otras disciplinas interpretación no operativa a la que realizan
que acabamos de mencionar, por ejemplo, quienes no están llamados a aplicar ni a
la filosofía del derecho. Cabe recordar, asi­ producir derecho, como es el caso de los
mismo, algo que tuvimos oportunidad de juristas. Sin embargo, y tal como indicaremos
mencionar antes, a saber, que la dogmática a propósito de la última de las operaciones
no procede de una vez sobre la totalidad que realiza la dogmática, la interpretación
del ordenamiento jurídico, sino que se no operativa de las normas que lleva a cabo
fracciona en tantas dogmáticas o ciencias tiene incidencia en la interpretación opera­
jurídicas particulares cuantos sectores de tiva que de las mismas realizan los órganos
regulación o ramas existan en el respectivo de aplicación y producción del derecho,
ordenamiento. especialmente los jueces.
La segunda operación que realiza la Siempre a propósito de la interpreta­
dogmática consiste en la localización o ción, cabe destacar lo siguiente: aquello
identificación de las normas jurídicas que que encontramos en los textos normativos
al interior del respectivo ordenamiento ju­ -un código o una ley cualquiera, por ejem­
rídico se encuentran vigentes y no han sido plo-y que llamamos comúnmente “normas”,
formalmente derogadas, lo cual supone son en verdad “enunciados normativos”, o,
que los agentes del conocimiento dogmá­ si se prefiere, “disposiciones”, de manera
tico del derecho tengan claridad sobre las que estos últimos, una vez interpretados,
fuentes del ordenamiento jurídico de que permiten fijar la norma del caso. En otras
se trate, o sea, sobre quienes y a través de palabras, y al revés de lo que solemos afirmar,
qué procedimientos es posible introducir las normasjurídicas no preceden al acto de
nuevas normas o dejar sin efecto las que interpretarlas, sino que son el resultado de
puedan existir. Esta segunda operación de éste, algo que vale la pena poner de mani­
la dogmática pone de relieve que, sin per­ fiesto para calibrar mejor la importancia de
juicio del previo reconocimiento que ella la actividad interpretativa, especialmente en
hace del ordenamiento jurídico como un el caso de lo que antes llamamos “interpre­
todo, practica también una identificación tación operativa”. Se las llame “enunciados
de las normas jurídicas válidas que forman normativos”, “formulaciones normativas,” o
parte del mismo ordenamiento. “disposiciones”, lo cierto es que son ellas el

73 i: n i ro iu.m | U KIDIC A de a hle


Curso de Filosofía del Derecho

objeto de la actividad de los intérpretes del La cuarta operación de la dogmática tiene


derecho, de manera que las normas propia­ que ver con la construcción de instituciones
mente tales -aunque podamos continuar y la fijación de conceptos fundamentales, lo
llamando “normas” a aquellos enunciados, cual quiere decir que ella no se queda en
formulaciones o disposiciones- aparecen la interpretación aislada de las normas del
luego de que los enunciados son interpre­ ordenamiento, sino que, con apoyo en esa
tados. Así, por ejemplo, la sencilla “norma” interpretación, concuerda las distintas nor­
de una ordenanza que dice “Se prohíbe el mas y lleva a cabo organizaciones parciales
ingreso de vehículos al parque municipal”, del material normativo que se conocen con
es en realidad un enunciado normativo, el nombre de “instituciones”, a propósito
formulación o disposición que, sólo una de lo cual fija también conceptos jurídi­
vez interpretado, permite concluir que la cos que facilitan el manejo de ese material
prohibición afecta a vehículos que puedan normativo.
amenazar la seguridad o la tranquilidad de En cuanto a la quinta operación de la
las personas que concurren al parque (por dogmática, llamada de sistematización, re­
ejemplo, camiones, automóviles, motocicle­ presenta un peldaño superior respecto de la
tas) , pero no a aquellos que en nada podrían de construcción -así como ésta lo representa
amenazarlas (por ejemplo, el cochecito a a su vez. respecto de la de interpretación- y
pedales de un niño). Del mismo modo, la tiene que ver con la reconstrucción concep­
“norma” que dice “Prohibido el ingreso con tual ordenada y coherente tanto del material
perros al andén”, fijada a la entrada de una normativo como de las instituciones, con
estación de ferrocarriles, es un enunciado, el fin de ofrecer una mirada de conjunto,
formulación o disposición que, debidamente si no sobre la totalidad del ordenamien­
interpretado, conduce a la conclusión de que to jurídico, al menos sobre cada una de
no sólo está vedado el ingreso con perros, sus ramas. Como parte de esta operación
sino con cualquier otro animal que pueda sistematizadota, los juristas advierten no
amenazar la seguridad y tranquilidad de sólo que las normas y otros estándares del
quienes circulan por el recinto (por ejemplo, derecho están siempre necesitados de inter­
tigres, pumas y leones). Podríamos imaginar pretación. Reparan también en los vacíos
que el jefe de estación, cansado de tener del ordenamiento -las llamadas lagunas- y
que explicar a quienes llevan consigo tigres, establecen métodos para llenarlas. Del mismo
pumas y leones que no pueden ingresar modo, con ocasión del trabajo dogmático
con ellos a los andenes no obstante que la con un determinado ordenamiento, los
norma se refiere únicamente a los perros, juristas detectan conflictos de normas, o
cambia la “norma” y escribe ahora “Prohi­ conflictos entre principios y otros están­
bido el ingreso con animales al andén” y dares -las llamadas antinomias- y, por lo
que, modificado de esa manera el texto de mismo, adoptan y proponen criterios para
la disposición, el entomólogo del pueblo, resolverlos. Con todo, podría sostenerse
o el poeta del lugar, pretenden entrar a la que en materia de lagunas y antinomias lo
estación, uno portando un pequeño insecto único que hacen losjuristas dogmáticos es
AJI t - i ).l

que lleva en un frasquito y el otro con una advertirlas en el ordenamiento de que se


mariposa posada en uno de sus hombros. trate y proponer maneras de solucionarlas,
¿Podría en tal caso impedírseles la entrada dejando en manos de la filosofíajurídica, o
porque la “norma” prohíbe el ingreso con de la teoría del derecho, el previo estudio y
animales y el insecto y la mariposa lo son? determinación de los métodos para colmar
Desde luego que no, porque ese enunciado lagunas y de los criterios para resolver an­
normativo, una vez interpretado, conduce tinomias, incluyendo la cuestión de cuáles
a la conclusión de que la norma sólo pro­ de esos métodos o criterios son prioritarios
híbe el ingreso con animales que puedan respecto de otros, los que losjuristas se
perjudicar la seguridad o la tranquilidad limitarían luego a aplicar a los casos de
de los pasajeros. lagunas y antinomias que adviertan en el

editorial JURIDICA de chile 74


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

curso de su trabajo dogmático. Esto último que ella prepara y a la vez facilita la apli­
quiere decir que los filósofos o teóricos cación de las normas a los casos concretos
del derecho establecerían tales métodos y de la vida social que deben ser tratados o
criterios, explicando en qué consiste cada resueltos, precisamente, en aplicación de
uno de ellos y cómo deben ser priorizados, determinadas normas del ordenamiento. Y
mientras que los dogmáticos simplemente al colaborar en la aplicación de las normas,
los aplicarían, como también los jueces, la dogmática se compromete también con
cuando verifiquen una laguna o antinomia la producción de nuevas normas jurídicas
en relación con un caso concreto de la vida que acompaña habitualmente a los procedi­
social que deban resolver. mientos de aplicación de las mismas. Como
Es evidente, por lo mismo, la relación reflexiona a este respecto Elias Díaz (1934),
que existe entre las tres últimas opera­ el trabajo del jurista no consiste en una labor
ciones de la dogmática que acabamos de de análisis formal de las normas, sino que
presentar -interpretación, construcción ineludiblemente reenvía a una comprensión
y sistematización—, puesto que, tal como de fondo de la misma realidad social a la
fue anticipado, ellas representan, en ese que el derecho va a aplicarse, así como al
mismo orden, tres niveles ascendentes de análisis de las vías de comunicación que
generalidad y abstracción. Así, y retomando entre norma y realidad social se establecen
aquí ideas de Radbruch, la interpretación a través de esa aplicación del derecho. Lo
jurídica tiene que ver con la determinación anterior quiere decir que la dogmática jurí­
del sentido objetivo de las normas del dere­ dica tiene también una evidente dimensión
cho, la construcción con la presentación de práctica, en cuanto está orientada hacia las
instituciones que representan una síntesis decisiones normativas que adoptan otros
realizada sobre los resultados obtenidos operadores jurídicos -legisladores, jueces,
previamente en el análisis de las normas, autoridades administrativas- sobre quienes
y la sistematización con una operación que influyen las elaboraciones dogmáticas, sin
es a partes extensas del ordenamiento -por olvidar -por otra parte- que la dogmática
ejemplo, derecho civil, derecho procesal-lo jurídica, en cuanto discurre y se expresa en
que la construcción es a una determinada las asignaturas que forman la mayor parte
institución. de los planes de estudio y de enseñanza
Por otra parte, ese camino de tres esta­ del derecho, condiciona también la cultu­
ciones que recorre la dogmática desde la ra jurídica que gobernará las actuaciones
interpretación de las normas a la construc­ de futuros operadores jurídicos, sean estos
ción de instituciones y desde ésta hasta el jueces, abogados, legisladores o autoridades
sistema, no representa un camino en una de la administración.
sola dirección, sino, en cierto modo, una Como declaró Niklas Luhmann (1927-
ruta a la vez de ida y de regreso, puesto que 1998) a propósito de su tesis sobre la dog­
lo que la dogmática afirma a nivel del sistema mática, todos los juristas subrayan unáni­
acaba teniendo efectos, o sea, revirtiendo, memente que ella no sirve a sí misma, sino
en lo que son sus proposiciones a nivel de a la vida. De este modo, si es efectivo que
las instituciones y de la interpretación de muchas investigaciones jurídicas de carácter
las normas. dogmático se realizan para conseguir un
Cabe señalar, asimismo, que si inter­ mejor entendimiento y una mayor claridad
pretación, construcción y sistematización a propósito de las normas e instituciones del
representan niveles ascendentes de gene­ ordenamiento, también lo es que, quiérase
ralidad y abstracción, ese mismo proceso o no, tales investigaciones ofrecen solucio­
de generalidad y abstracción se continúa nes a las distintas autoridades normativas,
luego con la teoría general del derecho, en particular a los jueces, aunque tampoco
según veremos más adelante. hay que olvidar las aportaciones que los
Pero hay todavía una sexta y muy impor­ expertos en las distintas ramas del derecho
tante tarca de la dogmática, consistente en hacen con ocasión de sus comparecencias a

75 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

las comisiones legislativas donde se prepara maciones: el pasado determina el presente.


la formación de las futuras leyes. La dogmática como práctica debe servir al
Por todo ello es que puede decirse que output, al resultado social. Una dogmática
la ciencia jurídica, además de normativa que no tenga en cuenta las consecuencias
en cuanto versa o recae sobre normas, es está construida en el vacío.
también una ciencia práctica, en la medida Como es evidente, la dogmática colabora
en que se pone al servicio de fines prácti­ con los jueces en la resolución de casos
cos. Refiriéndose a ese doble carácter de difíciles, como los de vaguedad o indeter­
la ciencia jurídica -normativo y práctico-, minación de las normas y otros estándares
Helmut Coing escribe que “el objeto de aplicables a un caso dado, lagunas y antino­
la ciencia jurídica es el derecho positivo mias, aunque también lo hace en esa otra
válido en una determinada comunidad y hipótesis de caso difícil que se produce toda
en un determinado momento”, aunque vez que el juez advierte que de la aplicación
“su objetivo último es el caso individual y de una norma a un caso se seguirán conse­
su decisión. Lo que tiene ante la vista es el cuencias notoriamente injustas o inconve­
juez que debe decidir litigios, el abogado nientes que el legislador no previo y que
que debe aconsejar a un hombre acerca quizás no pudo razonablemente prever, pero
de lo que debe hacer, el notario que debe que es necesario evitar que se produzcan.
registrar o formular un contrato. La ciencia Todavía más: la dogmática puede ofrecer
del derecho aspira a posibilitar y facilitar algún tipo de orientación a los jueces no ya
su tarea”.69 para resolver casos difíciles, sino trágicos,
Tiene entonces la dogmáticajurídica ese que son aquellos que se producen cada vez
carácter “híbrido” que le atribuyó Calsami- que, resuélvaselos como se los resuelva por
glia, porque a las indudables operaciones parte de un juez, se afectará un derecho
de tipo cognoscitivo que ella realiza suma fundamental de alguien.
esta no menos evidente operación práctica Sin embargo, la colaboración de la dogmá­
y, en algún modo, prescriptiva que acaba­ tica con la función jurisdiccional parece más
mos de explicar. El derecho sobre el cual clara y directa en las tres primeras hipótesis
trabaja la dogmática nunca esta hecho del de casos difíciles -vaguedad o indetermina­
todo, puesto que los procesos de produc­ ción, lagunas y antinomias-, puesto que ellas
ción jurídica se continúan a diario, tanto pueden ser advertidas por losjuristas en el
por parte del legislador como -más diná­ ordenamiento sin necesidad de imaginar un
micamente todavía- por parte de jueces y caso concreto de la vida social que las ponga
sujetos imperados. Pues bien, tanto jueces de manifiesto, mientras que las dos últimas
como sujetos imperados, o quienes en su situaciones-la hipótesis de caso difícil consis­
condición de abogados asesoran a estos tente en consecuencias notoriamente injustas
últimos, aprovechan las aportaciones de e inconvenientes que puedan derivarse de
la dogmática y utilizan los resultados del la aplicación de una norma a un caso y la
trabajo de losjuristas como materiales para hipótesis de los casos trágicos-, para confi­
las decisiones normativas que adoptan los gurarse como tales, parecen requerir de un
primeros y para la producción de las normas asunto concreto de la vida social encarado
que los vincularán entre sí en el caso de los por un juez que, en presencia de ese asun­
segundos. Según explicó Calsamiglia, la to y no en abstracto, advierte una de estas
orientación cognoscitiva de la dogmática dos posibles situaciones: que la aplicación
se dirige al pasado, al input; mientras que la de una norma en general razonable puede
dogmática como práctica debería ocuparse producir en determinadas circunstancias
del futuro. la dogmática como conocimiento unas consecuencias notoriamente injustas e
tiene como objeto el análisis de las infor­ inconvenientes que parece conveniente evitar,
o que hay un conflicto entre dos derechos
69 Véase COING, HELMUT: Fundamentos de filosofía fundamentales y que él debe inclinarse por
del derecho, Ariel, Barcelona, 1961. uno de ellos, dando razones a favor de su

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 76


Cap. I Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

opción, pero sin que el otro pierda por ello terminado ordenamiento jurídico como
su carácter de derecho fundamental. válido, y al localizar luego las normas de
Si uno mira todas las operaciones que ese ordenamiento que se encuentran vigen­
cumple la dogmática, puede ver con claridad tes, favorece un similar reconocimiento y
el largo camino que recorre el trabajo del obedecimiento de tales normas por parte
jurista, un camino, como ya sabemos, que de los demás operadores jurídicos y de la
no consta de una única dirección, y que comunidadjurídica en general. Por cierto
comprende -en palabras de Elias Díaz- “la que no corresponde a la dogmática hacer
localización de las normas válidas, su inter­ ningún tipo de llamado al obedecimiento
pretación, el análisis de sus conexiones con del derecho, pero al afirmar ella “esto es
otras normas, la construcción de instituciones derecho”, o “este es el ordenamiento jurídico
y de conceptos jurídicos fundamentales, y la que rige”, o “estas son normas jurídicas vá­
sistematización de unas y otras en un todo lidas”, está de algún modo predisponiendo
coherente y ordenado, todo ello orientado a la obediencia a quienes escuchan tales
a esa tarea central que es la aplicación del declaraciones.
derecho”.70 Una función ideológica —en segundo
Por otra parte, y a modo de síntesis al lugar- en cuanto a reconocer un ordena­
respecto, una mirada sobre las distintas miento jurídico y al localizar sus normas y
operaciones que lleva a cabo la dogmática proveer una interpretación de éstas, contri­
permite advertir cómo ésta cumple funcio­ buye a la certeza del ordenamiento vigente
nes cognoscitivas, de difusión y normativas y al valor de la seguridad jurídica que todo
respecto del ordenamiento jurídico de que ordenamiento debe realizar al interior de
se trate. Las cinco primeras operaciones la comunidad de que se trate.
que acabamos de identificar, en especial la Una función ideológica —asimismo—,
tercera, cuarta y quinta, ponen de relieve puesto que al hacer la crítica del derecho
la función cognoscitiva de la dogmática, vigente -cosa que no es incompatible, se­
mientras que la sexta de tales operaciones gún dijimos antes, con el postulado de la
pone de manifiesto la función normativa o neutralidad valorativa al que la dogmática
prescriptiva que ella también posee. Por su debe ceñirse-, favorece la inmutabilidad
parte, en cuanto la dogmática jurídica hace del derecho vigente o su cambio en alguna
públicas sus conclusiones, y, sobre todo, en determinada dirección.
cuanto se reproduce y da el nombre a las Una función ideológica -en cuarto tér­
asignaturas que forman la mayor parte de mino-, puesto que la dogmática ofrece una
los planes de estudio del derecho, cumple interpretación de las normas, o mejor aún,
también una función de difusión y transmi­ ofrece un repertorio de posibles interpre­
sión del conocimientojurídico. Esta función taciones que ellas admiten, pronuncián­
se realiza también a través de los abogados, dose también sobre cuál o cuáles de las
cuyos pronunciamientos sobre puntos de interpretaciones deben ser preferidas a las
derecho están muchas veces sacados direc­ demás, con lo cual interfiere en los procesos
tamente no de los textos normativos, sino de intelección y aplicación de las normas
de las obras o explicaciones de los juristas que están confiados a distintas autoridades
a las que ellos han tenido acceso. normativas, especialmente en el caso de
Decíamos también, en fin, que la dog­ los jueces.
mática cumple una función ideológica, En otras palabras, si toda producción
quiéranlo o no así los juristas y estén o no normativa tiene un componente ideológi­
plenamente conscientes de ella. co, o, si se prefiere, político, en el sentido
Una función ideológica —en primer amplio del término, la dogmática no puede
término-, puesto que al reconocer un de­ sustraerse a una dimensión de ese tipo en
cuanto colabora, tanto a nivel de legisla­
70 DIAZ, ElÍAS: Sociología y filosofía del derecho, dores como de jueces, en la creación de
ob. cit. normas jurídicas que está confiada a unos

77 Í'DHORUL JURIDICA DE Cí iiL


Curso de Filosofía del Derecho

y a otros, llevando a cabo una importante dogmáticas que se articulan en los planes
labor de mediación, especialmente en el de enseñanza del derecho, lo cierto es que
caso de los jueces, entre el derecho legis­ la influencia e impacto del trabajo dogmá­
lado y su aplicación a los casos concretos tico son mayores en el ámbito de la cultu­
de la vida social. ra jurídica interna. Como escribe Roberto
Por último, la función ideológica de la Vernengo (1931), “el control de la ciencia
dogmática se realiza también en la medida en —tanto como técnica práctica, como teoría
que losjuristas que la cultivan, con ocasión y especulación- y, sobre todo, el control de
del tipo de trabajo que llevan a cabo en la los instrumentos de enseñanza, son formas
formación profesional de jueces, abogados importantísimas del control social y, por
y nuevos profesores de derecho, transmi­ ende, del poder... La ciencia del derecho
ten y refuerzan una determinada cultura aceptada, la inculcada institucionalmente
jurídica, es decir, un conjunto de creencias, en las universidades, es una manifestación
puntos de vista, valoraciones, maneras de de grupos socialmentc dominantes”.71
pensar, modos de sentir y hábitos de trabajo Si diéramos ahora una última mirada al
que prevalecen entre quienes se vinculan conjunto de las funciones que cumple la
con el derecho en razón de la actividad dogmática jurídica, podríamos decir que
habitual y preferente que ejecutan dentro ésta se ocupa del derecho que es, aunque
de la sociedad, que no son otros que los colabora también a introducir el derecho
propios juristas, los jueces, los abogados y que debe ser, y que si trabaja con el derecho
los profesores de derecho. ya puesto, influye también en el derecho
Si la cultura jurídica externa es el conjunto que, en el marco de ese derecho puesto, van
de creencias, puntos de vista, valoraciones, poniendo día a día los órganos encargados
hábitos y modos de pensar y de sentir que de la aplicación y producción del derecho
acerca del derecho prevalecen en una co­ dentro de la sociedad.
munidad en general, mientras que la cul-
turajurídica interna es el similar conjunto
que predomina en el sector más reducido 4. Filosofía del derecho,
de la comunidad que forman quienes se TEORÍA GENERAL DEL DERECHO
relacionan con el derecho en razón de su Y CIENCIA DEL DERECHO
profesión y no de manera casual y espo­
rádica como el común de las personas, la Si la filosofía del derecho es una disciplina
dogmática influye ciertamente en ambas, nueva o relativamente reciente, la teoría
es decir, influye en las ideas jurídicas del general del derecho lo es aun más, puesto
público en general y en la de los operadores que emergió bajo este nombre con el pro­
jurídicos en particular. Unas ideas -vale la pósito de sustituir a la filosofía jurídica. Por
pena decirlo— que no siempre coinciden, lo mismo, para una adecuada comprensión
puesto que las ideas que acerca del derecho de la teoría general del derecho, resulta
tiene el público no son necesariamente las indispensable conocer cuál fue su origen
mismas que acerca de éste profesan quie­ y el propósito de reemplazo de la filosofía
nes se relacionan con él en razón de sus jurídica que la animó desde un comienzo,
profesiones u oficios. un propósito que el jurista alemán Ralph
Pues bien, la dogmática jurídica influye Drier sintetizó en una frase que se parece
tanto en la cultura jurídica externa como mucho a un grito de guerra: “La filosofía
interna, lo cual quiere decir que el traba­ del derecho ha muerto, ¡viva la teoría del
jo que realizan los juristas tiene impacto derecho!”.
tanto en las ideas jurídicas de la gente en En efecto, la teoría general del dere­
general como en las de los profesionales cho surge de una insatisfacción no con la
del derecho en particular. Sin embargo,
como la formación de tales profesionales 71 VERNENGO, Roberto: Curso de teoría del derecho,
tiene lugar de la mano de las asignaturas Depalma. Buenos Aires, 1988, p. 31.

EDITORIAL JURIDICA DLC1H1.E 78


Cap. 1. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

dogmáticajurídica, sino con la filosofía del nía de lo que Ihering llamó “el cielo de los
derecho, puesto que las primeras manifes­ conceptos jurídicos”. Por lo mismo-como
taciones de la disciplina, que aparecen ya a advierte sobre el particular Enrique Zuleta-,
fines del siglo XIX en las obras de autores la teoría general “se situará en una suerte de
como Ihcring, Jellinck, Stammlcry Austin, lugar intermedio entre el ámbito abstracto
asumen la existencia y consolidación de y excesivamente teórico de la filosofía del
unas ciencias jurídicas particulares -“juris­ derecho y el más estrictamente técnico de
prudencia particular o nacional”, la llama las dogmáticas particulares”, procurando
Austin, porque se limita a las normas posi­ llevar a cabo “un análisis científico de aque­
tivas de una comunidad jurídica específi­ llas característicasjuzgadas como esenciales
ca- que alcanzan éxito en su propósito de al derecho positivo y comunes a todos los
dar cuenta del significado y alcances de las ordenamientos jurídicos positivos”.73
normas c instituciones que componen un Pero las cosas, según decíamos, llegaron
ordenamiento jurídico dado. Sin embargo, más lejos, puesto que no pocos de los auto­
esas primeras manifestaciones de la teoría res que se hallan ligados al nacimiento de
general miraron con recelo el carácter abs­ la teoría general del derecho concibieron
tracto y excesivamente teórico de la filosofía la idea de que lo que ella debía hacer no
del derecho que se cultivaba y enseñaba en era intermediar entre ciencia particular
ese momento y desconfiaban de la utilidad del derecho y filosofía del derecho, sino
que esta última disciplina puede exhibir en reemplazar derechamente a esta última.
cuanto a sus resultados. Ese propósito más radical o ambicioso
Con todo, esos mismos autores, y a con­ aparece de relieve, por ejemplo, en el pre­
tinuación de ellos Kclsen de una manera facio que se redactó en 1926 para la Revue
más explícita, fueron conscientes de que la intemationale de la theone du droit, fundada
dogmática jurídica, en sus distintas ramas por Duguit, Kclsen y Weyr. En esa publica­
o ciencias jurídicas particulares, no está en ción se utilizó la expresión “teoría general”
condiciones de agotar el conocimiento del en sustitución de “filosofía del derecho”, y
derecho positivo, puesto que, como sabemos, en el prefacio antes señalado -considerado
ella se limita a trabajar, por separado, con como un verdadero manifiesto programá­
cada ordenamiento jurídico, y no puede tico de la teoría general del derecho en
alcanzar un tipo de conocimiento cuya el sentido luego extendido hasta nuestros
validez alcance a todos los ordenamientos días- sus autores reclamaron la necesidad
jurídicos o a un grupo importante de éstos de un saber general acerca del derecho que
que se inscriban en una misma familia o superara las particularidades de la dogmática
sistema. y eludiera asimismo los extravíos en que
Así las cosas, tales autores -y esto apare­ incurre la filosofía del derecho cada vez
ce muy claro en el texto de Austin “Sobre que se ocupa de la esencia del derecho,
la utilidad del estudio de la jurispruden­ de la justicia, del derecho natural y otros
cia”-72 están conscientes de la necesidad temas semejantes que, en rigor, no pueden
de un estudio general acerca del derecho, ser tratados en sede científica, salvo, quizás,
aunque de carácter tan científico como el para desecharlos como asuntos que puedan
particular que lleva a cabo la dogmática ser racionalmente analizados. “Creemos
jurídica, pero que, junto con empinarse tener razones serias -se lee en el ya men­
sobre las inevitables especificidades de los cionado prólogo- para estar persuadidos
resultados que ofrece la dogmática, no se de que el único medio de realizar nuestras
eleve tan alto, como lo hace la filosofía del aspiraciones hacia la justicia y la equidad
derecho hasta alcanzar la abstracción y leja­ es la seguridad resignada de que no existe
otra justicia que la que encontramos en
72 Austin, John: Sobre la utilidad del estudio de la
jurisprudencia, Centro de Estudios Constitucionales, 75 Véase ZULETA, Enrique: Teoría del derecho. Una

Madrid, 1981. introducción crítica, Depalma, Buenos Aires, 1987.

79 iditorlal JURIDICA m chile


Curso de Filosofía del Derecho

el derecho positivo de los Estados y de la teoría general no logró ese objetivo, aun­
comunidad de los Estados”. Es por ello -se que consiguió abrirse un camino aparte
añadió luego- que “la revista se centrará del que habían transitado habitualmente
en una teoría del derecho que no quiere los filósofos del derecho.
ser otra cosa que una teoría del derecho Lo anterior significa que si esos viejos
positivo..., una teoría del derecho en sí, contendientes que son la filosofía jurídica
del derecho puro, que hace abstracción del y la teoría general del derecho han llega­
fondo material, accidental y variado que el do a demarcar convencionalmente sus res­
derecho acusa en tal o cual Estado o en la pectivas áreas temáticas -al modo como lo
comunidad de los Estados civilizados”. hace Kelsen, por ejemplo-, lo cierto es que
En la cita precedente queda bien dife­ -como apunta Bobbio- ninguno de los dos
renciada la teoría general de la dogmáti­ contendientes respeta esa convención.
ca. A esta última le corresponde atender a El mismo Bobbio atribuye una parte de
ese “material accidental y variado” que es la responsabilidad por las recíprocas inva­
el derecho de cada Estado o de la comu­ siones entre filosofía del derecho y teoría
nidad de Estados en un momento dado, general a la organización de la enseñanza
mientras que la teoría general, haciendo en las facultades de derecho, puesto que
abstracción de ese material, se constituye lo habitual es que éstas den cabida en sus
como una disciplina formal que aspira a planes de estudio a una o a otra de tales
develar la estructura del derecho positivo asignaturas, mas no a ambas a la vez, con el
-de todo derecho positivo, nacional e in­ resultado inevitable de que en un plan de
ternacional, y no de un derecho positivo, estudios que incluya sólo a la filosofía del
nacional o internacional, vigente en un derecho, el profesor respectivo considerará
determinado momento- y a establecer las necesario incorporar nociones de teoría
condiciones para el conocimiento de ese general, mientras que en uno que incluya
mismo derecho. únicamente a la teoría general, el profesor
Distinguiéndola ahora de la filosofía no podrá evitar complementar sus explica­
jurídica, los autores que se sitúan en los ciones con referencias a nociones de índole
orígenes de la teoría general quisieron echar filosófica. Por lo mismo, Bobbio auspicia la
las bases de un conocimiento general acerca inclusión de las dos asignaturas, aunque, en
del derecho -lo mismo que la filosofía del nuestro parecer, ello tampoco garantiza un
derecho-, pero que, a diferencia de lo que cabal respeto de la convención que separa
acontece con esta última, tuviera un carác­ a ambas. Cuando las fronteras entre dos
ter científico y no puramente especulativo. saberes son difusas, o, mejor aun, cuando
En este sentido, tiene razón Genaro Carrió tales fronteras son en ciertos modos porosas
(1922-1997) cuando dice que la teoría ge­ y permiten que de manera espontánea o
neral nació y se constituyó a impulso de las cuando menos inconsciente determinados
siguientes pretensiones fundamentales: a) la contenidos fluyan de un lado a otro, no
repulsa del jusnaturalismo y la consiguiente hay convención ni modo de organizar la
vindicación del derecho positivo como único enseñanza que pueda mantener a los espe­
derecho; b) el afán de echar las bases de cialistas confinados en campos de trabajo
una ciencia jurídica rigurosa y autónoma perfectamente acotados y excluyentes.
que se ocupe del derecho positivo y nada Por lo demás, ¿no ocurre otro tanto entre
más que de él; c) la pretensión de distinguir teoría general y dogmática jurídica? ¿Acaso
entre el derecho y otros órdenes sociales el dogmático del derecho no se eleva a ve­
(en especial la moral positiva); y d) la idea ces sobre las particularidades del material
de que el derecho tiene una función pri­ normativo con el que trabaja para construir
mordial, si no exclusiva: ordenar o prohibir paites generales? ¿Y acaso el experto en teoría
coactivamente ciertos actos. general no parte muchas veces de análisis
Sin embargo, a pesar de su propósito estrictamente dogmáticos del derecho para
sustitutivo de la filosofía del derecho, la inducir luego algún tipo de enunciado que

EDITORIAL JURIDICA DE CIULE 80


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

pueda tener validez general respecto de problemas para trazar límites entre la filo­
todo derecho, o, cuando menos, respecto sofía jurídica y la teoría del derecho, por
de todos los ordenamientos de una misma un lado, y entre esta última y la dogmática,
familia o sistema jurídico? provienen de que se trata de disciplinas que
En cuanto a sus denominaciones, la teo­ mantienen una estrecha conexión, optando
ría general del derecho se llama también el autor italiano por un esquema como éste:
“ciencia general del derecho”, “teoría del basándose en nuestra ya estudiada distin­
derecho”, y, menos frecuentemente, “teoría ción entre filosofía del derecho de juristas
pura del derecho”. En cuanto a la primera y filosofía del derecho de filósofos, Guastini
de estas tres denominaciones alternativas, se sostiene que la teoría del derecho equivale
explica por el interés que desde sus inicios a la primera de ellas, y en dos sentidos, a
ha tenido la teoría general por mantenerse saber, primero, porque no puede ser sino
dentro de los límites de un riguroso tra­ practicada por juristas, es decir, por profe­
tamiento científico del derecho, aunque, sionales o expertos que conocen el derecho,
claro está, en un nivel más general que el y, segundo, porque se trata de un ejercicio
que alcanza la ciencia jurídica en sentido filosófico útil para los propios juristas y su
estricto o dogmática jurídica. En cuanto a objeto fundamental sería la crítica de la
la segunda denominación, ella se explica ciencia jurídica. En otras palabras, la teo­
no sólo por economía de una palabra -“ge­ ría del derecho sería filosofía del derecho
neral”-, sino porque toda teoría no puede de juristas y, concretamente, una parte, o,
ser sino general, de donde se sigue que re­ mejor, una versión de ésta, a saber, aquella
sultaría redundante hablar de teoría general modalidad o estilo de filosofíajurídica que
del derecho. Tocante a la terceia manera de se presenta como filosofía del derecho de
llamarla-que en ocasiones es reemplazada juristas y para juristas.
por la de “teoría formal del derecho”-, ella En cuanto a la distinción entre teoría
sugiere, precisamente, tal como lo expresa­ del derecho y ciencia jurídica (dogmática),
ron los fundadores de la revista individua­ suele difuminarse, siempre según Guastini,
lizada antes, que la teoría general tendría puesto que ambas tienen, aparentemente,
también un carácter exclusivamente formal, un mismo objeto, a saber, el derecho. Con
en cuanto los problemas jurídicos de que todo, habría una línea divisoria entre el
se ocupa son estructurales, no sustanciales. trabajo de los juristas teóricos y el de los
Así, la cuestión de la estructura de la norma juristas dogmáticos, línea que podría ser
jurídica (norma primaria y norma secunda­ trazada de tres distintas maneras.
ria), así como la de sus elementos (sujeto La primera manera consiste en subra­
pasivo, sujeto activo, prestación, sanción, yar el carácter “general” de la teoría del
etc.) serían de competencia de una teoría derecho, carácter general que puede ser
formal del derecho, independientemente entendido a su vez en tres sentidos: en el
de los análisis sustanciales que del contenido sentido fuerte de “universal”, porque uti­
y significado de las normas lleva a cabo la lizaría conceptos susceptibles de ser em­
dogmática jurídica. pleados para entender no uno, dos o más
Sin embargo, no todos los autores están ordenamientos jurídicos, sino todos ellos;
de acuerdo a la hora de atribuir a la teoría en un sentido débil, que se configuraría
general del derecho un carácter exclusiva­ en la medida en que fija conceptos válidos
mente formal, de modo que, además de la no para todos los ordenamientos jurídicos,
denominación “teoría general del derecho”, sino para algunos de ellos que por alguna
habría que preferir la de “ciencia general razón presentan notas comunes; y en un
del derecho” o, simplemente, “teoría del sentido débilísimo, que sería el que apare­
derecho”. ce cuando la teoría del derecho establece
Siempre a propósito de cuanto venimos conceptos comunes a distintos sectores de
diciendo, un autor como Ricardo Guasti- regulación jurídica o ramas de un mismo
ni está igualmente consciente de que los ordenamiento jurídico.

81 mnuRWL JURIDICA nremu


Curso de Filosofía del Derecho

La segunda manera de trazar la distin­ que la así llamada “ciencia del derecho”
ción entre teoría del derecho y dogmática tiene su nivel inicial en cada ordenamiento
jurídica consiste en sostener que la prime­ jurídico dado, es decir, en el material nor­
ra, a diferencia de la segunda, atiende al mativo de un orden jurídico determinado
derecho sólo en sus propiedades formales y concreto.
y estructurales, mas no en los determina­ Sin embargo, la ciencia del derecho no
dos contenidos que ofrezcan uno o más se queda en ese nivel inicial, sino que, va­
ordenamientos jurídicos. Tal sería, por liéndose para ello del método inductivo,
ejemplo, el punto de vista de Kelsen, quien va formando un cuerpo de conceptos y
sostuvo que la teoría general del derecho estructuras que valen para todo un sector
no pretende dar cuenta del contenido de de regulación jurídica -por ejemplo, el
un derecho, sino fijar la estructura y los derecho civil o el derecho penal- y que
conceptos fundamentales para conocer el constituyen algo más general que el análisis
derecho en general. de significado de las normas de ese mismo
En fin, la tercera manera de establecer la sector que se llevó a cabo en el primero de
distinción de la cual nos estamos ocupando los niveles antes señalados. Pues bien: al
consiste en afirmar que la teoría del dere­ ascender a este segundo nivel, la ciencia del
cho es filosofía de la ciencia del derecho, derecho se muestra en aquello que acos­
algo así como una metaciencia de la ciencia tumbra llamarse “partes generales” (parte
jurídica, cuyo interés cognoscitivo, por lo general del derecho civil, parte general del
mismo, se centraría en esta última y no en derecho penal), y que están constituidas
el derecho. En esta perspectiva, el cometido -repetimos- por proposiciones que explican
de la teoría del derecho sería estudiar la conceptos y estructuras que se sitúan en un
ciencia del derecho o dogmáticajurídica (y mayor nivel de abstracción o generalidad
entonces debería ser llamada “teoría de la que el que ocupan los enunciados que están
ciencia jurídica”), o sea, se trataría de una dirigidos de manera directa a identificar las
disciplina que explora la posibilidad, límites normas del respectivo sector y a dar cuenta
y pretendido carácter científico de la dogmá­ de su significado.
tica, los distintos modelos que de ésta han En un tercer nivel ahora, la ciencia del
sido propuestos y, sobre todo, las diferentes derecho es capaz fijar un conjunto de con­
operaciones que ella realiza y las diversas ceptos y estructuras que tienen validez para
funciones que cumple en la sociedad. más de una rama del derecho o sector de
En cualquier caso, tanto o más intere­ regulación jurídica y que, por lo mismo,
sante que delimitar el campo temático de alcanzan a diferentes sectores de un mis­
la teoría general de un modo que pudiera mo ordenamiento. Es lo que acontece, por
ser compartido por todos -propósito por ejemplo, cuando la ciencia del derecho
lo demás destinado al fracaso- resulta ad­ provee enunciados que valen no sólo para
vertir cómo es que esta disciplina llega a el derecho constitucional o el derecho ad­
formarse como tal. Este proceso, que atra­ ministrativo, sino para el derecho público
viesa por distintos niveles, es descrito con en general, o no sólo para el derecho civil o
mucha claridad por los autores que se han el derecho comercial, sino para el derecho
ocupado de él, en especial por Helmut Co- privado en general.
ing, Norberto Bobbio, Heinrich Henkel y Sin embargo, esos tres niveles que alcanza
Elias Díaz, a quienes nos vamos a ceñir en la ciencia del derecho, niveles que tienen
las explicaciones que siguen. una creciente generalidad, conciernen a
Si uno mirara a la ciencia del derecho un ordenamientojurídico determinado, lo
como un solo gran esfuerzo cognoscitivo cual quiere decir que tales niveles son posi­
que concentra su atención en el derecho bles de alcanzar en el marco de un mismo
positivo, y que incluye tanto a la ciencia ordenamientojurídico. Así, un especialista
particular del derecho como a la ciencia en derecho civil chileno puede localizar e
3
general del mismo nombre, lo cierto es interpretar las normas de ese sector de re-

editorial JURIDICA di cttiit 82


Cap. I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

gulación; puede luego construir una parte ahora en el cuarto de sus niveles, no haya
general del mismo sector; y puede, en fin, tampoco semejante heterogeneidad entre
fijar un cuerpo de conceptos y estructuras ella y la filosofía del derecho.
con validez para ese sector y para cualquier Así las cosas, no es extraño que a la hora
otro que forme parte también del derecho de presentar y de caracterizar a la teoría
privado. Sin embargo, en cualquiera de general del derecho se la considere a veces
esos niveles, el especialista no ha salido de sólo como una parte general de la ciencia
las fronteras del derecho chileno. Pero la jurídica, por un lado, o como otro nombre
cosa no termina allí. que se da a la filosofíajurídica, por el otro.
La ciencia del derecho alcanza un cuarto Por otra parte, y según hicimos ver poco
nivel, que es el que se constituye cuando antes, un autor como Guastini, basándose
ella, auxiliándose de la técnica o método del en la distinción entre filosofía del derecho
derecho comparado, es capaz de presentarse de filósofos (o desde arriba) y filosofía del
como un conjunto de enunciados cognos­ derecho de juristas (o desde abajo), puede
citivos acerca de múltiples ordenamientos sostener que la teoría del derecho no es
jurídicos que por alguna razón pertenecen a otra cosa que la segunda de esas filosofías,
un mismo sistema o familia, por ejemplo, el o sea, que la teoría del derecho se confi­
derecho anglosajón, el derecho continental gura cuando se filosofa acerca del derecho
europeo o el derecho musulmán. partiendo de la propia experiencia jurídica.
Y la ciencia del derecho, siempre en este De este modo, dice Guastini, los problemas
sentido amplio en que venimos ocupan­ de la llamada filosofía del derecho de los
do esa expresión en esta parte del texto, juristas “no son diferentes de los proble­
alcanza incluso un quinto y último nivel mas de la ciencia jurídica: al contrario, en
cuando es capaz de hablar no sobre un general se trata de los mismos problemas,
ordenamiento jurídico ni de una familia aunque quizás analizados a un nivel distinto
de estos, sino acerca de todo ordenamiento de abstracción”.74
jurídico posible, un nivel -admitámoslo- en Una discusión más específica es la que
el que la ciencia del derecho se toca ya con atañe a si la teoría general del derecho estudia
la filosofíajurídica. sólo los aspectos formales o estructurales
Pues bien, en el primero de esos cinco del derecho, o los aspectos sustanciales de
niveles nadie dudaría que la ciencia del éste, o ambos a la vez. Sobre el particular,
derecho aparece en su versión de ciencia nos gustaría decir que la teoría general, en
particular del derecho o dogmática jurí­ la medida en que se desplaza hacia arriba
dica. Como teoría general del derecho en por sus cuatro niveles, privilegia los aspectos
sentido amplio, aparece en los otros cuatro formales sobre los sustanciales, en tanto que
niveles. Y como teoría general del derecho al desplazarse hacia abajo por esos mismos
en sentido propio aparecería sólo en el cuatro niveles se involucra más con aspectos
último de esos niveles. sustanciales que formales. En consecuen­
Lo que interesa destacar, en todo caso, cia, la teoría general del derecho, en el
es que la teoría general del derecho, en sentido amplio de la expresión, tiene que
el primero de sus cuatro niveles (el de las ver tanto con aspectos sustanciales como
llamadas “partes generales”), se apoya en formales, sin peijuicio de que en su sentido
los resultados obtenidos por la dogmáti­ más propio -el que corresponde al cuar­
ca jurídica y en cierto modo se confunde to nivel- aparezca como una disciplina de
con ésta, mientras que en el cuarto nivel se carácter formal.
aproxima e imbrica de alguna manera con Aclarando qué se entiende aquí por con­
la filosofíajurídica. Ello es lo que explica, tenido y qué por estructura, Guastini nos
asimismo, que no exista una heterogeneidad dice que “el contenido del derecho es la
manifiesta entre teoría general del derecho,
al menos en sus dos o tres primeros niveles, 74 GUASTINI, Ricardo: Distinguiendo. Estudios de

y dogmática jurídica, y que, a la vez, vista teoría y metateoría del derecho, ob. cit.

83
Curso de Filosofía del Derecho

respuesta a la pregunta qué esta prescrito, carácter pragmático, decisión jurídica. Por
a quién y en qué circunstancias”, en tanto lo mismo, y establecido que tanto sobre la
que la forma “es aquello que permanece dogmática como sobre la decisión jurídica
una vez abstraído el contenido, es decir, pueden construirse también sendas teo­
es el prescribir en tanto tal”. Por lo tanto rías, la teoría del derecho puede dividirse
-concluye-, “el análisis formal del derecho en tres partes, a saber, teoría formal del
no es más que el análisis del lenguaje pres- derecho, teoría de la dogmática jurídica y
criptivo en general”. teoría de la decisión jurídica. Ahora bien,
Si se mira ahora al derecho como texto, si cada una de esas partes en que se divide
es decir, como un conjunto de mensajes que la teoría del derecho posee en común con
tienen la característica de ser prescriptivos, las restantes que todas investigan el texto
es decir, que pretenden guiar u orientar el jurídico, lo cierto es que cada una de ellas
comportamiento humano, la pregunta por tiene un objeto propio.
la teoría del derecho y su cometido puede La teoría formal del derecho estudia la
dar cabida a un enfoque distinto del que estructura formal del derecho. Por tanto,
hemos venido haciendo, como es el que no se refiere el derecho realmente existen­
propone, por ejemplo, el autor español te, sino sólo la estructura formal de todo
Gregorio Robles (1943).75 derecho posible.
En efecto, el derecho no es lenguaje ni Ahora bien, tal estudio formal se realiza
puede ser reducido al lenguaje por medio por referencia a las normas jurídicas, al
del cual se lo comunica para que pueda ordenamiento que éstas componen, a las
cumplir eficazmente con su cometido de relaciones entre ordenamientos jurídicos
organizar la convivencia social. Sin em­ diferentes, y a los conceptos jurídicos fun­
bargo, el derecho puede ser visto como damentales que pueden ser aplicados a la
un determinado lenguaje, o sea, como un totalidad o a la generalidad de los ordena­
texto o sistema de signos que expresan los mientos. A las normas -en primer lugar-,
mensajes prescriptivos que han de valer en porque el derecho se muestra, ante todo,
la vida social. como proposiciones lingüísticas cuya fun­
Así, el texto de un ordenamiento jurí­ ción es dirigir la acción de los hombres. Al
dico esta compuesto por los subtextos de ordenamiento -acto seguido-, porque tales
muy diversa procedencia que producen proposiciones tienen la particularidad de
los legisladores, las autoridades adminis­ presentarse articuladas en un todo unitario
trativas, los jueces y los propios sujetos de llamado, precisamente, “ordenamiento jurí­
derecho, según las distintas fuentes forma­ dico”. A las relaciones entre ordenamientos
les productoras de derecho que consagren jurídicos diferentes, porque cada Estado
las normas de competencia del respectivo tiene uno que le es propio y poi que existe
ordenamiento jurídico. también un ordenamiento internacional al
Ahora bien -y tal como señala Robles-, que todos los estados se someten, de donde
sobre el texto que es el derecho pueden resulta que siempre es posible comparar el
ejercerse tres tipos de análisis -el sintác­ ordenamiento jurídico de un Estado con
tico, el semántico y el pragmático-, que el de otro Estado o con el ordenamiento
averiguan, en ese mismo orden, las formas jurídico internacional. Y con los conceptos
del texto jurídico, sus contenidos de signi­ jurídicos fundamentales, en fin, porque
ficado, y los procedimientos de creación o es igualmente posible fijar un elenco de
producción del texto. nociones que pueden ser aplicadas a los
Pues bien, al análisis sintáctico se le de­ distintos ordenamientos jurídicos, no obs­
nomina teoría formal del derecho, al aná­ tante las diferencias de contenido que éstos
lisis semántico, dogmática jurídica, y al de puedan acusar entre sí.
Como consecuencia de lo anterior, la
75 Véase ROBLES, Gregorio: Introducción a la teoría teoría formal del derecho puede ser des­
del derecho, Debate Madrid, 1998. compuesta en una teoría de las normas

EDITORIAL JURÍDICA DICIULE 84


Cap» I. Filosofía, Filosofía del Derecho, y Ciencia del Derecho

jurídicas, una teoría del ordenamiento ju­ Como sabemos, a propósito de lo que
rídico, una teoría de las relaciones entre fue dicho con ocasión de las operaciones
ordenamientos diferentes, y una teoría de que cumple la dogmática jurídica, la inter­
los conceptos jurídicos fundamentales. Sin pretación que esta hace del contenido de
embargo, en los cuatro casos se trata tan sólo las normas va unida a la sistematización del
de estudios formales. Así, sería una proposi­ material interpretado y a una conceptuali-
ción perteneciente a la teoría de las normas zación ulterior del mismo material norma­
jurídicas aquella que afirma que en toda tivo, de donde resulta que la teoría de la
norma de ese tipo puede distinguirse una j

fase primaria (donde se impone el deber) a su turno, en teoría de la interpretación,


y una fase secundaria (donde se especifica teoría de la sistematización y teoría de la
la sanción). Sería una proposición de teoría conceptualización.
del ordenamiento jurídico, por ejemplo, A esas tres partes o aspectos de la teoría
aquella que dice que éste constituye una de la dogmática, atendida ahora la opera­
estructura escalonada de gradas normativas ción práctica que esta desarrolla en cuanto
superiores e inferiores, en la que el papel coadyuva a la toma de decisiones en casos
de las primeras es regular la creación de concretos de la vida en sociedad, se suma
las segundas y fundamentar de ese modo también una teoría de las relaciones entre la
la validez de éstas. Por su parte, sería una dogmática y la práctica jurídica. Por último,
proposición perteneciente a la teoría de y en cuanto la dogmática saca a la luz la idea
las relaciones entre ordenamientos aquella de justicia incorporada al ordenamiento
que dice que la norma básica de un orde­ jurídico sobre el cual trabaja, hay una quinta
namiento jurídico nacional es una norma y última parte o aspecto de la teoría de la
ficticia, si se la mira desde la perspectiva dogmática jurídica: la teoría de la justicia
de ese mismo ordenamiento, y una norma institucionalizada o intrasistemática.
positiva si se la examina desde el punto de Tratándose finalmente de la decisión
vista del derecho internacional. Por últi­ jurídica, vale decir, de las decisiones nor­
mo, la proposición que define al derecho mativas que adoptan distintos operadores
subjetivo como una potestad de que está jurídicos, en especial legisladores yjueces,
investido un sujeto de derecho bajo ciertas ellas muestran al derecho en movimiento,
circunstancias que establece el ordenamien­ en estado dinámico, en ese estado que los
to jurídico -definición que pretende valer griegos llamaban poiesis, y que, tratándose
para todo ordenamiento con prescindencia del derecho, es en verdad una autopoiesis,
de los determinados derechos subjetivos puesto que el derecho regula su propia crea­
que cada ordenamiento reconozca a los ción. Unas decisiones -habría que agregar
correspondientes sujetos imperados-, cons­ también- que tienen la pretensión de ser
tituye una proposición que forma parte de racionales y que promueven por tanto toda
lo que Gregorio Robles llama teoría de los una argumentación capaz de sostenerlas.
conceptos jurídicos fundamentales. Por lo mismo, si hay una teoría de la
De los contenidos de significado del decisión jurídica, que junto con la teoría
texto jurídico se ocupa -según dijimos- la formal del derecho y la teoría de la dogmá-
dogmática jurídica, cuyo cometido es la in­ ticajurídica son manifestaciones de la teoría
vestigación interpretativa de los contenidos del derecho, dicha teoría de la decisión
de sentido de las normas que componen un jurídica, según Robles, se descompone en
determinado ordenamiento jurídico. Sin los siguientes tópicos: teoría de la decisión
embargo, acerca de la dogmática es posible jurídica como teoría de la decisión racional;
constituir una teoría, sin que pueda confun­ tipología de las decisionesjurídicas y de los
dirse una con la otra. “La primera -propone operadoresjurídicos; teoría de la legislación;
Robles— es una ciencia interpretativa del teoría de la sentencia judicial; teoría de la
orden jurídico, mientras que la segunda es justicia extrasistemática, o sea, de una justicia
la reflexión teórica en tomo a ella”. sin presupuestos previos y que, a diferencia

85 1DITONLML JURIDICA OS CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

de la intrasistemática o institucionalizada, ideados en el curso de la historia del pen­


no está necesariamente encarnada en el samiento jurídico, de manera que cuando
ordenamiento jurídico vigente; y teoría de a la ciencia del derecho se da el nombre
la argumentación jurídica. de “jurisprudencia”, la teoría de ésta puede
Como se aprecia en el esquema que ser llamada “metajurisprudencia”;
propone el autor que venimos citando, la d) y teoría general del derecho, o sim­
“teoría del derecho” comprende tanto a lo plemente teoría del derecho, es un saber
que nosotros hemos llamado “ciencia del acerca del derecho, lo mismo que la cien­
derecho” y “teoría general del derecho”, ciajurídica, pero que, a diferencia de ésta,
extendiéndose incluso a la cuestión de las ofrece conclusiones que tienen validez para
decisionesjurídicas, a los razonamientos que todo ordenamientojurídico, es decir, para el
conducen a éstas y a las argumentaciones derecho y no para un derecho, motivo por
que se ofrecen para darles aceptabilidad. el cual se emparenta y hasta se confunde
Dejando ya de lado el complejo modelo -pero sin sustituirla- con la filosofía del
explicativo de Gregorio Robles, y concen­ derecho.
trándonos en lo principal de esta parte final Pero “teoría general del derecho” puede
del presente capítulo, podríamos inferir, ser también la denominación que se acuerda
resumidamente, lo siguiente: no al saber cuyo cometido hemos resumido
a) el derecho, en la acepción más fre­ en la anterior letra d), sino a aquel que, a
cuente de la palabra y aquella que hemos partir de los resultados de la dogmática
utilizado a propósito de nuestras reflexiones jurídica, es capaz de construir pai tes ge­
sobre la ciencia jurídica, es un orden regu­ nerales relativas a un determinado sector
lador de la conducta humana, compuesto de regulación jurídica (civil o penal, por
por normas y otros estándares, tales como ejemplo) y partes generales concernientes
principios jurídicos, derechos fundamen­ a todo un ámbito de sectores o ramas de un
tales y valores superiores; ordenamientojurídico (público y privado,
b) la ciencia del derecho, o dogmática por ejemplo), y, asimismo, a un saber con
jurídica, es el saber que identifica, estu­ capacidad de formular proposiciones acerca
dia, interpreta y sistematiza, en sus distintas de varios ordenamientos jurídicos a la vez
ramas o sectores de regulación jurídica, que pertenecen a una misma familia. Es
a un determinado derecho, esto es, a un por eso que la teoría general del derecho,
ordenamiento jurídico dado, provisto de junto con reconocer esos tres niveles, tiene
realidad y vigencia histórica, colaborando un cuarto nivel -el más abstracto y gene­
de ese modo tanto a su aplicación como ral de todos- al que nos referimos con la
a su renovación por parte de autoridades mencionada letra d). Y es por eso que la
normativas como legisladores, jueces y fun­ expresión “ciencia del derecho”, empleada
cionarios de la administración; en un sentido muy amplio, cubre a su vez
c) la teoría de la ciencia del derecho, cinco niveles: los cuatro que acabamos de
por su lado, es el estudio de la ciencia del señalar y, desde luego, el más básico de todos:
derecho, de sus posibilidades, de sus límites, el estudio sistemático de un determinado
de su pretendido carácter científico, de ámbito de regulación jurídica al interior
los distintos modelos que de ella han sido de un ordenamientojurídico dado.

EDITOW-M JURIDICA DE CHÍVE 86


Capítulo Segundo
EL CONCEPTO DE DERECHO

I. ¿TODAVÍA NO SABEMOS concepto de derecho en el siglo XVIII? ¿Por


QUÉ ES EL DERECHO? qué uno de los filósofos del derecho más
importantes del siglo XX tuvo que escribir
1. UNA PREGUNTA PERSISTENTE un libro de más de 300 páginas, como es
el caso de El concepto de derecho, acerca del
Hace dos siglos y medio, el filósofo Inma- mismo asunto? ¿Yqué puede explicar que un
nuel Kant reconoció que todavía buscan los destacado filósofo del derecho de nuestros
juristas una definición para su concepto de días nos informe que todavía continúa el
derecho. En la segunda mitad del siglo XX, debate acerca del concepto y la naturaleza
el filósofo ingles del derecho Hcrbert Hart del derecho y que la cuestión ha adquirido
inició su libro titulado El concepto de derecho con un alto grado de sofisticación?
una declaración parecida: “Pocas preguntas Si bien la producción, aplicación c in­
referentes a la sociedad humana han sido terpretación del derecho suele estar por
formuladas con tanta persistencia y respon­ lo común en manos de personas expertas,
didas por pensadores serios de maneras tan lo cierto es que ya desde temprana edad
diversas, extrañas y aun paradójicas, como la hombres y mujeres tienen experiencia y
pregunta qué es el derecha.76 Y en nuestros días, adquieren conciencia del derecho. La mayor
Roben Alexy escribe que “el debate sobre el parte de los individuos no trabaja con el
concepto y la naturaleza del derecho es, al derecho, pero sabe con certeza que existe
mismo tiempo, venerable y vivido. Se remonta algo que designamos con esa palabra, algo
en el tiempo a hace más de dos milenios y que está fuertemente imbricado con su pro­
ha adquirido en nuestros días un grado de pia existencia y con su vida de relación con
sofisticación hasta ahora desconocido”.77 los demás. A diario las personas celebran
Lo más desconcertante de declaraciones contratos, pagan impuestos, observan reglas
como esas no es que provengan de autores del tránsito, cancelan deudas, reclaman
que han hecho aportaciones relevantes al créditos, cumplen obligaciones con sus hi­
asunto que nos preocupa en este capítulo, jos, permanecen en su lugar de trabajo un
sino que aquello que los hombres no consi­ cierto número de horas, invocan derechos
guen definir, eso por lo que preguntan una fundamentales, juzgan la conducta propia
y otra vez, es un fenómeno que acompaña y ajena como ajustada o no al derecho de
la vida en sociedad desde sus formas más su país, y piden sanciones para aquellos
oi.ri ki mi

primitivas y que tuvo hace dos milenios una que no cumplen los deberes jurídicos que
de sus más deslumbrantes expresiones en impone la vida en común, en especial cuan­
el derecho romano. Entonces, ¿por qué do se trata de delitos graves que causan
se buscaba todavía una definición para el conmoción pública.
A propósito del sentido de la pregunta
?c¡ yimwm vi

76 Véase HART, HERBERT: El concepto de derecho.


por el concepto de derecho y del carácter en
Editora Nacional, México D. F., 1980.
apariencia elemental de semejante cuestión,
77 Véase ALEXY, ROBERT: El concepto y la nat uraleza Jorge Millas se preguntó entre nosotros: “¿Es
del derecho, ob. cit. que acaso no se encuentra en la propia expe-

87 fDrroiUAL JURIDICA pr chile


Curso de Filosofía del Derecho

rienda cotidiana el hecho del derecho como constituir uno de los asuntos que mayor
cosa patente, obvia, nítidamente circunscrita perplejidad produce en el seno de la fi­
por los criterios pragmáticos de la acción?”. losofía jurídica. Porque aun si dejáramos
Y agregó: “Las personas están todos los días de lado la reflexión de las épocas clásica y
reclamando derechos o reconociéndolos; de medieval sobre la naturaleza del derecho
continuo se promulgan y derogan leyes, se y nos concentráramos en la teoría jurídica
pronuncian y se cumplen sentencias, en las de los tres últimos siglos, no daríamos con
universidades se explican minuciosos progra­ una situación semejante en ningún otro
mas del más exacto contenido de derecho tema estudiado en forma sistemática por
civil, derecho penal, derecho administra­ una disciplina autónoma, que en nuestro
tivo, derecho constitucional”. Y concluyó caso es la filosofía del derecho. Es cierto
“¿Puede realmente constituir problema la que la pregunta por la justicia también es
determinación de la esencia de hechos tan persistente y que ha recibido igualmente
precisamente conocidos?”.78 múltiples y contradictorias respuestas, pero
¿Cómo' entender, en consecuencia, tal como se verá en el capítulo siguiente de
que aún no concordemos un concepto de este libro, la mutiplicidad y diversidad es de
derecho y que tampoco consigan hacerlo las concepciones de la justicia y no necesa­
quienes trabajan habitualmente con él, in­ riamente del concepto de la misma.
cluidos los propios filósofos del derecho, En consecuencia, la perplejidad es do­
que no vacilan a la hora de decirnos que ble, puesto que, por una parte, la pregunta
es a la disciplina que ellos cultivan a la que ¿qué es el derecho? persiste a lo largo del
corresponde ocuparse de la cuestión del tiempo y, por otra, recibe elocuentes y hasta
concepto de derecho? apasionadas respuestas que no es posible
El común de las personas, en consecuen­ compatibilizar entre sí y que se encuentran
cia, cuenta con experiencias del derecho, a veces en conflicto hasta con el sentido
conoce y maneja términos propios de éste común y con las creencias más firmemente
y de la ciencia que lo estudia, pero, a fin arraigadas que acerca del derecho tiene la
de cuentas, su respuesta a la pregunta qué mayoría de las personas.
es el derecho no pasa de ser una opinión. En Hart recordó algunas de las respuestas
cambio, los filósofos del derecho ponen esa que ha recibido la pregunta acerca de qué
misma pregunta sobre la mesa y procuran es el derecho, así como determinadas afir­
elucidar de qué hablamos cuando hablamos maciones que se han hecho acerca de éste
de derecho, es decir, cuando identificamos para destacar algún aspecto relevante del
un determinado fenómeno que designa­ fenómeno jurídico -“Lo que los funciona­
mos con esa palabra, y lo que pretenden es rios hacen respecto de las disputas en el
ofrecemos no una opinión más, sino una derecho mismo”; “Las profecías de lo que
versión objetiva y completa del asunto. La los tribunales harán es lo que entiendo por
filosofía del derecho se esfuerza entonces derecho”; “Las leyes son fuentes del dere­
por proceder en esto con objetividad c inte­ cho y no partes del mismo”; “El derecho
gridad, de manera que la conclusión a que constitucional no es otra cosa que moral
llegue tenga validez no sólo para el respectivo positiva”; “No se debe robar, y si alguien roba
investigador, sino para todos. deberá ser castigado. Si existe, la primera
Herbert Hart tuvo razón cuando señaló norma está contenida en la segunda, que
que la cuestión del concepto de derecho es la única norma genuina. El derecho es la
era una pregunta persistente y que, ade­ norma primaria que establece la sanción”-,
más, ella ha recibido respuestas tan va­ las cuales provinieron de acreditados estu­
riadas como contradictorias, al punto de diosos del derecho como Llewellyn, I lolmes,
Gray, Austin y Kelsen.79
78 MILLAS,JORGE: Filosofía delderecho, Introducción,

notas y edición de Juan O. Cofré Lagos, en prensa 79 HART, HERBERT: El concepto de derecho, ob. cit.,
por Editorial Universitaria, Santiago, 2011, p. 82. p. 2.

EDITORIAL JURIDICA DECHI1E 88


Cap. II. El concepto de Derecho

Por nuestra parte, y por mencionar otras “reglas”), mientras otras aluden a alguna
respuestas a la pregunta qué es el derecho, po­ de las funciones del derecho (por ejem­
demos recordar las siguientes: órdenes bajo plo, guiar comportamientos, legitimar el
la amenaza de castigos o mandatos de un poder) o a uno determinado de sus fines
poder soberano habitualmente obedecido (por ejemplo, la justicia). Dicho de otra
(Austin); producto cultural del espíritu del manera, todas esas aseveraciones acerca del
pueblo (Savigny); normatividad coactiva ten­ derecho que señalamos en el párrafo ante­
diente a fines históricamente condicionados rior no deben ser vastas como enunciados
(Ihering); orden de la conducta humana caprichosos o arbitrarios, ni menos como
de carácter coactivo (Kelsen); unión de crasos errores o brutales deformaciones
reglas primarias y secundarias (Hart); lo de la realidad, sino como un conjunto de
que los individuos miembros de una comu­ esfuerzos sinceros y más o menos logrados
nidad reconocen y obedecen como derecho que, cada cual a su manera, han allegado
(Somlo); las profecías acerca de lo que ha­ elementos o propuesto puntos de vasta que,
rán los tribunales (Holmes); conducta en a fin de cuentas, enriquecen nuestra actual
interferencia intersubjetiva (Cossio); la cosa comprensión del fenómeno jurídico. Esto
justa (Tomás de Aquino); la realidad que quedara especialmente claro cuando más
tiene el sentido de servir al valor jurídico adelante, en este mismo capítulo, pongamos
(Radbruch); querer entrelazante, inviolable en línea las respuestas que Ihering, Austin,
y autárquico (Stammler); la voluntad de Kelsen, Hart, Dworkin y Alexy han dado a
una clase erigida en ley (Marx); interacción la pregunta qué es el derecho. A propósito
dinámica y dialéctica de hechos, normas y de lo cual valdría la pena recordar lo que
valores (Reale). Descartes80 escribió en su Discurso del mé­
He ahí un limitado conjunto de respues­ todo: “la diversidad de nuestras opiniones
tas que destacados pensadores y filósofos no proviene de que unas sean más razona­
del derecho han dado a la pregunta que bles que las demás, sino solamente de que
nos ocupa y que, cada cual por separado, conducimos nuestros pensamientos por
y en el conjunto que ellas forman, no pa­ caminos diferentes y no consideramos las
recen estar refiriéndose a una misma cosa. mismas cosas”. Lo cual no quiere decir que
Con todo, ninguna de tales afirmaciones al definir el derecho alguno de aquellos
constituye un disparate, es decir, algo por autores no haya considerado al “derecho” y
completo ajeno al sentido que cualquier hablado de otra cosa, sino que, al momento
persona tiene del derecho. En esas defi­ de hacerlo, pusieron atención preferente en
niciones aparecen palabras como “órde­ uno u otro de los aspectos de un fenómeno
nes”, “mandatos”, “normas”, “coactiva dad”, complejo como es el derecho. Porque el
“justicia”, “querer”, “obediencia”, “valores”, derecho no es algo simple, sino complejo,
todas las cuales guardan alguna relación de manera que aunque él no sea ninguna
con el objeto que pretenden definir. Lo que de las siguientes cosas por separado ni la
ocurre -y de esta manera se desdramatiza mera suma de todas ellas, cuando decimos
un tanto la manifiesta diversidad de tales “derecho” nos referimos a determinado tipo
definiciones- es que quienes las formula­ de normas y otros estándares, a instituciones
ron parecen dar cuenta sólo de uno o más en las que se producen, aplican e interpretan
aspectos o componentes del derecho, de esas normas y estándares, a conductas de
donde resulta que la heterogeneidad de res­ los sujetos destinatarios de unas y otros, a
puestas podría provenir de la multiplicidad comportamientos de legisladores, jueces y
de perspectivas que es posible adoptar al funcionarios de la administración, y a dife­
momento de decir qué es el derecho. Así, rentes sedes en las que distintos operadores
por ejemplo, en ese repertorio de respues­ razonan jurídicamente.
tas encontramos definiciones que dicen
qué tipo de realidad es el derecho (por 80 Descartes, Rene: Discurso del método, Losada,

ejemplo, “órdenes”, “mandatos”, “normas”, Buenos Aires, 1964, p. 28.

89 rorroniAL JURIDICA otchiu


Curso de Filosofía del Derecho

Según escribió Hart, respuestas como civil”, “derecho penal” o “derecho procesal”,
las que hemos presentado aquí “no fueron incluía también una definición del “dere­
formuladas por visionarios o por filósofos cho”, o, cuando menos, daba por supuesto
interesados profcsionalmente en poner en un concepto de éste al momento de definir
duda los veredictos más elementales del cada una de las ramas antes mencionadas.
sentido común”. Por el contrario, “ellas son Una respuesta, además, que cualquier pro­
el resultado de una prolongada reflexión fesor de filosofía del derecho podría pedir
sobre el derecho, llevada a cabo por hom­ a sus alumnos el primer día de clases de
bres que han sido primordialmentejuristas la asignatura, comprobando que algo, o
dedicados profesionalmente a la enseñanza más de algo, pueden ellos contestar si se
o a la práctica de aquel, y en algunos casos les pregunta qué entienden por derecho;
a su aplicación como jueces”. por ejemplo, diciendo que se trata de un
Además, lo que autores como los antes orden normativo que regula la conducta
individualizados afirmaron sobre el dere­ de hombres y de mujeres que viven en so­
cho incrementó, en su tiempo y lugar, la ciedad bajo la amenaza de sanciones que
comprensión que se tenía de éste, puesto es legítimo imponer en uso de la fuerza,
que, vistos en su contexto, “tales enunciados el cual cuenta con órganos institucionali­
son a la vez esclarecedores y desconcertan­ zados para producir, aplicar e interpretar
tes”. Y concluyó Hart: las respuestas a la las normas que lo componen, así como
pregunta qué es el derecho que acabamos para llevar a cabo una eficaz ejecución de
de mencionar “se parecen más a gruesas las sanciones que prevé para los casos de
exageraciones de algunas verdades sobre incumplimiento.
el derecho, indebidamente desatendidas, Es muy probable que algo así saliera de
que a definiciones frías. Arrojan una luz los labios de estudiantes de último año de
que nos hace ver mucho de lo que perma­ la carrera que fueran interrogados acerca
necía oculto en el derecho; pero la luz es de qué es el derecho, y si bien nada erró­
tan brillante que nos ciega respecto del neo es posible encontrar en una respuesta
resto y seguimos así sin una visión clara como esa, lo cierto es que no resulta sufi­
del conjunto”.81 ciente para dar por contestada la pregunta
Henos aquí entonces en este Curso y excluirla del curso que comienza en este
frente a la misma pregunta, con el ries­ instante. Recordando lo que Sócrates decía
go de que estudiantes que cursan filosofía a sus contemporáneos -que no sabían, o
del derecho en un momento ya próximo que sabían menos de lo que creían saber,
a su egreso de la carrera puedan arriscar o que sabiendo algo no tenían la destreza
la nariz o fruncir el entrecejo para sugerir suficiente para argumentar a favor de lo
de ese modo al profesor que les plantea la que conocían—, podríamos indicar a los
pregunta que ellos disponen hace tiempo alumnos que llegan al curso de filosofía del
de una respuesta. Una respuesta que esos derecho que lo que saben acerca de éste
alumnos frieron construyendo a partir de es menos de lo que se puede saber y que,
las lecciones de Introducción al Derecho en cualquier caso, eso que saben, unido a
recibidas en los dos primeros semestres de la lo que les resta por saber, podría ser mejor
carrera y que afianzaron luego gracias a sus argumentado si en tal curso se acomete la
estudios dogmáticos de derecho constitucio­ pregunta acerca de qué es el derecho más
nal, derecho civil, derecho penal, derecho allá de la manera introductoria en que pudo
procesal y demás asignaturas dogmáticas, ser contestada al inicio de la carrera; más
las cuales solían comenzar con el manejo allá, asimismo, de lo que acerca del derecho
de un manual que junto con establecer pudo luego ser aprendido a propósito de
qué es “derecho constitucional”, “derecho las asignaturas que tratan de un derecho en
particular (el chileno actualmente vigente)
81 HART, HERRERT: El concepto de derecho, ob. cit., y, dentro de éste, de sus diversas ramas o
p. 3. sectores de regulación, y más allá, en fin, de

editorial JURIDICA m chile 90


Cap. II. El concepto de Derecho

lo informado sobre el derecho por otro tipo administración, los profesores y también los
de asignaturas que podrían haber cursado, estudiantes de derecho-, no puede eludir
tales como derecho romano, historia del la pregunta por el concepto de derecho,
derecho o sociología jurídica. ni darla simplemente por contestada con
Por lo mismo, un capítulo como éste, alguna definición de las que abundan en los
menos que proveer un concepto de derecho manuales jurídicos, ni actuar tampoco en
del que los alumnos carezcan por completo, sus respectivas profesiones jurídicas sobre
permitirá examinar críticamente el que ya la base de asumir una respuesta de la que
tienen, a fin de corregirlo en sus posibles no es plenamente consciente.
deficiencias y de complementarlo en sus casi
seguras insuficiencias. A lo que invitamos,
en consecuencia, es a poner en tensión la 2. El caso de los exploradores
inteligencia a propósito de la cuestión del DE CAVERNAS
concepto de derecho y a pensar al respecto
hacia el límite de nuestras posibilidades, Lon L. Fuller (1902-1978) fue un destacado
puesto que en eso consiste la filosofía, según jurista estadounidense, conocido, además
tuvimos ocasión de explicar en el capítulo de sus libros, por el debate que sostuvo con
inicial de este Curso. Herbert Hart, el año 1958, en las páginas de
¿Y todo ello para qué? ¿Para llevar a cabo la Harvard Law Revieiv. El artículo de Hart
un simple ejercicio intelectual? ¿Para ser más que encendió la polémica fue “El positivismo
cultos luego de conocer y comparar distintas jurídico y la separación entre el derecho
respuestas recibidas por la pregunta qué es y la moral”,82 mientras que la réplica de
el derecho? No. La cuestión del concepto Fuller se tituló “Positivismo y fidelidad al
de derecho -como afirma Dworkin- no es derecho”. De esa discusión han pasado más
equivalente a esos juegos que sacamos de de 50 años y el tema de las relaciones entre
un closet en las lluviosas tardes de invierno derecho y moral continúa recibiendo una
para entretenernos y acortar de ese modo gran atención de parte de los filósofos del
la jornada. La cuestión del concepto de derecho. La propia discusión entre posi­
derecho es básica, la más básica de todas tivistas y iusnaturalistas se ha desplazado
cuantas puede preguntarse alguien que es­ desde la cuestión de si hay o no algo que
tudia derecho, o que lo enseña, o que lo con propiedad pueda ser considerado “de­
ejerce como abogado, o que lo aplica como recho natural” —un asunto frente al cual
juez, o que lo produce como legislador, o el iusnaturalismo es una doctrina dualista
que lo interpreta en cualquiera de tales que afirma la existencia tanto del derecho
condiciones. Si alguien estudia o enseña positivo, es decir, el derecho producido por
derecho querrá saber, como mínimo, qué actos de voluntad humana que discurren
es eso que estudia o enseña. Alguien que por las así llamadas “fuentes formales del
invoca el derecho ante una corte querrá derecho”, como de un derecho natural es­
saber también qué es lo que invoca. Alguien tablecido directamente por Dios, la natu­
que produce y aplica derecho, lo mismo que raleza racional del hombre o la naturaleza
quien lo interprete, necesitará saber-cómo de las cosas, mientras que el positivismo
no— qué es lo que produce, interpreta y es una doctrina monista que sostiene que
aplica cuando ejecuta estas actividades por no hay más derecho que el positivo y que
referencia al derecho. Y alguien que razona la misma expresión “derecho positivo” es
jurídicamente, esto es, que a partir de un redundante, puesto que todo derecho es
derecho dado cualquiera establece premisas derecho puesto o instituido como tal por
normativas y fácticas de un modo tal que de quienes tienen competencia para hacerlo- a
ellas pueden seguirse determinadas conclu­
sión es jurídicamente relevantes -como hacen 82 En HART, Herbert: Derecho y moral. Contribu­
cada cual en su ámbito los legisladores, los ciones a su análisis, Depalma, Buenos Aires, 1962,
jueces, los abogados, los funcionarios de la pp. 1-64.

91 rorroKiAL JURIDICA de chile


Curso de Filosofía del Derecho

la de la relación entre derecho y moral. Las la enseñanza del derecho. Como señaló en
actuales discusiones al interior del propio su momento Genaro R. Garrió, uno de los
positivismo jurídico, que confrontan a un autores de la versión castellana de este texto
positivismo incluyente con uno excluyente, de Fuller, “el caso de los exploradores de
giran también en torno a la cuestión de si cavernas abre ante nuestros ojos una segura
entre derecho y moral hay o no una rela­ y apasionante vía que conduce directamente
ción conceptual necesaria (el derecho no al corazón de los grandes temas de la teoría
puede ser definido sin referencia a la moral jurídica, en un contexto atractivo, liberado
ni tampoco identificado empíricamente de la pesadez y solemnidad que caracteriza a
con prescindencia de valores morales) o muchas exposiciones tradicionales. Favorece
contingente (el derecho puede ser definido la discusión y el análisis; permite contrapo­
sin referencia a la moral y puede también ner posiciones antagónicas en relación con
ser identificado en sus distintas expresiones dificultades concretas; muestra cómo los
históricas con prescindencia de los juicios problemas capitales de la teoríajurídica se
de aprobación o reprobación que pueda presentan indisolublemente ligados entre
merecer desde un punto de vista moral) .83 sí, pero también pone en guardia contra
En suma: la cuestión de la relación entre el riesgo de confundirlas”.85
derecho y moral -otro de los grandes y com­ El texto de Fuller permite apreciar las
plejos temas de nuestra disciplina, tanto diferentes actitudes que cinco jueces de
que Ihering se refirió a él como el Cabo una corte de apelaciones tienen frente a
de Hornos de la filosofía del derecho- se un mismo caso -que en la tipología de ca­
vincula directamente con lo que ahora nos sos fáciles, casos difíciles y casos trágicos
ocupa, relativo al concepto de derecho. En no dudaríamos en incluir en la tercera de
síntesis, podríamos decir que la afirmación tales categorías-, a propósito del cual los
principal de Hart en su debate con Fuller magistrados muestran no sólo distintos tem­
fue que es preciso distinguir entre lo que peramentos, sino diferentes concepciones
es y ¡o que desde muy diferentes puntos de la función jurisdiccional e, incluso, del
de vista se considera que debe ser, lo cual derecho mismo. Más precisamente, si en
significa que una cosa es el derecho que es el magistrado Truepenny se aprecia ante
y otra el que debe ser, y que, en consecuen­ todo un determinado temperamento ju­
cia, del mero hecho de que una regla rióle dicial, mientras que en Handy lo que se
pautas morales no se infiere que ella no es advierte es una determinada idea de la fun­
una regla jurídica, e, inversamente, que del ción jurisdiccional, en el caso de los otros
mero hecho que una regla sea moralmente dos jueces que integran la corte -Foster y
deseable no se sigue que sea una regla de Keen- lo que hay propiamente son distintas
derecho, mientras que Fuller declaró que concepciones del derecho. Tratándose del
hay un punto de intersección entre el de­ quinto magistrado -Tatting-, según se verá
recho y la moral, el cual proviene de que poco más adelante, su voto en el asunto no
lo que es y lo que debe ser están indisolu­ trasunta siquiera un determinado tempera­
blemente unidos. mento judicial, según nos parece, sino una
En 1949, en la misma Harvard Law Review, renuncia a su condición de juez.
Lon L. Fuller publicó un relato imaginario Truepenny, Tatting, Handy, Foster y Keen:
-“El caso de los exploradores de cavernas”-84 he ahí los jueces que conocen y fallan el caso
que alcanzó gran notoriedad y que se ha imaginario de los exploradores de cavernas,
transformado en una útil herramienta para y si bien puede hacerse entre ellos la distin­
ción precedente en cuanto a qué muestra
de preferencia el voto de cada uno de ellos,
83 Véase SQUELLA, AGUSTÍN: Filosofía del derecho,
lo cierto es que en las argumentaciones de
ob. cit. capítulo IV, titulado “Sobre el positivismo
jurídico”.
84 FULLER, LON: El caso de los exploradores de cavernas, 85 Carrió, GENARO: Introducción a El caso de los

Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2002. exploradores de cavernas, ob. cit.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 92


Cap. II. El concepto de Derecho

todos ellos subyace alguna comprensión del habían hecho a los médicos, pero tampoco
derecho y de la función que corresponde consiguió respuesta. Consultó luego Whet­
desempeñar a los jueces, sin peijuicio de more si había en el exterior algún sacerdote
que el texto de Fuller permite registrar y que quisiera responder la pregunta, y no
también contrastar las distintas maneras pudo encontrarse a ninguno.
de razonar jurídicamente que tienen los Después de esos fallidos intentos por con­
cinco magistrados. seguir orientación no se recibieron nuevos
Por todo lo expresado, la lectura y dis­ mensajes desde la caverna y en el exterior
cusión en clases del mencionado texto de presumieron que el equipo de radio se había
Fuller es una buena puerta de entrada al descompuesto. Sin embargo, cuando los
análisis de la cuestión del concepto de de­ prisioneros fueron finalmente rescatados,
recho, motivo por el cual recomendamos al vigésimo tercer día, se comprobó que
hacerlas. No obstante lo cual, y a modo de Whetmore había sido asesinado y comido
incitación a la lectura y discusión que se por sus compañeros de cautiverio.
sugieren, podemos resumir el caso de la A raíz de las declaraciones formuladas
siguiente manera: luego en condición de imputados de ase­
A principios de mayo del futurísimo año sinato, se pudo determinar que Whetmore
4299, cuatro integrantes de una organización había sido el primero en proponer que uno
de aficionados a la exploración de cavernas, de ellos sirviera de alimento a los demás, y
acompañados de Roger Whetmore, miembro que habiéndose echado a suertes cuál sería
también de la organización, entraron en la víctima, los dados resultaron adversos para
una caverna de piedra caliza, y cuando se el propio Whetmore. Para mayor compli­
hallaban ya lejos de la entrada se produjo cación de las cosas, Whetmore, poco antes
un derrumbe que bloqueó completamente de lanzarse los dados, había manifestado a
la única abertura conocida de la caverna. sus compañeros su voluntad de retirarse del
Una partida de rescate fue enviada de acuerdo y esperar una semana más antes
inmediato al lugar de los hechos, pero las de recurrir al terrible procedimiento de
tareas de remoción de tierra y rocas se vie­ sortear cuál de ellos sería muerto y comido
ron frustradas por nuevas avalanchas que por los demás. Pero los otros le acusaron de
costaron la vida de 10 obreros ocupados violar lo convenido y procedieron a arrojar
de esas tareas. los dados, con el mal resultado ya conocido
Los exploradores atrapados en la ca­ para Whetmore.
verna habían llevado consigo muy escasas En el juicio oral respectivo, el portavoz del
provisiones y se sabía que en el interior de jurado preguntó al juez si el jurado podría
ella no había vida animal ni vegetal que les emitir un “veredicto especial”, dejando al
permitiera subsistir, aunque a través de un juez la determinación de la culpabilidad de
equipo de radio que portaban pudieron los imputados, con lo cual vino a configu­
comunicarse con el exterior. rarse lo que por nuestra parte llamaríamos
Fue así como se enteraron de que las un “segundo silencio”, establecido que el
tareas de rescate tomarían un tiempo muy primero había sido el de los médicos, jueces
superior a aquel durante el cual consumirían y religiosos que habían sido consultados por
las exiguas raciones de agua y comida que los prisioneros mientras permanecían en la
llevaban consigo, lo cual les hizo consultar a caverna. En un extenso veredicto especial,
un equipo de médicos que aguardaba en el el jurado estableció los hechos tal y como
exterior de la caverna si podrían sobrevivir han sido relatados aquí y dijo al juez que
hasta el momento del rescate comiéndose a si sobre la base de tales hechos los acusa­
uno de ellos. Sin embargo, ninguno de los dos eran culpables del crimen que se les
médicos se mostró dispuesto a responder. imputaba, entonces debía condenárselos.
Uno de los prisioneros -Whetmore- pre­ Con el mérito de ese veredicto, el juez de la
guntó entonces por radio si había algún causa decidió condenarlos como culpables
juez que pudiera contestar la pregunta que de homicidio en la persona de Roger Whet-

93 EDITORIAL JURIDICA EX Cllili


Curso de Filosofía del Derecho

more, imponiéndoles la pena de muerte derecho. “Llego, por ello, a la conclusión


por ahorcamiento. -expresó— de que en el momento en que
Disuelto el jurado, sus miembros suscri­ Roger Whetmore perdió su vida a manos de
bieron una comunicación al jefe del Po­ estos acusados, todos ellos se encontraban
der Ejecutivo, pidiéndole que conmutara no en un estado de sociedad civil, sino en
la pena de muerte por 6 meses de prisión. estado de naturaleza, y que, en tal situación,
El juez de la causa se sumó a la petición. hicieron un contrato aceptado por todos y
Sin embargo, el Presidente peticionado no que originariamente fue propuesto por el
respondió, configurándose de este modo propio Whetmore”. “Desde que era obvio
un “tercer silencio”. Dicho ahora de paso, el que su inusitada situación hizo inaplicables
proceder del juez de primera instancia pone los principios usuales que regulan la conducta
también de manifiesto una cierta manera entre los hombres -proclamó enseguida-,
de entender la función jurisdiccional, que se vieron en la necesidad de trazar, como
bien puede ser discutida en clases. quien dice, una nueva carta de gobierno,
Entretanto los condenados apelaron del apropiada a las circunstancias en que se
fallo de primera instancia y el silencio de la hallaban”. Y dio incluso Foster un segundo
cabeza del Ejecutivo fue interpretado como fundamento para absolver: la defensa propia
si se encontrara a la espera de la sentencia en que habrían actuado los imputados, una
que adoptaría el tribunal de apelación. Qui­ eximente de responsabilidad que si en este
zás por eso el primero de los votos, emitido caso no podía conciliarse con las palabras
por Truepenny, presidente del tribunal de de la ley que la establece, sí podía hacerlo
alzada, se limitó a decir que esperaría la con el propósito de ésta.
resolución del Ejecutivo, puesto que, según En cuanto al ministro Keen, junto con
su parecer, era altamente improbable que se desaprobar el voto del presidente de la Corte
denegara la petición de clemencia que había en orden a esperar la resolución del Po­
sido formulada. “Creo -dijo- que podemos der Ejecutivo ante la petición de clemencia
asumir que alguna forma de clemencia se que le había sido dirigida y a la vez decir
acordará a los acusados. Si así no ocurriere, que si él fuera ese poder aceptaría dicha
se hará justicia, sin menoscabo de la letra petición, votó finalmente por confirmar
ni del espíritu de nuestra ley y sin ofrecer la sentencia condenatoria, puesto que la
estímulo a su trasgresión”. legislación penal de su país tipificaba como
Por su parte, el ministro Tatting, junto delito la conducta de los acusados “y yo he
con admitir que se hallaban ante un caso jurado aplicar no mis concepciones de la
trágico para el cual “mis recursos habituales moralidad, sino el derecho de mi país”. Y
me faltan”, declaró que lo más prudente si ese derecho disponía que “quienquiera
habría sido no iniciar un proceso en tan que privare intencionalmente de la vida a
inusual y desgraciado asunto, y conside­ otro será castigado con la muerte”, no cabía
rándose “incapaz de resolver las dudas que duda de que tal era el caso de autos. Este
me acosan respecto de la solución legal magistrado, en consecuencia, reconoció,
de este asunto”, concluyó con la siguiente según sus propias palabras, “el principio de
declaración: “Renuncio a participar en la supremacía del Poder Legislativo” y lamentó
decisión de este caso”. la época en que los jueces decidían “con gran
Las argumentaciones más extensas co­ libertad” y en la que algunas leyes “fueron
rrieron luego por cuenta de los ministros prácticamente reelaboradas por el Poder
Foster, Keen y Handy. En cuanto al prime­ Judicial”, con “las trágicas consecuencias
ro de ellos, estuvo por absolver, basándo­ que se derivaron de esa práctica”. La obliga­
se en la idea de que el derecho positivo ción del Poder Judicial -concluyó Keen- es
presupone la coexistencia de los hombres “aplicar fielmente la ley escrita e interpretar
en sociedad y que, al surgir una situación esta ley de acuerdo a su llano sentido, sin
en la que tal coexistencia se había vuelto referencia a nuestros deseos personales y
imposible, no era ya del caso aplicar ese a nuestras concepciones individuales de la

í: 1) I, i O KiAL J U RI. D1) Ir C I i ¡ í L 94


Cap. II. El concepto de Derecho

justicia”, por mucho que al decidir de esa un punto descriptivo (cómo ella opera) y
manera los jueces se expongan a veces a prescriptivo (cómo debería operar), esto es,
un juicio popular adverso. preguntándose tanto qué hacen los jueces
Finalmente, el ministro Handy señaló como qué deberían hacer en ejercicio de esa
que el caso que debían fallar era una cues­ función, y para discutir también acerca de
tión de sabiduría práctica a aplicarse en cómo uno u otro concepto de derecho que
un contexto no de abstractas teorías, sino se pueda tener por parte de los jueces influye
de realidades humanas concretas, y que, en la manera como entienden su función
por lo mismo, le parecía “uno de los más en la sociedad y las decisiones normativas
fáciles que jamás se haya tramitado ante que adoptan en sus fallos. Para esto último,
esta Corte”. Y lo que, según Handy, acon­ sin embargo, no basta con el resumen del
sejaba la sabiduría práctica era absolver, caso que hemos hecho aquí y es necesario
puesto que “el sentir de la opinión pública leer el propio texto de Fuller.
frente al caso era claro”, al punto de que
“alrededor de un noventa por ciento opina
que los acusados deben ser perdonados o 3. ¿Necesitamos un concepto,
castigados con una especie de pena simbó­ UNA DEFINICIÓN O UNA DESCRIPCIÓN
lica”. Reconoció en su voto, sin embargo, DEL DERECHO?
que “mis colegas se horrorizarán ante mi
sugestión de que esta Corte tome en cuenta A propósito de la pregunta que nos ocupa
a la opinión pública”, porque dirán que en este instante -¿qué es el derecho?- se
ésta “es emocional y caprichosa”, aunque afirma, indistintamente, que lo que se busca
persistió en el fundamento de su decisión conseguir a partir de ella es un “concep­
de absolver, confesando que “cuanto más to”, una “definición”, una “idea”, una “no­
viejo me pongo más y más me intriga la ción” del derecho, aunque bien podríamos
negativa de los hombres a aplicar su sentido considerar, al menos en este contexto, que
común a los problemas del derecho y del “idea” y “noción” son términos que se co­
gobierno”. Llego a la conclusión -señaló rresponden con “concepto”, de manera que
al fin- de que “esos acusados son inocentes las alternativas acerca de lo que se busca
del crimen objeto de la acusación y de que quedarían reducidas a dos: “concepto” y
la sentencia debe revocarse”. “definición” del derecho.
Tal como indicamos en su momento, Por otra parte, y a partir de una indica­
distintos temperamentosjudiciales, pero tam­ ción de Kant acerca de que no todos los
bién diferentes concepciones de la función conceptos pueden ser definidos y que tam­
jurisdiccional, e incluso del propio derecho, poco necesitan serlo, de manera que hay
están presentes en el caso imaginado por aproximaciones a las definiciones de ciertos
Fuller. Y si más adelante vamos a exponer conceptos que en parte son exposiciones y
los diferentes conceptos de derecho de au­ en parte descripciones, también es posible
tores como Ihering, Austin, Kelsen, Hart, hablar de “exposición” y de “descripción” del
Dworkin y Alexy, quienes tienen también derecho, aunque se trata de términos que
apreciaciones distintas de la índole de la se emplean con mucha menos frecuencia
función jurisdiccional, ¿cómo habrían re­ que “concepto” y “definición”. Sin ir más
suelto cada uno de ellos el caso propuesto lejos, en un artículo de 1983 empleamos
por Fuller y, lo que también es relevante, el término “exposición” y “descripción” en
basándose en cuáles justificaciones y expo­ un libro de 2007.86
niendo qué argumentos?
Se podría realizar un ejercicio como ese, 86 Véase Squella, Agustín: “Una exposición del
aunque convendría hacerlo en clases, entre
derecho”, en Revista de Ciencias Sociales, Edeval, Val­
los estudiantes y el profesor del curso de paraíso, N° 22,1983, pp. 141-154; y, del mismo autor,
filosofía del derecho, aprovechándolo para ¿ Qué es el derecho ? Una descripción del fenómeno jurídico,
debatir sobre la función jurisdiccional desde Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2007.
Curso de Filosofía del Derecho

En cuanto a la pareja de términos “con­ producto o representación de una manera


cepto” y “definición”, hay una diferencia sucinta y fácilmente comprensible. Así, por
entre conceptos y definiciones, según nos ejemplo, en las páginas del libro de Hart
parece, y esa diferencia consiste en la manera que mencionamos en el número 1 de este
como se llega a unos y a otras, pues mientras capítulo, lo que tenemos es un concepto
los conceptos suponen una prolongada re­ de derecho, aunque ese concepto podría
flexión acerca de aquello que representan, expresarse en la siguiente definición: “el
las definiciones pueden darse o adoptarse derecho es unión de reglas primarias y se­
de una manera más directa, instantánea casi, cundarias”. Vistas las cosas de esta manera,
como si proporcionar un concepto de algo el concepto antecede a la definición que lo
supusiera merodear en tomo a ese algo y de­ expresa de una manera simplificada que no
finir equivaliera a ir directamente y de frente da cabalmente cuenta de todos sus aspectos
hacia ese algo.87 * Para llegar a formamos un o detalles.
concepto, en consecuencia, sería preciso dar Por lo mismo, y puedan o no ser cada
largos y pacientes rodeos y no abalanzarse uno de ellos comprimidos finalmente en una
atolondradamente sobre él. Así, por ejemplo, definición que los exprese con brevedad,
a propósito de esos enunciados que suelen exactitud y claridad, lo que expondremos
encontrarse en las primeras páginas de un más adelante en los casos de Ihering, Aus-
manual de derecho civil, procesal u otros, tin, Kelsen, Hart, Dworkin y Alexy será el
en los que antes de expresar su autor qué es concepto de derecho que cada uno de esos
“derecho civil” o “derecho procesal” nos dice autores tuvo o tiene en la actualidad, o sea,
qué es el “derecho”, lo que tenemos delante trataremos de reconstruir, aunque desde
no es un concepto, sino una simple definición luego a escala reducida, el camino que si­
de derecho. La palabra “concepto” supone guió cada uno de ellos para llegar a tener y
“concebir” algo, esto es, gestarlo, formarlo a proponer una determinada representación
través de un cierto proceso intelectual, como que aspira a capturar intelectualmente ese
si se tratara de hacer un filme y no de tomar objeto, esa realidad, ese fenómeno que de­
una instantánea, mientras que “definición” signamos con la palabra “derecho”, mientras
es un término que sugiere resolver simple que al final de este capítulo compartiremos
y rápidamente algo, como cuando enjerga lo que es una “descripción” del derecho, en
futbolística se dice que un partido se “definió” una versión igualmente resumida de la que
por penales. En tal sentido, por lo mismo, aparece en nuestro libro ¿ Qué es el derecho?
lo que debe buscarse en el caso del derecho Una descripción delfenómenojurídico®*De más
es un concepto, no una definición. está decir que al proceder de esa manera
Sin embargo, una definición puede ser no pretenderemos introducir una nueva
vista también como la manera de expresar noción de derecho al ya congestionado trá­
y dar visibilidad a un concepto de un modo fico de los conceptos y definiciones de este
breve, claro, preciso y fácilmente accesible, fenómeno ni mucho menos poner nuestra
de donde resulta que “definir”, lejos de descripción al mismo nivel de los conceptos
sustituir a “conceptualizar”, pasa a consti­ de derecho de los seis iusfilósofos antes
tuir un acto lingüístico que da cuenta de mencionados, sino ofrecer a los estudiantes
un concepto previamente foijado y que una conclusión que identifique, ordene y
tiene las propiedades recién anotadas. En dé cuenta de los principales aspectos del
tal sentido, el concepto sería un producto, derecho, sin omitir ninguno que sea re­
una representación intelectual a la que se levante, pero sin incluir tampoco alguno
llega después de un largo proceso reflexi­ que no le pertenezca. Esa “descripción”,
vo, mientras la definición patentizaría ese que compartiremos en la parte final, está
motivada por la antes mencionada idea de
87 Véase ROBLES, Gregorio: Teoría del derecho.
Fundamentos de teoría comunicacional del derecho, Vol. I,
Thomson-Reuters, Navarra, 2010, pp. 3-46. SQUELLA, AGUSTÍN: ¿Qué es el derecho?', ob. cit.

editorial JURIDICA de chile 96


Cap. II. El concepto de Derecho

Kant acerca de que no todos los conceptos orienta bastante acerca de qué queremos
pueden ni necesitan ser definidos y que hay decir, o, mejor, qué distintas cosas quere­
aproximaciones a las definiciones de ciertos mos señalar cuando empleamos el término
conceptos que en parte son exposiciones y “derecho”. Esta no es una palabra unívoca,
en parte descripciones. Una “descripción”, de manera que cada vez que la utilizamos
en consecuencia, es meramente un enun­ deberíamos aclarar en cuál de sus varios
ciado producto de las anotaciones que des­ sentidos la empleamos, una exigencia de
de una cierta distancia se toman de algo la que por lo común nos sentimos libera­
-en este caso del derecho-, un registro, en dos, porque el contexto en que usamos la
suma, de lo que comparece ante nuestra palabra suele dar suficiente luz acerca del
atención intelectiva cuando fijamos ésta sentido que le otorgamos. Así, por ejemplo,
en ese fenómeno llamado “derecho” que cuando alguien dice que “El derecho chi­
se encuentra presente -como tantas veces leno autoriza el divorcio en presencia de
hemos señalado- en las distintas formas de determinadas causales”, entendemos que
vida de hombres y mujeres en sociedad. la palabra “derecho” se refiere a un orden
En cualquier caso, se responda a la pre­ normativo que rige actualmente en nuestro
gunta ¿qué es el derecho? con un concepto, país, mientras que cuando alguien decla­
con una definición, con una idea, con una ra “Tengo derecho a solicitar el divorcio”
noción, con una exposición o con una descrip­ alude no a ese orden, sino a una facultad
ción, y sea cuales fueren las diferencias que que cree tener.
puedan establecerse de manera estipulativa De partida, hay una serie de usos colo­
o convencional entre esas diversas alterna­ quiales de la palabra “derecho”, que son
tivas, y aun en el caso de que en adelante aquellos que aparecen en el habla común de
-como es lo habitual- optemos por hablar las personas. Así, por ejemplo, derecho es lo
preferentemente de “concepto” de derecho, opuesto a izquierdo (como cuando decimos
lo cierto es que la pregunta que nos ocupa, “Juan alzó su brazo derecho”), una dirección
acometida por la filosofía del derecho como a tomar (como cuando indicamos a un au­
disciplina, tiene que ser tratada también por tomovilista que busca una dirección: “Siga
ella en cuanto asignatura. derecho”), una posición corporal (como
Pero antes de convocar a los seis autores cuando ordenamos a Juan “Ponte dere­
ya mencionados, detengámonos un instante cho”), una cualidad moral (como cuando
en la identificación de los usos tanto colo­ proclamamos que “Pedro es derecho”), y,
quiales como técnicos que tiene la palabra ahora en la versión femenina del término,
“derecho”, puesto que una buena o aguda “derecha” es lo opuesto a izquierda, es decir,
comprensión de las palabras conduce siempre una determinada posición política que no
a una igualmente buena y aguda intelección es el caso explicar aquí ni hacerse parte en
de aquello a lo que cada palabra se refiere, la discusión de si acaso la diada izquierda-
que no es siempre una sola cosa. Comenzar derecha conserva o no significación política
entonces por la palabra “derecho” constituye real. En cualquier caso, uno de los mejores
un adecuado punto de partida, aunque el ensayos sobre la materia sigue siendo Derecha
de llegada arrojará seguramente un produc­ e izquierda. Razón y significada de una distinción
to más complejo que el que sugiere el solo política, de Norberto Bobbio.89
significado de esa palabra. En cuanto a los usos técnicos de la palabra,
“derecho” tiene a lo menos cinco distintos
significados, el primero de los cuales puede
4. Los DISTINTOS USOS DE LA PALABRA a su vez ser desdoblado en tres.
“DERECHO” En primer lugar, “derecho” es una palabra
que designa un fenómeno que concierne a
Dar un concepto de derecho no se reduce
a levantar un inventario de los usos que tie­
ne esta palabra, aunque hacer esto último 89 Taurus, Madrid, 1995.

97 editorial JURIDICA de chile


Curso de Filosofía del Derecho

la conducta humana, y que tiene carácter el primero y segundo de los sentidos recién
normativo o preferentemente normativo. apuntados, es materia de estudio tanto de
Cuando se emplea la palabra en este sentido la ciencia jurídica como de la historia del
suele hablarse de “derecho en sentido ob­ derecho, mientras que en el tercero lo es
jetivo”, y es en este primer significado que de la filosofía del derecho. Es a esta última
hemos utilizado de preferencia la palabra disciplina a la que corresponde examinar
en el presente Curso. qué es el derecho, en tanto que a la ciencia
Con todo, este primer uso técnico de la jurídica le corresponde hacerlo con aquello
palabra “derecho” designa en verdad tres que rige como derecho en un lugar y tiempo
cosas: primero, a cada ordenamiento jurí­ dados, y a la historia del derecho con aquél
dico dotado de realidad y vigencia histórica que rigió alguna vez. “¿Qué es derecho?”,
en un lugar y tiempo determinados -por pregunta la ciencia jurídica. “¿Qué fue de­
ejemplo, el derecho chileno actual, el de­ recho?, inquiere la historia del derecho. Y
recho argentino actual, el derecho francés “¿qué es el derecho”, pregunta por su parte
de hoy, etc.-; segundo, al ordenamiento la filosofía jurídica.
jurídico que rige o ha regido en un lugar En cualquier caso, y al margen ya de la
determinado, un uso que aparece cuando cuestión de cómo se dividen las preguntas
hablamos de “derecho chileno” para refe­ esas tres disciplinas, lo cierto es que cuando
rirnos no sólo al que actualmente rige en se emplea la palabra “derecho” en sentido
nuestro país y que es posible hallar repar­ objetivo, es decir, para referirse a un orden
tido en distintos continentes normativos, de la conducta humana, bien podemos estar
tales como Constitución, leyes, decretos refiriéndonos a una como a otra de las tres
con fuerza de ley, resoluciones adminis­ cosas antes señaladas: a) a un ordenamiento
trativas de variados nombres, contratos y jurídico actualmente rigente en un lugar
sentencias judiciales, sino a aquel que, ya y tiempo dados, o a un sector o rama del
derogado o dejado sin efecto, esto es, sin mismo; b) al ordenamientojurídico de un
formar parte del derecho actualmente vi­ determinado lugar que incluye tanto nor­
gente, rigió alguna vez aquí, que es lo que mas e instituciones actuales como aquellas
ocurre, por ejemplo, cuando iniciamos una que en algún momento formaron parte
frase diciendo “El derecho chileno, desde de él y que no se encuentran vigentes; y
la independencia hasta nuestros días...”, o c) a ese orden de la conducta humana que,
“El derecho civil chileno en el siglo XX. dotado de ciertas características, entre las
incluyendo tanto normas e instituciones que cuales sobresale la coercibilidad, es posible
están actualmente vigentes como aquellas encontrar en toda forma de vida humana
que lo estuvieron en el período al que se en sociedad.
refiere cada una de esas frases; y tercero, Seguidamente, “derecho” es una palabra
con este primer uso de la palabra “derecho” que designa una facultad que un sujeto
podemos referirnos no a un determinado puede hacer valer en relación con otro u
ordenamiento actualmente vigente ni a uno otros sujetos, en virtud de un acto o situación
que incluya tanto normas e instituciones jurídica que él ha celebrado o en la que
vigentes como ya dejadas sin efecto en un se encuentra. Así, por ejemplo, en la frase
mismo ámbito territorial, sino, en gene­ “Juan tiene derecho a que Pedro le entre­
ral, a un orden de la conducta humana, gue la cosa objeto de la compraventa que
dotado de ciertas propiedades que están celebraron”. Cuando la palabra “derecho”
presentes en toda forma de vida del hombre se utiliza con este significado, suele decirse
en sociedad, como sería el caso cuando se que se la emplea en “sentido subjetivo”, y
afirma, por ejemplo, que “El derecho es es por eso que se llama también “derechos
coercible”. En los dos primeros casos, en subjetivos” a esas facultades de que un sujeto
rigor, se habla de un derecho, mientras que puede estar dotado frente a otro u otros y
en el tercero se habla de el derecho. Por lo que provienen de un actojurídico celebrado,
mismo, el derecho en sentido objetivo, en como la facultad de reclamar la entrega de

editorial JURIDICA de chile 98


Cap. II. El concepto de Derecho

la cosa en el caso de una compraventa, o de los sentidos técnicos de la palabra que


de una situación jurídica determinada en llevamos identificados. Así, por ejemplo, en
que un sujeto puede encontrarse, como la la frase “Soy profesor de derecho”. Antes, en
facultad de un hijo para reclamar alimentos el capítulo primero de este libro, tuvimos
de sus padres. oportunidad de explicar la singularidad de
En tercer lugar, “derecho” se emplea que una misma palabra -“derecho”- sirva
para aludir a un conjunto de prerrogativas para designar tanto un objeto por conocer
fundamentales que adscriben sin excepción como al saber que se ocupa de ese objeto.
a todo individuo de la especie humana y Por lo mismo, y para evitar malentendidos,
por su sola condición de tal, es decir, que para “derecho” como saber es preferible
no dependen ni de la celebración de actos usar expresiones como “ciencia jurídica”,
jurídicos ni tampoco de hallarse circuns­ “dogmática jurídica” o “ciencia del dere­
tancialmente en una situación jurídica cho”.
determinada. Así, por ejemplo, en la frase Un quinto uso de la palabra “derecho”
“La libertad de expresión es un derecho aparece cada vez que la utilizamos para
humano”. Es efectivo que respecto de este aludir a un conjunto de normas, principios,
tercer uso de la palabra “derecho” se dis­ bienes o valores que se entienden anteriores
cute entre los autores acerca del concep­ y superiores a los ordenamientosjurídicos
to, fundamentación y denominación más dotados de realidad y vigencia histórica -es
apropiados para los así llamados “derechos decir, los derechos positivos-, los cuales se
humanos”, e, incluso, acerca de si se trata entienden fijados por alguna divinidad, por
de derechos fundamentales que podrían la naturaleza racional del hombre, por la
expandirse más allá de los seres humanos,90 naturaleza de las cosas o por los consensos
pero lo cierto es que existe hoy un auténtico morales socialmente dominantes, y en los
derecho positivo de los derechos humanos, que los ordenamientos positivos fundamen­
establecido en las constituciones que los tarían su validez. Así, por ejemplo, en la
declaran a nivel interno de cada Estado y frase “Despenalizar el aborto es contrario
por tratados que los consagran en la esfera al derecho natural”.
internacional, así como por fallos que en Establecidos esos cinco usos técnicos de la
materia de derechos humanos han sido palabra “derecho”, el primero de los cuales
dados por tribunales nacionales y cortes se desdobla a su vez en los tres que tuvimos
internacionales. Por otra parte, conviene oportunidad de explicar en su momento,
advertir acerca de lo siguiente: si bien este ¿a cuál de ellos nos referimos cuando anun­
tercer uso de la palabra “derecho” es dis­ ciamos aquí el tratamiento de la cuestión
tinto del primero que analizamos aquí, lo del concepto de derecho? ¿Nos referimos
cierto es que, tal como explicaremos en la al concepto de derecho en cuanto orden
parte final de este capítulo, los derechos de la conducta humana, en cuanto facul­
humanos pueden ser entendidos como un tad de un sujeto, en cuanto determinadas
tipo de estándar que, junto con las reglas de prerrogativas que adscriben sin excepción
conducta y los principios, forman parte de a todo individuo de la especie humana, en
los derechos modernos como componentes cuanto saber, o en cuanto normas, princi­
o piezas de éstos, lo cual significa que serían pios, bienes o valores que fundamentan la
parte del derecho en sentido objetivo, del validez del derecho entendido como orden
derecho entendido como orden que con­ positivo de la conducta humana? Lo que se
cierne a la conducta del hombre. puede decir a este respecto es que la cues­
En cuarto término, “derecho” es una tión del concepto de derecho se plantea
palabra con la que se alude al saber o cono­ comúnmente, y también en este libro, por
cimiento acerca del derecho en el primero referencia al derecho en el primero de esos
cinco significados y, más concretamente, en
90 Sobre el particular puede verse SQUELLA, AGUS­ el tercero de aquellos sentidos en que ese
TÍN: Introducción al derecho, ob. cit., pp. 195 y ss. significado puede desdoblarse. Cuando nos

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Curso de Filosofía del Derecho

preguntamos qué es el derecho lo que nos erróneas, sino aprovechar los resultados de
preguntamos es en qué consiste ese orden esa constelación de esfuerzos en la que cada
de la conducta humana que es posible hallar hombre de ciencia, filósofo y pensador va
presente en la vida del hombre en sociedad. dejando algún rastro en el que es preciso
En otras palabras, si es cierto que donde reparar y tomar en cuenta para avanzar
hay hombres hay sociedad, en el sentido en nuestra comprensión de las cosas, o,
de que sólo podemos vivir en sociedad, y cuando menos, para identificar las distin­
de que donde hay sociedad hay derecho, tas perspectivas desde las cuales puedan
en el sentido de que no podríamos vivir en ellas ser examinadas. Como escribió una
sociedad sin que exista un derecho vigente vez Jorge Millas,91 aunque en un contexto
al interior de ella, cuando se plantea la pre­ diferente -concretamente en el de las ideas
gunta por el concepto de derecho, lo que que separaron a Ihering de Savigny-, “les
se pone sobre la mesa, por así decirlo, es ocurre a estos juristas a quienes los “ismos”
la cuestión de qué es, exactamente, aque­ contrastan, lo que frecuentemente sucede
llo que en la frase que acabamos de hacer a los grandes generadores de “ismos”: ape­
llamamos con la palabra “derecho”. nas indagamos en su obra algo más allá de
Esa es la pregunta, por lo mismo, que la caracterización doctrinaria con que la
ahora vamos a reenviar a algunos autores Historia del pensamiento los destaca, su
relevantes. perfil se desdibuja y sus ideas devienen o
prácticamente coincidentes o -lo que es
mejor para la Historia del pensamiento- acu­
mulativamente suplementarias”.
II. EL CONCEPTO DE DERECHO Es por tal motivo que reenviaremos la
SEGÚN IHERING, AUSTIN, KELSEN, pregunta acerca de qué es el derecho a
HART, DWORKIN YALEXY Rudolf Ihering, John Austin, Hans Kelsen,
Herbert Hart, Ronald Dworkin y Robert
1. Poniendo en línea los conceptos Alexy. Tal nos parece una buena selección
DE ALGUNOS AUTORES de autores de los dos últimos siglos, con el
beneficio de que sus respuestas, además de
Derivar a expertos preguntas importantes haber sido consciente y consistentemente
es algo que no se hace para someterse ni elaboradas en todos los casos, reconocen
menos rendirse al argumento de autori­ entre sí algún tipo de continuidad, con lo
dad, sino para conocer y aprovechar las cual queremos decir que esos autores no
conclusiones a que individuos altamente respondieron a la pregunta que nos inquieta
calificados han llegado acerca del asunto de maneras totalmente distintas. Ihering,
que pueda interesarnos. Los expertos no Austin, Kelsen, Hart, Dworkin y Alexy no
deben tener necesariamente la última pala­ dan una misma respuesta luego de plan­
bra, pero sí una de las primeras, sobre todo tearse cada cual la cuestión del concepto
tratándose del tipo de preguntas como las de derecho, e incluso algunos de ellos pole­
que hemos analizado aquí, a saber, qué es mizaron abiertamente entre sí a propósito
filosofía, qué es filosofía del derecho, qué de este asunto, como es bien patente en el
es ciencia del derecho, y, ahora, qué es el caso de los debates entre Kelsen y Hart y
derecho. “Filosofía”, “filosofía del derecho”, entre éste y Dworkin, sin olvidar tampoco
“ciencia del derecho” y “derecho”, amén la crítica que Hart hizo a Austin en la pri­
de palabras o expresiones que reputamos mera parte de su libro El concepto de dere­
importantes, son actividades o fenómenos cho. Y si esto es así entre autores separados
humanos complejos, de manera que cono­ por poco más de un siglo, como es el caso,
cer los análisis que a su respecto han sido
llevados a cabo por expertos nos permite 91 Millas, Jorge: “Ihering y la idea de ciencia
encontrar no una respuesta correcta que del derecho”, en Revista de Ciencias Sociales, Edeval,
desplace o elimine a todas las demás como Valparaíso, Nos 1041, 1977, p. 291.

editorial JURIDICA 100


Cap. II. El concepto de Derecho

por un lado, de Ihering y Austin y, por el compuesto exactamente por el mismo tipo
otro, de los restantes antes mencionados, de elementos, o, si se quiere, algunos de
se podrá imaginar cómo se agudizan las éstos no alcanzaban la notoriedad o impor­
diferencias cuando se comparan visiones tancia que adquirieron después. Lo mismo
que del derecho tuvieron especialistas ya pasa si se repara en la visión que Dworkin
no de distintos siglos, sino de diferentes tiene del derecho respecto de la que plas­
épocas en la historia de la humanidad, en mó Hart en su libro El concepto de derecho.
la historia del pensamiento jurídico y en la Lo que queremos decir es que si Austin vio
historia de la evolución del derecho. el derecho solo como mandatos y Kelsen
Sin embargo, puestas en línea y proce­ como un conjunto de normas, fue porque
diendo en ello con un criterio puramente al momento en que Kelsen se ocupa del
cronológico, las respuestas que nuestros seis derecho éste no se encontraba compuesto
autores dieron a propósito del concepto de sólo por disposiciones que un poder sobe­
derecho van ampliando la mirada sobre el rano impone a sus súbditos, sino, además,
derecho y mejorando nuestra comprensión por disposiciones vinculantes creadas por
de éste, y no sólo porque algunos de ellos los propios sujetos normativos y, todavía
vieron y captaron más o mejor la realidad más, por enunciados que, confundidos
del fenómeno jurídico, sino porque éste con las normas de los textos normativos
-digamos el derecho mismo- experimenta del derecho, no son, propiamente hablando,
cambios, como ocurre por lo demás con reglas de conducta, en cuanto no tienen
todo aquello que es obra del hombre. por función guiar comportamientos, las
Traeremos entonces hasta aquí el concep­ cuales disposiciones y enunciados no fueron
to de derecho que tuvieron o tienen autores suficientemente advertidos por Austin. Ala
como Ihering, Austin, Kelsen, Hart, Dworkin vez, si Hart vio el derecho como una unión
y Alexy. Procuraremos no sólo convocar el de reglas primarias y secundarias, es por­
concepto de derecho que tuvo o tiene cada que comprobó que el derecho, además de
uno de esos autores, sino también explicarlo las reglas de deber u obligación, muy bien
brevemente, pero, sobre todo, intentaremos analizadas en la obra de Kelsen, contiene
poner esos conceptos en línea, tal como otras que, junto con corregir deficiencias
acaba de anticiparse, para mostrar que no de aquéllas, cumplen funciones más com­
se sustituyen o reemplazan unos a otros, plejas que las que Kelsen atribuyó a lo que
sino que, bien vistos y relacionados entre sí, denominó “normas jurídicas no indepen­
mejoran progresivamente, o cuando menos dientes”. Por su parte, si Dworkin mejoró la
amplían, nuestra comprensión del fenómeno perspectiva de Hart fue en cuanto advirtió
jurídico. En alguna medida, y aun a riesgo y analizó la presencia en el derecho de un
de repetir algo ya señalado, cada uno de tipo de estándares distintos de las reglas
esos autores vio más o vio mejor que sus -los principios-, los cuales, sin que hayan
antecesores cuando fijó su atención intelec­ pasado inadvertidos para Hart, no fueron
tiva en el derecho y dio cuenta de éste en suficientemente tratados por este último
las obras que escribió sobre el particular, autor, según él mismo admitió en el debate
aunque la causa de este hecho no está solo que tuvo con Dworkin. El caso de Alexy,
en la mayor perspicacia de unos respecto por último, puede ser diferente, puesto
de otros a la hora de examinar el derecho. que lo que este autor agrega, además de
Ocurre también que el objeto o fenómeno un nuevo énfasis en los principios, en los
por ellos observado -el derecho- ha expe­ derechos fundamentales y en la dimensión
rimentado cambios, volviéndose cada vez argumentativa del derecho, tiene que ver
más complejo, de manera que si Ilart vio con la atractiva y a la par discutible “preten­
más en el derecho que Kelsen, y éste a su sión de corrección” que ve en el derecho
vez que Austin, por ejemplo, la razón se como un elemento ideal de la naturaleza
encuentra en que lo que vieron -siendo de éste. En cuanto a Ihering-el primero de
lo mismo, a saber, el derecho- no estaba los autores que analizaremos aquí- rcsul-

101 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

ta interesante registrar en su concepto de 2. El concepto de derecho


derecho la referencia que hace a los fines DE RüDOLF IHERING
del derecho, aunque no entendidos como
los fines generales que se predican de éste Rudolf von Ihering adoptó como definición
-paz, seguridad jurídica, justicia-, sino como “corriente” del derecho, según él mismo la
los fines históricamente condicionados de denominó, un enunciado muy parecido
cada ordenamiento jurídico en particular. al que en el mismo siglo XIX nos propuso
Sobre el notable autor alemán podría de­ John Austin, según tendremos oportunidad
cirse, asimismo, que no por nada Herbert de analizar en el número siguiente de este
Hart, en pleno siglo XX, calificó como una trabajo. Ese enunciado está también muy
“tragedia” el hecho de que sus obras no próximo a lo que Kelsen sostuvo acerca
hayan sido traducidas al inglés.92 del derecho, autor éste del que nos ocu­
El propósito principal al poner en línea paremos a continuación de John Austin.
algunos conceptos de derecho es mostrar Dicha definición corriente del derecho es
cómo ellos no se reemplazan unos a otros, “el conjunto de normas según las cuales se
sino que mejoran nuestra comprensión ejerce en un Estado la coacción”, afirmación
del derecho en la medida en que registran que incluye dos elementos del derecho, a
más y/o mejor lo que podemos considerar saber, la norma y la realización de ésta por
componentes o “piezas” del derecho, por la coacción. Toda regla de derecho -sostuvo
utilizar la elocuente expresión de Manuel el autor- está así caracterizada por el hecho
Atienza y Juan Ruiz Mañero. Ese progre­ de que un detentador cualquiera del poder
sivo mejor registro acerca de lo que es el público tiene el encargo de realizarla en la
derecho que nos proporcionan los auto­ práctica por vía de la coacción.93
res antes mencionados, reiteramos, puede Ihering fue consciente de que una defi­
atribuirse a mayor competencia o mejores nición como esa tiene el mérito de destacar
perspectivas de unos sobre otros, pero tam­ los dos elementos inmutables del derecho,
bién al hecho de que el objeto observado puesto que éste, en todo tiempo y lugar,
-el derecho- ha experimentado cambios consiste en un orden normativo de tipo
en sus componentes, así como en la im­ coactivo, esto es, en normas que establecen
portancia que ellos tienen o adquieren en deberes para los correspondientes sujetos
un momento determinado en los procesos normativos y cuyas sanciones para el caso
de producción, aplicación, interpretación de incumplimiento pueden ser ejecutadas
y razonamiento jurídicos. Es así como na­ en uso legítimo de la fuerza socialmente
die duda hoy de que el derecho, además organizada. Pero Ihering fue consciente,
de normas, está compuesto por un tipo a la vez, de que su definición corriente del
relevante de estándares -los principios-, derecho muestra sólo la forma exterior del
mientras que otros estándares, distintos a derecho y que nada dice acerca del conte­
su vez de los principios -tales como dere­ nido de éste, de manera que lo que hizo
chos fundamentales y valores superiores a continuación fue complementar dicha
del ordenamiento jurídico—, son también
identificados como piezas o componentes
93
del derecho que en la actualidad producen, Las citas que siguen en esta parte se encuentran
en IHERING, Rudolf: ElJin en d derecho, Buenos Aires,
aplican e interpretan determinados órganos
Bibliográfica Onieba, 1960; en IHERING, RUDOLF:
jurídicos, y que, a la vez, distintos operado­ EZ espíritu del derecho romano en las diversas fases de su
res jurídicos utilizan en esa actividad que desarrollo, Baylly-Bailliere, Madrid, 1942; yen IHERING,
llamamos “razonamiento jurídico”. RUDOLF: La lucha por el derecho, Librería Victoriano
Suárez, Madrid, 1921. Para un mayor desarrollo de
las ideas de Ihering acerca del concepto de dere­
92 Hart, Herbert: “Iherings heaven of concepts cho, véase SQUELLA, AGUSTÍN: “Derecho y estado
and modern analytical jurisprudente”, en Esais in de derecho en la obra de Ihering”, en Revista de
jurisprudente andphilosophy, Clarendon Press, Oxford, Ciencias Sociales, Edeval, Valparaíso, número 10-11,
1983, p. 265. 1977, pp. 555-608.

iditorím JURIDICA otciun 102


Cap. II. El concepto de Derecho

definición corriente con una alusión al con­ jurídicos dotados de realidad y vigencia
tenido del derecho y, más específicamente, histórica, son varios y cambiantes. Así consi­
a sus fines, puesto que, al decir suyo, el derado, el elemento finalista, desplazado de
derecho tiende siempre a determinadas la definición del derecho en cuanto posee
finalidades cuya pesquisa ilumina acerca de contenidos históricamente diversos y muda­
la utilidad social del derecho, aunque, a la bles, puede ser devuelto a ella en tanto se
vez, alecciona acerca de que ese contenido lo maneja también de manera puramente
es “eternamente variable”. formal, aludiendo nada más que a la di­
En consecuencia, el fin es también un rección de sentido que en general posee
elemento inseparable del derecho, aunque todo ordenamiento jurídico y no a ésta u
solo en cuanto a que todo derecho tiene un otra determinada dirección que se consi­
fin, o, más propiamente hablando, fines. dere como la mejor o la más adecuada. De
Sin embargo, los fines específicos de cada este modo, y siempre en el cuadro de ideas
derecho históricamente dado son cambian­ de Ihering, el derecho puede ser definido
tes y, por lo mismo, no expresan un dato como normatividad coactiva tendiente a
absoluto, sino relativo. En otras palabras: un fin, siempre que se tenga debidamente
es propio de todo derecho tener un fin y, a la vista que con la mención del fin no se
mejor aún, tener finalidades, al amparo alude a finalidades a priori que puedan
de las cuales deberá llevarse a cabo la in­ postularse para todo derecho, puesto que
terpretación y aplicación del derecho de ellas dependen de lo que el propio Ihering
que se trate, pero el contenido de estas llama “condiciones de vida de la sociedad”.
finalidades no es siempre el mismo, sino En suma, la mención al fin entra en la no­
vario y diverso, lo cual elimina la estimación ción de derecho de Ihering, mejorando la
de los contenidos de finalidad del derecho definición corriente que el mismo autor
como un dato necesario para la definición propuso en un primer momento, aunque
de éste. El fin o, más precisamente, el po­ las finalidades que cada ordenamiento ju­
seer una finalidad, o finalidades, puede ser rídico intenta realizar son varias y también
considerado un elemento inseparable de cambiantes. De este modo, la definición
la noción de derecho, aunque esta noción corriente de derecho de Ihering-conjunto
resulta independiente del determinado y de normas según las cuales se ejerce en un
variable contenido histórico de las finalida­ Estado la coacción- es mejorada por el autor
des que se intentan realizar por los distintos con una alusión al fin del derecho, en los
ordenamientos jurídicos. términos generales que fueron explicados
Al aludir al fin del derecho, Ihering no aquí, aunque con clara conciencia de que
pensó en los que comúnmente solemos las determinadas finalidades que procurará
identificar como los “fines” del derecho, realizar cada derecho históricamente dado
a saber, paz, seguridad jurídica y justicia. no serán siempre ni necesariamente las
En lo que pensó fue en que todo derecho mismas y que mudarán también, al interior
persigue un fin, o fines, pero que éstos, de un mismo ordenamiento, a medida de
vistos en sus contenidos, están histórica­ la evolución o desarrollo de éste.
mente condicionados y tienen, por tanto, Según puede leerse en la obra de Ihering,
un carácter variable. “lo primero que el espíritu humano percibe
En consecuencia, en una mirada sobre (en el derecho) son las partes más salientes,
la forma exterior a la par que permanente externas y prácticas, aquellas cuya acción
del derecho, éste se nos presenta como debe impresionarle más inmediatamente:
“el sistema de la coacción realizada por el las reglas del derecho. El autor desarrolla
Estado”, noción que si bien deja fuera el el elemento normativo del derecho en el
elemento finalista del derecho lo hace no capítulo VIII de su obra El fin en el derecho,
en cuanto éste carezca de finalidad, sino páginas en las que define norma -norma
en tanto los fines del derecho, y en con­ en general, y no normajurídica- como “el
creto los de los múltiples ordenamientos imperativo abstracto de las acciones huma-

103 £DI TONAL JURIDICA DECiülf.


Curso de Filosofía del Derecho

ñas”, agregando luego que tratándose de todavía- no es una lógica, sino una idea de
la moral y de las buenas costumbres, “es la fuerza”, aunque para hacer notar que aquél
sociedad quien establece los imperativos no se confunde con ésta, nos recordó que
y los realiza”, mientras que en el caso del la justicia se representa por la imagen de
derecho “es regularmente el Estado el que una mujer que en una mano sostiene la
los señala y el único que los realiza”. Por balanza donde pesa el derecho y en la otra
lo mismo -sostuvo-, los imperativos jurí­ la espada que sirve para hacerlo efectivo.
dicos poseen”el elemento de la coacción La espada sin la balanza es la fuerza bruta,
exterior, que el poder público se agrega y mientras que la balanza sin la espada es el
ejerce”. Ahondando un tanto más sobre derecho en su impotencia. Por lo mismo,
los imperativos de tipo jurídico, Ihering el derecho no reina verdaderamente sino
destacó que se trata de disposiciones “de allí donde la fuerza que se emplea para
naturaleza práctica”, esto es, que “ordenan blandir la espada iguala a la habilidad con
las acciones humanas”, que “prescriben un que se utiliza la balanza.
tipo de acción para todos los casos de cierta El interés que guía al derecho -sostuvo
especie”, que “poseen un fin social”, y, por Ihering- es la paz, puesto que, según sus
último, que “poseen el elemento de la coac­ propias palabras, “el hombre no puede hacer
ción exterior”. Con todo, el elemento más otra cosa que procurarse una situación que
característico de la normatividad jurídica es haga posible la vida en comunidad”. Pero
el último de esos cuatro elementos, puesto para que ello resulte posible, el derecho no
que de los tres primeros participan también puede sino tener carácter coactivo, aunque
las normas morales y los usos sociales. “El “la fuerza se impone a sí misma un límite
criterio de todas las normas jurídicas -es­ que quiere respetar”, trazándose de este
cribió Ihering- es su realización por vía de modo “su propia línea de conducta y una
coacción ejercida por la autoridad pública”, medida ignorada antes, para juzgarla por
de donde concluyó que “la circunstancia de sí misma; si quebranta su propia obra, no
que el poder público dicte una disposición es la fuerza, es la arbitrariedad; es la fuerza
no da a ésta el carácter de norma de derecho. en lucha con el derecho”.
Para que lo tenga es necesario que el poder Tocante ahora al fin, sostuvo Ihering que
público obligue a sus órganos a ejecutarlas en el terreno del derecho “todo existe para
y les arme de coacción externa”. el fin y en vista del fin”, de manera que “la
La insistencia de Ihering en orden a investigación de este fin constituye el objeti­
caracterizar al derecho como normativi­ vo más elevado de la ciencia jurídica, tanto
dad coactiva, expuso al autor germano a desde el punto de vista del dogmatismo del
la crítica de que confundiría el derecho derecho como de su historia”. Por lo mismo,
con la fuerza, algo que aconteció también si los elementos exteriores e inmutables del
con autores como Austin y Kelsen. Pero derecho, esto es, norma y coercibilidad, son
la verdad es que Ihering no confundió el puestos de manifiesto por el conocimiento
derecho con la fuera ni menos hizo la apo­ filosófico o científico general acerca del de­
logía de ésta. Muy lejos de ello, de lo que recho, los concretos fines o finalidades que
Ihering estuvo consciente fue que al ser el cada ordenamiento jurídico busca realizar
derecho un orden coactivo y al atribuirse son la meta del conocimiento dogmático del
incluso el monopolio de la fuerza, se trata derecho (cuando se nata de un ordenamiento
de un orden que garantiza que la fuerza, jurídico vigente) o histórico (cuando se trata
desnuda de toda regulación, devenga en de un ordenamiento jurídico pretérito). No
la medida y “razón” final de las relaciones está de más insistir en que para Ihering tales
entre los hombres. Es así como, según es­ finalidades dependen de las condiciones
cribió, “el derecho, sin la fuerza, es una de vida de la sociedad, de cada sociedad, lo
palabra falta de sentido”, porque “sólo la cual significa que “el derecho debe adoptar
fuerza realiza las reglas del derecho y hace sus reglas en relación con las varias e his­
de éste lo que debe ser”. “El derecho -agregó tóricamente mudables condiciones de la

ediwkjal JURIDICA decikh 104


Cap. II. El concepto de Derecho

sociedad, según la necesidad y la situación del derecho, señalando qué pasos debía
de un determinado momento histórico”. dar ésta para simplificar la masa de reglas
Por lo mismo, y tal como lo expresó Dino del derecho y la aplicación de ellas a los
Pasini en su penetrante y acucioso Ensayo casos concretos de la vida social.94 Ihering
sobre Ihering, “la valoración y los ideales del entendió que la ciencia jurídica trabaja con
derecho no son ya entendidos y formulados un determinado ordenamiento, con un de­
en términos metafísicos, sino en términos de recho en particular, y que, a lo sumo, puede
intereses sociales, de fuerzas y de relaciones enriquecer su labor mediante el método del
de fuerza”. Esto es lo que explica, según derecho comparado, aunque se trata de un
Ihering, que el derecho sea “eternamente saber que emplea conceptos, definiciones y
variable”. “Aquí -agregó- es de este modo; análisis —en una palabra, un método- “que
allí será de otro. Es un caos en perpetua no quedan reducidos -como expresó Millas
fusión, agitándose sin freno ni regla. Lo que en el artículo que acabamos de citar- a
aquí está prohibido, se permitirá en otro lu­ la singularidad del derecho considerado”,
gar; lo prescrito aquí, estará allí prohibido”. puesto que “pueden aplicarse a todo dere­
Por lo mismo, y desde el punto de vista de cho histórico y nacional”. Aunque trabajen
sus variados y contingentes contenidos, “el con ordenamientos jurídicos distintos y de
derecho no expresa la verdad absoluta; su diferentes épocas, los juristas de todos los
verdad no es más que relativa, y su medida países y de todos los tiempos hablan un
con arreglo a su fin”. Así las cosas, y si bien mismo lenguaje, y de ellos debe esperarse
existen normas admitidas comúnmente por el cumplimiento de las reglas a las que se­
todos o la mayoría de los ordenamientos gún Ihering se encuentran sometidos en su
jurídicos positivos, ellas no deben calificarse trabajo: a) aplicación al derecho positivo,
de “verdades jurídicas absolutas”, puesto que en el sentido de un derecho dado cuyo con­
“no son más que los resultados de la experien­ tenido debe ser respetado y no sustituido
cia aplicada a la realización de ciertos fines a partir de consideraciones estimativas del
humanos”. Como tendremos oportunidad investigador que se ocupa de él; b) ausencia
de ver más adelante, la mención que hizo de contradicciones y unidad sistemática en
Ihering a normas admitidas generalmente las construcciones doctrinales acerca de ese
por todos o la mayoría de los ordenamien­ derecho; y c) sencillez, claridad, transparen­
tos jurídicos fue más tarde desarrollada por cia, e incluso elegancia, en la transmisión
Herbert Hart. oral o escrita de tales construcciones.
Por lo dicho, Ihering consideró que el A propósito de la tercera de esas reglas,
derecho, más allá de la definición corriente Ihering confesó alguna vez lo siguiente:
del mismo, puede ser visto como un con­ “Tengo un sentido de la belleza demasiado
junto de normas coactivas que se orientan desarrollado para poder prescindir, como
a finalidades históricamente determinadas hacen muchos sabios alemanes, especial­
que dependen de las condiciones de vida mente los juristas de cepa, de ese anhelo.
de cada sociedad. No puedo imaginarme dar a la imprenta un
Por último, Ihering, siguiendo en esto original cuya forma no sea limpia y depu­
a su maestro Savigny, puso en cierto modo rada. Acaso fuera para mí mejor no poseer
las bases de la ciencia jurídica moderna, esta cualidad, pues hubiese producido ya
entendiendo que el objeto de ésta es el mucho más. Pero el hablar y escribir con
derecho positivo y que su papel es el do­ belleza no es, en suma, más que pensar
minio y la reconstrucción conceptual del con brillantez y a mis ojos es la belleza tan
material normativo que constituye ese de­ necesaria a todo producto del espíritu como
recho. En este sentido, más que ciencia lo es la verdad”.95 * 9
del derecho como identificación, análisis,
interpretación y reconstrucción conceptual 94 Véase MILLAS, JORGE: “Ihering y la idea de la
de un ordenamiento jurídico determinado, ciencia del derecho”, ob. cit, pp. 285 y ss.
lo que hizo Ihering fue teoría de la ciencia 9o La cita es de MILLAS, JORGE, Ibíd., p. 336.

EDfroKiAi JURIDICA dechiu


Curso de Filosofía del Derecho

Y por la primera de las reglas antes se­ derecho positivo, aquel que es “impuesto
ñaladas, Ihcring puede ser considerado un por los superiores políticos a sus súbditos”,
positivista metodológico, es decir, y utilizan­ “se confunde a menudo con objetos con
do el esquema que acerca del positivismo los que está relacionado”, por ejemplo, las
propuso Bobbio, un autor que contempla el normas religiosas, las morales o las de simple
derecho como hecho, no como valor, y que trato social. Por lo mismo, tiene razón Hart
en el trabajo dogmático llama a atenerse al cuando en su Introducción a El objeto de la
derecho que es y no al que debería ser. Pero, jurisprudencia sostiene que el objetivo de
a la vez, al destacar el carácter imperativo esta obra de Austin consiste en “identificar
del derecho, su procedencia estatal y su las características distintivas del derecho
carácter coercible, puede considerarse que positivo y liberarle de esta manera de la
Ihering es parte también del positivismo permanente confusión con los preceptos
jurídico como teoría, el cual se caracteriza, de la religión y la moral”, de manera de
entre otras cosas, por destacar la coacción “disipar la neblina que todavía desdibujaba
como elemento esencial del derecho, por las distinciones entre el derecho, la moral
otorgar prioridad a la ley sobre las demás y la religión”.
fuentes del derecho, y por considerar que Austin utilizó la palabra “ley” para refe­
las normas jurídicas tienen la estructura rirse a lo que hoy llamamos comúnmente
de un mandato. normas, definiendo ese término como “una
regla para guiar la conducta de un ser in­
teligente puesta por otro ser inteligente
3. El concepto de derecho que tiene poder sobre él”. Dicho térmi­
DE JOHN AVSTIN no incluye las leyes puestas por Dios a los
hombres y las que los hombres imponen a
“Mandatos de un poder soberano habitual­ otros hombres. Las primeras son las leyes
mente obedecido”: tal es la definición de divinas, o “leyes de Dios”, mientras que las
derecho de John Austin. Un enunciado segundas, las “leyes humanas”, se dividen
que obliga a su autor a aclarar qué quiere en dos clases principales: aquellas que supe­
decirnos con “mandatos”, qué con “poder riores políticos establecen para sus súbditos
soberano”, y qué, finalmente, con “habi­ -y este es el caso del derecho-, y aquellas
tualmente obedecido”, y de eso vamos a que son puestas y reforzadas por la simple
ocuparnos en las líneas que siguen.96 opinión, esto es -escribió el autor- “por las
Austin, lo mismo que haría más tar­ opiniones o sentimientos sustentados por
de Kelsen, consideró que una disciplina, un conjunto indeterminado de hombres en
cualquiera que ésta sea, tiene ante todo relación con la conducta humana”, como
que determinar su objeto. En el caso de es el caso de “la ley del honor” o “las leyes
la jurisprudencia —y más adelante vamos a de la moda”, ejemplos que ilustran acerca
explicar el cometido de ésta según Austin, de que Austin incluyó en este segundo tipo
su división en jurisprudencia general y par­ de leyes humanas tanto a las de la moral
ticular, y la diferencia entre esta última y lo positiva, o moral social, como a los usos o
que él llama “ciencia de la legislación”— ese normas de simple trato social. Cabe seña­
objeto no es otra cosa que el derecho posi­ lar, asimismo, que entre las leyes humanas
tivo. Pero Austin fue consciente de que el impuestas por la opinión y no por un poder
soberano, Austin incluyó también las normas
consuetudinarias y, asimismo, las del “De­
96 Las citas que siguen se encuentran en AUSTIN, recho Internacional”, una expresión, esta
JOHN: El objeto de la jurisprudencia, Centro de Estudios última, que él pone deliberadamente entre
Políticos y Constitucionales, Madrid, 2002, y asimismo comillas. Respecto de las normas consuetu­
en el Estudio preliminar de esa obra, a cargo de su
traductor, y en la Introducción a ella, de Herbert Hart. dinarias de carácter jurídico, Austin no las
Se citará también a AUSTIN, JOIIN: Sobre la utilidad del considera propiamente como “costumbres
estudio de la jurisprudencia, ob. cit. jurídicas”, sino “prejurídicas”, puesto que

miTowd JURIDICA oecuilf 106


Cap, II. El concepto de Derecho

sólo adquieren carácter jurídico merced 3) la expresión o manifestación del deseo


a la “reconversión” que de ellas hacen los por medio de la palabra u otros signos.
jueces en los fallos que las convocan como Agregó Austin que hay dos clases de man­
parte de sus antecedentes o justificación datos: los que llamamos leyes o reglas, y los
de los mismos. que tienen carácter ocasional y particular.
Refiriéndose siempre a las leyes o reglas Ahora bien, la distinción entre leyes y man­
en general, Austin las consideró como “una datos particulares puede establecerse de la
especie de mandatos”, entendiendo por siguiente manera: si todo mandato (sea gene­
mandato “la manifestación de un deseo”, ral, como las leyes o reglas, o tenga carácter
aunque con la peculiaridad de que “aquel particular) obliga a una acción u omisión
al que se dirige está expuesto a un daño por a quien se dirige, un mandato es una ley, o
parte del otro en el caso de que no cum­ una regla, cuando obliga “generalmente” a
pla con su deseo”, daño que Austin llamó acciones u omisiones de una “clase”, mientras
de manera indistinta “sanción” y “pena”, que estamos en presencia de un mandato
aunque no se le escapó que “las penas en particular cuando se obliga a acciones u
sentido estricto solamente son una clase omisiones que se determinan “específica o
de sanciones”. individualmente”. Así-ejemplifica el propio
Austin reparó en que el derecho se Austin-, si se ordena al propio criado que
vale a veces de premios o recompensas lleve a cabo un determinado encargo, o que
para conseguir que los sujetos normativos no abandone la casa una tarde concreta,
ejecuten determinadas conductas que se o que se levante a determinada hora una
consideran socialmente deseables, aunque mañana, “el mandato es ocasional o parti­
no se mostró dispuesto a considerar qué cular”. Pero si se le ordena “simplemente”
premios y recompensas sean sanciones, que se levante a tal hora, o que se levante
puesto que -según dijo- “si incluimos el a esa hora “siempre”, o que se levante a
término premio en el significado del tér­ esa hora “hasta nueva orden”, se puede
mino sanción, tendremos que librar una decir con propiedad “que se ha dictado
batalla penosa contra el uso corriente del una regla para guiar el comportamiento del
lenguaje”. Sostuvo Austin que los premios criado”, puesto que el mandato no indica
son “motivos” para cumplir los deseos de una acción específica, sino que le obliga de
otro, aunque no por ello se puede decir que forma genérica a una clase determinada de
las recompensas “obliguen” o “constriñan” acción. En consecuencia, el carácter geneial
a la obediencia. Lo que ocurre a propósito o particular de un mandato no depende del
de lo que con posterioridad a Austin se número de sujetos normativos a los cuales
acostumbra llamar “sanciones premíales”, se dirige, sino de la conducta que se espera
o bien “sanciones positivas”, es que “si una de éstos. En el caso de las leyes o reglas,
ley ofrece un premio como incentivo para ellas “imponen generalmente acciones u
realizar determinadas acciones, se confiere omisiones de una clase”, mientras que en
eventualmente un derecho y no se impo­ el de los mandatos particulares lo que se
ne una obligación sobre quienes actuarán impone son “acciones determinadas especí­
en consecuencia: la parte imperativa de ficas”. De este modo -vuelve a ejemplificar
la norma está dirigida a quien se le exige Austin- “si se ordena a un regimiento atacar
otorgar la recompensa”. o defender una posición, reprimir un mo­
En suma: las ideas contenidas en el tér­ tín, o abandonar sus cuarteles, el mandato
mino “mandato”, según el propio Austin, es ocasional o particular. Pero si se da una
son las siguientes: 1) una voluntad o deseo orden que debe seguirse cotidianamente
concebido por un ser racional de que otro hasta nuevas instrucciones, se puede decir
ser racional haga u omita una determina­ que estamos ante una orden general que
da conducta; 2) un mal que proviene del puede denominarse regla”. Y trasladándo­
primero y que puede sufrir el segundo en se al campo del derecho para continuar
el caso de que no cumpla con su deseo; y con sus ejemplos sobre la materia, sostiene

107 WHVfUAIL JURIDICA DE CIHU:


Curso de Filosofía del Derecho

Austin que “los mandatos judiciales son en consecuencia, una cierta salvedad o lí­
generalmente ocasionales o particulares, mite a la heteronomía del derecho, una
aunque los mandatos que pretenden hacer propiedad de éste que él enfatiza con fuerza
efectivos son generalmente leyes o reglas”, a partir de la idea de mandatos impuestos
de manera que “si el legislador ordena que por el poder.
los ladrones sean ahorcados” - ley o regla-, Tratándose de mandatos jurídicos, la
y “dada la existencia de un robo y de un superioridad de que nos habló Austin se
ladrón determinado, el juez ordena que el llama “soberanía”, concepto éste que im­
ladrón sea ejecutado conforme al mandato plica la existencia de “una sociedad política
del legislador”, la decisión de ese juez es independiente” que se encuentra sujeta a
una mandato particular. un poder soberano. De esta manera, toda
En un lenguaje “más popular” -agrega legislación positiva es establecida “por una
todavía Austin- “una ley es un mandato que persona soberana,, o por un cuerpo sobe­
obliga a una o a varias personas a seguir un rano de personas, para un miembro o los
determinado curso de conducta” y no un miembros de la sociedad política indepen­
comportamiento específico. diente de la que esa persona o cuerpo es
Retomando el concepto de derecho del soberana o suprema”. O, en otras palabras,
autor, y habiendo ya explicado qué quiere siempre de Austin, “la ley es establecida por
decir con “mandatos”, éstos, según él, proce­ un monarca, o por una asamblea soberana,
den de superiores que obligan a inferiores, para una persona o para las personas en
donde el término “superioridad” no remite estado de sujeción con respecto a su autor”.
a la idea de excelencia o virtud, sino sim­ Pero dicha sociedad política, no en su to­
plemente al “poder”, y, concretamente, al talidad, aunque sí en “el grueso” de ella,
“poder de infligir un daño o mal a otros”, tiene que mostrar respecto del soberano un
lo cual le permitió concluir que “es superior hábito de obediencia o sumisión. A su vez,
quien puede obligar a otro a cumplir sus el soberano es quien no tiene un hábito de
deseos, tanto como alcance su capacidad”, obediencia hacia otro superior. Entonces,
mientras que “la parte que está sujeta a la las nociones de soberanía y sociedad política
amenaza del daño es, con ese mismo alcance, independiente se pueden expresar de esta
el inferior”. Así, y tratándose del derecho, concisa manera: “si un superior determi­
un monarca es superioi' de los gobernados y nado no tiene hábito de obediencia hacia
una asamblea legislativa lo es de los jueces. otro superior y recibe obediencia habitual
Por consiguiente “resulta que el término del grueso de una sociedad determinada,
superioridad (como los términos deber ese superior es soberano en esa sociedad,
y sanción) está implicado en el término y la sociedad (incluido el superior) es una
mandato”, puesto que “la superioridad es sociedad política independiente”.
el poder de hacer cumplir un deseo, y tanto Herbert Hart sintetizó bien lo anterior
la manifestación o expresión de ese deseo, cuando escribió que lo que resulta caracte­
como el poder y la intención de hacerlo rístico del derecho en el planteamiento de
cumplir, son los elementos constitutivos Austin es lo que sigue: a) estar bajo un deber
de un mandato”. Con todo, y en un punto u obligación, que equivale a encontrarse
que no carece de interés, Austin advirtió sujeto a un mal en caso de desobediencia por
que si el superior político que impone los parte de la persona que manda; b) sanción, o
mandatos jurídicos puede ser cualquiera sea, el mal que con toda probabilidad seguirá
—por ejemplo, un monarca o una asamblea en caso de que el mandato sea desobede­
legislativa-, los gobernados, de modo co­ cido; c) un superior, que tanto puede ser
lectivo o en masa, son también superiores una o más personas en posición de obligar
del gobernante, “que es controlado en sus a otras a obedecer; d) una sociedad política
abusos de poder por el miedo a provocar su independiente donde la mayoría tiene un
ira y a tornar en resistencia activa el poder hábito de obediencia a un determinado
que late en la multitud”. Vio aquí Austin, superior que no lo tiene a su vez respecto de

EDITORIAL JURIDICA DL CHH.F 108


Cap. II. El concepto de Derecho

otro superior; y e) un soberano, vale decir, de la legislación -escribió- trata de esta­


aquel que no tiene hábito de obediencia con blecer el criterio o medida -a la vez que
respecto a otro superior, pero que recibe los principios subordinados o concordes
la obediencia habitual del grueso de una con tal criterio- de acuerdo con el cual
sociedad determinada. debe producirse el derecho positivo, o al
En un punto clave de la doctrina de cual éste debe ajustarse”. En otros térmi­
Austin, considera éste que la existencia nos, -también de Austin-, la ciencia de la
del derecho, o de una ley en particular, legislación es “la ciencia de lo que se debe
constituye una cosa, mientras que su mérito hacer para producir buenas leyes, junto
o demérito constituye otra, hasta el punto con el arte de hacerlas”. De esta manera,
de que las palabras suyas que siguen suelen la llamada ciencia de la legislación resulta
ser presentadas como el grito de guerra diferenciada no sólo de la jurisprudencia
del positivismo jurídico: “la existencia de general, sino también de la particular: de
la ley es una cosa, su mérito o demérito ésta, porque la jurisprudencia particular
otra”. Y agregó todavía que si una ley exis­ trata de lo que es derecho en un lugar y
te o no es una cuestión distinta a la de si tiempo dados, y de aquella, puesto que la
esa ley se ajusta o no a un determinado jurisprudencia general describe objetos y
modelo acerca de lo que ella debería ser. fines del derecho que son comunes a todos
“Una ley que realmente exista -escribió- es los sistemas jurídicos.
una ley, aunque nos disguste, o aunque Por último, y en un punto que continuó
sea disconforme respecto del criterio con siendo desarrollado luego por autores como
el que gobernamos nuestra aprobación o Kelsen y Hart, Austin fue consciente de
desaprobación”. Por lo mismo, la así llamada que en todo derecho es posible encontrar
por Austin “jurisprudencia particular”, o enunciados que no son mandatos, a propó­
“jurisprudencia nacional”, esto es, la ex­ sito de los cuales señaló que “existen otros
posición sistemática de un sistema jurídico objetos llamados leyes impropiamente (que
determinado, dotado de realidad y vigencia no son mandatos) y que, sin embargo, pue­
histórica, “se ocupa de las leyes positivas, den incluirse con propiedad en el ámbito
o de las leyes en sentido estricto, hacien­ de la jurisprudencia”. Y al momento de
do abstracción de su bondad o maldad”. Y especificar cuáles son esos “objetos”, Austin
sólo para diferenciarla de la “jurisprudencia mencionó tres, a saber, primero, los actos
general”, añadamos que ésta “expone los emitidos por el legislador que sirven para
principios, nociones y distinciones comunes explicar el derecho positivo, y que, por lo
a los sistemas de Derecho”, y que, por lo mismo, constituyen propiamente “actos de
mismo, Austin la llama también “jurispru­ interpretación realizados por la autoridad
dencia comparada” e, incluso, “filosofía”. legislativa”; segundo, las leyes que derogan
Así las cosas, jurisprudencia particular, en leyes y dispensan del cumplimiento de de­
el lenguaje de Austin, es lo que solemos beres existentes, las que, por lo tanto, “no
llamar “dogmática” o “ciencia del derecho”, son mandatos, sino revocaciones de man­
mientras que jurisprudencia general equi­ datos”; y tercero, las leyes imperfectas, o
vale a lo que se denomina “teoría general sea, aquellas que carecen de sanciones, y
del derecho”,97 o, simplemente, “teoría del que no constituyen “propiamente una ley,
derecho”. En cuanto a lo que Austin llama sino un consejo o exhortación de un supe­
“ciencia de la legislación”, ella correspon­ rior a sus inferiores”. Como se ve, Austin
de a lo que habitualmente se denomina no incluyó en la categoría de normas que
“políticajurídica”, puesto que se ocupa de no son mandatos a las de carácter permi­
establecer no cómo es la legislación de un sivo, como sí haría más tarde Kelsen, pero
país, sino cómo ella debería ser. “La ciencia consideró que las normas derogatorias tie­
nen ese carácter, llamándolas “leyes per­
97 KELSEN, HANS: Teoría general de las normas, misivas” o “permisos”, puesto que, según
ob. cit. su parecer, “las leyes que derogan leyes...

109 miroRLAi JURIDICA díchiii


Curso de Filosofía del Derecho

autorizan o permiten a las partes a las que Con todo, el punto de partida de Kelsen
la revocación se extiende a hacer u omitir para plantear la cuestión del concepto de de­
actos que estaba mandado omitir o hacer”. recho es el mismo de Austin: “una teoría del
Tampoco vio Ihering entre las normas que derecho -escribió el jurista austríaco- tiene,
no son mandatos las llamadas “normas de ante todo, que determinar conceptualmente
competencia”, o “reglas de cambio”, que su objeto”. Para tal efecto, sin embargo, Kel­
sí advirtieron Kelsen y Hart. sen recomendó partir del uso del lenguaje,
Como veremos más adelante, Kelsen, y es decir, fijarse en el significado que damos
sobre todo Hart, fueron más prolijos que a palabras como Recht, law, diritto, o derecho,
Austin a la hora de identificar normas jurí­ para “establecer si los fenómenos sociales
dicas que no funcionan como imposición designados con tales palabras exhiben no­
de deberes u obligaciones, y a las que el tas comunes suficientemente significativas
primero de esos autores llamó “normas ju­ como para servir de elementos de un con­
rídicas no independientes” y el segundo cepto”. Una tarea que según Kelsen puede
“reglas secundarias”. ser emprendida con éxito, “puesto que si
comparamos entre sí los objetos que, en
los más variados pueblos, y en los distintos
4. El concepto de derecho tiempos, fueron designados como derecho,
de Hans Kelsen resulta por de pronto”, primero, que todos
aparecen como un “orden”, es decir, como
Para Hans Kelsen (1881-1973), el derecho ordenamientos de la conducta, como un
es una técnica social de carácter coactivo, conjunto o sistema de normas cuya unidad
mediante la cual se imponen determinadas está constituida porque la validez de esas
conductas que se consideran socialmente normas, esto es, su existencia como tales
deseables y se prohíben otras que se esti­ y su consiguiente pretensión de obligato­
man socialmente dañinas. ¿Qué tienen en riedad de cara tanto a sujetos imperados
común el derecho de los antiguos babiló­ como órganos jurisdiccionales, puede ser
nicos con el que rige actualmente en los apoyada en otra norma del mismo sistema,
Estados Unidos de Norteamérica, y qué concretamente en aquella que regula la
aquello que con el nombre de derecho creación de la norma por cuya validez uno
impone el cacique de una tribu despótica se pregunte, y, a fin de cuentas, porque las
con la Constitución suiza?, se preguntó este normas de un mismo ordenamiento jurídico
autor, y su respuesta fue que en todos esos fundamentan su validez en una norma úni­
casos se trata de una técnica social que con­ ca, la llamada “norma básica”, una norma
siste en imponer determinadas conductas no positiva, sino presupuesta, una ficción
bajo la amenaza de sanciones coercibles. incluso, como la consideró Kelsen en su
Por lo mismo, el concepto de derecho de obra postuma, Teoría general de las normas,
Kelsen se encuentra muy en línea con los pero que, vista no ya desde la perspectiva
que precedentemente formularon Ihering del ordenamiento jurídico nacional del cual
y Austin, aunque la propuesta de Kelsen se trate, sino desde el punto de vista del
resultó bastante más elaborada que la de derecho internacional, se trataría de una
sus predecesores.98 norma puesta, o sea, positiva, a saber, el
principio de efectividad que domina en ese
98 Salvo que se indique otra cosa, lo que sigue ámbito del derecho. “Una norma aislada
7 corresponde a explicaciones de KELSEN, Hans: Teoría -escribió Kelsen a este respecto- sólo es
£ pura del derecho, UNAM, México, 1979, pp. 44 y ss. norma jurídica en cuanto pertenece a un
Para una explicación más exhaustiva de la doctrina determinado orden jurídico, y pertenece
de Kelsen, véase SQUELLA, AGUSTIN: Derecho, desobe­ a un determinado orden jurídico cuando
diencia y justicia, Edeval, Valparaíso, 1977, obra que
corresponde a la tesis doctoral del autor titulada su validez reposa en la norma fundante de
£ “Validez, eficacia y valores en el derecho en la teoría ese orden”. En este sentido, Kelsen, con
~ pura de Hans Kelsen”. una altamente elaborada teoría del orde-

¿«si íonomi JURÍDICA deouí.í 110


Cap. II. El concepto de Derecho

namiento jurídico, tanto nacional como en el caso de la teoría de Austin-, sino de


internacional, superó la visión del derecho una norma, de la norma que se refiera a
de Austin como un simple conjunto de man­ ese acto, la cual funciona, por tanto, como
datos. Por otra parte, y a propósito de lo un esquema de interpretación del acto de
último que acabamos de señalar, para que que se trate.
una norma jurídica llegue a existir como Seguidamente, el derecho para Kelsen
tal, en el caso de la doctrina de Kclscn, no regula conducta humana, mas no el com­
basta con que ella exprese el sentido subje­ portamiento de animales no humanos,
tivo de ordenar o prescribir que es posible plantas ni objetos inanimados, aunque la
atribuir a quien emite o dicta la norma, circunstancia de que los ordenamientos
como ocurre con la teoría de Austin, sino jurídicos modernos regulen únicamente la
que es preciso que ese sentido subjetivo conducta humana, y no la de animales no
coincida con el sentido objetivo que sea humanos, plantas u objetos inanimados, en
posible atribuirle, lo cual quiere decir lo cuanto dirigen sanciones sólo contra seres
siguiente: todo acto de producción jurídi­ humanos, “no excluye que esos órdenes
ca tiene un sentido subjetivo, a saber, el jurídicos prescriban una determinada con­
que le atribuye quien lo ejecuta (así, por ducta humana no sólo en relación con seres
ejemplo, un parlamento, al momento de humanos, sino también en relación con
votar un texto legal, confiere a ese acto el animales, plantas y objetos inanimados”. Así,
sentido de poner en vigencia una ley, esto por ejemplo, dar muerte a ciertos animales
es, un conjunto de normas válidas), pero en general o en determinadas épocas del
tiene también un sentido objetivo, que es año, lo mismo que derribar ciertas especies
el que resulta de poner el acto en relación vegetales o causar daños a edificios que
con la o las normas jurídicas de jerarquía tengan valor patrimonial, son conductas
superior que lo autorizan y regulan como que pueden estar penalmente prohibidas.
un procedimiento de producción de nor­ Pero las normas que prohíben conductas
mas. En consecuencia, si puede decirse que como esas no regulan el comportamiento de
un parlamento ha aprobado una ley no es los distintos objetos de protección jurídica
sólo porque así lo ha querido, sino porque antes mencionados —animales no humanos,
esa es también la conclusión a que se llega vegetales y edificios-, sino la conducta de
al poner en relación el acto de discusión los hombres en relación con esos objetos
y aprobación de la ley de que se trate con y contra los cuales se dirige la amenaza de
las normas constitucionales que invisten al un castigo. Por lo mismo, animales no hu­
parlamento de la facultad de aprobar leyes manos, plantas y objetos inanimados son
y que establecen el procedimiento a que para Kelsen objeto de protección jurídica,
ese organismo debe sujetarse para ello. Un aunque no por ello titulares de derechos.
grupo mañoso, en su idea del asunto, puede El derecho es también un orden coactivo,
llevar a cabo la ejecución de un sujeto, al en el sentido de que reacciona con un mal
modo como los estados en que existe la - la privación de la vida, de la libertad, de
pena de muerte ejecutan a los responsables parte del patrimonio o del honor, según
de ciertos delitos. Tal es el sentido subjetivo los distintos tipos de sanciones-, cuando
del acto del grupo mañoso. Pero desde un un sujeto no se comporta como ese orden
punto de vista objetivo no puede conferírsele establece. Ahora bien, que el derecho sea
el significado de una ejecución, esto es, de un orden coactivo significa que cuenta con
una acción autorizada por el derecho, sino la legítima posibilidad de emplear la fuerza
todo lo contrario, porque lejos de haber socialmente organizada para llevar a cabo
una norma que lo autorice, hay una que una efectiva aplicación de las sanciones
lo prohíbe y sanciona como homicidio. En que contempla, pero no significa que en
consecuencia, el sentido propiamente ju­ todos los casos en que tales sanciones sean
rídico de un acto no deriva del deseo o la procedentes su ejecución importe el empleo
intención de quien lo ejecuta -del soberano, de la fuerza física. “Ello sucede solamente

111 EDITORIAL IUR1D1CA DtCHíLE


Curso de Filosofía del Derecho

-apuntó Kelsen- cuando se opone resis­ el carácter coactivo del derecho favorece
tencia a la ejecución, lo que normalmente la obediencia de éste, o sea, obra como
no acaece”. En consecuencia, lo propio motivo para que los sujetos normativos se
del derecho es la coercibilidad, es decir, la comporten conforme a lo que el derecho
posibilidad legítima de emplear fuerza, y espera de ellos. Pero “la coacción que se
no la coacción, esto es, el hecho cumplido da en la motivación es una coacción psí­
de la fuerza. En otras palabras: no todas quica” —señaló Kelsen-, sin perjuicio de
las normas jurídicas son coercibles, sino que el temor a las sanciones coactivas del
el ordenamiento jurídico en su conjunto, derecho no sea tampoco el único motivo
y aquellas que lo son, una vez violadas por por el cual las personas suelen cumplir con
un sujeto, tampoco traen aparejado, nece­ las prescripciones de éste.
sariamente, el empleo de la coacción. Por otra parte, el derecho se atribuye el
Kelsen, lo mismo que Austin, reparó en monopolio del uso de la fuerza al interior
que los ordenamientos jurídicos contienen de la sociedad. Los ordenamientos jurídicos
a veces normas que prevén recompensas y coinciden bastante con respecto a los actos
no castigos para determinadas conductas coactivos que establecen para el caso de
de los sujetos normativos, como es el caso incumplimiento de sus normas, los cuales
de los subsidios de vivienda, por ejemplo, o, consisten en la privación de los bienes que
por señalar los que indica el propio Kelsen, fueron indicados antes en este trabajo (vida,
“títulos y condecoraciones”. Pero estas re­ libertad, patrimonio, honor), pero, a la vez,
compensas, llamadas “sanciones positivas” o los ordenamientosjurídicos se diferencian
“premíales”, al desempeñar según Kelsen un en relación con las conductas que cada uno
papel muy subordinado en los ordenamientos de ellos establece como antecedente de un
jurídicos que las contemplan, no obstan a acto coactivo, aunque, simultáneamente,
la calificación del derecho como un orden coinciden en señalar entre tales conductas
coactivo, y es precisamente en cuanto orden la fuerza que un individuo puede ejercer
de este tipo que “se diferencia de otros sis­ sobre otro, fuerza que, por lo mismo, se
temas sociales”. Estos otros sistemas -como convierte en condición o antecedente de
la moral positiva, por ejemplo-, lo mismo una sanción coactiva que el derecho declara
que hace el derecho, establecen deberes y e impone a través de órganos del Estado.
obligaciones y contemplan sanciones para En consecuencia, es necesario “distinguir
el caso de incumplimiento, pero éstas no entre el uso de la fuerza prohibido y el
pueden aplicarse legítimamente en uso de la permitido”, puesto que si la fuerza se en­
fuerza. “El momento de la coacción -señaló cuentra prohibida entre los individuos, el
el autor-, es decir, la circunstancia de que Estado la utiliza para hacer aplicación de
el acto estatuido por el orden como con­ sanciones coactivas, entre otros casos cuando
secuencia de un hecho considerado como un individuo hace a otro objeto de fuerza.
socialmente dañino deba llevarse a cabo Y es de esta manera, además, que el dere­
inclusive contra la voluntad del hombre a cho provee a la sociedad de lo que Kelsen
que tocay, en caso de oposición, recurriendo llama “seguridad colectiva”, es decir, paz.
a la fuerza física, es el criterio decisivo”. Paz relativa, en cualquier caso, puesto que
Resulta interesante advertir que el de­ la fuerza que el derecho prohíbe entre los
recho no constriñe las conductas que él individuos la reserva para sí. Sin embargo,
establece como obligatorias. Los comporta­ y aun en el caso de una monopolización y
mientos que el derecho espera de los sujetos centralización alta de la fuerza, como ocurre
normativos no son forzados, a) menos no con los ordenamientosjurídicos modernos
físicamente, de manera que el acto coactivo de Estados no fallidos, o sea, aun cuando
se ejecuta sólo cuando los sujetos norma­ “la reacción sancionatoria ante la situación
tivos dejan de cumplir los deberes que se ilícita alcanza su grado máximo, siempre
les imponen o incurren en una conducta permanece un mínimo de autodefensa, como
que se encuentra prohibida. Es cierto que es el caso de la legítima defensa”.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 112


Cap. II. El concepto de Derecho

Kelsen, consciente de que su insisten­ El primer tipo de normas no indepen­


cia en caracterizar al derecho como orden dientes es el de aquellas que establecen un
coactivo lo expuso a la misma crítica que deber jurídico, dejando a otra norma del
señalamos en el caso de Ihering, estableció mismo ordenamiento la tarea de señalar la
con claridad la diferencia entre el dere­ sanción para el caso de incumplimiento, con
cho y las bandas de ladrones. Estas tam­ el resultado de que el sentido de la primera
bién imponen deberes bajo la amenaza de de tales normas no puede ser entendido sino
castigos, aunque en su caso, a diferencia en la medida en que se la conecta con la
del derecho, no es posible interpretar el segunda de ellas, y es precisamente por eso
sentido subjetivo de los actos de los ladrones que se la considera “no independiente”.
como su sentido objetivo, puesto que no Son también no independientes las nor­
hay norma jurídica alguna que les facul­ mas permisivas positivamente, esto es, aque­
te para imponer tales deberes ni menos llas que en ciertas circunstancias permiten
para aplicar castigos a sus víctimas. Todo lo una conducta que en general se encuentra
contrario, dichas conductas se encuentra prohibida, y que, por lo mismo, limitan la
jurídicamente prohibidas y constituyen el validez de una norma prohibitiva más gene­
antecedente de un acto coactivo legítimo ral, como en el caso de la legítima defensa
que el derecho establece y que un órgano o el de aquella regulación del tránsito que
del Estado debe aplicarles. Distinta es la si­ dice “Permitido virar con luz roja”. También
tuación del servicio recaudador de impuestos en este caso la norma permisiva adquiere
que acciona en contra de un contribuyente sentido sólo si se la pone en relación con
moroso y rebelde y consigue que un juez otra norma, en este caso con la de carácter
le embargue bienes de su propiedad o lo prohibitivo cuya validez limita.
prive de libertad. En este caso, el sentido Un tercer tipo es el de las normas deroga­
subjetivo de los actos del servicio coincide torias, las cuales privan total o parcialmente
con su sentido objetivo, puesto que el or­ de validez a una norma anterior, y cuyo
denamiento jurídico incluye normas que sentido puede ser captado plenamente si
le autorizan para proceder de la manera se las pone en relación con las normas cuya
que lo hace. La víctima de una banda de validez clausuran.
ladrones no debe entregar su dinero, sino Seguidamente, están las normas que
que Zím^que hacerlo si quiere conservar su otorgan la facultad para producir nuevas
integridad física y aun su vida; en cambio, normas -por ejemplo, las que encontrándose
el contribuyente debe pagar los impuestos en la Constitución autorizan al Congreso
que le afectan. En el caso de la primera no Nacional para producir leyes, actuando en
hay norma que la obligue a ello, mientras ello de consuno con el Presidente de la
que en la situación del segundo sí la hay, República, quien interviene también en
sin peijuicio de que, además, tratándose de el proceso de formación de la ley-, y cuyo
la víctima del atraco, hay una norma que sentido se aprecia en la medida en que se
castiga la conducta de los ladrones. las vincula con las normas que luego son
Por último, y en otro punto que tanto producidas por los órganos o sujetos facul­
conecta el concepto de derecho de Kelsen tados para hacerlo. Este tipo de normas no
Ot Uhi.U.'S I::» i.N 1MIH0 • • Li Y

con el de Austin, a la vez que muestra cómo independientes son las que suelen llamarse
el de aquél mejoró el de éste, el autor de “normas de competencia”, o, en lenguaje
Teoría pura del derecho, advirtió también la de Hart, “reglas de cambio”.
presencia en todo derecho de normas que, Normas jurídicas no independientes son
propiamente hablando, no guían comporta­ también las que interpretan otras normas del
mientos ni imponen deberes bajo la amenaza ordenamiento jurídico, es decir, se trata de
de sanciones coactivas, sino que cumplen normas interpretativas que fijan el sentido
IA K Y1i. í.A.'*nA

otras importantes funciones, a las cuales de normas interpretadas, y cuyo sentido


,

llamó “normas jurídicas no independientes”, sólo puede ser entendido en relación con
distinguiendo seis tipos de ellas. estas últimas.

113 £D1TOR2AL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

Y, por último, están las normas que defi­ entre los cuales el juez debe elegir. Normas
nen conceptos que emplean otras normas que admiten más de una interpretación
del ordenamiento, como “ley”, “domicilio” conducen a diferentes soluciones judiciales
o “posesión”, por ejemplo, y cuyo pleno para los casos que ellas regulan, de mane­
sentido, asimismo, se configura en relación ra que, una vez determinado el marco de
con el ordenamiento de utiliza los conceptos posibles interpretaciones de las normas en
que ellas han definido. juego, el juez tiene que elegir una de ellas
Reparó Kelsen, asimismo, en que el y, consiguientemente, optar por una de las
derecho no está compuesto sólo por nor­ varias soluciones posibles del caso de que
mas abstractas y generales -como las de se trate, una elección que cada juez haría
la legislación, por ejemplo-, sino también en aplicación -lo admita o no así- de sus
por normas concretas y singulares, como ideas políticas y morales. Ideas políticas
son las que establecen los jueces en sus -entiéndase- no en un sentido partidista,
sentencias y los sujetos de derecho en los sino en el más amplio del tipo de sociedad
contratos que celebran. Todo ordenamiento a la que aspira cada individuo -incluidos
jurídico acuerda un espacio de creación por cierto los jueces-, e ideas morales en el
o producción autónoma de derecho a los sentido de las concepciones del bien que
propios sujetos normativos, autorizándo­ tienen también las personas.
los para emitir actos jurídicos y celebrar En punto a los saberes jurídicos, Kelsen
contratos, y aquellos y éstos son por tanto distinguió no entre jurisprudencia general,
fuentes formales del derecho, vale decir, jurisprudencia particular y ciencia de la
procedimientos de creación de normas ju­ legislación -como en el caso de Austin-,
rídicas. Por su parte, los jueces no aplican sino entre ciencia del derecho, teoría gene­
meramente derecho al momento de fallar ral del derecho y filosofía del derecho. La
los asuntos que se les someten, sino que a la ciencia del derecho identifica, interpreta y
vez producen derecho para el caso particular explica ordenamientosjurídicos concretos
de que se trate. Es más: no hay oposición o singulares, mientras que la teoría general
entre producir y aplicar derecho, como si del derecho intenta develar la estructura del
la producción jurídica estuviera confiada derecho y fijar las nociones fundamentales
únicamente al legislador y la aplicación para su conocimiento. Ambas, por tanto,
fuera sólo de competencia de los jueces, trabajan con el derecho positivo, con el
sino que ambos -legisladores y jueces- a la derecho puesto, con el derecho que es y no
vez crean y aplican derecho. El legislador con el derecho que debe ser, tanto nacional
produce derecho por medio de las leyes como internacional, aunque la ciencia del
que sanciona y a la vez aplica las normas derecho fija su atención en un determinado
constitucionales que lo autorizan para ello, ordenamiento jurídico al cual circunscribe
que fijan el procedimiento para discutir y la validez de sus proposiciones, mientras que
aprobar leyes y que establecen límites al la teoría general mira al derecho positivo
contenido de éstas, mientras que los jueces en general y tiene la pretensión de que sus
aplican el derecho preexistente a los casos proposiciones valgan por referencia a todo
de los cuales conocen y producen la norma derecho. De este modo, si la ciencia del
jurídica individual que los resuelve. Y al derecho trabaja con un derecho positivo,
producir y aplicar derecho, tanto legisla­ la teoría general lo hace con el derecho
dores como jueces tienen que interpretar positivo, tanto nacional como internacional.
el derecho que aplican, no más que en el Por su parte, la filosofía del derecho sería
caso de los jueces -según Kelsen sostuvo y una rama de la filosofía moral y discurre
fue reiterado más tarde por Hart, la inter­ sobre el derecho que debe ser, sobre lo
pretación que llevan a cabo de las normas que debería ser establecido como derecho,
concernientes a los asuntos que deben fallar valiéndose para ello de un ideal o criterio
no conduce a un significado único de éstas, de justicia que para Kelsen tiene sólo un
sino a un marco de posibles significados valor relativo en cuanto coexiste y disputa

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 114


Cap. 11. El concepto de Derecho

con otros ideales de justicia, sin que resulte como teoría y no filosofía del derecho, dado
posible dirimir racionalmente el debate que intenta dar respuesta a la pregunta de
entre los diferentes ideales de justicia para qué es y cómo es el derecho y no a la que
establecer con seguridad cuál de ellos es el inquiere acerca de qué deba ser o cómo
mejor o el verdadero. Kelsen sostuvo que deba ser hecho el derecho.
no es posible en uso de la razón trazar un Pero Kelsen autocalifica también su teo­
ideal de justicia dotado de evidencia ab­ ría de “pura”, con lo cual no quiere decir
soluta y validez universal que pueda guiar que el derecho sea puro -éste siempre en­
la búsqueda o determinación del derecho carna ideales, preferencias e intereses que
que debe ser, de modo que lo que tenemos prevalecen en la sociedad en un momento
en cualquier sociedad abierta de nuestros determinado o que imponen las autorida­
días son múltiples, distintos y a veces con­ des normativas que tienen competencia
trapuestos ideales de justicia, y el valor de para producirlo-, de manera que “pura”
la democracia como forma de gobierno adjetiva aquí a “teoría" y no a “derecho". ¿Y
consiste en que permite que todos los ideales “pura" la teoría de Kelsen en qué sentido?
compitan en igualdad de condiciones por En el de que procura conocer el derecho
las preferencias de los ciudadanos. Para tal como es y porque desearía excluir de
este autor, en consecuencia, el relativismo ese conocimiento todo lo que no perte­
-entendido no como indiferencia ante los nezca a ese objeto. El estuvo consciente
distintos ideales de justicia, sino como im­ de que la sociología, la psicología, la ética
posibilidad de demostrar racionalmente y la teoría política tratan con objetos que
que uno de ellos, incluso el propio, es el se encuentran en estrecha relación con
verdadero y que debe desplazar a todos el derecho, aunque no por ello la ciencia
los demás como erróneos- conduce a la jurídica, ni tampoco la teoría general del
tolerancia y a la democracia: impedidos los derecho, tienen que confundirse con esas
ideales de justicia que profesan las distintas otras disciplinas. “Cuando la teoría pura
personas de presentarse como verdades del derecho -escribió Kelsen en la primera
absolutas, no tienen más alternativa que página de la versión de 1960 del libro de
tolerarse unos a otros y dejar en manos ese título-99 emprende la tarea de delimi­
de la mayoría la decisión acerca de cuál tar el conocimiento del derecho frente a
de ellos debe gobernar por esos limitados esas disciplinas, no lo hace, por cierto, por
períodos durante los cuales la democracia ignorancia o rechazo de la relación, sino
confía el poder a quienes vencen en las porque busca evitar un sincretismo metó­
elecciones. dico que oscurece la esencia de la ciencia
En el antes mencionado contexto de jurídica y borra los límites que le traza la
disciplinas, y atendida la manera como naturaleza de su objeto".
Kelsen repartió las tareas entre la ciencia El postulado de la pureza metódica
jurídica, la teoría general del derecho y la -reitero, pureza en el método, no en el
filosofía jurídica, el jurista vienés no vaciló objeto por conocer- pareció a Kelsen que
en autocalificar su “teoría pura del dere­ no podía ser cuestionado seriamente y que
cho” -que es tanto el título de uno de sus lo único dudoso era el grado en que po­
principales libros como la denominación día realizarse, puesto que ningún saber es
que en general se acuerda a su obra vertida totalmente inmune a intereses políticos y,
en más de 600 publicaciones- como teoría más ampliamente, a posiciones ideológicas.
general y no como ciencia ni como filosofía Pero si los juristas quieren hacer un traba­
del derecho. Como teoría general, puesto jo científico -tanto en el nivel particular
que, a diferencia de la ciencia jurídica, es de la ciencia jurídica como en el general
una doctrina sobre el derecho en general en que el autor sitúa a la teoría general ¿
y, por tanto, no consiste en la localización e
interpretación de normas jurídicas particu­ 99 KELSEN, HANS: Teoría pura del derecho, ob. cit.,
lares, sean nacionales o internacionales; y p. 15.

115 ¿DITORIAL | U KID1CA Di: ¡1LE


Curso de Filosofía del Derecho

del derecho- deben cuando menos hacer normas jurídicas debe corresponder a la
un esfuerzo por satisfacer la exigencia de exigencia política y jurídica de la previsibi­
pureza en el sentido antes señalado y no lidad de la decisión jurídica y a la exigencia
presentar como derecho que es aquel que de la seguridad jurídica.101 Y a propósito de
el investigador crea que debesery, asimismo, la primera de esas consecuencias, Kelsen
no considerar que porque algo es derecho no negó que exista la moral y que todo
puede afirmarse que también debería ser­ derecho se corresponde con determinados
lo. En otras palabras, el derecho ideal no ideales morales, aunque sostuvo -tal como
debe ser presentado como si fuera real, y señalamos poco más arriba- que existen
el derecho real tampoco puede serlo como diversos ideales de justicia, a menudo en
derecho ideal. Utilizando ahora analogías conflicto unos con otros, de manera que la
que debemos a Ross y a Bobbio, si un zoólogo calificación de un derecho comojusto, o sea,
haría mal al negar que los cisnes negros son como moralmente correcto, va a depender
cisnes sólo porque carecen de valor estético del sistema moral o criterio de justicia que
y si un historiador haría igualmente mal se escoja para evaluarlo, de donde se sigue
si ocultara que Bruto mató a César por­ que la calificación final resultará siempre
que la conducta de aquél fue gravemente relativa. Relativa al sistema moral o criterio
inmoral, ¿por qué no habría que esperar de justicia que se utilice y, por lo mismo,
que los juristas se comportaran de la mis­ es tan posible la existencia de un derecho
ma manera? Es cierto que el derecho nos moralmente correcto como la de uno mo­
importa más que los cisnes y que sucesos ralmente reprobable.
que ocurrieron hace miles de años, pero
quienes aspiran a dar cuenta del derecho
no deberían desconocer su existencia en 5. El concepto de derecho
los casos de ordenamientos jurídicos, de DE HERBERT HART
instituciones o de normas que ofendan sus
convicciones morales o las de cantidades Para Herbert Hart el derecho es una unión
importantes de personas, un reconocimiento de reglas primarias y secundarias, aunque
que en modo alguno conlleva la afirmación este autor admitió que una definición como
de que ese derecho, institución o norma esa lo ponía en apuros, puesto que sobre
deberían ser obedecidos. el género de las reglas “sólo tenemos ideas
Kelsen, lo mismo que Ihering y Austin, vagas y confusas**. Una declaración exagera­
es considerado un autor positivista, y ello damente escéptica, esta última, puesto que
de acuerdo a su propia definición de po­ el propio Hart, en las páginas iniciales de
sitivismo jurídico. Kelsen, en un artículo El concepto de derecho, razonó con bastante
sobre la materia, se preguntó ¿qué es el lucidez acerca de las reglas y los simples
positivismo jurídico, y concluyó que dos hábitos de conducta convergente, estable­
son las consecuencias de esta doctrina, ma­ ciendo con claridad la diferencia entre unas
nifestándose de acuerdo con ambas: a) la y otros. Con todo, al definir el derecho
distinción entre derecho y moral como dos en términos de “reglas”, Hart se situó en
órdenes sociales diferentes, y la distinción la misma línea que los tres autores cuyos
consiguiente entre derecho yjusticia, por conceptos de derecho hemos analizado
GIÍ IKÍ bia M SuiHÍ! -ILI VhbXKJli'M VI

entender que la justicia es el modo como la antes, pero el filósofo inglés advirtió mejor
moral se proyecta en el campo del derecho; y que ellos la presencia en todo derecho
b) la idea de que todo derecho estatuido por de unos estándares distintos de las reglas
quienes se hallan autorizados para producir -los principios-, aunque, según el mismo
reconoció, sin prestarles la debida atención
100 KELSEN, HáNS: “¿Qué es el positivismo jurídi­

co?”, en Revista de la Facultad de Derecho de la Universi­ 101 Véase SQUELLA, AGUSTÍN: Positivismo jurídico,

dad Nacional Autónoma de México, Tomo XVI, N° 61, democracia y derechos humanos, Fontamara, México,
México D. F., 1966. 1995, pp. 13 y 14.

SE EDITORIAL JURIDICA DECH1U 116


Cap. 11. El concepto de Derecho

como piezas o componentes del derecho el hábito de que se trata y dejarlo incluso
que juegan un importante papel en los para siempre. Por su parte, las reglas de
procesos de producción, aplicación, in­ conducta, que sí deben ser seguidas, pue­
terpretación y razonamientojurídicos. Ese den también ser incumplidas (un individuo
déficit de atención por los principios fue puede permanecer con sombrero al interior
reprochado a Hart por Ronald Dworkin, de un templo), aunque en caso de que lo
según veremos en el acápite siguiente de sean va a producirse algún tipo de crítica,
este trabajo.102 reproche o sanción que se hará efectiva
¿Qué entendió Ilart por “reglas”? sobre aquél que no observe la regla en un
Sobre el particular, conviene advertir caso dado.
que hay simples hábitos individuales, es Por lo mismo, las reglas sociales, de
decir, conductas regularmente observadas cualquier clase que sean, se parecen a las
por un sujeto (leer el diario al momento reglas de los juegos, y es por eso que en
del desayuno), hábitos de conductas con­ el caso del ajedrez, por ejemplo, no sólo
vergente, o sea, comportamientos regular advertimos el hecho de que los jugadores
y establemente observados por la mayoría mueven los alfiles de determinada manera,
de los miembros de una comunidad (tomar sino que afirmamos que pueden moverlos
el desayuno entre las 7 y las 9 de cada día), únicamente de esa manera. Se trata, en
y hay también reglas de conducta, esto es, consecuencia, no de un simple hecho ob­
pautas reconocidas y seguidas como tales servable cada vez que dos personas juegan
por los miembros de una comunidad, a las al ajedrez, sino de un criterio o pauta que
cuales se agrega un componente de deber debe seguir todo aquel que intervenga en
u obligación que no se encuentra presente estejuego. Esto es lo que permite a quienes
en los simples hábitos y tampoco en los há­ juegan y a quienes observan el juego emitir
bitos de conducta convergente (descubrirse juicios de lenguaje normativo acerca de si
los hombres al ingresar con sombrero a un un jugador movió correctamente o no uno
templo). Leer el diario a la hora del desayu­ de sus alfiles.
no es un hábito que Juan observa, pero no En consecuencia, es propio de las reglas
porque sea obligatorio hacerlo. Desayunar guiar conductas bajo la amenaza de conse­
en las primeras horas de la mañana es un cuencias adversas o desfavorables, aunque
hábito de conducta convergente que sigue el tipo de reproche y la manera de hacerse
la mayoría de las personas, aunque tampoco efectivo dependerán de la clase de reglas
consideran éstas que existe la obligación de que se trate, por ejemplo, religiosas,
de ajustarse a él. morales, sociales o jurídicas. Así, en el caso
Simples hábitos, hábitos de conducta de las reglas jurídicas, esa consecuencia
convergente y reglas de conducta tienen desfavorable se llama sanción, se encuentra
algo en común -la conducta de uno o más preestablecida por el propio ordenamiento
sujetos se ajusta externamente a ellos-, pero jurídico, y debe ser declarada y luego ejecu­
la diferencia está en que Juan, tratándose tada a través de determinados organismos
de los primeros, y los miembros de una institucionalizados, los cuales cuentan con la
comunidad, en el caso de los segundos, posibilidad de proceder en ello por medio
no tienen ni reconocen la obligación de de la fuerza.
comportarse como lo hacen a propósito De la manera antes señalada, las reglas so­
de leer el diario y desayunar a una cierta ciales -y entre éstas las jurídicas- comparten
hora, y pueden abandonar una o más veces con los simples hábitos y con los hábitos de
conducta convergente un aspecto externo,
consistente en el hecho de la observancia
102 Salvo que se indique lo contrario, lo que sigue
de la pauta, aunque las reglas tienen tam- g
se apoya en HART, HERBERT: El concepto de derecho,
ob. cit. También en 44Post Scriptum”, en La decisión bien un aspecto interno, consistente, a su
judicial. El debate Harl-Dworkin^ Siglo del Hombre, vez, en que en la pauta de que se trate se
Bogotá, 1997. ve un criterio general de comportamiento
T mA
117 mrroíUAi. JURIDICA mauu
Curso de Filosofía del Derecho

obligatorio a ser seguido como un todo, lo pareció muy relevante a la hora de elucidar
cual se expresa en la terminología norma­ un concepto de derecho. Así, escribió, “la
tiva de palabras y frases como “Yo debo”, categoría que se presenta en forma más
“Tú tienes la obligación de”, “El debería”, obvia para ser utilizada de esta manera en
“Esto es correcto”, “Esto es incorrecto”, etc., una definición del derecho, es la familia
que nunca utilizaríamos a propósito de un general de las reglas de conducta”.
simple hábito o de un hábito de conducta En todo derecho es posible identificar
convergente. variedades de normas -y algo de eso vieron
Hart distingue entonces las reglas de autores como Austin y Kelsen-, aunque Hart
conducta de los simples hábitos y de los dio mejor cuenta de que si el derecho es
hábitos de conducta convergente y destaca el una realidad normativa, se trata en verdad
hecho de que los sujetos utilizan las primeras de una realidad normativa compleja, com­
como guías y a la vez como justificaciones puesta, según él pensó, de reglas primarias
para las acciones que emprenden conforme (también llamadas normas de obligación
ellas. Las reglas guían -establecen lo que o deber) y reglas secundarias (que no im­
debe ser- y a la vez justifican los cursos de ponen deberes u obligaciones).
acción que adoptan las personas. Las reglas Hart llamó “reglas primarias” a todas
son entonces razones operativas, vale decir, aquellas que establecen directamente obli­
consideraciones, fundamentos o factores que gaciones o deberes, entendiendo que una
inciden en los comportamientos humanos regla impone obligaciones “cuando la exi­
y que a la vez sirven para justificarlos. En gencia general a favor de la conformidad
consecuencia, las normas son razones para es insistente, y la presión social ejercida
la acción en tanto obran como motivos de sobre quienes se desvían o amenazan con
ésta y, asimismo, como justificación de una hacerlo es grande”. Además, las reglas pri­
acción ya realizada, lo cual pone de relieve marias tienen otras dos características, a
la ventaja de contar con reglas, puesto que al saber, que se las reputa importantes para
existir ellas y al determinar anticipadamen­ la preservación de la vida en sociedad, y
te qué comportamientos están mandados, que se reconoce generalmente que la con­
prohibidos o permitidos, y al concedérseles ducta exigida por ellas, aunque beneficie
de antemano validez por los sujetos que a otro, puede hallarse en conflicto con lo
deben cumplirlas, las normas alivian en que la persona obligada tiene el deseo o
cierto modo las deliberaciones que éstos el impulso de hacer.
llevan a cabo siempre que deben decidir La sola presencia de reglas primarias
acercar de posibles y alternativos cursos de configura la existencia de lo que Hart con­
acción que se abren ante ellos. Todas las sideró “una forma rudimentaria o primitiva
reglas, de cualquier tipo que sean -mora­ de derecho”, puesto que en virtud de este
les, sociales, religiosas- son razones para la tipo de normas se consigue una forma muy
acción -un punto que Joseph Raz (1936) simple de control social. Por ello, y para
ha desarrollado con pulcritud, señalando alcanzar a constituir un derecho en pleni­
que tener reglas es como haber decidido tud, es necesario que las reglas primarias se
de antemano qué hacer-, y en el caso de complementen con las reglas secundarias,
las jurídicas lo son tanto para los cursos de las cuales vienen a corregir tres carencias
acción que adoptan los sujetos como para que acusan las primeras, a saber, falta de
las decisiones que toman las autoridades certeza, carácter estático, e ineficiencia en
normativas. Así, por ejemplo, cuando un juez la presión social para hacerlas cumplir.
razona con reglas -las que sean aplicables Falta de certeza, en primer lugar, porque
al caso de que se trate- argumenta con lo las reglas primarias no tienen una marca
que se llama “razones protegidas”. común identificatoria, de manera que no
Para Hart el derecho es algo “que contiene proveen órganos ni procedimientos explí­
reglas” o que “está compuesto principal­ citos para la declaración de su existencia,
mente por ellas”, una constatación que a él ni para solucionar dudas acerca de cuales
1/
editorial JURIDICA Df chile 118
Cap. II. El CüDcrpio de Derecho

son, ni para determinar el alcance que haya de que la existencia en un ordenamiento


de conferírseles. Carácter estático, en se­ jurídico de reglas de adjudicación presu­
gundo término, porque las reglas primarias pone al menos una determinada regla de
van produciéndose y sustituyéndose unas a reconocimiento.
otras en virtud de un proceso social lento La regla de reconocimiento es presentada
y difuso, mediante el cual ciertas conduc­ por Hart como el criterio último de validez
tas consideradas en un principio optativas, en virtud del cual pueden ser identificadas
pasan luego a ser habituales y finalmente las normas primarias de un ordenamien­
obligatorias. E ineficiencia de la presión to. Esta regla equivale en cierto modo a la
social ejercida para hacerlas cumplir, por norma básica o fundamental de Kelsen,
último, puesto que, a falta de órganos auto­ aunque con la diferencia de que ésta cons­
rizados, no se puede determinar en forma tituye una ficción y aquella una práctica
definitiva cuándo una regla primaria ha social. Con todo, siempre hemos creído,
sido violada y qué castigo debe aplicarse contra la opinión de Kelsen, que la norma
al sujeto infractor. fundamental de un ordenamiento jurídico
las reglas secundarias, según se anticipó, nacional, que puede ser enunciada diciendo
corrigen esos defectos de las reglas primarias. “Se debe obediencia al primer legislador a
La falta de certeza se salva mediante la intro­ condición de que sus normas hayan resul­
ducción de una “regla de reconocimiento”, tado eficaces”, es sólo un disfraz normativo
o sea, de una pauta para la identificación que se tiende sobre el hecho de la eficacia
incontrovertible de las reglas primarias de y, finalmente, sobre el ejercicio exitoso del
obligación. Por su parte, el carácter estático poder. Si solo es posible presuponer la nor­
de las reglas primarias se enmienda por las ma básica en los términos recién indicados,
“reglas de cambio”, que son aquellas que es decir, a condición de que lo dispuesto
facultan a un individuo o cuerpo de personas como derecho por el primer constituyente
para introducir nuevas normas jurídicas, haya resultado eficaz, o sea, generalmente
así como para modificarlas, sustituirlas o obedecido y aplicado, la eficacia, a fin de
derogarlas. Finalmente, la ineficiencia en cuentas, sería lo que valida la primera Cons­
la presión social que acusan las reglas pri­ titución, o la nueva primera Constitución,
marias es corregida por las llamadas “reglas de un orden jurídico. Algo que Kelsen se
de adjudicación”, o sea, por aquellas que vio impedido de reconocer, porque antes
facultan a alguien para determinar, en forma de llegar a esa primera Constitución en el
revestida de autoridad, si en una ocasión proceso de retornos normativos que utiliza
determinada se ha transgredido o no una para explicar la estructura jerárquica pira­
regla primaria. midal de todo ordenamientojurídico, había
En consecuencia, las reglas secundarias sostenido que el fundamento de validez de
son de tres tipos -de reconocimiento, de una norma es siempre otra norma, nunca
cambio y de adjudicación-y se diferencian de un hecho (y la eficacia lo es) ni tampoco
las primarias en que son acerca de éstas. un juicio de valor.
Las reglas primarias tratan de las acciones Hart atribuye decisiva importancia a su
que los sujetos deben o no emitir, mientras visión del derecho como unión de reglas
que las secundarias se ocupan no de tales primarias y secundarias, considerándola
acciones, sino de las reglas primarias que “la médula de un sistema jurídico”, o “una
las regulan. herramienta muy poderosa para el análi­
Por su parte, las propias reglas secunda­ sis de mucho de lo que ha desconcertado
rias reconocen diferencias entre sí, aunque tanto a los juristas como al teórico de la
todas ellas tratan de las primarias, y se hallan política”, o aquello que “está en el centro
también conectadas de diversas maneras, lo de un sistema jurídico”, o “la manera más
cual aparece de manifiesto a propósito de provechosa de ver un sistema jurídico”, o
la relación entre regla de reconocimiento “explicación de muchos de los aspectos
y reglas de cambio y, asimismo, en el hecho del derecho”, e incluso -en palabras de

119 £ditorial JURIDICA dechilí


Curso de Filosofía del Derecho

Austin- como “la clave de la ciencia de la rencia al razonamiento judicial), y crítica


jurisprudencia”. Una visión del derecho del derecho (con referencia ahora a los
más sofisticada que la de Kelsen en cuanto valores y fines que se busca realizar y con­
a las variedades de normas que es posible seguir por medio del derecho).
encontrar en el derecho, puesto que va más Lo que Hart pretendió ofrecer con su
allá de una simple distinción entre normas libro El concepto de derecho fue “una teoría
independientes y normas no independientes; acerca del derecho que fuese a la vez gene­
y, asimismo, una visión mucho más elabo­ ral y descriptiva”. “General” -primero- en
rada que la que condujo a Austin, con la cuanto no se encuentra ligada a ningún
salvedad que analizamos en su momento, a ordenamiento jurídico en particular-por
la consideración del derecho como simples ejemplo, el derecho inglés-, ni tampoco
mandatos de un poder soberano habitual­ a una cultura jurídica determinada, por
mente obedecido. ejemplo, la anglosajona; y “descriptiva” en
Con relación ahora al papel de la ciencia cuanto al describir los principales rasgos y
y de la filosofía jurídicas, consideró Hart componentes del derecho moderno lo hace
que justo en la medida en que el derecho desde una perspectiva moralmente neutra
alcanza en la mayoría de las sociedades un cuyo propósito no esjustificar ni recomendar,
alto grado de complejidad, su administra­ con base en algún criterio moral, las formas
ción demanda un entrenamiento especial y estructuras que aparecen en la exposición
de jueces y abogados profesionales, que que el jurista inglés llevó a cabo del dere­
es lo que a su turno hace surgir la necesi­ cho. En tal sentido -precisó-, “la teoría del
dad de un tipo especial de cienciajurídica derecho así concebida, como descriptiva y
-distinta de la historia del derecho y de general a la vez, es un proyecto que difiere
la sociología jurídica- que se ocupe de la radicalmente de la concepción de Dworkin
exposición sistemática del derecho, para de la teoría del derecho -o jurisprudencia,
cuyo propósito -continúa- “el derecho es como la designa a menudo- parcialmente
dividido en distintas ramas”. La ciencia valorativa yjustificativa y dirigida a una cul­
jurídica es entonces capaz de establecer tura jurídica en particular, que es, por lo
clasificaciones y conceptos generales que general, la del autor y, en el caso de Dwor­
constituyen elementos comunes a diversas kin, la del derecho angloamericano”.104 De
situaciones y relaciones creadas por el de­ este modo, que la teoría de Hart sea des­
recho, tales como “derechos subjetivos”, criptiva no significa que ella se reduzca a
“deberes”, “obligaciones”, “personalidad un mero reporte de datos o informaciones
jurídica”, y otros.103 Creyó Hart, además, acerca del derecho, sino que lo es en cuan­
que entre tales disciplinas -historia del to “pretende describir el modo en que las
derecho, sociología jurídica y ciencia del cosas son, antes que criticarlas o prescribir
derecho-y la filosofía del derecho no exis­ cómo deben ser”,105 sobre todo desde un
ten fronteras suficientemente nítidas, no punto de vista moral. Es precisamente en
obstante lo cual desde cada una de aquellas sentido moral que una teoría como la de
tres disciplinas se formulan proposiciones Hart es avalorativa o neutral, mas no, por
sobre el derecho de tal modo generales ejemplo, en cuanto incorpore elementos
que captan y a la vez necesitan la atención valiosos como la claridad, la sencillez, la
de la filosofía jurídica. Por su parte, esta coherencia e incluso la elegancia, todos
última disciplina se ocupa de tres grupos los cuales tienen que ver con el método y
de asuntos, a saber, definiciones y análisis con la escritura, mas no con las creencias
(en especial de la definición del derecho), morales del autor. Esos aspectos valiosos no
razonamiento jurídico (con especial refe­
104 Hart, Herbert: Post Scriptum, ob. cit.
103 Véase Hart, Herbert: “Problems of philoso- 105 ETCHEBERRY,JUAN: Objetividad y determinación
phy of law", en Esais in jurisprudence and philosophy, del derecho. Un diálogo con los herederos de Hart, Comares,
ob. cit., p. 88. Granada, 2009, p. 24

EDITORIAL JURIDICA DECIBLE 120


Cap. 11. El concepto de Derecho

constituyen valores morales, sino, se podría como un positivista suave, especialmente


decir, valores indirectos que toda teoría del por su alusión a lo que consideró como “el
derecho debe satisfacer para ser exitosa, y contenido mínimo de derecho natural” que
por lo mismo conciernen a un saber y no tiene todo derecho positivo.
al objeto sobre el cual ese saber recae -el El jurista de Oxford identificó cinco sig­
derecho-, aunque nada impide exigirlos nificados más habituales de “positivismo
también de quienes redactan textos norma­ jurídico”, a saber: a) la pretensión de que
tivos, especialmente legisladores y jueces. las leyes son órdenes de seres humanos;
En el sentido antes señalado -de ser ella b) la pretensión de que no existe conexión
“generar y “descriptiva”, como también necesaria entre el derecho y la moral, o
en el de develar formas y estructuras del entre el derecho que es y el que debe ser;
derecho-, la teoría de Hart se asemeja a la c) la pretensión de que el análisis de los
de Kelsen, sin perjuicio de que aquel vio en conceptos jurídicos es algo que vale la pena
el derecho mayor variedad de reglas que hacer, algo que debe ser diferenciado de
éste, y sin peijuicio, asimismo, de la dife­ las indagaciones históricas sobre las causas
rencia que puede apreciarse entre la norma u orígenes de las normas, de las indaga­
básica propiciada por Kelsen y la regla de ciones sociológicas sobre la relación en­
reconocimiento postulada por Hart, aquélla tre el derecho y otros fenómenos sociales,
una ficción y ésta una práctica social. Pero y de la crítica o evaluación del derecho,
además de la posibilidad de una teoría ge­ ya sea en términos de moral, objetivos so­
neral y descriptiva del derecho, como es el ciales, funciones u otros; d) la pretcnsión
caso de la suya, Hart asumió también, según de que un ordenamiento jurídico es un
indicamos poco antes, la existencia de una sistema cerrado de normas en el que las
ciencia o doctrina jurídica que por boca decisiones jurídicas correctas pueden ser
y pluma de los juristas emite enunciados deducidas por medios lógicos de normas
igualmente descriptivos, aunque, en su caso, jurídicas predeterminadas, sin referencia
acerca de los enunciados prescriptivos que a propósitos sociales, líneas de orientación
son obra de autoridades normativas como ni estándares morales; y e) la pretensión
legisladores y jueces. Lo que Hart sostuvo de que los juicios morales no pueden ser
es que conocer el derecho vigente en un establecidos o defendidos, como lo son los
lugar y tiempo dados consiste en registrar las juicios de hecho, por argumentos, pruebas
normas que los miembros de la sociedad de o demostraciones racionales.
que se trata aceptan y siguen como modelos Pues bien, Hart compartió la tercera y la
de comportamiento, sin necesidad de que, quinta de tales pretensiones. En cuanto a
por ese hecho, el jurista que lleva a cabo la tercera de ellas -como se advierte clara­
el registro apruebe esas mismas normas. mente-, constituye una defensa de la ciencia
Hart, al igual que Kelsen, fue perfectamente del derecho o dogmáticajurídica, así como
consciente de que el derecho es valoración de esa teoría general y descriptiva que Hart
de la conducta humana, en cuanto alber­ llevó a cabo del derecho. Y en cuanto a la
ga o cristaliza valores y en cuanto castiga quinta, consideró él que si algo inicuo es
comportamientos que considera dañinos establecido como derecho no pierde por
y recompensa determinadas conductas ello su carácter jurídico, aunque las autorida­
que le parecen socialmente beneficiosas, des normativas encargadas de su aplicación
lo cual no impide que se le pueda descri­ como también los sujetos normativos que
bir avalorativamente. En este sentido, las le deben obediencia pueden en tal caso
descripciones siguen siendo descripciones, exclamar: “Esto es demasiado inicuo para
incluso cuando lo descrito -en este caso el ser aplicado u obedecido como derecho”.
derecho— sea una valoración. En tal sentido, Hart llamó a mantener la
¿Hart un positivista? Sí, aunque habría que idea de que al certificar algo como derecho,
explicar en qué sentido, dado que, puesto al esto es, al reconocer que una o más normas
lado de Kelsen, se acostumbra considerarlo son jurídicamente válidas, no resolvemos

121 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

en forma definitiva la cuestión de si se le jurídico dependen del origen o pedigree y


debe o no obediencia desde un punto de solo en segundo lugar de sus contenidos),
vista moral. El derecho no es lo mismo que sino la justificación o legitimidad que desde
la moral, aunque siempre puede ser some­ un punto de vista moral puede tener lo es­
tido a examen moral. En consecuencia, la tablecido como derecho para ser aceptado
moral, como algo distinto del derecho y y obedecido como tal.107 Pero para que la
que se encuentra fuera de él, proporciona moral pueda jugar un papel en tal sentido
un criterio para resolver los problemas de no debe ser reemplazada por el derecho,
obediencia al derecho, aunque no sea del ni subsumida en éste, puesto que, en caso
caso aplicar ese mismo criterio cuando de de serlo, no dispondríamos ya del criterio
lo que se trata es meramente de reconocer que nos permita establecer que “una ley
o identificar algo como derecho.106 es contraria a la sana conciencia y al senti­
Celebró Hart a un autor como Austin, do de justicia de todos los seres humanos
por ejemplo, señalando que lo que él y decentes”.108
otros pensadores querían era “promover El derecho no tiene otra forma de ade­
claridad y honestidad en la formulación de cuarse a la moral -creyó Hart- que no sea la
las cuestiones teoréticas y morales suscita­ que él presentó como “contenido mínimo
das por la existencia de normas jurídicas del Derecho Natural”. Pero con ese lengua­
particulares que son moralmente inicuas, je, que introduce la expresión “derecho
pero que han sido sancionadas en la forma natural”, siempre problemática para una
establecida, tienen un significado claro y concepción positivista como la de Hart, lo
satisfacen todos los criterios de validez re­ que el filósofo inglés quiso decimos es que
conocidos del sistema’'. Esos pensadores hay algunas reglas elementales que consti­
“han entendido que tanto el teórico como tuyen un elemento común al derecho y a la
el infortunado funcionario llamado a apli­ moral convencional de todas las sociedades
car u obedecer tales normas sólo podrían que han alcanzado el punto en que uno y
ser inducidos a confusión si, al reflexionar otra se distinguen como formas diferentes
acerca de ellas, fueran invitados a negarle de control social. Se trata, entonces, de
la calidad de derecho o de normasjurídicas un modesto y a la vez importante mínimo,
válidas. Dichos autores han pensado que algo así como un núcleo de buen sentido
para enfrentar estos problemas disponemos compartido tanto por la moral social como
de recursos más simples y más sinceros, que por el derecho, porque sin él ni las normas
destacan mucho mejor todas las considera­ jurídicas ni las morales podrían cumplir el
ciones intelectuales y morales relevantes”. propósito de supervivencia que hombres
Lo que hay que decir -concluyó Hart- es y mujeres tienen al asociarse entre sí. Un
“Esto es derecho; pero es demasiado inicuo núcleo de buen sentido que se expresa en
para ser aplicado u obedecido”. En suma: determinadas abstenciones y disposiciones
lo realmente controvertido en el caso de propiciadas tanto por uno como por otro
los conceptos de derecho que llevamos de esos dos órdenes normativos: absten­
analizados hasta aquí no es el concepto ción del uso de la violencia para matar o
de derecho ni tampoco los criterios que se lesionar a otro; abstención de dominar o
utilizan para identificar qué es o qué rige sojuzgar a otros; abstención de destruir o
como derecho en un lugar y tiempo dados de apropiarse de cosas que pertenecen a
(Ihering, Austin, Kelsen y Hart coinciden en otros; disposición a ciertas formas de ho­
que el derecho es una realidad normativa, nestidad y veracidad en el trato con los de-
.> i.H ! ;!í.i VldiKJt í.iCJtj v*l

o preferentemente normativa, de carácter


coercible, y en que los criterios para iden­ 107 Véase ETCHEVERRY, JUAN: Objetividad y deter­
tificar normas válidas de un ordenamiento
minación del derecho, ob. cit., p. 34.
108 Véase Hart, Herbert: “El positivismojundico
106 Véase Hart, HERBERT: El concepto de derecho, y la separación entre derecho y moral”, en Derecho y
ob. cit., pp. 229 y ss. moral. Contribuciones a su análisis, ob. cit.

editorial JURIDICA ot chile 122


Cap. II. El concepto de Derecho

más; y disposición a cumplir los pactos que cas y morales, Hart, en una línea similar, y
se celebran y las promesas que se hacen. atendida la vaguedad y la ambigüedad de
Así, dijo Hart, “si la observancia de estas muchos términos y frases que se utilizan en
reglas elemental (simas no fuera concebida la formulación de las reglas del derecho,
como cosa corriente en cualquier grupo de consideró que éste se presenta al intérprete
individuos que viven en proximidad veci­ como una “textura abierta”, de modo que en
na los unos con los otros, vacilaríamos en muchos de los casos que se ventilan en los
describir a ese grupo como una sociedad, tribunales las leyes aplicables no permiten
y tendríamos la certeza de que no podría un único resultado o decisión por parte de
durar mucho tiempo”. Pero estas reglas de los jueces. l as reglas jurídicas -conside­
un derecho natural mínimo contrastan con ró Hart- pueden tener un núcleo central
“las construcciones más grandilocuentes de significado indiscutido. Sin embargo,
y controvertidas que a menudo han sido poseen también una zona de penumbra y
enunciadas bajo el nombre de Derecho de incertidumbre donde el juez tiene que
Natural**.109 elegir entre alternativas. Esto quiere decir
Ahora bien, reglas elementales como que, excluidos los casos fáciles o rutinarios,
las antes indicadas se respetan por los más los jueces gozan de discreción, puesto que
distintos motivos, a saber, porque se tiene el derecho preexistente a los casos difíci­
un interés altruista en el bienestar de los les de los cuales conocen nunca tiene un
demás, porque las reglas son dignas de carácter autosuíiciente. Y si destaco este
respeto por sí mismas, porque bien valen punto es porque en él se centra una de las
los sacrificios que ellas imponen pata con­ principales críticas de Dworkin a la teoría
seguir los beneficios que hacen posible. Y de Hart.
esta diversidad de motivos -adhesión in­
condicional a las reglas, espíritu altruista y
cálculo de beneficios- no es sino producto 6. El concepto de derecho
-consideró Hart- de que los seres huma­ de Ronald Dworkin
nos no somos ni ángeles ni demonios, y el
hecho de que constituyamos una especie Como es bien sabido, Ronald Dworkin
de término medio entre esos dos extremos (1931) escoge la teoría de Hart para su
es algo que hace que un sistema de absten­ crítica al positivismo jurídico, lo cual llama
ciones y disposiciones mutuas sea a la vez la atención, puesto que otros filósofos del
necesario y posible. En una comunidad de derecho relativamente contemporáneos
ángeles, tales reglas serían innecesarias, de Dworkin, como fue el caso de Kelsen
mientras que en una sociedad de demonios y de Alf Ross, constituyen representantes
resultarían imposibles. más conspicuos de lo que suele llamarse
Digamos ya para concluir este acápite “positivismo jurídico”.
que si Kelsen consideró la interpretación Lo que Dworkin afirma del derecho es
del derecho, especialmente en el caso de los que se trata de un conjunto de normas,
jueces, como una operación que conduce pero a condición de que con esa palabra
normalmente no a la fijación del correcto -“normas”- se cubran tanto las reglas como
sentido y alcance de las normas interpre­ los principios, puesto que el derecho está
tadas, sino a la determinación del marco compuesto por ambos tipos de estándares,
de posibles sentidos y alcances que ellas de manera que un juez, aun tratándose de
tienen, quedando por tanto el intérpre­ casos difíciles, podrá encontrar siempre una
te, especialmente el juez, en la posición respuesta —y, todavía más, una única res­
y en la necesidad de escoger uno de tales puesta correcta-, que si no la proporcionan
sentidos sobre la base de sus ideas políti­ las reglas será brindada por los principios,
no disponiendo por tanto los jueces de la
109 HART, HERBERT: El concepto de derecho, oh. cit, discrecionalidad que les reconoce Hart
la te

p. 213. frente a ese tipo de casos.

123 mTOKiAL JURIDICA os ci im


Curso de Filosofía del Derecho

Dworkin, lo mismo que hace Roben Alexy Dworkin- usaré el término “principio” en
en nuestros días, reivindica la cuestión del sentido genérico, para referirme a todo
concepto de derecho como una tarea im­ el conjunto de los estándares que no son
portante. Para el autor norteamericano, la normas; en ocasiones, sin embargo, seré
cuestión del concepto de derecho no es el más exacto y distinguiré entre principios
equivalente de esos juegos que sacamos del y directrices políticas”.
armario de nuestra habitación en las tardes “Políticas”, “directrices”, o “directrices
de invierno para pasar el rato de una manera políticas”, son “un tipo de estándar que
fácil e intrascendente. Y si bien Dworkin propone un objetivo que ha de ser alcan­
no comparte la concepción normativista zado; generalmente, una mejora en algún
del derecho que tuvo Hart, considera la rasgo económico, político o social de la
de éste una doctrina más elaborada que comunidad”. Por su parte, los “principios”, o
las de corte igualmente normativista que “principios propiamente tales”, constituyen
profesaron Austin y Kelsen. Dworkin admite “un estándar que ha de ser observado no
también que la distinción de Hart entre porque favorezca o asegure una situación
reglas primarias y secundarias tiene gran económica, política o social que se consi­
importancia, pero la considera insuficiente dera deseable, sino porque es una exigen­
para una adecuada comprensión del derecho, cia de la justicia, la equidad o alguna otra
puesto que en éste hay también estándares dimensión de la moralidad”. De este modo
-los llamados “principios”-que son distin­ -ejemplifica Dworkin-, “la proposición de
tos de las reglas y que cumplen también que es menester disminuir los accidentes
funciones diferentes de éstas. Todavía más: de automóvil es una directriz, y la de que
cree Dworkin que “estamos completamente ningún hombre puede beneficiarse de su
rodeados” de principios, y que es por eso propia injusticia, un principio”. Por otra
que “los profesores de derecho los enseñan, parte, si las políticas son cosa del legisla­
los textos los citan, y los historiadores los dor, los principios, no aquellas, son asunto
celebran”.110 de los jueces, lo cual quiere decir que los
Todos quienes trabajan con el derecho, tribunales pueden invocar principios en
desde legisladores ajueces, desdejuristas a sus fallos, a fin de justificar éstos, pero no
funcionarios de la Administración, desde pueden hacerlo con las políticas.
profesores de derecho a abogados, men­ Los principios jurídicos de que nos habla
cionan a los principios en sus respectivos Dworkin son siempre principios morales, y
ámbitos de trabajo, utilizándolos o refirién­ tanto pueden ser explícitos como implícitos,
dose a ellos en las tareas de producir, apli­ según se encuentren o no expresamente
car, interpretar o enseñar derecho como declarados en los textos normativos de
estándares que no son reglas y que tampoco un derecho dado. Cuando se encuentran
funcionan como éstas. Dworkin llama a esos expresamente declarados, cuando se han
estándares “principios”, término que utili­ abierto paso en los textos del derecho y en
za para designar a todos los patrones que el lenguaje de losjuristas, y, por lo mismo,
emplean los juristas, y también operadores cuando son frecuentemente citados por los
jurídicos como jueces y legisladores, que jueces, pueden ser considerados “principios
son diferentes a las reglas, aunque distingue jurídicos en sentido restringido”, simplemen­
entre “políticas” y “principios”, o, como él te porque resultan más familiares a quienes
señala, entre “directrices”, o “directrices desempeñan profesiones o cumplen funcio-
políticas”, por un lado, y “principios” por nesjurídicas, aunque no por ello agotan la
el otro. “En la mayoría de los casos -explica categoría de los principios y, por tanto, nadie
podría pensar que son los únicos principios
1,0 Lo que sigue se basa en DWORKIN, ROÑALO:
que pueden figurar con propiedad en las
Los derechos en serio, Ariel, Barcelona, 1984, y en discusiones jurídicas y en los fundamentos
Dworkin, RoNALD: El imperio de la justicia, Gedisa, que los jueces ofrecen para sus fallos. Y al
Barcelona, 1980. considerarlos principios morales, el autor

EDITORIAL JURIDICA DEOItlt 124


Cap. II. El concepto de Derecho

norteamericano repone la relación entre que devolver el dinero conseguido de esa


derecho y moral cuestionada por autores manera. Esta primera diferencia entre re­
como Austin, Kelsen y Hart, y señala que glas y principios, la cual tiene que ver con
el razonamiento jurídico no es por tanto el distinto modo de aplicación de unas y
algo distinto del razonamiento moral. En otros, puede ser ejemplificada, como alguna
cuanto hay principios en el derecho, y los vez oí comentar al profesor Ricardo Salas,
principios del derecho son principios de diciendo que la aplicación de las reglas se
carácter moral, el razonamiento jurídico produce a la manera como funciona un
es también razonamiento moral. interruptor de luz convencional: si se lo
El confesado aunque no único propósi­ mueve hacia arriba, enciende, y si se lo mueve
to de Dworkin es destacar la presencia de hacia abajo, apaga; en cambio, los principios
principios en el derecho, a fin de poder se aplicarían al modo como opera uno de
comprender éste en su integridad, y distin­ esos interruptores que proporcionan más
guir enseguida los principios de las normas o menos luz según se les gira suavemente
o reglas del derecho, para lo cual reúne y de un lado o del otro.
comenta algunos ejemplos de los primeros, Una segunda diferencia entre reglas y
luego de lo cual insiste en que los principios principios es que éstos tienen lo que Dworkin
constituyen un estándar distinto de las reglas, llama “dimensión de peso o importancia”,
puesto que al decir, por ejemplo, “Nadie de la cual carecen las reglas. Cuando dos de
puede beneficiarse de su propio dolo”, se estas últimas entran en conflicto, es preciso
enuncia una proposición muy diferente de optar por una sola de ellas, desechando la
cuando se afirma que “La velocidad máxima otra, para lo cual deberá hacerse aplicación
permitida por la ley en la autopista es de de los criterios que existen para resolver
cien kilómetros por hora”. antinomias normativas. Como indica el
Los principios se diferencian de las reglas, autor, “si se da un conflicto entre dos nor­
según Dworkin, al menos en tres aspectos. mas, una de ellas no puede ser válida. La
Primero, las reglas son aplicables a la manera decisión respecto de cuál es válida y cuál
de “todo o nada”, mientras que los princi­ debe ser abandonada o reformada debe
pios lo son al modo de “más o menos”. Esto tomarse apelando a consideraciones que
quiere decir que si los hechos que estipula trascienden las normas mismas”. En cambio,
una norma válida están dados, la norma en cuando los que se interfieren entre sí son
cuestión tiene que ser aplicada, mientras principios, quien tenga “que resolver el con­
que en caso de no ser válida, tiene que ser flicto debe tener en cuenta el peso relativo
desechada, porque nada aporta a la decisión de cada uno de ellos” y no desechar uno
del caso de que se trate. Así, por ejemplo, en nombre del otro. Esto quiere decir que
en el caso de la norma que establece que en caso de conflictos entre dos principios,
un testamento no es válido si no está fir­ no se trata de establecer cuál de los dos es
mado por tres testigos. En cambio, tratán­ válido o correcto, puesto que ambos lo son,
dose de los principios, sus consecuencias sino cuál de ellos debe prevalecer respecto
no se siguen de modo automático cuando de la determinada situación jurídica que
se dan las condiciones previstas para su se trata de decidir. Por lo mismo, los prin­
aplicación. Así, ahora, cuando decimos que cipios jurídicos nunca son contradictorios,
nadie puede beneficiarse de su propio ilícito, como sí puede ocurrir con las normas, sino
estaremos de acuerdo en que aquel que ha competitivos.
causado voluntariamente la muerte de su Y en tercer lugar, los principios tienen
causante no puede reclamar derechos en un carácter más general que las normas, en
la herencia de éste, pero no diríamos que el sentido de que se enuncian sobre la base
el que quebranta una pena de privación de términos abstractos y generales, hasta el
M.XM.Dl vi

de libertad y concurre al hipódromo antes punto de que “en ocasiones la diferencia


de ser nuevamente aprehendido, donde entre ambos es casi exclusivamente cuestión
gana una buena suma de dinero, tendría de forma”. Por lo mismo, los principios son

editorial JURIDICA de c hin


Curso de Filosofía del Derecho

menos conclusivos que las normas, puesto respuesta correcta, en lo cual no hay que
que no establecen un nexo directo entre ver una invitación a la insinceridad, sino al
un determinado antecedente y la específica trabajo bien hecho y con convicciones que
conclusión que haya de seguirse de él. deben ser debidamente justificadas.
La existencia de los principios como es­ Hay que tener presente, en todo caso,
tándares distintos de las normas repercute que los principios de que nos habla Dworkin
en el concepto de derecho y, según se dijo son desde luego aquellos que forman parte
antes, en el ejercicio de la función jurisdic­ de un derecho dado, y, asimismo, aquellos
cional, puesto que la presencia de principios, que están en el horizonte moral de éste y
tan preexistentes a los casos que los jueces que responden a una idea de justicia que
deben resolver como sucede con las normas, gira en torno a los derechos básicos de las
les permite encontrar una solución que si personas. Esto explica que los principios no
no la dan las normas, es brindada por algún se configuren como normas de aplicación
principio. Todo derecho incluye tanto normas subsidiaria, según el esquema clásico de
como principios, y ambos estándares han de los principios generales del derecho, “sino
ser tenidos en cuenta por quienes toman como el núcleo decisivo del derecho que
decisiones jurídicamente obligatorias. Por permite mantener una concepción inte­
lo demás, esa mayor complejidad o rique­ gral del mismo y dar solución adecuada
za del derecho preexistente al caso evita la a cualquier caso que presente problemas,
discrecionalidad de los jueces, puesto que tanto si éstos obedecen a una ausencia de
éstos siempre podrán encontrar respuesta disposición legal, como si obedecen a que
a los casos de que conocen y, todavía más, esa disposición no proporciona un resultado
siempre podrán encontrar la única respuesta justo a la luz de la moralidad”.1,1 Con todo,
correcta que tales casos tienen, según fue esa moralidad no es la del juez en particular
anticipado aquí al tratar el concepto de que debe resolver un caso determinado,
derecho de Hart. En una reciente crítica a sino el sistema de moralidad objetiva que
este planteamiento de Dworkin, Aulis Aar- rodea al derecho, es decir, la moral positi­
nio ha llamado la atención acerca de que va o social. Habría una suerte de filosofía
éste presupone talvez demasiadas cosas; moral y política en que descansaría cada
concretamente, presupone o incluye una ordenamiento jurídico, cuyos principios,
tesis ontológica (la única respuesta correcta descubiertos y no creados por el juez, jue­
existe), una tesis metodológica (es posible gan un papel relevante en los procesos de
detectar la única respuesta correcta), y una adjudicación junto con las disposiciones
tesis epistemológica (es posible saber con jurídicas explícitas del respectivo ordena­
seguridad que la única respuesta correcta ha miento, a las cuales desplazarían en caso de
sido encontrada). Entonces, y siguiendo en contradicción, a raíz de lo cual “la estricta
esto a Aamio, podríamos preguntamos: ¿Hay separación entre lo jurídico y lo moral a
la respuesta correcta? ¿Hay la única respues­ la hora de determinar qué cuenta como
ta correcta? ¿Podemos identificar siempre derecho vigente no resulta sostcnible”.111 112
esa única respuesta correcta? ¿Y podemos Como se sabe, Hart se hizo cargo de la crí­
saber con certeza que se trata de la única tica de Dworkin y admitió que “es un defecto
respuesta correcta? Se trata de cuatro supues­ de mi exposición el no haberme detenido
tos difíciles de asumir, aunque nada impide en los principios”, aunque, a la vez, intentó
que en el caso de los jueces deban afanarse demostrar que lo que “tenga de válido esta
en la búsqueda de una respuesta como esa,
aunque no exista, es decir, no abandonarse
precipitadamente a su discrecionalidad cada 111 Véase Prieto, Luis: “Cuatro preguntas a pro­

pósito de Dworkin”, en Revista de Ciencias Sociales,


vez que se enfrentan con un caso difícil, y,
Edeval, Valparaíso, N° 38, 1993, p. 83.
sobre todo, preocuparse de formarse una 112 Delgado Pinto, José: “Sobre la vigencia y
convicción frente a cada caso y de argumen­ validez de las normas jurídicas", en Doxa, N° 7,1990,
tar a su favor como si se tratara de la única p. 163.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 126


Cap. II. El concepto de Derecho

crítica puede ajustarse sin que esto conlleve o que son calificados como tales por sus
graves consecuencias para mi teoría en su detractores. Todavía más: algunos autores
conjunto”. Con todo, Hart reconoció que positivistas como Kelsen, Bobbio, Hart y
“el conflicto más radical entre la teoría del Ross caracterizan de distintas maneras el
Derecho expuesta en este libro y la de Dwor- positivismo jurídico, esto es, no adjudican
kin surge de mi afirmación según la cual, en a éste unas mismas tesis o puntos de vista
cualquier sistema jurídico, habrá siempre acerca del derecho. Todo lo cual permite
algunos casos que no están reglamentados afirmar que el positivismo jurídico tiene un
por la ley en los que en algún momento la problema con las palabras, con los números
decisión a favor o en contra no está dictada y con las adscripciones, según explicamos
por el Derecho y, por consiguiente, éste es en Positivismo jurídico, democracia y derechos
parcialmente indeterminado”, reiterando humanos'™ y, asimismo, en el penúltimo
que en situaciones como esas el juez debe capítulo cuarto de nuestro libro Filosofía
ejercer su “discrecionalidad” y “legislar” del Derecho)™ Con las palabras, en primer
para el caso en lugar de limitarse a aplicar termino, porque esos cuatro autores, a la
el derecho preexistente. hora de caracterizar el positivismo jurí­
Con todo, hay que cuidarse de creer que dico, hablan, en el mismo orden en que
todo el concepto de derecho de Dworkin los acabamos de individualizar, de “con­
se agota en la integración de los principios, secuencias”, “aspectos”, “significados” y
junto con las normas, como componentes “tesis centrales”. Con los números, acto
del derecho. El derecho no es para él una seguido, porque Kelsen afirma que dos
simple colección de normas y de principios. son las “consecuencias” del positivismo
Expresamente declara que “al rechazar la jurídico, Bobbio que los “aspectos” del
idea de que el derecho es un sistema de positivismo jurídico son tres, Hart que los
normas, no era mi intención reemplazar “significados” del positivismo jurídico son
esa idea por la teoría de que el derecho cinco, y Ross que las “tesis centrales” del
es un sistema de normas y principios”.113 positivismo jurídico son seis. Y un problema
O, de otra manera, “el derecho no queda con las adscripciones, puesto que Kelsen
agotado por ningún catálogo de reglas o adhiere a las dos consecuencias que se­
de principios -y ni siquiera de reglas y de gún el trac consigo el positivismo jurídico,
principios-, cada uno con su propio dominio Bobbio a uno y quizás a dos de los aspectos
sobre algún discreto teatro de conducta. Y que indica para él, Hart a dos de los cinco
tampoco queda agotado por un grupo de significados que establece, y Ross también
funcionarios y sus poderes sobre una parte a dos de las seis tesis que identifica.
de nuestras vidas”.114 115 116 Por lo mismo, de qué es Ese cuadro, aún sin explicar en qué con­
el derecho para Dworkin vamos a ocupamos siste cada una de las consecuencias, aspectos,
poco más adelante, puesto que el otro aspecto significados y tesis que esos autores señalan
resaltante de su doctrina, además de la ya como propias del positivismo jurídico, parece
explicada rehabilitación de los principios, suficiente para mostrar la dificultad de una
es la crítica que lleva a cabo del positivismo doctrina -el positivismo jurídico- altamente
jurídico, en la versión que esta doctrina tuvo compleja, y todo eso sin aludir a las nuevas
en el caso de Herbert Hart. y más actuales versiones que han aparecido
Dworkin sabe que el positivismo es una de él, tales como “positivismo incluyente”,
doctrina compleja, puesto que son varias “positivismo excluyeme”, “positivismo fuerte”,
las tesis que se le adjudican y no todas “positivismo suave”, “positivismo normativo”,
ellas son aceptadas por todos los autores etc., todas las cuales parecen fraccionar
que se consideran a sí mismos positivistas indefinidamente una doctrina que como
resultado de sus muchas versiones no se
1,5 DWORKIN, RONALD: El imperio de Za justicia,
ob. cit.» p. 289. 115 Ibíd.
114 Ibíd. 116 Ibíd.

127 tDiTOiUAL JURIDICA nf cííilí:


$5
Curso de Filosofía del Derecho

sabe si pereció ya o si, por el contrario, Si volvemos a la cuestión del concepto de


goza como nunca de buena salud. derecho, lo que podríamos decir en el caso
Para Dworkin las principales claves del de Dworkin es que, para él, el derecho no es
positivismo jurídico de Hart, o sea, la ar­ algo ya hecho, terminado, un simple depósito
mazón o esqueleto del positivismo que él o catálogo de normas y principios, sino algo
combate, son las siguientes: a) la tesis de que va haciéndose en la práctica jurídica de
que el derecho es un conjunto de normas la comunidad -en la que intervienen legisla­
usadas por la comunidad con el propósito dores, jueces, funcionarios y ciudadanos-, y
de determinar qué comportamiento sera que busca su forma más pura tanto dentro
castigado o sometido a coerción por los como más allá del derecho presente (vigente)
poderes públicos, normas que pueden ser que pueda tenerse en un momento dado.
identiíicadas y distinguidas mediante cri­ De allí entonces que cada juez, al momen­
terios o pruebas que se relacionan no con to de adoptar sus decisiones, esto es, cada
su contenido, sino con su pedigree u origen; vez que falla un caso y establece lo que es
b) la tesis de que el conjunto de tales normas derecho, no debe tomar un camino propio,
agota el concepto de derecho, de modo que sino verse a sí mismo como un eslabón en
si alguna de ellas no cubre claramente un la compleja cadena de una empresa en que
caso, éste no se podra resolver aplicando la todas aquellas innumerables sentencias, deci­
ley, sino por medio de la discreción del juez siones, estructuras, convenciones y prácticas
que lo conoce; y c) la tesis de que afirmar forman una historia previa que no debe ser
que alguien tiene una obligaciónjurídica, o desatendida. El deber de un juez, en suma,
bien un derecho, encuentra su fundamento es interpretar la historia que encuentra y no
en una norma jurídica que impone tal obli­ inventarse una historia propia.
gación o reconoce ese derecho. De allí que Dworkin no preste demasia­
Pues bien: Dworkin combate la primera da atención a la cienciajurídica tal y como
de esas tesis con su apelación a la existencia la hemos presentado en este libro -como
en todo derecho de principios, los cuales, identificación y descripción de un conjunto
como tuvimos ocasión de explicar, son un de normas y otros estándares que forman
tipo de estándar distinto de las normas ju­ parte de un derecho dado- y que postule
rídicas; refuta la segunda diciendo que en que la práctica jurídica es un ejercicio de
presencia de lagunas y otros casos difíciles la interpretación en el que el problema prin­
situación de que se trate no puede quedar cipal será siempre el del sentido que deba
librada a la discreción del juez, puesto que darse a la ley, en el significado amplio de
si no hay una norma que los regule, siempre esta última palabra, esto es, como sinónimo
habrá a lo menos un principio -explícito o de legislación o de derecho legislado. Por
no, jurídico en sentido restringido o extra­ tanto, además de interpretar el derecho,
jurídico (moral)- que permita resolverlos, de ofrecer una interpretación de éste, hay
de manera que el juez tiene que aplicar el que ocuparse de reflexionar acerca de la
principio del caso y no creer que en tales interpretación misma, o sea, de la actividad
hipótesis puede fallar sin sujeción a ningún interpretativa, lo cual conduce a ofrecer una
estándar que no sea su propio criterio; y teoría de la interpretación jurídica, para
rechaza la tercera afirmando que no to­ cuya construcción los juristas, abogados y
das las obligaciones jurídicas ni todos los teóricos del derecho harían bien en no se­
derechos de que un individuo pueda ser guir tratando a la interpretación jurídica
titular tienen su respaldo en una norma como una actividad sui géneris, sino, por
del respectivo ordenamiento.117 el contrario, abrirse a una explicación más
global acerca de qué es la interpretación en
1,7
general, observando y aprendiendo cómo
Véase Squella, Agustín: “El positivismo ju­
rídico en pie luego de la crítica de Dworkin”, en
ésta opera en otros campos, por ejemplo,
Revista de Ciencias Sociales, Edeval, Valparaíso, N° 38, en la literatura. Y si algo puede aprender la
1993, pp. 551 y ss. interpretación jurídica de la interpretación

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 128


Cap. II. El concepto de Derecho

literaria -además de exigencias de unidad, Un punto que hace Dworkin, conveniente


identidad y coherencia— es que mucho más de tener en cuenta, es su distinción entre
importante que descubrir el sentido de una concepto y concepción. El concepto de algo
palabra o de una frase (del artículo de una se reduce a proposiciones más generales y
Constitución, por ejemplo, o de un código) abstractas, y equivaldría al tronco de un árbol,
es atrapar el significado de la obra como un mientras que las concepciones serían propo­
todo. Entonces, si la interpretación de un siciones que, asumiendo el concepto del caso,
texto literario “pretende mostrar la obra disienten luego acerca de los matices, refina­
como la mejor obra de arte que puede ser” mientos o subinterpretaciones más concretas
-según propias palabras de Dworkin-, la acerca de ese algo, y equivaldrían entonces
interpretación de un texto jurídico pretende a las ramas del árbol. Así, por ejemplo, la
mostrar también la mejor de sus versiones. Si cortesía es una práctica que tiene que ver
“lo que la interpretación de un texto litera­ con el respeto y, por tanto, todos estaríamos
rio busca es mostrar que la lectura -o voz o de acuerdo en dar de ella un concepto que
dirección o actuación- es capaz de revelamos la presente como una cuestión de respeto.
el texto como una verdadera obra de arte”, Sin embargo, las personas podrían disentir
algo similar es también válido en el caso de en la extensión o condiciones del respeto y
la interpretación de textos jurídicos.118 decir, algunas de ellas, que se debe mostrar
Más allá de lo que pueden aprender respeto a los individuos de cierto rango sólo
una de otra la interpretación jurídica y la por ostentar una determinada dignidad o
literaria, vale la pena aludir, aunque sea cargo, mientras que otras podrían sostener
brevemente, a los planteamientos de Mar- que cada persona en particular, indepen­
tha Nussbaum sobre cómo jueces que leen dientemente de su rango, debe ganarse el
habitualmente textos literarios, lo mismo respeto de los demás.
que gobernantes y legisladores, pueden De esta manera, el tronco, o sea, el
desarrollar una sensibilidad más adecuada concepto de cortesía, daría cuenta del
a la hora de adoptar políticas públicas y to­ lazo indiscutible entre ésta y el respeto,
mar decisiones normativas. En su trabajo de y constituye una buena base a partir de la
investigación como estudiante de derecho cual se podrían establecer las ramas, esto
ya próximo a egresar, y que se publicará en es, las concepciones de la práctica que lla­
2012 en la Revista de. Ciencias Sociales de la mamos “cortesía”. Dicho con palabras del
Facultad de. Ciencias Jurídicas y Sociales de la propio Dworkin, “el respeto proporciona
Universidad de Valparaíso, Carlos Navia, bajo el concepto de cortesía y las distintas po­
el título “Emociones, derecho y literatura”, siciones sobre lo que el respeto requiere
destaca que “si se exige a los jueces que en la realidad son concepciones de dicho
juzguen a una persona que cometió una concepto”, de manera que “el contraste
conducta prevista y, por tanto, esperable entre concepto y concepciones es aquí un
de un ser humano, no quitándole tal digni­ contraste entre niveles de abstracción en los
dad, y si la literatura amplía los límites de que puede ser estudiada la interpretación
la comprensión del ser humano, bien po­ de dicha práctica. En el primer nivel, el
dríamos sostener la conveniencia de incluir acuerdo se concentra alrededor de ideas
a esta disciplina dentro de los programas discretas utilizadas indiscutiblemente en
de enseñanza de Derecho y en el plan de todas las interpretaciones; en el segundo,
formación de los jueces, habida considera­ se identifica y asume la controversia latente
ción de la información que ofrece respecto en esta abstracción”.119
de las emociones y del vínculo entre éstas Si trasladáramos ahora ese par de ca­
y el Derecho”. tegorías al derecho, podríamos decir que
TIA Di

un concepto de derecho expresa las pro-


118 DWORKIN, Ronald: “Como el derecho se pa­

rece a la literatura”, en La decisión judicial. El debate 119 Dworkin, Ronald: El imperio de la justicia,

Hart-Dworkin. ob. cit., pp. 143 y ss. ob. cit, p. 61.

129 ¿en tonal JURIDICA decihu


Curso de Filosofía del Derecho

posiciones más abstractas y generales que sin que estos últimos -y de ahí la imagen
comparten quienes utilizan corrientemen­ de los eslabones— signifiquen una ruptu­
te la palabra “derecho” y forman parte de ra con los que les han precedido. Como
una comunidad de discurso acerca de ese y escribe Dworkin, los filósofos del derecho
otros términos jurídicos -digamos filósofos “son novelistas en cadena con epopeyas en
y teóricos del derecho, juristas dogmáticos, la mente, que imaginan que el trabajo se
abogados, legisladores yjueces-, mientras despliega a través de volúmenes que pue­
que las concepciones del derecho expre­ den tardar generaciones en ser escritos. En
sarían proposiciones menos abstractas y ese sentido, cada uno de sus sueños ya está
generales que introducirían especificaciones latente en el derecho actual; cada sueño
en el marco del concepto ya compartido. podría ser el futuro del derecho. Pero los
Este mismo esquema podría explicar que sueños son competitivos, las visiones son
bajo un mismo concepto de derecho pudie­ distintas y deben efectuarse elecciones: las
ran coexistir varias concepciones áe éste. Por grandes elecciones por los hombres de Es­
otra parte, y por continuar utilizando la tado en altos cargos judiciales y legislativos,
terminología de Dworkin, existen de he­ las elecciones menos importantes por aque­
cho múltiples concepciones áe\ derecho, cada llos cuyas decisiones son más inmediatas y
una de las cuales, aunque se presenten a circunscritas”.120
veces como conceptos de éste, se esmeran ¿Positivista Dworkin? No desde luego en
por puntualizar las especificaciones que el sentido de Hart. ¿Iusnaturalista? Tam­
acerca del objeto estudiado la caracterizan poco, puesto que no afirma la existencia
y diferencian de las demás. Aunque la pre­ de un derecho natural. ¿Neoiusnaturalista,
gunta es la siguiente: ¿pueden ser siempre como propone Calsamiglia en su prólogo a
reconducidas las diferentes concepciones a la edición castellana de Los derechos en serio,
un mismo concepto, o, si se prefiere, pue­ basándose para ello en que las piezas del
de decirse que todas ellas se construyen a derecho que Dworkin llama “principios”
partir de un mismo concepto? Y si así fuera, son específicamente morales? ¿Un contri­
¿cuál es el concepto de derecho que ellas buyente importante a la disolución de la
comparten, cuál es el tronco del que las controversia entre positivismo y iusnatura-
distintas concepciones son ramas, cuáles son lismo, como creyó Carlos Niño?121 ¿Autor
las proposiciones más abstractas y generales de algo así como una tercera vía entre po­
que compartirían todos quienes enuncian sitivismo y iusnaturalismo, según propone
diferentes concepciones del derecho? también Calsamiglia? ¿O un no positivista
Finalmente, lo que Dworkin diría es que, que afirma la relación entre derecho y moral
a nivel de un concepto (¿o acaso de una y hasta una congruencia axiológica entre
concepción?), el derecho es una práctica uno y otra, y, a la vez, un positivista suave
social de tipo interpretativo que tiene tan­ que reconoce que ni el derecho es siempre
to que enseñar como aprender de otras moralmente bueno ni que lo moralmente
actividades interpretativas -por ejemplo, bueno constituye siempre derecho, aunque
de la literatura-, y que si bien supone un con la consecuencia de que en la primera
oN AH - • j.lí l J<l N.'l vi MnlííJ 1 ¡ICJ VklíjJ

cierto conjunto de reglas y de principios, de esas hipótesis el derecho debe ceder


así como de poderes y funcionarios estata­ ante exigencias morales de la justicia que
les, no puede sin embargo agotarse en un en alguna medida lo constituyen y que el
catálogo de tales estándares, puesto que intérprete, especialmente los jueces, tiene el
el derecho nunca está terminado y listo deber de establecer como un dato objetivo
para sus futuras aplicaciones, sino que se
va haciendo en el curso de éstas, las cuales,
120 Ibíd., p. 287.
junto con cumplir con el pasado (con los 121 Véase Niño, CARLOS: “Dworkin y la disolución
eslabones que ya existen de la cadena) debe de la controversia positivismo v/s iusnaturalismo”, en
apuntar cada vez a resultados mejores (los Revista de Ciencias Sociales, Edeval, Valparaíso, N° 38,
eslabones próximos de la cadena), pero 1993, pp. 495 y ss.

EDITORIAI JURIDICA Di CHILE 130


Cap. II. El concepto de Derecho

y no meramente expresar como producto esos ordenamientos proporcionan a los casos


de su discrccionalidad? jurídicamente relevantes de la vida social.
Una típica pregunta de este primer nivel
es “¿Cuál es el derecho civil vigente aquí y
7. El concepto de derecho ahora?”. El segundo de los niveles -de la
DE ROBERT ALEXY filosofía del derecho- trata de responder
preguntas que surgen en el ámbito de la
Robert Alexy (1945), el último de los autores ciencia del derecho y que ésta no responde,
cuyo concepto de derecho analizaremos como sería el caso de “¿Qué tipo de entidad
aquí, nos provee de un concepto bastante es el derecho?”. Por último, el tercer nivel
en línea con el de Dworkin, aunque el fi­ —de la metafilosofía del derecho— opera
lósofo alemán no descuida elementos que con preguntas acerca del segundo nivel,
provienen de la tradición positivista de au­ como por ejemplo “¿Qué es la filosofía del
tores como Ihering, Austin, Kelscn y Hart derecho y cuál es su objeto?”.
-por ejemplo, la coerción del derecho-, Cuando la filosofía del derecho pregunta
sin peijuicio de que añada un elemento por el derecho puede hacerlo de distintas
completamente ajeno a dicha tradición, manera. Puede preguntar, por ejemplo,
a saber, la pretcnsión de corrección que, ¿cuál es la naturaleza del derecho? o bien
según el, constituye la dimensión ideal del sustituir esa pregunta, como hace el pro­
derecho. Alexy, como es sabido, se califica pio Alexy, por ¿cuáles son las propiedades
a sí mismo de “no-positivista”.122 necesarias del derecho?, es decir, aquellas
Alexy, lo mismo que Dworkin, admite sin las cuales el derecho no sería derecho.
que el debate sobre el concepto de dere­ Y agrega: “las propiedades necesarias o
cho es algo importante. Algo “importante esenciales son, al misino tiempo, carac­
y vivido”, según señala, agregando que ese terísticas universales del derecho”, y “la
debate “se remonta en el tiempo a hace más filosofía del derecho, en tanto indagación
de dos milenios y ha adquirido en nuestros acerca de la naturaleza del derecho, es,
días un grado de sofisticación hasta ahora por lo tanto, una empresa de naturaleza
desconocido”. Indica, asimismo, que definir universalista”.
el derecho tiene tanto una importancia Considera Alexy que en el debate sobre
teórica como práctica, puesto que sin un el concepto de derecho es posible distinguir
concepto de derecho (cuestión teórica) dos enfoques: el clásico y el no clásico. El
no podríamos determinar de manera clara enfoque clásico parte del supuesto de que
qué rige como derecho en un lugar y tiem­ todo derecho tiene algo en común, o, mejor,
po dados ni qué dispone un determinado que todos los derechos u ordenamientos
derecho vigente frente a un caso concreto jurídicos tienen algo en común, y es ese algo
cualquiera (cuestión práctica). compartido lo que justifica referirse a ellos
Vale la pena destacar, ante todo, que Alexy como “derecho”. Por su lado, el enfoque
identifica tres niveles de reflexión sobre el no clásico niega el supuesto de que todo
derecho. El primero -de la ciencia del dere­ derecho tenga algo en común, de manera
cho- trata de cada ordenamiento jurídico que lo que hoy llamamos “derecho” po­
particular dotado de realidad y vigencia dría convertirse, a largo plazo, por obra
histórica, y de las soluciones normativas que del paso del tiempo, en algo totalmente
distinto. Alexy7 adopta el enfoque clásico y
122 En lo que sigue nos atendremos a las siguientes sostiene que “hay algunas propiedades ne­
obras de Alexy, Robert: Teoría de los derechos funda­ cesarias para constituir un sistema jurídico
mentales, Centro de Estudios Constitucionales, Ma­ o derecho”, es decir, que existen algunos
drid, 1993; El concepto y la validez del derecho, Gedisa, universalia iuris, o, si se prefiere, “algunos
Barcelona, 1994; La institucionalizarían del derecho,
Gomares, Granada. 2005; Teoría de la argumentación rasgos universales propios del derecho”.
jurídica, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, Esto quiere decir, siempre en palabras de
2009; y El concepto y la naturaleza del derecho, ob. cit. Alexy, que “existe un conjunto de rasgos

131 EDÍTOÍUAL JURIDICA mCHILt


Curso de Filosofía del Derecho

distintivos que todo sistema jurídico y todo participantes para obedecer el derecho”,
derecho deben poseer, con independencia una tesis de la que, según Alexy, Ihering
del espacio y del tiempo, para ser un sistema habría estado bastante cerca al considerar
jurídico o derecho”. que una norma jurídica que no se puede
Si tuviéramos que valernos de un enun­ hacer cumplir mediante sanciones coactivas
ciado que articule los rasgos distintivos del debe considerarse como “una contradicción
derecho, podríamos decir que éste, para en sí misma, un fuego que no quema, una
Alexy, es una realidad compleja, compues­ luz que no brilla”. Pero Alexy tampoco ads­
ta de reglas y de principios, de carácter cribe a la tesis opuesta -la de la “extrema
coercible, que dispone de procedimientos falta de coerción”-, que sostiene que “algo
institucionalizados paia su producción y apli­ puede ser un sistema jurídico a pesar de que
cación, que cuenta además con asentimiento no incluya ninguna norma que pueda ser
o aceptación, y que eleva una pretensión aplicada coactivamente por los funciona­
de corrección. rios del Estado, por los particulares o por
Un enunciado como ese permite distin­ los Estados en defensa de sus derechos, de
guir la dimensión real o fáctica del derecho y tal manera que la coerción no puede ser
la dimensión ideal o crítica de éste, la primera nunca una motivación para ningún partici­
representada por la fuerza o coerción, la pante en el sistema jurídico para obedecer
institucionalización de los procedimientos el derecho”. Lo que el filósofo alemán del
de creación y aplicación, y el asentimiento derecho sostiene, a fin de cuentas, es que
o aceptación real del mismo, y la segunda “incluir la coerción dentro del concepto de
por la pretensión de corrección. Con todo, derecho es adecuado a su objeto, el dere­
Alexy considera que hay solo “dos propie­ cho, porque refleja una necesidad práctica
dades esenciales para el derecho”, a saber, conectada esencialmente con el derecho”,
“la coerción, de un lado, y la corrección o y ello porque “la coerción es necesaria si el
rectitud, del otro”, aunque es consciente de derecho pretende ser una práctica social
que se trata de “un asunto bien discutido si que satisface sus propósitos formales básicos
la coerción y la corrección están vinculadas definidos por los valores de la certeza jurí­
necesariamente con el derecho”. De allí dica y la eficacia”. En esta misma dirección,
entonces que el propio autor considere podría agregarse que señalar la coercibilidad
que el derecho tiene “una naturaleza dual”, como característica universal del derecho,
puesto que su tesis presupone que existen esto es, presente en todo derecho, quiere
propiedades necesarias del derecho que decir algo más que el derecho reaccione con
pertenecen a su “dimensión fáctica” (como sanciones -todos los órdenes normativos lo
lo coerción), mientras que la pretensión hacen y no únicamente el derecho-, sino
de corrección es constitutiva de lo que él que tales sanciones pueden ser impuestas
llama “dimensión ideal”. en uso de la fuerza. Afirmar en tal carác­
Admitir que la coerción está vinculada ter la coercibilidad del derecho tampoco
necesariamente con el derecho parece, de significa sostener que todas y cada una de
las dos anteriores, la propiedad más fácil las normas y otros estándares que forman
de explicar y de aceptar, puesto que difí­ parte de un ordenamiento jurídico sean
cilmente podría encontrarse a alguien que susceptibles de aplicación coactiva, sino
rotulara como derecho a un orden que en que el ordenamiento en su conjunto lo es,
ningún caso autorizara el uso de la fuerza como tampoco significa creer que el temor a
en caso de violación de sus reglas. Con todo, sufrir sanciones de tipo coactivo sea el único
Alexy no suscribe la tesis de la “coerción motivo que los sujetos normativos tienen
extrema”, que “mantiene que todas las para cumplir u obedecer el derecho.
normas de cualquier sistema jurídico son Para entender ahora lo que Alexy lla­
normas susceptibles de hacerse cumplir ma “pretensión de corrección” conviene
por medio de sanciones y que la coerción echar mano de un breve texto, “Cinco mi­
es la única motivación que tienen todos los nutos de filosofía del derecho”, de Gustav

EDITORIAL JURIDICA DE C11ÍÍE 132


Cap. II. El concepto de Derecho

Radbruch,123 autor al que Alexy alude de na”, expresión esta última con la que se
manera expresa a propósito de la dimensión refiere a una “validez para todos los seres
ideal del derecho. Radbruch sostiene en humanos con independencia del tiempo y el
ese trabajo que “el Derecho es voluntad de espacio”, de manera que “normasjurídicas
justicia”, de manera que “cuando las leyes debidamente promulgadas y social mente
desconocen conscientemente la voluntad de eficaces que son incompatibles con el nú­
justicia concediendo o faltando, por ejemplo, cleo de los derechos humanos básicos son
arbitrariamente a los derechos humanos de extremadamente injustas y, por tanto, no
cada ser, falta entonces a estas leyes la validez, son derecho”.
no les debe el pueblo ninguna obediencia En consecuencia, un ordenamiento
y deben, también los juristas, encontrar el jurídico, lo mismo que las normas que lo
valor para negarles el carácter jurídico”. componen, deben tener no corrección, sino
Radbruch admite que malas leyes pueden “pretensión de corrección”, y, por lo tan­
ser reconocidas como tales en nombre de to, en palabras de Alexy, “no puede existir
la seguridad jurídica, pero “puede haber derecho sin pretcnsión de corrección”, la
leyes con tal grado de injusticia y peijuicio cual no puede ser sustituida por la “pre­
común, que debe negárseles la validez, más tcnsión de poder” que tiene también todo
aún, su carácter jurídico”. Y en otra cita derecho -representada esta última por la
de Radbruch, ahora del propio Alexy, “el coerción- e implica incluso “una necesidad
derecho positivo, asegurado por medio de práctica que es más fuerte que la necesidad
la legislación y el poder, tiene precedencia de coerción”.
incluso cuando su contenido es injusto y Por último, el argumento de la correc­
fracasa en su intento por beneficiar a la ción es, según Alexy, “un argumento con­
gente, a menos que el conflicto entre la ley ceptual a favor de una conexión necesaria
y la justicia alcance un grado intolerable entre el derecho y la moral”. Sin embargo
de tal manera que la ley, en tanto “dere­ -agrega-, “la conexión que deriva de la
cho defectuoso”, tenga que ceder ante la pretensión de corrección es, a pesar de su
justicia”. necesidad conceptual, una conexión débil”.
Alexy destaca el hecho de que la fórmula Se trata sólo de “una conexión calificadora
de Radbruch no exija una correspondencia y no clasificatoria”, distinción que el autor
perfecta entre el derecho yjusticia. “De esta explica en los siguientes términos: “se de­
manera -escribe el primero de ellos-, las fiende una conexión clasificatoria cuando
normas que han sido expedidas apropia­ se sostiene que las normas o los sistemas
damente y que son socialmente eficaces de normas que no cumplan con un criterio
bien pueden ser derecho válido, incluso si moral particular no se consideran cono
se demuestra que son severamente injustas. normas jurídicas o sistemasjurídicos”. Pero
Es sólo cuando se traspasa el umbral de la una conexión calificadora exige mucho
injusticia intolerable cuando las normas, que menos. Así, se defiende una conexión de
han sido expedidas de manera apropiada este segundo tipo “cuando se sostiene que
y que son socialmente eficaces, pierden las normas o los sistemas de normas que no
su validez”. En otras palabras, “la injusti­ cumplan con un particular criterio moral
cia extrema no es derecho”, y el criterio pueden, sin embargo, considerarse como
para decidir sobre la materia es si lo que normas jurídicas o sistemasjurídicos, aun­
es derecho o pretende serlo viola o no los que como normas jurídicas defectuosas o
derechos fundamentales de las personas. sistemas jurídicamente defectuosos”. Por
Para Alexy existe un “núcleo de derechos lo mismo, y en principio, Alexy7 defiende la
humanos básicos que poseen validez eter­ pretensión de corrección como conexión
calificadora, salvo el caso de la extrema
125RADBRUCH, GUSTAV: “Cinco minutos de filosofía
injusticia, frente a la cual dicha pretensión
del derecho”, en Revista de Ciencias Sociales, Edeval, pasa a ser clasificadora. Por ello es que afir­
Valparaíso, N° 20, pp. 627-629. ma que “los defectos morales socavan la

133 EDITORIAL JURÍDICA Di: CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

validez jurídica si y sólo si se traspasa el procedimiento de la aplicación del derecho


umbral de la injusticia extrema. Por debajo y/o tiene que apoyarse a fin de satisfacer
de ese umbral, los efectos de los defectos la pretensión de corrección”.
morales se confinan a atribuir al derecho Cabe señalar también que para Robert
un carácter defectuoso”. Y concluye de la Alexy la discusión sobre los derechos huma­
siguiente manera: “Esta es la versión del no nos-que bien pueden ser considerados un
positivismo que se defenderá aquí’. tercer estándar del derecho, distinto tanto
Diríamos ya, para concluir, que si para de las reglas como de los principios- ha
Alexy el derecho es un sistema de normas, adquirido un nuevo carácter a raíz de la
es preciso tener en cuenta que él distingue, positivación de los derechos, tanto a nivel
al interior de las normas, entre reglas y prin­ de los ordenamiento nacionales como del
cipios, dos tipos diferentes de estándares derecho internacional, y de ahí la importan­
del derecho, según tuvimos oportunidad de cia de desarrollar lo que el autor denomina
explicar a propósito de las ideas de Dworkin. “una dogmática de los derechos humanos”
Para Alexy los principios son “mandatos de que fije su atención en aquellos que son
optimización”, puesto que ordenan que se declarados o reconocidos en las Constitucio­
realice algo en la mayor medida posible, de nes y otras leyes de los Estados, en pactos y
donde se sigue que pueden ser cumplidos tratados internacionales, en la jurisprudencia
en diversos giados y que en caso de conflicto constitucional de los Estados, y en la juris­
entre principios lo que se impone es un prudencia de tribunales internacionales.
ejercicio no de descarte, como en el caso Pero si en todo ordenamiento jurídico es
de conflictos de reglas, sino de pondera­ posible hallar tanto reglas como principios,
ción, y de ponderación no en abstracto, ¿a cuál de esos estándares pertenecen los
sino referida al caso concreto de que se enunciados que en tales ordenamientos con­
trate. Un ejercicio de ponderación que en fieren derechos fundamentales? ¿Son esos
cada caso concreto en el que tenga lugar enunciados reglas? ¿Son principios? Alexy
inclinará la balanza a favor de alguno de considera que ni el modelo puro de las reglas
los principios enjuego, pero que no afec­ ni el de los principios resultan suficientes
tará la simultánea presencia y vigencia de para dar cuenta de las disposiciones que
éstos en el ordenamiento jurídico que los establecen derechos fundamentales, lo cual
consagre ya sea explícita o implícitamente. deja abierta la puerta paia consideiar a éstos
Un principio que compite con otro en un como un tercer estándar del derecho.
caso dado puede, por tanto, ser desechado Pero están también los valores -aquellos
para ese caso, lo cual no obsta a que en una que algunos ordenamientos jurídicos (el
situación futura pueda recibir aplicación español, por ejemplo) llaman “valores supe­
como resultado de un nuevo ejercicio de riores” del ordenamiento jurídico, o aquellos
ponderación. que declara también un texto como la Carta
La conclusión del propio Alexy sobre el de la Unión Europea, y cabe preguntarse
concepto de derecho es ésta: “El derecho también qué son ellos y si constituyen a su
es un sistema de normas que (1) formula vez un estándar distinto de las reglas, de los
una pretensión de corrección, (2) consiste principios y de los derechos Ríndamentales.
en la totalidad de las normas que pertene­ Sabido es que Alexy considera que reglas y
cen a una Constitución en general eficaz principios son “conceptos deontológicos”,
y no son extremadamente injustas, como puesto que pueden ser referidos a la idea de
así también en la totalidad de las normas deber ser, mientras que los valores son un
promulgadas de acuerdo con esta Consti­ “concepto axiológico”, porque tienen que
tución y que poseen un mínimo de eficacia ver con lo bueno. Otra peculiaridad de los
social o de probabilidad de eficacia y no valores consistiría en que si los principios
son extremadamente injustas, y al que (3) son más vagos y generales que las reglas, los
pertenecen los principios y los otros argu­ valores lo son aun más que los principios.
mentos normativos en los que se apoya el Pero, siempre según Alexy, principios y va­

EDITOK1AL JURIDICA DE CHILE 134


Cap. II. El concepto de Derecho

lores están estrechamente vinculados entre propiamente, en el contexto de un derecho


sí en un doble sentido: por una parte, de la válido cualquiera. Razonar jurídicamente
misma manera que puede hablarse de una consiste en establecer premisas fácticas (los
colisión de principios y de una ponderación hechos del caso) y normativas (las normas
de principios, puede también hablarse de del caso), de manera que de ellas puedan
una colisión de valores y de una pondera­ inferirse determinadas conclusiones, lo cual
ción de valores; por otra, el cumplimiento es especialmente visible en el ejercicio de
gradual de los principios tiene su equiva­ la función jurisdiccional por parte de los
lente en la realización también gradual de jueces.
los valores. Las decisiones normativas de legislado­
Lo que pretendemos señalar es que los res, jueces y funcionarios administrativos
planteamientos de Alexy, junto con reforzar deben ser justificadas, o sea, han de hallarse
la variedad de estándares en el derecho fundadas en el respectivo ordenamiento
-reglas y principios y, además, distintos tipos jurídico, y esta exigencia se cumple por
de reglas y diferentes clases de principios-, medio del razonamiento que cada una de
dan pie para incrementar dichos estándares esas autoridades lleva a cabo a propósito
con los derechos fundamentales e, incluso, de las decisiones que adopta, los cual es
con los valores superiores. Si eso es así, el particularmente claro, reiteramos, en el caso
derecho se nos vuelve progresivamente más de los jueces y los fallos que dictan. Pero
complejo en cuanto a estándares, piezas o los abogados, en los escritos que presen­
componentes, y nuestro concepto acerca tan así como en las alegaciones y defensas
de él no puede permanecer fijo e inmuta­ que hacen ante tribunales y organismos
ble, sino que tiene que ir ajustándose a los de la Administración, razonan a favor de
cambios que experimenta el objeto al cual las pretensiones jurídicas que plantean y
ese concepto se refiere. de los intereses que defienden, mientras
A Robert Alexy, lo mismo que en el ám­ que losjuristas, en las lecciones orales que
bito hispanoamericano a Manuel Atienza, imparten y en los libros de que son autores,
debemos haber realzado la dimensión ar­ razonan también jurídicamente. En alguno
gumentativa del derecho, a la cual vamos a de esos casos, el razonamiento es de carácter
referimos en la parte final de este capítulo. práctico (legisladores,jueces,funcionarios),
El derecho no es argumentación, pero pue­ porque lo que hace es justificar una decisión,
de ser visto como tal. Advertir y relevar la mientras que en otros tiene carácter teórico
dimensión argumentativa del derecho, por (caso de losjuristas), puesto que tratándo­
lo mismo, no produce un nuevo concepto se de estos últimos el razonamiento no se
de derecho, pero obliga a considerarla al orienta a tomar decisiones normativas, sino
momento de enunciar ese concepto. Algo a aumentar y a difundir el conocimiento
similar ocurre con la dimensión interpretativa que se tiene del derecho. Por otra parte,
del derecho, exhaustivamente desarrollada es evidente que el razonamiento teórico
por la teoría jurídica antes de haberlo hecho de losjuristas influye en el de tipo práctico
con su aspecto argumentativo. El derecho que llevan a cabo legisladores y jueces, y
es interpretable, como puso de manifiesto que, por su lado, el razonamiento práctico
la doctrina hace ya tiempo, y el derecho es de estos últimos, en cuanto forma lo que
también argumentable, como destaca desde se llama “jurisprudencia” (jurisprudencia
hace algunas décadas la teoría jurídica de de los tribunales y no como sinónimo de
nuestro tiempo, pero ninguna de esas dos ciencia del derecho ni de filosofía del de­
dimensiones es suficiente para completar un recho) , constituye una referencia e insumo
concepto de derecho, simplemente porque relevantes para el razonamiento teórico de
éste no es sólo algo que se interpreta y en losjuristas.
cuyo contexto se razona y argumenta. Razón amiento jurídico teórico con efec­
Razonar jurídicamente -propone Alexy- tos prácticos y razonamiento jurídico prác­
es hacerlo en contextos de derecho y, más tico con consecuencias teóricas, aunque sin

135 fCMTDRlM. fURIDíCA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

que uno y otro pierdan por ello su carácter vez, preguntarse acerca del derecho en esas
propio. Por eso es que cuando Alexy afirma tres direcciones equivale según el autor a
que “el discurso jurídico es un caso especial inquirir por la naturaleza del derecho. De
de discurso práctico general”, parece estar este modo, la filosofía del derecho de Alexy
refiriéndose al razonamiento jurídico que es razonamiento sobre la naturaleza del
conduce a decisiones normativas, como es el derecho, y lo que busca establecer respecto
caso del que realizan jueces y legisladores, y de éste no son propiedades importantes o
no al que llevan a cabo los juristas, aunque, interesantes, sino propiedades necesarias,
según creemos, para el autor alemán la ar­ esenciales, como es el caso de la fuerza o
gumentación dogmática del derecho tiene coerción, por una parte, y la corrección o
una relación directa con la argumentación rectitud, por la otra. Por lo mismo, todo
práctica o es incluso una modalidad de ésta, derecho es coercible, y todo derecho, asi­
según puede inferirse de la comprensión mismo, eleva una pretensión de corrección
que él tiene de la dogmática jurídica y de hasta el punto de que la falta de algunas
las funciones que le atribuye, todo lo cual de estas propiedades impide considerar a
puede ser estudiado en la ya citada obra de algo como derecho.
Alexy, Teoría de la argumentación jurídica, sin En esa línea de argumentación, Alexy
peijuicio de que aquí deba destacarse lo si­ califica su doctrina de “no positivismo”.
guiente: para este autor la dogmática realiza No positivismo que no tiene su base en la
tres actividades fuertemente relacionadas, a afirmación de la existencia de un derecho
saber, descripción del derecho vigente, análisis natural, sino en “la tesis -escribe Alexy- de
sistemático y conceptualización del mismo, y que la propiedad singular más esencial del
elaboración de propuestas para la solución derecho es su naturaleza dual”, la cual “pre­
de casos jurídicos problemáticos, las cuales supone que existen propiedades necesarias
alcanzarán distintos énfasis según sean los del derecho que pertenecen a su dimensión
intereses de cada dogmático del derecho. fáctica o real, así como propiedades necesa­
En síntesis, si hay un discurso práctico rias que pertenecen a su dimensión ideal o
de carácter racional, que lo que nos dice es crítica. La coerción es una propiedad esencial
qué debemos preferir, hacer o decidir—y de que se encuentra en la dimensión fáctica,
ahí su carácter y calificativo de “práctico”-, mientras que la pretensión de corrección
para Alexy el discurso jurídico, como un es constitutiva de la dimensión ideal”.124
caso de razonamiento práctico, nos señala A propósito de lo cual convendría notar
qué debemos preferir, hacer o decidir en la diferencia entre “rasgos generales” del
el ámbito del derecho. derecho, compartidos por todos los ordena­
Por otra parte, si para Robert Alexy la mientos jurídicos, y “rasgos esenciales”, sin
filosofía es una reflexión general y sistemá­ los cuales algo no podría ser considerado
tica sobre lo que existe, sobre lo que debe como derecho, con la consecuencia de que
hacerse y sobre cómo es posible conocer todos los rasgos esenciales del derecho serían
tanto lo que existe como lo que se debe a la vez generales (como la coercibilidad,
hacer, resulta fácil entender que ella inclu­ por ejemplo), pero no todos los generales
ya los tres capítulos que tradicionalmente serían esenciales.
han sido adjudicados a la actividad filosó­
fica: onlología (o teoría del ser), ética (o
teoría de los comportamientos correctos) 8.Un alcance de Paolo Comanducci
y epistemología (o teoría del conocimien­
to). Por su parte la filosofía del derecho A propósito de lo que llama “el objeto De­
es una reflexión general y sistemática so­ recho”, Paolo Comanducci (1949) nos ad­
bre esos mismos tres aspectos, aunque en
relación con ese determinado fenómeno 124 Alexy, Robert: “En torno al concepto de
que es el derecho y que Alexy define de derecho”, en El concepto y la naturaleza del derecho,
la manera que acabamos de exponer. A la ob. cit., p. 89.

l-ditüríál JURIDICA nr ciihi 136


Cap. II. F.1 concepto de Derecho

vierte acerca de que la pregunta “¿qué es el Por nuestra parte, no dudamos en con­
derecho?” pude interpretarse de dos distintas ferir una especial utilidad a la pregunta
maneras: como una pregunta ontológica “¿qué es el derecho?” y a su enfoque como
sobre la naturaleza del derecho, y como una la identificación de un fenómeno, es de­
pregunta lingüística sobre qué significa la cir, como el registro de un dato o realidad
palabra “derecho”. Así, por ejemplo, Kelsen dada en la vida de hombres y mujeres que
interpretó dicha pregunta de la segunda viven en sociedad. De este modo, si es po­
de esas maneras, mientras Alexy lo hace sible identificar a lo menos cinco usos de
de la primera. Por otra parte, Comanducci la palabra “derecho”, el primero de ellos
señala que la filosofía del derecho ha ido -aquel que se refiere al derecho como un
progresivamente desplazando su interés orden de la conducta humana-, puede ser
desde la segunda manera de entender la suficientemente esclarecido si se atiende
pregunta “¿qué es el derecho?” a la prime­ a qué fenómeno social (social en cuanto
ra de ellas, entre otras razones porque “la se produce al interior de la sociedad) co­
pregunta acerca de los significados de la rresponde el término “derecho” cuando lo
palabra “derecho” ha sido contestada amplia empleamos según ese uso. Y, tal como fue
y profundamente por varios teóricos del señalado antes, consideramos que todos
Derecho en la segunda mitad del siglo XX, los autores que fueron convocados aquí
los cuales han contribuido a elaborar una a propósito del concepto de derecho, lle­
respuesta estándar a aquella cuestión”.125 En varon o llevan actualmente a cabo algún
cambio -agrega-, “a la pregunta ontológica aporte a la mejor comprensión del derecho
no hubo y no hay todavía una respuesta como orden regulador de la conducta hu­
estándar”. A todo lo cual habría que añadir mana y a la diversidad de estándares que
que ambas preguntas, como el propio autor lo componen. A la vez, tiene importancia
italiano admite, si bien conceptualmente advertir que el derecho está compuesto de
diferentes, “pueden tener muchas relaciones varios tipos de estándares -y no únicamente
entre sí”, hasta el punto de que -según nos de “mandatos”, en palabras de Austin, de
parece- la pregunta lingüística casi siempre “normas”, en el lenguaje de Kelsen, o de
desemboca en la pregunta ontológica, o frisa “reglas”, en terminología de Hart-, y ello no
la frontera con ésta, mientras que es difícil solo por una cuestión de tipo conceptual,
que la pregunta ontológica acabe en una sino también práctico: si consideramos que
respuesta que se aparte de los usos lingüís­ el derecho está compuesto por estándares
ticos más comunes de la palabra “derecho”. que llamamos reglas, principios, derechos
Véase por ejemplo lo que sobre el particular fundamentales y valores superiores, quie­
sucede con los dos autores antes señalados, re decir que quienes producen, aplican e
a saber, Kelsen y Alexy, especialmente con el interpretan derecho, producen, aplican e
primero, para quien la pregunta lingüística interpretan todo ese conjunto de estándares,
es únicamente un punto de partida. no solo normas o reglas, y quiere decir, asi­
Interesa destacar, asimismo, que Coman­ mismo, que quienes razonan jurídicamente,
ducci afirma que la pregunta ontológica ha esto es, quienes argumentan en contextos
sido a su vez interpretada de las más varia­ de derecho, lo hacen en el marco de esos
das formas: “como petición de definición cuatro tipos de estándares y no únicamente
UhROS i:> i. N ;.>ÍU ÍO

de un concepto, bien de identificación de en uno o dos de ellos.


un fenómeno; y, en ese último caso, como Además, y según se desprende de todo
petición de una descripción de un dato cuanto ha sido explicado antes en este capí­
preexistente o de construcción teórica del tulo, la complejidad del derecho proviene
objeto de investigación”. no sólo de la diversidad de estándares que
acoge -reglas, principios, derechos funda­
125 COMANDUCCI, PAOLO; Democracia, derecho, dere­ mentales y valores superiores-, sino de la
chos e interpretación jurídica. Ensayos de teoría analítica misma diversidad que se da al interior de
del derecho. Ara, Lima, 2009, p. 218. a lo menos tres de esos diferentes tipos de

137 ¿ditoiual JURIDICA Df chíli:


Curso de Filosofía del Derecho

estándares. En efecto, hay reglas en el de­ internos o nacionales y más tarde a nivel
recho, pero lo que hay son diversidades de del ordenamiento jurídico internacional,
reglas, por ejemplo, primarias y secundarias; unos estándares que antes no existían ni
hay también principios en el derecho, pero formaban parte ni de aquéllos ni de éste,
los hay de diferente tipo, a saber explícitos como es el caso de los derechos fundamen­
e implícitos; y hay derechos fundamentales tales de la persona humana, los cuales no
en el derecho, los cuales, a medida de su pueden ser hoy ignorados ni omitidos al
aparición o reconocimiento en los ordena­ pretender dar un concepto de derecho. Por
mientos jurídicos nacionales y en el dere­ cierto que en el derecho hay cosas que no
cho internacional, han llegado a constituir cambian -el ser un orden de la conducta
distintas clases o generaciones, como la humana que establece pautas obligatorias
de los derechos personales, o de primera bajo la amenaza de sanciones coercibles
generación, la de los derechos políticos, o y que requiere de un grado aceptable de
de segunda generación, y la de los derechos obedecimiento y aplicación efectivos—, y
sociales, o de tercera generación. eso es lo que confiere estabilidad a esta
producción humana que, de una u otra
forma, más o menos evolucionada, háyase
presente como un dato propio de la exis­
III. UNA DESCRIPCIÓN tencia de hombres y mujeres que viven en
DEL DERECHO sociedad.
El derecho es un fenómeno cultural,
1. ¿QUÉ ES DESCRIBIR? no natural, una producción o creación
humana, y tiene siempre la pretensión de
Que haya múltiples y distintos conceptos de guiar comportamientos, mas no sobre la
derecho se explica no sólo porque quienes base de exhortaciones o consejos, sino de
se proponen darnos uno de ellos adoptan sanciones, y de sanciones, más aún, que
diferentes perspectivas -algunos la perspec­ es legítimo y posible imponer en uso de la
tiva del tipo de realidad que es el derecho, fuerza, aunque afirmar algo así no es todo
otros la de las funciones que cumple o la lo que se puede decir acerca del derecho
de alguna de ellas en concreto, otros la de las sociedades modernas, o, si se pre­
de los fines que pretende realizar o la de fiere, de derechos evolucionados, puesto
alguno de éstos en particular-, sino porque que, por ejemplo, éstos, junto con reunir
el derecho experimenta cambios, y cuando las condiciones antes señaladas, cuentan
un objeto de conocimiento se modifica tie­ con instituciones centralizadas a cargo de
ne que alterarse también la comprensión la producción y aplicación de las normas y
que tenemos de él. Y cuando aludimos a otros estándares jurídicos, a la vez que con
cambios en el derecho no nos referimos a órganos a los que corresponde ejecutar las
los obvios y habituales que experimentan sanciones que una de tales instituciones
a lo largo del tiempo los distintos orde­ declare que se deben aplicar a uno o más
namientos jurídicos positivos tanto en sus sujetos en determinadas circunstancias.
cN A

fuentes de producción, en la jerarquía de Si el derecho cambia, el concepto de


éstas y, desde luego, en los contenidos pres- derecho no puede permanecer invariable
criptivos de sus distintas ramas o sectores y, sin oscurecer y menos omitir aquello que
de regulación, sino a modificaciones que nunca dejará de ser -un orden de la con­
sobrevienen pudiéramos decir al derecho ducta humana con las propiedades recién
en general, no sólo a uno o más derechos señaladas-, ese concepto debe plegarse a
en particular, como es el caso, por ejemplo, los cambios del derecho -del derecho y no
de que a partir de cierto momento bien de un derecho-, y, sobre todo, registrarlos
determinado de la historia, al menos en y dar cuenta de ellos. Del mismo modo -y
Occidente, se hayan incorporado al dere­ para señalar otro ejemplo-, un derecho
cho, primero a nivel de los ordenamientos menos evolucionado, como el de cualquier

138
Cap, II. El concepto de Derecho

sociedad primitiva, se formaba y renovaba, guía u orientación de ésta que se le impone


insensiblemente, por medio de prácticas de manera obligatoria y que se encuentra
consuetudinarias, mientras que hoy es acompañada de sanciones que pueden apli­
propio de todo derecho regular explíci­ carse independientemente de su voluntad,
tamente su propia creación por medio de advirtiendo, asimismo, que se trata no de
normas, instancias y procedimientos que algo natural, sino artificial, esto es, no de
él mismo establece de manera deliberada algo que se descubra como parte del mun­
y consciente. do de la naturaleza, sino como quehacer u
Al hilo de lo expresado por Kant y recor­ obra humana. Es probable que el común
dado antes en este Curso en orden a que de las personas no vaya más allá que eso si
pueden existir aproximaciones a las defini­ se les pregunta qué es el derecho, pero se
ciones y que ellas son en parte exposiciones trata de un suficiente punto de partida para
y en parte descripciones, vamos a incluir que individuos ahora vinculados al derecho
ahora, en la parte final de este capítulo, una en razón de sus ocupaciones o actividades
descripción del derecho. Una descripción habituales, como es el caso de alumnos ya
que ya intentamos en “¿Qué es el derecho? próximos a egresar de sus estudiosjurídicos
Una descripción del fenómeno jurídico” y de pregrado, puedan añadir algo más y, a la
que poco después, en 2010, presentamos vez, ahondar y explicar mejor en aquellos
de manera resumida en el Capítulo VIII y aspectos del derecho que cualquier per­
final de Introducción al Derecho.™ Por tan­ sona puede advertir a partir de su propia
to, la anunciada descripción del derecho, experiencia y de la de quienes conviven
en tanto se encuentra ya en una versión con ella en sociedad.
extendida en el primero de esos textos y Una descripción del derecho procura
en una resumida en el segundo, puede ser ceñirse a la cosa misma™ que llamamos
explicada en clases de un curso de filosofía “derecho”, de la cual todos tenemos algu­
del derecho sobre la base de uno u otro de na experiencia. En tal sentido, una des­
tales textos, aunque se recomienda hacerlo, cripción es algo distinto, y quizás menos,
de preferencia, valiéndose del primero de que un concepto, puesto que no pretende
ellos. Con todo, bien puede utilizarse la dar cuenta de los predicados necesarios ni
explicación que sigue a continuación, la esenciales de lo descrito, sino tan solo de
cual es menos que la versión extendida y sus partes, aspectos o propiedades, aunque
más que la resumida a las que acabamos sin dejar por ello de brindar una idea cabal,
de hacer referencia. es decir, completa, de aquello que describe,
De partida, una descripción del dere­ y sin impedir tampoco que algunas de esas
cho es resultado de fijar nuestra atención propiedades, una vez establecidas, puedan
intelectiva en ese determinado fenómeno ser verificadas como necesarias o esenciales.
llamado “derecho” y de advertir y acto se­ Una descripción tiene algo de registro, de
guido expresar lo que comparece ante ella. inventario, de conjunto de datos relaciona­
Pero el enunciado que sostendrá nuestra dos entre sí que constituyen una unidad y
descripción del derecho, según veremos que informan acerca de algo de la manera
más adelante, proviene también de la ex­ cabal antes señalada. Una descripción, por
periencia que es posible tener del derecho. lo mismo, es el producto de examinar algo
El común de las personas no tiene un con­ -en nuestro caso el derecho- con suficiente
cepto de derecho, sino una experiencia de atención y diligencia, manifestando sus ras­
éste, y es a partir de esa experiencia que gos importantes, es decir, aquellos sobre los
cualquier individuo que sea interrogado que se podría disputar en punto a su exacto
acerca del derecho relacionará éste con significado o alcance, mas no en cuanto a
la conducta humana, percibiéndolo como
127 1.a expresión es de Brx, BRIAN: “Algunas consi­

deraciones sobre metodología en teoría del derecho”,


126 Ambas obras citadas anteriormente aquí. en Doxa, N° 26, 2003, p. 614.

139 tnnowAi jUKIDICA dschíl


Curso de Filosofía del Derecho

su condición de aspectos o propiedades particulares, y a seguir los cambios que éste


presentes y relevantes. Uno de tales rasgos experimenta. Esto explica, asimismo, el ca­
del derecho, por ejemplo, es la coercibilidad, rácter en alguna medida “local” de nuestra
y si bien nadie lo pondría en duda como comprensión del derecho, en el sentido no
propiedad del derecho, es perfectamente geográfico ni temporal de ese término, sino
posible discutir sobre su alcance y pregun­ en su significado más ampliamente cultu­
tarse si se refiere al hecho cumplido de la ral. Un concepto de derecho y, con mayor
fuerza o sólo a la legítima posibilidad de razón, una descripción de éste se encuen­
aplicarla en caso de que un sujeto no ajuste tran siempre conectados con la experiencia
su conducta a lo que el derecho hubiere jurídica, de manera que el concepto de
prescrito. Otro rasgo es la heteronomía derecho evoluciona no sólo por cambios
del derecho, en cuanto éste representa la que experimenta el derecho (el objeto),
sujeción a un querer ajeno, al querer de sino por influencias culturales de diverso
otro, al querer del que produce las normas tipo que afectan a nuestra comprensión
y otros estándares del derecho, aunque se de ese objeto. Esto último ha sido puesto
puede debatir acerca del alcance que tiene de manifiesto por autores como Brian Bix
este nuevo rasgo del derecho, que en modo yjoseph Raz. Nuestro concepto o nuestra
alguno es absoluto, puesto que además de descripción del derecho tienen siempre algo
existir fuentes autónomas de producción de contingente y de necesario, algo local
jurídica-como es el caso de los contratos-, y algo universal, puesto que, como escribe
algunas de sus mismas fuentes heterónomas Raz, “nosotros tenemos un concepto de
-la legislación, por ejemplo-son suavizadas derecho que está basado en nuestro auto-
o limitadas en su condición de tales por conocimiento de la sociedad”, y “nuestro
salvedades de diferente tipo -políticas y concepto de derecho ha cambiado en el
morales, entre otras- como sucede con la transcurso del tiempo en respuesta a los
democracia como forma de gobierno, que cambios en las actitudes, prácticas, institu­
morigera la heteronomía de las leyes que ciones y también de las teorías filosóficas”.128
vota un parlamento cuyos miembros son Lo cual, sin embargo, debe ser entendido,
elegidos por sufragio universal, y con la según creemos, en el sentido de que un
objeción de conciencia cuando es autori­ buen concepto o descripción del derecho
zada como modalidad de desobediencia al ha de tener mucho más de necesario que
derecho por motivos de índole moral. de contingente, o, si se prefiere, mucho más
En rigor -hay que decirlo-, no existe de universal que de local, aunque nunca
el derecho, sino derechos, derechos pasa­ pueda escapar del todo a la localidad ni a
dos y presentes, pero al prestar atención la contingencia.
a esos derechos y al vivir su experiencia, Dice Raz que “hablar del concepto de
podemos formar conceptos, definiciones o derecho en realidad quiere decir nuestro
descripciones del derecho, así, en general, concepto de derecho”, porque “diferentes
válidas por tanto para todo derecho. Salvo culturas tienen diferentes conceptos del
intelectualmente, nunca observamos ni po­ derecho”, de manera que “no hay un con­
nemos nuestra atención en el derecho, pero cepto de derecho, y cuando nos referimos al
podemos descubrir y transmitir que es lo concepto de derecho sólo queremos decir
que tienen en común todos los derechos nuestro”.129 No obstante, el autor invita a
que tuvieron o tienen realidad y vigencia hacer más inclusivo y menos local nuestro
histórica. Por lo mismo, una descripción concepto de derecho, lo cual es posible “a
del derecho se apoya en la experiencia que
individuos actuales y pretéritos tuvieron y
128Citado por Bix, Brian, Ibíd.
tienen del derecho, y puede de ese modo 129 Véase RAZ, JOSEPH: “¿Puede haber una teoría
ayudamos a comprender el fenómeno ju­ del derecho?”, en Raz, Joseph, Alexy, Robert, y
rídico en general, más allá de sus múltiples BULYGIN, EUGENIO: Una discusión sobre la teoría del
expresiones en ordenamientos jurídicos derecho, Marcial Pons, Madrid, 2007, pp. 74-79.

editorial JURIDICA ni chile 140


Cap. II. El concepto de Derecho

medida que nuestro conocimiento de la qué es el derecho un autor como Kelsen


historia y del mundo se han expandido”. parte de la palabra “derecho”, o de su equi­
Hay pues una cierta tensión entre lo local valente en otros idiomas -tales como Recht,
y lo universal de cualquier concepto o des­ droit, diritto, law-, preguntándose qué tienen
cripción del derecho, aunque una teoría en común todos los fenómenos que a lo
del derecho se propone explicar el derecho largo de la historia han sido designados
dondequiera que se encuentre. con tales palabras, nuestro camino parte
Una descripción del derecho como la de la constatación de que en la vida social
que ofreceremos aquí pretender adecuarse del hombre hay algo que llamamos de ese
a su objeto, en el sentido de no ir más allá modo -derecho-, algo que, debidamente
de él -incluyendo aspectos que no tiene- y observado, muestra varios y diferentes as­
de cuidar que tampoco se quede más acá y pectos que pueden y deben ser recogidos
que resulte insuficiente. No pecar de exceso, por una descripción que dé cabal cuenta
en consecuencia, pero tampoco de defecto, de él.
o hacerlo de una manera tan venial como Pues bien, puestos a describir el derecho,
inconsciente. Una descripción que debe ser podemos decir que éste es un fenómeno cul­
lo más exacta posible y no incluir distorsio­ tural preferentemente normativo, sustentado en
nes.130 Alexy, debatiendo con Raz, sostiene el lenguaje, que regula su propia producción,
que nuestros conceptos, al cargarse del lado interpretable a la vez que argumentable, que
de lo universal, de lo necesario, “van siem­ rige las relaciones de hombres y mujeres que
pre en routeh^cvaL la naturaleza de las cosas viven en sociedad, y cuya nota identificatoria
a las que ellos se refieren”,131 de donde se más propia es la coercibilidad, esto es, la legí­
sigue que el carácter local de la génesis del tima posibilidad de auxiliarse de la fuerza
concepto de derecho es compatible con la socialmente organizada para conseguir el
universalidad de su validez”. cumplimiento de sus normas y, sobre todo,
para conseguir una eficaz aplicación de las
sanciones que deban seguir para los sujetos
2. Un enunciado a considerar normativos cada vez que las normas no sean
cumplidas por alguno de éstos.
No es nuestro ánimo incluir una nueva de­ Dicho enunciado, como es visible, incluye
finición de derecho en el ya sobreabundan­ en cursiva las palabras claves del mismo, lo
te catálogo que registra tales definiciones. cual quiere decir que para entender bien
Tampoco lo es, todavía menos, pretender el enunciado se requiere detenerse, una a
sumar a los conceptos de derecho de los una, en tales palabras, de manera de advertir
autores antes estudiados aquí uno propio. por qué se las emplea o cuál es el sentido
Por tanto, lo que sigue, tal como fue adelan­ que ellas tienen como partes de nuestra
tado, es sólo una descripción del derecho. proposición.
Una descripción hecha sobre la base de
un extenso enunciado que pretende dar
cabida a lo principal que cae bajo nuestra 3. LAS PALABRAS CLAVES DE
atención cuando la fijamos en aquello que UNA DESCRIPCIÓN DEL DERECHO
denominamos “derecho”. Si para decimos
3.1. Fenómeno
130 Véase BULYGIN, EUGENIO: “Consideraciones
sobre ‘Puede haber una teoría del derecho’, de Jo­ Lo primero que cabe decir del derecho es
sé ph Raz”, en Una discusión sobre la teoría del derecho, que se trata de un fenómeno, aunque en un
ob. cit., p. 107. sentido bien determinado de esta palabra.
131 Véase Alexy, ROBERT: “Acerca de dos yuxtapo­
“Fenómeno” se dice de algo extraordina­
siciones. Concepto y naturaleza, derecho y filosofía.
Algunos comentarios a ‘¿Puede haber una teoría del rio o sorprendente, o de una persona que
derecho’, de Joseph Raz”, en Una discusión sobre la sobresale en su campo, pero también, pa­
teoría del derecho, ob. cit., pp. 90 y 91. radójicamente, de algo o alguien que nos

141 EDITORIAL JURIDICA 0E CiUL


Curso de Filosofía del Derecho

parece monstruoso o repugnante, pero el 3.2. Cultural


derecho no es un fenómeno en ninguno de
esos dos diferentes y contrapuestos sentidos. Si volvemos sobre nuestro enunciado po­
El derecho es un fenómeno en cuanto es dríamos señalar que él no incluye ninguna
algo que está ahí, que se nos muestra, que referencia explícita a algo que es importante
forma parte real de la experiencia de vida en el derecho -las funciones que éste cumple
humana en sociedad, de algo que puede y los fines que realiza-, con lo cual estaría
ser incluso percibido como presente en la omitiendo dos dimensiones relevantes del
experiencia individual cotidiana de cada fenómeno jurídico. Sin embargo, al incluir
persona. Por lo mismo, cuando decimos dicho enunciado la palabra “cultura”, a lo
aquí que el derecho es un fenómeno, la que quiere referirse es precisamente a las
palabra está tomada en el sentido de lo funciones y fines del derecho. Pero eso re­
que aparece, de lo que se hace presente, quiere de alguna explicación.
de lo que puede ser constatado. La palabra “cultura” tiene también diver­
Es así como pueden darse muchas e sos significados. En su sentido más amplio,
incluso incompatibles nociones del de­ cultura, como explicaba Jorge Millas, es
recho, aunque nadie niega la existencia todo lo que resulta de la acción confor-
de algo a lo que señalamos con la pala­ madora y finalista del hombre, es decir,
bra “derecho”. En una discusión sobre el todo lo que el hombre hace o produce con
alma, por ejemplo, puede haber distintas miras a cumplir determinada función y a
maneras de entender qué es el alma, pero realizar cierto fin.
también es posible que alguien niegue En un sentido más restringido que el an­
la existencia de ésta y afirme que no hay terior, “cultura” es un término que concierne
nada a lo que podamos dar ese nombre; a la creación, producción, distribución y
en cambio, en nuestras discusiones acerca acceso a las artes, y, por lo mismo, se trata de
del derecho, puede haber y de hecho hay una palabra que alude a la producción no
diferencias en la manera de entenderlo, de cualquier cosa, sino de aquellos bienes
pero nadie niega la existencia del derecho de carácter simbólico cuyo origen está en
ni afirma que éste es sólo una fantasía o la creación artística, como por ejemplo un
el un producto de nuestra imaginación o libro, una escultura, una sinfonía.
de nuestros deseos. En un tercero de sus significados, “cul­
En otras palabras, el derecho forma parte tura” es una palabra que se utiliza para de­
de la realidad, y si bien es posible discutir signar un conjunto de objetos simbólicos
qué tipo de realidad es -normativa, sólo de variada índole, artísticos o no, que tanto
preferentemente normativa, conductual, pueden ser tangibles como intangibles, y
valorativa, social, o todo eso a la vez- y si que por su especial valor y contribución a
se trata de una realidad simple -como los la identidad humana en general, o a la de
mandatos de Austin- o compleja —como un país, o a la de una región, o a la de ciu­
en el caso de las reglas primarias y secun­ dad determinada, son considerados como
darias de Hart-, y, asimismo, si la realidad parte del patrimonio de la humanidad o
que constituye puede o no ser identificada bien del país, de la región o de la ciudad
y descrita con prescindencia de criterios de que se trate. En este sentido aparece
morales, nadie discute, sin embargo, si el empleada la palabra cultura cuando se alude
derecho existe o no. al patrimonio cultural de la humanidad, al
En tal sentido, pues, el derecho es un patrimonio cultural chileno, al patrimonio
fenómeno, aunque afirmar que lo sea es cultural de la región del Maulé, o al patri­
decir poco, o algo muy general, puesto que monio cultural de Valparaíso.
muchísimas cosas, tanto naturales como “Cultura” es asimismo una palabra que se
otras producidas por el hombre, son tam­ utiliza para aludir al sello distintivo de una
bién fenómenos en el sentido que hemos comunidad humana cualquiera, al espíritu
dado aquí a esta palabra. más permanente que la anima y vivifica, a
A/ \
íditorial J UR I DICA de chile 142
Cap. II, El concepto de Derecho

la identidad que esa comunidad tiene y que En ese sentido, cultura es lo que el hom­
la caracteriza y a la vez la dif erencia de las bre produce, desde las comidas que prepara
demás. Se trata del sello que tendría cada hasta las ciudades que habita y construye.
comunidad, aquel al que se alude hoy con la Desde las carreteras que diseña y construye
expresión “identidades culturales”, un sello hasta las catedrales que levanta. Desde los
que suele ser reivindicado frente a un pro­ humildes cacharros de greda que un alfarero
ceso globalizador que junto con poner en el cuece en su horno de barro en una apartada
escenario a las diferentes culturas propende zona rural hasta las pinturas que forman
a uniformarlas y que podría desembocar parte de la colección de un museo. Desde
en la indeseable hegemonía de una de esas la bicicleta a Internet. Desde los primeros
identidades sobre las restantes. sonidos que el hombre fue capaz de emitir
Estrechamente vinculado con el prece­ para comunicarse con sus semejantes hasta
dente significado de cultura -sello o carácter los complicados lenguajes que emplea hoy
de una comunidad humana-, encontramos con esa misma finalidad. Desde las prácticas
un nuevo uso del término que remite a algo de cortesía que observa con sus vecinos hasta
menos vago e improbable que el espíritu de las más exigentes regulaciones jurídicas y
una comunidad: ciertos patrones de con­ morales con las que procura alcanzar metas
ducta objetivos y relativamente estables que personales y sociales más altas y ambiciosas
sobrepasan a cada individuo miembro de que la simple urbanidad. En este sentido,
una comunidad consideiada aisladamente cultura es todo lo producido por el hombre,
y que, junto con provenir de tradiciones y y comprende entonces una multiplicidad
maneias comunes de pensar y de sentir, guían y diversidad enorme de objetos, desde el
u orientan los comportamientos de todos los lenguaje hasta el arte, desde la economía a
miembros del grupo. Son pautas aprendidas la moral, desde las religiones a la política, y
de acción que ayudan a los miembros de toda esa infinidad de bienes de uso de que
un grupo humano cualquiera a encontrar nos valemos a diario, tales como viviendas,
una respuesta rápida y segura a la pregunta electrodomésticos, vehículos, carreteras,
acerca de cómo deben comportarse en una jardines, naves, computadores, agujas, re­
circunstancia determinada. lojes y utensilios.
Bien visto, el derecho es un fenómeno En tal sentido, el derecho es también
que guarda alguna relación con la cultura parte de la cultura, o sea, algo que el hombre
en los cinco significados que de esta palabra produce y renueva para regular la vida en
hemos presentado en los párrafos anterio­ sociedad, entre otras de sus funciones, y para
res, aunque es en el primero de ellos que conseguir ciertos fines, algo que sólo existe
la utilizamos cuando afirmamos de él que a partir de una acción humana deliberada
se trata de un fenómeno cultural.132 y consciente (derecho legislado, derecho
En efecto, el derecho es un fenómeno contractual, derecho judicial), o más o me­
de ese tipo en cuanto se trata de algo que nos deliberada (derecho consuetudinario),
resulta de la acción conformadora y fina­ y cuyo sentido se encuentra en el cumpli­
lista del hombre, de algo que el hombre miento de ciertas funciones socialmente
produce para que cumpla determinadas útiles y en la realización de determinados
funciones y realice ciertos fines, de algo fines que se consideran deseables.
que, entre muchas otras cosas, el hombre Según hemos señalado antes en este libro,
ha sido capaz de colocar entre el polvo y las el derecho es artificial, no natural, y lo es en
estrellas, según la bella y concisa definición cuanto producido por el ingenio humano,
que de cultura da Radbruch en este sentido y en tal sentido “artificial” se opone aquí
amplio del término. a falso (no existente) y también a natural
(preexistente). Si a veces se habla de la
132 Para advenir y analizar esas relaciones, véa­ “naturaleza” del derecho, es para referirse a
se SQUELLA, AGUSTÍN: Filosofía del derecho, ob. cit., sus propiedades más características o esen­
pp. 497 y ss. ciales y no para sugerir que se trata de un

EDlTOMAi JURIDICA DECHILI:


Curso de Filosofía del Derecho

fenómeno natural. Hablar de “naturaleza” función del derecho favorece la mejor rea­
del derecho, de propiedades “esenciales” lización del fin de seguridad jurídica que
suyas o de características “necesarias”, puede es también propia de él.
resultar incómodo y hasta algo enigmático, En cuanto a las funciones del derecho, son
atendidas las dificultades que presentan la guía u orientación de comportamientos, la
términos como esos, aunque todos entende­ de resolución de conflictos, la promocional
mos que se trata de una manera de hablar o de configuración de las condiciones de
que a lo que apunta es a señalar qué hace vida, la distributiva, y la de organización y
que un orden de la conducta humana sea legitimación del poder.
jurídico y no un orden de otro tipo. La más propia y evidente función del
El derecho es entonces un fenómeno derecho es la primera de las antes nombra­
cultural en cuanto se trata de una producción das, puesto que deriva del hecho de que el
humana que cumple determinadas funciones derecho es un orden de la conducta humana.
y aspira a la realización de ciertos fines. En Todo orden de la conducta humana, de
cuanto a las funciones, ellas refieren a lo cualquier tipo que sea, tiene por función
que el derecho hace, a aquello que realiza guiar comportamientos, es decir, orientar
según su condición, mientras que los fines la conducta en el sentido que indiquen las
aluden a objetivos a cuya consecución el normas y otros estándares que formen par­
derecho se dirige. Cuando preguntamos te de él. En tal sentido, las normas y otros
por las funciones del derecho, preguntamos estándares del derecho se transforman en
por lo que el derecho hace, mientras que razones para la acción, puesto que, además
cuando inquirimos por los fines preguntamos de guiar las conductas de los individuos,
acerca de para qué hace el derecho lo que pueden ser usadas por éstos tanto al elegir
hace. Las funciones del derecho equivalen un determinado curso de acción como al
a las tareas que éste ejecuta, en tanto que momento de justificar el curso de acción
los fines refieren a sus aportaciones, a los elegido.
servicios que él presta. En otras palabras, El derecho, al guiar comportamientos,
y aun a riesgo de incurrir en repeticiones, disminuye la ocurrencia de conflictos, aun­
preguntar por las funciones del derecho es que éstos siempre se producirán en alguna
preguntar qué hace el derecho y cómo lo medida, puesto que son inseparables de la
hace, mientras que preguntar por los fines vida en sociedad. Las personas no compar­
del derecho es inquirir acerca de para qué ten similares concepciones del mundo ni
hace el derecho lo que hace. Las funciones, iguales creencias sobre diferentes aspectos
en cuanto tareas, se demandan de todo de la vida en común, no ocupan las mis­
derecho; en cambio, los fines, en cuanto mas posiciones ni tienen tampoco iguales
aportaciones o servicios, se esperan de todo intereses, y todo ello es fuente de conflictos
derecho. Sin embargo, no debe perder­ que no deben ser vistos como fallas o pa­
se de vista que hay una relación entre las tologías del proceso de socialización, sino
funciones y los fines del derecho, puesto como partes de éste. Consciente de ello, la
que algunas de las primeras se vinculan segunda función del derecho es resolver
estrechamente con algunos de los segun­ conflictos, o, quizás menos que eso, tratar
dos, en el sentido de que una más plena conflictos, es decir, dirigir las controversias
o lograda realización de ciertos fines del por cauces institucionales que permitan a los
derecho depende de cuán eficaz éste sea contendientes llegar a un desenlace pacífi­
en la ejecución de alguna de sus funciones. co. Con ese propósito, el derecho establece
Así, por ejemplo, si una de las funciones normas, instancias y procedimientos que,
del derecho es orientar comportamientos una vez producido un conflicto, permiten
de la manera más precisa posible y estable­ dar a éste un curso regulado que aminore
cer instancias que puedan declarar cuándo sus efectos negativos y, sobre todo, que lo
esos comportamientos se ajustan o no a lo encauce de manera eficaz hacia algún tipo
previsto, un eficaz cumplimiento de esta de solución que excluya el uso de la fuerza

editorial JURIDICA deoihj 144


Cap. II. El concepto de Derecho

directa entre quienes se enfrentan y un des­ comportamientos que se estiman deseables


enlace provocado por la simple aplicación desde un punto de vista social. Los incen­
de la ley del más fuerte. tivos proliferan hoy en el derecho hasta el
Como formas más habituales de tratamien­ punto de que el propio proceso penal los
to de los conflictos, el derecho contempla contempla para conseguir determinadas
la negociación, la mediación, el arbitrsyc, decisiones de parte de los imputados por
la conciliación y la adjudicación, donde la algún delito.
negociación consiste en que los propios En cuanto a la función distributiva, que
interesados en el conflicto buscan directa­ se relaciona con lajusticia como fin del de­
mente, sin intervención de un tercero, la recho, se cumple en la medida en que éste
solución de la diferencia que los separa; la asigna recursos, bienes y servicios destinados
mediación en la búsqueda y adopción de a mejorar la situación y condiciones de vida
una solución por los propios interesados, de las personas. Esta función se puede apre­
pero esta vez asistidos por un tercero im­ ciar con claridad en las políticas públicas
parcial y capacitado para ello; el arbitraje y disposiciones legales que apuntan a una
en la derivación de la solución a un tercero mejor y más amplia satisfacción de los dere­
cuya decisión las partes se comprometen de chos fundamentales de carácter social.
antemano a acatar; la conciliación en un Por último, el derecho cumple una im­
procedimiento en que un tercero imparcial portante función de organización y legiti­
cumple un papel mayor que el de un me­ mación del poder. Por una parte, el derecho
diador, puesto que no facilita que las partes organiza el poder -como es claro en el caso
lleguen a una solución, sino que propone de las ramas ejecutiva, legislativa y judicial
directamente ésta a las partes involucradas dentro del Estado-, mientras que, por otra,
y procura que la acepten; y la adjudicación legitima las decisiones que son adoptadas
en la intervención de un órgano jurisdic­ en esos centros de poder en conformidad
cional que, en posición de autoridad sobre con las respectivas normas de organización
las partes, decide el asunto controvertido de los mismos. Sin embargo, el derecho no
sin estar obligado, por regla general, a pro­ sólo organiza y legitima el poder, sino que
mover un acuerdo entre aquellas. también lo distribuye y limita. Todavía más:
La función promocional del derecho se puede decirse que al distribuir el poder el
cumple en la medida en que éste se vale derecho limita el poder, y que al limitarlo
en ocasiones de premios o recompensas, contribuye también a legitimarlo.133
y no ya de sanciones ni de consecuencias En cuanto ahora a los fines del derecho
adversas, para conseguir que se observen -que deben ser mencionadosjunto con sus
determinadas conductas que se consideran funciones, puesto que si el derecho cons­
socialmente deseables. Esto quiere decir tituye un fenómeno cultural es porque se
que si el derecho es una técnica de repre­ trata de una producción humana que tan­
sión y castigo, lo cual se ve con claridad to cumple funciones como realiza fines-,
en el ámbito penal, también es, en alguna deben mencionarse la paz, la seguridad
medida, un instrumento de incentivación o jurídica y lajusticia. De lajusticia, tanto
premio, y la diferencia está en que en este en su concepto como en sus concepciones
segundo caso la conducta que trae conse­ contemporáneas más importantes, tratará
cuencias jurídicas para un sujeto no es la el capítulo siguiente y final de este libro, y
inobservancia del derecho, sino, todo lo en cuanto a la paz y la seguridad jurídica
contrario, su observancia. En otras palabras, podríamos señalar lo que sigue.
si el derecho se vale de sanciones, o sea, de El derecho, en cuanto prohíbe todo uso
consecuencias adversas o perjudiciales para de la fuerza que no sea la que él autoriza,
los sujetos, con el fin de evitar conductas
que se consideran dañinas o socialmente 133 Para un desarrollo más detallado de las funcio­
indeseables, se vale también de consecuencias nes del derecho, véase SQUELLA, AGUSTÍN: Introducción
favorables o beneficiosas afín de conseguir al derecho, ob. cit., pp. 693 y ss.

145 EDITORIAL JURIDICA CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

provee paz en las relaciones sociales. Una blecer quiénes y bajo qué condiciones y
paz relativa, en cualquier caso, porque el valiéndose de cuáles procedimientos están
derecho, para evitar el uso de la fuerza en facultados para producir, aplicar e inter­
las relaciones entre individuos y grupos, pretar sus normas, así como para declarar
hace de dicho uso el antecedente de una cuándo estas han sido violadas, organiza
sanción que es posible y legítimo aplicar la vida en común de una manera objeti­
en utilización de la fuerza por parte de los va que todos pueden llegar a conocer. A
correspondientes órganos del Estado. continuación, el derecho provee seguridad
En realidad, el derecho provee una paz jurídica en cuanto previsibilidad, puesto que
relativa en un doble aspecto: por una parte, allí donde existe un ordenamiento jurídico
al prohibir el uso de la fuerza no consigue que en términos generales es eficaz, los co­
tener éxito pleno, puesto que siempre se rrespondientes sujetos normativos no sólo
producirán actos de fuerza de un individuo conocen lo que el derecho exige de ellos y
sobre otro, los cuales pondrán en movimien­ lo que podría ocurridos si no lo obedecen,
to a los órganos del Estado encargados de sino que cuentan también con que esa exi­
declarar en forma revestida de autoridad gencia es general, es decir, para todos, de
que un acto de fuerza ilegítima ha tenido manera que están en condiciones de hacer
lugar y que procede aplicar una sanción cálculos razonados acerca de cuáles serán
a quien lo hubiere ejecutado; y, por otra las conductas más probables, tanto propias
parte, el derecho se vale de lo mismo que como ajenas, y cuáles las consecuencias en
trata de evitar en las relaciones interperso­ caso de que alguien se aparte de ellas. Por
nales -la fuerza- al momento de aplicar las último, el derecho provee seguridad en
sanciones que estipula. En consecuencia, cuanto protección, puesto que reconoce y
la prohibición de emplear la fuerza tiene garantiza derechos de las personas, algunos
un carácter relativo, puesto que el propio de ellos en carácter de fundamentales, los
derecho recurre a la fuerza para imponer cuales se relacionan con valores de interés
sus sanciones. Entonces, la fuerza (del de­ general como la libertad, la igualdad, la
recho) se emplea para evitar el uso de la solidaridad, o con bienes como la vida, la
fuerza (entre los individuos y grupos). salud y la propiedad.
A la vez, en la medida que el derecho En cuanto a las condiciones que deben
prohíbe los actos de fuerza y reserva ésta ser satisfechas para lograr seguridad jurídi­
para sí cuando resulta necesaria para aplicar ca en los sentidos antes indicados, son las
determinadas sanciones, se dice, con razón, siguientes: a) existencia de normas jurídicas
que el derecho, y a fin de cuentas el Estado, que regulen comportamientos y relaciones
monopoliza el uso de la fuerza dentro de sociales y que establezcan con precisión las
la sociedad, o cuando menos tiene siempre consecuencias favorables o desfavorables de
el propósito de hacerlo. su observancia o inobservancia; b) preexis­
Tocante ahora a la seguridad jurídica tencia de tales normas a la emisión de las
-“jurídica” y no seguridad en ese sentido conductas que puedan ser juzgadas en el
a la vez más personal y amplio en que los marco que ellas establecen; c) positividad
seres humanos la buscamos en todos los ám­ de las normas, de manera que su sentido
bitos de la vida-, puede decirse, en primer pueda ser determinado tanto por los sujetos
lugar, que el derecho la provee en cuanto que deben cumplirlas como por los órganos
orientación, puesto que, al tratarse de un que deban aplicarlas, d) impersonalidad
orden de la conducta humana, influye de de las normas, esto es, que regulen por
hecho en la manera como las personas se igual la conducta de todos los sujetos sin
comportan efectiva y más frecuentemen­ introducir ni discriminaciones ni privilegios;
te en el curso de la vida social. La provee e) publicidad de las norma, que posibilite
también, en segundo término, en cuanto su conocimiento por parte de los sujetos
orden, porque al regular coactivamente el que deben cumplirlas; y f) autoridad de
comportamiento de las personas y al esta­ las normas, en el sentido de contar con la

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 146


Cap. II. El concepto de Derecho

garantía del poder público para hacerlas o que tiene que ver preferentemente con
cumplir y, en su defecto, para hacer aplica­ normas. Sobre el género de las normas se
ción de las correspondientes sanciones. ha discutido bastante, aunque podemos
En parecer de Jorge Millas,154 la seguridad decir que las prescripciones son puestas
jurídica no sólo sería un fin del derecho, de algún modo por alguien, van dirigidas
entre otros, sino el único valor propiamente a sujetos que deben cumplirlas, cuentan
jurídico, puesto que sólo puede ser realizado con una certificación de su existencia por
por el derecho y, además, porque basta la parte de quien las establece, quien añade
existencia del derecho para realizarlo. De también una consecuencia adversa o des­
manera que la existencia del derecho y, favorable -que llamamos sanción- para el
en concreto, de un ordenamiento jurídico caso de que no se las cumpla.
vigente en los términos arriba señalados, Las normas del derecho son un buen
es suficiente para que la seguridad jurídica ejemplo de prescripciones: son establecidas
quede realizada, a condición de que se la en­ por autoridades normativas, imponen de­
tienda como la hemos expuesto aquí.135 beres y prohibiciones a sujetos normativos,
se las promulga de alguna manera, y tienen
sanción para el caso de incumplimiento. Sin
3.3. Normativo embargo, en todo derecho encontramos tam­
bién enunciados, que llamamos igualmente
Son muchos los fenómenos culturales, son “normas”, aunque no cumplen ninguna de
incontables las producciones humanas que esas dos funciones -mandar o prohibir-
responden a ese sentido amplio de cultura sino otras que son también relevantes para
que acabamos de explicar. El computador el funcionamiento de un ordenamiento
cuyo teclado utilizamos para escribir este jurídico evolucionado: permitir conductas,
libro es un objeto cultural. También las definir determinados conceptos jurídicos,
gafas que usamos para observar la pantalla. otorgar competencias, interpretar normas,
Lo mismo el teléfono fijo que suena de derogar normas. Hay pues normas de de­
pronto y nos distrae de nuestra tarea. En ber u obligación, como las que mandan
consecuencia, y descontado que el derecho y prohíben, y hay también otras clases de
se distingue de esos y otros objetos cultu­ normas, llámeselas como se las llame, que
rales por las funciones que cumple y por cumplen funciones distintas de esas.
los fines que realiza -muy distintas de las A propósito de las diversidades de nor­
que a su vez cumplen y realizan esas otras mas jurídicas, podemos recordar aquí la
producciones humanas-, es preciso decir distinción de Kelsen entre normas jurídicas
más del derecho para acotarlo y describirlo independientes y normas jurídicas no inde­
en su especificidad. pendientes, y la más elaborada de Hart entre
Afirmar que el derecho es un fenómeno reglas primarias y reglas secundarias.
resultaba demasiado amplio. Añadir luego En consecuencia, las normas son un
que se trata de un fenómeno cultural con­ componente del derecho; son, si se quiere,
tinua siendo un enunciado bastante gene­ sus piezas más risibles, y es por eso que el
ral. Por lo mismo, se avanzará en nuestra derecho constituye una realidad normativa.
descripción del derecho si a tales palabras Por cierto que no hay que confundir las
se agrega ahora “normativo”. normas del derecho con los enunciados
En efecto, el derecho es una realidad que las identifican, interpretan, concuerdan
normativa, algo que consiste en normas 134 * y presentan de manera sistemática. Estos
enunciados no forman parte del derecho,
134
sino de la ciencia del derecho, y provienen
Véase MILLAS,JORGE: Filosofía delderecho, ob.
no cit.,
de autoridades dotadas de competencia
pp. 178 y ss.
185 Para un mayor desarrollo de los fines del dere­ para producir normas, sino de la labor de
cho, véase SQUELLA, AGUSTÍN: Introducción al derecho, losjuristas. Tales enunciados versan o recaen
ob. cit., pp. 710 y ss. sobre normas jurídicas -las que forman

147 as
EDITO1UAL JURIDICA D1CIHLI; —
Curso de Filosofía del Derecho

un ordenamiento determinado- y en ese componente o pieza de éste. Las fuentes


sentido dan lugar a una ciencia normativa, formales del derecho son los procedimientos
esto es, a una ciencia sobre normas, pero por medio de los cuales alguien produce
los agentes de ese saber o ciencia, que tra­ derecho, a la vez que los continentes en que
bajan con normas, no producen normas. es posible encontrar el derecho. La ley, la
En suma, el derecho y la ciencia o saber sentencia judicial, las manifestaciones de la
que lo estudia son normativos, aunque en potestad reglamentaria, los contratos, son,
diferentes sentidos, puesto que el derecho lo por tanto, fuentes del derecho, o sea, mé­
es en cuanto se halla en general compuesto todos de producción de éste y continentes
por normas y esa ciencia o saber en cuanto donde es posible encontrarlo. En cambio, los
recae sobre normas. principios, al igual que las normas jurídicas,
son piezas o componentes del derecho y
no una manera de producir éste.
3.4. Preferentemente Cuando decimos “derecho” en el sen­
tido objetivo del término, aludimos a un
En distintos pasajes de este libro hemos orden de la conducta humana compuesto
mostrado que las normas jurídicas no son tanto por normas como por principios, y
el único componente del derecho y que hay es por eso que a lo largo de este capítulo
otros estándares, otras piezas que también nos hemos referido al derecho como un
forman parte de él. Sin ningún género de conjunto de normas y otros estándares ju­
dudas, los principios, aunque pueden con­ rídicos. Precisamente, los principios son
siderarse como componentes del derecho, esos otros estándares del derecho, aun­
asimismo, los valores superiores del ordena­ que pueden incluirse también los dere­
miento y los derechos fundamentales. Todo chos fundamentales y los valores superiores
lo cual exige que al describir el derecho del ordenamiento jurídico. Todavía más,
se agregue “preferentemente” al carácter partiendo de una idea de “norma” como
normativo de éste. Tal adverbio es el que todo enunciado que guíe comportamientos,
nos alerta acerca de que el derecho, cons­ dicha palabra podría cubrir dos tipos de
tituyendo un fenómeno normativo, esto estándares jurídicos, a saber, las “reglas”,
es, compuesto por normas, lo está también que equivaldría a lo que en este libro hemos
por esos otros tipos de estándares, lo cual llamado “normas”, y los “principios”, caso
obliga a corregir, o bien a matizar, la afir­ en el cual -como sucede con la nomencla­
mación de que el derecho es una realidad tura de Dworkin y de Alexy a este respec­
normativa. to- “reglas” y “principios” serían especies
Pero hay algo más: la afirmación de que dentro del género “normas”. Por lo mismo,
el derecho es una realidad preferentemente decir que los “principios” son fuentes del
normativa se relaciona también con una derecho es tan erróneo como sostener que
cuestión diferente, a saber, que puestos a lo serían las “reglas jurídicas”. Principios y
hablar de derecho no interesan sólo las nor­ reglas -o normas en general- son piezas o
mas y demás estándares que lo componen. componentes del derecho, mas no fuentes
Interesan también las conductas regidas de éste. Principios y reglas no producen
por esas normas y otros estándares, que derecho, sino que forman parte de éste.
son las que observan respecto de aquellas Todavía más: no habría inconveniente en
y éstos tanto los sujetos normativos como emplear la palabra “norma” para incluir a
los órganos jurisdiccionales. Las conductas las reglas jurídicas y a los principios -como
de aquellos y éstos refieren a la eficacia del hacen Dworkin y Alexy-, sino, además, a
derecho, un aspecto que vamos a analizar esos otros dos estándares que son los de­
más adelante. rechos fundamentales y los valores supe­
En cuanto a los principiosjurídicos, suelen riores. En tal caso, tales serían los cuatro
ser tratados como fuentes del derecho, en ingredientes normativos del derecho —al
circunstancias de que, bien vistos, son un menos de un derecho moderno o evolu-

EDiTORlAL JURIDICA DECUUE 148


Cap. II. El concepto de Derecho

donado-, aunque si se utilizara el término fundamento de sus fallos, pueden invocar


“norma” para cubrir esos cuatro tipos de también derechos fundamentales y valores
estándares y no únicamente a las reglas, no superiores del respectivo ordenamiento. Y
tendría ya sentido afirmar que el derecho en cuanto a la cienciajurídica, al describir
es “preferentemente” normativo, y bastaría un ordenamiento jurídico determinado, o
con señalar que se trata de un fenómeno una parte o sector de éste, tiene que exten­
normativo. der su mirada más allá de las reglas y de
La presencia de principios en el dere­ los principios y dar cuenta también de los
cho tiene varios efectos o consecuencias. derechos fundamentales y de los valores
Impacta, desde luego, en el concepto de superiores.
derecho, puesto que no se puede afirmar A mayor número y diversidad de es­
que el derecho sea sólo un conjunto de tándares en el derecho a los cuales puede
reglas. Impacta también en las relaciones considerarse como sus “ingredientes nor­
entre derecho y moral, puesto que al tener mativos”,136 éste se vuelve más complejo en
habitualmente los principios jurídicos una cuanto objeto de estudio, en cuanto a su
raíz de índole moral, esta última, a través relación con la moral, en cuanto al ejercicio
de los principios, penetra en ese orden de de la función jurisdiccional, y en cuanto a
la conducta humana que designamos con lo que se espera de la cienciajurídica.
la palabra “derecho”. En tercer lugar, la En cuanto a los principios, son pautas o
existencia de principios afecta también a estándares más generales y abstractos que
la función jurisdiccional, puesto que ésta las reglas, y suelen expresarse también en
no es ya sólo una actividad vinculada a re­ enunciados más concisos que éstas. Y en
glas, sino también a esos otros estándares cuanto a las diferencias entre unos y otros,
que llamamos “principios”, los cuales son pueden tenerse a la vista las aportaciones
invocados por los jueces para decidir en de Dvvorkin y Alexy que consideramos al
un sentido o en otro y para justificar sus momento de exponer el concepto de de­
fallos. Y tiene consecuencias, por último, recho de uno y otro, sin olvidar tampoco
en la cienciajurídica, puesto que lo que se la distinta manera en que se resuelven las
espera de ésta no es sólo que identifique, antinomias de reglas y los conflictos entre
interprete y relacione las reglas de un deter­ principios. Para las primeros hay criterios
minado ordenamiento jurídico, sino que, bien precisos, como los de jerarquía, crono­
además, dé cuenta de los principios como lógico y de especialidad, mientras que para
componentes de ese ordenamiento. los segundos el camino es la ponderación,
Todavía más: no sólo la presencia de con el efecto de que al resolver un conflicto
principios en el derecho tiene efectos en entre dos reglas sólo una de ellas puede
las cuatro direcciones recién indicadas, ser válida, mientras que dar preferencia
sino también la de derechos fundamen­ a un principio no implica desconocer ni
tales y valores superiores, puesto que lo desechar la vigencia del principio que se
que acaba de decirse acerca de dónde y le oponga en una situación dada.
cómo impactan los principios puede afir­ En el caso del derecho chileno, y a nivel
marse también a propósito de esos otros de los textos normativos que se refieren
dos tipos de estándares. De este modo, a a ellos, los principios jurídicos tienen un
la hora de definir el derecho, es preciso estatuto desmejorado. Así, por ejemplo, el
tener en cuenta la existencia de reglas y artículo 24 del Código Civil, refiriéndose a
de principios, pero también la de derechos ellos como “espíritu general de la legisla-
fundamentales y valores superiores. A la
vez, aquéllos y éstos, al tener también una 136 La expresión es de Miguel Angel Rodilla.
evidente dimensión moral, afectan la ma­
Véase Laporta, Francisco, Ruiz Mañero, Juan,
nera como entendemos la relación entre y RODILLA, Miguel Angel: Certeza y predecibilidad de
derecho y moral. Seguidamente, los jueces, las relaciones ju rídicas, Fundación Coloquio Jurídico
además de utilizar reglas y principios como Europeo, Madrid, 2009, p. 12.

149 EDITORIAL JURIDICA Oí CH1U


Curso de Filosofía del Derecho

ción”, les reconoce una función bastante a la Constitución y a las normas dictadas
menor: señar, junto con lo que el mismo conforme a ésta.
artículo llama “equidad natural”, para in­ Y en cuanto a las funciones que cumplen
terpretar pasajes oscuros o contradictorios los principios, podríamos señalar: a) formar
de las leyes, y ello sólo en el caso de que no parte del derecho y ser considerados al mo­
pudieren aplicarse las reglas de interpre­ mento de dar un concepto u ofrecer una
tación precedentes, esto es, las que consa­ descripción de éste, a la vez que formar parte
gran los artículos 19 al 23, lo cual constituye de los distintos ordenamientos jurídicos
un error, puesto que existiendo un texto y ser considerados al momento de anali­
legal, siempre podrán aplicarse a su res­ zar y exponer éstos (función descriptiva);
pecto los métodos gramatical, histórico, b) dirigir la conducta de los sujetos nor­
lógico y sistemático, aunque alguno o todos mativos (función prescriptiva); c) orientar
ellos no conduzcan en uno o más casos la actividad que realizan, cada cual en su
a resultados satisfactorios en materia de campo, los distintos operadores jurídicos;
interpretación de ese texto. Por su parte, y d) fundamentar decisiones que adoptan
llamándolos “principios de equidad”, con autoridades normativas como legisladores,
lo cual introduce una confusión entre ellos jueces y funcionarios de la administración
y la equidad, el Código de Procedimiento (función justificativa); e) colaborar en la
Civil admite que los principios, además de interpretación de las reglas jurídicas con
interpretar la ley, pueden integrar ésta, o las cuales conviven al interior de un mis­
sea, salvar lagunas legales. De acuerdo a mo ordenamiento (función interpretativa);
lo que expresa el artículo 24 del Código f) integrar lagunas (función integradora),
Civil, por lo mismo, los principios son algo aunque en el entendido de que se trata de
así como jugadores en la banca que sólo lagunas en las reglas, no en el derecho, puesto
pueden entrar a jugar -y únicamente con que los principios no podrían integrar el
el fin de interpretar la ley- cuando no se “derecho” si forman parte de éste; g) resol­
ha obtenido un resultado satisfactorio en ver conflictos de reglas jurídicas (función
aplicación de los métodos de interpretación de solución de antinomias); h) establecer
consagrados en los artículos 19 al 23. límites a la competencia de determinados
Los principiosjurídicos pueden ser tanto órganos (función limitativa); i) colaboraren
explícitos, como implícitos según se encuen­ la rcconstucción conceptual que la ciencia
tren o no expresamente declarados por el jurídica lleva a cabo del material normativo
ordenamientojurídico. Cuando lo están, son de un determinado ordenamiento (función
fácilmente reconocibles -por ejemplo, en sistemática); y j) evitar consecuencias no­
el caso del artículo 1546 del Código Civil-, toriamente injustas e inconvenientes que
y cuando no, su presencia en el derecho es pudieran seguirse de la aplicación de una
como la del alcohol dentro del vino, o sea, regla a un caso dado, consecuencias que
tan invisible como real, como sería el caso el legislador que la creó no previo ni pudo
del principio en virtud del cual las normas posiblemente prever, pero que parece del
deben interpretarse como si las hubiere caso evitar (función correctiva).
dictado un legislador racional. Los derechos fundamentales son tam­
Los principios pueden estar dirigidos a bién piezas o componentes del derecho,
guiar la conducta de los sujetos normativos tanto de los derechos nacionales de las so­
o de los poderes normativos vinculados a ciedades democráticas cuanto del derecho
la producción y aplicación del derecho. internacional. Estrictamente hablando, los
Ejemplo de los primeros es el mismo ar­ derechos fundamentales no son ni reglas
tículo 1546 del Código Civil, que obliga a ni principios, aunque a veces son conside­
las partes de un contrato a ejecutar éste de rados o presentados como aquéllas o como
buena fe, y de los segundos el artículo 6° éstos. En cualquier caso, y sin perjuicio de
de la Constitución, que dispone que los los debates acerca de su concepto, de su
órganos del Estado deben someter su acción fundamentación, de su historia, e incluso

—e DiTowAt) UR1DICA i:h en i le 150


Cap. II. El concepto de Derecho

de su nombre o denominación, lo cierto ordenamiento jurídico la libertad, la jus­


es que existe en la actualidad un auténtico ticia, la igualdad y el pluralismo político”.
derecho positivo de los derechos humanos, Otras Constituciones no se refieren a ellos
tanto a nivel interno de los Estados como con la explícita denominación de “valores
en el ámbito internacional, además de sis­ superiores”, pero podría entenderse que de
temas de declaración y protección a nivel igual manera los introducen en el ordena­
universal y regional, de manera que ese miento jurídico, como sería el caso de la
derecho positivo de los derechos humanos Constitución chilena, que en su artículo Io
está constituido no sólo por los textos que declara que “es deber del Estado resguar­
se refieren a ellos en las constituciones de dar la seguridad nacional, dar protección
los Estados y en los tratados internaciona­ a la población y a la familia, promover la
les, sino por los fallos que en materia de integración armónica de todos los sectores
derechos fundamentales dan los tribunales de la Nación y asegurar el derecho de las
constitucionales y otros órganos jurisdic­ personas a participar con igualdad de opor­
cionales a nivel interno de los Estados y tunidades en la vida nacional”. Se podrá estar
por los fallos, resoluciones y acuerdos que o no de acuerdo con ellos, con la manera
emiten la Corte Penal Internacional y las en que se los ha expresado y con el orden
diversas cortes y comisiones regionales que en que se los menciona, pero tales serían,
en materia de derechos humanos existen según el texto constitucional de 1980, los
en América, Europa, Africa y Asia. Por otra valores superiores del ordenamiento jurí­
parte, el derecho positivo de los derechos dico nacional.
humanos ha permitido el desarrollo de una Los valores superiores, en ocasiones
dogmática acerca de ellos, sin peijuicio de considerados como principios o tratados
la teoría o doctrina que se ocupa de los ya como tales, lo mismo que ocurre con los
mencionados problemas que conciernen derechos fundamentales, tienen diferencias
al concepto, fundamentación, nombre e con los principios. Se parecen a éstos en
historia de esta clase de derechos. su dimensión moral, con lo cual vienen
Para actualizar las cuestiones antes aludi­ a hacer más difícil aún la cuestión de la
das -concepto, fundamentación, nombre, diferencia y relaciones entre derecho y
historia y sistemas de declaración y protec­ moral, aunque tienen un mayor grado de
ción de los derechos fundamentales-, se generalidad, abstracción y concisión que
sugiere revisar el Capítulo III de nuestro los principios, como es bien claro si se
libro Introducción al derecho.™ revisan los valores superiores que introdu­
Finalmente, en cuanto a los valores su­ ce la mencionada Constitución española
periores como piezas o componentes del -libertad, justicia, igualdad y pluralismo
derecho, no resulta fácil definirlos, aunque político- o si se revisa lo que dispone el
esto tampoco constituye una novedad. Tam­ artículo Io de la Ley Fundamental alemana
bién resulta difícil definir el género de las al declarar que la dignidad del hombre es
normas y las normas jurídicas en particular, inviolable y constituye deber de todos los
los principios jurídicos y los derechos fun­ poderes públicos respetarla y protegerla.
damentales. Lo que facilita las cosas en el Tienen también los valores superiores un
caso de los valores superiores es que algu­ rasgo de mayor énfasis que los principios,
nas Constituciones los reconocen bajo esa incluso que los principios constitucionales,
misma denominación, como es el caso de es decir, aquellos que la misma Constitu­
la española, que en su artículo 1.1 declara ción establece, lo cual podría conducir a la
que “España se constituye como un Esta­ conclusión de que gozan de superioridad
do social y democrático de derecho, que sobre los principios. Y, por último, si los
propugna como valores superiores de su principios son mandatos de optimización
que establecen deberes a cumplir en dife­
rentes grados, los valores superiores esta­
137 Ibíd., pp. 197-279. blecerían no un deber, sino lo bueno, o lo

151 EDITORIAL JURIDICA DECHlLt


Curso de Filosofía del Derecho

mejor, perteneciendo al ámbito axiológico legales, reglamentarios, de tratados, de con­


y no al deontológico. tratos, de sentencias), la interpretación del
Por ello, y además de encontrarse vin­ derecho es, en tal sentido, una interpreta­
culados por reglas, principios y derechos ción de textos, y a lo que ella apunta, como
fundamentales, quienes producen, aplican indica Roberto Verncngo, es a “disponer de
e interpretan el derecho lo están también a una traducción aceptable” del texto nor­
los valores superiores del respectivo ordena­ mativo de que se trate, motivo por el cual
miento, hállense éstos declarados bajo ese “entender un enunciado es disponer de otro
nombre o no, aunque constituyen marcos enunciado que pueda traducir el primero”,
más abiertos que el de los principios para enunciado que es a su turno susceptible de
las autoridades normativas que deben ajus­ ser interpretado por medio de un nuevo
tarse a ellos en los mencionados procesos enunciado, produciéndose de este modo
de producción, aplicación e interpretación una auténtica serie de “interpretaciones
del derecho. Pero lo que interesa destacar en cadena”.138
es que los valores superiores no son supra- Todavía más: las normas y demás están­
constitucionales, sino intraconstitucionales, dares del derecho pueden ser vistos como
en tanto aparecen declarados en los propios un determinado uso del lenguaje, concre­
textos constitucionales, lo cual les hace formar tamente, el uso directivo de éste, que es
parte del derecho positivo. De otra parte, aquel del que nos valemos cada vez que se
y si bien a veces se les considera como los trata de dirigir la conducta de otro.
cimientos del edificio constitucional, ello Por otra parte, el lenguaje en que se
es únicamente en el entendido de que los sustentan las normas y demás estándares
cimientos forman parte de ese mismo edificio del derecho, como todo lenguaje, adole­
y no son algo anterior y distinto de él. Desde ce a veces de ambigüedad y, asimismo, de
nuestro punto de vista, los valores superiores vaguedad, dos características antes que de­
no sostienen el edificio constitucional, sino que fectos del lenguaje con las que es preciso
lo irradian desde lo alto del propio edificio. lidiar al momento de la interpretación del
Se parecen, si se nos permite, al sistema de derecho. Una ambigüedad, y sobre todo
calefacción central del edificio, que alcanza vaguedad, que aumentan en el caso de los
a la totalidad de las habitaciones y que todos estándares que no son normas, especialmente
quienes permanecen en estas comparten y principios jurídicos y valores superiores del
experimentan de algún modo. ordenamiento.
Tratándose de lenguaje jurídico, es po­
sible distinguir tres niveles: el lenguaje de
3.5. Lenguaje las normas y otros estándares que forman
parte del derecho vigente en un lugar y
Las normas y otros estándares del derecho tiempo dados; el lenguaje acerca de las nor­
se encuentran sustentados en el lenguaje, lo mas en que los juristas formulan los enun­
cual permite que puedan ser comunicadas ciados de la ciencia jurídica; y el lenguaje
a los sujetos normativos que deben darles sobre el lenguaje acerca de las normas de
cumplimiento y a los órganos jurisdicciona­ que se valen los filósofos del derecho para
les que deben aplicarlas. A su vez, siempre aclarar términos y conceptos que, antes
que los tribunales aplican normas u otros que en el derecho, aparecen en la ciencia
estándares jurídicos y producen normas o saber que estudia éste. En el lenguaje
individuales para los casos que conocen, que se produce en el segundo de tales ni­
comunican también a las partes o personas veles -el de la ciencia jurídica- y a veces
interesadas las decisiones normativas que también en el primero -el del derecho-,
adoptan en ejercicio de la función juris­
diccional.
Por lo mismo, si el derecho se sustenta 138 Véase VERNENGO, Roberto: Curso de teoría

comúnmente en textos (constitucionales, general del derecho, ob. cit., pp. 404 y ss.

OITONAL JURIDICA DF CHILí 152


Cap. II. El concepto de Derecho

encontramos términos que ni los juristas términos de una unión de reglas primarias
ni las autoridades normativas que hacen y secundarias.
su trabajo en uno u otro de esos niveles se Se habla, indistintamente, de “crear” o
detienen a aclarar suficientemente, y es “producir” derecho, aunque el segundo de
ello lo que explica el lenguaje jurídico de esos términos parece más apropiado, puesto
tercer nivel al que hemos aludido aquí, el que el primero sugiere que las normas y
cual corresponde a la filosofía del derecho. otros estándares del derecho serían forja­
Por lo mismo, y vistas las cosas en términos dos por las autoridades normativas de una
de lenguaje, la filosofía del derecho, antes manera mucho más libre de cómo ocurre
que al derecho, miraría hacia la ciencia del en la práctica. “Crear” sugiere instalar algo
derecho, a fin de aclarar los términos y el desde la nada, en circunstancias de que
aparato conceptual de que esta última se cualquier autoridad normativa con compe­
vale al estudiar y dar cuenta del derecho. tencia para producir derecho -piénsese en
Términos y expresiones como “derecho”, el legislador, por ejemplo- procede bajo la
“sanción”, “derechos humanos”, “validez”, influencia de esos factores políticos, eco­
“eficacia”, “norma”, “normajurídica” y otros nómicos, sociales, científicos, morales, y de
semejantes aparecen antes en el lenguaje cualquier otro orden, que solemos llamar
de los juristas que en el de las autoridades “fuentes materiales del derecho”, los cuales
normativas, en el lenguaje de la ciencia del se encuentran en el origen de las normas
derecho antes que en el del derecho mismo, del derecho y más allá de la voluntad de la
y uno de los cometidos de la filosofía del autoridad u órgano que las produce. Nin­
derecho consiste en clarificar palabras y guna autoridad normativa actúa en el vacío,
expresiones como esas. sino bajo la influencia de factores de la más
diversa índole que en alguna medida con­
dicionan y hasta determinan los procesos
3.6. Creación de producción jurídica.
Cabe recordar, asimismo, que producir
El derecho es dinámico, o sea, se trata de derecho conlleva aplicar derecho, y que
un orden normativo que regula su propia aplicar derecho supone interpretar éste. Se
creación. trata, pues, de actividades que se imbrican
El hombre crea o produce el derecho y, unas con otras cada vez que una autori­
por medio de éste, concretamente de las así dad normativa, por ejemplo legisladores y
llamadas normas de competencia, establece jueces, o cada vez que sujetos de derecho
cómo ha de llevarse a cabo la producción incorporan nuevas normas al ordenamiento
jurídica, y, más precisamente, señala quiénes, jurídico de que se trate en los respectivos
cómo y con cuáles límites de contenido se ámbitos de producción jurídica que a ta­
encuentran facultados para producir las les autoridades y sujetos acuerda el propio
normas y otros estándares en que el dere­ ordenamiento.
cho consiste. Para producir nuevas normas La teoría jurídica tradicional veía como
y estándares jurídicos, hemos señalado, y algo diferente y separado las funciones
también, desde luego, para modificar las de producir y aplicar derecho, como si
existentes o dejarlas sin efecto. Esas normas la primera estuviera confiada únicamen­
de competencia, a su turno, se relacionan te al legislador y la segunda a los jueces,
con las fuentes formales del derecho, y son en circunstancias de que tanto aquéllos
propias de todo ordenamiento jurídico como éstos producen y a la vez aplican
evolucionado cuya fuente de producción derecho. El legislador crea derecho por
no sea únicamente la costumbre. Como medio de las leyes que dicta, y aplica las
se recordará, este üpo de normas, con la normas de la Constitución que le otorgan
denominación de “reglas de cambio”, son competencia para ello, que establecen el
un tipo de reglas secundarias en la des­ proceso de formación de las leyes y que
cripción que Han hace del derecho en ponen ciertos límites en cuanto a los con­

153 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

tenidos de que el legislador puede dotar 3.7. Interpretable


a las leyes. Por su parte, los jueces aplican
derecho, concretamente aquellas normas El derecho es susceptible de interpreta­
jurídicas de carácter general y otros es­ ción. Tiene incluso una fuerte apetencia
tándares jurídicos atingentes a los casos interpretativa, en cuanto, como sabemos,
que deben resolver, y, a la vez, crean en se encuentra sustentado en el lenguaje, y
sus fallos normas particulares cuya validez éste adolece siempre, en alguna medida,
se circunscribe a tales casos y a quienes de ambigüedad o de vaguedad, dos carac­
hayan intervenido en ellos. No hay pues terísticas que tratándose del derecho se
diferencia entre legisladores y jueces, salvo vuelven más ostensibles al pasar de las re­
que en el caso de los primeros la actividad glas a los principios y de éstos a los valores
de producir derecho aparece con mayor superiores.
notoriedad que la de aplicarlo, mientras “Interpretar” es una actividad humana
que tratándose de los jueces tiene mayor que tiene que ver con los significados, y
visibilidad la actividad de aplicar derecho ella es realizada por referencia a múltiples
que la de crearlo. A la vez, tanto legisladores objetos que, por ello, toman el nombre
como jueces, en cuanto aplican derecho, de “objeto significado”, o, simplemente,
tienen que interpretar éste, puesto que así “objeto interpretado”. Uno de tales objetos
como no hay producción de derecho sin es el derecho y, más específicamente, los
aplicación de éste, tampoco puede haber textos en que se sustenta.
aplicación sin interpretación. Si la interpretación es siempre de algo
Sólo en el momento fundacional de un -del objeto interpretado-, y si se trata de
Estado, cuando se produce lo que en lenguaje una actividad realizada por alguien -el in­
de Kelsen se llama “primera Constitución”, térprete-, interpretar es una acción tan ha­
puede decirse que sólo hay producción y no bitual como relevante -todos interpretamos
aplicación de derecho, lo mismo que en el y lo hacemos por referencia a muchísimas
caso de una “nueva primera Constitución” cosas-, siéndolo de manera especial en el
que sea el resultado de un golpe de Estado caso del derecho, puesto que ella acompaña
o de una revolución que triunfa, puesto de manera inseparable a las operaciones
que en hipótesis como esas la Constitución de producirlo y aplicarlo.
anterior, cancelada por quienes se hayan Cabe señalar también que se llama “inter­
hecho cargo del poder sin sujeción a sus pretación” tanto a la actividad antes señalada
normas, no puede ser aplicada. A su vez, como al resultado de ésta. Así, llamamos de
en el extremo inferior del ordenamiento ese modo a la actividad que un tratadista de
jurídico, cuando de lo que se trata es de derecho penal lleva a cabo por referencia
ejecutar la sentencia dictada por un juez, al significado del código del ramo y leyes
puede decirse que sólo hay aplicación de especiales que lo acompañan y, a la vez, a
derecho, sin que se produzca, a la par, pro­ las conclusiones que llega luego de haber
ducción de éste. realizado dicha actividad.
Si crear derecho, como se dice habitual­ Por otra parte, hablar de interpretación
mente, es producirlo por medio de alguna es hablar de interpretaciones, puesto que
de sus fuentes, aplicar derecho consiste en en toda interpretación, cualquiera sea el
el empleo o utilización de una norma u objeto interpretado, está implicada la posi­
otro estándar jurídico con miras a producir bilidad de varias interpretaciones, o sea, de
otra norma o estándares (salvo el caso de la varios significados. Un mismo objeto -por
aplicación o ejecución de una sentencia ju­ ejemplo, una obra de teatro, una película,
dicial), mientras que interpretar derecho, una una pintura, una Constitución-, consiente
actividad que acompaña indefectiblemente a diversas interpretaciones, y la misma actividad
las acciones de producirlo y aplicarlo, tiene interpretativa se encamina, precisamente,
que ver con los significados de las normas a hacer comprensible lo que de ordinario
y demás estándares que se aplican. no es unívoco. Lo que tenemos, en conse­

íditowal JURÍDICA decuih 154


Cap. II. El concepto de Derecho

cuencia, es un pluralismo interpretativo, y gún recurso, la comunidad de operadores


ello por diversas razones: por la infinidad jurídicos interesados en la jurisprudencia
de objetos interpretados; por la multipli­ de los tribunales, y los medios y la opinión
cidad de intérpretes; por la diversidad de pública cuando se trate de un asunto de
interpretaciones que admite un mismo interés social relevante.
objeto, las cuales entran en competencia Una cuestión debatible es la de si el
unas con otras; y, finalmente, porque las sentido se encuentra en el mismo objeto
interpretaciones son a su vez objeto de otras interpretado -por ejemplo, una novela, un
interpretaciones, produciéndose de este código- y la labor del intérprete consiste
modo esa “cadena de interpretaciones” a en buscarlo, encontrarlo y explicitarlo, o si
que aludimos antes en este capítulo. Con lo que ocurre es que el intérprete atribuye
todo, y a propósito de la segunda de dichas un significado al objeto interpretado. En
cuestiones -diversidad de interpretaciones el primer caso puede decirse que el intér­
que admite un mismo objeto-, éstas han prete capta el sentido del objeto significa­
de ser razonablemente diversas. Con lo do, mientras que en el segundo atribuye \m
cual se quiere decir que siempre hay un sentido a ese objeto. Esto tiene importancia
límite que respetar y que, por lo mismo, el en la interpretación de textos jurídicos, un
intérprete no debe introducir, ni explícita campo interpretativo en el que se utilizan
ni subrepticiamente, un sentido arbitrario varios verbos para aludir a la exacta acción
o completamente ajeno al texto interpre­ que realiza el intérprete en relación con
tado.139 Por incierta que sea, por abierta el sentido de tales textos: “determinar”,
que pueda ella encontrarse, en el caso de “fijar”, “inferir”, “deducir”, “establecer”,
la interpretación que recae sobre textos “constatar”, “atribuir”, “captar”, etc.
normativos del derecho debe existir una La interpretación jurídica, por su parte,
relación o correspondencia racional entre es la actividad que consiste en establecer
los enunciados interpretados (los textos el significado del derecho, concretamente,
interpretados) y aquellos que se formulan de las normas, principios y demás están­
como resultado de la interpretación tenida dares que forman parte de él, cualquiera
por válida (textos interpretativos). Tanto es sea la fuente por medio de la cual se ha­
así que los razonamientos interpretativos yan incorporado al ordenamiento jurídi­
que un juez lleva a cabo en la parte consi­ co correspondiente. En consecuencia, la
derativa de un fallo -o los que comparte expresión “interpretación del derecho” es
con sus lectores un tratadista de cualquiera más amplia que “interpretación de la ley”,
de las ramas del derecho-, tienen que ser puesto que las leyes no son el único objeto
siempre justificados, lo cual quiere decir que significado por los intérpretes del derecho.
un juez tiene que valerse de razonamientos También lo son las Constituciones políti­
leales y suficientemente claros y persuasivos cas que rigen en los Estados, los tratados
al momento de mostrar la corresponden­ internacionales, las manifestaciones de la
cia entre el texto interpretativo del que es potestad reglamentaria, los contratos, y las
autor y el texto interpretado puesto por sentencias judiciales.
el legislador. Si no a la condición de única Por lo mismo, vale la pena reiterar que
interpretación posible o correcta, la que el derecho, como todos los objetos inter­
llevan a cabo los jueces tiene que aspirar, pretados y cualquiera sea el texto que lo
cuando menos, a la aceptabilidad por parte sustente, es un marco abierto a varias po­
de las audiencias que lo rodean: las partes, sibilidades de interpretación, esto es, que
los abogados de éstas, el tribunal superior de un mismo enunciado normativo o dis­
que podría revisar su fallo por vía de al­ posición - contenido en una Constitución,
en una ley, en un tratado-, pueden resultar
139 Véase Zacaria, Giuseppe, y Viola, Francesco: distintas normas, establecido que éstas no
Derecho e interpretación. Elementos de teoría hermenéutica preexisten propiamente a la interpretación,
del derecho, Dykinson, Madrid, 2007. sino que son resultado de ésta.

155 EDITORiAL |(J RI DIGA. Dí:


Curso de Filosofía del Derecho

En rigor, lo que se interpreta en el caso enunciado normativo, es decir, una misma


del derecho no son normas, sino enunciados disposición o norma-dato, especialmente en
normativos. lo que encontramos en los textos casos más complejos que el que acabamos
normativos son “enunciados normativos”, o de utilizar como ejemplo, puede conducir
“disposiciones”, como también se las llama, a distintas interpretaciones, debiendo en
y las normas propiamente tales surgen como tal caso el intérprete escoger una de ellas
resultado de interpretar esos enunciados o y argumentar de manera tal que justifique
disposiciones. También es posible hablar de la elección efectuada.
“norma-dato” para aludir a las que aparecen Es preciso advertir que en el modo de
en los textos normativos susceptibles de hablar habitual de los juristas y demás ope­
interpretación, y “normas-producto” para radores jurídicos, sean éstos legisladores,
referirnos a las que resultan de la interpre­ jueces, funcionarios de la Administración
tación de las primeras. Las “normas-dato” o abogados, está siempre presente la idea
(enunciados normativos, disposiciones) son de la interpretación del derecho como una
producidas por el constituyente, por el le­ actividad referida a normas y no a textos
gislador, por autoridades administrativas, en normativos en los que hay enunciados o
los textos normativos que llamamos “Cons­ disposiciones que sólo una vez interpretados
titución”, “leyes” y “decretos”, mientras que dan lugar a las normas propiamente tales.
las “normas-producto” son fijadas por los Nada impide que se continúe hablando
intérpretes, especialmente por los jueces, de esa manera -de la interpretación del
lo cual no significa que las “normas-dato” derecho como interpretación de normas-,
sean creadas por los intérpretes. a condición de que se tenga presente la
La sencilla norma contenida en una distinción entre los textos normativos y las
ordenanza municipal y fijada en la puerta normas como significados de esos textos, o
de ingreso de los lugares correspondientes sea, la distinción entre enunciados norma­
que establece “Prohibido el ingreso de ve­ tivos y normas propiamente tales.
hículos a los parques de la ciudad” no es, la prácticajurídica es, en medida impor­
propiamente hablando, una norma, sino tante, ese “ejercicio de interpretación” del
sólo un enunciado normativo, una dispo­ cual habla Ronald Dworkin, ejercicio que
sición, una norma-dato, que sólo una vez es llevado a cabo en distintas sedes y por
interpretada conducirá a la determinación diferentes agentes u operadores jurídicos,
de la norma como tal, o norma-producto, y que tanto puede conducir a la produc­
que establecerá, en este ejemplo, que lo que ción de nuevas normas, como en el caso
se encuentra prohibido es el ingreso con de la interpretación operativa que realizan
vehículos que puedan afectar la seguridad o legisladores yjueces, como no hacerlo, que
tranquilidad de quienes visitan y permane­ es lo que ocurre con la interpretación no
cen en los parques -camiones, automóviles, operativa que llevan a cabo los juristas. En
motocicletas-, pero no el ingreso con vehí­ efecto, se llama “interpretación operativa” a
culos que en nada amenacen ni perturben la que lleva a cabo una autoridad normativa
dicha seguridad y tranquilidad -como sería con vistas a producir nuevas normas (o, en
e
rYN

el caso del coche a pedales de un niño o el lenguaje que acabamos de utilizar, nuevos
la silla de ruedas impulsada por un motor enunciados normativos o disposiciones),
que moviliza suavemente a un anciano-, como es el caso de la interpretación que
quedando en una zona de penumbra, por hace el legislador de las normas constitucio­
ejemplo, el caso de bicicletas y de patines. nales que regulan, tanto en el fondo como
Todo enunciado normativo, en consecuencia, en la forma, el proceso de producción de
aun los más simples, como en el ejemplo las leyes, o la que realiza un juez cada vez
que acabamos de ver, necesitan ser inter­ que aplica normas procesales y sustantivas
pretados, y las normas propiamente tales que, atingentes al caso que debe resolver,
no preceden a la interpretación, sino que producen una normajurídica particular en
son resultado de ésta. A la vez, un mismo el fallo correspondiente. En cambio, “in­

EDITOR.1AL JURIDICA DE CHILE 156


Cap. II. El concepto de Derecho

terpretación no operativa” es la que realiza se emplean indistintamente ambos verbos,


cualquier operador jurídico o persona sin y vamos a seguir aquí esa tendencia, o, si
que ello conduzca a la producción de nue­ se prefiere, vamos a emplear la expresión
vas normas y estándares del ordenamiento, “razonamientojurídico” como si incluyera la
como es el caso de la que realizan juristas, segunda -“argumentaciónjurídica”-, o sea,
abogados y los propios sujetos normativos vamos a hablar de “razonamiento jurídico”
imperados por el derecho. para aludir a una actividad que consiste tan­
Por otra parte, si el derecho regula su to en formarse razones acerca del derecho
propia producción, y si no hay producción como en aducir o comunicar éstas.
de derecho sin aplicación de éste, a la vez Podemos llamar “razón” a la capacidad
que no puede haber aplicación sin inter­ humana para discurrir, para desarrollar un
pretación, el derecho suele regular también estado mental que pueda apoyar una verdad,
la interpretación que de él se hace, como explicar una creencia, dar base a una pre­
aparece de manifiesto, por ejemplo, en las ferencia o justificar una acción o decisión
normas correspondientes del título preli­ cualquiera. También llamamos “razón”, o
minar del Código Civil chileno. “razones” al resultado que se consigue luego
Por último, y atendido que en una de las de hacer uso de dicha capacidad. De esta
sedes más importantes de la interpretación manera, utilizamos la misma palabra -“ra­
jurídica -lajudicial- lo que se interpreta son zón”- para aludir a la capacidad de producir
tanto hechos como normas y otros están­ argumentos y demostraciones como a los
dares, es posible distinguir en tal situación propios argumentos o demostraciones que
entre interpretación jurídica e interpretación son resultado de ella. Así, por ejemplo, en
del derecho, donde la primera de esas dos el primero de esos dos sentidos aparece
expresiones tendría mayor amplitud que utilizada la palabra “razón” si decimos “El
la segunda, puesto que abarcaría tanto la hombre es un ser dotado de razón”, y en
adscripción de significado a los hechos del el segundo cuando afirmamos “Pedro tuvo
caso como a las normas que los regulan, razón para actuar del modo que lo hizo”.
mientras que “interpretación del derecho” Por su parte, “razonar” es la acción que
quedaría reservada para la que concierne consiste en discurrir, en formarse razones,
únicamente a los enunciados normativos que aunque comunicando o manifestando lo
es posible hallar en los textos normativos. que se discurre, y, en este sentido, “razonar”
incluye “argumentar”.
“Razonamiento” es la acción y efecto
3.8. Argumentable de razonar, o sea, se trata de la operación
que consiste en discurrir y aducir razones,
El derecho, además de interpretable, es y, más precisamente, se trata de un enca­
también argumentable. El derecho, junto denamiento de proposiciones que, puestas
con tener una dimensión interpretativa, la de una determinada manera, de algunas
tiene también argumentativa. Y si bien toda de ellas que podemos llamar “premisas”
argumentación jurídica incluye razonamien­ se siguen otras que solemos llamar “con­
tos interpretativos, dicha argumentación clusiones”.
no se reduce a realizar y comunicar sólo Razonamientojurídico es el que con­
razonamientos interpretativos. Por lo mismo, cierne al derecho, de manera que razonar
“razonamiento jurídico”, en cuanto se trata jurídicamente es hacerlo en contextos de
de una actividad que incluye razonamien­ derecho y, mejor aún, en el contexto de un
tos interpretativos, pero que no se reduce derecho válido determinado.
a éstos, es una expresión más amplia que Lo mismo que pasa con la interpreta­
“interpretación jurídica”. ción, se razona jurídicamente en distintas
“Razonar” es formarse razones acerca sedes y por diferentes agentes. Se razona
de algo y “argumentar” es comunicar tales jurídicamente en sede legislativa por el le­
razones. Con todo, a propósito del derecho gislador, en sede judicial por losjueces, en

157 EDITO W Al JURIDICA DECHIL


Curso de Filosofía del Derecho

sede administrativa por los funcionarios, jurídica, la teoría jurídica y la filosofía del
en sede forense por los abogados, en sede derecho- que captan, explican y destacan
de solución alternativa de conflictos por alguno de los aspectos del derecho, aunque
árbitros y mediadores, en sede académica sin que deban unilateralizarlos e incurrir
por los juristas e, incluso, en ese ámbito en nociones reduccionistas.
común en el que los propios sujetos nor­ Debemos señalar, además, que si razonar
mativos -por ejemplo, a la hora de celebrar jurídicamente es hacerlo en contextos de
contratos-, encadenan también enunciados derecho, ese proceso resulta entonces tan
o proposiciones jurídicas que les permiten complejo como lo es el propio derecho. Si
llegar a determinadas conclusiones. Por lo razonar en contextos de derecho es hacerlo
mismo, si “razonamiento” es más amplio en el marco de todas las fuentes de éste y
que “razonamiento jurídico”, puesto que no sólo de la ley -y por eso es que hablamos
razonamos en muchos contextos fuera del de “razonamiento jurídico” y no de “ra­
derecho -por ejemplo, en el de la política, zonamiento legal”-, razonar en contextos
en el de la economía, en el del arte-, “ra­ de derecho es hacerlo en el marco de las
zonamiento jurídico” lo es a su turno que normas jurídicas que forman parte del or­
“razonamientojudicial”, porque razonamos denamiento jurídico de que se trate, pero
jurídicamente en más ámbitos que la sola también en el de aquellos enunciados que,
sede jurisdiccional. estrictamente hablando, cumplen funciones
La perspectiva del razonamientojurídico distintas de las normas, esto es, de impo­
permite entender una dimensión importante ner deberes y establecer obligaciones, tales
del derecho, distinta aunque relacionada como definir conceptos jurídicos, otorgar
con la de la interpretación jurídica. Sin competencias, permitir positivamente una
embargo, advertir y adoptar esa perspectiva conducta, interpretar y derogar; y, final­
no conduce a un nuevo concepto o idea del mente, razonar en contextos de derecho
derecho, sino, menos que eso, aunque no es hacerlo, además, en el marco no solo
por ello carente de importancia, a una am­ de normas propiamente tales y de otras
pliación de dicho concepto y al consiguiente que cumplen esas distintas funciones que
mejoramiento de nuestra comprensión del acabamos de recordar, sino hacerlo en el
fenómeno jurídico. Si una parte relevante de aquellos otros estándares que también
de la doctrina jurídica del siglo XX puso el forman parte del derecho, como principios,
acento primero en la interpretación y algo valores superiores del ordenamiento y de­
más tarde en la argumentación jurídica, rechos fundamentales. Tales son las piezas
ello no quiere decir que el derecho sea hoy que, al constituir un derecho moderno,
interpretable y argumentable y que ayer no condicionan el razonamiento de los distin­
lo haya sido. El derecho siempre ha sido tos operadores jurídicos y de los sujetos de
interpretable y, a la vez, argumentable. Pero derecho que lo llevan a cabo.
se trata de dos aspectos o dimensiones del Cabe reiterar, sin embargo, que en el
derecho que han venido siendo realzados caso de la argumentación judicial ésta no
y explicados, cada vez mejor, por un sector se reduce a las normas y otros estándares
importante de la teoría jurídica contempo­ relativos al caso de que se trate, sino que
ránea. De esta manera -podríamos concluir alcanza, y de manera muy importante, a los
a este respecto-, el concepto de derecho se hechos de éste. Muchas veces las partes de
modifica, o acaso se enriquece o vuelve más un juicio y los abogados que las representan
complejo, no sólo a raíz de los cambios que no disienten en las normas aplicables ni en
experimenta el propio derecho, sino también el sentido o significado de éstas, sino en los
por los que ocurren a nuestro pensamiento hechos del caso y en las consecuencias jurí­
acerca del derecho y a las dimensiones de dicas que de ellos se derivan. Con todo, de
éste que relevamos en un momento de­ los hechos de un caso conocido por un juez,
terminado, un pensamiento que se cultiva si bien suele decirse que son interpretados,
y expresa en disciplinas -como la ciencia lo cierto es que son probados. Los hechos

i: DITOR.1AL | URID1CA DE Cl 11LE 158


Cap. II. El concepto de Derecho

de un caso que se discute judicialmente y normativas debidamente enlazadas, sino


no pueden conocerse en forma directa, que surgen de una manera espontánea,
puesto que ocurrieron en el pasado, y lo aunque como resultado del conocimiento
que se tiene de ellos son diferentes versio­ que el juez tiene del proceso, de manera
nes que cada parte procura acreditar con que éste da luego la apariencia de un razo­
pruebas que el juez tiene que ponderar. namiento deductivo a una decisión que en
En un proceso judicial los que se enfren­ rigor no lo es y que tomó mucho antes de
tan son distintos relatos o versiones acerca redactar los antecedentes, argumentaciones
de cómo ocurrieron los hechos y a eso se y determinaciones que forman parte de su
acostumbra llamar “la cuestión fáctica”, y sentencia. Para una posición como ésta, la
se trata de algo distinto de la “controver­ argumentación ofrecida por losjueces en
sia jurídica”, que es la que concierne a las sus fallos no serían más que un subterfugio
normas aplicables, al sentido de éstas y a ex post de que se valen para no aparecer
las consecuencias que de ellas se derivan incumpliendo el deber de justificar sus de­
para el caso en cuestión. cisiones. En el extremo opuesto se ubica
Dentro del cuadro general del razona­ la posición de quienes sostienen que todo
miento jurídico, el razonamiento judicial fallo judicial es estructural y exclusivamente
ocupa un lugar muy destacado y se trata del deductivo, de manera que una decisión
ámbito más estudiado de la argumentación judicial se construye sobre la base de una
jurídica, hasta el punto de que no pocas premisa mayor (las normas), una menor
veces se identifica “razonamientojurídico” (los hechos) y la conclusión que resulta de
con “razonamiento judicial”. Esto último aplicar aquéllas a éstos. La única afirmación
puede explicarse a lo menos por cuatro correcta en este sentido, sin embargo, nos
motivos, a saber, primero, porque losjueces parece la de que el razonamiento judicial
no sólo razonan, sino que están obligados es deductivo, pero no puramente deducti­
a hacerlo, es decir, deben poner especial vo, algo que se aprecia, sobre todo, en los
atención al momento de justificar las deci­ así llamados “casos difíciles”. Losjueces
siones que toman y comunicar las razones deciden sobre la base de normas y otros
que los llevaron a adoptarlas; segundo, las estándares preexistentes a los casos que
razones de las decisionesjudicíales ocupan deben resolver, los cuales, al ser aplicados
un lugar muy risible en las sentencias que por ellos, deben ser también interpretadas,
dan losjueces, de manera que es muy fácil y el deber de todo juez es atenerse a lo que
advertirlas y conectarlas con la parte reso­ tales normas y estándares han establecido
lutiva de sus fallos; tercero, son losjueces para la situación de que se trate, aunque
los que tienen la última palabra respecto de ello implica, particularmente en los casos
las controversias jurídicas que se producen difíciles, algo más que argumentos mera­
en una sociedad; y, cuarto, la imagen del mente deductivos.
legislador como autoridad normativa se ha Por último, el razonamiento judicial, si
venido debilitando justo en la medida en se lo compara con razonamientos jurídicos
que ha ido robusteciéndose la figura del que tienen lugar en otras sedes y que llevan
juez. Sin embargo, ninguno de los moti­ a cabo otros operadores jurídicos, tiene las
vos que explican la preeminencia teórica siguientes características propias: la discusión
y práctica alcanzada por el razonamiento en la que intervienen las partes y sus aboga­
judicial debe conducir al error de creer dos, así como fiscales y defensores públicos
que éste constituye la única modalidad de en el caso del derecho penal, a propósito
razonamientojurídico. de la cual todos esos operadores razonan y
Una de las cuestiones más debatidas a argumentan jurídicamente, tiene lugar en
propósito del razonamiento judicial es cuán un recinto institucional bien delimitado, a
deductivo es él. Una posición extrema es la saber, tribunales y cortes; en la discusión
que considera que las decisiones judiciales de un caso no todas las preguntas están
no se obtienen a partir de premisas fácticas abiertas o son pertinentes, sino únicamen­

159 EDITORIAL JURIDICA DfCíUU


Curso de Filosofía del Derecho

te aquellas que conciernen al caso; en el naturaleza”-, puesto que para el primero


proceso los roles se distribuyen de manera de esos autores tal estado presocial estuvo
desigual, puesto que el juez interviene en caracterizado por el desamparo, la inse­
posición de autoridad; la deliberación por guridad y la guerra de todos contra todos,
parte del juez se sujeta a normas procesales mientras que para el segundo se trató de
previamente establecidas, lo mismo que a un estado de abundancia, paz y felicidad.
las de carácter sustantivo relativas al caso Pero se entienda la sociedad como una
de que se trate, y esa deliberación debe institución natural o convencional, y sea
constar en el fallo e incluir las razones en que se considere, en la segunda de esas
que el juzgador apoya la parte resolutiva alternativas, que ella puso término a un
cíe su sentencia; la deliberación, además, estado previo de felicidad o de infortunio,
no puede prolongarse indefinidamente; lo cierto es que vivimos en sociedad y que al
y, por último, la discusión de un asunto interior de ésta existen diferentes tipos de
en sede judicial no termina comúnmente ordenamientos de la conducta humana que
por un acuerdo entre las partes, sino por regulan las relaciones entre los individuos,
una decisión del juez que zanja la cuestión de los cuales el derecho es uno de ellos.
controvertida.140 Vivir en sociedad es hacerlo en relaciones
recíprocas y permanentes de intercambio,
de colaboración, de solidaridad, y también
3.9. Sociedad de conflicto. Relaciones de intercambio
son aquellas en las que cada uno de los
Esta es otra de nuestras palabras claves, y que intervienen busca su propio beneficio,
si se la incluye en la descripción del dere­ como cuando dos individuos celebran un
cho con la cual estamos trabajando es por contrato de compraventa. Relaciones de
la simple razón de que el derecho regula colaboración son aquellas en que dos o
relaciones de hombres y mujeres que viven más personas cooperan para conseguir un
en sociedad. En la hipótesis de un individuo objetivo común, como es el caso de las que
enteramente aislado no es dable imaginar se producen entre profesores y estudiantes.
derecho alguno que regule su comporta­ Relaciones de solidaridad son las que resultan
miento, y de ahí la corrección del aforismo de hacer un bien a otro sin esperar a cambio
que certifica que donde hay hombres hay ningún tipo de prestación, reconocimien­
sociedad y que donde hay sociedad hay to o beneficio, como cuando proveemos
derecho. de alimento a alguien que se encuentra
Vivir en sociedad, como de hecho vivimos, en estado de necesidad. Y relaciones de
puede ser considerado algo natural o con­ conflicto son las que se producen a raíz de
vencional. Aristóteles creyó que se trataba los enfrentamientos de creencias, intereses
de algo natural, o sea, que no podríamos o expectativas contrapuestas de grupos o
sino vivir en sociedad, y de allí su idea de de personas, en las que cada participante
que el hombre aislado o es un bruto o es un intenta imponer su propio punto de vista.
Dios, es decir, algo menos o algo más que Como sabemos, el derecho juega un papel
- »C( >I»1A Df í jfJ-ciS L‘< ur! PILÍICI - HY NT

un hombre. Hobbes (1588-1679) y Rousseau importante en la prevención y solución de


(1712-1778), por su parte, consideraron que conflictos.
la sociedad es algo convencional, esto es, Respecto de esta nueva palabra clave
fruto de un acuerdo, aunque disintieron —“sociedad”—, se suele afirmar que el dere­
en la evaluación de la situación previa a cho es una práctica social, lo cual puede ser
vivir en sociedad -el llamado “estado de justificado si se atiende a los procesos por
medio de los cuales el derecho se produce,
140 Sobre el razonamiento jurídico y el razona­
se aplica, se interpreta, se argumenta y se
miento judicial, véase AtíENZA, MANUEL: El derecho obedece. Pero el derecho no es el conjun­
como argumentación, Ariel, Barcelona, 2010, y SQUELLA, to de esos procesos, ni menos alguno de
AGUSTÍN: Filosofía del derecho, pp. 435-496. ellos por separado, sino las normas y otros

LDITOMAL JURIDICA DL CU5U 160


Cap. II. El concepto de Derecho

estándares que, por un lado, regulan tales cho “fuerza”, ahora en un sentido no físico
procesos, y que, por otro, son el resultado de la palabra, las conductas conforme con
de estos. sus prescripciones, es decir, predispone a
El derecho se parece a los juegos por­ los sujetos normativos a obedecer éstas,
que en ambos casos encontramos reglas. aunque el temor de verse expuestos a sufrir
Pero hay una diferencia: los juegos están una sanción que puede imponérseles por
regidos por reglas, mientras que el derecho medio de la fuerza no es el único motivo
es un conjunto de éstas, entendiendo aquí que los individuos tienen para cumplir con
reglas como sinónimos de normas, esto es, lo que el derecho demanda de ellos.
incluyendo las reglas propiamente tales y los Nunca está de más recordar algo que los
demás estándares o pautas del derecho. Así, alumnos de un curso de filosofía del derecho
por ejemplo, el fútbol en un juego consti­ aprendieron en los primeros semestres de
tuido y regido por reglas, pero nadie diría la carrera, a saber, que la característica que
que el fútbol es el conjunto de las reglas se predica del derecho es la “coercibilidad”,
que lo regulan. Cosa distinta, a la hora de no la “coacción” ni tampoco la “sanción”. La
definir el fútbol aludiríamos, ante todo, a la coercibilidad designa la legítima posibilidad
acción de jugarlo, y diríamos, por ejemplo de aplicar la fuerza socialmente organizada
-con César Luis Menotti- que consiste en para obtener el cumplimiento del derecho,
saber crear y aprovechar espacios. Crear y y, sobre todo, para ejecutar eficazmente las
aprovechar espacios para trasladar el balón sanciones cuando éste es incumplido. La
al arco contrario y trasponer la línea de gol, coacción, por su parte, designa el hecho
y para evitar que el equipo contrario haga cumplido de la fuerza, o sea, el hecho de
lo mismo en la portería propia. Pero en el haberse aplicado efectivamente fuerza al
caso del derecho, antes que a una acción, infractor del derecho. La sanción, por último,
antes que a los procesos recién indicados, es la precisa consecuenciajurídica desfavo­
aludimos a las normas y otros estándares rable que debe hacerse efectiva en caso de
que regulan esos procesos y que son resul­ incumplimiento del derecho, y consiste en
tado de éstos. la privación total o parcial de determinados
bienes del infractor, tales como la vida, la
libertad, el patrimonio o el honor.
3.10. Coercibilidad Coacción y sanción, por lo mismo, pueden
fallaren la experíenciajurídica. Un infractor
El derecho es coercible, según destacan to­ del derecho puede no ser identificado ni
dos los autores cuyos conceptos de derecho procesado como tal -porque se fugó, por
hemos analizado en el presente capítulo. ejemplo, y nunca fue habido- y no sufrir
Esto quiere decir que el derecho no sólo por tanto ningún tipo de coacción. Un in­
exige ciertas conductas como debidas y veda fractor del derecho puede ser perdonado
otras como prohibidas bajo la amenaza de por quien ha sido víctima de la infracción y
sanciones -esto, en verdad lo hacen todos no sufrir tampoco la sanción prevista para
las órdenes normativos-, sino que cuenta el caso de que se trate. Un infractor puede
también con la legítima posibilidad de im­ ser condenado a sufrir una determinada
poner sus sanciones por medio de la fuerza sanción -una multa, por ejemplo- y alla­
socialmente organizada. narse a cumplirla sin que se ejerza fuerza
Es más, el derecho se atribuye el mono­ sobre él. Sin embargo, la coercibilidad no
polio del uso de la fuerza, lo cual quiere puede fallar, al menos en los términos que
decir que prohíbe los actos de fuerza entre la hemos definido, puesto que ella designa
los individuos, aunque reserva ésta paia sí, sólo la posibilidad de aplicar la fuerza en
utilizándola, o pudiendo utilizarla legítima­ caso de infracciones al derecho. De allí que
mente, al momento de imponer las sanciones si resultan justificadas todas las críticas que
que prevé para el caso de incumplimiento. se dirigen contra quienes mencionan la
Y al contar con dicha posibilidad, el dere­ coacción o la sanción como elementos que

161 ÍDÍTOiUAl JURIDICA Df CÜÍLt


Curso de Filosofía del Derecho

no pueden faltar en el derecho, no son jus­ que los sujetos admiten en el terreno mo­
tificados los reclamos de que se hace objeto ral, son también motivos frecuentes para
a los autores que señalan la coercibilidad cumplir el derecho.
como una de tales características. También debe ser recordado que la coer­
La coercibilidad, por lo antes señalado, cibilidad es una propiedad del derecho
designa sólo una posibilidad, aunque se y no de cada una de las normas y otros
trata, a la vez, de una posibilidad legítima, estándares que lo componen. Por tanto,
porque la fuerza que utiliza el derecho no no es ella una característica de las normas
es cualquier fuerza, sino sólo aquella que jurídicas, sino del ordenamiento jurídico
el mismo derecho autoriza, la cual es de­ visto como un todo.
clarada y ejecutada por órganos que éste se Presentada la coercibilidad de la manera
encarga también de establecer. La coerci­ que hemos hecho precedentemente, es bas­
bilidad, igualmente, se refiere a una fuerza tante atendible que el derecho se explique
socialmente organizada, lo cual supone que como un orden de la conducta humana que
el derecho establezca con precisión cuáles estipula sanciones que pueden aplicarse
son las conductas que se esperan de los por medio de la fuerza, las cuales, en los
sujetos normativos; cuáles las determinadas hechos, son habitualmente declaradas y
sanciones que deberán seguirse en caso de ejecutadas como tales. Todo lo cual, sin
que esas conductas no sean observadas; embargo, no quiere decir que el derecho
cuáles los organismos que deben juzgar se cumpla siempre y sólo por temor a las
las infracciones al derecho y declarar las sanciones; ni que todas las infracciones al
sanciones aplicables en cada caso; cuáles derecho vayan seguidas de sanciones; ni
los organismos encargados de ejecutar las que las sanciones se apliquen siempre por
sanciones ya declaradas; y, por último, cuáles medio de la fuerza; ni que cada norma de
los procedimientos que deben observar los todo ordenamiento jurídico contemple una
dos tipos de organismos antes señalados sanción; ni que las sanciones que deben
al momento de declarar y de ejecutar las acompañar a una norma sean siempre esta­
sanciones. blecidas por la misma disposición que señala
Cabe destacar, asimismo, que lo que el la conducta debida; y, ni siquiera, que los
derecho fuerza físicamente no son propia­ sujetos deseen siempre evitar las sanciones
mente las conductas que él exige como contempladas por el derecho.
debidas, sino la aplicación de las sanciones ¿Es posible -se pregunta Raz-141 que
una vez que esas conductas no han tenido exista un sistema jurídico en vigor que no
lugar, y esto último tampoco en todo caso, prevea sanciones o que no autorice su apli­
puesto que un deudor civil, por ejemplo, cación por la fuerza? Sorprendentemente,
puede allanarse a pagar voluntariamente el autor da una respuesta afirmativa a dicha
la indemnización a que fue condenado, sin pregunta, porque, según cree, podemos ima­
esperar a que embarguen y rematen bienes ginar otro tipo de seres racionales (ángeles,
de su propiedad. Con todo, y al disponer pensamos) que tengan razones más que
sanciones para el caso de incumplimien­ suficientes para obedecerlo con indepen­
to, y al poder aplicarse ellas en uso de la dencia de las sanciones y de la posibilidad
fuerza física, puede decirse que el derecho de aplicar éstas por medio de la fuerza, lo
fuerza psíquicamente las conductas que cual, claro está, implicaría una profunda y
exige como debidas, puesto que un buen a la par improbable transformación de la
motivo para cumplir el derecho, aunque naturaleza humana.
no sea desde luego el único, es evitar las Por nuestra parte, diríamos que no pue­
consecuencias adversas o desfavorables que de haber sistemas normativos sin sancio-
éste prevé para los sujetos en caso de in­
cumplimiento. Razones de reputación, o la 141 Véase Raz, JOSEPH: Razón práctica y normas,
coincidencia entre determinados deberes Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1991,
impuestos por el derecho con obligaciones pp. 184 y 185.

EDITORIAL JURIDICA DE o MU 162


Cap. I). El concepto de Derecho

nes, aunque nada impide que a veces, o ganos jurisdiccionales, de manera que un
muchas, se los cumpla con independencia derecho es eficaz, globalmente considerado,
del temor a ellas. Si, como cree el propio o una determinada institución jurídica lo
Raz, las normas son razones para la acción, es, o una o más normasjurídicas aisladas lo
ello es así en buena medida, aunque no son, cuando ese derecho, esa institución o
en toda la medida, como resultado de esa o esas normas aisladas son comúnmen­
que estipulan sanciones para el caso de te obedecidas por los sujetos imperados y
incumplimiento y de que tales sanciones generalmente aplicadas por los tribunales
suelen formar parte de las mismas normas de justicia.
que establecen las conductas debidas. Raz En consecuencia, las conductas com­
tiene razón cuando dice que si las normas ponentes de la eficacia son dos, y a ambas
son razones para la acción que contemplan es preciso atender a la hora de certificar
sanciones, de ello no puede inferirse que el la eficacia o ineficacia de una norma, o el
único motivo para cumplirlas sea el temor grado de aquélla o de ésta. Y como las nor­
a los castigos. Tiene razón, incluso, cuando mas del derecho deben entenderse dirigidas
afirma que, siendo guías para la acción, las primero a los sujetos que deben cumplirlas
normas son cumplidas a veces de manera y sólo secundariamente a los órganos que
espontánea, es decir, no de modo consciente deben aplicarlas, es posible distinguir entre
ni deliberado, como es el caso de perso­ eficacia principal y eficacia consecuencial,
nas normales que se abstienen de matar a constituyendo la primera el obedecimiento
sus semejantes sin tener siquiera presente habitual por parte de los sujetos normativos
que existen normas morales y jurídicas que y la segunda la aplicación regular por pai te
castigan esa conducta. Basta con que las de los tribunales de justicia.
personas actúen en correspondencia con Todo derecho, institución jurídica o nor-
las normas, y no es exigible para tenerlas ma jurídica válidos, esto es, que existen como
por cumplidas que tal correspondencia sea tales, tienen la pretensión de ser eficaces, o
siempre el producto de una deliberación sea, aspiran a ser generalmente obedecidos
o de un cálculo por parte de los sujetos y aplicados, pretensión que se ve en cierto
imperados. Pero creer que pueda existir modo garantizada por el carácter coercible
un ordenamiento jurídico desprovisto de del derecho. Sin embargo, la eficacia tanto
sanciones o de la posibilidad de aplicarlas puede ocurrir o no, tanto puede como no
por la fuerza parece conducirnos fuera del puede añadirse o sumarse a la validez de una
campo del derecho e incluso más allá de norma, así como puede de hecho añadirse y
lo que sabemos acerca de la naturaleza de andando el tiempo perderse, lo cual conduce
los hombres. al problema de la relación entre validez y
eficacia, a la pregunta acerca de que ocurre
con una norma, con una institución o con
3.11. Eficacia un derecho globalmente considerado que
no consigue ser eficaz, o que, habiéndolo
Se trata de la última de las palabras claves conseguido, pierde más tarde su eficacia,
de nuestra descripción del derecho, y es y a la cuestión de la relación y tensiones
también un termino bastante familiar en que pueden producirse entre las conductas
el lenguaje de los juristas. componentes de la eficacia.142
Con todo, y atendido que en nuestra Sin perjuicio de poder remitirse en esta
descripción del derecho esa palabra aparece parte a la obra y páginas señaladas en la
vinculada únicamente a la aplicación de las nota de pie de página a la que acabamos de
sanciones jurídicas, vale la pena recordar llamar, cabría destacar aquí que la eficacia
que eficacia designa tanto el obedecimiento designa sólo el obedecimiento y aplicación
general del derecho por parte de los sujetos
imperados cuanto la aplicación también 142 Sobre estos asuntos, véase SQUELLA., AGUSTÍN:

habitual del derecho por parte de los ór­ Introducción al derecho, ob. cit., pp. 487-508.

163 EDITORIAL IU RID1CA dí: ci i íu


Curso de Filosofía del Derecho

habituales del derecho, mas no el reconoci­ lo ya señalado -obedecimiento y aplica­


miento o aceptación de éste. Para que una ción habituales-, mientras su efectividad
norma jurídica resulte eficaz es útil que se tiene que ver con el conseguimiento de
la reconozca, esto es, que se la identifique los propósitos últimos que la norma en
y admita en su existencia y pretensión de cuestión persiga. Toda norma jurídica-ya
obligatoriedad en la doble dirección antes lo señalamos- aspira a ser eficaz, aunque
señalada -de cara a los sujetos imperados más allá de esa pretensión común a todas
que le deben obediencia y a los órganos las normas, cada norma, o un conjunto de
jurisdiccionales que deben aplicarla-, aun­ ellas, pueden tener propósitos ulteriores,
que la eficacia es algo distinto y a la vez algo los cuales tienen que ver con metas socia­
menos que ese reconocimiento: se trata les de los más diversos tipos que quienes
nada más que de un hecho que tiene que producen las normas tienen en mente al
ver no con la valoración que sujetos nor­ momento de producirlas.
mativos y tribunales hagan de las normas Hemos compartido el enunciado que
y tampoco con la disposición que unos y constituye nuestra descripción del derecho,
otros manifiesten frente a ellas, sino con el el cual hemos también analizado en cada
obedecimiento y aplicación habituales que una de sus palabras claves. Un análisis que
de hecho observen a su respecto. bien puede ser extendido en clases, y sobre
Por otra parte, es preciso distinguir todo profundizado, con auxilio de las obras
entre la eficacia y la efectividad del de­ citadas o de otras que el responsable de la
recho. La eficacia de una norma designa asignatura considere oportunas.

164
Capítulo Tercero
LAJUSTICIA COMO FIN PRINCIPAL DEL DERECHO

I. CONCEPTO Y CONCEPCIONES El sentido más específico que Aristóteles


CONTEMPORÁNEAS DE LAJUSTICIA daba a la justicia y del cual se derivan las
formulaciones más familiares, es el de abs­
1. INTRODUCCIÓN: CONCEPTO Y tenerse de la pleonexia, esto es, de obtener
CONCEPCIONES DE LAJUSTICIA para uno mismo cierta ventaja apoderándose
de lo que pertenece a otro, sus propiedades,
1.1. Concepto y concepción sus remuneraciones, su empleo o cosas se­
mejantes; negándole a una persona lo que
Suele sostenerse que la justicia es, ni más ni le es debido, el cumplimiento de una pro­
menos, que el fin principal del derecho. La mesa, el pago de una deuda, el mostrarle el
palabra justicia designa un valor, es decir, una debido respeto, etc. Luego, la definición de
propiedad valorativa que se predica positiva Aristóteles presupone claramente una expli­
o negativamente de algo, afirmando lo que cación de lo que propiamente pertenece a
es justo’ o ‘injusto’. Para Aristóteles (384 una persona y de lo que le es debido.
a.C. - 322 a.C.) la idea de justicia se entre­ Durante la carrera de derecho normal­
cruzaba con la de igualdad, de modo que mente se estudian cursos directamente
se pueden identificar dos tipos de justicia. relacionados con la justicia retributiva o
Por un lado, la justicia correctiva (llamada conmutativa, como es el caso del derecho
posteriormente conmutativa o retributiva), penal, derecho civil, derecho comercial, etc.
que se aplica a los intercambios contractuales Este curso, en cambio, pretende llenar el
y al castigo de los delitos y que está gober­ vacío respecto de la otra noción de justicia
nada por un estricto criterio de igualdad que resulta importante conocer: la justicia
aritmética, esto es, dar a cada uno lo suyo distributiva.
con perfecta igualdad entre el dar y el re­ La idea de justicia, como el más alto de
cibir. Por otro lado, la justicia distributiva, los fines del derecho, ha ocupado y mantiene
que atañe al reparto de las cargas y bienes una posición muy importante en el lenguaje
entre los miembros de la sociedad según jurídico y es uno de los conceptos claves de
un criterio de igualdad regido por la pro­ la filosofía del derecho, la filosofía política y
porcionalidad, es decir, como desigualdad la filosofía moral. También es, claramente,
(o igualdad) adecuada a la desigualdad (o un valor político prestigioso, aunque, en los
igualdad) de la situación. Sostenía el filó­ hechos, no estemos para nada de acuerdo en
sofo griego “Si las personas no son iguales, qué consiste la justicia. Esta es, por último,
no deberán tampoco tener partes iguales. una etiqueta legitimadora y se ha transfor­
Y de aquí las disputas y las reclamaciones mado en moneda de cambio habitual en
cuando aspirantes iguales no tienen partes los discursos del más acérrimo libertarista
iguales; o cuando no siendo iguales reciben, al más radical de los igualitaristas.144
sin embargo, porciones iguales”.143
1,4 CALSAMIGLIA, Albert: ‘Sobre el Principio de
143 ARISTÓTELES: Ética a Nicómaco, Libro V, Espasa Igualdad”, en El Fundamento de los Derechos Humanos,
Calpe, Madrid, 1999. Debate, Madrid, 1989, pp. 97-100.

165 EDíTOíUaL IURIDIC A Pt CH1LI


Curso de Filosofía del Derecho

Una forma adecuada de presentar esa respeto proporciona el concepto áe cortesía


disociación entre una idea compartida pero y las distintas posiciones sobre lo que el
interpretada de forma diversa, es la distinción respeto exige en realidad son concepciones
analítica entre concepto y concepción.145 de dicho concepto.
Según ella, el concepto se refiere al significado Al concepto de justicia se refirió Norber-
general y abstracto de una palabra, mientras to Bobbio (1909-2004) cuando lo definió
que la concepción alude a la forma de aplicar como “el conjunto de valores, bienes o in­
un concepto, es decir, al modo en que éste tereses para cuya protección o incremento
se hace operativo. En otras palabras, cuando los hombres [y las mujeres] recurren a esa
recurrimos a un concepto planteamos un técnica de convivencia a la que solemos
problema, en cambio cuando formulamos dar el nombre de derecho”. A la luz de esa
una concepción intentamos resolverlo. definición, las concepciones de la justicia
Ronald Dworkin (1931) para ilustrar serían aquellas que emitirían un pronun­
la distinción entre concepto y concepción ciamiento acerca de cuáles son o deben
recurre a dos figuras: la idea de la estructura ser, exactamente, esos valores, bienes o
de un árbol y la noción de cortesía. Los intereses en los que consiste lajusticia. El
debates sobre qué es la cortesía al interior mismo filósofo italiano146 —inspirándose
de una comunidad se parecen a la forma en Aristóteles- sostuvo que el valor de la
de un árbol. Las personas están de acuerdo justicia no se distingue del concepto y del
sobre las proposiciones más generales y valor de la igualdad en la mayor parte de sus
abstractas de cortesía, las que conforman acepciones. En efecto, lajusticia particular
el tronco del árbol, pero disienten respecto aristotélica se identifica con la igualdad en
de los significados más concretos de esas cuanto se debe calificar una acción como
proposiciones abstractas, o sea, acerca de justa si respeta una relación de igualdad.
las ramas del árbol. Todos están de acuerdo Ahora bien, que dos cosas sean iguales entre
en que la cortesía descrita de la forma más sí no es justo ni injusto, es decir, no tiene
abstracta tiene que ver con el respeto: ser por sí mismo valor alguno. Para atribuirle
cortés significa tratar al otro con respeto. valor es necesario recurrir a algún criterio
Sin embargo, un grupo piensa que debería de justicia, esto es, a las diferentes pautas
mostrarse respeto a las personas según su que permiten establecer, caso a caso, cuán­
posición o rango, mientras que otro grupo do dos personas o situaciones deben ser
sostiene que cada persona en particular debe tratadas igualmente y así considerar dicha
ganarse ese respeto. El primero de los dos relación de igualdad como justa.
grupos hace más subdistinciones sobre los No hay teoría de lajusticia, continúa
rangos o posiciones que merecen respeto; Bobbio, que no analice algunos de los más
el segundo hace otras tantas subdivisiones comunes criterios de justicia que, habitual­
sobre cuáles son los actos que merecen res­ mente, son especificaciones de la máxima
pecto. En estas circunstancias, el tronco formal “a cada uno lo suyo”. Así, por ejem­
inicial del árbol (el lazo indiscutible entre plo, “a cada uno según su mérito”, “según
cortesía y respeto) se transforma nada más su capacidad”, “según su talento”, “según
que en la base sobre la cual se construyen su esfuerzo”, “según el trabajo”, “según el
nuevas ideas y discusiones. Así, todos po­ resultado”, “según la necesidad”, etc. Nin­
dríamos concordar en que el concepto de guno de estos criterios se satisface por sí
cortesía implica tratar al otro con respeto, solo ni tiene valor absoluto, más bien uno
aunque no compartamos la misma con­ predomina sobre otro dependiendo de
cepción de cuándo efectivamente tratamos las situaciones concretas en las que deben
al otro respetuosamente. En resumen, el aplicarse y, además, en cada caso pueden
concurrir dos o más criterios compatibles.
145 Rawls,John: A Theory o/Justice, Harvard Univer-

sityPress, 1971, pp. 5-6; y DWORKIN, RONALD: EUmperio 146 Bobbio, NORBERTO: Igualdad y Libertad, Paidós,

de la Justicia, Gedisa, Barcelona, 1992, pp. 60-62. Barcelona, 1993, pp. 56-67.

EDITORIAL JURÍDICA DJt ClUU 166


Cap. 1JJ. I.a justicia como fin principal del Derecho

Por último, la justicia se relaciona con la Es cierto que muy pocos se declararían
igualdad a través de la que Bobbio llama “la hoy antiigualitaristas. Casi todos los partidos
regla de lajusticia”, que puede enunciarse, políticos, filosofías políticas y pensadores
en su forma más sencilla, bajo la fórmula defienden el principio de igualdad (como
de que los iguales deben ser tratados igual­ concepto), aunque sabemos que, en los
mente y los desiguales deben ser tratados hechos, no todos quieren decir lo mismo
desigualmente. Pero esta regla sólo puede (como concepción). Para Isaiah Berlín
operar una vez que hemos elegido los cri­ (1909-1997), la tesis que sostiene que de­
terios para determinar cuándo dos estados ben distribuirse igualmente los beneficios
deben considerarse equivalentes o cuándo sociales no necesita de ninguna razón en
dos personas deben considerarse equipa­ su apoyo. En cambio, la conducta desigual
rables. Sólo después de que esos criterios sí necesitaría fundamentación y, por regla
hayan sido concretados, interviene la regla general, justificación. Así, si tengo un pastel
de justicia para establecer que se trate del y hay diez personas entre las que lo quiero
mismo modo aquello que se encuentra en dividir y doy exactamente una décima parte
la misma situación. a cada una, esto no requerirá, al menos au­
En materia de justicia, entonces, podemos tomáticamente, justificación; mientras que
ponemos de acuerdo en un cierto concepto si me aparto de este principio de división
y discrepar, más o menos intensamente, en igual, se esperará que dé una razón espe­
su mejor concepción, que es precisamente cial. “Es en algún sentido de esto, aunque
lo que, según veremos, hacen las distintas latente, lo que hace de la igualdad una idea
Teorías de lajusticia que analizaremos en este que nunca ha parecido intrínsecamente
capítulo. Cada una presenta y fundamenta excéntrica”.147
una cierta concepción de lajusticia. Por lo mismo, una característica común
de prácticamente todos los enfoques que
se ocupan de la ética de las condiciones
1.2. Justicia e igualdad sociales, ha sido la de desear la igualdad de
algo que forma parte central de cada teoría
Ahondemos, ahora, en la relación entre de lajusticia. Así, mientras los igualitarios
la idea de justicia y de igualdad detenién­ piden igualdad de recursos, de bienestar o
donos en el siguiente caso: según la Or­ de resultados, los utilitaristas clásicos exi­
ganización Mundial de la Salud, en Chile gen que se dé la misma ponderación a las
existen altos índices de desigualdad en el utilidades de todos los sujetos. Incluso los
acceso a bienes básicos, como el cuidado libertaristas piden igualdad en lo referente a
sanitario, lo que se expresa en deficientes cierto grupo de derechos y libertades, como
resultados en los indicadores de mortalidad el derecho a la autopropiedad. Todos son
y morbilidad infantil. Ello hace que las di­ igualitarios en algún punto fundamental,
ferencias significativas que se generan en y argumentan resueltamente a favor de la
la esperanza de vida y discapacidad de las igualdad de algo que todos debieran tener y
personas estén estrechamente relacionadas que, para ellos, determina lo que podrá ser
con sus niveles de instrucción, ingreso y considerado justo. Por ello, esgrime Dworkin,
ocupación, de modo que -según estadísticas las teorías de lajusticia modernas, a dife­
del Ministerio de Salud- un hijo de padres rencia de lo que se piensa usualmente, no
sin instrucción tiene un riesgo de morir tendrían valores fundacionales diferentes,
en el primer ano de vida 5 veces mayor sino que, por el contrario, todas poseerían
que un hijo de padres con instrucción; y
se registran diferencias de hasta 15 veces
147 Isaiah Berlín es citado por Nozick, quien,
en la mortalidad infantil de comunas urba­
por su parte, no cree que la igualdad sea una idea
nas de alto nivel socioeconómico con sus autojustificada que no requiera fundamento. NoziCK,
homónimas rurales y pobres. ¿Son estas ROBERT: Anarchy, Staleand Utopia, Basic Books, 1974,
diferencias moralmente legítimas? p. 233.

167 EDITORIAL JURIDICA DECIUU


Curso de Filosofía del Derecho

el mismo valor último: la igualdad. Lo que


las distingue, en cambio, sería el modo en
que cada una expresa esa idea básica, es
decir, qué significa que cada miembro de
la comunidad importa de igual modo y que
se le va a tratar con igual consideración y
respeto.148
Comenzaremos, entonces, estudiando
las nociones de justicia y equidad que han
desarrollado las teorías políticas más relevan­
tes en relación con su aporte a los debates
contemporáneos sobre lo que, parafrasean­
do a Thomas Scanlon (1940), “nos debemos
unos a otros”. En esa línea, estudiaremos
la teoría de la justicia del libertarismo, el
utilitarismo, el liberalismo igualitario y el
marxismo analítico. También revisaremos los
más recientes desarrollos de algunas teorías
que, sin referirse directamente al dilema de
la distribución de recursos, analizan cómo
la distribución desigual de la ciudadanía
influye en las posibilidades y oportunidades
de bienestar de los individuos. Ellas son las I.a temporada comienza, la gente asiste
teorías comunitaristas, multiculturalistas, alegremente a los juegos de su equipo y
feministas y cosmopolitas. Finalizaremos compra sus boletos depositando, cada vez,
este tercer capítulo examinando brevemente veinticinco centavos del precio de la entrada
si es posible optar racionalmente entre las en una caja especial que tiene la siguiente
diferentes concepciones de la justicia que etiqueta: “Para el señor Chamberlain
hemos revisado (u otras). Las personas están entusiasmadas vién­
dolo jugar, pues, para ellos, vale el precio
de la entrada.
Como en una temporada casi un millón
II. TEORÍAS DE LA JUSTICIA de personas asisten a los juegos del equipo
DISTRIBUTIVA local, Wilt Chamberlain termina con 250
mil dólares a su haber, suma mucho mayor
1. Libertarismo que el ingreso promedio e incluso mayor
que el de ningún otro jugador.
El caso Chamberlain ¿Tiene Chamberlain derecho a ese ingl eso?
¿Es justaesa distribución?
Imagine que el famoso deportista Wilt Cham­
berlain (el Michael Jordán de la década del
’60), quien es fuertemente demandado por 1.1. Introducción
los equipos de baloncesto por ser una atrac­
ción de taquilla, firma el siguiente tipo de El libertarista Robert Nozick (1938-2002)149
contrato con su equipo: en cada juego en sostenía que si aceptamos que cada persona
que su equipo sea local, veinticinco centavos tiene derecho al control de sus recursos
del precio de cada entrada serán para él. y cada uno decidió dar 25 centavos de su
dinero a Chamberlain a modo de ‘premio’
por su gran talento, esa ganancia es lcgíti-
148 DWORKIN, RONALD: Sovereign Virtue. TheTheory

and Practica o/Equality, Harvard University Press, Ijor-


dres, 2000. 149 Nozick: ArwzncAy, Stateand Utopia, ob. cit.
7^
1:DHORIA!. JURI DIGA DE Cl IH.F 168
Cap. III. La justicia como fin princ ipal del Derecho

ma. Pudieron haberlo gastado en el cinc, como la máxima utilidad o la defensa de


en barras de chocolate o en ejemplares las libertades civiles, si ellos no se cumplen
de alguna revista, pero no lo hicieron. En debido a defectos del sistema (por ejemplo,
cambio, al menos un millón de personas cuando las distorsiones del mercado pro­
convinieron en dárselo a Chamberlain para ducen monopolios o cuando el gobierno
poder verlo jugar baloncesto. ¿Podría alguien no logra proteger a los ciudadanos de una
quejarse por motivos de justicia y exigir dictadura política), entonces ya no habría
que Chamberlain devuelva ese dinero o lo razones para su defensa. Los libertaristas,
redistribuya? ¿Puede alguien cuestionar el en cambio, patrocinan el mercado como
origen de esos recursos que habrían sido institución intrínsecamente justa, pues creen
obtenidos sólo en base al ‘mérito personal’ en la propiedad privada como ‘derecho
del deportista? El libertarismo sostendrá absoluto’.
que no, que esos recursos, al haber sido Posiblemente el primer pensador com­
obtenidos legítimamente, no admiten cues- pletamente ‘neoliberal’ o libertarista fue el
tionamicntos de justicia y, por lo tanto, su economista austríaco Fricdrich A. Hayck
titular no tiene obligación alguna de com­ (1899-1992), para quien una correcta noción
partirlos forzadamente con nadie, puesto de justicia no incluía la redistribución de
que, si cada cual es dueño de sí mismo, recursos, puesto que, además de generar
es dueño también de sus talentos, y si es ineficiencia en la producción de bienes,
dueño de sus talentos, entonces lo es, a su la justicia distributiva habría de conducir
vez, de lo que con ellos produce. necesariamente a la supresión de las liber­
Pero ahora, ¿qué es el libertarismo?: Will tades individuales a manos de un Estado
Kymlicka (1962) define a los libertaristas opresor haciendo inevitable el “camino a
(libertarism) como aquellos que defienden la servidumbre”.151 Su criterio, por tanto,
el libre mercado y se oponen a la utiliza­ no se ocupaba de la justicia distributiva,
ción de mecanismos de redistribución me­ sino que, simplemente, de la justicia con­
diante impuestos, puesto que resguardan mutativa o retributiva, donde la tarca del
la inviolabilidad de la propiedad privada y Estado se agota en garantizar los derechos
la actuación mínima del Estado.150 Ahora de libertad (en la clásica tríada vida-libertad-
bien, es necesario tener presente que, aun propiedad), asegurando el marco jurídico
cuando los libertaristas amparan el libre en el que se avale el cumplimiento de los
mercado y se oponen a la redistribución de intercambios que los individuos realicen
los recursos, lo cierto es que no todos los en ejercicio de esa libertad.
que defienden el libre mercado comparten Para este modelo la máxima será: “Dé
la tesis de su justicia inherente. Así, por cada cual según sus libres elecciones. A
ejemplo, los utilitaristas y los defensores cada cual según las libres elecciones de los
del capitalismo adoptan el mercado por demás”,152 de forma que el único orden
razones más bien contingentes: los primeros, espontáneo será el producido por las re­
porque el mercado produciría los mejores glas impersonales que coordinan la libertad
niveles de productividad y por ello un mayor económica típica de los sistemas de libre
estado de bienestar. Los segundos, porque mercado. Ellos garantizan la mayor libertad
el mercado, al minimizar las posibilidades posible y también resultados eficientes que
de tiranía estatal (permitiendo sólo la cons­ incrementarán, finalmente, el bienestar
titución de un Estado mínimo), aseguraría
las más importantes libertades civiles.
Luego, como es una defensa instru­ 151 HAYEK, Friedrich A.: The Road of Serfdom,
mental que tiene por fin lograr objetivos Routledge, 2001.
152 Recordemos que esta fórmula de distribución

tiene por objeto oponerse al clásico principio distri­


150 KYMLICKA, Will: Conlernptnary Polilical Phi- butivo formulado por MARX en su obra El Capital,
losophy. An Inlroduclion (S^ed.), Oxford Univcrsity que reza “Dé cada cual según su capacidad y a cada
Press, 2002. cual según su necesidad”.

169 ¿ditoiual JURIDICA decíííle


Curso de Filosofía del Derecho

general favoreciendo a las clases más hu­ pia seguridad indemnicen a aquellos a los
mildes. Con todo, Hayek acepta una cierta que se prohíbe realizar actos riesgosos de
intervención estatal “contra la miseria” para protección privada.
asegurar un mínimo de subsistencia, pero Esto es lo que se llama Estado Mínimo
ello no viene asociado a la noción de justi­ y el fundamento moral de por qué no
cia, sino que más bien se fundamenta en la podrá nunca transformarse en un Estado
obligación moral de caridad o beneficencia redistributivo emana de lo que Nozick lla­
así como en el fin de alcanzar la estabilidad ma “derecho a la autopropiedad”. Si no
del sistema social. se quieren violar los límites de los dere­
El libertarismo avala, luego, tan solo chos naturales -que el autor sustenta en
“principios retributivos” que se aplican a la la intuición básica de que cada uno tiene
justicia de pertenencias, esto es, principios la propiedad sobre sí mismo y es el legítimo
históricos de justicia que serán capaces de propietario de su cuerpo-, no se deberá
responder a preguntas como: “por qué soy incrementar la acción estatal a través de
propietario”, “por qué soy libre de disponer mecanismos impositivos. Cuando se obli­
de mi propiedad como quiera”, “cómo debía ga a unos a trabajar y a ceder lo que es el
haber adquirido esa propiedad para que producto de sus talentos en beneficio de
su adquisición sea justa” y “qué hacer si los más débiles, se corre el riesgo de violar
alguno de estos principios son violados”. El el derecho a la autopropiedad.
Estado debe estar dedicado exclusivamente Por ello, los principios que argumentan
a proteger a las personas contra el robo, a favor de la redistribución de los recursos
el fraude y el uso ilegítimo de la fuerza, permiten, de modo ilegítimo, el sacrificio
así como a respaldar el cumplimiento de de algunas personas a favor de otras, es
los contratos celebrados entre los indivi­ decir, instituyen la propiedad (parcial)
duos. Este sería, por cierto, el Estado más de algunos sobre otros, sus acciones y su
amplio que se podría defender, so pena trabajo. Estos principios, subraya Nozick,
de violar el derecho de las personas a no suponen un cambio de la noción liberal
ser obligadas a hacer ciertas cosas contra clásica de “propiedad sobre uno mismo” a
su voluntad. una noción de derechos de “copropiedad
Para lograr en el Estado mínimo (en el sobre otras personas”.
que las personas se unirían para asegurar
su defensa en asociaciones de protección)
la debida coordinación de acciones y la 1.2. ¿Por qué un derecho absoluto
eficiencia en el funcionamiento de las a la propiedad?
asociaciones, sería necesario centrar los
esfuerzos sociales en una sola asociación de Para esta teoría de la justicia, puesto que
protección dominante. Para ello la asociación todas las personas son titulares del derecho
dominante deberá asegurar a las demás a la autopropiedad o propiedad sobre sí
asociaciones un cierto nivel de protección, mismo (self-oumership), la principal restric­
aun cuando no tengan recursos para pagar ción moral que es necesario considerar
por ella. La asociación dominante entre­ supone que nadie puede ser obligado por el
garía esa protección, no en una función Estado a contribuir al bienestar de los más
redistributiva (que implicaría que, con los débiles y a ceder, con este fin, los bienes
recursos de algunos, se diera gratis protec­ que ha adquirido gracias al ejercicio de
ción a otros), sino que simplemente en una sus talentos y de su esfuerzo. Las limitacio­
función compensatoria: se les compensa con nes a la cooperación que el Estado pueda
protección por la “abstención” de acciones exigirnos reflejan el principio kantiano
no coordinadas de autodefensa a la que se subyacente derivado de nuestro común
comprometen a cambio. El principio de estatus de sujetos morales, que defiende
compensación exige que aquellos que se que los individuos son fines, no medios
auto-protegen para incrementar su pro­ que puedan ser sacrificados o usados,

EDITOR1AL JURIDICA DI CHÍM 170


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

sin su consentimiento, para alcanzar los como al trabajar algo se le mejora y se le


fines de otros. Luego, la sola existencia hace más valioso, cualquiera tiene derecho
de impuestos con fines redistributivos y de poseer una cosa cuyo valor ha creado o
la obligación de compartir los talentos aumentado considerablemente.
con los demás sería lo mismo -afirman Ahora, esto no significa que no existan
los libertaristas- que obligarle a usted límites a este derecho, por lo que no re­
a entregar parte de su cuerpo a quien sulta correcto considerar que el hecho de
lo necesita, en una especie de donación mejorar un objeto basta para constituir la
obligada de órganos. propiedad total sobre él si el lote de bienes
De lo anterior la tesis libertarista da un poseídos es limitado y, con su apropiación,
paso adelante y concluye que, así como so­ se perjudica a los demás dejándoles sin
mos dueños de nosotros mismos, lo somos nada: esta es la llamada “estipulación de
también de los bienes que poseemos, de Locke”, que condiciona la legitimidad de
modo que unajusta distribución de recur­ una apropiación a que se deje a los demás
sos será la que resulte del libre intercam­ en común suficiente y de similar calidad de
bio. Cualquier distribución originada por ese bien. Así, por ejemplo, una persona no
la libre transferencia, desde un estado de puede apropiarse del único manantial del
propiedad justo, es intrínsecamente justa desierto y cobrar por el agua lo que quiera.
y, a su vez, cualquier distribución obligada Tampoco puede cobrar lo que quiera si, por
por el gobierno, incluso aquella tendiente un infortunio, todos los demás manantiales
a mejorar a los menos aventajados, sería se secan y queda sólo el suyo, pues, aun
injusta. Los únicos impuestos legítimos, sin culpa suya, este hecho fortuito hace
en este contexto, serán los necesarios para operar la estipulación de Locke y limita
preservar las instituciones que permiten sus derechos de propiedad. A su vez, lo que
el mercado libre y la propiedad pacífica la estipulación no prohíbe es que realice
(policía y sistema judicial). con mis bienes ciertas actividades que no
Ahora ¿cómo se defiende el derecho abso­ mejoren a los demás, por ejemplo, si un
luto propiedad privada? Dicho derecho investigador médico sintetiza una sustan­
se sustentaría en tres principios fundamen­ cia nueva que cura una cierta enfermedad
tales: el “principio de transferencia”, que y se niega a vender su descubrimiento si
defiende que cualquier cosa que haya sido no es bajo sus condiciones, no empeora la
adquirida justamente puede ser libremente situación de otros, ya que no los priva de
transferida; el “principio de la adquisición nada que ellos, previamente, tuvieran. En
inicial justa”, donde un relato de cómo la ese caso, no se viola la estipulación pues
gente ha adquirido inicialmente sus bienes ella obliga a no empeorar a los demás, no
permite la libre transferencia; y el “prin­ a beneficiarlos.
cipio de la rectificación de la injusticia”, ¿Es posible cumplir con las exigencias
que responde a la cuestión de cómo lidiar derivadas de la estipulación de Locke? Se ha
con las propiedades que han sido obteni­ dicho que esta estipulación, si bien alguna
das o transferidas injustamente. Estos tres vez fue válida, ya no puede serlo. Es más,
principios fueron desarrollados a partir de habría argumentos para la conclusión de que
la teoría de la adquisición de John Locke nunca se habrían podido producir derechos
(1632-1704), que considera que los derechos de propiedad permanentes y hereditarios,
de propiedad sobre un objeto no poseído pues siempre habrá alguien, en el presente
se originan una vez que alguien mezcla su o en el futuro, que será peijudicado por esa
: > ;-i ' ■.

trabajo con ese objeto.153 ¿Porqué mezclar apropiación originaria al perder la opor­
nuestro trabajo con algo nos hace su dueño? tunidad de mejorar su situación con dicha
Ello se debería a la idea intuitiva de que, apropiación y, además, al no ser ya capaz
de usar libremente lo que antes pertenecía
,5S LOCKE, JOHN; Segundo ensayo sobre el gobierno a todos (o a nadie). Nozick responde a este
civil, Espasa Calpe, Madrid, 1991. dilema sosteniendo que una persona podría

171 LDITOMAL [UlUDICA DfCÜÍLt


Curso de Filosofía del Derecho

apropiarse de un bien siempre y cuando también reconoce que su “teoría histórica


compense a los otros evitándoles las consecuen­ de la justicia” podía estar manchada por el
cias de esa pérdida. Dicha compensación se hecho muy probable de que las primeras
produciría debido a que la propiedad privada apropiaciones privadas hayan sido obtenidas
sería siempre más eficiente, pues fomentaría por la fuerza, es decir, de manera ilegítima.
la experimentación, la libertad de decisión Con todo, su respuesta a este problema es
sobre los riesgos y protegería las propiedades la siguiente: si el uso de la fuerza es ilegíti­
de las nuevas generaciones (guarda para el mo -y por ello la propiedad subsiguiente
consumo futuro). Todo esto reforzaría el también lo es- podemos acordar que esa
cumplimiento de la estipulación de Locke, adquisición ilegítima pueda “rectificarse”
pues la propiedad privada sería necesaria por medio de una redistribución general de
tanto para lograr el uso productivo de los todos los recursos, dejando que, de ahí en
bienes como para evitar la extinción de los adelante, actúen las reglas del mercado. ¿Pero
recursos naturales. no abriría esta propuesta una verdadera
“caja de pandora”? Algunos autores consi­
deran que el reconocimiento de la injusticia
1.3. Los problemas del origen de inherente a las primeras apropiaciones es
la propiedad privada fundamento suficiente para promover la
nacionalización de los recursos naturales,
KarlMarx (1818-1883) despreciaba a aquellos así como la compensación a quienes se
que decían que los capitalistas adquirieron su transformaron en no-propietarios.156
propiedad por medio de pacientes ahorros. Hemos dicho que una apropiación legí­
“Ocurrió así que los primeros acumularon tima debe estar directamente relacionada
riqueza y los últimos terminaron por no con el trabajo, pero ¿qué vamos a considerar
tener nada que vender excepto su pellejo. Y como tal? A menos, claro, que se entienda
de este pecado original arranca la pobreza como trabajo cualquier actividad humana
de la gran masa que aun hoy, pese a todo en el mundo y por muy amplia que sea la
su trabajo, no tiene nada que vender salvo definición que usemos, aceptar todos los
su propia persona (...) y la riqueza de unos ejemplos que dio Locke en su obra—como
pocos que crece continuamente, aunque coger unas pocas bellotas caídas o introducir
sus poseedores hayan dejado de trabajar la cabeza en la fuente para beber agua- pa­
hace mucho tiempo (...) En la historia rece excesivo. Por otra parte, como la pro­
real el gran papel lo desempeñan, como visión de Locke exige que se deje del bien
es sabido, la conquista, el sojuzgamiento, “suficiente y de igual calidad” a los demás,
el homicidio motivado por el robo: en una sólo sería legítima una apropiación si nadie
palabra, la violencia (...) En realidad, los tiene ninguna razón para preferir que ese
métodos de la acumulación originaria son bien siga siendo de uso de todos, pues, o no
cualquier cosa menos idílicos”.154 se ve peijudicado, o se tienen motivos para
La mayoría de las cosas que existen hoy preferir la nueva situación, pues de ella se
son privadamente poseídas y muchos se
preguntan si no debiéramos considerar las pues, si reconocemos como legítimo el tipo de ‘pro­
apropiaciones originarias como un robo de
n no-

piedad colectiva’ que los pueblos americanos poseían


lo que alguna vez fue y debería continuar (y mantiene aún. por ejemplo, el pueblo mapuche)
siendo de todos.155 Por cierto que Nozick y que suponía considerar a la comunidad la dueña
de las tierras, ninguna apropiación podría haberse
realizado con “justicia adquisitiva lockeana”.
154 MARX, Karl: El Capital, Fondo de Cultura

Económica, 1982. 156 VALLENTVNE, PETER, y STEINER, HlLLEL (eds.):


155 Parece evidente que casi ninguna de las glandes The Origins of Lefl-Liberlarianism: An Anlhology of His­
adquisiciones históricas de tierras cumplieron alguna toriad Writing Palgrave, 2000. También K.YMLICKA,
vez con los requisitos de Locke. Las conquistas de los WlLL: Contemporary Polilical Philosophy. An Introduc-
europeos en América son un claro ejemplo de ello, tion, ob. cit., 2002.

EDITORIAL JURIDICA DECI1I1F 172


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

ha obtenido algo que antes no se tenía y sin que se deje “igual y tan bueno” para los
que vale, al menos, tanto como lo que ha demás, pero admitiendo una compensación
perdido con ese nuevo estado de cosas. que deja al no propietario en, al menos,
Gerald Cohén (1941-2009)157 argumenta­ iguales condiciones que antes de la apro­
ba que, aun cuando la apropiación privada piación. Esto no debilita la provisión de
pueda ser eficiente, muy probablemente Locke, pues mantiene su espíritu inicial. La
deja a quienes no son propietarios en peor segunda posibilidad, esta vez inaceptable,
situación que antes, violando la provisión es debilitar la provisión al considerar, no lo
de Locke. Para ello presenta y compara los que podría haber pasado en cualquier caso
siguientes escenarios: (por ejemplo, si B fuese quien se hiciera
Situación 1) Imaginemos que Ay B cer­ propietario de la tierra), sino únicamente
can, cada uno para sí, un pedazo de tierra lo que habría pasado si el mundo conti­
sin impedir el paso de nadie a ella. En ese nuase comúnmente poseído. Por ello, la
pedazo cada cual trabaja la tierra con sus pregunta es si la situación de una persona
propios poderes y lo que cada cual produce -como B- que no puede ser propietario
es esa situación es m y n. Podemos decir (pues no quedan más objetos de apropia­
entonces que my n representan lo que A y ción en el mundo) es empeorada en un
B son capaces de obtener bajo la propiedad sistema que permite la apropiación privada
común de los recursos externos ejerciendo y permanente.
separadamente su poder sobre ellos. En base a las pruebas que existen sobre la
Situación 2) Imagine ahora que A se utilidad y eficiencia de la propiedad privada,
apropia de toda la tierra y ofrece a B un Nozick pretende demostrar que esa gente
salario que B acepta obligado. A, que ad­ estaría peor si ese sistema no se hubiese
ministra muy eficientemente su propiedad, desarrollado y continuasen poseyendo en
ofrece a B m + p, mientras que gana para común. Pero la verdad es que cuando no
sí n + q (q > p). En esta situación B no pier­ queda nada para ser apropiado, los no pro­
de nada, incluso aumenta sus recursos en pietarios pueden verse perjudicados si se
relación con la situación 1) -donde sólo compara esa situación con aquella en la que
ganaba m- cumpliendo con la estipulación la propiedad de los bienes se considera de
de Locke al verse compensado por la perdida todos, incluso aunque el capitalismo intente
de esa propiedad en conjunto. Con todo, nos compensarles con su capacidad productiva.
alerta Cohén, antes de sacar conclusiones Esta idea se ve reforzada cuando se piensa
tenemos que reflexionar sobre una última en el caso de las personas discapacitadas
situación no contemplada por Nozick. o enfermas que, debido a su condición,
Situación 3) Imagine ahora que es B ni siquiera pueden vender su fuerza de
quien se hace dueño de la tierra. Supongamos trabajo o ésta no posee gran valor. ¿Qué
que, en este nuevo escenario, B demuestra ocurriría con ellos? Según Nozick, no se
ser tan eficiente como A, de modo que puede verían perjudicados, pues, en el estado de
asegurar a sí mismo, contratando el trabajo naturaleza, a falta de caridad “igualmente
de A, la cantidad adicional qen vez de p. ¿Se habrían muerto de hambre”.
satisface en esta situación la estipulación de Recapitulando, las premisas de Nozick
Locke? No, pues no se entendería por qué son:
B habría de aceptar la situación 2 si puede a) Nadie es, en grado alguno, esclavo
estar en la situación 3. de otro. Por tanto,
En conclusión, es posible observar que b) Nadie es propiedad total o parcial
Nozick modifica la provisión de Locke de de otro. Por tanto,
dos formas, una legítima y otra ilegítima. La c) Cada persona es dueña de sí misma.
primera consiste en permitir la apropiación Por tanto,
d) Cada persona debe ser libre de hacer
157 COHEN, GERALD: Self-Ownership, Freedom and lo que le plazca mientras no dañe a otros.
Equality, Cambridge University Press, 1995. Nadie está obligado a ayudar a los demás.

173 miroiUAL JURIDICA dícihií


Curso de Filosofía del Derecho

Para el autor libertarista, los bienes sin que las toman, sería en sí misma justa. Ahora
propietarios, como ocurre en el caso de ¿es cierto que la libertad preserva siempre
la propiedad común de la tierra, tienden lajusticia? Una forma frecuente de analizar
a ser menos productivos -por razones de esto, reflexiona Cohén, es tomando una
organización e incentivos- que cuando se situación que nos parezca injusta, pero que
les deja al seguro control privado de alguien, se haya generado por medios justos. El caso
de modo que resulta relativamente fácil clásico es el de la esclavitud “voluntaria”,
obtener beneficios suficientes de su pro­ que, aunque sabemos que es posible, nos
ducción eficiente como para ‘compensar’ a parece injusta. Otro caso, sostiene, es el de
los perjudicados por la apropiación inicial. Wilt Chamberlain.
Por ello, concluye, los no propietarios no El autor nos pide que imaginemos una
estarían peor y la propiedad privada de casi situación en la cual se obligara a Chamberlain
todo estaría justificada. a pagar impuestos sobre sus ganancias. Si bien
Por su parte, Cohén considera que exis­ usualmente se sostiene que los impuestos
ten tres maneras de eludir esta conclusión. minan la productividad de una economía
La primera es cuestionando la retórica de al actuar como desincentivo, supongamos
la autopropiedad. La segunda, aceptando que, para efectos del ejemplo, ello no se
la idea de la autopropiedad, pero cuestio­ produce. ¿Podría decirse que el impuesto
nando su definición de daño y sostenien­ a las ganancias del deportista sería inacep­
do que, aunque la persona no esté “peor” table, pues restringiría injustificadamente
después de la apropiación, eso no significa su libertad? Es evidente que ese tipo de
que no haya sido dañada, pues podría, sin política limita ciertas libertades. Desde ya,
embargo, estar mejor si los recursos no se Chamberlain pierde la libertad de firmar
los hubiese apropiado quien actualmente un contrato por el que gane un cuarto de
lo ha hecho (que A tenga los recursos que millón de dólares y sus fans pierden la li­
él (B) podría haber tenido). Tercero, se bertad de firmar un contrato por el que
puede discutir la premisa de que los bienes, entreguen cierta cantidad de su entrada
originariamente, no tenían dueño, con la para que su ídolo reciba esa suma de di­
tesis de que eran comúnmente poseídos. nero. Pero, defiende Cohén, la limitación
“Claro que desde un punto de vista legal de ciertas libertades puede ser en beneficio
no eran poseídos por nadie, pero no dis­ de la libertad misma, pues cuanta libertad
cutimos aquí la condición legal original de posea una persona dependerá del número
las cosas, sino su condición original desde y de la naturaleza de sus opciones y ello está
el punto de vista moral”.158 supeditado, a su vez, tanto a las reglas del
juego como a las cualidades del jugador. Es
claro que con los impuestos Chamberlain
1.4. Las críticas al concepto de libertad reduce su libertad, pero no lo es tanto que
del libertarismo la libertad de sus fans también sea limitada.
Ello pues, al eliminar la primera opción,
Más allá de la discusión sobre el origen de la es decir, la opción de dar el dinero de la
propiedad privada, Nozick rechaza cualquier entrada a Chamberlain libre de impues­
principio redistributivo en base, según se tos, se les entrega otra alternativa que no
señaló, al argumento de la autopropiedad, tenían antes: la de ver jugar a su ídolo sin
es decir, de la propiedad sobre los propios adjudicar a la vez a un solo miembro de
talentos y habilidades. De este modo, cual­ la sociedad tanta riqueza. En este sentido
quier cosa que suija de una situación justa, incluso podríamos considerar que tampoco
a resultas de transacciones completamente Chamberlain reduce del todo su libertad,
voluntarias por parte de todos los agentes pues también a él se le daría la opción de
firmar un nuevo contrato en el que parte
158 COHEN: SelfOwnership, Freedom and Equality, de sus ganancias irían dirigidas al Estado y
ob. cit., p. 115. a las ayudas sociales que él administra.

EDITORIAL JURIDICA DI CHILE 174


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

Claro está que la norma que obliga a recursos mínimos para que los individuos
pagar impuestos restringe en cierta forma la ejerciten su tan preciada libertad, sólo les
libertad de Chamberlain, pero ello resulta está concediendo una autonomía formal
así por la sencilla razón de que toda norma y no sustantiva, es decir, una autonomía
lo hace, también las normas que imperan de papel. Por ello, concluye Kymlicka, es
en la economía de mercado. Nadie puede necesario considerar una idea de autodo­
decir que una política impositiva restringe la minio formal y material, lo que requeriría
libertad por oposición a las reglas impuestas no sólo que nos encontremos libres de los
por los libertaristas y esa es una cuestión que reclamos de otros, sino también el derecho
usualincnte es ignorada por considerársele a elegir qué habilidad o cualidad personal
banal. Cualquier restricción estatal que me quiero desarrollar y los medios mínimos
impida hacer lo que quiero hacer limita mi para hacerlo.
libertad y esto incluye que se me prohíba El problema de los libertarios es que,
realizar acciones en la propiedad de otro. además de restringir la verdadera autodeter­
Lo importante, concluye Cohén, es que las minación de los no propietarios, terminan
incursiones contra la propiedad privada convirtiéndolos en recursos para otros y
que reducen la libertad de los propietarios eso constituye una forma de explotación
transfiriendo derechos sobre los recursos inconsistente con el principio fundamental
a los no propietarios también aumentan la mantenido por el propio Nozick. Por ello,
libertad de estos últimos. un régimen en el que se promueva una
En la misma línea Kymlicka se pregunta noción sustantiva de autodominio requiere
si el ejemplo de Chamberlain es suficiente tanto de recursos como de derechos sobre el
parajustificar que la gente haga lo que quiera propio cuerpo y la propia existencia física.
con sus bienes, sin tener obligación alguna “Sólo somos capaces de perseguir nuestros
respecto de otros. Si imaginamos una etapa más importantes proyectos, libres de las
inicial de igualdad de recursos en la que demandas de otros, cuando no estamos
tenemos al jugador de baloncesto y, por forzados, por necesidades económicas, a
otra parte, a una persona discapacitada y aceptar cualquier trabajo bajo cualquier
observamos que Chamberlain, debido a su condición con el fin de sobrevivir. No
talento para el deporte, termina la tempo­ podemos desconocer que una verdadera
rada con millones en el bolsillo, en cambio autodeterminación requerirá tanto de li­
el discapacitado ha agotado sus recursos y bertades como de recursos”.159
está al borde de la hambruna, seguramente Un sistema de redistribución de recursos,
nuestra intuición, a diferencia de lo que por tanto, no limita injustamente la libertad
opina Nozick, es que Chamberlain debe de los más aventajados, sino que lo hace para
ser obligado a pagar impuestos para ayudar entregar libertad real a quienes antes no
al discapacitado a no morir de hambre, la tenían. Los reclamos de justicia que nos
pues creemos que entre ambos (jugador de piden garantizar las mismas oportunidades
baloncesto y discapacitado) las diferencias iniciales en la vida nos obligan a buscar
innatas son inmerecidas. acuerdos sociales para asegurar a todos
Así, la inconsistencia teórica de la teoría las herramientas básicas. Los libertaristas,
libertarista estriba en no considerar seria­ concluye Kymlicka, defienden una liber­
mente los distintos grados de autonomía tad formal que conlleva libertad material
de los individuos. No basta el principio de solo para algunos -pocos—, permitiendo
autopropiedad para asegurar que todas las estructuras económicas de servilismo para
personas sean realmente autónomas, pues aquellos que entran en el mercado después
no se reconoce, en verdad, el derecho a que otros se han adueñado ya de toda la
la libertad y autodeterminación si no se propiedad disponible, forzándolos a aceptar
asegura mínimamente la posibilidad de
ejercitar, en los hechos, esas libertades. Un 159 KYMLICKA, WlLL: Címtemporary PoliticalPhilfísophy.

Estado como el de Nozick, que no asegura An Inlroduclion, ob. cit., pp. 124-125.

JURIDICA deciiili:
Curso de Filosofía del Derecho

los empleos y obsequios que otros tengan con la premisa de que las personas tienen
la voluntad de darles. ciertos derechos inviolables que ni el Estado
En opinión de Thomas Scanlon, quienes ni nadie más puede intencionadamente
objetan las inequidades del mundo no sue­ transgredir por ninguna razón y, de ahí,
len preocuparse de quienes tienen menos concluye que el único Estado legítimo es
debido a una actitud irresponsable de lo el Estado Mínimo. Nadie -quizás excepto
que, en un principio, fue una repartición un anarquista- que no haya aceptado ya
equitativa (como Nozick quiere hacernos la conclusión tendría por qué aceptar la
creer a través del caso Chamberlain). Lo que premisa. Evidentemente, no se trata de no
ofende a los igualitaristas son las enormes oponerse a los excesos de los Estados (tor­
diferencias en la repartición de los recursos turas, ejecuciones extrajudiciales, censura,
iniciales de la gente conforme a la posición guerra, etc.) pero la objeción a esos abusos
social que les ha tocado en suerte y con la no descansa en la tesis de que el poder del
que han nacido. “En estos casos no hay Estado existe, sino en que es utilizado para
nada parecido al consenso unánime al que hacer el mal en vez del bien. “La oposición a
se refiere Nozick y que haría la transacción estos males no puede traducirse en objeción
entre Chamberlain y sus fans justa'. Como a las políticas de bienestar, a la educación
son, precisamente, los recursos originarios pública o a la graduación de los impuestos.
que posee cada cual los que no pueden, Por ello quienes se preocupan por la libertad
muchas veces, justificarse, es que no hay individual suelen no oponerse a un Estado
razón para concebir el derecho de propiedad fuerte que promueva fines deseables, siempre
como un derecho absoluto. “No hay bases que el ejercicio de ese poder esté limitado
intuitivas para pensar que estos derechos por fuertes salvaguardas”.161 Los gobiernos,
son absolutos y sí, en cambio, hay razones entonces, deben promover el bienestar ge­
para coincidir con la idea de que alcanzar la neral, prevenir los males mencionados y
igualdad puede llamar a infringirlos”.160 proteger los derechos de las personas ¿Quién
Sobre los intercambios voluntarios Scanlon podría estar en desacuerdo?
sostiene que no es la existencia de volunta- Nozick niega que cualquiera de los dere­
riedadio que se cuestiona, sino el hecho de chos que menciona puedan verse superados
que esa elección pueda ser voluntaria aun para conseguir algún bien o evitar algún
cuando, a consecuencia de las intervenciones mal. Pero, aun cuando sea cierto que no se
ilegítimas, se le haya privado de las alterna­ puede permitir la muerte de una persona
tivas más atractivas. La cuestión verdadera­ inocente para promover algún resultado
mente importante aquí es si esjustificable altamente deseable, no todos los derechos
permitir que el salario de las personas se que se protegen tienen la misma importan­
decida por su capacidad de negociación cia. Es menos plausible sostener que quitar a
bajo ciertas circunstancias o condiciones. una persona inocente parte de su propiedad
Aun cuando, como dice Nozick, sean los es un medio no permisible para prevenir
actos de la naturaleza\os que determinen las un serio mal (como la muerte de un niño
alternativas disponibles, las acciones humanas por hambre). En este sentido Nagel consi­
individuales no son las únicas que juegan un dera legítimo hacer cálculos de utilidad, y
papel importante. Debemos preocuparnos concluye que no hay razón para creer que,
también por la justicia de las instituciones tanto en la vida personal como social, la
sociales que hacen posible que los agentes fuerza de todos los derechos es absoluta y
hagan lo que hacen. que no puede verse sobrepasada por consi­
Finalmente, Tilomas Nagel (1937) afirma deraciones consecuencialistas. Los derechos
que el problema de Nozick es que comienza a no ser asesinado, torturado o apresado son

160 SCANLON, T. M.: “Nozick on Rights, Liberty, 161 NagEL, THOMAS: “Libertarianism without

and Property”, en Philosophy and Public AJJairs, vol. 6, Foundations”, en The YaleLawJoumal, vol. 85,1975,
N° 1, 1976, pp. 7-9. pp. 141-144.

EDITORIAL JURIDICA DLCiULÍ 176


Cap. HI. La justicia como fin principal del Derecho

derechos muy fuertes que limitan la perse­ nadie es culpable de que las personas re­
cución de cualquier bien. Otras limitaciones sulten heridas en huracanes, tormentas y
a la libertad de acción, restricciones en el terremotos y, como no se puede acusar a
uso de la propiedad o en los contratos, son nadie, nadie puede cargar con la responsa­
menos serias y por ello proveen razones y bilidad de restablecer la salud de quienes
constricciones menos poderosas. pierden en la lotería natural basándose en
que son responsables del daño”. La lotería
natural, a su entender, crea desigualdades
1.5. El deber de beneficencia y sitúa a unas personas en desventaja, sin
crear por ello en otras la obligación moral
“El hombre rico puede hacer fiestas secular, clara y manifiesta, de ayudarles.
de caviar y champaña, mientras la “Unos se hacen ricos y otros pobres sin la
mujer pobre está delante de su puerta acción u omisión malévola de nadie (...) en
muriéndose de hambre. Incluso, ella no estos casos no interviene justicia o injusticia
podría tomar las migajas de su mesa si
eso le privara a él del placer de alimentar alguna, sólo buena o mala suerte”.164 Luego,
a los pájaros” para paliar la situación de los más pobres,
(David Gauthier, 1932).162 los libertaristas defienden un igualitarismo
del altruismo basado en el principio del
Para el libertarista H. T. Engelhardt (1941), permiso y el principio de beneficencia.
la coerción estatal para aportar al sistema El principio de caridad o beneficencia
público de seguridad social es esencialmente nunca debe ser confundido con lajusticia,
arbitraria e inmoral, pues “ser libre supone pues implica una voluntad siempre libre y
poder hacer elecciones que tengan resultados, nunca forzada ni recompensada por la so­
no igualitarios”.163 La libertad para usar la ciedad. Todo el edificio de las donaciones
propia riqueza hace inevitable la creación benéficas descansa exclusivamente en un
de desigualdades en las oportunidades y en paquete difuso pero perdurable de sanciones
los resultados, por lo que debe cuestionarse culturales y sociales. Un régimen legal de
la posibilidad de un derecho uniforme e obligaciones benéficas imperfectas sería,
igual a los recursos básicos. Sólo si el Estado según el libertarismo, más fácil de catalogar,
ha adquirido sus propios recursos legítima­ pues no requiere de ninguna declaración
mente, estaría en libertad de responder con pública sobre quién debe contribuir, con
ellos a los más necesitados. Hablar de justicia cuánto debe contribuir y bajo qué condicio­
social, en su concepto, es deshonesto, ya que nes, de modo que los donantes deciden esas
sugiere un acuerdo canónico en la reflexión cosas por sí mismos sin miedo de sanciones
moral secular que es injustificado y además legales. Transformar los derechos sociales
inexistente; también es demagógico, porque en legales implicaría poner todas las cues­
incita al uso coercitivo de la fuerza estatal. De tiones sobre definición, implementación
modo que exigir la redistribución, sin apelar y aplicabilidad en el tapete, lo que sería
al principio del permiso, significa pretender altamente inconveniente por ineficiente
que se puede obligar a otros a trabajar o que y moralmente injusto.165
esté permitido confiscar la propiedad.
Los “trágicos resultados” de la lotería 164 Engelhart, H. T.: Los fundamentos de la bioética,

natural y social son, para Engelhardt, “pro­ Paidós, Barcelona, 1995, pp. 407-8.
165 La confianza de algunos libertaristas en las
ductos ciegos de la naturaleza de los que
bondades del mercado como mecanismo adecuado
nadie (...) es responsable. Evidentemente
para distribuir todos los bienes sociales queda de
manifiesto en las propuestas del polémico Richard
162 GAUTHIER, David: Moráis by Agreement, Oxford Epstein, quien defiende que todos los recursos de­
University Press, 1986. bieran ser susceptible de compraventa, abogando
163 Engelhardt, H. T.: “Freedom and Moral por la libre venta de órganos, por el libre arrien­
Divcrsity: Thc Moral Failurc of Hcalth Carc in the do de úteros e incluso por la libre venta de niños.
Welfare State”, en Social Philosophy & Poliry, vol. 14, Epstein, Richard A.: Mortal Peril. Our Inalienable
LA

N° 2, 1997. Right lo HeaUh Cure?, Perseus Books, 1999.

177 editorial JURIDICA Dt CIULE


Curso de Filosofía del Derecho

¿Qué hay de malo en la ‘caridad’ como A causa de esta desventaja el corredor


principio y mecanismo de distribución de medio con carga quedará rezagado del co­
recursos escasos? 1.a caridad es un acto na­ rredor medio sin carga, aunque algunos
turalmente voluntario, por lo que el nivel corredores con carga adelantarán a algunos
de esfuerzo y compromiso estará arbitra­ corredores sin carga.
riamente determinado por quienes creen Imagine ahora que alguien agita una
que deben compartir sus recursos con otros varita mágica y las cargas desaparecen de
menos afortunados. Ello hace que los ser­ las espaldas de todos los corredores.
vicios que se entregan sean muy inferiores Si los dos grupos de corredores son igua­
a aquellos financiados públicamente, au­ les en capacidad, la distancia entre aquellos
mentando la brecha de desigualdad social. con carga y sin carga dejará de aumentar,
Pero lo más importante es que dejar a la aun cuando aquellos que sufrían por la
caridad la resolución de los problemas so­ discriminación previa no logren nunca
ciales de distribución supone transformar equipararse.
en principios de justicia los criterios de Más aún, si se tratara de una carrera
beneficencia, es decir, implica defender donde los padres que van primero pudie­
un principio de distribución que sostenga ran pasar el relevo a sus hijos, no habría
que el pobre sólo merece aquello que por igualación de la carrera ni siquiera a través
caridad pudiera recibir. de generaciones.
La carrera sólo podría volverse limpia si
cada uno es obligado a parar y comenzar de
2. Liberalismo Igualitario nuevo en la misma línea de salida, y si todos
los que no llevaban carga fueran obligados
El caso de la carrera de Thurow166 a cargar peso hasta que las diferencias en el
promedio de ejecución de grupos desapare­
cieran o si quienes han sufrido desventajas
en el pasado recibieran privilegios especiales
HE¡^
--------- -------------
hasta que se equiparasen.166 167

2.1. Introducción

En el capítulo anterior sostuvimos que los


bienes y recursos de las personas pueden
no ser siempre merecidos ¿Qué quisimos
decir con ello? Para un lector atento la res­
puesta inmediata será: la propiedad de los
recursos no será justa si ella ha tenido un
nnn ->
origen ilegítimo, es decir, si se ha producido
gracias al uso de la fuerza, el engaño o es el
resultado de transferencias que, en su génesis,
Tratemos de describir este cuadro: se trata fueron ilegítimas. De acuerdo, pero quizás
de una carrera en la que a algunos corre­ queramos decir algo más. Quizás queramos
dores se Ies ha asignado una pesada carga sostener que, así como la propiedad privada
porque pertenecen a un determinado grupo de un predio y demás medios de producción
social. podría no ser justa, tampoco son del todo
justificados los bienes que el basquetbolista
166 Imagen extraída del documento “Norwegian

Ministry of Health and Care Services”. National strat- 167 THUROW, LESTER: “A theory of groups and

egy lo reduce social inequalities in health. Repon N° 20, economics redistribution”, en Philosophy and Public
Noruega, 2006-2007. Affairs, vol. 9, N° 1, 1979.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 178


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

Chamberlain recauda para sí gracias a su alcanzar su máximo bienestar en el uso de


talento para la pelota. ¿Significa entonces sus talentos. la redistribución de los recursos
mantener que la inteligencia, el esfuerzo, y el establecimiento de un sistema de bienes
la dedicación, los talentos, etc., no son del básicos para todos los ciudadanos se sustenta,
todo mérito exclusivo de quien los posee? argumenta Rawls, en la idea intuitiva de la
Esta es, precisamente, la tesis defendida por arbitrariedad en la distribución de las dota­
John Rawls (1921-2002) en su notable obra ciones innatas y sociales, lo que, a su juicio,
Teoría de la Justicia168 En palabras del propio no es más que una perogrullada moral:
Nozick -uno de sus principales críticos-, “¿Quién la negaría? ¿Realmente piensa
desde la publicación de este libro en 1971 la gente que (moralmente) se merecen ha­
“los filósofos políticos tienen que trabajar ber nacido más dotados que otros? ¿Acaso
según la teoría de Rawls o bien explicar piensa la gente que se merece (moralmen­
por qué no lo hacen”.169 te) haber nacido hombre en vez de mujer?
El liberalismo igualitario, encabezado por ¿Piensan que se merecen haber nacido en
Rawls, es aquel “que avala la posibilidad de una familia adinerada en vez de en una
redistribuciones de bienes y recursos y de familia pobre?”.171
interferencias en las transacciones privadas si Teniendo en cuenta, entonces, que los
ello es necesario para promover la igualdad mejor dotados ocupan un lugar en la dis­
entre los individuos”?70 A este liberalismo tribución de las dotaciones innatas que no
igualitario le interesa la libertad, pero no se merecen moralmente y, además, que las
en un sentido meramente formal como la instituciones sociales básicas que mante­
entiende el libertarismo, sino en un sentido nemos les permiten explotar esas dotacio­
más radical que implica la concreción de los nes y conservar los beneficios aun mayores
prerrequisitos materiales que hacen posible que ellas les proporcionen, la exigencia
el ejercicio real de la libertad. Por lo mismo, impuesta por esta teoría, para que usen
justifica la legitimidad de los sistemas de esas dotaciones de modo que contribuyan
redistribución de los recursos sociales en al bien de todos y, en particular, al de los
base a la idea de que las grandes diferencias peor dotados, parecen razonables.
de riqueza que existen entre las personas
no se deben, como sugería Nozick, a una
actitud irresponsable de algunos frente a 2.2. Fundamentando la redistribución
lo que en un principio fue una repartición de los recursos sociales:
equitativa de recursos. Por el contrario, lo La teoría de la justicia de John Rawls
que afrenta a los liberales igualitarios son las
enormes diferencias en la repartición de los “No podemos saber por qué el mundo
recursos iniciales de la gente conforme a la sufre. Aunque sí podemos saber cómo
posición social que les ha tocado en suerte el mundo decide que el sufrimiento
alcanzará a algunos y no a otros”.
y con la que han nacido. Los reclamos de
justicia que nos piden garantizar las mismas (Calabresi y Bobbitt, 1978).172
oportunidades iniciales en la vida nos obligan
a buscar acuerdos sociales para asegurar a 2.2.1. El procedimiento para acordar
todos las herramientas fundamentales para principios de justicia

168 RAWLS,JOHN: A Theory ofjustice, Harvard Uni- Rawls construye un modelo de justicia para
versity Press, 1971. las instituciones sociales básicas de la mano
169 Nozick, ROBERT: Anarchy, State and Utopia,
de la teoría clásica del contrato social y del
ob. cit.
170 Niño, Carlos: “Liberalismo conservador:
¿Liberal o conservador?”, en El derecho a la igualdad. 171 RAWLS, JOHN: La Justicia como equidad. Una

Aportes para un constitucionalismo igualitario. Alegre, reformulación, Paidós, Barcelona, 2002.


Marcelo, y Gargarella, Roberto (coords.), LexisNexis, 172 Galabresi, Guido, y Bobbitt, Philip: Tragic

Buenos Aires, 2007. Choice, Norton & Company, 1978.

179 tPITONAl JURIDICA


Curso de Filosofía del Derecho

constructivismo ético kantiano. La idea es de mayores ventajas en la negociación de


que a través de un procedimiento racional los mejor situados, impidiéndoles además
que asegure la equidad de las partes con­ recurrir a la fuerza, el engaño o el fraude.
tratantes se llegue a principios de justicia Por ello, la posición original sería el statu
capaces de definir y consolidar nuestros quo inicial más apropiado para garantizar
derechos básicos. Este aparato contractual que los acuerdos que en ella se alcancen
imaginario exigiría que las partes, colocadas sean, finalmente, equitativos.
en una “posición original”, admitan, como El velo de ignorancia busca, por su parte,
mecanismo para asegurar la equidad de impedir que algunos estén colocados en
los contratantes, cubrirse con el “velo de una posición de negociación más ventajosa
ignorancia”, todo lo cual permitiría concluir que otros debido a las consecuencias de
principios de justicia que, por un lado, reco­ la fortuna natural o por las circunstancias
nocen a todas las personas libertades básicas sociales que les han tocado en la vida. Para
iguales y, por otro, justifican la existencia ello dispone de un acuerdo que exige dejar
de ciertas desigualdades sociales bajo la al margen del convenio todos los rasgos y
condición de la compensación social. circunstancias particulares que pudieran
Probablemente, lo primero que llame distorsionarlo. Desde ya eso implica excluir, al
la atención del lector sea la pretcnsión de menos, el conocimiento de la propia posición
construir una teoría de lajusticia que, aun social, doctrina comprehensiva (religiosa
cuando busca la redistribución de los re­ o filosófica) de raza, sexo, capacidades y
cursos, justifica sin embargo las desigualdades talentos, etc., dejándoles solo, para afrontar
sociales. ¿Cuál es la razón para ello? Vamos la elección de los principios de justicia, el
por parte, para comprender los alcances conocimiento de que su sociedad está sujeta
de la teoría debemos antes dilucidar sus a las circunstancias de lajusticia.
principales mecanismos teóricos. Primero, Siguiendo a H. L. A. Hart (1907-1992),
se postula que los seres humanos pueden Rawls consideró que las fuentes de las des­
convenir ciertos principios de justicia que igualdades entre las personas tenían relación
satisfagan el ideal de la ‘unanimidad’, sobre con circunstancias de justicia objetivas y
el supuesto de que los sujetos se comporten subjetivas.173 Las circunstancias objetivas, que
racional y razonablemente. La idea de racio- se refieren a las condiciones que hacen
naZ/dad-inspirada en el análisis económico posible y necesaria la cooperación entre los
neoclásico- es concebida como una cierta individuos, serían la “escasez moderada”, la
capacidad estratégica para maximizar el “vulnerabilidad” y la “igualdad moderada”,
propio interés, es decir, una persona se com­ pues tenemos a la vez conflictos de intereses
porta racionalmente cuando está provista e identidad de intereses y somos, en general,
de “egoísmo esclarecido”. Por su parte, una semejantes en capacidades físicas y psíqui­
persona razonable es aquella que está dispuesta cas, además de ser vulnerables a los ataques
a proponer y a aceptar de los demás prin­ de los otros. A estas circunstancias habría
cipios de justicia para definir los términos que incorporar el hecho de la “moderada
equitativos de la cooperación social. A la escasez de recursos”.
vez, son individuos que saben que deberán Las circunstancias subjetivas tienen que
honrar esos principios aun cuando puedan ver, por su parte, con los sujetos de la co­
ir contra sus intereses, puesto que confian operación y con los intereses y fines que
en que los demás harán lo mismo. los caracterizan, lo que se expresa en el
Ahora, con estas características, los hecho mismo del “pluralismo”, esto es, de
individuos serían colocados en una posi­ la realidad de que los individuos tienen, en
ción original que corresponde al hipoté­ general, distintos planes de vida y distintas
tico “estado de naturaleza” desarrollado
extensamente por la teoría contractualista, 173 Hart, H. L. A.: “¿Existen los derechos natu­
y que ubica a las personas en una situa­ rales?”, en Filosofía Política, Fondo de Cultura Eco­
ción equitativa que previene la obtención nómica, México, 1974.

editorial JURIDICA ni chile: 180


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

concepciones de lo bueno, pues existe una sistema político como por las circunstancias
diversidad de creencias filosóficas, religiosas económicas y sociales.
y de doctrinas políticas y sociales que hace De este modo, entonces, usted se colocará
que sus peculiares visiones del mundo se en esta posición original con miras a elegir
distancien aun más. principios de justicia que regulen las insti­
Todas estas circunstancias de justicia nos tuciones sociales básicas, recordando que
recuerdan no sólo que somos diferentes debe razonar con las siguientes restricciones:
sino que estamos, además, en permanente a) Usted es un sujeto racional y actúa según
conflicto debido a que esas diferencias, para el egoísmo esclarecido, es decir, sólo en base
agravar más las cosas, son incrementadas a sus propios intereses; b) Tiene nociones
por el azar social y natural que provoca que básicas de economía política que le van a
algunos inicien la carrera por la supervi­ permitir alcanzar sus intereses particulares;
vencia con menos herramientas que otros c) Usted sabe que la teoría de lajusticia
(como refleja el ejemplo de la carrera de sólo funciona en sociedades de escasez
Thurow). Estas circunstancias, expresión moderada, esto es, donde la cooperación
misma de nuestra diversidad, si bien pueden es tanto necesaria como posible; d) El velo
modificarse con tendencia hacia la justicia, de ignorancia le hace olvidar su posición
nunca podrán desterrarse del todo, por lo real en la sociedad y cuáles son sus habili­
que el objetivo primordial de esta teoría dades, tampoco conoce sus concepciones
de la justicia será intentar enmendar, de personales en torno al bien. Sólo sabe que
algún modo, la arbitrariedad del mundo actúa en interés propio.
natural y social. Si razona usted con estas restricciones,
Bien, dirá usted, pero ¿cómo funciona debiera arribar, apuesta Rawls, a los siguien­
todo este razonamiento? Imagine por un tes dos principios de justicia:
momento que le pedimos que se coloque a) Cada persona tiene el mismo derecho
en la posición original de Rawls puesto que irrevocable a un esquema plenamente ade­
queremos probarle que, si lo hace, acordará cuado de libertades básicas iguales que sea
determinados principios de justicia que per­ compatible con un esquema similar de liber­
mitirán administrar de manera más o menos tades para todos: libertad de pensamiento y
justa las instituciones sociales básicas174 175 en de conciencia, libertades políticas, como el
pos de alcanzar la “justa igualdad de opor­ derecho a voto y el derecho a participar en
tunidades”. Se mira hacia las instituciones política, además de la libertad de asociación
sociales básicas pues son, para Rawls, el objeto y derechos a la integridad física y psíquica
primario de lajusticia, ya que sus efectos en de la persona [Principio de igual ciudadanía
las oportunidades iniciales en la vida son o de igualdad en las libertades básicas]; y
muy profundos y no se justifican apelando b) Las desigualdades sociales y econó­
a nociones de mérito o desmerecimiento. micas tienen que satisfacer dos condiciones
La idea intuitiva es que la estructura social para ser admisibles: en primer lugar, tienen
contiene varias posiciones sociales y que que estar vinculadas a cargos y posiciones
las personas nacidas en posiciones sociales abiertos a todos en condiciones de ‘igualdad
diferentes tienen desiguales expectativas de equitativa de oportunidades’ [Prinri/na de
vida, determinadas, en parte, tanto por el equitativa igualdad de oportunidades]; y, en
segundo lugar, las desigualdades deben
174 Rawls entrega distintos ejemplos de lo que redundar en beneficio de los miembros
entiende como instituciones básica de la sociedad: menos aventajados de la sociedad [Principio
La Constitución Política con una judicatura inde­ de diferencia]
pendiente, las formas legalmente reconocidas de
propiedad, la estructura de la economía (por ejemplo,
un sistema de mercado competitivo con sistema de 175 Rawls propone dos reglas de prioridad en la
propiedad privada de los medios de producción) y interpretación y aplicación de los principios. Según
alguna forma de familia (RAWLS,JOHN: Lajusticia la primera, los principios de justicia se ordenan lexi­
como equidad. Una reformulación^ ob. cit.). cográficamente, es decir, el primero prima sobre el

181 í: DI IOIUA1. JU RI DIC A Di GHLt


Curso de Filosofía del Derecho

Estos dos principios, como seguramente ya hábiles y fuertes al momento de negociar.


se advierte, no le permitirán avalar situaciones Esto permitiría reflejar, por cierto, nuestra
de desigualdad a la hora de la concesión de “igualdad moral” en los términos en los
derechos. Por ello, por ejemplo, usted no que lo expresara Kant. En segundo lugar,
podría aprobar la reinstauración de las leyes la igualdad es el fin del procedimiento de
de Nuremberg, del Apartheid sudafricano, la posición original. Su objetivo -que las
o la Sharia musulmana, puesto que no sería reglas que rijan las instituciones sociales
racional -no maximizaría sus intereses- que, básicas de la sociedad expresen debida­
desconociendo cual será su situación par­ mente la concepción kantiana de igualdad
ticular real, admitiera una legislación que moral- se logrará a través de la selección
posiblemente terminaría discriminándole de principios que garanticen la igual ciu­
a usted, pues nada le asegura que, una vez dadanía y la igualdad de oportunidades
develado el velo de ignorancia, no se des­ equitativas.
cubra en el espejo como “judío”, “negro” Antes de avanzar más, quizás debamos
o “mujer”. Lo mismo debiera concluirse responder qué queremos decir con “igual­
en materia de distribución de recursos, de dad moral”. La tesis del liberalismo igua­
modo que no sería -de nuevo- racional que litario no aboga por un trato igualitario
usted rechazara, como Nozick, la redistri­ fundada en una supuesta igualdad real,
bución de recursos sociales si quizás, una física o psíquica entre los seres humanos.
vez que el velo desaparezca, descubra usted Cosa distinta, y puesto que las personas
que pertenece al numeroso grupo de los diferimos en muchas cosas, la apelación a la
“pobres” del mundo. igualdad como ideal normativo se relaciona
De este modo, la posición original, al ga­ con el convencimiento de que somos todos
rantizar iguales derechos a todos y, además, al moralmente iguales en la línea desarrollada
exigir la redistribución de recursos sociales, por Immanuel Kant (1724-1804). Los in­
impide que los resultados del azar natural dividuos poseeríamos la misma capacidad
o las contingencias de las circunstancias para discernir los principios que confor­
sociales den a algunos ventajas o desven­ man la ley moral universal, de modo que
tajas a la hora de escoger los principios de todos podríamos alcanzar “el reino de lo
justicia. Dado que todos están situados de incondicionado”. Actuar conforme a la ley
manera semejante y que nadie es capaz de universal supone conducirse de acuerdo
delinear principios que favorezcan su con­ con “aquel valor que supera en mucho
dición particular-¡puesto que desconocen a todo valor alabado por la inclinación”
cuál es!- los principios de justicia serán el y “ante el que tiene que ceder cualquier
resultado de un acuerdo justo, pues, debido otro motivo, porque es la condición de
a la condición de simetría entre las partes, una buena voluntad buena en sí, cuyo
la situación inicial será equitativa. valor supera todo”.176 Si todos podemos
Como se puede apreciar, en la estructura llegar a conocer y actuar de acuerdo a la
imaginada por Rawls la igualdad cumple un ley moral universal, se deduce entonces
importante doble papel. En primer lugar, que nadie puede imponer a los demás su
funciona como presupuesto metodológico de particular idea del bien, pues su capacidad
la posición original por el que, para poder para descubrir esa verdad no es superior a
participar en la elección de los principios la de cualquiera. Ya que todos son libres y
de justicia, las partes contratantes se des­ racionales de modo similar, cada uno ha
pojarían de todas aquellas características de tener una oportunidad para adoptar
que impiden el desarrollo de un procedi­ los principios públicos de su comunidad
miento equitativo haciéndolas más o menos ética. Es decir, porque somos iguales en nuestra
condición moral, entonces somos libres.
segundo; conforme a la segunda, la justicia es anterior
a la eficiencia, o sea, la igualdad de oportunidades es 176 Kant, Immanuel: Fundamentadón déla metafísica

previa a la aplicación del principio de diferencia. de las costumbres, Ariel, Barcelona, 1996.

£DITORIA1 JUR1 DICA DE CUJII 182


Cap. III. Injusticia como fin principal del Derecho

2.2.2. ¿Por qué permitir Se vincularía de este modo la idea de jus­


la desigualdad social? ticia y reparto igual de los bienes sociales
con la idea de eficiencia, puesto que, argu­
Volvamos ahora a la pregunta que tenemos mentaba este autor, se trata a las personas
pendiente: lasjustificaciones que Rawls esti­ igual, no removiendo toda desigualdad, sino
maba suficientes para permitir la desigualdad que sólo aquellas que perjudican a alguien.
social. Como vimos, su segundo principio Si ciertas desigualdades, por el contrario,
de justicia se vincula con la idea de que benefician a todos, extrayendo talentos y
para mantener en la práctica una noción energías socialmente útiles, entonces se­
de persona similar a la que se configuró en rán aceptables para todos. Dicho de otra
la teoría (la idea de persona moral libre e manera, si a consecuencia de permitir que
igual) es necesario eliminar, en la mayor algunos ganen más dinero que el que posee
medida posible, las diferencias que no ten­ la mayoría se promueven los intereses de
gan su origen en una decisión voluntaria y todos, entonces la igual consideración del
que sólo deriven de circunstancias adscritas interés general debiera impulsar, en vez de
que estarían fuera del control de los sujetos prohibir, esa desigualdad. Es por ello que
(nuestro origen social y nuestras cualidades el segundo principio de justicia dispone
biológicas). Para lograr que la igualdad que, mientras la distribución del ingreso
moral que la teoría sustenta se mantenga y las riquezas no necesita ser igual, tiene
lo mejor posible al momento de realizar la que ser ventajosa para todos, y los puestos
distribución de recursos, Rawls desarrolla de autoridad, accesibles a todos.
la idea de compensación, que se asocia, como La justicia no impone restricciones res­
vimos, a la idea de que, siendo inmerecidos pecto del tipo de desigualdad que es per­
los dones que la naturaleza y la sociedad misible, únicamente exige que se mejore la
entrega a unos más que a otros, debieran posición de cada uno. Luego, cada individuo
ser distribuidos y compartidos equitativa­ actuará razonablemente si, al ver que la
mente por las instituciones sociales que, empresa funciona, prefiere sus perspectivas,
finalmente, tienen la importante misión sus expectativas de futuro, con la desigualdad
de ‘corregir’ el azar natural. que sin ella. La injusticia consistirá, por tan­
Bien, sin embargo, siempre es legítimo to, simplemente en las desigualdades que
preguntarse ¿Por qué compensar la desigual­ no benefician a todos. Y ¿Qué entiende
dad, por qué no mejor eliminarla? Rawls le Rawls por “ventaja para todos”? Tres son
respondería que las desigualdades sociales las posibles interpretaciones del segundo
y naturales no siempre son indeseables, y principio de justicia:
es por ello que su concepción general de la a) Libertad natural: debe ser comprendida
justicia exige que todos los bienes sociales en base al principio de eficiencia económica
primarios sean distribuidos igualitariamente aplicado a las instituciones sociales llamado
a menos que una distribución desigual de “óptimo de Pareto”. El Premio Nobel de
alguno o de todos esos bienes redunde en Economía Amartya Sen (1933) lo define
una ventaja para los menos favorecidos.177 de la siguiente manera: en una situación
de elección dada, considerando el conjunto
de alternativas X entre las cuales tiene que
177 Rawls concluye la siguiente lista de bienes
hacerse la elección, habrá que respetar la
primarios: 1) Los derechos y libertades básicas
(pensamiento, conciencia y otros necesarios para siguiente regla: X es un óptimo paredaño si
desarrollar las dos facultades morales); 2) la libertad no podemos elegir una alternativa que todo
de movimiento y la libre elección de empleo en un el mundo considere al menos tan buena
marco de oportunidades variadas; 3) los poderes y
prerrogativas que acompañan a los cargos de auto­
ridad y responsabilidad; 4) los ingresos y riquezas y, que los ciudadanos tengan clara conciencia de su
finalmente, 5) las bases sociales del autorrespeto, valor como personas y puedan promover sus fines
con lo que se entienden aquellos aspectos de las con autoconfianza (RAWLS, JOHN: La justicia como
instituciones básicas normalmente esenciales para equidad. Una reformulación, ob. cit., pp. 90-91).

183 i di toma l | U R i D1C A d t c 111 li;


Curso de Filosofía del Derecho

como X (todos aquellos a quienes el cambio liberal, que intenta corregir las desigualdades
no perjudica) y que al menos una persona producto de las contingencias naturales,
considera estrictamente mejor que X (la dejando los mejores puestos asequibles a
persona beneficiada con el cambio). Ahora, las capacidades sobre una base de igualdad
es evidente que resulta peligroso centrarse de oportunidades. Es decir, aquellos con
únicamente en la optimalidad de Pareto, capacidades y habilidades similares debe­
pues una economía puede ser óptima en este rían tener perspectivas de vida similares.
sentido aun cuando algunos estén nadando “Diremos lo siguiente: suponiendo que haya
en la abundancia y otros bordeen la indigen­ una distribución de dotaciones innatas, los
cia, con tal de que no pueda mejorarse a los que tienen el mismo nivel de talento y ha­
indigentes sin recortar los placeres de los bilidad y la misma disposición a hacer uso
ricos. “Si evitar el incendio en Roma hubiere de esos dones, deberían tener perspectivas
hecho que Nerón se sintiese peor, entonces de éxito independientemente de su clase
dejarle incendiar Roma sería un óptimo de social de origen”.179 La interpretación libe­
Pareto. En resumen, una sociedad o una eco­ ral, al intentar mitigar la influencia de las
nomía puede ser óptima de Pareto y ser, no contingencias (fortuna) sociales sobre las
obstante, perfectamente indignante”.178 porciones distributivas -para asegurar una
Otro problema de esta noción económica justa igualdad de oportunidades- tendrá que
clásica es que se trata de una regla que no imponer condiciones adicionales al sistema
selecciona por sí misma una distribución social como, por ejemplo, prevenir la excesiva
específica como mejor que otra, todos los acumulación de propiedades y asegurar un
puntos que estén dentro de la línea del óp­ sistema educativo igualitario diseñado para
timo son, para Pareto, indiferentes, aunque superar las barreras de clases.
puedan suponer enormes desigualdades Pero ¿son inmerecidos sólo los privilegios
en la asignación de los recursos. Por tanto, sociales que tenemos-como el haber nacido
para escoger de entre las distribuciones efi­ en una clase social que nos ha permitido
cientes hace falta otro principio, digamos, educamos adecuadamente- o también son
uno de justicia, ya que para el sistema de la inmerecidos ciertos rasgos genéticos como,
libertad natural -al que le basta el principio por ejemplo, una especial inteligencia o
de eficiencia dada una distribución inicial un carácter optimista y laborioso que nos
de activos libres- no le importan las conse- ayudará a lograr el éxito social y económi­
co? La separación entre ventajas innatas y
ventajas sociales o culturales no es fácil, es
más, algunos se preguntarán incluso si es
posible distinguirlas. Por ejemplo, la inte­
ligencia ¿se hereda o también depende de
factores sociales? ¿Es posible mejorar los
niveles de inteligencia colmando al indi­
viduo de estímulos positivos? ¿Es posible
separar la capacidad y la energía naturales
0 1 2 3 4 5 6
Utilidad Sujeto 1
de aquellas cualidades logradas sólo por
Óptimos Paretianos Posibles. medio de una buena educación?
Ife*. Subóptimos superiores respecto del punto de partida. Intentar distinguir entre características
Uí Punto de Partida. Distribución Inicial de Recursos. innatas y sociales no sólo es muy difícil, sino
Fuente: Elaboración propia. que, sostenía Rawls, puede ser virtualmente
irrelevante, pues “hasta la voluntad que
b) la segunda interpretación del segun­ tengamos para superar las circunstancias
do principio de justicia es la de la igualdad difíciles de nuestra vida es dudosamente

178 SEN, ÁMARTYA: Elección colectiva y bienestar social, 179 RAWLS, JOHN: La justicia como equidad. Una

Alianza, Madrid, 1976, pp. 38-39. reformulación, ob. cit., p. 74.

EDITORIAL JURIDICA DE CJUU 184


Cap. III. Lajusticia como fin principal del Derecho

merecida. Igualmente problemático es Siguiendo esta última interpretación del


que merezcamos el carácter superior que segundo principio, ¿debemos entonces con­
nos permite hacer el esfuerzo por cultivar siderar como inevitables las desigualdades
nuestras capacidades, ya que tal carácter sociales? Sí, argumenta Rawls, serán inevi­
depende, en buena parte, de condiciones tables si tomamos en cuenta la eficiencia
familiares y sociales afortunadas en la ni­ económica y las exigencias de la organización
ñez, por las cuales no puede pretenderse y de la tecnología. “Si existen desigualdades
crédito alguno”. La distinción entre cua­ de ingreso y riqueza, así como diferencias
lidades genéticas o innatas y cualidades en la autoridad y grado de responsabilidad,
socialmente originadas parece imposible las cuales operan haciendo que todos me­
si nos fijamos en que aquellas cualidades joren en comparación con la situación de
que se consideran más esenciales para la igualdad inicial, ¿porqué no permitirla?”.181
identidad de la persona -como el carácter, Las desigualdades son productivas en el
valores, convicciones básicas y lealtades más sentido de que los incentivos (los mayores
profundas- están fuertemente influenciadas ingresos para quienes realicen trabajos más
por factores sociales y culturales sobre los demandados socialmente) nos beneficiarían
que no tenemos control.180 finalmente a todos, pues aumentarán la
De este modo debemos optar por una riqueza no sólo de esas personas, sino que
interpretación del segundo principio de de la sociedad en su conjunto.
justicia que mitigue también, en lo posible,
las desigualdades fruto de la lotería natu­
ral, pues desde un punto de vista moral 2.2.3. Críticas al segundo principio
ambas parecen igualmente arbitrarias. Es de justicia de Rawls
lo que pretende la última interpretación
del principio de diferencia. Como hemos visto, Rawls defiende que las
c) La igualdad democrática admitirá las pretensiones o demandas de la gente por
desigualdades sociales si y sólo si las ventajas bienes primarios no dependan de sus dota­
del mejor situado operan en beneficio del ciones naturales, por lo que los talentosos
peor situado. La desigualdad en las expec­ no debieran recibir mayores recompensas
tativas es permisible sólo si al reducirla se por sus cualidades a menos que ellas vayan
empeora aun más a la clase trabajadora pues, en beneficio de los peor situados. El pro­
dada la condición adicional en el segundo blema, argumenta Will Kymlicka, es que
principio relativa a la asequibilidad de los para Rawls dos personas estarán en igual
cargos, las mayores expectativas permitidas posición si tienen la misma cantidad de
a los empresarios los estimulan para hacer bienes primarios aun cuando la segunda
cosas que aumenten las expectativas de los persona sea, por ejemplo, discapacitada
más pobres. Sus mejores perspectivas actúan física o mentalmente, no posea talentos o
como incentivos que harán más eficaz el tenga problemas de salud. Esto es, al consi­
proceso productivo, el proceso económico. derar que las dotaciones innatas no influyan
Así, Rawls lograría una definición de justicia positivamente en la distribución de bienes,
consistente con el principio de eficiencia, olvida que muchas veces pueden influir nega­
al menos cuando los dos principios están tivamente también, de modo que lo correcto
plenamente satisfechos pues, si la estruc­ sería adjudicar recursos en atención a las
tura básica es injusta, estos principios au­ cualidades personales, permitiendo que el
torizarían cambios que pudieran reducir discapacitado posea suficiente para pagar
las expectativas de algunos de los mejor los costos extra que debe soportar debido
situados, ya que lajusticia tiene primacía por a su desventaja natural.
sobre la eficiencia. Por ello, si el principio de diferencia

180 Rawls, JOHN: /I Theory of Juslice, ob. cit. 181 Ibíd.,p. 151.

185 inrroiUAi. JURIDICA déchiu


Curso de Filosofía del Derecho

establece la regla de que “las desigualda­ la libertad en lugar de la amplitud de la


des sociales deben ser compensadas y las libertad de la que ciertamente se goza.
desigualdades naturales no deben influir Por ejemplo, considérese el caso de una
en la distribución”, Kymlicka propone “las persona que puede tener más renta y mejor
desigualdades sociales y naturales deben alimentación que otra, pero menos libertad
ser compensadas”, puesto que ambas son para vivir una existencia bien nutrida en
igualmente inmerecidas.182 Si bien es verdad razón de una tasa metabólica basal más
que puede resultar muy difícil resarcir las alta, mayor vulnerabilidad a las enferme­
injusticias naturales (incluso puede que sea dades parasitarias o por estar embarazada.
imposible hacer lo que nuestras intuiciones Muchas de las personas que son pobres
nos dicen que es justo), lo importante para en términos de renta y de otros bienes
los efectos de la crítica es que Rawls no primarios también tienen características
reconocería, al menos, que sea deseable como la edad, la discapacidad, la propen­
tratar de remediar tales desigualdades. sión a enfermedades, etc., que les hacen
En esta misma línea ha desarrollado su más difícil convertir bienes primarios en
objeción Amartya Sen, para quien el problema capacidades básicas, por ejemplo, la ca­
del principio de diferencia de Rawls radica pacidad para desplazarse, para llevar una
en que se define, no conforme a alguna idea vida sana o para tomar parte en la vida
de utilidad individual, sino que en base a la social. Por ello este autor concluye que “ni
noción de bienes primarios. Esto significa los bienes primarios ni los recursos -por
que niega que sea legítimo entregar mayores más ampliamente que se les defina- pue­
recursos a quienes, por distintas razones, den representar la capacidad de la que
hacen una mayor demanda de ayuda social, realmente goza una persona”.184
pues es una teoría que no resulta atenta a la De este modo, un modelo atento a las
diversidad humana. Si las personas fueran capacidades individuales considerará que,
básicamente similares, un índice igual de por ejemplo, dar igual cantidad de bienes
bienes primarios para todos sería lo correc­ a un hombre y a una mujer no sería jus­
to, pero, de hecho, las personas son muy to, pues sus características biológicas y los
distintas en necesidades relacionadas con factores sociales asociados al embarazo,
la salud, la longevidad, las condiciones del a los cuidados de los recién nacidos, a la
clima, el lugar en el que viven, el trabajo que distribución convencional de los papeles
realizan, su temperamento e incluso su talla, en la familia, etc., colocan a la mujer en
que afectará, por ejemplo, la cantidad de evidente desventaja. “Si bien el sesgo anti­
comida y de ropa que necesiten. Ante todas femenino en la nutrición, la morbilidad o
estas individualidades los bienes primarios la mortalidad aparecen mucho menos en
parecen ser ciegos.183 el Africa subsahariana, existen a menudo
Según Sen, los bienes primarios de Rawls grandes diferencias de sexo en muchas otras
equivalen a lo que llama “medios para la capacidades, tales como saber leer y escribir,
libertad”, es decir, se trataría de cosas que evitar mutilaciones, poder elegir libremen­
afectarían el conjunto de vidas alternativas te la propia carrera u ocupar posiciones
entre las que las personas pueden elegir. de liderazgo”. Por ello, las cuestiones de
Si lo que interesa es la libertad real de desigualdades entre los sexos exigen una
los sujetos, entonces no parece suficiente comparación más allá de los meros recursos.
centrarse únicamente en los medios para “El problema de las desigualdades entre los
sexos es, en última instancia, una cuestión
de libertades divergentes”.185
182 KYMLICKA, WlLL: Conlemporary Política!Philoso-
phy. An lntroduction, ob. cit., pp. 71-72.
183 SEN, AMARTYA: “Equality of What?”, en Liberly, 184 SEN, Amartya: Bienestar, justicia y mercado, Pai-
Equality and Law. Selecled Tanner Lectures on Moral dós, Barcelona, 1997, pp. 114-115.
Philosophy, University of Utah Press - Cambridge Uni- 185 SEN, AMARTYA: Nuevo examen de la desigualdad,

versity Press, 1978, pp. 157-158. Alianza, Madrid, 2000, p. 140.

186
Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

Rawls respondió a esta crítica aclarando b) Segundo, el índice de bienes primarios


que sus dos principios de justicia -con un sería un índice de expectativas sobre esos
índice de bienes primarios tal y cómo está bienes en el transcurso de “una vida com­
especificado— sí tienen una considerable pleta”, lo que permite que los dos principios
flexibilidad, lo cual puede comprobarse den cabida a las diferencias de necesidades
distinguiendo entre dos tipos de casos. El que surgen de la enfermedad y el accidente
primer tipo concierne a las diferencias en en el curso de toda una vida.
el desarrollo y ejercicio de las dos facultades c) Tercero, los bienes primarios de in­
morales y en las dotaciones innatas realiza­ greso y riqueza no deben identificarse sólo
das, diferencias que están “por encima del con la renta personal y la riqueza privada,
mínimo esencial” requerido para considerar pues, como ciudadanos, “todos somos be­
a alguien miembro plenamente cooperativo neficiarios de derechos como el derecho
de la sociedad. Las diferencias en las faculta­ a la asistencia sanitaria o a la provisión de
des morales de los ciudadanos no originan, bienes públicos. Todas estas cosas pueden
por sí solas, variaciones en la asignación de ser incluidas (si fuera necesario) en el índice
los bienes primarios, sino que, antes bien, la de bienes primarios”.186 187
estructura básica está pensada de tal forma Pero queda aún una difícil cuestión que
que los ciudadanos dispongan de medios responder: ¿Qué hacer con las personas
generales de uso universal para cultivar y que nacen con alguna discapacidad o que
educar sus capacidades básicas, y tengan a consecuencia de un accidente sufren una
una oportunidad equitativa de hacer buen invalidez que, durante toda su vida, les exi­
uso de ellas, siempre que sus capacidades giría llevar una existencia más cara? A estos
caigan dentro del espectro normal. casos, que Rawls llama “los casos difíciles”, los
El segundo tipo de casos trata las diferen­ deja sin respuesta y sobre ellos escribió “no
cias en las necesidades de los ciudadanos he considerado los casos más extremos, lo
cuando caen temporalmente “por debajo del que no significa que niegue su importancia.
mínimo esencial” de capacidades para ser Considero evidente (...) que tenemos un
miembros normales y plenamente coopera­ deber para con todos los seres humanos, por
tivos de la sociedad. El supuesto base es que gravemente discapacitados que estén (...)
los ciudadanos sean miembros plenamente yo no sé hasta dónde puede extenderse con
cooperativos durante toda una vida y que éxito la justicia como equidad para que cubra
sólo de vez en cuando puedan estar seria­ los tipos más extremos de casos”.188
mente enfermos o sufran graves accidentes. ¿Qué trato, entonces, debemos dar-des­
Luego, para cubrir esas necesidades con los de el punto de vista de la distribución de
bienes primarios hay que considerar tres bienes primarios- a aquellas personas que
características de este índice: carecen incluso de los atributos morales de
a) Primero, que los bienes primarios la racionalidad y razonabilidad, como por
no quedan plenamente especificados -en ejemplo los niños, los ancianos que han
detalle- en la posición original, sino que
ello ocurre en las etapas posteriores cons­
asegurar que los principios de justicia vayan filtrando,
titucional, legislativa yjudicial J86 en sus aplicaciones concretas, todas las instituciones
y situaciones sociales que precisen su regulación. La
186 Los principios de justicia fueron concebidos etapa constitucional desarrolla el primer principio,
mientras que la legislativa el segundo, siendo el tercero
no para hacer virtuosas a las personas, sino para hacer
el guardián de los dos primeros. MEJÍA, OSCAR: Con
virtuosas a las instituciones, pues son ellas las que
Rawls y contra Rawls. Una aproximación a la filosofía política
deben regular los conflictos e identidades de inte­
contemporánea. Botero, Juan José (ed.), Universidad
reses de la sociedad, garantizando la imparcialidad.
Nacional de Colombia. Bogotá, 2005, p. 58.
En estas etapas, el velo de ignorancia también es
consustancial, pero se va atenuando en la medida en
que la vida social exige una regulación específica a 187 RAWLS, JOHN: La justicia como equidad. Una

los casos pertinentes. Así, el objetivo primordial de reformulación, ob. cit., p. 228.
las etapas constitucional, legislativa yjudicial será 188 Ibíd., p. 233.

EDITORIAL JURIDICA Di CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

perdido sus facultades mentales o quienes, igualar a los sujetos en cuanto tales, sino
simplemente, han nacido sin esas facultades. que busca equiparar sus circunstancias per­
Rawls sostenía que “sólo los que pueden hacer mitiendo que todos dispongan del mismo
justicia tienen derecho a Injusticia ,189 con todo, capital inicial en la vida. No se pretende
creía que la falta de capacidades psíquicas no asegurar el mismo nivel de satisfacción de
es razón para privar a nadie de sus derechos preferencias, lo cual constituye, según vere­
en tanto que ello deriva de circunstancias mos, la principal diferencia entre estas tesis
fortuitas. Siempre que se alcance un mínimo y las teorías igualitarias que analizaremos
de personalidad moral, una persona tiene más adelante. Dworkin apuesta, en cambio,
derecho a todas las garantías de la justicia, a que se haga a las personas inmunes a las
ya que los requerimientos mínimos que influencias de circunstancias inmerecidas,
definen la personalidad moral se refieren pero sin obviar su responsabilidad en cuanto
a una capacidad y no a su realización, basta a sus preferencias y ambiciones. La justa
la potencialidad. distribución de la propiedad sólo se con­
Aun así, advirtió, la concepción moral seguiría cuando los recursos que controlan
de igualdad, que presupone que todas las las personas sean iguales en sus “costes de
personas se entienden poseedoras de las oportunidad”, es decir, en el valor que ten­
facultades morales necesarias para partici­ drían en manos de otros.
par en la cooperación social durante toda Para evaluarlo el autor utiliza lo que llama
una vida, no debe confundirse con una “test de la envidia”, que considera que la
concepción del ser humano -miembro igualdad es perfecta cuando ningún miem­
de la especie ‘Homo Sapiens’- que pudie­ bro de la comunidad envidia el conjunto
ra establecer la biología o la psicología. total de recursos que está bajo el control
Debemos, por el contrario, hacer uso de de los demás. La envidia, claro está, no es
conceptos normativos como las facultades un concepto psicológico, sino que econó­
morales y las virtudes morales y políticas mico y permite sostener que hay igualdad
que las partes poseen, en tanto represen­ de recursos aun cuando la felicidad o el
tantes hipotéticos de ciudadanos reales, bienestar conseguido por la gente resulta­
en la posición original. Es decir, nuestros ran desiguales. “Si sus metas, ambiciones o
representantes serían quienes, en última proyectos son más fáciles de satisfacer que
instancia, nos asegurarían ser considerados los míos, o si su personalidad es distinta en
como moralmente iguales.190 algún aspecto pertinente, ustedes pueden
ser mucho más felices o estar más satisfechos
con su vida de lo que yo lo estoy, a pesar
2.3. Considerando la responsabilidad de que yo no cambiaría mis recursos por
personal al momento de la distribución los suyos. La igualdad liberal es igualdad
de recursos: la teoría de Ronald Dworkin de recursos, no de bienestar”.191 De este
modo, idealmente sería posible satisfacer esta
La teoría distributiva de Ronald Dworkin, en prueba incluso aunque la distribución de
la misma línea que la de Rawls, no intenta las personas tenga niveles muy diferentes de
HYN*

prestaciones sociales o de bienestar. ¿Cómo?


Imaginando un mecanismo artificial de re­
189 RAW15, JOHN: A Theory of Juslice, ob. cit., partición de recursos similar a la posición
p. 507.
190 Sobre los dilemas morales que es necesario original de Rawls o al estado de naturaleza
resolver para definir a quienes considerar como del contractualismo: la isla desierta.
miembros de la “clase de los seres humanos”, véa­ El ejercicio consiste en imaginar que
se VlLLAMCENCiO, LUIS: “¿Derechos humanos para una serie de personas llegan a una isla de­
quiénes? Reflexiones sobre algunas cuestiones em­ sierta y se distribuyen los bienes que ahí
barazosas”, en Revista de Derecho (Valdivia), vol. XXI,
N° 2, diciembre 2008. También VlLLAViCENCJO, LUIS:
“¿Derechos básicos para quiénes?”, en Anuario de 191 DWORKIN, Ronald: Ética privada e igualitarismo

Filosofía Jurídica y Social, N° 27, 2010. político, Paidós, Barcelona, 1993, pp. 87-88.

editorial JURIDICA de chile 188


Cap. III. La justicia como Tin principal del Derecho

encuentran apostando por diversos grupos Ahora ¿cómo se introduce, en la teoría


de recursos físicos a partir de existencias de Dworkin, el elemento responsabilidadper-
iniciales equitativas representadas en, por sonalpara. los efectos de regular la equidad
ejemplo, conchas (que hacen las veces de de la distribución?
dinero). Esta subasta o apuesta por recursos Una vez finalizada la subasta, se asignará
se realiza repetidas veces en rondas sucesivas a cada persona una porción adicional de
hasta que todo el mundo, al finalizar, está recursos para la adquisición de bienes con
contento con su parte, es decir, la subasta alguno de los siguientes fines: 1) contratar
acabara una vez que se satisfaga el test de la seguros para hacer frente a eventuales des­
envidia y nadie quiera el paquete de recursos ventajas futuras surgidas, fundamentalmente,
que otro haya adquirido. Así, el mecanismo a consecuencia de las diferentes capacidades
proporcionaría una distribución inicial que con las que las personas nacen dotadas, y
se verá alterada, más adelante, por todas 2) llevar a cabo el plan de vida que cada
las decisiones postsubasta que las partes cual ha elegido. De este modo, sea como
tomen durante sus vidas con respecto al sea la distribución, los recursos controlados
comercio, la producción y el consumo. Los por la gente serán siempre distintos, pues,
recursos de los que disponga una persona si bien es posible repartir recursos imper­
en momentos distintos, así como el bien­ sonales (cosas susceptibles de apropiación
estar que le proporcionen, dependerán, y distribución, como la tierra, materias pri­
no sólo de sus propias decisiones, sino que mas, bienes, etc.), los recursos personales
también de las de los demás de modo que, (constituidos por cualidades de la mente y
para Dworkin, puesto que las personas son del cuerpo que influyen en el éxito de las
diferentes, “no es necesario ni deseable que personas, como la salud física y mental, la
los recursos permanezcan siempre iguales, fortaleza y los talentos, todos los cuales a la
pues quienes se han esforzado más y son vez están fuertemente determinados por el
más talentosos tiene derecho, siempre que azar social) no pueden transferirse.
no abusen de los demás, a obtener recursos Pero, se preguntará usted, si la subasta
extras”.192 * es sólo de bienes impersonales, el test de
El modelo propuesto tiene por fin el la envidia no podrá ser superado, puesto
diseño de instituciones políticas y econó­ que, si cada cual produce y gasta de acuer­
micas en pos de una igualdad de recursos do con sus talentos, aquellos más hábiles
lo más extensa posible. Si bien es evidente para producir o comerciar o, simplemente,
que ninguna sociedad compleja y orgánica los más trabajadores, tendrán más al final.
real daría lugar, a lo largo de la historia, a También puede ocurrir que haya personas
nada remotamente comparable a una subasta que estén sanas mientras otras se enfermen
equitativa, el modelo sirve para preguntarse, o que algunos tengan suerte en los negocios
en relación con una distribución actual, si y otros una muy mala fortuna. Por estas y
ella cae dentro de la clase de distribución otras tantas razones la igualdad pronto se
que se habría producido en una subasta frustrará y las personas preferirán el pa­
como esta, a partir de una descripción de­ quete del vecino al suyo. ¿Cómo resolver
fendible de los recursos iniciales. En otras este problema?
palabras, el mecanismo de la subasta puede Habrá que utilizar alguna estrategia
proporcionar un criterio para juzgar hasta ‘compensatoria’ que repare, hasta donde
qué punto una distribución real, con in­ sea posible, las desigualdades de recursos
dependencia de cómo se haya logrado, se personales y de suerte: ese es el mercado
aproxima a la igualdad de recursos en un hipotético de seguros. Para comprender cómo
momento dado. funciona este mercado es necesario distinguir
entre dos tipos de suerte, la suerte opcional
192 DWORKIN, RONALD: Savereign Virtue. The Theoryla suerte bruta. La suerte opcional depen­
y
andPracticeofEquaüty, Harvard University Press, 2000, de de la aceptación de un riesgo aislado,
p. 86. previamente calculado, donde es posible

189 £DI TONAL JURIDICA DECÜILÍ:


Curso de Filosofía del Derecho

ganar o perder. Si compro valores de la 2.4. ¿ Igualdad en qué 1 Derechos sociales


bolsa en alza, entonces mi suerte opcio­ y deberes positivos generales
nal es buena y, como ese riesgo lo asumo
libremente y depende de mi voluntad, la Vale la pena preguntarse, a estas alturas, por
compensación social no es debida. La segunda el valor de la igualdad. ¿Es en sí mismo malo
clase, la suerte bruta, deriva de riesgos que que algunos estén peor que otros? Derek
la persona no ha escogido, por ejemplo, Parfit (1942) ha denominado a quienes
nacer ciego o sufrir un accidente sin culpa. defienden esta idea, igualitaristas “teleo-
En este caso, la redistribución de recursos sí lógicos”,194 en oposición a los llamados
sería debida. igualitaristas “deónticos”, para quienes lo
Claro está que la diferencia entre ambos que habría que garantizar, desde un punto
tipos de suerte es gradual y no siempre se de vista moral, es el logro de un mínimo
puede tener certeza sobre su origen. Por de aquello que se considere valioso (recur­
ello, la institución del seguro tiene por sos, bienestar, oportunidades o satisfacción
objeto proporcionar una conexión entre de preferencias o necesidades). Para los
ambos tipos de suerte, de modo que la igualitaristas teleológicos, en cambio, al ser
decisión de comprar o rechazar un segu­ la igualdad una propiedad esencialmente
ro contra una catástrofe sea una apuesta “relacionar -pues su valor tiene que ver
calculada que convierta la suerte bruta con la relación o comparación entre lo que
en suerte opcional. ¿Cómo funciona esto? tienen unos y otros- y estar determinada
Veamos. Imagine, nos propone Dworkin, por el azar -ya que quienes están peor mu­
que a Laura y Sofía se les ofrece un seguro chas veces no han hecho nada para mere­
contra la contingencia de quedar ciegas, cer tal situación-, el resultado es siempre
pero sólo Laura toma el seguro. Si ambas injusto por desigualitario. El problema de
sufren un accidente que les quita la vis­ esta posición es que no logra responder
ta, la tesis de Dworkin sostendrá que, si adecuadamente a la objeción de la “igua­
bien las dos tuvieron mala suerte bruta, lación por lo bajo” (levellingdown objectiori)
sólo una de ellas la convirtió también en planteada por Parfit, pues para ellos sería
mala suerte opcional al elegir no tomar malo que, por ejemplo, algunas personas
el seguro. Luego, la verdadera diferencia puedan ver mientras otros son ciegos, de
entre las dos ha sido una cuestión de suerte modo que habría razones morales para ex­
opcional que no requerirá compensación traer forzadamente un ojo a los videntes
social. De este modo, si se satisfacen las para dárselo a los no videntes.
condiciones de equidad -que todos tengan Esta objeción no afecta, en cambio, a
el mismo riesgo de sufrir una catástrofe los “igualitaristas deónticos”, quienes no
que los dejará discapacitados, que todos consideran que la desigualdad per se sea
conocieran más o menos las probabilida­ un mal, de modo que solo habría razones
des que tienen de que ello ocurra y que para removerla si, de esa forma, se logra
todos tengan la posibilidad de hacerse un que los peor situados alcancen el nivel de
seguro- las discapacidades, que tantas difi­ los mejor situados, sin admitir la pretensión
cultades planteaban a la teoría de la justicia de que estos últimos sean descendidos a su
de Rawls, no generarían problemas a la altura. Esta manera de entender la igualdad
igualdad de recursos de Dworkin.193 es conocida como “prioritarismo”, el que se
concentra, no en la relación entre la riqueza
de los individuos, sino que en el objetivo
193 Para un análisis de los dilemas distributivos de lograr que los que están peor alcancen
de la responsabilidad personal, véase ZÚÑIGA FAJURI, progresivamente mejores niveles de bien­
Alejandra: “Autonomía, salud y responsabilidad: estar, pues se considera que la obligación
¿Se puede responsabilizar al enfermo ‘culpable’
2 de su enfermedad?”, en Derecho sanitario y bioética
ít (Cuestiones actuales y retos futuros), Tirant lo Blanch, 194 Parfit, Derek: “Equality and Priority”, en
Valencia, 2011. Ratio, vol. X, N° 3, 1997, pp. 202-221.
TTíX
EDITORIAL JURIDICA DtOIÍLE 190
Cap. 111. La justicia como fin principal del Derecho

moral de beneficiar a los que están peor es tido, carece de todo valor. De esto se trata
directamente proporcional a la magnitud cuando Lorcnz von Stein dice: ‘la libertad
de sus privaciones. es sólo real cuando se poseen las condi­
Finalmente, una tercera versión de la ciones de la misma, los bienes materiales
igualdad, denominada “suficientismo”, de­ y espirituales en tanto presupuestos de la
fiende la idea de que, alcanzado un cierto autodeterminación’, o cuando el Tribunal
nivel de riqueza, satisfacción de preferencias Constitucional Federal (alemán) expresa:
o bienestar, cesa nuestra obligación de ayu­ ‘el derecho de libertad no tendría valor
dar a quienes están peor.195 Dicho de otro alguno sin los presupuestos fácticos para
modo, si todo el mundo tuviera suficiente, poder hacer uso de él’”.19' Basta entonces
no tendría consecuencias morales el hecho tan sólo suponer una división de tareas entre
de que unos tengan más que otros. los derechos fundamentales y el proceso
político, según la cual a los primeros les
corresponde preocuparse por la libertad
2.4.1. Derechos prestacionales jurídica, y a los segundos, por la libertad
fáctica.
Vimos que, mientras el modelo libertarista Carlos Niño (1943-1993) argüyó que una
critica fieramente la existencia de obligacio­ concepción liberal de los derechos sociales
nes estatales redistributivas, el liberalismo no debía entenderlos en oposición a los de­
igualitario intenta fundamentarlas. Pero ¿de rechos individuales pues, en tanto extensión
qué tipo son los derechos fundamentales natural, no serían diferentes del derecho a
sociales que el Estado tendría que sufragar? la vida, a la integridad personal y a los demás
Para Robert Alexy (1945) todos los derechos que se refieren a bienes necesarios para la
básicos son, de alguna manera, derechos autonomía personal, condiciones para el
“prestacionales”, incluidos los derechos de goce de esos derechos. Rechazó la tesis de
defensa legitimados por los libertaristas. libertaristas como Hayek, que argumenta­
Con todo, es necesario distinguir entre tres ban que la justicia se materializa esencial­
tipos de derechos a prestación: el derecho mente en reglas negativas que prohíben la
a protección, el derecho a organización y interferencia en el orden ‘espontáneo’ del
procedimiento y el derecho a prestación en mercado -cosmos- y que sólo requieren
sentido estricto. Los derechos a prestacio­ acciones positivas en circunstancias muy
nes en sentido estricto “son derechos del especiales en las que existe algún tipo de
individuo frente al Estado a algo que -si compromiso voluntario, pues el concepto de
el individuo poseyera medios financieros justicia social sería “absolutamente vacío”.
suficientes y si encontrase en el merca­ Carecería de sentido, para estos libertaristas,
do una oferta suficiente- podría obtener hablar de derechos sociales, pues no podría
también de particulares”, es el caso del haber derechos sin la correspondiente obli­
derecho a la protección de la salud, a la gación correlativa que permitiera identificar
previsión, al trabajo, a la vivienda y a la al sujeto obligado.
educación.196 197 Varias son, sin embargo, las confusiones
El argumento principal a favor de los que una tesis como esta poseería. La prin­
derechos fundamentales sociales sería el cipal de ellas es suponer que el orden del
argumento de la libertad, puesto que “la mercado es un orden espontáneo. “Nada está
libertad jurídica para hacer u omitir algo más alejado de la verdad: en primer lugar,
sin la libertad fáctica (real), es decir, sin la el orden del mercado está basado en la
posibilidad fáctica de elegir entre lo permi­ estructura de la propiedad, que, como es
obvio, es establecida por leyes estatales pro­
195 CRISP, Roger: “Equality, Priority, and Compas-
mulgadas y aplicadas deliberadamente, las
sion", en Ethics, vol. 113, 2003, pp. 745-763.
196 Alexy, Robert: leona de los derechos fundamen­

tales, ob. cit., p. 482. 197 Ibíd., p. 487.

191 ¿ditoiual JURIDICA chile


Curso de Filosofía del Derecho

cuales convalidan ciertos actos de posesión y las condiciones materiales de la libertad,


y de transferencia de bienes que podrían de modo que “las libertades que son rea­
no ser reconocidos; les atribuyen ciertos lizadas en normas tienen prioridad sobre
derechos y obligaciones -que pueden tener las libertades que están asociadas con las
distintos alcances-y establecen sanciones condiciones del ejercicio efectivo de las
penales contra quienes interfieren en esos primeras (un eco de esto se manifiesta en
derechos. En segundo lugar, esas leyes son la distinción de Rawls entre libertades y
aplicadas por tribunales y cuerpos policía­ recursos, como una expresión de la prio­
cos que son sostenidos a través de ingresos ridad de su primer principio). La izquier­
derivados de las obligaciones positivas de da, incluyendo diferentes variedades del
pagar contribuciones. En tercer lugar, el marxismo, acepta la misma distinción pero
mercado opera a través de contratos que, sostiene que el primer tipo de libertad es
para poder hacerse valer, también requieren puramente ‘formal’ y no tiene valor; en
de leyes, tribunales, cuerpos policíacos y lugar de ello, es sólo el segundo tipo el que
contribuciones”.198 ¿Qué hay en todo esto tiene valor”.199
de espontáneo} Finalmente, sobre el argumento de que
La segunda confusión de este liberalismo no sería posible identificar el sujeto obliga­
conservador es que adopta acríticamente do a realizar esas acciones positivas, Niño
los estándares de la moral positiva, negán­ responderá que “todos los ciudadanos”,
dose a atribuir efectos causales dañinos a en un amplio sentido, son quienes están
las omisiones. Según Niño, este liberalismo obligados a realizar las correspondientes
piensa que la autonomía personal está acciones, generalmente por la vía del pago
constituida sólo por condiciones negati­ de contribuciones. Así se garantiza que
vas -como la no interferencia- y no que aquellos cuya autonomía este disminuida
requiere también de bienes y recursos que puedan tener los recursos para gozar de
deben ser proveídos por terceros. Por ello, iguales derechos que el resto. Por lo de­
una evaluación crítica de los estándares más, la “indefinición” del sujeto obligado
de la moral positiva que sólo excepcional­ no es un problema privativo de los dere­
mente atribuye responsabilidad por las chos económicos y sociales, pues ¿quién
omisiones que son condición suficiente está obligado a aseguramos el derecho a
de los daños, conducirá a una revisión de voto o a un juicio justo? ¿A quién recurrir
nuestros razonamientos causales y a una si se me priva de mi propiedad o si se me
atribución de efectos tanto a las acciones prohíbe expresar mis creencias religiosas
como a las omisiones, en tanto condición de forma pacífica? El sujeto obligado es el
para la restricción de la autonomía de ter­ Estado en términos amplios, a través de
ceros. los organismos financiados por todos los
La tercera y última confusión se manifiesta ciudadanos.
en la discriminación sin fundamentos que el
libertarismo realiza entre las leyes positivas
y aquellas que deben hacerse valer con el 2.4.2. Deberes positivos generales
fin de garantizar condiciones adicionales
de autonomía, dando prioridad así a una Ligado a lo anterior, resulta importante
supuesta libertad normativa que está basa­ revisar la interesante discusión generada
da sólo en las primeras leyes. Por ello, se en torno a los llamados “Deberes positi­
distingue entre las condiciones normativas vos generales”, esto es, al problema sobre
cuáles son los límites de nuestras obliga­
ciones respecto de terceros y qué distin­
198 Niño, Carlos: “Sobre los derechos sociales”, ciones pueden trazarse entre obligaciones
en Derechos sociales y derechos de las minorías. Carbo-
nell, M., Cruz Parcero, J. A., y Vázquez, R. (comp.),
Universidad Nacional Autónoma de México D. F., 199 Niño, Carlos: “Sobre los derechos sociales”,
2000, pp. 138. ob. cit., pp. 142 y 143.

EDITORIAL JURÍDICA DE CHILE 192


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

positivas y negativas. Para iniciar el debate nos movemos están distorsionadas y que
parece apropiado comenzar con la tesis de la distinción secular entre deber y caridad no
Peter Singer (1946), quien, en su famoso puede trazarse.
artículo Famine, Afjluence and Morality, de­ Para evitar que algo malo ocurra-como,
nunció la crisis humanitaria que, en 1971, por ejemplo, la muerte de hambre de un
hacía que en el este de Bengala miles de niño—, deberíamos aportar de nuestros
personas murieran por falta de comida, ingresos hasta que alcancemos el nivel de
techo y asistencia médica (crisis que, por utilidad marginal, es decir, hasta el punto
lo demás, se ha replicado recientemente en que dar nos signifique colocarnos en
en Somalia). una situación peor que la que tiene aquel
“El sufrimiento y la muerte que allí se a quien estamos dando. Una versión más
están produciendo no son inevitables (...) moderada de ese principio nos obligaría
Hay igualmente muchas zonas del planeta a evitar un daño, salvo que, haciéndolo,
en las que la gente muere de malnutrición y tengamos que sacrificar algo moralmente
carencia de alimentos (...) Ni los individuos significativo. Así, por ejemplo, si valora­
ni los gobiernos pueden apelar al descono­ mos la vida de un niño más que salir a
cimiento de lo que allí pasa. ¿Cuáles son restoranes de moda, la próxima vez que
las implicancias morales de una situación cenemos fuera sabremos que podríamos
como ésta? En lo que sigue argüiré que haber hecho algo mejor con nuestro dinero.
la manera en que reaccionan los que se “Si eso provoca que sea extremadamente
encuentran en países relativamente ricos arduo vivir una vida moralmente decente,
frente a situaciones como la bengalí no se bueno, así son las cosas. Si no lo hacemos,
puede justificar; con seguridad, la forma entonces debemos saber al menos que no
en que nos aproximamos a las cuestiones estamos viviendo una vida moralmente
morales en su conjunto -nuestro esquema decente, no porque sea bueno revolcar­
conceptual moral- necesita ser alterada, y se en la culpa, sino porque saber hacia
con ello el modo de vida que ha llegado
dónde ir es el primer paso para tomar esa
a ser dado por sentado en nuestra socie­
dirección”.201
dad”.200
Ahora, el deber de “evitar el sufrimien­
El argumento de Singer es simple: si te­
to” se relaciona con los Deberes Positivos
nemos capacidad para evitar que algo malo
Generales (DPG) que Garzón Valdés (1927)
ocurra sin que por ello sacrifiquemos nada
define como aquellos cuyo contenido es
de importancia moral comparable, debemos
una acción de asistencia al prójimo que re­
actuar. “Sin sacrificar algo de importancia
quiere un sacrificio trivial y cuya existencia
moral comparable quiero decir sin causar
no depende de la identidad del obligado
algo comparablemente malo, o hacer algo
que es erróneo en sí mismo, o dejar de ni de la del (o de los) destinatario(s), ni
tampoco es resultado de algún tipo de
hacer algo moralmente bueno, significativa­
mente comparable a lo malo que podemos relación contractual previa. En sentido
prevenir”. La apariencia incontrovertible estricto no podría hablarse de deberes,
del principio recién establecido es enga­ pues, a diferencia de éstos, se caracterizan
ñosa, pues si se le tuviera como guía para porque: a) su incumplimiento ‘perjudi­
la acción, incluso en su versión matizada, ca’ a los destinatarios de dichos deberes y
nuestras vidas, nuestra sociedad y nuestro b) como su cumplimiento beneficia, nadie
mundo se modificarían de manera funda­ tendría derecho a exigirlo.
mental puesto que se haría evidente que Por cierto, para defender la existencia
las categorías morales tradicionales en que de los DPG se precisa ser capaz de res-

200 Singer, Peter: “Hambre, Riqueza y Mora­ 201 Singer, Peter: “La solución de Singer a la
lidad”, en Una vida ética, escritos, Taurus, Madrid. pobreza en el mundo’’, en Una vida ética, escritos,
2002, pp. 135 y 136. Taurus, Madrid, 2002, p. 151.

193 IDITORIAL JURIDICA DI'CHm


Curso de Filosofía del Derecho

ponder el famoso “dilema de Fishkin”, trivial, pero es obvio que ello no es así,
que plantea que con ellos sería imposible pues “toda reiteración de una acción en
mantener la “estructura básica de la moral un lapso relativamente breve significa un
individual” caracterizada por la división aumento de la intensidad del esfuerzo re­
de los actos humanos en indiferentes, su- querido para realizarla, por lo que el costo
permeritorios y obligatorios. Esto es, los DPG aumenta y los actos dejan de ser triviales”.
no darían cabida a los límites morales Por ello, continúa Garzón Valdés, este dile­
que clásicamente la cultura occidental ma podría solucionarse si se aceptaran las
ha estimado importantes: los límites del siguientes reglas: a) Todo individuo está
heroísmo y la robustez de la zona de in­ moralmente obligado a realizar un sacrificio
diferencia.202 trivial para evitar un daño, sin necesidad
Nuestras acciones pueden caer dentro de una situación contractual previa, b) El
de tres tipos de grandes apartados. La sacrificio trivial está temporalmente deli­
zona de exigencia moral, definida por de­ mitado; es decir, su reiteración es exigible
beres y obligaciones dentro de la cual las después de haber pasado cierto tiempo de
acciones pueden ser tildadas de correctas recuperación que restituya al obligado a
o incorrectas. La zona de lo supermeritorio, la situación en la que se encontraba antes
definida por acciones que están ‘más allá del sacrificio trivial, c) Cuando se trata
de la llamada del deber’ y por otras ac­ de Deberes Positivos divisibles nadie está
ciones heroicas (aunque no debidas), y obligado a compensar la omisión de los
la zona de indiferencia, donde las acciones demás y nadie, tampoco, está obligado si
que realizamos no son ni buenas ni malas, quien solicita la ayuda puede superar la
por lo que podemos actuar libremente. situación por sí mismo, y d) Los sacrificios
Fishkin estima que “es bueno que la ma­ triviales deben ser coordinados sobre la
yoría de nuestras acciones caigan dentro base de la división del trabajo y la espe-
de la última zona”, pues aunque “no po­ cialización.204
demos fundamentar este principio (...), Juan Carlos Bayón, por su parte, sostiene
este es el modo de vida predominante en que el problema de los deberes positivos
el mundo”. La reiteración de un sacrificio generales es que se debaten entre dos ex­
trivial (como lo exigen los DPG) eliminaría tremos, las posturas de Nozick y las ideas
poco a poco la barrera del heroísmo y originales de Singer. Para evitar esto es
disminuiría consecuentemente la zona de necesario alejarse de la posición que sostie­
los comportamientos indiferentes desde ne que nuestros únicos deberes son los de
el punto de vista moral, renunciando a abstención, pues los mismos argumentos
principios básicos de la moral y al “tipo que los fundamentan prueban, a su vez, la
de vida que damos por sentada”.203 existencia de los Deberes Positivos Gene­
Para Garzón Valdés, el dilema de Fishkin rales. De la misma manera “debemos ser
se produce porque éste, erróneamente, capaces de sortear la posición de Singer
vincula sin más la nota de “generalidad” que no se conforma con prestaciones me­
de una obligación con la exigencia de su nores a aquellas que llegan hasta el punto
cumplimiento simultáneo o reiterado sin en el que comienza la ‘utilidad marginal
limitación temporal. Además porque no decreciente’”. Luego ¿qué deberes positivos
distinguiría lo que los economistas llaman tenemos y cuáles son sus límites? ¿Por qué
“cambio de escala” y “cambio de inten­ definirlos desde la noción de ‘sacrificio
sidad”. Fishkin piensa que un sacrificio trivial’? El debate, subraya Bayón, parece
trivial reiterado siempre es un sacrificio
204 Garzón Valdés, Ernesto: “Los Deberes Posi­
202 FISHKIN, J. S.: “Las fronteras de la obligación”, tivos Generales y su Fundamentación”, en InsliIliciones
en Doxa, N° 3, 1986, pp. 69 y ss. suicidas. Estudios de ética y política, Paidós, México,
203 Ibíd. 2000, pp. 139 y ss.

194
Cap. 111. La justicia como fin principal drl Derecho

ser el siguiente “dónde ha de situar una mo­ prestando ayuda suplementaria, aunque
ralidad crítica el límite entre lo obligatorio ello implique dejar de satisfacer algunas
y lo supererogatorio y, en consecuencia, de las preferencias que integran su plan
cuál es el nivel de sacrificio que debemos de vida, es decir, aunque impliquen un
alcanzar en el cumplimiento de nuestros sacrificio más que trivial.
Deberes Positivos Generales. Si el limítese El altruismo más que mínimo implica un
sitúa en el sacrificio trivial, debe haber una nivel de obligación para con terceros que,
razón para ello”.™ contrario a lo que algunos han sostenido
Lo que falta en los juicios basados en -que pocos estarían dispuestos a aceptar-,
la idea de “trivialidad” es que mediante sería fácilmente aprobado por la mayoría.
el empleo de una noción vaga se ha tra­ “Aparte de Singer y unos pocos santos, hay
tado de suplir la carencia de un principio bastantes millones de personas, sin duda
moral que justifique la fijación de límites. morales, decentes y autointeresadas, a las
Lo que hace falta es una justificación, un que sería facilísimo ‘vender’ la adopción de
principio moral que dé razón al límite. El una máxima semejante: todos los que están
‘altruismo mínimo’ basado en la idea de en peligro de muerte por inanición”.205 206
sacrificio trivial parece que no nos lo brinda. Dicho de otro modo, cualquier egoísta ra­
Lo que parece clave en esta discusión es, cional que se encontrara en una posición
entonces, la idea de autonomía personal, que de imparcialidad como la Posición Original
define como la capacidad de optar entre de Rawls, aceptará reemplazar las actuales
planes de vida alternativos. Los requisitos reglas sobre la estructura básica de la moral
para que se dé este nivel de autonomía son individual por un principio de altruismo
que la persona: a) disponga de la máxima más que mínimo.
información (educación) b) su libertad En fin, “si estamos hablando de moralidad
de elección no sea interferida (catálogo y no de sondeos de opinión, lo que resulta
de libertades amplio) y c) la persona esté relevante es si un determinado principio
viva (para lo cual se le debe garantizar un sería aceptable para un sujeto hipotético que
mínimo vital). hace suyo el punto de vista moral (llámese
Pues bien, continúa Bayón, si acepta­ ‘espectador imparcial’, ‘preferidor racional’
mos 1) que la distribución más defendi­ o de cualquier otra manera). Otra cosa es
ble de autonomía es la que satisface el que la mayor parte de nosotros, en los países
principio de diferencia de Rawls; 2) que desarrollados, estemos interesados no sólo
la autonomía personal debe entenderse en evitarnos los sacrificios que habríamos
como la capacidad de optar entre planes de soportar, sino que también en preservar
de vida alternativos; y 3) que no se posee nuestra buena conciencia negándonos a
esa capacidad si no se poseen algunos de aceptar su exigibilidad”.207 Por ello, concluye
los tres elementos básicos descritos, pue­ Bayón, una cosa es la incapacidad de nues­
de sostenerse que los límites de nuestros tro razonamiento práctico para alumbrar
Deberes Positivos Generales vendrían da­ una posición moral coherente y otra muy
dos por el punto en que la transferencia distinta nuestra escasa disposición a aceptar
de recursos necesarios para garantizar la un principio moral que quiebre nuestra
efectividad con carácter general de esos buena conciencia y exija un sacrificio de
requisitos, alcancen el esquema de distribu­ nuestros intereses.
ción descrito por el ‘principio de diferen­
cia’. Antes de alcanzar este punto, nadie
podría negarse justificadamente a seguir

205 BayÓN, JUAN Carlos: “Los deberes positivos


generales y la determinación de sus límites”, en l)oxa, 206 Ibíd.
N°3, 1986, pp. 35yss. 207 Ibíd.
<

195 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

3. Utilitarismo 3.1. Introducción

Caso: El dilema del tranvía208 Hemos revisado algunas de las más importan­
tes teorías éticas deontológicas de la filosofía
moral contemporánea, el “libertarismo” y el
“liberalismo igualitario”.210 * * Ahora es el tumo
de la teoría de la justicia del utilitarismo, la
más notable teoría moral consecuencialista
que ha dominado con gran éxito el plano
de la filosofía moral desde el siglo XVIII pro­
moviendo fuertes y radicales reformas a los
cánones de análisis de la época y ofreciendo
un método consistente y aparentemente ra­
zonable para evaluar, objetivamente, nuestras
acciones morales. Las tres características del
utilitarismo son: el consecuencialismo, el
bienestarismo y el aditivismo.
Históricamente son dos los modelos éticos
de tipo consecuencialista más relevantes.
Por una parte, la ética de los fines o ideo­
lógica de Aristóteles y, por otra, la ética del
utilitarismo postulada por filósofos como
Bentham, Austin, Mili, Sidgwick, Singer,
entre otros. El consecuencialismo dispone
que a la hora de hacer juicios morales lo que
es finalmente portador u objeto de valor no
son las acciones sino “un cierto estado de
cosas”. A diferencia de las teorías deontoló­
gicas que sostienen que las acciones pueden
ser, en sí mismas y con independencia de
“Un tranvía descontrolado se dirige hacia su resultado, buenas o malas (mentir es
cinco personas. malo), las tesis consecuencialistas, como la
Usted está situado en un puente sobre utilitarista, se preguntan “a qué estado de
la vía y podría detener el paso del tren lan­ cosas conducirá mi acción”, pues los actos,
zando un gran peso delante del mismo. considerados en abstracto, no son intrín­
Mientras esto sucede, a su lado ve que se secamente valiosos. Dicho de otra manera,
halla un hombre muy gordo y usted com­ califican una acción como buena o mala de
prende que la única manera de detener el conformidad con los resultados negativos
tren es empujar al hombre gordo desde el o positivos que se sigan de ella. Así, mentir
puente hacia la vía, acabando con su vida será malo sólo si la mentira conduce a un
J1TI - irY N°

para salvar otras cinco. ¿Qué cree usted que resultado indeseable, pero no lo será si,
es moralmente correcto hacer?”.208 209
210 La ética deontológica sostiene que una acción
puede ser buena o mala en sí misma con indepen­
dencia de las consecuencias positivas o negativas
que de ella se sigan. El paradigma de este tipo de
208 Imagen: Laboratorio deNeurociencias Cognilivas ética lo constituye la de Immanuel Kant, que valora
de Primates de la Universidad de Harvard. la bondad o maldad de una acción por pura corres­
209 El dilema del tranvía es un experimento mental pondencia al deber, es decir, estamos obligados a
en ética, ideado por Philippa Foot y analizado exten­ seguir un principio de conducta sin considerar las
samente por JUDITH JARVIS TlIOMSON: *Thc Trollcy consecuencias de esa acción, pues sólo así podremos
Problem”, en Yate LaxoJoumaL Nu 94, 1985. establecer principios de moralidad universal.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 196


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

por ejemplo, usted miente a un funciona­ define como aquel principio que aprueba o
rio nazi para salvar la vida de Ana Frank a desaprueba las acciones de cualquier tipo,
quien tiene escondida en su casa. conforme a la tendencia que parezcan po­
El carácter bienestarista, por su parte, seer en aumentar o disminuir la felicidad
responde a la concepción hedonista que de la parte cuyo interés está en cuestión. Si
Jeremy Bentham (1748-1832) fundaba en el la parte está constituida por la comunidad
hecho de que la naturaleza ha “colocado a en general, se tratará entonces de perse­
la humanidad bajo el gobierno de dos amos guir la felicidad de la comunidad, mientras
soberanos: el dolor y el placer”.211 Por ello que si la parte la constituye un individuo
resulta natural que el utilitarismo responda particular, se buscará la promoción de la
a la pregunta sobre el valor y peso de los felicidad de ese individuo.
estados de cosas arguyendo que lo único Estas tres características del utilitarismo
que tiene importancia última es el bienestar, están fuertemente relacionadas entre sí. Por
felicidad o utilidad de las personas. Estos ejemplo, el aditivismo estaría vinculado con
elementos, a su vez, suponen un análisis un hedonismo “universal e igualitario”, pues
subjetivista del bienestar que atiende a la considera los intereses de todos los seres vi­
satisfacción de las preferencias individuales vos sensibles descartando, de la mano de
de cada sujeto, de modo que no hay bien­ Hume, el prejuicio de que la eticidad guarda
estar o felicidad que pueda previamente relación con la racionalidad más que con la
estimarse como bueno o malo. En palabras sensibilidad (como vimos sostenía Rawls).
dejon Elster, el utilitarismo clásico maneja Para Bentham, los sujetos a quienes se di­
un concepto de utilidad que es “una pro­ rigen nuestras acciones no tienen por qué
piedad que se atribuye a las experiencias. ser necesariamente seres racionales o por lo
Si son positivas, las llamamos placer, si son menos poseer el grado de racionalidad de un
negativas, dolor. Entre el dolor y el placer miembro adulto de la especie humana.213 * 215
se encuentra el punto cero de neutralidad
o indiferencia. Por lo tanto, la utilidad pue­
de representarse mediante números reales 3.2. Igualdad e imparcialidad utilitarista
positivos o negativos, con las propiedades
correspondientes a esos números. Los pode­ Uno de los rasgos que ha convertido al utili­
mos sumar y restar, no sólo en cada persona, tarismo en una teoría moral seductora dice
sino que entre las personas”.212 Según esta relación con la idea de que su fin no puede
idea, la utilidad es un índice que, si bien depender de la existencia o creencia en algún
no es transferible de una persona a otra, es dios, un alma u otra entidad de tipo metafísico.
totalmente comparable entre ellas. Por el contrario, la promoción del bienestar
Finalmente, el aditivismo sostiene que lo debe ser igualitaria, pues resulta ser algo que
que importa para graduar como mejores o todos queremos en nuestras vidas y en las vidas
peores los estados de cosas es el ‘bienestar de aquellos a quienes amamos. 1.a búsque­
agregado’, independientemente de cómo da social de bienestar -o utilidad- debe ser
tal bienestar resulte distribuido. El principio “imparcial”, puesto que, tengamos o no una
sostiene que “cada persona vale sólo como voluntad libre, la cuestión radical es que todos
uno y nadie más que uno” y que el máximo somos capaces de sufrimiento o felicidad.
que el utilitarismo busca lograr con cada Otro de los atractivos del utilitarismo se
estado de cosas es “la mayor felicidad del relaciona con su carácter consecuencialista,
mayor número de personas”. Esto es lo que por el cual no resultará legítimo realizar prohi­
se llama principio de utilidad de Bentham y se
213 La cuestión importante “no es, ¿Pueden razonar?
211 BENTHAM,Jeremy: An Jntroduction to the Principies Ni ¿Pueden hablar? Sino ¿Pueden sufrir?”, Bentham,
of Moral and Legislalion, Eds. Bums y Hart, Methucn, An lntroduction lo the Principies of Moral and Legislation,
Londres, 1982 (1789), p. 11. ob. cit., p. 283. Entre los autores utilitaristas que han
2,2 Elster, Jon: Justicia Local* Gedisa, Barcelona, desarrollado esta tesis destaca Peter Singer con Etica
1994, p. 224. práctica y Liberación animal

197 editorial JURIDICA díchoí


Curso de Filosofía del Derecho

biciones morales sobre razones arbitrarias. En manera exactamente igual a como valoramos
cambio, se obliga a todo el que condene algo los intereses de nuestros amigos y de nuestra
como moralmente incorrecto a que muestre familia. Lo crucial, dirá esta tesis, es promover
a quién se perjudica con ese acto, es decir, el bienestar de quien resulte, con mi acción,
se tiene que demostrar de qué modo la vida más beneficiado, sea cual sea la relación
de alguien resulta empeorada a consecuencia de que me ligue con esa persona, pues sólo de
cierta conducta. De la misma manera, puede ese modo produciré la máxima utilidad y la
considerarse que algo es moralmente bueno mayor felicidad general. Si yo, por ejemplo,
sólo si mejora la vida de alguien, de modo hubiese adquirido una obligación especial
que para resolver las cuestiones morales más con alguien que me prestó dinero, pero, al
difíciles tendremos que medir los cambios momento de conseguir lo suficiente para
en el bienestar de las personas. devolver el préstamo me doy cuenta que
Estos dos atractivos del utilitarismo -su puedo utilizar esa misma cantidad de modo
adecuación a nuestras intuiciones acerca de que produzca más felicidad, por ejemplo,
la importancia del bienestar de la humanidad donándola para paliar el hambre en Haití, la
y acerca de la necesidad de que las reglas tesis utilitarista me dirá que no debo cumplir
morales se analicen a partir de sus conse­ con mi obligación para con mi prestamista.
cuencias sobre dicho bienestar- permiten Es decir, se niega que la existencia de relacio­
concluir que, si el bienestar de los humanos es nes especiales entre las personas pueda ser
el bien del cual se ocupa la moral, entonces, más importante que la utilización eficiente
el mejor acto moral será aquel que logre de los recursos, pues todos los humanos se
el “máximo desarrollo del bienestar de la encuentran en la misma posición moral y
humanidad” otorgando igual consideración sus intereses cuentan igual para los efectos
al bienestar de cada persona. Ahora ¿cómo del cálculo de bienestar global.215
logra esta teoría dar igual peso a los interese El problema, refuta Will Kymlicka, es que
de todos? Para R. M. Haré (1919-2002), lo todos tenemos compromisos que conforman
que el utilitarismo nos pide es que haga­ el centro de nuestras vidas y le confieren
mos, respecto de cualquier persona afectada identidad a nuestra existencia. Si actuamos
por nuestras acciones, lo que querríamos como agentes utilitaristas en cada una de
que ella hiciera por nosotros en las misma nuestras decisiones, tendríamos que sumar
situación. “Debo amar a mi prójimo como, nuestros compromisos a los proyectos de los
y no más, de lo que me amo a mi mismo, demás sacrificándolos siempre que sea posible
de la misma forma en que quisiera que los promover una utilidad mayor a través del fo­
demás hicieran conmigo”.214 mento de los proyectos de otros. “Ello puede
La noción de igualdad utilitarista tiene, parecer admirablemente generoso. Pero es,
con todo, al menos dos problemas que cho­ de hecho, absurdo (...) El agente utilitarista
can con nuestras intuiciones acerca de lo tendría muy pocas opciones para elegir cómo
que significa realmente tratar a las personas llevar adelante su vida y no podría actuar en
con igual consideración. En primer lugar, el consideración con el tipo de persona que es
utilitarismo niega que sea legítimo mante­ o que quiere ser. Así, no habría lugar en su
ner relaciones especiales con otros, pues, para existencia para aquello que asociamos con
que el cálculo utilitarista funcione, debemos el concepto de ‘vivir una vida’. Todo ello
asumir que todos los individuos se encuen­
tran en la misma relación moral entre sí. El 215 Con todo, hay que recalcar que otros auto­
problema es que tratar a todo prójimo con res utilitaristas, como Peter Singer, sí creen en la
igual consideración exige que seamos capaces legitimidad de las relaciones especiales y en que
de valorar los intereses de desconocidos de “hay lugar, dentro del marco de la moral basada
en la imparcialidad, para reconocer algún grado de
parcialidad con la familia y lo mismo se puede de­
2,4 Hare,R. M: “Ethical Theoryand Utilitarianism”, cir de otras relaciones personales íntimas” (SlNGER,
en Utilitarianism and Beyond, Sen, A. y Williams, B. PETER: Ética práctica (2a ed.), Cambridge University
(eds.), Cambridge University Press, 1982, p. 26. Press, 1995, p. 305.

s DiroRjAL J U RI DI CA man u 198


Cap. III. La justicia corno fin principal del Derecho

quedaría superado por la cuestión de cuál es que requieren la violación de la justicia”.


la palanca causal más optimizadora”.216 En la tesis de Rawls, como se ha revisado,
En segundo lugar, el utilitarismo no las personas aceptarían por anticipado un
distingue entre preferencias legítimas e principio de igual libertad que les obligaría,
ilegítimas pues cada fuente de utilidad, implícitamente, a adecuar las concepciones
cada tipo de preferencia, tiene la misma de su teoría del bien a lo que requieran los
importancia, lo cual quiere decir que las principios de justicia o, al menos, en no insistir
elecciones que Rawls llamaba “irrazonables”, en pretensiones que los violen directamente.
desde el punto de vista de la justicia, son Por ello, un individuo que disfrute discri­
para el utilitarismo “razonables” desde el minando o viendo a otras personas en una
punto de vista de la utilidad. Por ejemplo, posición de menor libertad entiende que
el racismo, la homofobia, el sexismo, etc., no puede tener pretensiones de ninguna
no serían descartables a priori para el cál­ especie para ese goce. El placer que obtiene
culo utilitarista, por lo que si estuviésemos de las privaciones de los otros es malo en
frente a una mayoría de racistas y su bien­ sí mismo: es una satisfacción que exige la
estar dependiera de que se esclavizara a la violación de un principio con el que estaría
minoría indígena, el utilitarismo tendería de acuerdo en la posición original. Los de­
a avalar dicha política. seos y aspiraciones se restringen desde un
Rawls explica que realmente existe una comienzo mediante principios de justicia
manera de pensar acerca de la sociedad que que especifican los límites de los sistemas de
hace fácil suponer que la concepción de fines que los seres humanos deben respetar.
justicia más racional es la utilitarista pues Esta prioridad de la justicia se explica, en
cada persona, al hacerse cargo de sus propios parte, sosteniendo que los intereses que exigen
intereses, es libre de equilibrar sus propias la violación de la justicia carecen de valor.
pérdidas con sus ganancias, por lo que parece En la misma línea, Jon Elster (1940) con­
natural preguntarse ¿Por qué la sociedad no sidera que el problema del utilitarismo es
habría de actuar conforme al mismo principio? su falta de respeto por las personas, quienes
Pero el problema principal del utilitarismo no son consideradas como valiosas y dignas
parece ser que no considera seriamente la de protección por derecho propio, sino,
distinción entre personas. No hay razón para más bien, por ser ‘una gota en el océano de
suponer que los principios que debieran la utilidad social general’. Así, podríamos
regular una asociación de personas sean tener que aceptar niveles de utilidad muy
simplemente una extensión del principio bajos para algunos si eso forma parte del
de elección para una sola persona. Por el esquema que maximiza la utilidad total.
contrario, concluye Rawls, si suponemos que Esto es más que una posibilidad hipotética
el principio regulador correcto de cualquier y está detrás de tesis como que los países
cosa depende de la naturaleza de la cosa y ricos debieran reducir su ayuda a los países
que una pluralidad de personas distintas con pobres para crear los incentivos adecuados
sistemas de fines separados es una caracte­ para el crecimiento económico. Incluso
rística esencial de las sociedades humanas, suponiendo que esta política maximizaría
no deberíamos esperar que los principios la utilidad total a largo plazo, el período de
de elección social fuesen utilitaristas. transición llevaría a un gran sufrimiento.
.Al sopesar por igual todas las preferen­ Rawls observa que esta actitud instrumental
cias, sin atender nunca a si su contenido es hacia los individuos puede ser una fuente
o no razonable o legítimo, el utilitarismo no incluso psicológica de disminución de la
lograría captar la importancia de que una utilidad, pues “los que se encuentran en
teoría de la justicia sea capaz de evaluar y, la peor situación socioeconómica podrían
si es necesario, descartar aquellos “intereses sentirse aun más miserables si supieran que
su situación, aunque mejorable, se deja de­
2,6 KyMLICKA: Cimtemporary PolilicalPhilosophy. An liberadamente sin mejora porque sus ga­
Introduction, ob. cit., pp. 25 y 26. nancias impondrían mayores pérdidas sobre

199 EDITOMAL IURIDICA D£ €.i!ILE.


Curso de Filosofía del Derecho

los demás. Por esta razón el utilitarismo es las pérdidas de bienestar de algunos con el
psicológicamente inestable”.217 Luego, el aumento de bienestar de otros, hasta obtener
gran error del utilitarismo sería que pasa un resultado positivo. Y ello, claro, hace muy
por alto uno de los requisitos morales indis­ fácil caer en la violación de los derechos
pensables de la noción liberal de igualdad: individuales de aquellas minorías incapaces
la inviolabilidad de las personas. de colocar sus derechos y libertades por
Otro de los problemas del bienestarismo sobre las demandas de la mayoría.
es, según Sen, que decide cuestiones mora­
les sobre una única base de información: la
utilidad. Incluso aunque se consideraran los 3.3. El reduccionismo de la identidad
placeres originados en otras fuentes (como personal
el trabajo, la música, etc.) como menos valio­
sos que los emanados de actos moralmente Derek Parfit sostiene que la noción de perso­
cuestionables (como la discriminación o la na del utilitarismo, y su consecuente criterio
violencia), el bienestarismo aun así tendría de justicia distributiva, resulta coherente si
que ser rechazado, pues existe falta de pari­ concluimos como correcta una visión de la
dad entre una fuente de utilidad y otra. El identidad personal de tipo reduccionista. El
bienestarismo requiere la garantía, no sólo carácter “impersonal” del utilitarismo derivaría
de que cualquier placer será considerado en de una concepción de la identidad personal
el cálculo social de utilidad, sino que además que deslegitima la distribución compensatoria
exige el cumplimiento del principio, más entre las personas de la misma forma en que
dudoso aún, de que los placeres se medirán lo hace dentro de cada individuo, pues si no
sólo en relación con sus respectivas intensi­ poseemos la capacidad de situamos más allá
dades, independientemente de la fuente o de la continuidad psicológica, no podremos
naturaleza de la actividad de la que proven­ ni siquiera justificar la compensación entre las
gan. En otras palabras, la relevancia de la diferentes partes de la vida de una persona.
información ‘no-utilitaria’ al momento de De este modo, sería legítimo sostener una
hacer juicios morales, es la razón central en teoría que admite el sacrificio de algunos
el rechazo del bienestarismo.218 en beneficio del todo social, como hace el
Nuestra intuición nos dice que la igual­ utilitarismo.
dad, como principio, no sólo debe ser el La mayoría de las personas creemos,
resultado de un cálculo, sino que también postula Parfit, que estamos involucrados
debería formar parte de la configuración en una existencia ‘continua’ que nos hace
de nuestras preferencias. Parte de lo que permanecer como la misma persona, ‘sien­
significa mostrar igual consideración ha­ do la misma persona’, a través de los años.
cia otros es tener en cuenta qué es lo que Creemos en la naturaleza de una identidad
les corresponde por derecho a la hora de personal a través del tiempo, lo que se relaciona
decidir acerca de los propios objetivos en con la existencia de dos tipos de identida­
la vida. Por ello, la importancia de las re­ des: la identidad numérica, que se produce
laciones personales y la exclusión a priori cuando vemos que “algo es uno y el mismo”
de las preferencias derivadas de prejuicios a la vez, y la identidad cualitativa, que se
resulta fundamental si no se quiere fracasar presenta cuando “algo es exactamente como
al mostrar una igual consideración. Espe­ otra cosa”. Así, por ejemplo, ¿qué queremos
cialmente si tenemos en cuenta la acusación decir cuando sostenemos que alguien, después
de Rawls de que el utilitarismo “no se toma de haber sufrido un grave accidente ‘ya no
es el mismo’? ¿Significa que la persona ha
en serio la separación entre las personas” y
cambiado numéricamente hablando? Claro
que lo que hace, en cambio, es compensar
que no, más bien que ha cambiado cualita­
tivamente. Luego, cuando nos inquietamos
217 RAWLS, JOHN: Liberalismo político, Crítica, Bar­
por nuestro futuro es por nuestra identidad
celona, 1996.
2,8 SEN, Amartya: Nuevo examen de la desigualdad, ‘numérica* por la que nos preocupamos,
¿
Alianza, Madrid, 2000. pues sabemos que cualitativamente vamos

i:DiTORIAL JURÍDICA DE CHILE 200


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

a cambiar. Cambiamos con el matrimonio, puramente mentales: una noción ‘cartesia­


después del nacimiento de los hijos, después na’ del ego como pura sustancia espiritual.
de que terminamos los estudios, etc. Otros sostienen que, más allá de nuestro
Ahora, es posible que ciertos cambios ser físico o psicológico, lo que nos identifica
cualitativos sean tan profundos que, sim­ como únicos es nuestra ‘alma’ o nuestro
plemente, destruyan mi identidad y ello ‘espíritu’. También hay quienes piensan
dependerá de qué criterio de identidad que somos existencias separadas donde la
personal utilicemos.219 La tesis reduccionista unidad psicológica puede explicarse por la
(que sería la presupuesta por el utilitarismo) idea de ‘propiedad’, es decir, que la unidad
considera que la identidad personal a través de conciencia de una persona en cualquier
del tiempo consiste en una serie de hechos momento puede entenderse puesto que
que pueden describirse sin presuponer que es una misma personal^ que posee distintas
se trata de experiencias vividas por cierta experiencias, esto es, la unidad de toda su
persona o incluso sin necesidad de suponer vida está determinada por el hecho de que
que esa persona siquiera existe. Es decir, todas esas experiencias son poseídas por un
sostiene que esos hechos pueden describirse determinado ser físico.
de manera impersonal. “Es verdad que cuan­ ¿Cuál es, entonces, la versión que funda­
do describimos la continuidad psicológica menta la visión de persona del utilitarismo?
que da unidad a la vida mental de alguien Se trata del primer criterio señalado, el cri­
tenemos que mencionar a ese alguien para terio reduccionista que, además de sostener
poder describir sus pensamientos, deseos, una concepción ‘impersonalizada’ de los
intenciones u otros estados mentales. Pero humanos, defiende que no somos entes que
mencionar a esa persona de esa manera no pueda considerarse que existen de forma
significa afirmar que esos estados mentales separada a nuestro cuerpo y cerebro. No
son poseídos por esa persona o afirmar in­ hay algo así como un alma o espíritu que
cluso que esa persona existe”. ¿Quiere decir pueda identificarnos como personas únicas
esto que no somos más que un cuerpo, una o, al menos, dirá Parfit, no existen pruebas
mente y ciertos recuerdos y experiencias? de ello. Por el contrario, todo indica que
¿No existe, entonces, el alma o el espíritu nuestra existencia en un período de tiempo
que, más allá de nuestro cuerpo, mente y “envuelve la existencia de un cerebro y de un
experiencias, nos identifique o unifique cuerpo, de la realización de ciertas acciones,
como personas? Parfit responderá que no, el pensamiento de ciertos pensamientos, el
que no hay pruebas de que exista una sus­ acontecimiento de ciertas experiencias”.
tancia espiritual de este tipo. Esto significa que el concepto de persona
A la teoría de Parfit se opone la tesis clásica está limitador, la existencia de una mente y
no reduccionista de la identidad personal, un cuerpo o, si se quiere, a la presencia de
que sostendrá que los humanos tenemos ‘continuidad psíquica y física’ en esa mente
una identidad propia que es separable de y cuerpo, lo que permite hacer, por tanto,
nuestra mente, cuerpo y experiencias de una ‘descripción impersonal completa’ de
manera que nuestros actos pueden verse cada sujeto, pues para ello no tenemos que
como los actos de una persona que puede admitir que esa persona existe. “No hay nada
ser concebida con independencia de ellos. ni nadie más allá de esa mente y ese cuerpo.
Esto quiere decir que la identidad personal Decir que ‘alguien existe’ es lo mismo que
estaría construida por algo que está más allá decir que ‘existe un cerebro, un cuerpo y
de la continuidad física y psicológica de los una serie de eventos físicos y mentales inte­
sujetos, más allá de nuestra mente, cuerpo rrelacionados de una cierta forma’. Puedo
y experiencias. La versión más conocida hacer una descripción completa de alguien
dirá que las personas son sólo entidades sólo describiendo su ser físico y mental”.220

219 Parfit, DEREK: Reasons andPersons, Clarendon


Prcss, Oxford, 1984. 220 Ibíd.,p. 212.

201 EDITORIAL JURIDICA DlrCiíHl


Curso de Filosofía del Derecho

Así, la tesis reduccionista de alguna manera nes o Estados, por lo que aceptaríamos los
nos muestra que lo que importa, finalmente, siguientes postulados:
no es un criterio determinado de identidad -Las naciones existen.
personal, sino que lo que Parfít identifica — Ruritania no existe, pero Francia sí.
como *la relación R\ esto es, una relación -En tanto que las naciones existen po­
que comprende unas ciertas conexiones, demos decir que ellas no son entidades
una cierta continuidad psicológica y unas separadas de sus ciudadanos y su territorio,
causas correctas. El reduccionismo es, en­ de modo que aceptaríamos que la existencia
tonces, un criterio suficientemente completo de una nación envuelve la existencia de
y complejo. unos ciudadanos que viven juntos de una
No cabe duda que aceptar una tesis como cierta forma y en un cierto territorio.
la reduccionista supondría cambiar radical­ Si bien es posible que algunos sostengan
mente nuestra noción de persona moral, que una nación es una entidad independiente
nuestra idea de responsabilidad y nuestros que puede ser identificada sin relación con
criterios de justicia distributiva. Recordemos sus ciudadanos y su territorio, la mayoría de
que la concepción de igualdad de la tesis nosotros, al igual que Hume y Parfit, cree
clásica de Rawls se sustenta en la separabilidad que una nación no es más que la existencia
de las personas, es decir, precisa aceptar que de un número asociado de personas en un
los humanos somos entes distintos que no lugar establecido. No negamos la realidad de
podemos ser sacrificados por otros o por las naciones, pero si negamos que ellas sean
nociones colectivistas como la de sociedad ‘existencias separadas’ o independientes de
o bien común. En términos utilitaristas, esto los miembros que las constituyen. Ahora, lo
significa que la utilidad de una persona no es importante de esta creencia, sostiene Parfit,
compensable con la utilidad de otra. El problema es que implica ciertas exigencias morales,
es que, para Parfit, aceptar la separabilidad pues si acordamos que no hay nada en una
de las personas supone compartir una visión nación más allá que sus ciudadanos, es me­
‘no reduccionista’ de la identidad personal nos plausible que consideremos a la nación
sustentada en la supuesta existencia de un misma como sujeto primario de deberes o
alma o espíritu que sería lo que, finalmente, como poseedor de derechos. Es más factible
determinaría dicha identidad. focalizar dichos derechos en sus ciudada­
Para entender la postura de Parfit puede nos o, aun más, en las personas mismas.
ser útil considerar la analogía clásica de Un reduccionista (que argumenta que el
David Hume (1711-1776) entre ‘el alma’ Estado no tiene una ‘existencia separada’
y ‘el Estado’: de sus ciudadanos y territorio) tiene las
“No puedo comparar el alma con nada mismas ideas respecto de la identidad de
mejor que con una república o Estado en las personas, de modo que considera que
que los distintos miembros está unidos por la existencia de una persona no envuelve
lazos recíprocos de gobierno y subordina­ nada más que la ocurrencia interrelacio­
ción (...) del mismo modo que una misma nada de ciertos eventos físicos y mentales.
república particular no sólo puede cam­ Niega que una persona sea una entidad
biar sus miembros, sino también sus leyes y diferente y separada de su cuerpo y mente,
Constituciones (y seguir siendo la misma); acciones y experiencias. ¿A qué nos lleva
de forma similar puede una misma perso­ esa creencia?
na variar su carácter y disposición al igual Al igual que en el caso de las naciones,
que sus impresiones e ideas, sin perder su esta tesis implica ciertas exigencias morales,
identidad”.221 como, por ejemplo, centrarse menos en la
1.a mayoría de nosotros, sostiene Parfit, persona o en el sujeto de las experiencias
somos reduccionistas respecto de las nacio­ que en las experiencias mismas. Resulta más
probable sostener que, al igual que está bien
221 HUME, David: Tratado de la naturaleza humana, que ignoremos el lugar (país o Estado) de
Nacional, Madrid, 1976. donde vienen las personas al momento de

editorial JURIDICA ot.cn; le 202


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

reconocerles derechos, debiéramos ignorar si 3.4. El modelo utilitarista de distribución


las experiencias vienen de una misma vida o de recursos
de vidas diferentes. Considere, por ejemplo,
el alivio del sufrimiento. Suponga que no Como hemos visto, si bien la mayoría de
podemos ayudar a dos personas, sino que nosotros acepta el principio de maximiza-
sólo a una. Ayudaremos más si socorremos ción utilitarista cuando se trata de la vida
a la primera pero es la segunda la que, en el de una sola persona -pues comprendemos
pasado, ha sufrido más. Aquellos que creen que para lograr la felicidad futura debemos
en la igualdad nos dirán que debemos ayu­ hacer ciertos sacrificios en el presente- aban­
dar a la segunda persona. Ello sería menos donamos ese principio cuando esos actos
eficiente, pues la cantidad de sufrimiento, afectan a personas distintas. El utilitarismo,
si sumamos las vidas de las dos personas, en cambio, seguirá afirmando que debemos
sería mayor, aunque la cantidad de sufri­ concentrarnos sólo en la maximización de
miento considerada cada una de las vidas la felicidad, sea que ella se calcule “entre
por separado sería más igualitaria. Ahora, si varias vidas” o ante “una sola vida”. Por ello,
aceptamos el punto de vista reduccionista, se dice que es una teoría peligrosa cuando
decidiremos de otra forma, ayudando a la de la distribución de derechos básicos se
primera persona, pues lo importante es trata. ¿Pero es también una teoría ineficaz
reducir lo más posible el sufrimiento, venga en lo que a adjudicación de recursos se
de donde venga222 refiere?
Volviendo al ejemplo de las naciones, El modelo de distribución de recursos
imaginemos que podemos ayudar sólo a utilitarista se basa en la teoría de la utilidad
una de dos naciones. La primera, aquella marginal decreciente, que permitiría realizar
a la que podemos ayudar más, es la misma comparaciones interpersonales a modo de
que en el pasado ha tenido una historia medición de la utilidad individual. En su
más afortunada. La mayoría de nosotros no versión clásica, el modo de medir esta uti­
creerá que está bien permitir que la huma­ lidad implica atribuir un número cardinal
nidad sufra más sólo porque pertenece a tal al grado de placer o dolor que un cierto
o cual nación, por lo que no pensaremos recurso genera en una persona. El efecto
que sea correcto decidir comparando el producido por la utilidad marginal decre­
sufrimiento de ambas naciones dejando ciente hará que los recursos se distribuyan
de lado el de las personas que la forman igualitariamente, pues lo más importante,
y que están sufriendo más en la primera para el utilitarismo cardinal, será el incre­
de las naciones del ejemplo. Al tratar de mento de utilidad sobre una utilidad dada,
aliviar el sufrimiento, no creemos que la incremento que se llamará utilidad margi­
unidad ‘nación’ sea moralmente relevante nal. Según la regla de la utilidad marginal
y nos centraremos, en cambio, en las per­ decreciente las personas que carecen de
sonas, vengan de donde vengan. Luego, recursos sacarán, en general, más provecho
en la visión reduccionista, comparamos las de cada unidad adicional de un recurso
vidas de las personas con la historia de las que el que obtendrían aquellas que poseen
naciones y, por tanto, debemos ser capaces muchos bienes. Si alguien se está muriendo
de pensar de la misma manera respecto de de hambre es seguro que obtendrá más
ambas cosas. Cuando tratamos de paliar el utilidad de un poco de comida que alguien
sufrimiento, ni las personas ni sus vidas son que ya ha comido lo suficiente.
moralmente significativas como unidad. Por ello la teoría apoyaría que, por
Debemos decidimos por el fin que busque ejemplo, el Estado recaudara el 50% de
el menor sufrimiento, cualquiera que sea los ingresos de los ciudadanos ricos para su
su distribución. redistribución vía impuestos, puesto que la
pérdida de bienestar (utilidad) de los ricos
222 Pared , Derek: Reasons and Persons, ob. cit, será menor que la utilidad obtenida por los
p. 341. pobres. La utilidad marginal decreciente

203 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

de la mayoría de los bienes y del dinero, cuidado médico eficiente será aquel en que
por sobre el rango que importa, prueba el “costo-por-QALY” sea tan bajo como pueda
que privar a una persona pobre de ciertos ser. La fuerza del QALY descansa en la idea
bienes y riqueza le hará más daño que privar de que, dada la posibilidad de elección,
al rico de esa misma cantidad. Además, es cualquier persona racional preferirá una
fundamental considerar el argumento de vida más breve, pero saludable, que una
la envidia, es decir, aquel que muestra que larga en condiciones de severa discapacidad
la perpetuación de grandes desigualdades o enfermedad.
produce inestabilidad social y, con ello, per­ Al igual que como ocurre con las crí­
judica a toda la sociedad.223 ticas a la tesis utilitarista para los efectos
de determinar qué acto habrá de conside­
rarse como moralmcnte justo, el modelo
3.5. El utilitarismo en práctica de distribución de los QALY posee varios
problemas teóricos y de aplicación que es
Revisemos ahora el modo en que, a pesar necesario revisar. Para empezar, hay que
de las críticas, trabaja el utilitarismo como recordar que, como señalaba Rawls, parece
modelo de adjudicación de recursos. Uno de razonable utilizar los QALY para determinar
los mejores ejemplos para ello se encuentra qué terapias rivales son mejores para un
en el ámbito sanitario, donde las reglas de paciente particular o qué procedimiento
distribución de tipo costo-beneficio deno­ es mejor para tratar una cierta condición.
minadas Quality Adjusted Lije Years (QALY) Claramente, aquella que genere más QALY
-en castellano, “Años de Vida ajustados a es la que deberá preferirse en un contexto
la Calidad”- permiten en todo el mundo de escasez de recursos. Pero los QALY tam­
a los operadores sanitarios decidir cómo bién pueden usarse para elegir entre varios
distribuir los recursos escasos entre los dis­ pacientes, determinando cuáles deben ser
tintos pacientes.224 tratados o que condición debe ser prioritaria
Siguiendo los mecanismo de cálculo de al momento de asignar recursos sanitarios.
utilidades propuestos por el utilitarismo, Y es aquí donde nuevamente resaltan los
este modelo de adjudicación de recursos dilemas morales asociados a la ilegitimidad
le da valor de 1 a la “esperanza de vida de los criterios que pretenden compensar
saludable de un año” y le resta el valor de los costos de bienestar de unas personas
1 a la “esperanza de vida no saludable de con la mejora en el bienestar de otros, lo
un año”. Así, se busca ni más ni menos que que significa que, al momento de buscar
calcular el valor preciso de la vida de una perso­ la eficiencia del sistema, se puede dar al
na enferma, la que disminuirá en la medida modelo un uso potencialmente peligroso
en que lo haga su calidad de vida. Si estar y moralmente indefendible.
muerto tiene valor de 0, es, en principio, John Ilarris (1945) lo explica así: “no
posible que un QALY tenga valor negativo, podemos concluir que cuando la elección
por ejemplo, cuando la calidad de vida de es entre tres años de enfermedad para mí
una persona se juzga como peor que estar o la inmediata muerte para ti, o un año de
muerto. La idea general es, entonces, que salud para ti y la inmediata muerte para
un cuidado médico será beneficioso si ge­ otro, debemos necesariamente elegir la
nera un positivo resultado de QALY, y un opción que te salve a ti y no a mí, pues
ella produce mayor QALY de resultado. Por
ejemplo, si tenemos 6 personas que podrían
223 Haré, Richard: Essays on Bioethics, Clarcndon beneficiarse de un tratamiento y vivir una
Press, Oxford, 1993. vida saludable por un año, y una sola que
224 Para un análisis completo de este modelo de
con ese mismo tratamiento podría vivir por
adjudicación de recursos del utilitarismo sanitario,
véase ZÚÑIGA, ALEJANDRA, y DE LORA, PABLO: El derecho
7 años, los QALY nos recomendarían sacrificar
a la asistencia sanitaria. Un análisis desde las teorías de a las 6 personas a favor de una sola, pues la
la justicia distributiva. luste!, Madrid, 2009. ética del utilitarismo parece decirnos que

EDITORIAL JURIDICA DL CHILE 204


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

el valor de toda vida humana es el mismo y en peijuicio de otras. Supongamos que las
que a los intereses de todos se les da igual estadísticas médicas revelan que las mujeres
peso. Pero en realidad a lo que se le da el o los mapuches resisten peor después de
mayor peso es sólo al resultado global de un tipo de operación o de la aplicación de
bienestar, lo que podría llevarnos a sacri­ un determinado tratamiento, o que una
ficar los intereses de muchos en beneficio condición particular que tiene un muy mal
de unos pocos”.225 * pronóstico en términos de QALY afecta sólo
De este modo los QALY discriminan por a los judíos o a los homosexuales. Ese tipo
edad, pues los años de vida que es posible de estadísticas, en una sociedad que se rige
esperar que una persona disfrute a con­ por los QALY, podría significar el estableci­
secuencia de un tratamiento disminuyen miento de una discriminación sistemática
automáticamente cuanto mayor edad tiene en contra de estos grupos identificables en
el paciente, puesto que el criterio preferirá términos raciales, de género, preferencia
siempre al paciente más joven. Con él la sexual, etc. Es más, hay estadísticas reales
pediatría acabaría consumiendo los mayores que evidencian que las condiciones socia­
recursos y la geriatría, en cambio, quedaría les y familiares de los gitanos y los negros
al final de la lista. Más aún si se tiene en disminuyen considerablemente el éxito
cuenta que, en la actualidad, el 60% de los de los trasplantes, ¿significa entonces que
recursos se gastan en personas de más de 60 debiéramos negarles esta alternativa de
años (por ello, la aplicación del QALY haría tratamiento vital?
estragos). Los defensores del criterio dirán En definitiva, el problema moral detrás
que no hay nada de malo en gastar más en de la aplicación de los criterios del utilita­
los pequeños que en los ancianos, pues la rismo en materia sanitaria consiste en que,
mayoría de la gente, teniendo que elegir, utilizado ya no para decidir el mejor trata­
preferiría dar los recursos a los niños. Pero miento para una misma persona, sino que
¿significa eso que debemos sacrificar siempre con el objeto de seleccionar entre pacientes,
al más viejo? Ello no parece tan evidente termina siempre empeorando la situación
cuando nos enfrentamos a casos difíciles, de los que ya están peor desde el punto de
como, por ejemplo, tener que decidir entre vista de la enfermedad. Al tener que elegir
salvar la vida del recién nacido o la de la para un trasplante entre una persona nor­
madre, o la de un bebé y la de un adoles­ mal y una que es discapacitada-suponiendo
cente. .Ahí el criterio QALY hace surgir más que el factor invalidez disminuye los éxitos
dudas que respuestas. del trasplante- se elegirá a la persona sana.
De igual forma, el método utilitarista Los individuos que estuvieren peor desde el
podría ser racista y sexista. Si una condición punto de vista de la salud tenderían a tener la
sanitaria tiene mayor prioridad cuando el prioridad más baja en el criterio de maximi-
costo-por-QALYresulta ser más bajo y menor zación, pues sus posibilidades de beneficiarse
prioridad si resulta ser más alto, entonces del tratamiento-de utilizar eficienlemente\Qs
las personas que sufran de ciertas condicio­ recursos- serán siempre menores.
nes que resulten ser más baratas de tratar Lo anterior atenta directamente contra
tendrían siempre prioridad sobre aquellas el principio de “tratar a las personas como
personas victimas de condiciones más ca­ iguales” puesto que admitiría la decisión
ras. Esto no sólo envuelve un patrón de de entregar tratamiento vital a quienes,
desventaja sistemática para ciertos grupos por ejemplo, tienen una mejor calidad de
de pacientes, afligidos por un determinado vida, más personas a su cargo, más amigos
tipo de enfermedades, sino que también o porque se considera que sus vidas son en
una posible preferencia sistemática por la general sociahnenle más valiosas. “Cuando no
sobrevivencia de cierto grupo de personas hay recursos para salvarlos a todos, debemos
elegir quienes no serán salvados de un modo
225 Harris.John: “QALYfying the Valué of Life”, que no parezca una preferencia injusta, pues
en Journal of MedicalElhics, N° 13. 1987, p. 118. debemos tener muy claro que la obligación

205 fDITOMAl ¡URIDlCA DECIIILI:


Curso de Filosofía del Derecho

de salvar tantas vidas como sea posible no es para él, y B, por su parte, probablemente
la obligación de salvar tantas como podamos objetaría en el mismo sentido. Con todo, si
al menor costo posible”.226 bien Ay B podrían objetar que las situaciones
Francés Kamm (1942), reflexionando 1 y 2 no son igualmente malas “para ellos”,
sobre el problema de la legitimidad de eso no implica que no podamos afirmar,
contar vidas sobre la base del principio de más allá de sus perspectivas individuales,
equidad utilitarista, analiza el siguiente que 1 y 2 son situaciones igualmente malas.
ejemplo: imaginemos una situación en la Ello desde un punto de vista más allá de los
cual tenemos una medicina que podemos puntos de vista individuales, es decir, desde
distribuir entre 6 personas, las cuales, eso un punto de vista imparcial.227
sí, están en lugares diferentes: 5 en una isla Si cada individuo fuera ignorante sobre
y 1 en otra isla. ¿Tenemos la obligación de si le tocará pertenecer al grupo A -en el
enviar la medicina a la isla con más per­ que hay pocas personas- o al grupo B -que
sonas? Una teoría de tipo deontológica, es mucho mayor- sabrá que maximizará
como la kantiana, defenderá que no existe sus posibilidades de ser salvado al acordar
ninguna razón por la cual necesariamente una política que decida que se debe salvar
sea mejor salvar la vida de más individuos al mayor grupo. Haría eso, pues tendría a
que de menos. Si realmente mostramos priori, y una vez asegurado un procedimiento
igual consideración por las personas, en­ que entregue a todos las mismas posibili­
tonces el único modo de decidir entre ellas dades de pertenecer a uno u otro grupo,
sería tirando una moneda. Así, frente a la unas mayores probabilidades de pertenecer
disyuntiva de tener que elegir entre salvar al grupo mayor. Cuando, en condiciones
a un cierto número de desconocidos o a de ignorancia (real o hipotética) se elige
nuestro mejor amigo, la mayoría de las per­ una política del mayor número, ello se hace
sonas salvaría a su amigo y admitiría que en el mejor interés de cada persona, y no
esa decisión es moralmente permisible, lo por razones consecuencialistas, concluye
cual demostraría que en realidad no existe la autora.
ninguna obligación real de salvar al mayor Por cierto que también es posible, para
número. Pero ¿es verdad que no podemos elegir entre dos situaciones igualmente ma­
decir que el estado de cosas en que mueren las, tirar una moneda y dejar que el azar
cinco personas es /morque el estado de cosas decida. Ello sería considerado justo tanto
en que sólo muere una? Quienes refutan por A como por B, pues ambos tendrían
este tipo de conclusiones defienden la no las mismas posibilidades de ganar el estado
existencia de valores objetivos. Rechazan este de cosas que más les beneficia. Sólo un
tipo de preposiciones morales, pues ellas procedimiento justo como ese podría hacer
estarían comprometidas con la defensa de que cada uno de ellos asumiera bien su
valores objetivamente importantes, como pérdida. El problema surge cuando ya no
el valor de la vida humana o el sufrimiento se trata de elegir entre dos estados de cosas
humano. posibles, sino que entre miles de estados
Kamm considera que esa crítica no está posibles en los que las opciones de cada
necesariamente fundada. Imagine, nos pro­ persona de salir beneficiado ya no son del
pone, el caso 1 en el que A está sufriendo, 50%, sino que de 1/1.000.000. En casos
pero no B. Y el caso 2 en que es B el que como este en que las posibilidades son tan
sufre, pero no A. ¿Podemos afirmar, como escasas, la preocupación por la equidad del
observadores imparciales, que ambas situa­ procedimiento se limitaría a asegurar que
ciones son “igualmente malas”? Seguramente cada uno tuviera su oportunidad, aunque
A rechazaría esa afirmación sosteniendo que ella sea exigua.
la situación 1 es claramente peor que la 2
227 KAMM, F. M.: Morality, Mortality. Death and Whom
to Save/rom il, vol. I. Oxford University Press, 1993,
226 Ibíd., pp. 121 y 122. pp. 84 y 85.

editorial JURIDICA nt chile 206


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

¿Qué defensa han entregado los utilita­ var la vida de Singer o la vida de Harris,
ristas a su teoría aplicada a la distribución deberemos salvar la que esperamos que
de recursos sanitarios? Resulta evidente, se beneficie más de haber sido salvada. El
pata los autores utilitaristas, que cuando son hecho de que podamos tomar la decisión
varios los pacientes que quieren prolongar equivocada, y que nunca podamos saberlo,
su vida y no hay fondos suficientes para sólo es reflejo de nuestras humanas limita­
permitírselo a todos, las tesis de Harris o ciones. Pero afrontar la posibilidad de estar
Kamm no sirven de mucho, pues dejan el equivocados no debe impedirnos tomar las
problema estancado, ya que todos querrán decisiones difíciles de la mejor forma que
salvar sus propias vidas. El problema, en­ podamos, y no debe forzarnos a dejárselas
tonces, es que no se entregan herramientas a la suerte”.229 230
para decidir cómo y dónde fijar el umbral En fin, Charles Fried (1935) considera
de atención.228 En cambio, si entendemos que todas estas discusiones evidencian que
el criterio QALY como una aplicación del “la vida, lejos de tener un valor inapreciable,
utilitarismo en el área sanitaria, podremos tiene, en cambio, un valor bien determina­
aceptar que el umbral de atención estará do y, a veces, sorpresivamente bajo”. Los
fijado por el ideal de maximizar el bien­ recursos limitados de los Estados les obligan
estar social. De este modo, a veces podrá a hacer elecciones que van más allá de la
ser lo mejor posponer la muerte de una mantención de la vida o la salud y que se
sola persona, mientras que otras veces lo relacionan, como en el caso de la educación,
mejor será posponer la muerte de varias, la cultura, la vivienda, etc., con la calidad
dependiendo de las circunstancias del caso, de vida y con las posibilidades de desarrollo
es decir, de qué alternativa produce mayor personal. Sin embargo, cuando se utilizan
bienestar. únicamente criterios de eficiencia para la
Si posponer la muerte del mayor número racionalización de los recursos la mayoría
de individuos sólo supone una ganancia de de las personas suelen quedar disconfor­
unas horas, mientras que posponer la muerte mes, pues los argumentos clásicos de los
de una sola persona puede significar una economistas parecen más los de quienes,
ganancia de varios años de vida, entonces de alguna manera, “saben el precio de todo
probablemente lo mejor será entregar los y el valor de nada”.250
recursos a esta última. Ello muestra que el Así, el verdadero problema de la tesis del
método QALY es sólo parte de toda la historia utilitarismo es que puede llegar a defender
sobre la adjudicación de recursos. Es una situaciones tan injustas como acordar que,
parte importante, pues permite, incuestio­ dado el análisis costo-beneficio respectivo y
nablemente, honrar dos importantes objeti­ la necesidad de contener el gasto público,
vos del cuidado sanitario: el mejoramiento debemos financiar sólo la educación de
de la calidad de vida y de la cantidad de los niños que viven en aquellas comunas
vida. Por esto, concluyen, un criterio como con mejor capital cultural y, por tanto, con
el de los QALY es claramente preferible a mejores resultados en las pruebas S1MCE.
“ningún criterio” de distribución, que es lo O sostener que, como las mujeres no han
que finalmente plantea Harris cuando deja demostrado buenos resultados en mate­
la resolución del problema al azar. Decidir máticas, debemos usar los recursos que
racionalmente, valorando la información tenemos para educar preferentemente a
que se posee, es una alternativa superior los varones.
a la de la suerte. “Desde la perspectiva de
los QALY, si tenemos que elegir entre sal­
229 McKlE y otros: The AUocalion of Health Cave

Resources. An Ethical Evalualüm of the 'QALY' Approach.


228 McKlE, RlCHARDSON, SlNGER y KüHSE: The ob. cit, p. 104.
Allocation of Health Core Resources. An Ethical Evalu- 230 Frjed, CHARLES: “Rights and Health Care. Be-
ation of the 'QALY’ Approach, Dartmouth Publishing yond Equityand Efficiency*, en NewEnglandJoumal
Company, Ashgate Publishing Limited, 1998. of Medicine, vol. 293, N° 5,1975, p. 241.

EDITORIAL JURIDICA Di CIULt


Curso de Filosofía del Derecho

4. Marxismo analítico John Roemer (1945) caracteriza a este


E IGUALITARISMO grupo por la forma en que aborda cuestio­
nes de inspiración marxista empleando las
herramientas contemporáneas de la lógica,
la matemática y la construcción de modelos.
Lo que les llevó a esta búsqueda de funda­
mentos y a acudir a la filosofía analítica y la
ciencia social positivista fue, explica Roemer,
“el éxito desigual del socialismo y el dudoso
fracaso del capitalismo”. En efecto, la historia
mostró que, no sólo no llegó la revolución
esperada por Karl Marx, sino que lejos de
aumentar firmemente la miseria en algunos
países, la verdad es que muchos trabajadores
han experimentado una real mejoría de su
calidad de vida y normalmente votan por
Caso: El problema de la explotación partidos políticos comprometidos con el
capitalismo. Por ello, la meta principal de los
Usted paga por sus zapatillas ADIDAS $ 40.000, marxistas analíticos es dar argumentos de por
de los cuales el capitalista (el señor ADIDAS) qué una sociedad socialista es más deseable
recibe $ 30.000 (lo demás se gasta en mate­ que un estado capitalista de bienestar.
riales, publicidad, vendedores, etc.). Ante estos hechos había varias respuestas
la señora Chaufán, que vive en alguna posibles: retraerse a una defensa talmúdica
provincia de la llamada “fábrica del mundo” de la palabra y encontrar una interpreta­
-China- y que es la persona que confeccio­ ción que se adapte al curso de la historia;
nó sus zapatillas, recibió por ello sólo dos negar los hechos; rechazar el marxismo; o
dólares (mil pesos). reconocer que el marxismo fue concebi­
¿Cree usted que es esta una distribución do en el siglo pasado, que ha de resultar
equitativa de las recompensas derivadas primitivo en contraste con los estándares
del trabajo? modernos e intentar rescatar lo que pueda
seguir siendo válido. Esta es la opción ele­
gida por los analíticos, cuyo antidogmatis­
4.1. Introducción mo se refleja, añade Roemer, en la falta de
exégesis, pues lo que importa no es lo que
El Marxismo Analítico es una corriente an­ Marx dijo, sino la coherencia de la idea.232
glosajona de pensamiento político y social, Luego, esta corriente de pensamiento res­
surgida en los 70, que se caracteriza por un cata ciertas ideas centrales del marxismo,
acercamiento no dogmático a temas clási­ como el materialismo histórico, las clases
cos de la tradición marxista. Sus miembros sociales, la explotación y la creencia de que
comenzaron a reunirse por iniciativa del alguna forma de socialismo es superior al
teórico político-social Jon Elster (quien ha capitalismo y que la alienación y la injus­
trabajado en filosofía de las ciencias sociales ticia del capitalismo realmente existentes
y en la teoría de la elección racional) en la pueden ser superadas.
residencia del también economista y filóso­
fo canadiense Gerald Cohén, en Oxford y
Erik Olin Wright, Philippe van Parijs (Bélgica) y
Londres, los meses de septiembre de cada Roben-Jan van der Veen (Holanda).
año, de ahí que se les identifique a veces
como “el grupo de septiembre”.231 * 232 Casal, Paula: Diccionario Crítico de Ciencias
Sociales. Terminología científico social. Reyes, Román
231 Entre ellos, G. A Cohén (Canadá),John Roemer (dir.), Plaza y Valdés Editores, Madrid/México D. F.,
(EE.UU.),Jon Elster (Noruega), Adam Przeworski, 2009.

EDITORIAL )URIDJCA Oí Ci lili 208


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

El criterio de justicia distributiva de­ escasos. El marxismo originario buscaba una


sarrollado en la obra de Marx se puede sociedad donde no exista ninguno de estos
resumir en su famosa frase “dé cada cual problemas, aun cuando hoy prácticamente
según su capacidad y a cada cual según su todos los marxistas aceptan la escasez, el
necesidad”.233 Marx no consideraba jus­ conflicto, el pluralismo y la racionalidad
to el sistema de retribución conforme a imperfecta como características permanentes
las capacidades, puesto que al remunerar de la condición humana, por lo que cual­
desigualmente los talentos se acepta implí­ quier teoría política normativa plausible
citamente la “injusticia de los privilegios debe explicar cómo las instituciones sociales
naturales”, de los cuales los individuos no deben lidiar con estos hechos.
son responsables. Como se ve, esta premisa
fue recogida por Rawls al justificar sus prin­
cipios de justicia, en particular el principio 4.2. La importancia de las necesidades
de diferencia. Con todo, lo que distingue al como criterio de distribución
marxismo del liberalismo igualitario, además
de la medida en que deberían igualarse El principio de distribución conforme a las
los recursos, es el modo de hacerlo. Rawls necesidades excluye toda posible conexión
cree que la igualdad de recursos debiera entre los beneficios que uno recibe de la
consistir en igualar una cierta cantidad economía y los factores genéticos y sociales
de propiedad privada al alcance de cada moralmente arbitrarios que determinan
persona. Para Marx, en cambio, la tesis la capacidad de cada cual para contribuir
es una sola: la abolición de la propiedad a esa economía. Marx asociaba la idea de
privada de los medios de producción y, con justicia del capitalismo con el “principio de
ello, la igualación de los recursos produc­ retribución” (o contribución), al que le veía
tivos a través de la socialización de dichos muchos defectos pues, aun cuando reconoce
medios, de forma que cada persona tenga a todos un derecho igual -valorando según
una participación igual en las decisiones un mismo criterio, por ejemplo, el trabajo-,
colectivas (sobre esto estudiaremos, más al asignar derechos conforme al grado de
adelante, la tesis contemporánea del In­ contribución social admite tácitamente la
greso Básico Universal de Van Parijs). En desigualdad de las aptitudes individuales
el fondo, la gran diferencia entre ambas y por consiguiente la desigualdad de la
teorías de la justicia es que una admite capacidad productiva, transformándose
como inevitable algún grado de desigual­ “como todos los derechos, en un derecho
dad -por su capacidad para aumentar los a la desigualdad”.234
recursos sociales totales-, mientras que el Para entender las raíces del concepto
marxismo la considera siempre injusta e de necesidades manejado por los marxistas
indeseable. analíticos, es necesario revisar la noción
Otra notable diferencia gravita en que concebida originariamente por Karl Marx,
para los marxistas la ‘justicia’, lejos de ser la para quien las necesidades constituyen una
primera virtud de las instituciones sociales, parte esencial del quehacer humano, has­
es algo que una comunidad verdaderamente ta el punto de que la génesis de los seres
satisfactoria no necesita. Lajusticia sólo resul­ humanos podrá ser entendida como la gé­
ta adecuada si se dan las “circunstancias de nesis de las necesidades. La producción de
justicia”, que crean el tipo de problemas que los medios indispensables para su satisfac­
sólo pueden resolverse mediante principios ción y la creación de necesidades nuevas
de justicia. Las circunstancias -como vimos “constituye el primer hecho histórico”,235
más arriba- serían de dos tipos: objetivos
conflictivos comunes y recursos materiales 234 MARX, KARL: Critica al programa de Gotha,

ob. cit., p. 320.


233 \lARX. KARL: Critica al programa de Golha, Agui­ 235 Marx, Karl, y Engels, Federico: La ideología
lera, Ricardo (ed.), Madrid, 1968, p. 24. alemana, Grijalbo, Barcelona, 1974.

209 editorial | URIDICA nr cuíle


Curso dr Filosofía del Derecho

lo que significa que en la producción de des sociales: “Las necesidades naturales,


los instrumentos aptos para la satisfacción el alimento, el vestido, la calefacción, la
de nuestras necesidades elementales, la vivienda, etc., varían con arreglo a las con­
necesidad misma de esos instrumentos es diciones del clima y a las demás condiciones
ya una necesidad nueva que se diferencia naturales de cada país. Además el volumen
de la mera necesidad animal. Mediante la de las llamadas necesidades naturales, así
expresión poética ‘primer hecho histórico’ como el modo de satisfacción, son de suyo
se describe, por consiguiente, la creación un producto histórico que depende, por
de necesidades nuevas, no dadas en la cons­ tanto, en gran parte, del nivel de cultura
titución biológica.256 de un país y, sobre todo, entre otras cosas,
La producción de necesidades nuevas se de las condiciones, los hábitos y las exi­
realizaría a través de lo que Marx llamaba gencias con que se haya formado la clase
“proceso de objetivación”, que se vincula de los obreros libres”.258 A partir de esta
con la evolución e incremento de las nece­ concepción histórica de las necesidades
sidades y la relación básica entre el sujeto Marx desarrolla su conocida concepción
y el mundo que lo rodea. Este proceso de de necesidades no alienadas, las cuales no se
objetivación sería, además, de carácter bi­ asimilan a las necesidades materiales del
lateral, pues el individuo, por medio de ser humano ‘natural’ del tipo construido
su actividad, no sólo forma y constituye a por Rousseau en su Emilio, sino que se trata
los objetos como lo que son en función de las necesidades depuradas y refinadas
de sus necesidades, sino que, además, se que incorporan toda la aportación de la
transforma a sí mismo. Ello se manifiesta historia y se desarrollan desde las genera­
en el trabajo, la producción de riqueza, ciones pasadas.259 De este modo, no existi­
el desarrollo social, el crecimiento y des­ rían necesidades ‘naturales’ y necesidades
pliegue de las capacidades humanas y el ‘artificiales’, pues todas son tan producidas
nacimiento de nuevas necesidades y formas como los productos y como las varias acti­
de satisfacción. A diferencia del animal, vidades del trabajo. ¿Quiere decir con esto
que tiene un círculo limitado de medios que las necesidades son sólo un producto
y de modos de satisfacción de sus necesi­ ficticio? Evidentemente no. Lo que quiere
dades, que igualmente son limitadas, los decir es que las necesidades humanas son
seres humanos, en la misma dependencia, capaces de tal variación que luego resulta
presentan su superación mediante la multi­ difícil distinguir ‘de qué’ exactamente se
plicación de las necesidades y de los medios tiene necesidad. “El hambre es hambre,
de satisfacción. De modo que sólo a partir pero el hambre que se satisface con carne
de la concepción de las necesidades de las cocida, que se come mediante un cuchillo * * * *
personas podemos hablar “por primera vez
aquí y también exactamente sólo aquí, de
238MARX, Karl: El Capital, ob. cit., 1982.
hombres”. Los seres humanos son seres 239Marx defenderá una economía de la abun­
de necesidades para cuya satisfacción se dancia que rechaza el criterio de simplicidad natural
constituye la sociedad civil en el marco de de Rousseau y que considera un error la falla de
dos instituciones básicas: la propiedad y la necesidades. Es a través de su incremento que el
división del trabajo.257 ser humano se hace un ser completo. Su crítica al
Ahora, aunque Marx distinguía entre orden social burgués no se funda en que éste co­
opere con el aumento de las necesidades, sino que,
distintas clases de necesidades, considera­ más bien, por la manera ‘distorsionada’ en que ese
ba que todas, finalmente, eran necesida­ incremento se produciría. “La propiedad y el dinero
crean desigualdades artificiales entre las personas
que dan lugar a las necesidades ‘hinchadas’ del rico
236 HELLER, AGNES: Teoría de las necesidades en Marx, y alas ‘crudas’ necesidades del pobre. De modo que

Península, Barcelona, 1978. todas las instituciones burguesas colaborarían para


237 Anón, María José: Necesidades y Derechos. Un el mantenimiento e incremento de la desigualdad
ensayo de Fnndamentación. Centro de Estudios Cons­ en las necesidades”. AÑÓN, María JOSÉ: Necesidades y
titucionales, Madrid. 1994. Derechos. Un ensayo de Fundamentación, ob. cit.

DITORIAL JURIDICA. Di Cilíll 210


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

o un tenedor, es un hambre muy distinta no impliquen hacer del ser humano un


de la que devora carne cruda con la ayuda medio para otros.241
de manos, uñas y dientes”.240 Siguiendo con esta línea de reflexión,
¿Cuál es, en definitiva, la importancia el marxismo analítico se convierte en una
de las necesidades para el marxismo? Las propuesta de distribución igualitaria que
necesidades formarían la categoría de valor señala que, en tanto seres que determinan
llamada ‘riqueza humana’ y expresarían la riqueza de sus vidas en relación con la
un presupuesto de humanización que es el tenencia y satisfacción de necesidades y que
resultado de las relaciones de las personas son ‘creados por’ y ‘creadores de’ necesi­
con las objetivaciones sociales. Ello quiere dades, la legitimidad de toda institución
decir que la riqueza se produce en la medida social dependerá del modo y grado en que
en que se desarrollan nuevas necesidades y logre realizar las demandas de todos. Es
nuevas formas de satisfacción. “El hombre decir, si son nuestras necesidades las que nos
rico es, al mismo tiempo, el hombre ‘nece­ hacen humanos, su desarrollo y satisfacción, debe
sitado’ de una totalidad de exteriorización estar por sobre otros valores clásicos como el de
vital humana”, escribía Marx. Por tanto, en la propiedad privada, la retribución conforme
su visión, las necesidades no sólo serían la a la contribución personal o la responsabilidad
expresión ontológica de las capacidades individual.
de los seres humanos, sino que, además, Ahora, antes de seguir, resulta fundamen­
las personas desarrollarían a lo largo de su tal reflexionar sobre el obstáculo que conlleva
historia una diversidad de creaciones tanto la noción misma de necesidades para una
materiales como creativas que le convertirían teoría de lajusticia ¿Qué necesidades vamos
en un ser ‘rico en necesidades’. a satisfacer ‘en todo caso’? Hay quienes
Para la particular visión del marxismo han acudido al criterio de la determinación
utópico no cabe establecer diferencias entre del concepto por ‘negación’, destacando
necesidades sobre la base de su ‘realidad’, el problema de la privación de aquello que
puesto que deberíamos considerarlas a todas puede ser básico e imprescindible. En este
por igual e intentar saciarlas. Pero como ello sentido se señala que existiría una “verdadera
no es posible, Agnes Heller (1929) propone necesidad humana” en aquellas situaciones
realizar juicios morales sobre la base de una en las que su no satisfacción puede ocasio­
norma ética en virtud de la cual se realice nar una destrucción, desintegración o no
algún tipo de exclusión evitando caer en existencia de un ser humano, lo que nos
la clasificación de necesidades ‘buenas’ o dirige de inmediato a la noción de daño.
‘malas’. Para ello trae a colación una de Para lograr la delimitación del concepto
las formulaciones del imperativo categó­ de necesidades con otros conceptos afines
rico kantiano, por la cual se identifica a -como deseos, intereses, impulsos, aspira­
las personas como fines en sí mismos que ciones, etc.- resulta preciso una depuración
nunca deben ser utilizadas como medios terminológica. En principio podría decirse
para otras personas. A partir de este prin­ que las necesidades proporcionan razones
cipio distingue entre dos tipos de necesi­ de mayor peso que los deseos, intereses
dades, primero, las necesidades puramente o voliciones, puesto que no constituyen
cuantitativas, que serían aquellas para cuya un acto intencional. No elegimos nuestras
satisfacción algunos individuos se deben necesidades, no es algo sobre lo que reali­
convertir en instrumentos de otros y que, cemos una acción positiva y, por tanto, no
por ello, va a clasificar como ‘necesidades es algo sobre lo que podamos tener o no
alienadas’ y, segundo, las necesidades cuali­ razones para hacer. Sin embargo, desde los
tativas, que cumplirían con la máxima de
su reconocimiento y satisfacción mientras 241 Heller, Agnes: Teoría de las necesidades en

Marx, Península, Barcelona, 1978; Véase también


240 MARX, KARL: Elementos fundamentales para la critica Por una filosofía radical, Ediciones 2001 S.A., Barce­

de la economía política. Siglo XXI, Madrid, 1972. lona, 1980.

211 TORIAL |U R1DICA DI: C! ULE


Curso de Filosofía del Derecho

presupuestos de la psicología y desde otras lugar central en una concepción liberal de


posiciones, se ha incluido a las necesidades la sociedad, la creación de autonomía debe
entre las categorías motivadoras de la acción tener preeminencia sobre su ejercicio. El
—deseos, impulsos, voliciones- para explicar concepto de necesidades básicas, entonces,
a través de ellas el comportamiento. Así, no sólo es central en una concepción liberal
la noción de necesidades ha servido para de la sociedad, sino que hace de puente -al
describir el conjunto de inclinaciones o permitir su satisfacción simultánea- entre
potencialidades humanas que sugeriría la las dos ideas básicas del liberalismo: la de
idea de motivación hacia algo.242 que los fines de los individuos deben ser
Para Niño, una necesidad se distingue respetados y la de que todo individuo es
en forma relevante de los deseos, pues el un fin en sí mismo.
necesitar algo no es intencional, no depen­ Finalmente, indagar sobre el carácter
de del estado mental del agente, sino de la normativo de las necesidades (y su relación
realidad. Si bien hay un sentido instrumental ser/deber) requiere partir de la clásica po­
de necesidad que depende de los deseos del sición de la filosofía analítica de Hume, que
agente, hay un sentido absoluto en que el fin dispone que las descripciones sobre necesi­
al que la necesidad está condicionada esta dades no proporcionan o no constituyen 'eo
fijado como parte del concepto. Ese fin es ipso’ una justificación para hacer prescrip­
el de evitar un daño que está definido por ciones. Es decir, aun si pudiera mostrarse
normas relativas a ciertas circunstancias de empíricamente que las personas tienen de­
florecimiento humano. Luego, el principio terminadas necesidades básicas no sería ni
de precedencia de las necesidades sobre los autocontradictorio ni lógicamente extraño
deseos tiene como base el que hay “nece­ abstenerse de recomendar su satisfacción o
sidades categóricas” que no dependen de realización, pues entre ambas cuestiones no
los deseos, que no se puede evitar tener existen ni implicaciones lógicas ni contextúa­
y cuya privación constituye un daño que les, de modo que, si se identifica lo valioso
debe distinguirse de la ‘mera ausencia de con la satisfacción de necesidades, es más
beneficio’ que se produce cuando se frustra bien por la carga emotiva y persuasiva del
un deseo.243 término. (Don todo, parece posible defender
Para determinar el papel de las necesida­ que las necesidades sí constituyen razones
des en el marco moral de una concepción para la acción en tanto se acepte que: a) la
liberal de la sociedad, Niño defiende que las existencia de una necesidad es una cuestión
necesidades, cuyo reconocimiento es rele­ separada, diferente, de si tales necesidades
vante analizar, son las categóricas o absolutas, deben o no ser satisfechas y b) que entre
o sea, aquellas que están supeditadas a fines ambas no cabe una relación lógica.
que no dependen de los deseos o preferen­ ¿Cómo probar que, una vez que se ha
cias de los agentes. Dado que el valor básico mostrado la existencia de una necesidad,
de una concepción liberal de la sociedad hay buena razón para su satisfacción. Po­
es la autonomía personal, esas necesidades dríamos hacerlo atendiendo al carácter in­
deberían identificarse como estados de cosas soslayable de las necesidades. Por ejemplo,
que son prerrequisitos de esa autonomía. si se afirma que los niños tienen necesidad
Pero la autonomía personal tiene dos caras: de amor y afecto podemos decir que ésta
su creación y su ejercicio. La primera no es una buena razón para que se satisfaga
depende de los deseos o preferencias de la necesidad y que si mostramos que tal
la gente, mientras que la segunda sí. Para necesidad existe, resultaría lógicamente
que las necesidades categóricas tengan un extraño y autocontradictorio abstenerse de
exigir su satisfacción. Si bien no cabe una
242 De Lugas, Javier, y Anón, MaríaJosé: “Nece­
relación de inferencia lógica entre ambos
sidades, razones, derechos”, en Doxa, N° 7, 1990. aspectos, la relación tampoco es meramente
243 Niño, Carlos: “Autonomía y necesidades contingente o casual. A menos que se en­
básicas”, en Doxa, N° 7, 1990. tendiera o se caracterizara una necesidad

EDITORIAL JURIDICA DL CHILE 212


Cap. 111. La justicia como fin principal del Derecho

como destructiva, habría que establecer una un ingreso pagado por el gobierno a nivel
presunción general de que las necesidades universal en intervalos regulares y de modo
constituyen un argumento suficiente para independiente de su condición particular,
que aparezca un deber correlativo de satis­ es decir, sin considerar si la persona es rica
facción y justificar a su vez con razones por o pobre, vive sola o con personas a su car­
qué se niega la satisfacción de determina­ go y si tiene o no trabajo. En la versión de
das necesidades.244 De este modo, cuando este autor, este ingreso se garantizaría no
podemos razonar y analizar una situación sólo a los ciudadanos, sino que también a
tal que su no satisfacción causa un daño o los residentes permanentes y su carácter
peijuicio, no cualquier peijuicio o daño, de ‘básico’ presupondría una cantidad de
sino el que podemos calificar como grave, dinero con la que se pudiera contar toda
tanto en orden a la supervivencia como al la vida y a la cual pudieran sumarse los in­
desarrollo de la persona como tal, estamos gresos adicionales obtenidos de cualquier
ante una necesidad básica. otra fuente.
La ‘incondicionalidad’ del ingreso implica
que, a diferencia de los planes de ingresos
4.3. La propuesta distributiva mínimos que se habrían introducido en
del marxismo analítico algunos países europeos, el de Van Parijs no
incorporaría ninguna de las restricciones
Como se ha señalado, el marxismo propone que aquellos plantearían para la recepción
que todos los individuos vean sus necesidades del subsidio, como por ejemplo, que sus
básicas satisfechas, existiendo independen­ beneficiarios hayan sido previamente contri­
cia entre lo que una persona aporta a la buyentes, que demuestren que, si no están
producción y lo que recibe como resultado trabajando y no están incapacitados para ello,
de dicho proceso productivo. Un modo de están dispuestos a aceptar un trabajo, que
dar aplicación a esta máxima es la tesis del aprueben un cierto test de medios económi­
Ingreso Básico Universal (IBU) de Philippe cos, etc. Por tanto, sea que el sujeto quiera
Van Parijs y Robert-Jan Van der Veen. La o no trabajar, el Estado deberá entregarle
idea de los autores es asegurar a todos los cada mes una cantidad suficiente que le
individuos un ingreso básico ‘no condiciona­ permita satisfacer sus necesidades básicas.
do’ sobre la base de que la libertad real de Para el autor, el Ingreso Básico Universal es
las personas es un asunto relativo, no sólo un poderoso instrumento de justicia social
a derechos, sino que también a recursos, capaz de asegurar a todas las personas una
por lo que el Estado debiera ser capaz de libertad real para alcanzar sus fines y, a la
garantizar ingresos a todos por igual. De vez, de resolver el dilema de la pobreza, el
ahí surgirá la importancia de fijar, al menos, desempleo y las demandas de los grupos
un mínimo poder de compra a cada per­ feministas y ambientalistas. Los fundamentos
sona, con independencia del trabajo que de esta propuesta, que pueden encontrarse
realice o de su disposición al trabajo. La en los escritos de Charles Fourier, Karl Marx,
libertad real, según Van Parijs, nos exigiría Mili y Joseph Charlier, se basan en que la
la búsqueda de un ingreso incondicional que división igual de las ganancias sociales se
resulte, a su vez, consistente con la seguri­ funda en la propiedad común del territorio de
dad y con la propiedad de cada cual sobre una nación.246 *
sí mismo.245 Otro intento por mantener a las necesi­
La teoría del IBU propone que cada miem­ dades como principio base de distribución
bro adulto de la sociedad pueda demandar social, disminuyendo la importancia de la
idea de contribución y responsabilidad, se
244 De Lucas, y AÑÓN: Necesidades, razones, dere­
encuentra en la propuesta de compensa­
chos, ob. cit.
245 Van Parijs, Philippe: Libertad real para lodos, 246 Van Parijs, Philippe: “A Basic Income for
Paidós, Barcelona, 1996. Allw, en Boston Reinew, 25/5, 2000.

213 ttMTONAL JURIDICA Dt CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

ción elaborada porjohn E. Roemcr, quien de las preferencias de las personas.™ Los aná­
considera que una teoría igualitaria debe lisis sobre los procesos de formación de
partir, si quiere ser una alternativa real al preferencias son variados y complejos y el
liberalismo, de ciertos supuestos. Prime­ ejemplo clásico es la fábula de “La zorra y
ro, que cualquier propuesta que pretenda las uvas”, que da título a uno de los cono­
prescindir del mercado es utopía, pues una cidos estudios de Jon Elster (1940) uSour
sociedad compleja debe usar el mercado grapes-utilitarianism and the génesis of wants”.
para descentralizar la colocación de los En él el autor noruego argumenta que la
recursos y servicios a través de un proceso racionalidad de una decisión puede resultar
que resulta demasiado complejo como para afectada por el modo en que los deseos y
ser manejado a través de un plan centrali­ creencias enjuego fueron ‘moldeados’. Así,
zado. En segundo lugar, cualquier teoría la zorra, viendo que no llega a alcanzar las
que pretenda ser una verdadera alternati­ uvas, termina por convencerse de que éstas
va debe asumir que, en el diseño de una estaban verdes, es decir, termina adaptando
sociedad igualitaria, hay que partir desde sus preferencias para reducir sus disonancias
las decisiones de las personas. Con el fin cognitivas. Hay muchos casos similares de
de alcanzar su propio bienestar y el de sus deficiencia en la racionalidad como, por
familias, son las propias personas quienes ejemplo, el conformismo, el anticonfor­
eligen cuantas habilidades desarrollar, que mismo, el fenómeno de ver siempre más
profesión ejercer y cuán duro trabajar. Esto verde el jardín del vecino, etc.
no sería inconsistente, recalca el autor, con ¿Qué importancia tienen estos procesos
la idea de que los individuos deben com­ de adaptación de preferencias? Tanto en el
portarse de modo altruista como agentes caso de la fábula de ‘la zorra y las uvas', en
políticos, pues deberían ser capaces de, por el que el individuo adapta sus preferencias
ejemplo, votar por aumentar los impuestos a sus posibilidades (lo que Elster llama
para financiar a los discapacitados y, a la “formación de preferencias adaptadas”),
vez, aprovechar cualquier espacio libre de como en su fenómeno opuesto, donde
impuestos para satisfacer sus propios inte­ el sujeto simplemente “olvida que la fru­
reses. “No es realista pensar que la gente ta es dulce” (formación de preferencias
no actúe de manera autointeresada en sus contra-adaptadas) las implicaciones éticas
decisiones económicas personales, aunque son muy importantes. Así, por ejemplo,
tampoco lo es que algún día, quizás cuando la razón por la que las preferencias con­
la gente haya experimentado la igualdad traadaptadas producen menos problemas
y un ethos igualitario, actúe de forma me­ a la etica que las adaptadas se debe a que
nos autointeresada aun en la esfera de sus liberarse de las primeras siempre produce
decisiones económicas privadas”.247 una mejora simultánea tanto de la auto­
Teniendo esto como base, presenta cuatro nomía como del bienestar “cuando, por
estrategias igualitarias: a) La reasignación ejemplo, dejo de tener adicción a las dro­
de la propiedad de las empresas del Estado gas, la no satisfacción no autónoma de
de modo que las ganancias se distribuyan de mis deseos puede transformarse en una
modo más igualitario entre los ciudadanos; satisfacción autónoma de ellos. El carácter
b) el Estado de Bienestar o ‘mecanismo de destructivo de este tipo de preferencias
transferencia mediante impuestos’; c) el hace que liberarse de ellas sea siempre
aumento del gasto en educación; d) y la positivo”.248 249
disminución de las diferencias salariales. Ahora, como sabemos, las acciones de
Para lograr lo anterior, esto es, una dis- una persona están determinadas por dos
tribuciónjusta de los recursos sociales, sería
necesario evaluar correctamente el origen. 248 F.ISTER.JON: “Sour Grapes. Utilitarianísm and
the Génesis of Wants”, en LUititarianism and Beyond,
247 ROE.MER, JOHN: “Egalitarian Strategies”, en Cambridge University Press, 1982.
Dissent, vol. 46. N° 3, 1999. 249 lbíd.

EDITORIAL JUR1 DIGA DE CHILE 214


Cap. 111. La justicia como fin principal del Derecho

clases de causas: las circunstancias más allá sus preferencias como parte de quien, en
de su control y sus decisiones autónomas. definitiva, es”. Imaginemos, por otra par­
En general las acciones que realizamos en te, a Bcrnard, que pertenece a un grupo
nuestras vidas están fuertemente determi­ social en el que la educación es uno de los
nadas por una mezcla compleja de ambos bienes más importantes y que, en conse­
factores, de modo que si se quiere alcanzar cuencia, ha sido instruido para apreciar su
la verdadera igualdad de oportunidades es importancia ¿Cómo compensar el nivel de
necesario desarrollar una agenda igualitaria formación alcanzado por Alice y Bernard?
que nos permita evaluar correctamente el Para el autor, si Alice ha conseguido el nivel
origen de las acciones humanas, es decir, saber medio de educación dentro de su grupo
más exactamente qué ámbitos de la vida de y Bernard ha conseguido también el nivel
una persona son producto de sus elecciones medio de educación de su grupo, nuestro
y cuáles lo son de sus circunstancias para los sistema impositivo debiera intentar ‘igualar
efectos de la distribución de recursos sociales. los recursos’ obtenidos por ambos, pues ese
Para ello Roemer propone dividir a la sociedad resultado está estrechamente relacionado
en grupos de riesgo en el entendido de que con el grado de formación que cada cual
la igualdad de oportunidades se alcanzará ha adquirido.251 *
entre un grupo de personas si la sociedad En la teoría de Dworkin, en cambio, esa
indemniza a los miembros de cada grupo niña no debería obtener ningún tipo de
contra las malas consecuencias derivadas compensación social, pues ella habría elegido
de sus circunstancias o suerte bruta, pero no estudiar. El lugar que da a los gustos con
no los indemniza contra las consecuencias los que una persona se identifica y las elec­
derivadas de sus elecciones autónomas.250 ciones que de esos gustos se siguen están en
Cada sociedad, entonces, deberá hacer una la esfera de la responsabilidad personal, por
lista de los hechos respecto de los cuales lo que su teoría se presenta insensible a los
todos estén de acuerdo que pertenecen, no factores que indujeron o determinaron esos
a la esfera de elección del sujeto, sino que a gustos, factores que, evidentemente, están
sus circunstancias, esto es, a un campo de fuera de su control. De este modo, Alice no
acción más allá de su control. recibirá compensación bajo el esquema de
¿Qué distingue esta tesis de la ‘igualdad Dworkin pues, en él, las ‘preferencias’ son
de recursos' ya revisada de Dworkin? Supon­ una cuestión por la que las personas deben
gamos, afirma Roemer, que consideramos hacerse responsables mientras se sientan
que la educación es un factor determinante identificadas con ellas, independientemente
para la obtención de más o menos recursos del origen de dichas preferencias.
en la vida (y podríamos agregar el sexo y la
raza, en ciertas sociedades). A continuación
imaginemos a una niña, Alice, que nace en 4.4. Responsabilidad personal y distribución
una familia pobre, con padres que no han de recursos (1)
terminado el colegio, con muy escasa educa­
ción y la casi nula oportunidad de acceder Volvamos a evaluar la influencia de las
a ningún tipo de cultura ‘elevada’. Luego, necesidades versus la responsabilidad
conjeturemos que por ello esta niña no le personal a la hora de adjudicar recursos
da ningún valor a la educación pues siente sociales analizando el siguiente ejemplo:
que la enseñanza no la va a ayudar en la Después del nacimiento de sus gemelos,
vida a alcanzar el éxito, es decir, “identifica el riñón de Brenda Payton falló. Si bien
recibió un transplante, lo perdió debido al
rechazo. Para sobrevivir, debía someterse
250 Roemer, John: “A Pragmatic Theory of a tratamientos regulares de hemodiálisis,
Responsibility for theEgalitarian Planner”, en Philoso-
phy and Public Affairs, vol. 22, N° 2,1993, y “Equality
and Responsibility”, en Boston Review, abril/mayo, 251 ROEMER, JOHN: A Pragmatic Theory of Respon­
vol. XX, N° 2, 1995. sibility for the Egalilarian Planner, ob. cit.

215 £ DI TORIAL f UIUD1CA DE CH l Lt


Curso de Filosofía del Derecho

que estaban garantizados por el sistema Pueden verse como formas de mala con­
de salud. Brenda era una paciente ex­ ducta por las cuales los individuos deberían
traordinariamente difícil de cuidar. Con ser responsabilizados, o como ‘problemas
frecuencia no llegaba a sus citas medicas, sociales’ cuyas causas deberían ser aliviadas.
llegaba tarde o ebria. Además de abusar Los conservadores defienden la primera
de las drogar, era incapaz de mantener el línea de argumentación, mientras los li­
peso adecuado prescrito por su doctor, berales igualitarios defienden la segunda,
aumentando su riesgo de sufrir una falla negando la responsabilidad individual. El
cardiaca. En 11 meses requirió ser hos­ error -fomentado por el fracaso en dis­
pitalizada para diálisis de emergencia 30 tinguir entre los dos modos de ‘hacerse
veces. Además de todo esto, Brenda solía responsable’ revisados— estaría en ver a
pelear con los demás pacientes del centro estas dos posturas como alternativas entre
de diálisis, insultándoles y exponiéndoles las cuales debemos escoger. Aun si todo el
sus genitales. Incluso solía estropear las que pertenece a un ‘tipo’ se involucra en
máquinas de diálisis y causar el derrame una clase dada de conducta imprudente o
de la sangre, lo que no sólo la ponía a ella reprochable, todavía se les puede culpar
en peligro, sino que a los demás pacientes o castigar por su proceder. Pero ésta no
que se dializaban simultáneamente con es razón para responder a dichas conduc­
la misma máquina. Después de soportar tas únicamente apuntando con el dedo o
más de tres años de ese comportamiento imponiendo largas condenas privativas de
su médico, John Weaver, le notificó que libertad. Igualmente deberíamos pregun­
el centro no la atendería más. Si bien le tarnos cómo podemos ayudar a ese ‘grupo’
entregó los nombres de otros médicos, y, especialmente, cómo podemos cambiar
como ya se había hecho conocida en su las cosas a fin de que menos personas sean
comunidad, no quisieron atenderla. puestas en circunstancias donde tienen
Brenda acudió a los tribunales, quienes, altas probabilidad de hacer esa clase de
después de declarar que no consideraban malas elecciones.253
que ese comportamiento estuviese justificado Según vimos, Roemer considera que
por su alcoholismo, aceptaron darle una es casi imposible saber, a nivel individual,
oportunidad obligando a Weaver a atenderla por qué factores de la vida de una persona
“siempre y cuando ella se comprometiera debemos hacerla responsable, por lo que
a seguir una serie de reglas mínimas de sugiere intentarlo a nivel social. Para ello
conducta”. Como rápidamente Brenda nos pide considerar el ejemplo de la com­
rompió cada una de las condiciones que pensación debida a los enfermos de cáncer
se le impusieron, la Corte, considerando al pulmón adquirido a consecuencia del
que su conducta era “voluntaria e intencio­ cigarrillo. Como hoy en día los fumadores
nal”, liberó al doctor Weaver de cualquier están permanentemente advertidos de los
obligación de atención a su respecto, deci­ peligros que conlleva (y a pesar de eso mu­
sión que fue confirmándose hasta la Corte chos deciden continuar con su hábito), la
Suprema del Estado de California, en los mayoría pensará que, como esa persona ha
Estados Unidos.252 elegido continuar fumando dos cajetillas al
En el contexto de los debates políticos día, entonces es ella, y no la sociedad, quien
acerca de la responsabilidad individual, debería financiar los costes de su enferme­
Thomas Scanlon reflexiona sobre dos po­ dad. Pero el problema, continúa, es que la
sibles formas de aproximarse a fenómenos elección de fumar está, en parte, determi­
como el crimen y el embarazo adolescente. nada por las circunstancias (su clase social,
su origen étnico, los hábitos de sus padres,
VIg'JJo.I.i.xJ V)

232 STELL, LANCE K.: “Responsibility for Health

Status”, en Medicine and Social Justice. Essays on the 253 SCANLON, T. M.: “A Good Star. Comments

Distnbuiion of Health Cave, Rhodes, Batán y Silvers on Roemer”, en Hoston Reuiew, abril/mayo, vol. XX
(eds.), Oxford University Press, 2002. N°2, 1995.

EDITORIAL JURÍDICA DECIDLE 216


Cap. III. La justicia como fin principa) del Derecho

su nivel de educación, etc.) y, en parte, es diente a su grupo, la diferencia de años


una cuestión de elección autónoma. entre la profesora y el minero -y las conse­
Supongamos, entonces, que formamos cuencias que ello traiga aparejadas- deben
el grupo A, compuesto por “mineros, hom­ considerarse como “circunstancias fuera
bres, negros, de más de 60 años” y el gru­ del control de la persona”. La idea, por
po B, constituido por el conjunto de las tanto, es lograr que las transferencias so­
“profesoras, mujeres, blancas, de más de ciales sean equiparadas aproximadamente
60 años”. En tanto que, según las estadís­ entre cada grupo dejando que, en cambio,
ticas, el ‘minero, hombre, negro, de más dentro de los grupos, aquellos que ejercen
de 60 años’ tiene más posibilidades que mayor responsabilidad reciban un mejor
la ‘profesora, mujer, blanca de más de 60 tratamiento.255
años’, de haber fumado durante al menos Sobre esta propuesta Scanlon advierte
30 años, la sociedad no debiera considerar que hay algo que podría inducir a error.
que el hecho de fumar sea una elección Teniendo presente la edad en la cual los
totalmente autónoma. “Para tomar un caso viejos obreros de 60 años habrían comen­
extremo, si todos los mineros viejos fu­ zado a fumar, la limitada previsión que se
maran durante 30 años, tendríamos que tiene a esa edad, y la dificultad de dejar
decir que la elección de ‘no fumar’ no está de fumar una vez que uno ha empezado,
dentro de las posibilidades de los mineros ninguna política humanitaria restringiría,
de 60 años (...), pues, dado cierto grupo, a esas alturas, los beneficios médicos o in­
algunas elecciones podrían efectivamente, sistiría en que los mineros pagaran primas
aunque no físicamente, no existir”.254 Con más altas por ser fumadores. Pero ello no
todo, es muy posible que dentro de cada significa que ‘la alternativa de no fumar no
uno de los grupos la gente varíe conside­ les fuera accesible’ o que ‘no tuvieran otra
rablemente respecto de qué cosas logre en alternativa que fumar’. Ambas pretensiones
la vida a consecuencia de sus elecciones. aparecen como falsas, por lo que hay espacio
La idea es asumir que esas variaciones, para decir que, si bien son responsables de
las variaciones ‘dentro’ de cada grupo, hacer ciertas elecciones (son reprochables
se vean como originadas en decisiones por actuar de cierto modo), debemos, no
voluntarias por las que cada uno deberá obstante, ayudarlos.
hacerse responsable. Las personas deben La distribución de los recursos socia­
ser indemnizadas contra las consecuencias les debería considerar, por sobre todo,
de pertenecer a cierto grupo particular y no el tipo de necesidad en juego. Como las
contra las consecuencias de sus decisiones necesidades están siempre en expansión,
autónomas dentro de su grupo. es necesario comprender que no todas las
Así, en el ejemplo anterior de la pro­ necesidades son iguales-algunas son más
fesora y el minero, si consideramos que importantes que otras-y que no todas las
ambos han fumado sólo la mitad de años cosas que decimos que necesitamos son,
correspondientes a su grupo, es decir, 8 realmente, necesidades (según analizamos
años para la profesora y 15 años para el más arriba). Es importante, por tanto, dis­
minero, para los efectos de la compensa­ tinguir entre criterios objetivos y subjetivos de
ción, debiéramos estimar que estas dos bienestar, pues sin ellos no podremos valo­
personas son igualmente responsables, es
decir, que son actores con el mismo grado 255 Como recuerda Roemer, ha surgido nueva infor­
de compromiso en su acción de fumar. De mación relevante para la asignación de responsabilidad
este modo, suponiendo que esa comunidad en la decisión de fumar pues hemos aprendido que
decide pagar los costos médicos de quienes los productores de cigarrillos descubrieron muchos
han fumado la media de años correspon­ años atrás que la nicotina era adictiva y que muchos
de ellos, o todos, adhirieron nicotina al tabaco natural
para aumentar el efecto adjetivo. Luego, este es otro
254 ROEMER,JOHN: “Equality and Responsibility”, factor que habría que agregar a las circunstancias
ob. cit. personales de los fumadores.

217 editorial JURIDICA oecüiu


Curso de Filosofía del Derecho

rar la importancia de la reclamación por otro modo nos sería imposible justificar
recursos en ‘distintos contextos morales’. por qué elegimos entregar una ayuda es­
Los criterios subjetivos de bienestar son pecial a quien sufre de una discapacidad
criterios de acuerdo a los cuales los nive­ física que le impide y encarece el disfrute
les de bienestar gozados por una persona de los goces normales de la vida y no, en
en ciertas circunstancias materiales dadas cambio, dar esa ayuda a quien, a causa de
—o la importancia que esa persona da a sus gustos inusualmente caros y refinados,
un sacrificio o beneficio- son estimados no logra con los mismos recursos el nivel
únicamente desde el punto de vista de los de satisfacción que las demás personas. En
intereses y gustos de esa persona. Si bien lo que se refiere a nuestro deber de ayuda
este tipo de criterios debieran someterse mutua, la fuerza de los reclamos que se nos
a ciertas correcciones -pues las personas hagan dependerá de qué tipo de interés se
podrían equivocarse en su evaluación de desee satisfacer y no necesariamente de la
bienestar o en cómo ciertas circunstancias importancia que una persona les atribuya.
les afectan- sigue siendo cierto que es un El hecho de que alguien esté dispuesto a
criterio que da cuenta de las preferencias renunciar a una dieta decente con el fin
personales como ‘realmente son’, y cons­ de construir un monumento para su dios
tituye el último estándar para juzgar el no significa que su petición para llevar a
propio bienestar.256 cabo su proyecto tenga la misma fuerza
Con todo, el criterio de bienestar que que una petición de ayuda para obtener
realmente utilizamos al hacer juicios mo­ suficiente alimento, aun suponiendo que
rales es objetivo. Por criterio objetivo Sean- los sacrificios que se exigen a los demás
Ion entiende aquellos estándares que fueran los mismos.257
permiten valorar el nivel de bienestar de
una persona de modo independiente de sus
gustos e intereses personales. Ello implica 4.5. Responsabilidad personal y distribución
que ese criterio de apreciación puede ser de recursos (2)
correcto aun cuando entre en conflicto
con los intereses o preferencias del indi­ Como hemos visto, la mayoría de los au­
viduo en cuestión, no sólo como él cree tores revisados se inclinan por la tesis del
que son, sino que también cómo sería si ‘punto de partida’, que defiende que, en
se volvieran consistentes, se les corrigie­ tanto las personas comiencen con un monto
ra de errores fácticos, etc. Lo central del justo de recursos, el sufrimiento y sujeción
criterio objetivo es la evaluación imparcial que generen a consecuencia de sus actos
de la importancia de esos intereses, y no voluntarios en un libre mercado no es de
meramente la fuerza de las preferencias incumbencia de la justicia. Esta tesis, que
subjetivas, de modo que, con el criterio Elizabeth Anderson llama ‘igualitarismo
objetivo, podemos permitir variaciones de la suerte’ (luck egalitarianism), conside­
en las preferencias individuales y dar un ra que si las personas tienen igual oportu­
papel importante a la autonomía indivi­ nidad de correr determinados riesgos, el
dual sin necesidad de hacer de la fuerza resultado de esas opciones voluntarias con
relativa de las preferencias individuales el consecuencias razonablemente previsibles
fundamento de la teoría. deberá ser asumido por el propio agente.
La razón, entonces, para preferir el De este modo, las desigualdades que esas
criterio objetivo es que es el único que decisiones autónomas y bien informadas ge­
nos permite evaluar correctamente las neren no darán derecho alguno a demandas
distintas preferencias de las personas a de redistribución del sujeto a la sociedad
la hora de distribuir recursos escasos. De -si sus resultados son malos- ni tampoco a

256 SCANLON, T. M: “Preferente and Urgency”, en


Journal of Philosophy, vol. 72, N° 19, 1975. 257 lbíd.

EDITORIAL JURIDICA DI CHILE 218


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

demandas de redistribución impositiva de dueño puede obtener con ellos, sino que por
la sociedad al sujeto -si los resultados de el precio que esos bienes puedan alcanzar
esas decisiones son buenos-.258 en un mercado perfectamente competitivo
Con todo, no es en derredor de la dis­ si cada persona pudiese apostar por ellos
puta ‘elección versus circunstancia’ donde gozando de la misma cantidad inicial de
debemos razonar sobre el problema de la dinero. Lo que significa en definitiva que
igualdad, explica Anderson, pues mien­ incluso los igualitaristas de los recursos con­
tras Dworkin define la igualdad como una sideran central el rol de las preferencias en
distribución de recursos libre de envidia las mediciones de igualdad. La diferencia
-alimentando la sospecha de que el mo­ real, por tanto, entre igualitarios del bien­
tivo de las acciones políticas igualitarias estar (como Cohén y van Parijs) y de los
son solo los celos-, Van Parijs arguye que recursos (como Rawls y Dworkin), no se
el Estado, si quiere ser realmente neutral produciría porque uno de ellos considere
con las distintas concepciones de bien que las medidas de igualdad se basan en las
de las personas, deberá sostener a los pe­ preferencias subjetivas y los otros no, sino
rezosos y a quienes, capaces de trabajar, que, en cambio, se distinguirían sólo en
simplemente no desean hacerlo -lo que que “para los bienestaristas, los reclamos
alimenta la acusación de que los iguali- que una persona hace dependen de sus
taristas favorecen la irresponsabilidad y gustos, mientras que para los igualitarios de
apoyan que los holgazanes vivan a costa los recursos esos reclamos son una función
de los trabajadores. Por su parte Gerald de los gustos de todos”.260
Cohén, al apelar a favor de que el Estado Los ‘igualitaristas de la suerte’ comparti­
compense a quienes tienen ‘gustos caros’ y rían un mismo núcleo: ser un híbrido entre el
‘personalidades difíciles’, motiva también capitalismo y el estado de bienestar. Cuando
la objeción de que los igualitarios son des­ se está ante resultados respecto de los cuales
cuidados al definir los límites del poder las personas son hechas responsables (es
estatal y permiten la coerción de algunos decir, ante lo que cae bajo la denominación
sólo para los fines privados de otros.259 de ‘elecciones’), los igualitaristas prescriben
Para los propósitos igualitaristas, el valor que rija el individualismo y que la distribución
de un monto de recursos externos debe se deje al mercado. En cambio, cuando se
determinarse no por cuánto bienestar el trata de la parte de los resultados que son
inmerecidos (lade las ‘circunstancias’), se
258 Entre los igualitarios de la suerte se incluye
dirá que toda buena fortuna y todo riesgo
a Cohén, Dworkin, Nagel, Anderson, Roemer, Van debe ser compartido.
Parijs y Rakowski. Véase, ANDERSON, ELIZABETH S.: Eric Rakowski261 es quien mejor expresa
“What Is the Point of Equality?”, en Elhics, N° 109, la interpretación más rígida de los ‘igua­
1999. litarios de la suerte’, produciendo, en el
259 Cohén defendía la tesis de la compensación
entender de Anderson, una serie de injus­
por aquellas desventajas que son involuntarias, que
están más allá del control del sujeto, sea que se llamen ticias, como ocurre, por ejemplo, en el caso
gustos o capacidades. Quien tiene gustos caros porque del abandono de las víctimas de negligencia, es
así lo ha querido no merece compensación, como decir, de aquellas personas que se niegan a
tampoco la merece quien posee pocas capacidades adquirir un seguro médico y que además
porque no ha querido desarrollarlas. El corte correc­
sufren, culpablemente, un accidente. Según
to debe hacerse, entonces, entre responsabilidad y
mala suerte y no entre preferencias y recursos, de el autor, estas personas no tendrían derecho
modo que sería posible fundamentar la entrega de a exigir ayuda médica. Lo mismo ocurriría
más recursos a quien ‘nació' con un paladar muy cuando se cuestiona si el accidentado que
refinado que le hace insoportable el agua del grifo
-por lo que solo puede tomar agua mineral- o a
quien tiene también un gusto ‘no querido’ por la 260 Anderson, Elizabeth: “What Is the Point of

fotografía, que le obliga a poseer un equipamiento Equality?”, ob. cit.


caro. COHEN, Gerald: “On the Currency of Egalitar- 261 RAKOWSKI, Eric: Equal fustice, Clarendon Press,

ian Justice”, en Ethics, 99/4,1989. 1999.

219 EDITORIAL JURIDICA DI: CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

sobrevive, pero queda discapacitado, tiene mujeres subordinadas y estigmatizadas al


o no derecho a ser atendido. Rakowski cree realizar una labor que la sociedad consi­
que no tiene derecho alguno a exigir ayuda dera que no merece compensación. Los
social, por lo que no podría, por ejemplo, cuidadores no pagados, aun cuando su
entrar a un edificio público con su perro trabajo no pueda, directamente, medirse
guía, a diferencia del ciego congénito que sí con dinero, forman parte del sistema de
tendría derecho a hacerlo, pues sólo en este cooperación social. Negarlo supone con­
caso la sociedad se habría comprometido fundir la economía global con el mercado.
a asumir el costo. “Quienes trabajan en labores domésticas
El mismo criterio genera el problema de y en el cuidado de los niños contribuyen
la discriminación geográfica entre ciudadanos, a la producción de, al menos, tres mane­
ya que, en el entendido de Rakowski, no ras: 1) realizan un servicio fundamental
puedo legítimamente pedir compensación —limpieza, cocina, etc.- que de no hacerlo
por los costos de desastres naturales debido tendría que ser cubierto por la sociedad,
a mi elección de vivir en lugares peligrosos posiblemente, a un mayor costo; 2) crían
donde puedo ser víctima de huracanes, y educan a las futuras generaciones y re­
terremotos, tornados, etc. Por la misma habilitan a quienes podrán, gracias a ello,
razón le estaría vedada la ayuda social a volver al trabajo, y 3) realizan una labor que
quienes voluntariamente elijan un trabajo es fundamental para la vida de cualquiera
peligroso, como policía, bombero, minero, (cuidar la casa y criar a los hijos), librándo­
etc. Finalmente, en el caso de los cuidadores les de esas obligaciones y permitiéndoles
de personas vulnerables, como las mujeres más tiempo para el trabajo remunerado.
y demás personas que voluntariamente En este mismo sentido, es posible desarro­
deciden realizar actividades de cuidado, se llar una tesis que plantee que, en tanto las
estima que tampoco debieran tener derecho decisiones sobre procreación que toma
a compensación económica alguna. Por una generación afectan provechosamente
ejemplo, las mujeres que deciden tener hijos (externalidades positivas) a los miembros
o cuidar de sus ancianos, según la doctrina de esa misma generación (por ejemplo,
de Rakowski, no tendrían derecho a exigir generando bienes y servicios que, de otro
ayuda social, pues “por importante y valiosa modo, la generación ‘procreadora’ no po­
que nos pueda parecer una determinada dría gozar en su madurez), entonces es justo
causa, y por muy admirable que nos resul­ que la sociedad participe solidariamente
te quien la realiza, la justicia no favorece en la mantención de esos niños por medio
ningún credo, aspiración o estilo de vida de impuestos sociales.262
particular al que se le deba proporcionar En definitiva, el igualitarismo de la suerte
más recursos u oportunidades”. Así, el de­ “refleja un espíritu egoísta, despreciativo
seo de procrear sería considerado como y una visión de la sociedad que muestra la
un “gusto caro” que las mujeres deberán diversidad humana de forma jerárquica y
costear sin ayuda social alguna. moralista, que divide a las personas entre
Los ‘igualitarios de la suerte’ promo­ responsables e irresponsables, innatamen­
verían una filosofía del autointerés que te superiores o inferiores, dependientes
desalienta a las personas a ocuparse de los e independientes. No ofrece ayuda a los
demás y a elegir obligaciones de cuidado, catalogados de irresponsables y entrega
lo que, evidentemente, se trata de normas una ayuda humillante a los designados
que no pueden unlversalizarse, pues parte como innatamente inferiores”. Por ello,
de la vida es que todos pasemos largos resulta necesario abandonar la pretensión
períodos bajo el cuidado de alguien. Por de distinguir entre desigualdades volun­
ello, concluye Anderson, son normas que
intentan presentar las funciones de cuidado 262 Casal, Paula, y WlLUAMS, Andrew: Dwarkin
como “elecciones desviadas” unlversalizando and bis Critics: withReplies by Dworkin, Jusúne Burley
normas andróginas que mantendrán a las (Ed.), Blackwell Publishing, 2004.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 220


Cap. III, La justicia como fin principal del Derecho

tarias e involuntarias para focalizarse, en centramos en adjudicar los recursos ne­


cambio, en la cuestión relativa a qué des­ cesarios para generar el mayor bienestar
igualdades materiales en efecto socavan posible. Y, por último, las diferentes clases
la igualdad social. Si ciertas desigualdades de igualitarismo -y el marxismo analítico
materiales no violan la igualdad social, en particular- postulan que los recursos
debemos permitirlas, sin importar cuán tienen que ser orientados a satisfacer ciertas
inmerecidas sean. Si, por el contrario, se necesidades más o menos básicas.
trata de desigualdades materiales que sí Desde hace algún tiempo esa aproxi­
socavan la igualdad social, debemos re­ mación se ha visto al menos parcialmente
mediarlas aun cuando sean fruto de las desplazada por la entrada en escena de
propias elecciones.263 diversas corrientes que, sustentadas en pre­
supuestos y visiones teóricas disímiles entre
sí -como es el caso del comunitarismo, el
5. Ampliando el paradigma multiculturalismo, el feminismo y el cos­
DE LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA. mopolitismo- coinciden en dos aspectos
Visiones críticas: comunitarismo, fundamentales: a) el paradigma de la re­
MULTICULTURALISMO, FEMINISMO distribución es insuficiente para explicar
Y COSMOPOLITISMO y hacerse cargo de todas las aristas que
supone tratar a las personas y a los grupos
5.1. Introducción con justicia; y b) identifican al liberalismo
igualitario como el principal (aunque no
Hasta aquí nos hemos concentrado en re­ exclusivo) destinatario de sus críticas. Ahora
visar las diferentes teorías que se ocupan bien, estas doctrinas, además de converger
del modo en que deberían ser distribuidos en ese aspecto destructivo y crítico, conflu­
los recursos para satisfacer las exigencias yen en una faz positiva: revitalizar la noción
de la justicia. Si revisamos la historia de de ciudadanía incorporando ciertas ideas y
la filosofía contemporánea -y esperamos conceptos que las tradicionales teorías sobre
que así haya quedado claro en las páginas la justicia pasan por alto o no consideran
precedentes de este capítulo- ese debate adecuadamente.
ha dominado ampliamente la discusión, Así, en primer lugar, el comunitarismo
sobre todo desde la aparición, en 1971, del nos recuerda la importancia trascendental
libro de Rawls A Theory ofjustice. Al hacer un del ideal de la comunidad en la confor­
esfuerzo de síntesis podemos afirmar, sin mación de la identidad de las personas:
temor a equivocarnos, que hasta la década el ciudadano no puede ser entendido al
de los 480 del siglo pasado el debate sobre margen de las vinculaciones sociales que
la justicia estuvo marcado, predominante­ lo constituyen como sujeto, tornándose en
mente, por la posibilidad de argumentar insuficiente cualquier teoría de lajusticia que
a favor de razones que justificarían o no la divorcie sus principios de esos horizontes
redistribución de recursos. Así, en primer de significado comunitarios. En segundo
lugar, el libertarismo ha defendido la tesis lugar, el multiculturalismo nos plantea el
de que no hay nada que redistribuir. El desafío de hacernos cargo de la diversidad
liberalismo igualitario, en segundo lugar, cultural que existe al interior de los Esta­
ha sostenido que deben redistribuirse los dos, que, sin embargo, han sido pensados
recursos que permitan neutralizar el azar y diseñados como si fueran homogéneos y
genético y social, sin desmedrar la libertad unitarios. Para ello el Estado debe asumir
ni poner en peligro una mínima eficiencia como tarea fundamental la promoción del
del sistema productivo. En tercer lugar, el diálogo entre los diferentes grupos cultu­
utilitarismo nos plantea que habremos de rales, reconociéndolos como actores con
identidad propia en la comunidad política.
263 Anderson, Elizabeth: uWhat Is the Point of En tercer lugar, el feminismo problematiza
Equality?", ob. cit. la supuesta universalidad del ideal de la

221 EDITORIAL JURIDICA DI CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

ciudadanía revelando los límites de una de referencia (la familia, el clan, la tribu, el
aproximación centrada en una concepción vecindario, el gremio, la ciudad, la nación,
androcéntrica del sujeto y en una rígida etc.) haciéndoles pensar falsamente que
separación entre la esfera pública y la esfera pueden hallar su identidad al margen de
privada. Por último, el cosmopolitismo pone ellas. Recordemos que Rawls nos pide, para
el acento en el hecho de que una teoría de acordar los principios de justicia que han
la justicia concebida para operar al interior de regir a las instituciones sociales básicas,
de un Estado muestra una indiferencia muy que nos coloquemos en una situación ideal
discutible ante los problemas de lajusticia de deliberación bajo un velo de ignorancia
global, particularmente en razón de que la que nos permita decidir en condiciones de
circunstancia de haber nacido en un país imparcialidad. Así, el autor apuesta que si
rico o pobre es un muy buen ejemplo de la desconocemos nuestras particularidades
lotería natural. En lo que sigue revisaremos comunitarias-origen étnico, origen social,
cada una de esas propuestas. sexo, religión, etc.- podremos elegir con
cierta seguridad un principio de igual ciu­
dadanía y otro de igualdad.
5.2. El comunitarismo. ¿Existe una teoría Ahora, esto es, precisamente, lo que
comunitarista? los comunitaristas niegan que sea posible
o deseable hacer, pues una sociedad com­
Intentar exponer las tesis centrales del co­ puesta por una diversidad de tradiciones
munitarismo no es tarea fácil, debido a las morales que se sustentan a su vez en valo­
muy variadas visiones que se cobijan bajo res diferentes -y unida sólo por principios
esta etiqueta. Por esta razón, nos abocaremos o normas liberales- no es una sociedad o
en estas líneas introductorias a aclarar, en comunidad de ningún tipo, poniendo en
cuanto nos sea posible, en qué sentido y con duda que lajusticia liberal sea un ideal co­
qué alcance puede sostenerse que existe herente y pueda servir para gobernar una
una teoría comunitarista. Para empezar, sociedad. Y esta implausibilidad práctica de
exactamente del mismo modo que ocurre lajusticia liberal residiría en su insuficiencia
con otras concepciones de lajusticia (el y flaqueza filosófica. En vez de todo ello, la
liberalismo es un buen ejemplo), hay una alternativa que ofrece el comunitarismo no
cierta tensión sobre la relación que guardan es una sociedad regida por principios que
las posturas estrictamente filosóficas y su regulan la conducta individual de un modo
apropiación desde el mundo de la política. que deja aislados a los sujetos para optar por
En segundo lugar, si reconstruir cualquier sus propios planes de vida, sino más bien una
teoría es una empresa ardua, hacer lo mismo sociedad presidida por una preocupación
con una supuesta tradición comunitarista es por el bien común, en la que el destino de
una cuestión todavía más difícil debido a la la comunidad misma es prioritario; y esto va
peculiaridad de que los propios autores, que de la mano, naturalmente, de un rechazo
pueden ser catalogados como comunitaristas, frontal de la tesis rawlsiana de que lajusticia
no suelen reconocerse como tales. es la primera virtud de las instituciones.264
Pero debemos comenzar por algún Junto con lo anterior, los autores comu­
punto: el comunitarismo puede ser pre­ nitaristas que analizaremos comparten, en
sentado como un heredero privilegiado buena medida, una concepción de la persona
de la crítica a la modernidad nacida de la opuesta a la liberal, según la cual los seres
Ilustración, postulando que este proyecto humanos se encuentran intrínsecamente
ha fracasado o, al menos, requiere pro­ unidos a las comunidades culturales y lin­
fundas rectificaciones para hacer frente a güísticas en las que habitan. Esta concep-
las patologías del mundo moderno. Estas
acarrean la desvinculación, alentadas por los 264 Kckathas, Chandran, y Pettit, Piiilip: La
sistemas políticos liberales, de las personas teoría de lajusticia de ¡ohn Rawls, Tecnos, Madrid,
de sus respectivas comunidades concretas 2004, p. 99.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 222


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

ción de la persona comunitarista aparece, Sobre lo segundo, debe decirse que sólo
de modo más o menos explícito, en todos Maclntyre presenta una postura abiertamen­
los autores. Así, por ejemplo, Maclntyre te hostil hacia el liberalismo. En cambio,
(1929) y Taylor (1931) postulan que los el contraste con los otros autores comu­
seres humanos sólo pueden comprenderse nitaristas no es tan drástico. Antes bien,
como agentes morales que se identifican o “el interés que tiene el comunitarista en
se autointerpretan en las prácticas de las destacar por qué no debe considerarse al
comunidades en las cuales se encuentran individuo como un ser autónomo respecto
insertos. Walzer (1935), a su tumo, defiende a su comunidad no implica que se haya de
la tesis de que somos entes que esencialmen­ rechazar totalmente o degradar por entero
te producimos cultura y habitamos en ella. la autonomía individual como uno de los
En fin, la preocupación de Sandel (1953) bienes humanos. Ese interés del comunita-
por acentuar la necesidad de establecer rismo trata, por el contrario, de cuestionar
vínculos constitutivos entre las personas el carácter absolutamente prioritario y el
y sus comunidades se entiende como una alcance universal que los liberales tienden
consecuencia de que los individuos nos a asignar a ese bien; sirve para sugerir que
identificamos con las comunidades en las dicha prioridad y dicho alcance han de
que nos avecindamos. modificarse o limitarse (...) A Taylor le in­
Con todo, las coincidencias entre los teresa explícitamente criticar ciertas for­
diversos autores como un bloque homogé­ mas de defender el liberalismo, pero no la
neo de pensamiento terminan exactamente tradición liberal en bloque. Muchas de las
ahí, ya que estos difieren, al menos, en dos recomendaciones metodológicas de Walzer
cuestiones fundamentales: por una parte, tienen un sello liberal inconfundible. Y a
utilizan el concepto de “comunidad” de Sandel sólo le preocupa -como él mismo
forma diferente; y, por otra, su crítica a los dice- marcar los límites del liberalismo.
valores que encama el liberalismo tiene un En este aspecto, podríamos resumir la crí­
alcance bien diverso. Sobre lo primero, Ma­ tica comunitarista al liberalismo diciendo,
clntyre y Taylor “consideran que la referencia con palabras de Sandel, que trata de ser
a la comunidad es indispensable en toda un intento de definir los límites del valor
explicación de la subjetividad, de la acción y del atractivo de la autonomía, no un in­
y del razonamiento práctico del hombre. tento de rechazar plenamente ese valor y
Las pretensiones de Sandel, en cambio, son ese atractivo”.266
mucho más modestas, ya que se reducen
a la idea de que los vínculos constitutivos
con la comunidad son un tipo importante 5.2.1. El valor de la comunidad
de bien humano. Y Walzer apela a la co­
munidad sólo para ofrecer una explicación Para el comunitarismo -apoyándonos en
adecuada del razonamiento práctico sobre Walzer y Taylor-267 el significado y el valor
la justicia y sobre los objetos de esa justicia, de los bienes a distribuir por una teoría de
y no sobre los sujetos sin más. Vistas así las la justicia derivan de cómo son considerados
cosas, cabría decir que Maclntyre y Taylor por la comunidad. Los bienes carecen, por
son los más propiamente comunitaristas, tanto, de un sentido intrínseco o puramente
mientras que Sandel y Walzer constituyen contractual. En vez de ello, adquieren su
dos versiones de ese arquetipo del que di­ significado a través de un proceso de inter-
fieren por su centro de interés y por su
alcance más restringidos”.265 __________ «í
266 Ibíd., pp. 220 y 221.
267 WALZER, MlCHAEL: Las esferas de la justicia. Una
265 MULHALL, STEPHEN, y SWIFF, ADAM: El indi­ defensa del pluralismo y la igualdad, Fondo de Cultura
viduo frente a la comunidad. El debate entre liberales y Económica, México D. F., 1993, pp. 20-24; y TAYLOR,
comunitaristas, Ediciones Temas de Hoy, Madrid, CHARLES: La ética de la autenticidad, Paidós, Barcelona,
1996, p. 218. 1994, pp. 67-72.

223 IDiTORlAL [URiDICA DECÍHLl


Curso de Filosofía del Derecho

prefación de carácter social y no individual, pies en agua caliente todos los días es el acto
por lo que en comunidades distintas éstos litúrgico central de la religión que profesa
podrán tener significados diversos, incluso esa persona? El comunitarismo pretende
tratándose de bienes que, aparentemente, demostrar que las cosas adquieren relevancia
nos parecen tan primordiales como sería, y nuestras elecciones cobran sentido sólo
por ejemplo, el pan entendido como un contrastadas con unos marcos de inteligibili­
alimento básico. El problema es no captar, dad que Taylor llama horizontes de significado
precisamente, que la definición del pan común. Estos son ineludibles, por lo que
como un bien que satisface una necesidad “una de las cosas que no podemos hacer, si
biológica es de construcción cultural. Es tenemos que definirnos significativamente,
decir, el pan como sustento alimenticio, ni es suprimir o negar los horizontes contra
siquiera tiene una prioridad en situaciones los que las cosas adquieren significación
extremas, porque existen culturas donde para nosotros. Este es el tipo de paso con­
el significado religioso del pan predomina traproducente que se da con frecuencia en
en todo caso sobre su significado alimen­ nuestra civilización subjetivista. Al acentuar
ticio. ¿Cómo podríamos comprender, sin la legitimidad de la elección entre ciertas
escudriñar los horizontes comunes de una opciones, muy a menudo nos encontramos
comunidad, el hecho de que una persona con que privamos a las opciones de su sig­
prefiera morir de hambre que comer el pan nificación”.268
que sólo está concebido en esa cultura para Lo que queremos destacar a través de
ser ofrecido a Dios? Algo similar podría estos ejemplos es que el problema básico
decirse respecto del bien de la vida y de la de las concepciones tradicionales de (ajus­
atención sanitaria en el caso de los Testi­ ticia, y en especial del liberalismo, es que
gos de Jehová, que se oponen a cualquier olvida el rol fundamental que juega la co­
tratamiento que implique una transfusión munidad tanto en el esclarecimiento de los
de sangre, aunque ese rechazo suponga un bienes que consideramos valiosos como en
peligro inminente para la vida o, derecha­ la construcción de la identidad individual.
mente, suponga la muerte. Así, pues, el problema esencial del enfoque
El contexto comunitario, además de ser liberal es bastante claro: los principios de
decisivo en la determinación del significado la justicia están concebidos para que rijan
e importancia de los bienes, también lo es la distribución de los bienes primarios, los
para la construcción de la identidad, la que que poseerían tal grado de abstracción que
no descansa en el valor de la pura elección no pueden ser aplicados a los bienes parti­
como plantea el liberalismo. Piénsese en culares, sustentados en significados sociales
el siguiente ejemplo: no se podría afirmar y culturales también particulares. La especi­
sencillamente que la elección más signifi­ ficidad de los significados sociales de todos
cativa para una persona fuera chapotear los bienes humanos posibles conlleva, al
con los pies en el barro tibio, ya que sin parecer, que la abstracción metodológica
una explicación adicional no se trataría de propia del planteamiento liberal sea inútil
algo inteligible; antes bien, nos parecería un y superflua.
disparate. Pero si esa persona nos explica
que el barro es el elemento que representa
el espíritu del mundo, con el que se entra 5.2.2. El liberalismo sometido
en contacto gracias a los pies, su conducta a examen. Las principales críticas
podría comenzar a tener más sentido para comunitaristas
nosotros. O supongamos que una perso­
na se lava los pies en barro caliente todas Revisaremos, ahora, las más relevantes obje­
las mañanas al amanecer, produciéndose ciones que el comunitarismo ha desplegado
dolorosas lesiones en los pies: ¿podríamos
entender esa acción descontextualizada de
la creencia compartida de que lavarse los 268 Taylor, Charles: ob. cit, p. 72.

EDITORIAL JURÍDICA 0£ CHíU 224


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

en contra del liberalismo. En primer lugar, es, el atomismo o individualismo asocial.271


la crítica que plantea la famélica liviandad Para el comunitarismo, toda concepción
del soporte filosófico de las éticas modernas racional de la identidad del agente moral
y, en particular, del liberalismo, lo que nos exige que reconozcamos la trascendencia
impone la obligación de reinterpretar la ineludible de los marcos referenciales y
tradición aristotélica para oponerse dere­ las distinciones cualitativas al interior de
chamente a la modernidad (Maclntyre), las cuales dicha identidad se desarrolla.
o para reconciliarse con ella (Taylor). Y Pero estos marcos son indefectiblemente
de la mano de esta objeción, aquel otro sociales y, en consecuencia, sólo pueden ser
reparo que sostiene la falsedad de la prio­ adquiridos, comprendidos y protegidos en
ridad epistemológica de la justicia sobre lo razón de estrechos vínculos constitutivos
bueno y, por extensión, la imposibilidad entre el individuo y la comunidad, por lo
de la neutralidad liberal.269 En vez de esa que cualquier teoría moral que plantee la
pretendida primacía, sostienen los comu- prioridad del individuo sobre la sociedad
nitaristas, cualquier teoría ética coheren­ que lo cobija, y la prioridad paralela de lo
te debería asociarse a una cierta idea del justo sobre lo bueno, es conceptualmente
bien y de los fines compartidos por una contradictoria. Más aún, los comunitaristas
determinada comunidad. Para poder jus­ postulan que dicho atomismo podría aca­
tificar la tesis de la prioridad de lo justo el rrear, incluso, consecuencias indeseables
liberalismo tiene que recurrir -en vez de para las propias tesis normativas que de­
lo que declara explícitamente- no a una fiende el liberalismo: por un lado, descui­
concepción débil del bien, sino a una de dar las fuentes comunitarias de los bienes
carácter muy robusto que se sustentaría que constituyen y configuran esos valores;
en una serie de distinciones cualitativas y, por otro, darle un soporte inestable o
unida a una particular concepción de la derechamente contradictorio a las deman­
naturaleza humana. das igualitaristas que deben imponerse a
En segundo lugar, el reparo a la forma los sujetos considerados aisladamente.272 273
en que el liberalismo (especialmente el Veamos cada crítica con algún detalle.
rawlsiano) concibe la concepción de persona a) El descalabro ¿fe la ética moderna: la ne­
en la que esa teoría se sustenta. Para el co- cesidad de recuperar una moral robusta
munitarismo, particularmente en la versión Según Taylor, las democracias modernas
de Sandel,270 la identidad del agente moral se enfrentan a lo que él ha llamado un dilema
no puede disociarse de que todos nos con­ hegeliano.m Este desafío puede resumirse así:
cebimos como miembros activos de grupos al no haber principios morales universales
comunitarios en los cuales estamos insertos, que la razón pueda descubrir o construir,
los cuales nos dotan de las herramientas
¿cómo se arriba a sistemas morales que no
indispensables para que podamos responder desarraiguen a los seres humanos de las
a la pregunta de quiénes somos y, además,
alcanzar ciertos bienes imprescindibles que
sólo adquieren sentido en un contexto ma­ 271 Véase, principalmente, de Taylor, Charles:

yor que el del individuo considerado ais­ “Atomismo”, en Derechoy moral, Betegón, Jerónimo y
ladamente. Por último, en tercer lugar, la de Páramo, Juan Ramón (dirección y coordinación),
Ariel, Barcelona, 1990, pp. 107-123; Fuentes del yo. La
objeción que niega la posición ontológica
construcción de la identidad moderna, Paidós, Barcelona,
sobre la cual se fundaría el liberalismo, esto 1996, pp. 36-38; y Argumentos JilosóJicos. Ensayos sobre
el conocimiento, el lenguaje y la modernidad, Paidós, Bar­
celona, 1997, pp. 335-372. De MACINTYRE, Alasdair:
269 SANDEL, MlCHAEL: El liberalismo y los límites de Tras la virtud, Crítica, Barcelona, 1987, y Justicia y
la justicia, Gedisa, Barcelona, 2000, pp. 186-216; y racionalidad. Conceptos y contextos, ob. cit.
MACINTYRE. Alasdair: Justicia y racionalidad. Conceptos 272 Sandel, Michael: ob. cit., pp. 107-108.

y contextos, Ediciones Internacionales Universitarias, 273 TAYLOR, Charles: llegely la sociedad moderna.

Barcelona, 1994, pp. 313-330. Fondo de Cultura Económica, México D. F., 1983,
270 Sandel, Michael: ob. cit., pp. 31-89. pp. 223 y 224.
/M/\
225 ¿DITOJUAL JURIDICA DE CHILE
Curso de Filosofía del Derecho

comunidades que constituyen sus focos más tarde se produce una reacción contra
de identidad, en medio de una sociedad dicho movimiento y las personas ilustradas
moderna que parece haberse habituado, intentan revivir la ciencia; aunque si bien
indefectiblemente, al principio de liber­ han olvidado en gran parte lo que era, po­
tad individual? Desde luego, en opinión de seen fragmentos de lo que alguna vez fue
los comunitaristas, el liberalismo no ofrece el genuino conocimiento científico. Nadie,
una buena respuesta precisamente porque o casi nadie, comprende que lo que están
sería insensible a los requerimientos que haciendo no es ciencia natural en ningún
exigen una consideración más detallada de sentido correcto. Todo lo que hacen y dicen
la propia comunidad y las tradiciones en la se somete a ciertas reglas de consistencia
que estamos insertos, con el fin de descu­ y coherencia. Se trata de un mundo en el
brir cuáles son los valores comunitarios que que el lenguaje de las ciencias naturales, o
compartimos. la principal razón por la cual por lo menos partes de él, continúa siendo
el liberalismo es incapaz de enfrentarse a usado, pero en un grave estado de desorden,
ese desafío radica en que es un muy buen y los contextos que serían indispensables
ejemplo de la simplificación que afecta a las para dotar de sentido a esta actividad se han
éticas modernas que, inspiradas en la idea perdido, quizá irremediablemente. El autor,
kantiana de razón práctica, no logran dar acto seguido, se pregunta: “¿A qué viene
cuenta de la profundidad y complejidad de construir este mundo imaginario habitado
la moralidad humana, lo que se traduce en por pseudocientíficos ficticios y una filosofía
dos equivocaciones estructurales del libe­ real y verdadera? La hipótesis que quiero
ralismo: en primer lugar, el afán de fundar adelantar es que, en el mundo actual que
una moral con prescindencia de una teoría habitamos, el lenguaje de la moral está en
robusta del bien; y, en segundo lugar, la el mismo grave estado de desorden que
búsqueda de principios con pretensiones el lenguaje de las ciencias naturales en el
universalistas a costa de una abstracción mundo imaginario que he descrito. Lo que
metodológica excesiva. poseemos, si este parecer es verdadero, son
Esta forma de reduccionismo que afec­ fragmentos de un esquema conceptual, partes
taría a la filosofía moral ilustrada hunde a las que ahora faltan los contextos de los
sus raíces en una singular crisis de la so­ que derivaba su significado. Poseemos, en
ciedad moderna, que Maclntyre y Taylor efecto, simulacros de moral, continuamos
han comentado profusamente, aunque el usando muchas de las expresiones-clave.
diagnóstico del primero es más catastrófico. Pero hemos perdido -en gran parte, si no
Para comprender, entonces, este primer enteramente- nuestra comprensión, tanto
reproche comunitarista es indispensable teórica como práctica, de la moral”.274
que describamos las características más El diagnóstico del filósofo se basa en
fundamentales que tiene ese desbarajuste que el lenguaje moral contemporáneo se
ético. Maclntyre comienza su libro Tras la. caracteriza, al estar sumido en esa crisis,
Virtud con un ejemplo ficticio. Propone por el carácter interminable de los debates
imaginar que las ciencias naturales han que expresan los desacuerdos (Maclntyre
sufrido los efectos de una catástrofe. La coloca como uno de los ejemplos de estas
masa culpa a los científicos de una serie controversias precisamente el tema de este
jfl í.R: Híl SJ Ki.H'jn :?Ü VklOJoJX

de desastres ambientales, lo que ha traído capítulo: la justicia distributiva). Y estos deba­


como consecuencia motines generalizados, tes presentan tres características distintivas.
laboratorios incendiados, investigadores La primera de ellas es la inconmensurabi­
linchados y libros e instrumentos destrui­ lidad conceptual de las argumentaciones
dos. Luego, el movimiento político “Ningún- rivales, es decir, si bien las conclusiones de
Saber” toma el poder y decreta la abolición una determinada postura se siguen de sus
de la ciencia que se enseña en colegios y
universidades, apresando y ejecutando a los 274 MACINTYRE, AlasdaiR: Tras la virtud, ob. ciL,

científicos que aún sobrevivían. Sin embargo, pp. 14 y 15.

EDITORIAL JURIDICA DE CHLLE 226


Cap. 111. La justicia como fin principal de) Derecho

premisas, no tenemos ninguna matriz co­ falso, no es más que un recurso eficaz para
mún que nos permita sopesar las diferentes ganar la simpatía y adhesión que se busca
visiones en disputa. 1.a segunda característica por parte de nuestros interlocutores. Macln­
es que las argumentaciones se presentan tyre esgrime, en forma bastante persuasiva,
como si fueran racionales e impersonales, que el emotivismo es falso si se comprende
es decir, intentan apoyarse en argumentos como una teoría sobre el significado de
que son independientes de la relación en­ los enunciados morales, pero correcto si
tre el hablante y el oyente, como es el caso se entiende como una explicación del uso
de criterios basados en la justicia, la gene­ que se hace de dichos enunciados en la
rosidad o el deber. Cuando esta segunda cultura moral contemporánea. Lo que ha
característica se combina con la primera -la pasado es que progresivamente el significado
inconmensurabilidad de las argumentaciones y el uso de las proposiciones morales han
en disputa- confiere un rasgo paradójico al terminado por disociarse radicalmente. En
desacuerdo moral contemporáneo, puesto la actualidad las usamos como un modo de
que por una parte pareciera que los debates expresar nuestras actitudes y sentimientos,
son, en realidad, choques entre voluntades que son, básicamente, arbitrarios. Pero el
arbitrarias antagónicas irreconciliables y, por significado de las expresiones que utilizamos
otra, insistimos en dotar de racionalidad e mantienen la marca de la época en que
impersonalidad a nuestro discurso, como sí existían pautas impersonales, y por ello
si sintiéramos la necesidad de recuperar el seguimos fingiendo que disponemos de
auténtico significado extraviado del lenguaje ellas, aunque nuestro mundo sea emotivista
moral. La tercera característica es que las hace ya bastante tiempo.
diversas premisas en las que se fundan las Para Maclntyre, el destino irremedia­
argumentaciones conceptualmente incon­ blemente emotivista de la cultura moderna
mensurables tienen una amplia variedad encuentra sus raíces en el fracaso absoluto
de orígenes históricos que, en todo caso, del proyecto ilustrado de justificar racio­
deberíamos ser capaces de sistematizar para nalmente la moral. El autor sugiere que
construir una narración histórica verdadera los episodios centrales de la historia de la
que explique la desintegración de la moral humanidad que transformaron, fragmen­
y, al mismo tiempo, permita recuperar el taron y crearon las posibilidades para que
razonamiento moral antes de la crisis. Sin se desarrollara el emotivismo fueron epi­
embargo, un obstáculo para llevar a cabo sodios de la historia de la filosofía, y que
este ejercicio impostergable es el tratamiento sólo estudiándola podemos llegar a com­
uniformemente ahistórico que los filósofos prender cómo la moral se vino abajo. ¿Por
contemporáneos han dado a la filosofía qué tenía que fracasar el proyecto ilustrado
moral. Pero ¿por qué sucede esto? de justificación de la moral? El autor expo­
Maclntyre sostiene que habría una forma ne que los diversos intentos ilustrados de
de explicar, por un lado, la paradoja entre fundamentar la moral (especialmente el
debates morales que parecen más un choque kantiano) estaban condenados al fracaso
de voluntades arbitrarias, pero revestidas porque compartían ciertas características
de criterios impersonales que buscarían que derivaban de un específico trasfondo
resolver racionalmente las disputas; y, por histórico común. Esas creencias particulares
otro, la ahistoricidad de la filosofía moral. que compartían, en opinión de Maclntyre,
La respuesta sería el emotivismo. Conforme los autores ilustrados eran las siguientes:
a esta doctrina nuestros juicios morales no a) todos estaban sorprendentemente de
serían más que expresiones de preferencias acuerdo sobre el contenido y el carácter
o de gustos cuya función principal es la de de los preceptos que constituían la mo­
exteriorizar nuestros sentimientos y prefe­ ral auténtica; y b) también compartían la
rencias personales e intentar que los demás idea de que debía haber una justificación
concuerden con ellas. En este contexto, el racional para la moral. Así, sus premisas
lenguaje impersonal en materia moral es claves definían uno o varios rasgos de la

227 TÜIUAL | U RIDICA D£ Ci ílII


Curso de Filosofía del Derecho

naturaleza humana, y los principios morales ética antes mencionados: se mantuvo una
serían por tanto explicados y justificados cierta concepción de la naturaleza humana
como los que aceptaría cualquier sujeto imperfecta tal como es, se persistió en la
que detentara dicha naturaleza. idea de que la razón iluminaría el contenido
El esquema moral antecedente que ali­ de las reglas éticas a seguir, pero se dejó a
mentaba la primera creencia compartida un lado el trasfondo teleológico de dichas
se encontraba fundamentalmente consti­ reglas. Así, aunque los mandatos éticos es­
tuido por elementos clásicos y teístas que tuvieran destinados a corregir y educar la
en una variedad de formas llegaron a do­ naturaleza humana defectuosa, éstos no
minar durante largos períodos la Europa podían ser deducidos de juicios verdaderos
Medieval del siglo XII. Su estructura básica acerca de la auténtica naturaleza o telos del
es la que Aristóteles perfiló en la Etica a ser humano. Al mantener la dualidad entre
Nicómaca. un sistema teleológico sustentado la naturaleza no educada y la verdadera,
en el contraste entre el “hombre tal como es pero sin una referencia al fin auténtico del
y el hombre tal como podría ser si realizara su ser humano, los mandatos éticos estaban
naturaleza esencial”. De este modo, la ética es condenados a ser desobedecidos. Peor to­
la ciencia que permite a los seres humanos davía, los filósofos morales del siglo XVIII
comprender cómo realizar la transición estaban destinados inevitablemente a la
del primer estado al segundo y se basa, por ruina, porque emprendieron un proyecto
consiguiente, en la distinción entre potencia que pretendía fundamentar racionalmente
y acto y en una respuesta a la pregunta de sus creencias morales en una determinada
cuál es el auténtico fin del ser humano o concepción errada de la naturaleza huma­
la realización plena de su naturaleza. Nos na. En el esquema moral antecedente, la
encontramos ante un triple esquema en naturaleza tal cual es y la que podría llegar
donde la naturaleza humana tal como es a ser si se desarrollaba su telos estaban de­
discrepa inicialmente con respecto a los liberadamente diseñadas para discrepar
preceptos de la ética y necesita ser transfor­ entre sí; pero al desaparecer la idea de telas,
mada por el cultivo de la razón práctica y se pretendió dotar de justificación racional
la experiencia en la naturaleza humana tal a las creencias morales compartidas sobre
como podría ser si realizara su telos o fin. La la base de una naturaleza imperfecta del
clave está, insiste Maclntyre, en compren­ ser humano, que siempre habría de cho­
der que cada uno de los tres elementos car con dichas creencias. En definitiva, los
del esquema -la idea de una naturaleza filósofos ilustrados heredaron, al igual que
humana inapropiada, la concepción de las en la apocalíptica fábula de los científicos,
reglas de una ética racional y la noción de nada más que fragmentos incoherentes e
una naturaleza humana como podría ser incompletos de lo que alguna vez fue un
si realizara su telas- requiere la referencia esquema consistente de pensamiento.
a los otros dos para que sean inteligibles; Expondremos ahora el análisis que Taylor
si cualquiera de éstos se extraría, la ética realiza de la cultura moderna, entronca­
pierde su rumbo y su sentido. do en varios aspectos con el de Maclntyre,
El problema surge, precisamente, cuando pero decididamente menos devastador y
los filósofos ilustrados comienzan a rechazar más conciliador con los valores liberales.
cualquier visión ideológica de la naturale­ La propuesta del filósofo canadiense es
za humana, unida a la idea de que el ser que la única forma de dotar a los valores
humano posee una esencia que define su liberales de una interpretación adecuada
verdadero fin. Entender esta circunstancia -alternativa al liberalismo rawlsiano- pasa,
permite comprender por qué fracasaron uno primero, por un examen minucioso de la
tras otro en encontrar alguna base racional sociedad moderna y sus males. De modo
para la moral. La filosofía ilustrada sucum­ que el autor considera indispensable enten­
bió en su empresa, debido a que rompió el der lo que caracteriza a esta nueva época
equilibrio entre los tres elementos de toda en la que vivimos. Pues bien, ¿cómo es la

EDITORIAL JURIDICA Di CHILE 228


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

modernidad en la que nos desenvolvemos?, mejor relación costo-beneficio es la medida


¿cuáles son los malestares que la aquejan?, de su éxito. Al igual que el individualismo,
y ¿cuál es la identidad que nos define como esta característica de la modernidad ha sido
modernos? Comencemos por la pregunta liberadora; sin embargo, el peligro radica “en
sobre los malestares de la modernidad, la que aquellas cosas que deberían de te aniñarse
que nos llevará luego a las otras. Taylor por medio de otros criterios se decidan en
identifica tres formas de malestar que ator­ términos de eficiencia o de análisis ‘coste-
mentan a la modernidad,275 y entiende por beneficio’, que los fines independientes
tales “aquellos rasgos de nuestra cultura y que deberían ir guiando nuestras vidas se
nuestra sociedad contemporáneas que la vean eclipsados por la exigencia de obtener
gente experimenta como pérdida o declive, el máximo rendimiento”.277
aun a medida que se ‘desarrolla’ nuestra En fin, el tercer rasgo sombrío de la
civilización”.276 modernidad se desencadena por la com­
El primero de ellos es el individualismo, binación de los anteriores y podría ser
aunque debe tenerse cuidado al referirse a identificado como una forma de desen­
él, porque al mismo tiempo designa lo que cantamiento generalizado, que opera
muchas personas consideramos el logro más tanto en el plano individual como social.
notable de la cultura moderna: vivimos en un Interesan a Taylor, particularmente, dos
mundo en el que los ordenamientos jurídicos consecuencias negativas: la limitación de
reconocen a los individuos el derecho a elegir las opciones y el desinterés en el autogo­
por sí mismos sus propios planes de vida. Son bierno colectivo. Sobre la primera, el autor
muy pocos, agrega Taylor, los que aspiran a reflexiona que las instituciones y estructuras
renunciar a este logro e incluso numerosas propias de la sociedad tecnológica e indus­
personas y pensadores sostienen firmemente trial coartan ampliamente las opciones de
que se trata de un ideal que todavía está por vida, forzando a los sujetos a dar un peso
realizarse plenamente. Sin embargo, muchos excesivo a la razón instrumental, no sólo
otros -entre ellos el autor- se muestran am­ en las decisiones colectivas, sino también
bivalentes. La libertad moderna se alcanzó en la propia configuración de los planes
a costa de escapar de los horizontes mora­ de vida. Importancia, arguye Taylor, que
les que poseíamos en el pasado, los que, si jamás le daríamos si pudiéramos reflexio­
bien limitaban a los sujetos, también daban nar seria y libremente. Un claro ejemplo
sentido al mundo y a los roles que aquellos de este cstrangulamicnto en las opciones
desempeñaban en la sociedad. De este modo, posibles de vida lo constituye la proscrip­
el individualismo tiene un lado oscuro que ción social de formas de habitar el mundo
podría englobarse en la noción de perdida que se consideran poco productivas, como
de sentido. El filósofo canadiense considera sería el caso de alguien que abandona su
que la promoción de una sociedad permisiva exitosa carrera profesional para dedicarse
y el narcisismo son síntomas claros de este a la contemplación de los pájaros o de los
aspecto negativo de la individualidad. atardeceres.
Pero junto a este primer rasgo nocivo, Estas disfunciones afectan profundamente
Taylor agrega una segunda fuente de ma­ el proceso político y alteran su forma. Por
lestar: la primacía de la razón instrumen­ consiguiente, las personas pueden reaccio­
LA K?TlK.VfJA LÍKKQS tS UN '.Hl 1 K> ÍJU’N 9

tal. Para los objetivos que aquí importan, nar a la exclusión “practicando un tipo de
la razón instrumental es aquella clase de política que parece basada en la creencia
racionalidad que utilizamos para calcular de que la sociedad está compuesta, en el
la maximización de los medios disponibles mejor de los casos, por ciudadanos mu­
para un fin dado. I^a eficiencia máxima o la tuamente desinteresados y quizás, en su
mayoría, incluso malévolos en relación al
275 TAYLOR, Charles: La ética de la autenticidad,

ob. cit., pp. 37-47.


276 Ibíd., p. 37. 277 Ibíd., p. 41.
X

229 editorial JURIDICA nrciiiu


Curso de Filosofía del Derecho

grupo en cuestión. En la medida en que había producido y, a la vez, como una fuente
las personas implicadas ya han llegado a de inspiración para el pensamiento poste­
aceptar un punto de vista atomístico, des­ rior. Para Aristóteles, en líneas gruesas, los
de el cual se considera la sociedad como seres humanos poseemos una naturaleza
un agregado de individuos con planes de determinada que nos enmarca dentro de
vida y se niega la realidad de la comunidad específicos fines, y las virtudes son las ex­
política, esta reacción es mucho más fácil celencias del carácter que nos permiten
de conseguir. O bien la respuesta puede ser dirigirnos hacia ese telos inevitablemente
impulsada por una concepción filosófica humano. En palabras de Maclntyre, lo “que
de exclusión, digamos, una visión marxista constituye el bien del hombre es la vida
de la sociedad burguesa como irrecupera­ humana completa vivida al óptimo, y el
blemente perdida por la lucha de clases o ejercicio de las virtudes es parte necesaria
ciertas visiones feministas de la sociedad y central de tal vida, no un mero ejercicio
liberal como irremediablemente viciada preparatorio para asegurársela”.279 * Por ende,
por el patriarcado, de modo que una invo­ es imposible caracterizar adecuadamente el
cación de la comunidad política se mues­ bien del ser humano sin referirse antes a las
tra como un fraude y un engaño”.278 Así, virtudes. Ahora bien, las virtudes tal como las
pues, el modo de hacer política que surge entiende Aristóteles no pueden practicarse
naturalmente de estas formas de exclusión al margen de la comunidad política. Esta
-esté sustentada en la realidad o proyectada noción, por supuesto, es ajena al mundo
filosóficamente, aunque habitualmente sea moderno, liberal e individualista a la vez. En
una mezcla de ambas-, evita la formación de rigor, desde un punto de vista aristotélico,
compromisos en tomo a alguna concepción la sociedad política liberal contemporánea
del bien general. no puede parecer sino un simulacro de
Acabamos de presentar el más bien de­ comunidad, una colección de ciudadanos
solador panorama que dibujan Maclntyre y de ninguna parte que se agrupan para su
Taylor de la cultura moderna, dejándonos común protección.
-al parecer— nada más que dos opciones: o Esta breve síntesis de la exposición que
bien persistimos porfiadamente en embar­ hace Maclntyre de la teoría de las virtudes
carnos en un viaje sin rumbo a través de las aristotélica nos permite resaltar los dos pun­
diferentes propuestas del proyecto ilustrado tos claves de la argumentación desarrollada
hasta encallar en un escepticismo radical, o por el filósofo, con el fin de reconstruir
bien mantenemos que este proyecto no sólo una concepción aristotélica de la moral en
es erróneo y quizá nunca debió emprenderse medio de la cultura moderna: por un lado,
(diría Maclntyre), o al menos es imperfecto el papel central que atribuye a las virtudes
(diría Taylor), por lo que debemos recu­ en el diseño de dicha moral; y, por otro, la
perar la tradición aristotélica. Pero, ¿cómo necesidad impostergable de un contexto
redimimos a Aristóteles y a la tradición que comunitario para llevar adelante una vida
representa en medio del mundo contem­ buena exitosamente. Sin embargo, existen,
poráneo? Pasamos ahora a detenemos en nos recuerda Maclntyre, por lo menos tres
los aspectos positivos de las propuestas de fuertes objeciones al modelo aristotélico que
estos autores comunitaristas. obligan a su profunda reelaboración. En
Según Maclntyre, Aristóteles debe ser primer lugar, la noción aristotélica del telos
visto como un pensador central, pero uno procedía de su biología metafísica, la que
entre varios que conforman una tradición por supuesto se encuentra absolutamente
completa de pensamiento. Su obra, por desacreditada por la ciencia moderna. En
tanto, debe ser leída como el intento de segundo lugar, la postura aristotélica de
recibir y resumir lo que dicha tradición las virtudes presupone una determinada

278 TAYLOR, CHARLES: Argumentos filosóficos, ob. cit., 279 MacINTYRE, ALASDAIR: Tras la virtud, ob. cit.,
pp. 364 y 365. p. 188.

mno&iAt JURIDICA de chue 230


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

estructura de la polis que no puede ser que juegue al ajedrez una vez a la semana,
transplantada sin más al presente. En ter­ recibiendo en cada oportunidad una bolsa
cer y último lugar, Maclntyre apunta que de caramelos, y se le indica que si logra
la concepción aristotélica no se preocupa ganar se le premiará con una ración ex­
del conflicto, una cuestión fundamental tra. Motivado por la recompensa, el chico
para el desenvolvimiento adecuado de una mueve las piezas para ganar. La clave está
teoría de las virtudes y de la práctica humana en comprender que mientras los carame­
en contextos -como el moderno- en que los sean el único incentivo para jugar, el
compiten tradiciones morales rivales. niño no dispondrá de ningún motivo para
Como se ve, el desafío para el filósofo no hacer trampas y todos para hacerlas,
es bastante claro: dotar de coherencia a la siempre que no sea descubierto y le sean
tradición clásica haciéndose cargo de las útiles para ganar las partidas. Quizás, con el
críticas planteadas. Para intentarlo, Maclntyre transcurso del tiempo, llegue el momento
recurre a cuatro conceptos fundamentales: en que comience a amar el ajedrez y sus
el de práctica, el de unidad narrativa de la bienes intrínsecos, es decir, el logro de un
vida humana, el de tradición, y el de msís cierto tipo de agudeza analítica, imaginación
epistemológica. Las cuatro ideasjuntas tratan estratégica e intensidad competitiva. Éstas
de otorgar un horizonte de referencia ra­ serán razones para ganar, pero también para
cional a la ética, cuyo lugar central estará intentar desarrollar la práctica del ajedrez
ocupado por el ideal de virtud heredero con perfección, de modo que si persistiera
de la tradición aristotélica. en hacer trampas no estaría sólo engañando
Según Maclntyre, una práctica es “cual­ a su contrincante, sino que a sí mismo.
quier forma coherente y compleja de ac­ Hay, por lo tanto, “dos tipos de bien po­
tividad humana cooperativa, establecida sible que se ganan jugando al ajedrez. Por
socialmente, mediante la cual se realizan una parte, los bienes externos y contingentes
los bienes inherentes a la misma mientras unidos al ajedrez u otras prácticas a causa
se intenta lograr los modelos de excelen­ de las circunstancias sociales: en el caso del
cia que le son apropiados a esa forma de chico del ejemplo, los caramelos, en el caso
actividad y la definen parcialmente, con de los adultos, bienes como el prestigio, el
el resultado de que la capacidad humana rango y el dinero. Existen siempre caminos
de lograr la excelencia y los conceptos hu­ alternativos para lograr estos bienes, que no
manos de los fines y bienes que conlleva se se obtienen sólo por comprometerse en algún
extienden sistemáticamente”.280 Obviamente, tipo particular de práctica. Por otra parte,
este concepto requiere muchas precisio­ hay bienes internos a la práctica del ajedrez
nes. En principio, no toda actividad es una que no se pueden obtener si no es jugando
práctica; para alcanzar este estatus debe ser al ajedrez u otro juego de esa misma clase.
adecuadamente compleja y autosuficiente. Decimos que son internos por dos razones:
Así, por ejemplo, golpear con destreza un la primera, como ya he apuntado, porque
balón no es una práctica, pero sí lo es, en únicamente se concretan en el ajedrez u otro
cambio, el fútbol. También es necesario juego similar (...); la segunda, porque sólo
precisar el concepto de bien inherente o pueden identificarse y reconocerse partici­
interno a la práctica. Maclntyre propone pando en la práctica en cuestión. Los que
el siguiente ejemplo: consideremos el caso carecen de la experiencia pertinente no pue­
de un niño de siete años muy inteligente, den juzgar acerca de esos bienes internos”.281
al que se le enseña ajugar ajedrez, aunque La conclusión es que toda práctica conlleva,
no tiene ningún interés real en él, pero le además de los bienes internos, modelos de
encantan los caramelos y no puede obte­ excelencia y sujeción a reglas indispensables
nerlos fácilmente. Se le propone, entonces, para alcanzar adecuadamente dichos bienes

280 Ibíd., p. 233. 281 Ibíd., pp. 234 y 235.

231 editorial JURIDICA de chile


Curso de Filosofía del Derecho

sin falsear la práctica. Por lo tanto, entrar familias y comunidades políticas tales que
en una práctica supone aceptar el imperio hombres y mujeres pueden buscar el bien
de esos modelos y reglas, juzgando mi pro­ y las virtudes necesarias para la indagación
pia actuación bajo esos criterios. Y, además, filosófica acerca del carácter de lo bueno.
los bienes internos -como son el resultado Hemos llegado entonces a una conclusión
de competir dentro de una práctica que se provisional sobre la vida buena para el hom­
define bajo ciertos parámetros- suponen bre: la vida buena para el hombre es la
que el éxito en lograrlos es un bien no sólo vida dedicada a buscar la vida buena para
para el individuo, sino también para toda el hombre, y las virtudes necesarias para la
la comunidad que participa de la práctica, búsqueda son aquellas que nos capacitan
mientras que en la lucha por los bienes exter­ para entender más y mejor lo que la vida
nos siempre habrá perdedores y ganadores. buena para el hombre es”.282
Por ejemplo, si consideramos la disputa de De este modo, se ha completado la se­
un campeonato mundial de ajedrez, el pre­ gunda etapa de la reinterpretación de las
mio en dinero que obtendrá el campeón es, virtudes que propone Maclntyre. Pero esa
por definición, un bien externo de carácter propuesta exige una tercera fase: el concepto
excluyen te, por lo que sólo será disfrutado de tradición. Según el filósofo, las personas
por él. En cambio, si el ganador desarrolla no somos capaces de buscar el bien o ejercitar
aperturas inéditas hasta la fecha o perfecciona las virtudes aisladamente. Todos nosotros nos
una determinada estrategia de juego, no sólo relacionamos con nuestras circunstancias y
estará obteniendo un beneficio personal, sino con los demás arropados por una identidad
que habrá contribuido a hacer más virtuosa social concreta. “Soy hijo o hija de alguien,
la práctica del ajedrez y todos los genuinos primo o tío de alguien más, ciudadano de
amantes de este deporte deberían sentirse esta o aquella ciudad, miembro de este o
satisfechos. aquel gremio o profesión; pertenezco a
Una segunda idea fundamental es la este clan, esta tribu, esta nación. De ahí que
unidad narrativa de la vida humana. Vivi­ lo que sea bueno para mí deba ser bueno
mos narrativamente nuestras existencias y para quien habite esos papeles. Como tal,
porque las entendemos así, dicha forma heredo del pasado de mi familia, mi ciu­
narrativa es la apropiada para comprender dad, mi tribu, mi nación, una variedad de
las conductas de los demás. Así, el ser hu­ deberes, herencias, expectativas correctas
mano, tanto en sus acciones como en sus y obligaciones. Ellas constituyen los datos
prácticas, se concibe a sí mismo como un previos de mi vida, mi punto de partida mo­
ser que cuenta historias. Y de acuerdo con ral. Confieren en parte a mi vida su propia
esa intuición, la unidad de la vida humana particularidad moral”.283 Claramente, estas
es la coherencia de un relato de búsque­ ideas pueden parecer muy extrañas desde
da que requiere, al menos, un concepto el punto de vista individualista moderno,
parcialmente determinado del bien final construido sobre la ilusión de que yo soy
y se orienta como un proceso de aprendi­ lo que he escogido ser. Sin embargo, sin
zaje. Por consiguiente, “las virtudes han de estas particularidades morales de las cuales
entenderse como aquellas disposiciones ineludiblemente debemos partir, no podría­
que no sólo mantienen las prácticas y nos mos dotar de sentido a la vida entendida
permiten alcanzar los bienes internos a las narrativamente. La particularidad no pue­
prácticas, sino que nos sostendrán también de ser nunca negada o dejada atrás: sólo
en el tipo pertinente de búsqueda de lo desde ella podemos buscar el bien. Ahora
bueno, ayudándonos a vencer los riesgos, bien, ¿qué caracteriza a una tradición? En
peligros, tentaciones y distracciones que primer lugar, debe destacarse que éstas se
encontremos y procurándonos creciente constituyen por la continua discusión acerca
autoconocimiento y creciente conocimiento
del bien. El catálogo de virtudes incluirá, 282 Ibíd., pp. 270 y 271.
por lo tanto, las necesarias para mantener 283 Ibíd., p. 271.
Ai A
EDITORIAL JURIDICA DL CILÍU 232
Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

de las prácticas que las definen. Por consi­ rales para la resolución de controversias,
guiente, una tradición no sirve necesaria­ siempre que tengan sentido de acuerdo con
mente a los ideólogos conservadores para las pautas de la propia tradición en aprietos.
perpetuar el estado actual de las cosas. En En fin, nunca está asegurado que una crisis
segundo lugar, lo que mantiene fuertes a epistemológica pueda superarse, o que una
las tradiciones es el ejercicio de las virtudes tradición que supere una se vea afectada por
necesarias, y su ausencia las debilita. En otras, de manera que cualquier tradición
definitiva, una tradición se compone de puede entrar en periodos de decadencia o
un conjunto de prácticas y es el espacio sencillamente desaparecer. En suma, según
donde éstas se originan, se transmiten de Maclntyre, contamos con los mecanismos
generación en generación, son valoradas, indispensables para sostener que las tradicio­
modificadas y también abandonadas. nes pueden ser valoradas racionalmente. “Es
Queda, todavía, un último concepto por con respecto a su adecuación o inadecuación
exponer. Maclntyre es consciente de que en sus respuestas a las crisis epistemológi­
su posición requiere el apoyo de un relato cas como las tradiciones se defienden o no
sobre la racionalidad conforme al cual las logran defenderse”.284 Y cuando no se dan
valoraciones rivales e incompatibles que éstas, no hay ninguna razón real para que
sostienen el argumento puedan defender­ un miembro de una tradición cuestione su
se adecuadamente. Esta empresa la lleva a lealtad a la misma, mientras que posee todos
cabo en otra de sus obras, Justicia) raciona­ los motivos para seguir vinculado a ella.
lidad. La noción clave para dotar de fuerza Ocupémonos, a continuación, de la pro­
racional a una tradición es el concepto de puesta de Taylor. Según el autor, la úni­
crisis epistemológica. Así, pues, cuando una ca forma de dotar de un nuevo sentido a
tradición vacila respecto de uno o más de nuestra cultura y superar aquella desazón
sus presupuestos, o no supera sus logros que la aqueja es rearticular la idea de la
pasados, o le resulta imposible menguar la identidad moderna, algo que sólo podemos
cantidad y trascendencia de los conflictos hacer seriamente si sobrepasamos la mera
internos, se encuentra afectada por una crisis noción de lo que es ser un agente humano,
epistemológica. Y sólo tiene dos opciones una persona o un yo, para ahondar en la
para superarla: primero, produciendo una comprensión de cómo se han desarrollado
nueva clase de conceptos o una reinterpre­ las ideas del bien a las que esa noción se
tación de doctrinas antiguas, que permitan vincula. Entendida de ese modo, la empre­
edificar un marco de referencia que satisfaga sa que el filósofo canadiense acomete es,
tres condiciones: explicar el problema que en buena medida, una tarea que pretende
originó la crisis y por qué no había podido recuperar las descripciones morales en las
resolverse, lograr el mecanismo que asegure que se sustentan nuestras creencias c intui­
dejarla atrás, y que ambas tareas se lleven ciones morales compartidas. Con todo, esa
a cabo garantizando la continuidad básica tarea no resulta nada sencilla debido a la
entre la tradición antes y después de la crisis. estrechez de la filosofía moral contempo­
En los casos en que la crisis es dominada ránea, que “ha tendido a centrarse en lo
apelando a recursos internos, la tradición que es correcto hacer en vez de en lo que
saldrá fortalecida después del conflicto. Pero es bueno ser, en definir el contenido de la
puede suceder, y esta es la segunda opción, obligación en vez de la naturaleza de la vida
que la crisis de la tradición sea de tal enver­ buena; y no deja un margen conceptual para
gadura que se vea obligada a echar mano la noción del bien”.285 Los seres humanos
a recursos disponibles en otras tradiciones.
Este tipo de traducción moral, como la llama 284 MAClNTYRE, ALASDAIR: Justicia y racionalidad,
Maclntyre, es factible debido a la capacidad
ob. cit, p. 346.
de comprensión que posee una tradición, 285 Taylor, Charles: Fuentes del yo. La construc­
en razón de la cual es permeable al cambio ción de la identidad moderna, Paidós, Barcelona, 1996,
y a la adopción de nuevas herramientas mo­ p.17.

233 mrrowAL JURIDICA dí chiu


Curso de Filosofía del Derecho

nos encontramos orientados hacia determi­ hacer, si tenemos que definirnos signifi­
nados fines y bienes, los que emergen de cativamente, es suprimir o negar los hori­
las intuiciones y creencias morales que dan zontes contra los que las cosas adquieren
contenido a las dimensiones fundamentales significación para nosotros. Este es el tipo
del pensamiento moral, las que, a su vez, de paso contraproducente que se da con
se sustentan en una valoración fuerte que frecuencia en nuestra civilización subje ti-
encuentra su explicación en una específi­ vista. Al acentuar la legitimidad de la elec­
ca concepción ontológica del ser humano ción entre ciertas opciones, muy a menudo
que arranca de algún marco referencial. nos encontramos con que privamos a las
Si todo esto es cierto, Taylor nos propone opciones de su significación”.287
que el estudio de la ética debe encaminarse A menos que supongamos que algunas
a una sistematización de la idea de iden­ opciones poseen más valor que otras, la idea
tidad del yo y cómo se relaciona con una misma de autoelección cae en la trivialidad
determinada noción del bien. Esta forma y, por ende, en la inconsistencia. El ideal de
de proceder supone, desde luego, negar la autoelección sólo tiene sentido porque
el subjetivismo moral. algunas cuestiones son más significativas
Ahora bien, esa sistematización del con­ que otras. No podría defender seriamente
cepto de la identidad moderna pasa, nece­ que nos elegimos a nosotros mismos porque
sariamente, por la recuperación del ideal preferimos escoger un filete con ensalada
de la autenticidad.286 Taylor señala que las en vez de un guiso para cenar. Y lo que
fuentes de la autenticidad se encuentran en sea significativo no es algo que cada uno
la noción surgida en el siglo XVIII de que establezca, porque si fuera así, nada sería
las personas estamos dotadas de sentido significativo, por lo que el ideal mismo de
moral, esto es, que poseemos una capacidad la autoelección como noción moral sería
de comprender el bien y el mal no como imposible. Luego, se halla en la naturaleza
una cuestión de cálculo, sino como algo más profunda de la propia modernidad
arraigado en nuestra propia naturaleza. su éxito y su miseria; inevitablemente el
De este modo, la autenticidad exige dos incremento de la libertad puede hacer que
rasgos inherentes: no puede florecer sin la gente se eleve o se degrade.
firmes lazos con los demás, pero al mismo Para terminar la revisión de este primer
tiempo excluye la validez de demandas que grupo de críticas, nos vamos a referir al
se encuentren más allá de las aspiraciones reproche que Walzer realiza al liberalismo
humanas, las que son contraproducentes de caer en una abstracción metodológica­
para el ideal en razón de que destruyen mente ilegítima. El autor en las primeras
las condiciones indispensables para la rea­ páginas de su libro Las esferas de la justicia
lización de la autenticidad misma. Lo que escribe: “Mi planteamiento es radicalmente
Taylor quiere decir es que la definición de la particularista. No me jacto de haber logra­
identidad supone encontrar lo que resulta do un gran distanciamiento del mundo
significativo para cada uno y nos diferencia social donde vivo. Una manera de iniciar la
de los demás, pero esta singularidad no empresa filosófica -la manera original, tal
descansa en el valor de la pura elección vez- consiste en salir de la gruta, abandonar
que hagamos de esos aspectos distintivos. la ciudad, subir a las montañas y formarse
Nuestro autor pretende demostrar que las un punto de vista objetivo y universal (el
cosas adquieren relevancia sólo contrastadas cual nunca puede formarse para personas
contra unos fondos de inteligibilidad que comunes). Luego se describe el terreno
llama horizontes. Estos son ineludibles, por de la vida cotidiana desde lejos, de modo
lo que “una de las cosas que no podemos que pierda sus contornos particulares y
adquiera una forma general. Pero yo me
286 Véase TAYLOR, CHARLES: La ética de la autentici­

dad, ob. cit, pp. 61-65; y, del mismo autor, Argumentos


filosóficos, ob. cit., pp. 294-299 y 309-316. 287 Ibíd., p. 72.

E DI Tí.) RIA! 11JRI DI CA D í. C11;U 234


Cap. III, La justicia como fin principal del Derecho

propongo quedarme en la gruta, en la ¿qué escogerían personas como nosotros,


ciudad, en el suelo. Otro modo de hacer situadas como todos estamos en medio de
filosofía consiste en interpretar para los una cultura que compartimos?
conciudadanos el mundo de significados que La postura del autor, entonces, puede
todos compartimos. La justicia y la igualdad esencialmente exponerse como sigue. Los
pueden ser elaboradas idealmente como principios que rigen la justicia son en sí
artefactos filosóficos, no así una sociedad mismos plurales. Por ende, bienes sociales
justa e igualitaria. Si una sociedad así no distintos deben ser distribuidos por razones
ha llegado aún -escondida, digamos, tras diversas, con arreglo a diferentes procedi­
nuestros conceptos y categorías-, nunca la mientos y por distintos agentes; y todas estas
habremos de conocer concretamente ni la disparidades derivan de la comprensión de
construiremos de hecho”.288 los bienes sociales mismos, lo cual es con­
De las palabras citadas se desprende clara­ secuencia irremediable del particularismo
mente el norte que inspira toda la reflexión histórico y cultural. La tesis tiene dos líneas
que lleva a cabo el autor sobre cómo debería arguméntales, que pueden ser distinguidas:
ser distribuida la igualdad, y de ella puede por un lado, supone que al existir diferen­
deducirse una nítida postura metodológica tes bienes que deben ser distribuidos, cada
de la forma en que deben enfrentarse los uno de ellos debe ser asignado conforme a
problemas que importan a la teoría política criterios diversos que respeten la autonomía
y moral. Según su opinión, al reflexionar de las distintas esferas de la justicia; y, por
sobre asuntos morales o políticos no hay que otro, los distintos significados atribuibles
intentar trascender los contextos especifi­ a los bienes sociales, en los que se funda­
cados por la particularidad y la diferencia mentan las diversas esferas de distribución,
cultural. Sin embargo, el primer impulso encuentran su explicación en concepciones
de los filósofos es exactamente el inver­ inevitablemente vinculadas al particularismo
so, pues pretenden encontrar una unidad histórico y cultural de cada sociedad.
subyacente o un criterio único. “Hoy en De esta caracterización general de los
día este sistema es comúnmente descrito bienes pueden deducirse algunas cuestiones
como aquel que elegirían hombres y mujeres importantes. Lo central es comprender que
idealmente racionales, de verse obligados a el significado y el valor de los bienes deriva
elegir con imparcialidad, no sabiendo nada de cómo son considerados por la comunidad.
de su respectiva situación, despojados de Los bienes no tienen un sentido natural o
la posibilidad de formular exigencias par­ intrínseco, sino que lo adquieren siempre
ticulares y confrontados con un conjunto a través de un proceso de interpretación
abstracto de bienes”.289 Para el autor, este que es social y no individual, por lo que en
esfuerzo de abstracción caracteriza a las más comunidades distintas éstos tendrán sig­
prestigiosas empresas filosóficas, poniendo nificados diversos, incluso tratándose de
como ejemplo a autores tan importantes bienes que, aparentemente, son básicos.
comoHabermas (1929), Ackerman (1943) y En consecuencia, el problema del enfoque
Rawls. Según Walzer, no obstante, la fuerza rawlsiano es bastante claro: los principios
de este tipo de argumentaciones es bastante de la justicia están concebidos para que
dudosa pues se enfrentan a un problema rijan la distribución de los bienes primarios,
insalvable: los miembros de una comuni­ los que poseerían tal grado de abstracción
dad política no reflexionan en torno a los que no pueden ser aplicados a los bienes
principios de justicia que deben gobernarlos particulares, sustentados en significados
preguntándose ¿qué escogerían individuos sociales y culturales también particulares. I^a
racionales en condiciones abstractas?, sino especificidad de los significados sociales de
todos los bienes humanos posibles importa,
288 Walzer, Michael: Las esferas de la justicia, al parecer, que la abstracción metodológi­
ob. cit., p. 12. ca propia del planteamiento rawlsiano sea
^Ibíd., pp. 18 y 19. inútil y superflua.

235 fDITONLM JURIDICA DtCirm


Curso de Filosofía del Derecho

b) La impostergable militancia de la ética: liberalismo.290 Esa primacía de lajusticia para


una concepción no neutral de la persona Sandel -tal como la concibe el liberalismo
y de la moral deontológico- puede comprenderse de dos
En este apartado nos detendremos en dos modos diferentes, aunque relacionados. Con­
críticas comunitaristas al liberalismo muy forme al primero, se afirma que lajusticia
relevantes. La primera de ellas se refiere a es primaria desde un punto de vista moral,
los diversos problemas que presenta, sobre porque las demandas que ésta exige pesan
todo en opinión de Sandel, la concepción más que otros intereses políticos y morales. El
de la persona en la que se sustentaría el segundo, a su tumo, establece la pretensión
liberalismo; y la segunda se detiene en la de que la prioridad de lajusticia es una forma
imposibilidad de fundar una moral inde­ privilegiada de justificación, es decir, lo justo
pendiente de una concepción del bien par­ tiene prioridad sobre lo bueno en razón de
ticular. En lo referente al primer aspecto que sus principios se derivan independiente­
—la concepción de la persona— la crítica mente. Así, pues, hay dos sentidos diferentes
de Sandel busca demostrar que la teoría que pueden atribuirse a una teoría deonto-
rawlsiana, para poder sostener la primacía lógica. “En su sentido moral, la deontología
de la justicia, debe asociarse a una cierta se opone al conseciLencialismo, al describir
concepción de la persona según la cual una ética de primer orden que contiene
los agentes morales son independientes ciertos deberes y prohibiciones categóricos
de sus intereses, atributos y preferencias que tienen prioridad incondicional sobre
particulares, capaces de distanciarse de ellos otras cuestiones morales y prácticas. En su
pata revisarlos, valorarlos y modificarlos. Sin sentido fundacional, la deontología se opone
embargo, esta forma de vemos a nosotros a la teleología, porque describe una forma
mismos es errada; se trata de una concepción de justificación según la cual los primeros
que carece de sentido y, por ende, es inútil principios se derivan de un modo que no
a la hora de proporcionar los fundamen­ presupone ningún propósito o fin humano
tos para justificar la prioridad de lo justo final, ni una concepción determinada de la
sobre lo bueno y la neutralidad liberal. O, bondad humana”.291
en el mejor de los casos, la justicia como Pero si los primeros principios no se
equidad de Rawls termina sosteniéndose derivan de ninguna concepción del bien,
en una concepción más bien intersubjetiva ¿dónde encuentran su fundamento? Una
del yo, inconsistente con los presupuestos doctrina kantiana, como lo es el liberalis­
de la propia teoría. mo deontológico, debe responder que el
En opinión de Sandel, la tesis central fundamento de lajusticia se encuentra en
del liberalismo deontológico es que la so­ el sujeto de la razón práctica y no en su ob­
ciedad, constituida por una pluralidad de jeto. Por consiguiente, de la primacía de la
sujetos que poseen diversos fines, intereses y justicia surge también la primacía del sujeto.
concepciones del bien, se encontrará mejor “El concepto de un sujeto que es anterior a
ordenada cuando es regida por principios sus objetos e independiente de ellos ofrece
que no presuponen ninguna concepción un fundamento para la ley moral. Esta no
particular del bien per se. Lo que funda­ necesita teleología o psicología alguna, a
menta estos principios normativos no es diferencia de los fundamentos meramente
que maximicen el bienestar social ni que empíricos. De este modo se completa pode­
promuevan una específica forma del bien, rosamente la visión deontológica. Como lo
sino que encajen con el concepto de lo justo es anterior a lo bueno, de ese modo
justo, una categoría moral que precede a lo el sujeto es anterior a sus fines”.292
bueno y es independiente de éste. Sandel
se propone refutar este tipo de liberalismo 290 SANDEL, MlCHAEL: El liberalismo y los límites de
y lo hará sosteniendo que la primacía de
LA !<• l<W

la justicia, ob. cit., p. 13.


la justicia tiene límites conceptuales que, 291 Ibíd., p. 16.

en consecuencia, también acotan al propio 292 Ibíd., p. 20.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 236


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

Después de todo lo dicho, se puede apre­ kantiano abstracto y de la definición de un


ciar con claridad, desde el punto de vista yo condicionado empíricamente de forma
del liberalismo deontológico, el alcance radical -que hace imposible la construcción
de la tesis a favor de la primacía de la jus­ de principios normativos generales—, no
ticia. Dicha prioridad es, al mismo tiempo, logra su propósito. Fracasa ya sea porque se
moral y fundacional. Se fundamenta en contradice con las exigencias de una teoría
el concepto de un sujeto anterior a sus fi­ deontológica o porque reproduce en la
nes, que se considera indispensable para posición original la metafísica kantiana de
la comprensión que tenemos de nosotros un sujeto no corporeizado. Así, pues, cree
mismos como seres autónomos. Por ende, la Sandel, “la justicia no puede ser primaria
sociedad se ordena mejor cuando es regida en el sentido deontológico, porque no nos
por principios normativos que no suponen podemos considerar de manera coherente
ninguna concepción particular de lo bueno, como el tipo de seres que la ética deonto­
ya que cualquier otro sistema no lograría lógica (ya sea kantiana o rawlsiana) exige
respetar a las personas en tanto agentes que seamos. Pero la atención hacia este
capaces y dignos de elegir, considerándolos liberalismo no se debe sólo a un interés
más bien como objetos antes que sujetos, crítico. El intento de Rawls de situar al ‘yo’
como medios antes que fines en sí mismos. deontológico, reconstruido adecuadamen­
Y esta definición básica del deontologismo te, nos conduce más allá de la deontología
liberal encuentra eco, según Sandel, en hacia una concepción de comunidad que
gran parte del pensamiento liberal con­ marca los límites de la justicia y establece
temporáneo. El liberalismo deontológico lo incompleto del ideal liberal”.294
exige, por lo tanto, una específica teoría de Veamos la argumentación de Sandel con
la persona para que la justicia sea primaria. más cuidado. En primer lugar, opina el
Conforme a ésta, debemos ser criaturas autor, debemos comprender el alcance de
con ciertas peculiaridades, relacionadas con la prioridad del yo, ya que no sólo implica el
las circunstancias humanas de una forma deber moral de respetar la autonomía del
peculiar. En particular, sostiene Sandel, individuo, sino que exige una pretensión
debemos asumir nuestras circunstancias epistemológica según la cual el yo debe
desde una cierta distancia, probablemente ser considerado como anterior a los fines
condicionados, aunque parte de nosotros que sostiene. Por ende, el yo nunca pue­
siempre antecederá a cualquier condición. de resultar completamente conformado
“Solamente de esta manera podemos con­ por sus atributos. Si no se establece alguna
siderarnos como sujetos y también como distinción entre el sujeto y el objeto de la
objetos de experiencia, como agentes y no posesión, se vuelve imposible diferenciar lo
sólo como instrumentos de los propósitos que se es de lo que se posee, y esto nos lleva
que perseguimos. inevitablemente a un sujeto radicalmente
El liberalismo deontológico supone que situado, del cual sabemos que debemos
podemos, e incluso debemos, comprender­ escapar. Ahora bien, la prioridad de la jus­
nos como independientes en este sentido. ticia y del yo deben ser representadas en
Mi planteamiento es que esto no es posible la posición original rawlsiana, intentando
para nosotros, y que es en la parcialidad encontrar ese punto que nos permita ob­
de esta imagen de nosotros mismos donde servar nuestros objetivos desde lejos, pero
se pueden encontrar los límites de la jus­ no lo suficiente como para arrojarnos al
ticia**.293 La estrategia seguida por Sandel dominio de lo trascendente. Dicho de otra
pretende demostrar que el intento rawlsiano manera, Rawls busca una descripción del
de definir un sujeto que escape, al mismo agente moral que esté lo bastante separado
tiempo, de la arbitrariedad del agente moral de sus circunstancias empíricas como para

293 Ibíd., p. 25. 294 Ibíd., p. 29.

237 EDITORIAL JURIDICA Di CHILI:


Curso de Filosofía del Derecho

ser capaz de distanciarse y elegir satisfac­ bil del bien-, el resultado de la elección no
toriamente principios, pero no tan despe­ puede ser otro que una elección arbitraria
gado de dichas circunstancias como para y nada reflexiva.296 La objeción sandeliana
transformar la elección de los principios no supone ni rechazar valores típicamente
en una pura arbitrariedad. liberales como la libertad o la igualdad, ni
El filósofo liberal intenta satisfacer es­ tampoco ponen en duda la relevancia de
tas exigencias con la descripción de una los derechos, sino nada más controvertir el
situación inicial de equidad, conformada planteamiento liberal de que los derechos
por sujetos racionales motivados por una pueden serjustificados de manera tal que no
teoría tenue del bien (que no comprome­ presupongan alguna particular concepción
te la prioridad de la justicia), que someti­ de la vida buena. Así, pues, Sandel sostiene
dos a algunas restricciones que reflejan la que los principios de lajusticia dependen
concepción de las personas como libres para su justificación del valor moral o el
e iguales, acordarían unánimemente los bien intrínseco de los fines a los que sirven.
dos principios de la justicia. El problema Según este punto de vista, el problema del
de Rawls, según Sandel, es que su concep­ reconocimiento de un derecho depende
ción del sujeto moral no consigue nunca de mostrar que este honra o mejora algún
la vía media entre los dos extremos, sino bien humano importante y, por ende, será
que termina por concebir al yo de forma siempre dependiente de una determinada
absolutamente descarnada, separado de concepción del bien y nunca neutral.
sus rasgos empíricamente dados. Y una Para explicar su perspectiva, Sandel recu­
concepción así de la persona equivaldría rre a dos derechos típicamente liberales (la
sencillamente a una abstracción, cayendo libertad religiosa y la libertad de expresión)
en el tipo de arbitrariedad metafísica kan­ e intenta probar que éstos sólo pueden ser
tiana que Rawls quiere a toda costa evitar. adecuadamente comprendidos -sobre todo
Es más, un yo así concebido sería incapaz en caso de conflictos con otros derechos o
de cualquier elección racional: desprovisto con otros bienes relevantes-, si se relacionan
de toda experiencia, no tendría motivos ni ideológicamente con alguna idea del bien,
capacidad deliberativa para optar por los que suprime obviamente la pretendida neu­
principios de la justicia. El precio de este tralidad liberal. la relación entre derechos a
distanciamiento es la arbitrariedad y, por secas y proteger “buenos derechos”, sostiene
ende, la empresa rawlsiana fracasa estrepi­ el autor, puede ser ilustrada a través de los
tosamente.295 debates que se suscitan por la tensión entre
Pero la crítica sandeliana no sólo ataca la el ejercicio de la libertad de expresión y
prioridad de la justicia desde la perspectiva la manifestación de expresiones odiosas
de la concepción de la persona, también u ofensivas. ¿Deberían tener los neonazis
sostiene que una teoría de lajusticia ha de el derecho a marchar en Skokie, Illinois,
encontrar espacio para una concepción del una comunidad con muchos habitantes
bien, es decir, pone en entredicho la tesis de supervivientes del Holocausto? ¿Deberían
la neutralidad liberal defendida por Rawls y, los grupos que defienden la supremacía
además, pone en duda la afirmación de que blanca ser autorizados a divulgar sus puntos
las teorías ideológicas sean insostenibles o de vista racistas? Los liberales argumentan
reprochables. Según el autor, la pretcnsión que el gobierno debe permanecer neutral
de Rawls de configurar un punto de vista respecto de las opiniones que sus ciudada­
desde el cual un sujeto con sólo una con­ nos exponen. El gobierno puede regular el
cepción tenue del bien escoge principios tiempo, lugar y el modo de expresar, pero
justos, no funciona. En tales condiciones no los contenidos de la expresión. Prohibir
-constreñido a una concepción tenue o dé­
296 SANDEL, MlCHAEL: Liberalism and the Limils of

Juslice (2a ed.), Cambridge University Press, 1998,


295 Ibíd., pp. 38-68. pp. ix-xvi.

editorial JURIDICA dl chile 238


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

expresiones ofensivas e impopulares impone bien que implica mantener la libertad de


los valores de algunos sobre otros, y falla en expresión. Con las expresiones u opinio­
el respeto a la capacidad que posee cada nes, como con la religión, no es suficiente
ciudadano de elegir y expresar sus propias simplemente invocar las demandas de seres
opiniones. densamente constituidos. Lo que interesa
Los liberales pueden, consistentemente es la importancia moral de la expresión en
con su punto de vista, restringir la liber­ relación con el estatus moral de las identi­
tad de expresión probablemente si causa dades establecidas que la expresión podría
un daño significativo. Pero en el caso de quebrar u ofender. Si la ciudad de Skokie
expresiones de odio racial, lo que cuenta puede mantener fuera a los nazis, ¿por qué
como daño fuerza la concepción liberal no podrían haber mantenido fuera las co­
de la persona. De acuerdo con esta con­ munidades segregacionistas las marchas de
cepción, mi dignidad no consiste en algún derechos humanos en los *50 y *60? Los se­
papel social que yo habite, sino que en mi gregacionistas del sur no querían que Martín
capacidad de escoger mis roles e identidades Luther Ring marchara en sus comunidades
por mí mismo. Pero esto significa que mi tan intensamente como los residentes de
dignidad nunca podría ser dañada a través Skokie no querían que los neonazis circulen
de un insulto dirigido contra un grupo con en las suyas. Como los supervivientes del
el cual yo me identifico. Nunca el odio ra­ Holocausto, los segregacionistas podrían
cial, para el punto de vista liberal, podría reclamar ser seres densamente constituidos,
constituir un daño en sí mismo, puesto que limitados por sus comunes memorias que
el mayor respeto es el autorrespeto de un podrían ser profundamente ofendidas a
ser independiente de sus fines y vínculos. través de esas marchas y su mensaje.
Para el yo independiente, los cimientos Por lo tanto, la pregunta obligada es ¿qué
del autorrespeto son anteriores a cualquier es lo que permite distinguir ambos casos?,
tipo de lazos y vínculos, y así se encuen­ ¿hay una forma basada en principios que
tran fuera del alcance de un insulto a “mi distinga los dos casos? Para los liberales que
gente**. Un liberal se opondría, por tanto, insisten en mantenerse neutrales respecto
a restricciones en las manifestaciones de de los contenidos de las expresiones, y para
odio racial, excepto cuando probablemente sus detractores que definen los derechos
provoquen un daño físico actual, es decir, de acuerdo con los valores predominantes
un daño independiente de la opinión en en la comunidad en cuestión, la respuesta
sí misma o, al menos, inciten potencial y debe ser no. Un liberal podría sostener
directamente, a la lesión de los derechos la libertad de expresión en ambos casos,
de una o más personas pertenecientes al y su contendor podría negarlas. Pero la
grupo afectado. necesidad de decidir ambos casos de la
Un detractor con sensibilidad comunitarista misma manera despliega lo absurdo de
podría replicar que la concepción liberal del los impulsos no justificados que liberales
daño es demasiado estrecha. Para la gente y detractores comparten. El fundamento
que se entiende definida por el grupo étnico obvio para la distinción entre los casos es
o religioso al cual ellos pertenecen, un insulto que los neonazis promueven el genocidio
a ese grupo puede infligir un daño tan real y el odio, mientras que Martín Luther Ring
y tan peijudicial como algunos daños físicos. demandó derechos civiles para los negros.
Para los sobrevivientes del Holocausto, una La diferencia consiste en el contenido de
marcha nconazi está dirigida a provocar la expresión, en la naturaleza de su cau­
miedo y recordar los indecibles horrores que sa. La conclusión a la que llega Sandel es
alcanzaron el núcleo de sus identidades y que la libertad de expresión no depende
biografías. Pero el reconocimiento del daño siempre para su justificación de un juicio
que las expresiones raciales pueden infligir moral substantivo sobre la importancia de
no importa que éstas deban ser restringidas. la manifestación en relación con los riesgos
Dicho daño tiene que ser sopesado con el que trae consigo. Por lo mismo, no se si-

239 ÍDITOIUAL JURIDICA Dí CIULl


Curso de Filosofía del Derecho

gue que losjueces deban intentar, en cada lo que distingue a este tipo de comunidad
situación particular, valorar los méritos de constitutiva no es sencillamente un espíritu
las expresiones, puesto que cualquier teo­ de benevolencia, o en el que predominen
ría coherente de los derechos tiene ciertas valores comunitarios, o algunos fines últi­
reglas generales que son deseables para mos compartidos, sino un vocabulario de
ahorrar a losjueces la necesidad de recurrir discurso común y antecedentes de prácticas
a los primeros principios en cada caso que y entendimientos tácitos dentro de los cuales
se presenta ante ellos. Pero en ocasiones, la opacidad entre los participantes se hace
tratándose de los casos difíciles, losjueces menos obscura. Reflexionar sobre nosotros
no pueden aplicar tales reglas sin apelar mismos y sobre la naturaleza y alcance de
directamente a los propósitos morales que nuestro bien es, entonces, pensar al mis­
justifican esos derechos en primer lugar. mo tiempo sobre el bien de la comunidad.
Pues bien, si todo esto es efectivo, recurrir Dividirlo como lo hace el liberalismo no
a una concepción del bien es inevitable y sólo es conceptualmente falso, sino también
Sandel habría probado que la neutralidad moralmente contraproducente.
liberal es falsa y también, como el ejemplo Para terminar este apartado, vamos a
lo pone de manifiesto, moralmente repro­ referirnos a la forma en que Taylor rechaza
chable. también la neutralidad liberal y su afán de
Ahora bien, ¿qué es lo que propone simarse en un plano de justificación superior
Sandel que deberíamos hacer para orga­ a teorías alternativas, comprometidas explí­
nizar nuestras comunidades? Según él, si citamente con una concepción del bien. El
la argumentación sobre la naturaleza de filósofo canadiense sostiene que del hecho
la concepción metafísica de la persona de que algunas personas actúen sin un marco
implícita en la teoría rawlsiana y el papel referencial definido filosóficamente podría
que juega la reflexión en la determinación deducirse, erróneamente, que operan sin
de los principios es falsa, no somos ni tan un marco referencial. Esta equivocación
transparentes para nosotros mismos ni tan encuentra su fundamento en la evolución
opacos para los otros como sostiene la epis­ de la cosmovisión cientificista moderna
temología moral liberal. Ser sujeto consiste que originó un ideal del yo desvinculado,
en algo más que la administración eficiente capaz de objetivar no solamente el mundo,
de deseos arbitrarios. Debemos ser capaces sino también sus emociones, inclinaciones
de una introspección más profunda que la y preferencias, logrando así una especie
permitida por un conocimiento directo de de distanciamiento y autocontrol que le
nuestros deseos y preferencias inmediatas. Sin concede la posibilidad de actuar “racio­
embargo, para que sea posible esta reflexión nalmente” sobre sus propias pulsiones, de
más intensa, no podemos comprendernos forma análoga al comportamiento racional
como sujetos absolutamente desarraigados, que tiene un científico en el laboratorio.
individualizados anticipadamente y puestos La tesis de Taylor es que, entonces, la
con anterioridad a nuestros fines, sino que pretensión de rechazar cualquier distinción
debemos reconocemos como sujetos cons­ cualitativa, propia de los reduccionismos
tituidos, al menos parcialmente, por nues­ naturalistas, se sostiene en razones mora­
tras aspiraciones y vinculaciones centrales, les, y éstas forman parte significativa de los
siempre proclives, y de hecho expuestos al horizontes de sentido propios de la mo­
crecimiento y la transformación a la luz de la dernidad. Por ende, no se trata de poner
revisión de nuestro conocimiento propio. Y en duda los valores de la tolerancia que se
en tanto dicha autocomprensión constitutiva siguen de la falsa neutralidad liberal, sino
incluye un sujeto más amplio que el indivi­ de comprender que esos valores típicamente
duo aislado -como una familia, una tribu, modernos encuentran su fundamento en
una ciudad, una clase social, una nación o una concepción fuertemente comprometi­
un pueblo-, exigirá una concepción de la da y contingente del bien, arraigada en los
comunidad en el sentido constitutivo. En fin, marcos referenciales comunes propios de la

editorial JURIDICA de chile 240


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

modernidad, los que nos definen por mucho la sociedad, basándose en una visión pu­
que insistamos en dejarlos a un lado.297 Los ramente instrumental de la misma, no es
marcos referenciales otorgan el trasfondo más que una agregación de individuos al
-implícito o explícito-para nuestros juicios servicio de objetivos y fines individuales.298
e intuiciones morales en toda nuestra vida Desde el punto de vista más específico del
moral. De modo que articularlos es expli­ funcionamiento político de la sociedad, el
car lo que da sentido a nuestras respuestas atomismo asume una forma malsana que
morales. Así, pues, la adopción de uno de Taylor denomina fragmentación política. Esta
estos marcos u horizontes no es opcional se produce cuando la propia iniciativa de­
para los seres humanos, como podría creerse mocrática naufraga, es decir, cuando los
erróneamente. Ix> que ha tendido a dar cre­ ciudadanos pierden una orientación común
dibilidad a la postura de que son opcionales y trasladan todos sus esfuerzos y energías
es precisamente el implacable avance del políticas a la promoción de agrupaciones
desencanto en la cultura moderna, que ha parciales que se vuelcan en pos de aspira­
socavado los marcos referenciales tradicio­ ciones particulares.
nales y contribuido a que todos éstos se nos Sin embargo, una sociedad fragmen­
antojen problemáticos. Pero para Taylor tada todavía puede ser, en algún sentido,
esto es una distorsión; vivir dentro de tales democrática. Es el caso de las sociedades
horizontes tan robustamente cualificados es organizadas en torno a la tu tela judicial de
constitutivo de la acción humana y obviar los derechos, cuyo ejemplo paradigmático es
dichos límites equivaldría a saltarse aquello Estados Unidos y, nos atrevemos a aventurar,
que reconocemos como lo integral, esto es también progresivamente el caso de Chile.
es, lo intacto de la personalidad humana. Sin embargo, esta forma de organización
Probablemente, agrega el autor, la mejor política si bien no es despótica y despliega
manera de vislumbrar la conexión entre los muchos mecanismos de control, tiene varia­
marcos y nuestras acciones es centrarnos dos defectos que repercuten directamente
en la cuestión de la identidad. La pregun­ en la salud de la comunidad entendida como
ta “¿quién soy yo?” sólo puede encontrar una empresa común. Sin entrar en mucho
una respuesta en los compromisos e iden­ detalle, y a modo de ilustración, lajudicia-
tificaciones que proporciona el horizonte lización de la discusión pública mengua la
dentro del cual yo intento establecer, caso importancia del trabajo legislativo, anula el
a caso, lo que es bueno o valioso, lo que debate y la posibilidad de acuerdo entre las
debo hacer o no hacer, lo que apruebo y partes, porque las decisiones jurisdiccionales
lo que rechazo. son habitualmente del tipo “todo o nada”;
menosprecia lo que suele llamarse el valor
c) Contra el atomismo y la fragmentación: el
de la democracia deliberativa y fomenta la
holismo que demandan las comunidades
creación de grupos de interés ultraespe-
A propósito de este último grupo de
cializados que contribuyen a agudizar la
críticas, lo que nos interesa analizar es la
fragmentación. Quizás el mejor ejemplo
acusación que el comunitarismo hace al
en Estados Unidos sea el de la discusión
liberalismo de sustentarse en una cierta con­
en torno al aborto y la eutanasia.
cepción abstracta del individuo y sus vínculos
Todo ello, comenta Taylor con ironía,
con la sociedad, catalogada comúnmente
promueve grados frenéticos de actividad,
como atomismo, la que sería conceptual­
pero ésta es empobrecida, ya que atrofia la
mente errada y moralmente reprochable.
formación de mayorías democráticas reunidas
Taylor ha sostenido que la base ontológica
en tomo a programas políticos significativos,
del liberalismo puede ser descrita como
generales y complejos. En vez de todo ello,
una forma de atomismo que supone que
los discursos políticos se vuelven cada vez

297 Taylor, Charles: Fuentes del yo, ob. cíe, pp. 36- 298 Taylor, Celarles: “Atomismo”, ob. cit.,
38. p. 107.

241 EDITORIAL JURIDICA PECHILÍ


Curso de Filosofía del Derecho

más insulsos y ello repercute directamen­ dista, aunque conectados y con capacidad
te en la calidad de las campañas políticas, de influenciar en ella. Junto con ello, se
terminando por desencantar al electorado requiere alimentar una fuerte identificación
y a los ciudadanos, antaño comprometidos de los miembros de la comunidad en tomo
con el futuro de su comunidad, pero que a una idea genuinamente compartida de
ahora prefieren quedarse en sus casas y no bien común. Este es el tipo de política que
ejercer el derecho a sufragio. Es posible las sociedades liberales necesitan o, mejor
que un sistema tan desequilibrado como dicho, es la clase de política que cualquier
el descrito pueda funcionar, pero eviden­ comunidad requiere imperiosamente si desea
temente deberíamos preocupamos por su no sólo perseverar en los valores liberales,
estabilidad a largo plazo. Y lo peor es que este sino que blindarse ante el despotismo.
proceso opera como un círculo vicioso, es
decir, caracteriza a la fragmentación política,
pero también la perpetúa. “Su espíritu es 5.2.3. Esbozo de una réplica liberal
de confrontación, en el cual la eficacia del
ciudadano consiste en ser capaz de conseguir Frente a los reproches comunitaristas, una
sus derechos, sean cuales sean las conse­ lectura filosóficamente atenta de los pre­
cuencias para el conjunto de la sociedad. supuestos liberales y, en particular, de la
Tanto la revisión judicial como la política justicia como equidad de Rawls, tal como
de un solo tema actúan desde esta postura. fue presentada en A The.ory of Justice más
Una sociedad fragmentada es aquella en las aclaraciones y correcciones integradas
la que sus miembros encuentran cada vez a la teoría por el propio filósofo estado­
más difícil identificarse con su sociedad unidense -particularmente en su trabajo
política como a una comunidad. Y aquí es “El constructivismo kantiano en la teoría
donde un círculo vicioso puede encajar. la moral”-300 permite enfrentar con éxito dos
falta de identificación puede reflejar una aspectos parciales de las críticas: por una par­
perspectiva atomista, en la que las personas te, aquellas que acusaban a la justicia como
llegan a ver a la sociedad puramente de equidad de “ocultar” una cierta concepción
forma instrumental. Pero también ayuda de la persona; y, por otra, las objeciones
a fijar el atomismo, porque la ausencia de que atribuían a la justicia como equidad
una acción común eficaz en un movimien­ una excesiva abstracción y universalidad
to defendido por sectores muy diversos a que la exponía a los típicos reproches que
través de coaliciones mayoritarias lanza a pueden hacérsele a una doctrina de ins­
las personas hacia sí mismas”.299 piración kantiana. Así, apoyándose en el
¿Cómo parar este escenario fatídico? constructivismo kantiano, Rawls sostiene
Taylor sostiene que no es tarea fácil y tampo­ que la teoría se sustenta efectivamente en
co hay recetas universales, depende mucho una concepción de la persona que al ser
de cada sociedad particular. Sin embargo, normativa no la compromete con ninguna
si hemos dicho que la fragmentación se doctrina o antropología metafísica sobre
vigoriza cuando las personas dejan de iden­ la naturaleza humana y, al mismo tiempo,
tificarse con su comunidad política, cuando le permite obviar la crítica de caer en la
se sienten o son efectivamente excluidos, abstracción y de tener pretensiones univer­
entonces el camino pasa por el enrique­ salistas, puesto que la justicia como equidad
cimiento de la esfera pública, fortalecida se funda en una noción concreta de los
mediante un equilibrio entre el sistema de agentes morales, que hunde sus raíces en
partidos políticos tradicional y la prolifera­ ciertas intuiciones compartidas propias de
ción de movimientos asociativos, pluralistas,
diversos e independientes de la lucha parti­ 300 RAWLS,JOHN: “El constructivismo kantiano en

la teoría moral”, en Justicia como equidad. Materiales


299 TAYLOR, CHARLES: Argumentos filosóficos, ob.para
cit., una teoría de la justicia, Tecnos, Madrid, 1986,
LA fO

p.369. pp. 209-262.

EDITORIAL JURIDICA DECIDLE 242


Cap. 111. Injusticia como fin principal del Derecho

la cultura política democrática moderna. RAWLS denomina corrección como equidad; y,


Además de lo anterior, el filósofo esta­ segundo, presupone que en una sociedad
dounidense puede defenderse de la crítica bien ordenada, de conformidad con los
de que la teoría rawlsiana sería emotivista principios de justicia, los ciudadanos acep­
o subjetivista en el sentido de que el acuer­ tarán sus principios en tanto se encuentran
do al que llegan las partes en la posición identificados con una visión comprehensiva
original es un tipo de elección radical, es de raíz kantiana. De este modo, este grave
decir, un tipo de elección que no se basa problema acarrea que lajusticia como equi­
en razones, defendiendo la razonabilidad dad, tal como es construida en A Theory of
como una forma de objetividad propia de Justice-específicamente en la tercera parte
aquellos que comparten la concepción de de la obra- exige demasiado a los individuos
persona que inspira el mecanismo de re­ para poder alcanzar la estabilidad, o sea,
presentación de la situación ideal de deli­ demanda que los ciudadanos converjan en
beración. Por último, frente a la acusación tomo a una misma doctrina comprehensiva,
de ser una teoría atomista, lajusticia como lo que resulta incompatible con la rica e
equidad puede replicar que los intereses irreductible pluralidad que caracteriza a las
de los individuos dependen de las insti­ sociedades democráticas modernas.
tuciones existentes y de los principios de La estrategia desarrollada por el filósofo
justicia que las gobiernan, por lo que, no estadounidense para salvar esta deficiencia
obstante la base metodológica individualista consiste fundamentalmente en replantear la
del liberalismo, la teoría de lajusticia da justicia como equidad como una concepción
cabida suficiente a la naturaleza social de estrictamente política, es decir, que su justi­
los individuos.301 ficación descansa en valores políticos y, por
A pesar de la fortaleza de la defensa ende, no debe ser considerada como parte
rawlsiana recién expuesta, una porción de una doctrina moral, religiosa o filosófica
relevante de la crítica comunitarista man­ más completa o comprehensiva. ¿Cumple
tiene su fuerza al derivarse de ella que la Rawls su objetivo? En nuestra opinión, el
justicia como equidad se funda en una con­ intento desplegado por Rawls en El liberalismo
cepción particular de la autonomía, que, político para eludir cualquier compromiso
aunque no sea metafísica como señalan con alguna doctrina comprehensiva se ve
los comunitaristas, sí reposa en una doc­ malogrado, ya que no logra zafarse del re­
trina comprehensiva302 que compromete proche que culpa a la concepción política
la neutralidad de la teoría.303 Rawls admite de caer en las redes de la paradoja de la
en El liberalismo político que lajusticia como razón pública o la sinrazón de la disconti­
equidad en su primera versión padecía nuidad entre lo público y lo privado, esto
dos graves problemas internos: primero, es, enfrentarse a la pregunta de ¿por qué
presenta a la concepción de justicia como razones estaríamos dispuestos a dejar de
parte de una concepción más general que lado nuestra propia doctrina comprehensiva
cuando se discuten en el ámbito público
los temas más fundamentales?
301 RAWLS, John: Lecciones sobre la historia de la El modo en que Rawls resuelve el pro­
filosofía moral, Hermán, Barbara (comp.), Paidós, blema de la verdad y la objetividad en el
Barcelona, 2001, pp. 383-389.
302
dominio político lo lleva a sostener que
Una doctrina comprehensiva es una cosmovi-
sión más o menos sistemática de carácter filosófico, toda doctrina comprehensiva, prima facie,
moral o religioso, a cuya luz se ordenan y se conciben tendría el derecho a intentar presentar en
los diversos fines y objetivos últimos que conforman la arena política sus argumentos, pero al
un cierto ideal de vida valioso. Véase RAWLS, JOHN: hacerlo debiera respetar las exigencias de
La justicia como equidad. Una reformulación, ob. cit.,
lo razonable.304 Estos requisitos mandan
pp. 38-65.
303 NíNO, CARLOS: “Kant versus Hcgcl, otra vez”, en

Política. Revista de Estudios sobre el Estado y la Sociedad, 304 RAWLS, John: La Justicia como equidad. Una

Paidós, Barcelona, N° 1, 1996, pp. 123-135. reformulación, ob. cit., pp. 241-245.

243 editorial JURIDICA dícikli:


Curso de Filosofía del Derecho

—como sucede en el caso de la doctrina “derecho” expresa se encontrará fuera del


que postula “que fuera de la iglesia no vocabulario moral disponible para esa so­
hay salvación”- descartar como una visión ciedad. Pues bien, aunque podamos poner
irrazonable cualquier idea comprehensiva en duda la veracidad de la circunstancia de
que pretenda, mediante el uso coercitivo que en algunas comunidades las personas
del poder político (un poder sobre el cual nieguen el valor de la autonomía y de los
todos los ciudadanos y ciudadanas tienen derechos como un marco compartido, o
una participación igual), imponer dicha creamos poco factible que voluntariamente
doctrina. Esta postura, por supuesto, no alguien pueda someter su libertad a una
demanda alegar la falsedad de la doctri­ religión integrista, o incluso más, dudemos
na extra ecclesia nulla salas, sólo exige que fuertemente que en una sociedad donde
comprendamos que es irrazonable usar el no se reconozca la autonomía pueda darse
poder político para imponer nuestra propia la posibilidad de una opción en cualquier
visión religiosa, filosófica o moral completa sentido plausible; la única conclusión ra­
en el ámbito público, aunque al mismo zonable a la que podríamos llegar es que
tiempo, como nos reclama la coherencia de debemos ser capaces de extraer de esa cultura
la visión comprehensiva que profesamos, la extraña los elementos necesarios para que
estimemos verdadera. La cuestión clave es sus propios miembros tengan la posibilidad
que la respuesta rawlsiana es problemáti­ de hacer inteligible y comprender el valor
ca por lo dificultoso que resulta distinguir de la autonomía. Así, por ejemplo, la abla­
clara y establemente el ámbito público del ción genital que sufren millones de mujeres
no público. El gran cuestionamiento que sólo podríamos potencialmente impedirla
subyace a esta objeción es que la exclusión fomentando que dichas mujeres accedan a
de las consideraciones morales sustentadas toda la información relevante para recrear
en las diferentes doctrinas comprehensivas, las condiciones en que debiera darse una
cuando se discuten cuestiones que tienen que elección autónoma y confiar en que ninguna
ver con el diseño de la estructura básica de mujer, en esa posición, elegiría voluntaria­
la sociedad, supone necesariamente tomar mente que le mutilaran el clítoris.
partido, en parte al menos, por la visión Sin embargo, queda pendiente todavía
comprehensiva que se profesa, es decir, im­ la situación más extrema: ¿qué ocurre con
plica suscribir una doctrina comprehensiva las doctrinas comprehensivas o culturales
de corte liberal que defiende la separación que se empeñan en ser, desde un punto
entre lo político y no político. rawlsiano, irrazonables y despreciar, por
Y ¿qué sucede cuando esa doctrina com­ ende, el valor de la autonomía? Volviendo
prehensiva se sustenta en una cosmovisión al ejemplo, ¿cuál es la actitud moralmente
cultural que choca con el ideario liberal correcta frente a una cultura que impone a
negando la libertad religiosa para otros las mujeres contra su voluntad la práctica
grupos? Un liberal -sensible a la crítica co- de la ablación? Es precisamente en este
munitarista y que, en consecuencia, sabe que punto donde se cuela, sin más remedio,
no puede dejar a un lado los presupuestos el carácter comprehensivo del liberalismo
metaéticos de la doctrina comprehensiva político al excluir a aquellas doctrinas que
que profesa- sólo podrá defender la liber­ están dispuestas a sacrificar la estabilidad
tad religiosa en aquellas culturas en las que y los principios de justicia en razón de la
tiene sentido hablar de un derecho a la verdad interna de sus cosmovisiones. La
libertad religiosa, o de cualquier derecho, pregunta que Rawls deja sin respuesta es
puesto que son potestades que aseguran el por qué una doctrina comprehensiva no
ejercicio de la autonomía. Por lo tanto, si razonable aceptaría la separación entre el
en una sociedad determinada no se com­ ámbito público y no público si para ella,
parte el ideal de la autonomía, hablar de conforme a su visión comprehensiva, no
derechos implicará un sinsentido, ya que tiene sentido alguno tratar a todos como
el significado intersubjetivo que el término ciudadanos libres e iguales que buscan los

EDITORIAL JURÍDICA DE- CHILE 244


Cap. 111. Injusticia como fin principa) del Derecho

mejores principios para el trato recíproco si\a de la persona humana, pero que es
si no se reconocen bajo ningún respecto compatible absolutamente con la postura
como libres e iguales. O, lo que viene a ser comunitarista de un “yo” sólo parcialmente
lo mismo, ¿por qué deberíamos tratarnos definido por sus fines. La única forma de
como semejantes si no nos vemos, desde hacer entendiblc la circunstancia de que la
nuestras culturas e identidades particula­ definición de la vida buena de una persona
res, en ningún caso como semejantes?305 no depende enteramente de su identidad
Con todo, ¿es cierto que no nos vemos en social, es distribuyendo igualitariamente el
ningún caso como semejantes? valor de la autonomía. En definitiva, hacien­
Creemos que si bien la conclusión obliga­ do propias las objeciones comunitaristas
da es que la justicia como equidad, aun en sobre la inevitable contingencia histórica
su versión política, implica necesariamente de la autonomía y, por ende, su vinculación
un compromiso, por tenue que sea, con con una cierta concepción del bien, se ha
una doctrina comprehensiva; después de podido mantener la más preciada de las
todo logra incluir la concepción de perso­ tesis sustantivas liberales: la preeminencia
na que comparten los comunitaristas. No del valor de la autonomía. No se nos esca­
hay otra forma de comprender la máxima pa, obviamente, que podía haber -como
comunitarista de que el yo “sólo está par­ de hecho existen- postulas que ampara­
cialmente constituido por sus fines” que das bajo la etiqueta del comunitarismo,
no sea que siempre existe la posibilidad ni siquiera reconocerán la posibilidad re­
-por difícil que sea- de escapar de ellos. Y, mota de que una persona pueda apartarse
por lo tanto, esto conlleva la necesidad de de los horizontes de sentido común bajo
reconocer la autonomía individual incluso los cuales se ha formado, desconociendo
en comunidades fuertemente arraigadas en aquello que los filósofos comunitaristas sí
principios comunitaristas, pero no porque en aceptan, esto es, que el ser humano sólo
esas comunidades empírica o históricamente se encuentra parcialmente constituido por
pueda darse la posibilidad de que efectiva­ sus fines. Estas posiciones, sin embargo,
mente se les reconozca, por ejemplo, a las deben ser apartadas del debate, porque
mujeres autonomía, sino debido a que así clausuran definitivamente desde dentro
se sigue filosóficamente de las concepciones cualquier nivel de discusión ética, hacen
comunitaristas. La concepción política de a la moral inútil y a toda pregunta sobre
la persona rawlsiana debe ser, entonces, cómo debemos tratamos unos a otros irre­
asumida por los críticos comunitaristas, levante. Llegados a este punto, tendríamos
quienes si desean ser consistentes con la que hacer aquello que, como diría Rawls,
concepción de persona que defienden, se esperábamos no hacer, es decir, recurrir a
ven obligados a reconocer que, al menos nuestra propia doctrina comprehensiva,
en determinados asuntos que constituyen pero por la más poderosa de las razones: la
el ámbito propio de lo público, las personas de dotar de sentido al discurso moral. Lo
sí debemos vernos normativamente unas crucial aquí es que, consideramos, tanto los
a otras como poseedoras de las facultades filósofos liberales como los comunitaristas
morales fundamentales de ser racionales estarían de acuerdo.
y razonables.
De este modo, se reconoce el valor
histórico de los marcos referenciales y se 5.3. El multiculturalismo.
puede conceder que la neutralidad liberal ¿ Teoría (s) o problema (s) ?
se sustenta en una concepción normativa
particular y en algún grado comprehen- Desde muy antiguo, de variadas formas, han
convivido diferentes culturas. Evidentemen­
305 SELEME, HUGO: Neutralidad y justicia. En lomo al te el hecho del pluralismo cultural no es
liberalismo político de John Rawls, Marcial Pons, Madrid, una novedad histórica, pero tres grandes
2004, pp. 244 y 245. factores -que distinguen las sociedades

245 ¿ditorial JURIDICA wciiuí


Curso de Filosofía del Derecho

multiculturales contemporáneas de sus los que nos insertamos socialmente y que


predecesoras- hacen impostergable que nos proporcionan las bases para definirnos;
la filosofía política enfrente directamen­ y la identidad humana global o universal,
te el fenómeno de la diversidad cultural. o sea, aquella que nos distingue de otros
En primer lugar, la expansión de las ideas seres y nos dota de un peculiar sentido de
democráticas permite a las comunidades pertenencia moral y ontológico.306
minoritarias resistirse a aceptar su estatus La crítica multicultural se nutre de esa
inferior y demandar no sólo iguales dere­ visión reclamando una integración de las
chos, sino también una igual oportunidad minorías culturales ya no individual, sino
de participar en la vida colectiva. En se­ grupal. Para ellos, la concepción tradicional
gundo lugar, el proceso de globalización de la ciudadanía fomenta la marginación o
económica y cultural deviene en inviable estigmatización de grupos que escapan del
cualquier proyecto de unificación cultural estereotipo artificial en el que se funda la
y, en vez de ello, refuerza la identificación ilusión del Estado nacional. Los derechos
de las personas con sus referentes culturales ideados para el “ciudadano normal” no se
inmediatos. En tercer lugar, el panorama acomodan a las necesidades de esos grupos
se completa con el ocaso de la ilusión del que reclaman una ciudadanía diferenciada
Estado culturalmente homogéneo, de la que exige que las personas no sean integra­
que no escapa, por cierto, Chile. das sólo como individuos, sino también a
Según estimaciones bien conocidas, al través de su grupo aglutinado en tomo a
interior de los 193 países miembros de la alguna visión identitaria más o menos am­
ONU conviven más de 600 grupos que hablan plia. Estas comunidades demandan formas
una lengua viva y unos 5000 grupos étnicos, específicas de ciudadanía ya sea porque
siendo Islandia y las Coreas los únicos ejem­ rechazan la idea de una cultura nacional
plos de países más o menos culturalmente común (como sería el caso de algunos pue­
homogéneos. La idea relevante de la que blos indígenas) o porque creen que es la
partimos es la siguiente: las sociedades se mejor forma de integrarse (como sería el
han caracterizado desde antiguo por su caso de colectivos homosexuales y algunas
amplia diversidad y su pluralismo cultural. minorías religiosas).
Antes esa diversidad se aplastaba bajo el Para comprender adecuadamente las
modelo del ciudadano “normal” (hombre bases en que se sustentan las reclamaciones
no discapacitado, propietario, heterosexual multiculturalistas debemos distinguir con
y blanco), y quien se desviara del modelo cuidado las políticas de redistribución y
era excluido, marginado, silenciado o asi­ las políticas de la diferencia o reconoci­
milado. Hoy, en cambio, los grupos mino­ miento. Apoyándonos en Kvmlicka,307 se
ritarios demandan la construcción de una puede sostener que al interior de los Estados
nueva concepción de la ciudadanía más modernos conviven dos tipos principales
inclusiva, que reconozca sus identidades y de jerarquías: la económica y la asociada
que dé cabida a sus diferencias, superando al estatus. La posición que una persona
la visión unidimensional de la identidad ocupa en la jerarquía económica está de­
humana, propia del liberalismo igualitario, terminada por su relación con el merca­
que considera a los seres humanos como do y los medios de producción. La lucha
agentes morales anteriores a sus fines por contra las iniquidades inherentes a esta
una concepción de la identidad humana jerarquía genera las políticas de redistribución.
tridimensional articulada, según Parekh La jerarquía del estatus se refleja en una
(1935), por tres componentes inseparables
e interconectados: la identidad personal o
306 Parekh, Bhikhu: A NewPoliíics of Identity. Po-
subjetiva que distingue a todos los seres hu­
litical Principies for an Jnlerdependent World, Palgrave
manos como centros únicos de conciencia MacMillan, pp. 9-30.
con una biografía propia; la identidad social 307 KVMLICKA, WlLL: Conlemporary PoliticalPhiloso-

o comunitaria, esto es, el o los grupos en phy. ob. ciL, pp. 327-370.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILt 246


Cap. III. La justicia como fin principa) del Derecho

historia de reglas discriminatorias contra muy disímiles entre sí. En términos simi­
grupos de menor categoría, y su invisibi­ lares, Millcr (1946) plantea que debemos
lidad o carácter estereotipado. La lucha diferenciar cuidadosamente el multicultura-
contra estas jerarquías genera las políticas lismo como ideología y el multiculturalismo
de reconocimiento o de la diferencia. A pesar como política. “Multiculturalismo” es un
de que podamos distinguir las políticas de término vago que a veces se utiliza en un
redistribución y reconocimiento para fines sentido puramente descriptivo para referirse
analíticos, lo cierto es que en el mundo real al hecho de la diversidad. Pero lo cierto es
aparecen a menudo superpuestas (v. gr., que este uso puede llevar a confusión, por
piénsese en los mapuches, que son al mis­ lo que es mejor hablar a este respecto de
mo tiempo una minoría nacional, étnica y “diversidad cultural”, “pluralismo cultural”
social) al punto que para el liberalismo y o “diferencia cultural”.
para el marxismo la jerarquía del estatus “Multiculturalismo” puede ser utilizado
es puramente accesoria. en un sentido normativo, en referencia a
Con todo, la evidencia sugiere que la una ideología que otorga valor positivo a la
jerarquía del estatus no es reducible a la diversidad cultural, busca el igual recono­
jerarquía económica. Como prueba de lo cimiento de los grupos culturales y llama
anterior, podemos señalar casos de gru­ al Estado a apoyar estos grupos en variadas
pos económicamente bien posicionados, formas. Esta ideología puede manifestarse
pero culturalmente estigmatizados, como heterogéneamente y en distintos grados; así,
las minorías sexuales, ciertos inmigrantes podrá ser más fuerte o más débil en atención
y algunos grupos religiosos; y, a la inversa, al nivel de compromiso con la diversidad
casos de grupos que gozan de una posición y la radicalidad de sus demandas. Pero el
privilegiada en lajerarquía del estatus, pero término también da cuenta del conjunto
que se encuentran (o se encontraban) en de políticas que se crean para ayudar a las
desventaja económica, como la clase tra­ minorías culturales material o simbólica­
bajadora masculina en la mayoría de las mente, lo que es algo distinto. Siguiendo
democracias occidentales. Así, podemos el análisis de Miller, es relevante distinguir
señalar que no hay una correlación sim­ el multiculturalismo como ideología del
ple entre ambas jerarquías. Esto explica multiculturalismo como política pública,
por qué la estrategia de una ciudadanía por dos motivos: a) un país que ideológica­
común funcionó para la clase trabajadora mente rechace el multiculturalismo puede
masculina, pero no satisfizo a otros grupos mantener políticas para promoverlo en su
-las mujeres por ejemplo-, quienes nece­ agenda pública, o viceversa; y b) la mayo­
sitaban además un ataque a las jerarquías ría de los críticos del multiculturalismo no
sustentadas en el estatus. está en contra de la discriminación positiva,
Ahora bien, si dijimos en su momento exenciones para las minorías de algunas
que intentar aunar en una sola posición normas generales o educación bilingüe, sino
las diferentes posturas de los autores que que les preocupa que se genere una cultura
catalogamos como comunitaristas es una política que dé más valor a estos asuntos
tarea muy difícil, hacer algo parecido con que a los problemas comunes relativos a la
los multiculturalistas también lo es. La ra­ redistribución de recursos escasos.
zón nos la recuerda Parekh:308 * * el término Como queda en evidencia, entonces,
“multicultural” se refiere más bien al he­ es más fructífero presentar al multicultu-
cho de la diversidad cultural, y la expresión ralismo como un problema que se refiere
“multiculturalismo” a una respuesta teórica al modo en que debemos hacernos cargo
o normativa para ese hecho, las que son del desafío de la diversidad cultural, más
que como una o más respuestas para en­
308 PARF.KH, Bhikhü: RethinkingMulticulturalism. frentarlo. En lo sucesivo revisaremos tres
Cultural Diversily andPolilical Theory (2a ed.), Palgrave grandes clases de posturas que para fines
MacMillan, 20Ó6, p. 6. didácticos podemos agrupar así: a) el libe-

247 EDITOIUAL JURIDICA D£ CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

ralismo igualitario; b) el multiculturalismo en los que puedan hacerlo deben ser los
liberal; y c) los “multiculturalismos”. mismos a los que se someten todos los demás
sujetos bajo el imperio de los principios de
justicia propios de una sociedad democrá­
5.3.1. El liberalismo igualitario tica.311 Esto es inherente a una sociedad
y la estrategia de la asimilación gobernada por valores liberales y supone
o privatización suscribir la tesis fundamental de que no es
función del Estado promover la diversidad
El liberalismo igualitario, al defender la cultural, puesto que ello podría poner en
separación entre los asuntos públicos y la peligro la promoción de un marco neutral
esfera privada donde los ciudadanos pueden que asegure elecciones autónomas, el au­
relacionarse libremente con las concep­ téntico deber del Estado. Así, la perspectiva
ciones del bien y los ideales de excelencia liberal igualitaria se posiciona frente a la
humana que estimen más valiosos, siem­ diversidad cultural de una forma similar
pre que se sujeten a los límites impuestos a como el liberalismo se situó ante el plu­
por la justificación pública -aquella que ralismo religioso. “Podemos decir que el
sólo reconoce como razones legítimas las liberalismo es, tanto histórica como lógi­
que valgan para todos— termina por ser camente, el resultado de la generalización
indiferente frente a la diversidad cultural de la proposición de que no es tarea del
privatizándola, relegándola a las fronteras Estado forzar la observancia de la verdadera
del espacio privado.309 Esa es la tesis central religión. A la inversa, la noción de que el
de la teoría liberal. Habermas, por ejemplo, Estado puede (o quizás debe) desplegar sus
sostiene que “la integración ética de grupos poderes coercitivos para asegurar el man­
y subculturas con sus propias identidades tenimiento de la cultura ancestral puede
colectivas debe encontrarse, pues, desvin­ ser visto como aquello que obtenemos ‘cul-
culada del nivel de la integración política, turizando’ la proposición de que las tareas
de carácter abstracto, que abarca a todos legítimas del Estado incluyen la imposición
los ciudadanos en igual medida”?10 Luego, de la verdadera religión”.312
los ciudadanos pueden, en ejercicio de su Expliquemos paso a paso la posición que
autonomía, llevar adelante los planes de hemos presentado en términos generales. El
vida que se vinculen con diferentes refe­ liberalismo igualitario defiende la prioridad
rentes culturales. de la justicia frente a las concepciones del
Postular que el liberalismo privatiza las bien, lo que implica diferenciar la esfera
formas de vida que no son liberales es equi­ de lo político (o público) de lo no político
valente a decir -como muy gráficamente lo (o privado). Una sociedad política justa
plantea Barry (1936-2009)-que el liberalismo es aquella que apoya los principios de la
hace su trabajo, o sea, que los miembros de justicia y, por lo tanto, el Estado debe ser
grupos no liberales gozan, en condiciones comprendido como una asociación com­
de igualdad, de los mismos derechos que puesta por ciudadanos iguales. El Estado
cualquier otro ciudadano. Siempre que así no se ocupa de doctrinas filosóficas y reli­
lo escojan, son libres de adherir, junto a giosas, sino que regula la búsqueda de los
otros, a una creencia que sea autocrática, propios intereses morales de conformidad
misógina e intolerante. Pero los términos con los principios con los que los individuos
estarían de acuerdo en una situación inicial
de igualdad. Es evidente que esta forma
309 RAWLS.JOHN: La justicia como equidad. Unarefor- de entender el diseño de las instituciones
mulación, ob. cit., pp. 43-55; y BAUMEISTER, ANDREA:
Liberalism and the ‘Politics of Difference\ Edinburgh
University Press, 2000, pp. 48-74. 311 BARRY, BRIAN: Culture and Equality. An EgatíCar­
310 Habermas, JURGEN: “La lucha por el reconoci­ ian Critique of MulticuUuralism, Harvard University
miento en el Estado democrático de derecho”, en La Press, 2002, pp. 19-62.
inclusión del otro, Paidós, Barcelona, 1999, p. 215. 5,2 Ibíd., p. 65.

ATA
EDITORLU JURIDICA DE CHILE 248
Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

sociales básicas supone concebir al libera­ llevar más allá su crítica, probando que una
lismo como una teoría deontológica que sociedad gobernada por principios libera­
prioriza el deber, pues honrar los principios les no logra diseñar una estructura básica
de lajusticia es correcto con prescindencia justa en cuyo interior todos los modos de
de si acarrea algún bien y, por ende, algo vida permisibles tengan una oportunidad
sólo podemos considerarlo bueno si encaja equitativa de mantenerse a sí mismos y de
con alguna forma de vida consistente con captar adherentes. Pero si alguno de ellos
los principios de que ya disponemos. De es incapaz de perdurar en una sociedad
este modo, lo justo es previo a lo bueno. El que garantiza las libertades básicas iguales
liberalismo no desconoce el hecho de que y la tolerancia mutua, no hay nada que el
hay muchas concepciones del bien opues­ Estado deba hacer en nombre de lajusticia.
tas e inconmensurables, pero cada una de Así, pues, “la cuestión de si el liberalismo
ellas debe respetar los límites que impone está arbitrariamente sesgado en contra de
la obligación de resguardar la autonomía ciertas concepciones y a favor de otras se
de todas y cada una de las personas. “En transforma en la cuestión de si, dados el
consecuencia, la unidad de la sociedad y hecho del pluralismo razonable y las otras
la lealtad de sus ciudadanos para con sus condiciones históricas del mundo moderno,
comunes instituciones descansa no en su realizar sus principios en las instituciones es­
adhesión a una concepción racional del tablece condiciones de trasfondo equitativas
bien sino en un acuerdo acerca de qué es en las que puedan defenderse y perseguirse
justo para dos personas morales libres e diferentes concepciones del bien. El libera­
iguales con concepciones del bien, dife­ lismo está injustamente sesgado en contra
rentes y opuestas. Esta concepción de la de ciertas concepciones comprehensivas sólo
justicia es independiente de, y previa a, la si, digamos, las únicas concepciones que
noción de bondad, en el sentido de que pueden perdurar en una sociedad liberal
sus principios ponen límites a las concep­ son las individualistas, o si éstas son tan
ciones del bien que son admisibles en una preponderantes que no dejan florecer las
sociedad justa”.313 asociaciones que defienden los valores de
De manera consistente con lo anterior, la religión o la comunidad, y más aún, si las
y centrándonos ahora en el problema de condiciones que conducen a este resultado
la diversidad cultural, la cuestión decisiva son ellas mismas injustas”.314 Pero si eso no
no es si el Estado anima o desanima ciertas sucede, el liberalismo habrá administrado
formas de vida, sino lajusticia sobre el modo la diversidad cultural del único modo justo,
en que éstas son alentadas o desalentadas. esto es, relegándola a permanecer dentro
Podemos distinguir al menos dos formas de los estrictos límites de lo privado donde
en que estilos de vida asociados a ciertas gobiernan las concepciones del bien.
doctrinas culturalmente comprehensivas La estrategia liberal de la privatización
pueden ser desalentadas incluso hasta su supone, entonces, que comprendamos ade­
extinción: pueden entrar directamente en cuadamente cómo debe institucionalizarse
conflicto con los propios principios de jus­ el principio del tratamiento igualitario. De la
ticia; o bien, pueden ser compatibles con mano de Barry intentaremos analizar cómo
éstos, pero sin que logren subsistir bajo las debería ser su implementación si queremos
condiciones estructurales de una sociedad ser consistentes con los presupuestos libera­
democrática. En ninguno de los dos casos, les. El hecho de la diferencia es universal y
cree el liberalismo igualitario, se afecta la también lo es su reconocimiento. Tampoco
justicia. En consecuencia, quienes critican nada hay de nuevo en la circunstancia de
al liberalismo igualitario por ser hostil a la que al interior de un mismo Estado con­
pluralidad cultural deben ser capaces de vivan personas con creencias distintas: la

3,3 RAWLS,]., Justicia como equidad. Materiales para

una teoría de lajusticia, ob. cit., p. 188. 3,4 Ibíd., p. 209.

249 miTORLM. JURIDICA mcuiu


Curso de Filosofía del Derecho

diversidad llegó para quedarse. La novedad se necesitan tratamientos especiales, por


es que aquellos que defienden programas razones de justicia, respecto de creencias
multiculturales pasen sin más del hecho religiosas y prácticas culturales. La estra­
del pluralismo cultural al multiculturalismo tegia de la privatización se traduce en una
como postura normativa y política. Esto respuesta suficientemente satisfactoria ante
envuelve dos errores relevantes: primero, la diversidad cultural. Presenta un elenco
suponer que la diversidad étnica siempre de opciones iguales para todos, dentro del
es sinónimo de pluralismo o diversidad cul­ cual cada sujeto puede elegir su curso de
tural; y, segundo, aun en los casos en que acción de acuerdo con sus preferencias y
la diversidad étnica pueda ser equiparada creencias.
con la diversidad cultural, de ello no se Ante el reclamo multicultural el libe­
sigue que los programas multiculturales ralismo concede que, en algunos casos, es
no puedan ser criticados. La tesis de Ba- factible autorizar la desobediencia de las
rry no es que la multiplicidad cultural no reglas que imponen el tratamiento igualitario
sea relevante, sino que, precisamente por por parte de minorías religiosas o culturales
su importancia, debemos resistirnos a la por razones de prudencia política, pero
politización de la identidad de los grupos eso está muy lejos de institucionalizar un
y el desarrollo de políticas para grupos es­ estatuto de excepciones especiales para cada
pecíficos. En vez de eso, debemos apoyar grupo. Al contrario, el liberalismo, imbuido
y fortalecer el compromiso liberal con una como esta por el paradigma redistributivo,
ciudadanía igual para todos. no considera suficiente justificación para
Obviamente, reconoce Barry, la pro­ fundamentar una excepción a la regla del
puesta que se ha esbozado es fuertemente tratamiento igual que se produzca un im­
controvertida. Para algunos, la estrategia pacto diferente sobre las personas debido
de la privatización asume que la religión u a sus prácticas culturales o religiosas.
otro tipo de creencias culturales no tienen El tratamiento igualitario no implica
importancia en la vida de las personas. Pero iguales efectos, sino nada más que cada
esta apreciación se funda en un grueso error. uno se someta a las mismas reglas legales.
Muy por el contrario, debido a que el libera­ Casi todas las leyes afectarán a las personas
lismo igualitario reconoce esa trascendencia de manera diferente y no hay nada intrínse­
considera que deben neutralizarse dichas camente injusto en ello. Así, por ejemplo,
creencias en la esfera política. Para otros, “el interés de las mujeres de no querer ser
la solución liberal de relegar la diversidad violadas tiene prioridad sobre el interés de
cultural al ámbito privado falla paia aquellos un violador potencial en la forma de una ley
que defienden visiones comprehensivas que que prohíbe la violación. De forma similar,
aspiran ajugar un papel en la arena públi­ el interés de los niños de no ser interferidos
ca.315 Pero hay que tener cuidado, puesto en su sexualidad tiene prioridad sobre los
que la idea de la neutralidad ha de ser bien intereses de un potencial pedófilo en la
comprendida: el liberalismo es neutral por­ cristalización de una ley que prohíba esos
que es justo, no porque genere el mismo actos o esas tendencias”.316 Esto no significa
impacto u origine el mismo gravamen en que no puedan revisarse, como ya dijimos,
la vida de las personas a consecuencia de las leyes cuando afecten desproporcionada­
sus decisiones vinculadas con su religión mente a ciertas personas. Pero el camino
o cultura. Los multiculturalistas se equivo­ correcto no es establecer el enfoque de la
can, sentencia Barry; cuando reclaman que reglad-excepción (rule-and-exemption) como
política habitual, sino estudiar y reelaborar
las leyes de modo que cumplan con sus ob­
315Véase VlLLAVlCENUO MIRANDA, LUIS: “La con­ jetivos respetando a las minorías culturales
cepción política de la persona y las visiones constitu­
tivas del bien", en Ideas y Valores. Revista Colombiana de
Filosofía, Universidad Nacional de Colombia, N° 135, 3,6 Barry, Brian: Culture and Equality, ob. cit.,
diciembre de 2007, pp. 29-49. p. 34.

250
Cap. 111. La justicia como fin principal del Derecho

y religiosas. El criterio que propone Barry sujetos sean tratados equitativamente. La


es muy sencillo: si la razón de la excepción igualdad de derechos y oportunidades no
es suficientemente poderosa, no debería requiere el compromiso con una sociedad
haber ley; y si la justificación de la regla es que promueva la asimilación, sino lajusticia.
suficientemente potente, no debería existir Luego, “la cantidad justa de diversidad -y
la excepción.317 la cantidad justa de asimilación- es la que
Respecto del reproche que se le puede resulte de preferencias libres en un marco
imputar al liberalismo de promover la asi­ de instituciones justas”.318
milación a través de la táctica de la privatiza­ Pero, si no es necesario otorgarle a los
ción, Barry plantea que lo que está enjuego grupos étnicos o culturales un tratamiento
aquí es el modo en que debe resolverse el especial, ¿cómo damos cabida a los legítimos
conflicto entre la política del universalismo intereses, en una sociedad abierta, de esos
defendida por el liberalismo y la política de grupos minoritarios? Para el liberalismo, la
la diferencia postulada por el multicultu- integridad de los grupos minoritarios y sus
ralismo. Según el filósofo inglés, para que prácticas culturales están suficientemente
los miembros de un grupo sean asimilados, protegidas mediante el reconocimiento de
ellos deben ser incorporados o absorbidos las libertades de conciencia y de asociación.
por otro grupo -usualmente más grande Estas permiten la diversidad y el florecimiento
o más poderoso- reconociéndolos como de muchas tradiciones culturales distintas.
iguales. La expresión ciego a la diferencia, por La libertad de asociación autoriza que los
su parte, puede entenderse en el sentido de grupos puedan tratar a sus miembros de
que las políticas públicas no se diseñan para modos no liberales, ya sea de forma desigual
dar un tratamiento especial a miembros de (por ejemplo, aquellas religiones que discri­
grupos en razón de sus rasgos culturales. minan el papel de la mujer en su jerarquía
Si el liberalismo promueve un tratamiento interna) o ya sea limitando la libertad indi­
igualitario, ese tipo de ceguera es consti­ vidual como condición de pertenencia (por
tutiva de la teoría liberal y nuestro autor ejemplo, religiones que imponen obligacio­
la acepta sin problemas, pues no supone nes alimenticias o restricciones sexuales).
desconocer las diferencias, sino dotarnos El liberalismo no pretende empeñarse en
de herramientas equitativas para adminis­ que cada grupo se sujete a los principios
trarlas. El liberalismo no pretende erradicar liberales en su estructura interna, sólo se
las formas de vida tradicionales ni protestar preocupa de que las personas al asociarse
contra la permanencia de culturas ances­ libremente satisfagan dos condiciones: que
trales, sólo se opone a que se coaccione a los participantes sean adultos, que hayan
quienes no comparten esas formas de vida. entrado voluntariamente al grupo, y que
Ello no es más que la aplicación de la máxi­ puedan salir cuando lo deseen. Una vez
ma, que inspira histórica y conceptualmente satisfechos esos requisitos, los individuos
al liberalismo, de que el Estado no debe pueden hacer lo que les plazca, como, por
imponer la verdadera religión y tampoco, ejemplo, consentir involucrarse en relaciones
con mayor razón, la “cultura verdadera”. de dominación o subordinación que serían
Aunque la preservación de la identidad intolerables sin consentimiento.
cultural puede ser considerada un interés Para el liberalismo, por último, las tesis
legítimo, no puede lograrse por medios inulticulturalistas son inconsistentes, pues
injustos, ya que la estructura básica de una la apelación a la cultura como justificación
sociedad equitativa está al servicio de las en sí misma para defender sus políticas
personas, no de las culturas. En suma, Bany normativas es falaz. Para poder apreciar la
no está ni a favor ni en contra de la asimi­ precariedad del argumento basta recordar
lación. Lo único que demanda es que los cómo las personas defienden usualmcnte

317 Ibíd., pp. 38-50. 3,8 Ibíd., p. 71.

251 ídítokial JURIDICA ni: chile


Curso de Filosof ía del Derecho

sus acciones. Lo habitual es dar razones que una corriente homogénea de pensamiento,
justifiquen el modo en que se ha actuado, es una perspecüva filosófica que se nutre de
el que puede ser refutado conforme a otras muy variadas fuentes. Cuando se le ataca sin
razones. Pero si alguien sostiene que actuó tener en cuenta ese factor, se cae sin reme­
de acuerdo con su cultura, ha abandonado dio en la caricaturización enrostrándoles
las fronteras del discurso moral o político a los autores multiculturalistas tesis tales
para precipitarse, de forma lógicamente como el carácter estático y acrítico de las
indebida, en la perspectiva antropológica. culturas, que sólo unos pocos defienden.
Esta aproximación, con Barry, puede ser En vez de todo ello, el multiculturalismo
resumida en el siguiente eslogan: “la cultura le reprocha al liberalismo la presunción
no es una excusa”319 o, como ha planteado de que la cultura tiene una importancia
Garzón Valdés (1927), supone confundir marginal y que la naturaleza humana es
la diversidad cultural con lo moralmente suficiente para explicar el comportamiento
valioso.320 El hecho de haber actuado de humano. La naturaleza humana nunca se
una determinada forma por generaciones presenta en su forma natural y está inelu­
nojustifica que deba continuar haciéndose. diblemente moldeada y estructurada por
Existen culturas buenas y otras viles, y am­ la cultura, por lo que los seres humanos
bas tendrán buenas y malas razones para están inevitablemente conectados con un
actuar, pero en ningún caso ser parte de marco cultural específico. Con seguridad
una cultura es razón suficiente para hacer la mayoría de los autores multiculturalistas
o no hacer algo. reconocen que las personas pueden revi­
sar todos o algunos de los aspectos de su
cultura, pero lo que no pueden hacer es
5.3.2. Acomodando las diferencias. trascender a la cultura todos en conjunto
Multiculturalismo liberal y vivir en un vacío cultural.
y “multiculturalismos” El autor agrega que el liberalismo no
aprecia el valor de la diversidad cultural,
Frente a la respuesta liberal hay dos gran­ el diálogo intercultural, ni la importancia
des grupos de alternativas que parten de del derecho a la expresión de la cultura
un punto de vista común: su oposición propia. A pesar de que permite algunas
al modo en que el liberalismo igualitario excepciones al tratamiento igualitario por
aborda la diversidad cultural y el diseño razones prudenciales, éstas raramente inclu­
institucional que va de la mano, esto es, la yen el respeto por la cultura y la identidad
construcción de un Estado-nación unitario de los involucrados, cuando lajustificación
y homogéneo.321 Según Parekh, la crítica adecuada de las mismas debería ser, preci­
liberal al rnulticulturalisnio (especialmente samente, una reinterpretación del principio
la de Barry) es poco convincente, porque de igualdad. Parekh opina que una visión
olvida que el multiculturalismo, más que multicultural üene muchas ventajas sobre la
liberal. Ya que la igualdad es un valor muy
319 Barry, Brian: Culture and Equality, ob. cit., relevante en una sociedad liberal, apreciar
p. 258. el trato diferenciado como una forma de
320 GARZÓN Valdés, Ernesto: “Cinco confusio­ igualdad hace más fácil la persuasión de la
nes acerca de la relevancia moral de la diversidad sociedad mayoritaria para conceder ciertas
cultural”, en Instituciones suicidas. Estudios de ética y
política, Paidós-Universidad Nacional Autónoma de exenciones y también cultiva el respeto por
México, México D. F., 2000, pp. 199-240. las diferencias y la diversidad, ahora vistas
321 KYMLICKA, WlLL: Ciudadanía multicultural. Una como parte de una idea de la igualdad más
teoría liberal de los derechos de las minorías, Barcelona, inclusiva. En cambio, en la visión de la filo­
Paidós, pp. 13-19; y del mismo autor: La política ver­
sofía liberal ocurre lo opuesto: las diferen­
nácula. Nacionalismo, multiculturalismo y ciudadanía,
Barcelona, Paidós, pp. 29-42. Véase también PAREKH, cias son vistas como desviaciones tratadas
BHIKHU: RethinkingMulticulturalism, ob. cit., pp. 179- como molestias que deben ser toleradas de
185. mala gana. 1.a pregunta que queda abierta

EDITORIAL JURÍ DICA DE CHILE 252


Cap. 111. La justicia como fin principal del Derecho

es cómo bajo está lógica podría generarse busquen imponerla. El punto de partida de
la ansiada solidaridad que requieren los esta posición es comprender la relevancia
liberales para justificar su visión. del contexto social como requisito para que
Otra cuestión que Parekh destaca es exista una elección autónoma auténtica y
que los valores morales varían en grado significativa. Como sostiene Raz (1939),
de universalidad. Algunos son esenciales “sólo a través de la socialización en una
para el florecimiento humano, definen el cultura podemos canalizar las opciones que
contenido mínimo de cualquier forma de dan sentido a la vida”.322 La conexión del
vida buena y podemos dar razones bastante planteamiento con la tesis comunitarista
convincentes de que merecen, al menos que defiende la naturaleza contextual de
normativamente, lealtad universal. Otros los seres humanos es evidente, pero con la
valores exceden ese mínimo, dan riqueza muy significativa salvedad que esa natura­
y profundidad a la vida humana y podemos leza sólo tiene valor en cuanto contribuya
incluso defender plausiblemente que debe­ a asegurar para cada persona un marco de
rían tener admiración universal, pero una opciones cualitativamente significativas. De
sociedad que falla en vivir de acuerdo con modo que las culturas ya no son relegadas
ellos no pierde el derecho a pretender ser a la esfera privada, como plantea el libera­
una buena sociedad. La distinción conven­ lismo igualitario, sino que juegan un papel
cional entre universalismo y relativismo no fundamental en la conformación de ciertos
captura la complejidad de la vida moral. El aspectos decisivos en la construcción de la
sostener que ciertos valores morales perte­ identidad, como es el caso de la lengua, la
necen a una sociedad no es ser relativista, educación o ciertos símbolos nacionales
tan sólo implica que éstos presuponen una que se traducen en medidas que “van desde
estructura social específica cuyas razones las políticas educativas multiculturales a
particulares probablemente no interesan a los derechos lingüísticos, pasando por las
los foráneos. Por otro lado, el universalismo garantías de representación política y por
también tiene sus matices. Probablemente la protección constitucional de los tratados
podemos argumentar que ciertos valores son con los pueblos indígenas”.323
universales, pero su significado, importancia Ahora bien, los Estados modernos están
relativa y aplicabilidad varían de sociedad en constituidos -casi siempre- por diversos
sociedad. Toda esta sintonía fina es la que grupos étnicos y/o nacionales, lo que nos
se le escapa al liberalismo cuando critica demanda abandonar el espurio discurso
al multiculturalismo. de la neutralidad y aceptar que al interior
A pesar de ese diagnóstico compartido, de ellos habrán de tomarse inevitables de­
el multiculturalismo liberal y las diferentes cisiones culturales que afectan a esos gru­
clases de multiculturalismos difieren en el pos. Surge así la necesidad de reconocer
modo en que habrá de enfrentarse el proble­ algunos derechos de grupo, bajo el alero
ma de las reivindicaciones multiculturales. de una ciudadanía diferenciada y orientada
En esta sección presentaremos brevemente culturalmente, para dotar a las minorías de
los argumentos de ambas posiciones. El los mecanismos necesarios para enfrentar
multiculturalismo liberal pretende-en las las discriminaciones que pueden sufrir a
palabras de Kymlicka, su principal exponen­ manos de la cultura mayoritaria. Para el
te- realzar la importancia de la identidad multiculturalismo liberal, la dicotomía entre
cultural protegiendo las diversas minorías derechos colectivos y derechos individuales
nacionales y étnicas, pero garantizando la es errónea, puesto que deben distinguirse
vigencia de ciertos principios liberales bási­ con cuidado dos tipos de restricciones o
cos. Luego, el Estado debe adoptar políticas
públicas destinadas a que los miembros de 322 Raz, Joseph: La ética en el ámbito de lo público,
los diversos grupos étnicos y nacionales pue­ Barcelona, Gcdisa, 2001, p. 192.
dan expresar y promover su propia cultura 323 KYMLICKA, WlLL: La política vernácula, ob. cit.,

e identidad, pero rechazando aquéllas que p. 63.

i-DiroRiAL JURIDICA ds chile


Curso de Filosofía del Derecho

protecciones asociadas a ellos: por una parte, La finalidad de la teoría multiculturalista,


se encuentran las protecciones externas, según Parekh, es explorar nuevos modos
esto es, aquellas que autorizan al grupo de constitución del Estado moderno, que
-étnico o nacional- a ser tratado con igual al ser estructuralmente multicultural, nece­
consideración y respeto que otros grupos sita encontrar la forma de pluralizarse sin
equivalentes (a modo de ilustración, los de­ minar su unidad y la capacidad para actuar
rechos a una lengua propia, el derecho a un decisivamente a favor del interés colectivo.
estatuto especial de posesión de tierras o el “Cada sociedad multicultural necesita dise­
derecho al gobierno autónomo o, al menos, ñar una estructura política apropiada para
a instituciones parcialmente autónomas); adaptarla a su historia, tradiciones culturales
y, por otra, tenemos las restricciones inter­ y al alcance y profundidad de su diversidad.
nas, o sea, aquellas que impiden al grupo No puede comenzar a hacerlo sin liberar la
coaccionar a sus miembros impidiéndoles imaginación política del hechizo de la teoría
revisar su concepción del bien (por ejemplo, dominante y su supuesto de que existe un
el derecho a sancionar a los individuos que único modelo válido y universal de construir
se aparten de las creencias colectivas). Pues apropiadamente el Estado”.325
bien, los derechos colectivos entendidos Para Parekh el multiculturalismo no debe
como protecciones externas son absoluta­ articularse como una doctrina política ni
mente compatibles con una teoría liberal como una teoría filosófica, sino como un
de los derechos que pretenda fomentar punto de vista acerca de la vida humana que
la autonomía, mientras las restricciones se estructura sobre la base de tres visiones
internas son inaceptables. complementarias:
Las diferentes clases de multiculturalis- a) Los seres humanos estamos cultural­
mo adoptan una posición crítica frente al mente constituidos, pues nos desarrollamos
liberalismo y el multiculturalismo liberal. y vivimos en un mundo culturalmente es­
Debemos destacar que, a diferencia del libe­ tructurado, organizando nuestras vidas y
ralismo igualitario y del multiculturalismo relaciones sociales en términos de un sistema
liberal, el multiculturalismo difícilmente de significados y valoraciones que le dan
puede caracterizarse como una tradición un valor considerable a nuestras identida­
homogénea de pensamiento, ya que care­ des culturales, pero que no implica que
ce de fundadores o textos canónicos. Por estemos determinados por la cultura en la
esta razón, parece más adecuado hablar de que nos insertamos por haberla heredado y
multiculturalismos^ que sólo tendrían en aceptado acríticamente, convirtiéndonos en
común la defensa de una estrategia multi- sujetos incapaces de evaluar sus creencias
culturalista, cuyo fin es sostener como tarea y prácticas, sino más bien como agentes
primordial del Estado la promoción de la capaces de revisarla reflexivamente o, en
diversidad cultural mediante una decidida casos más excepcionales, abandonarla -total
política de la diferencia que supone redefi­ o parcialmente- comprendiendo y haciendo
nir los contornos de la justicia más allá del propia otras;
paradigma de la distribución para transitar b) Las diferentes culturas representan
al paradigma del reconocimiento. Como diversos sistemas de significados y visiones
existen muchos tipos de multiculturalismo, de la vida buena, haciendo que la diver­
nosotros sólo podremos concentramos aquí sidad cultural sea no sólo inevitable, sino
en la respuesta de Parekh, probablemente el deseable. Cada uno de nosotros realiza un
teórico político que más se ha preocupado limitado espectro de capacidades humanas
de sistematizar las tesis multiculturalistas. y sólo percibe una parte de la totalidad de
la existencia humana, necesitando otras
324 De Lucas, Javier: “La(s) sociedad (es)
visiones para entenderla mejor, expan dien-
multicultural (es) y los conflictos políticos y jurídi-
£ eos”, en La mulliculturalidad, Consejo General del 325 Parekh, BhikhU: Rethinking Multiculturalism,

Poder Judicial, Madrid, pp. 61-102. ob. cit., p. 195.


TTYT
EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 254
Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

do nuestro horizonte intelectual y moral, entre sí respecto de nuevas formas de rea­


agudizando nuestra imaginación, y guar­ lización humana. El valor de otras culturas
dándonos de la fascinación por absolutizar es independiente de si son o no opciones
la propia cosmovisión. Se debe partir -de para nosotros”.326 Para nuestro pensador,
buena fe- del supuesto que ninguna cultura entonces, la diversidad cultural es parte
carece completamente de valor, merecien­ constitutiva y condición de la libertad, trans­
do al menos algo de respeto por lo que formándose en un aspecto imprescindible
significa para sus miembros y la energía para que los seres humanos poseamos, ge-
creativa que supuso y supone para ellos. nuinamente, la probabilidad de conocernos,
También hay que entender que ninguna trascender al interior de nuestros marcos
cultura es perfecta, ni tiene el derecho de referenciales, criticarlos, o incluso abando­
imponerse a otras, y que las culturas cam­ narlos. Entendida de este modo, la diversi­
bian mejor desde la crítica interna. Pero, dad cultural impide la absolutización de la
junto con ello, y debido a que cada cultura propia cultura y asegura su permeabilidad
es connaturalmente limitada, promover frente a las demás posibilitando el diálogo
el diálogo entre ellas es algo mutuamente entre las distintas culturas.
beneficioso. Diálogo que es posible, en fin, Terminamos esta breve explicación exa­
porque cada cultura acepta a las otras como minando cuáles serían las condiciones que
participantes iguales en el plano discursivo, deben satisfacerse para que una sociedad
las que deben ser tomadas en cuenta como multicultural sea viable. En primer lugar, la
fuente de nuevas ideas. paz es indispensable, por lo que debe haber
c) Las culturas son internamente plurales un acuerdo colectivo básico respecto de la
aunque con pretensiones de coherencia autoridad, plasmado en una constitución
interna, representando un juego dialógi­ que lo dote de legitimidad suficiente para
co entre diferentes tradiciones y estados representar a la comunidad. En segundo
de pensamiento. Las culturas surgen en lugar, lajusticia-como elemento unificador
una interacción con otras culturas y son, dentro de una sociedad multicultural- ocu­
a la vez, permeables, sujetas a influencias pará un lugar de vital importancia: es im­
externas que se interpretan y asimilan de prescindible que el Estado adopte políticas
una forma autónoma. justas e imparciales que garanticen a sus
La interacción creativa entre estas tres ciudadanas y ciudadanos igualdad de trato.
visiones constituye la perspectiva multicultural En tercer lugar, Parekh sostiene que una
que Parekh defiende. Nos detendremos sociedad multicultural requiere compar­
sólo en la segunda, esto es, la conveniencia tir una cultura común, a lo menos en sus
de la diversidad cultural y el diálogo inter­ aspectos centrales, para su preservación.
cultural. Para alcanzar adecuadamente la Esta se consolida gracias a la interacción
perspectiva multicultural es indispensable constante entre las culturas que la compo­
comprender que la diversidad cultural no nen -tanto en espacios públicos como pri­
es ni un bien estético ni juega un papel vados-, cuestionándose y nutriéndose entre
puramente instrumental en la vida de las sí, ampliando sus horizontes y dando lugar
personas, aumentando las opciones dispo­ a un proceso de retroalimentación mutua.
nibles para escoger un plan de vida. Muy En cuarto lugar, un sistema educacional,
por el contrario, la clave es reconocer la orientado multiculturalmente,jugará un rol
diversidad cultural como un bien moral fundamental al proporcionar a la población
intrínseco, pues ninguna cultura, por muy una educación que considere su calidad
compleja que sea, contiene en su seno todo de seres humanos, su pertenencia a una
aquello que es susceptible de ser valorado comunidad étnica y cultural, y su participa­
ni desarrolla totalmente la potencialidad ción como ciudadanos en una comunidad
humana. “Las diferentes culturas se corrigen
y se complementan unas a otras, expanden
sus horizontes de pensamiento y se alertan 326 Ibíd., p. 167.

255 EDITORIAL JURIDICA DE CHILE


Curso de Filosofía del Derecho

política. En fin, es indispensable que suija sus miembros una cultura societal. Ya que
una identidad nacional común enfocada las minorías nacionales -al haber sido sub­
hacia la estructura política de la comunidad sumidas por un Estado mayor- tenían con
y no en las características personales de anterioridad una cultura societal propia,
sus miembros vistos desde una perspecti­ cumplen con las condiciones mínimas para
va individual. De este modo, se permite la proporcionar a sus miembros el necesario
existencia de identidades diversas inclu­ marco para desarrollarse autónomamente y,
yendo a todas las ciudadanas y ciudadanos por ende, se les debe reconocer el derecho
permitiéndoles a su vez que se identifiquen a mantener o emprender su propia cons­
con la identidad nacional. Para dar legiti­ trucción nacional y gozar de alguna forma
midad a las comunidades minoritarias no de autogobierno. “De hecho, su cultura
es necesario que tal identidad sea neutra. societal les proporciona un contexto más
Es más, una comunidad política no puede satisfactorio del que habrían tenido en caso
negar su identidad histórica muchas veces de que se les hubiera exigido integrarse en
predominante, pero sí puede proclamarse la sociedad principal, ya que es la cultura
y actuar de manera pública y oficial como con las que esas minorías se identifican y
multicultural. están más familiarizadas”.328
Descritas en sus aspectos fundamenta­ Los inmigrantes legales constituyen el
les las posturas del multiculturalismo li­ otro extremo. No son minorías nacionales,
beral y del multiculturalismo a secas, nos sino étnicas, no están territorialmente con­
vamos a concentrar en lo que sigue en el centradas ni poseen una institucionalidad
diálogo crítico que ha habido entre ambas completa, su cultura ha sido desarraigada
profundizando las objeciones de Parekh de su contexto original, y no puede repro­
al planteamiento de Kymlicka. El primer ducirse como tal en otro medio. Además,
reproche se centra en la concepción más el hecho de haber emigrado en busca de
bien estrecha y esencialista con que utiliza mejores expectativas también supone que
el término cultura,327 lo que acarrea im­ los inspira un genuino deseo de integrarse
portantes consecuencias en el diseño de la a la nueva sociedad. Por estas razones los
teoría de Kymlicka. Por de pronto impacta inmigrantes no estarían habilitados para
en la nítida distinción y en el diverso peso ejercitar (y debiesen dejar de demandar) el
moral que tendrían las demandas de dos derecho al autogobierno y a su autonomía
tipos de minorías culturales: las nacionales cultural, aunque sí pueden exigir la manten­
y los inmigrantes voluntarios. Ese trato dife­ ción de algunas de sus prácticas asociadas
renciado encuentra su fundamento en las a su identidad etnocultural que se tradu­
mayores o menores posibilidades que posee cirían en diversas facultades y exenciones
cada clase de minoría para proporcionar a que Kymlicka llama derechos de acomodo.
En opinión del autor angloindio la
327
cuestión clave es que no existe razón de
En las propias palabras de Kymlicka: “los Estados
modernos desarrollan y consolidan invariablemente peso para hacer tal distinción. Muy por el
lo que yo llamo una ‘cultura societal’ -esto es, un contrario, esa clasificación no hace más
conjunto de instituciones que abarcan tanto la vida que reflejar una larga tendencia histórica
pública como la vida privada, provistas de una len­ liberal de delinear, por un lado, un claro
gua común que se ha desarrollado históricamente contraste entre los grupos étnicos y las na­
a lo largo del tiempo en un territorio dado y que
proporciona a las personas una amplia gama de ciones privilegiando a estas últimas; y, por
opciones respecto a cómo encauzar sus vidas-. I .a otro, establecer una clara diferencia entre
aparición de una cultura societal -que requiere la inmigrantes y ciudadanos. Apoyándose en
normalización y difusión de una lengua común, así la misma distinción trazada (entre minorías
como la creación y la propagación de instituciones
nacionales y étnicas), otros han criticado
educativas, políticas y legales comunes- es un rasgo
de modernización, pero es también algo que recibe
un apoyo activo por parte del Estado”. KYMLICKA,
WlLL: La política vernácula, ob. cit., p. 78. 328 Ibíd., p. 81.

editorial JURIDICA de chile 256


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

la visión rígida que despliega Kymlicka al de las objeciones más comunes a la concesión
ocuparse solamente de los casos antagóni­ de derechos a las minorías es que eso nos
cos omitiendo las situaciones intermedias, llevaría a deslizamos por una “pendiente
como sería el caso de grupos oprimidos que, resbaladiza” en virtud de la cual cada vez
sin pertenecer a aquellas minorías en las más y más grupos empezarían a exigir cada
que se concentra Kymlicka, sí requerirían vez más derechos, lo que acabaría en una
que se les reconocieran algunos de los de­ eventual desintegración de la sociedad”.330
rechos de acomodo.329 Nos parece que sería el Precisamente esa creencia ha entorpecido
caso, sin duda, de las minorías sexuales y enormemente avances en los debates sobre
las mujeres. En fin, no menos importante los derechos de las minorías nacionales y
es que el autor en comento olvida que las étnicas, por lo que es indispensable “mostrar
minorías se comportan, en la realidad, de que los grupos etnoculturales no constituyen
modo complejo, lo que dificulta su enca- un continuum fluido (...), sino que existen
sillamiento. más bien diferencias profundas y relativa­
Detengámonos ahora en la respuesta mente estables entre los distintos tipos de
del autor norteamericano a este primer grupos etnoculturales. Al contrario de lo
conjunto de ataques. Kymlicka parte por que opinaYoung (...) es importante insistir
reconocer que existen muchos casos de en que esos grupos presentan diferencias
grupos etnoculturales que no encajan con de tipo, y no sólo de grado”.331
exactitud en las categorías especificadas Analizaremos ahora el segundo grupo
(v. gr., gitanos, los afroamericanos en EE.UU., de reproches que Parekh desarrolla contra
o los colonos rusos en los países del Báltico) la teoría de Kymlicka, los que nos pare­
y que su teoría dice poco acerca de éstos. cen más decisivos. Para comprender mejor
Esta limitación, con todo, no es arbitraria, estas críticas comenzaré por resumir las
por varias razones. En primer lugar, con­ tres tesis que, según Parekh, identifican el
centrarse en el caso de los inmigrantes y de pensamiento del filósofo canadiense: i) los
las minorías nacionales se justifica porque seres humanos poseen un interés esencial
constituyen los tipos de pluralismo etno- en llevar una vida buena; ii) ésta debe ser
cultural más comunes en las democracias vivida desde adentro; y iii) debe ser sus­
occidentales. En segundo lugar, nuestro ceptible de ser revisada. De estas tesis, la
filósofo plantea que gran parte de estos genuinamente problemática es la tercera.
casos intermedios pueden ser explicados Parekh argumenta que las creencias val ían
y abordados como ilegítimas desviaciones enormemente en cuanto a su naturaleza,
del paradigma de la justicia propio de la exigencias y cuánto significan para nosotros.
teoría liberal. En tercer lugar, plantea que Sostener, en abstracto, que todas debiesen
su teoría puede servir indirectamente para ser revisables implica perder de vista sus di­
identificar soluciones para los casos de pe­ ferencias cruciales e ignorar la complejidad
numbra y avizora que podría ser útil, para de los modos a través de los cuales llevamos
abordarlos adecuadamente, que alguien adelante el camino de nuestra vida. Lue­
intentara reconducirlos dentro del modelo go, es bien improbable que la defensa de
propio de los inmigrantes o el de las mino­ Kymlicka de los principios liberales básicos
rías nacionales. pueda convencer a los no liberales, pues éstos
Su aproximación tiene una ventaja prác­ siempre podrán oponerse legítimamente
tica que no debe ser menospreciada: “ [u] na cuando se les pida vivir de acuerdo con
ellos. Kymlicka no es capaz de dar buenas
razones a grupos no liberales para que res­
329 CARENS, JOSEPH H.: Culture, Citizenship, and peten esa tesis. No toma en cuenta que los
Community. A Conlexlual Exploration ofjuslíce as Even-
handedness, Oxford Univeisíty Press, 2000, pp. 52-87; y
YOUNG, IRIS Marión: “A Multicultural Continuum: A 380 KYMLICKA, WlLL: La política vernácula, ob. cit.,
Critique of Will Kymlicka *s Ethnic-Nation Dichotomy”, p. 86.
en Constellations, vol. 4, N° 1, 1997, pp. 48-53. 331 Ibíd., p. 87.

257 fDHOíUAL IURIDÍ.CA m ClllLI:


Curso de Filosof ía del Derecho

individuos se relacionan con su cultura de son libres de adoptar esa actitud por lo que
diferentes modos estableciendo, errónea­ a sí mismos concierne y pese a que también
mente, la visión liberal como universal. La son libres de tratar de persuadir a otros
cuestión es que si vamos a ser equitativos para que lo hagan, no permite al grupo
tanto con las culturas liberales como las no restringir las libertades civiles básicas de sus
liberales, necesitamos construir un marco miembros en nombre del ‘sagrado’ carác­
teórico capaz de alcanzar una comprensión ter de una particular tradición o práctica
pluralista de las culturas. En definitiva, si cultural [prohibición de las restricciones
bien se da cuenta del valor de la cultura, internas]”.332
no se esta valorando del mismo modo la Queda todavía, con todo, la hipótesis
diversidad cultural. Kymlicka demuestra que más extrema: supongamos que un grupo
las personas necesitan una cultura estable, no liberal pretende imponer restriccio­
pero no por qué también necesitan acceso nes internas a sus miembros, algo que el
a otras culturas. Su principal argumento es multiculturalismo liberal jamás aceptaría.
que, como ya sabemos, la diversidad cultu­ Kymlicka arguye que sus críticos le repro­
ral aumenta el rango de nuestras opciones chan que en estos casos impondría de forma
para decidir autónomamente, una visión etnocéntrica sus valores liberales a otros
totalmente instrumental de la cultura re­ grupos. Sin embargo, nuevamente la crí­
ñida con muchas concepciones distintas tica exagera, pues los grupos liberales se
a la liberal. equivocan al pensar que pueden imponer
¿(Domo responde Kymlicka a este segundo normas liberales a grupos no liberales sin
grupo de reproches? En principio le parece más; cualquier solución estable requerirá
que tocan un punto realmente importante, un diálogo permanente. Lamentablemen­
pero que mucha gente exagera e identifica te, el filósofo canadiense no se preocupa
erróneamente. En primer lugar, la evidencia de desarrollar en qué condiciones podría
muestra como falso que la mayoría de los darse ese diálogo.
conflictos entre grupos etnoculturalcs en
Occidente versen sobre la legitimidad de los
principios liberales, antes bien los grupos 5.3.3. ¿Es posible una concepción
disienten en su interpretación y aplicación. integradora?
En segundo lugar, obviamente hay grupos
que realmente impugnan los principios Apoyándonos en Galli,333 podemos identi­
liberales, pero son minúsculos y tienen casi ficar dos grandes modos de enfrentamos al
nulo impacto en las políticas multicultura- desafío multicultural. La primera forma es
listas de la vida real. Lo anterior bastaría, la asimilación plena del extraño, al que se le
en opinión de Kymlicka, para probar que exige, para ser integrado, que abandone su
la crítica dramatiza más de la cuenta tor­ cultura de origen y que adhiera-en el ámbito
nándose en superflua. Pero imaginemos público al menos- a los valores políticos de
que, por un momento, los ejemplos de la cultura de la cual es huésped. Este sería
“laboratorio” a los que son tan asiduos los el caso del liberalismo que, salvaguardando
filósofos fueran la regla general, o sea, el la libertad de asociación, demanda la adhe­
debate sobre las políticas multiculturalistas sión a los valores liberales. Otro grupo de
girara efectivamente en torno al modo en respuestas estarían dadas por los diversos
que se resuelven las demandas de los gru­ tipos de multiculturalismos, caracterizados
pos que rechazan los principios liberales. por una aproximación positiva hacia las
Incluso en ese escenario, argumenta nues­ culturas, y por la pretensión de que es po­
tro autor, Parekh se equivoca, pues jamás sible la coexistencia entre ellas. Nosotros
el multiculturalismo liberal ha rechazado
la idea de que las culturas puedan tener 332 Ibíd., p. 80.
un valor intrínseco o constituir un deber 333 GALLI, CARLO: La humanidad multicultural, Raíz
sagrado. En consecuencia, “los individuos Editores, Buenos Aires, 2010, pp. 50-58.

eororuAL J UR1 DICA oí. cihi i: 258


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

hemos revisado dos aproximaciones con sino que debe dárseles algún grado de pro­
sensibilidad multicultural: una de inspiración tección, pues sus horizontes de sentido se
claramente liberal (Kymlicka), y otra que encuentran amenazados, en todo momento,
coloca el acento en el reconocimiento de por la cultura mayoritaria.
que las culturas son sujetos que importan Por otra parte, las formas más extremas
a la moral y la política (Parekh). de multiculturalismo también deberían ser
Para ir clausurando este apartado, pode­ desechadas, pues no sólo defienden que los
mos avanzar algunas conclusiones en pun­ valores son internos a cada cultura, sino que
to a cuál sea la mejor respuesta posible al además afirman la inconmensurabilidad
dilema multicultural. En primer lugar, el radical entre culturas, debido a una visión
liberalismo debe ser descartado, pues la esencialista de las mismas que privilegia la
tesis de que es posible, para todo agente estructura colectiva sobre los individuos que
moral, deducir de una cierta concepción las componen. Esta postura sencillamente
de la naturaleza humana un conjunto de desdeñaría la posibilidad de un diálogo
principios morales universales, imparciales intercultural por ser epistémicamente im­
y neutrales se sustenta, como hemos visto, posible y políticamente inútil. Se transfor­
en endebles presupuestos filosóficos y con­ maría, entonces, en una postura que clau­
duce a conclusiones normativas espurias. Es sura cualquier debate haciendo irrelevante
muy improbable defender, todavía, que el toda aproximación a los problemas que nos
catálogo liberal de derechos individuales se plantea el desafío multicultural.
sitúa neutral e imparcialmente frente a los Como puede verse, ambas tesis -la del
diferentes modos de vida. Al contrario, ese liberalismo ortodoxo y la del multilcultu-
catálogo supone elevar a ciertos modos de ralismo radical- terminarían provocando,
vida particulares al altar de la imparcialidad, a pesar de sus visiones filosóficas y norma­
transformando a la cultura dominante en tivas tan disímiles, efectos relativamente
la única adecuadamente justa para ofrecer similares: la creación o profundización de
a los modos de vida minoritarios la opor­ minorías nacionales y culturales excluyen-
tunidad de abandonar sus horizontes de tes proclives, al menos potencialmente, al
sentido herederos, casi con seguridad, de uso de medios violentos. El liberalismo
la ignorancia o la barbarie. Tal como apun­ alimentaría ese panorama desalentador
ta Kymlicka, el problema del liberalismo invisibilizando las culturas minoritarias y
es obviar que cuando los miembros de la privatizándolas al espacio anecdótico del
cultura dominante se quejan de que no folclore, confiando en que pronto serán
comprenden por qué los integrantes de la colonizadas una vez que sus miembros sean
cultura minoritaria se comprometen tanto apropiadamente ilustrados. El multicultu­
con el reconocimiento y la expresión de su ralismo fuerte, por su parte, nutriría este
propia cultura, ellos hacen precisamente lo escenario provocando un enfrentamiento
mismo cuando les exigen que se integren entre la cultura dominante y las culturas
cuanto antes a la sociedad mayoritaria, cons- minoritarias, acarreando el efecto paradojal
truida sobre la base de su propia identidad de que los grupos respecto de los cuales se
societal.334 Para los grupos que se sitúan arroga representación quedarían a merced
en los márgenes o fuera de la concepción de la cultura dominante, dándole a esta úl­
tradicional de ciudadanía, lo fundamental tima la legitimidad necesaria para presentar
es que se vinculan con sus fines y su propia las demandas de los grupos minoritarios
identidad de manera no electiva y, por lo como extremistas sin más.
mismo, no basta con que la organización Pareciera, entonces, que el único camino
política asegure un marco igualitario donde por recorrer es abandonar lo que Parekh lla­
las personas escogen sus fines y vínculos, ma una obsesiva compulsión por la identidad
doctrinaria de las teorías. Es indispensable
354KYMLICKA, WlLL: Estados, naciones y culturas, romper con esa terquedad. En vez de hablar
Almuzara, Córdoba, 2004, p. 42. de tal o cual teoría monolíticamente, sería

259 WITOIUAL JURIDICA DECillU


Curso de Filosofía del Derecho

más provechoso desfragmentar los distin­ abismo de una nueva clase de monismo que
tos principios que consideramos valiosos terminaría por esencializar, ya no la noción
(muchos de ellos liberales) y permanecer de naturaleza humana, sino la idea de las
abiertos a aceptar algunos y rechazar otros, prácticas culturales. Detengámonos en este
combinándolos con aquellos que provengan punto con más cuidado. Para Parekh al ser
de otras fuentes. Tal como la visión liberal las culturas imperfectas, limitadas, interna­
de la vida, otras formas de vida contienen mente plurales, y permeables a influencias
visiones valorables de la inmensa comple­ externas, la promoción del diálogo entre
jidad y diversidad de ésta y encarnan va­ ellas es algo mutuamente beneficioso y ese
lores, en principio, estimables. Debemos intercambio dialógico sería posible debido
llevar estos entendimientos y valores a un a que cada cultura acepta a las otras como
diálogo creativo y crítico entre todas las participantes ¡guales en el plano discursivo.
visiones, y abrir las posibilidades de nuevos El problema es que no queda para nada
sistemas de pensamiento, cruzar las fron­ claro cómo Parekh pasa de presupuestos
teras doctrinarias con soltura y confianza, pluralistas en los que se funda su plantea­
y resistir las rotulaciones esencialistas.335 miento a tesis normativas que promueven
La cuestión clave es que esa misma actitud el diálogo intercultural.
habrá de aplicarse, si somos consecuentes, Nos detendremos en un ejemplo para
al propio multiculturalismo. Luego, sólo un intentar sustentar nuestro recelo: la distinción
multiculturalismo tenue sería admisible en entre valores públicos operantes y valores
desmedro de un multiculturalismo denso,336 universales.338 Parekh entiende por valores
pues éste último caería preso de la misma públicos operantes aquellos que una sociedad
compulsión que afecta a un liberalismo aprecia como parte de su identidad colec­
ciego a la diferencia. tiva y que regulan las relaciones entre sus
A estas alturas se podría deducir que la miembros. Constituyen la estructura moral
concepción que habremos de adoptar es de la vida pública dándole coherencia y
el multiculturalismo de Parekh, pero esta estabilidad encarnados concretamente en
es una conclusión apresurada. Si bien la la Constitución, en tratados internaciona­
perspectiva cultural defendida por el filósofo les, en sus instituciones legales y políticas,
angloindio —y descrita más arriba- pare­ y en las normas y prácticas que gobiernan
ce muy atractiva, ya que logra evidenciar las relaciones entre sus miembros. Estos
los errores de la tradición monista337 en la valores cuentan con la gran ventaja de ser
que se inscribiría, sin ir más lejos, el propio parte de la realidad social y ser fácilmente
Kymlicka, adolece de vaguedades, ambigüe­ inteligibles para sus miembros, por lo que
dades y fuertes tensiones internas que nos constituyen, obviamente, el punto de partida
colocan, al final de cuentas, al borde del de cualquier debate aunque al chocar en­
tre sí la disputa se extiende a ellos mismos.
335 Parekh, BhíKHU: RflhinkingMulliculturalism,
Los valores o principios universales, por su
ob. cit., pp. 367-372. parte, juegan también un papel relevante
836 Baumeister distingue entre multiculturalismo en el debate público, siendo utilizados, pro­
denso (thick muUiculturalism) y multiculturalismo bablemente, para desafiar o descartar uno
tenue (thin mulliculluralism). Véase BAUMEISTER, AN­ o más valores públicos relevantes. Invocar
DREA: Liberalism and Ihe Polilics of Difference\ ob. cit.,
valores universales posee ventajas y desven­
p. 58.
337 El monismo para Parekh se caracterizaría por: tajas: éstos trascienden al marco restringido
i) defender la uniformidad de la naturaleza humana; de los valores públicos operativos, liberan la
ii) suponer la primacía moral y ontológica de las imaginación moral de los prejuicios locales,
similitudes en vez de las diferencias; iii) sostener el tienen un potencial radical y conectan la
carácter socialmente trascendente de la naturaleza contienda política de una sociedad con los
humana; y iv) afirmar que esa naturaleza humana es
la base de la buena vida, es decir, de las concepciones
del bien valiosas. Véase Parekh, Bhikhu: Rethinking
Mulliculluralism, ob. cit., pp. 17-18. 388 Ibíd., pp. 268-273 y 363-372.

EDITORIAL JURÍDICA DlCHUf 260


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

conflictos de otros; pero también son vagos a la igualdad entre el hombre y la mujer.339
y abstractos y carecen de claridad interpreta­ Lo que debe determinarse es si la apelación
tiva. Si bien la distinción entre ambos tipos a la cultura es una justificación válida para
de valores puede, conceptualmente, mani­ no aplicar un catálogo de derechos básicos
festarse como clara, Parekh es en extremo y, en términos más abstractos, si existen
ambiguo para pronunciarse respecto del razones persuasivas para no distribuir con
modo en que se relacionan unos y otros. A pretensiones de universalidad el valor de
veces pareciera que si bien es legítimo ape­ la autonomía. Si defendemos una posición
lar a principios universales, es más efectivo multiculturalista, nos encontraríamos en
cuando se traducen y avanzan junto con el medio del dilema de considerar como vá­
lenguaje moral local. En otras oportunidades lidas aquellas culturas -desgraciadamente
parece defender que existirían ciertos valores demasiadas desde nuestra propia cosmo-
universales esenciales para el florecimiento visión- que suponen la discriminación de
humano definiendo el contenido mínimo la mujer o, en cambio, sostener normati­
de cualquier forma de vida buena y podría vamente la igualdad de la mujer. Pero en
apoyarse, entonces, que merecen lealtad este último caso apelaríamos a valores de
universal. Con todo, en otras oportunidades moralidad crítica universales que no todas
sostiene que un modo de vida particular las versiones del multiculturalismo podrían
logra su propia y distintiva forma del bien, justificar. ¿Se podrá superar esta paradoja?
que importa a sus miembros y a los valores Creemos que sí.
públicos operantes de esa cultura, los que Si se concede que una cultura puede
merecen igual respeto. En fin, ni siquiera justificar la no aplicación de los derechos
cuando Parekh analiza detalladamente, básicos a un grupo determinado -en el caso
como ejemplo paradigmático del diálogo que nos ocupa, las mujeres-, estaríamos
intercultural, el caso del escritor Salman dejándonos atrapar por lo que Benhabib
Rushdie y la fatwa en su contra, queda más (1950) denomina una sociología reduccionista
clara su postura más allá de la circunstan­ de la cultura, la que se funda en premisas
cia -bien trivial por cierto- de que frente a episténiieas falsas. Esas premisas espurias
conflictos culturales, una vez que las partes son: i) afirmar que las culturas son clara­
muestran un mayor entendimiento mutuo, mente delincablcs; ii) creer que es posible
disminuyendo la temperatura del debate, realizar una descripción no controvertida de
se podrían crear las condiciones necesarias la cultura; y iii) considerar que aun cuando
para una disputa racional. las culturas y los grupos no se correspon­
El problema es que esa circunstancia, con­ den con exactitud entre sí, esto no implica
ceptualmente baladí, de dejar que el debate problemas relevantes para la política.340
fluya para que éste se haga más amigable no En vez de eso, la filósofa nos propone una
es algo que algunos grupos oprimidos estén visión de la cultura articulada sobre la base
dispuestos a esperar, pues su situación de del constructivismo social que escapa del
explotación requiere respuestas normativas esencialismo -que es más consistente con la
dramáticamente urgentes. Baste, a modo propia visión multicultural- caracterizada
de ilustración, la inhumana subordinación por una visión narrativa de las acciones y de
que sufren las mujeres en muchas culturas, la cultura conforme a la cual debemos distin­
lo que se traduce en prácticas aberrantes, guir entre el punto de vista del observador
como son, por ejemplo, la ablación genital,
la lapidación, el planchado de pechos, la
violación como mecanismo reparatorio, el 359 Okin,Susan Moller: IsMulticulturalismBadfor
tráfico sexual, los matrimonios concertados, Women?Princeton University Press, 1999;y “Feminism
and Multiculturalism: Some Tensions”, en Ethics,julio
y el rapto de novias. Okin (1946-2004) ha
1998, vol. 108, N° 4, pp. 661-684.
criticado, con razón, que las reivindicaciones 340 BENHABIB, Seyla: 77u? Claims of Culture. Equality
multiculturales pueden suponer (y de hecho and Diversily in the Global Era, Princeton University'
suponen) vulneraciones graves e intolerables Press, 2002, p. 4.

261 witoiuai. JURÍDICA deciiíu


Curso de Filosofía del Derecho

social y el del agente social. El observador reconstrucción de los marcos categoriales ya


social es el que impone -de la mano de las establecidos y la elaboración de propuestas
élites locales- la unidad y la coherencia so­ teóricas alternativas”.342 Específicamente
bre las culturas como entidades observadas. en el ámbito de las teorías de la justicia, la
En cambio, el agente social representa la revisión de la noción de ciudadanía es la
perspectiva de los participantes de la cultura preocupación que, sin duda, ha captado más
que experimentan sus tradiciones a través la atención de la investigación feminista que,
de relatos narrativos compartidos, aunque remontándose a los albores mismos de la
también controvertidos y rebatibles. Ilustración, ha denunciado el universalismo
Desde su interior una cultura nunca de carácter sustitutivo que desconoce al
aparece como un todo homogéneo. Pues otro concreto (las mujeres) detrás de una
bien, de esa concepción estática y tosca de la fachada que define al agente moral como
cultura las tesis multiculturalistas deberían un sujeto racional, pero que en los hechos
sacudirse: si una cultura cae en este vicio, se refiere nada más a los hombres.
estaría siendo inconsistente con la única Ahora bien, una vez que las mujeres
versión plausible del multiculturalismo, fueron aceptadas, al menos formalmente,
pues petrificaría la cultura a costa de la mediante el otorgamiento del derecho de
autonomía de algunos de sus miembros sufragio en el demos de la comunidad política,
impidiendo que éstos cuestionen su per­ la teoría feminista se ha fragmentado en
tenencia a la cultura. La cultura dejaría de múltiples tendencias que abordan, desde
ser, como nos asegura Parekh, permeable e diferentes ángulos, la vieja demanda de ha­
influenciable externamente haciendo que cer patentes las persistentes desigualdades
todo cuestionamiento sobre el modo en que en las relaciones de poder entre hombres y
debemos enfrentar el desafío multicultural mujeres por el control de. los primeros de la fuerza
sea vano. de trabajo de las segundas. En ese escenario,
se ha producido un desplazamiento de par­
te de la teoría feminista desde posiciones
5.4. El feminismo. Reivindicando universalistas hacia aquellas identificadas
una ciudadanía genuinamente inclusiva con la afirmación de las diferencias.
Ese cambio de énfasis se refleja histórica­
El feminismo puede definirse, de la mano mente con cierta claridad.343 Los cimientos
de Celia Amorós (1944), como un “tipo de de la primera ola del pensamiento feminista
pensamiento antropológico, moral y polí­ surgen de forma paralela a la Ilustración,
tico que tiene como su referente la idea aquel momento histórico fundacional en
racionalista e ilustrada de la igualdad entre que se proclama la idea de una ciudadanía
los sexos”.341 Desde ese punto de partida, igual para todos. El proyecto ilustrado se
el aporte más significativo de la teoría fe­ presentaba a sí mismo como universal: el
minista ha sido -y continúa siendo- la revi­ valor de servirse de la propia razón para
sión crítica de las categorías conceptuales lograr la emancipación y ser genuinamente
empleadas en la filosofía política, moral y autónomo era un atributo del que goza­
jurídica. La “tarea emprendida por el femi­ ban todos los seres humanos. Sin embargo,
nismo ha supuesto tanto una deconstrucción la “pretendida universalidad del ideario
de conceptos que se postulaban normativa
y descriptivamente como universales -es 342 Sánchez, Cristina: “Género y constitución:
el caso del sujeto político o el sujeto de un análisis de la ciudadanía social de las mujeres”, en
derechos-, desvelando así el subtexto de Laporta, Francisco et al. (eds.), Constitución y derechos
género implícito en ellos, como también la fundamentales: 25 aniversario de la constitución, Centro
de Estudios Constitucionales y Políticos, Madrid,
2005, p. 586.
341 AMORÓS, Celia: Tiempo de feminismo. Sobre fe­ 343 SÁNCHEZ, CRISTINA: “Feminismo y ciudadanía”,

minismo, proyecto ilustrado y postmodernidad. Cátedra, en Estado, justicia, derechos, Elias Díaz y José Luis Co-
Madrid, 1997, p. 70. lomer (eds.), Alianza, Madrid, 2002, pp. 349-360.

íditoríal JURÍDICA di chíli: 262


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

emancipatorio ilustrado estaba llena de no en su sentido tradicional, sino como


contradicciones y de tensiones internas, el conjunto de relaciones y compromisos
y son precisamente esas incoherencias y estructurados en torno al poder, en virtud
limitaciones las que van a denunciar las de los cuales un grupo de personas se sitúa
pensadoras ilustradas”,344 constituyendo un bajo el poder de otras. Como plantea Millet
conjunto de ideas que, gráficamente, se ha (1934), el sexo debe ser visto como una
llamado la Ilustración olvidada o la senda no categoría social impregnada de política.345
transitada de la Ilustración. Así, por ejemplo, Luego, el patriarcado puede definirse como
Olympe de Gouges (1748-1793) publica en un complejo entramado de dominación que
1791 La declaración de los derechos de la mujer los hombres ejercen sobre las mujeres, en
y de la ciudadana, texto en el que parafra­ el que la violencia sexual juega un papel
seando La declaración de derechos del hombre y preponderante, pero que se extiende a to­
del ciudadano proclama en el artículo uno: das las áreas -la pública y la privada- y se
“La mujer nace libre y permanece igual expresa en aspectos tan diversos como el
al hombre en derechos” denunciando la ideológico, el antropológico, el biológico,
inconsistencia del famoso documento re­ el sociológico, el psicológico, el económico,
volucionario. Este primer feminismo tiene y el educacional.346
su continuidad en un segundo momento Analicemos, siguiendo a Maquieira,347
histórico identificado con el sufragismo, el concepto de género. Cuando Simone de
esto es, aquel movimiento social de muje­ Beauvoir sostuvo, en 1949, que las propie­
res y hombres que demanda durante gran dades atribuidas a lo femenino no derivan
parte del siglo XIX y principios del XX el de una supuesta naturaleza biológica, sino
reconocimiento jurídico del derecho de que se adquieren a través de un complejo
sufragio para las mujeres. proceso individual y social, inspiró una am­
Después de la primera mitad del siglo XX, plia discusión académica (durante la década
y una vez que los derechos políticos de las de los ’70 del siglo XX) que se centró en
mujeres se reconocieron en buena parte la sistematización de la noción de género,
del mundo occidental, nace una nueva era idea que empezó a utilizarse para “referirse
para el pensamiento feminista, que va a a la construcción sociocultural de los com­
centrar su análisis crítico en desarrollar portamientos, actitudes y sentimientos de
las categorías conceptuales que permitan hombres y mujeres”.348 Como sucede ha­
explicar la subordinación y opresión de las bitualmente con los conceptos relevantes
mujeres. El trabajo de Simone de Beauvoir de una disciplina, la idea de género es muy
(1908-1986), particularmente su libro El controvertida, pero podemos por sus fines
segundo sexo, será la obra fundacional de didácticos seguir a Lourdes Benería: “El
las nuevas teorías feministas al presentar concepto de género puede definirse como
un muy sugerente recorrido que le permite el conjunto de creencias, rasgos personales,
plantear su famosísima tesis de que ser mujer actitudes, sentimientos, valores, conductas
es una construcción cultural sintetizada en y actividades que diferencian a hombres y
esa frase tan citada, “no se nace mujer: se mujeres a través de un proceso de construc­
llega a serlo”. El pensamiento de Beauvoir
sentará las bases para la articulación de dos 345 MlLLETT, KATE: Sexual Politics, University of
conceptos básicos para el feminismo de
Illinions Press, 2000 (1969), pp. 23 y ss.
posguerra: la idea de patriarcadoy de género. 346 Álvarez, Silvina, Beltrán, Elena, y Sánchez,
Digamos algo sobre ellos. El patriarcado CRISTINA: “Feminismo liberal, radical y socialista”, en
parte de la base que la relación entre los Beltrán, Elena y Maquieira, Virginia (eds.), Feminis­
sexos debe ser estudiada desde el punto mos. Debates teóricos contemporáneos, Alianza, Madrid,
de vista político, entendiendo la política 2001, pp. 107 y ss.
34' Maquieira, Virginia: “Género, diferencia y

desigualdad”, en Feminismos. Debates teóricos contem­


poráneos, ob. cit., pp. 159-172.
344 Ibíd., p. 349. 348 Ibíd., p. 159.

263 editorial JURIDICA, deciiíu


Curso de Filosofía del Derecho

ción social que tiene varias características. valor económico significativo y el hecho de
En primer lugar, es un proceso histórico la lactancia, sobre todo cuando es exclusiva,
que se desarrolla a diferentes niveles, tales genera costes alternativos muy severos para
como el Estado, el mercado de trabajo, las la igual consideración de sus intereses, por
escuelas, los medios de comunicación, la ley, lo que debiéramos compensarlas mediante
la familia y a través de las relaciones inter­ alguna forma de socialización de tales costos.
personales. En segundo lugar, este proceso Si a eso le agregamos una consideración
supone la jerarquización de estos rasgos y biologicista del género en virtud de la cual
actividades de tal modo que a los que se el hecho de amamantar es natural y, por
definen como masculinos se les atribuye ende, siempre querido y deseado por la
mayor valor”. Como categoría analítica, el mujer, podemos comprender por qué se
género presenta una serie de componentes, repite irreflexivamente ese eslogan. Luego,
en los que la mayoría de las autoras coinci­ a través de categorías desarrolladas por el
den: a) una identidad subjetiva que se refiere feminismo podemos hacer visible aquello
al proceso de identificación (tanto interno que antes era invisible, mostrar como injusto
como externo al individuo) y atribución de algo que antes se veía como natural, develar
los rasgos que se consideran masculinos y algo que, en verdad, es una opción, pero
femeninos; b) los símbolos culturales que se que hasta ahora nos parecía una obligación
asignan y se reconocen con lo masculino irrenunciable. Algo similar ocurre con las
y femenino; c) las normas sociales que im­ labores de cuidado y crianza.
ponen la realización de ciertas conductas Pero retornemos al recorrido histórico
diferenciadas según los roles masculinos y que estamos presentando. Si bien el concep­
femeninos, asociadas a sanciones de diversa to abstracto de género nos puede parecer
índole; y d) El conjunto de instituciones y más o menos claro, su estudio y concretiza-
organizaciones sociales a través de las cuales ción está muy lejos de ser pacífico. Desde
se construyen y se fijan las relaciones de varias perspectivas -entre las más impor­
género, entre las más relevantes la familia, tantes el feminismo lesbiano, el feminismo
el mercado de trabajo, la educación, y la negro, y el defendido por otras minorías
política.349 étnicas- muchas autoras han mostrado su
Un ejemplo nos permitirá ilustrar cómo escepticismo ante esta categoría. Si bien
operan y se relacionan ambos conceptos. no es posible mantener que el sexo bioló­
Es común escuchar la afirmación -cuando gico no está sometido a interpretaciones
se fomenta la lactancia materna- de que culturales, del mismo modo parece poco
“la leche materna es gratis”. ¿Gratis para plausible esencializar el género al punto de
quién?, deberíamos preguntamos desde idealizar un solo modo de ser mujer que,
la teoría feminista. Evidentemente, si en­ por supuesto, se identificaría con una parte
tendemos la sociedad como una estructura del universo de las mujeres: las blancas y
jerárquica donde los hombres dominan y heterosexuales. En pocas palabras, el con­
subordinan a las mujeres, el tiempo y los cepto de género podría quedar expuesto
costos de oportunidad de aquellas que dan a la “misma trampa que había pretendido
pecho no tiene valor. Sólo desde ese punto evitar: la homogeneización de la diversidad
de vista muy estrecho “la leche materna es y la imposición de una identidad única”.350
gratis*’, puesto que si, en cambio, somos El estudio de la evolución del concepto de
conscientes de que es una idea ‘patriarcal’ genero ilumina bastante bien el tránsito de
dar por sentada la circunstancia de que las un feminismo universalista a uno inspira­
mujeres están al servicio de una sociedad do en la diferencia, algo particularmente
controlada por varones, obviamente debe­ relevante a propósito de la tensión entre
mos concordar que su tiempo sí posee un feminismo y cultura.

349 SÁNCHEZ, CRISTINA: “Feminismo y ciudadanía”,

ob. cit., p. 359. 350 Ibíd.

EDITORIAL JURIDICA DL CHILE 264


Cap. 111, La justicia como fin principal del Derecho

A partir de lo que hemos expuesto hasta presencia parlamentaria considerando que


aquí, la teoría feminista puede caracterizarse la población mundial está compuesta por
por dos grandes rasgos.351 En primer lugar, un poco más de mujeres que hombres?
el feminismo siempre ha puesto el acento en Algunos sostendrán que si la posibilidad
los derechos, particularmente en aquellos de ser candidato está abierta a todos los
vinculados con la noción de ciudadanía miembros de los partidos políticos y, en
democrática: los derechos civiles, políticos y general, a todos los ciudadanos, la escasa
sociales. Las demandas feministas se carac­ presencia femenina se debe a que en los
terizan por la exigencia de una inclusión hechos las mujeres tienen poco interés en
genuina y en esa línea se inscriben en la la política. Sin embargo, tal afirmación es
tradición ilustrada moderna. En segundo falsa si la contrastamos con la evidencia de
lugar, el feminismo siempre ha sido a la que, en muchos países, la mayoría de los
vez una propuesta teórica y un movimien­ militantes de los conglomerados políticos
to social y, a diferencia de otras clases de son mujeres. Otros dirán que lo que está
filosofía, ha logrado mantener un rico y enjuego es el mérito y si hay muy pocas
dinámico intercambio entre ambas dimen­ mujeres en los parlamentos es consecuencia
siones. Prueba de ello es que el eslogan tan de que éstas no tienen las virtudes necesa­
característico del feminismo de los años rias. Más allá de la circunstancia que en
sesenta de que lo personal es político, pasó de una democracia el mérito no es el criterio
las protestas en las calles a las discusiones relevante para distribuir los cargos, ¿a al­
académicas, articulándose la crítica de la guien le puede parecer serio este último
rígida distinción, que caracteriza a algunas argumento? ¿Estamos seguros que cuando
teorías idealizadas como el liberalismo, de se selecciona a los hombres para asumir los
separar la esfera pública de la privada, in- más altos cargos de responsabilidad polí­
visibilizando la subordinación de la mujer tica, para ser presidentes o consejeros de
en el ámbito doméstico. bancos y grandes empresas, incluyendo los
medios de comunicación y las universida­
des, se hace sólo en base a sus “méritos”
5.4.1. Un caso concreto profesionales y no, precisamente, debido
a que son varones? ¿Realmente pueden
Son muchos los ejemplos que nos pueden demostrar quienes hoy manejan más del
ilustrar la relevancia de abordar los proble­ 90% de los puestos de mayor relevancia y
mas de justicia que nos acechan, permane­ mejor remunerados en el mundo que el
ciendo atentos a la perspectiva feminista. sexo no ha sido determinante a la hora de
Aquí sólo nos concentraremos en uno muy calificar sus méritos profesionales? Cuesta
relevante y que nos servirá para introducir las creer que, siendo las mujeres mayoría en
objeciones feministas a cualquier concepción la población, mayoría en las universidades
de justicia que sea ciega a una perspectiva y en casi todas las carreras, mayoría en los
de género: la muy precaria participación en egresos y en los mejores resultados académi­
política (y en general en las posiciones de cos, el 90,3% de los candidatos presentados
poder) de las mujeres. Según los datos de por los partidos políticos en Chile, entre
- N. i uwn VK

la Inter-parliamentary Unión, sólo el 19,4% de 1989 y 2005, hayan sido varones. Salvo que
los parlamentarios del mundo son mujeres. pensemos seriamente que las mujeres son
En Chile la participación es todavía peor: intelectualmente inferiores, parece eviden­
sólo un 13,7% de nuestros representantes te que esto no es una cuestión de mérito,
en el Congreso son mujeres.352 ¿Qué puede es simple y llanamente discriminación de
explicar esa diferencia tan significativa de género sustentada en que las propiedades
que se consideran relevantes para ocupar
351 Ibíd., pp. 347-349. cargos políticos están culturalmente asocia­
352 Véanse los datos en el sitio web de I.P.U. das sólo a los hombres; y, por otra parte, las
http://www.ipu.org/vvrnn-e/world.htrn. transferencias no reconocidas de poder y

265 ÍDÍTOÍUAL JURIDICA DFCHiLÍ


Curso de Filosofía del Derecho

tiempo que las mujeres hacen a los hombres nalidad. Sus principios son aquellos que
(representadas en la feminización de las regularían la conducta de individuos abs­
labores de cuidado y crianza), les impiden tractos e idealizados. No toman en cuenta
a estas últimas competir en igualdad de las diferencias entre hombres y mujeres,
condiciones.353 En ese escenario, y para y buscan transcender las barreras nacio­
combatir esta flagrante discriminación, no nales. Por su parte, las teorías relativistas
queda otro camino que medidas de discri­ reconocen la variedad y diferencias entre
minación positiva, como sería una norma­ las personas, construyendo principios de
tiva sobre cuotas obligatorias en materia justicia al interior del discurso y tradiciones
electoral, algo que no atentaría contra la de las comunidades actuales. Ahora, en
igualdad, sino que sería -luego de haber tanto que prácticamente todas estas cultu­
observado el problema de la participación ras relegan la vida de las mujeres a la esfera
de las mujeres en el poder desde una pers­ privada, donde las virtudes políticas de la
pectiva correcta- una exigencia básica de justicia no tienen cabida, y consideran las
la justicia. fronteras nacionales como los límites de
la justicia, las apelaciones a las tradiciones
vigentes tienden tanto a aceptar las institu­
5.4.2. Las críticas feministas a las ciones que excluyen a la mujer de la esfera
concepciones tradicionales de la justicia pública, como a separar radicalmente la
esfera pública de las demás.
En este apartado revisaremos, brevemente, De este modo, ambas teorías, la relativista
algunos de los principales reproches que como la idealizada, parecen claramente
la teoría feminista ha desplegado contra insuficientes desde la perspectiva de las
las concepciones de la justicia que hemos mujeres. Las mujeres, en particular las po­
revisado. bres, observarán que ninguna de esas tesis
toma en cuenta debidamente sus tareas
a) La crítica feminista a las concepciones de
procreadora y productiva. La vida de las
la justicia idealizadas
mujeres no está bien concebida desde el
Siguiendo el análisis de O’Neill (1941) ,354
punto de vista de los individuos abstractos.
lo que nos importa presentar en esta sec­
Un mundo de individuos abstractos asume
ción son reproches que un feminismo li­
como correctas las relaciones de dependencia
beral haría a las concepciones de justicia,
c interdependencia que forman parte de
es decir, se trata de las posturas de autoras
la vida real de la mayoría de las mujeres.
que valoran el esfuerzo de diseñar reglas
Tampoco se encuentran bien consideradas
que aseguren un trato igualitario para las
las vidas de las mujeres como relegadas a la
personas, aunque están conscientes de los
esfera privada de la mano de las tradiciones
límites y defectos de una aproximación de
en una teoría relativista.
ese tipo. Comenzaremos distinguiendo entre
Las tesis idealizadas, ciegas a las dife­
las teorías de la justicia que O’Neill llama
rencias de poder y recursos, usualmente
idealizadas y las teorías que denomina rela­
apoyan prácticas y políticas que se acomodan
tivistas. Las primeras dibujan una justicia
a los privilegiados. Por ello una demanda
ciega a las distinciones de género y nacio-
de justicia que tome en cuenta los distintos
contextos puede ser igualmente razonable,
353 Zúñiga Fajuri, Alejandra; Aguilera, Danie- pues lajusticia necesita más que principios
LA, y VÁSQUEZ, ANDREA: “Lejos del poder. Hacia la abstractos. En vez de eso, requiere tomar en
implementación de una ley de cuotas en Chile”, en cuenta los contextos y las diferencias reales
Revista de derecho (Valdivia), vol. XX, N° 2, diciembre entre los seres humanos. Los principios
2007, pp. 9-30. de justicia de las tesis relativistas, a su vez,
354 O’NEILL, O.NORA: “Justice, Gender and In­

ternacional Boundaries”, en The Quality of lije, Sen, al asumir sin más la historia, tradiciones
Amartya, y Nussbaum, Martha, Oxford Üniversity y contextos locales, terminan apoyando
Press, 1993, pp. 303-323. el tradicional sexismo. Todo relativismo

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 266


Cap. III. Injusticia como fin principal del Derecho

tiende a minusvalorar la condición de los hecho de subrayar ciertos aspectos en vez


débiles, cuya fragilidad se debe y constru­ de otros, sino que a la inclusión de afirma­
ye, en parte, por la marginalidad debida ciones o supuestos que son falsos desde el
a formas de pensamiento y de opresión punto de vista del objeto al cual la teoría se
emanadas del orden establecido. En suma, aplica. Los principios de lajusticia criticados
mientras que la aproximación relativista son, en efecto, abstractos, pues no toman
no critica los privilegios, la idealizada no en cuenta las muy variadas características
critica los privilegios desde los cuales hace concretas de los agentes y las sociedades.
abstracción. Sin embargo, esos principios son además
La discusión sobre la justicia de género idealizados: asumen, por ejemplo, criterios
se ha estructurado en torno a la disputa de elección racional que suponen un tipo
sobre la extensión e importancia de las di­ de información, coherencia, capacidad de
ferencias entre hombres y mujeres. Muchos cálculo y demás que no sólo no son satis­
liberales que defienden la justicia abstracta fechos por ciertos agentes “deficientes” o
se han encontrado con que sus “derechos “retrasados”, sino que, de hecho, no son
humanos”, tan largamente defendidos satisfechos por ningún ser humano real. Este
por sus predecesores, no son más que los tipo de idealización, eso sí, tiene evidentes
“derechos de los hombres”, los cuales han ventajas teóricas de profundas consecuen­
sido incapaces de eliminar los privilegios cias ideológicas, pues nos permite construir
masculinos. Las feministas han notado que, modelos fácilmente manipulables.
aunque se concedan iguales derechos le­ La discusión liberal de lajusticia no con­
gales y políticos a hombres y mujeres, la sidera relevantes las diferencias de género.
participación política y económica de la Se aplica a individuos considerados abs­
mujer ha permanecido en un lugar muy tractamente y separados de sus específicas
secundario. Las instituciones neutralizadas identidades, compromisos y circunstancias.
contra las diferencias de género -como las El caso más paradigmático es lajusticia como
estructuras de la democracia y el merca­ equidad de Rawls: la posición original pone
do- han fallado estrepitosamente en reducir en práctica la imagen de una justicia ciega
las diferencias. Por ello, las feministas hoy a las diferencias. Con todo, recientemente
sostienen que la justicia demanda más que Rawls ha introducido bases para que quienes
un trato igual. Por ejemplo, demanda las están en la posición original se preocupen
acciones positivas necesarias para revertir de sus sucesores. Sugiere que debemos ima­
la discriminación de la mujer en la política, ginarlos como cabezas de familia o como
la educación y el empleo, como también en representantes de familia. De esta forma,
el goce de los derechos sociales destinados ha vaciado de antemano las críticas sobre
a los pobres (la mayoría de los cuales son lajusticia intrafamiliar y lo ha hecho no
mujeres) y a quienes poseen grandes cargas insistiendo que los hombres deben ser las
y responsabilidades familiares. cabezas de familia, pero tomándolo en el
Ahora bien, destaca O’Neill, no se pueden sentido de que existe alguna forma justa
construir teorías de la justicia sin abstrac­ de familia que permita que los intereses de
ción, pero no debemos confundir ésta con algunos estén bien representados por los
la idealización de esas mismas teorías. Una otros. El cambio de individuos como jefes
concepción correctamente abstracta no sólo de familia a agentes en construcción no es
es aceptable, sino también necesaria; una una abstracción inocente. Ella asume una
teoría idealizada es, en cambio, inadmisible. estructura familiar que asegura la identidad
La abstracción, tomada estrictamente, es sólo de intereses entre los distintos individuos.
una forma de destacar ciertos reclamos o Da por sentado que existe un cierto contrato
aspectos por sobre otros. Cuando miramos sexual justo, y es ese justo contrato el que
las objeciones a los principios éticos abs­ presupone una separación legítima entre
tractos y los analizamos en detalle aparece los ámbitos público y privado. Pero lo an­
que ellos no son, usualmentc, objeciones al terior es, en verdad, una idealización que

267 wrroRiAi. JURIDICA dechiu


Curso de Filosofía del Derecho

oculta la cuestión de la justicia de género La consigna “lo personal es político”


en vez de resolverla. ilustra muy bien el carácter ideológico de los
La propuesta de O’Neill, para superar las supuestos en los que se sustenta la distinción
dificultades que venimos presentando sobre liberal entre lo público y lo privado, tribu­
las teorías idealizadas y la necesidad lógica tarios del patriarcalismo. Pateman (1940)
de construir teorías abstractas, pasa por idear sostiene: “‘Lo personal es político’ ha llamado
alguna forma de abstracción sin idealización, la atención de las mujeres sobre la manera
esto es, encontrar una teoría con una visión en la que se nos insta a contemplar la vida
más amplia realizando la abstracción desde social en términos personales, como si se
las particularidades del agente moral. Esto tratase de una cuestión de capacidad o de
nos sugiere que si estamos interesados en la suerte individual a la hora de encontrar a
justicia de género debemos ser capaces de un hombre decente con el que casarse o un
resistir la tentación de descansar en modelos lugar apropiado en el que vivir. Las feministas
idealizados de agentes morales. En vez de han hecho hincapié en cómo las circuns­
eso, la abstracción sin idealización nos per­ tancias personales están estructuradas por
mitirá considerar un rango mayor de agentes factores públicos, por leyes sobre violación
morales y arreglos institucionales sin nece­ y el aborto, por el estatus de ‘esposa’, por
sidad de supeditar nada a las características políticas relativas al cuidado de las criaturas
específicas de las tradiciones, ideologías o y por la asignación de subsidios propios
capacidades de los agentes. Si logramos esto, del Estado del bienestar y por la división
podremos evitar las concepciones idealizadas sexual del trabajo en el hogar y fuera de él.
eludiendo las correctas objeciones feminis­ Por tanto, los problemas ‘personales’ sólo
tas al liberalismo abstracto, pero también al se pueden resolver a través de medios y de
relativismo cultural. acciones políticas”.356
La compleja posición de las mujeres en
b) Lo personal es político. La falsa dicotomía
las sociedades liberal-patriarcales contem­
entre lo público y lo privado
poráneas confirma, en sus experiencias
Uno de los aspectos centrales de las teo­
cotidianas, que efectivamente los ámbitos
rías de lajusticia (especialmente la liberal)
de lo público y lo privado están separados;
es la separación entre la esfera pública y la
pero, al mismo tiempo, también ratifica
esfera privada, entre lo público y lo privado,
que están conectados y que esa relación
entre lo político y lo no político. Mediante
debería interesarle a lajusticia. Una bre­
esa tajante división, se “expresa y reproduce
ve alusión a la historia de las sociedades
una demarcación de los géneros, en la que
burguesas modernas lo prueba sin mucha
las mujeres se identifican con lo privado,
dificultad. Evidentemente, desde los orí­
con la naturaleza y con la desigualdad,
genes de la sociedad burguesa liberal, las
mientras que los varones se identificarían
mujeres nunca fueron totalmente exclui­
con lo público-político, con la cultura y
das de la vida pública, aunque el modelo
con la igualdad que, por definición, reina
ideal de una mujer decente para todas las
en la esfera pública. El espacio público,
clases respetables de la sociedad era la de
en este sentido (...), es el espacio de los
la esposa-madre económicamente depen­
que son iguales, de los que se reconocen
diente. En los tiempos actuales, las mujeres
como tales -como ciudadanos- y donde
todavía siguen teniendo, en el mejor de
el poder es distribuido de forma equita­
los casos, una representación marginal en
tiva, mientras que el espacio privado es el
los cargos de poder relevantes. Por otra
espacio donde habitan las idénticas, puesto
parte, un número cada vez más creciente
que se les niega el reconocimiento de su
individualidad”.355
356 PATEMAN, CAROLE: “Críticas feministas a la

dicotomía público/privado”, en Perspectivas feministas


355 SÁNCHEZ, CRISTINA: Feminismo y ciudadanía, en teoría política, Caslells, Carme (comp.), Paidós,
ob. cit., p. 361. Barcelona, 1996, pp. 46 y 47.

EDITORIAL JURIDICA DLCI1IÍL 268


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

de mujeres se ha visto en la obligación de y la vida pública están intcrrelacionados,


entrar en el mundo público del empleo conectados por una estructura patriarcal
remunerado para mejorar o asegurar la injusta. Si las teorías de la justicia quieren
supervivencia de sus familias. Esta penetra­ hacer bien su trabajo, deberían revisar esa
ción laboral sólo ratifica la continuidad de distinción. Pateman ha graficado muy bien
un modelo patriarcal basado en la división esta relación en lo que ha llamado el dilema
sexual del trabajo en la familia y en la di­ Wollstonecraft™ que cruza transversalmente
visión sexual de las labores en el ámbito cualquier intento de lograr una ciudadanía
profesional. Muchas investigaciones femi­ plena para las mujeres. Dicha disyuntiva
nistas (o elaboradas desde una perspectiva ilustra el atolladero entre dos demandas
de género) han probado que las mujeres en principio incompatibles: por una parte,
trabajadoras se concentran en unas pocas reclamar igual ciudadanía dentro del ac­
áreas ocupacionales (trabajos para mujeres) tual marco androcéntrico y, por otra, des­
que son peor remuneradas, despreciadas, tacar que las capacidades específicas, las
y de baja calificación. aptitudes y las necesidades de las mujeres
¿Por que razón si las mujeres se han in­ deben ser reconocidas en la esfera pública.
corporado, en algunos casos masivamente, Las dos alternativas son aparentemente ex­
al mercado laboral continúan ocupando las cluyen tes puesto que las mujeres o deben
peores plazas laborales? La razón parece adaptarse a lo que no son -varones- para
estar tanto en la práctica como en la teoría. poder actuar como ciudadanas plenas, o
Desde el punto de vista teórico, los debates deben persistir en que se les reconozcan
sobre la vida laboral -ya sea desde el neo- sus aportes al bienestar general mediante
liberalismo o el marxismo- dan siempre sus tradicionales roles de cuidado en el
por supuesto que es posible comprender ámbito doméstico y de transferencia de
la actividad productiva prescindiendo de la poder y trabajo no reconocido hacia los
vida domestica. Se omite que el trabajador hombres, los que precisamente no tienen
(que siempre se idealiza como un hombre) peso a la hora de definir la ciudadanía.
puede estar listo para laborar y para con­ Cómo se resuelva ese dilema será crucial
centrarse en sus obligaciones porque se para construir un modelo institucional no
encuentra liberado completamente de la opresivo. En nuestro país el unidimensional
cotidiana necesidad de preparar comida, debate sobre el posnatal es un claro ejemplo
lavar, limpiar, y atender a los hijos y ancianos, de esta paradoja.
exclusivamente porque cada una de esas c) La opresión en las decentes sociedades
tareas son realizadas gratuitamente por sus liberales
parejas. Y si ésta es también una persona Lo dicho recién nos lleva a otra crítica.
asalariada, tiene que dedicar una jomada
Si nosotros le dijéramos a usted que la so­
complementaria (la invisible doblejomada
ciedad democrática liberal en la que vive es * *
de las mujeres) a esas actividades que por
“naturaleza” les corresponden y que siempre
hace con esmero, dedicación y agrado. En 358 Pateman, Garole: TheDisorder ofWomen: Democ-

consecuencia, “sólo será posible obtener racy, Feminism, and PoliLical Theory, Stanford University
un análisis y una explicación completa de Press, 1989, pp. 195-204. Cabe destacar que Mary
la estructura y de la forma en la que opera Wollstonecraft (1759-1797) fue una filósofa y prolífica
escritora británica. Su contribución más importante
el capitalismo cuando, además de la figura al feminismo ilustrado es su obra Vindicación de los
del trabajador, se tenga en cuenta también derechos de la mujer (1192), en la que postula que las
la del ama de casa”.35' mujeres no son inferiores a los hombres por natu­
La conclusión no puede ser otra: los mun­ raleza, sino por la educación opresora que reciben.
dos liberales escindidos de la vida privada Adelantándose a la distinción sexo-género, defendió
la tesis de que esa educación degradada contribuye
a que las mujeres no sean miembros útiles para la
k.*k.

sociedad, aunque compartan con los hombres lo


357 Ibíd., p. 48. que es propio del ser humano: la razón.

A1A
269 HHTORIAl JURIDICA Dt chilí:
Curso de Filosofía del Derecho

opresiva, probablemente frunciría el ceño libertad, poder, estatus y autorrealización


pensando que somos exagerados. Fíjese de los hombres es posible precisamente
que una corriente del feminismo -que sue­ porque las mujeres trabajan para ellos. La
le llamarse socialista- nos da muy buenas explotación de género tiene dos aspectos:
razones para que se lo crea, al menos en la transferencia a los hombres de los fru­
parte. Según Young (1949-2006), la principal tos del trabajo material y la transferencia
razón por la que pocas personas usarían a los hombres de las energías sexuales y
el término opresión para referirse a las de crianza”.360
injusticias en las sociedades democráticas Para superar esa explotación de género
contemporáneas, es que comprenden la ex­ se requiere algo más que la redistribución
presión de forma tradicional, esto es, como de bienes que plantean las tradicionales
el ejercicio de un poder tiránico por parte concepciones de lajusticia. Mientras no se
del grupo gobernante. Pero ella propone modifiquen las prácticas institucionalizadas
un nuevo concepto. La “opresión designa y las relaciones estructurales, los procesos
las desventajas e injusticias que sufre algu­ de transferencia volverán a crear una des­
na gente no porque un poder tiránico la igual distribución de beneficios con el paso
coaccione, sino por las prácticas cotidianas del tiempo. Hacer justicia donde existe ex­
de una bien intencionada sociedad liberal. plotación demanda, al menos, reorganizar
Según este nuevo uso de izquierdas, la ti­ las instituciones y las prácticas de toma de
ranía de un grupo gobernante sobre otro decisiones, modificando la forma en que
grupo social, como en Sudáfrica, sin duda se divide el trabajo entre sexos. Pero las
debe señalarse como opresiva. Pero la opre­ mujeres, además de ser explotadas en el
sión se refiere también a los impedimentos sentido explicado, son marginadas, pues se
sistemáticos que sufren algunos grupos y encuentran excluidas de la participación en
que no necesariamente son el resultado de las principales actividades sociales. También
las intenciones de un tirano. La opresión carecen de poder, ya que viven y trabajan
así entendida es estructural y no tanto el bajo la autoridad de otras personas, lo que
resultado de las elecciones o políticas de les impide gozar de ese bien incorpóreo
unas pocas personas”.359 tan relevante en el mundo capitalista, nos
Ese poder tiránico, presente todavía en referimos a la respetabilidad, es decir, esos
nuestras decentes democracias liberales, privilegios de quienes desempeñan roles
se expresa a través de la explotación, esto reverenciados y valorados en la sociedad,
es, un proceso sostenido de transferencia como podría ser un médico, un ingeniero,
de los resultados del trabajo de un grupo un economista, un abogado, pero nunca
social en beneficio de otro. Un ejemplo una cuidadora de niños o ancianos, por muy
paradigmático de explotación es aquella relevante que sea para el funcionamiento
que se sustenta en la categoría de la “clase”, de la sociedad la labor que desempeña. Los
pero otro muy significativo es la explota­ privilegios de la respetabilidad profesional
ción de género. “No ha sido difícil para aparecen con claridad en la dinámica del
las feministas demostrar que la opresión sexismo: en el trato cotidiano las mujeres
de las mujeres consiste, en parte, en una deben probar y luchar por su respetabili­
transferencia, sistemática y no recíproca dad.
de poderes de las mujeres a los hombres. Junto con las formas descritas existen
La opresión de las mujeres no consiste me­ otras dos formas de opresión de las que
ramente en una desigualdad de estatus, también son víctimas las mujeres. La primera
poder y riqueza resultante de la práctica de ellas es la violencia: las mujeres están
por la cual los hombres han excluido a las expuestas a la violencia no sólo como el
mujeres de las actividades privilegiadas. La resultado de las acciones individuales moral

359 Young, Iris Marión: La justicia y la política de


la diferencia. Cátedra, Madrid, 2000, pp. 74 y 75. 360 Ibíd., p. 89.

roiTORiÁi JURIDICA dechhj 270


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

yjurídicamente reprochables, sino también el liberalismo igualitario es una forma de


como consecuencia de prácticas sociales liberalismo nacional. Para los críticos cos­
sistemáticas que se dirigen en contra de ellas mopolitas, una seria carencia de este tipo
simplemente por el hecho de ser mujeres. de teorías es su indiferencia con la justicia
En fin, las mujeres también son víctimas global, la que no sólo es injusta, sino con­
del imperialismo cultural en el sentido que tradictoria con los propios presupuestos
al estar culturalmente determinadas, son liberales. Veámoslo brevemente.
juzgadas conforme a estereotipos que les Las fronteras territoriales presentan dos
arrebatan su individualidad. Así como cual­ graves problemas para los liberales iguali-
quiera sabe que el sol sale por el oriente, taristas. El primero se vincula con el papel
cualquiera sabe que los homosexuales son que juegan los límites en la asignación de
promiscuos, los indígenas son alcohólicos, derechos. ¿Cuál es la justificación para dis­
los pobres, flojos, y las mujeres, las más ap­ tinguir entre los derechos de los ciudadanos
tas para el cuidado de niños y ancianos. dentro y fuera de las fronteras? El dilema
En cambio, los hombres blancos pueden en este punto es que el liberalismo se funda
ser individuos al no estar esencializados en una consideración igual de la autonomía
por estereotipos de grupo. La injusticia moral, y ese valor moral justifica varias de las
del imperialismo cultural radica en que demandas de los individuos contia el Estado.
“las experiencias e interpretaciones de la Así, por ejemplo, el Estado no puede vulne­
vida social propias de los grupos oprimidos rar la integridad física de las personas, o la
cuentan con pocas expresiones que afecten libertad de asociación; pero, además, debe
a la cultura dominante, mientras que esa proveer ciertos bienes que se consideran
misma cultura impone a los grupos opri­ valiosos, como es el caso de la educación o
midos su experiencia e interpretación de la salud. “En casi todas las teorías liberales,
la vida social”.361 sin embargo, hay una sutil pero profunda
inversión en la terminología. Generalmente,
lo que comienza como una teoría sobre
5.5. El cosmopolitismo. la igualdad moral de las personas, termina
Derribando las fronteras territoriales siendo una teoría de la igualdad moral de
los ciudadanos”.%3 El cambio de vocabulario
Rawls distingue tres niveles de justicia, mo­ desde “las personas*’ a “los ciudadanos” rara
viéndonos desde adentro hacia afuera: en vez es advertido ni menosjustificado por los
primer lugar, lajusticia local, o sea, aquella liberales. Con todo, es fácil percatarse que
que establece los principios que se aplican ese cambio tiene profundas consecuencias
directamente a instituciones y asociaciones; en el bienestar de la gente. En un mundo
en segundo lugar, lajusticia doméstica, esto caracterizado por profundas desigualdades
es, aquella que se ocupa de los principios a escala global, la idea de que las liberta­
que habrán de gobernar la estructura básica des, oportunidades y recursos a los que se
de un Estado determinado; y, finalmente, la tiene derecho están determinadas por el
justicia global, es decir, aquella que vela por Estado en que se nace significa que algunos
las relaciones equitativas entre pueblos. Un sujetos llegan al mundo con un estatus ju­
límite estructural del liberalismo, continúa rídico que les asegura seguridad personal,
el filósofo estadounidense, es que sólo se amplias oportunidades y un nivel de vida
aplica directamente a lajusticia doméstica digno, mientras que otros (sin que pueda
y de modo indirecto a lajusticia local, pos­ achacárseles responsabilidad alguna) nacen
tergando para otro momento la discusión con un estatus jurídico que los condena al
sobre lajusticia global.362 363 De modo que abandono y la pobreza. “Las fronteras en
las que nacemos y los documentos a los que
361Ibíd., p. 105.
362 RAWLS,JOHN: Lajusticia como equidad. Una 363 KYMLICKA, WlLL: Fronteras territoriales, Trotta,

refunnidación, ob. cit., pp. 34-37. Madrid, 2006, p. 36.

271 lioiroiuM JURIDICA cinu


Curso de Filosofía del Derecho

somos acreedores ¿son menos arbitrarios que son necesarias para ocuparse de esta
desde el punto de vista moral que cuales­ especie de redistribución internacional no
quiera otras características tales como el existen todavía. Pero dado que el liberalismo
color de la piel, el género y la composición igualitario sostiene que nosotros tenemos
genética de los que estamos dotados”.564 un natural deber de justicia de crear las ins­
La respuesta, conforme a los propios pre­ tituciones justas donde no existen todavía,
supuestos liberales, debería ser no. la consecuencia es que deberíamos estar
Mientras puede haber serias desigualdades trabajando en la dirección de la creación de
entre los Estados-naciones occidentales, éstas tales instituciones globales. la otra opción
son insignificantes en comparación con el no requiere nuevas instituciones globales:
tipo de desigualdades que observamos entre simplemente exige que los países ricos abran
Occidente y el desarrollo de los países del sus fronteras para las personas de países po­
Tercer Mundo. Estas desigualdades no sólo bres. Nosotros podemos transferir recursos
son espeluznantes, sino que constituyen un hacia las personas pobres, o permitir que
caso paradigmático de una clase de moralidad la gente pobre venga donde los recursos
arbitraria e injusta que Rawls y Dworkin debe­ están. Adoptar estas políticas parece ser la
rían estar de acuerdo en remediar. Después inevitable conclusión de los principios libe­
de todo, ¿qué podría ser un mejor ejemplo rales igualitarios. El liberalismo nacional, sin
de suerte bruta o de lotería natural que ha­ embargo, aparece preocupado sólo por la
ber nacido en esos países? Como apunta justificación de las instituciones domésticas
Carens, el abismo entre las opciones de vida de la justicia distributiva, y da por sentado
de los países ricos y pobres es el equivalente el derecho de las Naciones-Estados occiden­
moderno del feudalismo.565 Todo lo dicho, tales tanto a acumular su desigual riqueza
nos podría llevar a pensar que el compro­ como cerrar sus fronteras a los inmigrantes.
miso fundacional del liberalismo igualitario Algunos autores han sostenido que esta
por remediar las inmerecidas desigualdades indiferencia hacia la justicia global es una
debería presionarlo en la dirección de una de las principales fallas, contradicciones y
genuina concepción global o cosmopolita simplificaciones del liberalismo igualitario
de la justicia distributiva. Esto, en efecto, ha de carácter nacional. Ellos asumen que la
defensa de cualquier noción de unajusticia
sido sostenido por muchos comentaristas
global o cosmopolita exige abandonar el
de Rawls. De acuerdo con estas críticas, la
liberalismo nacional.364 365 366 *
teoría de la justicia rawlsiana debería ser
aplicada globalmente, no sólo en el ámbi­
to domestico. Las personas en la posición 6. ¿Es POSIBLE OPTAR RACIONALMENTE
original podrían no querer que su destino ENTRE DISTINTAS CONCEPCIONES
dependiera tan directamente del hecho mo­ DE LA JUSTICIA?
ralmente arbitrario de cuál fue el país en el
que nacieron. “No sé como refutar los argumentos que
Kymlicka plantea que este tipo de des­ sostienen la subjetividad de los valores
igualdad podría ser reducida por dos vías éticos. Con todo, me encuentro incapaz
diferentes. Una es la redistribución de re­ de creer que aquello que es injustificada
y ferozmente erróneo sólo lo sea porque
cursos por los ciudadanos de los países ricos
a mí no me gusta”
hacia los ciudadanos de los países pobres.
Por supuesto, el tipo de instituciones globales (Bertrand Russell, 1872-1970).

Hasta ahora hemos revisado diversas con­


364 Benhabib, SEYTA: Los derechos de los otros. Ex­
cepciones de lajusticia, algunas de las tesis
tranjeros, residentes y ciudadanos, Gedisa, Barcelona, que éstas presentan son complementarias
p. 76.
365 Carens, Joseph H.: “Aliens and Citizens: The

Case for Open Borders”, en The Review of Politics, 366 KYMlJCKA, WlLL: C/mtemporary PoliticalPhilosophy.
vol. 49, N° 2,1987, pp. 251-273. An Inlroduclion, ob. cit., pp. 268-270.

EDITORIAL JURJDlCxX DE CIHU 272


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

entre sí, la gran mayoría de ellas son in­ ñas, es decir, preferencias exclusivamente
compatibles. Más allá del hecho de si no­ personales para afirmar que encontrándose
sotros defendemos tal o cual posición, o si en la situación Xentiende que A es valioso,
desconfiamos del monismo teórico y, por o sea, entiende que debe hacerse o debe
ende, pensemos que una mejor alternativa ser A. Esto equivale a decir que el sujeto Y
es escoger un pluralismo epistémico que nos no podría defender el valor de A más que
permita combinar las diferentes concepcio­ refiriéndose a “su” punto de vista respecto
nes para encontrar las respuestas adecuadas de A. Cualquier pretensión de universalidad
para cada pregunta ética específica, lo que del juicio “A es valioso" que pudiera abrigar
queremos cuestionar en este apartado final el sujeto Ese vería siempre limitada por la
es si podemos optar entre ellas de mane­ asunción de su punto de vista particular.
ra racional y cuál podría ser la medida de En un segundo sentido, cuando el sujeto
esa decisión racional.367 Nos enfrentamos, Zdice que “A es valioso" estaría expresando
entonces, a múltiples preguntas: ¿se puede la contrastación de A con algún principio,
determinar si una teoría de la justicia es criterio o razón “externa” al punto de vista
verdadera?, ¿existirá algún método a través particular del agente, que apoyara el valor
del cual podamos discernir cuál concepción de A. De tal modo que el juicio “A es valioso"
de la justicia es mejor?, ¿cómo es posible encierra una pretensión de universalidad
resolver de un modo intersubjetivamente basada en que tal juicio se adecúa, por ejem­
válido nuestras disputas morales? Gran parte plo, a lo establecido por “la ley divina”, “los
de los filósofos coinciden en el carácter dictados de la naturaleza”, o “la razón”.
intersubjetivo del concepto de justicia, esto En torno a estos modelos simplificados
es, que se trata, como diría Aristóteles, de de fundamentación se ubican posturas muy
una virtud de una persona que es conside­ diversas entre sí. Nosotros destacaremos
rada como el bien de alguna otra, ya que solamente algunas categorías que son útiles
ella asegura una ventaja para otra persona. para los fines de este apartado. Para ha­
Además de este carácter intersubjetivo, el cerlo nos apoyaremos en una clasificación
valor de la justicia está relacionado con la propuesta por Niño. Este autor distingue
idea de asignación de derechos y obliga­ entre teorías metaéticas cognoscitivistas y
ciones, o beneficios y cargas entre diversos no-cognoscitivistas.369 En filosofía moral la
individuos de un grupo social, como vimos expresión cognoscitivismo se reserva para
con Rawls 368 designar a aquellas posturas que sostienen
Para empezar con una aproximación muy la posibilidad de desarrollar argumentos
general a los modelos de fundamentación en cuestiones de moralidad, o sea, tienen
de la moral, cabe apuntar que, cuando se una postura no escéptica en relación a los
dice que “A es valioso", esto puede entender­ temas propios de la metaética teórica. En
se, de manera simplificada, de dos modos cambio, el no cognoscitivismo niega la po­
distintos. En un primer sentido, cuando sibilidad de un debate racional respecto
un sujeto Y dice que “A es valioso" no hace de cuestiones de moralidad, es decir, son
más que expresar que tiene razones inter- escépticos en cuestiones de metaética teó­
rica. Dicho de otra manera, los enfoques
S67 En la elaboración de este apartado hemos
tenido a la vista principalmente los siguientes traba­ 369 por metactica vamos a entender aquella rama
jos: ÁLVAREZ, SlLVTNA: La Racionalidad de la moral. Un de la filosofía moral que se ocupa de estudiar a la ética,
análisis crítico de los presupuestos morales del comunitarismo. es decir, se trata de un lenguaje de segundo grado
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Ma­ que no se refiere, directamente, a las acciones que
drid, 2002; HARE, RICHARD: Ordenando la ética, Ariel, calificamos como buenas o malas, sino a) lenguaje de
Barcelona, 1999, y Niño, Garlos: “Justicia”, en El la ética -en particular respecto de lo que nos interesa
derecho y la justicia, Laporta, Francisco, y Garzón Valdés, aquí- a aquella parte de la filosofía moral (llamada
Ernesto (eds.), vol. 11, Enciclopedia iberoamericana comúnmente metaética teórica) que se ocupa de
de Filosofía, Trotta/CSlC, Madrid, 1996. indagar si existen razones que nos permitan arbitrar
368 Niño, Carlos: “Justicia”, ob. cit. nuestras disputas morales.

273 t DI TONAL | U RID1C A Df C111 LL


Curso de Filosofía del Derecho

metaéticos sobre el análisis del concepto de está condicionado a intereses o deseos); y


justicia suelen clasificarse en cognoscitivistas «nímsafes (ya que obligan a todos los seres
(si se considera que es posible discernir racionales por igual). Kant aspiraba a que
racionalmente entre juicios morales) y no la selección de las máximas morales subs­
cognoscitivistas (si se postula que no es po­ tantivas se sustentara en el hecho de que la
sible discutir racionalmente en torno a los humanidad debe ser tratada como un fin
juicios morales). en sí misma y nunca sólo como un medio.
Una forma de orientarse sobre las diversas Esto se conecta con el carácter deontológico
interpretaciones del concepto de justicia, de la teoría: trato a otros como fines en sí
consiste en hacer una revisión de las relacio­ mismos cuando respeto sus fines subjetivos.
nes entre la justicia y otros valores, como el El deber moral de cada uno no es buscar
bienestar o felicidad, la eficiencia, la liber­ el perfeccionamiento moral de los demás,
tad o la igualdad. Algunos de estos valores porque eso lo deben hacer cada uno por
parecen externos a la idea de justicia -pues sí mismo.370 Como vimos, fue Rawls quien
su satisfacción no implica necesariamente construyó la teoría deontológica de lajusticia
un estado de cosas más justo- mientras que que en la actualidad domina el panorama
otros serían internos al concepto dejusticia, filosófico-político occidental.
pues su satisfacción parece ir en beneficio Ahora bien, desde el punto de vista del
del valor justicia. Ahora, si comenzamos con modo en que podemos fundamentar nues­
la relación entre el bien de cada individuo tros juicios morales podemos identificar tres
-que se suele identificar con la felicidad-y grandes modelos: un cognosctivismo fuerte
la justicia veremos que la división entre (el objetivismo), un cognoscitivismo débil
concepciones teleológicas y deontológicas (el constructivismo) y un no cognoscitivis­
de la justicia reside precisamente en si ese mo a secas (el subjetivismo). Comencemos
bien es concebido como un valor interno por el último.
o externo a lajusticia. Así, mientras Platón El modelo subjetivista de fundamentación
sostenía que lajusticia es la parte esencial de la moral -como postura metaética- nos
del bienestar, Aristóteles la definía como la remite al empirismo, más precisamente a
virtud más alta, la virtud perfecta al ser el Hume. En época más reciente el rechazo
punto medio entre dos extremos viciosos. del objetivismo ha llevado también a pro­
Hobbes, por su parte, defendía también puestas como la de Mackie (1917-1981),371
una concepción ideológica en la medida que llama a abandonar la creencia en la
en que los principios que la constituyen existencia de valores objetivos, pues ellos no
están dados en un contrato social que los serían más que actitudes del agente que él
humanos debían suscribir para satisfacer mismo adoptaría como pautas de referencia
su propio interés. Vimos, finalmente, que válidas para la acción moral. Mackie parte
la concepción contemporánea de justicia del reconocimiento del escepticismo moral
teleológica más extendida era la del utili­ en tanto doctrina negativa, es decir, como
tarismo, cuyo criterio de justicia ya no es aquella posición que intenta establecer lo
el autointerés de cada uno, sino el interés que “no existe”: los juicios con valor de
general, de modo que un acto o una insti­ verdad universal u objetivos descansarían en
tución se calificará como justo en la medida la teoría del error, según la cual la apelación
en que sus consecuencias contribuyan a que hacemos constantemente a pretendi­
aumentar la felicidad de la mayoría. dos principios de verdad que validarían
A su turno, la concepción deontológica nuestras afirmaciones morales, no queda­
de lajusticia más influyente es sin duda la ría confirmada por la mera invocación de
de Kant, para quien los principios morales tales principios. Según Mackie, estaríamos
debían ser autónomos (porque son principios
que uno se da a sí mismo con independen­ 370 Niño, CARLOS: “Justicia", ob. cit.
cia de toda autoridad humana o divina);
LA Ft.'

371 MACKIE, JOHN: Etica. La invención de lo bueno y


categóricos (porque lo que ellos ordenan no lo malo, Gedisa, Barcelona, 2000, pp. 17-55.

EDITORIAL JURÍDICA D[ CHILE 274


Cap. IH. La justicia como fm principal del Derecho

apelando a principios que creemos se justi­ Por último, el subjetivismo que nos lleva
fican por sí mismos, pero que en realidad al relativismo moral no puede escapar de lo
no tienen ningún sustento ontológico, de que se conoce como el dilema del subjetivista.
modo que la argumentación moral pro­ El subjetivista debe elegir entre admitir que
ducto de tales principios no sería más que sus juicios de valor tienen la pretcnsión ar­
un gran error. bitraria de ser impuestos a otros, o admitir
la estrategia de Mackie y de otros autores el dudoso carácter moral de unos juicios de
subjetivistas es la de desmontar los presu­ valor sin pretensión prescriptiva universal.
puestos del objetivismo. Para ello hay que Tal dilema puede expresarse claramente en
centrarse en dos cuestiones: el argumento la siguiente paradoja: si el subjetivista lleva
de la extrañeza y la reformulación del princi­ hasta las últimas consecuencias la afirmación
pio de la universalización. El argumento de la de que los juicios morales son equivalentes a
extrañeza quiere expresar que la pretensión las preferencias subjetivas de cada individuo,
de objetividad topa con problemas cuando entonces debe renunciar a la pretensión de
intentamos concretar el significado preciso imponer sus pautas morales -que no son
de “objetividad”. Mackie se pregunta qué más que meras preferencias- a otros; pero
queremos decir realmente cuando decimos, si renuncia a juzgar a los demás conforme a
por ejemplo, que algo está mal porque causa sus pautas morales, entonces dichas pautas
dolor, el “pon/uz?” anticipa la explicación que, pierden las condiciones de prescriptividad
sin embargo, no contesta plenamente a la y universalidad dejando de ser tales. Por
pregunta que queda abierta, ya que siempre ello se sostiene que el modelo subjetivis­
se podría insistir en por qué el dolor es en ta fracasa en responder la pregunta de si
este caso la explicación de la maldad del es posible encontrar un modo de resolver
acto, es decir, si malo es todo aquello que nuestras disputas morales una vez que he­
causa dolor, siempre podríamos pregun­ mos determinado que no existen valores
tarnos por qué aquello que causa dolor éticos objetivos. O sea, el subjetivismo no
es malo. Luego, la remisión última de los puede superar el problema que nos plantea
juicios éticos se encuentra en los deseos y responder negativamente la pregunta por
preferencias de quien los formula. la existencia de valores éticos objetivos. El
A su turno, el presupuesto de universa­ objetivismo o, al menos, la búsqueda de fun­
lización supone defender un principio o damentos para sostener cierta racionalidad
máxima capaz de ser sometida no sólo al en material moral, ha sido una constante en
test de la empatia -que significa ponerse la filosofía moral. La necesidad de dirimir
en el lugar del otro-, sino también implica los desacuerdos morales apelando a algún
tener en cuenta todos los deseos, gustos, baremo o principio rector ha constituido
preferencias, ideales y valores del punto el empeño principal de muchos filósofos y
de vista del otro -o los que estén enjuego filósofas. Como reconoce Mackie, el objeü-
en la situación en cuestión-, aun aquellos vismo ha sido la tónica prevalente no solo
que puedan resultar opuestos a los propios. en la filosofía moral en tanto disciplina, sino
Mackie duda que tal nivel de universali­ en la actitud ordinaria que mantenemos al
zación sea posible y que pueda servir de realizar juicios de valor.
guía para la acción, puesto que le parece El modelo objetivista se caracteriza por
altamente improbable que alguien pueda postular que existen valores éticos objetivos
realizar un juicio moral abstrayéndose hasta y un modo de conocerlos. Luego, es no
tal punto de su propia subjetividad. Ello, escéptico en relación con los problemas pro­
como hemos revisado, implicaría someterse pios de la metaética teórica. Probablemente
a las exigencias de la posición original de el mejor ejemplo de una fundamentación
Rawls, que supone la existencia de un sujeto objetivista de la moral es la ética de las vir­
trascendente que es independiente de los tudes aristotélica. En este libro, a propósito
intereses, atributos y preferencias particu­ del comunitarismo, hemos revisado una
lares de los agentes morales reales. reinterpretación del modelo teleológico arfe-

275 CDITOAIAL JURIDICA DECinU:


Curso de Filosofía del Derecho

totélico que aquí resumiremos brevemente racterísticamente se espera que cumplan


en las palabras de Maclntyre: la propuesta un reloj y un granjero”.372
aristotélica se funda en la oposición entre el El autor llega a la conclusión de que lo
ser humano tal como es y el ser humano tal que debe hacerse es recuperar el tipo de
como sería si realizara su naturaleza esencial. argumentaciones morales inspiradas en la
La ética es la disciplina que nos ilumina tradición clásica aristotélica, las que contie­
el camino para poder transitar desde el nen como mínimo un concepto funcional
primer momento al segundo, en el marco central: el ser humano entendido como
de tres ideas que no pueden olvidarse si se poseedor de una naturaleza esencial y de
quiere mantener la racionalidad objetiva un fin o función también esencial. De con­
de la ética: la ¡dea de una naturaleza hu­ formidad con esta tradición, ser mujer u
mana inapropiada, la concepción de las hombre es ejecutar una serie de papeles,
reglas de una ética racional, y la noción de teniendo cada uno de ellos una entidad y
una naturaleza humana como podría ser fines particulares. Sólo cuando el ser humano
si realizara su telos esencial. se concibe a sí mismo como un individuo
Desde un punto de vista analítico, para previo y separado de todo papel, el concepto
Maclntyre el cambio que condujo al abis­ de “ser humano” deja de ser funcional.
mo a la filosofía moral fue la desconexión En definitiva, llamar “bueno a algo es por
entre el ámbito prescriptivo y el fáctico. lo tanto también formular un juicio factual.
Este salto, resultado de la desaparición de Llamar a una acción concreta justa o correcta
toda vinculación entre los preceptos de es decir lo que un hombre bueno haría en
la moral y la facticidad ineludible de la tal situación; tal proposición también es
naturaleza humana, apareció en buena factual. Dentro de esta tradición, las pro­
parte de los escritos de los pensadores mo­ posiciones morales y valorativas pueden ser
rales del siglo XVIII como Hume y Kant. designadas verdaderas o falsas exactamente
Ahora bien, ¿por qué la idea de telos es tan de la misma manera que todas las demás
relevante para Maclntyre? El autor sostie­ proposiciones factuales lo son. Pero una
ne que esta noción resulta indispensable vez que desaparece de la moral la noción
para comprender que la moral puede ser de propósitos o funciones esencialmente
justificada racional y objetivamente, ya que humanas, comienza a parecer implausible
es el único concepto que permite pasar tratar a losjuicios morales como sentencias
directamente, sin falacias, de lo que es a factuales”.373 Para Maclntyre, entonces, la
lo que debe ser. Piénsese en el siguiente recuperación de la racionalidad de la mo­
ejemplo que el filósofo nos propone: “De ral pasa por la restauración de la noción
premisas factuales tales como ‘este reloj es de fin o telos del ser humano, y ésta sola­
demasiado pesado para llevarlo encima con mente puede emprenderse superando la
comodidad’, la conclusión valorativa válida concepción moderna del sujeto emotivista
que se sigue es ‘éste es un mal reloj’. De y abstracto, y aceptando que la persona se
premisas factuales como ‘él consigue una encuentra inserta en unas circunstancias
cosecha mejor por acre que cualquier otro sociales, culturales e históricas que la defi­
granjero del distrito’, ‘tiene el programa nen irremediablemente. Y para llevar a cabo
más eficaz de mejora del suelo que se co­ esta tarca con éxito es necesario remitirse
noce’ y ‘gana todos los primeros premios a la tradición aristotélica, porque en ella
en las ferias de agricultura’, la conclusión están las bases de los fragmentos aislados
valorativa es ‘él es un buen granjero’ (...) que heredó la tradición moderna.
Ambas argumentaciones son válidas a causa Con todo, el modelo aristotélico es in­
del carácter especial de los conceptos de satisfactorio al menos por dos razones: en
reloj y granjero. Tales conceptos son con­
ceptos funcionales; o lo que es lo mismo, 372 MacInTVRE, ALASDAIR: Tras la virtud, ob. cit.,
definimos ambos, ‘reloj’ y ‘granjero’, en p. 82.
términos del propósito y función que ca­ 373 Ibíd., p. 84.

EDITORIAL JURIDICA DE CHILE 276


Cap. III. La justicia como fin principal del Derecho

primer lugar, choca con el ideal de la au­ lan. El constructivismo, obviando las dife­
tonomía individual, uno de los valores más rencias entre la gran variedad de modelos
arraigados que comparten los seres humanos constructivistas, concuerda en establecer
herederos de la tradición ilustrada, y que ciertas condiciones procedimentales que
nos impone el desafío de lograr construir harían que los resultados a que se llegue
una moral que sea, a la vez, interna y uni­ siguiendo cierto procedimiento tuvieran
versal, o sea, que cada sujeto se la dé para vocación universal. Dicho de otro modo, el
sí mismo en forma autónoma y, además, constructivismo que hemos analizado pos­
que mantenga pretensiones de articular tula que dadas unas condiciones “ideales”
principios morales de alcance universal. o hipotéticas, las conclusiones morales a
En segundo lugar, en medio del pluralismo las que llegarían los sujetos satisfarían el
propio de las sociedades modernas ya no requisito de la imparcialidad y, por tanto,
parece factible determinar cuál es el lelos tendrían valor prescriptivo universal. En
esencial del ser humano. El problema del palabras del propio Rawls, el constructi­
modelo aristotélico es que no puede lograr vismo kantiano sostiene que la objetividad
sentar las bases de una moral que sea, al moral debe comprenderse como un punto
mismo tiempo, interna y externa. de vista social adecuadamente construido y
Para terminar, examinaremos el modelo que todos puedan aceptar. Fuera del pro­
constructivista, que se presenta a menudo cedimiento de construcción de principios
como una posible alternativa a la disyun­ de justicia, no hay hechos morales.
tiva entre el subjetivismo y el objetivismo, Un buen ejemplo de constructivismo es
a pesar de que muchos de sus presupues­ la ética discursiva. Baste decir aquí que ésta
tos provienen de la filosofía kantiana en intenta llegar a un entendimiento moral
materia de racionalidad práctica y, en tal común que no se basa en la violencia ni en
sentido, buscarían en último término una un mero modus vivendiy pretende recons­
fundamentación objetivista de la moral. En truir una situación neutral de deliberación,
la teoría de Kant es central su concepción haciéndose cargo de la imposibilidad mo­
de la persona autónoma cuyos principios derna de alcanzar un acuerdo sustancial, a
para la acción son racionales e independien­ través de una forma comunicativa que todas
tes, y la aspiración constructivista se funda y todos comparten, estructurada mediante
precisamente en el rechazo de cualquier el entendimiento lingüístico. El primer paso
principio que no parta de dicho presupuesto para llegar a esta fundamentación teórica
del agente racional autónomo, y sólo acepta del punto de vista moral es el principio
como válidos los principios basados en una discursivo “D”: solamente pueden preten­
peculiar concepción de las personas como der ser válidas las normas que en discursos
libres e iguales. El intento del consumctivismo prácticos podrían suscitar la aprobación
kantiano consiste en recuperar la posibilidad de todos los interesados. El segundo paso,
de justificar una concepción racional de la para hacer operativo a “D”, es el principio
moral, contestando a la crítica tantas veces de universalización “U”, que permite funda­
hecha de que la ética kantiana es puramente mentar las reglas morales según la siguiente
formal y carente de contenido. máxima: una norma es válida exclusivamente
Ahora bien, el constructivismo no postula cuando las consecuencias previsibles de su
la existencia de principios o valores morales seguimiento general para las constelaciones
verdaderos, sino la corrección o racionalidad de intereses y orientaciones valorativas de
de ciertos principios morales. De manera muy cada cual podrían ser aceptadas sin coacción
sintética se puede decir, siguiendo a Niño, conjuntamente por todos los interesados.
que la idea central del constructivismo ético El tercer paso, cuyo objetivo es asegurar la
es que losjuicios morales se justifican sobre neutralidad, plantea que la fundamentación
la base de presupuestos proccdimentales -y sustentada en los principios “D” y “U” puede
eventualmente algunos sustantivos- de la obtenerse a partir del contenido implícito
práctica social en cuyo contexto se formu­ de los presupuestos universales de la argu­

277 tDITOlUAL JURIDICA PtCHil


Curso de Filosofía del Derecho

mentación, entre los más relevantes, los objetivos, atribuyendo a ciertas ideas un
siguientes: (a) nadie que pueda hacer una valor intrínseco.
contribución relevante puede ser excluido Ahora bien, la idea de que existe un
de la participación; (b) a todas y todos se valor intrínseco puede parecer oscura o
les dan las mismas oportunidades de ha­ derechamente errada por varias razones. La
cer sus aportaciones; (c) los participantes primera de ellas radica en la objeción, que
tienen que señalar lo que opinan; y (d) la ya conocemos, a la posibilidad de sostener
comunicación tiene que permanecer libre que haya algo que tenga un valor intrínseco.
de coacciones tanto internas como externas Pero, a pesar de ello, insistimos en defen­
de modo que las tomas de posición sean der valores objetivos o ideas valiosas en sí
motivadas únicamente por la fuerza de la mismas, incluso si somos subjetivistas. Pero
convicción de los mejores argumentos.374 no sólo esta idea nos puede parecer oscura
De manera simplificada, el constructi­ o errada, sino que también aparece como
vismo moral aplicado a la filosofía política paradójica. Así, por ejemplo, ¿cómo es po­
pretende sentar las bases para la aceptación sible que afirmemos comúnmente el valor
de un modelo de organización social y intrínseco de la vida y tengamos posturas
política que construya ciertos principios tan irreconciliables respecto del aborto? La
morales capaces de ser aceptados por todos respuesta es que interpretamos de modo
quienes forman parte de la comunidad diverso la noción de que la vida humana es
política. Dichos principios coinciden fun­ valiosa y que estas distintas interpretaciones
damentalmente con los principios liberales expresan convicciones muy apasionadas.
basados en la primacía del individuo como Pero si esto es cierto, ¿cómo es posible que
fuente de derechos, y con los fundamentos defendamos ideas contrapuestas sobre algo
de una ética kantiana en lo que atañe a que consideramos objetivamente valioso y
la concepción de la persona como agente que, por lo mismo, sólo podría tener una
autónomo. La característica más destacada interpretación posible? Probablemente, la
del constructivismo es que se hace cargo respuesta tenga que ver con que la única
de dos intuiciones, en principio contra­ opción que tenemos es defender una noción
dictorias, pero ampliamente compartidas débil de objetividad, sin la cual las disputas
por los hombres y mujeres que habitamos morales no tendrían ningún sentido.
la modernidad: en primer lugar, que no Esta objetividad “disminuida** nos permite
existen valores objetivos, pero que eso no entender la razón por la que consideramos
implica que no sea posible encontrar la muy serios c importantes nuestros debates
forma de aplicar la objetividad a los asuntos éticos, puesto que las partes en los mismos
prácticos, de manera que podamos diseñar defienden sus posturas como si poseyeran
un procedimiento que nos permita abordar la “verdad objetiva” e intentan, por todos los
nuestros desacuerdos morales desde un medios discursivos posibles, convencer a la
punto de vista imparcial hacia nosotros otra parte de que su postura es la correcta y
mismos y los demás; y, en segundo lugar, es la que informa adecuadamente del valor
tiene una mucho mejor explicación ante objetivo en disputa. Esa “objetividad débil”
la práctica algo paradojal de que todos a la que aludimos se refiere a que la moral
actuamos, sobre todo cuando discutimos humana es un complejo sistema de múltiples
asuntos éticos que nos parecen relevan­ preferencias éticas, a veces concordantes y
tes, como si existieran realmente valores otras muchas veces contrapuestas, creadas
por el ser humano en momentos históricos
específicos, que demandan para sí igual va­
374 Habermas,Jürgen: La inclusión del otro, ob. cíe, lidez, las que una vez puestas sobre la mesa
pp. 70-78. Para una explicación exhaustiva en nuestro permiten a los seres humanos, en un juego
medio, véase TORO GONZÁLEZ, Marcelo: “Habermas
y su teoría discursiva del derecho”, en Anuario de dialógico y simétrico de libre intercambio de
Filosofía Jurídica y Social, N° 23, 2005, especialmente opiniones, llegar, en algunos casos, a ciertos
pp. 44-56. consensos sobre lo que debe considerarse

editorial JURIDICA Dtcnaí 278


Cap. 111. La justicia como fin principal del Derecho

bueno o malo. De este modo, esta “objetivi­ consenso alcanzado por las personas en sus
dad débil" es, en rigor, la intersubjetividad, discusiones morales que permite atribuir a
parecida a la objetividad o incluso confundida cierto estado de cosas un valor universal.
con ella pero conceptualmente diferente. En Obviamente, el problema y el desafío ético
efecto, señalar que no hay valores objetivos radica en encontrar esas zonas comunes de
no equivale a sostener que no existen cosas consenso o, aunque no lleguemos a él, inten­
que todo el mundo valora; puede haber, per­ tar aducir argumentos que se sustenten en
fectamente, un acuerdo entre las personas razones universales, o sea, que todo sujeto
para calificar una conducta como buena o que se colocara en condiciones ideales de
mala y de esos acuerdos intersubjetivos de deliberación acordaría o aceptaría, las que
opiniones surgen entonces los valores inter­ pudieren ser suficientes, en una discusión
subjetivos. Pero la intersubjetividad no es la ética, para lograr salvar el test de la intersub­
objetividad, aunque sea lo más parecido a jetividad, es decir, razones adecuadamente
ella en este mundo. En suma, la intersub­ persuasivas para convencer a otros que, de
jetividad es, permítannos la licencia, una buena fe, están dispuestos a aceptar aquellos
especie de objetividad “social", producto del argumentos que satisfagan dicho test.

279 SDITOIUAL JURIDICA Dí CHILI:


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287 editorlu JURIDICA deciíiii


INDICE

Introducción............................................................................................................................................................ 7

Capítulo Primero
FILOSOFÍA, FILOSOFÍA DEL DERECHO,
Y CIENCIA DEL DERECHO

I. FILOSOFÍA

1. El caso de Sócrates y la interrupción del diálogo ............................................................................................ 11


2. ¿Qué es filosofía? ............................................................................................................................................. 13
2.1. Filosofía y metafilosofía, o cómo la filosofía se pregunta acerca de sí misma........................................ 13
2.2. Un enunciado acerca de qué es filosofía ................................................................................................. 16
2.2.1. La filosofía es una actividad humana............................................................................................ 16
2.2.2. La filosofía es una actividad intelectual......................................................................................... 17
2.2.3. La filosofía es una actividad reflexiva........................................................................................... 17
2.2.4. La filosofía es crítica...................................................................................................................... 19
2.2.5. La filosofía es algo hecho por filósofos...................................................................................... 21
2.2.6. El inicio de la filosofía................................................................................................................ 22
2.2.7. El origen de la filosofía.................................................................................................................. 24
2.2.8. La filosofía y la idea de viaje......................................................................................................... 26
2.2.9. La filosofía es problemática........................................................................................................... 27
2.2.10. La filosofía está relacionada con el lenguaje................................................................................. 27
2.2.11. La filosofía da lugar a reacciones intensas y contrapuestas de parte de quienes no
son filósofos................................................................................................................................ 30
2.2.12. La filosofía tiene parentesco con otras actividades humanas..................................................... 31
2.3. ¿Qué dicen los filósofos sobre la filosofía?.............................................................................................. 34
2.4. ¿Progreso, crisis o muerte de la filosofía?................................................................................................ 35

II. FILOSOFÍA DEL DERECHO

1. El caso del personaje de Tabucchi y el día que Hart cayó hacia atrás en su silla discutiendo con
Kelsen................................................................................................................................................................ 40
2. ¿Qué es filosofía del derecho?.......................................................................................................................... 42
2.1. El carácter problemático de la filosofía del derecho................................................................................ 42
2.2. La polivalencia de la filosofía del derecho............................................................................................... 46
2.3. Dos maneras de entender la filosofía del derecho ................................................................................... 49

289 EDITORIAL JURIDICA. DI: CHIL


Curso de Filosofía del Derecho

III. CIENCIA DEL DERECHO

1. El caso de una conferencia de juventud sobre el carácter no científico de la ciencia del derecho
y las bromas y veras que ella provocó en Ihering. El carácter a la vez problemático y necesario
de la ciencia del derecho.................................................................................................................................... 53
2. ¿Qué es la ciencia del derecho y por qué la filosofía del derecho se ocupa de ella?......................................... 61
3. Denominaciones, operaciones y funciones de la ciencia jurídica. La cuestión de la neutralidad
valorativa............................................................................................................................................................ 66
4. Filosofía del derecho, teoría general del derecho y ciencia del derecho........................................................... 78

Capítulo Segundo

EL CONCEPTO DE DERECHO

I. ¿TODAVÍA NO SABEMOS QUÉ ES EL DERECHO?

1. Una pregunta persistente ................................................................................................................................... 87


2. El caso de los exploradores de cavernas............................................................................................................ 91
3. ¿Necesitamos un concepto, una definición o una descripción del derecho? .................................................... 95
4. Los distintos usos de la palabra “derecho”........................................................................................................ 97

II. EL CONCEPTO DE DERECHO SEGÚN IHERING, AUSTIN, KELSEN, HART,


DWORKINYALEXY

1. Poniendo en línea los conceptos de algunos autores......................................................................................... 100


2. El concepto de derecho de Rudolf Ihering.......................................................................................................... 102
3. El concepto de derecho de John Austin.............................................................................................................. 106
4. El concepto de derecho de Hans Kelsen ............................................................................................................ 110
5. El concepto de derecho de Herbert Hart ............................................................................................................ 116
6. El concepto de derecho de Ronald Dworkin....................................................................................................... 123
7. El concepto de derecho de Robert Alexy........................................................................................................... 131
8. Un alcance de Paolo Comanducci .................................................................................................................... 136

III. UNA DESCRIPCIÓN DEL DERECHO

1. ¿Qué es describir? ............................................................................................................................................. 138


2. Un enunciado a considerar................................................................................................................................. 141
3. Las palabras claves de una descripción del derecho.......................................................................................... 141
3.1. Fenómeno................................................................................................................................................... 141
3.2. Cultural....................................................................................................................................................... 142
3.3. Normativo.................................................................................................................................................. 147
3.4. Preferentemente.......................................................................................................................................... 148
3.5. Lenguaje..................................................................................................................................................... 152
3.6. Creación............................................................ ........................................................................................ 153

íditoríal JURÍDICA diciiih 290


índice

3.7. Interpretable.............................................................................................................................................. 154


3.8. Argumentable........................................................................................................................................... 157
3.9. Sociedad................................................................................................................................................... 160
3.10. Coercibilidad........................................................................................................................................... 161
3.11. Eficacia.................................................................................................................................................... 163

Capítulo Tercero
LAJUSTICIA COMO FIN PRINCIPAL DEL DERECHO

1. CONCEPTO Y CONCEPCIONES CONTEMPORÁNEAS DE LAJUSTICIA

1. Introducción: concepto y concepciones de la justicia......................................................................................... 165


1.1. Concepto y concepción............................................................................................................................. 165
1.2. Justicia e igualdad .................................................................................................................................... 167

II. TEORÍAS DE LAJUSTICIA DISTRIBUTIVA

1. Libertarismo...................................................................................................................................................... 168
1.1. Introducción............................................................................................................................................. 168
1.2. ¿Por qué un derecho absoluto a la propiedad?......................................................................................... 170
1.3. Los problemas del origen de la propiedad privada................................................................................... 172
1.4. Las críticas al concepto de libertad del libertarismo................................................................................ 174
1.5. El deber de beneficencia............................................................................................................................ 177
2. Liberalismo igualitario....................................................................................................................................... 178
2.1. Introducción............................................................................................................................................... 178
2.2. Fundamentando la redistribución de los recursos sociales: la teoría de la justicia de John
Rawls........................................................................................................................................................ 179
2.2.1. El procedimiento para acordar principios de justicia.................................................................... 179
2.2.2. ¿Por qué permitir la desigualdad social?...................................................................................... 183
2.2.3. Críticas al segundo principio de justicia de Rawls....................................................................... 185
2.3. Considerando la responsabilidad personal al momento de la distribución de recursos: la
teoría de Ronald Dworkin......................................................................................................................... 188
2.4. ¿Igualdad en qué? Derechos sociales y deberes positivos generales....................................................... 190
2.4.1. Derechos prestacionales................................................................................................................ 191
2.4.2. Deberes positivos generales........................................................................................................... 192
3. Utilitarismo......................................................................................................................................................... 196
3.1. Introducción............................................................................................................................................... 196
3.2. Igualdad e imparcialidad utilitarista ......... ............................................................................................... 197
3.3. El reduccionismo de la identidad personal .............................................................................................. 200
3.4. El modelo utilitarista de distribución de recursos.................................................................................... 203
3.5. El utilitarismo en práctica....................................................................................................................... 204
4. Marxismo analítico c igualitarismo................................................................................................................... 208
4.1. Introducción.............................................................................................................................................. 208
4.2. La importancia de las necesidades como criterio de distribución ........................................................... 209
4.3. La propuesta distributiva del marxismo analítico.................................................................................... 213
4.4. Responsabilidad personal y distribución de recursos (1)......................................................................... 215
4.5. Responsabilidad personal y distribución de recursos (2) ........................................................................ 218
5. Ampliando el paradigma de la justicia distributiva. Visiones críticas: comunitarismo, multicul-
turalismo, feminismo y cosmopolitismo.......................................................................................................... 221

291 ¿pitojum. JURIDICA. dícishi


Curso de Filosofía del Derecho

5.1. Introducción.............................................................................................................................................. 221


5.2. El comunitarismo. ¿Existe una teoría comunitarista?............................................................................... 222
5.2.1. El valor de la comunidad............................................................................................................... 223
5.2.2. El liberalismo sometido a examen. Las principales críticas comunitaristas................................. 224
a) El descalabro de la ética moderna: la necesidad de recuperar una moral robus­
ta............................................................................................................................................... 225
b) La impostergable militancia de la ética: una concepción no neutral de la per­
sona y de la moral................................................................................................................ 236
c) Contra el atomismo y la fragmentación: el holismo que demandan las comuni­
dades........................................................................................................................................ 241
5.2.3. Esbozo de una réplica liberal....................................................................................................... 242
5.3. El multiculturalismo. ¿Teoría(s) oproblema(s)?................................................................................. 245
5.3.1. El liberalismo igualitario y la estrategia de la asimilación o privatización................................... 248
5.3.2. Acomodando las diferencias. Multiculturalismo liberal y “multiculturalismos" .... 252
5.3.3. ¿Es posible una concepción integradora?...................................................................................... 258
5.4. El feminismo. Reivindicando una ciudadanía genuinamente inclusiva.................................................... 262
5.4.1. Un caso concreto........................................................................................................................... 265
5.4.2. Las críticas feministas a las concepciones tradicionales de la justicia.......................................... 266
a) La crítica feminista a las concepciones de la justicia idealizadas........................................... 266
b) Lo personal es político. La falsa dicotomía entre lo público y lo privado.............................. 268
c) La opresión en las decentes sociedades liberales.................................................................... 269
5.5. El cosmopolitismo. Derribando las fronteras territoriales ....................................................................... 271
6. ¿Es posible optar racionalmente entre distintas concepciones de la justicia?................................................... 272

Bibliografía.............................................................................................................................................................. 281

editorial JURIDICA dlchue 292


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