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Clase práctica

FREIDENBERG “Los sistemas de partidos de América Latina: dimensiones de


análisis y aproximaciones empírico-comparadas,” 3 a 26

Estudio de la estabilidad/cambio de la estructura y la dinámica de competencia de los sistemas


de partidos en Latinoamérica en el periodo de postransición democrática (1978-2015).

En sistemas de partido único o partido hegemónico, donde uno solo controla todo (monopolio
político), los niveles de pluralismo políticos se ven afectados y el régimen deja de ser
democrático porque denota ausencia de pluralismo y de competencia cooperativa.
Los partidos, grupos políticos que participan en las elecciones para hacer que sus miembros
accedan a cargos de representación popular en varios niveles institucionales (“dinámica
multinivel”), compiten y cooperan con la intención de maximizar su poder (Sartori). 
Los partidos no son entidades homogéneas que se comportan de manera similar en todo el
territorio o en las instituciones en las que participan. Los miembros de los partidos no tienen
todos los mismos objetivos, como planteaba el modelo de partido de integración de masas
europeo, no aplicable a Latinoamérica.

Partidos nacionalizados (en sus apoyos, temas que defienden, estrategias)→ compiten en
todos los cargos, en todos los distritos y consiguen apoyos en la mayoría de ellos.
Partidos no nacionalizados (en sus apoyos, temas que defienden, estrategias)→ no compiten
en todos los distritos, o sí pero solo consiguen apoyo en algunos, afectando esto las dinámicas
internas de poder dentro de la organización, la agenda política y su relación con el electorado.

Para ver el nivel de estabilidad de un sistema de partidos deben estudiarse dos dimensiones,
que además dan cuenta del nivel democrático: 
 la estructura de la competencia→ formato o morfología del sistema de partidos,
orientación de las preferencias, fragmentación y/p concentración de apoyos)
 la dinámica de la competencia→ resultado de esas interacciones competitivas. Permite
observar estrategias, posiciones programáticas y actitudinales y la capacidad de
cooperar (o no) de los actores que compiten y los resultados de esos esfuerzos sobre
otros elementos del sistema político. (Competitividad, volatilidad electoral agregada,
polarización ideológica e institucionalización).

Les han surgido competidores como las candidaturas independientes, los movimientos
políticos, los medios de comunicación de masas, las redes sociales y los líderes carismáticos
que reniegan de la intermediación partidista, pero los partidos continúan siendo los
protagonistas de la historia democrática. Siguen controlando la política en las poliarquías
latinoamericanas, aunque muchos sectores de la ciudadanía ya no se identifiquen con ellos
como antes.

Las crisis económicas y sociales prolongadas (con el aumento del desempleo, la pobreza y la
desigualdad) y el compromiso de los partidos de centro con los planes de ajuste económico
(políticas de ajuste, el achicamiento del Estado, endeudamiento, entre otras) impactaron sobre
el sistema político, minando los niveles de confianza de la ciudadanía hacia esos partidos
cuando no fueron capaces de adaptarse a las exigencias sociales (Freidenberg y Casullo,
2014; Tanaka, 2008). 

El origen de los partidos, de los sistemas de partidos y sus transformaciones


1. enfoque sociológico (“histórico-conflictivo”) → divisiones  socioestructurales y
clivajes relacionados con los procesos de formación del Estado y de desarrollo
industrial, que constituyen la base de las identidades colectivas y de grupos y
movimientos en conflicto (Lipset y Rokkan). La posición depende de la identidad y sus
intereses. Va a ser duradera a través del tiempo. ¿Vallés estaría acá?
 Los clivajes suponen divisiones de la sociedad en bandos opuestos, que están
determinados por la posición de los individuos en la estructura social y que,
como son tan importantes para estos, general alineamiento entre los bandos
de la sociedad y los partidos.
 Inglehart (1984) define “líneas de tensión como patrones estables de
polarización del conflicto”. Esta definición es más flexible y facilita la
comprensión de los procesos políticos en sociedades en formación.
 Divisiones clásicas que dieron origen a los sistemas de partidos en Europa
Occidental que también fueron importantes en Latinoamérica:
a. división territorial entre centro-periferia (Argentina, Colombia, Ecuador)
b. libre mercado vs intervencionismo estatal (Argentina, Uruguay,
Colombia, Perú)
c. Estado laico vs intervención de la Iglesia en el Estado (Colombia,
Ecuador)
d. y recientemente la división étnica en Ecuador y Bolivia→ pone en duda
la tesis clásica del freezing party system (Mair) al mostrar que los
clivajes son dinámicos. No es que en el pasado no hubiera existido el
problema, sino que no se había organizado un nuevo partido.
⇒ cuestión: cómo y cuándo las tensiones sociales dan la oportunidad de
estructurar nuevos partidos y con ello cambiar la estructura y dinámica de la
competencia de los sistemas de partidos. Hay dos clases de dinámicas de
cambio (Sartori):
 cambios continuos→ transformaciones graduales expresadas en
modificaciones en las normas, en los procedimientos constitucionales o
en los comportamientos políticos de la ciudadanía o de las élites
 cambios discontinuos→ por el derrumbamiento/colapso del sistema de
partidos anterior. Este cambio radical puede revelar problemas de
legitimidad del régimen.
2. enfoque institucional→ sistemas electorales (Duverger), impulsado con la ampliación
del sufragio que impulsó la organización de la competencia política y un mercado
electoral.

Factores que explican las transformaciones graduales y radicales de un sistema de partidos:


a. cambios en las instituciones políticas (enfoque institucional)
b. los cambios en la composición del electorado (enfoque sociológico)
c. la emergencia de nuevos problemas sociales, valores políticos y temas conflictivos
(enfoque actitudinal)
d. incapacidad de las élites dominantes de dar respuestas a crisis económicas y/o
políticas relevantes para la ciudadanía
e. las presiones de nuevas élites que, apoyadas por la ciudadanía, buscan ocupar
espacios de representación y reemplazar a las élites que controlaban el status quo del
sistema de partidos previo. 

La emergencia de un partido nuevo para la politización de un conflicto responde más a la


presencia de un liderazgo que movilice a la ciudadanía (vínculos personalistas) que a la
presencia de temas o asuntos que hagan que la ciudadanía se organice para defenderlos
(vínculos programáticos).

Incrementos de fragmentación (más partidos) en Latinoamérica por:


1. representación natural de diversas tendencias ideológicas e intereses sociales en cada
sistema de partidos (entre ellos nuevas demandas que no estaban plenamente
representadas por los partidos ya constituidos)
2. incorporación de nuevos actores a la política institucionalizada (guerrilla, indígenas,
paramilitares, afrodescendientes, etc)
3. resultado del uso de los partidos como vehículos personales de líderes caudillistas o de
coaliciones electorales volátiles que crean partidos como una manera de resolver su
descontento con los resultados generados por conflictos internos de los partidos.

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